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Full text of "Diaz y Mexico"

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THE    RULE     OF    RIGHT. 


Athelstan  Joseph  Alexander  Kean 


Presented  to  the 

LIBR ARIES  ofthe 

UNIVERSITY  OF  TORONTO 

from 

the  Lihrary  of 

Jean-Jacques  Kean 


BÍIAZ  Y 


IICOo 


dEQUMÍD)©  T@M®o 


Digitized  by  the  Internet  Archive 

in  2010  with  funding  from 

University  of  Toronto 


http://www.archive.org/details/diazymexico02corn 


DÍAZ    Y   MÉXICO 


POR 


JUAN  HUMBERTO  CORNYN,  B.  A.,  LL.  B. 

PEOFESOK  DE  INGLES  EN  LA  UNIVERSIDAD    NACIONAL  DE  MEXHO, 

ADTOK  DE:  "tópicos  MEXICANOS,"  "EL  REY  DE  LOS  TULES," 

"CUENTOS  FANTÁSTICOS,"   "LITERATOS  MEXICANOS," 

■'leyendas  MEXICANAS,"   "EL  VIEJO  MAYA." 

"nuestra  señora  de  GUADALUPE," 

"ARTISTAS  MEXICANOS,"  ETC. 


SEGUNDO  TOMO 


MÉXICO 
IMPKENTA  LACAUD 
Callejón  de  Santa  Inés  Numero  5 

1910 


^\B  R  A^^ 


c,     JÜN  1  2  2007     ,o^ 


índice 


TOMO  lí. 


XXXIV.  Ante  los  uniros  do  Puebla o 

XXXV.  San  Lorenzo IS 

XXX\'I.  Les  últimos  días  del  Imperio 22 

XXXVII.  Díaz  se  retira  á  la  vida  privada 30 

XXXVIIL  Juárez  y  Lerdo 39 

XXXIX.  La  Reelección  de  Lerdo 4.-1 

XL.  José  María   Iglesias 54 

XLI.  El    caciquismo 05 

XLII.  Difícultades    de    raza 72 

XLII  [.  Condiciones  sociales §9 

XLI'S'.  México  y  sus  críticos g-, 

XL^'.  El  .a;obierno  de  México 9;) 

XLVI.  La  labor  de  Díaz jqs 

XLVII.  Carácter  de  Díaz 312 

XLVIII.  Crandes  cualidades  de  Díaz US 

XLIX.  La  situación  política  de  México 12(i 

L.  Relaciones    exteriores 134 

Til.  Comercio    marítimo 13!) 

LII.  ^Manzanillo  y  la  costa  del  Pacífico He. 

Lili.  Mejoras  en  los  puertos 157 

LIV.  Fases  comerciales 162 

LV.  Industria  y  progreso 169 

L^'I.  La  riqueza  y  el  futuro  de  México 17." 

LVII.  El  Capital  y  los  ferrocarriles  urbanos 184 

LVIII.  Ferrocarriles    Xacionales 194 

LIX.  Comercio  del   Istmo 203 

LX.  Desarrollo  de  fuerza  hidráulica 214 

LXI.  El  hacendado  antiguo  y  el  moderno 221 

LXII.  Dónde  recibe  México  á  sus  huésiiedes 22S 

LXIII.  Pintores    mexicanos 132 

LXIV.  La  instrucción  pública  en  México 241 

LXV.  Los   Estados  de   México 24." 


CAPITULO  XXXIV. 

Ante  los  muros  de  Puebla 

En  el  camino  de  Oaxaca  á  Puebla  se  unieron  al 
Ejército  del  Este  algunas  fuerzas  de  consideración, 
reclutadas  i^or  varios  jefes  republicanos.  En  Acatan 
se  le  unieron  los  Generales  Figueroa  y  González  con 
sus  respectivas  brigadas;  en  Topeca,  el  Coronel  Pa- 
lacios con  cuatrocientos  ginetes ;  el  Teniente  Coronel 
Sánchez  Gamboa  con  trescientos  hombres,  y  el  Coro- 
nel Espinosa  y  Gorostiza  con  un  batallón  com^^leto 
y  bien  armado ;  en  Huamantla  llegó  el  General  Ala- 
torre  con  sus  fuerzas  de  Jalapa,  y  el  General  Mén- 
dez con  el  contingente  de  Tétela,  del  Estado  de  Pue- 
bla. 

En  este  último  lugar  decidió  el  Comandante  en  je- 
fe reorganizar  la  masa  heterogénea  de  tropas  que  se 
habían  ido  afiliando  á  su  estandarte  por  todo  el  ca- 
mino desde  Oaxaca,  y  arreglar  con  ellas  dos  divisio- 
nes ;  la  primera  de  las  cuales  fué  confiada  al  mando 
del  General  Alatorre,  y  la  segunda  al  mando  del  Ge- 
neral Méndez,  en  tanto  que  la  caballería  fué  puesta 
bajo  la  dirección  del  General  Manuel  Toro.  Gonzá- 
lez, Carreen  y  Figueroa  fueron  nombrados  Generales 
de  Brigada.  El  total  de  las  fuerzas  así  organizadas 
consistía  en  cuatro  mil  hombres  poco  más  ó  menos, 
con  los  cuales  el  General  Díaz  comenzó  su  marcha 
sobre  Puebla,  encontrándose  entonces,  como  ya  he- 
mos dicho,  en  Huamantla.  Llegó  á  la  ciudad  de  Zara- 
goza el  9  de  Marzo  de  1867,  é  inmediatamente  tomó 
posesión  del  famoso  cerro  de  San  Juan  sin  la  menor 
resistencia  y  allí  estableció  su  cuartel  general.  Tam- 
bién el  mismo  día  ocupó  el  convento  de  San  Fernan- 
do, logrando  de  este  modo  bloquear  eficazmente  todo 
el  lado  oeste  de  la  ciudad.  Arreglado  esto,  comenzó 
á  extender  sus  líneas  hacia  el  sur  y  el  este,  quedando 
así  completamente  rodeada  la  ciudad  por  todos  la- 
dos, excepto  por  el  norte,  que  se  encontraba  defendido 


4  BIAZ  t  MÉXICO. 

j)or  las  dos  poderosas  fortalezas  de  Loreto  y  Guada- 
lupe, las  cuales  estaban  guarnecidas  con  buenas  y  nu- 
merosas tropas  y  provistas  con  artillería  de  primer 
orden.  Aunque  no  le  fué  posible  aislar  de  la  ciudad 
estos  dos  cerros  fortificados,  los  rodeó  con  una  línea 
de  caballería,  impidiéndoles  así  comunicarse  con  el 
exterior. 

Pocos  días  después  de  haber  iniciado  formalmen- 
te el  sitio,  llegó  del  sur  el  General  Alvarez  con  seis- 
cientos hombres,  y  de  Texcoco  el  Coronel  Maldonado 
con  cuatrocientos  jinetes ;  refuerzos  que  hicieron  su- 
bir el  número  de  las  fuerzas  sitiadoras  á  cinco  mil 
hombres. 

Mientras  que  el  Ejército  del  Este  se  había  estado 
])reparando  para  marchar  sobre  Puebla,  Maximilia- 
no había  salido  de  la  ciudad  de  México  el  13  de  Febre- 
ro con  dirección  á  Querétaro,  á  donde  llegó  el  19  del 
mismo,  con  la  determinación  de  sostenerse  allí.  Co- 
mo habían  muchas  disensiones  en  las  filas  de  los  con- 
servadores con  motivo  de  la  deserción  de  los  fran- 
ceses, la  retirada  de  parte  de  las  fuerzas  austríacas 
y  belgas  y  la  desafección  de  muchos  de  los  mexicanos, 
que  habían  apoyado  al  imperio  en  sus  días  de  apa- 
rente prosperidad  y  poder,  los  generales  imperialis- 
tas persuadieron  á  Maximiliano  á  tomar  el  mando 
de  las  fuerzas  conservadoras  en  x^ersona,  con  la  es- 
peranza de  que  este  acto  iludiera  unir  á  aquellos 
que  habían  ya  comenzado  á  ponerse  en  desacuerdo. 

El  General  Mariano  Escobedo,  comandante  en 
jefe  del  Ejército  Liberal  de  Xorte,  procedió  inme- 
diatamente a  sitiar  Querétaro;  y  Maximiliano,  con 
una  actitud  enteramente  pasiva,  no  opuso  á  ello  el 
menor  obstáculo. 

Mientras  Escobedo  estaba  ocupado  del  modo  que 
hemos  indicado,  mandó  suplicar  á  Porfirio  Díaz  le 
mandara  auxilio,  manifestando  que  sus  fuerzas  no 
eran  suficientemente  fuertes  para  obligar  á  Queréta- 
ro á  rendirse.  Aunque  al  comandante  del  Ejército  del 
Este  no  le  convenía  privarse  de  la  menor  parte  de 
sus  fuerzas,  considerando  la  difícil  empresa  que  te- 


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Gk.nkhal  Juax  N.   Méndez. 


ANTE  LOS  MUROS  DE  PUEBLA.  5 

nía  entre  manos  (el  sitio  de  Puebla),  despachó  in- 
mediatamente al  General  Méndez  con  parte  de  su 
división,  para  ayudar  á  Escobedo;  dando  al  mismo 
tiempo  órdenes  á  Méndez  de  incorporarse  en  el  ca- 
mino las  tropas  de  Pacliuca  al  mando  del  General 
Martínez,  y  las  fuerzas  que  por  esa  dirección  estaban 
al  mando  de  Jiménez,  Riva  Palacio  y  el  Coronel  Mer- 
cado. Como  todos  estos  jefes  obedecían  como  jefe  su- 
perior al  General  Díaz,  Méndez  llegó  al  campo  de 
Escobedo  con  seis  mil  hombres  y  diez  cañones  howit- 
zer  de  montaña.  Pero  mientras  que  esto  aumentó 
poderosamente  al  Ejército  del  Norte,  dejó  reducido 
al  del  Este  á  cuatro  mil  hombres,  con  los  cuales  se 
tenía  que  tomar  una  de  las  plazas  mejor  fortificadas 
de  la  Kepública,  plaza  que  estaba  defendida  por  una 
guarnición  casi  tan  grande  en  número  como  las  fuer- 
zas sitiadoras,  y  provista  con  artillería  más  podero- 
sa y  eficiente. 

Entre  tanto  las  disensiones  y  la  falta  de  activi- 
dad continuaban  en  Querétaro.  La  ciudad  estaba  lle- 
na de  gente  no  combatiente,  hombres,  mujeres  y  ni- 
ños y  muchos  sacerdotes,  todo  lo  cual  hacía  muy  nu- 
merosa la  población  pasiva;  y  contribuía  material- 
mente á  la  confusión  é  ineficacia  del  ejército  encerra- 
do dentro  de  los  muros  de  la  ciudad,  la  cual  se  encon- 
traba rodeada  por  las  fuerzas  combinadas  del  Ejér- 
cito del  Xorte  al  mando  de  Escobedo,  en  número  de 
10,000  homl)res,  el  Ejército  del  Centro  al  mando  de 
Corona,  fuerte  de  7,000,  y  otras  fuerzas  adicionales 
que  hacían  subir  la  fuerza  total  de  los  sitiadores  á 
21,000  soldados  y  74  cañones. 

En  la  noche  del  22  de  Marzo,  Márquez  y  Vidaurri, 
con  400  jinetes,  lograron  romper  las  filas  de  los  sitia- 
dores, con  órdenes  de  Maximiliano  de  proseguir  á 
México  y  regresar  con  las  tropas  que  allí  se  encon- 
traban y  auxiliar  á  Querétaro.  Pero  cuando  llegaron 
allí  supo  Márquez  que  el  comandante  de  las  fuerzas 
imperiales  en  Puebla  estaba  para  rendirse  al  Ejér- 
cito del  Este.  Por  lo  cual  resolvió  marchar  inmedia- 
tamente sobre  Puebla  con  cuatro  mil  hombres  de  la 


6  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

capital,  con  la  esperanza  de  derrotar  al  General  Díaz 
ú  obligarlo  a  IcA^antar  el  sitio ;  en  cnyo  caso,  le  sería 
posible  perseguir  al  jefe  liberal  con  una  fuerza  ca- 
si dos  veces  mayor  que  la  del  Ejército  del  Este. 

La  situación  de  los  sitiados  en  Puebla  era  muy 
crítica.  Pero  si  el  General  Díaz  decidía  dar  batalla 
á  Márquez,  podía  ser  atacada  su  retaguardia  por 
las  fuerzas  de  Puebla  al  mando  de  Xoriega;  si  por 
otro  lado  se  resohaa  á  abandonar  el  sitio  y  retirar- 
se á  las  montañas,  el  efecto  moral  sobre  sus  fuerzas 
sería  malísimo;  y  con  toda  probabilidad  un  buen 
número  de  ellas  desertarían. 

Pero  el  hombre  que  había  encontrado  solución  an- 
tes á  muchas  situaciones  desesperadas,  se  determi- 
nó á  hacer  frente  á  la  que  se  le  presentaba  ahora  de 
un  modo  que  parecía  casi  temerario  por  su  gran 
audacia.  Hizo  todos  los  preparativos  para  tomar  por 
asalto  la  ciudad  de  Puebla  antes  de  que  Márquez  ilu- 
diera llegar  al  teatro  de  los  sucesos ;  mas  á  nadie  co- 
municó el  plan  que  había  formado,  ni  siquiera  á  sus 
generales,  por  temor  de  que  pudiera  llegar  á  conoci- 
miento del  enemigo. 

El  31  de  Marzo  del  siguiente  día,  se  enviaron  á  Te- 
huacán  todos  los  enfermos  y  heridos  del  campamen- 
to de  los  sitiadores,  lo  mismo  que  el  equipaje;  me- 
dida que  se  tomó  por  dos  motivos :  uno  de  ellos  era 
colocar  esa  gente  en  seguridad  para  el  caso  desgra- 
ciado de  que  no  tuAdera  éxito  la  desesperada  resolu- 
ción tomada  por  el  comandante  en  jefe,  y  el  otro  era, 
hacer  creer  á  los  sitiados  que  el  Ejército  del  Este  es- 
taba para  retirarse,  á  causa  de  la  venida  de  las  fuer- 
zas imperialistas  al  mando  de  Márquez. 

En  la  noche  del  1°  de  Abril,  cuando  no  era  ya  po- 
sible mantener  en  secreto  sus  planes,  el  General  Díaz 
se  los  reveló  á  Al  atorre,  el  cuartel  maestre  general, 
á  quien  comisionó  para  citar  á  los  demás  generales 
á  un  consejo  de  guerra,  que  tendría  lugar  en  una  ca- 
sa situada  en  la  parte  más  céntrica  del  campo  ocupa- 
do por  las  fuerzas  sitiadoras.  M  uno  solo  de  ellos  sa- 
bía para  qué  se  les  había  citado,  hasta  que  llegaron 


td 


ANTE  LOS  MUROS  DE  PUEBLA.  7 

al  lugar  de  la  reunión,  donde  se  exhibieron  planos 
de  la  ciudad  y  de  las  fortificaciones  y  fueron  expli- 
cados los  detalles  del  proyecto  de  la  desesperada  y 
arriesgada  empresa,  tal  como  los  había  concebido  el 
comandante  en  jefe.  A  cada  uno  de  los  generales  se 
le  asignaron  sus  fuerzas,  y  se  le  instruyó  acerca  de 
lo  que  tenía  que  hacer  y  cuándo  lo  debía  hacer,  á  efec- 
to de  que  el  proyectado  asalto  de  la  ciudad  fuera 
coronado  por  el  éxito. 

El  plan  era  temerario  hasta  la  desesperación; 
pero  el  comandante  en  jefe  lo  había  combinado  tan 
matemáticamente  y  tenía  él  mismo  tanta  fe  en  su 
éxito,  que  inspiró  á  sus  oficiales  la  misma  confian- 
za de  que  estaba  poseído.  La  oportunidad  fué  muy 
bien  escogida;  porque  no  daba  tiempo,  entre  el  mo- 
mento en  que  el  plan  fué  revelado  y  el  principio  de 
su  ejecución,  para  que  los  oficiales  pudieran  reflexio- 
nar acerca  de  lo  desesperado  y  peligroso  de  la  empre- 
sa, y  las  muchas  probabilidades  que  se  podían  j^re- 
sentar  para  convertirla  en  un  fracaso. 

Hacia  la  media  noche  los  oficiales  regresaron  á 
sus  respectivos  regimientos  y  se  comenzaron  los  pre- 
parativos para  el  asalto,  aunque  hasta  esos  momen- 
tos, los  hombres  que  tenían  á  su  mando  estaban  aún 
bajo  la  impresión  de  que  los  preparativos  eran  para 
efectuar  la  retirada  á  Tehuacán.  Tranquilamente  se 
pasó  la  orden  á  todos  los  oficiales  inferiores,  y  poco 
después  de  media  noche  todas  las  fuerzas  del  ejérci- 
to sitiador  fueron  situadas  en  sus  posiciones  respec- 
tivas, para  aguardar  la  señal  del  ataque. 

Las  fuerzas  para  el  asalto  fueron  divididas  en 
diez  y  siete  columnas,  tres  de  las  cuales  estaban  des- 
tinadas á  hacer  un  falso  ataque  sobre  la  poderosa 
fortaleza  de  El  Carmen,  que  se  encontraba  directa- 
mente al  sur  de  la  ciudad,  y  frente  á  las  fuerzas  del 
ejército  sitiador ;  y  el  resto  de  las  columnas  fué  dis- 
tribuido á  lo  largo  de  las  partes  sur  y  este  de  la  ciu- 
dad, listas  para  hacer  un  ataque  combinado  sobre  la 
misma. 

Entre  tanto,  toda  la  artillería  que  tenían  los  sitia- 


8  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

dores,  consistente  en  diez  y  oclio  piezas  de  varias  cla- 
ses, fueron  aproximadas  lo  más  cerca  que  fué  i^osi- 
ble  á  la  fortaleza  de  El  Carmen.  La  oscuridad  de  la 
noclie  favoreció  muclio  esta  operación,  la  cual  no  fué 
descubierta  por  el  enemigo,  hasta  que  todo  kabía  si- 
do puesto  en  su  lugar  para  el  asalto  y  el  ataque  había 
comenzado.  Los  cañones  habían  sido  colocados  de 
tal  modo,  que  podían  hacer  fuego  sobre  la  fortaleza 
por  tres  distintos  lados  al  mismo  tiempo.  La  manio- 
bra de  acercar  la  artillería  á  la  fortaleza  fué  llevada 
á  cabo  á  costa  de  gran  riesgo,  el  cual  estaba  el  Gene- 
ral Díaz  muy  dispuesto  á  correr,  pues  deseaba  crear, 
en  medio  de  la  confusión  producida  por  el  ataque  en 
la  oscuridad  de  la  noche,  la  impresión  en  la  mente  de 
los  defensores  de  El  Carmen,  que  se  les  estaba  ata- 
cando por  la  retaguardia ;  lo  que  implicaba  que  la  ciu- 
dad había  sido  tomada  por  los  sitiadores. 

La  circunstancia  de  que  Márquez,  con  un  ejército 
fuerte  de  cuatro  mil  hombres  estaba  acampado  en 
Guadalux)e,  como  á  treinta  y  cinco  millas  de  distan- 
cia, y  los  aparentes  preparativos  que  de  retirada  ha- 
bían estado  haciendo  los  sitiadores  todo  ese  día  y  el 
anterior,  habían  producido  cierto  sentimiento  de  se- 
guridad en  la  ciudad  sitiada,  donde  se  esperaba  con 
toda  confianza  que  los  liberales  se  aprovecharían  de 
la  noche  para  comenzar  su  retirada  á  Tehuacán,  por 
lo  que  cualquier  ruido  que  se  hubiera  oído  de  mar- 
cha de  soldados  y  de  artillería,  se  hubiera  atribuido 
indudablemente  á  los  movimientos  incidentales  de 
la  tan  esperada  retirada. 

Cuando  todo  estuvo  listo  para  el  ataque,  asegura 
el  mismo  General  Díaz  que  había  tal  escasez  de  par- 
que, que  se  vio  obligado  á  recoger  los  cartuchos  que 
tenía  la  caballería  y  distribuirlos  entre  la  infantería. 
Al  mismo  tiem])o  dio  órdenes  á  la  primera  que,  en 
caso  de  que  hubiera  necesidad  de  que  tomaran  parte 
en  la  batalla,  deberían  pelear  con  sus  lanzas  y  sus 
sables. 

Eran  las  3  y  15  de  la  mañana  del  2  de  Abril,  cuan- 
do la  artillería  de  los  sitiadores  colocada  á  corta  dis- 


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ANTE  LOS  MUROS  DE  PUEBLA.  9 

tancia,  abrió  un  fuego  terrible  sobre  las  trinclieras 
y  el  fuerte  de  El  Carmen.  Y  bajo  cubierta  de  la  arti- 
llería, la  primera  de  las  tres  columnas  destinada  al 
falso  ataque,  se  movió  rápidamente  hacia  las  trinche- 
ras, atravesando  una  larga  distancia  de  campo  raso 
y  sin  ninguna  protección.  Se  encontró  con  un  fuego  te- 
rrible de  parte  del  enemigo,  no  obstante  lo  cual,  lle- 
garon los  soldados  á  100  metros  de  distancia  de  su 
punto  objetivo,  cuando  se  vieron  obligados  á  ponerse 
en  retirada  dejando  muclios  muertos  y  heridos  en  el 
campo. 

Inmediatamente  fué  mandada  la  segunda  colum- 
na en  auxilio  de  la  primera.  Atravesando  el  llano  á 
paso  redoblado,  y  haciendo  frente  al  bien  dirigido 
fuego  del  enemigo,  llegó  hasta  el  muro  de  tierra  de 
las  fortificaciones  exteriores,  donde,  á  su  turno,  se 
vio  obligada  á  retirarse  después  de  experimentar  se- 
rias pérdidas. 

La  tercera  columna,  que  fué  enviada  en  apoyo  de 
la  segunda,  llegó  también  á  las  murallas  exteriores, 
las  que  intentó  tomar  por  asalto.  Algunos  soldados 
llegaron  hasta  á  escalar  las  trinclieras  y  pasar  al  es- 
pacio de  fortificaciones  que  seguía  del  otro  lado ;  pe- 
ro al  fin  se  vieron  también  obligados  á  retirarse  con 
grandes  pérdidas ;  pues  el  enemigo  se  había  apresura- 
do á  enviar,  con  la  mayor  rapidez,  refuerzos  al  pun- 
to atacado,  y  continuaron  llegando  en  números  abru- 
madores. Efectivamente,  con  tanta  realidad  se  había 
representado  el  ataque  simulado,  que  hasta  la  reser- 
YR  de  dentro  de  la  ciudad  había  sido  enviada  apresu- 
radamente en  auxilio  de  El  Carmen. 

Esto  era  lo  que  había  previsto  el  General  Díaz; 
pues  había  determinado  que  el  falso  ataque  sobre  la 
fortaleza  de  El  Carmen,  tuviera  una  a])ariencia  su- 
ficiente real  para  atraer  la  atención  de  la  guarni- 
ción de  la  parte  de  la  ciudad  que  esperaba  tomar 
por  asalto. 

Se  habían  suspedido  trapos  empa])ados  de  tre- 
mentina de  un  alambre  que  se  tendió  entre  una  y  otra 
torre  de  la  iglesia  oue  estaba  situada  sobre  el  monte 


10  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

de  San  Juan,  al  oeste  de  la  ciudad,  lugar  donde  po- 
dían ser  vistos  muy  distintamente  de  todas  partes. 
¡Estos  trapos,  que  estaban  á  una  considerable  altura 
del  terreno,  debían  ser  encedidos  como  señal  para 
comenzar  el  ataque  combinado  sobre  la  ciudad  por 
las  catorce  columnas  restantes  del  ejército  sitiador. 

En  medio  del  ruido  atronador  de  la  batalla  que 
tenía  lugar  en  el  barrio  de  El  Carmen,  el  resto  del 
ejército  de  los  sitiadores  aguardaba  ansiosamente 
por  la  señal  de  ataque.  Kepentinamente  las  notas  de 
nn  clarín  se  oyeron  so])re  el  ruido  que  se  producía  en 
el  teatro  del  conflicto ;  y  un  momento  después  el  in- 
menso lienzo  empapado  en  trementina  se  inflamaba, 
formando  poderosa  llamarada  que  iluminaba  todo  el 
monte  de  San  Juan,  y  anunciando  el  ataque  que  debía 
hacerse  en  ese  momento  sobre  la  ciudad  por  diferen- 
tes lados,  por  las  numerosas  columnas  destinadas  á 
ese  objeto. 

Las  fuerzas  de  ataque,  llevando  consigo  escaleras 
para  poder  avanzar  los  muros  y  otras  defensas  de  la 
ciudad,  ocuparon,  sin  la  menor  pérdida  de  tiempo, 
los  espacios  que  habían  entre  ellas  y  las  trinclieras 
del  enemigo,  barriendo  todo  lo  que  encontraban  á  su 
paso,  á  pesar  del  mortífero  fuego  de  balas  y  grana- 
das que  llovían  sobre  ellos,  que  si  lúen  diezmaban  el 
número  de  sus  fuerzas,  no  disminuían  en  lo  más  míni- 
mo su  empuje  y  su  valor.  Adelante  prosiguieron  co- 
mo un  torrente,  lanzándose  sobre  las  trinclieras  y 
los  muros  y  pasando  sobre  todo  hasta  internarse  en 
la  ciudad.  Y  tan  completa  fué  la  sorpresa,  que  quin- 
ce minutos  después  de  que  el  ]irimer  soldado  libe- 
ral había  escalado  los  muros  de  Puebla,  no  se  ofrecía 
resistencia  dentro  de  la  ciudad,  más  que  desde  las  to- 
rres de  la  catedral  y  desde  las  alturas  de  El  Carmen 
y  San  Agustín. 

Pero  si  bien  la  ciudad  había  sido  tomada,  y  sus 
defensores  habían  tenido  que  huir  unos  y  otros  ha- 
bían tenido  que  rendirse,  la  posición  del  ejército  Adc- 
torioso  no  se  |)odía  considerar  segura  bajo  ningún 
concepto:  pues  las  ])0(lerosas  fortalezas  situadas  en 


Gknerai^  Carlos  Pacheco. 


ANTE  LOS  MUROS  DE  PUEBLA.  11 

los  cerros  al  este  y  norte  de  la  ciudad,  coiitiniiabari 
haciendo  fuego  sobre  los  grupos  de  soldados  libera- 
les, por  donde  quiera  que  eran  distinguidos  recorrien- 
do las  calles  de  la  ciudad  conquistada. 

Cada  casa  parecía  también  una  fortaleza,  que  vo- 
mitaba descargas  cerradas  sobre  los  asaltantes,  desde 
los  techos,  los  balcones,  las  ventanas  j  las  puertas. 
Pero  todo  esto  no  retardó  ni  un  solo  momento  el  avan- 
ce Aictorioso  de  los  soldados  liberales.  Se  llevaron 
á  cabo  tantos  prodigios  de  valor  y  fueron  tantos  los 
valientes,  que  más  tarde  le  fué  imx:)osible  al  coman- 
dante en  jefe  mencionarlos  a  todos  en  su  informe  de 
la  batalla  al  Departamento  de  la  Guerra. 

El  General  Carlos  Pacheco,  que  tenía  á  su  cargo 
la  columna  de  ataque  que  se  dirigió  sobre  las  fortifi- 
caciones de  la  calle  de  Siempreviva,  fué  herido  pri- 
mero en  la  pantorrilla  de  la  pierna  clerecha,  poco  ra- 
to después  en  el  brazo  izquierdo,  y  como  aim  así  con- 
tinuaba dirigiendo  el  ataque,  una  bala  de  cañón  le 
destrozó  la  cadera  izquierda.  Un  soldado  lo  levantó 
en  brazos  é  intentó  llevarlo  á  un  lugar  menos  peli- 
groso ;  pero  apenas  había  caminado  unos  pocos  pasos 
con  su  carga,  cuando  una  granizada  de  metralla  hizo 
blanco  en  ambos,  rompiendo  el  brazo  derecho  al  co- 
mandante é  hiriendo  gravemente  al  hombre  que  lo 
conducía.  Sin  embargo,  el  General  Pacheco,  á  pesar 
de  haber  perdido  la  pierna  izquierda  y  el  brazo  dere- 
cho, vivió  para  ocupar  A^^arios  puestos  públicos  de  im- 
portancia, entre  los  cuales  citaremos  los  de  Jefe  de 
los  Departamentos  de  Fomento  y  de  Guerra  y  Mari- 
na en  el  gabinete  del  General  Díaz.  En  ambos  pues- 
tos prestó  excelentes  servicios,  cooperando  en  el  fo- 
mento del  progreso  y  en  el  establecimiento  de  la  paz 
l^or  toda  la  Kepública. 

Casi  todos  los  oficiales  y  soldados  sobrevivientes, 
pasaron  por  experiencias  casi  tan  peligrosas  y  emo- 
cionantes como  la  del  General  Pacheco,  aunque  con 
resultados  menos  graves;  pues  la  batalla  se  convir- 
tió en  una  lucha  cuerpo  á  cuerpo  por  las  calles  de  la 
ciudad,  y  al  mismo  tiempo  los  soldados  republicanos, 


12  DÍAZ  T  MÉXICO. 

y  con  frecuencia  también  los  imperialistas,  se  veían 
Í3lanco  de  constantes  descargas  que  les  hacían  desde 
las  A^entanas  de  las  casas.  Pero  las  manzanas  de  edi- 
ficios fueron  tomadas  rápidamente,  calle  tras  calle, 
y  pronto  miles  de  prisioneros  se  encontraban  en  ma- 
nos de  las  tropas  Aictoriosas.  Entre  dicbos  prisione- 
ros estaban  algunos  oficiales  que  habían  desertado 
antes  de  las  filas  liberales,  siendo  el  principal  entre 
ellos  el  General  Mariano  Trujeque,  el  famoso  jefe  de 
caballería,  que  en  dos  distintas  ocasiones  había  trata- 
do de  asesinar  al  General  Díaz.  Después  de  la  toma  de 
la  ciudad,  se  le  encontró  oculto  detrás  de  un  pequeño 
almacén,  entre  unos  bultos  de  mercaderías,  de  donde 
fué  sacado  por  algunos  soldados  liberales. 

De  acuerdo  con  la  ley  del  25  de  Agosto,  todos  los 
desertores  de  las  filas  liberales  á  que  nos  hemos  re- 
ferido arriba,  fueron  juzgados  por  corte  marcial  y 
fusilados,  entre  ellos  Trujeque. 

Pero  aunque  muchos  ])risioneros  habían  sido  he- 
chos durante  y  después  de  la  captura  de  la  ciudad, 
muchos  soldados  y  oficiales  imperialistas  se  habían 
escapado  á  las  dos  fortalezas  de  los  cerros  del  norte 
de  la  población,  Guadalupe  y  Loreto,  las  cuales  con- 
tinuaron bombardeando  á  los  victoriosos  después  de 
la  caída  de  Puebla,  sembrando  la  muerte  entre  ami- 
gos y  enemigos,  con  la  vana  esperanza  de  que  Már- 
quez, quien  se  sabía  estaba  no  lejos  del  lugar,  llega- 
ra en  su  auxilio. 

Pero  en  lugar  de  Márquez  se  encontraron  los  de- 
fensores de  las  fortalezas  con  la  llegada  de  las  fuer- 
zas liberales  al  mando  del  General  Ley  va,  en  niime- 
ro  de  dos  mil,  distribuidos  por  igual  en  caballería  é 
infantería,  y  trayendo  consigo  dos  piezas  de  artille- 
ría de  montaña  que  poder  agregar  á  la  formidable  ba- 
tería que  estaba  dentro  de  la  ciudad,  la  cual  pronto 
sería  dirigida  sin  la  menor  consideración  sobre  las 
dos  fortalezas,  que  habían  representado  un  papel  tan 
importante  y  heroico  en  los  tres  emocionantes  sitios 
por  que  había  pasado  la  ciudad  desde  la  llegada  del 
Ejército  Francés  de  Intervención  á  México. 


ANTE  LOS  MUROS  DE  PI'EBLA.  15 

Toda  la  artillería  pesada  que  se  le  había  captura- 
do al  enemigo,  fué  dirigida  sobre  los  dos  fuertes,  y 
se  Mcieron  toda  clase  de  preparativos  para  obligar- 
los á  rendirse  á  la  mayor  brevedad.  Esto,  la  apari- 
ción de  Leyva  en  el  teatro  de  los  sucesos  y  la  no  veni- 
da de  Márquez  en  su  auxilio,  cuando  se  comprendía 
que  no  podía  dejar  de  liaber  sabido  los  acontecimien- 
tos que  estaban  teniendo  lugar  desde  hacía  varios 
días,  desanimó  á  los  imperialistas,  y  á  las  tres  de  la 
mañana  del  4  de  Abril,  justamente  cuarenta  y  ocho 
horas  después  que  los  liberales  habían  hecho  su  pri- 
mer ataque  contra  la  ciudad,  llegó  del  cerro  de  Gua- 
dalupe un  oficial,  acompañado  de  su  corneta  provisto 
de  una  linterna,  suplicando  se  le  condujera  al  cuar- 
tel general.  Una  vez  allí,  presentó  un  ofrecimiento  de 
rendición  á  condición  de  ciertas  garantías.  Este  men- 
sajero fué  detenido.  A  las  cinco  de  la  mañana  apareció 
otro,  el  cual  fué  también  detenido.  Poco  tiempo  des- 
pués apareció  un  tercero,  esta  vez  del  fuerte  de  Lore- 
to.  Como  todo  esto  era  señal  patente  de  apuro,  fué 
enviado  de  regreso  uno  de  estos  mensajeros  con  el  in- 
forme, de  que  el  comandante  en  jefe  de  las  furzas  li- 
berales no  aguardaba  sino  la  claridad  del  día  para 
comenzar  á  bombardear  los  dos  fuertes  con  toda  la 
artillería  de  que  disponía  la  ciudad,  y  que  lo  ímico 
que  podría  evitar  esto,  era  la  rendición  incondicional 
de  las  dos  fortalezas. 

El  plazo  concedido  era  corto ;  por  lo  que,  designes 
de  apresurado  parlamento,  las  fortalezas  de  Loreto 
y  Guadalupe  se  rindieron  á  discreción. 

Debido  a  la  circunstancia  de  que  cierto  número  de 
oficiales  liberales  que  habían  desertado  á  las  filas  im- 
perialistas y  habían  sido  hechos  prisioneros  en  la  to- 
ma de  Puebla,  fueron  juzgados  militarmente  y  fusi- 
lados, reinaba  gran  pánico  y  terror  entre  los  oficiales 
mexicanos  de  las  fuerzas  imperialistas  capturadas 
en  los  fuertes  de  Guadalupe  y  Loreto.  Estos  habían 
sido  reunidos  y  alojados  en  calidad  de  prisioneros  en 
un  departamento  del  Palacio  Municipal,  en  unión 
de  algunos  otros  capturados  en  la  ciudad  en  la  ma- 


14  DÍAZ  T  MÉXICO. 

ñaua  del  2  de  Abril.  La  comunidad  eu  que  se  encon- 
traban contribuía  á  aumentar  sus  temores  y  se  da- 
ban ya  por  i^erdidos.  Tan  seguros  estaban  de  morir, 
que  hicieron  una  síifílica  al  General  Díaz  i^ara  que 
les  permitiera  recibir  las  risitas  de  su  amigos,  y  la 
entrada  á  la  prisión  de  los  sacerdotes  que  iban  á  oír 
su  última  confesión. 

El  permiso  fué  concedido;  pero  ninguna  manifes- 
tación favorable  de  parte  del  General  Díaz  acompa- 
ñó al  permiso.  Todo  lo  contrario,  se  dieron  órdenes 
para  que  se  les  proveyera  de  materiales  de  escribir, 
sobres  y  sellos;  todo  lo  cual,  de  acuerdo  con  diclia 
orden,  se  distribuyó  entre  ellos  liberalmente,  y  se 
señalaron  cuartos  especiales  donde  iludieran  estar 
solos  con  el  sacerdote  que  los  confesara.  A  todos  se 
les  i^ermitió  escribir  sus  cartas  de  despedida,  hacer 
sus  testamentos,  confesarse,  y  en  fin,  prepararse  pa- 
ra una  pronta  muerte.  Entre  los  prisioneros  que  así 
se  prepararon,  estaban  varios  obispos  3^  sacerdotes 
que  se  habían  manifestado  muy  activos  en  la  defen- 
sa de  la  causa  im])erialista.  El  número  total  de  pri- 
sioneros era  como  de  300,  incluyendo  varios  jefes  con- 
servadores que  ya  estaban  sentenciados  á  muerte. 

La  ciudad  se  encontraba  grandemente  exitada  con 
lo  que  prometía  ser  uno  de  los  fusilamientos  más  sen- 
sacionales de  la  historia  deMéxico ;  pues  los  prisione- 
ros incluían  la  flor  y  nata  de  las  fuerzas  imperialistas 
de  Puebla,  los  altos  dignatarios  de  la  iglesia,  lo  mis- 
mo que  varios  ricos  magnates  cuyos  nombres  eran  co- 
nocidos de  un  extremo  á  otro  de  la  República.  Era  un 
terrible  holocausto,  capaz  de  hacer  vacilar  de  horror 
á  las  naciones  de  América  y  Europa,  y  de  hacer  tem- 
blar á  los  mexicanos  de  nota  que  habían  abrazado  la 
causa  del  imperio.  Y  todo  se  haría  de  acuerdo  con 
una  ley  que  había  sancionado  Juárez,  ley  que  había 
sido  sancionada  también  i:>or  las  prácticas  de  la  mis- 
ma administración  imperial. 

A  las  tres  de  la  tarde,  cuando  todos  se  habían  ya 
preparado,  cada  cual  á  su  modo,  para  recibir  la 
muerte,  los  jefes  prisioneros  fueron  llevados  al  Pa- 


(ÍKNEUAL    FlíAXCIf^CO    I.EYVA. 


ANTE  LOS  MUROS  DE  PUEBLA.  15 

lacio  Episcopal,  donde  se  encontraron  con  otros  pri- 
sioneros de  rango  y  con  el  mismo  General  Díaz  en 
persona,  con  nna  expresión  adnsta  é  implacable  en 
el  semblante.  Annqne  estas  300  i^ersonas  se  encontra- 
ban á  las  puertas  de  la  muerte,  contemplaban  con 
cierta  curiosidad  al  hombre  que,  inexorable  como  el 
destino,  babía  decretado  la  muerte  de  todos  y  cada 
uno  de  ellos. 

En  medio  del  más  profundo  silencio,  el  comandan- 
te en  jefe  del  Ejército  del  Este  dirigió  la  palabra  á 
la  resignada  y  desahuciada  multitud  de  prisioneros 
que  tenía  delante.  Comenzó  manifestándoles  que  to- 
dos ellos  merecían  la  pena  de  muerte  y  que  la  ley  pe- 
día fueran  ejecutados,  porque  habían  traicionado  á 
su  patria  en  la  hora  en  que  ésta  más  los  necesitaba. 
Estas  eran  i)alabras  que  sonaban  como  un  doble  fú- 
nebre en  los  oídos  de  aquellos  hombres  que,  según 
ellos  mismos  creían,  se  encontraban  á  las  puertas  de 
la  muerte. 

Luego,  cambiando  de  tono,  el  orador  continuó  di- 
ciendo, que  en  vista  de  la  circunstancia  que  los  reos 
eran  tan  numerosos,  tenía  convicción  de  que  el  Go- 
bierno, una  vez  en  conocimiento  de  la  verdadera  si- 
tuación, se  inclinaría  á  la  gracia.  Pero  que  la  ley  re- 
quería que  se  les  mantuviera  aún  en  el  más  riguroso 
confinamiento,  hasta  que  fuera  definitivamente  de- 
cidida su  suerte. 

Esto  indicaba  una  esperanza  de  vida,  cuando  un 
minuto  antes  se  consideraba  como  segura  su  muerte, 
y  un  suspiro  general  de  consuelo  estremeció  los  pe- 
chos de  los  300  prisioneros. 

Luego,  suavizando  aún  más  el  tono  de  voz,  el  ora- 
dor continuó  diciéndoles,  que  también  él  sabía  lo  que 
era  sufrir  prisión  por  la  causa  que  había  defendido, 
que  había  experimentado  todas  las  penas  que  acom- 
pañan á  semejante  situnción,  y  que  su  deseo  era  evi- 
társelas si  era  posible.  Con  este  fin,  gustoso  permiti- 
ría á  todos  salir  de  la  prisión  como  hombres  libres,  si 
daba  cada  uno  por  escrito,  su  formal  promesa  de  pre- 
sentarse á  ser  juzgados,  siempre  que  el  Gobierno  así 


K)  DÍAZ  T  MÉXICO. 

lo  resolviera,  al  recibir  aAÍso  á  ese  efecto  por  medio 
de  la  prensa. 

La  escena  que  se  siguió  fué  indescriptible.  Hom- 
bres rigorosos  lloraban,  mientras  que  otros  eran  aco- 
metidos de  manifestaciones  histéricas  á  causa  de  la 
tremenda  reacción  que  había  tenido  lugar  en  sus  sen- 
timientos ;  pues  era  aquello  para  los  prisioneros,  co- 
mo comprenderán  nuestros  lectores,  una  verdadera 
resurrección. 

Todos  manifestaron  su  voluntad  de  firmar  lo  de- 
seada promesa,  y  cada  uno  de  ellos,  después  de  fir- 
marla, fué  puesto  en  completa  libertad. 

Esto  fué  el  principio  de  esa  política  de  Porfirio 
Díaz,  de  esforzarse  por  convertir  en  amigos  á  sus  ene- 
migos, que  ha  seguido  durante  toda  su  carrera  co- 
mo Primer  Magistrado  de  la  Xación  mexicana,  po- 
lítica que  ha  contribuido  más  que  cualquier  otro  fac- 
tor, á  unir  al  pueblo  j  á  construir  el  México  moder- 
no. A  esa  misma  x^olítica  debe  ser  atribuido  el  hecho 
de  que  muclio  tiempo  después,  se  encontraran  for- 
mando parte  de  su  ministerio  algunos  de  los  imperia- 
listas más  i^ronunciados  de  aquellos  días,  y  que  hoy 
se  encuentre  su  gobierno  apoyado  por  las  antiguas 
familias  aristocráticas  y  aún  por  la  misma  Iglesia 
Católica ;  la  cual,  si  bien  obligada  á  vivir  dentro  de 
las  leyes  de  la  reforma,  ha  sido  protegida  en  todos  los 
derechos  que  le  concede  la  Constitución.  Aunque  Por- 
firio Díaz  fué  el  gran  caudillo  del  movimiento  con- 
tra el  poder  de  la  Iglesia ;  ésta  iiltima,  que  probable- 
mente nunca  ha  simpatizado  con  su  actitud  en  cues- 
tiones religiosas  y  de  autoridad  eclesiástica  en  asun- 
tos temporales,  ve  en  él  el  símbolo  de  la  ley  y  el  orden, 
y  un  fuerte  baluarte  contra  la  anarquía,  el  socialis- 
mo ignorante  y  el  reinado  del  populacho ;  y  como  tal, 
tiene  el  apoyo  político  de  la  Iglesia.  En  otras  pala- 
bras, se  le  mira  como  al  hombre  más  á  propósito  pa- 
ra dirigir  la  situación  actual.  Esta  es  una  de  las  me- 
jores alabanzas  que  se  ]>ueden  tributar  á  su  genio 
como  estadista  y  diplomático. 


(jkxkral  Porfirio  Díaz  ex  1867. 


ANTE  LOS  MUROS  DE  PUEBLA.  17 

Pero  no  liemos  terminado  aún  la  dramática  esce- 
na que  veníamos  relatando. 

Entre  los  prisioneros  estaba  el  Coronel  Vital  Es- 
camilla,  Jefe  Político  del  Distrito  de  Matamoros  Izú- 
car,  y  el  mismo  que,  en  un  exceso  de  celo  imperialista, 
había  ofrecido  aumentar  con  sus  propios  fondos  el 
premio  ofrecido  por  el  Conde  de  Thiim  á  quien  entre- 
gara el  General  Díaz  muerto  ó  vivo.  El  Coronel  ha- 
bía permanecido  oculto  entre  la  muchedumbre,  apa- 
rentemente temeroso  de  acercarse  á  firmar  su  promesa. 

El  Coronel  Visoso,  oficial  liberal  y  antiguo  amigo 
de  Escamilla,  se  acercó  al  General  Díaz  y  le  suidIícó 
lo  perdonara,  ocultándole  la  circunstancia  de  que  se 
encontraba  entre  los  prisioneros.  Pero  Díaz,  á  quien 
hacía  poco  rato  le  habían  señalado  á  Escamilla  co- 
mo el  hombre  que  lo  había  perseguido  á  muerte,  con- 
cedió á  Visoso  lo  que  pedía,  y  llamó  al  mismo  tiem- 
po á  Escamilla  por  su  nombre  de  entre  la  multitud 
que  tenía  enfrente;  y  cuando  éste  último  se  ai^roxi- 
mó,  informó  tanto  á  él  como  á  A^isoso,  que  si  no  se  en- 
contraba aún  en  libertad,  era  porque  no  había  fir- 
mado aún  su  promesa,  lo  cual  esperaba  que  hiciera 
tan  luego  como  llegara  su  turno. 

Escamilla  llegó  á  ser  después  uno  de  los  amigos 
más  íntimos  del  General  Díaz,  y  fué  miembro  del  Con- 
greso durante  la  administración  de  este  último. 

El  4z  de  Abril  se  publicó  una  orden  general  de  los 
cuarteles  del  Ejército  del  Este,  al  efecto,  de  que  todos 
los  prisioneros  hechos  en  las  batallas  de  Miahuatlán 
y  la  Carbonera,  la  toma  de  la  ciudad  de  Oaxaca,  el 
asalto  de  Puebla  y  la  rendición  de  los  fuertes  de  Gua- 
dalupe y  Loreto,  serían  puestos  en  libertad,  con  per- 
miso de  residir  en  cualquier  parte  del  país  que  les  con- 
viniera, donde  estarían  bajo  la  Aigilancia  de  las  auto- 
ridades locales,  y  sujetos  al  llamado  del  Gobierno  Fe- 
deral. La  orden  también  agregaba,  que  todos  los  ex- 
tranjeros que  se  encontraran  entre  los  prisioneros, 
quedarían  sujetos  á  las  mismas  condiciones,  con  la 
única  excepción,  de  que  si  deseaban  abandonar  la  Ke- 
pública,  estaban  en  libertad  de  hacerlo. 


CAPITULO  XXXV. 

San    Lorenzo. 

El  5  de  Abril,  esto  es,  al  día  siguiente  de  los  acon- 
tecimientos relatados  en  el  capítulo  anterior,  el  Ge- 
neral Díaz  j)artió  en  persecución  del  ejército  imperia- 
lista de  Márquez,  quien  no  se  había  atrevido  á  acer- 
carse á  Puebla,  desde  que  supo  que  esta  ciudad  ha- 
bía caído  en  poder  de  los  liberales,  prefiriendo  reti- 
rarse, con  la  determinación  de  regresar  á  la  capital 
de  la  Eepública  tan  luego  como  le  fuera  posible.  Pe- 
ro el  jefe  liberal  lo  siguió  sin  la  menor  pérdida  de 
tiemi)o.  En  la  mañana  del  6  de  Abril,  un  día  después 
de  haber  salido  de  Puebla,  llegó  á  Apizaco,  donde 
tuvo  el  desagrado  de  saber  que  Márquez  había  parti- 
do ya  para  Huamantla. 

Dejando  aras  la  infantería  y  la  artillería,  el  Ge- 
neral Díaz  continuó  la  persecución  de  las  fuerzas  im- 
perialistas con  sólo  la  caballería,  con  el  objeto  de 
poder  darles  alcance.  De  este  modo  logró  avistarse 
con  la  caballería  de  Márquez  en  San  Diego  Notario, 
é  inmediatamente  la  atacó.  Después  de  una  sangrien- 
ta refriega,  la  obligó  á  retirarse  hacia  el  núcleo  de 
las  fuerzas  enemigas,  donde  se  vio  ya  libre  de  la  per- 
secución de  que  era  objeto,  pues  la  artillería  imperia- 
lista abrió  fuego  sobre  la  caballería  liberal,  la  cual 
se  vio  obligada  á  ponerse  fuera  del  alcance  de  los 
cañones  después  de  haber  perdido  veinte  ó  más  hom- 
bres. 

Al  día  siguiente  se  le  unieron  al  General  Díaz  las 
fuerzas  de  Lalanne,  consistentes  en  400  jinetes  y  GOO 
soldados  de  infantería.  Díaz  le  ordenó  detener  á  to- 
da costa  á  Márquez  ínter  podía  él  acercar  la  infan- 
tería y  artillería. 

Lalanne  cumplió  literalmente  las  órdenes  que  se 
le  dieron,  y  mantuvo  en  jaque  á  los  imperialistas 
hasta  que  sus  tropas  fueron  casi  completamente  ani- 


SAíí  LORENZO.  19 

qiiilaclas.  Pero  había  llenado  su  misión  con  la  mayor 
eficacia,  pues  detuvo  á  Márquez  el  tiemi^o  suficiente 
para  que  fuera  alcanzado  por  el  grueso  de  las  fuer- 
zas del  ejército  liberal  en  San  Lorenzo.  La  orden  que 
liabía  recibido  Lalanne,  era  de  detener  á  Márquez 
aunque  fuera  solamente  por  una  liora.  A  las  8  de 
la  mañana  del  8  de  Abril  se  encontró  con  las  fuerzas 
imperialistas  en  Zotoluca,  y  aquí  presentó  batalla, 
efectuando  su  retirada  gradualmente  y  atacando  á 
intervalos,  de  cuyo  modo  logró  detener  al  enemigo 
hasta  las  tres  de  la  tarde,  hora  en  que  sus  fuerzas  ha- 
bían quedado  tan  reducidas,  que  no  le  fué  ya  posible 
impedir  el  paso  á  los  imperialistas. 

Entre  tanto,  el  General  Díaz  con  su  ejército  ha- 
bía dado  alcance  á  Márquez  entre  San  Nicolás  y  San 
Lorenzo,  en  el  preciso  momento  en  que  los  restos  del 
pequeño  ejército  de  Lalanne  habían  comenzado  á  huir 
en  todas  direcciones.  Se  encontró  primero  con  la  caba- 
llería enemiga,  á  la  cual  obligó  á  replegarse  después 
de  hacerle  sufrir  pérdidas  considerables.  Debemos  ad- 
vertir, que  á  Márquez  no  se  le  veía  la  menor  inclina- 
ción de  presentar  batalla  á  las  fuerzas  liberales,  que 
tan  repentinamente  se  le  habían  aparecido. 

Esa  misma  noche  del  8  de  Abril,  el  General  Díaz 
desplegó  sus  fuerzas  en  semicírculo  alrededor  del 
enemigo.  El  sigTiiente  día  ambas  fuerzas  lo  pasaron 
frente  á  frente.  El  comandante  en  jefe  liberal  reco- 
noció cuidadosamente  la  posición  del  enemigo,  y  que- 
dó satisfecho  de  la  distribución  que  había  hecho  de 
sus  fuerzas.  ínter  esto  tenía  lugar,  llegaron  á  su 
campamento  cuatro  mil  hombres  al  mando  del  Gene- 
ral Guadarrama.  Este  último  había  sido  despachado 
por  Escobedo  poco  tiempo  antes  desde  Querétaro, 
con  la  misión  de  vigilar  á  Márquez ;  por  cuyo  motivo 
tuvo  en  esta  ocasión  la  oportunidad  de  ofrecer  sus 
servicios  al  General  Díaz. 

Informado  Márquez  de  este  repentino  aumento 
en  la  fuerza  del  ejército  liberal,  decidió  retirarse  y 
hacer  lo  posible  por  llegar  á  la  ciudad  de  México. 
Con  este  objeto  comenzó  á  evacuar  su  campamento 


20  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

en  ]a  madrugada  del  día  siguiente  y  se  dirigió  á  San 
Cristóbal  por  el  camino  de  Texcoco. 

Tan  luego  como  supo  esto  el  General  Díaz,  dio 
órdenes  para  que  se  avisara  á  la  gente  de  Calpulál- 
pam  que  destruyera  el  puente  de  San  Cristóbal,  á 
lo  cual  x^rocedieron  sin  la  menor  dilación.  Pero  no 
habían  aún  completado  su  trabajo,  por  ser  la  estruc- 
tura grande  y  fuerte,  cuando  apareció  la  vanguardia 
del  ejército  imperialista. 

Entre  tanto,  las  tropas  liberales  en  toda  su  fuer- 
za conducidas  por  el  comandante  en  jefe,  se  habían 
puesto  en  activa  persecución  de  Márquez,  á  quien  al- 
canzaron en  los  momentos  en  que  estaba  haciendo 
esfuerzos  sobrehumanos  por  hacer  pasar  por  el  me- 
dio derruido  puente  su  infantería,  que  por  cierto,  se 
encontraba  ya  parcialmente  desmoralizada. 

Viendo  el  jefe  imperialista  que  era  imposible  pa- 
sar por  la  barranca  su  artillería,  ordenó  que  fuera 
arrojada  al  precipicio,  que  en  este  lugar  era  de  con- 
siderable altura.  De  suerte  que  no  le  quedaron  para 
contener  el  avance  del  enemigo  más  que  dos  pequeños 
cañones  que  había  logrado  pasar  á  lomo  de  muía  al 
otro  lado  de  la  barranca. 

Márquez  trató  de  hacer  resistencia,  pero  muy  lue- 
go tuvo  que  ponerse  en  precipitada  fuga  con  rumbo 
á  la  ciudad  de  México,  dejando  en  poder  de  los  vic- 
toriosos liberales  todo  el  equipaje,  sus  cofres  de  di- 
nero y  dos  mil  prisioneros. 

Como  es  natural,  la  caballería,  que  formaba  la 
mejor  parte  de  las  fuerzas  imperiales,  logró  fran- 
quear la  barranca.  Dicha  caballería  estaba  formada 
principlmente  por  austríacos  y  tenía  entre  sus  ofi- 
ciales guerreros  tan  famosos  como  Kodolich,  Wic- 
kenburg  y  Kevenhueller,  que  pelearon  braA'^amente 
por  todo  el  camino  hasta  Texcoco;  pues  la  caballería 
liberal  continuó  la  persecución  durante  todo  el  día 
hasta  que  comenzó  á  oscurecer.  En  esta  retirada  los 
imperialistas  experimentaron  considerables  pérdi- 
das. 

El  día  siguiente,  la  caballería  liberal  al  jnando 


General  Leonakdo  Máucíuez. 


SAíí  L01ÍE?íZ0.  21 

de  Le.yva  continuó  la  persecución  no  desamparando 
la  retaguardia  del  enemigo  hasta  llegar  á  los  muros 
de  la  ciudad  de  México.  La  retirada  fué  desastrosa 
para  las  tropas  de  Márquez,  i)ues  la  noticia  de  su 
derrota  los  liabía  precedido  y  los  indígenas  habían 
destruido  los  puentes  del  camino  que  tenían  que  se- 
guir, obligándolos  así  á  atravesar  peligrosas  barran- 
cas y  ríos,  donde  tuAÍeron  muchas  pérdidas  que  la- 
mentar. Muchos  de  los  jinetes  quedaron  hundidos  en 
los  fangales  y  pantanos,  de  donde  les  era  imposible 
inestricarse,  siendo  fácil  presa  del  enemigo  que  im- 
placable los  i)erseguía. 

Márquez  llegó  á  la  capital  de  la  República,  de 
donde  había  salido  pocos  días  antes  lleno  de  esi)eran- 
zas  á  la  cabeza  de  su  ejército  discii)]iiiado  de  cuatro 
mil  hombres ;  llegó,  decimos,  con  sólo  su  caballería, 
compuesta  ])rinci])almente  de  austríacos^  que  logra- 
ron escapar  gracias  á  estar  bien  montados.  El  mismo 
día  que  entró  el  jefe  imperialista  á  la  ciudad,  luiede 
decirse  que  comenzó  el  sitio  de  la  capital  de  la  Repú- 
blica. 


CAPITULO  XXXVI. 

Los  últimos  días  del  Imperio. 

El  12  de  Abril,  diez  días  después  de  la  toma  de 
Puebla,  y  dos  después  de  la  derrota  de  Márquez  en 
Sau  Lorenzo,  las  tropas  liberales  comenzaron  á  ro- 
dear formalmente  la  ca])ital  de  la  Kepública.  Las 
primeras  líneas  se  extendían  por  más  de  diez  millas, 
distancia  comparativamente  grande  (pie  tenía  que 
ser  cubierta  con  las  ])ocas  tropas  de  que  disponía  el 
comandante  en  jefe  del  Ejército  del  Este.  El  traba- 
jo de  cii'cunvalación  fué  comenzado  inmediatamente 
y  las  líneas  de  trincheras  se  construyeron  tan  rápi- 
damente como  fué  ])0sible.  El  General  Díaz  dirigía 
personalmente  todas  las  operaciones.  Estableció  su 
cuartel  general  en  Guadalupe,  i)or  considerar  este  lu- 
gar el  punto  más  conveniente  para  el  objeto,  y  desde 
aquí  dirigía  el  sitio.  En  este  lugar  se  encontraba 
cuando  se  recibió  de  Querétaro  la  orden  llamando  al 
General  Guadarrama,  por  necesitarse  urgentemente 
de  sus  servicios  en  ese  lugar.  La  partida  de  las  tro- 
pas de  Guadarrama  debilitó  mucho  á  las  fuerzas  si- 
tiadoras, é  hizo  casi  imposible  cubrir  la  línea  de  cir- 
cunvalación, empresa  que  tuvo  que  desatenderse  du- 
rante varios  días,  inter  llegaban  refuerzos  que  hicie- 
ran posible  esta  operación  militar. 

En  los  precisos  momentos  en  que  se  comenzaban  á 
activar  las  operaciones  del  sitio,  recibió  el  General 
Díaz  una  comunicación  del  General  Escobedo  lla- 
mándolo en  su  auxilio,  por  no  ser  posible  á  este  iil- 
timo  llenar  la  extensa  línea  al  rededor  de  Querétaro. 
Al  mismo  tiempo  le  ofrecía  Escobedo  el  mando  de 
todas  las  fuerzas  que  allí  habían. 

Díaz  contestó  que  se  pondría  en  marcha  tan  lue- 
go como  hiciera  venir  más  cañones  y  parque  de  Pue- 
bla, y  hubiera  reunido  fuerzas  suficientes  para  impe- 
dir que  los  imperialistas  se  escaparan  de  la  ciudad  de 


Sitio  de  México. 


LOS  ÚLTIMOS  días  DEL  DIPETÍIO.  2á 

México.  En  vista  de  esto,  comenzó  á  liacer  todos 
sns  arreglos  para  la  proyectada  marclia. 

Habían  dentro  de  la  capital  como  8,000  soldados, 
Y  Díaz  no  dispondría  sino  de  cinco,  ó  á  lo  más,  seis 
luil,  despnés  de  segregar  las  tropas  qne  tenía  que  lle- 
var consigo  á  Qnerétaro.  Con  esas  pocas  fuerzas  ha- 
bría que  mantener  el  sitio  de  ^México  frente  á  un  ene- 
migo superior  en  número.  Pero  cuando  estaba  ya  ca- 
si listo  para  ponerse  en  camino  hacia  el  norte  á  reu- 
nirse con  Escobedo,  recibió  una  segunda  comunica- 
ción de  este  iiltimo,  manifestándole  que  la  situación 
había  asumido  un  aspecto  más  favorable,  y  que  creía, 
que  en  ese  estado,  sí  le  era  ya  posible  continuar  el 
sitio  sin  el  auxilio  de  las  fuerzas  frente  á  la  capital. 
Esto  que  relatamos  tuvo  lugar  en  los  i^rimeros  días 
de  Abril. 

Inmediatamente  comenzó  el  General  Díaz  á  ac- 
tivar las  operaciones  del  sitio,  y  conforme  estas  pro- 
gresaban, nuevos  refuerzos  llegaban  constantemen- 
te á  su  campamento.  Estos  refuerzos  eran  debidos 
á  los  esfuerzos  que  él  mismo  hacía,  desde  que  logró 
derrotar  á  Márquez,  por  reclutar  y  organizar  tropas 
en  los  Estados  limítrofes.  Se  trajo  artillería  de  Pue- 
bla y  se  utilizaron  también  los  cañones  de  campaña 
que  habían  sido  arrojados  en  la  barranca  de  San 
Lorenzo  por  Márquez.  Toda  esta  artillería  fué  diri- 
gida sobre  las  fuerzas  sitiadas,  sus  ]>rimitivos  due- 
ños. Para  dotar  estos  cañones  se  hicieron  venir  de 
Puebla  oficiales  y  artilleros  competentes. 

Para  evitar  que  el  enemigo  tuviera  o])ortunidad 
de  comunicarse  con  el  exterior  ])or  vía  del  lago  de 
Texcoco  y  las  lagunetas,  se  construyó  un  ])uente  flo- 
tante en  todo  el  camino  desde  San  Cristóbal  al  Pe- 
ñón de  los  Baños,  y  las  aguas  del  lago  fueron  vigila- 
das por  botes  y  canoas  bien  tripulados  y  armados 
con  artillería  ligera.  Esta  medida  no  solamente  im- 
pidió toda  comunicación  á  los  sitiados,  sino  que  tam- 
bién proporcionó  un  medio  de  comunicación  fácil  y 
efectivo  con  las  fuerzas  sitadoras  que  tenían  á  su 
cargo  el  ataque  de  la  ciudad  por  el  lado  del  este. 


24  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

Gran  actividad  reinaba  en  todos  los  departamen- 
tos del  Ejército  del  Este.  Se  establecieron  fábricas 
de  parque  en  Puebla  y  en  Panzacola;  un  servicio  ve- 
loz de  muías  fué  organizado  ])ara  transportes  entre 
Apizaco,  que  era  entonces  el  término  del  Ferrocarril 
Mexicano,  y  el  cuartel  general  de  las  fuerzas  sitia- 
doras ;  otro  fué  establecido  entre  Apizaco  y  Puebla. 
Un  convoy  de  treinta  carros  de  parque  fué  enviado  á 
Escobedo  á  Querétaro;  y  los  cañones  desmontados 
que  habían  pertenecido  á  las  fuerzas  imperialistas 
derrotadas  en  Puebla,  y  que  habían  sido  almacena- 
dos en  esa  ciudad,  fueron  comimestos  y  traídos  fren- 
te á  la  capital  de  la  Re])ública.  Muchos  de  estos  ca- 
ñones eran  de  hierro  fundido  y  muy  pesados,  y  como 
era  muy  difícil  moverlos  con  ra])idez,  se  les  utilizó 
rn  baterías  fijas;  las  cuales,  según  lo  aseguró  el  mis- 
mo comandante  en  jefe,  prestaron  muy  buen  servicio. 

El  i)lan  del  (ieneral  Díaz  era  no  tomar  la  ciudad 
por  asalto,  pues  de  este  modo  se  tendrían  que  des- 
truir muchos  hermosos  edificios,  sino  más  bien  obli- 
garla á  rendirse  por  hambre.  Con  este  objeto  se  ejer- 
cía gran  vigilancia,  para  evitar  que  se  escaparan  par- 
tidas de  los  sitiados. 

El  1.5  de  Mayo  se  recibieron  un  telegrama  del  Ge 
neral  Escobedo  y  otro  del  General  Alcérreca  de  su 
í-uartel  general  de  San  .Tuan  del  Río,  anunciando  la 
rendición  incondicional  de  Querétaro  y  la  captura 
de  ^Maximiliano,  sus  oficiales  y  su  ejército.  Se  man- 
daron imprimir  estos  telegramas,  se  colocaron  co- 
pias dentro  de  cascos  y  éstos  fueron  lanzados  dentro 
de  la  ciudad  por  los  cañones ;  de  cuyo  modo  llegó  á 
los  sitiados  sin  la  menor  demora  la  noticia  de  la  de- 
rrota de  las  fuerzas  imperialistas  en  el  norte. 

Estas  noticias,  que  pronto  se  regarou,  debido  al 
modo  original  con  que  fueron  comunicadas  á  los  ha- 
bitantes de  la  ciudad  sitiada,  produjeron  dei^resión 
general,  aunque  Márquez  pretendía  no  creerlas. 

Los  defensores  de  la  capital  comenzaban  ya  á  re- 
flexionar seriamente  en  que  no  tardaría  en  presen- 
tarse la  gran  dificultad  de  falta  de  provisiones  y  de 


LOS  ULTDIOS  días  DEL  LUPE  RIO.  25 

parque,  y  en  consecuencia  se  comenzó  á  manifestar 
descontento,  especialmente  en  el  ejército  de  labrie- 
gos y  semi-esclavos  que  Márquez  había  agregado  á 
sus  fuerzas  des])ués  de  la  derrota  de  San  Lorenzo. 

La  ejecución  de  Maximiliano  el  19  de  Junio  en 
el  Cerro  de  las  Cam])anas  en  Querctaro,  noticia  que 
fué  inmediatamente  comunicada  á  los  sitiados  de  la 
capital,  hizo  desaparecer  el  centro  alrededor  del  cual 
se  hal)ía  formado  el  partido  imperialista.  Los  aus- 
tríacos, que  habían  permanecido  resueltamente  fie- 
les á  Maximiliano,  informaron  al  comandante  del 
Ejército  del  Este,  que  se  refrenarían  de  tomar  liar- 
te en  la  defensa  de  la  ciudad,  siempre  que  se  les  per- 
mitiera salida  libre  á  la  costa,  donde  un  barco  aus- 
tiiaco  aguardaba  ])ara  conducirlos  á  Europa.  Varios 
generales  imperialistas  también  intentaron  hacer 
arreglos  secretos  con  Díaz ;  mas  éste  iiltimo  rehusó 
todo  acuerdo,  pues  había  olitenido  informes  que  la 
ciudad  se  vei'ía  obligada  á  rendirse  dentro  de  pocos 
días,  debido  a  la  falta  de  provisiones  y  á  las  condi- 
ciones insalubres  que  i)revalecían  en  ella. 

Por  este  tiempo  tuvo  lugar  un  audaz  é  inmoral 
atentado  para  asesinar  al  (leneral  Díaz,  muy  seme- 
jante al  de  Trujeque  algún  tiemi)o  atrás. 

El  General  O'Horán  envió  á  decir  al  General 
Díaz  que  deseaba  mucho  tener  con  él  una  entrevista, 
pues  quería  hacerle  una  propuesta  que  era  de  interés 
general  para  el  Ejército  del  Este.  Gon  el  mensajero 
mandaba  una  ])equeña  linterna  de  luz  roja,  y  supli- 
caba al  General  Díaz  que  hiciera  señas  con  ella  en 
caso  de  que  deseara  que  él,  O'Horán,  se  acercara  á 
hablarle. 

El  comandante  liberal  fué  al  lugar  convenido  pa- 
ra la  entrevista,  que  era  cerca  de  la  garita  de  Peral- 
villo.  Y  habiendo  tomado  primero  la  precauciém,  él 
y  los  cuatro  hombres  que  lo  acompafíal)an  de  buscar 
protección  en  una  zanja,  enarboló  la  luz  roja. 

Como  si  hubieran  estado  aguardando  la  aparición 
de  esta  señal,  la  infantería  y  artillería  imperialistas 
abrieron  fuego,  desde  cerca  de  un  foso  situado  á  re- 


26  DÍAZ  T  MÉXICO. 

guiar  distancia,  sobre  la  liicecilla,  en  apariencia  in- 
significante. No  cabe  la  nieiior  duda  de  que  O'Horán 
había  arreglado  la  cehida  con  la  esperanza  de  des- 
hacerse del  espíritu  guiador  del  Ejército  del  Este,  en 
(piien  veía  el  único  ol)stáculo  para  arreglar  una  ren- 
dición honorable  de  la  cnpital  y  la  garantía  comple- 
ta de  las  Aidas  y  propiedades  de  sus  defensores. 

Después  de  que  cesó  el  fuego,  el  General  Díaz  se 
dirigió  á  traA^és  del  prado  de  regreso  á  sus  propias  lí- 
neas. 

El  siguiente  día  mandó  O'Horán  otro  mensajero 
á  Díaz,  explicándole  que  lo  que  había  sucedido  la 
noche  anterior  había  sido  un  accidente.  Aseguró  ([ue 
el  mismo  Márquez  se  encontraba  en  las  líneas  en  el 
momento  en  que  fué  mostrada  la  luz  roja,  y  que  per- 
sonalmente había  ordenado  que  se  hiciera  fuego.  El 
mensajero  pidió  otra  entrevista,  en  la  cual  se  convi- 
no, aunque  esta  vez  se  señaló  un  lugar  á  distancia 
segura  de  las  líneas  del  enemigo. 

En  esta  ocasión  O'Horán  fué  á  la  cita,  y  la  con- 
ducta que  allí  observó  muestra  que  era  capaz  de  ha- 
cer cualquiera  traición.  Ofreció  que  entregaría  las 
fortalezas  de  México  al  Ejército  del  Este  y  con  ellas 
á  Márquez  y  demás  jefes  imperialistas,  con  la  única 
condición  de  que  se  le  garantizara  la  vida  y  que  se 
le  diera  pasaporte  y  salvoconducto  para  salir  del 
país. 

El  General  Díaz  no  aceptó  el  ofrecimiento,  y 
O'Horán  regresó  á  la  ciudad  á  esperar  la  suerte  que 
allí  le  aguardaba. 

Dos  ó  tres  días  antes  de  la  rendición  de  la  capi- 
tal, llegó  al  cami)aniento  de  los  sitiadores  el  Gene- 
ral Tabera  con  la  propuesta  de  Márquez  de  rendir  la 
ciudad,  condición  de  que  se  garantizarían  las  vidas 
de  todos  los  defensores. 

Díaz  rehusó  ace])tar  esta  condición,  fundándose 
en  que  no  era  á  él  sino  al  Gobierno  al  que  tocaba  dis- 
poner de  la  suerte  de  los  prisioneros. 

El  siguiente  días  Márquez  desapareció  de  jMéxi- 
co.  Se  asegura  que  se  escapó  de  la  ciudad  disfrazado 


LOS  ÚLTIMOS  DÍAS  «EL  LMPEllIO.  27 

de  arriero,  conduciendo  una  carga  de  carbón;  y  ese 
mismo  día  Tabera,  en  quien  recayó  el  mando,  abrió 
de  nuevo  negociaciones  con  el  (leneral  Díaz  con  el  ob- 
jeto de  obtener  algmia  especie  de  garantía  ])ara  los 
defensores  de  la  ciudad.  Pero  el  comandante  del  Ejér- 
cito del  Este,  contestó  que  la  ciudad  debería  i'endirse 
incondiciona luiente,  y  que  no  deseal)a  escuchar  pro- 
posiciones de  otra  naturaleza.  También  informó  ál 
enviado,  que  era  el  cónsul  americano  Marcus  Otter- 
bourg,  que  el  ataque  sobre  la  ciudad  sería  reanudado 
dentro  de  cinco  minutos,  y  que  justamente  tenía  el 
tiempo  necesario  para  regresar  con  seguridad  dentro 
de  sus  muros. 

Esta  amenaza  tenía  sim])leniente  por  mira  foi^- 
zar  la  rendición  de  manos  de  Tabera,  y  Díaz  aguardó 
hasta  que  Otterbourg  hubo  llegado  á  la  ciudad  ])ara 
dar  la  orden  de  bombardeo.  Aún  el  mismo  bombar- 
deo no  era  en  sí  sino  estratégico  y  tenía  por  único  ob- 
jeto mostrar  á  Tabera  la  inutilidad  de  hacer  ulterior 
resistencia,  é  inducirlo  á  rendir  la  ciudad  sin  preten- 
der por  más  tiempo  asegurar  condiciones  que  Díaz 
no  estaba  en  disposición  de  conceder.  En  efecto,  si 
bien  de  pronto  la  guarnición  contestó  el  nuevo  bom- 
bardeo, muy  luego  cesó  toda  muestra  de  oposición  y 
una  bandera  blanca  fué  enarl)olada  de  una  de  las  to- 
rres de  la  catedral  en  señal  de  rendición.  Tan  luego 
como  el  humo  de  las  descargas  se  hubo  levantado  lo 
s unciente  para  i)ermitir  que  se  vieran  los  muros  de 
la  ciudad,  fueron  desplegados  iguales  emblemas  en 
las  fortificaciones  y  arriba  de  las  trincheras.  Casi  al 
mismo  tiem])o,  un  carruaje  conduciendo  una  bandera 
blanca  partió  del  centro  de  la  ciudad  hacia  Cliapul- 
tepec  por  camino  de  la  Calzada  del  Emperador,  hoy 
Paseo  de  la  Reforma,  donde  estaban  estacionados 
el  General  Díaz  y  su  Estado  Mayor,  y  donde  había 
recibido  poco  tiempo  antes  al  cónsul  americano.  En 
este  carruaje  iba  una  comisión  de  Tabera  con  pode- 
res para  rendir  la  ciudad. 

El  mismo  día  se  convino  en  los  términos  de  rendi- 
ción. Se  garantizaba  la  vida,  propiedad  y  libertad  de 


28  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

los  habitantes  pacíficos ;  se  ordenaba  á  los  soldados 
mexicanos  del  ejército  imi)erialista  rennirse  en  la 
cindadela  para  efectnav  sn  rendición;  se  le  ordena- 
ba al  jefe  de  guerrillas  Clienet  se  sitnara  con  las  íner- 
zas  de  sn  nu\ndo  en  la  iglesia  de  San  l*edro  y  San 
Pablo,  y  las  otras  fnerzas  nacionales  en  el  Palacio. 
Se  facnltaba  á  los  generales  y  oficiales  á  conservar 
sns  espadas  y  se  designaron  ciertos  pnntos  donde 
debían  permanecer  Ínter  se  hacían  otros  arreglos. 

Se  demoró  la  ocni^ación  de  la  cindad  hasta  el  si- 
gniente  día,  con  el  objeto  de  tomar  toda  clase  de  pre- 
canciones  para  evitar  en  la  cai)ital  el  pillaje  y  otros 
desórdenes  que  generalmente  acompañan  la  rendi- 
ción de  una  ciudad  en  tales  circunstancias  á  la  entra- 
da de  las  tropas  victoriosas.  Con  este  objeto,  el  Gene- 
ral Díaz  dio  órdenes  de  (pie  permaneciera  en  su 
jniesto  la  guarnición,  hasta  (pie  llegaran  personas 
autorizadas  por  él  mismo  i)ara  relevarla.  El  cuida- 
do y  vigilancia  de  la  ciudad  se  puso  á  cargo  de  una 
fuerza  de  policía  organizada  con  tres  batallones  de 
Cazadores  de  Oaxaca,  en  quienes  el  General  Díaz 
tenía  confianza  especial.  Estos  batallones  fueron  dis- 
tribuidos en  pequeñas  escoltas  al  mando  de  oficiales 
competentes,  de  tal  modo  que  ninguna  parte  de  la 
población  quedara  sin  vigilar.  Además  se  destinaron 
otros  tres  cuerpos  de  tropas  de  Oaxaca  para  patru- 
llar las  calles.  Después  de  haber  hecho  todos  estos 
arreglos  para  asegurar  el  orden  dentro  de  la  ciudad, 
las  tropas  pertenecientes  al  ejército  liberal  marcha- 
ron dentro  de  la  ciudad  de  México  de  un  modo  tan 
ordenado  como  si  se  tratara  de  una  simple  parada. 

Con  el  objeto  de  que  ningún  desorden  pudiera 
suscitarse  por  la  entrada  á  la  ciudad  de  personas  que 
no  pertenecieran  al  ejército,  se  ordenó  que  las  líneas 
de  trincheras  continuaran  defendidas  hasta  nuevo 
aviso;  y  á  nadie  se  le  permitió  entrar  ó  salir  de  la 
ciudad  sin  permiso  por  escrito  del  cuartel  general. 

Los  comerciantes  de  la  ciudad  que  eran  lodos 
imperialistas,  esperaban  que  sus  almacenes  serían 
saqueados  y  aquellos  mexicanos  que  habían  unido 


LOS  ÚLTIMOS  días  DEL  IMPERIO.  29 

SU  suerte  á  la  del  imperio  j  habían  luchado  por  él, 
aguardaban  llenos  de  temor  y  temblando  con  la  pers- 
pectiva de  los  fusilamientos,  que  se  decía  pronto  se 
efectuarían  en  grande  escala,  cuando  las  fuerzas  li- 
berales entraran  á  la  ciudad.  Pero  esta  oportunidad 
llegó,  y  no  se  vio  la  menor  indicación  de  que  se  in- 
tentara llevar  á  cabo  los  actos  de  venganza  que  con 
tanta  seguridad  se  esperaban. 

En  las  disposiciones  tomadas  para  recibir  la  ren- 
dición de  la  ciudad  de  México,  Porfiiro  Díaz  mostró 
de  un  modo  decidido  esos  característicos  que  más  tar- 
de lo  distinguirían  tanto  como  hombre  de  estado ;  y 
la  moderación  de  todos  sus  actos  en  aquella  ocasión, 
anuncia i)a  la  actitud  que  más  tarde  asumiría  con  res- 
pecto á  los  partidos,  credos,  facciones  é  intereses  en- 
contrados, cuando  el  destino  de  la  Kepública  fuese 
colocado  en  sus  manos. 


CAPITULO  XXXVII. 

Díaz  se  retira  á  la  vida  privada. 

El  21  de  Junio  del  año  de  1867,  día  en  que  hizo  su 
entrada  triunfal  á  la  ciudad  de  México,  el  General 
Díaz,  al  comunicar  á  Juárez  la  noticia  de  la  caída 
de  la  capital,  también  colocaba  en  manos  del  Presi- 
dente su  dimisión  como  comandante  en  jefe  del  Ejér- 
cito del  Este;  pero  como  no  se  quiso  atender  á  esto, 
manifestó  de  nuevo  su  determinación  de  retirarse  á 
la  Aida  privada  en  una  comunicación  fechada  el  13 
de  Julio,  y  dirigida  igualmente  á  Juárez.  Se  le  con- 
venció, sin  embargo,  de  retener  su  mando  hasta  des- 
pués de  la  llegada  del  Presidente  á  la  capital,  lo 
cual  tuvo  lugar  el  15  del  mismo  mes. 

Eué  Díaz  quien  arregló  el  programa  para  la  re- 
cepción de  Juárez,  y  salió  á  encontrarlo  con  una  es- 
colta hasta  Tlalnepantla. 

Desde  las  ocho  de  la  mañana  aguardaron  en  el 
Paseo  de  Bucareli  las  autoridades  ci^des  y  militares 
nombradas  para  recibir  á  Juárez.  El  desterrado  Pre- 
sidente llegó  por  la  garita  de  Belén  y  su  llegada  fué 
saludada  con  repiques  de  campanas,  salvas  de  arti- 
llería y  vivas  del  pueblo  entusiasmado.  Grupos  de 
niñas  vestidas  de  blanco  y  adornadas  con  coronas 
de  flores  salieron  al  encuentro  de  la  procesión  triun- 
fal en  la  tribuna  erigida  en  la  glorieta  que  formaba 
la  unión  del  Paseo  de  la  Reforma  y  la  A  Atenida  de 
Bucareli  y  allí  le  presentaron  una  corona  de  oro.  De 
allí  se  continuó  la  marcha  por  las  calles  de  San  Fran- 
cisco hasta  el  Palacio  Xacional,  donde,  á  su  llegada, 
fué  izada  la  bandera  de  la  Nación.  Juárez  había  ex- 
presado en  una  ocasión  el  deseo  de  presenciar  la  iza- 
da de  la  bandera  nacional  sobre  la  ciudad  de  Méxi- 
co; y  Díaz,  respetando  este  deseo,  le  había  reservado 
el  honor  al  Presidente  Indio,  dando  órdenes  después 
de  haber  tomado  la  ciudad,  que  no  se  izara  bandera 


"1 


.^ 


BIAZ  SE  RETIRA  A  LA  VIDA  PRIVADA.  31 

alguna  hasta  el  luomeuto  en  que  el  Primer  Magis- 
trado de  la  Nación  llegara  él  mismo  á  lanzar  sus 
pliegues  al  viento. 

^'^einte  mil  soldados  bien  armados  y  uniforma- 
dos formaron  la  escolta  de  Juárez  desde  el  momen- 
to de  su  llegada  á  la  capital  hasta  que  entró  al  Pa- 
lacio. Desde  allí  fueron  revisados  por  el  Presidente 
y  su  Estado  Mayor  las  tropas,  á  las  cuales  Díaz  ha- 
bía preparado  uniformes  después  de  la  caída  de  la 
capital. 

No  parecía  sino  que  la  ciudad  se  había  vuelto 
loca  de  alegría ;  pues  Juárez  les  significaba  el  fin  de 
la  contienda  que  había  mantenido  el  país  en  anarquía 
durante  seis  años.  Era  el  símbolo  del  triunfo  de  la 
causa  liberal,  del  derrocamiento  final  del  imperio  y 
de  la  restauración  de  la  República.  En  aquel  día 
parecía  como  si  México  hubiera  hecho  á  un  lado  pa- 
ra siempre  sus  diferencias,  en  el  goce  y  satisfacción 
de  verse  una  vez  más  libre  del  yugo  del  extranjero. 
Pero  el  pueblo,  en  su  largo  sufrimiento,  no  había  atín 
acabado  de  cruzar  el  fatigoso  desierto  que  lo  separa- 
ba de  la  verdadera  unidad  nacional.  Tenían  todavía 
que  ajirender  que  el  goce  de  la  libertad,  la  lealtad  al 
hombre  que  les  había  llevado  su  cruz  por  tanto  tiem- 
po y  sin  la  menor  queja,  el  odio  originado  del  san- 
griento pasado,  no  podía  hacerlos  á  todos  pensar 
igual  ó  formar  una  nación  unida  de  elementos  tan 
discordantes  y  heterogéneos. 

El  tiempo  y  la  situación  requerían,  no  un  hombre 
más  grande  que  Juárez,  sino  uno  con  cualidades  to- 
talmente distintas  de  aquellas  que  lo  habían  puesto 
á  él  en  estado  de  mantener,  bajo  todas  las  circuns- 
tancias posibles,  la  lucha  contra  los  conservadores 
.y  contra  el  imperio.  Se  requería  un  hombre  que  pu 
diera  olvidar  el  pasado  y  que  pudiera  reunir  al  rede 
dor  de  su  bandera  á  todos  los  ciudadanos,  cualesquie- 
ra que  fuese  su  credo,  que  tuvieran  voluntad  de  ser- 
vir á  su  país.  Pero  Juárez  había  pasado  por  la  lucha 
más  amarga,  se  había  visto  perseguido  como  una 
fiera,  y  su  cabeza  se  había  imesto  á  i^recio  por  los 


:\2  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

hombres  que  liaMaii  nsur])a(lo  la  libertad  y  la  inde- 
pendencia de  su  patria.  Tenía  niuclio  del  carácter  in- 
dio parji  i>oder  olvidar  los  niales  <[ue  le  habían  hecho. 
Había  recibido  tanto  daño  de  sus  semejantes,  qne  se 
había  despertado  pujante  su  naturaleza  sospechosa. 
Había  Aisto  á  tantos  de  sus  compatriotas  traicionar 
la  causa  de  la  libertad  como  él  la  comprendía,  que  se 
inclinaba  á  desconfiar  de  los  hombres  que  lo  rodea- 
ban. Grande  y  patriota  como  era,  y  heroico  hasta  el 
último  orado,  no  dejaba  de  manifestarse  celoso  de 
los  grandes  jefes  militares  que  habían  peleado  glo- 
riosamente en  los  campos  de  batalla  por  la  libertad 
de  la  patria.  Xo  era  soldado,  y  quizá  por  esa  causa 
exageraba  la  gloria  que  correspondía  á  hombres  co- 
mo Díaz  y  Escobedo  y  otros  de  menor  magnitud.  Es- 
te sentimiento  le  impedía  amalgamar  los  elementos 
patrióticos  de  la  Xación  en  un  partido  fuerte.  Le  fal- 
taba el  tacto  para  hacer  sentir  á  los  hombres  que 
tomaba  interés  en  ellos  y  que  sus  servicios  le  eran 
necesarios. 

Estas  cualidades  de  Juárez  habían  ya  principia- 
do á  abrir  un  abismo  entre  él  y  Díaz  aún  antes  de 
la  captura  de  la  ciudad  de  México.  De  acuerdo  con 
las  manifestaciones  de  este  último,  después  de  la 
caída  de  Puebla  comunicó  la  noticia  de  la  victoria  á 
•Juárez  pidiendo  al  mismo  tiempo  ciertos  honores  pa- 
ra algunos  de  los  soldados  que  habían  tomado  parte 
prominente  en  ese  encuentro.  Esta  comunicación  no 
fué  contestada.  Semenjante  omisión  lastimó  el  amor 
propio  del  comandante  del  Ejército  del  Este,  quien 
era  muy  sensible  al  menor  desaire  que  se  le  pudiera 
hacer  á  los  valientes  que  habían  peleado  con  él  en 
muchas  reñidas  batallas  ganadas  á  costa  de  heroi- 
cos esfuerzos  y  sacrificios.  Todo  indica  que  ya  Juá- 
rez había  comenzado  á  manifestar  los  característi- 
cos que  más  tarde  se  le  determinaron  claramente,  y 
que  realmente  estaba  celoso  del  hombre  que  había  ga- 
nado tanta  gloria  para  sí  y  para  la  Nación  mexicana 
en  las  batallas  de  La  Carbonera,  Miahuatlán,  el  si- 


DÍAZ  SE  RETIRA  A  LA  VIDA  l'KIVADA.  {:{ 

tio  de  Oaxacii,  asalto  sobre  Puebla  y  la  toma  de  la 
ciudad  de  México. 

Cuaudo  llegó  á  Juárez  la  noticia  de  la  liberacióu 
de  los  prisioneros  hechos  en  las  batallas  de  Miahua- 
tlán  y  la  Carbonera,  el  asalto  de  Puebla  y  la  rendi- 
ción de  los  fuertes  de  Guadalupe  y  de  Loreto,  mani- 
festó profundo  desagrado  por  ese  acto.  Aquí  también 
se  pone  de  relieA^e  el  espíritu  de  Juárez,  el  enemigo 
implacable,  el  duro  aborrecedor,  el  hombre  dispues- 
to á  dirimir  una  contienda  hasta  el  último  extremo. 
¡  Era  en  él  ciertamente  fuerte  el  espíritu  de  sus  ante- 
cesores indios ! 

Taml>ién  Díaz  manifiesta  que  Juárez  le  ordenó 
poner  en  prisión  á  Daño,  representante  del  Imperio 
francés  en  la  corte  de  Maximiliano  y  apoderarse  de 
los  registros  de  la  legación  para  entregarlos  al  go- 
bierno liberal.  Díaz  pidió  ser  excusado  de  llevar  á 
cabo  estas  instrucciones  indicando  el  peligro  que  ha- 
bía en  oponerse  á  Francia  con  semejante  hecho. 

No  cabe  la  menor  duda  de  que  la  actiutd  de  Juá- 
rez fué  responsable  de  la  resignación  del  General 
Díaz  el  mismo  día  de  haber  hecho  su  entrada  triun- 
fal á  la  capital  de  la  Nación.  No  recibiendo  contes- 
tación á  su  súplica  de  ser  relevado  de  su  cargo,  escri- 
bió Alarias  veces  á  Juárez  urgiéndole  que  aceptara  di- 
cha dimisión,  pero  sin  lograr  su  objeto,  y  el  asunto 
no  fué  arreglado  sino  hasta  la  llegada  del  Presiden- 
te á  la  ciudad  de  IMéxico,  cuando  tuvo  el  General  Díaz 
la  oportunidad  de  presentarle  personalmente  su  re- 
signación. 

No  obstante  que  el  desacuerdo  había  comenzado 
ya  á  manifestarse  entre  ambos  hombres,  Díaz  ordenó 
que  no  se  izara  ninguna  bandera  nacional  en  los  edi- 
ficios de  la  capital  de  la  Eepública,  desde  Junio  21, 
día  de  la  rendición,  hasta  la  llegada  de  Juárez,  el  15 
del  mes  siguiente.  Y  esto  lo  hizo  únicamente  por  sa- 
tisfacer un  deseo  que  el  último  había  manifestado 
muchos  meses  antes.  Hasta  tuvo  la  atención  de  man- 
dar preparar  una  l)andera  de  seda  especialmente  pa- 
ra la  ocasión.  En  todo  esto  se  muestra  la  actitud  con- 


U  DÍAZ  1  MÉXICO. 

cili adora  de  Díaz,  eu  contraste  con  el  espíritu  impla- 
cable de  Juárez,  cuyo  espíritu  se  exliibía  no  tanto  ha- 
cia Díaz  como  hacia  todo  ag^uel  que  se  opusiera  á  los 
principios  del  i)artido  liberal. 

He  aquí  cómo  describe  Díaz  su  encuentro  con  Juá- 
rez más  allá  de  Tlalnepantla,  cuando  salió  á  recibir- 
lo j  á  darle  la  bieuA  enida  á  la  capital  el  15  de  Julio 
de  1867 : 

"En  los  primeros  días  de  Julio  debía  llegar  á  la 
caj)ital  el  Presidente  Juárez,  y  con  objeto  de  recibirle 
hasta  donde  me  era  permitido  separarme  del  centro 
de  mi  línea  de  operaciones,  fué  más  allá  de  Tlalne- 
pantla. Momentos  después  de  haber  llegado  á  aque- 
lla ciudad,  y  cuando  nos  llamaba  á  almorzar  el  Lie. 
D.  José  M.  Aguirre  de  la  Barrera,  que  era  el  Jefe  Po- 
lítico de  ese  distrito,  me  llamó  el  Presidente,  que  á  la 
sazón  i>laticaba  en  voz  baja  con  su  Secretario  de  Es- 
tado, y  delante  de  ellos  me  manifestó  que  hacía  algu- 
nos días  que  estaba  sin  haberes  la  escolta  que  lo 
acompañaba,  compuesta  de  un  regimiento,  dos  ba- 
tallones y  media  batería,  y  me  i)reguntó  si  tendría 
yo  fondos  con  qué  cubrir  esa  urgente  necesidad.  Con- 
testé al  Presidente  que  sí  los  tenía  y  que  podía  orde- 
nar á  sus  respectivos  pagadores^  que  al  volver  yo  á 
la  capital  vinieron  conmigo  para  llevar  el  haber  que 
esos  cuerpos  habían  dejado  de  percibir,  y,  además, 
el  que  les  correspondiera  hasta  el  fin  de  la  quincena 
corriente. 

Animado  el  Señor  Juárez  por  esa  respuesta,  me 
manifestó  que  tampoco  el  personal  de  las  distintas 
Secretarías  de  Estado  habían  recibido  sueldo  hacía 
muchos  días,  y  me  preguntó  si  podría  ministrar  al- 
gunos fondos  con  este  objeto.  Le  contesté  que  tenía 
fondos  suficientes  para  cubrir  esos  sueldos,  y  que  en 
fregaría  la  cantidad  que  me  ordenara.  Entonces  me 
mandó  dar  10,000  pesos  con  cargo  á  ese  ramo,  orde- 
nó á  su  habilitado  viniera  á  la  capital  para  recibir- 
los." 

Juárez,  con  razón,  tenía  temor  del  elemento  mili- 
tar, al  cual  veía  como  el  mayor  peligro  que  amenaza- 


DÍAZ  SE  RETIRA  A  LA  TIDA  PRIVADA.  -JS 

ba  la  paz  de  la  Nación.  En  esto,  como  hemos  clicho, 
no  estaba  equivocado,  pues  era  entonces  el  ejército 
un  campo  fértil  de  promesas  para  los  jóvenes  de  las 
familias  encumbradas,  que  encontraban  en  él  el  ca- 
mino más  seguro  para  alcanzar  pronto  influencia  y 
poder.  Así  es  de  que  la  milicia  estaba  llena  de  hom- 
bres ambiciosos,  muchos  de  los  cuales  se  mantenían 
listos  á  unirse  á  cualquier  partido  que  les  i^rometie- 
ra  adelantar  sus  intereses  y  satisfacer  sus  ambicio- 
nes. 

La  escisión  entre  Díaz  y  Juárez  era  inevitable; 
pues  era  natural  que  el  hombre  que  había  hecho  tan- 
to por  la  causa  de  la  libertad  y  la  restauración  de  la 
República,  sintiera,  quisiera  él  ó  no  expresar  sus  sen- 
timientos, que  tanto  él  como  los  A  alientes  que  habían 
peleado  á  su  lado,  merecían  consideración  de  parte 
del  Presidente,  al  cual  habían  contribuido  á  restau- 
rar en  el  poder ;  y  la  omisión  de  Juárez  en  considerar 
las  i^romociones  recomendadas  ])or  el  comandante 
del  Ejército  del  Este  ó  en  dirioir  una  palabra  de 
alabanza  y  aliento  á  aquellos  que  habían  tomado  la 
ciudad  de  Puebla  de  un  modo  tan  dramático;  y  el 
haber  dejado  de  acusar  recibo  de  las  comunicaciones 
de  Díaz  en  las  cuales  resignaba  su  mando  militar, 
mostraba  la  actitud  del  hombre  hacia  aquellos  (pie 
habían  tomado  las  partes  más  prominentes  en  la  lu- 
cha por  la  libertad :  y  explica  por  qué  Díaz  y  muchos 
otros  jefes  militares  pronto  se  retiraron  del  lado  de 
Juárez  después  del  derrocamiento  del  imi^erio. 

Las  mismas  cualidades  que  habilitaban  á  Juárez 
para  la  lucha  implacable  contra  los  conservadores 
y  el  imperio  lo  inhabilitaban  para  la  tarea  estupen- 
da de  amalgamar  los  elementos  discordantes  de  la 
Xación  y  hacer  de  ellos  un  todo  armonioso.  Xo  cabe 
la  menor  duda  de  que,  si  hubiera  él  manifestado  bue- 
na disposición  para  conciliar  á  Díaz  en  su  regreso 
á  la  ciudad  el  15  de  Julio  de  1867,  le  hubiera  sido  po- 
sible retener  en  su  servicio  al  estadista  más  distinguí 
do,  con  mucho,  de  su  época.  Pero  estos  dos  hondu'es 
que  debían  haber  trabajo  juntos,  se  apartaron;  y 


36  DÍAZ  T  MÉXICO. 

Díaz  dejó  su  mando  militar  j  se  retiró  á  la  Adda  pri- 
vada, en  un  tiempo  en  que  sus  servicios  eran  más  ne- 
cesitados por  su  abrumado  país. 

Al  retirarse  del  servicio,  el  General  Díaz  entregó 
á  Juárez  un  ejército  bien  disciplinado,  uniformado  y 
equipado  de  21,000  hombres,  de  las  tres  armas,  infan- 
tería, caballería  y  artillería.  Además  le  entregó 
$115,701  en  efectÍA^o,  parte  de  lo  cual  había  sido  ya 
adelantado  para  pagar  salarios  á  la  llegada  del  Presi- 
dente á  la  capital  el  15  de  Julio  de  18G7.  Habían  tam- 
bién en  las  varias  oficinas  del  departamento  de  Ha- 
cienda $200,000  más,  aproximadamente.  Pero  esto 
no  rei^resentaba  sino  parte  de  los  fondos  que  el  Gene- 
ral Díaz  había  recaudado  durante  el  corto  tiempo 
que  estuvo  á  la  cabeza  del  Ejército  del  Este ;  porque 
él  relata  que  también  pagó  considerables  sumas  de 
dinero  que  le  habían  prestado  á  él  en  su  llegada  á  la 
ciudad  de  México.  Dos  de  estas  sumas  solamente  eran 
de  consideración,  una  de  ellas  de  cincuenta  mil  y 
la  otra  de  doscientos  mil  pesos,  y  ambas  dos  fueron 
liquidadas  antes  de  la  llegada  de  Juárez  á  la  ca- 
pital. 

Pero  la  cuenta  no  para  aquí,  pues  él  manifiesta 
que  la  cantidad  entregada  al  Presidente  hubiera  si- 
do muchísimo  mayor,  si  no  hubiera  sido  por  la  cir- 
cunstancia que  tuvo  que  pagar  salarios  atrasados 
á  la  escolta  de  Juárez  y  á  los  empleados  de  los  di- 
ferentes dei)artamentos  de  Estado,  pagos  que  mon- 
taron á  $50,000.  Además  de  esto  había  gastado  una 
fuerte  suma  en  arreglar  una  residencia  propia  para 
el  Presidente  y  en  los  preparativos  para  recibirlo 
de  una  manera  digna  de  su  alto  cargo.  También  se 
habían  gastado  otras  sumas  de  consideración  en  uni- 
formes i)ara  el  ejército,  con  el  objeto  de  que  la  pa- 
rada militar  en  la  recepción  del  mismo  Presidente 
fuera  digna  de  la  ocasión. 

Sin  embargo,  este  homlu'e  á  quien  llegó  tanto  di- 
nero á  las  manos,  lo  invirtió  en  usos  públicos  ó  lo  en- 
tregó al  Primer  Magistrado  de  la  Nación,  en  mo- 
mentos en  que  sus  propios  honorarios,  que  llegaban 


J  ' 


\ 


]>ic.  Mantel  l\()_\ii:i;o  Rumo, 
Suegro  del  General  Díaz. 


BIAZ  SE  KETIRA  A  LA  VIDA  PKIVADA.  'Ó7 

á  $2o,000,  uo  se  le  habían  pagado.  La  acción  es  carac- 
terística del  hombre.  Díaz  nunca  ha  tenido  ambi- 
ción de  amasar  grandes  sumas  de  dinero.  Ha  tenido 
en  su  vida  oportunidades  ilimitadas  para  hacerse 
muchas  Aceces  millonario,  y  sin  embargo,  es  ho}^  com- 
paratÍA^amente  pobre. 

Una  historia  que  hace  algún  tiem^^o  me  relató  un 
periodista  prominente,  que  mantenía  términos  de  in- 
timidad con  el  Presidente,  ilustra  su  carácter.  El  pe- 
riodista á  que  me  refiero  tuvo  ocasión  de  visitar  á 
Porfirio  Díaz  hace  algunos  años  para  consultarle 
acerca  de  una  cuestión  política  que  en  ese  entonces 
agitaba  la  opinión  pública,  cuestión  que  concernía 
personalmente  al  Presidente. 

Kepentinamente  Díaz  se  volvió  hacia  el  periodista 
y  le  preguntó :  ''¿Qué  es  lo  que  dice  de  mí  el  pueblo?" 

El  periodista  se  quedó  sorprendido  por  un  mo- 
mento ;  pero  tenía  mucho  de  diplomático  .y  luego  con- 
testó :  ^'Bien,  dicen  muchas  cosas  acerca  de  Vd.,  Don 
Porfirio,  como  se  dicen  acerca  de  todos  los  grandes 
hombres."" 

— "Xó,  nó,"  interrumpió  Díaz,  "deje  Yd.  la  adula- 
ción á  un  lado  y  dígame  qué  es  lo  que  dicen  de  mí." 

— ''Bien,  ha.y  una  cosa  que  no  pueden  decir  de  Yd., 
contestó  el  periodista,  evitando  la  pregunta." 

— "¿Y  cuál  es  ella?"  inquirió  el  Presidente. 

— "Pues  que  Yd.  se  haya  hecho  rico  á  ex^^ensas  de 
su  puesto  y  posición." 

— "Nó,  nó,"  asintió  el  Presidente.  "Xunca  me  ha 
importado  la  riqueza.  El  dinero  en  sí  y  las  propieda- 
des nunca  me  han  atraído.  ¿Pero  qué  es  lo  que  dice 
la  gente  de  mí?  Yd.  es  periodista.  Yd.  está  en  contac- 
to con  el  mundo  y  oye  mucho  de  lo  que  3^0  no  puedo 
oír,  por  la  sencilla  razón,  de  que  con  frecuencia  les  in- 
teresa á  aquellos  que  me  rodean  impedir  el  que  yo 
oiga  muchas  cosas.  ¿Qué  dice  la  gente  de  mí? 

Cuando  fué  puesta  la  cuestión  de  este  modo,  no 
había  medio  de  evadirla.  Por  lo  cual  el  periodista 
dijo : 

— "Yd.  no  debe  ofenderse,  Don  Porfirio,  y  com- 


38  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

preiideiirá  que  lo  que  yo  diga  no  es  mi  opinión  perso- 
nal, sino  lo  que  generalmente  dice  el  público/' 

— "Sí,  dígame  lo  que  el  i3Úblico  en  general  dice  de 
mí,  pues  es  con  el  público  con  quien  tengo  que  tra- 
tar," dijo  Díaz  con  tono  de  ansiedad  en  la  voz. 

—''Bien,  Don  Porfirio,  la  gente  dice  que  Yd,  es 
muy  ambicioso  y  que  ama  al  poder." 

— "Sí,  siemi)re  lie  sido  ambicioso,"  manifestó  el 
Presidente.  "¿Pero  no  lie  usado  siempre  mi  ambición 
y  mi  poder  en  pro  de  los  intereses  de  mi  patria?" 

Díaz  lia  sido  mal  juzgado,  mal  comprendido  y  ca- 
lumniado ;  pero  el  espíritu,  si  es  que  leo  correctamen- 
te entre  líneas,  que  siempre  lo  ha  animado,  ha  sido  el 
del  más  ardiente  patriotismo  y  el  deseo  más  sincero 
por  servir  los  intereses  de  su  iiaís. 


MdMMKNTO    Á    BENITd    JlÁREZ. 


CAPITULO  XXXVIII 

Juárez  y  Lerdo. 

Mucho  se  filé  debilitando  la  infliiei^cia  de  Juárez 
desde  el  principio  de  su  gobierno  de  regreso  á  la  ca- 
pital en  18G7,  con  motivo  de  la  actitud  que  asumió  ha- 
cia el  ejército,  al  cual  deseaba  reducir  á  pie  de  jiaz; 
de  sus  sospechas  hacia  el  elemento  militar  y  de  su 
falta  de  habilidad  en  no  saber  olvidar  y  perdonar  y 
para  atraerse  los  varios  elementos  activos  del  parti- 
do liberal.  No  cabe  la  menor  duda  que  Juárez  se  es- 
forzaba con  la  mayor  sinceridad  por  proporcionar  al 
país  un  gobierno  estable.  Sus  intenciones  eran  per- 
fectamente honradas;  y  continuó  su  trabajo  de  re- 
construcción del  mejor  modo  que  le  fué  posible.  Pero 
aquel  que  había  combatido  por  los  principios  consti- 
tucionales y  ganado  para  su  pueblo  la  batalla  de  la 
libertad,  no  estaba  destinado  á  entrar  á  la  tierra 
prometida  á  la  cual  él  mismo  lo  había  conducido, 
y  esto  únicamente  porque  la  larga  vida  que  había 
pasado  en  el  campo  de  las  luchas  políticas  lo  inhabi- 
litaba para  la  nueva  existencia  que  la  Xación  estaba 
llamada  á  entablar. 

Los  jefes  militares  que  se  encontraron  de  la  noche 
á  la  mañana  sin  empleo,  é  incapaces  de  proporcionar- 
se una  vida  cómoda,  comenzaron  á  impacientarse,  lo 
cual  se  manifestó  con  levantamientos  que  tuvieron  lu- 
gar en  varias  partes  del  país.  Larga  es  la  lista  de 
los  militares  que  se  A^olvieron  contra  el  Gobierno.  Un 
serio  levantamiento  en  Yucatán  fué  sofocado  por  el 
General  Alatorre;  otro  en  el  cual  tomaron  parte 
algunos  de  los  oficiales  más  prominentes  del  ejérci- 
to fué  debelado  por  el  General  Corona  en  Sinaloa; 
el  General  Negrete  se  apoderó  de  Puebla,  pero  fué 
finalmente  derrotado  por  las  tropas  de  Juárez  al 
mando  del  General  Vélez.  Tanto  estos  levantamien- 
tos como  otros  de  menor  importancia  tuvieron  lugar 


40  DÍAZ  t  MÉXICO. 

el  año  siguiente  de  la  ^^lelta  de  Juárez  á  la  ciudad, 
lo  cual  pone  de  manifiesto  cuan  general  era  el  descon- 
tento. Si  la  revolución  hubiera  sido  guiada  i)or  un 
caudillo  de  talento,  que  se  hubiera  dedicado  con  em- 
peño á  la  tarea  de  derrocar  al  partido  del  (lobier- 
no,  con  toda  seguridad  lo  hubiera  logrado;  pero  el 
descontento  se  manifestó  en  demostraciones  y  levan- 
tamientos, sin  unidad  de  acción,  en  distintas  partes 
del  país,  y  el  (lobierno  pudo  debelarlas  en  detalle. 

Sin  embargo,  el  año  de  1809  se  hizo  más  ])ronun- 
ciado  el  sentimiento  de  descontento.  Los  generales 
Aguirre  y  Martínez  encabezaron  las  fuerzas  revolu- 
cionarias en  San  Luis  l*otosí  el  mes  de  Di- 
ciembre, el  General  Toledo  se  apoderó  de  Aguas- 
calientes  en  Enero  del  siguiente  año  y  García 
de  la  Cadena  tomó  la  ciudad  de  Zacatecas.  Ha- 
bía, pues,  insurrección  por  todas  partes.  Pero 
las  fuerzas  del  Gobierno  al  fin  lograron  restau- 
rar una  es])ecie  de  paz  intranquila  en  el  país ;  mas 
como  es  fácil  comprender,  estas  condiciones  de  desor- 
den no  permitían  á  la  administración  dedicar  la  su- 
ficiente atención  al  desarrollo  de  los  recursos  de  la 
República,  ni  de  hacer  surgir  orden  del  caos  que  rei- 
naba en  muchos  de  los  dei^artamentos  del  Gobierno. 
Gran  ansiedad  ó  intranquilidad  política  reinaron  du- 
rante los  últimos  años  de  la  administración  de  Juá- 
rez. Era  general  la  idea  de  que  el  país  no  prospera- 
ba todo  lo  que  debía,  y  que  el  partido  de  Juárez  no 
respondía  á  las  necesidades  de  la  situación,  la  cual 
reclamaba  una  política  activa  para  lograr  el  desa- 
rrollo de  la  República  en  los  ramos  industrial,  comer- 
cial y  cívico.  Cierto  es  que  esta  idea  no  sieni])re  se 
manifestaba  de  un  modo  inteligente;  pero,  no  obs- 
tante, formaba  el  sentimiento  general  de  una  nación 
joven  y  vigorosa  que  hacía  poco  había  des]:)ertado  de 
su  letargo  y  que  ahora  luchaba  contra  el  extremado 
conservatismo  del  gran  jefe  indio,  quien  se  hal)ía 
sostenido  como  una  roca  contra  los  avances  del  ])ar- 
tido  conservador  y  lidiado  durante  muchos  años  con 
fe  inquebrantable  en  sus  luchas  contra  el  imi)erio.  El 


.ÍIIARÜZ  Y  LERDO.  41 

sentimiento  general  de  oposición  consistía  en  qne, 
por  nmcho  que  la  nación  le  debiera  á  Juárez,  las  con- 
diciones diversas  en  que  el  país  se  encontraba,  ha- 
cían ya  necesaria  una  política  del  todo  distinta  de 
la  suya.  El  espíritu  de  los  tiempos  impulsaba  á  la 
Xación  á  marchar  hacia  adelante;  y  la  vida  de  con- 
servatismo  que  Juárez  había  llevado  durante  tantos 
años,  lo  incapacitaba  para  esa  nueA^a  época  de  la  Ee- 
l)ública,  que  él,  sin  saberlo,  había  creado.  Así  es  que 
por  varias  partes  del  país  comenzaron  levantamien- 
tos contra  su  gobierno,  levantamientos  que  eran  de 
carácter  tan  grave  que  Juárez  tuvo  que  usar  de  gran 
severidad  para  reprimirlos.  Pero  como  estos  sucesos 
eran  la  manifestación  natural  de  ciertos  elementos 
progresistas  del  país,  la  severidad  que  usó  el  Gobier- 
no sólo  sirvió  para  aumentar  el  sentimiento  de  opo- 
sición. No  se  crea  que  esta  oposición  se  manifesta- 
ba en  las  filas  del  ])artido  conservador,  antiguo  ene- 
migo de  Juárez ;  por  el  contrario,  se  manifestaba  en 
las  filas  de  los  mismos  liberales.  Si  los  conservadores 
se  hubiei'an  unido  á  los  desafectos,  sin  la  menor  duda 
el  éxito  hubiera  coronado  la  lucha  de  éstos  contra  el 
partido  juarista.  Ni  debe  creerse  tampoco  que  el  país 
hubiera  olvidado  los  grandes  servicios  que  debía  á 
Juárez,  en  su  larga  y  tenaz  lucha  contra  el  imperio ; 
nó,  por  donde  quiera  se  reconocían  los  méritos  del 
caudillo.  El  sentimiento  era  de  distinta  índole,  .y  la 
oposición  originada  dentro  de  las  filas  del  partido 
liberal,  era  motivada  por  la  idea  prevalente,  de  que 
los  nuevos  tiempos  necesitaban  hombres  nuevos  y 
que  no  convenía  mezclar  el  trigo  viejo  con  el  de  nue- 
va cosecha. 

Mas  este  estado  de  cosas  no  paró  en  la  simple  ma- 
nifestación de  la  idea :  terrible  lucha  se  ental)ló  por 
la  prensa,  .y  la  oposición  que  se  le  hacía  á  Juárez  era 
cada  vez  más  violenta ;  y  todos  los  esfuerzos  que  hizo 
este  último  por  reprimir  los  ataques  de  sus  ojíosito- 
res,  no  hacían  sino  hacerlos  más  amargos  y  decidi- 
dos. La  política  de  re})resión  seguida  por  el  partido 
juarista,  no  tendía  más  que  á  confirmar  los  califica- 


42  DÍAZ  t  MEXirO. 

tivos  que  le  lanzaban  sns  opositores.  El  sentimiento 
general  de  la  oposición  se  podía  compendiar  en  la  ma- 
nifestación corriente  en  esos  tiempos,  de  que  Juárez 
era  como  una  roca,  inconmovible.  Fué  el  gran  baluarte 
que  se  interpuso  entre  la  República  y  los  ataques  del 
imperio.  Su  labor  liabla  sido  admirable :  liabía  sopor- 
tado el  peso  de  la  luclia  con  una  firmeza  comparable 
solamente  á  la  de  sus  montañas  nativas  de  Oaxaca. 
Era  la  gran  misión  que  le  había  dado  la  Providencia 
y  la  liabía  cunii)lido.  Pero  ahora  la  República  exigía 
una  marcha  rápida  hacia  adelante  en  todas  las  lí- 
neas del  progreso,  tanto  nacional  como  individual, 
y  Juárez  era  el  Juárez  de  antaño ;  era  aún  el  mismo 
baluarte  contra  las  desgracias  que  pudieran  amena- 
zar á  la  joA^en  República ;  pero  desafortunadamente, 
había  estado  tanto  tiempo  en  lucha  y  se  había  acos- 
tumbrado de  tal  modo  á  ver  planes  contra  la  integri- 
dad del  país  y  del  partido  liberal  en  cualquier  mo- 
vimiento que  se  iniciaba  á  favor  del  adelanto,  que  en- 
tró en  antagonismo  con  todos  los  que  sostenían  que 
había  ya  llegado  la  oportunidad  de  que  la  Re])úbli- 
ca  marchara  con  más  velocidad  y  expedición  en  la  vía 
del  progreso.  Y  así,  el  sentimiento  de  intranquilidad 
y  oposicinó  continuó  creciendo  y  de  día  en  día  au- 
mentaba el  deseo  por  un  cambio  de  gobierno.  Nubes 
de  descontento  se  veían  por  todas  partes  en  el  hori- 
zonte político,  y  todo  indicaba  que  sería  imposible 
evitar  una  guerra  civil. 

El  año  de  1870  habían  tres  candidatos  en  campa- 
ña política  por  la  presidencia,  Juárez,  Lerdo  y  Díaz. 
Juárez  fué  reelecto,  aunque  no  sin  fuerte  oposición 
de  parte  de  la  facción  lerdista  que  manifestó  mucha 
actividad  en  la  lucha  política.  El  descontento  se  ma- 
nifestó muy  luego  con  nuevos  levantamientos  y  re- 
beliones por  todo  el  país  hacia  fines  del  año  1871.  La 
misma  cindadela  de  la  capital  se  pronunció  contra 
el  Gobierno  bajo  la  jefatura  de  militares  tan  bien 
conocidos  como  Negrete,  Rivera,  Toledo  y  C'havarría. 
Pero  todos  estos  levantamientos  fueron  pronto  de- 


JIAKEZ  Y  LERDO.  i3 

belados  con  mano  fuerte  por  el  General  Sostenes 
Rocha. 

Muchos  jefes  mifitares  que  habían  estado  antes 
al  lado  de  Juárez  impugnaron  la  validez  de  su  elec- 
ción, y  el  resultado  fué  que  ])romovieron  otro  levan- 
tamiento todavía  más  formidable  que  el  primero  y 
en  el  cual  estaban  comprometidos  Treviño,  de  la  Ca- 
dena, Guerra  y  García.  Fué  por  este  tiempo  cuando 
el  General  Díaz  lanzó  su  proclama  del  "Plan  de  la 
Noria''  (Noviembre  8  de  1871),  en  el  cual  proponía 
la  formación  de  un  comité  para  reorganizar  el  país ; 
pero  el  plan  resultó  impopular,  y  después  de  consi- 
derable lucha,  la  facción  reconstruccionista  fué  de- 
rrotada por  Alatorre  el  22  de  Diciembre  de  1871.  Lue- 
go se  sucedieron  otros  reveses  que  finalmente  desani- 
maron al  partido  revolucionario,  con  lo  cual  el  ])ertur- 
bado  país  al  fin  entró  de  nuevo  en  un  período  de  paz. 

El  18  de  Julio  de  1872  Juárez  murió  repentina- 
mente de  un  ataque  al  corazón. 

El  sentimiento  unánime  de  la  nación  en  esos  mo- 
mentos parece  haber  sido,  que  no  había  más  que  un 
hombre  capaz  y  digno  de  sucederle ;  y  ese  hombre  era 
Sebastián  Lerdo  de  Tejada,  Presidente  de  la  Corte 
Suprema  de  Justicia ;  cargo  que,  según  lo  establecía 
la  Constitución,  lo  hacía  virtualmente  Vicepresiden- 
te de  la  República,  y  como  tal,  el  llamado  á  ocupar 
el  alto  puesto  que  había  dejado  vacante  la  muerte  de 
su  predecesor.  Era  hombre  en  quien  la  mayoría  del 
pueblo  mexicano  tenía  la  mayor  confianza.  El  senti- 
miento y  creencia  generales  era  que  Lerdo  había  si- 
do el  espíritu  guiador  del  nuevo  orden  de  cosas  en  la 
República,  y  la  representación  de  todos  los  deseos 
de  progreso,  tanto  nacional  como  individual. 

Pocos  hombres  han  llegado  á  un  puesto  ])úblico 
con  tanto  beneplácito  de  parte  del  pueblo  como  Lerdo 
á  la  muerte  de  Juárez.  Era  toda  la  esperanza  del 
pueblo,  la  expresión  de  su  fe  en  el  futuro,  el  único 
hombre  capaz  de  manejar  la  situación.  Sus  antece- 
dentes políticos  y  los  de  su  familia  le  eran  favora- 
bles :  venía  de  buena  cepa,  y  esto  aumentaba  su  eré- 


U  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

dito :  su  liermano  Miíiiiel  había  .sido  ministro  de  ha- 
cienda en  1850,  y  el  autor  de  una  lev  para  la  conso- 
lidación y  nacionalización  de  l^s  propiedades  de  la 
Iglesia.  Estos  antecedentes  lo  hacían  simpático  á  los 
ojos  de  los  liberales,  que  no  se  cansaban  de  ])onerlo 
en  parangón  con  su  hermano,  el  A^enturoso,  esforzado 
y  genuino  liberal. 

Pero  no  necesitaba  Sebastián  Lerdo  de  Tejada  re 
flejar  la  gloria  de  su  hermano ;  pues  el  público  lo  aso- 
ciaba con  los  sucesos  más  im])ortantes  de  la  admi- 
nistración de  Juárez,  especialmente  en  su  lucha  con 
tra  el  imj^erio.  Era  opinión  corriente  que  el  brillan- 
te cerebro  de  Lerdo  había  sido  el  inspirador  de  los 
actos  más  trascendentales  de  la  administración  de 
Juárez,  incluyendo  los  famosos  decretos  lanzados  en 
A'eracruz  contra  el  clero.  Era,  por  consiguiente,  can- 
didato aceptable  por  los  liberales  de  todas  las  cate- 
gorías, que  eran  políticamente  tan  poderosos  en  ese 
tiempo,  que  ni  siquiera  temían  el  dividirse  en  bandos. 

Tenía  Lerdo  maneras  fascinadoras  y  ejercía  ra- 
ro ascendiente  sol)re  todos  las  personas  que  trataba. 
Así,  habíase  conquistado  multitud  de  amigos  que 
tenían  la  opinión  de  que  era  el  hombre  de  talento 
extraordinario,  y  como  tal,  capaz  de  enderezar  los 
embrollados  asuntos  del  partido  liberal  y  guiar  al 
país  por  la  senda  del  progreso  en  que,  los  tiempos  de 
comparativa  paz  de  la  administración  de  Juárez  le 
habían  permitido  entrar.  Así,  pues,  hubo  gran  re- 
gocijo en  las  filas  liberales  cuando  asumió  la  presi- 
dencia de  la  Eepública.  Aún  el  partido  conservador 
no  teniendo  en  ese  tiempo  la  menor  esperanza  de  lle- 
gar al  poder,  aceptó  á  Lerdo  como  al  hombre  mejor 
que  la  situación  podía  ofrecer. 

Pero  Lerdo,  si  bien  patriota  y  sincero  en  sus  mi- 
ras, luego  manifestó  su  inhabilidad  para  el  manejo 
de  la  situación  política  y  i)or  todos  lados  se  le  co- 
menzaron á  levantar  enemigos,  entre  los  cuales  se 
hacía  notar  el  antiguo  partido  conservador. 


(jkxeral  Poiífiiíio  Díaz  en  ISSíj. 


CAPITULO  XXXIX. 

La  Reelección  de  Lerdo. 

A  principios  del  año  de  1875  el  partido  lerdista 
resolvió,  que  para  bien  de  los  intereses  de  paz  y  pro- 
greso de  la  República,  el  Presidente  debía  ser  reelec- 
to. Esta  disposición  la  fundaba,  en  que  lo  que  nece- 
sitaba el  país  sobre  todo,  era  gozar  de  paz  bajo  un 
gobierno  firme  y  duradero.  Hubiera  sido  convenien- 
te esta  resolución  si  ciertas  condiciones  existentes  en 
ese  entonces  no  la  hubieran  hecbo,  si  no  insostenible, 
por  lo  menos  peligrosa.  Como  antes  hemos  dicho,  Ler- 
do se  había  atraído  la  enemistad  de  muchos  á  quie- 
nes, usando  de  tacto,  hubiera  podido  hacer  sus  ami- 
gos :  había  manifestado  una  pequenez  de  ideas  y  una 
cortedad  de  vista,  del  todo  inadecuadas  para  resolver 
las  muchas  dificultades  con  que  en  esa  época  se  en- 
contraba todo  gobierno  en  México;  y  eso  le  había 
granjeado  muchos  y  poderosos  enemigos.  Estos  ro- 
dearon á  Díaz  y  á  Iglesias ;  el  primero  de  los  cuales 
trabajaba  francamente  contra  el  Gobierno  y  el  últi- 
mo lo  hacía  secretamente,  envenenando  los  ánimos 
de  los  partidarios  de  Lerdo  hasta  en  el  mismo  seno 
del  Congreso.  Por  consiguiente,  en  estos  momentos 
la  reelección  de  Lerdo  ofrecía  muchos  peligros,  y  el 
éxito  no  se  podía  garantizar.  Pero  la  política  de  esos 
días  era  obtener  el  triunfo  del  partido  como  se  pu- 
diera, por  buenos  ó  por  malos  medios ;  y  tratándose 
de  elecciones,  el  Presidente  que  estaba  en  el  poder  te- 
nía todas  las  ventajas  en  una  contienda  de  natura- 
leza puramente  civil ;  y  generalmente  se  abusaba  de 
estas  ventajas.  Era  del  todo  natural,  que  una  vez 
Lerdo  se  había  determinado  por  la  reelección,  hicie- 
ra uso  de  todos  los  medios  á  su  alcance  para  asegu- 
rar el  triunfo ;  y  esto  fué  exactamente  lo  que  hizo. 

El  antagonismo  que  se  había  comenzado  á  mani- 
festar contra  Lerdo  en  varias  partes  de  la  Eepúbli- 


46  DÍAZ  T  MÉXICO. 

ca,  á  causa  de  su  falta  de  tacto  en  el  manejo  de  la  si- 
tuación política,  estalló  en  abierta  rebelión  en  Enero 
de  1876  en  la  ciudad  de  Tuxtejíec.  El  Gobierno  hizo 
todo  lo  posible  por  sofocar  esta  oposición  armada, 
declarando  en  estado  de  sitio  todos  los  Estados  y  dis- 
tritos desafectos.  El  año  anterior  había  estallado 
una  insurrección  en  el  Estado  de  Michoacán  y  la  Le- 
gislatura había  otorgado  al  Grobierno  poderes  ex- 
traordinarios para  debelar  ese  levantamiento.  Los 
medios  que  se  adoptaron  entonces  tuviero  éxito;  y 
Lerdo,  haciendo  de  nuevo  uso  de  esos  poderes  extraor- 
dinarios que  tenía  conferidos,  al  declararse  la  insu- 
rrección de  Tuxtepec  decidió  seguir  las  mismas  tác- 
ticas, que  tan  buen  resultado  habían  dado  el  año  an- 
terior. Pei'o  los  procedimientos  del  Gobierno,  en  vez 
de  producir  los  efectos  deseados,  solamente  lograron 
aumentar  la  oposición.  Se  decía  públicamente  por 
esos  días,  que  el  Gobierno  no  se  preocupaba  tanto 
por  sofocar  la  revolución  como  por  preparar  la  reelec- 
ción de  Lerdo;  y  que  el  estado  de  sitio  que  se  había 
declarado  en  varias  partes  de  la  Eepública,  no  guar- 
da])a  relación  con  el  estado  de  desafección  de  los  dis- 
tritos en  cuanto  á  oposición  armada  refería,  y  que 
en  resumidas  cuentas,  todo  el  aparato  que  se  hacía 
no  era  sino  con  fines  políticos.  Se  hacía  notar  que  en 
distritos  donde  la  reA^olución  i)rogresaba  de  un  mo- 
do alarmante,  los  gobernadores  eran  mantenidos  en 
sus  respectivos  puestos  y  el  gobierno  del  Estado  con- 
tinuaba en  mano  de  las  autoridades  legítimamente 
constituidas,  mientras  que  en  otros  distritos  don- 
de no  había  oposición  armada,  habían  sido  removi- 
dos los  gobernadores,  que  se  sospechaba  no  favore- 
rían  la  reelección  de  Lerdo  y  sus  puestos  ocupados 
por  secuaces  del  Presidente.  La  atmósfera  estaba 
llena  de  rumores  de  revolución,  pero  Lerdo  camina- 
ba ciegamente  á  su  destino,  provocando  oposición 
por  todos  lados,  en  los  momentos  en  que  debía  haber- 
se procurado  más  amigos  para  que  lo  sostuvieran. 

Las  elecciones  tuvieron  lugar  durante  los  meses 
de  Junio  y  Julio.  Los  distritos  electorales  fueron  lie- 


LA  REELECCIÓN'  DE  LERDO.  47 

nados  de  militares,  con  el  objeto  ostensible  de  vigilar 
porque  todo  se  llevara  en  orden,  pero  en  realidad 
para  atemorizar  á  los  que  quisieran  votar  contra  la 
reelección  de  Lerdo.  Solamente  en  nueve  estados  se 
efectuaron  elecciones,  pues  los  otros  se  consideraron 
incapacitados  para  ello  por  estar  declarados  en  es- 
tado de  sitio.  1.a  razón  que  dio  el  Gobierno  por  este 
procedimiento  fué,  que  las  elecciones  que  tuvieran  lu- 
gar en  los  Estados  donde  estaba  alterado  el  orden, 
estarían  sujetas  á  indebida  influencia  de  parte  de  los 
Alarios  jefes  revolucionarios,  en  los  respectivos  terri- 
torios que  tenían  más  ó  menos  bajo  su  control. 

Inmediatamente  fué  lanzado  por  la  oposición,  en 
toda  la  extensión  del  país,  el  grito  de  que  las  elec- 
ciones habían  sido  fraudulentas,  que  la  mayoría  de 
los  gobernadores  de  los  Estados  habían  sido  removi- 
dos y  sus  puestos  ocupados  por  los  satélites  de  Ler- 
do, quienes  habían  usado  de  toda  clase  de  fraudes  y 
corrupción,  llegando  hasta  á  intimidar  á  los  ciuda- 
danos que  deseaban  votar  contra  la  administración. 
La  oposición  hizo  incapié  también  en  el  hecho,  de  que 
aunque  las  elecciones  hubieran  sido  manejadas  con 
legalidad  y  honradez,  no  se  podía  bajo  ningún  con- 
cepto considerarlas  como  la  representación  de  los  de- 
seos del  pueblo;  pues  solamente  á  una  parte  de  los 
Estados  les  había  sido  permitido  manifestar  su  vo- 
luntad en  las  urnas  electorales. 

Como  ya  hemos  visto,  Iglesias  aprovechó  la  opor- 
tunidad para  promover  su  propia  candidatura,  ha- 
ciéndose aparecer  como  un  patriota  desinteresado, 
como  campeón  de  la  constitución  y  enemigo  implaca- 
ble de  la  reelección.  Keunió  á  su  derredor  á  los  des- 
afectos de  la  capital ;  pero  desde  los  salones  del  Pala- 
cio Legislativo  ejercía  demasiada  influencia  para  que 
Lerdo  se  atreviera  á  atacarlo  abiertamente,  ]3or  lo 
que  éste  decidió  hacer  toda  clase  de  esfuerzos  por 
atraérselo.  Y  de  esta  actitud  se  aprovechó  Iglesias; 
pues  mientras  por  un  lado  protestaba  no  tener  la  me- 
nor intención  de  provocar  oposición  armada  contra 
el  gobierno,  por  otro  se  mantenía  en  continuos  con- 


4»  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

ciliábulos  con  los  más  prominentes  jefes  desafectos 
que  residían  en  la  capital,  para  discutir  los  medios 
que  se  debían  adoptar  con  el  objeto  de  frustrar  los 
planes  de  Lerdo  y  expulsarlo  del  poder. 

Lerdo  se  encontraba  rodeado  por  todos  lados  de 
dificultades  políticas.  Desde  el  segundo  año  de  su  ad- 
ministración, el  partido  de  la  Iglesia  lo  atacaba  acer- 
bamente, y  trabajaba  por  aumentar  los  enemigos  de 
su  administración.  Los  partidarios  de  Díaz  eran  vis- 
tos por  el  gobierno  lerdista  con  desconfianza,  y  ha- 
bían sido  tranquila  y  persistentemente  excluidos  de 
los  empleos  públicos :  igual  pasaba  con  todos  los  que 
habían  hecho  oposición  á  la  administración  de  Juá- 
rez en  los  últimos  años  del  gran  Presidente  indio: 
todos  estos  encontraban  innumerables  obstáculos  que 
les  imposibilitaban  el  menor  adelanto  en  las  esferas 
oficiales.  Los  estados  donde  los  gobernadores  ha- 
bían sido  substituidos  por  partidarios  de  Lerdo,  que 
abarcaban  por  lo  menos  la  mitad  del  territorio  nacio- 
nal, manifestaban  un  decidido  sentimiento  de  ani- 
mosidad contra  el  Gobierno.  Lerdo,  con  la  suprema 
arrogancia  que  siempre  lo  caracterizó,  decidió  aplas- 
tar á  sus  enemigos  por  la  fuerza  de  las  armas  y  reele- 
girse Presidente  para  un  tercer  período.  Naturalmen- 
te, los  descontentos,  que  se  encontraban  por  todas 
partes  de  la  República,  en  la  misma  capital  y  aún 
en  el  seno  del  Palacio  Legislativo,  dirigían  sus  mira- 
das á  alguno  de  los  dos  jefes  de  la  oposición,  Igle- 
sias ó  Díaz,  para  levantar  el  estandarte  de  la  revo- 
lución contra  las  condiciones  políticas  que  conside- 
raban tan  antagónicas  á  sus  intereses.  Como  hemos 
ya  dicho.  Iglesias  tenía  desenfrenada  ambición  por 
la  presidencia ;  pero  ansiaba  llegar  á  ella,  si  era  po- 
sible, por  lo  que  pudiera  aparecer  como  medios  cons- 
titucionales. Con  este  fin  en  mira,  proclamó  invalida- 
da y  nula  la  elección  de  Lerdo  de  Junio  y  Julio  de 
1875,  á  causa  de  los  fraudes  con  que  se  había  lleva- 
do á  cabo,  la  presión  que  se  había  ejercido  para  im- 
pedir la  libre  manifestación  de  la  libertad  popular, 
y  por  último,  por  no  haber  permitido  votar  á  los 


LA  REELECCIÓN  DE  LERDO.  4í) 

electores  de  más  de  la  mitad  de  la  extensión  territo- 
rial de  la  República.  El  elemento  más  joven  é  impre- 
sionable de  la  capital  se  puso  luego  bajo  el  estan- 
darte de  Iglesias;  pero  los  generales  y  demás  jefes 
militares  experimentados,  que  habían  pasado  ya  por 
muchas  guerras  y  levantamientos,  se  dirigieron  á 
Díaz,  que  continuaba  apartado  de  la  lucha,  como  lo 
había  hecho  antes,  cuando  Lerdo  había  ascendido  á 
la  presidencia  con  motivo  de  la  muerte  de  Juárez  en 
1872. 

En  Enero  de  1876  el  General  Hernández  levantó 
la  bandera  de  la  rebelión  en  la  ciudad  de  Tuxtepec 
en  el  Estado  de  Oaxaca ;  y  reuniendo  dos  mil  indios 
armados  con  fusiles  viejos,  picas,  espadas,  machetes 
y  cuanta  clase  de  armas  fué  posible  conseguir,  mar- 
chó contra  la  capital  del  Estado  y  se  apoderó  de  ella 
el  27  del  mismo  mes.  Hernández  inmediatamente  se 
pronunció  por  Díaz,  proclamándolo  como  jefe  de  la 
revolución  contra  el  desgobierno  del  régimen  de  Ler- 
do ;  y  él  mismo  asumió  la  gobernación  del  Estado  de 
Oaxaca. 

En  los  primeros  días  del  año  anterior,  el  General 
Díaz  y  Manuel  González  se  habían  marchado  á  los 
Estados  Unidos  por  \ia  de  Veracruz,  pues  las  difl- 
eultades  políticas  de  México  habían  hecho  inseguro 
para  ellos  el  permanecer  en  el  país.  Se  dirigieron  a 
Brownsville,  á  poca  distancia  de  la  frontera  del 
norte,  desde  donde  veían  con  expectación  las  ame- 
nazadoras nubes  de  guerra  que  habían  comenzado  á 
<iscurecer  el  horizonte  político  de  México.  Esas  nu- 
bes de  guerra  se  amontonaban  principalmente  en 
el  sur,  siendo  su  centro  Oaxaca,  Guerrero,  Yu- 
catán, Puebla,  que  se  levantó  como  por  encanto  al 
llamado  de  Hernández;  Jalisco  y  Nuevo  León;  to- 
dos respondieron  al  llamamiento  á  las  armas.  Los 
revolucionarios,  que  estaban  en  comunicación  con 
Díaz  y  González,  los  llamaron  á  la  escena  del  con- 
flicto ;  y  después  de  dos  meses  de  comunicaciones,  los 
dos  jefes  salieron  de  BrowTisville  á  mediados  de  Mar- 
zo con  cuarenta  de  sus  partidarios,  y  el  21  del  mis- 


50  DÍAZ  Y  MÉXICO, 

mo  mes  Díaz  lanzó  la  proclama,  reforma  del  plan  de 
Tuxtepee,  qne  debía  servir,  desde  eise  día  en  adelan- 
te, de  bandera  á  los  revolncionarios.  Era  esta  pro- 
clama el  mismo  plan,  reformado,  qne  Hernández  ha- 
bía lanzado  en  Enero  desde  Tuxtepec,  y  en  cnyo  apo- 
yo había  llamado  á  Díaz,  despnés  de  haber  captu- 
rado la  ciudad  de  Oaxaca  y  héchose  gobernador  pro- 
visional del  Estado.  Este  plan  de  Tuxtepec,  reforma- 
do en  el  campamento  de  Palo  Blanco,  documento  de 
menos  de  cuatro  páginas,  muestra  sumariamente  las 
causas  aducidas  por  los  revolucionarios  para  levan- 
tarse en  armas  contra  el  gobierno  de  Sebastián  Ler- 
do de  Tejada  y  de  consiguiente  merece  cuidadoso  es- 
tudio. Dice  así: 


íi 


AL  PUEBLO  MEXICANO. 

^'CONSIDERANDO:  Que  la  República  Mexica- 
na está  regida  por  un  Gobierno  qne  ha  hecho  del  abu- 
so un  sistema  i^olítico,  despreciando  y  violando  la 
moral  y  las  leyes,  viciando  á  la  sociedad,  desprecian- 
do á  las  instituciones,  y  haciendo  imposible  el  reme- 
dio á  tantos  males  por  la  vía  pacífica ;  que  el  sufragio 
público  se  ha  convertido  en  una  farsa,  pues  el  Presi- 
dente y  sus  amigos  por  todos  los  medios  reprobados 
hacen  llegar  á  los  puestos  públicos  á  los  que  llaman 
sus  "candidatos  oficiales,"  rechazando  á  todo  ciuda- 
dano independiente :  que  de  este  modo  y  gobernando 
hasta  sin  ministros,  se  hace  la  burla  más  cruel  á  la 
democracia  que  se  funda  en  la  independencia  de  los 
poderes;  que  la  soberanía  de  los  Estados  es  vulne- 
rada repetidas  Aceces;  que  el  Presidente  y  sus  favo- 
ritos destituyen  á  su  arbitrio  á  los  Gobernadores, 
entregando  los  Estados  á  sus  amigos,  como  sucedió 
en  (^oahuila,  Oaxaca,  Yucatán  y  Nuevo  León,  ha- 
biéndose intentado  hacer  lo  mismo  con  Jalisco;  que 
á  este  Estado  se  le  segregó  para  debilitarlo,  el  impor- 
tante cantón  de  Tepic,  el  cual  se  ha  gobernado  mili- 
tarmente hasta  la  fecha,  con  agravio  del  pacto  fede- 
ral y  del  derecho  de  Gentes ;  que  sin  consideración 
á  los  fueros  de  la  humanidad,  se  retiró  á  los  Estados 


LA  REELECCIÓN  DE  LEiíDO.  Til 

fronterizos  la  mezquina  suvbención  que  les  servía 
para  la  defensa  contra  los  indios  bárbaros ;  que  el 
tesoro  público  se  dilapida  en  gastos  de  placer,  sin 
que  el  Gobierno  haya  llegado  á  presentar  ú.i  Con- 
greso de  la  Unión  la  cuenta  de  los  fondos  que  ma- 
neja. 

"Que  la  administración  de  justicia  se  encuentra 
en  la  mayor  prostitución,  pues  se  constituye  á  los 
Jueces  de  Distrito  en  agentes  del  centro  para  opri- 
mir á  los  Estados :  que  el  poder  municipal  ha  despa- 
recido completamente,  pues  los  ayuntamientos  son 
simples  dependientes  del  Gobierno  para  hacer  las 
elecciones;  que  los  protegidos  del  Presidente  perci- 
ben tres  y  hasta  cuatro  sueldos  i^or  los  empleos  que 
sirven,  con  agravio  de  la  moral  pública ;  que  el  des- 
potismo del  Poder  Ejecutivo  se  ha  rodeado  de  presi- 
darios y  asesinos  que  provocan,  hieren  y  matan  a  lo*^ 
ciudadanos  ameritados;  que  la  instrucción  pública 
se  encuentra  abandonada;  que  los  fondos  de  esto  pa- 
ran en  manos  de  los  favoritos  del  Presidente;  que 
la  erección  del  Senado,  obra  de  Lerdo  de  Tejada  y 
sus  favoritos,  para  centralizar  la  acción  legislativa, 
importa  el  veto  á  todas  las  leyes;  que  la  fatal  lev 
del  timbre,  obra  también  de  la  misma  funesta  ad- 
ministración, no  ha  servido  sino  para  extorcionar 
á  los  pueblos;  que  el  país  ha  sido  entregado  á  la 
Compañía  Inglesa  con  la  concesión  del  Ferrocarril 
de  Yeracruz  y  el  escandaloso  convenio  de  las  tarifas ; 
que  los  excesivos  fletes  que  se  cobran  han  estancado 
al  comercio  y  á  la  agricultura ;  que  con  el  monopolio 
de  esta  línea  se  ha  impedido  que  se  establezcan  otras, 
produciéndose  el  desequilibrio  en  el  comercio  inte- 
rior, el  aniquilamiento  de  todos  los  demás  puertos 
de  la  Eepública  y  la  más  espantosa  miseria  en  todas 
])artes ;  que  el  Gobierno  ha  otorgado  á  la  misma  Com- 
pañía con  i^retexto  del  Ferrocarril  de  León,  el  privi- 
legio para  celebrar  loterías,  infringiendo  la  Consti- 
tución ;  que  el  Presidente  y  sus  favoritos  han  pacta- 
do el  reconocimiento  de  la  enorme  deuda  inglesa,  me- 
diante dos  millones  de  pesos  que  se  reparten  por  sus 


52  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

agencias ;  que  ese  reconocimiento  además  de  inmoral 
es  injusto,  porque  á  México  nada  se  indemniza  pov 
l^er juicios  causados  en  la  intervención. 

"Que  aparte  de  esa  infamia  se  tiene  acordada  la 
de  vender  tal  deuda  a  los  Estados  Unidos,  lo  cual 
equivale  éí  vender  el  país  á  la  nación  vecina ;  que  no 
merecemos  el  nombre  de  ciudadanos  mexicanos,  ni 
siquiera  el  de  hombres  los  que  sigamos  consintiendo 
el  que  estén  al  frente  de  la  administración  los  que 
asi  roban  nuestro  porvenir  y  nos  venden  en  el  ex- 
tranjero; que  el  mismo  Lerdo  de  Tejada  destruyó 
toda  esperanza  de  buscar  el  remedio  á  tantos  males 
en  la  paz,  creando  facultades  extraordinarias  y  sus- 
pención  de  garantías  para  hacer  de  las  elecciones 
una  farsa  criminal. 

"En  nombre  de  la  sociedad  ultrajada  .y  del  pueblo 
mexicano,  vilijiendiado,  levantamos  el  estandarte  de 
la  guerra  contra  nuestros  comimes  opresores^,  pro- 
clamando el  siguiente  plan : 

"Art.  1°  Son  leyes  supremas  de  la  República,  la 
Constitución  de  1857,  la  acta  de  reformas  pronmlga- 
da  el  25  de  Septiembre  de  1873,  y  la  ley  de  1874. 

"Art.  2°  Tendrán  el  mismo  carácter  de  ley  supre- 
ma la  Xo-Reelección  del  Presidente  de  la  República 
y  Gobernadores  de  los  Estados,  mientras  se  consigue 
elevar  este  principio  al  rango  de  reforma  constitu- 
cional, por  los  medios  legales  establecidos  por  la 
Constitución. 

"Art.  3°  Se  desconoce  á  Don  Sebastián  Lerdo  de 
Tejada  como  Presidente  de  la  República  y  á  todos 
los  funcionarios  y  empleados  por  él,  así  como  los 
nombrados  en  las  elecciones  de  Julio  del  año  de  1875. 

"Art.  4°  Serán  reconocidos  todos  los  Gobernado- 
res de  los  Estados  que  se  adhieran  al  presente  plan. 
En  donde  esto  no  suceda  se  reconocerá  como  gober- 
nador al  que  nombre  el  jefe  de  las  armas. 

"Art.  5°  Se  harán  elecciones  para  Supremos  Po- 
deres de  la  Unión  á  los  dos  meses  de  ocupada  la  ca- 
pital de  la  República  en  los  términos  que  disj^onga  la 
convocatoria  que  expedirá  el  Jefe  del  Ejecutivo,  un 


LA  REELECCIÓN  DE  LERDO.  53 

mes  después  del  día  en  que  tenga  lugar  la  ocupación, 
con  arreglo  á  las  le.yes  electorales  de  12  de  Febrero 
de  1857  y  23  de  Diciembre  de  1872. 

Al  mes  de  verificadas  las  elecciones  secundarias 
se  reunirá  el  Congreso,  y  se  ocupará  inmediatamen- 
te de  llenar  las  prescripciones  del  art.  51  de  la  pri- 
mera de  dicbas  leyes  á  fin  de  que  desde  luego  entre 
al  ejercicio  de  su  cargo  el  Presidente  Constitucional 
de  la  República  }''  se  instale  la  Corte  Suprema  de 
Justicia. 

"Art,  í>°  El  Poder  Ejecutivo,  sin  más  atribuciones 
que  las  meramente  administrativas,  se  depositará, 
mientras  se  hacen  las  elecciones,  en  el  Presidente  de 
la  Suprema  Corte  de  Justicia  actual,  ó  en  el  magis- 
trado que  desempeñe  sus  funciones,  siempre  que  uno 
II  otro  en  su  caso,  acepte  en  todas  sus  partes  el  pre- 
sente plan,  y  haga  conocer  su  aceptación  por  me- 
dio de  la  prensa,  dentro  de  un  mes,  contado  desde 
el  día  en  que  el  mismo  i^lan  se  publique  en  los  perió- 
dicos de  la  capital.  El  silencio  ó  negativa  del  fun- 
cionario que  riga  la  Suprema  Corte,  investirá  al  je- 
fe de  las  armas  con  el  carácter  de  Jefe  del  Ejecutivo. 

'"Art.  7"'  Reunido  el  octavo  Congreso  Constitu- 
cional, sus  primeros  trabajos  serán  de  reforma  cons 
titucional  de  que  habla  el  art.  2°,  la  que  garantiza 
la  independencia  de  los  municipios  y  la  ley  que  dé 
organización  política  al  Distrito  Federal  y  Territo- 
rio de  la  Baja  California. 

"Art.  8°  Los  generales,  jefes  y  oficiales  que  con 
oportunidad  secunden  el  presente  plan,  serán  recono- 
cidos en  sus  empleos,  grados  y  condecoraciones. 

"Campo  de  Palo  Blanco,  Marzo  21  de  1876.— Por 
firio  Díaz." 


CAPITULO  XL 

José  María  Iglesias 

El  año  de  1873  José  María  Iglesias  fué  electo 
Presidente  de  la  Suprema  Corte  de  Justicia,  posi 
ción  que  lo  liacía  virtualmente  Vicepresidente  de  la 
Eepública,  desde  que,  en  caso  de  muerte  del  I*resi- 
dente,  él  era  el  llamado  por  la  ley  á  sucederle  en  ese 
alto  puesto. 

Iglesias  pertenecía  á  la  vieja  escuela  que  respe- 
taba la  Constitución  antes  que  todo.  Tenía  mucho 
de  esforzado,  y  ejercía  considerable  influencia  entre 
los  miembros  de  la  Corte  Suprema.  Gran  tormenta 
se  levantó  contra  él  con  motivo  de  dos  decisiones  to- 
madas por  dicha  Corte,  por  las  cuales  se  declaraba 
ilegal  le  elección  de  las  legislaturas  de  los  Estados 
de  Morelos  y  Puebla ;  y  un  folleto  escrito  y  publica- 
do por  el  mismo  Iglesias,  sosteniendo  dichas  deci- 
siones, y  manteniendo  que  ningún  acto  ilegal  podía 
ser  legalizado  por  el  voto  del  colegio  electoral,  ya 
fuese  de  la  Unión  ó  de  cualquiera  de  los  Estados. 
Tuvieron  lugar  varias  reuniones  secretas  de  los  par- 
tidarios del  Gobierno  en  las  cuales  se  discutió  aca- 
loradamente. Se  llegó  hasta  á  proponer  acusar  á 
los  miembros  de  la  Suprema  Corte,  en  cuerpo,  ante 
el  Congreso  de  la  Xación.  En  dos  ocasiones  se  efec- 
tuaron estas  tormentosas  reuniones  de  los  partida- 
rios del  Gobierno :  primero  después  de  la  decisión 
con  motivo  de  la  petición  del  ])ueblo  del  Estado  de 
Morelos,  impugnando  la  legalidad  de  las  elecciones 
que  habían  tenido  lugar  en  ese  Estado ;  y  de  nuevo 
en  idénticas  condiciones,  cuando  pocos  meses  des- 
pués el  mismo  cargo  fué  hecho  por  los  ciudadanos 
del  Estado  de  Puebla.  Pero  sin  embargo,  por  muy 
enconaelos  que  estuA'ieran  los  partidarios  del  Gobier- 
no contra  el  primer  magistrado  de  la  Corte  Supre- 
ma, tenían  evidentemente  temor  de  someter  la  cues- 


JOSÉ  MARÍA  IGLESIAS.  o.", 

tión  á  una  votación;  y  así,  la  excitación  se  fué  gas- 
tando. Pero  de  ese  tiemi^o  en  adelante,  las  relacio- 
nes de  Iglesias  con  el  Gobierno  no  fueron  de  lo  más 
cordiales.  Era  mirado  como  un  entrometido  y  como 
un  carácter  ])eligroso  x^ara  la  paz  del  i^aís.  Esta 
actitud  del  Gobierno  estaba  justificada  en  parte.  Igle- 
sias obró  correctamente  al  declarar  ilegales  las  elec- 
ciones en  los  Estados  de  Morelos  y  Puebla,  pues  di- 
clias  elecciones  las  caracterizó  el  más  descarado  en 
gaño.  Pero  este  acto  del  primer  magistrado  de  la 
Corte,  si  bien  perfectamente  legítimo  en  sí,  muestra 
el  carácter  del  liombre.  Sus  enemigos  lo  acusaban 
de  ser  traidor.  Probablemente  no  era  sino  excesiva- 
mente agresivo  y  ambicioso ;  aunque  en  las  obras  que 
lia  publicado,  siempre  profesa  su  desinterés,  su  pa- 
triotismo y  su  abnegación.  Era  de  naturaleza  sus])i- 
caz ;  y  sólo  visto  bajo  este  prisma  se  exi^lican  muchos 
de  sus  actos  futuros. 

La  exagerada  actitud  de  entereza  política  y  pa- 
triotismo asumida  por  Iglesias,  era  ciertamente  muy 
enojosa  para  el  Congreso;  pero  la  irritación  de  sus 
miembros  llegó  á  su  colmo  cuando  aquél  afirmó  pú- 
blicamente, que  debido  á  la  corrupción  de  ese  cuer- 
po, la  Corte  Suprema  se  había  Aisto  obligada  á  de- 
clarar nulas  las  elecciones  de  dos  de  las  legislaturas 
de  los  Estados;  y  dejaba  entender,  que  las  cosas  no 
caminaban  exactamente  como  de1)ían  en  el  mismo 
Congreso  de  la  Unión.  Todo  esto  hizo  que  los  enemi- 
gos del  Presidente  de  la  Corte  Suprema  se  levanta- 
ran en  masa  contra  él  y  trataran  de  anonadarlo.  El 
18  de  Mayo  de  1875,  una  ley  fué  presentada  al  Con- 
greso, declarando  incapaz  á  la  Suprema  Corte  de 
Justicia  de  la  Kación  para  emitir  juicio  contrario  á 
los  resultados  de  los  colegios  electorales,  é  imponien- 
do fuerte  castigo  en  caso  de  que  se  violara  esta  reso- 
lución. 

E]  Presidente  de  la  República,  Sebastián  Lerdo 
de  Tejada,  era  un  político  muy  hábil,  y  pronto  re- 
conoció el  peligro  que  había  en  permitir  que  aumen- 
taran las  dificultades  que  habían  surgido  entre  la 


56  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

legislatura  y  la  Corte  Suprema.  Y  así,  cuando  Ij^le- 
sias,  terco  como  siempre,  presentó  su  dimisión  como 
Presidente  de  este  último  cuerpo.  Lerdo  lo  mandó 
llamar  y  tuvo  con  él  una  larga  é  importante  confe- 
rencia. Le  manifestó  los  peligros  que  iban  corrien- 
do con  romper  su  antigua  amistad,  é  instó  á  Iglesias 
para  que  retirara  su  dimisión  en  interés  de  la  paz  y 
iDor  el  l)ien  del  país.  Esta  primer  entrevista  entre 
iglesias  y  Lerdo  duró  lista  media  noche;  y  otras  en- 
trevistas de  igual  índole  tuvieron  lugar  entre  estos 
dos  hombres  de  estado  durante  esa  semana,  al  final 
de  la  cual  Iglesias  prometió  retirar  su  renuncia  y 
poner  á  saho  su  orgullo  personal  y  sus  opiniones 
políticas,  haciendo  una  protesta  formal  en  la  Corte 
Suprema  de  Justicia  contra  la  constitucionalidad  de 
la  ley  pasada  por  el  Congreso  el  18  de  Mayo  de  1875. 

Xo  cabe  duda  que  Lerdo  recibió  esta  concesión 
de  parte  de  Iglesias  como  hecha  en  beneficio  de  la 
paz  y  de  la  armonía  del  Gobierno  y  de  la  Nación. 
Pero  si  así  creyó,  pronto  vio  que  se  había  equivoca- 
cado;  pues  Iglesias,  firme  en  su  propósito  de  protes- 
ta, escribió  un  folleto  de  lo  más  virulento  que  presen- 
tó á  la  Corte  Suprema.  Pero  la  circunstancia  de  ha- 
ber al  princi])io  insistido  tan  dramáticamente  en  que 
su  dimisión  fuera  aceptada,  y  el  haberla  retirado 
después,  dio  lugar  á  que  muchos  de  sus  amigos  sos- 
pecharan de  él.  Había  algunos  que  no  vacilaban  en 
asegurar  que  Iglesias  había  sido  comprado  por  el 
(Tobierno,  y  que  su  protesta  no  era  sino  una  hábil 
maniobra  arreglada*  entre  él  y  Lerdo.  Con  esto,  la 
proposición  que  él  mismo  hizo  personalmente  á  la 
Corte,  de  que  ese  documento  fuera  insertado  en  las 
minutas  de  la  sesión  y  publicado  profusamente  por 
todo  México,  fué  recibida  en  el  mayor  silencio ;  pues 
nadie  se  presentó,  ni  á  secundarla,  ni  á  atacarla. 

Así  se  vé  que  desde  un  principio  Iglesias  fué  un  ele- 
mento disturbador  en  la  política  de  la  administración 
de  Lerdo.  Sus  característicos  eran  el  egoísmo,  la  ambi- 
ción, la  terquedad  y  la  completa  inhabilidad  para  es- 
tudiar los  asuntos  desde  el  punto  de  vista  de  sus  ad- 


JOSÉ  MARIÁ  IGLESIAS.  57 

versarlos.  Eira  propenso  á  ocuparse  en  pequeneces, 
con  perjuicio  de  los  grandes  problemas  de  actuali- 
dad ó  de  significación  futura  para  la  paz,  la  prospe- 
ridad y  el  progreso  de  la  dación. 

Comentando  los  acontecimientos  relatados  en  es- 
te capítulo.  Iglesias  dice  con  gran  ingenuidad : 

"Esta  historia  de  mi  renuncia  dá  lugar  á  varías 
observaciones  de  no  escasa  importancia.  Demuestra 
mi  deseo  de  retirarme  á  la  vida  privada,  ó  sea  mi  fal- 
ta de  ambición.  Denota  mi  repugnancia  á  ponerme 
en  pugna  con  el  señor  Lerdo.  Confirma  de  una  mane- 
ra palmaria  mi  decisión  de  no  acatar,  como  Presi- 
dente de  la  Corte,  las  declaraciones  de  los  colegios 
electorales,  cuando  fuesen  contrarias  á  la  Constitu- 
ción." 

Por  todo  esto  se  verá,  no  obstante  su  ingenuo 
aserto  en  contrario,  que  no  había  nada  en  el  carác- 
ter de  Iglesias  que  tendiera  á  evitar  la  ruptura  que 
amenazaba  entre  él  y  Lerdo. 

Pero  no  era  solamente  la  dificultad  con  Iglesias  y 
la  Corte  Suprema  de  Justicia  la  imica  con  que  el  Cro- 
bierno  de  Lerdo  tenía  que  contender.  El  mismo  Igle- 
sias dice :  "Inaugurado  el  Gobierno  del  Sr.  Lerdo  ba- 
jo los  más  felices  auspicios,  el  trascurso  del  tiempo 
le  había  ido  dejando  sin  partidarios,  ya  por  el  des- 
contento que  al  cabo  de  algunos  años  existe  contra 
todo  gobierno,  ya  por  las  faltas  de  su  administra- 
ción.-' 

Ambas  exposiciones  contenidas  en  las  aserciones 
de  Iglesias,  son  indudablemente  ciertas.  Pero  el  mis- 
mo Iglesias  era  uno  de  los  ciudadanos  que  más  con- 
tribuían á  hacer  difícil  la  posición  de  Lerdo;  fué  él 
uno  de  los  que  lo  recibieron  al  principio  con  tanto 
entusiasmo,  y  uno  de  los  primeros  que  se  manifesta- 
ron después  descontentos  de  su  administración  y  que 
levantaron  contra  él  el  estandarte  de  la  rebelión. 
Iglesias  no  tenía  la  excusa  que  tenía  el  j^artido  de 
Díaz  al  desertar  de  Lerdo;  pues  este  último  le  otor- 
gaba su  confianza,  y  como  él  mismo  lo  admite,  hizo 
todo  lo  posible  i)or  satisfacerlo  y  conservarlo  en  su 


rjH  DÍAZ  y  MÉXICO.  •    . 

partido.  Iglesias  sabía  demasiado  bien  que  ninguno 
(le  los  partidos  políticos  desde  que  se  inauguró  la 
Kepública,  había  practicado  elecciones  con  legalidad. 
Ciertamente,  algunas  habían  sido  más  honradas  y 
más  representativas  que  otras ;  era  todo.  Si  él  hubie- 
ra tenido  en  mira  con  toda  sinceridad  el  bien  de  su 
l)aís,  hubiera  apoyado  á  Lerdo  y  procurado  hacer  sur- 
gir orden  del  caos.  Pero  no  obstante  todas  sus  protes- 
tas en  contrario,  fácilmente  se  puede  leer  entre  líneas, 
en  su  voluminoso  pedantesco  libro  intitulado :  "La 
Cuestión  Presidencial  en  1876''  y  ver  el  carácter 
egoísta  del  hombre,  sus  procedimientos  clandestinos 
y  su  evidente  falta  de  sinceridad.  El  jugó  á  tira  y 
afloja  con  Lerdo  y  con  Díaz,  y  se  queja  amargamente 
de  la  injusticia  de  ambos,  cuando  su  propia  exposi- 
ción de  su  caso  lo  muestra  siempre  tratando  de  sa- 
carles á  uno  y  á  otro  toda  clase  de  ventajas.  Pero  es 
la  misma  vieja  historia,  historia  que  constantemen- 
te se  mezcla  en  la  política  mexicana  durante  los  pri- 
meros cincuenta  años  de  vida  de  la  República.  Se  ve 
marchar  una  continua  fila  de  caracteres  políticos, 
cada  uno  de  ellos  dis]niesto  á  luchar  por  sus  propios 
intereses  y  ambiciones,  antes  que  cuidar  de  los  inte- 
reses de  la  República.  Xo  debe  creerse,  sin  embargo, 
que  era  mucha  la  culpa  de  estos  hombres;  pues  no 
habían  llegado  aún  á  comprender  que  los  intereses 
del  país  consistían  no  tanto  en  los  distintos  planes 
t  proyectos  que  los  jefes  de  partido  proponían  de 
tiempo  en  tiempo  como  remedio  para  las  dificultades 
que  afligían  á  la  Xación,  como  en  las  ventajas  que 
])ro]>orciona  la  ])az,  que  va  reuniendo  en  una  sola  na- 
cionalidad las  distintas  facciones  hostiles  y  los  hom- 
bres de  intereses  opuestos.  El  mismo  Lerdo,  político 
distinguido  como  era,  parece  no  haberse  nunca  hecho 
cargo  de  este  principio  fundamental  de  gobierno  en 
las  naciones  latino-americanas.  Si  lo  hubiera  com- 
prendido, hubiera  siempre  tenido  á  su  lado  á  hom- 
bres que,  como  el  General  Díaz  y  su  partido,  se  vol- 
vieron contra  él  muy  luego  después  de  que  asumió 
la  ])residencia.  Estaíia  reservado  al  mismo  Díaz  ha- 


JOSÉ  ]*rAIiIA  IGI.ESIAS.  5Í) 

cerse  cargo  de  la  verdadera  situación,  y  comprender 
que  debe  lial)er  una  mano  fuerte  en  el  timón  del  Es- 
tado jjara  reprimir  los  levantamientos  políticos,  pa- 
ra guardar  la  ley  y  conservar  el  orden  y  dar  al  país 
buenas  oportunidades  de  progreso.  Otros  políticos 
habían  comprendido  esto;  pero  no  habían  concebido 
los  medios  de  asegurar  este  deseable  estado  de  cosas, 
como  Díaz  lo  concibió.  Comprendió,  con  aquella  in- 
tuición que  le  había  ])ermitido  durante  toda  su  vida 
hacer  uso  de  todos  los  elementos  útiles  que  le  llega- 
l)an  á  la  mano,  que  lo  que  necesitaba  México  no  eran 
partidos  ó  facciones  políticas,  sino  lui  gobierno  cen- 
tral fuerte,  que  se  dedicara  con  éxito  á  la  tarea  de 
restaurar  la  paz  y  el  orden,  á  construir  sobre  buenos 
cimientos  una  administración  estable,  y  á  hacer  sen- 
tir á  todo  ciudadano  del  país  interés  directo  en  el 
mantenimiento  del  orden.  Ni  un  solo  hombre  que  pu- 
diera coadyuvar  á  esta  grande  y  buena  obra  debía 
desairarse,  importando  poco  cual  fuera  su  credo  i)0- 
lítico.  Los  intereses  del  país  pedían  aún  más,  pedían 
la  amalgamacion.de  todos  los  intereses  ])olíticos  y  el 
contingente  á  la  causa  pública  de  todo  hom])re  hon- 
rado, Y  para  Díaz,  concebir  una  idea,  era  llevarla  á 
cabo  con  toda  resolución  y  sin  vacilaciones  de  ningu- 
na especie.  Y  así  tenemos  que  en  condiciones  nnw 
desfavorables  emprendió  la  tarea  que  el  pueblo  ha- 
bía esperado  de  Lerdo :  amalgamar  los  intereses  en 
]iugna  que  habían  mantenido  á  México  en  un  estado 
de  mayor  ó  menor  anarquía  durante  medio  siglo. 

Lerdo  mostró  la  estrechez  de  miras  que  lo  carac- 
terizaban en  su  trato  con  sus  opositores  políticos, 
muchos  de  los  cuales  no  eran  al  principio  realmente 
sus  opositores ;  pues  con  la  mayor  facilidad  se  los 
hubiera  podido  atraer  y  hacer  de  ellos  sus  mejores 
amigos  y  sus  más  valiosos  apoyos.  Entre  éstos  se 
cuentan  los  partidarios  del  General  Díaz,  que  siem- 
pre eran  mantenidos  alejados  por  Lerdo,  quien  les 
daba  á  entender  de  un  modo  inequívoco,  que  no  tenía 
la  menor  intención  de  confiarse  en  ellos.  Como  es  na- 
tural, esta  conducta  inmediatamente  levantó  contra 


60  DIÁZ  T  MÉXICO. 

Lerdo  ima  poderosa  facción,  que  ayudó  á  avivar  las 
llamas  del  descontento  que  habían  encendido  su  ar- 
l)itrariedad  y  sus  irregularidades  en  las  elecciones. 
Comonfort  había  ya  comprendido  la  necesidad  de 
reunir  todas  las  facciones  y  partidos  en  interés  de 
la  paz  y  del  progreso  del  país ;  pero  aunque  era  previ- 
sor y  sincero  en  sus  esfuerzos  en  esta  dirección,  no 
era  un  carácter  suficientemente  fuerte  para  poder 
llevar  á  debido  efecto  sus  planes.  Lerdo  no  era  ni  pre- 
visor, ni  tenía  la  suficiente  fuerza  de  carácter  para 
manejar  la  difícil  situación  política  que  se  le  había 
confiado,  Juárez,  que  lo  precedió,  era  hombre  de  gran 
prestigio,  de  gran  determinación  y  de  un  carácter 
formidable  para  enfrentar  el  cam])o  de  batalla  de  la 
política ;  pero  era  demasiado  extremista  en  sus  ideas 
para  poder  unir  en  un  todo  útil  todas  las  facciones 
políticas  hostiles  que  habían  en  la  Kepública,  y  cons- 
truir de  intereses  opuestos,  un  partido  que  sostuvie- 
ra la  paz  á  toda  costa  y  el  progreso  del  país  en  todas 
direcciones,  antes  que  entregarse  á  cualquier  aventu- 
rero político.  X^n  hombre  que  procediera  de  tal  mo 
do,  tendría  que  cerrar  los  ojos  á  centenares  de  pe- 
queños abusos,  teniendo  siempre  como  norte  un  ob- 
jeto principal :  la  paz  á  cualquier  precio,  un  gobierno 
estable  y  el  adelanto  de  la  industria  y  demás  intere- 
ses del  país.  Díaz  vio  todo  esto  muy  claro;  y  com- 
prendió que  la  administración  de  Lerdo  había  sido 
un  fracaso  colosal,  simplemente  porque  nunca  llegó 
á  realizar  ni  cuáles  eran  sus  oportunidades,  ni  cuá- 
les sus  responsabilidades. 

Cuan  lejos  estaba  Iglesias  de  comprender  la  si- 
tuación, puede  colegirse  de  su  obra  póstum.a  sobre 
"La  cuestión  Presidencial."  En  todas  las  dificulta- 
des que  afligían  á  su  nación,  no  tiene  sino  una  idea 
en  la  mente,  y  es  que  él.  Iglesias,  debido  á  los  frau- 
des cometidos  en  la  segunda  elección  de  Lerdo  á  la 
Presidencia,  debía  ser  considerado  el  Presidente  le- 
gítimo de  la  República.  Rompió  relaciones  con  el  Ge- 
neral Díaz,  porque  este  último  pedía  que  se  hicieran 
elecciones  generales  en  caso  de  que  Lerdo  fuera  ex- 


Don  Ramón  Corral. 
Vice-Pkesidentk  de  México. 


JOSÉ  MARÍA  KÍLESIAS.  61 

cluido  de  la  Presidencia.  En  esto  Iglesias  no  se  mos- 
tró muy  ansioso  de  que  el  pueblo  manifestara  su  a^o- 
luntad  en  las  elecciones ;  sino  que  más  bien  trató  de 
aprovechar  un  ])retexto  para  elevarse  al  puesto  de 
Primer  Magistrado  de  la  Xación. 

Iglesias  gustaba  de  exhibir  las  faltas  que  habían 
en  la  administración  de  Lerdo;  pero  cuando  las  mis- 
mas condiciones  que  dicho  estadista  encontraba,  se 
aplicaban  á  la  conducta  que  él  observaba,  estaba 
muy  lejos  de  tomarlas  en  consideración.  Como  un 
ejemplo,  citemos  sus  propias  i)alabras : 

"Es  para  mi  incuestionable  que  el  señor  Lerdo 
habría  hecho  un  inmenso  beneficio  al  ]iaís,  así  como 
á  sí  mismo,  con  la  renuncia  de  su  candidatura.  Ese 
rasgo  de  abnegación  habría  quitado  á  la  revolución 
armada,  sostenedora  del  plan  de  Tuxtepec,  tan  famo- 
so luego,  su  razón  ó  su  i^retexto  de  ser.  El  desconten- 
to general  se  hai)ría  calmado  con  la  certidumbre  de 
un  ])ronto  cambio  de  gobierno.  Los  odios  ])olíticos  ó 
personales  se  habrían  extinguido,  con  la  i)róxinia  se 
paración  del  poder,  voluntaria  y  meritoria,  del  per- 
sonaje que  los  había  excitado." 

Se  puede  juzgar  á  Iglesias  con  el  mismo  juicio 
con  que  él  juzgó  á  Lerdo.  Si  hubiera  él  mostrado  al- 
guna inclinación  ])or  ceder  lo  que  á  sus  intereses  con- 
venía, en  pro  de  la  i)az  y  progreso  del  país ;  si  hubie- 
ra él  tenido  l)uena  voluntad  para  renunciar  sus  dere- 
chos á  la  presidencia  y  favorecer  una  elección  ])opu- 
lar  é  inmediata,  luibiera  evitado  muchísimas  dificul- 
tades á  su  país;  y  sus  intereses,  coml)inados  con  los 
del  (xeneral  Díaz  y  su  j^artido,  hubieran  hecho  posi- 
ble el  establecimiento  de  un  gobierno  firme,  evitan- 
do la  intranquilidad  que  se  mantuA^o  durante  el  tiem- 
po que  medió  entre  la  deserción  de  Iglesias  del  go- 
bierno y  la  subida  al  poder  del  General  Díaz,  de 
acuerdo  con  las  esti])ulaciones  del  plan  de  Tuxtepec. 
Pero  Iglesias  es  un  buen  ejemplo  del  egoísmo  de  mu- 
cho.">  jefes  militares  ó  políticos  de  la  República,  quie- 
nes con  frecuencia  trataban  de  ocultar  sus  islanes 
personales,  bajo  el  manto  de  la  equidad  política,  del 


62  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

desinterés  y  del  más  vivo  patriotismo.  Muy  íácll  era 
hacer  protestas  de  esta  naturaleza ;  que  desj>Taciada- 
mente,  diclio  sea  de  paso,  nunca  dejaban  de  atraer  á 
multitud  de  descontentos,  qne  siempre  se  mantenían 
deseosos  de  alistarse  bajo  un  nuevo  caudillo.  Este 
era  el  gran  peligro  que  amenazal)a  co]istantemente 
la  existencia  misma  de  la  Eepública.  Y  era  peligro 
que  comprendían,  ó  debían  comprender,  todos  los  je- 
fes militares  que  trataban  de  escalar  el  ])oder  valién- 
dose de  los  ])eldaños  de  la  revolución.  Es  el  mismo 
l)eligro  que  amenaza  boy  la  estabilidad  de  las  repú- 
blicas centro-americanas  y  de  no  pocas  de  las  de  Sud- 
Amórica.  Es  una  fiera  terrible  siem])re  presente,  que 
en  ocasiones  ]uiede  permanecer  oculta,  pero  que  no 
está  sino  en  emboscada;  lista  á  arrojarse  rei)entina- 
mente  sol)re  su  presa,  á  la  menor  oportunidad  y  des- 
garrar con  sus  agudas  garras  la  paz  y  la  i)rosperi- 
dad  del  i)aís.  Iglesias  comprendía  esta  situación  de- 
masiado bien,  como  lo  manifiesta  en  su  ''(Juestión 
Presidencial.'-  No  obstante  esta  circunstancia,  se  afir- 
mó obstinadamente  en  defensa  de  sus  derechos  pro- 
pios y  se  puso  en  completa  pugna  con  Lerdo  y  Díaz 
por  sostenerlos.  Poco  le  importaba  que  el  i^aís  fuera 
víctima  de  meses  de  guerra  civil  en  el  arreglo  de  es- 
ta cuestión.  En  todo  su  largo  libro  de  400  páginas, 
no  se  \6  sino  una  exposición  de  lo  más  apasionada, 
de  las  diferencias  surgidas  entre  los  tres  partidos 
políticos :  el  de  Lerdo,  el  de  Iglesias  y  el  de  Díaz.  Xo 
hay  nada  que  manifieste  que  Iglesias  tuA-iera  la  me- 
nor piedad  por  su  país,  el  cual  contem])laba  en  esta- 
do caótico.  En  efecto,  ni  una  sola  vez  en  su  larga  na- 
rración muestra  tener  la  menor  idea  de  los  hori'ores 
que  la  guerra  civil  estaba  produciendo  en  la  Eepú- 
blica. Página  tras  página  de  su  fatigosa  lectura,  se 
esfuerza  ])or  demostrar  que  sólo  Iglesias  era  quien 
tenía  la  razón  y  el  derecho  en  la  lucha  que  se  enta- 
bló. La  única  cuestión  que  le  interesa,  lo  único  que 
incesantemente  y  por  todos  los  medios  pretende  pro- 
bar, es  su  derecho  á  la  presidencia  de  la  Pe^uiblica 
en  esas  circunstancias.  Y  este  es  un  asunto  que  no 


■"TLACHlQrKKO."' 
(ClADRO    DE    I).    Le.vxdro    Isac  riIÜÍE.  ) 


JOSÉ  MAMA  IGLESIAS.  ft3 

interesa  gran  cosa  al  historiador  por  varias  razones. 
En  primer  lugar,  era  con  toda  evidencia  el  medio  de 
(|ue  Iglesias  se  quería  valer  para  escalar  el  poder; 
medio  que  trató  de  aprovechar  cuanto  le  fué  i)osi- 
ble.  FA  hecho  de  que  hubiera  sido  fraudulenta  la  elec- 
ción de  Lerdo,  no  signiñcaba,  como  jDretendía  Igle- 
sias, que  algún  otro  debiera  ocupar  la  i^residencia, 
sin  que  antes  mediara  una  elección  popular.  Si  la 
segunda  elección  se  creía  fraudulenta,  debía  i^rime- 
ro  probarse  esa  circunstancia,  .y  en  tal  caso,  anular- 
la y  practicar  nuevas  elecciones.  Y  sin  la  menor  du- 
da. Lerdo  parece  tener  el  mejor  derecho  de  los  dos, 
pues  reclamaba  el  poder  fundándose  en  las  eleccio- 
nes que  habían  tenido  lugar,  mientras  que  Iglesias 
se  parapetaba  en  el  antiguo  principio  que  establecía 
que  el  presidente  de  la  Corte  Suprema  ocuparía  la 
presidencia  en  caso  que  ésta,  por  alguna  circunstan- 
cia, quedara  vacante.  Pero  no  estaba  vacante.  Todo 
lo  que  se  podía  asegurar  era  que  había  habido  algu- 
na irregularidad  en  las  elecciones  practicadas.  Pero 
Iglesias  estaba  tan  preocupado  con  sus  pretensiones 
personales,  que  no  podía  ver  el  asunto  desde  otro 
jmnto  de  vista  sino  desde  el  que  le  conveiiía  :  su  ele- 
A^ación  á  la  presidencia  de  la  República.  Desgracia- 
damente ]iara  el  país,  esta  había  sido  la  clase  de  ac- 
titud generalmente  tomada  por  los  hombres  i)romi- 
nentes  del  día.  El  ])artido  de  oposición  era  siem])re 
militante,  y  nunca  le  fué  posible  ver  justicia  y  since- 
ridad en  ninguno  de  los  actos  ó  disposiciones  del  i)ar- 
tido  que  estaba  en  el  poder.  Es  indis])ensab]e  darse 
cuenta  de  esta  situación  especial  de  los  asuntos,  y  de 
estos  rasgos  del  carácter  de  Iglesias,  para  ])enetrar- 
se  debidamente  de  los  acontecimientos  que  tuvieron 
lugar  en  México  durante  el  tiemi)0  que  medió  de  la 
deserción  de  Iglesias  de  la  capital  y  del  ])artido  1er- 
dista,  á  la  elevación  provisional  al  poder  del  Gene- 
ral Díaz. 

Xo  tendría  objeto  alguno  describir  el  ])rogreso  de 
la  revolución  contra  la  administración  de  I>erdo,  y  el 
estado  de  caos  que  entonces  reinaba  en  el  país;  el 


64  DÍAZ  t  MÉXICO. 

cual  se  encontraba  dividido  en  tres  distintas  faccio- 
nes políticas,  una  representada  por  Lerdo,  otra  por 
Iglesias  3^  una  tercera  por  el  General  Díaz. 

Iglesias  se  dirigió  á  la  parte  norte  de  la  Kepú- 
blica  donde  lanzó  varias  proclamas  manifestando 
qne  él  era  el  presidente  legítimo,  pero  sin  preocupar- 
se en  lo  más  mínimo  de  poner  remedio  alguno  á  las 
dificultades  de  la  situación,  ni  de  calmar  las  animo- 
sidades que  dividían  á  los  partidos  políticos. 

Después  de  una  terrible  y  encarnizada  batalla 
que  duró  varias  horas,  Díaz  derrotó  á  las  fuerzas  1er- 
distas  en  Tecoac  el  IG  de  Noviembre  de  1S7G  y  Lerdo 
se  vio  precisado  á  huir  á  los  Estados  Unidos. 

I*uebla  se  rindió  sin  lucha  alguna  al  caudillo  vic- 
torioso, quien  inmediatamente  marchó  á  la  capital 
de  la  República  y  asumió  el  puesto  de  presidente 
provisional  el  28  de  Noviembre  de  1876. 

Dejando  á  Méndez  en  su  lugar  á  la  cabeza  del  go- 
bierno, Díaz  marchó  contra  Iglesias  con  un  ejército 
de  .'),000  hond)res;  pero  el  último,  desi)ués  de  ofrecer 
débil  resistencia,  huyó  al  puerto  de  ]\Ianzanillo  y  allí 
se  embarcó  para  los  Estados  Unidos. 

De  este  modo  cayó  el  gobierno  de  Lerdo,  debido 
únicamente  á  su  delúlidad  y  á  su  inhabilidad  para 
darse  cuenta  de  las  necesidades  de  la  situación,  y  ter 
minaron  las  ambiciones  de  Iglesias  á  la  presidencia 
de  la  República.  Y  con  la  desaparición  de  estos  dos 
hombres  de  la  escena  política,  comenzó  la  era  de  paz  y 
progreso  (pie  ha  colocado  á  México  en  primer  rango 
entre  las  naciones  latino-americanas. 


CAPITULO   XLI, 

El  Caciquismo. 

Las  razas  indíoenas  que  en  la  actualidad  pueblau 
México,  tieueu  tras  sí  muchos  siglos  de  civilizacióu. 
Por  cousiguieute,  se  adaptau  bieu  á  la  vida  de  las 
sociedades  civilizadas;  sou  de  hábitos  sociales,  co- 
merciautes  por  uaturaleza,  de  temperamento  artís- 
tico^ generosos,  patriotas,  pacientes,  más  industrio- 
sos de  lo  que  su  vida  pasada  pudiera  hacerle  á  uno 
esperar,  son  artesanos  por  naturaleza  .v  cuando  se 
les  dan  las  ventajas  de  una  buena  educación,  resul- 
tan muy  inteligentes.  Estas  son  cualidades  que  ha- 
cen á  las  naciones  grandes  y  libres.  Pero  sin  enibar 
go,  por  nmchas  cualidades  de  vida  civilizada  que  pue- 
da tener  una  nación,  no  llega  á  adquirir  independen- 
cia y  libertad  política,  sin  haber  pasado  antes  por  el 
crisol  que  prueba  el  verdadero  oro.  La  libertad  con- 
siste más  en  el  carácter  de  mi  pueblo,  que  en  su  in- 
de])endencia  del  control  de  otra  nación.  Un  ]:)uel)lo 
para  llegar  á  ser  libre,  debe  hacer  á  un  lado  la  igno- 
rancia, la  superstición  y  la  estrechez  de  ideas.  Debe 
ajírender  á  conocer  cuáles  son  sus  derechos  y  cómo 
ejecutarlos  y  defenderlos.  Debe  pensarpor  sí  mismoy 
no  entregarse  en  manos  de  agitadores,  de  políticos 
que  trabajan  por  su  cuenta  y  de  soldados  de  fortuna 
llenos  de  egoísmo  y  ambición,  como  desgraciadamen- 
te ha  hecho  el  pueblo  de  jMóxíco  con  mucha  frecuen- 
cia en  su  historia  pasada.  Si  un  país  es  débil  en  las 
cualidades  que  hemos  indicado,  no  se  i^uede  conside- 
rar en  ningún  sentido  libre,  porque  es  esclavo  de  su 
misma  debilidad.  Es  como  un  buque  sin  capitán  en 
alta  mar,  y  en  el  cual  todos  los  marinos  disputan  por 
obtener  el  mando  del  mismo :  signe  su  camino  sin  una 
inteligencia  que  lo  gobierne  y  el  destino  de  su  viaje 
se  ignora;  se  vé  obligado  á  seguir  por  donde  el  cai)ri- 
cho  del  que  por  el  momento  lo  dirija,  quiera  llevar- 


66  BUZ  T  MÉXICO. 

lo:  y  afortunado  será,  si  aparece  alguno  entre  los 
marineros  más  fuerte  que  los  demás,  y  toma  el  man- 
do fon  el  deseo  honrado  y  leal  de  procurar  el  bienes- 
tar de  la  tripulación  y  de  los  pasajeros  y  la  seguri- 
díid  del  cargo,  liasta  conducirlo  al  puerto  de  su  des- 
tino con  felicidad. 

JMéxico,  en  lo  ])olítico  y  en  lo  social,  lia  sido  muy 
afortunado  por  un  lado  y  nuiy  desafortunado  por 
otro.  Ha  sido  afortunado  en  cuanto  á  que  su  desarro- 
llo social  y  político  comenzó  hace  muchísimos  años 
y  ha  continuado  hasta  el  presente.  Y  también  ha  si- 
do afortunado  en  cuanto  que  produjo,  allá  en  los 
tiempos  prehistóricos,  grandes  caudillos  y  pensado- 
res, que  tuvo  Aida  de  gran  actividad,  y  que  siemin-e 
continuó  ^progresando  por  el  camino  del  desarrollo 
de  la  raza.  Pero  ha  sido  bastante  desafortunado  en 
cuanto  á  que  su  progreso  político  ha  sido  retrasado 
y  desorientado  por  el  caciquismo,  por  gobiernos  arbi- 
trarios y  abusos  políticos;  y  en  cuanto  á  que  no  se 
les  ha  permitido  á  las  masas  del  pueblo  pensar  y 
discurrir  i)or  sí  mismas  y  han  sido  dejadas  en  la  ig- 
norancia, en  la  superstición  y  en  el  vasallage  á  la 
jerarquía  y  á  la  nobleza.  í^l  progreso  efectivo  de  Mé- 
xico en  el  pasado  fué  en  la  vida  industrial,  comercial, 
científica  y  artística.  Políticamente  había  hecho  muy 
pocos  progresos  hacia  instituciones  libres  en  la  éi)o- 
ca  de  la  conquista  española.  Una  parte  considerable 
de  la  nación  azteca  era  entonces  mantenida  en  cau- 
tiverio amparado  por  la  ley,  y  el  resto  no  eran  sino 
esclaA'os  de  la  voluntad  del  emperador,  de  la  de  los 
sacerdotes  y  de  unos  pocos  guerreros  nobles.  Las  li- 
bertades i)olíticas  eran  cosa  desconocida  en  México 
hasta  el  tienqío  de  la  independencia  del  país  del  do- 
minio español  el  año  de  1(S:21 ;  y  aún  desde  ese  tiem- 
1)0  i)ara  hoy,  no  han  sido  sino  poco  más  que  la  som- 
l)ra  de  un  gran  nombre,  usado  para  atraerse  parti- 
darios ])or  los  jefes  de  partido,  que  proclamaban 
principios  poimlares  que  ó  no  tenían  intención  de 
cunii)lir,  ó  les  era  imposible  hacerlo ;  salvo  dos  ó  tres 


EL   CAtKiUISMO.  67 

notables  excepciones,  entre  las  cuales  una  de  ellas 
es  el  distinguido  actual  Jete  del  Ejecutivo. 

Una  nación  es  libre  en  razón  á  su  capacidad  para 
reí^-ular  sus  pasiones  y  dirigir  la  política  de  sus  lioni- 
bres  públicos;  y  es  dependiente  en  proporción  á  lo 
que  permita  á  éstos  doblegar  su  A^oluntad,  y  se  mues- 
tra incapaz  de  tomar  la  parte  que  le  corresponde  en 
el  gobierno  de  sí  misma.  Canadá  3^  Australia,  dos  i)aí- 
ses  que  no  son  indei)endientes,  son  más  libres  que 
cualquiera  de  las  naciones  latino-americanas ;  y  sim- 
])lemente  porque  las  masas  del  pueblo  están  educa- 
das á  comprender  sus  dereclios  políticos,  los  cuales 
saben  cómo  defender;  porque  obligan  á  sus  directo- 
res políticos  á  seguir  sendas  que  conducen  al  bien  pú- 
blico ;  y  cada  indÍA'iduo  es  capaz  de  discutir  con  más 
ó  menos  inteligencia,  los  grandes  asuntos  i)úblicos 
del  día  que  afectan  al  país ;  pues  la  restricción  que 
el  pueblo  se  impone  á  sí  mismo  hace  posible  que  la 
prensa  discuta  libremente  todo  lo  que  concierne  al 
Í)ien  público;  y  finalmente,  i)orque  el  pueblo  no  tiene 
grandes  vicios  ni  supersticiones  arraigadas.  Políti- 
ca mente,  un  nombre  no  significa  mucho.  Es  la  labor 
actual  del  gobierno  lo  que  cuenta;  los  resultados  que 
obtiene  en  el  adelanto  del  país  y  el  progreso  del  ]me- 
blo  en  la  semla  de  la  moral,  de  la  intelectualidad,  de 
la  industria,  de  las  ciencias,  del  arte  y  de  la  política- 
Juzgado  bajo  este  punto  de  vista,  México  ha  adelan- 
tado inmensamente  durante  el  último  tercio  de  siglo 
en  todo  lo  que  se  refiere  al  desarrollo  nacional.  I*ara 
apreciar  cuan  grande  ha  sido  este  adelanto,  es  nece- 
sario comprender  á  fondo  las  condiciones  que  exis- 
tían en  el  país  antes  de  la  administración  de  Díaz; 
y  esto  no  puede  hacerse  sin  tener  conocimiento  de  la 
vida  política  del  puel)lo  mexicano  desde  los  tienqíos 
en  que  aparece  por  primera  vez  en  las  páginas  de  la 
historia :  pues  el  curso  de  la  evolución  marca,  tan 
inexorablemente  como  el  destino,  el  desarrollo  de 
las  naciones;  de  la  misma  manera  que  lo  hace  con 
las  varias  especies,  tanto  en  la  vida  vegetal  como  en 
la  vida  animal. 


68  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

Cuando  estudiamos  la  vida  i^olítica  y  social  del 
pueblo  mexicano,  desde  los  días  en  que  las  primeras 
tribus  (pie  registra  la  historia  invadieron  el  Valle 
de  México  y  las  comarcas  circunvencinas.  dos  heclios 
se  ])onen  de  manifiesto  del  modo  más  claro  en  las  na- 
rraciones que  nos  hace  la  historia,  hechos  que  se  des- 
tacan uniformemente  en  todas  las  le.yendas  y  tradi- 
ciones, y  que  ofuscan  todo  otro  característico  de  la 
vida  de  estos  pueblos.  Eran  turbulentos  .y  agresivos, 
])ero  ciegamente  consagrados  á  sus  grandes  jefes  gue- 
rreros, quienes  pensaban  por  ellos  y  dis])onían,  eu 
general,  del  curso  de  sus  vidas.  En  otras  palabras, 
las  masas  del  ])ueblo  estal)an  completamente  bajo 
el  dominio  de  sus  jefes  militares,  quienes  eran  tam- 
bién sus  directores  ])()líticos.  l*ero  estos  jefes  guerre- 
ros estaban  e]los  mismos  bajo  el  dominio  de  lo!--  sa- 
cerdotes; no  siendo  excepción  á  esta  regla,  ni  aún  el 
mismo  rey  ó  em])erador.  Una  mirada  retrosi)ectiva 
á  la  historia  de  las  varias  tribus  que  de  tiemj>G  en 
tiemi)o  vinieron  al  Valle  de  México,  desde  que  hay 
memoria  ó  tradición,  dará  mucha  luz  acerca  de  este 
asunto. 

Cuando  los  toltecas  abandonaron  su  antigua  mo- 
rada de  Hueliuetla])allan  por  el  norte  de  México  el 
año  de  oJrJ,  se  dirigieron  hacia  el  sur,  bajo  el  mando 
del  jefe  Iluemac  (el  de  las  manos  grandes),  que 
era  el  sumo  sacei'dote  de  las  naciones.  Pero  era  aún 
más :  porque  era  hombre  de  fuerza  prodigiosa  y  fa- 
moso guerrero :  era  un  verdadero  ^[oisés  conducie]]- 
do  á  su  pueblo  á  la  tierra  prometida.  Por  consiguien- 
te, tenía  tanto  de  profeta  como  de  caudillo,  de  sa- 
cerdote como  de  guerrero.  í]n  los  mismos  umbrales 
de  la  historia  y  leyenda  de  las  tribus  mexicanas,  nos 
encontramos  con  la  iníluencia  todo-poderosa,  semi- 
religiosa  y  semi-])olítica  del  sumo  sacerdote ;  y  m)s 
sigue  por  todas  las  páginas  de  la  historia  el  brillo 
fanático  de  su  mirada  desde  las  ruinas  de  la  po- 
derosa ciudad  de  Tenochtitlán,  cuna  de  las  confede- 
raciones de  los  Xahuas,  gloria  del  imperio  azteca  y 
tumba  de  la  dominación  de  los  Moctezumas.  Era  és- 


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EL   CACIQUISMO.  69 

te  el  reinado  de  la  superstición,  de  la  fe  ciega  reli- 
íiiosa  y  de  los  esfuerzos  continuos  para  consolidar 
el  poder  de  los  sacerdotes ;  y  ni  un  solo  momento, 
durante  casi  un  millar  de  años,  deja  su  influencia  de 
ser  el  factor  dominante  en  la  existencia  de  las  va- 
rias tribus  de  México,  que  hablaron  algún  dialecto 
del  idioma  náhuatl  ó  mexicano.  Aquí  asumimos  que 
los  toltecas  no  fueron  sino  una  rama  de  los  nálmas; 
pues  mientras  que  todas  las  otras  tribus  que  A'isita- 
ron  el  valle  de  México,  dejaron  ahí  señales  de  su  per- 
manencia en  muchos  nombres  geográficos,  no  apai'e- 
cen  absolutamente  indicios  de  esta  naturaleza  que 
pudiera  haber  ])ertenecido  á  los  toltecas,  si  hubieran 
ellos  hablado  un  idioma  diferente.  Aún  los  primiti- 
vos othomites  dejaron  abundante  evidencia  de  esa 
naturaleza,  de  su  residencia  en  el  valle  de  México  y 
lugares  adyacentes;  y  por  todas  partes  del  ])aís  los 
nombres  geográficos  indican  donde  vivieron  ciertas 
tribus,  ó  dónde  han  residido,  aunque  sea  por  corto 
tiem])o,  en  sus  emigraciones  de  una  parte  del  país  á 
otra. 

Los  toltecas  tardaron  101  años  en  su  larga  i)ere- 
grinación  desde  sus  tierras  en  el  norte  á  su  destino 
final  de  Tula,  Tulancingo  y  San  Juan  Teotihuacán, 
y  durante  todo  este  tiempo  estuvieron  bajo  la  autori- 
dad y  dirección  de  sus  sacerdotes ;  y  cuando  se  esta- 
blecieron al  norte  del  valle  de  ^léxico  y  eligieron  su 
])rimer  rev,  fué  bajo  la  sugestión  y  siguiendo  los 
consejos  del  sumo  sacerdote.  Durante  cuatro  siglos 
y  medio  permanecieron  los  toltecas  en  Tula  gober- 
nados por  reyes  des])óticos,  quienes  eran  á  su  turno 
guiados  en  la  mayor  parte  de  los  asuntos  por  los  sa- 
cerdotes, que  eran  los  realmente  todopoderosos  de 
un  extremo  á  otro  del  i:>aís. 

La  manera  en  (pie  los  toltecas  abandonaron  Tula 
y  las  comarcas  vecinas  que  les  eran  tributarias,  co- 
marcas todas  de  lo  más  rico  del  Xuevo  Mundo,  es 
muy  característico  de  la  organización  política,  so- 
cial y  religiosa  de  ese  pueblo.  El  hambre  y  las  pía- 


70  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

.cas  az()tal)aii  al  ])aís,  y  los  sacerdotes  proclamaron 
esto  como  evidencia  de  la  cólera  de  los  dioses,  la  cnal 
no  sería  aplacada,  decían  ellos,  hasta  qne  el  pneblo 
tolteca  emi)rendiera  de  nnevo  su  emisjración  hacia 
el  sur.  Hul)o  desavenencia  entre  las  tribus,  y  alj^i- 
uos  de  los  toltecas  se  quedaron  en  el  valle  de  México, 
donde  se  reconcentraron  huyendo  del  hambre  y  de 
la  placía ;  i)ero  la  gran  masa  de  la  nación,  fiel  á  su 
educación  relijiiosa  de  muchos  siglos,  y  á  la  sui)ers- 
tición  que  era  el  característico  más  pronunciado  de 
su  existencia,  siguieron  á  sus  sacerdotes  á  Cam])e- 
che,  Yucatán  y  Guatemala.  Esta  emigración  del  pue- 
blo tolteca  al  sur,  explica  indudablemente  la  pre- 
sencia de  muchos  noml)res  náhuatles,  en  lugares  cu- 
yo origen  ha  sido  atribuido  á  la  ocupación  de  los  az- 
tecas en  todo  el  sur  del  país  hasta  la  frontera  de 
(Guatemala. 

En  esta  su  peregrinación  al  sur,  los  toltecas  fue- 
ron también  guiados  por  sus  sacerdotes,  como  lo  ha- 
bían sido  anteriormente  durante  su  prolongado  via- 
je de  un  siglo,  desde  sus  tierras  de  Huehuetlapallan 
hasta  Tulancingo,  la  nueva  patria  por  que  finalmen- 
te se  habían  decidido.  Todo  lo  cual  contribuye  á  la 
creencia  de  que  ellos  tenían,  antes  de  su  endgra- 
ción  de  los  países  del  norte,  la  misma  organización 
([ue  tuvieron  después  en  Tula,  y  que  por  alguna  ra- 
zón los  sacerdotes  los  condujeron  hacia  el  sur,  como 
después  los  condujeron  á  Yucatán  y  Guatemala, 
pues  cuando  creían  que  la  cólera  de  los  dioses  des 
cendía  sobre  el  pueblo,  la  lógica  les  indicaba  que  el 
caudillo  que  los  guiara  debía  ser  el  representante 
en  la  tierra  de  las  varias  divinades  que  ellos  tenían. 
Y  este  caudillo  no  podía  ser  sino  el  sacerdote. 

Y  así  vemos  siempre  pesar  sobre  la  existencia  del 
pueblo  tolteca  la  influencia  de  una  clase  sacerdotal 
supersticiosa  y  un  caciquismo  fuertemente  atrinche- 
rado. De  tal  modo  constituía  esta  institución  parte 
del  pueblo,  que  no  le  ha  sido  posible  á  la  Iglesia  ca- 
tólica, á  ])esar  de  cuatrocientos  años  de  trabajo  asi- 


EL   rAOlQriSMO.  71 

diio  por  mejorar  espiritual  y  morahnente  al  indio, 
eradicar  la  iníliiencia  que  ha  quedado  de  la  domina- 
ción de  los  caciques  y  de  los  sacerdotes  indi  «en  as. 
El  resultado  es,  que  hoy  los  indios  no  abandonan 
por  nada  ciertas  formas  y  ceremonias  enteramente 
supersticiosas  que  tuvieron  su  oriojen  en  las  formas 
y  ceremonias  de  la  religión  tolteca,  y  más  tarde  de 
la  i'eligión  mexicana  ó  náhuatl ;  sui)ersticiones,  que 
no  han  hecho  sino  adai)tar  al  nuevo  credo  religioso 
que  han  abrazado. 


CAPITULO  XLII. 

Dificultades  de  Raza. 

A  cada  paso  en  la  vida  nacional  de  la  Repúbli- 
ca de  México  se  troi)ieza  con  la  ])erniciosa  inñnencia 
española,  inñnencia  tan  poderosa  qne  aún  hoy  to- 
davía ejerce  nna  marcada  fuerza  activa.  Sobre  el 
alcance  de  sn  acción  sólo  aquel  qne  estndia  cuidado- 
samente la  historia  política,  social  y  ecouómica  de 
XueA^a  España  y  México,  puede  formarse  un  con- 
cepto exacto. 

Si  los  españoles  hubiesen  sabido  jnstii)reciar  las 
oportunidades  abiertas  ante  ellos  al  concjuistar  el 
niagníñco  imperio  de  los  Moctezumas,  se  habrían 
esforzado  por  cnantos  medios  fuesen  i^racticables, 
en  conservar  la  vida  nacional  del  pueblo  subyugado, 
i^uiándolo  en  la  senda  del  ]:)rooreso  y  de  la  civiliza- 
ción de  la  época  y  adai)tándolo  gradual  y  concien- 
zudamente para  llenar  los  requisitos  de  la  nueva 
vida  á  qne  estaba  destinado.  Pero  los  españoles  nun- 
ca comprendieron,  ni  i)robablemente  lo  harán  en  lo 
futuro,  cnáles  son  los  deberes  de  nn  conquistador 
j)ara  el  conquistado.  Xo  podía  esperarse  tampoco 
que  los  comprendiesen.  Como  es  el  o^obierno  de  nu 
pueblo,  como  es  el  pueblo  mismo,  así  será  la  actitud 
([ue  observe  hacia  aquellos  qne  afortunada  ó  desa- 
fortunadamente qneden  sujetos  á  sn  dominio.  El  go- 
bierno de  México  por  los  es])añoles  no  ])odía  ser  me- 
jor que  el  de  la  península  materna,  y  visto  el  último 
bajo  la  luz  de  la  historia,  no  podía  ser  peor. 

La  destruccióu  del  vasto  im])erio  romano  y  el  re- 
])arto  de  sus  posesiones  entre  candillos  «Herreros,  qne 
se  veían  generalmente  obligados  á  mantener  por  la  es- 
pada lo  que  con  ella  ó  ])or  medio  de  una  potente  diplo- 
macia habían  ganado,  produjo  la  concentración  de  un 
poder  casi  absoluto  en  las  manos  de  los  grandes  jefes 


l>IFICUlTADlíS  DÉ  RAZA.  T:{ 

guerreros  que  regían  la  Europa.  La  historia  de  aque- 
llos tiempos  es  la  Mstoria  de  esos  monarcas,  de  sus  re- 
laciones mutuas  y  su  liga  con  el  más  grande  de  los  po- 
deres feudales,  la  Iglesia  católica.  La  ambición  de 
cada  u]io  de  estos  caudillos,  que  pronto  comenzaron 
íí  estilarse  reyes  y  emperadores,  era  extender  los  lí- 
mites de  su  dominación,  poderío  é  inñuencia.  SuS; 
partidarios  eran  sus  "buenos  y  fieles  servidores," 
como  á  ellos  mismos  gustaba  designarse  en  aquellos 
días  de  líravura  y  caballería ;  esa  designación  y  el 
evidente  orgullo  que  en  ella  tomaban,  muestran  la 
actitud  de  las  vasta  masas  del  pueblo  hacia  los  que, 
ejercían  autoridad  sobre  ellos. 

El  rey  ó  el  emperador  regían  como  un  príncipe 
autócrata  absoluto;  la  historia  se  concentraba  en  él 
y  reflejal)a  en  su  corte  y  los  grandes  nobles  que  la 
frecuentaban  aumentaban  con  su  brillantez  el  es- 
])lendor  del  monarca  mismo.  El  soldado  común,  el 
labriego,  el  mercader  sólo  figuraban  en  el  esqueina 
político  y  social  de  ese  estado  de  cosas  en  la  forma 
y  in'oporción  en  que  contribuían  al  poder,  inñuencia 
y  gloria  del  soberano  á  quien  tenían  orgullo  en  ser- 
vir; los  esclavos,  que  constituían  más  de  la  mitad 
de  la  imción,  valían  tanto  como  las  bestias  de  carga 
ú  otros  útiles  de  sus  amos.  I5ajo  tal  sistema  el  poder 
del  monarca,  de  los  i)ríncipes  y  de  los  nobles  se  acre- 
centó rápidamente  á  expensas  de  sus  vasallos  El 
vicio  de  esta  organización  estalla  en  su  apogeo  cuan- 
do los  españoles  emprendieron  la  conquista  de  la 
América  Latina,  y  las  ideas  que  ello  engendró  en  al- 
tos y  bajos,  ricos  y  pobres,  fueron  tan  mal  acondi- 
cionadas como  fatales  habían  de  ser  para  el  gobier- 
no y  administraciones  que  el  azar  hizo  caer  en  ma- 
nos de  España,  en  aquel  tiempo  la  nación  más  pobre 
y  orgullosa  de  Europa.  Si  España  hubiera  tenido 
que  labrar  su  destino  sin  el  prestigio  y  la  riqueza 
del  Xuevo  Mundo,  toda^ia  sería  una  de  las  más  gran- 
des potencias  de  Europa.  Pero  el  poderío  que  le  tra- 
jeron las  nuevas  tierras  agregadas  á  su  territorio 
nacional,  aumentó  su  orgullo  y  lo  que  fué  aún  j^eor, 


74  DÍAZ  Y  MEXK  0.  1 

guió  ese  orgullo  hacia  la  falsa  direecióu,  couvirtien- 
(lo  á  la  raza  en  arrogante,  tiránica,  cruel  y  despiada- 
da para  con  aquellos  á  ella  sometidos. 

l*ero  como  antes  se  ha  dicho,  no  podía  es])erarse 
que  el  español,  individualmente,  fuese  mejor  que 
aquellos  que  lo  gobernaban  v  su  conducta  en  Amé- 
rica fué  semejante,  en  casi  todo  detalle,  á  la  del 
monarca,  corte  y  nobles  de  su  patria. 

Antes  del  descubrimiento  de  América  la  corte  de 
España  estaba  abatida  por  la  pobreza.  Tan  pobre 
era,  que  el  equii)ar  las  tres  caral)elas,  la  mayor  de  las 
cuales  no  sería  mayor  que  una  balandra  pescadora 
actual,  dio  origen  al  más  serio  debate  y  considera- 
ción, siendo  el  problema  finalmente  resuelto  por  la 
boiuladosa  reina  Isabel  la  Católica,  que  ofreció  ena- 
jenar sus  joyas  i)ara  reunir  la  suma  requerida  para 
llevar  á  cabo  una  de  las  más  humildes  expediciones  que 
se  ha  emprendido  ])ara  la  prosecución  de  una  empre- 
sa de  tan  alta  importancia. 

La  nación  española,  por  lo  tanto,  podía  comi)a- 
rarse  á  una  gran  familia  que  después  de  sufrir  po- 
l)rezas  por  largos  años,  se  halla  de  repente  en  pose- 
sión de  fabulosos  tesoros  y  tiene  ante  sí  la  perspec- 
tiva de  disponer  de  un  número  infinitamente  nmyor 
en  el  futuro,  tornándose  loca  en  su  ansiedad  de  acu- 
mular riquezas. 

Las  historias  portentosas  del  descubrimiento  de 
un  mundo  hasta  allí  desconocido,  relatadas  i)or  los 
primeros  aventureros  españoles  que  visitaron  las 
Américas,  ligadas  al  relato  ])intoresco  de  Cortés  y 
sus  soldados  sobre  la  existencia  de  maravillosas  ri- 
quezas, hicieron  de  Esi^aña  una  nación  de  aventure- 
ros en  el  preciso  momento  en  que  toda  la  energía  de 
ese  pueblo  debió  haberse  concentrado  en  pro  de  la 
edificación  de  la  nación  misma.  Así  fué  que  después 
de  las  prolongadas  guerras  para  la  expulsión  de  los 
moros  de  España,  los  españoles  siguieron  siendo  sol 
dados  y  aventureros,  mostrando  un  desdén  sui)remo 
hacia  el  que  dedicaba  sus  esfuerzos  al  trabajo  ó  al 
comercio.  Esos  aventureros  llevaron   á  Es])aña   in- 


DIFU  l'LTADES  DE  RAZA.  Yo 

contables  caudales  de  oro  y  ])lata,  los  que  poco  la  be- 
neficiaron, pues  que  inmediatamente  eran  remitidos 
á  otros  países,  para  ])aí>ar  los  artículos  que  los  es- 
l)añ()les  desdeñaban  manufacturar  en  su  ])atvia.  Así 
España  sanoró  á  las  Indias  para  sustentar  la  vida 
nacional  interna  y  descuidó  fomentar  la  grandeza 
de  la  península  ibérica  ó  de  su  vasto  dominio  al  otro 
lado  del  Océano,  dominio  tan  extenso  como  el  que  po- 
see actualmente  la  Oran  l>retaña. 

La  historia  de  los  abusos  cometidos  en  las  colo- 
nias españolas  de  América  y  las  Filipinas,  es  la  his- 
toria i^olítica,  financiera  y  sociológica  tanto  de  Es- 
paña como  de  sus  dependencias,  i)ues  la  vida  de  una 
se  reflejaba  en  la  vida  de  la  otra,  ejerciendo  una  in- 
fluencia preponderante  recíproca.  La  oportunidad  pa- 
ra el  abuso  por  parte  de  España  en  sus  colonias,  mol- 
deó su  política  interior,  la  cual  á  su  vez  fué  la  cau- 
sa directa  de  su  maltrato  á  sus  posesiones.  Si  ella  y 
sus  colonias  se  hubiesen  unido,  sus  vidas  habrían  si- 
do necesariamente  distintas.  Pero  es  de  nuestra  in- 
cumbencia tratar  de  trazar  la  influencia  de  Es])aña 
sobre  ^léxico  y  mostrar  cómo  obraba  esa  influencia 
cuando  Porfirio  Píaz  asumió  el  cargo  de  Presidente 
en  1S7(>,  cómo  j^rosiouió  ejerciendo  su  acción  y  cómo 
es  todavía  un  factor  im]^ortante  que  debe  ser  consi- 
derado en  cada  i^aso  ó  movimiento  político,  indus- 
trial y  económico  del  (lobierno  actual. 

Muchas  de  las  medidas  políticas  son  dictadas  por 
razones  financieras  y  la  ejecución  de  planes  finan- 
cieros afecta  intensamente  las  condiciones  sociales 
de  un  país.  De  aquí  se  sigue  que  estos  grandes  ele- 
mentos que  entran  en  el  gobierno  de  un  país,  son  en  • 
lo  general  correlativos.  Como  el  comercio  y  la  ha- 
cienda son  las  mejores  indicaciones  externas  de  la 
vida  de  una  nación,  podremos  mejor  comprender  la 
relación  de  España  y  sus  colonias,  estudiando  la  po- 
lítica comercial  de  la  primera  respecto  á  las  segun- 
das. Este  estudio  nos  conduce  á  la  inevitable  con- 
clusión de  que  muchos  de  los  males  de  que  México 
ha  adolecido  durante  el  pasado  siglo  y  que  persistí- 


70  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

rán  aiiii  cuando  menos  i)or  otra  j^eneración,  tienen 
su  origen  en  la  política  comercial  de  Esi)aña  en  las 
Américas.  Como  se  ha  manifestado  ya,  esta  política 
ejerció  su  inñuencia  sobre  las  condiciones  sociológi- 
cas é  industi'iales  de  la  Xneva  E.spaña  y  de  otras  co- 
lonias hispanoamericanas.  Y  tan  viva  fué  esta  in- 
iluencia  y  por  tan  considerable  tiempo  sostenida,  que 
se  tornó  en  una  segunda  naturaleza.  Hasta  aquellos 
á  ella  sujetos  se  acostumbraron  á  desconocer  cual- 
({uiera  otra  influencia  que  no  estuviese  dentro  de  la 
esfera  de  autoridad  (pie  la  primera  ejercía.  Esta  in- 
íluencia  subsiste  ann. 

Casi  inmediatamente  después  de  la  conquista,  Es- 
paña princii)ió  á  aplicar  la  i)olítica  que  habría  de 
ser  su  norma  en  sus  relaciones  con  México  durante 
la  mayor  i)arte  de  los  ^)00  años  de  su  régimen.  XueA'a 
Es])aña  era  el  Eldorado  del  cnal  extraer  metales  pre- 
ciosos para  llenar  las  exhaustas  arcas.  El  gobierno, 
ó  más  bien  dicho,  el  monarca,  exigía  su  participación 
del  oro  y  la  ])lata  ])roducidos  en  los  dominios  es])año- 
les  en  el  NueAO  Chindo.  En  adición  á  esto,  todos  los 
minerales,  cualesquiera  que  fuese  su  clase.  esta])an 
sujetos  (i  impuestos  diversos  y  el  mercurio  y  mate- 
riales usados  en  el  ])roceso  de  extracción  minera  fue 
ron  declarados  mono]K)lios  reales.  De  este  modo  la 
corte  aseguraba,  sólo  de  este  origen,  un  ingreso  muy 
rico.  Pero  España  no  estaba  satisfecha  con  al^atir 
con  tan  enormes  imjuiestos  uim  industria  sin  duda 
la  más  importante  de  3Iéxico.  Pronto  todo  lo  que  lle- 
gaba á  las  colonias  procedente  del  antiguo  continen- 
te, fué  gravado  de  idéntica  manera  y  cuanto  produ- 
cían los  habitantes  era  sujeto  á  un  derecho  de  produc- 
ción y  á  un  impuesto  de  exportación  si  salía  del  y)aís. 
En  suma,  las  colonias  fueron  abrumadas  hasta  el  ex- 
ceso con  tributos  cuyo  solo  tin  era  mantener  á  una 
altiva  é  indolente  nobleza  y  á  una  corte  extravagan- 
te en  España. 

España  se  vio  con  frecuencia  mezclada  en  guerras 
extranjeras  y  muy  á  menudo  tuvo  también  que  aten- 
der á  sofocar  las  insurrecciones  iniciadas  en  algunos 


DIFICULTADES  DE  RAZA.  77 

de  sus  dominios.  Como  se  hallaba  á  las  márgenes  de 
la  bancarrota,  los  gastos,  enormes  á  veces,  ocasiona- 
dos por  tales  conflictos  hubieron  de  ser  sufragados 
por  las  colonias. 

A  tal  extremo  llegó  el  latrocinio  y  despojo  de  Es- 
])aña  en  México  y  fué  tanta  su  regularidad,  que  al 
fin  tan  vergonzosas  demandas  se  hicieron  un  hábito 
para  los  mexicanos,  cuyas  clases  superiores  poco  ó 
nada  sufrieron  con  ellas,  toda  vez  que  espoliaban  á 
las  clases  media  y  pobre  y  menoscababan  en  su  traba- 
jo lo  suficiente  para  llenar  sus  extravagantes  necesi- 
dades y  para  cubrir  los  tributos  destinados  á  la  cor- 
te reai.  El  resultado  de  todo  esto  fué  que  las  clases 
proletarias  se  convirtieron  en  pacientes  é  irredimi- 
bles esclavos,  ignorantes  hasta  lo  último  y  brutaliza- 
dos  hasta  un  grado  nunca  visto  en  un  país  civilizado. 

Los  comerciantes  y  aventureros  españoles  com- 
pletaron lo  que  la  corte  real  no  había  hecho :  escla- 
vizaron á  los  indios,  guardando  poco  ó  ningún  respe- 
to á  los  nativos  de  nobles  familias  y  vendían  sin  es- 
crúpulo toda  especie  de  brebajes  intoxicantes  á  to- 
das las  clases  sociales,  de  suerte  que  bastó  sólo  una 
generación  después  de  la  conquista  para  embrutecer 
y  viciar  á  una  raza  que  se  había  distinguido  por  su 
sobriedad,  su  bra^^ira  y  otras  grandes  cualidades,  en- 
tre las  que  predominaba  una  suprema  castidad  y 
amor  al  hogar  y  á  la  familia. 

El  indio  perdió  todo  respeto  hacia  sus  antiguos 
dioses  y  sintió  poca  ó  ninguna  reverencia  hacia  los 
de  su  conquistador. 

Los  nobles  caudillos  que  lo  habían  gobernado  con 
suave,  pero  firme  mano,  habían  ya  desaparecido.  Se 
veía  á  sí  mismo,  á  sus  hijos  y  aún  á  muchos  vastagos 
de  la  antigua  nobleza,  condenados  á  ser  irremisible- 
mente esclavos  de  los  blancos.  El  noble  y  varonil  espí- 
ritu de  sus  antepasados  estaba  totalmente  extinto 
en  él.  Así  fué  que  cayó  en  el  abismo  del  abatimiento 
de  cuyo  fondo  no  se  alza  todaAÍa  del  todo. 

A  la  luz  de  toda  esta  historia  debemos  leer  el  pro- 
blema que  confrontó  á  México  hace  un  tercio  de  siglo. 


78  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

cuando  el  General  Díaz  se  hizo  cargo  del  gobierno,  y 
que  subsiste  toda^ia. 

Cuando  los  indios  a  ieron  la  santidad  de  su  hogar 
mancillada  por  los  españoles  en  los  x^rimeros  días 
de  la  conquista,  se  sintieron,  sin  duda,  poseídos  de 
una  impotente  rabia ;  pero  la  mucha  familiaridad 
cría  el  menosprecio  ó  la  indiferencia  hacia  todas  las 
cosas.  Por  esto,  i)oco  tiempo  después  el  natiA'O  no  só- 
lo perdió  el  respeto  á  sus  antiguas  divinidades,  sino 
que  la  castidad  desapareció  de  su  hogar  y  de  su  Aida 
Y  con  ella  todo  sentimiento  de  moralidad  y  sobrie- 
dad. Se  hundió  rá]>idamente  en  una  situación  de  ab- 
yecta de]>endencia  de  los  conquistadores  ó  de  aque- 
llos que  los  representaban.  Pronto  aíó  como  perfecta- 
mente natural  que  su  amo  y  señor  le  arrebatase  su 
esposa  ó  su  hija,  si  así  le  placía,  tan  sólo  i^orque  era 
el  amo  y  todopoderoso. 

España  perdió  una  excelente  oportunidad  en  la 
América.  Si  hubiese  tratado  de  conserA^ar  la  civili- 
zación nativa  con  sus  muchas  industrias  y  virtudes: 
si  hubiese  protegido  la  Airilidad  de  la  raza  aborigen: 
si  se  hubiese  consagrado  afanosamente  á  impulsar 
bajo  líneas  modernas  la  ya  aA^anzada  civilización  az- 
teca y  la  de  sus  aliados,  hubiera  ])odido  salvar  ])ara 
el  mundo,  tan  sólo  en  México,  una  magnífica  raza  de 
un  pueblo  que,  segim  todas  las  probabilidades,  llega- 
ba á  un  número  tres  Aceces  más  grande  que  la  pobla- 
ción actual  de  México.  Pero  España  parecía  profesar 
la  idea  de  que  la  sola  A'erdadera  riqueza  estribaba 
en  los  metales  preciosos;  nunca  pudo  apreciar,  du- 
rante los  trescientos  años  de  su  ^Tigo  en  México,  que 
en  los  vastos  recursos  agrícolas  del  país  se  encerra- 
ban infinitamente  mayores  riquezas  que  en  las  más 
ricas  y  famosas  minas  de  la  NueA^a  España.  Si  hubie- 
se cultivado  los  recursos  de  la  tierra  de  oro  de  los  az- 
tecas, si  hubiese  protegido  á  la  población  en  A^ez  de 
ani(piilarla,  si  hubiese  i)rocurado  in-eserA^ar  la  mora- 
lidad y  A'igor  de  las  razas  aborígenes  en  A'ez  de  abatir- 
las, como  nunca  raza  alguna  civilizada  se  vio  abati- 
da y  Aiciada  bajo  otro  pue])lo  cÍAÍlizado,  habría  re- 


é^É~.3: 


DIFICULTADES  DE  RAZA.  79 

caudado  un  beneficio  céntuplo  de  lo  que  en  realidad 
obtuvo.  México  llamaría  á  España  bendita,  y  aque- 
llos que  ahora  rigen  su  destino  no  tendrían  ante  sí 
la  tarea  de  leA^antar  del  seno  del  profundo  desaliento 
al  pueblo  que  todavía  lleva  sobre  sí  la  marca  de  bes- 
tia que  le  fué  a])licada  hace  cuatrocientos  años.  Si 
México  en  algunos  lugares  presenta  signos  de  barba- 
rie todavía,  es  porque  la  España  civilizada  lo  hizo 
bárbaro  y  no  porque  la  inteligente  y  laboriosa  admi- 
nistración presente  haya  dejado  de  trabajar  honra- 
damente en  la  labor  que  prosigue  desde  hace  más  de 
treinta  años  para  mejorar  las  condiciones  políticas, 
industriales,  económicas  y  sociales  de  la  República. 

Si  España  hubiese  prestado  atención  seria  al  des- 
arrollo de  la  agricultura  del  país  y  hubiese  alentado 
la  industria  fabril;  si  hubiese  fomentado  el  tráfico 
mercantil  entre  los  diversos  Estados  de  la  Repúbli- 
ca y  entre  México  y  las  otras  posesiones  españolas 
en  América,  en  vez  de  tratar  con  toda  energía  de  so- 
focar aquellas  industrias  que  pudieran  estar  en  con- 
fiicto  con  las  establecidas  en  su  territorio,  la  Améri- 
ca Latina  sería  hoy  algo  muy  distinto,  pues  por  hu- 
milladas y  viciadas  que  hayan  estado  las  razas  na- 
tivas donde  quier  que  España  ha  puesto  su  planta 
domindora,  aún  poseen  inteligencia  natural,  habili- 
dad para  las  nrtes  mecánicas,  gran  facilidad  de  imi- 
tación, bondad,  cortesía  y  paciencia.  Son  en  general 
aptos  y  aprovechados  estudiantes  cuando  reciben 
una  educación  adecuada.  Un  gran  número  de  litera- 
tos y  hombres  distinguidos,  cuyos  nombres  descue- 
llan en  la  historia  de  México  desde  el  establecimien- 
to de  la  República,  han  llevado  en  sus  venas  sangre 
nativa  y  otros  muchos  han  sido  indios  de  pura  raza. 
Esto  no  es  de  extrañar,  pues  los  mexicanos  y  texco- 
canos,  comunidades  hermanas,  produjeron  oradores, 
poetas,  estadistas  .y  artistas  de  brillante  nota,  antes 
de  que  el  hombre  blanco  hollase  el  suelo  de  México. 

Los  gérmenes  adormecidos  de  la  pasada  civiliza- 
ción y  notable  cultura  nativa  existen  todavía  en  las 
diversas  clases  de  la  i^oblación  de  México,  ya  sea  en 


80  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

los  descendientes  netamente  españoles,  ya  en  el  in- 
dio puro^  3^a  en  el  criollo,  producto  de  ambas  razas  y 
heredero  de  la  cultura  y  civilización  tanto  europea 
como  americana. 

La  raza  negra  ha  dispuesto  durante  las  dos  últi- 
mas generaciones,  de  un  número  de  ventajas  educa- 
tivas infinitamente  mayores  que  las  que  el  indio  ha 
tenido  á  su  alcance  en  México  en  el  transcurso  de  si- 
glos enteros.  Sin  embargo,  la  primera  no  ha  i^roduci- 
do  hombre  alguno  de  talento  que  sobresalga  de  algu- 
na manera.  Todo  lo  que  el  negro  ha  hecho  ha  sido  imi- 
tar al  hombre  blanco.  Pero  el  indio  conserva  en  gran 
escala  su  vida  propia.  Es  cierto  que  su  inclinación 
instintiva  le  conduce  á  imitar  en  cierto  grado  los  ca- 
racteres gejierales  de  la  moderna  manufactura  con 
los  cuales  ha  estado  más  ó  menos  familiarizado ;  pe- 
ro esto  no  es  sino  incidental.  Poco  después  de  la  con- 
quista aprendió  de  los  conquistadores  las  artes  in- 
dustriales más  comunes  y  su  contacto  con  ellas  me- 
joró aquellas  artes  que  ya  le  eran  peculiares.  Esto 
mismo  ocurrió  en  toda  la  Nueva  España,  originando 
una  curiosa  mezcla  en  las  artes  industriales  y  mecá- 
nicas de  España  y  América,  cuya  influencia  i)uede 
aún  percibirse  distintamente  á  través  de  la  América 
Latina.  Esto  nos  revela  que  esas  artes  alcanzaban 
un  grado  de  desarrollo  bien  notable,  supuesto  que  su 
influencia  en  el  arte  de  la  culta  España  perduró  por 
cuatrocientos  años. 

Los  judíos  que  invadieron  España  y  ejercieron 
una  especie  de  supremacía  comercial  por  un  largo 
período  contrajeron  alianzas  matrimoniales  con  los 
habitantes,  les  inculcaron  muchos  de  los  usos  y  cos- 
tumbres de  las  razas  semíticas  y  dejaron  su  huella 
profundamente  impresa  en  el  pueblo  español,  la  cual 
puede  descubrirse  en  cualquier  punto  donde  el  espa- 
ñol se  haya  dedicado  al  comercio :  en  la  forma  de  lle- 
var á  cabo  sus  transacciones  muestra  el  español  la 
práctica  judía.  Más  aún,  los  rasgos  fisonómicos  de  la 
raza  judaica  pueden  i^ercibirse  fácilmente  en  Espa- 
ña, especialmente  en  las  facciones  femeninas.  Más 


BIFlCüITADlíS  DÉ  líAZA.  81 

de  una  aldeaua  española  al  estar  entregada  á  sus  fae- 
nas campestres,  pudiera  servir  de  modelo  para  una 
pintura  de  Euth,  á  quien  nada  cedería  en  belleza  pu- 
ramente semítica. 

Los  moros  también  dejaron  impresas  sus 
costumbres  y  Mbitos  en  los  esijañoles,  con  quie- 
nes se  entrelazaron  como  los  judíos.  Por  esto  ve- 
mos que  entre  los  antecesores  de  la  antigua  España, 
figuraron  dos  pueblos  esencialmente  comerciantes  que 
mucho  aprendieron  de  las  prácticas  comerciales  ro- 
manas, griegas  j  cartaginesas,  todas  naciones  acti- 
vas en  el  comercio,  especialmente  la  última.  El  espa- 
ñol de  lioy,  donde  quiera  que  va,  es  mercader  por  he- 
rencia y  i^or  instinto  y  así  lo  era  igualmente  en  los 
días  de  la  conquista.  Las  razas  aborígenes  de  México 
poseían  también  un  alto  espíritu  mercantil;  pero  en 
tanto  que  el  español  de  la  clase  elevada  miraba  con 
desdén  cualquier  trabajo,  especialmente  de  natura- 
leza comercial  é  industrial,  el  mexicano  nativo  tenía 
al  comerciante  en  la  más  alta  estima  y  lo  consideraba 
en  una  categoría  cercana  á  la  nobleza  En  suma,  los  no- 
bles mismos  no  desdeñaron  tornarse  en  traficantes  y 
ejercer  el  comercio  en  gran  escala,  llevando  consigo, 
muy  á  menudo,  una  fuerza  armada  comparable  á  un 
pequeño  ejército,  para  proteger  su  convoy  y  operacio- 
nes de  comercio. 

Si  España  se  hubiese  posesionado  con  criterio 
recto  de  la  situación  en  México,  si  hubiese  reconocido 
las  tendencias  de  sus  subditos  españoles  nacidos  en 
México  al  igual  que  las  de  los  millones  de  seres  con- 
quistados allende  los  mares;  si  hubiese  apreciado 
que  había  cien  veces  más  utilidad,  aún  para  el  ingre- 
so del  tesoro  real,  en  promover  las  artes  mecánicas 
é  industrias  en  sus  colonias  de  América,  que  en  crear 
abrumadores  impuestos,  restricciones  y  prohibicio- 
nes, bajo  el  pretexto  de  proteger  sus  propias  indus- 
trias, habría  sin  duda  logrado  alcanzar  un  desarro- 
llo industrial  tan  grande,  que  abarcaría  desde  Loui- 
siana  y  California  hasta  el  Cabo  de  Hornos,  cuyo 
desarrollo  rivalizaría  con  el  de  los  Estados  Unidos. 


82!  DÍAZ  t  MÉXICO. 

Las  cuestiones  y  cooflictos  actuales  en  la  América 
(Central  y  del  Sur,  jamás  habrían  surgido,  y  la  pros- 
peridad y  el  contento  reinarían  donde  aliora  impera 
la  pobreza,  la  ignorancia,  escualidez  y  degradación, 
que  no  son  sino  el  resultado  directo  de  las  prácticas 
viciosas  de  España  en  el  Nuevo  Mundo. 

De  cualquier  manera  que  sea,  en  México,  tocó  á 
Porfirio  Díaz  reconocer  que  la  salvación  del  país  es- 
triba en  la  educación  del  indígena  y  del  criollo,  en  el 
fomento  de  la  agricultura  y  las  artes  mecánicas  é 
industriales,  en  la  aplicación  de  la  ley  con  toda  igual- 
dad tanto  al  pobre  como  al  poderoso.  Cuatrocientos 
años  de  opresión,  vileza  .y  sistemática  degradación, 
es  un  peso  terrible  que  contrarrestar,  y  el  gobierno 
de  México  plenamente  reconoce  cuan  estupenda  es 
la  obra  que  se  lia  impuesto  para  la  elevación  de  las 
clases  populares,  lo  que  en  sí  no  constituye  un  sólo 
problema  sino  cientos,  todos  ligados  para  formar 
una  inmensa  carga  que  el  gobierno  debe  levantar. 
Probablemente  ninguna  administración  en  el  mundo 
cuenta  con  un  gabinete  de  ministros  de  tanta  apti- 
tud como  los  que  coadyuvan  en  la  actualidad  á  la  la- 
bor de  Díaz.  La  razón  de  esta  excelencia  se  explica 
fácilmente.  Debido  á  su  gran  permanencia  en  el  po- 
der, el  General  Díaz  ha  adquirido  en  México  tan  con- 
sideral)le  influencia,  que  si  quisiese  usarla  en  cierto 
sentido  sería  poco  menos  que  autócrata.  Pero  afor- 
tunadamente para  México,  siempre  ha  visto  el  inte- 
rés del  país  antes  que  todo.  Más  de  una  vez  durante 
su  larga  administración  ha  tenido  que  contender  con 
jefes  de  gabinete  y  del  ejército  que  trataban  de  va- 
lerse de  su  posición  para  fines  personales,  con  detri- 
mento más  tarde  de  los  intereses  del  país.  Tan  pron- 
to como  esos  funcionarios  descubrieron  sus  miras, 
uno  por  uno  fueron  eliminados  de  la  situación  con 
toda  la  quietud  posible  y  cada  destitución  fortaleció 
la  mano  del  jefe  del  Ejecutivo  de  la  nación,  y  al  mis- 
mo tiempo  marcó  en  la  mente  del  Presidente  la  ruta 
que  debía  de  seguir  para  asegurar  el  progreso  y  bien 
estar  de  la  República.  De  este  modo,  durante  los  úl- 


DIFICULTADES  DE  RAZA.  83 

timos  años  el  General  Díaz  ha  podido  seleccionar  sns 
ministros,  sin  ])resión  externa,  obteniendo  como  re- 
sultado que  ha  llevado  a  aquellos  que  en  su  concepto 
poseen  las  mejores  dotes  para  el  cargo. 

Sobre  este  respecto,  prácticamente  en  ningún  otro 
país  del  mundo  el  jefe  ejecutivo  de  la  nación  ha  esta- 
do colocado  más  favorablemente,  ]íorque  es  raro  que 
un  solo  hombre  posea  al  mismo  tiempo  el  inmenso 
poder  del  General  Díaz  y  su  vasta  ex])eriencia  ejecu- 
tiva, todo  aunado  á  un  intenso  deseo  de  adaptar  su 
trabajo  al  bien  exclusivo  de  su  patria. 

Hemos  sondeado  la  opinión  de  los  Gobernadores 
de  los  Estados,  jefes  del  ejército,  ministros  de  gabi- 
nete y  em|)leados  ])rominentes,  acerca  de  las  condi- 
ciones y  cuestiones  industriales  y  sociológicas  que 
afectan  al  país,  y  hemos  obtenido  como  respuesta  la 
casi  unánime  expresión  de  que  el  gobierno  de  Díaz 
ha  sido  y  es  prácticamente  el  imico  que  durante  la 
historia  de  la  Repú])lica,  ha  producido  un  beneficio 
directo  para  las  clases  media  y  popular,  esto  es,  en 
suma,  el  único  que  se  ha  posesionado  del  estado  socio- 
lógico é  industrial  latente.  Aquellos  que  han  estu- 
diado detenidamente  estas  cuestiones,  conocen  las 
grandes  dificultades  que  hay  en  México  aún  para  lo- 
grar un  progreso  moderado  hacia  la  mejoría  de  esas 
(ündiciones. 

Uno  de  los  secretarios  de  gabinete  del  General 
Díaz,  persona  de  gran  ilustración  y  ])erito  en  cuestio- 
nes de  historia  .y  sociología,  no  hace  nmcho,  ex])uso  al 
subscrito,  que  había  veces  en  que  se  sentía  desalenta- 
do al  percibir  el  escaso  avance  que  ])arece  efectuarse 
en  el  sentido  de  elevación  de  las  clases  populares  en  el 
interior  de  la  República,  y  que  sabía  que  otras  perso- 
nas, colaboradoras  como  él  ])ara  lograr  ese  fin,  ií?:ual- 
mente  en  ciei'tas  ocasiones  participaban  de  igual  des- 
aliento. 

Todos  reconocen  que  la  maldición  de  los  ti'escieii- 
tos  años  de  la  dominación  española  aún  obra  sobr(^ 
las  razas,  tanto  nativas  como  foráneas,  de  México, 
como  un  peso  enorme  que  sólo  la  paciencia,  la  unidad 


84  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

de  esfuerzo  entre  aquellos  en  el  poder  á  través  de 
todo  el  territorio  y  muchos  años  de  incesante  labor, 
lograrán  sacudir.  Y  el  más  desconsolador  aspecto 
de  cuestión  de  tan  alta  importancia  es,  que  aquellos 
que  se  dedican  á  juzgar  las  acciones  y  trabajos  de  la 
administración,  aún  críticos  mexicanos,  persisten  en 
contrastar  á  México  con  los  Estados  Unidos  y  Euro- 
pa, sin  tomar  en  consideración  ninguna  de  las  dificul- 
tades terribles  de  la  lucha  que  sin  tregua  se  prosigue 
para  realizar  un  ideal  del  más  alto  progreso,  el  que, 
aún  en  medio  de  tantas  dificultades,  ha  venido  efec- 
tuándose paulatinamente. 

El  General  Díaz  es  un  homl)re  de  estupenda  fuer- 
za de  voluntad  y  tesón  para  la  prosecución  y  logro  de 
cuanto  estima  recto.  Se  muestra  sensible  á  la  críti- 
ca que  mal  interpreta  sus  actos,  bien  por  ignorancia 
ó  bajo  otros  móviles,  y  sobre  todo  á  los  cargos  de 
egoísmo  respecto  á  su  administración  de  los  negocios 
de  la  federación. 

El  General  Díaz  cree,  con  justicia,  que  en  el  indio 
existen  inherentes  virtudes,  las  que  la  educación  y 
ocasiones  |)ropicias  harán  surgir.  Ha  sido  siempre 
amante  del  estudio  de  la  historia  y  sociología  y  am- 
bas le  han  enseñado  que  se  encierran  en  el  carácter 
del  indio  posibilidades  que  son  la  más  brillante  espe 
ranza  ])nra  su  futura  regeneración.  l*ero  reconoce 
también  que  su  avance  tendrá  que  ser  lento,  difícil  y 
penoso.  Por  esto  es  que  durante  su  administración 
se  ha  manifestado  ansioso  de  hacer  cuanto  le  es  da- 
ble para  el  levantamiento  de  las  clases  populares. 
Si  se  toman  en  debida  consideración  las  muchas  y 
casi  iij  vencibles  dificultades  con  que  el  Gobierno  ha 
tenido  que  luchar  para  proseguir  esa  i)olítica,  el  A^e- 
redicto  debe  sei' :  que  mucho  se  ha  logrado  en  el  senti- 
do de  mejoría  de  esas  clases.  El  indio  y  criollo  de  los 
pueblos  interiores  y  partidos  rurales  son  tenaces  y 
a])egados  á  sus  costumbres,  y  sólo  á  costa  de  infinita 
paciencia  y  bajo  la  influencia  del  tiempo  que  todo  lo 
transforma,  podrá  hacérsele  cambiar.  Esto  ha  sido 
reconocido  por  el  gobierno  de  México;  pero  es  exac- 


1 


DIFICULTADES  DE  RAZA.  83 

tamente,  también  lo  que  los  censuradores  de  México 
han  omitido  tomar  en  consideración.  En  otros  térmi- 
nos, al  valorizar  el  progreso  de  México  durante  el  ré- 
gimen de  Díaz,  no  lian  buscado  los  verdaderos  conce])- 
tos  de  ai)reciación  para  basar  sus  juicios.  Han  juz- 
gado á  México,  no  desde  el  punto  de  partida  de  su 
etapa  en  la  senda  de  la  civilización,  sino  desde  el  de 
otras  naciones,  que  ni  ahora  ni  antes  han  tenido  que 
confrontar  prol^lemas  tan  desconfortantes  como  él. 
Sociológicamente  han  hallado  á  México  atrasado  com- 
parándolo con  los  países  que  les  han  sido  siempre  fa- 
miliares, y  sin  razón,  lo  han  calificado  desde  luego  de 
bárbaro.  Han  lanzado  el  reflector  de  la  publicidad 
sobre  los  puntos  obscuros  de  su  sociología  y  han  he- 
cho a])arecerlos  cien  veces  más  sombríos  de  lo  que  en 
realidad  son  ])or  medio  de  hábiles  contrastes  de  luz 
y  sombras.  Han  ])asado  por  alto  del  todo  los  vivos 
esfuerzos  que  el  gobierno  ha  estado  haciendo  para  im- 
]nilsar  el  avance  de  las  clases  inferiores  y  para  mejo- 
rar las  condiciones  sociales  en  toda  la  República.  No 
han  fijado  los  verdaderos  principios  bajo  los  cuales 
razonar,  sino  que  se  han  señalado  á  sí  mismos  como 
el  ti])o  ideal  de  la  perfección  cívica  y  han  procurado 
mostrar  cuánta  distancia  separa  aún  á  ^México  de 
esa  eficiencia  de  civismo  ideal.  De  esto  se  infiere  que 
tales  críticos  y  censuradores  son  explotadores  del 
sensacionalismo  y  del  escándalo,  que  sólo  buscan  el 
desci'ibir  á  México  como  bárbaro,  el  adquirir  mía 
tem])oral  notoriedad,  la  que  de  otro  modo  nunca  po- 
drían alcanzar.  Si  este  concepto  natural  no  fuese 
exacto,  entonces  esos  mismos  críticos  ó  son  culpables 
de  punible  descuido  en  la  recopilación  de  sus  datos 
y  ligereza  en  la  investigación  de  las  condiciones  de 
]México,  ó  bien  demuestran  una  manifiesta  incompe- 
tencia para  la  labor  que  han  emprendido  ó  que  les 
fué  encomendada. 

Se  ha  llamado  ya  la  atención  hacia  la  fatal  influen- 
cia de  los  españoles  sobre  las  razas  de  América,  in- 
fluencia de  degradación,  humillatoria  y  que  destruyó 
las  aquilatadas  cualidades  de  los  rudos  mexicanoSj  za- 


86  DÍAZ  1  3IEXIC0. 

potecas  y  mayas  en  México,  castas  denodadas,  j:;'ue- 
rreras  y  amantes  de  la  libertad,  y  en  general  perni- 
ciosa para  todas  aqnellas  naciones  y  tribns  donde  los 
españoles  denominaron  este  lado  del  Atlántico,  Esa 
degradación  anmentó  gradualmente  asumiendo  muy 
grandes  proporciones.  La  nobleza  azteca  desapareci(3 
paulatinamente  y  perdió  pronto  su  influencia  sobre 
las  masas  aborígenes.  Por  lo  tanto,  si  el  estudiante 
de  la  Mstoria  de  México  quiere  estimar  debidamente 
los  caracteres  de  los  aztecas  y  familias  de  eleyada 
cuna,  delíe  retroceder  hasta  el  período  de  la  conquis- 
ta en  que  los  españoles  eran  aún  escasos  en  el  país 
y  corta  su  ])redominancia,  siendo  esto  lo  que  bizo  que 
al  principio  trataran  con  consideraciones  á  las  íauíi- 
lias  de  la  noble  estirpe  mexicana,  á  quienes  más  tar- 
de habían  de  rechazar  con  el  desdén  que  muy  á  me- 
nudo crean  el  poder  y  la  inmunidad. 

Por  dos  generaciones  posteriores  á  la  conquista 
los  indios  se  distinguieron  en  la  arquitectura,  pintu- 
ra y  literatura.  En  todas  estas  artes  denotaron  nota- 
ble adelanto  y  una  manifestación  intelectual  que  cau- 
só el  asombro  de  los  conquistadores  y  mereció  el  elo- 
gio de  los  sacerílotes  españoles  que  en  la  nueya  tierra 
practicaban  su  misión  con  desinterés,  abnegación  y 
entusiasmo.  La  esclayitud,  la  humillación  y  el  opi'o- 
bio  habían  hecho  caer  al  indio  de  su  ]>edestal;  pero 
su  obstinada  persistencia  se  mantuyo  á  t rayes  de  los 
siglos  transcurridos.  Y  si  el  español  ha  impreso  su 
influencia  sobre  la  raza  india,  ésta  ha  ejercido,  á  su 
yez,  otra  influencia  no  menor  en  el  residente  español 
en  Xueya  España.  La  arquitectura  de  México  mues- 
tra por  donde  quiera  los  rasgos  de  la  construcción  in- 
dia, mezclados  fantásticamente  con  los  estilos,  algo 
grotescos  i])ero  y  morisco. 

En  la  agricultura,  el  es])añol  en  México  ha  sido 
profundamente  influenciado  i^or  los  antiguos  méto- 
dos aztecas,  los  que  aún  subsisten  en  una  gran  mayo- 
ría de  los  distritos  rurales. 

Los  primitivos  pintores  indios  crearon  una  escue 
la  que  mucho  prometía;  pero  la  brutalidad  del  trato 


'      -  BIFICILTÁDES  DE  RAZA.  87 

español  sofocó  ese  espíritu  de  aspiración  en  nna  raza 
en  sí  instintivamente  artística,  aún  cuando  ese  arte 
no  liubiese  avanzado  más  allá  del  grado  en  que  lo  gro- 
tesco toma  á  menudo  procedencia  sobre  las  formas 
del  A'erdadero  arte.  Pero  aún  en  la  pintura,  desde 
los  primeros  días  de  la  dominación  esi^añola  hasta 
el  presente,  puede  percibirse  en  México  la  influencia 
del  indio,  la  cual  es  la  única  que  presenta  muchos  y 
notables  rasgos  de  indÍAddualidad  y  originalidad. 

Los  trabajos  de  esos  primeros  artistas,  casi  to- 
dos sin  tener  más  enseñanza  práctica  en  el  dibujo 
y  uso  de  los  colores  que  la  rudimentaria  que  eran 
capaces  de  impartirles  los  sacerdotes,  es  una  elocuen- 
te prueba  de  lo  que  ese  pueblo  hubiese  sido  capaz  de 
hacer  si  el  español  hul)iese  sabido  im])ulsar  las  ra- 
zas que  tan  dramáticamente  cayeron  á  sus  plantas, 
en  vez  de  destrozar  j  hundir  en  el  lodo  cuanto  de  bue- 
no y  lleno  de  promesa  en  el  futuro  tenían. 

Los  esfuerzos  de  los  indios  en  los  ])rimeros  años 
subsecuentes  á  la  conquista,  son  igualmente  dignos 
de  mención.  La  sola  litei'atura  de  interés  durante  ese 
período  en  Xueva  Es])aña,  omitiendo  unas  cuantas 
notables  excepciones,  fué  producto  de  los  indios  mis- 
mos, vastagos  de  nobles  familias. 

La  asiduidad  laboriosa  que  moslraron  en  el  aco- 
pio de  datos  históricos  y  el  estilo  ])intoresco  usado 
en  el  desarrollo  de  sus  obras,  los  hace  acreedores  á 
los  títulos  de  distinción  literai'ia  á  que  aspiraban 
los  mexicanos  antes  de  la  conquista,  distinguiéndo- 
se especialmente  la  ciudad  de  Texcoco. 

Y  lo  más  lamentable  es  que  una  raza  que  tanto 
prometía  haya  venido  á  quedar  sujeta  á  una  nación 
tan  mal  acondicionada  para  fomentar  el  bien  del 
país  conquistado. 

La  esperanza  que  este  pasado  inspira,  la  invoca- 
ción de  la  grandeza  del  pueblo  mexicano  nativo  an- 
tes de  la  conquista  y  en  los  días  inmediatos  á  ella ; 
la  eAádente  persistencia  de  sus  características  tradi- 
cionales, aunque  abatidas  y  viciadas  á  través  de  cua- 
tro siglos  de  abuso ;  los  signos  visibles  de  la  influen- 


88  DIÁZ  T  MÉXICO. 

cia  del  indio  sobre  la  población  netamente  española 
de  México,  preservados  hasta  el  presente,  son  seña- 
les que  hacen  conñar  al  que  hoy  procura  el  bienestar 
de  ^México,  que  el  futuro  reserva  grandes  cosas  para 
el  indio,  cuando  la  educación  y  más  favorables  opor- 
tunidades para  ella,  se  hayan  extendido  hasta  las 
más  remotas  regiones  de  la  República. 

Hay  que  tener  presente  la  obra  de  indios  de  raza 
pura,  como  el  gran  Juárez,  en  la  esfera  j)olítica  y  le- 
gislativa, Ignacio  Ramírez  en  literatura,  y  la  de  mu- 
chos criollos  notables,  entre  los  cuales  el  de  mayor 
mérito  es  Díaz,  para  alentar  esperanzas  y  proseguir 
la  magna  tarea  de  educar  y  levantar  á  las  masas, 
devolviendo  al  indio  su  patrimonio,  del  que  tan  in- 
justamente fué  despojado  hace  cuatrocientos  años. 


CAPITULO  XLIII 

Condiciones  sociales. 

En  1821  México  no  se  conocía  á  sí  mismo  como  na- 
ción; no  tenía,  esto  es,  no  se  había  formado  adecua- 
da concepción  de  los  deberes,  derechos  y  obligaciones 
que  trae  aparejados  consigo  el  hecho  de  la  naciona- 
lidad. Había  estado  su  pueblo  sujeto  por  tan  largo 
tiempo,  que  no  x^odía  comprender  cuan  inestimable 
presente  se  le  había  conferido,  con  el  simple  hecho 
de  independizarlo  de  la  dominación  española;  hecho 
que  le  permitía  seguir  su  camino  sin  trabas  de  nin- 
guna especie,  pero  sin  más  ayuda  y  protección  que 
la  de  los  esfuerzos  individuales  de  sus  miembros  y  de 
su  esfuerzo  colectivo  como  nación.  En  algunos  res- 
l^ectos  los  ciudadanos  eran  patriotas  hasta  el  último 
grado.  Sin  embargo,  el  más  i^atriota  de  ellos  nunca 
l^arecía  comprender,  que  el  país  requería,  por  dere- 
cho inherente  á  la  libertad  nacional,  algo  más  que 
los  servicios  de  la  espada,  la  estrategia  del  jefe  mili- 
tar y  los  sacriñcios  del  soldado.  Esa  abnegación  que 
hizo  á  innumerables  ciudadanos  perder  la  vida  en 
aras  de  la  libertad  de  su  ])atria,  durante  los  once 
años  de  heroica  y  apasionada  lucha  que  precedieron 
á  la  realización  de  la  independencia  nacional  en  1821, 
se  veía  desaparecer  como  por  encanto,  cuando  estos 
mismos  hombres  se  lanzaban  al  terreno  de  la  polí- 
tica. Y  no  por  eso  debe  suponerse  que  el  patriotismo 
hubiera  disminuido  en  ninguno  de  ellos.  El  mal  es- 
taba en  que  no  habían  sido  educados  en  la  escuela 
de  la  tolerancia;  no  habían  sido  acostumbrados  á 
l)esar  las  ideas  ajenas,  y  á  buscar  en  ellas  lo  bueno 
que  pudieran  tener  y  no  tan  sólo  lo  malo ;  y  sobre  to- 
do, lio  comi:)rendían  que  la  felicidad  del  país  que  tan- 
to amaban,  requería,  más  que  nada,  el  sacrificio  de 
los  deseos  y  ambiciones  individuales  en  beneficio  de 
la  comunidad.  Xo  i:)odía  esperarse  que  comprendie- 


90  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

ran  el  grado  de  .su  responsabilidad ;  durante  once  años 
se  hablan  ocupado  en  batallar  jior  acabar  con  la  au- 
toridad de  España  en  su  país;  la  vida  de  soldado 
había  venido  á  ser  la  vida  elegida  por  todo  hombre 
ambicioso  que  deseara  elevar  su  nivel  social ;  y  la 
misma  incertidumbre  que  había  en  todos  los  demás 
medios  de  subsistencia,  hacía  parecer  la  carrera  de  las 
armas  mejor  y  más  productiva  de  lo  que  realmente 
era  y  menor  el  riesgo  de  perder  en  ella  la  vida.  Pa- 
triotas, que  ardían  en  apasionado  deseo  de  coml)a- 
tir,  y  morir,  si  era  necesario,  por  la  felicidad  de  su 
país,  peleaban  lado  á  lado  con  hombres  cuyo  único 
interés  en  la  lucha  se  cifraba  en  móviles  del  más 
refinado  egoísmo :  su  propia  utilidad.  Mientras  que 
el  peligro  y  la  aspiración  comunes  por  la  independen- 
cia nacional,  mantuvieron  unidos  estos  elementos 
tan  incongruos,  rara  vez  se  manifestaron  el  egoísmo 
y  la  pequenez  en  la  ruda  vida  de  las  partidas  y  ejér- 
citos de  patriotas,  que  se  mantenían  en  continuo  mo- 
aí miento,  ya  por  pura  necesidad  ó  por  razones  de 
estrategia.  C^on  frecuencia  la  tensión  de  una  vida  es- 
forzada convierte  en  héroes  á  hombres  Aiilgares.  Y 
así  sucedió  en  el  i)eríodo  revolucionario  de  la  histo- 
ria de  México :  los  ciudadanos  hicieron  prodigios  de 
valor  en  defensa  de  los  derechos  de  su  país;  y  des- 
pués, cuando  se  había  conquistado  la  independencia, 
á  costa  de  innumerables  y  sangrientas  batallas  y  le- 
giones de  cadáveres  regados  por  toda  la  extensión 
del  territorio,  desde  las  fronteras  del  norte  hasta 
las  de  (ruatemala ;  cuando  el  país  era  libre  para  foi'- 
jarse  su  destino  entre  las  naciones  de  la  tierra ;  estos 
mismos  hombres  disputaban  y  reñían  por  los  puestos 
públicos  y  estaban  siempre  listos  para  acudir  al  lla- 
mado de  cualquier  jefe  revolucionario,  que  se  levan- 
taba en  armas  contra  el  gobierno  de  su  patria  inde- 
])endiente. 

Estos  hombres  han  sido  duramente  censurados 
por  los  historiadores  rectos  é  imparciales,  á  causa  de 
su  flagrante  exhibición  de  falta  de  patriotismo;  en 
tiempo  en  que  el  país  necesitaba  del  auxilio  de  todos 


CONDICIONES    SOCIALES  Ul 

SUS  hijos  Y  cuando  las  miradas  del  mundo  civilizado 
estaban  ñjas  en  las  colonias  de  España  en  América, 
recientemente  independizadas  v  (pie  habían  tomado 
sobre  sí  el  peso  y  la  responsabilidad  de  su  propio  go- 
bierno. Se  ha  argüido,  y  aparentemente  con  razón, 
(pie  estos  hombres,  á  pesar  de  los  sacrificios  (pie  ha- 
bían hecho  por  la  independencia  de  su  país,  eran,  en 
el  fondo  del  corazón,  egoístas  y  corrompidos. 

Los  niños  son  egoístas  x  generosos  al  mismo  tiem- 
po. El  egoísmo  es  instinto  natural  de  la  humanidad. 
Es  este  instinto  el  que  ha  hecho  el  progreso  de  la  ra- 
za posible,  no  obstante  lo  (pie  han  dicho  en  contrario 
los  santos  en  sus  predicaciones.  El  desinterés  contri- 
buiría inmensamente  á  la  felicidad  del  mundo ;  pero 
no  es  sino  la  infatigable  ambición  del  hombre  supre- 
mamente ambicioso  la  que  lleva  á  cabo  obras  verda- 
deramente grandes. 

Pero  los  héroes  de  las  guerras  de  la  independen- 
cia mexicana,  no  estaban,  considerados  en  globo, 
afectados  con  el  supremo  egoísmo  del  homl)re  que  tra- 
baja solamente  por  su  propia  ])rosperidad  y  gloria. 
Más  bien,  su  egoísmo  era  el  egoísmo  del  niño,  en  cu- 
yo pecho  basta  una  ])alabra  para  encender  la  llama 
de  líi  generosidad.  Eran  egoístas  simplemente  porque 
eran  verdaderos  niños  en  asuntos  ])olíticos  y  en  cues- 
tiones de  gobierno  ])ropio,  ignorantes  de  las  fuertes 
responsabilidades  que  habían  caído  sobre  sus  hom- 
bros, é  inconscientes  de  la  necesidad  urgente  que  ha- 
bía de  que  todos  los  ciudadanos  trabajaran  juntos 
para  el  bien  común. 

En  esos  días,  dice  un  autor,  "todos  los  ciudadanos 
hablaban  jactanciosamente  de  i)elear  por  los  dere- 
chos de  la  patria  y  se  dividían  en  facciones  en  que 
reinaba  la  más  refinada  demagogia."  ¿Pero  es  esto 
realmente  cierto?  ¿Xo  se  encontrará  más  bien  la  ra- 
zón de  este  egoísmo  aparente,  en  el  hecho  de  que  es- 
tos hombres,  cuyo  ijatriotismo  no  se  podía  ])oner  en 
duda  cuando  el  grito  por  la  libertad  los  llamó  al  cam- 
po de  batalla,  no  eran  sino  niños  en  el  campo  de  la 
política?  Como  es  natural,  los  hombres  que  pelearon 


92  «lAZ  T  MÉXICO. 

valientemente  por  la  libertad  de  su  país,  Ainieron  á 
ser  los  i)rimeros  Gobernantes  del  mismo.  rro])al)le- 
mente  eran  tan  buenos  como  lo  mejor  que  se  i)odía 
haber  escogido,  pues  todos  eran  peculiarmente  inca- 
paces para  la  tarea  que  tenían  delante.  A'^ieron  ellos 
que  las  cosas  no  iban  bien,  de  acuerdo  con  sus  ideas. 
Él  primer  instinto  natural  era  arreglarlas,  como  ha- 
bían arreglado  la  situación  triste  que  Es])aña  había 
mantenido  durante  tanto  tiempo  en  su  país.  ]Mas  no 
eran  tolerantes,  pues  la  época  en  que  A'ivían  no  era 
época  de  tolerancia ;  ni  se  detuvieron  á  razonar  que 
el  bienestar  del  ])aís  necesitaba  la  cooperación  dili- 
gente de  todos  los  buenos  ciudadanos.  ¿Y  por  qué  lo 
habían  de  hacer?  Xo  habían  tenido  otra  educación 
que  la  ruda  del  cam])o  de  batalla,  donde  sólo  la  fuer- 
za y  la  astucia  tenían  valor  alguno.  Ahí,  sin  embargo, 
habían  aprendido  que  era  su  incuestionable  deber 
evitar  los  males  que  aquejaran  á  su  país.  Los  males 
que  vieron  ante  ellos  los  juzgaron  más  grandes  de  lo 
que  en  realidad  eran,  y  creyeron  que  era  su  ])rimer 
deber  tratar  de  eradicarlos,  para  que  el  país  pudie- 
ra marchar  con  toda  firmeza  y  seguridad  á  su  desti- 
no. Como  antes  he  dicho,  eran  soldados,  y  natural- 
mente no  sabían  más  que  los  métodos  de  reformar 
del  soldado.  Y  esta  es  la  razón  por  la  cual  recurrie- 
ron á  la  espada.  Si  hubiera  Morelos  vivido  y  llegado 
á  ser  el  primer  Presidente  y  organizador  político  de 
México  inde])endiente,  su  gran  habilidad  como  orga- 
nizador, su  tolerancia  y  el  amor  que  le  profesaban  fia- 
dos los  mexicanos,  quizá  lo  hubieran  capacitado  para 
conducir  á  su  país  por  la  senda  recta,  y  así,  salvado  á 
la  nación  de  más  de  media  centuria  de  derramamien- 
to de  sangre.  Pero  desgraciadamente  murió,  antes 
de  que  la  empresa  por  la  cual  dio  su  vida,  estuviera 
terminada ;  y  Agustín  de  Tturbide,  el  héroe  del  mo- 
mento, hombre  vano  y  egoísta,  y  especialmente  inca- 
paz para  la  difícil  tarea  de  gTiiar  á  buen  fin  los  ele- 
mentos guerreros,  cuya  unión  temporal  había  hecho 
posible  el  éxito  de  la  revolución,  vino  á  ser  Empera- 
dor de  México. 


COJíDIClOlVES    SOCIALES  03 

El  mismo  título  del  nuevo  gobernante  era  des- 
afortunado; Y  la  indiscreta  ostentación  de  vanidad  de 
parte  del  emperador,  lo  hizo  aún  peor.  Encendió  la 
animosidad  de  aquellos  que  habían  entrado  en  el  con- 
venio, simplemente  con  la  esperanza  de  ver  surgir 
orden  del  caos  político  que  reinaba.  Si  hubiera  sido 
Iturbide  el  hombre  que  después  probó  ser  Díaz,  hu- 
biera podido  poner  á  la  nueva  é  inexperta  nación  en 
una  senda  segura  de  estabilidad  nacional  y  continuo 
progreso  futuro.  Pero  fracasó,  á  causa  de  su  desor- 
denada vanidad  y  de  su  egoísmo,  como  fracasó  más 
tarde  un  hombre  mucho  más  grande  que  el,  Santíi 
Ana. 

En  realidad,  Santa  Ana  fué,  en  algunos  respec- 
tos, uno  de  los  más  grandes  hombres  de  la  historia 
mexicana;  pero  su  brutalidad,  su  falta  de  sentimien- 
tos y  su  egoísmo  cínico,  le  imi^idieron  llegar  á  ser  el 
caudillo  que  México  aguardaba  para  conducirlo  fue- 
ra de  la  tierra  de  esclavitud  y  de  anarquía  i)olítica, 
y  llevarlo  á  la  tierra  prometida  de  buen  gobierno,  paz 
y  prosperidad.  Si  hubiera  sido  Santa  Ana  igual  á 
las  circunstancias,  y  hubiera  sido  seguido  ])or  honi 
bres  como  Juárez,  Lerdo  de  Tejada  y  Díaz,  México 
sería  hoy  otro  México,  y  podría  estar  ya  gozando  de 
los  beneficios  de  instituciones  políticas  completamen- 
te libres;  para  las  cuales  es  aún  inepto,  después  de 
más  de  un  tercio  de  siglo  de  hercúleos  esfuerzos  de 
parte  del  actual  Jefe  del  Ejecutivo  de  la  nación. 

Pero  el  fracaso  de  Santa  Ana  hizo  casi  imi)osible 
el  trabajo  de  Juárez;  y  el  éxito  dudoso  de  su  suce 
sor.  Lerdo  de  Tejada,  acentuó  el  sentimiento  de  in- 
tranquilidad y  desconfianza  que  encontró  Díaz  en 
los  umbrales  del  Palacio  Legislativo,  cuando  entró 
como  Jefe  del  Ejecutivo  de  la  Xación. 

Cuando  se  conij^renden  bien  las  condiciones  con 
las  cuales  tuvo  que  contender  el  General  Díaz,  no 
puede  uno  menos  que  quedarse  admirado  del  éxito 
uniforme  que  ha  coronado  todos  sus  esfuerzos  en 
cada  uno  de  los  ramos  de  la  administración.  Fué 
prácticamente  sin  auxilio  alguno  la  lucha  que  él  em- 


94:  DÍAZ  T  MÉXICO. 

prendió.  Cierto  es  que  tenía  amigos  sinceros  y  ardien- 
tes admiradores ;  pero  estos  hombres,  si  bien  la  ma- 
yor parte  patriotas  de  corazón,  no  comprendían,  al 
igual  de  Iturbide,  Santa  Ana  y  los  muchos  otros  go- 
bernantes que  habían  desgobernado  al  México  inde- 
pendiente hasta  esos  días,  que  el  bien  del  país  reque- 
ría la  devoción  desinteresada  de  todos  los  hombres 
de  buena  voluntad;  y  que  lo  que  se  necesitaba  con 
más  urgencia  era  paz  y  unidad  de  acción.  Fué  Tínica- 
mente Díaz  quien  tuvo  la  ilusión  de  ver  algún  día  á 
su  país  grande  y  gozando  de  los  beneficios  de  la  paz, 
después  de  haber  A^sto  á  los  perturbadores  de  la  ley 
y  el  orden  descender  de  los  montes,  rendir  sus  armas 
y  volver  á  los  mercados  del  trabajo  j  la  industria.  Su 
ilusión  ]jatriótica  incluj^ó  un  gran  pueblo  trabajan- 
do con  firmeza  y  constancia  en  el  campo  del  progre- 
so, y  educando  á  sus  hijos  en  los  futuros  deberes  de 
la  vida  nacional. 

De  que  esta  ilusión  ha  llegado  á  convertirse  en 
realidad  tanto  como  es  posible  que  pueda  suceder  du- 
rante la  vida  de  un  hombre,  espero  que  estarán  con- 
vencidos de  ello  los  lectores  de  esta  biografía,  cuando 
cierren  este  libro  después  de  terminar  la  iiltima  pá- 
gina de  su  lectura.  Si  no  lo  estuvieren,  mi  trabajo 
habrá  sido  en  vano  y  mi  labor  de  sincera  simpatía 
mal  empleada. 


General  Porfirio  Díaz. 


CAPITULO  XLIV. 

México  y  sus  críticos. 

Para  juzgar  juiciosamente  acerca  del  progreso 
que  una  raza  ó  nación  haya  hecho,  es  necesario  saber 
desde  qué  nivel  se  ha  levantado  y  qué  dificultades  ha 
encontrado  en  su  camino  por  la  senda  del  progreso. 

Muy  pocos  de  los  escritores  que  manifiestan  dog- 
máticamente sus  diversas  opiniones  sobre  las  condi- 
ciones políticas  sociales  é  industriales  de  México,  han 
adquirido  suficiente  aptitud,  por  medio  de  un  estudio 
concienzudo  de  la  historia  del  país,  para  emitir  jui- 
cio acerca  de  dichas  condiciones.  Y  lo  peor  del  caso 
es,  que  entre  esta  clase  de  escritores  mal  informados 
y  poco  estudiosos,  encontramos  la  mayoría  de  los  ex- 
tranjeros que  se  han  dedicado  á  escribir  libros  sobre 
México;  libros  que  han  aparecido  periódicamente  du- 
rante la  última  década  en  los  países  donde  se  hal)la 
el  idioma  inglés.  Algunos  de  ellos  han  alabado  al 
país  y  á  su  administración,  y  muchos  han  criticado  y 
ultrajado  en  los  términos  más  malignos  todo  lo  que 
es  mexicano ;  sin  embargo,  todos  ellos,  realmente,  tan- 
to amigos  como  enemigos,  no  han  podido  ni  sabido 
apreciar  la  verdadera  situación.  Esta  circunstancia 
es  debida,  indudablemente,  á  varias  causas  que  no 
son  difíciles  de  encontrar. 

Muchos  escritores  que  han  hecho  publicaciones 
sobre  asuntos  mexicanos  últimamente,  han  sido  pe- 
riodistas ó  viajeros.  Los  primeros,  en  su  precipita- 
ción por  concluir  luego  su  obra,  no  han  permanecido 
suficiente  tiempo  en  el  país  para  comprender  al  pue- 
blo, reunir  suficiente  información  y  juzgar  de  todo 
debidamente  para  poder  presentar  un  libro  ó  artícu- 
lo de  periódico  bien  pensado  y  de  verdadero  mérito. 


96  BIAZ  Y  MÉXICO. 

De  aquí  se  origina  la  triste  é  inútil  exposición  que  ha- 
cen los  periodistas  extranjeros  cuando  tratan  de 
asuntos  mexicanos.  Con  tanto  descuido  ha  sido  hecho 
el  trabajo  de  los  escritores  extranjeros  en  los  libros 
que  han  publicado  sobre  asuntos  mexicanos,  que  casi 
todos  ellos  contienen  las  más  chocantes  equivocacio- 
nes en  el  uso  de  frases  y  palabras  españolas,  que  in 
sisten  en  citar  equivocadamente  en  sus  libros,  contra 
todas  las  leyes  del  buen  gusto.  Para  esta  negligencia 
no  hay  absolutamente  excusa  alguna;  pues  un  es- 
critor que  quiere  hacer  uso  de  palabras  y  expresiones 
de  un  idioma  extranjero,  debe,  ó  entender  i^erfecta- 
meiite  el  lenguaje  del  cual  toma  sus  citas,  ó  del  cual 
saca  sus  materiales,  ó  buscar  alguno  que  sepa  el  idio- 
ma para  que  revise  lo  escrito  y  le  evite  lastimar  la 
sensibilidad  de  los  que  saben  dicho  idioma.  Y  esto  lo 
debe  hacer,  tanto  por  sí  mismo  como  por  sus  lectores ; 
por  sí  mismo,  para  no  exhibir  tristemente  su  ignoran- 
cia y  no  inspirar  desde  un  principio  desconfianza  de 
parte  de  aquellos  que  son  capaces  de  juzgar  de  los 
méritos  de  su  obra,  ó  de  aquellos  que  conocen  perfec- 
tamente el  campo  literario  que  el  escritor  ha  decidido 
espigar. 

Lo  debe  hacer  también  por  sus  lectores,  porque  el 
ofrecerles  un  trabajo  tan  descuidado,  es  ofender  las 
ideas  que  tengan  acerca  de  su  propia  inteligencia,  y 
presumir  que  no  serán  capaces  de  comprender  cuando 
las  citas  en  español  están  erradas  ó  mal  interpreta- 
das, y  ofender  su  educación  literaria  y  sus  deseos  de 
estudio  y  conocimientos. 

Pero  estos  libros  han  sido  hechos  para  venderse, 
porque  últimamente  ha  habido  gran  demanda  de 
obras  que  traten  sobre  México.  Habiendo  sido  hechas 
sin  otro  móvil  que  el  de  la  venta,  esto  es,  del  negocio, 
han  sido  escritas  con  la  mayor  velocidad  posible,  y 
emi^leando  la  menor  cantidad  posible  de  energía.  To- 
das han  sido  delineadas  desde  el  punto  de  vista  del 
impresionista,  y  por  interesantes  que  puedan  apare- 
cer, son  casi  siempre  inexactas  y  con  frecuencia  gro- 
seramente injustas. 


MÉXICO  Y  SUS  críticos.  97 

Durante  los  últimos  ciuciienta  años  ha  sido  el  ex- 
cursionista, entre  los  escritores  de  nacionalidad  ex- 
tranjera, el  que  más  ha  contribuido  en  la  publica- 
ción de  libros  sobre  asuntos  relativos  á  México,  y  tie 
ne  también  la  distinción  de  ser  el  peor  informado  y 
el  menos  interesante.  Esto  es  una  consecuencia  de  dos 
causas.  En  primer  lugar,  el  excursionista  general- 
mente llega  al  pais  apresuradamente,  toma  notas 
desde  la  ventanilla  de  los  trenes,  conversa  con  gente 
de  su  misma  nacionalidad  que  encuentra  en  los  hote- 
les, y  que  por  lo  general  está  tan  mal  informada  co- 
mo él  mismo ;  y  con  los  datos  así  adquiridos,  regresa 
á  su  país  y  escribe  un  libro  sobre  México.  Con  fre- 
cuencia no  sabe  una  sola  palabra  de  castellano,  nun- 
ca se  ha  relacionado  con  gente  mexicana,  y  de  ésta, 
no  se  ha  rozado  sino  con  individuos  de  la  clase  baja. 
En  otras  palabras,  no  tiene  absolutamente  ningún 
fundamento  sobre  el  cual  poder  formar  un  juicio 
exacto  del  país.  Ignora  por  completo  su  pasado,  sus 
luchas  durante  cien  años  por  obtener  libertad,  edu- 
cación y  cultura.  Y  sin  embargo,  á  pesar  de  su  igno- 
rancia, se  lanza  audazmente  á  terrenos  donde  los  mis- 
mos sabios  entran  con  sumo  cuidado,  y  publica  su 
"Memorándum,'  el  cual  tiene,  desde  cierto  punto  de 
vista,  mucho  que  admirar:  malísimo  estilo  y  peor 
sentido.  En  cada  uno  de  sus  capítulos  revela  el  autor 
la  incompetencia  del  observador  novel,  y  en  cada  pá- 
gina encuentra  el  lector  manifiestos  errores  históri- 
cos, sociológicos,  etnológicos  y  de  lenguaje.  Y  aquí 
hemos  mencionado  indirectamente  la  segunda  causa 
para  que  la  obra  resulte  de  calidad  muy  ínfima.  La 
mayor  parte  de  los  excursionistas  no  están  dotados 
de  suficiente  educación  ó  práctica  literaria  y  perio- 
dística para  emprender  con  éxito  obras  de  esta  ín- 
dole ;  lo  cual  hace  que  cada  línea  que  escriban  no  ha- 
ga sino  poner  de  relieve  que  no  son  otra  cosa  sino  afi- 
cionados. Es  raro  que  se  eleve  esta  clase  de  autor 
arriba  del  nivel  de  la  vulgaridad ;  con  frecuencia  de- 
nuncia hechos  que  no  se  ha  tomado  la  molestia  de  es- 


98  DÍAZ  T  MÉXICO. 

tudiar  y  comprender,  y  manifiesta  los  prejuicios  de 
su  raza  ó  nación  y  del  reducido  círculo  social  en  el 
cual  se  mueve ;  y  todo  esto  como  si  se  tratara  de  jui- 
cios bien  meditados ;  y  lo  peor  del  caso  es  que  con  fre- 
cuencia se  les  da  á  sus  asertos  el  mismo  crédito,  que 
el  autor,  usando  de  la  mayor  ligereza,  les  lia  dado, 
fundándose  en  conocimientos  tan  superficiales  como 
raquíticos. 


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CAPITULO  XLV. 

El  Gobierno  de  México. 

Todo  gobierno  es  bueuo  siempre  que  satisfaga  las 
necesidades  del  pueblo.  Un  gobierno  representativo 
es  bueno,  no  porque  sea  representantivo,  sino  porque 
siéndolo,  se  supone  que  se  conforma  más  que  ningún 
otro  á  las  necesidades  actuales  de  la  nación ;  porque 
favorece  por  igual  el  desarrollo  de  las  energías  de 
todas  las  clases  sociales,  ó  si  no  enteramente  por 
igual,  se  aproxima  á  la  equidad  más  que  cualquiei^ 
otra  forma  de  administración.  Todo  gobierno  digno 
de  llamarse  así,  se  esfuerza  por  promover,  desarro- 
llar y  hacer  uso  de  todos  los  medios  legítimos  de  la 
nación.  Esta  es  la  idea  moderna  de  lo  que  debe  ser 
un  gobierno  tal  como  la  exponen  los  economistas, 
maestros,  estadistas  y  reformadores  sociales.  El  pue- 
blo, mismo,  necesariamente,  es  el  factor  más  impor- 
tante que  posee  la  nación,  y  por  consiguiente,  el  pri- 
mer deber  de  todo  gobierno  es  mejorar  la  condiciórt 
de  sus  ciudadanos. 

Juzgando  por  este  cartabón,  los  gobiernos  de  la 
liepública  mexicana  desde  el  establecimiento  del  pri- 
mer moderno  imperio  bajo  Iturbide,  basta  el  adA^ni- 
miento  del  General  Díaz  como  Presidente  en  187G,  se 
encuentran  extremadamente  deficientes.  Para  aquel 
que  lea  cuidadosamente  y  estudie  la  historia  de  Mé- 
xico durante  este  período  de  más  de  media  centuria, 
le  parecerá  como  si  el  caos  hubiera  reinado  supremo 
por  donde  quiera.  Ambiciones  bastardas,  egoísmos  y 
nulidades  se  pavonean  desvergonzadamente,  en  me- 
dio del  i)atrotismo  heroico  y  de  las  más  elevadas  asi)i- 
raciones  de  hombres  probos  y  abnegados,  que  lucha- 
ban valientemente  por  el  bien  de  su  país,  con  un  des- 
interés digno  de  mejores  tiempos.  Muchos  de  estos 
hombres  eran  sinceros,  pero  políticamente  eran  mio- 
pes. Se  esforzaban  por  asegurar,  á  ejemplo  de  los  pa- 


100  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

triotas  medio  dementes  de  la  revolución  francesa  y 
de  los  socialistas  avanzados  de  los  tiempos  modernos, 
reformas  que  no  eran  posibles  bajo  las  condiciones 
sociológicas  entonces  existentes  en  México.  Lanzaban 
el  grito  de  libertad  política  para  el  pueblo,  cuando  se 
encontraban  atados  de  pies  y  manos  por  los  lazos  in- 
rrompibles  de  la  superstición,  de  las  castas,  de  la  ig- 
norancia y  de  la  bestialidad;  herencia  legítima  del 
gobierno  semibárbaro  de  los  aztecas  y  de  la  domina- 
ción abrumadora  de  los  españoles.  Es  una  regla  ge- 
neral, que  casi  no  tiene  excepciones,  que  un  hombre 
no  puede,  con  esperanzas  de  éxito,  dedicarse  á  nin- 
guna ocupación  en  la  vida  á  menos  que  haya  sido  an- 
tes debidamente  preparado  para  llenar  los  deberes 
y  oficios  que  dicha  ocupación  traiga  aparejados.  Si 
esto  es  cierto  refiriéndose  á  un  individuo,  lo  será 
con  mayor  razón,  si  es  posible,  tratándose  de  un  pue- 
blo ó  nación,  que  necesariamente  debe,  á  causa  de 
las  partes  que  lo  constituyen,  manifestar  un  prome- 
dio de  habilidad  humana  en  la  exhibición  resultante 
de  sus  energías.  Por  esta  razón,  mientras  que  tra- 
tándose de  individuos,  es  posible  que  se  puedan  pre- 
sentar brillantes  excepciones  á  la  regla,  tratándose 
de  naciones  no  puede  haber  ninguna ;  ])ues  la  nación 
representa,  como  hemos  dicho,  el  promedio  del  des- 
arrollo de  los  individuos  que  la  constituyen. 

Por  consiguiente,  si  se  quieren  comprender  las 
condiciones  actuales  de  México,  si  se  quiere  apreciar 
correctamente  la  lección  que  nos  enseña  la  adminis- 
tración de  Díaz ;  si  se  quiere  contemplar  con  mirada 
serena  el  vasto  océano  de  dificultades  que  constante 
y  continuamente  se  ha  opuesto  durante  el  viltimo  ter- 
cio de  centuria,  á  los  hombres  que  han  creado  el  Mé- 
xico moderno,  en  fin,  si  se  quiere  ser  justo,  no  se  de- 
be comparar  este  país  con  los  Estados  Unidos.  Ingla- 
terra, Francia,  Alemania  ó  cualquier  otra  nación 
que  tenga  tras  sí  siglos  de  independencia  y  de  ini 
ciativa  nacional,  fuerzas  que  contribuyen  á  formar 
el  carácter  de  los  pueblos,  débese  compararla  con  las 
otras  naciones  latino-americanas,  y  aún  más  bien, 


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la 
1   \ 


EL  GOBIERNO  DE  MÉXICO.  101 

coii  otras  épocas  de  sí  misma.  Si  queremos  mostrar 
lo  que  ha  hecho  un  individuo,  comenzamos  desde  sus 
primeros  años,  mostramos  las  ventajas  que  lo  fa- 
vorecieron ó  las  dificultades  con  que  tuvo  que  luchar, 
los  obstáculos  que  logró  vencer,  y  el  éxito  que  haya 
alcanzado  á  pesar  de  la  adversidad.  Calificamos  su 
mayor  ó  menor  éxito  en  proporción  á  lo  que  ha  he- 
cho y  considerando  lo  que  otros,  tan  bien  ó  mejor  do- 
tados que  él,  hayan  sido  ó  no  capaces  de  hacer.  Esta 
es  la  regla  umversalmente  roconocida  por  el  biógra- 
fo. Debe  ser  también  la  regla  directriz  de  todo  es- 
critor que  emprenda  el  estudio  de  la  vida  de  una  na- 
ción durante  cualquiera  de  sus  épocas  ó  períodos  de 
existencia.  Pero  esta  regia  con  más  frecuencia  se 
viola  que  se  observa;  pues  el  autor  impresionista 
escribe  nuestras  l)iografías  nacionales  con  ligereza, 
como  con  frecuencia  escribe  sus  críticas  dramáticas 
y  sus  revistas  de  libros,  las  cuales,  por  malas  que 
sean,  muestran  infinitamente  más  habilidad  que  Jas 
producciones  que  pasan  por  crítica  cuidadosa  y  ex- 
posición meditada  de  las  causas  y  efectos  de  los  acon- 
tecimientos y  condiciones  en  general  de  los  países 
latino-americanos.  El  autor  impresionista,  como  Cé- 
sar, viene,  vé  y  A^ence ;  todo  en  vista  de  las  aparien- 
cias, ignorando  totalmente  el  inmenso  y  oculto  cam- 
po donde  han  tenido  lugar  las  más  tremendas  luchas 
de  la  nación.  Comienza  su  historia  con  los  sucesos 
del  día,  é  ignorante  del  pasado,  es  incapaz  de  com- 
prender el  presente  ó  de  encontrar  soluciones  acer- 
tadas para  el  futuro.  El  autor  impresionista  no  es 
competente  para  emprender  la  seria  tarea  de  escribir 
historia  ó  economía  social  y  política;  pues  sus  mis- 
mas tendencias  lo  inhabilitan  ])ara  ello.  Sin  embar- 
go, estos  son  los  hombres  que  encuentran  favorable 
acogida  en  revistas  respetables  y  periódicos  de  gran 
circulación  en  los  Estados  Unidos.  En  su  ceguera, 
han  pasado  por  IMéxico  sin  ver  ni  estudiar  nada,  y 
después  nos  han  relatado  lo  que  cualquiera  pudiera 
haber  visto  hace  menos  de  un  siglo  en  los  países  ci- 
vilizados de  Europa.  Han  tomado  orgullo  y  deleite 


102  DÍAZ  T  MÉXICO. 

en  mostrar  á  la  mirada  horrorizada  de  los  "países 
civilizados"  las  condiciones  anormales  que  aquí  exis- 
ten, condiciones  que  son  las  que  prueban  más  con- 
clusivamente la  obstinada  lucha  que  el  gobierno  de 
México  lia  mantenido  durante  el  último  tercio  de 
siglo  contra  la  anarquía,  el  egoísmo,  la  ignorancia  \ 
el  caciquismo,  que  ban  sido  el  azote  del  país  desde 
que  surgió  en  los  umbrales  de  la  historia. 

La  historia  de  México  antes  de  que  se  iniciara  la 
guerra  de  independencia  en  1810,  puede  ser  resumida 
en  la  historia  de  sus  jefes  más  poderosos  y  en  sus 
luchas  entre  ellos  mismos  por  conquistarse  los  hono- 
res, los  títulos  y  las  riquezas  que  el  mundo  ofrece. 
Nunca,  ni  en  el  tiempo  de  los  toltecas,  ni  en  el  de  los 
aztecas,  ni  en  el  de  los  españoles,  ha  significado  nada 
el  ]Hieblo  en  su  conjunto  al  tratarse  de  los  arreglos 
de  la  política  de  la  nación,  ni  ha  tenido  ingerencia  en 
la  disposición  del  empleo  de  la  riqueza  nacional,  ni 
en  la  organización  de  sus  asuntos  interiores.  Duran- 
te todo  ese  período  la  masa  del  pueblo  la  ha  pasado 
sin  la  menor  educación,  en  lo  que  se  refiere  á  sus  dere- 
chos como  ciudadano;  habiéndose  dirigido  toda  su 
educación  á  enseñarles  cuáles  son  sus  obligaciones 
hacia  las  autoridades  que  lo  gobernaban.  Este  era 
el  credo  que  les  enseñaba  tanto  la  Iglesia  como  el  Es- 
tado. En  esta  clase  de  asuntos  el  español  ha  sido 
siempre  un  buen  maestro;  y  dio  sus  lecciones  tan 
bien  en  México,  que  aún  hoy,  después  de  treinta  años 
de  esfuerzos  de  parte  del  gobierno  actual,  las  inmen- 
sas masas  de  las  clases  inferiores  desconocen  que 
tengan  derechos  políticos.  Esta  ha  sido  la  lucha  sin 
igual  que  todos  los  gobiernos  han  tenido  que  emi:>efíar 
desde  que  México  se  independizó  del  dominio  de  Es- 
paña en  1821 :  y  la  administración  de  Díaz  no  ha  sido 
excepción  á  esta  regla ;  todo  lo  contrario,  ha  tenido 
que  enfrentarse  con  una  acumulación  de  males  resul- 
tantes de  los  cincuenta  años  anteriores  de  malos  go- 
biernos y  semi-anarquía.  Cuanto  se  ha  llcA^ado  á  ca- 
bo desde  que  Díaz  asumió  las  riendas  del  poder  hace 
treinta  años,  puede  comprenderse  mejor  comparando 


tí 


o 


EL  GOBIERNO  BE  MÉXICO.  ÍO.^ 

la  situación  del  país  entonces  3^  la  de  ahora.  Desde 
que  el  poder  de  España  fué  derrocado,  kasta  que  asu- 
mió la  Presidencia  el  General  Díaz,  México  estuvo 
dividido  en  dos  clases :  los  que  tenían  ambición  de 
tomar  parte  en  la  vida  política  del  país,  y  los  que 
eran  tan  ignorantes  y  abyectos  que  no  encontraban 
interés  alguno  en  ninguna  clase  de  asuntos  i)olíti- 
cos.  La  i^rimera  clase  puede  propiamente  ser  dividi- 
da en  dos  sub-clases :  conservadores  j  reformadores. 
Aunque  estos  dos  partidos  no  siempre  llevaron  estos 
nombres,  los  principios  que  los  consitituían  y  los  lin- 
deros que  los  separaban,  eran  siempre  los  mismos. 
Los  conservadores  pretendían  sostener  la  causa  de 
la  le}^  y  del  orden,  de  acuerdo  con  su  idea  de  ambos. 
Defendían  la  unión  de  la  Iglesia  y  del  Estado  y  el 
afianzamiento  de  los  privilegios  de  las  clases  privile- 
giadas. Siendo  esta  la  actitud  de  los  conservadores, 
era  natural  que  sostuvieran  muchos  abusos,  tanto 
de  la  Iglesia  como  del  Estado,  que  habían  sido  tras- 
mitidos desde  los  tiempos  de  la  dominación  españo- 
la. Como  sus  filas  estaban  llenas  con  los  miembros 
más  influyentes  del  partido  de  la  Iglesia,  y  como  to- 
dos eran  esencialmente  católicos,  se  oponían  obsti- 
nadamente á  que  los  bienes  de  la  Iglesia  fueran  cer- 
cenados. Tanto  Iturbide,  el  primer  emperador,  co- 
mo Maximiliano,  el  segundo  y  último,  fueron  observa- 
dores estrictos  de  todas  las  formalidades  de  la  reli- 
gión católica.  Ambos  hicieron  todo  lo  i^osible,  consi- 
derando la  situación  política  en  que  se  encontraron, 
por  garantizar  á  la  Iglesia  las  propiedades  y  privi- 
legios que  había  heredado  de  los  tiempos  de  la  domi- 
nación española.  Pero  aún  estos  dos  representantes 
del  partido  conservador,  á  pesar  de  ser  genuinos 
y  fervorosos  católicos,  se  vieron  obligados,  gracias 
á  la  actitud  amenazadora  del  partido  republicano,  á 
rehusar  concesiones  que  el  partido  de  la  Iglesia  de 
buena  gana  hubiera  otorgado. 

Los  republicanos,  teóricamente,  sostenían  el  de- 
recho de  elecciones  libres  y  el  principio  de  represen- 
tación del  pueblo  en  los  asuntos  piiblicos.  Los  escri- 


Iíi4  BUZ  T  MÉXICO. 

tores  más  brillantes  del  período  literario  más  lucido 
de  la  historia  de  México,  perteuecieron  al  i>artido  re- 
publicano. Habían  bebido  en  las  fuentes  de  la  nueva 
literatura  de  los  Estados  Unidos  y  Francia,  literatu- 
ra que  enseñaba  la  igualdad  de  los  hombres  cuales- 
quiera que  fuera  su  situación  en  la  vida,  su  educación 
ó  su  ascendencia.  Sostenían  la  participación  de  todas 
las  clases  en  las  elecciones  y  en  el  gobierno  del  país, 
y  siendo  este  su  credo,  naturalmente  se  oponían  á 
las  distinciones  de  clase  y  á  los  privilegios,  bases  fun- 
damentales en  que  el  partido  conservador  hacía  des- 
cansar el  edificio  de  su  credo  político.  De  este  modo, 
paso  A  paso,  el  partido  de  la  reforma  fué  impelido 
á  una  oposición  abierta  contra  la  Iglesia  misum,  y 
muy  en  los  principios  de  la  historia  de  la  República, 
había  muchos  que  al)ogaban  por  la  separación  de  la 
Iglesia  y  del  Estado  y  la  reducción  de  los  i^rivilegios 
de  aquélla.  La  fuerte  oposición  que  la  Iglesia  hacía 
á  todos  los  ataques  contra  sus  privilegios,  que  creía 
jíoseer  por  derecho  divino,  aumentaba  de  año  en  año 
la  importancia  de  los  reformadores. 

Conforme  los  partidarios  de  la  reforma  se  fueron 
haciendo  fuertes,  y  sus  ideas  persistentemente  pro- 
pagadas se  fueron  diseminando  más  y  más  por  el 
país,  comenzaron  gradualmente  á  olvidar  los  gran- 
des principios  de  amor  y  hermandad  entre  los  hom- 
bres que  al  principio  habían  predicado ;  pues  ningún 
partido  puede  mantener  la  bandera  de  paz  y  el  evan- 
gelio de  amor  y  buena  voluntad,  cuando  se  encuentra 
en  oposición  con  un  partido  hostil,  armado  hasta  los 
dientes  y  resuelto  á  luchar  hasta  morir  contra  Ios- 
principios  que  se  le  tratan  de  imponer.  De  suerte 
que  la  mayoría  del  pueblo,  los  obreros,  los  pobres, 
los  ignorantes,  un  noAenta  por  ciento  de  la  población 
de  México,  era  completamente  olvidada  por  ambos 
partidos ;  y  no  solamente  era  olvidada  en  todo  lo  que 
se  refiere  á  medidas  para  mejorar  su  condición,  sino 
que  se  le  sujetaba  por  ambos  partidos  á  una  cons- 
cripción forzosa  y  era  robada,  tratada  brutalmente 
y  colocada  en  una  condición  aun  peor  de  la  que  había 


EL  GOBIERNO  DE  VEXICO.  loó 

soportado  durante  el  período  colonial ;  pues  la  lucha 
entre  conservadores  y  republicanos  habla  llegado  á 
ser  una  lucha  por  la  existencia. 

Siguió  el  resultado  inevitable :  industrias,  comer- 
cio y  transacciones  de  toda  índole  quedaron  casi 
arruinados  en  México:  los  ranchos,  las  haciendas  y 
las  plantaciones  quedaron  prácticamente  desiertos; 
el  dinero  se  retiraba  de  los  bancos  para  ser  ocultado 
en  las  casas  y  en  los  campos;  la  minería,  el  gran  re- 
curso del  país  desde  los  tiempos  de  la  colonia,  se  sus- 
pendió casi  por  completo.  Y  el  peso  de  todas  estas  ca- 
lamidades caía  sobre  los  pobres :  la  inmensa  mayoría 
de  la  población.  Mendigos  hambrientos,  vestidos  de 
harapos,  infestados  de  parásitos  y  llenos  de  enferme- 
dades producidas  por  la  miseria,  pululaban  por  to- 
dos los  ámbitos  de  la  Eepública,  desde  el  Río  Bravo 
hasta  Guatemala.  Una  administración  tras  otra  for- 
maba Islanes  para  difimdir  la  enseñanza  por  medio  de 
escuelas  gratuitas  y  mejorar  las  condiciones  de  las 
masas  populares,  pero  eran  tan  inestables  los  gobier- 
nos y  se  sucedían  uno  á  otro  con  tanta  frecuencia, 
que  ninguno  de  estos  planes  era  lleA^ado  á  cabo.  Así 
es  de  que,  el  que  estudia  la  historia  de  ^léxico  durante 
la  media  centuria  que  interAdno  desde  el  año  de  la  in- 
dei3endencia  hasta  que  asumió  Porfirio  Díaz  la  Pre- 
sidencia, continuamente  se  encuentra  con  las  más 
extrañas  contradicciones,  entre  los  principios  que  el 
partido  republicano  tan  calurosamente  proclamaba 
y  la  conducta  que  observaba  cuando  estaba  en  el  po- 
der. El  más  ligero  estudio  muestra  que  no  era  posi- 
ble al  partido  republicano  lleA^ar  á  cabo  la  política 
que  señalaban  sus  principios ;  y  es  realmente  de  ad- 
mirar cómo  sus  publicistas,  de  competencia  é  ilustra- 
ción reconocida,  no  comi:)rendieran  cuan  infranquea- 
bles eran  los  obstáculos  que  se  oponían  á  seguir  la 
senda  que  trazaban  sus  partidarios,  ^o  se  puede  du- 
dar de  la  sinceridad  de  estos  hombres;  pero  lo  cier- 
to es  que  causaron  grandes  males  con  su  inhabilidad 
para  comprender  las  condiciones  sociales  y  políticas 
existentes,  y  con  su  intolerancia  por  las  ideas  de  los 


Ion  DÍAZ  t  MiíXiCO. 

que  rehusaban  seguirlos  incondicionalmente.  Y  lle- 
garon las  cosas  á  tal  extremo,  que  después  de  la  caí- 
da de  la  administración  de  Comonfort,  apenas  era  po- 
sible concebir  esperanzas  de  que  la  Nación  pudiera 
llegar  á  un  período  de  paz  y  prosperidad. 

Para  luchar  contra  el  desaliento  general,  disipar 
las  animosidades  y  desconfianzas  de  los  partidos  ene- 
migos, conducir  al  pueblo  por  la  senda  de  la  paz,  des- 
pués de  haber  errado  por  más  de  media  centuria  en 
los  desiertos  del  caos,  la  inestabilidad,  la  pereza  y  la 
anarquía,  se  requería  el  genio  de  un  hombre  más 
grande  aún  que  el  de  los  profetas  y  caudillos  bíblicos ; 
pues  ninguno  de  esos  grandes  jefes  tuvo  ante  sí,  la 
inmensa  tarea  que  México  ofreció  al  hombre  llama- 
do á  conducir  á  su  pueblo  fuera  del  desierto  en  que 
había  errado  diez  años  más  que  los  históricos  cuaren- 
ta años  de  los  israelitas.  Las  calamidades  y  tribula- 
ciones que  afligieron  al  pueblo  de  Israel,  fueron  in- 
significantes si  se  las  compara  con  los  azotes  y  las 
plagas  que  abrumaron  al  pueblo  mexicano  durante 
más  de  media  centuria.  Por  consiguiente,  el  estudio 
de  la  vida  del  hombre,  que  cual  moderno  profeta  lu- 
chando con  toda  clase  de  i^eligros  y  dificultades,  siem- 
pre lleno  de  vigilancia  y  de  recursos  ha  conducido  á 
México  á  donde  puede  contemi^lar  la  tierra  prometi- 
da de  paz,*  prosperidad  y  grandeza ;  el  estudio  de  la 
vida  de  ese  hombre,  decimos,  es  de  lo  más  interesan- 
te, y  nos  ofrece  admirables  ejemplos  de  paciencia  y 
perseverancia,  como  pocos  se  encuentran  en  las  pá- 
ginas de  la  historia.  La  mayoría  de  los  detractores 
de  Porfirio  Díaz,  han  sido  refugiados  políticos  que 
se  han  visto  obligados,  para  bien  de  su  propio  país, 
á  abandonarlo.  Han  sido  de  la  misma  clase  de  hom- 
bres, que  no  sólo  hicieron  i^osible  sino  imperativa 
la  anarquía  y  el  retroceso,  durante  los  cincuenta 
años  de  luchas  intestinas  que  mediaron  desde  los 
días  de  la  independencia  hasta  la  caída  del  gobier- 
no de  Lerdo.  Estos  hombres,  casi  sin  excepción,  tra- 
taban de  embrollar  al  país  en  una  guerra  civil.  Poco 
les  importaba  detener  la  marcha  triunfal  del  carro 


EL  GOBIERNO  DE  MÉXICO.  107 

del  progreso  y  cerrar  las  puertas  del  templo  de  la 
paz.  Afortunadamente,  uno  tras  otro  lian  fracasado, 
no  quedándoles  más  recurso  que  cruzar  la  frontera 
y  desde  allí  entablar  una  guerra  implacable  contra 
la  administración  de  su  país.  Sus  armas  han  sido 
la  calumnia,  la  vituperación  y  la  falsedad  más  pal- 
marias, y  sus  medios,  la  prensa  sensacional  de  los 
Estados  Unidos.  El  que  no  les  haya  sido  posible  ha- 
cer un  daño  apreciable  al  baluarte  de  i^az  y  admi- 
nistración sensata  del  gobierno  de  Díaz,  no  es  cierta- 
mente debido  á  falta  de  inteligencia  y  empeño,  pues 
todos  ellos  son  hombres  ambiciosos  y  de  habilidad 
reconocida.  Pero  estos  obstinados  ataques  no  han 
hecho  sino  poner  más  de  manifiesto  la  confianza  que 
el  pueblo  mexicano  tiene  en  las  honradas  intenciones 
del  gobierno  de  Díaz,  en  sus  miras  progresistas  y 
en  la  habilidad  incuestionable  del  mismo  gobierno 
para  solucionar  los  más  difíciles  problemas  nacio- 
nales. 


CAPITULO  XLVI. 

La  labor  de  Diaz, 

Díaz  ha  enseñado  al  lobo  á  vivir  tan  pacíficamen- 
te con  el  cordero  como  si  no  mediara  entre  ellos  la 
menor  antipatía.  Ha  obligado  al  partido  de  la  Igle- 
sia á  reconocer,  qne  sin  haber  cedido  en  lo  más  mí- 
nimo en  sus  principios  de  republicanismo  y  democra- 
cia, le  merece  más  confianza  para  asegurarle  sus  ga- 
rantías, el  representante  del  partido  de  quien  ha  si- 
do antiguo  é  inveterado  enemigo,  que  cualquier  otro 
individuo  ó  partido  que  tenga  la  ambición  de  escalar 
las  gradas  del  poder.  Ha  enseñado  á  las  clases  pri- 
vilegiadas á  mirar  sin  la  menor  desconfianza  sus 
planes  para  la  formación  de  una  clase  media  podero- 
sa, para  el  mejoramiento  de  las  condiciones  del  pue- 
blo y  su  educación,  para  romper  las  antiguas  barre- 
ras que  separaban  las  clases  altas  y  las  bajas,  en- 
señaiulo  á  todos,  ricos  y  pobres,  que  es  insostenible 
la  antigua  idea  de  los  aristócratas,  de  creer  que  to- 
do trabajo  material  rebaja  al  individuo.  No  se  han 
alarmado  cuando  han  visto  enseñar  en  las  escuelas 
públicas,  que  una  humildad  humillante  en  presencia 
de  nuestros  superiores,  conduce  únicamente  á  la  de- 
gradación de  la  nación,  que  no  es  otra  cosa  sino  el 
conjimto  de  individuos  que  la  forman. 

Ha  enseñado  al  rico  pro])ietario,  al  habitante  pu- 
diente de  las  ciudades  y  de  las  poblaciones  grandes, 
al  erudito,  al  hombre  de  alta  alcurnia  y  educación, 
al  político,  al  soldado,  al  sacerdote  y  al  seglar,  á  los 
])obres  lo  mismo  que  á  los  ricos,  que  el  mantenimien- 
to de  la  i^az  está  sobre  todas  las  pequeñas  considera- 
ciones de  partidos  y  credos  y  sobre  todo  los  intereses 
locales.  En  otras  i>alabras,  ha  puesto  los  cimientos 
de  la  nacionalidad  mexicana,  cimientos  que,  en  el 
verdadero  sentido  de  la  palabra,  no  habían  existido 
antes,  desde  la  época  de  la  conquista  és^iañola,  hasta 


Gi:neral  PoiíFiíiio  Díaz. 


LA  LABOR  DE  DÍAZ.  109 

el  año  en  que  Porfirio  Díaz  tomó  las  riendas  del  po- 
der como  Primer  Magistrado  de  la  Nación.  Muy  cier- 
to es  que  hay  aún  abusos  que  corregir,  reformas  que 
implantar  y  toda  una  inmensa  labor  delante,  antes 
que  el  pueblo  mexicano  pueda  ranagíoriarse  de  ha- 
ber caminado  i)or  la  senda  del  progreso,  al  igual  de 
las  naciones  modernas  más  adelantadas.  Sería  un 
verdadero  milagro  si  no  fuera  así,  .y  los  milagros 
no  son  frecuentes  en  nuestros  días ;  ni  ha  registrado 
la  historia  el  caso  de  que  ellos  ÍJitervengan  en  la  \\- 
da  de  las  naciones,  para  apresurar  el  lento  proceso 
natural  de  la  evolución  social  y  política  de  los  pue- 
blos. Grande  como  es  la  labor  de  Porfirio  Díaz,  no 
es  sino  el  principio  de  una  estupenda  evolución  so- 
cial, que  continuará  hasta  que  la  ignorancia  y  la  su- 
perstición queden  eradicadas  de  México.  Y  si  bien 
lo  que  falta  por  hacer,  es  labor  colosal,  igualmente 
grande  es  la  que  se  ha  llevado  á  cabo  durante  el  úl- 
timo tercio  de  centuria. 

El  trabajo  de  Porfirio  Díaz  en  México  ha  sido 
progresista,  y  progresista  continuará  siendo.  Es  á 
lo  que  tienden  los  esfuerzos  del  mismo  Presidente  y 
de  los  distinguidos  colaboradores  de  que  se  ha  ro- 
deado. Al  principio  de  su  administración  sus  esfuer- 
zos se  dirigieron  principalmente  á  constituir  un  go- 
bierno estable,  á  organizar  las  finanzas  de  la  Repú- 
blica y  á  reconciliar  las  varias  facciones,  que  con  sus 
antipatías  habían  mantenido  á  México,  durante  cin- 
cuenta aiios,  en  un  estado  casi  continuo  de  guerra 
civil.  Desde  los  albores  de  su  administración  demos- 
tró siempre  su  gran  habilidad  administrativa,  su 
vigor  para  el  trabajo,  sus  maneras  afectuosas,  el  sa- 
ber hacer  atractiva  su  presencia,  y  su  discreción  pa- 
ra rodearse  de  los  hombres  más  distinguidos.  Como 
em]iezó  así  ha  continuado,  y  hoy  unís  que  nunca,  su 
administración  es  de  lo  más  progresista :  todo  lo 
abarca :  corrige  abusos,  reforma  departamentos,  pro- 
tege industrias,  difunde  la  instrucción  ]>ública  y  fa- 
vorece la  inmigración.  "Mucha  administración  y  po- 
ca política,"  ha  sido  durante  los  treinta  años  del  go- 


lio  DÍAZ  T  MÉXICO. 

bierno  de  Díaz  la  clave  de  su  conducta.  Y  esta  es  it. 
explicación  de  su  actitud  hacia  todas  las  facciones 
y  partidos  del  país ;  actitud  que  le  fué  impuesta  por 
las  mismas  coiuliciones  en  que  encontró  la  Repúbli- 
ca cuando  por  i)rimera  vez  asumió  las  riendas  del 
gobierno.  Con  su  notable  genio  para  abarcar  la  si- 
tuación comprendió,  que  si  se  quería  que  México  pro- 
gresara como  habían  progresado  otras  naciones  más 
afortunadas,  debía  reunir  todos  los  esfuerzos  y  ener- 
gías y  dirigirlas  á  un  fin  único:  el  de  la  paz  y  el 
progreso.  Para  lograr  esto  era  necesario  reducir  á 
la  inactividad  á  los  i)seudo-políticos  que  habían  si- 
do el  azote  del  país  durante  tanto  tiempo.  Mas  Por- 
firio Díaz  es  un  i^rofundo  conocedor  de  la  naturaleza 
humana  .y  comprendió  que  las  actividades  individua- 
les constituyen  fuerzas  vivas  que  deben  ser  siem]jre 
aprovechadas  por  toda  administración  que  persiga 
el  éxito.  Todas  esas  energías,  que  mal  dirigidas  ha- 
bían sido  la  condenación  del  ])aís  durante  largos 
años,  bien  encauzadas  serían  un  valioso  contingente 
para  el  buen  gobierno  de  la  nación.  Muy  superior  á 
sus  predecesores  en  la  presidencia  de  la  República 
y  como  hombre  digno  del  eleA^ado  puesto  á  que  había 
sido  llamado,  se  manifestó  muy  por  encima  de  las  pe- 
queneces de  facciones  y  partidos.  Genuinamente  i)a- 
triota,  sin  ambición  de  títulos  y  riquezas  y  poco  afec- 
to á  la  ostentación,  se  dedicó  honrada  y  abnegada- 
mente á  la  tarea  de  gobernar  á  México,  sin  otras  mi- 
ras que  el  bien  y  utilidad  de  vsu  pueblo ;  y  comprendió 
que  para  realizar  su  anhelo  debía  de  hacer  uso  de 
todos  los  medios  honrados  á  su  alcance;  debía  ense- 
ñar á  los  ciudadanos,  que  ostentosamente  se  procla- 
maban patriotas,  que  el  verdadero  patriotismo  con- 
siste en  preferir  el  bien  del  país  á  la  satisfacción  de 
ambiciones  bastardas,  individuales  ó  de  partido.  La 
habilidad  que  tuvo  para  rodearse  de  las  inteligen- 
cias más  preclaras  del  país  y  empeñarlas  en  la  noble 
tarea  que  se  había  impuesto  de  procurar  la  regenera- 
ción de  su  patria  constituye,  sin  duda  alguna,  la  pá- 
gina más  brillante  de  la  historia  de  México.  Fué  su 


lA  lABOR  BE  DÍAZ.  111 

poderosa  inteligencia  la  qne  todo  lo  lia  dirigido;  sin 
embargo,  sus  Ministros  de  Estado  y  muchos  de  los 
que  lioy  ocupan  altas  posiciones  oñciales  en  su  go- 
bierno, han  asegurado  al  autor  de  estas  líneas  más 
de  una  vez,  que  nadie  podría  superar  á  Porfirio  Díaz 
en  la  cortesía  y  respeto  que  siempre  manifiesta  por 
las  opiniones  de  sus  colaboradores.  Se  hace  cargo  en 
el  acto  de  cualquier  situación,  \)ov  difícil  que  sea,  y 
en  casos  de  gran  emergencia,  resuelve  sin  demora  y 
obra  con  la  seguridad  de  quien  sabe  exactamente  lo 
que  hace:  no  obstante  lo  cual,  siempre  escucha  con 
la  mejor  voluntad  las  opiniones  de  sus  consejeros  y 
las  estudia  cuidadosa  y  concienzudamente.  Es  esta 
cortesía,  esta  tolerancia  por  las  opiniones  ajenas,  es- 
ta precisión  en  el  obrar  y  habilidad  ])ara  mostrar 
que  sus  acciones  obedecen  siempre  á  causas  justas, 
lo  que  ha  puesto  en  manos  de  Porfirio  Díaz,  en  el 
transcurso  de  los  años,  un  poder  tal  que  muchos  so- 
beranos autócratas  pudiera  envidiar.  Es  un  poder 
que  le  ha  llegado  de  una  manera  legítima,  como  re- 
sultado de  su  abnegación  por  servir  siempre  los  in- 
tereses de  su  patria  y  de  no  tolerar  entre  sus  colabo- 
radores hombres  que  tengan  otras  ambiciones  que 
no  sean  la  prosperidad  y  el  bien  de  México. 


CAPITULO  XLVII. 

Carácter  de  Díaz. 

Si  Porfirio  Díaz  liubiera  tenido  la  ambición  de 
las  riquezas,  podría  ser  lioy  uno  de  los  hombres  más 
acaudalados  del  mundo;  pues  el  inmenso  desarrollo 
que  ha  tenido  lugar  en  México  durante  su  adminis- 
tración, agregado  á  la  elevada  posición  social  y  ])0' 
lítica  que  ha  ocupado,  le  han  dado  numerosas  oportu- 
nidades para  Jmcerse  honestamente — en  cuanto  la 
honestidad  pueda  acom])añar  á  la  acumulación  de 
vastas  riquezas — ^de  propiedades  en  todas  partes  del 
país,  que  lo  hubieran  colocado  entre  los  más  ricos 
terratenientes  de  la  Rei^ública.  Y  si  tal  hubiera  sido 
el  caso,  no  hubiera  hecho  sino  lo  que  hacen  la  mayor 
])arte  de  los  ]3residentes  latino-americanos,  Pero  ni 
aún  en  el  primer  período  de  su  administración,  cuan- 
do su  permanencia  en  el  poder  hubiera  i)odido  ])a- 
recer  incierta,  y  cuando  se  podía  considerar  como 
una  medida  de  previsión  el  pi*eparar  elementos  su- 
ficientes para  los  malos  tiempos  que  en  ese  entonces, 
era  casi  seguro  llegaban,  tarde  que  temi)ra7io  á  los 
])residentes  de  México;  ni  aún  entonces,  decimos,  se 
preocupó  en  acumular  riquezas.  Estaba  demasiado 
preocui)ado  con  la  gigantesca  tarea  que  tenía  entre 
manos ;  y  patriota  de  corazón,  deliberadamente  de- 
terminó dedicar  todas  sus  energías  á  la  restaura- 
ción del  orden,  al  mantenimiento  do  la  paz.  el  des- 
arrollo de  los  vastos  recursos  naturales  del  ])aís,  la. 
educación  del  pueblo  y  el  mejoramiento  de  las  con- 
diciones de  las  clases  bajas.  Xunca,  que  se  se]>a,  se 
ha  ocu])ado  en  buscar  medios  para  acumular  rique- 
zas. Y  no  se  infiera  de  ésto  que  ])udiera  ser  i)i'ód¡- 
go ;  pues  es  uno  de  los  administradores  más  cuidado- 
sos que  han  ocupado  la  silla  presidencial  en  México. 
Su  vida  privada  es  tan  sencilla  como  lo  i^ermite  su 
elevada  posición,  y  simpatiza  poco  con  ceremonias  y 


EL  CARÁCTER  DE  1)1  AZ.  UM 

ostentaciones  dispendiosas.  Prefire  su  modesta,  aun- 
que hermosa  casa  de  la  calle  de  Cadena,  en  el  centro 
de  la  ca]:)ital,  al  majestuoso  castillo  de  Chapultepec, 
con  su  esi)léndida  vista  del  valle  de  México. 

El  (íeneral  l^íaz  es  hombre  de  gustos  sencillos, 
y  encuentra  su  princi])al  i)lacer  en  el  trabajo  metó- 
dico. Auncxue  es  ya  un  anciano,  por  lo  que  á  años  re- 
íiere,  todavía  encuentra  placer  en  sus  paseos  matu- 
tinos á  caballo  por  el  valle  de  México,  gozando  del 
aire  vigorizador  del  campo;  y  una  vez  al  año  toma 
cierto  número  de  días  de  vacaciones  para  hacer  una 
excursión  de  cacería,  que  le  proporciona  inmenso  pla- 
cer. Durante  esta  excursión  se  puede  juzgar  cuan 
grande  es  su  actividad,  actividad  verdaderamente 
increíble  en  un  hombre  de  sus  años.  Sieni])re  ha  sido 
de  espléndido  físico  y  de  naturaleza  de  hierro,  y  du- 
rante muchos  años  de  su  viíhi,  tuvo  oportunidad  de 
acostumbrarse  á  toda  clase  de  privaciones  y  traba- 
jos ;  y  desde  que  se  retiró  de  esa  vida  de  esfuerzos, 
treinta  años  ha,  sienqjre  le  ha  gustado  tomar  ejerci- 
cio al  aire  libre,  recogerse  temprano  y  levantarse 
con  el  sol,  y  ha  i)rocurado  sistematizar  su  vida,  tan- 
to como  se  lo  han  ])ermitido  los  numerosos  y  apre- 
miantes deberes  de  su  alto  cargo. 

El  (ieneral  Díaz  es  hombre  de  inteligencia  activa 
y  observadora.  Yo  he  estado  presente,  en  mi  calidad 
de  periodista,  en  muchas  ocasiones  en  que  él  ha  sido 
el  principal  ]ninto  de  atracción  con  motivo  de  la 
inauguración  de  algún  trabajo  ó  la  iniciación  de  al- 
guna empresa'  de  importancia ;  j  he  visto  invariable- 
mente cómo  se  manifiesta  de  ansioso  el  Presidente 
])or  com]>render  á  fondo  la  extensicm  y  ol)jeto  de  la 
obra,  cuando  ésta  está  por  ejecutarse,  ó  de  los  deta- 
lles de  su  construcción  cuando  está  terminada.  Y  en 
muchas  ocasiones  muestra  su  admirable  conocimien- 
to del  mismo  asunto  sobre  el  cual  i)ide  se  le  informe; 
y  nunca,  por  ningún  motivo,  duda  en  manifestar  su 
ignorancia  de  algiinos  detalles  cuando  desea  ilus- 
trar más  su  conocimiento  sobre  la  materia.  Es  él,  in- 
dudablemente, uno  de  los  hombres  más  rectos  y  sin- 


114  BIAZ  Y  MÉXICO. 

ceros  que  lie  conocido  en  los  países  latino-america- 
nos.  E  igual  cosa  puede  decirse  de  sus  ministros,  á 
quienes  ha  escogido  ]wr  su  habilidad  para  el  traba- 
jo y  su  competencia  para  decidir  con  prontitud  las 
cuestiones  que  les  toca  resolver.  Ellos,  individual  y 
colectivamente,  gustosos  asumen  la  responsabilidad 
de  sus  liecUos  cuando  la  ocasión  lo  requiere.  Cuali- 
dad que  para  un  americano  ó  inglés,  es  digna  de 
apreciarse,  especialmente  en  una  tierra  donde  la  gen- 
te goza  de  la  fama  de  ser  muy  amante  de  la  diploma- 
cia y  que  encuentra  más  fácil  diferir  indefinidamen- 
te una  resolución,  que  decir  nó  de  una  vez. 

Y  no  queremos  decir  con  esto  que  el  General  Díaz 
no  aprecie  la  di])lomacia  en  lo  que  vale ;  pero  aprecia 
la  di])lomacia  oportuna  ;  y  siempre  que  \mj  aparen- 
temente alguna  ventaja  en  usar  de  sus  medios,  sabe 
seguirlos  con  parsimonia;  en  efecto,  pocos  hombres 
han  manifestado  más  verdadera  diplomacia  que  el 
Presidente,  en  el  manejo  de  los  muchos  problemas 
políticos  y  sociales  que  ha  tenido  que  resolver  en  su 
larga  administración  de  treinta  años.  Su  poder  de 
l)aciencia  infinita,  su  buena  voluntad  para  tomar 
siempre  en  consideración  el  pro  y  el  contra  en  todas 
las  circunstancias  de  la  vida  que  se  presenten,  su 
deseo  constante  de  a])lacar  los  ánimos  hasta  doude 
es  posible,  su  poder  casi  profético  para  juzgar  de 
las  acciones  y  del  carácter  de  los  hombres,  han  dado 
á  Porfirio  Díaz  un  dominio  sobre  sí  mismo  y  una 
autoridad  sobre  sus  conciudadanos,  como  ningún 
otro  gobernante  del  ])ueblo  mexicano  ha  poseído. 

Durante  el  período  de  semi-anarquía  que  prece- 
dió á  la  fecha  en  que  el  (leneral  Díaz  asumió  la  pre- 
sidencia de  la  Keptíblica  en  1876,  era  raro  que  un 
presidente  se  sostuviera  en  el  poder  por  un  lapso  de 
tiempo  regular.  El  puesto  de  presidente  era  tan  in- 
seguro, y  estaba  rodeado  de  tantas  facciones  é  in- 
tereses en  coutiniia  colisión,  que  el  que  lo  ocupaba,  se 
A'eía  obligado  á  conceder  multitud  de  gracias  y  favo- 
res que  ningún  gobierno  fuerte  hubiera  pensado  en 
otorgar.  Con  semejante  sistema,  infinidad  de  abuísos 


—    •     Ir 


EL  CARÁCTER  DE  DÍAZ.  lio 

se  cometían  en  la  administración  pública.  Todo  el 
que  era  partidario  del  presidente  se  creía  con  dere- 
cho á  ciertas  concesiones  y  granjerias  para  sí,  su  fa- 
milia, sus  parientes  inmediatos  y  sus  amigos.  Eran 
los  tiempos  de  empleomanía.  En  todos  los  ramos  de 
la  administración  pública  reinaba  la  más  completa 
corrupción,  y  los  centenares  de  emi)leados  útiles  que 
había  en  las  oficinas  del  gobierno,  en  la  legislatura 
y  en  la  administración  de  los  varios  Estados,  agota- 
ban el  tesoro  público  y  contribuían  materialmente  á 
la  mala  administración  del  mismo  gobierno. 

Manuel  Payno,  uno  de  los  literatos  más  distingui- 
dos de  ^léxico,  fué  comisionado  en  1SG7  para  estu- 
diar las  condiciones  financieras  del  imperio  de  Maxi- 
miliano, é  informa  que  habínn  104,000  solicitudes  de 
em])leo  en  los  diferentes  departamentos  del  gobier- 
no del  imperio.  Quería  él  publicar  la  lista,  pero  Se- 
bastián Lerdo  de  Tejada  que  ])oco  después,  en  1872, 
ascendió  á  la  presidencia,  se  opuso  diciendo:  "Si  pu- 
blica Yd.  esta  lista,  nos  quedaremos  sin  partido  libe- 
ral." 

Era  Sebastián  Lerdo  de  Tejada  hombre  de  gran 
talento,  y  mucho  se  esperaba  de  él  cuando  fué  elec- 
to I^residente  de  la  República  en  1872;  pero  siguió 
los  mismos  pasos  que  habían  causado  la  ruina  de 
las  esperanzas  de  sus  predecesores.  Tenía  grandes 
ambiciones  y  deseaba  figurar  en  lugar  distinguido  en 
la  historia  de  los  presidentes  de  su  país.  Era  un  in- 
novador, y  sus  ideas  eran  progresistas  y  benéficas 
para  el  pueblo;  pero  le  faltaban  esas  cualidades  que 
hacen  de  los  hombres  los  grandes  caudillos.  Tenía 
ilimitada  confianza  en  sí  mismo  y  en  su  habilidad 
para  gobernar  el  país  y  llevar  á  cabo  los  atrevidos 
planes  de  reforuia  que  había  concebido,  .y  i>or  esta 
causa  se  sentía  poco  inclinado,  en  muchas  ocasiones, 
á  confiar  sus  proyectos  á  aquellos  que,  por  su  talento 
é  influencia,  podían  haberle  proporcionado  buen  con- 
sejo y  poderoso  auxilio.  Y  por  esta  razón  perdió  las 
simpatías  de  sus  ministros,  de  sus  consejeros  y  de 
su  partido  en  general.  Mostró  su  debilidad  al  ver 


IIG  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

con  iudifereucia  la  voluntad  del  pueblo  aún  en  asun- 
tos de  elecciones,  y  en  convertir  en  antaíjónicos,  in- 
tereses que  fácilmente  los  hubiera  tenido  de  su  lado. 
En  otras  palabras,  no  tenía  suficiente  amplitud  de 
criterio  para  hacerse  cargo  y  pulsar  debidamente  la 
situación.  En  realidad,  poca  diferencia  había  en  los 
])rincipios  políticos  de  las  facciones  de  Díaz  y  de  Ler- 
do. Anil)as  eran  esencialmente  democráticas  y  ambas 
deseaban  la  prosi)ei'idad  del  ])aís  de  acuerdo  con  las 
ideas  republicanas.  Pero  Lerdo,  desde  el  momento  en 
que  asunüó  la  presidencia,  se  mostró  extremadamen- 
te antagónico  al  partido  de  Díaz ;  cuando  Díaz,  hom- 
bre prudente,  enemigo  de  luchas  de  partido  y  sufi- 
cientemente sensato  para  esperar  llegara  su  turno  en 
la  dirección  de  los  asuntos  nacionales,  pudo  haber 
sido  fácilmente  ganado  por  Lerdo,  siempre  que  éste 
le  hul)iera  extendido  una  mano  amiga,  le  hubiera 
otorgado  su  confianza  y  lo  hubiera  invitado  á  formar 
parte  de  su  gabinete.  Si  hubiera  tenido  Lerdo  sufi- 
ciente am])litud  de  criterio  para  seguir  esa  conducta, 
la  era  moderna  de  ^léxico  se  hubiera  iniciado  algu- 
nos años  antes  y  bajo  más  favorables  auspicios.  Pe- 
ro prefirió  oponerse  al  partido  de  Díaz,  falsear  el 
resultado  de  las  elecciones  y  mantenerse  en  el  poder 
violando  la  Constitución  que  prohibía  la  reelección 
del  presidente.  Se  rodeó  de  multitud  de  empleados 
que  no  serenan  más  que  para  vaciar  las  arcas  nacio- 
nales y  disputarse  entre  sí  las  mejores  presas ;  dispu- 
tas que  creaban  celos  mutuos  y  debilitaban  el  partido 
lerdista. 

Cuando  Lerdo  asumió  la  presidencia,  el  país  en 
general  tenía  las  mayores  esperanzas  en  su  habili- 
dad como  gobernante  y  tenía  entera  confianza  de 
que  sabría  sostener  las  garantías  constitucionales. 
En  efecto,  á  raíz  de  la  muerte  de  Juárez,  era  Lerdo 
uno  de  los  presidentes  más  populares  que  había  te- 
nido México :  pero  desgraciadamente  no  respondió  á 
las  ilusiones  y  grandezas  que  su  partido  y  su  país 
habían  esperado  de  su  administración:  se  mostró 
desconfiado  y  de  estrecho  criterio,  se  puso  en  oposi- 


< 


EL  CARÁCTER  DE  DÍAZ.  117 

ción  con  todos  los  partidos  y  facciones  que  no  fueran 
el  suyo,  y  ambicioso  de  continuar  en  la  presidencia 
por  im  segundo  período,  falseó  el  resultado  de  las 
elecciones,  creyendo  demostrar  por  este  medio  que 
Díaz  había  perdido  su  popularidad.  En  su  arrogan- 
cia, intentó  plegar  por  la  fuerza  á  su  voluntad,  la  de 
todos  los  individuos,  facciones  y  partidos  que  no  es- 
taban de  acuerdo  con  su  gobierno  ni  con  su  política. 
De  este  modo  pronto  se  hizo  de  numerosos  enemi- 
gos, entre  los  cuales  descollaban  el  Vicepresidente 
Iglesias,  magistrado  de  la  Corte  Suprema,  y  Porfirio 
Díaz,  jefe  de  los  constitucionales ;  y  he  aquí  en  poco 
tiempo  al  hombre  cuya  habilidad  había  hecho  conce- 
bir tan  grandes  esperanzas  para  restaurar  en  Méxi- 
co el  reinado  del  orden  y  la  ley  en  el  interior  y  la 
confianza  en  el  exterior,  luchando  desesperadamente 
contra  una  oposición  formidable,  sin  otro  fin  que  el 
de  sostener  la  existencia  de  su  gobierno. 

Gran  contraste  hace  con  su  arrogancia,  excesi- 
va confianza  en  sí  mismo  y  su  falta  de  tacto  y  habili- 
dad como  organizador,  la  carrera  de  Porfirio  Díaz 
como  Presidente  de  México. 

Debido  á  la  circunstancia  de  que  una  fuerte  fac- 
ción postulaba  al  Vicepresidente  Iglesias  para  la  pre- 
sidencia constitucional  de  la  República,  otra  facción 
defendía  á  Lerdo  y  una  tercera  abogaba  por  Díaz,  la 
tarea  de  este  último  fué  bastante  difícil ;  dificultad  que 
se  aumentaba  por  el  hecho  de  que  las  montañas  se  en- 
contraban infestadas  de  guerrilleros  medio  políticos 
y  medio  bandidos,  que  proclamaban  un  día  al  jefe 
de  un  partido,  al  día  siguiente  al  otro  y  después  á  un 
tercero,  según  les  parecía  conveniente  á  sus  intere- 
ses particulares. 


CAPITULO  XLVIII. 

Grandes  cualidades  de  Díaz. 

Tanto  Lerdo  como  Iglesias,  de  estrecho  criterio 
y  de  ideas  extremistas,  habían  i^rovocado  amargas 
animosidades,  no  sólo  contra  sí  mismos,  sino  contra 
el  partido  de  Díaz,  y  el  país  se  encontraba  disidido 
en  tres  facciones  qne  se  atacaban  despiadadamente. 
Por  consiguiente,  y  como  antes  hemos  dicho,  la  tarea 
que  tenía  entre  manos  Porfirio  T3íaz  en  esta  ocasión, 
era  extremadamente  difícil,  y  requería  la  firmeza 
de  un  jefe  militar,  la  profunda  sabiduría  de  un  or- 
ganizador y  administrador  políticos  y,  sobre  todo,  la 
awda  inteligente  de  un  diplomático.  La  equidad  re- 
conocida de  Díaz,  su  deseo  evidente  de  reconciliar  to- 
dos los  partidos  en  interés  de  la  paz  y  del  bien  del 
I)aís,  su  amplitud  de  criterio  y  su  previsión,  comen- 
zaron á  manifestarse  desde  un  principio.  Su  enérgi- 
ca política  de  represión  en  todos  los  elementos  desor- 
denados que  habían  arruinado  al  país  durante  tan- 
tos años,  su  clemencia  para  con  sus  enemigos,  su 
deseo  evidente  de  aproAechar  en  su  administración 
á  todos  los  hombres  capaces,  cualesquiera  que  fuera 
su  partido  ó  credo  político,  siempre  que  tuvieran  bue- 
na A^oluntad  para  colaborar  con  él  en  la  inmensa  obra 
de  la  reconstrucción  del  país,  su  amnistía  á  los  emigra- 
dos políticos,  su  energía  para  mejorar  la  policía  de 
las  ciudades  y  de  los  distritos  rurales,  y  su  clara  ma- 
nifestación de  brillantes  dotes  administrativas,  le 
fueron  gradualmente  ganando  la  confianza  que  se 
le  había  mostrado  á  Lerdo  cuando  asumió  la  presi- 
dencia de  la  Eepública.  El  fracaso  de  la  administra- 
ción de  este  último,  que  había  seguido  tan  de  cerca 
á  las  ilusiones  y  esperanzas  que  todos  se  habían  for- 
mado de  su  habilidad,  había  tenido  por  resultado 
que  cundía  el  escepticismo  y  se  dudaba  ya  del  éxi- 
to de  cualquier  gobierno  que  se  estableciera  en  Mé- 


Parque  Castillo. 


Parque  Alberto  López. 


Puente  Guadalupe. 
VISTAS  DE  ORIZABA.  VER. 


GRANDES  CUALIDADES  DE  DÍAZ.  119 

xico.  Porfirio  Díaz  era  reconocido  por  todos  los  par- 
tidos como  hombre  fuerte  y  capaz,  no  obstante  lo 
cual,  el  sentimiento  general  cuando  él  entró  á  la  ca- 
pital de  la  Reptíblica  el  año  de  1876,  no  era  de  gran 
confianza  ni  de  esperanzas  para  lo  futuro.  Un  ban- 
quero prominente^  residente  en  México,  escribió  por 
ese  tiemj)o  en  la  más  estricta  confianza  á  una  casa 
extranjera,  que  otro  jefe  revolucionario  había  as- 
cendido á  la  presidencia ;  ''pero  la  situación  es  deses- 
perada, pues  no  es  posible  que  este  hombre  tenga  éxi- 
to, tomando  en  consideración  todas  las  facciones  y 
elementos  que  tiene  en  su  contra.  Pronto  seguirá  el 
camino  de  sus  predecesores  y  México  será  de  nuevo 
presa  de  la  guerra  civil." 

Un  prominente  periodista  americano,  que  aún  hoy 
trabaja  activamente  en  México,  relató  al  autor  sus 
experiencias  de  ese  i)eríodo.  Dice  que  hubo  gran  re- 
gocijo cuando  Porfirio  Díaz  entró  á  la  capital  de  la 
Reptíblica  en  1876,  pues  era  el  más  i^opular  de  los 
héroes  militares  del  día ;  pero  por  todos  lados  se  ma- 
nifestaban dudas  de  que  lograra  sostenerse  por  mu- 
cho tiempo,  con  tantos  elementos  hostiles  como  lo 
rodeaban.  Era  prevalente  la  idea  de  que  el  pueblo 
mexicano  se  había  aficionado  tanto  á  las  revolucio- 
nes, y  las  luchas  intestinas  habían  llegado  á  ser  ya 
tan  crónicas,  que  ni  avm  de  la  presencia  de  la  jefatu- 
ra del  gobierno  del  héroe  popular  de  las  guerras  del 
imperio  podía  esperarse  alivio,  ni  siquiera  tenii^o- 
ral,  á  los  males  que  aquejaban  á  la  nación.  El  gran 
Juárez  había  bajado  al  sepulcro  manifestando  su 
pesar  de  no  vivir  un  poco  más  de  tiempo,  para  lograr 
ver  á  su  país  afianzado  en  el  camino  del  orden,  la  ley 
y  la  libertad  política.  En  sus  últimos  momentos  pa- 
rece hal)er  previsto,  prof éticamente,  todas  las  difi- 
cultades y  peligros  que  esperaban  á  su  país.  El  mis- 
mo Lerdo,  reconocido  como  uno  de  los  más  distingui- 
dos estadistas  que  México  ha  producido,  hombre  á 
quien  la  opinión  pública  acreditaba  como  origina- 
dor  de  las  muchas  medidas  é  innovaciones  que  hicie- 
ron famosa  la  administración  de  Juárez  y  dado  lus- 


120  DÍAZ  T  MÉXICO. 

tre  á  su  nombre  á  los  ojos  de  los  historiadores  moder- 
nos y  de  los  grandes  estadistas  políticos  y  sociales ; 
el  mismo  Lerdo,  el  hombre  de  finas  maneras,  el  eru- 
dito, el  estadista  y  el  amigo  íntimo  y  discípulo  del 
gran  Juárez,  había  fracasado  ignominiosamente  y 
había  huido  del  país  dejando  tras  sí  anarquía,  ani- 
mosidades políticas,  bancarrota  y  un  sentimiento 
general  de  desesperación  en  todos  los  ámbitos  de  la 
Kepública.  ¿Cómo  podría,  pues,  Díaz,  rudo  soldado, 
esperar  tener  éxito  donde  hombres  aparentemente 
mejores  y  mejor  provistos,  habían  tan  señaladamen- 
te fracasado? 

Pero  los  que  hacían  estas  conjeturas  acerca  del 
nuevo  Jefe  del  Ejecutivo  de  México,  ignoraban  sus 
grandes  cualidades.  No  habían  percibido  la  prepa- 
ración que  este  notable  ciudadano  había  tenido  jiara 
la  difícil  tarea  de  que  se  había  hecho  cargo.  No  ha- 
cían justicia  á  la  habilidad  organizadora  que  había 
mostrado  cuando  con  un  puñado  de  hombres,  había 
expulsado  del  sur  del  país  á  las  fuerzas  imperialis- 
tas y  había  ganado  la  presidencia  i3ara  Juárez.  No 
habían  comprendido  la  habilidad  que  le  había  he- 
cho posible  alimentar  y  Aestir  á  su  ejército  y  pro- 
veerlo de  pertrechos  de  guerra  sin  los  abusos  de  la 
conscripción  obligatoria ;  ni  habían  podido  compren- 
der el  alcance  del  gran  trabajo  de  organización  que 
había  llevado  á  cabo,  no  obstante  las  atenciones  de 
la  guerra  y  la  continua  necesidad  en  que  se  veía  de 
cambiar  de  lugar  con  la  movilización  de  sus  fuerzas. 
En  pocas  palabras,  todos  aleccionados  por  los  con- 
tinuos fracasos  que  habían  experimentado  los  go- 
biernos anteriores  del  país,  y  la  inhabilidad  que  ha- 
bían mostrado  por  más  de  cincuenta  años  de  vida 
independiente,  no  creían  que  fuera  posible  que  un 
hombre  pudiera  librar  al  pueblo  mexicano  de  los  ma- 
los hábitos  y  vicios,  que  habían  llegado  á  ser  en  él 
una  segunda  naturaleza.  Pero  afortunadamente,  y 
sin  que  ellos  lo  supieran,  ya  había  nacido  el  hombre 
capaz  de  llevar  á  cabo  esa  inmensa  tarea,  y  ese  hom- 
bre tenía  ya  la  preparación  suficiente  para  la  em- 


GRANDES  CUALIDADES  DE  DÍAZ.  121 

presa  que  el  destino  le  iba  á  encomendar.  Compren- 
día las  condiciones  políticas  y  sociales  de  su  país  tan 
bien  ó  mejor  que  cualquier  hombre  en  esos  días; 
apreciaba  los  anbelos  y  necesidades  de  los  pobres 
tanto  como  las  aspiraciones  de  los  ricos;  veía  clara- 
mente y  mejor  que  ninguno  otro  el  cáncer  de  inesta- 
bilidad i^olítica  que  roía  las  entrañas  de  la  nación, 
y  había  ya  resulto  también  cuáles  eran  las  reformas 
que  imperiosamente  exigía  semejante  situación.  Pa- 
ra él,  pensar  y  resolver  era  obrar,  y  comenzó  á  obrar 
desde  el  día  en  que  hizo  su  entrada  triunfal  en  la 
ciudad  de  México.  Y  esta  actitud  i3ara  eradicar  toda 
clase  de  abusos  y  buscar  el  bien  del  país,  ha  sido 
constante  durante  toda  su  larga  administración  de 
treinta  años. 

Pero  si  bien  Díaz,  al  comprender  la  necesidad  de 
ciertas  reformas  no  perdía  tiempo  para  llevarlas  á 
cabo,  lo  hacía  siempre  poniendo  muy  especial  cuida- 
do y  atención,  y  dando  la  consideración  debida  á  to- 
da clase  de  dificultades  y  problemas  que  la  situación 
pudiera  presentar.  Siemj)re  que  ha  sido  necesario 
próntlutd  y  actividad  para  obrar,  nadie  le  hubiera 
podido  ganar  en  energía,  especialmente  si  se  trataba 
del  mantenimiento  de  la  paz ;  mas  si  el  problema  en 
cuestión  lo  ha  permitido,  tanto  él,  como  sus  conse- 
jeros y  colaboradores,  lo  han  siempre  estudiado  con 
la  mayor  atención.  La  colaboración  inteligente  en 
los  estudios  j^rofundos  y  de  trascendencia,  ha  sido 
siempre  la  válvula  de  seguridad  más  eficiente  en 
asuntos  públicos,  y  Porfirio  Díaz,  durante  su  larga 
administración,  siemj)re  ha  sabido  aprovecharla,  lo- 
grando así  constituir  un  gobierno  benéfico,  poderoso 
é  infiuyente.  Cada  resolución  tomada  por  su  gobier- 
no, cada  ley  que  ha  promulgado  y  cada  acuerdo  que 
se  ha  dado  para  corregir  abusos  públicos,  han  sido 
concienzudamente  discutidos  por  el  presidente  y  sus 
consejeros  de  confianza ;  y  la  i^oderosa  influencia  de 
estos  mismos  consejeros,  luego  se  ha  hecho  sentir  en 
el  Congreso;  pues  estando  perfectamente  informa- 
dos é  ilustrados,  casi  siempre  han  logrado  conquis- 


122  DÍAZ  T  MÉXICO. 

tar  la  a  olimtad,  aúii  de  los  congresos  más  refracta- 
rios, á  favor  de  sus  proyectos,  los  que  siempre,  muy 
luego  erau  reconocidos  como  sanos  y  benéficos. 

El  admirable  poder  y  habilidad  que  tiene  Porfi- 
rio Díaz  de  conquistar  á  los  hombres  á  sus  ideas 
y  opiniones,  es  uno  de  sus  más  notables  caracterís- 
ticos ;  y  este  admirable  poder,  siempre  lo  ha  manifes- 
tado sin  la  más  pequeña  exhibición  ajjarente  de  fuer 
za.  Esta  gran  habilidad  es  debida  á  su  gran  fuerza 
de  carácter,  á  su  sincero  deseo  de  siem^ire  enterarse 
á  fondo  de  las  situaciones  que  se  i^resentan  y  á  su 
labor  amiciosa  por  la  grandeza  y  prosperidad  del 
país.  Durante  su  larga  administración,  todas  las  me- 
didas de  su  gobierno  no  han  tenido  otro  objeto  en 
mira.  Ha  logrado  que  las  facciones  políticas  del  pa- 
sado desaparezcan,  ó  por  lo  menos  las  ha  nulificado 
por  completo,  y  ha  logrado  que  hoy  no  exista  en 
México  más  que  un  partido :  el  de  "Paz,  prosperidad 
y  progreso,"  grito  de  batalla  del  partido  de  Díaz. 

Gradualmente  los  resultados  de  la  política  de 
Díaz  se  fueron  i^oniendo  en  evidencia.  La  paz  trajo 
consigo  nuevas  oportunidades  y  camino  de  acción  á 
los  hijos  de  las  clases  alta  y  media;  riquezas  que  du- 
rante muchos  años  habían  permanecido  ocultas,  co- 
menzaron á  aparecer  tímidamente;  capitalistas  ex- 
tranjeros que  habían  vigilado  con  mirada  crítica  la 
carrera  de  Porfirio  Díaz  como  Primer  Magistrado 
de  la  Xación  mexicana,  comenzaron  á  adquirir  con- 
fianza y  á  inA'ertir  sus  capitales  en  negocios  del  país ; 
y  luego  se  iniciaron  la  obra  colosal  de  construcción 
ferrocarrilera  y  las  grandes  mejoras  en  la  minería 
y  en  la  industria  en  general,  que  siempre  honrarán 
y  quedarán  asociadas  á  la  administración  de  Díaz. 

Todo  esto  es,  en  sí  mismo,  digno  de  cuidadoso  es- 
tudio, para  aquel  que  quiera  darse  cuenta  de  lo  que 
significa  el  General  Díaz  en  la  historia  del  México 
moderno;  pero  tiene  aún  mayor  significación  y  tras- 
cendencia que  la  que  aparece  tener  á  primera  vista 
por  las  actuales  ventajas  materiales  que  han  nacido 
al  haberse  despertado  la  confianza  y  el  interés  en 


GRANDES  CUALIDADES  DE  DÍAZ.  123 

México,  donde  quiera  que  los  capitales,  tanto  de  la 
nación  como  extranjeros,  lian  encontrado  segura  in- 
versión; pues  ningún  gran  cambio  de  esta  natura- 
leza puede  tener  lugar,  sin  dejar  marca  indeleble  en 
las  condiciones  sociales,  políticas  é  industriales  de 
un  país. 

Estas  tres  condiciones  están  inseparablemente 
asociadas  en  todos  los  países,  ya  para  el  bien,  ya  pa- 
ra el  mal,  de  acuerdo  con  los  medios  usados  por  el 
gobierno  y  la  sabiduría  de  su  administración ;  y  Mé- 
xico, durante  su  vida  de  República,  no  ha  sido  ex- 
cepción á  la  regla,  aunque  desgraciadamente  en  su 
caso,  el  mal  lia  dominado  siempre  al  bien.  Las  ten- 
dencias de  las  administraciones  de  Juárez  y  Lerdo, 
fueron  en  lo  general  decididamente  por  el  bien;  pe- 
ro Juárez,  aunque  hombre  de  admirable  determina- 
ción y  tenacidad,  y  el  hombre  que  verdadei'amente  se 
necesital)a  para  hi  em])resa  que  llevó  á  cabo,  adole- 
cía en  gran  parte,  de  la  falta  de  magnetismo  ó  in- 
influeiicia  personal  que  le  hicieron  posible  á  Díaz 
atraerse  hombres  de  todas  las  facciones  y  credos  po- 
líticos y  religiosos,  y  hacer  de  ellos  sus  amigos  y  par- 
tidarios más  sinceros.  Igual  cosa  que  de  Juárez  jme- 
de  decirse  de  Lerdo,  aunque  en  grado  más  eminente. 
Estos  dos  ciudadanos,  cuyos  nombres  ocuparán  siem- 
pre lugares  de  los  más  prominentes  en  la  historia 
de  México,  fueron  demasiado  acozados  por  las  ten- 
dencias revolucionarias  de  sus  tiempos,  y  por  los 
muchos  problemas  políticos,  sociales  é  industriales 
con  que  tenían  que  luchar  para  que  los  resultados 
de  su  labor  fueran  satisfactorios.  Ambos  trabajaron, 
cada  uno  de  su  modo,  por  la  prosperidad  de  su  país 
y  fueron  buenos  patriotas.  Y  lo  mismo  que  decimos 
de  ellos  se  puede  decir  de  multitud  de  ciudadanos 
notables,  cuyos  nombres  adornan  las  páginas  de  la 
historia  de  México ;  pero  ningimo  de  todos,  por  gran- 
de que  pueda  haber  sido  en  cualquier  respecto,  llegó 
á  reunir  las  cualidades  que  han  hecho  de  Porfirio 
Díaz  el  más  distinguido  jefe  militar,  gobernante  y 
administrador  que  la  República  de  México  ha  teni- 


124  DÍAZ  T  MÉXICO. 

do.  Los  resultados  de  su  política  en  los  distintos  ra- 
mos de  su  gobierno,  son  por  consiguiente  muy  intere- 
santes. 

La  inversión  gradual  de  cajíitales  nacional  y  ex- 
tranjeros en  la  Eei)tlblica,  la  fundación  de  industrias 
nuevas,  el  aumento  de  las  tierras  dedicadas  á  la  agri- 
cultura, la  construcción  de  caminos  y  comunicacio- 
nes por  todos  los  ámbitos  del  país,  la  ampliación  y 
dragado  de  puertos,  y  en  general,  la  implantación  de 
mejoras,  con  frecuencia  de  gran  magnitud,  por  do- 
quier, lia  abierto  inmensos  horizontes  á  las  energías 
de  la  actual  generación  de  jóvenes  de  todas  las  cla- 
ses sociales,  desde  el  hijo  del  labriego  inculto,  hasta 
los  vastagos  de  las  familias  más  ricas  y  encumbra- 
das del  país.  De  lo  que  resulta,  que  la  juventud  ya  no 
acoza  al  gobierno  con  peticiones  de  empleos  y  gran- 
jerias, pues  todo  el  que  sinceramente  quiere  traba- 
jar, i^uede  encontrar  buenos  empleos,  siempre  que 
tenga  la  suficiente  capacidad  para  llenarlos  satis- 
factoriamente. Los  jornales  y  salarios  de  toda  clase 
se  han  más  que  doblado  durante  la  administración 
de  Díaz,  y  numerosas  oportunidades  de  trabajo,  que 
nunca  habían  existido  en  México,  han  sido  aliiertas 
á  los  hijos  de  las  familias  necesitadas ;  y  de  este  mo- 
do, como  se  comprenderá  fácilmente,  las  causas  de 
inquietud  iDolítica  que  fueron  fuentes  constantes  é 
inminentes  de  ])eligro  para  las  varias  administracio- 
nes desde  1821  hasta  187G,  han  sido  en  su  mayor  par- 
te eradicadas.  No  hay  hoy  en  México  revolucionarios, 
por  la  sencilla  razón  de  que  no  hay  motÍA^os  para  ha- 
cer revoluciones.  Podrá  el  populacho  hablar  excita- 
damente  de  levantamientos,  cuando  algún  jefe  ambi- 
cioso del  molde  antiguo  proclama  sus  ideas  revolu- 
cionarias ;  pero  podemos  estar  seguros,  que  esto  nun- 
ca pasa  de  charla.  Hay  hoy  en  México  por  donde  quie- 
ra trabajo  para  todos ;  los  empleados  públicos  están 
hoy  pagados  mejor  que  nunca  en  la  historia  de  la  Re- 
pública ;  las  familias  de  la  clase  media  están  hoy  me- 
jor alojadas,  mejor  alimentadas  y  mejor  vestidas 
que  antes ;  y  el  país,  cual  un  joven  gigante,  extiende 


Edificios  Modekxos  de  México. 


GRANDES  CUALIDADES  DE  DÍAZ.  Uo 

SUS  iumensos  miembros  llenos  de  energía  por  todas 
direcciones.  La  política  de  paz  y  justicia,  orden  y 
ley,  y  "mucha  administración  y  poca  política,"  anun- 
ciada por  Porfirio  Díaz  hace  años,  ha  producido  ya 
abundante  fruto  con  la  prosperidad  y  felicidad  de 
que  hoy  goza  el  pueblo ;  y  los  que  hablan  ligera  é  im- 
pensadamente de  revoluciones  en  México,  presentes 
ó  futuras,  cuentan  muy  poco  con  las  inmensas  fuer- 
zas que  trabajan  continuamente  para  evitar  seme- 
jante contingencia.  Aunque  el  trabajo  por  la  paz  se 
puede  decir  que  acaba  de  ser  comenzado,  ha  sido  he- 
cho sobre  sólidos  cimientos,  para  bien  de  la  Nación 
y  beneficio  de  los  constructores  que  sucedan  al  crea- 
dor del  México  moderno,  j  solamente  los  más  desca- 
bellados disparates,  pueden  hacer  peligrar  la  esta- 
bilidad del  magnífico  edificio  que  deberá  ser  conti- 
nuado por  las  generaciones  futuras. 


CAPITULO  XLIX. 

La  Situación  política  de  México- 

Muchas  acusaciones  se  lian  lieclio  contra  la  admi- 
nistración i)olítica  de  México.  Algunas  de  ellas  son 
en  parte  justas,  aunque  por  lo  general,  no  se  puede 
culpar  á  la  administración,  j)or  la  sencilla  razón  de 
que  por  grande  que  pueda  ser  y  i^or  poderoso  que  se 
pueda  creer  al  Primer  Magistrado  de  la  Nación  me- 
xicana, su  mano  guiadora  se  encuentra  siempre  for- 
zada por  ciertas  condiciones  que  siempre  lo  rodean 
y  de  las  cuales  no  puede  libertarse.  El  General  Díaz, 
aunque  parezca  una  excepción  á  esta  regla,  á  aque- 
llos que  no  comi^renden  á  fondo  la  situación  de  Mé- 
xico, se  encuentra  directa  é  indirectamente  tan  ata- 
do por  esas  mismas  condiciones  como  sus  anteceso- 
res en  la  silla  presidencial.  La  imica  ventaja  que  ha 
tenido  sobre  todos  ellos  ba  sido,  que  ba  sabido  cómo 
aprovecharse  de  las  circunstancias  adversas,  convir- 
tiéndolas del  modo  más  hábil  á  su  favor. 

Se  ba  lanzado  la  acusación  de  que  no  hay  libertad 
política  en  México,  y  que  por  consiguiente  el  pueblo, 
ya  individualmente  ó  como  nación,  ha  perdido  toda 
iniciativa.  Esto  es  cierto  solamente  en  izarte.  Fué  el 
gobierno  de  España  y  no  el  gobierno  de  Díaz  el  que 
destruj^ó  toda  iniciativa,  tanto  política  como  indivi- 
dual, en  el  pueblo  mexicano.  Inmediatamente  des- 
pués del  establecimiento  de  la  República,  México  se 
podía  comparar  á  un  inmenso  gigante  sin  cabeza.  Ha- 
bía entonces,  como  hay  hoy,  y  como  ha  habido  siem- 
pre durante  todo  el  período  que  lleva  de  vida  la  Ke- 
pública,  abundancia  de  energía  é  iniciativa  mal  di- 
rigida y  malamente  impulsada.  La  libertad  política 
era  comprendida  como  licencia  política  é  individual. 
La  sinceridad  hacia  el  partido  era  cualidad  casi  des- 
conocida ;  y  los  jefes  de  partido  únicamente  servían 
la  política  del  momento,  siendo  su  suerte  con  seguri- 


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LA  SITUACIÓN  política  DE  MÉXICO.  127 

dad,  ser  heclios  á  un  lado  sin  el  menor  escrúpulo  de 
conciencia,  siempre  que  las  exigencias  de  la  ocasión 
ó  la  ambición  de  los  miembros  poderosos  del  partido 
lo  requerían.  Era  el  fruto  de  la  falta  de  cohesión  en 
los  miembros  de  los  partidos  políticos,  de  la  falta  ab- 
soluta de  sinceridad,  de  la  ausencia  de  una  políti- 
ca fuerte  y  grande  que  tuviera  el  poder  de  atraer  á 
todos  los  miembros  del  partido  y  mantenerlos  uni- 
dos, haciendo  caso  omiso  de  intereses  personales  y 
de  facciones  ó  de  ambiciones  egoístas,  que  eran  la 
maldición  de  la  República.  Iniciativa  había  bastante 
en  el  país,  y  bastante  hay  hoy  también.  Pero  hay 
una  gran  diferencia  entre  la  iniciativa  del  período  an- 
terior á  Díaz  y  la  iniciativa  del  tiemj)o  actual.  La 
iniciativa  de  los  días  turbulentos  que  jjrecedieron  á 
la  administración  presente,  era  necesariamente  en 
su  mayor  parte  de  naturaleza  política,  y  decimos  po- 
lítica, para  dignificar  con  un  buen  nombre  una  mala 
condición  de  asuntos;  debíamos  decir,  considerando 
bien  la  situación  de  México  durante  ese  tiempo  de 
la  Repiiblica,  faccionalista  y  cabalística  en  extremo. 
Es  cierto  que  todos  los  jefes  revolucionarios  anuncia- 
ban sus  levantamientos  con  protestas  de  fidelidad 
al  pueblo  y  á  los  principios  de  democracia.  Pero  tan- 
to estas  protestas  como  los  planes  que  la  acompaña- 
ban eran  parte  del  tinte  pintoresco  de  la  política  del 
día.  Era  como  el  sonido  de  la  banda  que  atrae  la 
gente  al  circo.  Cierto  es  también  que  hubo  algunos 
políticos  realmente  grandes  y  notables,  como  Juárez 
y  Comonfort,  quienes  con  toda  fe  se  esforzaron  por 
llevar  á  la  práctica  los  i^rincipios  porque  habían  abo- 
gado; pero  las  mismas  circunstancias  hicieron  que 
sus  hechos  quedaran  muy  atrás  de  sus  promesas.  Por 
consiguiente,  lo  que  Juárez  logró  realizar  no  obstan- 
te los  innumerables  obstáculos  que  encontró,  y  la 
determinación  con  la  cual  siguió  sus  planes  hasta  el 
final,  debe  ser  el  criterio  que  sirva  j)ara  juzgar  á  los 
primeros  magistrados  de  la  nación  mexicana. 

Por  consiguiente,  la  iniciativa  en  política  del  pe- 
ríodo anterior  á  Díaz  en  el  gobierno  de  México,  era 


128  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

de  irresponsabilidad  liacia  los  partidos  políticos,  de 
ambiciones  personales,  de  animosidades  y  falta  com- 
pleta de  sinceridad  y  fe.  La  iniciativa  que  había  en 
esos  días  era,  como  hemos  dicho  jr,  principalmente 
de  naturaleza  política;  tomando  la  exi^resión  en  el 
sentido  restringido  que  arriba  hemos  indicado.  El 
ejército  y  el  gobierno  eran  los  dos  caminos  abiertos 
á  las  ambiciones  de  los  hombres  ambiciosos  de  esos 
días.  Por  consiguiente,  estos  departamentos  del  Es- 
tado se  encontraban  llenos  de  políticos  y  politicas- 
tros de  las  i^eores  descripciones,  de  bribones  y  de 
asesinos,  todos  hombres  que  estaban  dispuestos  á 
desertar  de  sus  jefes  y  de  su  partido  el  mismo  mo- 
mento que  cre3^eran,  que  haciéndolo,  podían  adelan- 
tar sus  intereses  personales. 

Pero  el  campo  de  iniciativa  ha  sido  cambiado  ho}^ 
bajo  el  régimen  de  Díaz.  La  fuerza  de  carácter  del 
actual  Jefe  del  Ejecutivo  de  la  Nación,  su  magne- 
tismo personal,  y  la  reputación  que  se  ganó  durante 
las  guerras  del  imperio  como  gran  General  y  valien- 
te soldado,  le  han  proporcionado  suficiente  influencia 
para  poder  reunir  a  su  rededor  un  gabinete,  y  un  nú- 
mero tan  grande  de  admiradores  y  partidarios,  con 
fuerza  suficiente  para  resistir  las  tendencias  fatales 
de  las  administraciones  pasadas.  Ha  hecho  posible 
en  México  la  política  de  partido;  ha  enseñado  fe  y 
sinceridad  políticas  a  sus  partidarios ;  y  les  ha  dado 
un  fin  útil  en  que  emplear  sus  energías  y  una  admi- 
nistración que  hará  avanzar  la  nación  y  el  pueblo 
mexicano.  Les  ha  mostrado  del  modo  más  claro  y  con- 
creto, que  esta  política  habré  puertas  hasta  hoy  ce- 
rradas fuertemente  al  pueblo  considerado  en  gene- 
ral ;  oportunidades  mil  Aceces  mayores  de  las  que  pu- 
do imaginarse  dicho  pueblo  bajo  cualquier  otra  ad- 
ministración anterior.  Y  así,  Díaz  ha  encauzado  las 
energías  del  pueblo  de  México  hacia  el  comercio,  las 
artes  industriales,  la  agricultura  y  la  explotación 
de  grandes  empresas.  Les  ha  abierto  los  mercados  de 
los  Estados  Unidos,  Canadá,  Sud-América  y  Euro- 
pa. Ha  puesto  á  trabajar  sus  energías  en  direccio- 


LA  SITUACIÓN  POLÍTICA  DE  MÉXICO.  120 

nes  que,  en  lugar  de  ser  una  amenaza  constante  pa- 
ra la  Eepíiblica,  están  siendo  un  beneficio  duradero. 
En  una  j)alabra,  la  inquietud  y  el  espíritu  revolucio- 
nario de  las  administraciones  anteriores,  que  los  opo- 
sitores políticos  de  Díaz  deploran  tanto,  no  ban  sido 
ahogados,  como  ellos  aseguran,  sino  simplemente  en- 
cauzados por  otros  canales.  La  gran  masa  del  pueblo 
mexicano  se  mantiene  hoy  ocupada  en  acumular  ri- 
quezas con  el  sentimiento  de  la  mayor  seguridad,  lo 
que  le  permite  gozarlas  con  toda  tranquilidad.  La 
misma  circunstancia,  de  que  permite  con  la  mejor  vo- 
luntad y  sin  la  menor  protesta,  que  el  gobierno  de 
Díaz  arregle  las  cosas  de  modo  que  mejor  le  parezca, 
es  una  prueba  palmaria  de  que  Díaz  ha  cambiado  ad- 
mirablemente su  índole,  esto  es,  la  índole  del  pueblo 
mexicano.  La  acusación  hecha  por  sus  enemigos — 
pues  todo  hombre  en  su  vida  pública,  i)or  más  popu- 
lar que  sea,  tiene  enemigos — de  que  Díaz  ha  destrui- 
do la  iniciativa  del  pueblo,  refiere,  como  claramente 
lo  manifiestan  ellos,  á  la  iniciativa  política.  Tomada 
la  cuestión  en  este  sentido,  es  un  cumplimiento  di- 
recto que  se  tributa  á  la  administración  del  General 
Díaz ;  jiues  significa  que  el  agitador  de  profesión  ha 
sido  sei^arado  de  sus  caminos  torcidos,  é  inducido  á 
hacer  uso  de  su  energía  superabundante  en  bien  de 
su  país,  empleándola  en  el  campo  de  la  actividad 
comercial  é  industrial.  Quiere  decir  que  la  hirviente 
caldera  de  desasosiego  político,  ha  sido  retirada  del 
fuego  que  la  mantenía  en  ese  estado;  que  los  asun- 
tos de  la  administración  son  atendidos  hoy  por  hom- 
bres de  negocios,  que  consideran  con  calma  todo  pa- 
so que  dá  la  administración,  y  estudian  cuidadosa- 
mente todas  las  cuestiones  que  afectan  al  bienestar 
público.  En  otras  i^alabras,  la  ley  y  el  orden  han  ocu- 
pado el  lugar  de  la  lucha,  del  desorden,  de  la  intran- 
quilidad política  y  de  la  falta  de  sinceridad  de  ad- 
ministraciones anteriores.  México,  considerado  en  ge- 
neral, ha  reconocido  la  dedicación,  habilidad  y  bue- 
na fe  de  la  administración  actual.  A  los  agitadores 
políticos  se  les  ha  obligado  á  emplear  sus  energías 


130  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

en  otros  terrenos  que  les  ha  proporcionado  el  infati- 
gable trabajo  de  la  administración,  al  favorecer  de- 
cididamente y  con  la  mayor  energía,  la  paz,  prospe- 
ridad y  desarrollo  del  país  en  general.  En  efecto,  el 
México  mercantil  de  hoy,  no  proporciona  campo  pa- 
ra la  "iniciativa,"  que  se  distinguió  tanto  durante 
más  de  medio  siglo  en  mantener  el  país  en  estado  de 
revuelta,  de  intrigas  de  i^artido  y  de  casi  constante 
guerra  civil. 

Por  lo  general,  todos  aquellos  que  acusan  al  go- 
bierno de  Díaz  de  haber  destruido  la  iniciativa  del 
pueblo,  están,  ó  mal  informados  en  lo  que  refiere  al 
verdadero  significado  de  la  historia  política  de  Mé- 
xico, desde  el  establecimiento  de  la  Eepública  hasta 
el  año  de  1876,  ó  pertenecen  á  la  clase  chasqueada  de 
políticos  de  cuño  especial,  que  á  causa  de  sus  obvias 
tendencias  revolucionarias,  no  han  encontrado  la  me- 
nor simpatía  á  los  ojos  de  la  presente  administra- 
ción. A  ellos  les  gustaría  traer  de  nuevo  "los  buenos 
tiempos  de  antaño,"  los  cuales,  como  buenos,  real- 
mente nunca  existieron.  Pues  los  días  del  pasado, 
considerados  bajo  los  puntos  de  vista  económico,  in- 
dustrial, comercial,  de  progreso  ó  político,  estaban 
muy  lejos  de  ser  buenos. 

Indudablemente,  llegará  el  día  cuando  la  masa 
del  pueblo  de  México  tomará  un  interés  mucho  ma- 
yor en  el  gobierno  del  país  que  el  que  pueda  haber  to- 
mado en  el  pasado  y  toma  en  el  presente;  pero  será 
un  interés  sano  y  saludable;  será  el  interés  de  un 
pueblo  educado  é  inteligente,  que  apoya  á  su  gobier- 
no porque  representa  los  intereses  sólidos  que  el  mis- 
mo pueblo  ha  adquirido.  Actualmente,  el  pueblo  de 
México  está  vivamente  interesado  en  la  nueva  vida 
nacional  que  los  últimos  veinte  años  han  puesto  en 
juego.  Siente  que  le  corre  por  las  venas  la  sangre 
oxigenada  de  esta  nueva  vida;  y  que  sus  energías 
se  aumentan  y  adquieren  nuevas  fuerzas  con  cada 
movimiento  que  ejecuta.  De  un  modo  indistinto,  siente 
que  el  gobierno  es  bueno,  porque  le  ha  proporcionado 
una  protección  como  nunca  había  tenido,  porque  le 


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LA  SITUACIOJÍ  política  DE  MÉXICO,  m 

ha  creado  nuevas  oportunidades,  y  porque  ha  des- 
pertado la  clase  media  á  la  vida,  clase,  que,  se  puede 
decir,  no  existía  antes.  Este  sentimiento  es  general 
por  todo  el  país.  Los  ciudadanos  hablan  de  política 
hoy,  como  en  cualquier  otro  país,  y  sacuden  la  cabe- 
za y  piensan  qué  sucederá  cuando  el  General  Díaz 
deje  las  riendas  del  poder.  Pero  si  se  pregunta  á  ca- 
da uno  de  estos  individuos  acerca  de  su  opinión  par- 
ticular de  la  situación  actual,  dirá  en  confianza  que 
no  tiene  deseos  de  ver  dificultades  en  México,  y  que 
sus  intereses  particulares  valen  más  para  él  que  los 
planes  y  esquemas  de  los  generales  y  de  los  políticos. 
Esta  es  la  actitud  tomada  por  noventa  y  nueve  indi- 
viduos de  cada  cien.  Es  la  expresión  del  sentimiento 
general  por  todo  México.  Y  el  sentimiento  general  es 
la  expresión  de  la  vida  real  de  la  nación.  Cuando  el 
pueblo  en  general  tiene  el  sentimiento  de  que  la  paz 
que  ahora  bendice  á  la  nación,  no  debe  ser -alterada, 
ese  mismo  hecho  es  la  mejor  garantía  de  paz  que 
pueda  tenerse. 

Hay  varios  ciudadanos  entre  los  miembros  del 
gabinete  de  Díaz,  que  son  suficientemente  capaces 
para  tomar  la  dirección  de  los  asuntos  de  la  Eepú- 
blica  el  día  en  que  se  retire  el  General  Díaz.  No  es 
México  ya  una  aglomeración  de  ambiciones  hostiles 
y  políticos  sin  conciencia.  Díaz  ha  creado  un  partido 
que  se  mantiene  unido  para  guardar  la  paz  á  toda 
costa.  Casi  todos  son  hombres  de  gran  riqueza  ó  in- 
fluencia, y  toda  esa  influencia  será  puesta  en  la  ba- 
lanza del  lado  de  la  paz ;  y  cualquiera  que  pretendie- 
ra perturbarla,  tendría  que  habérselas  con  este  par- 
tido político.  Porque  en  realidad,  no  es  México  como 
generalmente  se  supone,  una  dictadura,  sino  que  es 
una  oligarquía,  cuyos  miembros  están  ligados  por 
intereses  comunes ;  los  cuales  están  identificados  con 
la  prosperidad  y  el  progreso  del  país  y  con  la  conser- 
vación de  la  paz  á  todo  trance. 

Como  hemos  manifestado  ya  antes,  actualmente 
no  se  ha  intentado  en  México  ejercer  censura  sobre 
la  prensa.  Todo  periódico,  de  cualquier  clase  que  sea, 


1  Í2  DÍAZ  Y  3IEXirO. 

es  libre  para  imprimir  lo  que  le  parezca.  Pero  el  go- 
bierno, con  toda  razón,  se  manifiesta  severo  contra 
toda  publicación  de  naturaleza  anárquica  ó  revolu- 
cionaria ;  porque  éstas  son  las  maldiciones  que  pro- 
dujeron mayores  males  á  la  República  durante  más 
de  cincuenta  años  de  su  historia.  Los  gobiernos  de- 
ben gobernar  de  acuerdo  con  las  condiciones  que  pre- 
senta el  país  cuya  suerte  tienen  en  sus  manos.  En  un 
país  como  México,  donde  la  regla  es  la  ignorancia,  el 
analfabetismo  y  la  carencia  completa  del  conocimien- 
to más  elemental  de  las  funciones  y  objetos  del  go- 
bierno, donde  el  pueblo  es  fácilmente  excitable,  y  á 
causa  de  su  misma  ignorancia,  fácilmente  desviado 
por  los  demagogos,  sería  un  abandono  criminal  de 
parte  de  un  gobierno  permitir  al  agitador  político 
estimular  las  pasiones  del  pueblo,  para  beneficiar  los 
propios  fines  del  mismo  agitador ;  ya  fueran  éstos  el 
resultado  de  una  política  honrada  pero  equivocada, 
ó  ya  fueran  únicamente  fruto  de  ambición  personal. 
Aquí  de  nuevo  debemos  indicar,  que  el  crítico  de  Mé- 
xico que  no  estudia  cuidadosamente  las  premisas  del 
caso,  es  del  todo  incapaz  de  juzgar  las  acciones  del 
gobierno  mexicano.  Hubo  tiempo  en  que  el  gobierno 
se  vio  obligado  á  ejercer  censura  sobre  la  prensa  pa- 
ra impedir  que  escritores  sin  escrúpulos  incitaran 
las  masas  á  la  insurrección;  pues  lo  que  más  necesi- 
taba México,  sobre  todas  las  cosas,  era  gozar  de  una 
paz  prolongada  para  poder  desarrollar  sus  propios 
recursos.  Los  opositores  del  gobierno  de  Díaz  que  pre- 
tenden que  la  prensa  de  México  tiene  cortapisas  en 
la  actualidad,  son  injustos ;  pues  la  prensa  en  México 
es  mucho  más  libre  que  en  muchos  países  de  Europa. 
En  efecto,  como  antes  hemos  manifestado,  no  se  ejer- 
ce absolutamente  censura  alguna  en  las  publicacio- 
nes de  toda  naturaleza  que  se  hacen  en  la  Repúbli- 
ca. Pero  todos  aquellos  que  emprenden  la  tarea  de 
enseñar  doctrinas  subversivas,  son  llamados  por  la 
ley  á  responder  por  la  violación  de  la  misma.  Esta 
es  la  misma  línea  de  conducta  que  se  observa  en  los 
Estados  Unidos,  nación  orgullosa  de  su  libertad  po- 


Monumento  de  la  Independencia,  México,  D.  F. 


LA  SITUACIÓN  POLÍTICA  DE  MÉXICO.  133 

lítica.  En  México,  sin  embargo,  á  causa  de  las  condi- 
ciones sociales  que  son  tan  diferentes  de  las  de  los 
Estados  Unidos,  sería  la  mayor  locura  permitir  á 
los  agitadores  políticos  poner  en  peligro  la  paz  del 
país,  tolerando  la  agitación  de  un  populadlo  densa- 
nieníe  ignorante,  incapaz  de  comprender  los  princi- 
pios más  elementales  relativos  á  la  política  de  su  go- 
bierno. La  actitud  del  gobierno  hacia  la  prensa  es  de 
no  intervención,  á  menos  que  la  acción  de  la  última 
venga  á  ser  subversiva  para  la  paz  del  país.  Absolu- 
tamente, todos  los  casos  de  difamación  no  son  de  la 
incumbencia  del  gobierno,  sino  del  individuo  difa- 
mado, lo  cual  prueba,  como  arriba  bemos  indicado,  la 
actitud  de  no  intervención  que  asumen  las  Autorida- 
des supremas  de  la  Kepública  en  esta  clase  de  asun- 
tos. 


CAPITULO  L 

Relaciones  exteriores 

Cuando  el  actual  gobierno  de  México  subió  al  po- 
der, liace  cerca  de  treinta  años,  pocas  de  las  naciones 
del  mundo  manifestaban  gran  interés  por  mantener 
relaciones  diplomáticas  con  la  nación  y  el  servicio 
consular  extranjero  era  raquítico  é  inadecuado.  Es- 
te estado  de  cosas  era  debido  á  una  diversidad  de  cau- 
sas, entre  las  cuales  figuraba  como  la  principal,  la 
circunstancia  de  que  las  casi  perennes  condiciones 
caóticas  en  que  México  se  había  mantenido  durante 
medio  siglo,  habían  impedido  el  desarrollo  de  su  co- 
mercio, tanto  interior  como  exterior,  y  el  de  sus  in- 
dustrias, de  tal  modo,  que  el  país  fué  puesto  en  una 
condición  en  que  le  era  imposible  ofrecer  ningún  ali- 
ciente que  invitara  á  promover  la  extensión  de  sus 
relaciones  exteriores. 

Pero  durante  el  último  tercio  de  siglo,  la  impor- 
tancia que  ha  adquirido  el  comercio  mexicano  ha 
atraído  la  atención  de  todas  las  naciones  de  Europa 
y  América,  y  hoy  apenas  se  encuentra  una  nación 
civilizada  en  el  mundo  que  no  esté  representada  de 
algún  modo  en  la  Eepública,  ya  sea  por  un  ministro 
acreditado  en  toda  forma,  ó  ya  sea  por  un  cónsul  ó 
agente  local.  Esto  no  es  sino  el  resultado  del  admira- 
ble desarrollo  del  comercio  de  México,  de  la  gran 
mejora  que  ha  tenido  lugar  en  sus  relaciones  interio- 
res y  de  la  buena  situación  de  las  condiciones  genera- 
les del  país.  La  prosperidad  y  el  desarrollo  en  todas 
las  esferas  del  progreso  han  seguido  al  estableci- 
miento del  gobierno  bajo  una  base  firme,  y  la  paz  con- 
tinuada de  que  se  ha  disfrutado,  ha  hecho  atractivas 
las  muchas  ventajas  naturales  que  esta  Eepública 
puede  ofrecer  al  capitalista  extranjero. 

No  hace  aún  muchos  años  cuando  prácticamente 
ninguna  de  las  repúblicas  de  la  América  del  Sur  con- 


RELACIONES  EXTERIORES.  135 

sideraba  que  valiera  la  pena  estar  representada  en 
México  por  diplomáticos  y  agentes  consulares.  Para 
dichos  países  no  tenía  esta  Kepública  en  ese  enton- 
ces alicientes  que  ofrecer;  á  lo  cual  se  agregaba  que 
los  servicios  tardíos  é  insuficientes  de  A^apores  entre 
los  puertos  de  México  y  de  Centro  y  Sud  América  ha- 
cían las  comunicaciones  difíciles  y  poco  satisfacto- 
rias. Y  así,  el  más  grande  de  los  países  Mspano-ame- 
ricanos  vivía  apartado  de  las  otras  antiguas  colo- 
nias americanas  de  España  que  tiene  al  sur,  con  ex- 
cei^ción  de  Guatemala;  con  la  cual  ha  mantenido 
siempre  relaciones  de  carácter  más  ó  menos  íntimo, 
debido  á  la  proximidad  de  ambas  naciones,  á  la  co- 
munidad de  intereses  que  existen  entre  los  pueblos 
de  las  dos  Repúblicas  á  lo  largo  de  la  línea  fronteri- 
za y  al  constante  intercambio  de  productos  entre  am- 
bos países. 

Se  puede  decir  que  México,  hace  un  tercio  de  si 
glo,  prácticamente  no  tenía  agentes  consulares  acre- 
ditados en  el  extranjero  que  vigilaran  por  los  inte 
reses  del  país ;  mientras  que  actualmente  tiene  en  el 
servicio  consular  cuatrocientos  agentes,  todos  ellos 
experimentados  j  competentes.  Este  solo  hecho  de- 
muestra el  crecimiento  en  la  importancia  de  sus  re- 
laciones con  los  países  extranjeros ;  é  incidentalmen 
te  es  también  una  indicación,  del  lugar  que  se  ha  con- 
quistado entre  las  naciones  del  mundo  en  el  espacio 
de  tiempo  relativamente  corto,  que  ha  transcurrido 
desde  que  la  administración  de  Díaz  se  hizo  cargo 
del  destino  de  la  Nación.  El  número  de  agentes  con- 
sulares en  cada  país  es  una  Imena  indicación  de  la 
importancia  de  las  relaciones  entre  México  y  ese  país 
en  particular. 

Como  es  natural  esperar,  los  Estados  Unidos  figu- 
ran á  la  cabeza  en  el  número  de  representantes  con- 
sulares mexicanos  que  tienen  acreditados  actualmen- 
te en  sus  ciudades,  elevándose  dicho  número  á  no- 
venta y  uno.  Estos  representantes  se  encuentran  dis- 
tribuidos entre  todas  las  ciudades  importantes  de 
la  Unión  Americana,  y  han  contribuido,  de  un  modo 


130  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

muY  visible,  á  aumentar  las  relaciones  comerciales 
entre  las  dos  Repúblicas. 

La  gran  Bretaña  y  sus  colonias  tienen  cincuenta  y 
un  agentes  consulares  mexicanos,  de  los  cuales  oclio 
corresponden  al  Canadá;  mientras  que  en  Esi^aña 
están  acreditados  cuarenta  y  cinco.  Se  puede  decir 
que  en  casi  todos  los  lugares  importantes  del  Imi^e- 
rio  Británico  hay  un  agente  consular  mexicano,  é 
igualmente  favorecidas  están  todas  las  ciudades 
grandes  de  España.  Sigue  Francia  con  veinte  y  cua 
tro  agentes  consulares ;  Alemania  tiene  el  mismo  nú 
mero;  mientras  que  Italia  no  tiene  sino  uno  menos. 
Austria-Hungria  y  Cuba  tienen  once  cada  una ;  Chi- 
le y  Bélgica  diez  cada  una ;  Noruega  y  Portugal  ocho 
cada  una ;  Bolivia  siete ;  Brasil,  Guatemala  y  Rusia 
seis  cada  una ;  Argentina,  Colombia  y  Suiza  cinco 
cada  una ;  Perú  cuatro ;  China,  Dinamarca,  Ecuador, 
Honduras,  Holanda,  Panamá  y  Venezuela  tres  cada 
una;  mientras  que  Santo  Domingo,  Japón,  Monaco, 
San  Salvador  y  Suecia  tienen  dos  cada  una  y  Costa 
Rica,  Haiti  y  Paraguay  tienen  solamente  uno  cada 
cual.  Una  de  las  cosas  más  interesantes  en  conexión 
con  esta  exposición  que  hacemos  del  número  de  agen- 
tes consulares  de  México  en  los  países  extranjeros, 
es  el  hecho  de  que  ella  muestra  aumento  muy  grande 
en  los  intereses  de  este  país,  en  partes  donde  hace  un 
tercio  de  centuria  no  se  tenían  prácticamente  rela- 
ciones comerciales  de  ninguna  importancia ;  como 
l)or  ejemplo  Bolivia,  Brasil,  Austria-Hungría,  No- 
ruega y  Canadá.  El  admirable  desarrollo  de  los  ne- 
gocios de  ]\[éxico  con  los  Estados  Unidos,  está  de- 
mostrado con  la  preponderancia  de  la  representa- 
ción consular  mexicana  acreditada  en  aquel  país; 
pues  dicha  representación  forma  cerca  de  la  cuarta 
parte  del  número  total  del  serAdcio  consular  mexica- 
no en  todo  el  mundo.  Pero  Alemania,  Francia  é  Ita- 
lia, tienen  también  una  representación  consular  me- 
xicana sorprendentemente  grande,  sircunstancia  que 
es  muy  significativa  en  lo  que  refiere  al  desarrollo 
de  las  relaciones  comerciales  entre  esta  República 


RELACIONES  EXTERIORES.  1^57 

y  aquellos  países  europeos;  y  esta  nota  es  aim  más 
notable,  si  se  toma  en  consideración  que  quince  paí- 
ses más  de  Europa  tienen  agentes  consulares  mexica- 
nos acreditados  en  dos  ó  más  de  sus  centros  de  ma- 
yor imiiortancia  comercial.  México  está  representado 
comercialmente  en  treinta  y  seis  países  de  América, 
Europa  y  Asia ;  pero  varios  de  estos  países  tienen  de- 
pendencias donde  este  país  también  mantiene  agen- 
tes consulares  ocupados  en  fomentar  y  desarrollar 
el  comercio  mexicano. 

Además  de  sus  agentes  consulares,  México  tiene 
acreditadas  veinte  y  siete  legaciones  en  Europa,  Asia 
y  América,  en  las  cuales  se  emplean  sesenta  y  siete 
personas,  que  ocupan  desde  el  rango  de  embajador 
hasta  los  puestos  de  secretarios  é  intérpretes.  Este 
es  un  inmenso  cambio  de  lo  que  sucedía  liace  un  ter- 
cio de  siglo,  cuando  todo  el  cuerpo  consular  y  diplo- 
mático de  México  no  pasaba  de  tener  cuarenta  miem- 
bros en  servicio. 

En  las  varias  ciudades  y  poblaciones  de  México 
hay  trescientos  treinta  y  dos  representantes  consu- 
lares de  países  extranjeros.  De  éstos  los  Estados 
Unidos  tienen  setenta ;  Francia  y  España  treinta  ca- 
da una;  la  Gran  Bretaña  veinte  y  siete:  Alemania 
veinte  y  cuatro ;  Italia  diez  y  seis ;  Bélgica  y  Norue- 
ga trece  cada  una;  Cuba,  Suecia  y  Guatemala  nue- 
ve cada  una;  Honduras  ocho;  las  repúblicas  de  Bo- 
livia,  Chile  y  el  Ecuador,  siete  cada  una;  Colombia 
y  Austria-Hungría,  cinco  cada  una ;  Costa  Rica ,  San 
Salvador,  Holanda,  Perú,  Portugal  y  Rusia,  cuatro 
cada  una;  Venezuela,  tres;  Brasil,  Dinamarca,  Mo- 
naco, Panamá,  Persia  y  Paraguay,  dos;  y  la  Repú- 
blica Argentina,  Santo  Domingo,  Nicaragua,  Suiza 
y  Urugiiay,  uno  cada  una. 

Veinte  y  cuatro  gobiernos  extranjeros  en  Améri- 
ca, Europa  y  Asia  tienen  representantes  diplomáti- 
cos en  México,  los  cuales  con  los  secretarios  y  otras 
personas  agregadas  á  las  legaciones,  suman  cerca  de 
setenta  personas.  Así,  pues,  vemos  que  los  intereses 
de  los  distintos  países  extranjeros  son  bien  atendí- 


188  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

dos  en  la  República  y  que  también  México  atiende  de- 
bidamente sns  intereses,  tanto  comerciales  como  di- 
plomáticos, en  todos  los  países  extranjeros  que  tie- 
nen suficiente  importancia  para  justificar  el  gasto 
necesario  i^ara  cultivar  tales  relaciones.  Las  gran- 
des sumas  de  dinero  que  gastan  tanto  México  como 
los  gobiernos  extranjeros  en  mantener  sus  relacio- 
nes mutuas,  habla  elocuentemente  acerca  de  los  cam- 
bios que  han  tenido  lugar  en  este  país  desde  hace  un 
tercio  de  siglo,  cuando  los  pocos  gobiernos  que  man- 
tenían representantes,  lo  hacían  iniicamente  para 
que  éstos  cuidaran  de  los  intereses  de  los  capitalis- 
tas y  banqueros  de  sus  respectivas  nacionalidades 
que  habían  sido  persuadidos  a  hacer  empréstitos  á 
la  República  con  la  esperanza  de  obtener  tipos  exhor- 
bitantes  de  interés,  que  las  más  de  las  veces  iban 
acompañados  de  influencia  y  concesiones.  La  paz  y 
el  deseo  honrado  de  hacer  adelantar  los  intereses  del 
país,  y  una  administración  sabia,  inteligente  y  cui- 
dadosa de  sus  recursos  y  de  sus  asuntos,  son,  sin  la 
menor  duda,  las  causas  del  gran  incremento  de  las 
relaciones  comerciales  y  diplomáticas  entre  el  go- 
bierno mexicano  y  los  gobiernos  de  los  diversos  paí- 
ses extranjeros,  con  el  feliz  resultado,  de  que  hoy 
México  está  mejor  rei:>resentado  en  el  exterior  en  un 
veinte  por  ciento,  de  como  los  países  europeos  están 
representados  en  este  país. 


CAPITULO  Ll. 

Comercio  marítimo. 

El  desarrollo  del  servicio  de  vapores  en  México 
es  lina  de  las  mejores  indicaciones  del  aumento  de 
los  intereses  comerciales  del  país.  Durante  los  últi- 
mos diez  años  los  intereses  marítimos  de  la  Eepú- 
blica  han  más  que  doblado  y  el  servicio  de  esta  natu- 
raleza ha  igualmente  más  que  duplicado  su  eficiencia 
en  la  última  década.  Durante  el  año  fiscal  de  1899 
á  1900,  los  buques  de  todas  clases  que  entraron  en 
iniertos  mexicanos  fletaron  1.257,453  toneladas  mé- 
tricas de  mercaderías,  mientras  que  en  el  año  de 
190G  á  1907  esta  cantidad  había  sido  aumentada  á 
2.397,649  toneladas  métricas ;  y  el  año  próximo  pasa- 
do, aunque  no  tenemos  aún  á  la  mano  los  resultados 
exactos,  se  estima  que  el  comercio  marítimo  llegó  en 
su  totalidad  á  2.890,000  toneladas  métricas.  Por  con- 
siguiente, y  según  se  desprende  de  estas  cifras,  los 
intereses  marítimos  de  México,  como  hemos  dicho  ya 
antes,  se  han  más  que  doblado  durante  los  últimos 
diez  años.  Esto  es  debido  al  adelanto  natural  del  país 
en  todos  los  ramos  á  que  ha  dedicado  sus  esfuerzos, 
á  la  mejora  de  los  principales  puertos  de  la  Eepúbli- 
ca  y  á  la  extensión  y  rápido  crecimiento  de  las  rela- 
ciones de  México  con  países  extranjeros. 

Como  es  natural,  las  mercaderías  fletadas  de  Mé- 
xico á  los  puertos  extranjeros,  fueron  considerable- 
mente menores  que  las  mercaderías  inij^ortadas,  pe- 
ro también  muestra  el  mismo  alentador  aumento  en 
los  negocios  de  las  compañías  navieras.  Durante  los 
últimos  diez  años  las  mercaderías  exportadas  por 
mar  de  los  puertos  mexicanos  habían  aumentado  de 
583,193  á  757,690  toneladas.  Este  es  un  desarrollo  fir- 
me y  muestra  que  México,  al  mismo  tiempo  que  llena 
las  crecientes  necesidades  de  su  población,  ha  po- 
dido aumentar  su  producción  de  tal  modo,  que  le  ha 
sobrado  un  treinta  por  ciento  para  la  exj)ortación. 


140  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

Los  iiltimos  informes  que  tenemos  á  la  ^dsta  ma- 
nifiestan que,  entre  los  buques  que  entran  á  puertos 
mexicanos  y  se  ocupan  en  el  tráfico  internacional  di- 
recto, los  británicos  son  los  que,  con  mucho,  superan 
en  número  á  los  de  otras  naciones :  521  buques  de  es- 
ta nacionalidad  fletaron  827,621  toneladas  métricas 
de  un  total  de  1.618,403,  ó  sea  más  de  la  mitad.  Los 
buques  americanos  siguen  en  número  con  un  total  de 
454 ;  pero  como  muchos  de  estos  no  han  estado  dedica- 
dos exclusiA^amente  al  servicio  de  México,  ó  estaban 
dedicados  principalmente  al  negocio  de  tráfico,  fle- 
taron solamente  146,366  toneladas  métricas  de  mer- 
caderías, contra  438,426  toneladas  que  tocaron  á  los 
buques  noruegos,  éstos  últimos  en  número  de  310  so- 
lamente. Los  alemanes  a  ienen  en  seguida  con  122,769 
toneladas  métricas  de  mercaderías  fletadas  en  125 
buques.  Los  otros  barcos  que  entraron  en  puertos 
mexicanos  destinados  al  tráfico  directo  internacio- 
nal fueron;  treinta  y  cinco  españoles  con  11,162 
toneladas  métricas  de  mercaderías,  veinte  y  nue- 
ve franceses  con  11,823  toneladas,  veinte  y  seis 
daneses  con  37,752  toneladas,  veintiún  cubanos  con 
12,450  toneladas,  trece  austríacos  con  18,624  tonela- 
das, ocho  holandeses  con  15,309  toneladas,  siete  sue- 
cos con  13,063  toneladas,  diez  y  nueve  rusos  con  un 
tonelaje  de  3,480  y  tres  italianos  con  966  toneladas 
métricas.  A  estos  debe  agregarse  sesenta  y  ocho  bar- 
cos mexicanos  con  un  tonelaje  total  de  9,777. 

En  el  tráfico  internacional  de  salida  los  buques 
americanos  ocupados  en  el  comercio  de  México  exce- 
dieron en  número  á  los  de  otras  naciones,  siendo  362 
en  un  total  de  997  pero  solamente  fletaron  66,720  to- 
neladas contra  77,043  toneladas  por  143  buques  bri- 
tánicos. Por  consiguiente,  el  balance  del  comercio 
es  aquí  también  en  favor  de  los  británicos.  Los  bu- 
ques noruegos  también  ocupan  el  tercer  lugar,  siendo 
en  número  de  noventa  y  dos  que  fletaron  47,573  to- 
neladas; siguen  en  cuarto  lugar  los  alemanes  con 
44,416  toneladas  fletadas  en  124  buques;  los  daneses 


COMERCIO   marítimo.  141 

ocupan  el  quinto  lugar  con  veinticinco  buques  en  los 
cuales  fletaron  25,069  toneladas.  En  cuanto  al  núme- 
ro actual  de  buques  en  comisión  en  este  tráfico,  Mé- 
xico ocupa  el  segundo  lugar,  pero  como  estos  buques 
son  más  pequeños,  la  cantidad  fletada  fué  solamente 
de  10,431  toneladas,  que  colocan  á  este  país  en  el  sex- 
to lugar  en  lo  que  refiere  á  la  cantidad  de  tráfico 
llevada  á  cabo.  Cuba  contribuyó  con  6,826  toneladas 
transportadas  en  21  buques,  mientras  que  Francia 
sigue  inmediatamente  después  con  6,155  toneladas 
métricas  fletadas  en  diez  y  siete  buques.  España  tie- 
ne veite  y  siete  buques  en  comisión,  Austria  veinti- 
dós, Kusia  tres  é  Italia  dos;  pero  el  negocio  liecho 
por  cada  uno  de  estos  países  es  comparativamente 
pequeño. 

En  el  tráfico  de  la  costa  los  buques  mexicanos  so- 
brepasan á  los  de  otras  nacionalidades,  tanto  en  lo 
que  refiere  al  número  como  á  la  importancia  de  la 
carga  transportada.  De  los  7,080  buques  en  comisión 
en  el  tráfico  de  la  costa  mexicana,  6,550  llevaban  la 
bandera  de  la  Kepública,  ó  sea  poco  más  de  noventa 
y  dos  por  ciento,  con  un  tonelaje  total  á  su  favor  de 
217,781,  de  un  total  de  225,889,  ó  sea  como  noventa  y 
seis  por  ciento  del  tráfico  total  de  la  costa  de  la  Ke- 
pública. 

Los  Estados  Unidos  ocupan  el  segundo  lugar 
con  323  barcos,  en  los  cuales  solamente  se  transpor- 
tan 4,201  toneladas.  Siguen  los  alemanes  con  2,325 
toneladas  llevadas  en  sesenta  y  nueve  buques.  Las 
otras  naciones  que  tienen  barcos  en  el  comercio  del 
litoral  mexicano  son  las  siguientes :  la  Gran  Breta- 
ña ochenta  y  cinco  buques,  Noruega  treinta  y  seis, 
Austria  diez,  Francia  tres,  Cuba  dos,  Dinamarca  uno 
y  Rusia  uno. 

Hay  cerca  de  una  veintena  de  compañías  navie- 
ras ocupadas  en  el  servicio  mexicano,  poseyendo  la 
ma^-^or  parte  de  las  cuales  buen  número  de  barcos  en 
comisión.  Considerándolos  en  su  conjunto,  los  varios 
servicios  de  vapores  de  México  comunican  á  la  Repú- 
blica de  un  modo  ó  de  otro  con  todas  las  partes  del 


142  DÍAZ  Y  3IEXIC0. 

mundo  ciAdlizaclo.  Las  más  importantes  de  estas  com- 
pañías son  las  siguientes : 

La  "Royal  Mail  Steam  Packet  Company"  (Com- 
pañía de  Paquebotes  de  la  Mala  Eeal),  cuyos  barcos 
salen  de  Amberes  y  llegan  á  Veracruz  por  vía  Sou- 
tliampton,  tocando  en  su  travesía  en  los  siguientes 
puertos :  Bilbao,  Coruña  y  Vigo,  de  España  y  Haba- 
na (Cuba).  En  el  viaje  de  regreso  de  Veracruz,  los 
buques  de  esta  Compañía  tocan  en  Plymoutli,  Havre 
y  Vigo,  sin  dejar  también  de  tocar  en  la  Habana. 

Esta  Compañía  también  tiene  una  línea  de  vapo- 
res que  parten  de  Vigo  y  Soutliampton  para  Xueva 
York,  las  Indias  Occidentales  (Antillas),  Panamá  y 
puertos  de  Sud- América. 

La  línea  de  vapores  Hamburg-American  hace  su 
servicio  entre  Hamburgo,  El  Havre,  Soutliampton, 
Santader,  Coruña  y  Habana,  Veracruz,  y  Tampico. 
Esta  Compañía  tiene  oñcinas  en  Londres,  Xueva 
York,  México  y  Hamburgo,  siendo  en  este  último  lu- 
gar donde  están  las  oficinas  centrales. 

La  ''Xew  York  and  Cul)an  Mail  Steamsliip  Com- 
pany"  (Compañía  de  ^^apores  de  la  Mala  Cubana  y 
de  Xueva  York),  llamada  también  "Ward  Line,"  ha- 
ce sus  conexiones  entre  Xueva  York,  Cuba,  Tampico, 
Veracruz,  Canii)eche  y  Progreso.  Esta  Compañía  ha- 
ce mucho  negocio  tanto  con  la  carga  como  con  el  ser- 
vicio de  pasajeros. 

La  "Compagnie  Genérele  Transthmtique"  (Com- 
paíiía  General  Transathíntica),  es  una  compañía 
francesa  que  hace  las  siguientes  conexiones  entre  Eu- 
roj)a  y  los  puertos  mexicanos  :  St.  Xazaire  (Francia ) 
con  Santander,  Coruña,  Habana  y  Veracruz.  Esta 
Compañía  tiene  oficinas  en  Londres,  Xueva  York, 
París,  ciudad  de  México  y  Veracruz. 

La  Compañía  Transatlántica  Española  es  una 
línea  naviera  de  la  nacionalidad  que  indica  su  nom- 
bre. Tiene  establecidos  dos  servicios  entre  puertos 
mexicanos  y  europeos.  Uno  de  éstos  toca  en  las  pobla- 
ciones siguientes:  Genova  (Italia),  Barcelona,  Cá- 
diz, Xueva  York,  Habana  y  Veracruz ;  mientras  que 


COMERCIO   marítimo.  UB 

el  otro  hace  el  servicio  entre  Bilbao  y  ^^eracriiz,  con 
escala  en  Santander,  la  Cornña  y  Habana. 

La  "Atlantic  ancí  Mexican  Gnlf  Steaniship  Com- 
pany"  (Compañía  de  Vapores  del  Golfo  de  México 
y  del  Atlántico),  hace  la  travesía  entre  Movile  (Alá- 
banla) y  Progreso.  Esta  Compañía  hace  bnen  nego- 
cio, especialmente  en  lo  que  refiere  a  carga. 

La  "Eider  Dempster  &  Co."  es  una  línea  canadien- 
se que  conecta  puertos  del  Canadá  y  de  México.  En 
el  verano  los  barcos  parten  de  Montreal  y  en  el  in- 
vierno de  Hálifax,  hace  escala  en  Xassau  y  Habana 
y  llegan  á  los  puertos  mexicanos  de  A'^eracruz  y  Tam- 
pico.  El  viaje  de  regreso  á  Canadá  lo  hacen  vía  Pro- 
greso. 

La  "Cuban  Steamshi])  Company""  (Compañía  de 
Vapores  Cubana),  se  dedica  principalmente  al  trans- 
porte de  mercaderías  y  conecta  á  México  con  Londres 
y  Amberes.  Sus  buques  tocan  en  Tampico,  Puerto 
México  (Coatzacoalcos),  Veracruz,  Gálveston  (Te- 
xas), Habana,  otros  puertos  cubanos  y  Bermuda. 

Hace  poco  más  de  un  año  el  Capitán  Wolvin  ad- 
quirió del  Ferrocarril  Central  Mexicano  la  línea  de 
vapores  llamada  "American  Steamship  Co.,"  la  cual 
incorporó  á  la  línea  Wolvin,  dándole  á  esta  última  el 
nombre  de  "Wolvin  Line  Mexican- American  Servie." 
Tiene  actuamente  esta  Compañía  siete  ])uques  en  co- 
misión haciendo  la  travesía  entre  Nueva  Orleans, 
Puerto  Arturo  (Texas),  Puerto  México,  Veracruz  y 
Tampico.  Como  el  servicio  es  tanto  de  carga  como  de 
pasajeros,  los  barcos  tocan  ocasionalmente  otros 
puertos. 

La  línea  de  vapores  Kosmos  de  Hamburgo,  que 
tiene  una  gran  flota  de  barcos  modernos  (treinta  ó 
más)  conecta  Hamburgo,  Amberes  y  Londres,  vía  del 
Estrecho  de  Magallanes,  con  los  puertos  del  Pacífico 
de  la  América  del  Sur  y  del  Centro,  México  y  los  Es- 
tados Unidos.  Transporta  carga  pesada  y  tiene  un 
servicio  excelente  de  pasajeros. 

La  "Pacific  Xavigation  Company"  (Compañía  de 
Navegación  del  Pacífico),  posee  una  flota  de  peque- 


144  DÍAZ  T  MÉXICO. 

ños  vapores  costeros  que  tocan  en  los  puertos  mexi- 
canos del  Pacífico,  desde  Guaymas  al  Norte  hasta 
San  Benito  en  el  Sur,  y  de  aquí  á  los  puertos  de  Sud- 
América. 

La  "Pacific  Mail  Steamsliip  Company''  (Compa- 
ñía de  la  Mala  del  Pacífico)  conecta  San  Francisco 
California  con  el  Istmo  de  Panamá,  haciendo  escala 
en  todos  los  puertos  importantes  de  México  y  Centro 
América,  de  la  costa  del  Pacífico. 

La  "Canadian-Mexican  Pacific  Steamship  Com- 
pany" (Compañía  de  Vapores  del  Pacífico  Mexicano- 
Canadiense),  conecta  Victoria  (Columbia  Británi- 
ca, Canadá) ,  con  Salina  Cruz  j  toca  en  todos  los  puer- 
tos mexicanos  de  importancia  en  la  costa  del  Pací- 
fico entre  estos  dos  puertos. 

La  Compañía  de  Vapores  Comercial  China,  Limi- 
tada, de  Hongkong,  se  dedica  más  especialmente  á 
la  carga  y  conecta  á  Hongkong  en  China  con  Salina 
Cruz,  puerto  terminal  en  el  Pacífico  del  Ferrocarril 
Nacional  de  Tehuantepec. 

La  "American-HaAvaiian  Steamship  Company" 
(Compañía  de  Vapores  Americana-Hawai) ,  tiene  ser- 
vicio en  ambos  océanos,  el  Atlántico  j  el  Pacífico.  El 
primero  está  establecido  entre  Nueva  York  y  Puerto 
México,  haciendo  escala  en  Filadelfia  en  el  viaje  de 
regreso;  y  el  último  entre  Salina  Cruz  y  las  Islas 
Hawai,  haciendo  escala  en  San  Diego,  San  Francisco 
y  Puget  Sound.  Esta  Compañía  tiene  relaciones  co- 
merciales muy  íntimas  con  el  Ferrocarril  Nacional 
de  Tehuantepec. 

La  "Frederick  Leyland  &  Co.,"  Limitada,  (Indias 
Occidentales  y  Pacífico),  hace  su  carrera  entre  Li- 
verpool y  Veracruz,  tocando  en  Tampico,  Progreso  y 
Nueva  Orleans. 

La  Línea  Harrison  conecta  á  Liverpool  con  Pro- 
greso, Veracruz,  Tampico  y  Nueva  Orleans. 

La  "Mexican  Navigation  Company"  (Compañía 
de  Navegación  Mexicana),  se  ocupa  principalmente 
en  fietes  entre  los  puertos  mexicanos  del  Golfo  de 
México,   haciendo   escala  en  todos  los  puntos  impor- 


COMERCIO    marítimo.  145 

tautes  (le  la  costa,  incluyendo  á  Tampico,  Túxpam,  Ve- 
raeriiz.  Puerto  México  (Coatzacoalcos),  Frontera, 
Laguna,  Campeche,  Nautla  y  Tecolutla. 

Estos  apuntes  darán  una  idea  de  la  importancia 
que  el  comercio  marítimo  de  México  ha  asumido  du- 
rante  los  iiltimos  treinta  años ;  aunque  no  manifies- 
ta el  número  de  buques  que  tiene  en  servicio  cada 
comi^añía,  ni  la  importancia  de  su  negocio.  Actual- 
mente hay  en  el  servicio  marítimo  mexicano  11,000 
buques  de  todas  clases  ocupados  tanto  en  el  comercio 
del  Atlántico  como  en  el  del  Pacífico  y  en  el  costero, 
y  este  niimero  se  aumenta  constantemente  todos  los 
años  conforme  la  cantidad  de  carga  y  el  movimiento 
de  pasajeros  asume  mayores  proporciones. 


CAPITULO  Lll. 

Manzanillo  y  la  costa  del  Pacífico. 

Hace  menos  de  un  cuarto  de  siglo  la  costa  del  Pa- 
cífifico  de  México  estaba  más  distante  de  la  capital 
de  la  República  que  Nueva  York.  Era  del  todo  una 
tierra  aparte,  con  intereses  locales  que  eran  conside- 
rados de  mayor  importancia  que  la  lealtad  y  obedien- 
cia debidas  al  gobierno  central.  Por  cuya  razón  la 
costa  occidental  de  México  era  siempre  temida  por 
su  espíritu  turbulento  é  independiente,  y  por  su  inac- 
cesibilidad en  tiempos  de  levantamientos  peligrosos, 
que  eran,  por  cierto,  demasiado  frecuentes  en  esta 
parte  del  país. 

Este  era  más  ó  menos  el  estado  crónico  de  los 
asuntos  en  todos  aquellos  Estados,  que  debido  á  su 
distancia  de  la  capital  de  la  Federación,  j  á  la  falta 
de  buenos  medios  de  comunicación  y  transporte,  es- 
taban en  situación  de  ofrecer  asilo  á  los  desconten- 
tos políticos  y  de  levantar  partidas  revolucionarias 
que  los  apoyaran. 

Como  liemos  dicho  ya  antes,  el  gobierno  de  Díaz 
comprendió,  que  para  lograr  que  la  paz  del  país  fue- 
ra permanente  y  que  pudiera  asegurarse  la  estabili- 
dad de  la  administración,  era  absolutam^ente  nece- 
sario llevar  las  Aias  de  comunicación  basta  las  partes 
más  alejadas  de  la  Eepública.  En  un  país  de  la  vas- 
ta extensión  territorial  de  México  esta  tarea  pare- 
cía sobrehumana,  si  se  tomaba  en  consideración  lo 
limitados  que  eran  entonces  los  recursos  del  gobierno 
y  la  incertidumbre  de  que  la  administración  se  pu- 
diera sostener  por  algún  tiempo  en  el  poder.  Pero  se 
comenzó  el  trabajo  extendiendo  con  toda  la  rapidez 
posible  líneas  de  telégrafo  á  todas  las  poblaciones 
y  villas  de  importancia  del  país.  Las  empresas  fe- 
rrocarrileras fueron  estimuladas,  con  la  concesión 
de  subsidios  y  privilegios  á  las  compañías  organiza- 


MAÍÍZAMLLO  Y  LA  COSTA  DEL  PACIFICO.  147 

das  para  promoverlas,  los  caminos  carreteros  anti- 
guos fueron  mejorados  y  otros  nuevos  fueron  abier- 
tos donde  hacían  falta.  Más  tarde  se  instalaron  lí- 
neas telefónicas  y  se  construyó  un  ferrocarril  á  tra- 
vés del  Istmo  de  Tehuantepec.  No  obstante  todo  lo 
cual,  gran  parte  de  la  costa  del  Pacífico  permanecía 
aún  aislada  del  resto  de  la  República.  Se  otorgaron 
concesiones  ferrocarrileras  con  fuertes  subvenciones 
á  varias  compañías  para  que  se  construyeran  líneas 
férreas  á  la  costa  occidental ;  pero  las  dificultades  pa- 
ra la  real'zac  ón  de  estas  empresas  eran  muchas,  y 
así,  por  cierto  número  de  años  todas  fracasaron,  con 
excepción  de  la  línea  del  Istmo  de  Tehuantepec  que 
ya  hemos  mencionado ;  y  como  esta  línea  férrea  está 
situada  muy  al  sur,  no  ha  tenido,  como  es  natural, 
gran  influencia  sobre  los  Estados  de  la  costa  del  Pa- 
cífico. Finalmente,  sin  embargo,  la  Compañía  del  Fe- 
rrocarril Central  Mexicano  aseguró  una  concesión, 
y  los  trabajos  fueron  impulsados  con  tanto  empeño, 
que  al  fin  la  ciudad  de  Guadalajara  fué  unida  por 
ferrocarril  con  Colima,  capital  del  Estado  del  mismo 
nombre.  Y  como  ya  el  puerto  de  Manzanillo  había 
sido  anteriormente  conectado  con  rieles  con  la  ciudad 
de  Colima,  quedó  asegurada  la  comunicación  ferro- 
viaria entre  dicho  puerto  y  la  importante  ciudad  de 
Guadalajara. 

En  anticipación  del  día  en  que  la  costa  del  Pa- 
cífico estuviera  conectada  por  línea  férrea  con  la  ca- 
pital de  la  República,  el  Gobierno  mexicano  hizo  el 
año  de  1899  un  contrato  con  el  Coronel  Edgar  K. 
Smoot  para  la  mejora  del  puerto  de  Manzanillo.  Di- 
cha mejora  debía  incluir  el  arreglo  general  de  la  en- 
senada del  i3uerto,  el  dragado  de  las  partes  esencia- 
les para  la  nai^egación,  la  construcción  de  muelles  y 
la  erección  de  un  rompe-olas  para  proteger  tanto  el 
puerto  como  la  población  de  los  embates  del  océano, 
los  cuales  eran  de  tal  naturaleza,  que  habían  hecho 
de  la  costa  de  Manzanillo  una  de  las  más  peligrosas 
de  México. 

La  extensión  del  Ferrocarril  Central  Mexicano  á 


1-Í8  DÍAZ  Y  3IEXIC(). 

la  costa  y  la  renovación  del  puerto  de  Manzanillo  lia 
formado  un  nuevo  eslabón  en  la  cadena  que  la  ad- 
ministración actual  ha  venido  forjando  desde  hace 
más  de  treinta  años,  para  unir  firmemente  y  sujetar 
todos  los  antiguos  elementos  intranquilos  de  la  gran 
masa  política,  elementos  que  continuamente  amena- 
zaban alterar  la  paz  del  país  y  la  estabilidad  del  go- 
bierno. Es,  por  consiguiente,  de  gran  interés  saber 
exactamente  qué  es  lo  que  se  ha  hecho  en  Manzanillo 
y  qué  es  lo  que  esto  significa  para  el  progreso  de  Mé- 
xico. 

La  bahía  de  Manzanillo,  de  once  kilómetros  de 
largo  por  seis  de  ancho,  como  término  medio,  es  una 
gran  indentación  de  la  costa  expuesta  á  todo  Acento 
y  marea,  con  ensenadas  profundas  en  la  parte  nor- 
te y  sur,  siendo  la  iiltima  de  éstas  la  que  forma  el 
puerto  de  Manzanillo,  protegido  por  una  punta  de 
tierra  de  la  entrada  directa  de  las  olas  del  mar. 

En  el  área  central  de  la  bahía,  el  agua  tiene  una 
profundidad  de  treinta  á  cincuenta  metros,  la  cual 
se  extiende  hasta  muy  cerca  de  la  costa.  Tanto  la  for- 
ma regular  que  tiene  la  bahía,  como  su  profundidad 
uniforme  y  lo  empinado  de  sus  costas,  demuestra  la 
existencia  de  corrientes  fuertes  y  regulares  dentro 
de  sus  límites. 

Pero  para  convertir  á  Manzanillo  en  un  gran 
puerto  de  la  costa  del  Pacífico,  era  indispensable  pre- 
pararlo para  el  desarrollo  que  era  natural  esperar  si- 
guiera á  la  extensión  del  Ferrocarril  Central  Me- 
xicano á  la  costa  y  á  la  construcción  de  obras  mo- 
dernas en  el  puerto,  que  atraerían,  sin  duda  alguna, 
un  gran  aumento  en  los  negocios  comerciales  entre 
Manzanillo  y  la  capital  de  la  República  y  todas  las 
ciudades  y  poblaciones  del  tránsito.  Para  llegar  á 
este  fin,  sin  embargo,  era  imperativamente  necesario 
mejorar  las  condiciones  sanitarias  del  puerto  y  de 
las  comarcas  circunvecinas ;  para  lo  cual  se  firmó  un 
contrato  entre  el  Gobierno  mexicano  y  el  Coronel 
Smoot  que  abrazaba  todos  los  trabajos  que  la  nueva 
situación  requería. 


MANZANILLO  Y  LA  COSTA  DEL  PACIFICO.  U9 

Del  lado  de  tierra  Manzanillo  está  rodeado  por 
las  lagunas  de  San  Pedrito  y  Cayutlán,  ambas  dos, 
grandes  extensiones  poco  profundas  de  agua,  que  in- 
filtran considerable  superficie  del  país  circunvecino. 
En  ]a  estación  seca  la  evaporación  es  excesiva,  y  el 
agua  de  las  lagunas  se  reduce  de  tal  modo  que  se  po- 
ne á  descubierto  el  fondo  lodoso  de  las  mismas.  Los 
vientos  nocturnos  que  soi)lan  hacia  el  mar  i)asan  so- 
bre estas  marismas,  especialmente  sobre  las  de  Cu- 
wtlán.  que  quedan  muy  cerca  de  la  ciudad,  del  lado 
sur,  y  llevan  los  elluvios  hacia  el  puerto.  Un  examen 
cuidadoso  de  las  condiciones  sanitarias  del  lugar  ha 
mostrado  que  el  mayor  peligro  para  la  salud  en  Man- 
zanillo viene  de  esta  última  laguna.  I*or  lo  cual  se 
decidió  comenzar  por  aquí,  á  efecto  de  evitar  la  cau- 
sa del  perjuicio.  Se  abrió  un  canal  en  la  cañada  de  la 
cordillera  de  montes,  en  el  lugar  denominado  Venta- 
nas, con  el  objeto  de  permitir  á  las  aguas  del  mar 
entrar  á  la  laguna  con  la  marea  dos  veces  al  día,  de 
cuyo  modo  se  mantiene  el  nivel  del  agua  en  dicha  la- 
guna al  mismo  nÍAel  del  mar  durante  todo  el  año; 
teniendo  este  expediente  como  natural  i'esultado  que 
la  laguna  se  lava,  podemos  decir,  constantemente  con 
el  agua  salada  del  océano,  y  de  consiguiente  desapa- 
recieron las  condiciones  de  insalubridad  que  reina- 
ban anteriormente. 

Como  el  extremo  Este  de  la  laguna  ha  sido  duran- 
te muchos  años  un  distrito  gran  i:)roductor  de  sal,  era 
necesario  proteger  esta  industria,  que  aún  es  de  con- 
siderable importancia  local.  En  los  tiempos  del  vi- 
rreinato habían  más  de  mil  pozos  en  la  vecindad  de 
la  población  de  Cm^utlán,  y  aún  hoy  todos  los  años 
en  los  tres  meses  de  tiempo  seco  el  lugar  presenta 
un  aspecto  de  gran  animación.  Se  construyó,  ]mes,  un 
dique  á  través  del  estrecho  de  Tepalcates,  en  el  ex- 
tremo oriental  de  la  laguna ;  lo  cual  permitía  que  to- 
da la  parte  de  la  laguna  del  lado  de  Manzanillo  fuera 
inundada  por  la  marea,  mientras  que  los  distritos 
salinos  de  la  vecindad  de  Cuyutlán  no  eran  tocados ; 
pues  debido  á  la  distancia  de  veinte  kilómetros  á  que 


150  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

dicho  distrito  está  del  puerto  de  Manzanillo,  podían 
sus  habitantes  proseguir  su  industria  de  sal  sin  pe- 
ligro para  la  salubridad  de  dicho  puerto. 

Como  es  de  esperarse,  el  trabajo  principal  del 
Coronel  Smoot  consistió  en  la  construcción  de  las 
nuevas  obras  del  puerto.  Pero  con  el  objeto  de  que 
éstas  tupieran  buen  resultado,  se  hizo  indispensable 
hacer  primero  un  estudio  cuidadoso  de  las  condicio- 
nes reinantes  de  los  vientos,  mareas,  arenas,  corrien- 
tes y  de  la  profundidad  de  las  materias  deleznables 
en  el  fondo  de  la  bahía,  para  que  la  construcción  del 
rom])e-olas  que  debía  proteger  el  puerto  fuera  llevada 
á  cabo  con  inteligencia  y  acierto,  de  modo  (i  no  im- 
pedir la  circulación  de  las  corrientes  naturales  de  la 
bahía  en  su  litil  trabajo  de  llevar  al  mar  las  arenas 
que  ellas  mismas  traían  dentro.  De  suerte  que  se  em- 
plearon varios  meses  en  hacer  estos  estudios  con  el 
mayor  cuidado,  especialmente  en  lo  que  concierne  al 
volumen  y  curso  de  las  corrientes  y  á  la  sondeada 
de  la  bahía.  Finalmente,  el  rompe-olas  fué  construi- 
do en  el  lugar  donde  interfiere  lo  menos  posible  con 
el  proceso  natural  de  dragado  que  la  naturaleza  ha 
estado  llevando  á  cabo  durante  siglos  dentro  de  la 
bahía  de  Manzanillo,  de  cuyo  modo  se  ha  evitado  la 
necesidad  del  dragado  mecánico  que  tiene  que  hacer- 
se constantemente  en  muchos  ])uertos. 

El  puerto  de  Manzanillo,  que  ocupa  la  ensenada 
en  el  extremo  sur  de  la  bahía  del  mismo  nombre,  es- 
tá protegido  del  mar  por  una  punta  de  tierra  y  una 
cadena  de  montañas  al  este,  sur  y  sudoeste.  La  gran 
profundidad  natural  del  puerto  y  el  abrigo  que  le  pro- 
])orciona  esta  cadena  de  montañas  que  lo  rodea  por 
casi  todos  lados,  le  dá  ventajas  como  poseen  pocos 
otros  lugares  en  el  mundo.  Pero  se  necesitaban  cier- 
tas mejoras  artificiales  para  que  se  pudieran  utili- 
zar estas  ventajas  naturales ;  pues  cuando  los  vien- 
tos y  la  marea  golpean  del  lado  del  océano,  la  bahía 
se  veía  expuesta  á  la  furia  de  los  huracanes  que  im- 
pulsaban la  tempestad  de  las  aguas  alrededor  de  la 
punta  de  tierra  que  antes  hemos  mencionado,  y  que 


MANZANILLO  Y  LA  COSTA  DEL  PACIFICO.  151 

tiene  solamente  doscientos  metros  de  largo,  y  barría 
las  costas  hasta  los  propios  lindes  de  la  ciudad.  Co- 
mo por  término  medio  la  altura  de  las  olas  que  da- 
ban la  vuelta  á  la  punta  de  tierra  cuando  liacía  mal 
tiemi30,  era  de  tres  y  medio  á  cuatro  metros  en  las 
peores  circunstancias,  el  ímpetu  de  semejante  volu- 
men de  agua  lanzándose  alrededor  del  cabo  y  hacia 
la  bahía,  hacía  muy  inseguras  todas  las  partes  de 
la  ensenada  del  interior.  Por  cuya  razón  los  naufra- 
gios eran  frecuentes,  aún  en  el  interior  del  ixierto, 
por  el  tiempo  en  que  el  gobierno  hizo  el  contrato  con 
el  Coronel  Smoot  para  la  mejora  general  de  las  con- 
diciones de  dicho  lugar. 

Como  un  preliminar  indispensable  para  la  ejecu- 
ción de  los  trabajos,  se  sondearon  con  cuidado  las 
X>rofundidades  del  agua  en  las  distintas  partes  de 
la  bahía  y  se  determinó  la  naturaleza  y  espesor  del 
material  del  fondo.  El  resultado  de  estos  exámenes 
mostró  la  ausencia  completa  de  lodo  en  dicho  fondo, 
el  cual  estaba  cubierto  de  conchas  y  arena  corriente; 
lo  que  indicaba  la  existencia  de  corrientes  con  sufi- 
ciente velocidad  para  llevarse  el  lodo,  pero  no  con 
suficiente  fuerza  para  remover  las  arenas  y  conchas 
del  fondo  de  la  bahía.  Se  hicieron  también  observa- 
ciones cuidadosas  acerca  de  la  fuerza,  altura  y  direc- 
ción de  las  mareas,  con  sus  fluctuaciones  y  sus  re- 
laciones con  las  corrientes ;  y  se  encontró,  que  el  mar- 
cado exceso  en  la  velocidad  de  declinación  en  la  ma- 
rea lunar,  da  origen  á  mayores  velocidades  de  las 
corrientes  en  el  reflujo,  que  en  las  mismas  durante 
el  flujo  de  dicha  marea.  Esta  circunstancia  impide 
la  acumulación  de  depósitos  dentro  de  la  bahía  y 
constantemente  regresa  al  océano  las  arenas  finas 
y  sedimentos  que  son  traídos  por  las  olas  y  mareja- 
das. 

Estas  y  otras  muchas  observaciones  científicas 
que  se  hicieron,  mostraron  la  necesidad  de  arreglar 
el  rompe-olas  que  debía  proteger  el  fondeadero,  de 
modo  de  permitir  á  las  mareas  y  corrientes  que  con- 
tinuaran dragando  la  ensenada,  como  lo  habían  esta- 


ir.L>  DÍAZ  Y  3IEXIC0. 

do  liaciendo  durante  siglos.  Fué  con  este  plan  en 
mira  que  el  Coronel  Smoot  procedió  á  construir  las 
obras  del  puerto  de  Manzanillo ;  v  los  resultados  has- 
ta lioy  obtenidos,  ban  mostrado  el  gran  valor  de  este 
tan  minucioso  y  cuidadoso  trabajo  preliminar. 

Las  obras  de  mejora  del  puerto  en  sí,  consisten 
en  un  rompe-olas  que  ]>royecta  dentro  del  agua  JzG.") 
metros  desde  una  i)unta  de  tierra  de  200  metros  de 
largo,  haciendo  una  extensión  total  de  ()().")  metros ; 
de  un  dique  ó  defensa  á  lo  largo  del  frente  de  la  ciu 
dad  de  ^Manzanillo,  desde  la  base  del  Mgía  grande 
al  extremo  oriental  del  puerto,  que  es  una  distancia 
como  de  dos  kilómetros,  y  por  último,  la  rellenada  del 
terreno  situado  entre  el  antiguo  frente  y  este  dique. 
El  rompe-olas,  que  corre  en  una  dirección  curvilínea 
desde  el  extremo  de  la  punta  de  tierra,  ])rotege  la  en- 
senada sobre  cuyas  costas  está  situada  la  población, 
de  tal  modo  que  impide  que  las  tempestades  del  océa- 
no penetren  al  puerto.  Las  anteriores  obras  han  sido 
ya  prácticamente  terminadas  y  también  se  ha  cons- 
truido ya  un  muelle  para  el  acomodo  del  comercio 
marítimo. 

La  parte  más  costosa  de  la  obra  ha  sido  la  cons- 
trucción del  rompe-olas,  el  cual  tiene  ocho  metros  de 
espesor  en  la  parte  alta  y  cien  metros  en  la  base,  y 
se  eleva  á  una  altura  de  veinte  .y  seis  metros,  de  los 
cuales  veinte  y  dos  están  dentro  del  agua  y  cuatro 
fuera  de  la  misma.  Esta  gran  profundidad  ha  ne 
cesitado  de  un  ancho  corres])ondiente  en  la  base,  lo 
que  ha  consumido  la  enorme  cantidad  de  775,000  to- 
neladas métricas  de  piedra,  que  tuvo  que  ser  traída 
de  una  distancia  de  nueve  kilómetros  á  que  están  las 
canteras  de  granito  de  Colomo.  Para  el  transporte 
de  esta  ])iedra  hubo  necesidad  de  construir  un  ferro 
carril  desde  el  puerto  á  las  canteras.  Pero  no  fué  és- 
te el  i'inico  trabajo  difícil.  Con  motivo  de  lo  profundo 
del  agua  en  el  lugar  donde  tenía  que  construirse  el 
rompe-olas,  toda  la  estructura  tuvo  que  ser  coronada 
con  bloques  de  piedra  de  tamaño  enorme,  los  cuales 
fueron  cementados  juntos  y  cubiertos  con  un  caballe- 


MANZANILLO  Y  LA  COSTA  DEL  PACIFICO.  1'3 

te  de  cemento  de  gran  solidez.  Estos  bloq^ues  no  tie- 
nen menos  de  dos  metros  de  espesor  y  pesan  de  trein- 
ta á  sesenta  toneladas  cada  nno,  y  son  probablemen- 
te los  más  macizos  y  i)esados  qne  se  hayan  empleado 
hasta  hoy  en  nna  estrnctura  en  cantidad  tan  enorme. 
I*ara  manejarlos  hnbo  necesidad  de  maqninaria  po- 
derosísima, y  no  obstante,  y  á  pesar  de  todas  las 
precauciones  que  se  tomaron,  hnbo  qne  bichar  con  mn- 
chas  dificnltades.  Las  canteras  están  sitnadas  en  la 
cima  de  nn  cerro,  á  nna  altnra  de  doscientos  metros 
sobre  el  nivel  del  ferrocarril  al  ])ie  de  dicho  cerro. 
Con  motivo  de  los  inmensos  pesos  qne  tenían  qne  ser 
manejados  y  á  la  vibración  constante  qne  esto  oca- 
sionaba, con  frecuencia  se  rom])ían  las  cadenas  y 
algunas  veces  otras  ])artes  de  la  maquinaria,  cuyas 
piezas  tenían  que  ser  reparadas  ó  conseguidas  en 
un  lugar  á  distancia  considerable  de  cualquier  mer 
cado.  La  piedra  era  enviada  cerro  abajo  en  un  ferro 
carril  de  declive  .y  de  allí  eran  llevados  los  bloques 
al  puerto  en  carros  con  capacidad  de  sesenta  tonela- 
das. A  pesar  de  ser  estos  carros  de  construcción  nuiy 
fuerte,  solamente  una  de  estas  inmensas  masas  de 
granito  podía  ser  ti'ansportada  en  un  cai*ro.  Esto  dá 
una  idea  de  su  enorme  peso ;  lo  cual  no  obsta  ])í\ví\ 
que  las  grandes  grúas  del  puerto  manejaran  estas 
enormes  masas  de  granito  con  la  mayor  facilidad. 

La  forma  curva  del  romjíe-olas  permite  la  libre 
circulación  de  las  corrientes  imturales  dentro  del 
l)uerto  y  la  bahía,  y  al  mismo  tiempo  ofrece  una  su- 
perficie de  gran  resistencia  á  los  embates  de  las  tor- 
mentas del  Océano  por  el  lado  de  afuera. 

El  frente  del  puerto  con  sus  muelles,  cuando  todo 
esté  concluido,  tendrá  cinco  kilómetros  de  largo  y 
acomodará  con  facilidad  cuarenta  buques.  Los  mué-' 
lies  serán  suficientemente  largos  i)ara  poder  acomo- 
dar cualquier  buque-barco  por  grande  que  sea,  y  ten- 
drán una  profundidad  de  nueve  metros  cuando  la  ma-* 
rea  esté  baja.  La  bahía  propia  tiene  de  cincuenta  á 
cien  metros  de  profundidad  en  el  centro  y  el  puerto 
tiene  veinte  metros,  mientras  que  en  la  ribera,  á  lo 


1Ó4  DÍAZ  r  MÉXICO.  "? 

largo  del  frente  de  la  ciudad,  llene  una  profundidad 
alrededor  de  tres  metros  en  la  marea  media. 

En  la  actualidad  la  entrada  del  puerto  tiene  dos 
kilómetros  de  anchura ;  pero  hay  ciertos  proyectos  en 
consideración  que  reducirán  materialmente  esta 
abertura  aumentando  el  largo  del  rompe-olas  ya 
construido  y  construyendo  una  proyección  semejante 
desde  la  costa  del  lado  opuesto. 

Los  informes  dados  por  el  inspector  del  gobierno 
sobre  las  trabajos  del  imerto  de  Manzanillo  han  si- 
do siempre  de  lo  más  favorables  y  los  resultados  que 
desde  entonces  se  han  ido  obteniendo,  prueban  lo 
correcto  de  este  juicio;  pues  Manzanillo  es  hoy  uno 
de  los  mejores  puertos  de  la  Kepública. 

El  costo  de  las  obras  hasta  hoy  es  poco  más  de 
$8.000,000  plata,  que  es  menos  de  la  mitad  del  que 
costaron  las  grandes  obras  de  puerto  construidas 
por  el  Coronel  Smoot  en  Gálveston  para  defender  á 
esta  población  y  á  su  bahía  de  las  tormentas  del  Gol- 
fo de  México.  Por  consigiiiente,  para  el  trabajo  que 
se  ha  llevado  á  cabo,  el  costo  para  el  gobierno  de  Mé- 
xico debe  considerarse  como  muy  razonable. 

Como  el  i)uerto  de  IManzanillo  tiene  una  área  de 
165  acres,  hay  local  suficiente  para  el  actual  tráfi- 
co; pero  las  mejoras  y  extensiones  que  están  bajo 
consideración,  más  que  doblarán  esta  área  y  pro- 
porcionarán acomodo  amplio  para  cualquier  aumen- 
to posible  en  el  tráfico  durante  muchos  años.  No 
cabe  duda  que  se  agregarán  otras  mejoras  á  las  que 
están  ya  terminadas ;  porque  las  facilidades  natura- 
les de  este  puerto,  la  posición  tan  importante  que 
ocupa  en  la  costa  del  Pacífico,  sus  medios  de  comuni- 
cación directos  con  la  capital  de  la  República,  y  su 
situación  intermedia  entre  el  extremo  norte  y  el  ex 
tremo  sur  en  la  costa  mexicana  del  Grande  Océano, 
le  dan  una  importancia  que  merece  toda  la  atención 
que  se  le  ha  dedicado,  y  estimula  á  hacer  aún  mayo- 
res esfuerzos  para  convertirlo  en  el  puerto  mexica- 
no más  grande  de  la  costa  del  Pacífico,  como  merece 
serlo  por  su  posición  intermedia  entre  Manzanillo  y 


MAJíZAIíILLO  Y  LA  COSTA  DEL  PACIFICO.  155 

Salina  Cruz  (que  distan  cerca  de  mil  millas  uno  de 
otro)  y  la  circunstancia  de  que  es  también  punto  in- 
termedio entre  San  Francisco  y  Panamá. 

Una  zona  agrícola  rica  y  extensa  es  triluitaria  del 
puerto  y  del  ferrocarril  que  lo  conecta  con  (luadala- 
jara,  ciudad  que  es  en  tamaño  y  población  la  segam- 
da  de  la  República.  Muchas  minas  que  aún  no  han 
sido  exploradas  contribuirán,  en  un  futuro  próxi- 
mo, con  su  riqueza,  por  cuyos  motivos  la  costa  del 
Pacífico  de  México  no  cabe  la  menor  duda  que  está 
destinada  á  llegar  muy  pronto  á  la  vanguardia^  co- 
mo lo  ha  hecho  ya  la  costa  del  Pacífico  de  los  Estados 
Unidos ;  este  desarrollo  futuro  exige  facilidades  pa- 
ra el  comercio  como  las  que  Manzanillo  ofrece  ya  en 
la  actualidad. 

El  Coronel  Edgar  K,  Smoot,  contratista  é  inge- 
niero á  cargo  de  los  trabajo^  del  puerto  de  Manza- 
nillo, se  ha  identificado  de  un  modo  promiente  con 
la  construcción  de  grandes  obras  públicas  en  Méxi- 
co desde  hace  catorce  años ;  durante  cuyo  tiempo  ha 
logrado  por  medio  de  su  reconocida  competencia  y 
de  su  concienzudo  trabajo,  toda  la  confianza  del  Go- 
bierno mexicano,  tanto  por  su  honradez  como  por 
su  habilidad  y  su  equidad  en  el  cumplimiento  de 
todos  sus  compromisos.  Es  ingeniero  de  gran  expe- 
riencia y  de  grandes  conocimientos  científicos  y  téc- 
nicos, los  que  ha  adquirido  á  fuerza  de  un  estudio  mi- 
nucioso y  universal  de  los  grandes  trabajos  de  inge- 
niería en  el  mundo.  Esto  explica  por  qué  los  trabajos 
del  puerto  de  Manzanillo  han  sido  hechos  con  tanto 
cuidado  y  por  qué  sus  resultados  han  sido  tan  satis- 
factorios para  el  Gobierno  mexicano.  Xo  cabe  la  me- 
nor duda  que  la  gran  experiencia  que  adquirió  el  Co- 
ronel Smoot  en  la  construcción  de  bis  olu'as  del  puer- 
to de  Gálveston,  ha  contribuido  á  hacer  tanto  más 
eficaces  los  trabajos  del  puerto  de  Manzanillo. 

Las  mejoras  adicionales  que  deberán  hacerse  á. 
los  trabajos  de  dicho  puerto  en  un  futuro  próximo, 
serán  la  construcción  de  más  muelles  y  la  extensión 
del  romi^e-olas  unos  doscientos  metros  más. 


ir.r;  DiAZ  Y  mexico. 

Cuando  esto  último  esté  terminado,  dará  una  pro- 
yección total  sobre  la  línea  de  los  muelles  de  casi  un 
kilómetro.  Si  tomamos  en  consideración  la  eran  ])ro- 
fundidad  de  las  aguas  en  el  lugar  en  que  ha  sido 
construido  el  rompe-olas  y  la  gran  cantidad  de  i)ie 
dra  que  lia  habido  que  emplear  en  esta  obra,  los  tra- 
bajos del  puerto  de  Manzanillo  deben  considerarse 
como  una  de  las  grandes  proezas  de  ingeniería  en  los 
tiempos  modernos. 


"AT'TO-RETRATO." 

Ctadkt  de  Hernán  Gedovius. 


CAPITULO  Lili. 

Mejoras  en  los  puertos- 
Hace  escasa: líente  veinte  años  no  liabía  en  Méxi- 
co pnerto  alguno  que  tuviese  las  facilidades  conve- 
nientes, esto  es,  en  el  cual  los  grandes  va])ores  pu- 
dieran entrar  hasta  la  orilla  del  muelle  para  la  des- 
carga de  sus  mercancías  sin  necesitar  la  ayuda  de 
barcas  alijadoras.  Pero  de  entonces  acá  el  Gobierno 
ha  invertido  millones  de  pesos  en  mejoras  en  las  ba- 
hías, resultando  que  tanto  en  las  costas  del  (rolto 
de  México  como  en  las  del  Océano  Pacífico  se  cuenta 
ya  con  excelentes  puertos,  y  aún  se  proyecta  la  adap- 
tación de  otros  en  los  que  se  invertirán  otros  varios 
millones  de  pesos,  á  fin  de  llevar  á  realización  el 
programa  para  la  mejora  de  los  puertos  del  Golfo  y 
del  Pacífico. 

Xo  hace  aún  muchos  años  los  buques  transatlán- 
ticos, arribaban  á  A'eracruz  exactamente  en  la  mis- 
ma forma  en  que  lo  hicieron  las  naves  que  trajeron 
á  los  primeros  aATutureros  españoles,  lanzando  sus 
anclas  en  las  arenas  de  ''Villa  Rica,"  en  preparación 
para  principiar  la  jornada  de  la  conquista  que  ter- 
minó con  la  caída  del  imperio  de  los  Moctezumas. 

Es  verdad  que  antes  de  esas  obras,  ya  mucho  se 
había  hecho  en  trabajos  de  construcción  de  muelles, 
almacenes  y  comodidades  para  el  atraque  de  ])otes 
pequeños;  pero  la  bahía  continuó  siendo  insalubre, 
peligrosa  y  deficiente  en  extremo  durante  los  tres- 
cientos años  de  la  dominación  española. 

Hasta  la  época  del  advenimiento  del  Gobierno 
de  Díaz,  los  jefes  y  arbitros  de  los  destinos  de  la  Ke- 
pública,  habían  estado  demasiado  ocupados  en  sus 
reyertas  civiles  y  políticas  para  prestar  atención  á 
asuntos  para  ellos  de  tan  poca  importancia  como 
mejoras  en  los  puertos.  Entretanto  los  buques  oceá- 
nicos, aumentando  cada  vez  más  en  tamaño  é  impor- 


158  DÍAZ  T  MÉXICO. 

tancia,  se  A'ieron  al  fin  forzados  á  lanzar  sus  anclas 
en  alta  mar,  cada  vez  más  y  más  lejos  de  la  bahía, 
pues  su  mayor  calado  exigía  un  fondo  de  agua  más 
profundo. 

Lo  mismo  que  de  Yeracruz  puede  decirse  de  to- 
dos los  otros  puertos  de  las  costas  mexicanas.  Algu- 
nos disponían  de  mayores  facilidades  naturales  que 
el  puerto  principal  del  Golfo ;  pero  todos  exigían  la 
inversión  de  largas  sumas  á  fin  de  adaptarlos  al  cre- 
ciente movimiento  marítimo  mercantil  que  año  tras 
año  prosiguió  acentuándose  en  la  República  como  re- 
sultado de  la  política  del  Gobierno  mexicano  para 
impulsar  la  industria  y  el  comercio  del  país.  Como 
las  bahías  más  importantes  se  ha]lal)an  en  condicio- 
nes naturalmente  inadecuadas^  ó  bien  obstruidas  por 
grandes  barras  de  arena,  el  mejorarlas  hasta  el  pun- 
to de  hacerlas  comercialemente  útiles  conforme  á  la 
demanda,  siempre  en  aumento,  de  las  actividades  de 
la  República,  requería  gastos  tan  considerables,  que 
cualquiera  otro  gobierno,  aún  más  emprendedor  que 
el  de  México,  habría  vacilado  en  acometer  tan  aventu- 
rada empresa.  Pero  la  administración,  durante  veinte 
años,  ha  conservado  la  más  completa  fe  en  el  futuro 
del  país,  y  por  lo  tanto  fué  resuelta  la  ejecución  de 
mejoras  en  las  bahías  de  mayor  importancia  comer- 
cial ;  y  el  aumento  en  los  negocios  que  trajo  consigo 
la  adaptación  de  los  primeros  jmertos  y  el  ensanche 
de  cada  ramo  industrial  producido  por  el  más  sóli- 
do crédito  del  Gobierno,  permitieron  á  éste  extender 
sus  energías  y  ampliar  su  campo  de  acción. 

El  primer  puerto  que  recibió  el  beneficio  de  la  sa- 
bia política  del  Gobierno  fué  Yeracruz,  en  cuyas 
obras  han  sido  gastados  cuarenta  millones  de  pesos. 
Al  presente  pueden  penetrar  á  la  bahía  y  anclar  á 
lo  largo  del  muelle,  navios  con  calado  de  veinticuatro 
pies.  La  bahía  y  curso  de  los  buques  están  bien  alum- 
brados y  siempre  hay  á  mano  pilotos  para  guiar  las 
embarcaciones  en  su  entrada  al  puerto.  Este  puede 
acomodar  perfectamente  todo  el  transporte  mercan- 
te susceptible  de  llegar  allí  por  muchos  años  futu- 


c 
o 


4! 


MEJORAS  EX  LOS  PUERTOS.  159 

ros.  Cuenta  con  diques  flotantes,  talleres  de  repara- 
ción, almacenes  y  todas  las  facilidades  de  un  gran 
puerto  moderno.  El  puerto  de  Yeracruz  tiene  dere- 
cho á  ser  considerado  el  primero  de  la  República. 

A  la  terminación  de  los  trabajos  emprendidos  en  los 
dos  puertos  que  forman  las  estaciones  terminales  del 
Ferrocarril  de  Teliuantepec,  ó  sean:  Puerto  México 
y  Salina  Cruz,  se  liabrá  gastado  en  ellos  una  suma, 
probablemente  mayor  que  en  Veracruz.  Estos  puer- 
tos son  ya  de  gran  importancia  comercial  ])or  razón 
de  formar  los  puntos  terminales  de  la  ruta  transcon- 
tinental á  través  del  Istmo  de  Tehuantepec,  y  esa 
im])ortancia  crece  firme  y  rápidamente. 

Puerto  ^léxico,  también  conocido  con  el  nombre 
de  Coatzacoalcos,  es  una  hermosa  bahía  natural,  for- 
mada por  la  desembocadura  del  río  Coatzacoalcos, 
que  tiene  una  profundidad  suficiente  para  dar  cabida 
á  navios  con  treinta  pies  de  calado.  Cuando  todas  las 
mejoras  emprendidas  se  hayan  terminado,  tendrá 
cerca  de  una  milla  en  muelles,  en  adición  á  la  facili- 
dad que  existe  para  el  anclaje  hasta  cerca  de  una  mi- 
lla río  arriba. 

Salina  Cruz  es  un  puerto  natural  situado  en  la 
costa  del  Pacífico,  distante  sólo  192  millas  de  Puer- 
to México,  con  el  cual  está  ligado  por  el  Ferrocarril 
Nacional  de  Tehuantepec,  uno  de  los  ferrocarriles 
mejor  construidos  de  la  República  y  que  en  su  tra^ 
mo  transporta  más  flete  que  ningún  otro  de  México. 
La  bahía  exterior  mide  sesenta  hectáreas.  Hay  ade- 
más otra  bahía  interior,  con  una  profundidad  de 
cerca  de  30  pies,  que  mide  1,040  metros  de  largo  por 
240  metros  de  ancho.  Navios  oceánicos  descargan  ya 
sus  fletes  en  los  muelles,  donde  grúas  modernas  de 
vapor  facilitan  la  carga  y  descarga.  Ami^lios  atraca- 
deros y  almacenes  marcan  sus  líneas  en  la  bahía  y 
existe  allí  un  excelente  dique  seco,  de  30  pies  de  fon- 
do en  baja  marea  para  permitir  la  reparación  de 
embarcaciones,  en  caso  necesario.  Tanto  Puerto  Mé- 
xico como  Salina  Cruz  están  provistos  de  muy  buen 
alumbrado  en  toda  la  extensión  de  las  bahías  v  los 


IBO  BIAZ  Y  MÉXICO. 

poderosos  fanales  de  los  faros,  señalan  la  situación 
de  ambas.  La  luz  del  faro  de  la  bahía  interna,  situado 
en  las  alturas  del  "Morro,"  ])uede  distinguirse  á  más 
de  20  millas  de  distancia  en  alta  mar. 

El  último  de  los  puertos,  IMazatlán.,  situado  en 
el  Estado  de  Sinaloa,  pronto  será  una  de  las  más 
hermosas  bahías  de  la  Ke|)ública.  Este  puerto  siem- 
pre ha  tenido  muchas  facilidades  naturales ;  pero  se 
hallaba  ol)struido  i)or  una  barra  de  arena  en  la  boca 
del  río  del  mismo  nombre,  la  (pie  impedía  el  paso  á 
los  buques  de  gran  tamaño,  excepto  en  la  alta  marea. 
Pero  las  mejoras  va  i)royectadas  comprenden  la  re- 
moción de  esa  barra  y  la  construcción  de  extensas 
obras  para  impedir  una  irrupción  posterior  de  are- 
na. Además,  la  l)ahía  será  provista  de  todos  los  ele- 
mentos modernos  con  que  se  ha  dotado  á  los  demás 
puertos  que  el  Gobierno  ha  reconstruido  en  los  doce 
últimos  años. 

La  im])0]'tancia  de  las  mejoras  en  los  ])uertos  no 
puede  ser  exagerada,  pues  por  ellas  se  ha  estimulado 
el  tráfico  marítimo  en  todos  sentidos  y  han  hecho  ])0- 
sible  para  los  ferrocarriles  el  acrecentar  material- 
mente sus  entradas.  También  han  im])ulsado  el  co- 
mercio y  movimiento  mercantil  en  toda  la  Re])úbli- 
ca ;  pero  no  sólo  estriba  su  importancia  en  lo  que 
han  hecho,  sino  en  lo  que  tornarán  ])osible  hacer  en 
el  porvenir.  Existen  ahora,  tanto  en  las  costas  del 
Golfo  mexicano  como  en  las  del  Pacífico,  puertos  ca- 
paces de  alojar  á  los  más  grandes  vapores  oceánicos, 
los  que  pueden  desembarcar  sus  pasajeros  á  orilla 
de  los  muelles.  Esto  significa  un  vasto  aumento  ac- 
tual y  futuro  del  tráfico  marítimo.  Aún  cuando  han 
sido  grandes  las  sumas  gastadas  para  mejorar  los 
l)uertos  de  ]México,  el  aumento  en  los  negocios  i)ro- 
ducido  en  toda  la  Ke])ública  como  una  consecuencia 
de  esas  obras,  compensa  y  retorna  rápidamente  el 
dinei'o  invertido.  El  aumento  de  los  ingresos  por  de- 
rechos de  puerto,  es  también  un  espléndido  producto 
del  ca])ital  invertido. 

Pero  además  del  aumento  real  en  los  derechos  de 


MEJORAS  EN  IOS  PUERTOS.  101 

puerto  Y  el  estímulo  del  comercio  marítimo,  debe 
también  tomarse  en  cuenta  la  influencia  de  los  puer- 
tos sobre  la  acti^ádad  industrial  y  mercantil  del  país 
en  general,  cuya  influencia  ha  sido  notable  y  promete 
acrecentar  constantemente  su  importancia  en  el  fu- 
turo. 

Un  diario  prominente  de  México,  expresó  hace 
algunos  años,  cuando  se  discutía  la  cuestión  de  mejo- 
ras en  los  puertos,  que  era  inversión  segura  la  que 
se  confiaba  al  futuro  de  México,  con  sus  vastos  recur- 
sos sin  desarrollar  y  la  actividad  perceptible  en  to- 
das las  líneas  de  negocios  en  todas  las  comarcas  de 
su  territorio.  El  (lobierno  mexicano,  en  los  últimos 
treinta  años,  ha  estado  siempre  dispuesto  á  confiar 
en  el  futuro  del  país  y  á  esta  fe  se  debe  la  sucesión 
de  mejoras  que  han  marcado  la  administración  de 
Díaz,  de  las  cuales  no  son  las  menores  las  obras  en 
los  ]niertos  ya  terminadas,  en  actual  prosecución  y 
á  ])unto  de  terminarse  ó  las  que  se  com])leten  en  el 
futuro. 


CAPITULO  LIV. 

Fases    comerciales. 

El  hombre  de  negocios  mexicano,  que  no  es  sino 
rara  vez  comprendido  y  apreciado  en  su  justo  valer 
por  los  extranjeros,  está  mostrando  ser  un  gran  fac- 
tor en  la  edificación  de  la  República.  Se  alega  que  el 
extranjero,  por  su  mayor  espíritu  de  empresa,  lo  re- 
lega á  un  término  secundario ;  pero  no  es  éste  el  caso 
exacto.  Desde  la  era  española,  México  ha  sido  un 
campo  de  atracción  para  el  comerciante  del  Viejo 
Mundo.  Poco  después  de  la  conquista,  los  franceses, 
alemanes  y  otros  europeos  vinieron  á  él  con  un  vasto 
surtido  de  mercaderías.  El  francés  trajo  sus  telas, 
lencería,  perfumes  y  objetos  de  lujo;  el  alemán  su  fe- 
rretería, armas  y  municiones.  Ambos  obraron  acer- 
tadamente, pues  hubo  gran  demanda  de  sus  efectos 
y  muchas  han  sido  las  fortunas  producidas  por  la 
labor  mercantil  en  México.  Sin  embargo,  esos  comer- 
ciantes muy  pronto  enseñaron  su  arte  y  trasmitieron 
sus  prácticas  á  algunos  de  sus  más  brillantes  em- 
pleados, los  que  en  muchos  casos  llegaron  á  estable- 
cerse por  sí  solos;  pero  debido  á  la  falta  de  capital 
sus  importaciones  hubieron  de  ser  hechas  en  menor 
escala,  produciendo  la  consiguiente  disminución  de 
utilidad.  Esto  sólo  sirvióii  para  fomentar  las  carac- 
terísticas naturales  para  lograr  estal)lecer  un  co- 
mercio activo  bajo  buenas  bases. 

El  comerciante  al  por  mayor  consideraba  como 
una  iitil  pérdida  de  tiempo  la  discusión  y  regateo 
acerca  del  precio;  mas  el  mexicano,  por  su  hábil  for- 
ma de  efectuar  sus  transacciones,  jíronto  avanzó  has- 
ta el  punto  de  amenazar  seriamente  la  influencia  co- 
mercial del  extranjero.  Estas  condiciones  subsisten 
hoy.  El  comerciante  extranjero  ha  tenido  la  ventaja 
de  contar  con  capital  más  considerable;  pero  el  me- 
xicano conoce  mejor  á  los  parroquianos  y  por  lo  re- 


YiSTA  DE  LA  Plaza.  I'okkllv.  Micii. 


FASES  COMERCIALES.  163 

giilai  es  v.ayo  el  mayor  provecho.  Al  mismo  tiempo 
ajusta  á  sus  dependientes  con  un  sueldo  más  bajo  y 
por  su  método  en  dirigirlos  asegura  de  ellos  un  máxi- 
mum de  servicios  por  un  mínimum  de  salario. 

El  extranjero  será  siempre  un  elemento  princi- 
pal en  el  gran  tráfico  mercantil  en  México ;  pero  en 
las  Agentas  al  menudeo,  cuyo  negocio  depende  prin- 
cipalmente del  vulgo,  su  influencia  va  en  decadencia 
gradual.  Se  inicia  ya  en  México  un  considerable  mo- 
vimiento comercial  al  por  mayor,  que  abarca  todos 
los  ramos.  Los  corredores  están  estableciendo  cen- 
tros de  distribución  para  todos  los  puntos  del  país. 
Esa  vasta  empresa  está,  prácticamente,  dominada 
por  el  extranjero  y  continuará  aún  en  sus  manos  por 
muchos  años;  \wyo  el  número  de  extranjeros  que  se 
dedican  al  comercio  i)or  menor  se  \é  más  y  más  re- 
ducido cada  día.  Esta  es  la  causa  directa  de  que  el 
hombre  comercial  mexicano  avance  en  ])reeminencia. 
pareciendo  destinado  á  dominar  en  un  futuro  cerca- 
no al  comercio  al  menudeo  en  el  país. 

Una  de  las  más  apreciables  cualidades  del  comer- 
ciante mexicano  es  su  paciencia,  la  cual  es  de  todo 
punto  necesaria  en  este  país  y  muchos  de  los  extran- 
jeros no  la  poseen.  Xada  importa  averiguar  cuál  sea 
el  factor  responsable  de  la  imposibilidad  de  acelerar 
las  cosas  en  Méxco,  mas  es,  sin  embargo,  cierto  (jue 
no  es  práctico  intentar  negocio  alguno  bajo  tales  mé- 
todos de  impaciencia.  Esta  es  una  lección  bastante 
dura  que  el  extranjero  debe  aprovechar,  pues  sólo 
esa  circunstancia  ha  bastado  para  el  fracaso  de  mu- 
chas emi^resas  al  por  menor  en  México.  Por  supuesto 
que  siempre  habrá  establecimientos  mercantiles  con- 
ducidos por  extranjeros  que  practiquen  sus  ventas  al 
menudeo  y  que  cuentan  con  una  gran  colonia  de  su 
propia  nacionalidad  de  donde  formar  su  clientela,' 
é  igualmente,  será  siempre  el  español  un  importante 
factor  en  el  comercio  de  abarrotes.  La  paciencia,  in- 
nata en  el  mexicano,  le  adapta  sobre  manera  para 
operaciones  mercantiles  directas  con  el  público.  Lo 
que  le  falta  en  energía  lo  suple  con  largas  horas  de 


164  DÍAZ  T  MÉXICO. 

hibor  y  constante  dedicación  al  negocio.  Puede  decir- 
se que  su  inciativa  no  está  tan  cultivada  como  la 
del  extranjero;  pero  es  pronto  en  imitar  y  rápida- 
mente aprende  por  su  contacto  con  otros  que  tienen 
más  experiencia  en  los  negocios  que  él.  La  refinada 
cortesía  usada  ])or  los  mexicanos  es  otro  factor  de 
gran  ayuda  frecuente ;  un  ejemplo  ilustrará  este  pun- 
to :  Dos  comerciantes  se  hallaban  envueltos  en  un  liti- 
gio sobre  la  renta  de  cierto  edificio.  Cada  uno  soste- 
nía que  estaba  en  lo  justo ;  el  tema  de  la  cuestión  se 
tratal)a  una  y  otra  vez,  alejándose  más  cada  momen- 
to de  la  posibilidad  de  un  acuerdo.  Por  ambas  par- 
tes se  emplearon  abogados  y  el  asunto  ])rometía  con- 
tinuar siendo  un  pleito  hasta  el  fin.  La  dis])uta  era 
de  tal  naturaleza,  que  la  parte  que  resultara  victo- 
riosa obtendría  una  gran  ventaja  bajo  el  punto  de 
vista  comercial.  En  tanto  que  el  negocio  era  prose- 
guido con  toda  actividad,  los  contendientes  en  lo  per- 
sonal continuaban  tratándose  enlaformamásamiga-^ 
ble  posible.  Se  cambiaban  invitaciones  para  comer 
juntos  y  al  verlos  tratarse  con  tanta  amistosidad.  na- 
die habría  sos])echado  que  en  los  Juzgados  estuvie- 
sen á  punto  de  lanzarse  uno  contra  otro.  Al  ])regun- 
tar  á  uno  de  ellos  el  por  qué  se  mostraba  tan  afable 
con  su  contrincante,  ])areció  sorprenderse  de  la  pre- 
gunta y  replicó  que  sus  diferencias  eran  puramente 
de  carácter  comercial ;  ]>ero  de  ningún  modo  se  re- 
ferían á  asuntos  personales.  ¿Habría  sido  éste  el  conv 
l)ortamiento  de  un  anglo-sajón  en  una  situación  aná- 
loga? Es  seguro  que  si  se  hubiese  suscitado  una  cues- 
tión idéntica  entre  dos  extranjeros,  la  habrían  lleva- 
do hasta  el  punto  de  convertirla  en  agracio  personal, 
rehusándose  mutuamente  el  saludo  y  aplicando  to- 
dos sus  esfuerzos  á  hacer  patente  su  animosidad  en 
contra  del  conqjetidor.  El  mexicano  no  malgasta  su 
energía  en  contiendas ;  se  dedica  á  su  negocio  y  pro- 
sigue, año  tras  año,  apilando  dinero  quieta  y  calla- 
damente. Cuando  el  mexicano  tiene  que  tratar  di- 
rectamente con  el  extranjero,  sus  métodos  distan  mu 


> 


FASES  COMERCIALES.  K;.') 

cho  (le  ser  comparables  á  los  de  los  americanos  ó  ale- 
manes. 

Los  grandes  plazos  de  crédito  que  varias  casas  en 
Europa  conceden,  lian  hecho  imposible  la  prácti- 
ca del  sistema  de  ventas  al  contado  y  á  treinta  días. 
Cualesquiera  que  sea  su  situación  financiera,  el  me- 
xicano siempre  requiere  un  amplio  plazo,  aún  pagan- 
do más  por  las  mercancías  con  tal  de  obtenerlo.  La 
imposibilidad  de  tanto  manufacturero  americano  pa- 
ra colocar  sus  ])roductos  en  el  mercado  de  JMéxico  es 
debido  á  su  fracaso  para  llegar  á  un  acuerdo  sobi-e 
ese  punto.  El  precio  del  artículo  puede  sufrir  fácil 
mente  un  recargo  para  cubrir  con  él  los  intereses  adi- 
cionales correspondientes  al  tiempo  en  que  esté  in- 
soluto el  crédito  y  sin  que  ese  gravamen  constituya 
un  serio  obstáculo  para  la  realización  de  la  Agenta.  El 
])lazo  usual  debe  extenderse  si  el  negocio  se  efectúa 
en  amplia  escala. 

Es  fácil  hallar  muchos  ejemplos  para  demostrar 
que  el  comerciante  mexicano  no  ha  sido  tan  punti- 
lloso para  cubrir  sus  compromisos  como  lo  son  los 
comerciantes  extranjeros ;  pero  sin  embargo,  ima 
simple  estadística  probaría  que  pocas  son  las  cuen- 
tas que  se  pierden  en  México  en  proporción  al  núme- 
ro de  las  que  se  quedan  sin  cubrir  en  los  Estados  Uni- 
dos. El  comerciante  mexicano  debe  ser  tratado  con 
cierto  tacto,  pues  aún  cuando  tiene  algunos  defectos, 
su  paciencia  y  conocimiento  de  las  condiciones  loca- 
les favorecen  el  establecimiento  á  través  de  la  Kepú- 
blica  de  una  industria  mercantil  que  promete  hacer- 
lo un  factor  de  estima  en  la  futura  prosperidad  co- 
mercial del  país. 

Pocos  lugares  en  el  mundo  han  efectuado  un  avan- 
ce tan  rápido  como  México  durante  los  últimos  80 
años,  teniendo  en  cuenta  las  dificultades  con  que  ha 
tenido  que  luchar.  Cuando  el  Gobierno  actual  subió 
al  poder,  el  país  se  hallaba  profundamente  sumergi- 
do en  deudas  y  sus  ingresos  no  bastaban  para  su- 
fragar los  gastos  de  la  administración.  El  comercio 
y  movimiento  mercantil  estaban  paralizados,  el  ca- 


166  DÍAZ  T  MÉXICO. 

pital  se  liallaba  temeroso  de  inversión,  los  bancos  en 
estado  ruinoso;  ferrocarriles,  prácticamente  no  ha- 
bía ninguno,  exceptuando  la  línea  desde  Veracruz  á 
la  capital  y  partes  de  la  misma  destinadas  á  servir 
como  ramales.  Bandidos  y  asaltantes  asolaban  el 
país  de  uno  á  otro  extremo;  la  minería  estaba  muer 
ta  por  las  dificultades  y  peligros  que  ofrecía  su  ex- 
plotación. Lo  peor  de  todo  era  que  los  mismos  habi- 
tantes de  México  habían  casi  perdido  la  fe  en  que  las 
condiciones  industriales,  comerciales  y  políticas  de 
su  patria  habrían  de  mejorar.  Desde  entonces  ¡  cuán- 
tos cambios  han  ocurrido!  México  ha  sido  transfor- 
mado en  uno  de  los  países  más  seguros  del  globo.  Mi- 
llones de  pesos  han  afluido  á  la  Kepiiblica  para  inver- 
sión en  varias  empresas.  La  nación  ha  sido  colocada 
bajo  una  base  sólida  política  y  financiera ;  han  sur- 
gido nuevas  industrias  por  todas  partes;  banco  tras 
banco  abre  sus  puertas ;  los  tímidos  han  desecha- 
do sus  temores  de  re^1leltas  internas  y  el  elemento 
nativo  ha  contribuido  con  grandes  sumas  á  la  forma- 
ción de  vastas  negociaciones,  cosa  que  nunca  pudo 
lograrse  antes  del  advenimiento  de  Díaz  al  poder. 
A  lo  ancho  y  á  lo  largo  de  la  Eepública  se  han  cons- 
truido vías  de  comunicación  y  millares  de  millas  de 
vías  férreas  se  han  añadido  á  las  comparativamen- 
te escasas  existentes,  cuando  Porfirio  Díaz  fué  nom- 
brado Jefe  Ejecutivo  de  la  Nación  en  1876. 

El  resultado  de  todo  esto  es  que  cada  ramo  de  la 
industria  ha  obedecido  el  impulso  de  avance  inicia- 
do por  tan  extensas  mejoras  en  los  medios  de  comu- 
nicación y  de  transporte,  ha  prosperado  bajo  las  es- 
tables condiciones  políticas  y  la  confianza  sentida 
por  doquier  en  las  buenas  intenciones  y  solidez  del 
Gobierno. 

En  todas  las  ciudades  y  poblaciones  surge  una 
nueva  raza  mexicana,  pues  las  escuelas  públicas  en 
ellas  establecidas  han  cultivado  las  inteligencias  y 
hecho  poderoso  el  móvil  del  saber.  Entre  5  y  7  de 
la  noche  pueden  verse  en  las  ciudades  centenares  de 
jóvenes  bien  vestidos  y  con  apariencia  de  prósperos 


1 

1 

D.  FÉLIX  Parra.— (Pintor  Mexicano.) 


FASES  COMERCIALES.  1«7 

burgueses,  salir  de  sus  oficiuas  y  sitios  de  trabajo. 
Todos  ellos  ganan  diez  veces  más  que  el  sueldo  de  que 
disfrutaron  sus  padres.  Es  digno  de  notarse  también 
que  todos  ellos  son  jóvenes,  sin  que  el  mayor  exceda 
de  treinta  años.  Son  producto  de  la  nueva  condición 
de  las  cosas,  de  la  enseñanza  técnica  y  de  las  moder- 
nas industrias  que  lian  brotado  de  la  prosperidad  du- 
rante los  últimos  veinte  años  y  que  reclaman  ope- 
rarios hábiles  y  firmes.  Esto  no  es  sino  un  comienzo. 
Otra  generación  florecida  al  amparo  de  igual  hábil 
manejo  verá  en  México,  en  las  ciudades  y  poblacio- 
nes al  menos,  una  numerosa  clase  media  establecida 
y  próspera,  cosa  que  en  la  pasada  historia  de  la  Ke- 
pública  prácticamente  no  existió.  Esa  clase  media 
será  doblemente  valiosa :  por  la  actividad  industrial 
de  que  manará  y  por  j)oseer  la  ventaja  de  ser  ellos 
mismos  consumidores.  Cuando  una  nación  produce 
consumidores,  se  vé  obligada  á  reti'ibuir  bien  á  los 
trabajadores.  En  los  Estados  Tenidos  y  Ca- 
nadá el  obrero  por  lo  general  habita  en  una  casa  có- 
moda y  agradable ;  tiene  con  frecuencia  en  su  sala  un 
órgano  ó  un  piano ;  le  agradan  los  l)uenos  muebles 
y  disfruta  de  una  que  otra  fiesta  ocasional  en  su  lio- 
gar.  A  menudo  envía  á  sus  hijos  á  una  escuela  su- 
perior ó  á  un  buen  colegio  y  algunos  eventualmente 
alcanzan  llegar  á  la  Universidad.  Todo  esto  requie- 
re dinero  y  el  obrero  debe  tenerlo;  íisí  el  escalafón 
de  sueldos  tiene  que  ascender  y  toda  la  nación  tór- 
nase en  consumidora.  De  este  modo  se  labra  la  rique- 
za real  de  un  país :  bajo  las  manos  activas  que  pro- 
ducen y  seres  que  por  su  trabajo  viven  como  el  hom- 
bre debe  vivir.  En  el  pasado,  México  no  ha  conta- 
do sino  con  una  clase  general  de  consumidores :  los 
propietarios,  capitalistas,  profesionales  y  comercian- 
tes. La  clase  pobre  vegetaba  en  una  existencia  más 
de  bestia  que  de  ser  humano.  Pero  el  régimen  de  Díaz 
ha  comenzado  á  cambiar  ese  estado  lamentable  y  una 
numerosa  clase  media  se  ha  formado,  que  empieza 
á  disfrutar  de  bienestar  y  actividad.  Cierto  es  qu(í 
todavía  se  ven  en  México  muchas  infelices  humanida- 


lOH  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

des  que  muestran  los  efectos  de  la  miseria  y  el  vicio ; 
pero  esos  pobres  seres,  aún  siendo  muclios,  sólo  son 
un  indicio  de  lo  que  era  México  cuando  prácticamen- 
te no  existía  otro  pueblo  (|ue  el  de  esa  misma  clase. 
Si  se  quiere  demarcar  el  progreso  de  un  país,  debe 
primeramente  fijarse  el  i)unto  de  partida,  trazar  un 
curso  y  calcular  las  dificultades  bajo  las  cuales  ha  te- 
nido (¡ue  atravesar.  Pocos  países  del  mundo  han 
avanzado  tan  ráindamente  como  INIéxico  durante  el 
pasado  tercio  de  siglo.  La  maravillosa  mejoría  reali- 
zada en  cada  línea  de  la  industria,  de  la  educación 
y  de  las  condiciones  sociológicas  del  pueblo,  es  la  más 
elocuente  frase  de  encomio,  i)or(pie  aiin  cuando  las 
condiciones  de  las  clases  ínfimas  de  la  Kepública  pue- 
dan ser  aún  míseras,  tal  como  han  sido  descritas  re- 
cientemente por  ciertos  editores  de  i-e vistas,  sin 
embargo,  esas  condiciones  han  mejorado  notablemen- 
te en  ia  última  década  y  esa  miseria  eu  general  es 
más  aparente  que  efectiva,  toda  vez  que  los  indios 
se  han  amoldado  á  su  vida  peculiar  y  no  sufren  con 
ella  gran  i)rivación  ó  inconveniencia.  En  ellos  es  don- 
de el  go])ierno  ha  tropezado  con  la  más  grave  dificul- 
tad para  mejorar  las  condiciones  sociológicas  del 
país.  La  masa  común  del  pueblo  tiene  que  ser  impul- 
sada; lo  que  admira  es  que  tanto  se  haya  logrado  en 
un  corto  ])eríodo.  Xo  es  tarea  fácil  crear  una  clase 
media  en  el  transcurso  de  una  sola  generación  y  es- 
to se  ha  efectuado  en  ]México.  Esta  clase  media  sinte- 
tiza la  palabra  'industria."  Es  el  resultante  de  la 
expresión  viva  de  la  modificación  lograda  en  la  situa- 
ción industrial  durante  una  generación.  Es  una  fase 
en  el  desarrollo  general  durante  el  régimen  de  Díaz, 
sobre  la  cual  nunca  bastaría  llamar  la  atención.  Si 
aquellos  que  han  hecho  un  medio  de  especulación  el 
denigrar  á  México,  hubiesen  estudiado  ese  sólo  as- 
pecto del  desarrollo  de  la  República,  cesarían  de  for- 
jar cuadros  tan  falsos  y  distantes  de  la  verdad  sobre 
las  condiciones  en  la  actualidad  existentes  en  Mé- 
xico. 


CAPITULO  LV. 

Industria  y  progreso. 

El  éxito  general  de  la  prosperidad  de  todo  país 
depende  principal  mente  del  progreso  de  sus  indus- 
trias. Una  mirada  retrospectiva  á  la  historia  de  Mé- 
xico durante  el  último  tercio  de  centuria,  ilustra  es- 
te asunto  del  modo  más  claro,  inequívoco  y  admira- 
ble. El  México  de  ayer  y  el  de  hoy  no  parecen  ser  los 
mismos  países.  El  verdadero  motivo  de  todo  el  pro- 
greso heclio  durante  este  período,  se  encuentra  en  el 
admirable  desarrollo  industrial  y  comercial  del  país. 
Kl  último  debe  incluirse  en  el  primero,  pues  toda  la 
importancia  que  ha  adquirido  durante  los  últimos 
veinte  años,  depende  exclusivamente  de  éste. 

El  año  de  187(5,  cuando  asumió  el  General  Díaz 
])rovisionalmente  la  presidencia  de  la  República,  el 
país  se  encontraba  apartado  de  toda  participación 
en  los  asuntos  del  resto  del  mundo,  á  causa  de  su  in- 
competencia manifiesta  para  arreglar  los  suj^os  pro- 
pios. Había  sido  de  tal  modo  desgarrado  por  las 
guerras  civiles  durante  tanto  tiempo,  que  era  inca- 
paz de  defenderse  contra  las  exacciones  de  otros  paí- 
ses, que  se  amparaban  con  la  excusa  del  desgobier- 
no de  la  República,  para  ejercer  presión  por  medio 
de  la  di])lomacia. 

Tan  l)ajo  había  caído  México  en  el  nivel  de  las  na- 
ciones, que  pocas  de  ellas,  excepto  los  Estados  Uni- 
dos y  las  grandes  naciones  de  Europa,  se  interesa- 
ban por  mantener  en  su  territorio  agentes  consulares 
ó  diplomáticos.  En  otras  palabras,  estaba  poco  más 
ó  menos  que  aislado  en  su  posición  entre  las  naciones. 

Los  Estados  de  la  Repiiblica  y  aún  los  mismos 
pueblos  y  ciudades,  se  habían  puesto  barreras  unos 
contra  otros  en  forma  de  impuestos  locales,  que  ten- 
dían á  obstruir  el  comercio  y  á  impedir  el  desarrollo 
natural  de  las  actividades  de  las  varias  comunida- 


170  1)1  AZ  T  MÉXICO. 

des  que  componían  la  nación.  Iguales  barreras  anti- 
eoonómicas  había  colocado  la  Kepiiblica  entre  sí  mis- 
ma y  las  naciones  extranjeras,  especialmente  con 
los  Estados  Unidos,  su  Acecino  de  mayor  influencia. 
Todo  esto  tenía  por  resultado  retardar  y  obstruir  el 
desarrollo  de  las  industrias  del  país,  siendo  de  éstas 
de  quienes  dependía  el  progreso  del  mismo.  Es,  por 
consiguiente,  de  interés  especial  seguir  el  desarrollo 
que  México  lia  logrado  durante  el  liltimo  tercio  de 
centuria  y  los  esfuerzos  que  lia  hecho  para  libertar- 
se de  las  antiguas  trabas  coloniales,  que  había  ante- 
riormente insistido  en  conservar,  á  pesar  de  que  se 
enorgullecía  con  llamarse  República  y  se  jactaba 
de  sus  principios  é  instituciones  democráticas,  la  ma- 
yor parte  de  las  cuales,  existían  solamente  escritas 
en  el  papel  y  en  la  imaginación  del  partido  liberal. 
Este  se  oponía,  en  tiempo  de  Juárez,  á  conectar  Mé- 
xico por  medio  de  líneas  férreas  con  los  Estados  Uni- 
dos, por  temor  de  la  intervención  de  su  poderoso  ve- 
cino del  Norte  en  los  asuntos  del  país ;  pues  efectuan- 
do tal  conexión,  la  capital  de  México  no  quedaba  sino 
á  dos  ó  tres  días  de  la  frontera  del  Xorte. 

No  pudo  tampoco  ver  el  partido  liberal  cómo  se 
podían  arbitrar  rentas  para  el  sostenimiento  de  la 
administración  de  las  ciudades,  pueblos  y  Estados, 
si  se  suprimían  las  gabelas  que  entre  ellos  existían. 
También  muchos  del  partido  se  oponían  á  permitir 
á  los  extranjeros  á  venir  á  la  Repíiblica  en  calidad 
de  inmigrantes;  temiendo  que  el  país  fuera  invadido 
por  americanos  del  norte,  quienes,  con  el  transcurso 
del  tiempo,  podían  llegar  en  tanto  número  y  ser  tan 
poderosos,  hasta  lograr  á  pronunciarse  en  favor  de 
la  anexión  de  México  á  los  Estados  Unidos,  como 
había  sucedido  algunos  años  antes  en  el  caso  de  Te- 
xas. 

Pero  todas  estas  ideas  y  toda  esta  política  han 
cambiado  completamente  durante  la  presidencia  del 
General  Díaz,  quien  desde  los  primeros  años  de  su 
administración,  se  ha  manifestado  decididamente  á 
favor  del  desarrollo  de  las  industrias  del  país  en 


'Madoxa"  Cuadro  de  üon   Alberto   Fevster. 


INDUSTRIAS  Y  PROGRESO.  171 

todas  direcciones  y  por  todos  los  medios  i)osibles. 
Siempre,  en  toda  ocasión,  ha  alentado  a  los  que  han 
manifestado  deseo  honrado  de  fomentar  las  indus- 
trias y  de  adelantar  los  intereses  del  país.  Millones 
de  pesos  han  sido  gastados  por  el  Gobierno  mexica- 
no en  subvenciones  para  el  establecimiento  de  indus- 
trias nuevas  dentro  de  las  fronteras  de  la  Repúbli- 
ca ;  y  á  centenares  de  empresas  nuevas  se  les  ha  con- 
cedido exención  de  impuestos  por  cierto  período  de 
tiempo.  Como  resultado  de  todo  esto,  las  industrias 
de  México  han  comenzado  á  asumir  una  importancia 
tal,  que  garantiza  la  esperanza  de  que  serán,  en  un 
futuro  próximo,  tan  activas  como  lo  requieren  la  vas- 
ta extensión  del  país  y  el  número  de  su  población. 

Para  comprender  la  situación  actual  de  las  indus- 
trias de  México,  es  absolutamente  indispensable  sa- 
ber á  cuan  bajo  nivel  habían  llegado  todas  las  acti- 
vidades industriales  de  la  República  cuando  asumió 
la  presidencia  el  General  Díaz  en  1876;  pues  el  cami- 
no recorrido  solamente  puede  apreciarse  sabiendo 
cuál  fué  el  punto  de  partida  y  cuáles  han  sido  las  di- 
ñcultades  que  han  tenido  que  ATUcerse  en  un  espacio 
de  tiempo  dado;  y  si  se  conoce  bien  el  punto  de  par- 
tida, y  se  toma  debidamente  en  consideración,  al 
igual  que  las  dificultades  que  se  han  tenido  que  ven- 
cer, el  juicio  imparcial  no  puede  ser  otro,  sino  el  de 
que  México  ha  adelantado  muchísimo  en  la  senda 
del  desarrollo  de  la  industria  nacional. 

Los  pocos  bancos  que  poseía  México  en  1876  es- 
taban prácticamente  medio  quebrados ;  3^  mantenían 
tal  temor  de  las  constantes  reA'oluciones  que  pertur- 
baban el  país  y  de  la  condición  de  semi-anarquía 
prevaleciente,  que  era  casi  imposible  obtener  dinero 
de  ninguno  de  ellos  para  ninguna  empresa  indus- 
trial, y  mucho  menos  para  una  de  naturaleza  comer- 
cial. Este  estado  de  cosas  continuó  por  algunos  años 
después  que  el  General  Díaz  subió  al  poder ;  pues  el 
sentimiento  de  des?onfianza  es  muy  difícil  borrar 
en  un  pueblo  ó  en  una  nación.  Efectivamente,  hay 
aún  miles  de  indi\dduos  en  México  hoy,  que  no  pien 


172  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

san  en  confiar  su  dinero  á  im  banco,  aunque  tengan 
muchos  cientos  de  pesos  en  efectivo  que  guardar. 

El  año  de  1897  habían  10  bancos  autorizados  en 
México,  con  un  capital  de  poco  más  de  146  millones 
de  pesos;  y  el  año  pasado  había  en  la  Eepública  34 
bancos  autorizados,  con  un  cai^ital  de  más  de  750 
millones.  Tenemos,  pues,  que  el  aumento  en  bancos 
autorizados  durante  ese  tiempo,  fué  de  240  por  cien- 
to, y  el  aumento  del  capital  de  dichos  bancos  de  417 
por  ciento. 

El  comercio  del  país  nos  cuenta  la  misma  histo- 
ria. El  año  de  187()  las  exportaciones  de  México  lle- 
garon, en  números  redondos,  á  37  millones,  mien- 
tras que  las  importaciones  fueron  de  27  millones 
de  pesos.  En  lOOÍ)  las  exportaciones  habían  aumen- 
tado á  231  millones,  ó  sea  un  aumento  de  755  por  cien- 
to, y  las  importaciones  á  156  millones,  ó  sea  un  au- 
mento de  117  por  ciento.  Los  presupuestos  del  Gobier- 
no para  los  gastos  de  su  administración^  para  sub- 
venciones y  para  otros  usos,  muestran  igual  aumen- 
to. El  presupuesto  de  1876  fué  de  25  millones  de  pe- 
sos solamente,  en  números  redondos,  mientras  que 
en  1809  llegó  á  98  millones,  ó  sea  un  aumento  de  292 
por  ciento.  Estos  son  aumentos  enoi'mes,  posibles  so- 
lamente en  un  país  sin  explotar  como  ^léxico,  y  que 
había  sido  retrasado  en  la  carrera  del  progreso  mo- 
derno por  condiciones  interiores  especiales,  debidas 
á  métodos  anticuados  de  gobierno  y  á  las  luchas  ci- 
viles (pie  habían  tenido  lugar  dentro  de  sus  fronte- 
ras durante  más  de  medio  siglo,  antes  de  que  logra- 
ra establecerse  la  paz,  que  es  la  que  ha  proporcionado 
oportunidad  para  el  desarrollo  nacional. 

Pero  hay  otro  punto  de  vista  en  este  asunto  que 
muestra  también  el  gran  desarrollo  del  país  por  la 
senda  de  la  prosperidad  nacional.  Es  el  ai^recio  que 
en  el  exterior  se  tiene  hoy  por  ^México,  y  sobre  todo, 
el  crédito  que  ha  adquirido  en  el  mundo  de  los  capi- 
talistas. Cuando  el  General  Díaz  tomó  las  riendas 
del  poder  en  1876,  tuvo  que  pagar  el  doce  por  ciento 
anual  por  el  poco  dinero  que  obtuvo  para  cubrir  ne- 


■a 


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I3ÍDUSTRIAS  Y  PROGRESO.  173 

cesiclades  imperiosas  del  Gobierno.  Pero  ni  ann  á  es- 
te alto  interés,  estaban  dispnestos  los  bancos  de  Eu- 
ropa á  prestar  cantidades  grandes  de  dinero  á  la 
entonces  inestable  Eepública. 

Desde  aquellos  penosos  tiempos  para  hoy,  la  ma- 
yor parte  de  la  deuda  pública  de  México  ba  sido  con- 
solidada bajo  la  base  de  cuatro  por  ciento  al  año. 
Esto  significa  un  doscientos  por  ciento  de  aumento 
en  la  confianza  pública  hacia  México  de  los  mercados 
monetarios  del  mundo.  Ahora,  cualquier  emi^réstito 
que  el  país  desee  obtener,  es  cubierto  inmediatamen- 
te á  un  interés  muy  bajo.  En  otras  palabras,  el  pais 
que  hace  un  tercio  de  siglo,  era  la  desesperación  del 
mundo  financiero,  goza  hoy  de  la  mayor  confianza  y 
crédito  en  todos  los  mercados  monetarios  de  los  Es- 
tados Unidos  y  de  Europa.  México  ha  dejado  su  pa- 
sado muerto  y  enterrado,  y  no  se  preocupa  ya  ni  de 
hacerle  las  exequias. 

Todo  el  mundo  civilizado  ha  despertado  ya  al 
hecho  de  que  México  se  ha  conquistado  un  puesto  en- 
tre las  naciones  progresistas  y  que  rápidamente  des- 
arrollan sus  industrias,  y  todos  los  países  están  hoy 
ansiosos  de  estrechar  sus  relaciones  con  él.  El  resul- 
tado de  esto  es,  que  la  República  ha  logrado  hacer 
tratados  comerciales  ventajosos  con  las  naciones  co- 
merciales más  adelantadas  del  mundo,  que  ahora  se 
apresuran  á  enviar  á  la  antigua  tierra  de  los  Moc- 
tezumas, sus  mejores  diplomáticos  y  agentes  consu- 
lares. Estos  representantes  son  para  hacer  negocios ; 
y  el  negocio  es  atender  los  intereses  de  los  diferen- 
tes países,  siendo  de  éstos,  por  cierto,  no  el  de  menor 
importancia,  el  de  asegurarse  cada  cual  la  parte  ma- 
yor posible  del  comercio  del  país. 

Esto  está  en  gran  contraste  con  las  condiciones 
que  prevalecían  en  la  República  el  año  de  187G,  cuan- 
do el  diplomático  más  importante  que  entonces  re- 
sidía en  México,  ocupaba  sus  energías  en  crearse 
un  nombre  sacando  avante  negociaciones  de  natura- 
leza más  ó  menos  obscura,  en  perjuicio  de  los  verda- 
deros intereses  de  su  propio  país,  que  dejaba  entera- 


174  DÍAZ  T  MÉXICO. 

mente  abaiKlonados.  Ahora  las  naciones  progresis- 
tas de  Europa,  comprenden  que  deben  enviar  sus 
mejores  representantes  á  México;  pues  la  creciente 
imiiortancia  del  país  así  lo  requiere. 

El  aumento  de  la  a'ed  ferroviaria  de  la  Kepúbli- 
ca  durante  la  administración  del  General  Díaz,  au- 
mento principalmente  debido  al  decidido  apoyo  y  al 
estímulo  dados  por  el  Gobierno  á  los  promotores  y 
contratistas  de  ferrocarriles,  muestra,  (piizá  mejor 
que  cualquier  otro  ramo  de  su  progreso,  el  admirable 
desarrollo  que  ha  tenido  lugar  en  México  durante  el 
último  tercio  de  centuria.  El  año  de  1876  no  habían 
en  la  Eepública  más  que  dos  líneas  de  ferrocarriles, 
comprendiendo  por  todo  578  kilómetros.  Al  finalizar 
el  último  año  fiscal,  habían  en  México  78  líneas  y  ra- 
males de  ferrocarril,  con  una  extensión  total  de 
24,160  kilómetros,  esto  es,  un  aumento  en  el  número 
de  líneas  de  3,800  por  ciento,  y  en  extensión  de  3,087 
por  ciento.  Estos  son  números  que  sorprenden,  y  cons- 
tituyen la  mejor  refutación  á  aquellos  escritores  que 
vienen  apresuradamente  á  México,  permanecen  unos 
pocos  días  ó  meses  aquí,  regresan  á  su  país  y  pu- 
blican ligeramente  sus  impresiones  acerca  de  la  Re- 
pública. 

El  cuadro  presentado  por  el  impresionista,  po- 
drá ser  muy  interesante,  como  ha  dicho  un  escritor 
francés ;  pero  las  relaciones  del  impresionista  no  me- 
recen mucho  crédito,  por  la  misma  razón  de  que  es 
impresionista ;  lo  cual  implica  que  es  el  polo  opuesto 
del  inA'estigador,  que  se  dedica  á  estudiar  con  calma 
y  paciencia  las  causas,  las  condiciones  y  los  resul- 
tados de  toílo  lo  que  vé.  Desgraciadamente,  los  im- 
presionistas andan  desatados  en  México,  y  son  tan 
numerosos  y  tan  persistentes,  y  se  han  puesto  tan- 
to en  evidencia,  que  con  frecuencia  han  ahogado  la 
voz  de  protesta  del  escritor  sensato,  que  ha  estudia- 
do al  país  á  fondo,  y  comprende  todo  el  progreso  que 
ha  hecho,  á  pesar  de  innumerables  y  desalentadoras 
dificultades. 


IIW: 


Salón  de  Monolitos 


Capilla  Antifíwa,  Teotilmacán. 


Coatlique,  Madre  del  dios  de  la  Guerra. 


El  ludio  Triste. 


VISTAS  DEL  MUSEO  NACTONAL  DE  MÉXICO. 


CAPITULO  LVI. 

La  riqueza  y  el  futuro  de  México. 

Mucha  atención  se  ha  ciado  y  continúa  aún  dán- 
dose por  aquellos  interesados  en  ello  á  ciertos  ele- 
mentos de  la  riqueza  de  México;  pero  como  general- 
mente al  describirla  se  ha  incurrido  en  muchas  exa- 
geraciones, se  ha  perjudicado  en  vez  de  favorecer  el 
interés  que  tan  ansiosamente  desean  despertar  los 
promotores.  México  no  tiene  necesidad  de  esto.  Nin- 
gún país  del  continente  americano  se  halla  tan  lleno 
de  promesas  como  él.  En  los  lejanos  uías  de  la  lle- 
gada de  las  razas  blancas  á  las  i)la3^as  de  México,  la 
l^atria  de  los  Moctezumas  era  la  tierra  de  promisión 
de  la  América.  Era  la  mansión  de  la  opulencia,  del 
poderío  y  de  maravillosa  riqueza  agrícola.  Los  prín- 
cipes de  la  casa  de  Moctezuma  vivían  bajo  un  esi^len- 
dor  verdaderamente  oriental  por  su  magnificencia. 
En  esa  tierra  lírivilegiada,  vastos  imi)erios  habían  flo- 
recido, y  desaparecido  como  todas  las  cosas  terrena- 
les. En  ella  habían  levantádose  y  caído  dinastías  y  la 
omni-conquistadora  mano  del  azteca  dominaba  un  im- 
perio cuatro  veces  más  grande  que  el  de  España,  en  la 
época  en  que  los  españoles  por  primera  vez  pusieron 
su  planta  en  las  costas  del  dominio  de  los  3Ioctezumas. 
Entonces,  como  ahora,  la  mayor  izarte  de  este  Impe- 
rio Indio  estaba  cubierto  de  ruinas,  algunas  tan 
antiguas,  que  toda  memoria  acerca  de  su  origen  se 
perdía  en  la  obscuridad  de  los  tiempos,  constituyen- 
do grandiosos  monumentos  que  elocuentemente  pon- 
deran la  riqueza,  poder  y  esplendor  del  pasado. 

Este  mismo  país,  el  más  rico,  poderoso  y  próspe- 
ro de  todos  los  de  América  en  tiempos  de  la  conquisr 
ta,  se  encuentra  aún,  comparativamente,  falto  de  des- 
arrollo. Todavía  atesora  su  gran  caudal  de  recursos 
inexplotados  y  lo  cubren  cuidades  y  poblaciones  que 
revelan  el  bienestar  de  ciertas  clases  elevadas  de  sus 


17(5  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

liabitantes ;  pero  el  espíritu  del  moderno  progreso  que 
lia  penetrado  de  lleno  en  el  alma  del  país,  demanda 
capital,  empresa,  inteligencia  y  manos  vigorosas  que 
desarrollen  los  vastos  recursos  naturales  que  basta 
el  presente  brindan  un  campo  fructífero  al  trabajo. 

Se  imp«ne  naturalmente  la  pregunta  de  ¿por  qué 
si  en  la  éj^oca  de  la  conquista  era  México  un  país  tan 
floreciente  en  civilización  y  avance  interior,  hoy  re- 
quiere aún  capital  é  inmigración  extranjera  para  im- 
pulsar su  progreso?  La  respuesta  es  sencilla.  Hace 
un  siglo  México  se  encontraba  á  la  altura  de  los  Es- 
tados Unidos,  si  no  es  que  un  tanto  más  avanzado,  y 
ese  adelanto  no  ba  sufrido  un  retroceso,  ba  sido  sólo 
retardado  por  los  desórdenes  incidentales  á  las  gue- 
rras civiles  que  lian  conmovido  al  país  por  más  de 
medio  siglo.  En  este  tiempo,  otros  países  menos  agi- 
tados por  turbulencias  intestinas  han  progresado. 
Las  invenciones  de  las  postrimerías  del  siglo  XIX 
y  las  del  presente  han  ayudado  mucho  á  los  Estados 
Unidos  en  su  aA^ance  por  la  senda  del  progreso  mo- 
derno. I^n  gobierno  liberal  y  popular  ha  dado  á  los 
americanos  una  inmensa  ambición  que  ha  arrollado 
todo  ante  su  paso.  Las  liarreras  puestas  por  la  na- 
turaleza al  progreso  y  desarrollo  nacionales  fueron 
derribadas  por  un  pueblo  inflamado  por  el  entusias- 
mo de  la  libertad  individual  y  nacional,  que  es  la 
creadora  siempre  de  la  iniciativa. 

La  gran  población  india  y  mestiza  fué  también 
un  obstáculo  en  la  senda  de  avance  de  México  y  aún 
todavía  constituye  un  problema  que  reclama  mayor 
atención  que  ningún  otro  relacionado  con  su  desarro- 
llo intelectual,  comercial,  social  y  político.  La  in- 
fluencia de  la  casta  dominante,  que  siempre  ha  man- 
tenido sojuzgados  al  indio  y  á  su  raza,  ha  contribui- 
do también  largamente  al  retardo  del  desarrollo  del 
país  en  la  esfera  industrial  y  sociológica.  Por  esto 
México,  el  más  antiguo  en  cÍAÍlización  de  los  países 
de  América,  reclama  ansiosamente  la  ayuda  del  ca- 
pital para  abrir  sus  vastos  almacenes  de  recursos 
naturales. 


LA  RIQUEZA  Y  El  1  UTl  HO  DE  MÉXICO.  177 

Eli  todas  i^artes  de  la  Rexiública  se  nota  cierta 
ansiedad  que  tiene  su  origen  en  los  cambios  notables 
que  se  efectúan  dentro  del  país  mismo.  Es  la  inquie- 
tud que  anuncia  el  despertar  de  una  nación.  La  edu- 
cación extiende  rápidamente  su  influencia  y  la  inte- 
ligencia del  pueblo  mexicano  se  despierta,  de  uno  á 
otro  confín  del  territorio.  Es  esta  inteligencia  que 
despierta  la  que  llama  al  capital  de  Europa  y  Amé- 
rica para  ensanchar  los  recursos  naturales  del  país. 
Y  ¿cuáles  son  estos  recursos?  México  se  encuentra 
en  una  situación  análoga  á  la  que  presentaban  los 
Estados  XTiiidos  hace  medio  siglo  en  lo  que  respecta 
á  sus  condiciones  y  elementos  naturales.  Estos  sola- 
mente están  en  un  estado  de  desarrollo  parcial  y 
México  empieza  á  realizar  que  su  misión  es  ser  su 
propio  abastecedor  y  manufacturero;  que  no  es  ne- 
gocio de  provecho  remitir  sus  materias  primas  al  ex- 
tranjero para  comprar  después  el  artículo  de  ellas 
manufacturado.  Por  lo  tanto,  la  producción  de  ma- 
terias primas  y  su  elaboración  en  productos  comer- 
ciales, son  dos  puntos  que  exigen  capital  para  rea- 
lizarse prósperamente.  De  este  modo  las  ventajas  que 
México  ofrece  al  ca])italista  deben  dividirse  en  dos 
grandes  clases :  la  producción  de  materias  primas  y 
su  manufactura. 

l*ara  comprender  claramente  la  situación  de  Mé- 
xico respecto  al  capital  extranjero,  es  necesario  es- 
tudiar sus  condiciones  industriales  bajo  dos  puntos 
de  vista  distintos. 

De  una  manera  práctica  cada  ramo  de  la  indus- 
tria requiere  la  inversión  de  capital.  Esto  no  es  sino 
natural  tratándose  de  un  país,  que,  como  México,  se 
ha  visto  sujeto  á  tantos  reveses,  los  cuales  con  mano 
firme  han  retardado  el  progreso  y  desarrollo  que 
constituye  su  más  innato  derecho.  Ahora  que  el  país 
se  ha  cimentado  y  que  inteligentes  funcionarios  se 
encuentran  al  frente  del  gobierno,  la  confianza  ha 
retornado,  las  industrias  han  comenzado  de  nuevo 
á  florecer;  el  comercio,  una  vez  más,  se  está  ensan- 
chando y  las  empresas  surgen  en  pos  de  nuevos  cam- 


178  DÍAZ  Y  UTEXICO. 

pos  que  prometan  buenos  rendimientos  al  capital  y 
compensen  los  esfuerzos  ejercidos.  Estos  son  todos  los 
signos  del  despertar  de  una  nación.  Cuando  los  Es- 
tados Unidos  princi])iaron  á  recobrarse  del  retraso 
causado  por  las  guerras  coloniales,  un  clamor  ince- 
sante se  escuchó  en  todas  partes :  capital  y  más  ca- 
pital. Las  oportunidades  de  inversión  eran  muchas 
y  por  lo  mismo  el  capital  afluyó  siempre  en  corriente 
creciente  y  los  Estados  Unidos  avanzaron  á  gran  pri- 
sa. El  hombre  con  fe  en  el  porvenir  para  invertir  su 
capital  en  el  desarrollo  de  los  amplios  recursos  na- 
turales de  aquel  país,  se  hizo  enormemente  rico.  Mu- 
chas de  las  más  grandes  fortunas  primitivas  de  los 
Estados  Unidos  debieron  su  origen  á  la  ayuda  impar- 
tida por  sus  poseedores  á  la  edificación  de  un  país 
por  medio  del  desarrollo  de  sus  recursos,  de  su  co- 
mercio y  á  la  construcción  de  sus  líneas  de  trans- 
porte. 

En  este  afán  de  supremacía  México  ha  quedado 
atrás  debido  al  triste  legado  de  debilidad  y  atraso 
político  y  social,  dejado  por  la  dominación  española. 
Durante  más  de  medio  siglo,  casi  tocó  los  límites  del 
retroceso,  lo  que  causó  que  perdiese  la  confianza  en 
su  habilidad  para  gobernarse  á  sí  mismo. 

Pero  una  nueva  era  ha  comenzado  para  la  pri- 
vilegiada tierra  de  los  aztecas.  El  genio  de  un  hom- 
bre ha  restaurado  la  confianza  pública  y  ha  impulsa- 
do á  la  nación  en  una  nueva  vía.  Las  compuertas  de 
la  prosperidad  por  largo  tiempo  cerradas,  han  sido 
abiertas:  los  engranajes  de  la  industria  han  sido 
puestos  en  movimiento.  La  vida  nacional  ha  sido  to- 
talmente reanimada  y  la  esperanza  se  ha  alzado 
triunfante  del  seno  del  desaliento.  Todo  el  mundo, 
desde  el  más  humilde  artesano,  hasta  el  más  progre- 
sista propietario  han  sentido  este  impulso,  directa  ó 
indirectamente.  Es  el  impulso  de  los  grandes  ferro- 
carriles que  han  puesto  en  contacto  á  los  más  remo- 
tos confines  de  la  República  y  ligado  entre  sí  cada 
porción  territorial ;  es  el  impulso  del  telégrafo  y  de 
las  compañías  de  vapores,  de  las  empresas  que  pros- 


'.v^f'.»'^.        ■ 


Do.v  Jlax  M.  de  Pacheco. — [Pintor  Mexicano.] 


lA  RIQUEZA  T  EL  FUTURO  DE  MÉXICO.  179 

per.vii  rápidamente,  de  la  extensión  de  los  negocios 
mineros;  de  las  grandes  corporaciones  financieras  é 
industriales  que  se  organizan ;  de  la  nueA^a  educación, 
de  la  actividad  de  las  ciudades  con  su  alumbrado 
eléctrico,  su  extensa  superficie  de  pavimentación  mo- 
derna y  su  nueva  vida  cívica  y  cosmopolita,  donde  el 
extranjero  no  es  por  más  tiempo  un  extraño;  es  el 
impulso  del  modernismo  que  ha  dejado  atrás  la  es- 
trechez de  una  vida  de  provincialismo  llena  de  res- 
tricciones y  que  se  ha  revestido  con  el  amplio  ropaje 
del  cosmopolitanismo. 

Esta  es  una  nueva  vida  de  acción,  de  ambición, 
de  maravilloso  progreso;  es  una  vida  que  exije  ince- 
santemente capital  para  las  mil  y  una  empresas  que 
llaman  con  ansia  á  las  puertas  de  la  Kepública. 

Es  natural  que  el  hombre  que  ha  sido  la  principal 
fuerza  motriz  en  la  creación  de  este  estado  de  cosas, 
comprendiese  las  necesidades  que  en  un  principio  re- 
quieren; y  desde  el  comienzo  de  su  administración 
ha  mostrado  por  sus  actos  y  palabras  que  sí  las  com- 
prende. Xunca  ha  temido  la  influencia  extranjera  en 
su  tierra  natal ;  siempre  ha  reconocido  que  México  de- 
be ó  bien  marchar  á  la  cabeza  del  moderno  progreso,  ó 
quedarse  irremisiblemente  atrás  en  su  sendero.  Esta 
elevada  mira  es  la  que  le  ha  permitido  sacar  á  su 
país  del  seno  del  proAincionalismo  en  el  que  se  ha- 
llan sumergidas  actualmente  las  Repúblicas  centro- 
americanas. Muy  temprano  en  su  carrera  política  re- 
conoció que  lo  que  el  país  necesitaba  era  capital  y 
eiapresa.  El  inquieto  pasado  del  país  estaba  patente 
ante  sus  conciudadanos.  El  niño  que  se  quema  teme 
al  fuego  y  aquellos  que  habían  sido  robados  y  despo- 
jados (¿y  quiénes  no  lo  habían  sido  durante  una  ó 
muchas  de  las  insurrecciones?)  eran  extremadamen- 
te cautos  para  invertir  su  dinero  en  una  empresa  don- 
de podía  haber  peligro  de  perderlo  si  Díaz  no  logra- 
ba cons  .^rva^'  el  puesto  de  Presidente  y  establecer  la 
paz  en  toda  la  extensión  territorial ;  pero  los  extran- 
jeros resultaron  estar  dispuestos  á  correr  todos  los 
riesgos  en  un  país  que  tanto  prometía  al  hombre 


IfiO  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

emprendedor,  y  Díaz  estuvo  atento  á  hacer  que  las 
probabilidades  de  éxito  fuesen  tan  grandes  como  es- 
taba á  su  alcance  lograrlo.  Así,  el  extranjero  vino 
de  todas  partes  con  su  capital,  su  empresa  ó  su  habi- 
lidad para  reunir  y  asegurar  capital  y  gustoso  se- 
cundó los  esfuerzos  del  hombre  que  había  determina- 
do que  su  mira  fuese  siempre,  durante  el  tiempo  que 
estuviese  en  el  poder,  el  velar  ante  todo  por  la  pros- 
peridad y  progreso  de  su  patria,  Díaz  nunca  se  ha 
mostrado  ambicioso  de  acaparar  una  gran  riqueza  y 
hoy  en  día  es  relativamente  un  hombre  pobre,  aún 
cuando  ha  tenido  oportunidades  jjara  enriquecerse, 
como  nunca  las  soñara  el  más  avaro  tirano  de  una 
Kepública  centro-americana.  Tan  sólo  se  ha  mostra- 
do ambicioso  de  dejar  en  ])os  de  sí  el  nombre  de  be- 
nefactor de  su  ])atria.  Todo  aquel  con  buena  volun- 
tad ])ara  a.^^idarlo  en  su  obra  era  bien  recibido;  sus 
amigos  más  provincialistas  daban  señales  de  des- 
aprobación al  ver  cómo  se  a])rían  las  puertas  al  ca- 
])italista  extranjero;  pero  Díaz  ya  había  escrutina- 
do  su  i)roceder  tan  minuciosamente  como  todo  lo  que 
hacía ;  había  resuelto  que  ello  era  lo  más  favora- 
ble y  esto  bastó  ])ara  hacerlo  proseguir  hasta  el  fin. 

Xadie  que  alguna  vez  haya  emprendido  algo  en 
l)ró  del  desarrollo  ó  mejora  de  México  puede  quejar- 
se de  no  haber  recibido  del  (xeneral  Díaz  un  trato 
franco  y  leal.  El  extranjero  ha  sido  tratado  en  Mé- 
xico lo  mismo  (pie  los  nativos;  esto  es  lo  que  ha  per- 
mitido á  México  sobrepasar  con  grandes  ventajas,  á 
muchas  de  otras  Repúblicas  Latino-americanas  y  es 
esta  misma  política  la  que  atrae  y  retiene  en  Méxi- 
co tanto  ca])ital  extranjero.  Y  mientras  más  capital 
extranjero  reciba  ^México,  más  necesita,  ])orque  cuan 
to  mayor  desarrollo  se  efectúe  más  industrias  son 
exi)lotadas,  más  mejoras  cívicas  se  llevan  á  cabo,  más 
claramente  reconoce  el  país  en  general  la  necesidad 
imperiosa  de  mayores  y  más  persistentes  esfuerzos 
en  la  misma  dirección.  Por  ésto  es  que  ^México  es  hoy 
en  día  un  camjjo  de  inversión  más  favorable  que  lo 
ha  sido  nunca  en  su  historia.  El  campo  ha  sido  abier- 


LA  RIQUEZA  T  EL  FÜTITIO  DE  MÉXICO.  1§1 

to ;  eí  gran  influjo  de  la  vida  cívica  moderna  lia  prin- 
cipiado á  invadir  en  todos  sentidos  la  tierra  mexica- 
na. Los  ciudadanos  más  inteligentes  perciben  la  im- 
periosa necesidad  de  que  el  desarrollo  nacional  se 
verifique  siguiendo  todas  las  líneas  del  progreso  y 
es  esta  percepción,  unida  á  un  sentimiento  de  seguri- 
dad, lo  que  realza  que  las  épocas  tormentosas  del  pa- 
sado tuvieran  ya  su  fin,  la  que  hace  á  México  actual- 
mente uno  de  los  más  atrayentes  cam]3os  para  in- 
versión. 

La  prosperidad  espera  al  país.  El  gran  ímpetu  de 
avance  ya  iniciado  no  puede  producir  sino  la  anima- 
ción de  todas  las  actividades  de  la  vida  nacional.  Es- 
to trae  siempre  consigo  la  prosperidad,  porque  ella 
no  es  sino  la  indicación  externa,  heclia  personal  á 
cada  individuo,  de  las  actividades  de  la  nación  co- 
mo un  todo.  Cada  unidad  activa  contribuye  con  su 
parte  á  la  prosperidad  del  país. 

Lo  que  á  México  ha  faltado  en  el  pasado  ha  sido 
la  conversión  de  la  vida  nacional  en  una  actividad 
unida,  determinada  á  sacar  el  mejor  partido  posible 
de  las  oportunidades  que  ofrece  el  país.  Gradualmen- 
te, durante  los  últimos  veinte  años,  esa  tendencia,  se 
ha  ido  acentuando ;  y  ahora  que  el  mexicano  se  siente 
consciente  del  hecho  de  que  por  timidez  y  falta  de 
confianza  en  su  propio  gobierno,  ha  dejado  escapar 
de  sus  manos  industrias  y  grandes  trabajos  públicos 
que  le  correspondían  por  innato  derecho,  se  afana  en 
pos  de  aquellas  cosas  que  el  presente  y  el  futuro  pue- 
dan ofrecerle.  Estos  son  signos  de  que  se  despierta 
la  ambición  nacional.  Xinguna  nación  ha  hecho  nun- 
ca grandes  cosas  ó  acometido  grandes  empresas  sin 
un  adiestramiento  precio  á  ese  fin.  México  ha  estado 
adquiriendo  su  aprendizaje.  Todavía  le  falta  mu- 
cho; pero  se  siente  ambicioso  de  completarlo.  Esta 
misma  ansiedad  es  el  síntoma  seguro  de  su  avance; 
es  la  esperanza  en  el  mañana;  es  el  signo  de  su  sal- 
vación como  nación. 

Este  afán  para  levantar  la  vida  nacional;  esta 
ambición  de  los  ciudadanos  de  clase  superior  para 


182  DIÁZ  Y  ]fflEXICO. 

tomar  i)arte  en  el  avance  de  un  país,  es  la  mejor  ga- 
rantía \)Sira  el  capitalista  de  que  su  dinero  estará 
seguro  en  México ;  pues  que  en  él  existen  millares  de 
intereses  que  demandan  paz  para  su  desarrollo  y 
prosperidad.  Estos  intereses  acumulados  claman  por 
capital  y  aquel  que  tiene  dinero  por  invertir  puede 
hallar  en  México  muclios  campos  productivos  en  que 
emplearlo.  Sin  embargo,  esta  nota  de  prevención  de- 
be escucharse:  En  México,  como  en  cualquiera  otro 
país,  el  que  invierte  debe  conocer  el  negocio  en  el 
que  coloca  su  capital,  si  desea  asegurarse  el  éxito.  El 
campo  no  está  aún  invadido  y  el  hombre  con  dinero 
puede  generalmente  hallar  una  oportunidad  para  in- 
vertir su  capital  en  un  negocio  que  le  sea  familiar. 

Por  doquiera  hay  signos  del  despertar  del  país. 
Kara  es  la  ciudad,  de  cualquier  categoría,  en  la  Re- 
pública, donde  no  se  estén  construyendo  casas,  donde 
no  se  hagan  mejoras  en  los  edificios  municipales,  don- 
de no  se  repavimenten  las  calles,  se  reforme  el  siste- 
ma de  drenaje  y  conductos  de  agua  potable,  y  se  me- 
jore el  alumbrado,  extendiéndolo  á  todos  los  sitios 
de  la  localidad. 

En  muchas  de  las  principales  ciudades,  nuevas  in- 
dustrias se  han  estado  estableciendo,  proporcionán- 
dose trabajo,  con  salarios  ampliamente  aumentados, 
á  las  clases  media  y  obrera.  Estas,  á  su  vez,  están 
creando  nuevas  necesidades,  las  cuales  forman  en 
sí  la  clase  media;  y  esta  clase  media  fortalece  los 
instintos  pacíficos  de  la  nación. 

"De  la  obscuridad  á  la  luz,"  pudiera  ser  el  títu- 
lo apropiado  á  la  historia  del  régimen  de  Díaz.  Es- 
to es  todavía  otro  aliciente  para  el  capitalista  para 
colocar  su  dinero  en  México ;  porque  el  despertar  de 
la  nación  es  su  mejor  garantía  de  que  el  campo  al 
que  entra  continuará  ensanchándose  por  muchos 
años ;  pues  quedan  caminos  que  construir,  ferrocarri 
les  que  extender,  minas  antiguas  que  recobrar  del 
olvido  ó  del  abandono,  minas  nuevas  que  abrir  y  mi- 
nas establecidas  que  requieren  vasta  mejoría.  En  to- 
das partes  la  voz  del  progreso  y  desarrollo  nacional 


LA  RIQUEZA  Y  EL  FUTLTIO  DE  MÉXICO.  183 

pide  sin  cesar  más  capital.  El  minero,  el  agricultor, 
el  ranchero,  el  fabricante,  el  explotador  de  la  rique- 
za del  país  lo  necesitan  urgentemente.  El  (lobierno 
mismo  se  encuentra  comprendido  en  el  campo  que  re- 
quiere más  capital,  con  el  cual  emprender  y  mejorar 
obras  de  utilidad  pública,  puertos,  ferrocarriles,  ca- 
minos, edificios  nacionales  y  del  Estado,  edificios  ci- 
viles en  las  ciudades  y  cabeceras;  todos  claman  por 
más  capital.  Y  el  despertar  á  la  vida  de  la  nación, 
justifica  todos  estos  desembolsos  y  aún  muchos  otros. 
Los  años  futuros  exigirán  todavía  mayores  gastos 
para  los  mismos  y  otros  objetos,  pues  la  Adda  de  la  na- 
ción continúa  su  ensanche.  Esto,  por  lo  tanto,  es  in 
dicación  segura  para  el  capitalista  de  que  en  México 
puede  tener  la  seguridad  de  que  obtendrá  la  desea- 
da cosecha  en  su  inversión. 

El  crecimiento  de  los  bancos  en  México  en  los 
últimos  veinte  años  es  otra  buena  indicación  de  que 
los  intereses  del  país  igualmente  crecen,  y  sobre  to- 
do de  que  el  sentimiento  de  seguridad  y  de  confian- 
za en  presencia  de  la  paz,  se  ha  posesionado  del  pue- 
blo entero. 


CAPITULO  LVII. 

El  Capital  y  los  Ferrocarriles  Urbanos 

Xada  manifiesta  más  claramente  el  progreso  de 
un  país  como  el  adelanto  de  sus  ciudades,  pues  éstas 
son  la  indicación  de  su  actividad,  prácticamente  en 
todas  las  líneas  porque  dirige  la  nación  sus  esfuer- 
zos. La  ciudad  de  México  es  á  la  Kepública  del  mis- 
mo nombre  lo  que  pocas  capitales  son  á  cualquier 
otro  país.  Esto  se  debe  á  condiciones  locales  especia- 
les. Con  motivo  de  la  anarquía  que  prevaleció  en  la 
Kepública  desde  los  primeros  días  de  la  independen- 
cia nacional  hasta  el  año  de  187()  en  que  asumió  la 
presidencia  el  General  Díaz,  el  pueblo  se  babía  man- 
tenido continuamente  dividido  en  facciones.  La  si- 
tuación era  de  lo  más  complicado,  y  numerosos  asun- 
tos agitaban  de  diversos  modos  la  opinión  pública 
y  los  varios  partidos.  Algunos  sostenían  que  el  po- 
der debía  centralizarse  en  manos  de  un  gobierno  cen- 
tral fuerte,  mientras  que  otros  defendían  celosamen- 
te el  derecho  de  los  Estados  á  existir  como  entida- 
des políticas  distintas  y  con  amplios  poderes  y  pri- 
vilegios. Todo  esto  conducía  á  una  confusión  indes- 
cril)ible  y  á  un  chocar  constante  de  partidos  é  in- 
tereses, que  generalmente  terminaba,  y  con  frecuen- 
cia taml)ién  comenzaba,  con  derramamiento  de  san- 
gre. Si  los  que  abogaban  por  la  completa  autonomía 
de  los  Estados,  hubieran  comprendido  los  verdade- 
ros principios  del  federalismo,  de  la  democracia  y 
del  republicanismo,  y  si  hubieran  el  país  y  el  pueblo 
en  general  estado  capacitados  para  llevar  á  la  prác- 
tica los  principios  ])orque  abogaban,  el  resultado  no 
podía  sino  haber  sido  muy  feliz  para  México.  Pero  la 
mayor  parte  de  los  reformadores  políticos  de  México 
en  esos  días,  eran  soñadores  de  utopías,  que  cerraban 
los  ojos  resueltamente  á  las  condiciones  políticas,  so- 
ciológicas é  industriales  que  los  rodeaban,  y  aboga- 


El  CAPITAL  ¥  IOS  FERROCARRILES  üRBAKOS.       185 

ban  por  una  democracia  y  gobierno  ideales,  por  el 
pueblo,  para  el  pueblo  y  con  el  consentimiento  del 
mismo,  cuando  la  inmensa  mayoría  del  populacho  no 
tenía  la  menor  idea  de  democracia,  ni  de  gobierno,  ni 
de  derechos  políticos  y  ni  siquiera  de  derechos  indi- 
viduales. 

Lo  que  á  estos  soñadores  de  utopías — muchos  de 
ellos  indudablemente  patriotas  y  solícitos  por  la  fe- 
licidad de  su  país,  pero  poco  prácticos — les  fué  im- 
posible hacer,  quedó  para  que  el  General  Díaz  lo 
convirtiera  en  realidad.  Aún  antes  de  haberse  he- 
cho él  cargo  de  la  presidencia,  comprendió  las  difi- 
cultades que  impedían  la  paz,  i^rosperidad  y  desarro- 
llo de  su  país ;  y  se  dedicó  con  toda  resolución  á  ha- 
cer surgir  el  orden  del  caos  que  existía,  á  reconciliar 
los  varios  credos  políticos  y  facciones  hostiles  y  po- 
nerlos á  todos  en  condiciones  de  trabajar  por  el  bien- 
estar de  la  patria  común.  Para  llevar  esto  á  cabo, 
comprendió  que  era  absolutamente  indispensable  un 
gobierno  central  fuerte;  por  lo  cual  comenzó  por 
centralizar  el  Poder  Ejecutivo  de  toda  la  Nación  en 
la  capital.  Y  así,  la  ciudad  de  México  vino  á  ser  la 
misma  vida  de  la  Nación.  Su  crecimiento  en  tamaño, 
en  poder  y  en  influencia  ha  sido  firme,  rápido  y  sin 
interrupción.  Este  fué  el  resultado  natural  de  la  po- 
lítica impuesta  al  Gobierno  por  las  condiciones  so- 
ciales, políticas  é  industriales  que  existían  por  todo 
el  país.  Tenemos,  pues,  que  la  ciudad  de  México  se 
ha  convertido  en  el  centro  de  la  vida  política  y  so- 
cial de 'la  República.  Y  como  resultado  natural,  cen- 
tenares de  familias  pudientes  han  construido  en  la 
capital,  durante  la  última  década,  verdaderos  pala- 
cios para  residencia.  Quizá  no  viven  en  ellos  más  que 
unos  pocos  meses  durante  el  año ;  pero  la  circunstan- 
cia de  haberlos  edificado  y  derrochado  riquezas  en 
ellos,  demuestra  la  influencia  que  la  ciudad  de  Méxi- 
co ha  adquirido  sobre  toda  la  República. 

Hace  treinta  años  la  vida  en  la  capital  era  vida 
de  provincias,  localista  y  barata.  Estas  condiciones 


186  DÍAZ  T  MÉXICO. 

han  cambiado  hoy.  Los  negocios  se  han  desarrollado 
rápidamente,  el  comercio  se  ha  centralizado  en  la 
capital ;  almacenes  locales  por  mayor  de  alguna  im- 
portancia, han  desaparecido  prácticamente  en  las 
ciudades  de  los  Estados.  La  ciudad  de  México  se  ha 
convertido  en  un  gran  foco  central  de  donde  irradian 
no  solamente  la  vida  social  y  política  del  país,  sino 
también  el  comercio,  las  transacciones,  la.  minería  y 
las  industrias.  El  resultado  ha  sido  que  la  ciudad  ha 
franqueado  sus  límites  originales,  y  se  ha  extendido 
por  las  tierras  encharcadas  que  la  rodeaban  en  los 
días  en  que  el  (xeneral  Díaz  asumió  la  presidencia. 

El  desagüe  del  Valle  de  México,  el  drenaje  apro- 
piado de  la  capital  y  la  mejora  del  sistema  de  sus  fe- 
rrocarriles urbanos  han  hecho  posible  el  rápido  des- 
arrollo de  la  principal  ciudad  de  la  República,  y  han 
convertido  á  la  ciudad  de  provincia,  de  hace  un  ter- 
cio de  centuria,  en  una  espléndida  ciudad  moderna 
de  cerca  de  medio  millón  de  habitantes. 

La  extensión  y  mejora  del  servicio  de  los  ferroca- 
rriles urbanos  de  la  capital  de  la  República  han  per- 
mitido á  media  población  el  poder  vivir  en  barrios 
hermosos  de  la  ciudad,  bien  desaguados  y  sanos,  y 
en  poblaciones  suburbanas  donde  nunca  hubieran 
pensado  en  residir  hace  quince  años. 

Y  este  movimiento  hacia  los  suburbios  es  ahora 
muy  pronunciado.  Y  está  destinado  á  hacer  de  la  ca- 
pital de  México,  en  comparativamente  pocos  años, 
una  ciudad  de  un  millón  de  habitantes;  la  cual  no 
incluirá  solamente  la  ciudad  de  hoy,  sino  también 
las  varias  poblaciones  suburbanas,  que  rápidamente 
van  creciendo  hacia  ella.  Cuando  este  tiempo  llegue, 
México  será  un  lugar  mucho  mejor,  más  sano  y  más 
hermoso.  En  lugar  de  estar  situado  en  los  llanos 
que  formaron  el  asiento  del  lago,  habrá  ido  subiendo 
por  las  alturas  que  rodean  el  Valle  de  México,  y  en 
algunos  de  sus  barrios  será  aún  posible  dominar  las 
alturas  de  Chapultepec. 

Todo  esto  hubiera  sido  imposible  sin  la  mejora 
y  extensión  del  sistema  de  ferrocarriles  urbanos  de 


EL  CAPITAL  Y  LOS  FERROCAKKILES  IRBAJíOS.       187 

la  capital  y  las  líneas  suburbanas  que  la  unen  con 
las  poblaciones  del  Valle  de  México.  Es,  pov  consi- 
guiente, muy  interesante  delinear,  aunque  sea  lige- 
ramente, el  desarrollo  de  este  sistema. 

El  primer  ferrocarril  urbano  se  estableció  en  la 
ciudad  de  jMéxico  el  año  de  1856.  Era  muy  primitivo : 
consistía  en  tres  carros  tirados  por  muías,  sobre  una 
línea  que  atravesaba  las  partes  comerciales  y  de  re- 
sidencia de  la  ciudad,  que  estaban  muy  lejos  de  ser 
muy  extensas.  El  largo  de  la  línea  era  tan  restringi- 
do como  su  equipo,  3"  el  viaje  redondo,  ida  y  ^alelta, 
ocupaba  solamente  veinte  minutos. 

Otras  concesiones  para  la  construcción  de  líneas 
de  ferrocarriles  urbanos  fueron  expedidas  en  la  ca- 
pital, según  las  fué  requiriendo  el  crecimiento  de  la 
ciudad  y  la  extensión  de  sus  intereses.  Y  así,  después 
de  algún  tiempo,  habían  operado  un  número  de  pe- 
queñas compañías,  independientes  una  de  otra.  Al- 
gTinas  tentatÍA^as  se  hicieron  de  tiempo  en  tiempo 
para  consolidarlas,  lo  cual  finalmente  tuvo  lugar  en 
1883  cuando  todos  los  intereses  de  los  ferrocarriles 
urbanos  de  la  capital  fueron  fundidos  en  una  com- 
pañía, bajo  el  nombre  de  Ferrocarriles  del  Distrito 
Federal.  Esta  compañía  aumentó  varias  de  sus  lí- 
neas, y  obtuvo  del  Gobierno  una  nueva  concesión, 
dándole  el  derecho  de  operar  ferrocarriles  urbanos 
en  el  Distrito  Federal  durante  noventa  y  nueve  años. 

El  año  de  1900  una  compañía  británica  compró 
todos  los  derechos  y  propiedades  de  esa  empresa,  y 
se  reorganizó  bajo  el  nombre  de  Compañía  de  Tran- 
Aias  Eléctricos  de  México.  La  palabra  ''eléctricos" 
indicaba  los  designios  de  \a  nueva  Compañía,  la  cual 
inmediatamente  procedió  á  tender  sus  líneas,  cons- 
truir nuevas  y  aplicar  tracción  eléctrica  á  las  partes 
más  importantes  del  sistema. 

El  año  de  1907,  una  compañía  canadense,  á  cuya 
cabeza  estaba  el  Dr.  F.  S.  Pearson,  adquirió  los  dere- 
chos y  propiedades  de  la  empresa  inglesa ;  y  de  nue- 
vo se  le  cambió  nombre  al  sistema  de  ferrocarriles 


188  DÍAZ  T  MÉXICO.  ' 

urbanos  del  Distrito  Federal;  esta  vez  fué  llamado 
"Compañía  de  Tran^ias  de  México." 

Bajo  esta  nueva  administración,  el  desarrollo  del 
sistema  ha  sido  notable.  Nuevas  líneas  que  llegan  á 
todas  partes  del  Distrito  Federal,  se  han  construido, 
y  la  mayor  ])arte  del  sistema  ha  sido  convertido  en 
de  tracción  eléctrica.  Actualmente  tiene  la  compañía 
siete  sub-estaciones  para  la  distribución  de  la  ener- 
gía eléctrica,  la  cual  es  obtenida  de  la  Compañía  Me- 
xicana de  Luz  y  Fuerza,  también  empresa  canaden- 
se.  Tres  de  estas  subestaciones  están  dentro  de  los 
límites  de  la  ciudad,  y  cuatro  en  distritos  suburl)a- 
nos,  como  sigue:  Mixcoac,  Tlalnepantla,  Xochimilco 
y  Churubusco. 

Las  oficinas  principales,  talleres,  depósitos,  alma 
cenes  y  cobertizos  para  los  carros,  todo  lo  cual  cubre 
quince  acres  de  extensión,  están  situados  en  Indiani- 
11a,  dentro  de  la  parte  sur  de  la  capital;  y  solamente 
allí  hay  local  para  abrigar  500  carros. 

Los  talleres  de  la  compañía  son  de  lo  más  comple- 
to y  moderno  del  continente  norte-americano.  Están 
equipados  y  ])rovistos  de  todo  lo  necesario  para  la 
construcción  de  toda  clase  de  carros,  de  pasajeros, 
de  carga  y  fúnebres,  y  para  llenar  cualquier  otra  ne- 
cesidad en  el  servicio  de  la  empresa.  Solamente  en 
estos  talleres  se  ocupan  constantemente  más  de  500 
hombres.  Como  éstos,  prácticamente  son  todos  mexi- 
canos, esta  industria  sola  es  un  buen  ejemplo  del  vas- 
to campo  que  ha  sido  abierto  al  obrero  del  país  du- 
rante la  administración  de  Díaz;  y  explica  por  qué 
ha  mejorado  tanto  la  condición  del  |jrimín'o.  en  las 
ciudades  grandes  de  la  Repiiblica,  duiante  la  última 
veintena  de  años. 

Además  de  este  depósito  principal,  la  compañía 
tiene  otro  en  San  Antonio  Abad,  también  dentro  de 
los  linderos  de  la  ciudad,  el  cual  es  suficiente  para 
abrigar  doscientos  carros  más.  Este  último  se  usa 
principalmente  para  el  manejo  del  sistema  de  carros 
de  carga. 

Los  principales  almacenes  de  la  compañía  están 


EL  CAPITAL  Y  LOS  FERROCARBILES  URBANOS.   1S9 

situados  también  en  Inclianilla;  pero  posee  además 
un  segundo  depósito  de  seis  acres  de  extensión  á  una 
milla  de  este  último  lugar.  Este  depósito  se  usa  para 
almacenar  material  pesado. 

En  Úrsula  la  compañía  posee  y  explota  una  in- 
mensa cantera  de  piedra,  de  la  cual  saca  todo  el  ma- 
terial que  se  necesita  para  construcción  y  lastre. 

El  número  de  hombres  empleados  por  la  Empre- 
sa actualmente  en  las  líneas  y  departamentos  de 
construcción,  es  cerca  de  1,500.  Esto  indica  la  activi- 
dad que  reina  en  el  trabajo  de  construcción,  activi- 
dad que  se  ha  mantenido  desde  hace  irnos  años ;  y 
que  signiñca  la  inversión  de  grandes  sumas  de  dine- 
ro, y  la  provisión  de  empleos  á  un  ejército  de  obreros 
del  país. 

La  Compañía  de  Tranvías  emplea  en  su  servicio 
617  carros,  distribuidos  como  sigue:  250  carros  mo- 
tores para  pasajeros,  85  carros  para  pasajeros  sin 
motor,  68  carros  i^ara  pasajeros  de  tracción  animal, 
71  carros  fúnebres,  135  carros  de  carga  y  8  para  ser- 
vicio especial.  Estos  son  operados  sobre  182  millas 
de  líneas ;  159  de  las  cuales  están  equipadas  con 
trolleys  eléctricos  y  2.3  se  operan  por  medio  de  trac- 
ción animal.  Esto  es  sin  tomar  en  cuenta  los  aparta- 
deros para  carga  en  las  canteras,  fábricas,  etc.  El 
plan  actual  de  la  compañía  incluye  la  adición  de  va- 
rias millas  más  á  este  extenso  sistema  ferrocarrile- 
ro, para  proveer  de  medios  de  transporte  fáciles  á 
varias  partes  de  la  ciudad  que  han  crecido  rápida- 
mente en  los  últimos  años. 

El  sistema  operativo  de  la  compañía  se  compone 
de  cuarenta  diferentes  líneas  ó  rutas,  de  las  cuales 
treinta  y  cinco  son  de  tracción  eléctrica  y  cinco  de 
muías.  Estas  últimas  líneas  son,  por  supuesto,  las 
menos  importantes  del  ser^dcio.  Pero  aún  éstas,  es- 
pera convertir  la  compañía  en  eléctricas,  dentro  de 
los  próximos  diez  y  ocho  meses. 

Con  el  objeto  de  contribuir  y  alentar  el  desarro- 
llo de  las  poblaciones  suburbanas,  la  compañía  ha- 
ce algunos  años  estableció  un  sistema  de  ])il]etes  de 


190  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

pasaje  mensuales;  á  los  cuales  se  les  llama  "abonos." 
Estos  autorizan  al  tenedor  a  hacer  cinco  viajes  al 
día,  entre  el  centro  de  la  ciudad  y  el  punto  para  el 
cual  se  expide  el  billete.  Como  estos  abonos  se  ven- 
den á  precios  muy  moderados,  oscilando  entre  $-1.50 
y  $10.00  por  mes  (moneda  mexicana),  lian  ejercido 
una  influencia  poderosa  en  el  movimiento  de  fami- 
lias, que  ha  tenido  lugar  con  regularidad  durante  los 
i'útimos  años,  del  centro  de  la  ciudad  á  los  suburbios, 
y  ha  contribuido  grandemente  á  la  construcción  y 
desarrollo  de  estos  últimos.  Un  servicio  expreso  ve- 
loz, inaugurado  por  la  Compañía  de  Tranvías  hace 
algún  tiempo  en  casi  todas  las  líneas  suburbanas,  en 
adición  al  servicio  ordinario  de  trenes,  ha  contribui- 
do también  grandemente  á  hacer  muy  populares  las 
poblaciones  de  los  suburbios.  Estas  carreras  se  ha- 
cen en  la  mañana,  al  medio  día  y  en  la  tarde,  después 
de  la  hora  de  cierre,  para  proporcinar  á  la  gente  de 
negocios  que  vive  fuera  de  la  ciudad,  un  servicio  rá- 
pido en  las  horas  que  más  lo  necesita. 

La  Compañía  de  TrauAias  hace  un  extenso  negocio 
de  fletes  entre  la  ciudad  y  las  varias  villas  y  poblacio- 
nes suburbanas  por  donde  pasan  sus  líneas.  El  depar- 
tamento de  transportes,  que  está  á  cargo  de  un  supe- 
rintendente especial,  fué  iniciado  hace  pocos  años  con 
el  objeto  de  proporcionar  roca  de  las  canteras  á  los 
lugares  donde  pudiera  necesitarse:  pero  se  desarro- 
lló con  tal  rapidez,  y  vino  á  ser  tan  popular,  que  se 
dedican  ahora  á  este  serAácio,  el  cuarenta  por  ciento 
de  los  carros  que  emplea  la  compañía.  Además  del 
negocio  primitivo  de  acarreo  de  piedra,  se  transpor- 
ta arena  de  las  muchas  areneras  que  hay  disemina- 
das por  todo  el  Distrito  Federal,  ladrillo  de  las  ladri- 
lleras, pulpa  de  madera  de  las  estaciones  de  ferroca- 
rril á  las  factorías,  papel  de  las  fábricas  de  papel, 
y  en  resumen,  toda  clase  de  carga,  que  una  gran  ciu- 
dad con  poblaciones  y  billas  suburbanas  importan- 
tes, ofrece  para  el  transporte.  Pocas  compañías  de 
ferrocarriles  urbanos  en  el  continente  norte-ameri- 
cano, hacen  un  servicio  de  transportes  tan  impor- 


EL  CAPITAL  Y  LOS  FERROCARRILES  IRBAííOS.       1Í>1 

tante  como  la  Compañía  de  Tranvías  de  México.  Es- 
ta es  una  de  las  mejores  lecciones  prácticas  acerca 
del  desarrollo  actual  de  la  capital  de  la  República 
mexicana. 

Otro  servicio  que  es  más  ó  menos  peculiar  de  la 
ciudad  de  México  y  que  se  originó  con  la  Compañía 
de  Tranvías,  es  el  correr  carros  fúnebres  en  las  lí- 
neas eléctricas,  carros  que  llevan  todos  los  muertos 
de  la  ciudad  á  los  varios  cementerios,  hasta  las  puer- 
tas de  los  cuales  se  han  tendido  las  líneas.  Para  este 
servicio  se  han  construido  carros  especiales,  con  un 
catafalco  para  colocar  el  ataúd  y  á  ambos  lados  su- 
ficiente lugar  para  poner  flores  y  coronas.  Este  es 
un  servicio  de  gran  importancia,  pues  emplea  71  ca- 
rros, los  cuales  están  casi  constantemente  en  uso  du- 
rante las  horas  del  día  en  que  los  cementerios  están 
abiertos.  La  tarifa  oscila  entre  $3.75  y  $150,  mone- 
da mexicana,  de  acuerdo  con  la  clase  de  carro  y  el 
grado  de  servicio  requerido. 

La  Compañía  de  Tranvías  tiene  su  imprenta  pro- 
pia, teléfonos,  club,  biblioteca,  baños,  dormitorios, 
restaurants  y  barbería  para  uso  de  sus  empleados, 
cuyos  ser\4cios  son  todos  gratis,  con  excepción  del 
restaurant. 

El  desarrollo  de  la  Compañía  de  Tranvías  duran- 
te los  últimos  diez  años,  indica  cuál  ha  sido  el 
desarrollo  de  la  ciudad  de  México  durante  ese  mis- 
mo tiempo.  El  año  de  1900,  la  Comi:)añía  condujo 
29.669,888  pasajeros,  mientras  que  en  1909,  el  núme- 
ro de  pasajeros  llegó  á  71,973,390,  ó  sea  un  aumento 
de  170  por  ciento.  Este  rápido  desarrollo  de  los  ne- 
gocios de  la  Compañía  es  debido  al  aumento  de  sus 
líneas,  á  la  introducción  de  tracción  eléctrica  y  á  la 
translación  á  los  suburbios  de  un  número  respetable 
de  gente  de  la  capital.  También,  como  es  natural,  el 
rápido  crecimiento  y  prosperidad  de  todos  los  pue- 
blos y  aldeas  del  Distrito  Federal  y  del  Valle  de  Mé- 
xico han  permitido  á  la  Compañía  ampliar  sus  ne- 
gocios continuamente;  como  lo  ha  estado  haciendo 
durante  los  últimos  diez  años  y  lo  continúa  haciendo 


lí»i'  DÍAZ  T  MÉXICO. 

ho}^  Los  leíanos  de  extensión  qne  actualmente  reali- 
za y  piwecta,  son  una  indicación  clara  de  la  fe  que 
tiene  en  el  progreso  de  la  capital  y  en  la  estabilidad 
del  gobierno  mexicano.  Y  decimos  ésto,  ]3orque  es 
bien  sabido  que  la  Compañía  tiene  en  pro^^ecto  el  au- 
mento en  la  extensión  de  sus  líneas  en  un  futuro 
próximo ;  y  si  los  pro^^ectos  actuales  se  llevan  a  cabo, 
como  sucederá  probablemente,  la  Compañía  de  Tran- 
vías logrará  abarcar  la  mayor  parte  del  tráfico  co- 
mercial y  movimiento  de  pasajeros  en  el  Valle  de 
México. 

Hay  centenares  de  otras  grandes  emj^resas,  cuya 
historia  es  la  historia  del  desarrollo  y  la  prosperidad 
de  la  ciudad  de  México  durante  la  administración 
del  General  Díaz;  pero  he  seleccionado  de  entre  to- 
das ellas  la  Compañía  de  Tranvías,  porque  es  una 
institución  que  todo  el  mundo  que  ha  estado  en  la 
capital  de  la  Eepíiblica  mexicana  conoce,  y  su  des- 
arrollo puede  ser  mostrado  objetivamente  como  una 
indicación  práctica  del  inmenso  progreso  que  han 
tenido  tanto  en  población  como  en  cultura,  durante 
los  últimos  años,  todas  las  ciudades,  villas  y  aldeas 
del  Distrito  Federal. 

Lo  que  ha  tenido  y  tiene  lugar  en  la  ciudad  de  Mé- 
xico es  lo  que  tiene  lugar,  como  es  natural,  en  menor 
escala  en  todas  las  ciudades  y  poblaciones  grandes 
de  la  República.  Se  comenzó  á  despertar  este  movi- 
miento de  iDrogreso  desde  hace  ya  algunos  años,  cuan- 
do Porfirio  Díaz  manifestó  su  deseo  sincero  y  leal 
de  proporcionar  á  su  país  un  gobierno  honrado, 
igualdad  de  derechos  para  todos,  y  de  mantener  la 
paz  á  costa  de  cualquier  sacrificio.  Poco  á  poco,  des- 
de ese  día,  treinta  años  hace,  ha  renacido  la  confian- 
za, y  millones  de  dinero  extranjero  han  sido  inver- 
tidos en  el  país ;  y  tanto  los  Estados  LTnidos  como  el 
Canadá  y  todos  los  países  de  Europa,  han  contribuí- 
do  con  su  riqueza  á  reconstruir  esta  antigua  tierra 
de  los  aztecas,  que  acaba  de  despertar  de  su  largo 
sueño  de  centurias  enteras.  Los  capitalistas  que  han 
tenido  fe  en  el  futuro  y  prosperidad  de  México  han 


EL  CAPITAL  Y  LOS  FERROCARRILES  URBAJíOS.       lí)3 

recogido  yíi  la  coseclia  de  su  fe  y  de  su  trabajo.  3' 
esta  cosecha  lia  sido  ciertamente  muy  liberal.  Pero 
el  porvenir  de  la  Kepública  promete  más  que  su  pa- 
sado y  aún  más  de  lo  que  su  presente  ofrece.  Ha  sido 
México  tan  afanosamente  atendido  durante  los  líl- 
timos  treinta  años ;  lia  sido  tan  cuidadosamente  con- 
ducido por  las  sendas  del  x)rogreso  y  del  adelanto  mo- 
dernos, y  la  han  enseñado  de  un  modo  tan  práctico 
los  medios  y  ventajas  de  la  paz,  que  su  porvenir  está 
por  completo  asegurado.  No  hay  ya  i)osibilidad  de 
que  retroceda  en  la  carrera  de  adelanto  que  ha  prin- 
cipiado y  el  capitalista  que  confía  su  fortuna  al  pro- 
greso de  la  Nación  mexicana,  tiene  todas  las  proba- 
bilidades de  obtener  beneficios  mucho  mayores  que 
los  que  han  obtenido  los  centenares  de  capitalistas  y 
propietarios  actualmente  florecientes,  que  tuvieron 
fe  en  México  cuando  estaba  aún  luchando  por  olvidar 
su  inquieto  y  penoso  pasado. 


CAPITULO  LVIII. 

Ferrocarriles  Nacionales. 

En  el  año  de  1855  la  sociedad  Mosso  Hermanos 
obtuvo  una  concesión  para  la  construcción  de  un  fe- 
rrocarril de  la  ciudad  de  México  á  Santana,  del  Es- 
do  de  Tamaulipas.  Esta  concesión  fué  vendida  á  An- 
tonio Escanden,  habiendo  sido  el  traspaso  aprobado 
por  el  Grobierno  el  año  siguiente,  con  la  condición  de 
que  la  vía  férrea  debía  construirse  hasta  Veracruz 
cruzando  los  llanos  de  Apani. 

El  4  de  Julio  de  1857,  año  en  que  se  promulgó  la 
actual  Constitución  de  México,  fué  inaugurado  el 
primer  ferrocarril  con  el  mayor  entusiasmo  de  parte 
de  los  habitantes  de  la  capital.  Corría  dicha  línea  de 
la  ciudad  de  México  á  Guadalupe. 

El  31  de  Agosto  del  mismo  año,  el  gobierno  trans- 
firió al  señor  Escanden  el  tramo  de  ferrocarril  en 
construcción  entre  A^eracruz  y  San  Juan^  y  el  dere 
cho  de  propiedad  y  concesión  para  terminar  la  cons- 
trucción del  ferrocarril  entre  la  capital  de  la  Kei)ú- 
blica  y  el  princii^al  puerto  marítimo  del  país  por  la 
suma  de  $750,000,  de  los  cuales  $75,000  habían  sido 
ya  pagados  en  18G1. 

Entre  los  años  de  1855  y  1867,  el  gobierno  mexica- 
no concedió  a  la  compañía  del  ferrocarril,  por  varios 
decretos  emitidos  en  distintas  fechas,  todas  las  tie- 
rras nacionales  ocupadas  por  la  línea  férrea,  pro- 
piedad que  fué  confirmada  por  decreto  emitido  en  el 
último  año  mencionado. 

El  año  de  1864  se  formó  en  Londres  la  Compañía 
del  Ferrocarril  Mexicano,  Limitada,  con  un  capital 
de  2.700,000  libras  esterlinas,  dividido  en  1.35,000  ac- 
ciones de  á  veinte  libras  cada  una. 

En  el  año  de  1868  el  capital  de  la  compañía  esta- 
ba formado  como  sigue:  En  acciones  ordinarias, 
$11.713,600;  en  acciones  preferentes,  $12.770,500;  en 
acciones  preferentes  de  segunda  clase,  $5.059,800 ;  en 
obligaciones  perpetuas,  $10.000,000,  haciendo  un  to- 
tal de  $39543,900. 

A  fines  del  año  de  1872  la  construcción  del  Ferro- 


^ 


^ 


FERROCARRILES  NACIONALES.  105 

carril  Mexicano  estaba  ya  tan  adelantada,  que  fué 
inaugurado  oficialmente  con  gran  pomx^a  y  ceremo- 
nia por  el  mismo  Presidente  Lerdo  de  Tejada  en  per- 
sona. La  construcción  de  esta  línea,  según  datos  de 
Kiva  Palacio,  costó  $40.000,000,  y  gran  habilidad  de 
ingeniería  fué  necesaria  para  dominar  las  dificulta- 
des consiguientes  á  la  gran  elevación  de  las  monta- 
ñas por  que  tuvo  que  pasar  la  línea  entre  el  puerto 
y  la  capital  de  la  República.  Hablando  referente  á  la 
construcción  del  Ferrocarril  Mexicano,  dice  un  his- 
toriador de  nota : 

"Aunque  se  hicieron  ocasionalmente  esfuerzos  pa- 
ra promover  su  abandono,  la  oposición  fué  cediendo 
gradualmente.  Existían  ya,  es  verdad,  cierto  núme- 
ro de  líneas  ferroviarias  cortas  y  sin  concesión  algu- 
na, diseminadas  por  el  país,  especialmente  en  la  ve- 
cindad de  la  ciudad  de  México;  pero  éstas  no  eran 
de  ninguna  utilidad  al  comercio  y  no  eran  sino  esfuer- 
zos locales  de  naturaleza  imperfecta  en  diferentes 
distritos  que,  por  lo  general,  no  pasaban  de  ser  tran- 
vías de  tracción  animal.  El  triunfo  final  de  los  empre 
sarios  del  Ferrocarril  Mexicano  impresionó  grande- 
mente al  presidente,  á  los  ministros  y  al  elemento  ilus- 
trado del  público.  Percibieron  al  fin  que  era  una  ne- 
cesidad para  el  progreso  del  país  la  construcción  de 
grandes  sistemas  ferrocarrileros,  de  líneas  extensas 
que  pusieran  las  regiones  distintas  del  interior  en 
comunicación  fácil  con  la  capital,  de  otras  líneas  que 
se  extendieran  hacia  el  norte  á  los  Estados  Unidos, 
y  conectaran  con  el  curso  del  tiempo  con  líneas  ínter 
oceánicas  que  desarrollarían  los  inmensos  recursos 
del  país  y  le  proporcionarían  á  México  los  medios  de 
llegar  á  los  grandes  mercados  comerciales  del  mundo. 
A  esta  convicción  siguió  muy  de  cerca  una  política 
ilustrada  é  inteligente.  Durante  las  administracio- 
nes progresistas  de  Lerdo  de  Tejada  y  Díaz,  ha  sido 
dada  toda  clase  de  estímulo  á  los  promotores  de  em- 
presas ferrocarrileras;  y  el  gobierno  mexicano  ha 
otorgado  con  ese  fin  muchas  concesiones  y  subvencio- 
nes liberales." 


196  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

Por  miic]io  que  se  diga  acerca  de  ello,  no  puede 
exagerarse  la  imi^ortaiicia  de  la  construcción  del  Fe- 
rrocarril Mexicano.  En  los  días  en  que  fué  lanzada 
la  idea  por  primera  vez  era  verdaderamente  una  em- 
presa formidable,  debido  al  largo  de  la  vía,  á  lo  acci- 
dentado del  país  que  tenía  que  atravesar,  á  lo  alto  y 
precipitado  de  las  ásperas  montañas  por  que  tenía 
que  ascender,  y  al  estado  de  experimentación  en  que 
aún  estaba  por  esos  días  la  construcción  de  ferroca- 
rriles. No  se  puede  calcular  el  inmenso  efecto  que 
tuA^o  la  construcción  de  esta  línea  férrea  en  la  poli 
tica  futura  del  gobierno,  pues  abrió  el  interior  del 
país  al  comercio  del  mundo  entero ;  hizo  las  vías  de 
comunicación  tan  rápidas  y  tan  fáciles,  que  vino  á 
ser  prácticamente  imposible  la  revolución  en  la  Ke- 
pública ;  y  boy  los  ferrocarriles  están  cambiando  gra- 
dualmente los  hábitos,  costumbres  3^  manera  de  vi- 
vir de  la  gente  de  México ;  pero  más  especialmente  de 
las  clases  bajas. 

El  resultado  natural  que  tuvo  el  éxito  alcanzado 
por  la  Compañía  del  Ferrocarril  Mexicano  fué  que 
se  solicitaron  más  concesiones  para  ferrocarriles. 
Muchas  de  ellas  no  pasaron  de  proyectos ;  pero  otras 
fueron  impulsadas  con  admirable  rapidez,  si  toma- 
mos en  consideración  las  condiciones  que  en  esos  días 
prevalecían  en  construcciones  ferrocarrileras.  Dees- 
tas  empresas  el  Central  Mexicano  es  un  buen  ejem- 
plo. La  construcción  de  esta  línea  se  comenzó  el  año 
de  1880 ;  pero  realmente  no  fué  sino  hasta  el  año  si 
guíente  que  los  trabajos  se  empezaron  con  formali- 
dad por  ambos  extremos  de  la  línea,  la  ciudad  de  Mé- 
xico y  Paso  del  Xorte.  Se  le  concedió  á  la  Compañía 
una  subvención  de  $9,500  por  kilómetro,  y  además  de 
esta  subvención  el  gobierno  mexicano  concedió  a  la 
Compañía  el  importar  libre  de  derechos  durante 
quince  años  todos  los  materiales  de  construcción,  re- 
paración y  o])eración  del  ferrocarril.  El  capital  so- 
cial de  la  Compañía,  que  era  de  $32,000  por  milla, 
fué  dividido  en  acciones  á  la  par  de  $100  cada  una. 
Tan  rápidamente  fué  impulsado  el  trabajo,  que  la 


FERROCARRILES  NACIONALES.  197 

línea  estuvo  terminada  el  8  de  Marzo  de  1884,  habién- 
dose encontrado  las  dos  secciones  en  construcción 
cerca  de  Fresnillo.  Desde  ese  tiempo,  el  Ferrocarril 
Central  Mexicano  ha  construido  muchas  líneas  late- 
rales y  ha  mejorado  inmensamente  su  vía  y  su  mate- 
rial rodante,  hasta  llegar  á  ser  hoy  uno  de  los  mejo- 
res ferrocarriles  del  continente  americano. 

En  1872  James  Sullivan  obtuvo  privilegio  para  la 
construcción  del  Ferrocarril  Nacional  Mexicano,,  lí 
nea  de  vía  angosta ;  pero  con  motivo  del  pánico  que 
tuvo  lugar  en  el  país  el  año  siguiente,  no  le  fué  po- 
sible cumplir  con  las  condiciones  que  se  le  habían 
estipulado,  por  lo  cual  fué  revocada  la  concesión.  Sin 
embargo,  en  Septiembre  del  año  de  1800,  fué  otorga- 
da una  segunda  concesión  a  Palmer  y  Sullivan,  siendo, 
además,  subvencionada  la  Compañía  con  $11,000  por 
milla  de  línea  férrea,  que  deberían  pagarse  según 
se  fueran  completando  ciertas  distancias  estipuladas 
en  el  contrato. 

Palmer  y  Sullivan  obtuAderon  otras  varias  conce- 
siones, todas  ellas  favorecidas  con  subvenciones.  En 
1883  todas  estas  concesiones  fueron  consolidadas, 
concediendo  el  gobierno  una  subvención  uniforme  de 
$7,000  por  kilómetro  en  las  varias  líneas  que  la  Com- 
pañía se  proponía  construir. 

Como  es  natural,  existía  gran  rivalidad  entre  la 
Compañía  del  Central  Mexicano  j  Ib.  del  Nacional 
Mexicano,  y  esta  misma  rivalidad  cooperó  al  fomento 
de  la  construcción  de  sus  respectivas  vías.  A  esta 
causa  debe,  pues,  atribuirse  sin  la  menor  duda  la  ra- 
pidez con  la  cual  se  llevó  á  cabo  la  construcción  de 
estas  dos  líneas  férreas. 

El  año  de  1882  fueron  abiertas  al  tráfico  la  línea 
entre  la  ciudad  de  México  y  Toluca,  la  fie  Manzanillo 
á  Armería  y  la  de  Laredo  á  Monterrey.  Pero  los  Sres. 
Palmer  y  Sullivan  se  encontraron  con  grandes  difi- 
cultades financieras  que  les  impidieron  continuar  los 
trabajos  y  se  \áeron  obligados  á  suspenderlos  cuan- 
do faltaban  aún  r)f).3  kilómetros  de  vía  entre  Saltillo 
y  San  j\íiguel  de  Allende. 


198  DÍAZ  T  MÉXICO. 

En  1887,  después  de  más  de  tres  años  de  interrup- 
ción, fué  reasumido  el  trabajo  de  la  parte  sin  con- 
cluir por  ambas  extremidades  y  en  catorce  meses  se 
logró  completar  la  línea  entre  la  ciudad  de  México 
y  Laredo  y  fué  inaugurada  formalmente  el  15  de  Oc- 
tubre del  mismo  año. 

Los  negocios  del  Ferrocarril  Nacional  fueron 
reoganizados  el  año  de  1902,  tomando  la  empresa  el 
nuevo  nombre  de  Compañía  del  Ferrocarril  Nacional 
de  México.  Esta  Compañía  adquirió  todas  las  propie- 
dades, derechos  y  concesiones  de  la  Compañía  del  Fe- 
rrocarril Nacional  Mexicano  é  inmediatamente  pro- 
cedió á  convertir  en  vía  ancha  la  línea  troncal  entre 
la  ciudad  de  México  y  Laredo  y  en  general  á  mejo- 
rar dicha  \ia  y  el  material  rodante.  El  servicio  del 
ferrocarril  por  la  nueva  vía  ancha  fué  abierto  al  pú- 
blico el  8  de  Noviembre  de  190').  Desde  entonces  otras 
partes  del  sistema  han  sido  transformadas  en  de  vía 
ancha. 

El  año  de  1903  el  gobierno  mexicano  compró  en 
el  mercado  100,000  acciones  preferentes,  9P),439  pre- 
ferentes de  segunda  clase  y  106,288  acciones  ordina- 
rias, ó  sea  un  total  de  299,727  acciones  del  Ferroca- 
rril Nacional  Mexicano,  número  equivalente  al  cua- 
renta y  siete  y  cuatro  por  ciento  del  número  total  de 
acciones  de  la  Compañía;  lo  cual  era  suficiente  pa- 
ra ejercer  control  absoluto  en  los  asuntos  del  Ferro- 
carril Nacional.  Por  dichos  valores  el  gobierno  se 
comprometió  á  pagar  $9.000,000,  oro,  la  mitad  al  con 
tado  y  la  otra  mitad  en  certificados  que  había  adqui- 
rido recientemente  del  Ferrocarril  Interoceánico  por 
valor  de  1.000,000  de  libras  esterlinas.  Además  de 
estos  certificados  que  negoció  el  gobierno,  había  ad- 
quirido también  135,383  acciones  del  Interoceánico. 
Estas  dos  líneas  fueron  unidas  y  más  tarde  fué  arre- 
glado el  sistema  del  Central  Mexicano,  bajo  térmi- 
nos igualmente  favorables  y  el  sistema  en  conjunto 
fué  nombrado  "Líneas  Nacionales  de  México." 

Por  la  adquisición  de  lo  que  es  prácticamente  el 
control  de  estas  tres  grandes  líneas  ferrocarrileras, 


Catedral  de  Monterrey. 


FERROCARRILES  JíACIOJíALES.  199 

se  puede  decir  que  el  gobierno  mexicano  domina  el 
sistema  de  ferrocarriles  del  país.  Mas  ahora  también 
están  bajo  el  control  del  gobierno  el  Ferrocarril  de 
Veracruz  al  Pacifico,  el  Nacional  de  Teliuantepec  y 
el  Pan-Americano,  de  cuyo  modo  dicho  Gobierno  tie- 
ne en  sus  manos  los  asuntos  de  uno  de  los  sistemas 
ferrocarrileros  más  grandes  del  mundo. 

El  Ferrocarril  ''Kansas  City,  México  y  Oriente," 
comunmente  conocido  por  "El  Oriente,''  está  siendo 
construido  desde  la  ciudad  de  Kansas,  Missouri,  casi 
en  el  centro  geográfico  de  los  Estados  Unidos,  á  tra- 
vés de  Kansas,  Oklahoma,  Texas  y  parte  norte  de  Mé- 
xico, hasta  llegar  al  Océano  Pacífico,  siendo  su  térmi 
no  el  puerto  de  Topolobampo,  en  el  Golfo  de  Califor- 
nia, que  es  con  sólo  una  excepción  la  mejor  bahía  na- 
tural de  México. 

El  Ferrocarril  medirá  2,656  kilómetros  de  exten- 
sión total  y  está  siendo  construido  en  secciones,  con- 
tando ya  con  1,408  kilómetros  de  yíü.  terminada  en 
ambas  Repblicas.  El  millaje  en  México  será  de  637 
millas  (1,019  kilómetros)  de  las  cuales  380,  ó  608  ki- 
lómetros, han  sido  completados  y  están  en  operación, 
incluyendo  la  porción  del  Ferrocarril  de  "Chihuahua 
y  Pacífico,"  sobre  cuya  línea  tiene  "El  Oriente"  de- 
rechos de  tráfico. 

La  línea  está  en  operación  al  este  de  Chihuahua, 
hasta  un  punto  más  allá  del  río  Conchos,  por  una  dis- 
tancia de  145  kilómetros.  En  ese  tramo  abre  una  im- 
portante región  minera,  donde  existen  minas  de  pla- 
ta, cobre  y  zinc  que  se  están  trabajando  actualmente. 
Han  sido  también  encontrados  allí  yacimientos  de 
carbón  y  criaderos  de  petróleo. 

El  valle  del  río  Conchos  es  una  fértil  región  agrí- 
cola que  ha  hecho  accesible  el  mismo  ferrocarril. 

Al  oeste  de  Chihuahua,  la  línea  se  extiende  á 
más  330  kilómetros  de  la  ciudad  y  cruza  la  vertiente 
continental,  alcanzando  su  máximum  de  elevación. 
La  nivelación  del  terraplén  llega  hasta  el  kilómetro 
350,  tocando  una  región  maderera  donde  hay  instala- 
dos varios  aserraderos.  De  mayor  importancia  es  to- 


200  DÍAZ  Y  3IEXIC0. 

dalia  el  campo  minero  que  en  ese  punto  alcanza  el 
ferrocarril.  En  la  comarca  se  encuentran  los  minera- 
les de  Batoiñlas,  Urique,  Chinipas,  Baguirachic  y 
muclios  otros.  Humboldt,  el  científico  y  explorador, 
la  designó  como  "la  matriz  mineral  de  la  Sierra  Ma- 
dre." Comprende  porciones  de  tres  Estados,  Chihua- 
hua, Sinaloa  y  Sonora,  y  es  rica  en  plata,  oro  y  cobre. 
De  la  costa,  hacia  el  este,  el  ferrocarril  se  ha  com- 
pletado y  puesto  en  operación,  en  una  distancia  de 
125  kilómetros.  En  este  trecho  existen  campos  mine- 
ros, alrededor  de  Choix,  tales  como  Lluvia  de  Oro, 
quien  tiene $4.000,000.00  de  mineral  de  oro,  calculado. 
Desde  la  costa,  el  ferrocarril  de  ''Kansas  City,  Méxi- 
co y  Oriente,"  sigue  el  valle  del  río  Fuerte,  que  es 
una  de  las  más  fértiles  regiones  de  México,  notable 
por  su  producción  de  caña  de  azúcar,  granos  y  frutos. 
Aquí  la  línea  cruza  la  extensión  del  fen'ocarril  "Sou- 
thern Pacific"  del  sur  de  Guaymas  hasta  duadalaja- 
ra.  Estos  ferrocarriles  están  destinados  á  desempe- 
ñar un  importante  papel  en  el  futuro  desarrollo  de 
la  costa  occidental,  que  tanto  promete  para  México. 
La  "Hamburg  American  Steamship  Company,"  de 
Europa,  ha  entrado  en  un  arreglo  para  establecer 
una  línea  de  A^apores  desde  Topolobampo,  el  puerto 
de  Oriente,  á  través  del  Pacífico,  una  vez  que  el  Fe- 
rrocarril Kansas  City  esté  terminado.  La  compañía 
citada  cubre  el  tráfico  de  los  Océanos  Atlántico  é  In- 
dico. Esta  alianza,  con  la  conexión  arreglada  por  el 
Oriente  y  Kansas  City  en  la  margen  <lel  Atlántico, 
dará  un  servicio  continuo  alrededor  del  mundo. 

Se  pondrán  también  vapores  entre  Topolobampo  y 
los  puertos  de  Centro  y  Sud-América  y  Australia.  La 
apertura  del  Canal  de  Panamá  contribuirá  vasta 
mente  al  aumento  del  comercio  entre  esos  puntos.  El 
Oriente  es  de  gran  importancia  territorial.  Es,  con 
mucho,  la  línea  más  corta  entre  la  parte  central  de 
los  Estados  Fnidos  y  la  costa  del  Pacífico.  Pasa  de  la 
zona  templada  septentrional,  á  casi  el  seno  de  los 
trópicos,  cubriendo  así  un  campo  que  presenta  la 


FERROCARRILES  ÍÍACIONALES.  201 

más  amplia  escala  posible  de  productos  vegetales, 
animales  y  minerales. 

Entre  el  río  liojo  en  Texas  y  la  costa  del  Pacífi- 
co en  México,  la  línea  cruza  en  ángulo  recto  seis  gran 
des  líneas  troncales,  formando  así  nuevos  pmitos  de 
conexión.  Xo  guarda  paralelo  con  alguna  otra.  Nin- 
guna línea  transcontinental  posee,  en  este  respecto, 
tan  grandes  ventajas  ú  ocupa  una  posición  tan  favo- 
rable y  estratégica  para  futuro  desarrollo. 

Es  la  única  línea  troncal  transcontinental  que 
cruza  la  frontera  y  penetra  al  interior  de  las  dos  Re- 
públicas en  su  curso  liacia  el  mar.  Su  construcción 
mucho  significa  para  estrecliar  los  lazos  entre  ambas 
naciones.  De  San  Angeles,  Texas,  basta  la  frontera 
en  Del  Río,  va  el  Oriente  á  costruir  un  desvío  que 
lo  conectará  con  los  Ferrocarriles  Nacionales  de  Mé- 
xico y  suministrará  una  línea  corta  vía  Eagle  Pass 
á  la  ciudad  de  México. 

El  Gobierno  Federal  de  México  fia  concedido  sul)- 
sidios  para  la  construcción  del  Ferrocarril  de  Kan- 
sas  City,  México  y  Oriente  que  montan  en  conjunto  á 
$5.500,000.00,  además  de  las  subvenciojies  concedi- 
das por  los  Estados  de  CMhualiua  y  Sinaloa. 

Se  espera  que  para  el  año  de  1911,  este  ferroca- 
rril estará  en  explotación  desde  la  ciudad  de  Kansas, 
á  través  de  Cliihuabua  y  hasta  el  extremo  de  la  divi- 
sión montañosa  de  la  Sierra  Madre. 

La  importancia  de  este  gran  camino  internacional 
no  ha  sido  en  lo  general  bien  apreciada,  y  pocos  re- 
conocen la  creciente  importancia  del  comercio  entre 
México  y  los  Estados  Unidos  del  Norte.  Este  ha  au- 
mentado mil  por  ciento  en  veinticinco  años  y  conti- 
núa prosperando  muy  rápidamente.  El  Oriente  hará 
mucho  para  favorecer  ese  impulso. 

El  Presidente  Díaz  y  el  Gobierno  nacional  han 
manifestado  gran  interés  en  la  construcción  de  esa  lí 
nea,  que  tiene  marcada  importancia  comercial  y  po-- 
lítlca,  cruzando  el  muro  de  la  Sierra  y  ligando  dos 
grandes  divisiones  de  la  República,  la  mesa  central 
y  la  rica  alta  planicie  occidental. 


202  DÍAZ  T  3IEXIC0,  ~ 

El  Ferrocarril  Pacífico  del  Sur,  actualmente  en 
construcción,  unirá  la  importante  ciudad  de  Guada- 
lajara  con  el  puerto  de  Guavmas  en  el  Pacífico. 

Es  una  de  las  empresas  de  la  casa  Harriman,  cu- 
yo nombre  es  tan  conocido  en  México  por  las  impor- 
tantes obras  ferrocarrileras  que  ha  llevado  á  cabo  en 
el  norte  de  la  República.  La  línea  en  referencia  está 
destinada  á  abrir  al  comercio  del  mundo  centros  agrí- 
colas, industriales  y  mineros,  que  i)oseen  riquezas 
fabulosas  que  no  habían  podido  ser  debidamente  ex- 
plotadas por  falta  de  buenas  comunicaciones. 

La  ciudad  de  Guadalajara,  llamada  por  su  her- 
mosura y  opulencia,  la  "Perla  de  Oriente,"  es  la  se- 
gunda en  importancia  de  la  República.  Jalisco,  el 
Estado  de  que  es  capital,  figura  entre  los  más  adelan- 
tados y  ricos  de  la  Federación. 

El  Ferrocarril  Southern  Pacific  al  mismo  tiempo 
que  beneficiará  las  ricas  comarcas  que  atraviesa,  tie 
ne  asegurado  un  porvenir  muy  halagüño. 

Ferrocarril  de  Veracruz  al  Istmo. — La  creciente 
prosperidad  del  puerto  de  Veracruz  y  el  gran  tráfi- 
co que  se  ha  desarrollado  en  el  Istmo  de  Tehuantepec, 
han  cuadruplicado  en  pocos  años  la  importancia  de 
esta  empresa  ferrocarrilera,  que  tiene  actualmente  en 
explotación  426  kilómetros  de  vía.  La  línea  de  Córdo- 
ba á  Motzorongo,  llamada  "Ferrocarril  Agrícola/' 
llega  actualmente  hasta  Santa  Lucrecia  y  forma  par- 
te integrante  de  la  yísl  férrea  que  de  Veracruz  parte 
á  Córdoba.  Está  en  construcción  un  ramal  de  la  es- 
tación llamada  Rives  á  San  Andrés  Tuxtla,  del  cual 
hay  ya  21  kilómetros  en  explotación  hasta  Cuatoto- 
lapam. 

Otro  ramal  que  está  ya  terminado  une  á  BrisbJn 
con  Sierra  Colorada. 

El  señor  Don  Thomas  Milán  es  el  activo  superin- 
tendente de  este  importante  ferrocarril. 

Esta  vía  ferrocarrilera  atraviesa  comarcas  agrí 
colas  que  por  la  riqueza  de  sus  tierras  y  la  variedad 
de  sus  cultivos,  figuran  en  primera  línea  en  la  Repú- 
blica. 


CAPITULO  IJX. 

Comercio  del  Istmo^ 

Entre  las  grandes  obras  que  ha  llevado  á  cabo 
la  administración  actual,  tanto  en  lo  que  concierne 
al  comercio  marítimo  de  la  Kepiiblica  como  al  tráfi- 
co internacional,  figuran  la  construcción  del  Ferro- 
carril Nacional  de  Tehuantepec  y  sus  puertos  termi- 
nales, y  las  mejoras  al  puerto  de  Yeracruz.  I^as  pri- 
meras han  abierto  al  mundo  una  ruta  comercial  en- 
tre los  océanos  Pacífico  y  Atlántico  que  rivaliza,  si 
no  supera,  con  la  futura  ruta  del  Canal  de  Panamá, 
y  las  segundas  han  dotado  al  comercio  de  importa- 
ción y  exportación  de  la  República  de  un  i^uerto  que 
reúne  todas  las  condiciones  de  seguridad,  amplitud 
é  higiene  que  exige  su  creciente  prosperidad. 

Desde  el  año  de  1533,  poco  tiempo  después  del 
descubrimiento  del  Nuevo  Mundo  y  de  la  conquista 
del  imperio  azteca  por  las  huestes  españolas,  escri- 
bía el  emperador  Carlos  V,  rey  de  España,  al  con 
quistador  Hernán  Cortés,  recomendándole  hacer  in- 
vestigaciones para  encontrar  un  paso  que  pudiera 
conectar  las  costas  orientales  y  occidentales  del  Con- 
tinente americano.  Cortés  exploró  con  este  objeto 
el  caudaloso  río  Coatzacoalcos  y  la  vertiente  sur  de 
la  cordillera  hasta  el  Pacífico,  y  si  bien  no  conside- 
ró factible  el  paso  buscado,  comprendió  que  el  futu- 
ro reservaba  grandes  posibilidades  comerciales  a  esa 
región  en  que  los  océanos  estaban  tan  próximos  uno 
de  otro,  y  solicitó  y  obtuvo  de  la  Corona  una  conce- 
sión de  terrenos  donde  creyó  que  la  ruta  se  estable- 
cería. Dichos  terrenos  son  poseídos  aún  por  sus  des- 
cendientes y  se  encuentran  actualmente  atravesados 
por  la  gran  vía  ferrocarrilera  del  Istmo. 

En  tiempos  posteriores  se  hicieron  nuevos  estu- 
dios con  el  objeto  de  establecer  comunicación  inter- 
oceánica á  través  de  esta  región,  por  orden  de  Felipe? 


20 1  DÍAZ  Y  MÉXICO, 

II  en  el  sigio  XYI  .y  de  Carlos  III  en  el  siglo  XVIII.^ 
pero  las  cosas  no  pasaron  adelante  de  simples  pro-' 
yectos. 

El  año  de  1824,  poco  desi)nés  de  haber  conquista- 
do su  independencia  la  Eex^ública  mexicana,  se  vol- 
vió á  suscitar  gran  interés  por  el  asunto ;  i^ero  tanto 
en  esta  ocasión  como  en  1842,  en  que  el  Presidente 
Santa  Amia  otorgó  á  Don  José  de  Garay  una  conce- 
sión x^ara  establecer  la  comunicación  interoceánica, 
parte  por  agua  aprovechando  el  río  Coatzacoalcos 
y  parte  por  ferrocarril,  la  gran  empresa  no  pudo  lle- 
A'arse  á  cabo,  pues  las  continuas  guerras  intestinas 
y  el  estado  de  intranquilidad  en  que  se  mantenía  el 
país,  no  permitían  á  los  gobiernos  i)restar  la  debida 
atención  al  magno  proyecto. 

Nuevos  contratos  y  concesiones  se  hicieron  des- 
j)ués,  pero  todas  fracasaron  con  grandes  pérdidas 
para  el  gobierno,  hasta  que  en  1882  el  actual  progres- 
sista  gobernante  de  la  República,  decidió  que  las 
obras  se  hicieran  por  cuenta  de  la  Nación,  para  cuyo 
efecto  se  autorizó  un  ]n'éstamo  de  2.700,000  libras  es- 
terlinas, con  el  objeto  de  construir  una  vía  férrea  que 
uniera  comercialmente  ambos  océanos,  aprovechan- 
do las  partes  de  vía  y  materiales  que  las  anteriores 
empresas  fracasadas  habían  dejado  á  costa  de  fuer- 
tes sacrificios  monetarios  de  parte  de  la  Eepiiblica. 
Desjuiés  de  varios  contratiemi>os  con  los  Alarios  con- 
cesionarios que  se  fueron  sucediendo  en  la  realiza- 
ción de  la  obra,  se  terminó  el  ferrocarril  ístmico  el 
año  de  1894. 

Pero  esta  vísl  férrea  estaba  muy  lejos  de  llenar  su 
misión,  pues  todo  el  riela  je  era  de  poco  peso,  el  ba- 
lastre  insuficiente,  los  puentes  de  madera  é  inseguros, 
y  en  los  puertos  terminales  no  había  facilidades  al- 
gunas para  la  carga  y  descarga  de  mercaderías ;  todo 
lo  cual  hacía  imposible  que  la  ruta  fuera  utilizable 
para  el  tráfico  internacional. 

Durante  algunos  años  después,  procuró  el  Go- 
bierno mexicano  ir  mejorando  las  condiciones  exis- 
tentes, á  cuyo  efecto,  entre  otras  cosas,  se  construyó 


^^ 


Sr.   J.   B.   Boiíy. 
(íekknte  de    los  SKE8.  S.  Pearson  é  Hijo. 


COMERCIO  DEL  ISTMO.  205 

1111  muelle  de  liierro  en  Salina  Cruz,  muelle  que  fue 
destruido  por  el  embate  de  las  olas  el  año  de  1895. 

I*or  último,  y  com"prendieiido  el  Gobierno  la  ne- 
cesidad que  liabia  de  poner  lo  más  pronto  i^osible  la 
ruta  del  Istmo  en  condiciones  de  llenar  los  altos  fi- 
nes que  de  ella  se  esperaban,  hizo  un  contrato  con  la 
casa  inglesa  Peai'son  &  Son  Limitada,  formando  con 
ella  la  ''Compañía  Explotadora  del  Ferrocarril  Na 
cional  de  Teliiiantepec,"  comprometiéndose  dicha  ca- 
sa á  reconstruir  la  vía  por  cuenta  exclusiva  del  Go- 
bierno, hasta  dejarla  en  estado  de  completa  eficiencia 
jiara  soportar  el  gran  tráfico  futuro  que  se  espei'a- 
ba.  Con  la  misma  casa  contrató  la  República  la 
construcción  de  los  puertos  de  Coatzacoalcos  y  Sa- 
lina Cruz  para  adaptarlos  al  tráfico  interoceánico 
á  través  del  Istmo. 

Los  presupuestos  presentados  sumaron  $12.000,000 
])lata  y  muy  luego  se  iniciaron  las  grandes  obras,  que 
hoy,  ya  terminadas,  forman  la  manifestación  más 
evidente  de  lo  que  puede  el  esfuerzo  patriótico  de  un 
gran  gobernante  dedicado  en  promover  la  grandeza 
y  ^prosperidad  de  su  país. 

El  Ferrocarril  Nacional  de  Tehuantepec  parte  del 
lado  del  Atlántico  de  Coatzacoalcos,  población  de 
4.000  habitantes  situada  en  la  margen  izquierda  del 
río  del  mismo  nombre  y  cerca  de  su  desembocadura 
en  el  Golfo  de  México.  Atraviesa  con  rumbo  sur  las 
fértiles  llanuras  poco  accidentadas  que  coustituven 
la  gran  A^ertiente  de  la  cordillera  del  lado  del  Atlán- 
tico hasta  cruzar  el  río  Jaltepec;  de  aquí  y  siempre 
hacia  el  Sur,  sigue  la  vía  ])or  terrenos  más  elevados 
y  en  que  ya  no  se  vé  la  exhiiberante  vegetación  tro- 
pical de  la  vertiente  Norte,  pero  que  en  cambio  po- 
see excelentes  pastos  muy  apropiados  para  la  cría 
y  engorde  de  toda  clase  de  ganado.  En  esta  parte 
la  vía  llega  á  elevarse  hasta  140  metros  Sobre  el  ni- 
vel del  mar.  Continúa  atravesando  los  valles  de  las 
sierras  de  Mozahuita,  Prieto  y  Espinosa,  llegando  á 
elevarse  en  Eincón  Antonio  hasta  261.5  metros  sobre 
el  mismo  nivel.  La  vegetación  en  esta  región  alta  es 


206  DÍAZ  T  MÉXICO. 

bastante  raquítica ;  en  cambio  el  clima  es  tan  benig- 
no y  sano,  que  es  la  yecinclad  de  este  lugar  la  que  eli- 
gió la  Compañía  para  establecer  los  talleres  del  Fe- 
rrocarril, las  oficinas  generales,  casas  habitaciones 
para  funcionarios  y  empleados,  hospital,  etc. 

De  este  lugar  cruza  la  línea  la  sierra  de  Cbivela 
])ara  entrar  de  lleno  en  la  vertiente  del  Pacífico,  que 
desciende  rápidamente  al  precipicio,  más  suavemen- 
te después;  cruza  los  ríos  de  San  Gerónimo  y  Tebuan- 
tepec  y  llega  por  último  á  la  baliía  de  Salina  Cruz. 

La  vertiente  del  Pacífico  es  en  extremo  seca  y  ca- 
lurosa, de  A  egetación  escasa  y  ríos  torrenciales  y  por 
consiguiente,  innavegables. 

La  línea  atraviesa  en  esta  región  la  ciudad  de 
Tebuantepec,  antigua  residencia  de  los  reyes  zapo- 
tecas  y  capital  de  un  reino  indígena  bastante  ade- 
lantado y  que  al  fin  tuvo  que  sucumbir  á  los  ejércitos 
del  imperio  de  los  Monctezumas.  Tiene  la  ciudad 
14,000  habitantes  j  es  centro  comercial  de  alguna 
importancia. 

El  Ferrocarril  del  Istmo  conecta  en  la  estación 
de  San  Jerónimo,  kilómetro  262,  con  el  Ferrocarril 
Pan- Americano  que  llega  hasta  Mariscal,  en  la  fron- 
tera de  la  vecina  Eepública  de  Guatemala;  en  Jui- 
le  con  la  vía  férrea  que  a  a  á  San  Juan  Evangelista  y 
en  el  kilómetro  127  con  el  Ferrocarril  de  Yeracruz  al 
Pacífico. 

La  extensión  total  de  la  xm  férrea  desde  Coat- 
zacoalcos  hasta  Salina  Cruz,  es  de  304  y  medio  kiló- 
metros. Sus  puentes  son  todos  de  hierro,  siendo  los 
de  mayor  importancia  el  de  Chacalapa,  de  291  me- 
tros de  largo ;  el  de  Tolosa,  de  283  metros ;  el  de  Ma- 
1  atengo,  el  de  Santa  Lucrecia,  y,  por  último,  el  de 
Tehuantepec,  que  tiene  264  metros  de  extensión.  La 
mayor  parte  del  rielaje  de  la  vía,  que  era  de  un  peso 
de  56  á  60  libras  por  yarda,  fué  cambiado  por  de  80 
libras.  El  material  rodante  fué  todo  renovado,  po- 
seyendo actualmente  la  Compañía  suficiente  número 
dp  locomotoras  poderosas  de  los  últimos  modelos  y 


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CSl 


COMERCIO  DEL  ISTMO.  207 

todos  los  carros  de  i^asajeros  y  carga  que  necesita 
para  el  importante  tráfico  que  lleva  á  cabo. 

Los  talleres  en  Rincón  Antonio  son  espaciosos 
y  de  lo  más  completo  en  su  género.  Están  movidos 
por  fuerza  eléctrica  que  suministran  dos  generado- 
res de  160  caballos  de  fuerza  cada  uno.  Las  oficinas 
y  casas  de  empleados  son  amj)lias  y  provistas  de  to- 
dos los  requisitos  que  aconseja  la  higiene  moderna. 
Grandes  depósitos  de  petróleo  se  encuentran  en  dis- 
tintos puntos  de  la  vía,  pues  se  usa  en  las  locomoto- 
ras este  combustible,  con  preferencia  al  carbón,  de- 
bido á  su  mayor  economía  y  á  otras  ventajas  que  se- 
ría largo  enumerar. 

Las  obras  llevadas  á  cabo  en  los  puertos  termina- 
les forman  el  gran  coronamiento  de  esta  magTia  em- 
presa. En  el  puerto  de  Coatzacoalcos,  se  construye- 
ron dos  inmensas  escolleras  convergentes  con  extre- 
mos paralelos :  la  del  Este  tiene  1,400  metros  de  lar- 
go y  la  del  Oeste  1,20."),  dejando  una  bocana  ó  entra- 
da de  280  metros  de  ancho.  La  barra  que  á  la  entrada 
del  río  impedía  la  navegación  fué  dragada,  emplean- 
do para  ello  seis  ])oderosas  dragas.  Se  construyeron 
ocho  muelles  metálicos  en  la  margen  izquierda  del 
río,  teniendo  cada  uno  126  metros  de  longitud  y  22  y 
medio  de  anchura,  y  frente  á  cada  uno  de  ellos  un 
gran  almacén  también  de  estructura  metálica,  de 
126  metros  de  largo  por  32  y  medio  de  ancho.  El  mue- 
lle de  madera  que  se  construyó  i^rovisionalmente 
cuando  se  iniciaron  las  obras,  se  encuentra  aún  en 
perfecto  estado  y  presta  muy  buen  servicio,  y  tam- 
bién está  provisto  de  su  respectivo  almacén.  Los  talu- 
des del  río  en  toda  la  extensión  en  que  están  situados 
los  muelles  están  protegidos  por  un  revestimiento 
de  piedra  de  un  metro  de  espesor. 

Se  proA'eyó  al  puerto  de  una  instalación  eléctrica 

capaz  de  desarrollar  1,836  caballos  de  fuerza  y  que 

está  destinada  á  mover  las  grúas  y  cabrestantes  de 

que  están   dotados    los   muelles   para   manejar   la 

*  carga. 


20S'  BLVZ  T  3IEXIC0. 

Finalmente,  la  profundidad  del  río  á  lo  largo  de 
los  muelles  es  de  diez  metros  en  baja  mai\ 

A  la  población  de  Coatzacoalcos,  actualmente  lla- 
mada Puerto  México,  se  le  lia  dotado  de  buen  drena- 
je y  agua  potable  en  abundancia,  lo  que  lia  mejorado 
sus  condiciones  sanitarias  á  tal  grado,  que  ha  sido 
posible  extirpar  por  completo  las  enfermedades  epi- 
démicas que  en  tiem]>os  anteriores  reinaban  en  ei 
lugar. 

Pero  si  las  obras  llevadas  á  cabo  en  Coatzacoal- 
cos son  dignas  de  admiración,  la  importancia  y  diñ- 
cultad  de  las  que  se  efectuaron  para  formar  el  puer- 
to de  Salina  Cruz  en  el  punto  terminal  del  Pacíñ- 
co,  son  aún  más  notables ;  pues  en  este  último  punto 
no  había  puerto,  había  que  hacerlo. 

Salina  Cruz  no  era  por  naturaleza  más  que  una 
rada  abierta  expuesta  á  todas  las  intemperies  del 
Océano  é  incapaz  de  proporcional-  el  menor  abrigo 
á  los  barcos.  Ha  habido  que  solucionar  en  la  forma- 
ción de  este  puerto  los  problemas  más  conijilicados 
de  ingeniería,  y  ha  requerido  la  obra,  iiodemos  de- 
cir ,todos  los  recursos  y  artificios  (pie  la  ciencia  mo- 
derna ha  iniesto  en  manos  del  hombre  para  poder 
lleyar  á  cabo  esta  clase  de  trabajos. 

Se  construyeron  dos  poderosos  rompe-olas  que 
avanzan  hacia  el  mar :  el  del  Este  con  una  longitud 
de  980  metros  40  centímetros  y  el  del  Oeste,  (547  me- 
tros 75  centímetros.  El  primero  llega  en  su  extremi- 
dad á  fondos  de  17  metros,  y  el  segundo  á  fondos  de 
:!0  y  12  metros.  En  el  antepuerto  que  forman  estas 
construcciones,  fué  dragada  una  extensión  de  80,000 
metros  cuadrados,  obteniéndose  una  profundidad  mí- 
nima de  18  metros  en  las  mareas  más  bajas.  Un  muro 
ó  malecón  de  1,000  metros  de  largo  fué  construido  pa- 
ra separar  el  antepuerto  del  puerto  ó  dársena,  el 
cual  tiene  una  superficie  de  850,000  metros  cuadra- 
dos, y  está  en  comunicación  con  el  puerto  exterior 
por  un  canal  de  30  metros  de  ancho  por  70  de  largo, 
que  divide  el  malecón  en  dos  secciones. 

El  malecón  soporta  seis  almacenes  de  estructura 


COMEIÍCIO  BEL  ISTMO.  209 

metálica  de  l!2(>  metros  de  largo  por  32  de  ancho  y 
enteramente  iguales  á  sus  congéneres  de  Coatzacoal- 
cos. 

En  el  ángulo  X.  O.  de  esta  dársena  está  situado 
un  dique  seco  de  190  por  .'iO  metros  para  reparacio- 
nes de  barcos.  Está  provisto  de  escaleras  laterales 
para  descender  al  fondo  y  numerosos  postes  de  ama- 
rre para  facilitar  la  entrada  de  los  buques.  Dos  po- 
derosas bombas  centrífugas  instaladas  en  la  vecin- 
dad,  sirA^en  jíara  vaciarlo,  cuya  oi:)eración  se  puede 
hacer  en  cuatro  horas. 

Otras  bombas  más  pequeñas  sirven  para  bombear 
las  pequeñas  filtraciones  que  i)udiera  haber  en  los 
drenes  de  la  base  de  los  muros  del  dique  ó  que  ])udie- 
ren  ocurrir  á  través  de  la  compuerta  que  cierra  la 
entrada.  Dicha  compuerta  la  forma  un  "buque-com- 
puerta" flotante,  de  estructura  meálica  celular  fo- 
rrado con  lámina  de  acero  y  que  está  lastrado  en  el 
fondo  con  una  masa  de  concreto  que  asegura  su  es- 
tabilidad. Sobre  su  cubierta  soporta  una  vía  férrea, 
sirviendo  así  de  puente  para  conectar  las  vías  exis- 
tentes á  ambos  lados  del  dique  y  facilitar  los  movi- 
mientos de  los  trenes. 

Este  hermoso  puerto  está  además  provisto  de  una 
instalación  eléctrica  dotada  de  cinco  generadores  tri- 
facios  de  corrientes  alternas  que  pueden  desarrollar 
2,000  caballos  de  fuerza.  Las  calderas  son  siete  y  tie- 
nen capacidad  total  para  producir  3,346  caballos. 

Por  medio  de  esta  poderosa  planta  se  mueven  las 
18  grúas  eléctricas  y  los  34  cabrestantes  que  están  dis- 
tribuidos á  lo  largo  del  malecón  para  tonmr  la  carga 
directamente  de  ésta  á  los  barcos  y  viceversa.  La 
]^ianta,  además,  proporciona  fuerza  para  las  bombas 
del  dique  v  alumbrado  para  la  población  de  Salina 
C^ruz. 

Los  trabajos  de  dragado  de  la  dársena  se  llevaron 
á  cabo  por  medio  de  tres  poderosas  dragas,  obte- 
niéndose una  profundidad  mínima  de  10  metros  en 
baja  mar. 

La  ciudad  de  Salina  Cruz  fué  enteramente  re- 


210  DÍAZ  X  MÉXICO.       ,, 

formada,  liabiendo  sido  trazada  bajo  un  i)lan  ente- 
ramente moderno :  calles  anchas  y  rectas,  manza- 
nas de  100  metros  cuadrados,  agua  potal)le  en  abun- 
dancia j  buen  drenaje. 

Por  la  ligera  descripción  que  hemos  hecho  de  los 
trabajos  que  por  cuenta  del  Supremo  Gobierno  de 
la  Kepública  ha  llevado  á  feliz  término  y  con  el 
más  completo  éxito  la  casa  inglesa  de  S.  Pearson  & 
Son,  Limitada,  se  pondrán  fornuir  idea  miestros  lec- 
tores de  la  inii)ortancia  trascendental  de  tan  colo- 
sal empresa.  La  ruta  de  Tehuantepec  supera  a  la  de 
Panamá  para  el  comercio  del  mundo  tanto  en  lo  que 
refiere  á  la  distancia  como  al  costo  del  transporte. 
De  Nueva  York  á  Hong-kong  hay  por  la  vía  de  Te- 
huante])ec  1,351  millas  menos  que  por  la  de  Panamá; 
de  Xueva  York  á  Yokohama  l,2r)0  millas  menos;  del 
mismo  puerto  de  Auckland,  X.  Q.,  881  millas  menos ; 
á  Melbourne  701;  á  Honolulú  l,27í);  á  San  Francisco 
1,173;  de  LiA'erpool  á  Honk-Kong  4(>9  millas  menos; 
á  Auckland  503 ;  á  San  Francisco  TíOO  ;  de  Nueva  Or- 
leans  á  Hong-Kong  2,035 ;  á  Yokohama  1,974 ;  á  Auck- 
land 1,5G4;  á  Melbourne  1,445;  á  Honolulú  1,980  y  á 
San  Francisco  1,857  menos.  Cifras  son  éstas  que  no 
necesitan  comentarios  y  explican  la  creciente  prospe- 
ridad del  tráfico  á  través  del  Istmo  de  Tehuantepec; 
prosperidad  que  asume  tales  proporciones,  que 
continuamente  reclama  nuevas  obras  de  ensanche, 
las  que  se  llevan  á  cabo  de  modo  á  mantener  siempre 
la  ruta  con  capacidad  suficiente  para  satisfacer  las 
exigencias  del  comercio  mundial. 

Otra  de  las  obras  monumentales  llevada  á  cabo 
por  la  casa  de  S.  Pearson  &  Son,  Limitada,  por  cuen- 
ta del  Gobierno  mexicano,  es  la  construcción  del 
])uerto  de  Veracruz.  Antes  de  que  estas  obras  fueran 
realizadas,  el  puerto  en  cuestión  era  sumamente  pe- 
ligroso para  las  embfircaciones  cuando  soplaba  el 
famoso  viento  norte,  tan  frecuente  en  esa  localidad 
durante  cierta  época  del  año.  En  1851  uno  de  estos 
nortes  echó  á  pique  trece  buques  en  la  entrada  de 
A^eracruz,  y  si  es  verdad  que  éste  fué  un  incidente 


COMEllCIO  DEL  ISTMO.  -'11 

excepcional,  también  es  cierto  que  casos  aislados  no 
eran  poco  frecuentes  y  qiie  cuando  reinaban  estos 
nortes  era  únicamente  ejerciendo  gran  vigilancia  co- 
mo se  podía  lograr  entrar  con  seguridad  por  las  tur- 
bulentas aguas  de  la  balíía. 

Las  obras  en  referencia  hicieron  cambiar  ente- 
ramente de  aspecto  á  este  estado  de  cosas,  convir- 
tiendo á  ^"eracruz  en  uno  de  los  puertos  más  seguros 
del  mundo  en  todas  las  épocas  del  año. 

La  baliía  de  Veracruz  está  parcialmente  circu- 
lada por  los  arrecifes  de  coral  llamados  La  Caleta, 
cerca  de  la  costa,  y  La  Gallega,  600  metros  mar  aden- 
tro en  la  parte  norte,  y  El  Hornos,  cerca  de  la  cos- 
ta, y  La  Lavandera,  320  metros  mar  adentro  del  la- 
do sur.  Diclios  arrecifes  forman  una  bahía  de  2,000 
metros  de  anchura  y  cuando  soplaba  el  viento  norte, 
his  aguas  del  Golfo  eran  imi^elidas  con  gran  violen- 
cia por  el  paso  estrecho  situado  entre  La  Caleta  y 
La  Gallega,  penetrando  dentro  de  la  bahía,  no  dejan 
do  más  abrigo  á  los  barcos  que  estaban  dentro  que 
un  i^equeño  espacio  á  Sotavento  del  Castillo  de  San 
Juan  de  Ulúa,  construido  sobre  parte  del  arrecife 
de  La  Gallega. 

Estos  inconvenientes  se  remediaron  con  la  coiis- 
ti'ucción  de  un  gran  dique  al  Noroeste,  que  partiendo 
de  la  punta  de  La  Caleta,  se  extiende  hasta  La  Ga- 
llega, cerrando  á  las  aguas  del  Océano  este  paso  del 
norte,  y  otro  rompe-olas  al  noreste,  que  se  extiende 
desde  el  arrecife  de  La  Gallega  hasta  la  entrada  del 
puerto.  El  muro  del  norte  que  une  La  Gallega  con  la 
isla  de  Ulúa,  había  sido  construido  con  anterioridad. 

Al  Sudeste  se  construyó  también  otro  rompe-olas 
que  protege  el  puerto  del  lado  Sur  y  que  se  extiende 
desde  la  punta  del  Hornos  hasta  La  Lavandera,  de- 
jando entre  su  extremidad  y  la  del  dique  del  Nores- 
te un  canal  de  260  metros  de  ancho  que  constituye  la 
entrada  del  puerto.  En  ambas  extremidades  se  colo- 
caron faros. 

Las  dos  secciones  del  dique  del  Noreste  tienen 
.1 ,085  metros  de  largo ;  el  dique  del  Norte,  construido 


212  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

por  Don  Agustín  Cerdán,  500  metros;  el  dique  del 
Noreste  738  metros,  y  el  dique  del  Sudeste  913  me- 
tros. 

Formando  parte  del  malecón  de  la  ciudad  se  cons- 
truyó un  dique  interior  de  protección,  que  tiene  por 
el  lado  de  adentro  530  metros  de  largo  y  del  lado  de 
afuera  l.*)5  metros  más.  La  parte  del  puerto  situada 
entre  el  diípie  interior  de  protección  y  el  rompe-olas 
del  Sudeste,  está  destinada  actualmente  á  las  embar- 
caciones más  pequeñas. 

El  malecón  de  la  ciudad  fué  construido  en  el  mar 
á  una  distancia  de  cuatrocientos  metros  de  la  línea 
de  la  costa  en  la  marea  baja,  y  por  consiguiente,  to- 
da la  parte  del  frente  donde  hay  actualmente  tendi- 
das algunas  líneas  férreas  y  donde  se  lian  construido 
y  siguen  construyendo  muclios  edificios,  fué  conquis- 
tada al  Océano.  El  área  de  estos  terrenos  nuevos  es 
de  cerca  de  100  hectáreas.  El  malecón  tiene  tres  ki- 
lómetros de  largo  y  se  extiende  desde  el  rompe-olas 
del  Noroeste  al  Norte,  hasta  el  dique  interior  de  pro- 
tección al  Sur.  Los  muelles  para  los  barcos  se  cons- 
truyeron á  ángulos  rectos  partiendo  del  malecón. 
De  los  doce  que  hay  proyectados  se  han  construido 
solamente  cuatro,  que  llevan  los  números  1,  4,  5  y  8: 
este  último  es  el  muelle  del  Gobierno  y  tiene  180  me- 
tros de  largo  i)or  22  y  medio  de  ancho.  Los  números 
5,  4  y  1  corres])onden,  respectivamente,  á  los  ferroca- 
rriles Mexicano,  Interoceánico  y  Alvarado.  Los  de- 
más muelles  serán  construidos  conforme  las  nece- 
sidades del  tráfico  lo  exijan. 

El  más  costoso  é  importante  de  los  trabajos  in- 
teriores del  puerto  es  ol  sólido  dique  de  albañilería, 
de  380  metros  de  largo,  que  se  extiende  perpendicu- 
larmente  desde  el  malecón  en  dirección  de  la  isla  de 
San  Juan  de  Ulúa,  entre  los  muelles  5  y  (5.,  Tiene  100 
metros  de  ancho  y  está  provisto  de  ocho  líneas  de 
rieleS;  entre  cuyos  espacios  deberán  construirse  cua- 
tro grandes  almacenes  provistos  de  suficiente  niínie- 
ro  de  grúas  que  se  operarán  con  fuerza  hidráulica  ó 
eléctrica. 


EsciELAS  RirAles  Modkrxas. 


COJIERCIO   DEL  ISTMO.  21  í5 

Este  dique  tiene  espacio  suficiente  para  siete  de 
los  barcos  más  grandes  que  llegan  á  Veracruz. 

A  ambos  lados  de  la  entrada  del  nuielle  del  Go- 
bierno se  construyeron  dos  espaciosos  almacenes  de 
cal  y  canto.  También  se  ha  construido  al  sur  de  la 
esquina  formada  por  las  divisiones  del  malecón,  un 
desembarcadero  en  forma  de  T,  á  la  espalda  del  cual 
se  está  erigiendo  un  edificio  sólido  y  amplio  que  ser- 
virá de  estación  sanitaria  y  de  almacén  de  equipajes. 

El  área  total  del  puerto,  gracias  á  los  importan- 
tes trabajos  que  liemos  descrito,  llega  á  220  hectá- 
reas; cuya  extensión  fué  ciudadosamente  dragada 
de  modo  á  obtener  una  profundidad  mínima  de  8  y 
medio  á  10  metros,  que  es  suficiente  para  dar  entrada 
al  buque  de  mayor  calado  basta  boy  construido  en 
los  astilleros  del  mundo. 

Como  indispensable  complemento  á  estas  grandes 
mejoras,  que  lian  requerido  un  gasto  de  $30.000,000 
]>lata,  tanto  el  Gobierno  Federal  como  bis  autorida- 
des del  Estado,  no  lian  perdido  tiempo  ni  economiza- 
do dinero  en  ])roveer  á  la  ciudad  de  Veracruz  con  un 
sistema  completo  de  drenaje  moderno  y  con  agua  po- 
table en  abundancia,  habiendo  así  logrado  convertir 
la  localidad  en  una  de  las  más  sanas  del  Golfo,  ha- 
ciendo desaparecer  por  completo  las  fiebres  epidé- 
micas que  antes  la  azolaban  y  dificultaban  su  co- 
mercio. 

Los  trabajos  llevados  á  cabo  en  Veracruz,  el  puer- 
to más  importante  de  la  Kepública,  constituyen  un 
timbre  de  honor  para  la  administración  del  General 
T>on  Porfirio  Díaz;  pues  son  una  muestra  patente 
de  sus  esfuerzos  por  el  adelanto  y  prosperidad  de 
la  Nación  mexicana,  que,  gracias  á  él,  vá  asumiendo 
en  el  concierto  de  las  naciones  el  alto  puesto  que  le 
corresponde  por  su  historia,  su  extensión  y  patrio- 
tismo de  sus  hijos. 


CAPITULO  LX. 

Desarrollo  de  fuerza  hidráulica. 

La  historia  del  progreso  industrial  de  México  du- 
rante la  última  década,  no  es  sino  la  historia  del  des- 
arrollo de  su  fuerza  hidráulica.  La  provisión  de  fuer- 
za, á  la  tercera  parte  del  precio  que  antes  costaba, 
ha  hecho  posible  la  operación  de  centenares  de  fá- 
bricas, grandes  y  pequeñas;  ha  triplicado  la  exten- 
sión de  los  trabajos  mineros;  ha  convertido  la  luz 
eléctrica  en  una  comodidad  cuando  antes  era  un  lu 
jo;  ha  aumentado  las  líneas  urbanas  y  suburbanas 
de  tran^ias ;  y  en  fin,  ha  reA  olucionado  por  completo 
las  condiciones  industriales. 

Una  de  las  empresas  que  han  contribuido  á  este 
desarrollo  es  la  de  Xecaxa,  inmensa  como  es  en  sus 
resultados  económicos,  es  quizá  aún  más  interesante 
desde  el  punto  de  Adsta  de  la  ingeniería.  Es  una  obra 
colosal  en  que  se  han  gastado  millones  de  pesos  en 
cambiar  las  condiciones  naturales,  de  modo  á  pro- 
veer una  continua  corriente  de  agua  capaz  de  produ- 
cir fuerza  para  todas  las  necesidades  presentes.  La 
inmensa  presa  de  Xecaxa  almacena  durante  la  esta- 
ción de  Ihmas  44.000,000  de  metros  cúbicos  de  agua, 
y  las  otras  presas  construidas  en  los  valles  parale- 
los, forman  dos  depósitos  con  capacidad  para  con- 
tener 45.000,000  y  15.000,000  de  metros  cúbicos,  res- 
pectivamente. 

Más  allá  de  estos  depósitos  se  están  abriendo  tú- 
neles para  conducir  otros  ríos  y  aumentar  la  eficien- 
cia de  la  obra.  Hay,  además,  en  la  meseta  arriba  de 
Xecaxa,  cerca  del  término  del  Ferrocarril  de  Hidalgo, 
dos  depósitos  con  una  capacidad  total  de  $70.000,000 
de  metros  cúbicos. 

La  ])lanta  que  nos  ocupa,  cuando  fué  fundada  pro- 
ducía 20,000  caballos  de  fuerza :  hoy  produce  50,000 
caballos  para  consumo  en  México  y  El  Oro.  Las  lí- 


Don  Jcsé  Maim'a  Velasco.    (Pintok  Mkxicano.) 


DESARROLLO  DE  FLERZA  HIDRÁULICA.  215 

neas  de  transmisión  de  la  compañía  se  están  exten- 
diendo actnalmente  á  Paclinca,  y  pronto  podrá  pres- 
tarse servicio  en  un  tei'ritorio  nuevo  muy  extenso.  Al 
fi]}alizar  el  año,  la  empresa  estará  en  situación  de 
poder  desarrollar  cien  mil  caballos  de  fuerza,  y  se  es- 
tán trazando  los  trabajos  que  permitan  aumentar  es- 
ta fuerza  á  250,000  si  fuere  necesario. 

Las  aguas  de  diez  ríos  se  utilizan  aquí  para  pro- 
veer de  luz,  calor  y  fuerza  á  los  habitantes  del  valle 
de  México.  En  la  instalación  de  dinamos  de  Necaxa 
es  transformada  la  energía  de  todas  estas  corrientes 
en  miles  de  caballos  de  fuerza  de  energía  eléctrica, 
que  alumbra  ciudades  y  hace  trabajar  fábricas  á  cen- 
tenares de  kilómetros  de  distancia. 

Desde  que  la  Compañía  Mexicana  de  Luz  y  Fuer- 
za inició  sus  trabajos  en  la  ciudad  de  México,  ha 
abaratado  el  costo  de  la  fuerza,  primero  en  un  cin- 
cuenta i)or  ciento,  y  luego  ha  seguido  disminuyendo 
dicho  costo  hasta  el  grado  que  hoy  proporciona  fuer- 
za, no  obstante  ser  México  un  país  donde  el  carbón  es 
excesivamente  caro,  á  precios  más  bajos  que  en  casi 
cualquiera  otra  ciudad  del  mismo  tamaño  en  el  ex- 
terior. 

La  presa  principal  de  Necaxa  es  una  gran  estruc- 
tura de  piedra  construida  con  la  mayor  solidez.  Su 
altura,  cuando  esté  enteramente  terminada,  será  de 
194  pies  y  estará  formada  por  1.800,000  yardas  cú- 
bicas de  material. 

La  presión  hidrostática  que  dá  fuerza  á  las  tur- 
binas, é  impulsa  á  los  grandes  generadores  en  su 
trabajo  de  convertir  esta  agua  en  energía  eléctrica, 
es  obtenida  por  una  caída  de  1,400  pies,  variando  la 
fuerza  de  acuerdo  con  la  altura  del  agua  en  el  depó- 
sito. La  columna  llega  á  la  planta  eléctrica  por  me- 
dio de  inmensa  y  larga  tubería  que  atraviesa  las 
montañas  á  un  lado  de  los  saltos  de  agua.  Estos  sal 
tos,  en  niimero  de  dos,  son,  ó  más  bien,  eran,  antes  de 
que  el  agua  fuera  dirigida  por  otros  cauces,  de  im- 
ponentes proporciones  y  fueron  los  que  llamaron  la 
atención  de  los  ingenieros  hacia  estos  sitios  como  á 


216  DÍAZ  T  MÉXICO. 

propósito  para  establecer  ima  gran  planta  eléctrica. 
El  primero  de  ellos  tenía  462  pies  de  altura  y  el  se- 
gundo 752. 

Los  tubos  de  alimentación  cjue  parten  de  la  presa 
son  tres :  dos  de  seis  pies  de  diámetro  y  uno  de  siete. 
Eecorren  una  distancia  de  2,300  pies  antes  de  juntar- 
se por  medio  de  un  recibidor  de  21  pies  de  largo  y  sie- 
te de  diámetro.  De  aquí  salen  seis  tubos  de  presión 
de  treinta  pulgadas  de  diámetro  cada  uno,  los  cua- 
les son  conducidos  i)or  un  túnel  a  la  planta  generado- 
ra, cerca  de  1,400  pies  abajo. 

La  planta  eléctrica  de  Necaxa,  donde  se  produce 
la  energía,  puede  considerarse  como  de  lo  más  moder- 
no que  existe  hoy  en  el  mundo  en  su  género.  El  edi- 
ficio de  las  máquinas  es  de  construcción  de  acero  y 
concreto,  de  65  pies  de  altura  sobre  el  nivel  del  piso, 
265  pies  de  largo  y  214  de  fondo.  Contiene  seis  gran- 
des generadores  con  un  potencial  de  4,000  Aoltios 
cada  y  todos  ellos  son  de  corriente  trifásica.  Para 
elevar  su  voltage  á  la  línea  de  presión  que  es  ahora 
de  60,000  voltios,  se  emplean  cinco  transformadores 
de  fase  simple  de  2,000  kilowatts. 

En  el  gran  depósito  de  Xecaxa  cae  desde  una  altu- 
ra de  cincuenta  metros  una  inmensa  cantidad  de 
agua  que  viene  del  depósito  de  Tenango,  j  esta  abun- 
dante alimentación  es  el  i^rimer  resultado  del  tra- 
bajo asiduo  que  ha  sido  llevado  á  cabo  en  el  tiempo 
relativamente  corto  de  un  año  y  por  los  esfuerzos 
constantes  de  doce  distintas  cuadrillas  constructo- 
ras. Esta  agua  ^dene  del  inmenso  canal  y  sistema 
de  depósitos. 

El  túnel  de  Tenango,  como  es  llamado  este  últi- 
mo eslabón  que  acaba  de  terminarse,  tiene  1,317  me- 
tros de  largo,  siendo  sus  dimensiones  de  11  pies  por 
IL  La  tubería  de  acero  que  encierra,  tiene  9  metros 
de  diámetro  y  está  toda  rodeada  de  concreto.  Este 
túnel  fué  construido  con  gran  rapidez,  A^aliéndo- 
dose  para  ello  de  cuatro  tiros  que  conducían  á  la  su- 
perficie del  terreno  y  que  permitieron  que  diez  cua- 
drillas trabajaran  á  la  vez.  Tiene  un  declive  de  tres 


DESARROLLO  DE  FUERZA  HIDRAULICxi.  217 

metros  por  kilómetro,  lo  que  produce  uu  espléndido 
salto  y  hace  posible  que  se  puedan  derramar  en  el 
depósito  de  Necaxa  las  aguas  de  los  depósitos  supe- 
riores tan  ligero  como  pueda  haber  posibilidad  que 
se  necesiten. 

Seis  meses  se  invirtieron  en  hacer  las  excavacio- 
nes y  otros  seis  tomó  la  colocación  de  la  tubería  y  su 
forrada  de  concreto. 

Se  construyó,  además,  á  169  metros  del  depósito 
de  Necaxa,  un  ramal  que  corre  desde  el  tiro  número 
4  y  atraviesa  el  cerro  donde  está  situada  la  pequeña 
población  de  Jacksonville,  pol'  una  distancia  de  342 
metros.  Al  salir  del  cerro  el  tubo  de  nueve  pies  que 
contiene,  se  reduce  á  siete  y  deberá  unirse  con  otro 
del  mismo  diámetro,  que  es  de  los  j)rincipales  alinien 
tadores  de  los  tubos  de  presión  que  van  á  la  planta 
generadora.  Dicho  ramal  constituye,  pues,  un  medio 
de  alimentación  directa  obtenida  del  depósito  de  Te- 
nango.  Varias  válvulas  colocadas  en  puntos  conve- 
nientes permiten  dirigir  el  agua  á  donde  se  necesite. 

El  depósito  de  Tenango  es  una  gran  extensión 
de  agua  que  cubre,  cuando  lleno,  una  superficie  de 
3.408,000  metros  cuadrados,  teniendo  una  capacidad 
de  cuarenta  y  cuatro  millones  de  metros  cúbicos,  lo 
que  es  con  poca  diferencia  una  capacidad  igual  á  la 
del  gran  depósito  de  Necaxa. 

Para  contener  esta  inmensa  cantidad  de  agua  se 
está  construyendo  una  presa  de  2,800  metros  de  lar- 
go, en  que  se  emplearán  1.125,000  metros  cxibicos  de 
materiales.  Su  parte  central  atraviesa  un  espacio 
profundo  de  más  de  cien  metros,  que  está  construido 
con  la  mayor  solidez,  por  el  mismo  estilo  de  las  otras 
grandes  presas  de  Necaxa. 

Más  allá  de  Tenango  se  encuentra  el  tercero  de 
los  depósitos  inferiores,,  el  de  ívTexapa,  que  está  uni- 
do al  de  Tenango  por  un  túnel  de  147  metros  de  lar- 
go. Este  depósito  tiene  una  capacidad  de  15.780,000 
metros  cúbicos  y  en  la  presa  que  aquí  se  está  constru- 
yendo, se  emplearán  430,000  metros  cúbicos  de  mate- 
riales. 


218  DÍAZ  Y  .^ÍEXICO. 

El  túnel  de  Xaltepaxtla,  que  se  encuentra  ya  en 
uso,  tiene  328  metros  de  largo  y  desagua  en  el  gran 
canal  á  una  altura  de  1,384  metros,  que  es  24  me- 
tros mayor  que  la  del  derrame  de  la  presa  de  Nexapa. 
Su  rendimiento  es  de  cuarenta  metros  cúbicos  por 
segundo. 

De  la  entrada  del  túnel  corre  un  canal  hacia 
atrás,  por  una  distancia  de  195  metros  hasta  llegar 
á  las  compuertas  de  una  pequeña  presa  de  desviación 
que  encauza  el  río  Xaltepuxtla.  Esta  presa  fué  con- 
cluida en  Diciembre  de  1909. 

A  lo  largo  de  la  ribera  de  este  río  existe  un  cami- 
no carretero  esi^léndido  construido  por  la  Compañía 
Mexicana  de  Luz  y  Fuerza,  que  conduce  á  los  túne- 
les de  Zempoala. 

Más  allá  del  lugar  donde  desembocan  las  aguas 
del  río  Zempoala  y  sus  tributarios  en  el  Xaltepuxtla, 
se  extienden  siete  kilómetros  de  túneles  y  345  metros 
de  canales  hasta  un  ])iinto  donde  se  encuentran  con 
el  río  Zempoala.  Son  los  túneles  que  hemos  mencio- 
nado, que  aún  están  en  construcción  y  que  deberán 
estar  terminados  en  Enero  de  1912. 

Varios  otros  túneles  hay  en  proyecto,  todos  los 
cuales  contribuirán  notablemente  á  aumentar  el  ya 
inmenso  caudal  de  aguas  disponible  en  los  grandes 
depósitos  que  existen  y  en  los  nuevos  que  se  intentan 
formar.  Solamente  el  sistema  proyectado  para  reco- 
ger las  aguas  del  distrito  más  allá  de  Zempoala,  se 
calcula  costará  $4.500,000. 

No  debemos  dejar  de  mencionar,  por  ser  de  gran 
importancia,  el  depósito  conocido  con  el  nombre  de 
Laguna,  que  recibe  las  aguas  de  Inás  allá  de  Beris- 
táin  y  que  tiene  tanta  capacidad  como  el  mismo  de 
Xecaxa.  Este  depósito  se  puede  vaciar  en  el  de  Los 
Reyes  por  medio  de  un  túnel  de  517  metros.  De  Los 
Reyes  parten  canales  y  tímeles  que  llevan  el  agua  al 
valle  de  Xecaxa. 

Finalmente,  otro  de  los  sistemas  de  canales  y  tú- 
neles en  construcción  es  el  de  Coacuila,  que  aprove- 
chará las  aguas  del  río  de  este  nombre. 


DESARROLLO  DE  FUERZA  HIDRÁULICA.      21.) 

Las  líneas  que  vieuen  desde  Necaxa  á  la  ciudad 
de  México  conduciendo  la  energía  que  mueve  innu- 
merables molinos,  factorías  y  maquinaria  de  todas 
clases,  tanto  en  la  capital  como  en  El  Oro  y  Pachuca, 
son  en  sí  un  modelo  en  su  género. 

Dichas  líneas  entran  á  la  capital  por  la  estación 
de  Nonoalco,  la  cual  era  anteriormente  la  planta  de 
carbón  más  importante  que  proveía  á  México  de  fuer- 
za eléctrica  y  es  hoy  el  punto  central  de  distribución. 
De  Necaxa  llegan  cuatro  circuitos  y  de  aquí  parten 
dos  para  El  Oro  y  otros  muchos  para  las  distintas 
partes  del  Valle  de  México. 

El  sistema  de  tranvías  está  provisto  con  muchas 
líneas  de  alimentación,  teniendo  estaciones  hasta  en 
las  partes  más  céntricas  de  la  ciudad,  lo  cual  hace 
posible  (pie  se  puedan  cortar  secciones  que  están  da- 
ñadas sin  interferir  con  la  operación  de  las  demás 
líneas,  ni  menos  con  la  distribiición  general  de  luz  y 
fuerza. 

Una  estación  especial  á  donde  llega  fuerza  eléc-* 
trica  con  8,000  voltios  de  presión,  se  entiende  con  el 
alumbrado  ])úblico  de  la  ciudad.  Las. calles  están 
alumbradas  por  cerca  de  dos  mil  lámparas  de  arco 
de  2,000  á  1,500  bujías,  lo  que  hace  que  México  sea 
nna  de  las  ciudades  que  poseen  mejor  alumbrado  pú- 
))iico  en  América. 

Las  necesidades  del  servicio  público  de  la  capital 
y  del  Distrito  Federal  son  muchas,  y  entre  ellas  cita- 
i'emos  el  contrato  que  últimamente  se  ha  hecho  por 
cuatro  mil  killowatts  para  mover  las  grandes  bombas 
que  elevan  el  agua  de  las  fuentes  de  Xochimilco. 

El  mayor  servicio  de  fuerza  que  dá  la  Compañía 
fuera  del  Distrito  Federal,  es  al  campo  minero  de  El 
Oro,  en  el  Estado  de  México,  situado  á  120  kilóme- 
tros de  la  capital.  Las  compañías  mineras  que  aquí 
trabajan  consumen  actualmente  10,000  caballos  de 
fuerza,  siendo  los  princi])ales  consumidores :  el  Oro 
31ining  &  Eaihvav  Co„  la  Esperanza  Mining  Co.,  la 
"México  Mines  of  El  Oro,"  y  la  "Dos  Estrellas  Mi- 
ning &  Milling  Co." 


220  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

Para  concluir,  agregaremos,  que  la  Compañía  es- 
tá para  inaugurar  el  servicio  de  fuerza  y  luz  en  Pa- 
chuca,  capital  del  Estado  de  Hidalgo. 

Este  bosquejo  que  hemos  liecho  de  las,  grandes 
plantas  de  Necaxa  y  del  servicio  de  luz  y  fuerza  que 
proporciona  esta  Compañía,  dará  una  idea  de  su  im- 
portancia y  del  gran  progreso  que  ha  hecho  en  po- 
cos años,  progreso  que  está  en  relación  directa  con 
el  gran  desarrollo  que  se  ha  efectuado  en  las  indus- 
trias de  toda  naturaleza  en  el  Distrito  Federal  y  sus 
alrededores. 


CAPITULO  LXI. 

El  hacendado  antiguo  y  el  moderno. 

Por  muclios  años  desi^ués  de  la  conquista  de  las 
dinastías  nativas  de  México,  el  país  se  halló  entrega- 
do al  explorador,  al  minero  y  al  comerciante.  Aque- 
llos de  escasa  ambición  se  dedicaron  al  cultivo  de  la 
tierra. 

Los  españoles  nunca  parecían  apreciar,  que  en 
suelo  maravillosamente  fértil  y  extenso  territo- 
rio, México  guardaba  una  riqueza  cien  veces  mayor 
que  la  que  podían  producir  sus  minas.  Tampoco  pu- 
dieron percibir  plenamente  que  la  agricultura  les 
brindaba  un  medio  seguro  para  adquirir  riquezas  á 
cambio  de  perseverancia  firme  y  dedicación  á  ella. 
Es  cierto  que  los  españoles  adquirieron  grandes  frac- 
ciones de  terreno  y  muy  vastas  liaciendas,  las  que 
trabajaron  con  provecho,  pues  el  español  es  muy  ap- 
to para  sacar  dinero  de  cuanto  emprende,  pero  esa 
])osesión  reconocía  dos  razones.  Era  costumbre  en 
Europa  considerar  la  propiedad  de  extensas  super- 
ficies de  tierra  como  aristocrática.  El  origen  de  esto 
se  descubre  en  el  hecho  de  que  en  pasadas  centurias 
el  que  era  poseedor  de  vastas  i:)orcions  territoriales, 
contaba  con  muchos  partidarios,  y  como  en  aquellos 
días  de  turbulencia  el  poder  muy  a  menudo  consti- 
tuía el  derecho,  el  que  disponía  de  un  séquito  de  te- 
rratenientes y  colonos  vigorosos  y  bien  armados  y 
tenía  á  su  servicio  caballeros  de  espíritu  batallador 
y  de  un  rango  inmediaío  al  suyo,  estaba  cierto  de  ser 
respetado  y  visto  como  un  gran  señor. 

El  español  trajo  consigo  á  América  las  ideas  y 
prejuicios  de  su  raza  y  por  lo  tanto  fué  natural  que 
tratase  de  introducir  en  México  y  en  sus  otras  pose- 
siones transatlánticas,  las  costumbres  y  tradiciones 
de  su  tierra  natal. 

Como  segunda  explicación  respecto  de  la  adqui- 


222  DÍAZ  T  MÉXICO. 

sición  de  vastas  haciendas,  debe  citarse  que  en  los 
primeros  días  subsecuentes  á  la  conquista,  México 
estaba  sujeto  á  continuos  levantamientos  y  peque- 
ños disturbios  de  parte  del  populacho  nativo  recien- 
temente sometido,  y  como  el  hacendado  español  te- 
nía á  su  servicio  á  algunos  de  los  antiguos  nobles  y 
caudillos  aztecas,  estaba  así  en  aptitud  de  defender- 
se y  hacer  frente  á  los  peligros  que  pudiesen  sobre- 
venii'. 

Esto  produjo  una  especie  de  alianza  defensiva  y 
ofensiva  entre  los  aventureros  españoles  y  la  nobleza 
azteca,  veriñcándose  frecuentes  enlaces  matrimonia- 
les entre  los  representantes  del  antiguo  orden  de  co- 
sas en  México  y  los  nuevos  señores  del  lugar.  El  resul- 
tado de  esta  fusión  de  intereses  fué  la  consolidación  de 
los  bienes  de  los  hacendados  a  través  de  toda  Nueva 
España. 

Poco  á  poco  el  antiguo  noble  azteca  y  otras  no- 
blezas aborígenes  desaparecieron,  bien  por  amalga- 
mación con  los  descendientes  de  los  aventureros  es- 
pañoles, que  de  tiempo  en  tiempo  emigraban  á  Nue- 
va España  en  pos  de  fortuna,  ó  bien  relegados  á  la 
masa  común  por  las  circunstancias  y  superior  cono- 
cimientos y  ventajas  de  la  raza  blanca.  Fué  entonces 
cuando  comenzó  la  vida  de  las  grandes  haciendas  de 
México. 

Pero  aim  cuando  el  español  trajo  consigo  á  Mé- 
xico los  prejuicios,  costumbres  é  ideas  de  su  tierra 
natal,  todo  esto,  con  el  transcurso  de  unas  cuantas 
generaciones,  sufrió  grandes  modiñcaciones  en  su  pa- 
tria adoptiva.Se  vio,  por  ejemplo,  forzado  á  adap- 
tarse á  las  condiciones  del  trabajo,  sistemas  de  vi- 
da, clase  de  alimento,  caracteres  del  suelo  y  produc- 
tos naturales  del  país.  De  allí  surgieron  nuevos  há- 
bitos de  vida,  nuevas  ideas  de  gobierno  y  nuevas  re- 
laciones entre  el  gobernante  y  el  gobernado  en  Nue- 
va España.  El  español  pronto  aprendió  á  explotar  á 
los  nativos,  tanto  á  los  de  noble  cuna  como  á  los  de 
humilde  origen. 

Como  los  ancianos  nobles  ó  caciques  y  antiguos 


EL  HACENDADO  ANTIGUO  Y  EL  MODERNO.  223 

caudillos  ejercían  inmensa  influencia  sobre  las  ma- 
sas indias  inferiores,  los  europeos  hallaron  ventajo- 
so trabajar  al  unísono  con  la  nobleza  de  las  razas 
sometidas  y  conquistadas.  Por  hábiles  manejos  de 
esta  clase  pronto  los  españoles  tuvieron  á  los  indios 
bajo  su  pleno  dominio.  Con  frecuencia  un  aventure- 
ro español  se  casaba  con  la  hija  de  un  jefe  indio  y 
usaba  la  influencia  del  padre  para  el  logro  de  sus  fi- 
nes con  los  nativos.  El  producto  de  esa  unión,  que  no 
era  ni  indio  ni  español,  lograba  retener  aiin  la  pre- 
ponderancia que  sus  antepasados  en  la  línea  mater- 
na habían  ejercido.  Pero  a  menudo  los  hijos  de  tales 
uniones  resultaban  ser  más  arbitrarios  y  duros  pa- 
ra con  los  nativos  que  los  españoles,  porque  creían 
poder  hacerlo  bajo  el  derecho  que  les  daba  su  jerar- 
quía india  sobre  sus  subditos.  Así  fué  cómo  con  el 
tiempo,  surgió  en  México  un  gran  número  de  caci- 
ques, poseedores,  i)r éticamente,  de  casi  todas  las  tie- 
rras del  país  y  á  quienes  estaban  sujetos  muchos 
subditos  de  raza  nativa,  precisamente  como  en  los 
días  de  dominación  azteca.  Este  fué  el  origen  cierto 
de  las  grandes  liaciendas  de  México. 

A  los  más  notables  soldados  de  Cortés  les  fueron 
donadas  vastas  propiedades  en  México ;  las  familias 
de  estos  aventureros,  muchas  de  las  cuales  efectua- 
ron alianzas  con  las  familias  nobles  de  los  indios, 
pronto  principiaron  á  considerarse  ellas  mismas  co- 
mo nobles,  y  siempre  administraban  sus  pertenen- 
cias en  la  misma  forma  autócrata  en  que  sus  antepa- 
sados lo  hicieran  en  épocas  feudales. 

A  Cortés  le  fué  cedida  como  una  de  sus  posesio- 
'  nes  el  extenso  valle  de  Oaxaca.  Tenía,  además,  bie- 
nes en  la  ciudad  de  México,  Coyoacán  y  varios  otros 
lugares  del  Valle  de  México  y  de  la  Nueva  España. 
Los  descendientes  del  conquistador  aún  poseen  lar- 
gas haciendas  y  propiedades  raíces  en  México,  cu- 
yas rentas  disfrutan  en  Europa.  Una  rama  de  esa 
familia  se  encuentra  actualmente  entre  la  nobleza 
de  España,  en  tanto  que  otra  se  liga  á  una  de  las  me- 
jores familias  de  Italia.  Ambas  derivan  la  mayor 


224  DÍAZ  T  MÉXICO. 

parte  de  sus  rentas  de  sus  posesiones  en  México,  he- 
redadas de  generación  en  generación  desde  los  remo- 
tos días  de  la  conquista  y  años  inmediatos  siguientes. 

El  resultado  de  esta  curiosa  mezcla  de  razas,  cos- 
tumbres é  instituciones,  es  digno  de  estudio,  tenien- 
do, como  tiene,  Mlación  con  las  condiciones  indus- 
triales que  hoy  existen  en  México. 

Naturalmente  los  aventureros  españoles  que  vi- 
nieron á  Nueva  España  durante  el  siglo  inmediato 
posterior  á  la  conquista,  se  vieron  forzados  por  las 
circunstancias  á  amoldarse  a  la  vida  y  á  muchas 
de  las  costumbres  de  los  nativos,  modificándolas  en 
cierto  grado.  Entre  esos  usos  adoptados  pueden  ci- 
tarse los  métodos  para  labrar  la  tierra,  la  vida  ru- 
ral, el  vestido  y  alimentos. 

Las  razas  aborígenes  de  México  no  disponían  de 
bestias  de  carga  y  por  ello  todo  el  transporte  y  labor 
requeridos  para  la  labranza  se  hacía  á  fuerza  de 
manos,  sin  a^aida  de  tracción  animal  alguna.  Ese  es- 
tado de  cosas  fué  modificado  por  los  españoles  por  la 
introducción  del  caballo,  el  burro,  la  muía  y  el  buey. 
Pero  aún  después  del  transcurso  de  un  siglo  después 
de  la  conquista,  la  tierra  proseguía  siendo  cultiva- 
da á  la  usanza  de  los  mexicanos,  ó  sea:  cavando  y 
removiendo  la  tierra  por  medio  de  la  azada  ó  pala, 
porque  se  halló  expedito  facilitar  á  los  nativos  su 
trabajo  agrícola  en  la  misma  forma  á  que  habían 
estado  acostumbrados. 

El  instrumento  usado  por  los  aztecas  para  la- 
brar la  tierra  estaba  hecho  de  madera,  piedra  ó  co- 
bre, en  forma  de  un  segmento  de  círculo,  de  forma  se- 
mejante á  la  convencional  cornucopia.  A  esta  pieza 
se  ataba  un  mango  de  madera,  por  medio  de  una  cuer- 
da hecha  de  fibras  de  maguey  ó  de  tiras  de  piel  sin 
curtir.  Con  este  primitivo  instrumento  se  abrían  los 
surcos  que  habían  de  recibir  la  semilla.  Los  españo- 
les fijaron  ese  instrumento  en  el  extremo  de  una  lar- 
ga pértiga  á  la  que  se  hallaba  uncido  algún  animal. 
Eso  sirvió  como  rudimentario  arado  por  más  de  un 
siglo  después  de  la  conquista.  La  punta  de  la  "reja'' 


EL  HACENDADO  ANTIGUO  Y  EL  MODERNO.  225 

del  arado  era  á  veces  de  hierro,  otras  de  cobre  y  muy 
á  menudo  de  madera  dura.  Estos  arados  primitivos, 
con  ligeras  variantes,  pueden  aún  verse  en  uso  en  va- 
rios lugares  de  México. 

Hasta  hace  apenas  un  cuarto  de  siglo  ningún  13ro- 
greso  se  había  hecho  para  mejorar  estos  primeros  im- 
plementos de  la  agricultura  usados  por  los  aztecas 
y  otras  tril)us  nativas,  los  cuales  en  su  época  y  bajo 
las  condiciones  entonces  dominantes,  se  adaptaban 
notablemente  al  trabajo  agrícola  en  México.  Todo 
aquel  que  se  interese  en  un  estudio  posterio  sobre 
la  materia,  le  bastará  ocurrir  al  Museo  Nacional  de 
la  ciudad  de  México,  donde  podrá  ver  cierto  número 
de  estos  útiles  agrícolas,  hechos  de  cobre. 

Los  arados  introducidos  i^or  los  españoles  en  Mé- 
xico, modelados  bajo  la  base  de  los  antiguos  instru- 
mentos de  labranza  de  los  aztecas,  pero  construidos 
de  manera  que  se  adaptasen  al  nuevo  orden  de  cosas, 
resultantes  de  la  ayuda  animal  i^ara  tracción  ó  car- 
ga, fueron  en  muchos  conceptos  inferiores  á  los  usa- 
dos por  los  aztecas.  A  menudo  una  simple  rama  de 
árbol  torcida,  afilada  en  un  extremo  y  atada  á  un 
])uey,  substituía  el  arado.  El  efecto  logrado  con  un 
útil  tan  rudo  era  naturalmente  malo  y  los  terrenos 
de  sembradura  en  toda  la  Nueva  España,  eran,  por 
lo  mismo,  deficientes. 

Los  mismos  rudos  métodos  eran  usados  en  irri- 
gación. En  realidad,  los  españoles  parece  nunca  lo- 
graron hacer  algo  semejante  en  perfección  á  las 
obras  de  irrigación  que  los  habitantes  aborígenes 
efectuaron  antes  de  la  conquista.  Por  todas  partes 
á  través  de  México  se  encuentran  ines]:)eradamente 
ruinas  de  vastos  trabajos  de  regadío,  muchos  de  los 
cuales  fueron  ejecutados  antes  de  que  el  hombre  blan- 
co hubiese  descubierto  el  Nuevo  Mundo.  Esas  obras 
hicieron  posible  á  las  razas  habitar  en  las  áridas  re- 
giones de  las  altii)lanicies  y  convertirlas  en  florecien- 
tes jardines.  De  cuando  en  cuando,  debe  reconocerse, 
durante  el  período  colonial,  surgía  algún  intento  pa- 


226  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

ra  introducir  la  irrigación  en  Nueva  España.  Pero 
esto  era  sólo  individual  y  aisladamente. 

La  edad  moderna  lia  cambiado  la  actitud  de  los 
mejores  hacendados  y  dueños  de  plantíos  respecto  á 
esas  deficiencias.  Nos  hallamos  en  la  época  en  que  la 
maquinaria  de  Yaj)or  y  gasolina  hánse  abierto  paso 
transformando  lugares,  y  haciendo  cambiar,  lenta 
pero  seguramente,  la  rutina  en  los  métodos  de  labor 
y  explotación  agrícola,  seguida  por  el  propietario  de 
haciendas,  el  labrador  j  el  ranchero.  El  tiempo  en 
que  el  esfuerzo  muscular  predominó  largamente  en 
México  vá  pasando  al  olvido  lentamente.  Los  arados 
de  vapor  substituj^en  ya  al  buey  y  a  la  muía  de  los 
españoles,  á  la  rústica  vigueta  con  su  apéndice  de 
hierro  ó  cobre,  algunas  veces  y  otras  sólo  endurecida 
á  fuego,  y  á  la  azada  curva  usada  por  los  morado- 
res indígenas,  cuyo  cultivo  de  la  tierra  data  de  eda- 
des muv  anteriores  al  arribo  del  hombre  blanco  á  sus 
dominios  para  derribar  sus  templos  y  sus  dioses  y 
dar  comienzo  á  la  lenta  evolución  de  la  civilización 
moderna. 

Ya  se  hace  uso  en  México  de  máquinas  de  vapor 
trilladoras.  Ya  los  modernos  rastrillos  y  cultivado- 
ras han  tomado  el  lugar  de  los  toscos  utensilios  pri- 
mitivos que  antaño  efectuaban  su  labor  á  costa  de 
grandes  esfuerzos  y  lamentable  pérdida  de  tiempo. 
Ya  bombas  poderosas  operadas  por  máquinas  de  va 
por,  caídas  de  agua  ó  motores  eléctricos  ó  de  gasoli- 
na lanzan  su  flujo  bienhechor  sobre  iumensas  saba- 
nas de  tierra,  reemplazando  al  débil  esfuerzo  del  in- 
dio con  su  cubeta,  su  bomba  de  j)alanca,  su  pozo  ar- 
tesiano á  su  zanja  de  riegue  de  perezoso  curso. 

La  edad  de  la  maquinaria  ha  llegado  para  Méxi 
co  del  mismo  modo  que  llegó  para  la  república  nor- 
te-americana hace  una  ó  dos  generaciones,  y  ya  el  ha- 
cendado comenzó  á  hacer  uso  del  mejor  "distribui- 
dor" de  semillas,  patentado,  de  los  mejores  y  más 
modernos  arados  y  trilladoras  mo\ddos  por  vapor. 
Emjiieza  á  realizar  que  en  su  interés  está  invertir 


EL  HACENDADO  ANTIGUO  Y  EL  MODERNO.  227 

vastas  simias  en  obras  de  irrigación,  tal  como  lo  han 
hecho  ya  mnchos  de  sus  vecinos  más  emprendedores. 
La  hora  ha  sonado  en  que  debe  disminuir  costos 
empleando  menos  labor  y  ello  podrá  sólo  lograrlo  ha- 
ciendo uso  de  los  implementos  mecánicos  producidos 
en  esta  época  de  invenciones  maravillosas.  Se  acerca 
el  día  en  que  la  moderna  maquinaria  rija  la  explota- 
ción de  una  hacienda,  supliendo  á  los  métodos  de  los 
antepasados  y  tribus  civilizadas  aborígenes,  porque 
los  tiempos  de  cacicazgo,  de  la  ignorancia,  esclavi- 
tud, feudalismo  y  opresión,  han  desaparecido  y  el 
México  nuevo  se  adhiere  á  todo  lo  que  es  moderno  en 
la  etapa  del  siglo  veinte. 


CAPITULO  LXll, 

Donde  recibe  México  á  sus  huéspedes. 

México  no  tiene  realmente  grandes  hoteles  como 
se  pueden  encontrar  en  las  ciudades  populosas  de 
los  Estados  Unidos  y  Europa;  pero  no  obstante,  el 
adelanto  que  lia  lieclio  durante  los  últimos  doce  años 
en  lo  que  concierne  al  alojamiento  de  sus  huéspedes, 
es  bastante  notable.  Se  han  fundado  nuevos  hoteles 
y  muchos  de  los  antiguos  han  sido  renovados  asu- 
miendo un  aspecto  de  acuerdo  con  las  exigencias  de 
los  tiempos  modernos. 

El  hotel  St.  Francis,  el  Porter,  el  Germán  Ameri- 
can, el  Sanz,  el  Palacio,  el  Coliseo  y  el  Clark's  Ala- 
meda, son  todos  de  fundación  reciente  y  son  mucho 
mejores  y  más  modernos  en  todos  respectos  que  los 
mejores  antiguos  hoteles  de  México  de  hace  doce 
años.  El  turismo  ha  contribuido  en  mucho  por  crear 
en  la  capital  necesidades  de  proporcionar  mejor  cla- 
se de  acomodo  y  servicio  en  los  hoteles.  La  continua 
corriente  de  forasteros  que  se  han  mantenido  fluyen- 
do dentro  de  la  República  durante  la  última  déca- 
da, y  que  ha  venido  aumentando  constantemente  por 
su  misma  fuerza  de  impulsión,  ha  proporcionado 
clientela  para  mejor  clase  de  hoteles  y  hosterías, 
clientela  que  no  tenía  México  antes  de  ese  tiempo ;  y 
el  dinero  extranjero  que  año  tras  año  va  quedando 
en  el  país,  ha  originado  una  competencia  entre  los 
propietarios  de  hoteles  de  resultados  muy  ventajo- 
sos para  el  servicio. 

Hace  veinte  años  era  queja  general  que  no  se  en- 
contraba en  la  capital  de  la  República  ni  media  do- 
cena de  lugares  de  esta  naturaleza  donde  se  pudiera 
gozar  siquiera  de  mediana  comodidad,  y  los  restau- 
rantes y  las  fondas  eran  notoriamente  malos.  Y  lo 
peor  del  caso  era  que  ni  los  dueños  de  hoteles  y  posa- 
das ni  los  de  otros  establecimientos  de  la  misma  ín- 


Hoteles  Modekxos  de  México. 
1.   Palacio.    2.    St.   Francis.    :5.    St.  Loiiis.    4.   Porters. 


;  DOÍÍDE  RECIBE  MÉXICO  A  SUS  HUESPEDES  229 

dolé,  se  esforzaban  aparentemente  en  lo  más  mínimo 
por  agradar  á  sus  clientes.  En  la  mayor  parte  de  los 
hoteles  el  servicio  de  restaurante  era  negocio 
ai)arte  del  de  alojamiento  de  los  huéspedes,  con 
cuyo  arreglo  sucedía  con  frecuencia  que  cuando  el  ho- 
tel en  sí  era  aceptable  el  restaurante  era  notoriamen- 
te malo  y  viceversa.  Igualmente  en  todos  los  hoteles 
de  esos  tiempos,  incluyendo  los  de  la  capital  de  la 
República,  los  baños  tenían  administración  aparte 
de  la  administración  general  del  establecimiento,  y 
era  cosa  enteramente  desconocida  el  servicio  de  cuar- 
tos con  baños  particulares.  Por  lo  general,  los  hote- 
les eran  mal  atendidos  y  no  muy  limpios :  lo  que  ha- 
bía de  amueblado  era  anticuado  é  incómodo,  y  los 
cuartos,  salones  y  patios  tristes  y  desaliñados. 

Pero  todo  esto  ha  sido  cambiado,  y  este  cambio 
por  lo  mejor  en  México,  en  beneficio  del  piiblico  que 
viaja,  es  debido  al  espíritu  de  empresa  de  los  actua- 
les propietarios  de  esta  clase  de  establecimientos.  Es 
cierto  que  los  hoteles  de  la  República,  aún  los  de  la 
misma  capital,  no  tienen  las  pretensiones  ni  están  tan 
bien  amueblados  y  provistos  con  tantas  comodidades 
y  conveniencias  como  uno  espera  encontrar  en  los  me- 
jores hoteles  de  los  Estados  Unidos  y  Europa ;  pero  se 
ha  adelantado  tanto  en  este  particular  durante  los  úl- 
timos diez  años,  que  el  cambio  es  digno  de  notarse ;  y  el 
buen  servicio  que  se  dá  actualmente  al  público,  es 
debido  en  gran  parte  á  los  hoteles  arriba  menciona- 
dos. Hoy  el  propietario  de  hotel  no  es  indiferente, 
desaliñado  y  descuidado;  la  competencia  y  el  pros- 
pecto de  buena  y  rica  clientela  lo  han  despertado  de 
su  sueño  medioeval.  Ahora  aún  los  hoteles  antiguos, 
que  no  se  limpiaban  antes  ni  siquiera  una  vez  por 
quincena,  tienen  cuartos  bien  alfombrados,  servi- 
cio excelente,  elevadores,  apartamentos,  baños  par- 
ticulares y  restaurantes  con  buenos  "chefs"  de  cocina 
europeos  ó  americanos.  Los  nuevos  hoteles  á  los  cua- 
les es  debido  este  adelanto  de  las  hosterías  y  posa- 
das en  general,  también  son  continuamente  mejora- 
dos ;  mientras  que  establecimientos  de  igual  natura- 


280  DUZ  Y  MÉXICO. 

leza  más  modernos  y  cómodos  están  actualmente  en 
construcción. 

Todo  esto  no  es  sino  una  indicación  del  progreso 
del  país  en  general:  pues  lo  que  ha  tenido  lugar  en 
la  capital  de  la  República  se  está  lleA-ando  á  cabo  en 
las  otras  ciudades  importantes  del  país.  México  está 
ex])erimentando  rápidamente  una  evolución  comple- 
ta, siendo  de  la  cual  una  de  las  fases  de  no  menor  im- 
l)ortancia,  las  innoA^aciones  en  el  modo  de  tratar  al 
]>úb]ico  viajero. 

Una  de  las  razones  por  las  cuales  México  no  po- 
see grandes  hoteles,  espaciosos  y  bien  amueblados  co- 
mo los  que  se  encuentran  en  los  países  más  adelanta- 
dos del  mundo  civilizado,  es  que  aquí  las  costumbres 
son  diferentes  basta  el  grado  de  que  no  se  usa  que  re- 
sidan familias  en  hoteles.  Por  lo  cual,  el  hotel  para 
familias  no  existe  prácticamente  en  el  jíaís  y  las  po- 
sadas y  hosterías  tienen  que  depender  casi  exclusi- 
vamente del  púl)lico  viajero.  Por  esta  razón,  la  vida 
(le  hotel  en  México  tiene  pocos  atractivos  para  la  gen- 
te amante  de  casa,  la  cual  prefiere  vivir  con  una  fa- 
milia particular,  donde  le  es  posible  gozar  de  socie- 
dad y  mayores  conveniencias.  Así,  pues,  la  vida  de 
hotel  es  aquí  radicalmente  diferente  de  lo  que  es  en 
la  mayor  parte  de  los  países  de  En  ropa  y  en  los  Es- 
tados Unidos.  Esto  indudablemente  explica  la  cir- 
cunstancia de  que  los  hoteles  en  la  República,  hasta 
hace  pocos  años,  estuvieran  desprovistos  de  todas  las 
comodidades  que  uno  naturalmente  espera  en  esta- 
blecimientos donde  se  dá  servicio  al  público. 

Pero  ya  se  A^en  manifestaciones  de  que  las  condi- 
ciones sociales  están  cambiando,  hasta  cierto  punto, 
en  la  capital  de  la  República,  pues  últimamente  se 
nota  tendencia  hacia  el  establecimiento  de  casas  de 
huéspedes  y  hoteles  para  familias  al  estilo  más  mo- 
derno. No  cabe  duda  que  dicha  tendencia  está  desti- 
nada á  pronunciarse  más  en  un  futuro  próximo,  pues 
la  ciudad  cada  año  asume  más  y  más  carácter  cosmo- 
polita y  metropolitano.  El  público  viajero  también 
aumenta  con  ra])idez  y  cada  día  es  más  exigente,  y 


Hoteles  Modernos  de  México. 
1.  Restaurant  Chapnltepec.    2.   Hotel  Geneve.    3.  Hotel  France  (üiizaba.) 


DONDE  RECIBE  MÉXICO  A  SUS  HUESPEDES  :¿  ¡I 

nuevos  hoteles  aparecen  para  llenar  estas  necesida- 
des. Hace  veinte  años  los  linteles  en  México  esta])au 
instalados  en  edificios  antiguos  que  originalmente 
habían  sido  dedicados  á  otros  usos  y  destinados  á 
otros  objetos.  Eran  incómodos,  malsanos,  tristes  y 
generalmente  mal  servidos.  Su  exterior  tenía  un  as- 
pecto tan  poco  atractivo  como  su  interior.  Pero  los 
nuevos  hoteles  están  cambiando  rápidamente  seme- 
jante estado  de  cosas.  Han  aprendido  la  utilidad  de 
presentar  en  el  exterior  una  apariencia  atractiva,  y 
esta  tendencia  se  acentúa  cada  día  más  tanto  en  lo  que 
refiere  al  exterior  como  al  mejor  servicio.  Los  graba- 
dos que  acompañamos  de  algunos  de  los  hoteles  más 
modernos  y  progresistas  de  la  capital,  darán  una 
idea  del  adelanto  que  á  este  respecto  se  ha  hecho  en 
México  durante  los  últimos  años. 


CAPITULO  LXIII. 

Pintores  Mexicanos. 

Nada  revela  tanto  la  cultura  de  una  nación  ó  pue- 
blo como  su  deA^oción  á  las  bellas  artes  y  al  cultivo 
de  las  mismas.  A  ese  respecto  México  ocui)a  una  en- 
Aidiable  posición  entre  las  naciones  de  los  continen- 
tes americanos.  Esto  se  debe  á  dos  causas:  al  tempe- 
ramento de  la  raza  y  al  incidente  de  la  ocupación  es- 
pañola. El  tem])eramento  fué  heredado  de  los  ante- 
cesores aztecas  ó  toltecas,  quienes  fueron  muy  aman- 
tes del  arte,  aunque  ese  arte  fuese  á  menudo  grotes- 
co y  de  cierta  clase  peculiar  á  la  Anu'^rica  en  los  días 
pre-colombinos.  Sin  embargo,  ese  arte,  tal  como  era, 
mostró  el  temperamento  del  pueblo  que  produjo  poe- 
tas, pintores  y  artísticos  operadores  en  filigrana  de 
oro  y  plata,  todos  indígenas,  quienes  ganaron  la  ad- 
miración de  los  españoles  en  el  período  subsecuente 
á  la  conquista. 

Las  razas  indígenas  tenían,  además,  su  propia 
música  nativa,  á  la  cual  consagraban  una  gran  aten- 
ción. A  los  niños  ricos  se  les  enseñba  en  los  templos 
bajo  la  dirección  de  los  sacerdotes :  y  uno  de  los  ra- 
mos de  estudio  al  cual  se  prestaba  jíreferente  dedi- 
cación era  el  aprendizaje  del  "ribal"  ó  cánticos  na- 
cionales, y  de  éstos,  más  especialmente,  aquellos  de- 
dicados al  servicio  de  los  dioses.  Se  vé  por  esto  que 
entre  los  habitantes  originales  de  México,  ocupaban 
un  sitio  de  honor  al  lado  de  la  oratoria,  la  i3intura, 
la  música  y  la  poesía.  Sería,  por  lo  mismo,  extraño 
que  el  pueblo  mexicano  no  hubiese  continuado  siendo 
adicto  á  esas  artes,  que  fueron  un  legado  de  sus  an- 
tecesores tanto  del  Nuevo  como  del  Aviejo  jMundo, 
pues  en  ese  temperamento  y  natural  inclinación  de 
las  razas  nativas  de  México,  fué  ingertada  la  cultu- 
ra de  España,  á  su  vez  inñuenciada  por  todos  los  cen- 


PINtOREí^  3IEXICAÍÍ0S.  23^ 

tros  del  arte  en  Europa,  después  de  la  conquista  es- 
pañola de  la  tierra  de  los  Moctezumas. 

Después  de  la  caída  de  Tenoclititlán  (lioy  la  ciu- 
dad de  México),  los  misioneros  españoles  principia- 
ron á  introducir  las  artes  de  Europa  en  México  y  los 
indios  de  las  familias  acomodadas  demostraron  gran 
afán  por  poseer  la  cultura  del  Viejo  Mundo.  El  éxi- 
to que  obtuvieron  en  sus  esfuerzos  es  una  i)rueba  del 
cultivo  y  civilización  alcanzados  en  tiempo  de  la  caí- 
da del  imperio  azteca;  pues  las  razas  aborígenes  pro- 
dujeron escritores,  pintores  y  artífices  de  nota. 

Entre  los  misioneros  esj)añoles  que  llegaron  á 
México  poco  desjmés  de  la  conquista,  había  varios 
afectos  al  arte,  y  de  ellos  uno  fué  considerado  pro- 
fesional más  bien  que  aficionado,  en  el  manejo  del 
l^incel  y  del  lápiz.  El  reunió  en  torno  suyo  cierto  nú- 
mero de  indios,  los  más  de  nobles  familias,  á  quienes 
enseñó  el  uso  de  las  i^inturas  ó  colores  españoles,  bro- 
chas, perspectiva  y  en  general  las  reglas  del  arte 
tal  como  eran  entonces  conocidas  en  Europa.  Estos 
discípulos  resultaron  muy  aptos  y  pronto  crearon 
una  escuela  nacional  propia,  cuyo  estilo  fué  la  admi- 
ración de  sus  maestros  españoles.  Algunos  de  estos 
artistas  pronto  sobrepasaron  al  buen  sacerdote  que 
les  enseñó  cuanto  sabía.  La  mayor  parte  de  sus  tra- 
bajos fueron  hechos  para  las  iglesias,  por  cuyos  ar- 
chivos ha  llegado  hasta  nosotros  el  conocimiento  de 
su  fama,  pues  pocas  de  sus  creaciones  perduran  to- 
davía. 

México  se  ha  mostrado  siemi^re  muy  afecto  al 
cultivo  de  las  artes  gráficas.  Los  niños  de  escuela, 
son,  por  regla  general,  buenos  pendolistas,  son  hábiles 
para  el  dibujo  y  pintura  y  excelentes  imitadores  de 
las  formas  plásticas.  Por  miw  cerca  de  cuatrocien- 
tos años  esa  devoción  al  arte  ha  dejado  en  México 
invaluables  tesoros  producidos  por  las  manos  de  no- 
tables maestros,  en  abundancia  tal.  como  ningún 
otro  país  en  América  la  posee,  pues  Xueva  España 
fué  siempre  la  posesión  colonial  favorita  de  la  madre 
patria. 


334  DÍAZ  T  MÉXICO. 

Es,  por  lo  tanto,  de  interés  conocer  algo  acerca  de 
aquellos  que  lioy  mantienen  la  reputación  de  su  pais 
natal,  como  cuna  de  artistas,  y  la  mejor  forma  de 
hacerlo  es  reproducir  aquí  algunas  de  las  obras  de 
arte  de  los  mejores  pintores  modernos. 

Hace  algunos  años,  cuando  México  se  encontra- 
ba aislado  en  un  grado  considerable  del  resto  del 
mundo  del  arte,  poseía  una  escuela  de  arte  mexicano 
influenciada  grandemente  por  Europa ;  pero  nativa 
hasta  cierto  punto.  Pero  ahora,  aún  cuando  tiene  tan 
buenos  ó  mejores  artistas  y  aún  cuando  se  intentan 
cosas  antes  no  imaginadas,  no  cuenta,  sin  embargo, 
con  escuela  de  arte  nacional,  por  la  siuiple  razón  de 
(pie  sus  artistas  han  estudiado  en  varios  centros  ar- 
tísticos de  Europa,  cada  cual  buscando  su  propio 
campo,  el  que  marca  en  él  su  influencia.  Cada  uno,  al 
retornar  á  ^léxico,  ha  seguido  sus  propios  ideales  y 
como  no  ha  habido  unidad  de  ideas  entre  los  artistas 
nativos,  su  esfera  de  i^roducción  es  amplia  y  ambicio- 
sa, aunque  carece  de  idea  central  y  por  consiguiente 
no  existe  la  concepción  nacional  general  necesaria 
l)ara  la  creación  de  una  escuela  propia.  Pero  por  es- 
ta misma  razón  el  arte  en  México  es  más  interesante, 
presentando  como  lo  hace,  los  varios  estilos  de  sus 
numerosos  y  hábiles  artistas. 

El  mejor  pintor  de  retratos  en  México  es  Hermán 
Gedovius,  quien  i^iensa  como  un  mexicano  ó  latino  y 
pinta  como  un  alemán.  Esto  se  debe  á  que  lleva  san- 
gre alemana  en  sus  venas,  que  nació  y  creció  en  Mé- 
xico y  que  ha  recibido  su  educación  artística  en  los 
mejores  centros  de  Euroj^a.  Pero  Gedovius  no  es  un 
imitador,  pues  desde  su  regreso  á  su  tierra  natal,  ha- 
rá como  quince  años,  ha  desarrollado  un  estilo  vigo- 
roso, imaginativo  y  pintoresco,  notable  por  su  atre- 
A^miento,  que  es  característicamente  suyo.  Es  el  ar- 
tista "per  se"  y  toda  su  vida  se  enAuelve  en  su  traba- 
jo. En  suma,  las  producciones  de  Gedovius  han  sufri- 
do una  notable  transformación  durante  los  doce  últi- 
mos años.  Antes  sus  pinturas  eran  más  cuidadosa- 
mente acabadas  hasta  revelar  cierta  atención  y  cui- 


POTORES  MEXICANOS.  SS5 

dado  laborioso  que  tendían  á  alejar  de  ellas  la  percep- 
ción de  individualidad.  Pero  se  ha  apartado  de  todo 
esto.  Ahora  se  descubren  en  lo  que  hace  los  atrevidos 
y  seguros  rasgos  de  elaboración  mental,  á  menudo  fe- 
briles, para  trazar  sus  concepciones.  El  dibujo  de  Ge 
dovius  es  bueno  y  su  colorido  natural.  Su  imagina- 
ción escrutina  el  sujeto  que  desea  trasladar  al  lien- 
zo, adivina  su  verdadero  carácter  y  atributos  y  los 
reproduce  fiel  y  realísticamente.  Esto  es  perceptible 
de  una  manera  notable  en  su  autorretrato,  que  se  en- 
cuentra en  la  Academia  de  San  Carlos,  en  la  ciudad 
de  México.  La  expresión  del  artista  en  una  de  sus 
actitudes  soñadoras  y  preocupadas,  está  allí.  En  to- 
da la  pintura  no  hay  nada  elaborado,  nada  genérico. 
El  retrato  parece  ol3ra  de  uno  de  los  antiguos  maes- 
tros holandeses. 

Indudablemente  el  artista  más  popular  que  Adve 
en  ]México  es  Leandro  Izagiiirre,  quien  pasó  diez 
años  en  los  centros  de  Europa  como  estudiante  pen- 
sionado por  el  gobierno.  Actualmente  dedica  su  ma- 
yor atención  á  la  pintura  de  retratos,  pero  ha  tenido 
éxito  como  ])intor  de  paisajes,  y  un  lienzo  heroico  su- 
yo rei)resentando  la  tortura  de  Cuauhtemoc,  el  últi- 
mo de  los  emperadores  aztecas,  por  el  conquistador 
español  Cortés,  ha  merecido  el  honor  de  ser  colocado 
en  el  muro  que  dá  frente  á  la  escalera  principal  de 
la  Academia  de  San  Carlos  en  México.  Ha  pintado 
también  varios  tipos  populares  de  gran  verdad  rea- 
lística. 

Entre  la  colección  de  obras  traídas  de  Europa 
por  el  profesor  Izaguirre,  se  encuentra  un  número  de 
excelentes  copias  de  trabajos  de  los  grandes  maes- 
tros, siendo  una  de  las  más  notables  la  del  famoso 
grupo  de  Velázquez,  ^'Baco."  Guarda  también  en  su 
estudio  copias  de  El  Greco,  Rivera,  Rubens  y  Van 
Dyke,  que  muestran  la  fidelidad  con  que  prosiguió 
sus  estudios  en  los  centros  de  arte  de  Europa. 

En  Rafael  Ponce  de  León,  que  murió  en  su  tierra 
natal,  hace  menos  de  dos  años,  después  de  haberse 
formado  por  sí  mismo  una  reputación  en  París,  Mé- 


236  DÍAZ  Y  3IEXIC0.  ^ 

xico  lia  perdido  su  artista  de  gran  promesa  como  ca- 
ricaturista. Poseía  gran  talento,  insaciable  ambi- 
ción, facilidad  de  concepción  y  ejecución  y  golpe  de 
vista  artístico  que  percibe  lo  liumorístico,  lo  paté- 
tico y  lo  gráfico  de  la  vida  que  nos  rodea. 

La  cantidad  de  trabajos  liechos  por  él  en  los  dos 
años  que  duró  su  permanencia  en  Euroi)a,  ya  cuan- 
do la  mano  de  la  muerte  lo  amenazaba,  es  prodigio- 
sa, y  en  todos,  aunque  carentes  de  ese  toque  final  que 
sólo  viene  de  la  experiencia  y  con  el  transcurso  del 
tiempo,  descuellan  ideas  brillantes  y  originalidad. 

El  decano  de  los  artistas  mexicanos  es  José  Ma- 
ría Yelasco,  quien  lia  pertenecido  á  la  Academia  de 
San  Carlos  en  México  por  más  de  medio  siglo.  El  se- 
ñor Yelasco  es  el  reverso  de  un  impresionista,  porque 
todo  lo  que  pinta  lo  bace  con  la  mayor  minuciosidad 
y  esmero  en  el  detalle.  Cree  que  todo  artista  debe  di- 
señar sus  impresiones  vivida  y  claramente;  pero  es 
de  opinión  que  esas  impresiones  deben  ser  estudia- 
das y  reproducidas  en  el  lienzo  con  gran  cuidado. 
Considera  que  los  detalles,  usados  de  una  manera 
juiciosa  y  conveniente  dan  vida  y  verdad  á  las  repro- 
ducciones de  la  naturaleza.  Este  ha  sido  su  evange- 
lio de  arte  durante  su  larga  vida  y  muclias  de  sus 
pinturas  presentan  un  detalle  maravilloso. 

Uno  de  los  cuadros  que  exhiben  el  dominio  que 
el  Sr.  Yelasco  posee  sobre  el  detalle,  se  titula  "La 
Luz  en  el  Cielo."  Es  una  obra  maestra  de  rico  colori- 
do. El  título  es  en  lo  general  la  descripción  de  la 
pintura,  que  es  un  admirable  estudio  de  efectos  at- 
mosféricos. 

Ante  un  fondo  obscuro,  ceniciento  y  desigual,  re- 
salta prominentemente  un  rebaño  de  ovejas.  El  za- 
rapillo  rojo  del  zagalejo  que  las  cuida  presta  un  to- 
que vivido  á  la  escena.  El  cielo  es  un  estudio  de  rica 
aunque  delicada  coloración  de  tintes  cromos  y  ama- 
rillos que  en^^ielven  todo  el  horizonte,  debilitándose 
hacia  arriba  en  leves  efectos  de  tonos  grises  obscu- 
ros y  purpúreos  sobre  la  densa  masa  de  sombrías  nu- 
bes que  llenan  la  parte  superior  del  liezo,  las  que  en 


'Las  Casas."— [l'UAUKü   ue  D.   Félix  I'aiíra.J 


PINTORES  MEXICANOS.  237 

SÍ  mismas  son  también  una  combinación  de  variados 
matices  de  azul  cerúleo  y  tonos  parduzcos. 

Una  copia  de  este  cuadro  fué  hecha  por  el  artis- 
ta para  una  de  las  más  prominentes  galerías  de  Eu- 
ropa, á  instancias  del  director  de  la  misma,  que  La- 
bia escuchado  los  elogios  hechos  sobre  esa  pintura 
por  varios  artistas  que  la  habían  visto.  El  señor  Ve- 
lasco  ha  dedicado  su  vida  á  la  pintura  de  paisaje  y 
goza  de  la  distinción  de  ser  el  mejor  paisajista  que 
México  ha  producido.  Su  reputación  se  ha  extendido 
más  allá  de  su  patria  y  le  han  sido  conferidos  machos 
honores.  Es  poseedor  de  tres  medallas  de  oro  y  nu- 
merosas de  plata  y  bronce,  obtenidas  en  exposicio- 
nes en  varios  centros  de  arte.  Francia  lo  nombró  Ca- 
ballero de  la  Legión  de  Honor,  Austria  lo  decoró 
Caballero  de  la  Legión  de  Francisco  José  y  otros  paí- 
ses han  rendido  tributo  á  su  larga  existencia  de  con- 
sagración al  arte. 

JJno  de  los  mejores  y  más  popularmente  conoci- 
dos artistas  es  Félix  Parra,  cuyas  más  notables  pin- 
turas se  han  reproducido  muchas  veces  y  sido  ven- 
didas en  toda  la  Repiiblica.  Su  "Galileo"  muestra  al 
famoso  astrónomo  enseñando  el  mapa  de  los  cielos 
á  un  joven  clérigo.  Los  caracteres  están  llenos  de  vi- 
da y  expresión  y  la  escena  es  de  todo  i^unto  realísti- 
ca. La  mejor  de  sus  pinturas  es  un  cuadro  de  largas 
proporciones,  que  lleva  por  título  "Las  Casas."  Ee- 
presenta  al  famoso  Obisi^o  de  Chiapas  que  llevó  ese 
nombre,  en  el  acto  de  amparar  á  los  indios  de  sus 
perseguidores.  Es  uno  de  los  lienzos  que  más  cauti- 
van la  atención  en  la  Academia  de  San  Carlos. 

Otra  pintura  de  la  misma  clase  es  "La  Matanza 
de  Cholula,"  igualmente  impresiva  por  su  elevada 
concepción  y  ejecución  y  que  ha  atraído  vivamente 
la  atención.  Acerca  de  esa  obra,  hay  una  especie  de 
guerrilla  verbal  discutiendo  su  corrección  histórica ; 
pero  el  mejor  argumento  milita  á  favor  de  Parra, 
quien  siempre  ha  sido  un  cuidadoso  estn diante  de 
cuanto  atañe  á  su  arte  y  á  los  temas  que  elige. 

La  mejor  de  todas  las  pinturas  de  Parra  es  el 


238  DIÁZ  X  MÉXICO. 

"Jardín  de  Flores,"  y  es  la  menos  conocida  por  estar 
en  poder  de  un  particular,  el  señor  Manuel  Ibarrola, 
y  por  no  haber  sido  nunca  puesta  en  exhibición  ni 
antes  fotografiada.  La  fotografía  que  aquí  aparece 
fué  tomada  personalmente  por  el  autor  de  este  libro. 

El  artista  de  la  escuela  realística  que  más  pro- 
mete es  Alfredo  Hamos  Martínez,  cuj^a  inspiración 
está  inundada  de  luz  y  color.  Huye  de  cuanto  parez- 
ca elaborado  ó  arreglado,  de  tal  manera,  que  produz- 
ca algún  efecto  artificial.  Aunque  es  aún  muy  joven 
sus  pinturas  lian  merecido  ya  la  distinción  de  expo- 
nerse en  el  Salón  Nacional  de  París,  hace  varios 
años.  Un  bello  ejemi:>lar  de  su  estilo  es  un  gi'an  lien- 
zo titulado  "Primavera,"  el  que  fué  exhibido  en  el 
Salón  de  París  el  año  pasado,  donde  atrajo  podero- 
samente la  atención  por  la  originalidad  del  tema  y 
la  maestría  en  los  efectos  de  luz. 

En  esa  pintura  la  luz  es  la  idea  central,  pues  re- 
presenta la  alegría  de  esa  estación ;  todo  lo  inunda  y 
parece  emanar  del  lienzo.  En  ese  cuadro  queda  ejem- 
plificada la  inspiración  de  Eamos  Martínez. 

Otro  de  los  nacientes  artistas  de  paisaje  en  Mé- 
xico es  Gerardo  Murillo,  quien  ha  pintado  en  casi  to- 
das las  formas  posibles  los  efectos  de  paisaje  de  su 
tierra  natal.  Por  varios  meses  vivió  en  una  cueva  si- 
tuada en  la  línea  de  las  nieves,  en  el  gran  volcán  Po- 
pocatepetl,  á  una  elevación  de  12,000  pies  sobre  el 
nivel  del  mar,  para  poder  desde  allí  estudiar  las  múl- 
tiples variantes  de  luz  y  sombra  en  las  grandes  alti- 
tudes. Es  un  trabajador  infatigable  y  asiduo  obser- 
vador de  la  naturaleza  en  todas  sus  formas.  Posee 
suma  facilidad  para  reproducir  los  efectos  del  color 
y  se  amolda  á  los  caprichos  de  la  natura.  Vive  aleja- 
do de  la  sociedad  y  del  bullicio  de  la  ciudad  y  nunca 
se  siente  más  feliz  que  cuando  se  retira  á  un  lugar  le- 
jano y  apartado,  para  recrearse  á  solas  con  las  belle- 
zas de  la  creación. 

Andrés  Eíos  sobresale  en  la  ejecución  de  pinturas 
que  contienen  muchas  figuras  y  escenas  complicadas. 
Es  un  delicado  estudiante  de  la  historia  y  ejece  todo 


:^ 


PINTORES  MEXICANOS.  239 

cLiidado  en  la  ejecución  de  los  detalles  de  sus  compo- 
siciones. Es  de  concepción  original  y  esmerado  en  su 
labor.  Tiene  poco  de  imi^resionista.  No  descleña  los 
detalles  donde  pueden  tener  cabida;  pero  cuida  de 
no  intercalarlos  donde  liarían  demerecer  el  efecto 
general  del  cuadro.  Una  de  sus  pinturas  que  revela 
esa  tendencia  del  artista  se  titula  "Cumplimentando 
al  Orador  del  día."  Representa  á  un  joven  sacerdote 
recibiendo  las  congratulaciones  de  sus  feligreses  por 
la  excelencia  de  su  sermón.  La  escena,  que  se  sui)one 
ocurrida  en  la  época  colonial,  proporciona  al  artista 
oportunidad  para  desplegar  su  habilidad  en  la  pre- 
sentación de  las  varias  figuras  y  expresiones.  El  cua- 
dro está  lleno  de  detalle,  pero  nunca  interviene  éste 
con  detrimento  del  efecto  general  de  la  composición. 

"Camino  del  Hospital,"  es  otra  buena  pintura  en 
que  el  artista  halla  oportunidad  para  mostrar  su  es- 
tudio de  la  figura  y  su  amor  al  detalle.  En  el  centro 
del  lienzo  se  encuentra  una  mujer,  joven  aún,  pero 
destruida  por  la  privación  y  el  sufrimiento.  Una  an- 
ciana, evidentemente  su  madre,  la  sostiene  por  un 
lado,  y  por  el  otro  le  presta  apoyo  una  niña.  A  la  de- 
recha del  fondo  está  un  viejo,  sentado  en  una  caja  co- 
locada en  una  esquina  del  cuarto,  que  cubre  su  aba- 
tida frente  con  sus  manos,  revelando  en  toda  su  ac- 
titud intensa  desesperación.  A  su  lado  está  en  pie 
una  mujer,  que  á  pesar  de  su  evidente  juventud, 
muestra  las  marcas  consuntivas  que  imprime  la  mi- 
seria y  la  necesidad.  En  frente  de  ambos,  en  el  suelo, 
aparecen  los  pocos  miserables  trebejos  de  la  mujer 
que  vá  al  hospital. 

Juan  M.  Pacheco  es  un  artista  que  puede  llegar  á 
producir  excelentes  obras.  De  cuando  en  cuando  sor- 
prende á  sus  amigos  con  alguna  excelente  pintura  que 
muestra  de  lo  que  es  capaz,  si  estuviera  en  posición 
de  consagrar  todas  sus  energías  á  una  labor  realmen- 
te creadora.  "Desde  el  Puente  de  Borda,"  uno  de  los 
mejores  cuadros  del  señor  Pacheco,  es  un  excelente 
estudio  de  luz  y  sombra  y  maestría  de  color.  I^a  agru- 
pación de  los  edificios,  la  variedad  de  colorido  y  los 


240  DÍAZ  Y  3IEXIC0. 

muclios  contrastes,  dan  una  apariencia  real  á  toda 
la  escena.  Como  pintor  de  retratos,  el  profesor  Pa- 
checo ha  tenido  éxito,  y  muclias  de  sus  pinturas  se 
encuentran  en  las  casas  de  las  mejores  familias  de 
México,  entre  las  que  cuenta  muchos  clientes. 

Daniel  del  Valle  es  artista  decorador.  Tiene  gran 
facilidad  para  jc^  creación  de  diseños,  para  la  expre- 
sión de  ideas  alegóricas  y  presentación  de  caractei'es 
históricos.  Entre  los  edificios  que  ha  decorado  figura 
la  bonita  iglesia  de  Santa  María  la  Eedonda  y  la  de 
Jesús,  en  México,  la  de  San  José  en  Veracruz,  y  la  de 
la  Virgen  del  Carmen  en  Toluca.  También  ha  deco- 
rado en  la  forma  más  elaborada,  otros  edificios  de 
carácter  no  religioso. 

Estos  no  son  sino  unos  cuantos  de  los  muchos  ar- 
tistas que  en  México  han  alcanzado  notoriedad.  Hay 
otros  casi  de  igual  renombre;  pero  los  límites  de  es- 
te artículo  no  permiten  hacer  referencia  á  su  tra- 
bajo. 

El  Gobierno  mexicano  ha  dado  mucho  impulso  al 
arte  y  durante  los  últimos  años  ha  sostenido  cons- 
tantemente en  los  centros  artísticos  de  Europa,  á  al- 
gunos de  los  alumnos  más  brillantes :  y  á  esta  protec- 
ción se  debe,  en  grado  considerable,  la  excelencia  del 
arte  mexicano  moderno. 


CAPITULO  LXIV. 

La  Instrucción  Pública  en  México. 

El  Distrito  Federal  y  los  territorios  de  la  Baja 
California,  Tepic  y  Quintana  Eoo  son  las  únicas  par- 
tes de  México  que  están  directamente  bajo  la  inspec- 
ción del  Gobierno  Federal  en  asuntos  de  instrucción 
pública;  pues  cada  uno  de  los  Estados  atiende  en 
este  particular  lo  que  á  su  población  concierne.  Pro- 
bablemente daría  mejores  resultados  en  que  toda  la 
nación  estuviera  bajo  la  inmediata  inspección  del 
Gobierno  central,  por  medio  del  Ministerio  de  Ins- 
trucción Pública  y  sus  de^jartamentos;  pero  las  mu- 
chas dificultades  para  la  realización  de  esta  deseada 
innovación,  no  es  pertinente  el  recapitularlas  aquí. 
Mas  un  ligero  estudio  de  lo  que  el  Gobierno  mexica- 
no ha  hecho  en  los  distritos  que  están  directamente 
bajo  su  inspección,  mostrará  cuánto  se  podría  llevar 
á  cabo  si  toda  la  República  estuviera,  en  lo  que  refie- 
re á  este  ramo,  bajo  la  administración  del  Ministerio 
de  Instrucción  Pública. 

El  presupuesto  de  instrucción  pública  para  el  año 
fiscal  que  termina  en  Junio  30  de  1910,  fué  de 
$6.600,165  para  el  Distrito  Federal  y  territorios  que 
están  bajo  la  dirección  del  Ministerio  de  Instrucción 
Pública  y  Bellas  Artes.  De  esta  cantidad,  casi  la  mi- 
tad fué  destinada  á  la  instrucción  primaria  en  el  Dis- 
trito Federal, — $3.166,662.75  en  números  exactos, — 
mientras  que  $432,442.80  ó  cerca  de  medio  millón  de 
pesos,  fueron  destinados  para  los  tres  territorios, 
donde  la  población  es  poco  numerosa;  siendo  la  mi- 
tad de  esa  suma  asignada  á  la  Baja  California. 

A  las  escuelas  normales,  de  gran  importancia, 
por  ser  las  que  proveen  maestros  competentes  llama- 
dos á  difundir  y  mejorar  la  instrucción  por  toda  la 
República,  se  les  destinó  la  suma  de  $921,762.75,  ó 
casi  un  millón  de  pesos. 

Es  muy  interesante  comparar  estas  cantidades 
con  las  que  se  gastaban  hace  diez  años  en  instrucción 
primaria  en  el  mismo  Distrito  y  Territorios. 


243  DÍAZ  Y  MÉXICO, 

La  suma  total  que  se  gastó  en  el  año  fiscal  de  1889 
á  1900,  eu  el  Distrito  Federal  y  los  territorios  admi- 
nistrados por  el  Gobierno  Federal,  fué  de  $923,873.80, 
mientras  que  el  último  año  se  presupuestó  la  canti- 
dad de  $3.799,105.50,  ó  sea  un  aumento  de  311  por 
ciento.  El  mismo  aumento  se  nota  en  la  cantidad  des- 
tinada á  la  instrucción  primaria  en  el  Distrito  Fe- 
deral y  en  cada  uno  de  los  territorios  bajo  el  control 
del  Gobierno  Federal.  Hace  diez  años  se  gastaron  en 
esa  clase  de  instrucción  en  la  Baja  California 
$66,374.70,  mientras  que  el  presente  año  el  territorio 
recibe  para  esa  misma  clase  de  gastos  $251,910.50,  ó 
sea  un  aumento  de  280  por  ciento.  Durante  el  año 
ñscal  de  1899  á  1900  se  invirtió  en  educación  prima- 
ria en  el  Territorio  de  Tepic  la  suma  de  $62,447.35, 
contra  $297,869.50  presupuestados  en  el  año  actual, 
ó  sea  un  aumento  de  375  por  ciento.  Las  cantidades 
gastadas  en  el  Distrito  Federal  ofrecen  los  mismos 
resultados :  hace  diez  años  la  instrucción  primaria 
costó  al  Gobierno  en  el  Distrito  $721,288.70,  mientras 
que  el  presente  año  los  gastos  suben  á  $3.166,662.75, 
ó  sea  un  aumento  de  380  por  ciento.  El  aumento  en 
los  gastos  de  instrucción  i^rimaria  ha  sido,  por  consi- 
giiiente,  de  treinta  por  ciento,  por  año  durante  la  úl- 
tima década.  Pocos  j^aíses  pueden  mostrar  un  au- 
mento semejante,  aumento  que  indica  claramente  los 
esfuerzos  del  gobierno  por  difundir  la  instimoción 
primaria. 

La  inmensa  cantidad  de  dinero  gastada  en  cole- 
gios superiores  y  profesionales,  incluyenc^.  i  escuelas 
normales,  no  está  incluida  en  estas  cifras,  no  obstan- 
te ser  una  cantidad  casi  igual.  Pero  grande  como  es 
la  suma  presupuestada  para  el  presente  año,  es  un 
poco  menor  que  la  que  actualmente  se  gastó  durante 
el  año  de  1908  á  1909,  que  fué  de  $3.576,145,  ó  sea  un 
aumento  de  287  por  ciento  en  nueve  años,  ó  casi  trein- 
ta por  ciento  por  año ! 

Cuando  el  General  Díaz  asumió  por  segunda  vez 
la  presidencia  de  la  Eepública,  después  de  haberse 
retirado  Manuel  González  en  1884,  el  90  por  ciento  de 


Lie.   JrsTo  Sierra, 
Ministro  de  Instrucción  Pública  y  Bellas  Artes. 


lA  INSTRUCCIÓN  PUBLICA  EN  MÉXICO.  243 

la  población  de  México  era  analfabeta.  En  1900  el 
analfabetismo  había  sido  redncido  á  nn  80  por  cien- 
to. Esta  disminución  es,  en  realidad,  mucho  mayor 
que  lo  que  estos  números  indican :  en  México,  la  edad 
que  señala  la  ley  para  la  asistencia  obligatoria  á  la 
escuela,  está  limitada  hasta  los  doce  años,  y  por  con- 
siguiente, los  niños  comprendidos  i)or  la  ley  eran  me- 
nos de  un  treinta  por  ciento  de  la  población ;  por  lo 
que  el  verdadero  aumento  de  instrucción  efectiva  fué 
al  rededor  de  33  j)or  ciento  en  16  años,  ó  sea,  más  del 
dos  por  ciento  al  año.  De  los  individuos  cuyos  nom- 
bres entraron  en  el  censo  de  1900,  4.029,679,  ó  sea 
casi  la  mitad  de  la  población  total  de  la  República 
en  1884,  tenían  de  15  á  24  años  de  edad  cuando  el  Ge- 
neral Díaz  comenzó  su  segundo  período  líresidencial, 
y  por  consiguiente,  ya  no  estaban  al  alcance  de  la  ins- 
trucción oficial.  Cuando  tomamos  en  consideración 
la  completa  ignorancia  y  analfabetismo  del  90  por 
ciento  de  la  i^oblación,  y  todos  los  elementos  que  han 
trabajado  de  consuno  dificultando  la  educación  de 
las  masas  poimlares,  el  adelanto  que  en  instrucción 
pública  se  ha  hecho  en  México,  es  digno  de  notarse. 
Bebemos  recordar,  además,  que  si  bien  el  gobierno 
se  ha  interesado  grand^nente  en  la  educación  del 
pueblo  de  toda  la  República,  no  ha  tenido  control  más 
que  en  el  Distrito  Federal  y  los  territorios,  y  el  ade- 
lanto que  se  ha  hecho  en  instrucción  pública  en  los 
Estados,  aunque  ha  sido  alentado  é  instado  por  el  Go- 
bierno Federal,  ha  estado  directamente  bajo  el  cui- 
dado de  las  autoridades  de  los  respectivos  Estados. 
Y  como  es  muy  natural,  la  mayor  parte  de  ellos  se 
han  quedado  muy  atrás  del  gobierno  central  en  el  fo- 
mento que  han  dado  á  la  educación  i^opular. 
En  el  Distrito  Federal  hay  actualmente  menos  del 
20  por  ciento  de  la  población  analfabeta,  y  entre 
este  veinte  por  ciento  se  encuentra  mucha  gente  que 
pasó  los  días  de  su  infancia  cuando  nadie  se  preo- 
cupaba de  la  educación  de  las  clases  bajas.  Esta  gen- 
te constituye  por  lo  menos  un  diez  por  ciento  de  la 
población,  ó  sea  la  mitad  de  los  analfabetas  del  Dis- 


244  DÍAZ  Y  MÉXICO. 

trito  Federal.  El  otro  diez  por  ciento  está  formado  en 
su  mayor  parte  de  gente  recién  llegada  de  los  Esta- 
dos, y  por  consiguiente,  no  se  puede  culpar  al  gobier- 
no de  desatender  la  instrucción  pública  por  el  anal- 
fabetismo de  esta  parte  de  la  población.  Las  iiltimas 
estadísticas  formadas  muestran  que  el  50  por  ciento 
de  los  analfabetas  de  México  son  mayores  de  d«ce 
años,  y  15  por  ciento  menores ;  haciendo  un  total  de 
65  por  ciento  de  analfabetas  que  no  están  compren- 
didos, por  su  edad  y  las  otras  circunstancias  apunta- 
das, en  las  provisiones  de  la  ley  de  instrucción  pú- 
blica. Si  á  esto  agregamos  otro  diez  por  ciento  de 
analfabetas  que  llegan  al  Distrito  Federal  de  año 
en  año  de  los  Estados,  donde  se  presta  menos  aten- 
ción á  la  instrucción  pública,  tenemos  un  total  de  75 
por  ciento  del  20  por  ciento  de  analfabetas  del  Dis- 
trito, cuya  existencia  es  debida  á  causas  cuyo  con- 
trol no  está  bajo  el  dominio  del  departamento  de  ins- 
trucción pública.  Esto  reduce  el  número  total  de 
analfabetas  del  Distrito  Federal  que  han  escapado 
al  sistema  de  instrucción  obligatoria  que  está  en  vi- 
gor, al  5  por  ciento.  Este  trabajo  ha  sido  llevado  á 
cabo  en  el  último  cuarto  de  centuria  y  especialmente 
en  los  últimos  15  años.  Pocos  gobiernos  hay  en  el 
mundo,  que  trabajando  con  las  desventajas  y  luchan- 
do contra  los  numerosos  y  casi  insuperables  obstácu- 
los con  que  se  ha  encontrado  la  administración  del 
General  Díaz,  hayan  podido  lleA^ar  á  cabo  en  el  ramo 
de  instrucción  pública,  ni  siquiera  la  mitad  de  lo 
que  éste  ha  hecho. 

Y  sin  embargo,  no  es  más  que  el  principio  de  una 
labor  que  ya  comienza  á  difundirse  por  toda  la  ex- 
tensión del  país,  y  que  está  conquistando  la  opinión 
pública  en  todos  los  Estados  de  la  Nación,  de  tal  mo- 
do, que  no  hay  actualmente  un  solo  gobernador,  que 
no  maniñeste  su  profundo  interés  en  la  difusión  y 
mejora  de  la  instrucción  pública  en  la  entidad  polí- 
tica bajo  su  administración. 


Escuela  Nacional  Pkepauatüiua. 
(Forma  paute  de  la  Universidad  Nacional  de  México.) 


MiXKRos  Extranjeros  en  México, 


CAPITULO  LXV. 

LOS  ESTADOS  DE  MÉXICO. 

AGUASCALIENTES. 

Aguascalientes  es  uno  de  los  Estados  más  pequeños  de  la  Unión 
mexicana,  pero  es  al  mismo  tiempo,  imo  de  los  más  ricos,  dado  su  ta- 
maño, en  recursos  naturales.  Es,  solare  todo.  Estado  minero,  y  lo  hOi 
sido  desde  hace  más  de  doscientos  años.  Aunque  mucha  de  su  riqueza; 
mineral  ha  sido  explotada,  hay  todavía  muchísima,  que  no  espera  sino- 
medios  apropiados  de  commiicación  y  métodos  modernos  de  laboreo  y 
reducción  para  dar  á  luz  la  inmensa  riqueza  que  aún  permanece  ocul- 
ta. Y  así,  puede  decirse,  que  si  bien  son  de  gran  importancia  los  actua- 
les intereses  mineros  del  Estado,  el  futuro  es  aún  más  halagador. 

También  Aguascalientes  es  rico  en  tierras  para  la  agricultura,  y 
como  tiene  toda  clase  de  climas,  desde  el  de  la  tierra  caliente  de  los 
trópicos,  hasta  el  frío  de  las  altiplanicies,  produce  una  variedad  gran- 
de de  frutos,  granos  y  verduras.  Además  de  esto,  la  mayor  parte  de' 
las  tierras  cultivables  es  muy  fértil ;  y  en  lo  general,  no  hay  escasez 
de  agua  para  la  irrigación  donde  ésta  se  hace  indispensable.  Algún  día, 
por  consiguiente,  y  no  muy  lejano,  Aguascalientes  llegará  á  ser  tan 
famoso  por  sus  productos  agrícolas  como  lo  es  hoy  por  su  industria  mi- 
nera. 

En  las  alturas  produce  el  Estado  excelente  maíz,  chile,  camote,  fri- 
jol, habas,  trigo,  cebada,  garbanzo,  lentejas,  cacahuate,  uvas,  moras  y 
la  mayor  parte  de  los  productos  de  las  zonas  templadas.  El  Estado  es 
famoso  por  sus  excelentes  vinos,  los  que  son  enviados  al  resto  de  la 
República.  Los  vinos  de  Cavello  son  conocidos  en  todo  el  país.  Magní- 
ficas pasas  se  producen,  asimismo,  de  las  uvas  que  se  cultivan  en  el  Es- 
tado. 

Aguascalientes  produce  como  veinte  diferentes  variedades  de  pe- 
ras, todas  las  cuales  son  propias  para  el  mercado.  Manzanas,  duraznos,, 
melocotones,  priscos,  albaricoques,  limones,  naranjas,  chirimoyas,  agua- 
cates, sandías  y  melones,  se  dan  casi  sin  cultivo  alguno  en  los  climas 
templados,  lo  mismo  que  multitud  de  verduras  propias  de  esos  climas. 
Todo  lo  que  el  Estado  necesita,  por  consiguiente,  es  de  más  brazos  v 
más  capital  para  desarrollar  su  vasta  riqueza  natural,  tanto  minera 
como  agrícola. 

Las  tierras  bajas  producen  excelente  café,  caña  de  azúcar  y  otr 's 
frutos  y  productos  tropicales.  Almendra,  algodón,  corcho,  pueden  culti- 
varse en  Aguascalientes,  y  proporcionarían  industrias  de  lo  más  lucra- 
tivo para  la  inversión  de  capitales  y  la  ocupación  de  labor  inteligente. 

La  cría  de  ganado  es  de  alguna  importancia  en  el  Estado,  y  esta 
industria  está  destinada  á  desarrollarse  mucho  en  un  futuro  próximo, 
pues  por  todo  Aguascalientes  se  encuentran  magníficas  tierras  de  pas- 
tos. Allí  florece  también  el  famoso  mangle,  y  no  se  neecsita  sino  de 
suficiente  atención  para  hacer  de  esto  una  industria  de  importancia  en 
el  Estado ;  pues  este  árbol  i)Dsee  grandes  cualidades  para  la  curtiduría. 

Por  lo  general,  el  clima  es  excelente  y  la  mayor  parte  del  territo- 
rio es  habitable  por  la  raza  blanca.  Esto,  agregado  á  su  infinita  varie- 
dad de  productos  y  su  inmensa  riqueza  minera,  promete  un  futuro  de  lo 
más  brillante. 

Aguascalientes  ha  prosperado  mucho  de  pocos  años  á  esta  parte, 
tanto  en  agricultura  como  en  industria,  minería  y  educación,  y  es  com- 
pletamente seguro  que  esta  entidad  política  de  la  República  está  des- 
tinada, en  un  futuro  próximo,  á  recibir  mucha  atención  de  parte  de  loí? 
capitalistas,  iniciadores  de  empresas  é  inmigrantes  de  la  mejor  clase 
y  más  progresista. 

El  Estado  ofrece  muchas  facilidades  para  manufacturas  de  varias 
clases,  y  posee  ya  factorías  de  algodón,  lana  y  tabaco,  curtidurías  y  mo- 
linos de  varias  clases.  La  fundición  de  los  Guggenhiems  en  la  capital,  es 
una  de  las  mejor  equipadas  de  su  clase  en  el  continente  americano,  y 
no  tiene  superior  en  México. 

La  ciudad  de  Aguascalientes  es  el  punto  de  distribución  de  todo  el 
Estado,  y  sus  necrocios  pasan  las  fronteras  de  la  entidad  política,  de  la 
cual  es  capital.  Está  aumentando  constantemente  su  importancia  comer- 
cial, y  es,  relativamente,  un  lugar  de  inmensa  riqueza  y  de  gran  p  >r- 
venir. 

245 


CAMPECHE. 

En  su  mayor  parte  el  Estado  de  Campeche  se  encuentra  en  las  re- 
glones tórridas  de  México ;  lo  cual  es  debido,  no  sólo  á  que  está  situado 
dentro  de  los  trópicos,  sino  también  á  que  su  territorio  es  todo  de  tie- 
rras bajas.  Las  lluvias  son  abundantes  en  todo  el  Estado.  Como  es  na- 
tural, debido  á  su  situación  topográfica,  las  heladas  son  enteramente  des- 
conocidas en  Campeche. 

Produce  excelente  caña  de  azúcar,  arroz,  tabaco,  maíz,  henequén 
;y  añil;  y  el  algodón  podría  ser  cultivado  en  la  mayor  parte  de  sus 
tierras.  Abundan  las  frutas  tropicales,  y  las  maderas  preciosas  son  una 
de  las  riquezas  más  iuvaluables  de  estas  tierras  privilegiadas.  Entre 
dichas  maderas  tenemos  el  palo  de  rosa,  el  ébano,  la  caoba,  el  cedro,  el 
chico  zapote  y  multitud  de  maderas  tintóreas :  hay  , además,  árboles 
frutales  de  varias  clases,  entre  los  cuales  hay  algunos  que  producen 
■  excelentes  maderas  de  construcción.  Entre  toda  esta  gran  variedad  de 
maderas  hay  muchas  variedades  finísimas,  que  aún  son  desconocidas 
-fuera  del  territorio  mexicano. 

Debido  á  la  circunstancia  de  que  el  clima  es  cálido  durante  todo 
el  ano,  y  que  se  encuentran  en  sus  tierras  tropicales  muchos  depósi- 
tos grandes  de  agua  y  bosques  y  selvas  casi  impenetrables,  no  ha  sido 
explotado  tanto  como  otros  Estados  de  la  Unión  situados  más  favora- 
blemente. Por  lo  general,  su  clima  no  es  de  lo  mejor  para  gente  de  raza 
blanca ;  pero  para  los  que  logran  acostumbrarse  á  él,  tiene  el  Estado 
muchísimos  atractivos,  tanto  en  lo  que  concierne  al  comercio,  como  á 
la  explotación  de  sus  recursos  naturales. 

Debido  á  su  gran  riqueza  en  bosques  tropicales,  tierras  ricas  y  va- 
riedad de  productos,  que  ci'ecen  por  donde  quiera  con  gran  exhuberan- 
•cia,  Cíírnpeche  está  destinado  á  ser,  con  el  tiempo,  inia  de  las  partes 
más  ricas  de  la  República  mexicana.  Su  extensión  es  grande,  su  suelo 
es  rico,  y  tiene  poca  tierra  accidentada,  relativamente  á  otros  lugares; 
y  ésta  no  es  sino  la  rica  red  de  ríos  y  corrientes  que  cruzan  el  país  en 
todas  direcciones. 

Son  tan  grandes  la  riqueza  natural  é  importancia  del  Estado,  que 
fíltimamente  no  ha  podido  menos  de  atrer  la  atención  de  los  capitalis- 
tas esta  entidad  del  territorio  nacional,  y  hay  ahora  más  que  probabi- 
lidad, de  que  en  un  futuro  próximo  se  construya  nn  ferrocarril,  que,  pa- 
sando por  todas  las  tierras  planas  de  Campeche,  conecte  el  Ferrocarril 
Nacional  d^  Tehuantepec  con  Mérida,  capital  del  Estado  de  Yucatán. 
Si  tal  ferrocarril  fuera  construido,  abriría  á  la  explotación  un  territo- 
rio vasto,  hasta  hoy  prácticamente  virgen,  que  aumentaría  los  produc- 
tos de  la  Nación  y  sus  recursos  naturales,  que  hoy  se  encuentran  ocul- 
tos. Como  la  mayor  parte  de  la  extensión  de  Campeche  es  casi  plana, 
la  construcción  de  ramalea  ferroviarios  sería  relativamente  fácil  y  se- 
guiría natiiralmente  á  la  construcción  de  la  línea  principal. 

Debido  á  la  gran  extensión  de  costas  que  posee,  y  también  á  la 
circunstancia  de  que  las  partes  comercialmente  importantes  del  territorio 
í^tán  cerca  del  mar.  la  gente  de  Campeche  es  conocida  por  su  afición 
é  la  navegación,  y  los  mejores  y  más  atrevidos  marinos  de  México  vie- 
nen de  sus  puertos.  Comercialmente,  también  debe  su  importancia  en 
la  actualidad  al  tráfico  que  lleva  á  cabo,  principalmente  en  aguas  del 
Golfo  de  México,  en  sus  numerosos  ríos  y  á  lo  largo  de  sus  costas,  de 
las  cuales  la  principal  es  la  hermosa  "Laguna  de  Términos." 

COAHÜILA. 

El  Estado  de  Coahuila  es  de  topografía  muy  accidentada  á  causa  de 
la  cordillera  de  la  Sierra  Madre  que  atraviesa  toda  la  extensión  de  su 
territorio;  pero  no  obstante  esto,  tiene  hermosos  y  fértiles  valles,  entre 
los  cuales  mencionaremos,  como  más  conocidos,  los  de  La  Laguna,  Pa- 
rras, San  Isidro,  Palomas.  Álamo,  Santa  Rosa  y  San  ISrarcos.  El  pri- 
mero de  estns  está  formado  por  depósitos  de  aluvión,  es  muy  fértil  y 
produce  huenns  cosechas  de  trigo  y  algodón;  cultivos  que  constituyen 
la  principnl  riqueza  de  esta  parte  del  Estado. 

El  valle  de  Parras  es  afamado  en  México  por  sus  vinos  excelentes, 
los  ciTiJps  tienen  buen  mercado  en  toda  la  República. 

También  se  cultiva  en  gran  escala  en  Coahuila,  maíz,  caña  de  azú- 
car, t-^booo.  arroz,  cebada,  garbanzo,  camote,  centeno,  y  papa.  Produco 
Igualáronte,   frutas  de  varias  clases,  entre  las  cuales  citaremos  las  s¡- 

246 


¿'uieutes:  melocotones,  duraznos,  peras,  higos,  cerezas  ó  capulines,  gra- 
nadas, limones,  limas,  manzanas,  melones,  sandías,  membrilios,  moras, 
naranjas,  aceitunas,  uvas  y  nueces  de  varias  clases. 

En  los  bosques  de  su  territorio  se  encuentran  maderas  de  diversas 
clases,  tanto  de  construcción  como  de  ebanistería.  Las  más  conocidas  de 
entre  ellas  son :  roble,  fresno,  mezquite,  ocote,  olmo,  olivo,  pino,  sauc-e, 
álamo  y  cedro. 

Coahuila  es  rico  en  minerales  y  sus  intereses  mineros  son  de  consi- 
derable importancia.  Muy  poco  tiempo  después  de  la  conquista  española, 
los  nuevos  dominadores  del  país  comenzaron  á  explotar  la  riqueza  mi- 
neral del  Estado,  pero  es  especialmente  durante  los  últimos  años  de  la 
C'poca  actual  que  la  industria  minera  ha  hecho  aquí  grandes  adelantos. 
Sin  embargo,  debido  á  la  falta  de  buenos  medios  de  transporte,  muchos 
distritos  mineros  de  primer  orden  no  han  podido  ser  desarrollados  y 
no  están  sino  esperando  la  llegada  del  capital,  de  los  ferrocarriles  y  de 
buenas  carreteras. 

Entre  los  minerales  que  se  encuentran  en  abundancia  en  el  Esta- 
do de  Coahuila,  tenemos :  cobre,  plata,  oro,  plomo,  hierro  y  mercurio.  Pe- 
ro en  la  actualidad,  la  industria  minera  que  más  promete,  es  el  carbón 
de  piedra,  cuya  explotación  ha  asumido  grandes  proporciones  en  los 
últimos  diez  años ;  siendo  los  productos  de  las  minas  que  actualmente  se 
trabajan  despachados  á  todas  partes  de  la  República. 

Saltillo,  que  es  la  capital  del  Estado,  está  situada  sobre  una  mese- 
ta inclinada  conocida  con  el  nombre  de  "Ojo  de  Agua"  y  tiene  alrede- 
dores bellísimos.  La  meseta  es  de  suelo  muy  fértil  y  bien  irrigada  y  el 
clima  es  sano  y  seco. 

Entre  los  edificios  principales  de  Saltillo,  están:  la  iglesia  parro- 
quial de  Santiago,  el  antiguo  convento  de  San  Esteban,  el  portal  de  la 
Plaza  de  la  Independencia,  el  Palacio  del  Gobierno,  la  hermosa  Peniten- 
ciaría nueva  (que  es  una  de  las  mejores  de  su  clase  en  el  país),  el  Ate- 
neo Fuentes,  el  Teatro  Acuña,  el  Colegio  de  San  Juan,  el  Hospital  Civil 
y  las  iglesias  de  San  Francisco,  San  Juan,  San  Esteban  y  Guadalupe. 

También  tiene  la  ciudad  de  Saltillo  varios  hermosos  parques,  que 
son  mantenidos  en  muy  buena  condición  por  las  autoridades  y  que  con- 
tribuyen mucho  á  la  higiene  y  buen  estado  sanitario  de  la  población. 

Debido  á  su  situación  topográfica,  Saltillo  es  un  centro  industrial 
y  mercantil  do  importancia.  Posee  buen  ntímero  de  molinos  de  harina  y 
A'arias  fábricas  de  tejidos  de  algodón.  Aquí  se  manufacturan  también  los 
famosos  zarapes  de  lana,  que  son  conocidos  y  muy  estimados  en  todo  el 
mundo. 

Durante  los  últimos  veinte  años  se  ha  dedicado  gran  atención  en 
el  Estado  al  importante  ramo  de  la  instrucción  pública,  como  lo  mani- 
fiestan los  numerosos  establecimientos  de  educación  cpie  posee,  algunos 
de  los  cuales  son  de  construcción  reciente  y  de  excelente  arquitectura. 
Muy  especialmente  se  han  atendido  las  escuelas  primarias,  con  la  mira 
-de  educar  las  clases  populares  y  elevar  el  nivel  de  cultura  por  todo  el 
Estado.  En  la  capital  se  encuentran  varias  escuelas  para  la  enseñanza 
técnica  y  profesional. 

COLIMA. 

El  Estado  de  Colima  es  uno  de  los  más  pequeños  de  la  Federación, 
pues  solamente  tiene  5,887  kilómetros  cuadrados  de  superficie,  siendo  su 
población  de  sesenta  á  setenta  mil  habitantes.  Como  muchos  de  los  otros 
Estados  de  la  República,  se  ha  resentido  de  la  falta  de  medios  fáciles 
de  comunicación  y  transporte ;  por  cuya  causa,  gran  parte  de  su  rique- 
za natural  está  aún  sin  explotar  y  en  muchos  lugares  inexplorada. 

Como  la  mayor  parte  de  los  Estados  occidentales  de  México,  Coli- 
ma es  de  naturaleza  accidentada,  con  motivo  de  estar  cruzado  su  te- 
rritorio por  varias  cadenas  de  montañas,  y  es  también  esta  circunstan- 
cia la  que  explica  la  falta  de  buenos  caminos.  Pero  debido  á  esta  misma 
naturaleza  montañosa  el  Estado  es,  en  lo  general,  muy  pintoresco;  con- 
tiene preciosos  y  extensos  valles  y  muchas  de  sus  comarcas  están  pobla- 
das de  bosques. 

La  vegetación  es  exuberante  y  sus  tierras  son  tan  fértiles, 
<iue  en  ellas  se  pueden  cultivar  casi  todos  los  productos  de  las  cos- 
tas cálidas  y  de  las  tierras  templadas.  Entre  sus  productos  principales 
mencionaremos :  el  azúcar,  arroz,  maíz,  café,  algodón,  añil,  frijol,  habas, 
tabaco,  cacao,  naranjas,  mameyes,  zapotes,  tamarindo,  almendras,  limo- 

247 


nes,  papayas,  manzanas,  chirimoyas,  pli'itanos,  cerezas  ó  capulines,  gra- 
nadas, pinas,  aguacates,  membrillos  y  limas.  También  es  rico  en  maderas 
preciosas  y  de  ebanistería  y  en  muchas  clases  de  materiales  de  cons- 
trucción. 

Pero  se  puede  decir  que  hasta  hoy  la  principal  riqueza  de  Colima 
ha  consistido  en  sus  minas ;  sin  embargo,  esta  industria  ha  sido  perju- 
dicada tanto  aquí  como  en  todos  los  Estados  de  la  costa  del  Pacífico  de 
la  República  Mexicana  por  la  falta  de  medios  apropiados  de  transpor- 
te; y  puede  decirse  que  Colima  apenas  comprende  la  importancia  de 
los  tesoros  que  sus  tierras  encierran  en  riqueza  minería,  pues  nunca  han 
sido  debidamente  explotadas.  Afortunadamente,  la  extensión  del  siste- 
ma ferroviario  á  la  capital  del  Estado  y  de  allí  á  la  ciudad  de  Mauza 
nillo,  que  es  su  principal  puerto,  igualmente  que  las  grandes  mejoras 
que  se  llevan  á  cabo  para  facilitar  el  embarque  y  desembarque  en  la 
hermosa  bahía  de  este  último  lugar,  prometen  impulsar  con  toda  activi- 
dad el  desarrollo  de  las  riquezas  naturales  del  Estado  que  durante  tanto 
tiempo  habían  permanecido  casi  estériles. 

Una  de  las  industrias  importantes  de  Colima,  que  fué  iniciada  hace 
muchos  años  y  que  en  la  actualidad  ha  adquirido  grandes  proporciones, 
es  la  explotación  de  sus  extensos  y  numerosos  depósitos  de  sal,  que  se 
encuentran  todo  á  lo  largo  de  la  costa  del  Pacífico  del  Estado,  desde  el 
puerto  de  Manzanillo  hasta  la  línea  limítrofe  entre  su  territorio  y  el  del 
Estado  de  Michoacán.  Este  lecho  de  sal  se  extiende  por  el  Norte  hasta 
la  laguna  do  Cuyutlíin,  y  consiste  en  una  docena  ó  más  de  depósitos  quo 
producen  algunos  años  por  valor  de  miles  de  pesos  de  sal  que  es  expor- 
tada á  distintos  puntos  del  litoral  del  Pacífico. 

Entre  los  minerales  que  se  encuentran  en  su  territorio  tenemos  pla- 
ta, cobre,  plomo,  azufre,  hierro,  zinc  y  varias  clases  de  sulfatos. 

Exceptuando  únicamente  los  municipios  de  Manzanillo  y  Tecom.ln, 
las  lluvias  son  muy  abundantes  en  todos  los  distritos  del  Estado  y,  por 
consecuencia,  en  todos  estos  lugares  la  vegetación  es  exhuberante.  y  ex- 
ceptuando las  partes  más  altas  de  las  regiones  mputaño-sas,  el  suelo  es 
rico  y  muy  fértil,  y,  por  consiguiente,  muy  á  propósito  para  la  agricul- 
tura. 

La  ciudad  de  Colima  es  la  capital ;  está  situada  cerca  de  la  línea 
limítrofe  con  el  Estado  de  .Talisco,  en  imo  de  los  valles  más  pintorescos 
y  fértiles  de  la  República.  Dicho  valle  está  cruzado  por  el  río  del  mismo 
nombre,  encontrándole  á  lo  largo  de  sus  riberas  hermosos  jardines  y 
plantíos,  donde  se  cultivan  muchas  clases  de  frutos  tropicales  y  plantas 
de  ornamentación.  Posee  la  ciudad  numerosos  y  bien  construidos  edifi- 
cios públicos,  entre  los  cuales  son  dignos  de  mención  el  Palacio  del  Go- 
bierno, la  Catedral,  el  Hospital  Civil,  el  convento  de  San  Juan  de  Dios, 
el  teatro  de  Santa  Cruz  y  las  iglesias  de  Jesús,  el  Beaterío,  Sangre  de 
Cristo,  la  Salud  y  la  Merced. 


C  H I  A  P  A  S  . 

Chiapas  es  uno  de  los  Estados  más  ricos  de  la  Unión  mexicana,  y 
siempre  ha  sido  considerado  como  tal,  desde  los  días  de  la  conquista 
española.  Efectivamente,  mucho  antes  de  ese  tiempo,  el  territorio  com- 
prendido hoy  entre  sus  límites  fué  morada  de  pueblos  ricos  y  podero- 
sos, que  han  dejado  tras  sí  huellas  evidentes  de  su  riqueza  y  civiliza- 
ción en  vastas  ruinas  de  palacios  y  de  ciudades ;  ruinas  que  muestran 
excelente  arquitectura  y  profundo  conocimiento  de  la  construcción  y 
ordenación  de  grandes  ciudades  y  de  macizas  y  poderosas  fortificacio- 
nes. Innumerables  pruebas  existen  en  las  profundidades  de  los  espesos 
bosques  tropicales  de  Chiapas,  de  que  ahí  vivió  y  floreció  un  pueblo  po- 
deroso;  pueblo  que  cultivó  las  ricas  tierras  que  ahora  se  encuentran 
cubiertas  con  la  exhuberante  é  impenetrable  vegetación  de  las  tierras 
calientes.  Millas  y  más  millas  de  tierras  que  ahora  están  cubiertas  de 
selvas,  impenetrables  en  muchas  partes,  fueron  desaguadas,  irrigadas 
y  cultivadas  por  razas  que  no  han  dejado  tras  sí  más  que  la  memoria 
de  su  existencia. 

Chiapas  es  hoy  tan  rico  como  lo  fué  en  los  días  en  que  florecieron  ri- 
cas ciudades  dentro  de  sus  confines,  y  en  que  poderosas  dinastías  goberna- 
ron su  numerosa  población.  Pero  ahora  reclama  una  población  más  nu- 
merosa de  la  que  actualmente  tiene,  y  especialmente  reclama  al  em- 
presario y  al  capitalista,  para  cultivar  los  millones  de  acres  de  tierra 

248 


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virgen  que  allí  hay ;  tierras  tan  ricas  como  puedan  haber  en  cualquiera 
■otra  parte  de  México. 

Sin  embargo,  esto  no  quiere  decir  que  el  Estado  esté,  bajo  ningún 
concepto,  poco  atendido  ó  falto  de  cultivo ;  todo  lo  contrario,  pues  ha 
sido,  desde  los  tiempos  de  la  conquista,  una  de  las  partes  de  la  Repú- 
blica que  han  atraído  más  la  atención  del  agricultor.  Solamente  la  fal- 
ta de  buenas  vías  de  comunicación,  es  lo  que  ha  impedido  a  Chiapas 
el  ser  tan  importante  en  su  comercio  como  otros  Estados  de  la  Fede- 
rHCión. 

Chiapas  es  Estado  de  extensión  grande,  teniendo  70,000  kilómetros 
cuadrados  de  superficie,  con  una  población  de  casi  medio  millón  de  ha- 
bitantes. El  sur  del  territorio  está  cruzado  por  montañas  que  corren 
de  noroeste  á  sudeste,  lo  que  da  á  sus  comarcas  una  variedad  de  climas 
de  que  no  gozan  Campeche,  Yucatán  y  Quintana  Roo.  Por  consiguiente, 
desde  el  punto  de  vista  del  clima,  Chiapas  tiene  la  ventaja  sobre  di- 
chos Estados  y  Territorios.  También  los  aventaja  en  la  variedad  de  sus 
productos,  y,  en  general,  en  la  riqueza  de  los  mismos.  Aunque  la  in- 
dustria minera  ha  sido  poco  desarrollada,  es  bien  sabido  que  poseen 
sus  tierras  inmensos  depósitos  de  metales  de  todas  clases. 

Tiene  también  Chiapas  la  ventaja  sobre  otros  Estados  de  México, 
de  estar  cruzado  por  multitud  de  ríos  y  pequeñas  corrientes,  y  de  que 
las  lluvias  son  frecuentes  y  regulares,  que  es  realmente  á  lo  que  debe 
su  exhuberaiite  vegetación ;  y  con  toda  razón  es  tenido  como  una  de  las 
partes  mejor  irrigadas  de  la  República. 

Chiapas  es  capaz  de  producir  cantidades  casi  ilimitadas  de  café, 
hule,  azúcar,  cacao  y  henequén,  y  sus  tierras  se  prestan  para  el  fá-cil 
cultivo  de  toda  clase  de  frutas  y  demás  plantas  tropicales. 

Se  diferencia  de  los  otros  Estados  que  le  son  limítrofes,  en  que  se 
■dedica  más  al  comercio  que  á  la  industria  y  á  la  agricultura. 

Además  de  los  productos  agrícolas  ya  mencionados  y  de  los  frutos 
tropicales  que  puede  producir  en  abundancia,  se  crían  numerosas  par- 
tidas de  ganado,  la  mayor  parte  de  las  cuales  han  sido  constantemen- 
te exportadas  á  Guatemala  durante  muchos  años.  Y  efectivamente,  tan 
girande  es  este  comercio  y  tan  íntimas  son  las  relaciones  comerciales  en 
general,  entre  este  Estado  y  la  República  al  Este,  que  en  muchas  par- 
tes limítrofes,  en  ocasiones,  no  se  encuentra  más  moneda  que  la  de  Gua- 
temala. 

También  hay  en  el  Estado  muchas  tierras  especialmente  adapta- 
das al  cultivo  del  tabaco,  no  habiendo  sido  esta  industria  tan  explota- 
da como  debiera  ser,  á  causa  de  la  dificultad  en  los  medios  de  trans- 
porte. No  obstante,  el  distrito  de  Semijovel  produce  tabaco  que  ha  lo- 
grado formarse  la  reputación,  por  su  excelencia,  de  ser  de  lo  mejor  entre 
lo  muy  bueno  que  de  éste  se  cultiva  en  el  Sur  de  México. 

Entre  los  varios  productos  que  se  exportan  á  Guatemala,  está  el 
aguardiente,  que  se  fabrica  en  Pichucalco,  Comitán,  Las  Cí^sas  y  So- 
•couusco. 

Los  otros  productos  del  Estado  que  son  de  importancia,  y  que  son 
capaces  de  gran  desarrollo,  son :  azúcar,  índigo,  henequén,  algodón,  co- 
cos, vainilla  y  muchas  clases  de  granos  y  frutas  tropicales.  Además,  es 
riquísimo  en  bosques  llenos  de  valiosas  maderas ;  lo  cual  constituye  en  sí 
una  riqueza  incalculable. 

Últimamente  el  Estado  de  Chiapas  ha  adelantado  muchísimo,  tanto 
en  lo  comercial  como  en  lo  industrial  y  la  construcción  del  Ferrocarril 
Pan-Americano,  que  atraviesa  todas  sus  tierras  del  Sur,  ha  hecho  rena- 
cer á  la  vida  toda  esa  parte  del  Estado,  aumentando  su  comercio  tanto 
<íon  Guatemala  como  con  los  Estados  de  la  Federación  Mexicana. 

CHIHUAHUA. 

El  Estado  de  Chihuahua  es  más  grande  en  extensión  que  la  mayor 
parte  de  los  países  de  Europa ;  es  doce  y  media  veces  mayor  que  Bélgica, 
once  veces  y  cuarto  más  grande  que  Holanda,  nueve  y  cuarto  mayor  que 
Dinamarca,  casi  cinco  veces  el  tamaño  de  Escocia,  dos  y  media  veces 
mayor  que  Inglaterra  y  Gales,  más  de  cuatro  veces  más  grande  que  Por- 
tugal y  es  im  diez  y  siete  por  ciento  mayor  nue  la  Gran  Bretaña  é  Irlan- 
da, incluyendo  todas  las  islas  adyacentes;  es  un  treinta  y  tres  por  ciento 
mayor  que  Italia  y  im  quince  por  ciento  más  grande  en  área  que  No- 
ruega y  apenas  es  veinticirjco  por  ciento  menor  que  España  y  treinta  por 
<-iento  menor  que  Francia.   En  esta   inmensa  área   hay  una  población 

249 


menor  que  la  que  contiene  la  ciudad  de  México,  y  solamente  como  la 
mitad  de  los  habitantes  del  pequeño  Estado  de  Hidalgo,  que  en  exten- 
sión es  menos  de  la  sexta  parte  de  la  de  Chihuahua.  Tiene  este  vasto 
Estado,  por  consiguiente,  capacidad  para  una  población  doble  de  la  de 
toda  la  República  mexicana.  Tanto  por  esta  razón  como  por  lo  poco  que 
ha  sido  explotado,  ofrece  más  atractivos  al  capitalista  que  casi  cual- 
quier otro  Estado  de  la  federación.  Es  inmensa  la  riqueza  que  posee  en 
magníficas  tierras  para  la  agricultura,  bosques,  minas  y  depósitos  mi- 
nerales y  todo  lo  que  necesita  hoy  son  más  ferrocarriles  y  carreteras, 
mayor  población  y  millones  de  pesos  para  promover  su  desarrollo.  Po- 
see mayores  facilidades  para  la  irrigación  que  las  que  poseía  Califor- 
nia y  se  pueden  obtener  en  el  Estado  grandes  extensiones  de  tierras 
de  primer  orden,  á  precios  muy  reducidos.  No  cabe,  pues,  la  menor  duda 
que  gozando  Chihuahua  de  todas  estas  ventajas,  está  destinada  á  atraer 
grandes  sumas  de  capital  extranjero  en  un  futuro  bastante  cercano. 

El  clima  es  excelente  en  todas  partes  de  su  territorio,  siendo  tem- 
plado en  el  verano  y  frío  en  el  invierno.  No  tiene,  pues,  ninguna  de  las 
objeciones  que  se  ponen  á  los  climas  verdaderamente  tropicales;  por  cu- 
ya razón,  ofrece  mayores  alicientes  á  los  inmigrantes  de  raza  blanca 
que  los  Estados  de  la  tierra  caliente. 

En  la  actualidad,  los  principales  negocios  del  lugar  son :  la  agricul- 
tura, la  cría  de  ganado  y  la  minería,  á  lo  que  también  puede  agregarse 
un  comercio  muy  activo,  si  se  toma  en  consideración  el  ntimero  de  ha- 
bitantes. En  las  extensas  llanuras  de  la  altiplanicie  de  Chihuahua  se 
crían  inmensas  partidas  de  ganado ;  sin  embargo,  es  solamente  una  par- 
te muy  pequeña  de  estas  tierras  lo  que  hasta  hoy  utiliza  el  hombre. 

Chihuahua  necesita  mucho  capital  para  la  explotación  de  sus  in- 
mensos recursos  agrícolas,  para  la  construcción  de  carreteras  y  ferro- 
carriles, para  irrigación  y  minería  y  para  mejoras  urbanas.  Hay  dentro 
de  su  vasta  superficie  oportunidad  para  la  inversión  de  muchos  millo- 
nes de  pesos,  que  con  toda  seguridad  producirían  al  capitalista  pingües 
utilidades.  El  Estado  no  ha  sido  debidamente  atendido  por  ol  negociante, 
ni  por  las  grandes  compañías  mineras  y  los  capitalistas  en  general,  lo 
mismo  que  por  el  agricultor  y  el  empresario ;  pero  son  tan  vírgenes  las 
riquezas  de  su  territorio  y  tantas  las  ventajas  que  ofrece,  que  ha  co- 
menzado ya  á  atraer  la  atención  que  por  tanto  tiempo  se  le  había  ne- 
gado. 

Se  encuentran  en  su  territorio  grandes  distritos  mineros,  hermosas 
tierras  para  la  cría  de  ganado  y  otras  apropiadas  para  diversos  cultivos. 
Otra  de  las  riquezas  del  Estado  consiste  en  sus  inmensos  bosques,  que 
abundan  en  magníficas  jnaderas  de  gran  valor  comercial ;  todo  lo  cual 
no  ha  sido  hasta  hoy  explotado  debido  á  la  falta  general  de  comunica- 
ciones y  medios  de  transporte. 


DISTRITO  FEDERAL. 

Situado  en  el  Valle  de  México,  el  Distrito  Federal  encierra  la  ciuda  T 
del  mismo  nombre,  metrópoli  de  la  Federación,  y  una  de  las  más  bellas 
capitales  de  la  América  Latina,  rodeada  de  numerosas  y  ricas  pobla- 
ciones que,  como  Mixcoac,  Tacubaya,  San  Ángel,  Tacuba,  Atzcapotzal- 
co,  Tizapam,  Tlálpam,  Guadalupe.  Xochimilco  y  otras,  constituyen  su- 
burbios comparables  en  todo  con  los  que  circundan  las  grandes  orbes 
de  Europa  y  Norte  América. 

El  último  censo  practicado  el  mes  de  Octubre  de  1910,  da  al  Distri- 
to Federal  una  población  de  719,052  habitantes  y  á  la  ciudad  de  Mé- 
xico,    cifras  que  muestran  un  aumento  considerable  so- 
bre las  obtenidas  en  el   censo  del  año  de  1900  que  eran   de y 

respectivamente  para  el  Distrito  y  la  Ciudad.  Sólo  este  hecho 

manifiesta  el  inmenso  progreso  que  se  ha  llevado  á  cabo  en  esta  im- 
portante sección  de  la  República  y  muestra  de  modo  evidente  la  impor- 
tancia y  opulencia  que  el  país  va  asumiendo,  gracias  á  los  esfuerzos- 
de  la  administración  actual,  que  no  economiza  medio  para  lograr  el 
desarrollo  de  la  riqueza  nacional  en  todos  los  ramos  del  adelanto  mo- 
derno. 

Hemos  dicho  que  la  ciudad  de  México  es  una  de  las  más  bellas  de 
la  América  Latina  y  una  ligera  descripción  de  ella  probará  nuestro 
aserto. 

El  sabio  Humboldt  lla.mó  á  México  hace  m.ás  de  un  siglo  la  "Ciudad 

2  "O 


de  los  Palacios,"'  y  si  bien  es  cierto  que  en  los  tiempos  del  gran  na- 
turalista alemán  la  metrópoli  mexicana  se  enorgullecía  ya  con  algunos 
suntuosos  ediñcios,  no  podemos  sino  reconocer  que  el  calificativo  en 
aquel  tiempo  tenía  mucho  de  galantería.  Hoy  las  cosas  han  cambia- 
do y  el  incantable  número  de  suntuosos  ediñcios,  tanto  públicos  como 
particulares,  que  se  han  construido  durante  los  últimos  treinta  años, 
han  hecho  acreedor  á  México  de  la  galantería  del  sabio;  pues  pocas, 
ciudades  en  Hispano-América  ostentan  igual  lujo  y  esplendor  y  pocas 
disponen  de  los  inmensos  recursos  de  que  la  metrópoli  de  la  Federa- 
ción mexicana  dispone  para  el  fomento  de  su  desarrollo  en  la  vía  del 
adelanto  moüerno;  desarrollo  que  se  está  llevando  á  cabo  á  ojos  vis- 
tos y  que  sin  la  menor  duda  pondrá  á  la  ciudad  en  muy  pocos  aüoí= 
al  nivel  de  las  grandes  metrópolis  del  mundo. 

Hoy,  sus  calles  asfaltadas,  sus  amplias  aceras,  sus  edificios  de  tres,, 
cuatro  y  hasta  cinco  pisos,  sus  numerosas  líneas  de  tranvías  eléctri- 
cos y  sus  hermosos  jardines  y  calzadas,  dánle  el  aspecto  de  una  ciudad 
enteramente  moderna.  Los  nuevos  barrios  ó  "colonias"  que  se  han  for- 
mado son  verdaderas  maravillas,  por  lo  recto  y  bien  pavimentado  de 
sus  calles,  lo  hermoso  de  sus  residencias,  el  buen  drenaje  y  la  limpieza 
que  las  caraeteriziui. 

Entre  los  edificios  públicos  que  más  descuellan  en  la  metrópoli,  ci- 
taremos la  gran  Catedral  y  el  Palacio  de  Gobierno,  edificios  ambos  qu3- 
datan  de  los  tiempos  coloniales.  La  primera  es  considerada  como  el 
templo  católico  de  mayor  mérito  por  su  arquitectura  y  amplitud,  cons- 
truida por  los  españoles  en  el  Nuevo  Mundo;  y  el  segundo  es  un  vasto 
edificio  de  piedra  fina  de  dos  pisos,  que  no  desmerece  en  nada  á  los 
mejores  de  su  índole  en  Hispano-América.  El  Palacio  Municipal,  situa- 
do al  lado  Sur  de  la  Plaza  de  la  Constitución  (cuyo  lado  Norte  lo 
ocupa  la  Catedral  y  el  lado  Oriente  el  Palacio  del  Gobierno)  es  un 
edificio  antiguo  de  .gran  mérito  que  últimamente  ha  sido  del  todo  mo- 
dernizado. Él  edificio  de  Correos  y  el  del  Ministerio  de  Comunicacio- 
nes y  Obras  Públicas,  son  obras  recientes  de  gran  mérito  artístico,  lo 
mismo  que  el  palacio  del  Ministerio  de  Relaciones  Exteriores  y  el  de 
Cobián.  El  Palacio  de  Minería  es  un  edificio  colonial  que  no  desmere- 
ce en  nada  ante  las  mejores  construcciones  modernas.  La  Escuela  de 
Agricultura,  la  Escuela,  Normal,  la  Nacional  Preparatoria,  la  Nacional 
de  Comercio  y  Administración;  el  Colegio  de  las  Vizcaínas,  el  Con- 
servatorio Nacional  de  Música,  la  Escuela  Nacional  de  Bellas  Artes, 
la  de  Artes  y  Oficios,  la  Escuela  de  Medicina,  la  de  Jurisprudencia,  la 
Bibliotec?,  Nacional,  el  Instituto  Médico  Nacional,  el  Castillo  de  Cha- 
pultepec  y  otros  muchos  palacios,  tanto  antiguos  como  modernos,  que 
sería  largo  enumerar,  son  edificios  nue  al  mismo  tiemiio  que  hermosean 
1?,  ciudad,  ponen  de  manifiesto  el  alto  grado  de  cultura  qrie  ha  lograd» 
alcanzar. 

México  está  dotado  de  muchos  y  muy  buenos  hospitales,  la  mayor 
parte  de  ellos  enteramente  modernos  y  todos  provistos  de  les  elemen- 
tos que  la  higiene  y  los  adelantos  médicos  de  la  actualidad  exigen.  Ci- 
taremos ]o3  más  importantes:  el  Hospital  de  Jesús,  el  de  San  Andrés,, 
el  de  la  Piedad,  el  de  San  Hipólito,  el  del  Divino  Salvador,  La  Cuna, 
la  Casa  de  Maternidad,  el  Hos])ital  Juárez,  el  de  San  Luis,  la  Casa 
Españolr.  de  Beneficencia  y  el  Instituto  Oftalmológico  Valdivieso.  Hay 
además  numerosos  establecimientos  de  beneficencia,  de  otra  índole,  co- 
mo el  Asilo  de  INfeudigos,  la  Escuela  ludu.^trial  (le  Huérfanos  y  el  Na- 
cional Monte  de  Piedad.  Esta  última  institución  presta  dinero  sobre- 
objetos  á  un  interés  reducido  y  tiene  además  anexa  una  caja  de  aho- 
rros donde  pueden  las  clases  media  y  i)roletaria  depositar  sus  econo- 
mías con  toda  seguridad  y  obteniendo  un  pequeño  interés  anual,  ma- 
yor que  el  que  abonan  otros  establecimientos  de  la  misma  naturaleza. 
El  Nacional  Monte  de  Piedad  ocupa  un  hermoso  edificio  cerca  de  la 
Plaza  de  la  Constitución  y  tiene  adem^ás  varias  sucursales  distribuidas 
en  los  barrios  más  pobres  de  la  metrópoli. 

Los  edificios  de  la  Cámara  de  Diputados  y  de  los  Tribunales  Civiles 
y  Militares,  la  Penitenciaría,  el  Colegio  Militar,  la  Casa  de  Moneda 
y   1?,  Escuela  Correccional,   son  también  dignos   de  nota. 

Actualmente  están  en  construcción  el  gran  Teatro  Nacional,  de  ce- 
mento armado,  con  revestimiento  de  mármol  y  el  Palacio  de  la  Asam- 
blea Legislativa.  El  primero  de  dichos  edificios  será  sin  duda  alguna 
el  mejor  en  su  clase  en  todo  el  Continente  Americano. 

Los  jardines  y  paseos  que  adornan  la  población  y  contribuyen  á  su 

251 


salubridad  son  numerosos  y  dignos  de  notarse,  por  lo  bien  atendidos 
que  se  mantienen.  Los  más  importantes  por  su  extensión  y  hermosura 
son:  la  Alameda,  la  Alamedita  de  Santa  María  de  la  Ribera,  la  Ribera 
de  San  Cosme,  el  Paseo  de  la  Viga  y  el  Paseo  de  la  Reforma;  este  úl- 
timo comparable  á  los  mejores  de  las  ciudades  modernas  de  Europa 
y  Estados  Unidos. 

El  Bosque  de  Cbapultepec  es  un  extenso  parque  situado  en  el  ex- 
tremo occidental  de  la  ciudad,  que  durante  los  últimos  años  ha  sido 
objeto  de  grandes  mejoras. 

Una  de  las  obras  modernas  de  mayor  importancia  que  se  han  lle- 
vado á  cabo  últimamente  en  la  ciudad  de  México,  es  la  introducción 
de  las  cristalinas  aguas  de  Xochimilco.  Dichas  aguas  reúnen  todas  las 
condiciones  de  pureza  que  prescribe  la  higiene  y  son  suficientemente 
abundantes  para  surtir  poco  más  de  la  actual  población  de  la  ciudad, 
ofreciendo  además  la  gran  ventaja  de  venir  con  suficiente  presión  pa- 
ra poder  llegar  á  los  pisos  altos  de  las  casas,  aún  en  las  partes  más 
elevadas  de  la  población. 

El  sistema  de  drenaje  de  la  ciudad  es  también  enteramente  mo- 
derno. 

Numerosas  fábricas  de  cartón,  tejidos,  cerillos,  cigarros,  aguas  ga- 
seosas, cervezas,  alcoholes  y  otros  establecimientos  industriales  de 
gran  importancia,  ofrecen  los  medios  de  vida  á  muchos  miles  de  obre- 
ros. Centenares  de  escuelas  primarias  atendidas  por  buenos  profesores 
y  con  el  mayor  esmero-  dan  gratuitamente  la  instrucción  que  la  ley 
establece  como  obligación  á  miles  de  niños.  Además,  hay  numerosos 
establecimientos  privados  de  enseñanza  montada  con  todos  los  adelan- 
tos modernos,  al  igual  de  sus  congéneres  de  Europa  y  Estados  Unidos. 

La  instrucción  secundaria  y  superior  se  encuentra  debidamente 
atendida  en  buenos  institutos,  escuelas  normales  y  de  comercio,  y  en 
la  nueva  Universidad,  que  ha  sido  fundada  recientemente  y  en  la  cual 
se  han  fundido  las  escuelas  profesionales  que  hay  establecidas  para  las 
carreras  de  medicina,  jurisprudencia,  ingeniería,  etc. 

Otro  de  los  ramos  de  enseñanza  á  que  el  Ministerio  de  Instruc- 
ción Pública  dedica  cuidados  especiales,  es  el  de  Bellas  Artes.  Posee 
la  ciudad  un  magnífico  Conservatorio  de  Música  y  escuelas  de  Pintura 
y  Dibujo  que  prestan  inmensos  servicios  á  la  juventud  artista. 

Las  vías  de  comunicación  urbanas  y  suburbanas  son  casi  en  su  to- 
talidad de  tracción  eléctrica:  cruzan  la  ciudad  en  todas  direcciones  y 
la  ponen  en  comunicación  rápida  con  todas  las  poblaciones  del  Distri- 
to. La  Compañía  ^lexicana  de  Luz  y  Fuerza  Motriz  provee,  por  medio 
de  sus  poderosos  dinamos  de  Xecaxa  y  algunas  otras  plantas  eléctri- 
cas refaccionarias,  la  fuerza  para  operar  esta  extensa  red  ferroviaria. 
La  misma  Compañía  provee  de  luz  á  la  ciudad  de  México  y  poblacio- 
nes circunvecinas  y  da  fuerza  á  las  numerosas  fábricas  y  talleres  del 
Distrito. 

Las  ])ob]aciones  suburbanas  de  la  metrópoli  forman,  por  decirlo  así, 
parte  de  ella  misma,  tanto  por  su  proximidad  como  por  la  facilidad 
€n  las  comunicaciones  y  la  inter-dependencia  que  mantienen.  Las  prin- 
cipales de  ellas  oscilan  en  población  entre  15  y  30,000  habitantes.  Men- 
cionaremos á  Tacubaya.  la  más  populosa  de  todas;  Mixcoac  y  San  An- 
gal,  Tacuba  y  Aztcapotzalco;  la  Villa  de  Guadalupe,  famosa  por  su 
magnífica  Basílisa  donde  se  rinde  culto  á  la  Virgen  de  Guadalupe  que, 
como  patrona  de  México,  atrae  á  millares  de  peregrinos  de  todas  par- 
tes del  país:  Tlálpam,  renombrado  por  sus  jardines:  Ixtacalco  é  Ixta- 
palapa,  célebres  por  sus  hortalizas  y,  por  último,  Xochimilco.  situado 
á  orillas  del  lago  del  mismo  nombre  y  uno  de  los  lugares  más  pinto- 
rescos de  la  América. 

D  U  K  A  ^  G  O  . 

Por  la  extensión  do  su  territorio,  Durango  ocupa  el  quinto  lugar  en- 
tre los  Estados  de  la  Federación.  Tiene  una  ñrea  de  109,495  kilómetros 
cuadrados,  y  una  poblach'm  de  cerca  de  400,000  habitantes.  Por  lo  gene- 
ral, su  territorio  es  de  naturaleza  montañosa,  más  especialmente  en  la 
parto  del  Oste,  que  está  cruzada  por  la  Sierra  Madre  de  Noreste  á  Sud- 
este ;  i)ero  esto  no  impido  que  se  encuentren  diseminados  por  todo  el  Es- 
tado numerosos  y  ricos  valles  de  probada  fertilidad. 

El  estar  situado  parcialmente  dentro  de  los  trópicos  y  las  diferen- 
tes alturas  de  sus  tierras,  hacen  que  se  encuentren  en  el  Estado  gran 
variedad  de  climas  y  productos  de  todas  las  zonas. 


Vl.STAS    DE     DlKAMiU.— 1.     P(;RTAL  IH;     I.AS     PaL(j.\1AS.      2.     L\      Aj.AMEDA. 


Si  bien  la  agricultura  es  factor  importante  en  el  Estado,  su  prin- 
<:'¡pal  riqueza  ha  sido  y  es  la  minería.  En  el  distrito  de  Inde  y  de  Real 
del  Oro,  abundan  las  minas  de  oro,  plata  y  cobre ;  en  el  de  Guanaceví,  las 
de  plata ;  de  estaño  en  los  distritos  de  Metatitos  y  San  Francisco ;  en 
•el  de  Coueto  se  encuentran  ricos  depósitos  de  plata,  lo  mismo  que  en  los 
de  Yerbabuena,  Los  Fresnos  y  Panuco  de  Avino,  este  último  conside- 
rado como  uno  de  los  distritos  más  ricos  del  mundo  en  minerales  de  pla- 
ta ;  en  Bacaria  predominan  las  minas  de  estaño  y  en  Gavilanes,  Guarisa- 
niey,  San  Dimas.  La  Parrilla,  Tamazula,  Topia,  Canelas,  Mapimi,  Real 
de  las  Norias,  Cuencamé  y  Ptinuco,  las  de  plata 

Se  encuentran  también  ¡mi)ortantes  minas  de  hierro,  siendo  consi- 
derados los  depósitos  de  Cerro  del  Mercado,  como  de  los  más  grandes  del 
mundo. 

El  Estado  es  muy  rico  en  maderas  de  todas  clases,  tanto  de  cons- 
trucción como  de  ebanistería.  Citaremos  entre  ellas  el  roble,  cedro,  pino, 
nogal,  aral  y  mezquite.  Sus  bosques  también  son  ricos  en  plantas  tintó- 
reas y  medicinales. 

Producen  sus  tierras  excelentes  frutas,  como  manzanas,  peras,  me- 
locotones, duraznos,  naranjas,  limones,  aceitunas,  chirimoyas,  melones, 
membrillos,  higos,  zapotes,  moras,  fresas  y  ciruelas ;  cereales  y  legum- 
bres de  todas  clases,  como  trigo,  maíz,  centeno,  cebada,  chile,  cebollas, 
sandías,  nabos,  zanahorias,  coles  diversas,  remolachas,  espárragos,  etc. 
También  sus  tierras  se  adaptan  al  cultivo  de  la  caña  de  azúcar  y  del 
íilgodón. 

La  ciudad  de  Durango  es  la  capital  del  Iilstado.  Tiene  cerca  de 
40,000  habitantes  y  es  centro  comercial  de  importancia.  Fai  sus  alrede- 
dores se  encuentra  la  famosa  montaña  de  hierro,  conocida  bajo  el  nom- 
bre de  Cerro  de  jMercado,  declarada  por  Humboldt  como  una  de  las  ma- 
ravillas del  mundo. 

Entre  los  edificios  más  hermosos  de  la  ciudad  está  la  Catedral,  no- 
table no  tanto  por  su  valor  arquitectónico,  como  por  sus  dimensiones. 
La  iglesia  de  los  Remedios  está  construida  en  un  cerro  muy  pintoresco 
de  los  alrededores;  os  muj'  visitada  por  peregrinos  y  tiene  algunos  cua- 
<lros  de  valor  histórico. 

Las  iglesias  de  San  Francisco,  San  Juan  de  Dios,  Santa  Ana,  la  Pa- 
rroquia, San  Miguel  y  San  Agustín,  siguen  en  importancia.  Son  también 
dignos  de  mención  el  Palacio  del  Gobierno,  el  Palacio  Municipal,  el  Ins- 
tituo  Juárez,  el  Instituto  de  Niñas,  el  Hospital  Civil,  el  Hospicio  de  San 
■Carlos,  la  Casa  de  Moneda,  la  Plaza  de  Toros  y  la  Penitenciaría. 

La  ciudad  está  provista  de  numerosos  y  bellos  jardines  públicos,  co- 
mo los  de  las  plazas  de  la  Constitución  y  de  Analco,  los  de  las  Canoas,  el 
Gobierno  y  la  Cárcel  y  la  hermosa  y  amplia  Alameda. 

Atención  muy  especial  han  dedicado  los  gobiernos  del  Estado  al  im- 
portante ramo  de  la  instrucción  pública,  desde  que  los  destinos  de  la 
liepública  han  sido  regidos  por  la  actual  administración  del  General  don 
Porfirio  Díaz.  Tanto  en  la  capital  cou'o  en  las  otras  ciudades  y  pueblos 
del  Estado,  abundan  las  escuelas  primarias,  dirigidas  por  maestros  com- 
petentes. La  instrucción  secundaria  y  su])erior  son  también  debidamente 
atendidas,  contándose  para  ello  con  planteles  de  enseñanza  de  primer 
orden. 

Los  ferrocarriles  que  actualmente  cruzan  el  Estado  y  que  comuni- 
can entre  sí  y  con  el  resto  de  la  República  á  muchas  tle  sus  poblaciones,  es- 
tán llamados  á  promover  el  desarrollo  de  las  inmensas  riquezas  que 
posee  y  que  antes  no  habían  podido  ser  exi)lotadas,  á  causa  de  las  dificul- 
tades para  el  transporte. 

Sólo  la  riqueza  mineral  del  famoso  Cerro  de  Mercado  constituye 
en  sí  un  venero  inagotable.  La  cantidad  de  hierro  que  en  esta  montaña 
se  encuentra,  ha  sido  calculada  por  hombres  de  gran  experiencia  en  el 
ramo  como  suficiente  para  proveer  las  necesidades  de  la  industria  mun- 
dial durante  cien  años. 

Las  tierras  de  Durango  son  muy  fértiles,  y  los  niuuerosos  ríos  que 
cruzan  su  territorio  pueden  proveer  irrigación  para  millones  de  acres ; 
por  cuya  razón  la  agricultura  está  llamada  á  prosperar  inmensamente, 
tanto  más  cuanto  que  en  los  mercados  norte-americanos,  que  le  quedan 
tan  próximos,  encontrarán  sus  productos  fácil  salida. 

Con  todas  estas  fuentes  de  riqueza  no  es  aventurado  predecir  que 
el  Estado  de  Durango  está  llamado  á  ser,  en  no  lejano  día,  uno  de  los 
factores  de  mayor  importancia  de  la  Federación  Mexicana. 

253 


g;  u  a  X  a  j  l  a  i  o  . 

Guanajuato  tiene  una  extensión  superficial  de  29,458  kilómetros  cua- 
drados y  una  población  de  1.100,000  haoitantes. 

Su  territorio  es  en  extremo  moutañoso,  sin  dejar  por  eso  de  tener 
magnííicos  y  fértiles  valles,  circundados  de  altos  cerros  y  cruzados  mu- 
chos de  ellos  por  ríos  que  aumentan  su  riqueza,  como  el  Lerma,  el  de  la 
Laja,  el  de  Irapuato  y  el  Turbio. 

El  clima  es,  por  lo  general,  sano  y  agradable,  siendo  frío  solamente 
en  algunos  lugares  elevados  de  la  Sierra  Gorda  y  la  Sierra  de  Guana- 
juato. 

La  riqueza  mineral  de  Guanajuato  es  tradicional.  Cinco  son  sus  dis- 
tritos mineros  de  mayor  importancia,  á  saber :  Guanajuato,  Sierra  (lor- 
da,  Allende,  Santa  Cruz  y  León.  El  primero  tiene  una  extensión  de  40 
kilómetros  de  largo  por  30  de  ancho,  y  sus  minas  principales  las  tiene 
distribuidas  en  la  Yeta  Madre,  y  son:  Santa  Ana,  Valentina,  Rayas,  Si- 
rena, San  Bruno,  Mclladito,  La  Lus,  Joya,  Mejiamora,  Ovejera,  Monte 
de  San  'Nicolás,  Villalpando,  Santa  Rosa  y  Durazno;  todas  las  cuales 
son  ricas  en  plata,  hierro  y  cobre.  El  mineral  de  Allende  ocupa  2,r).33  ki- 
lómetros cuadrados  y  sus  vetas  son  de  oi'o,  plata,  estaño,  cinabrio,  hie- 
rro, plomo.  i)latino  y  mercurio.  El  mineral  de  Sierra  (Jorda  ocupa  ima 
extensión  algo  menor — 1,172  kilómetros  cuadrados. 

Sus  minas  son,  principalmente,  de  plata.  El  mineral  de  Santa  Cruz 
cubre  una  superficial  de  210  kilómetros  cuadrados,  y  abunda  en  vetas 
auríferas,  argentíferas  y  de  hierro ;  y  el  de  León  tiene  minas  de  plata, 
oró,  cobre,  estaño  y  bismiito. 

Hay,  además,  en  varias  partes  del  Estado,  magníficas  canteras  que 
proveen  de  materiales  de  primera  calidad  para  la  construcción  de  edi- 
ficios y  pavimentación  de  calles. 

Las  minas  de  Guanajuato  han  producido,  desde  que  comenzaron  á 
ser  explotadas  por  los  españoles  el  año  de  I.jUO  hasta  nuestros  días,  no- 
vecientos millones  de  pesos. 

En  el  ramo  vegetal,  el  Estado  abunda  en  maderas  propias  para 
la  construcción  y  en  plantas  y  hierbas  medicinales  y  útiles  para  la  in- 
dustria, y  posee  tierras  excelentes  para  el  cultivo  de  los  cereales,  no  fal- 
tando distritos  de  clima  favorable  para  el  cultivo  de  los  productos  de 
tierra  caliente. 

La  agricultura  es,  pues,  en  Guanajuato,  otra  industria  de  gran  im- 
portancia. Las  cosechas  de  maíz  y  trigo  son  abundantísimas,  excediendo 
en  mucho  á  las  necesidades  de  la  localidad.  Se  produce  también  una  gran 
variedad  de  frutas,  como  aguacates,  chirimoyas,  guayabas,  naranjas,  li- 
mas, limones,  cidras,  chavacanos,  fresas,  duraznos,  granadas,  higos,  man- 
zanas, membrillos,  peras,  perones,  tejocotes,  zapotes,  melones,  sandías, 
cacahuates,  etc. 

La  ganadería  es  otra  de  las  ocupaciones  favoritas  de  los  habitantes- 
de  este  rico  Estado. 

La  industria  estfi  representada  por  la  fabricación  de  artículos  de 
loza,  sillas  de  montar,  frenos,  espuelas,  sarapes,  sombreros  de  palma, 
vino  de  mezcal,  exquisitos  dulces  y  cajetas  y  curtimiento  de  pieles.  ILiy 
en  el  Estado  más  de  cincuenta  molinos  dedicados  á  la  elaboración  de 
excelente  harina,  y  numerosas  fábrica.^  de  tejidos  de  lana  y  algodón  que 
emplean  miles  de  operarios  y  millones  de  kilogramos  de  materia  prima. 

El  comercio  de  Guanajuato  es  muy  activo :  exporta  fuertes  cantida- 
des de  cereales  á  distintos  puntos  del  país,  lo  mismo  que  chile  seco  y 
frutas,  manteca  y  cerdos  vivos,  ganado  lanar  y  cabrío,  mantos  y  otros 
artículos  de  lana  y  algodón.  Para  Europa  y  Estados  Unidos  expoi-ta 
grandes  cantidades  de  minerales. 

La  capital  del  Estado  es  Guanajuato,  ciudad  de  45,000  habitantes,, 
situada  á  2.000  metros  sobre  el  nivel  del  mar,  y  á  400  kilómetros  de 
la  metrópoli  do  la  Federación.  Posee  numerosos  y  muy  buenos  edificios 
tanto  públicos  como  privados,  siendo  dignos  do  mención  entre  los  prime- 
ros:  el  hermoso  Teatro  Juárez,  el  Palacio  del  Gobierno,  el  Palacio  del 
Congreso,  la  Casa  de  Moneda,  el  Colegio  del  Pastado,  el  Mercado  de  la 
Reforma,  el  Casino,  la  Casa  de  Correos  y  el  fuerte  de  San  Miguel.  Entre 
sus  templos  citaremos  la  Iglesia  Matriz  cuya  construcción  se  comenzó 
el  año  do  1071  y  se  terminó  en  1696:  la  Compañía,  San  Diego,  el  San- 
tuario de  Guadalupe,  San  Francisco  y  la  Asunción.  En  la  Iglesia  Matriz 
existo  una  imagen  de  la  Virgen  regalada  por  Carlos  V  á  la  ciudad  y 
quo  data  del  siglo  YIL 

254 


Las  inundaciones  de  que  ha  sido  víctima  la  ciudad  desde  los  tiem- 
pos de  su  fundación,  han  sido  evitadas  por  las  costosas  obras  de  desagüe 
del  valle,  que  han  sido  llevadas  á  cabo  durante  la  progresista  adminis- 
tración del  Lie.  Obregón  González. 

Fuertes  sumas  de  dinero  se  dedican  al  fomento  de  la  instrucción 
pública.  Cuenta  el  Estado  con  cuatro  colegios  de  instrucción  secundaria : 
uno  en  Guanajuato,  el  cual  tiene  anexas  las  Escuelas  Normales ;  otro 
en  Celaya,  otro  en  León,  y  otro  en  San  Miguel  de  Allende.  La  instruc- 
ción primaria  es  impartida  en  433  escuelas  distribuidas  equitativamen- 
te en  todas  las  poblaciones.  Dichas  escuelas  están  servidas  por 


GUEEEEEO. 

Guerrero  es  uno  de  los  Estados  más  montañosos  de  la  República  y 
por  ello  mucho  ha  resentido  la  falta  de  medios  adecuados  de  transpor- 
te, lín  los  días  de  revoluciones  y  caos  político  que  aüigleron  al  país  an- 
tes del  presente  régimen,  tenía  la  fama  de  ser  vmo  de  los  peores  cen- 
tros de  bandidaje  é  inquietud  política  de  todo  México.  Por  muchos  años 
después  de  que  otras  porciones  del  país  se  hubieron  pacificado,  Gue- 
rrero continuó  siendo  el  refvigio  de  caracteres  rebeldes  á  la  ley,  á  tal 
grado,  que  fué  prácticamente  imposib!t  promover  el  avance  y  desarrollo 
del  Estado,  y,  por  lo  mismo,  sus  intereses  se  vieron  descuidados.  Por 
igual  razón.  Guerrero  se  ha  mostrado  más  tardo  que  otros  muchos  Es- 
tados de  la  República  en  unirse  á  la  marcha  del  moderno  progreso.  Es 
rico  en  recursos  naturales,  muchos  de  los  cuales  permanecen  aún  inex- 
plotados,  figurando  entre  ellos,  principalmente,  los  vastos  y  casi  inex- 
plorados distritos  de  riqueza  minera,  porque  mineralmente,  Guerrero  es 
sin  duda,  uno  de  los  Estados  de  más  promesa  en  la  federación  mexicana. 
Contiene  grandes  depósitos  de  mineral,  que  rinden  ensayos  que  en  dis- 
tritos que  no  tienen  sino  medianas  facilidades  de  transporte,  serían  con- 
siderados como  bonanza.  Pero  en  el  pasado,  aquellas  minas  con  produc- 
ción de  cincuenta  pesos  ó  algo  más  por  tonelada,  quedaban  sin  ser  ex- 
plotadas debido  á  que  la  conducción  hasta  el  mercado  más  cercano  re- 
sultaba tan  costosa,  que  no  retribuía  el  trabajarlas.  Por  lo  tanto,  el  por- 
venir de  Guerrero  es  especialmente  brillante 

La  leyenda  dice  que  los  vastos  tesoros  de  los  Emperadores  aztecas. 
durante  el  período  inmediato  precedente  á  la  conquista,  provenían  de 
los  ríos  del  Estado  de  Guerrero,  y  desde  aquellos  días,  los  indios  han 
proseguido  trabajando  en  los  placeres  en  busca  del  precioso  metal.  Don- 
de se  puede  encontrar  oro  en  los  ríos,  existen  rocas  matrices  de  donde 
ese  oro  procede  y  esas  capas  auríferas  se  han  encontrado  hacia  el  naci- 
miento del  Balsas,  el  raudal  de  más  renombre  por  su  oro  en  los  días 
aztecas.  Algunas  de  esas  minas,  con  especialidad  la  de  "Garduño," 
han  rendido  grandes  sumas  de  oro,  plata  y  cobre ;  pero  han  tenido  uu 
éxito  comercial  indiferente,  debido  al  costo,  casi  proliibiíivo  del  trans- 
porte. Por  lo  tanto,  como  la  riqueza  minera  del  Estado  es  indisputable, 
su  futuro  es  notablemente  brillante  en  cuanto  concierne  á  la  explotación 
de  su  i'iqueza  mineral. 

Guerrero  es  uno  de  los  Estados  más  extensos  de  la  Unión  Mexicana, 
conteniendo  64,756  kilómetros  cuadrados;  pero  con  todo,  su  vasta  área, 
su  población  no  excede  de  medio  millón  de  habitantes,  ó  sea  menos  de 
ocho  personas  por  kilómetro  cuadrado.  Lo  que  el  Estado  requiere,  por 
lo  tanto,  es  un  gran  aumento  en  su  población  y  capital  y  empresa  para 
desarrollar  sus  amplios  recursos  minerales. 

Pero  la  riqueza  de  Guerrero  no  estriba  sólo  en  su  grande  y  exten- 
sa zona  minera,  pues  á  través  de  sus  fortalezas  montañosas,  surgen  cen- 
tenares de  ricos  trechos  de  tierra,  valles  fértiles  y  montañas  boscosas,  que 
dan  á  su  territorio  todas  las  variedades  climatológicas,  aíin  cuando  la 
mayor  parte  del  Etado  está  en  la  tierra  caliente  y  templada.  Sus  selvas 
contienen  gran  cantidad  de  valiosas  maderas,  siendo  las  más  importan- 
tes, pino,  encino,  nogal,  cedro,  caoba  y  chico  zapote. 

El  Estado  es  capaz  de  producir  muchas  clases  de  frutas  tropicales, 
incluyendo  naranjas,  limas,  zapotes,  mameyes,  aguacates,  mangos,  cere- 
zas, melones,  tamarindos,  papayas  y  sandías;  y  fértiles  valles  esparci- 
dos acá  y  allá,  á  través  de  su  extenso  territorio,  producen  maíz,  frijoles, 
arroz,   trigo,   cebada,   lentejas  y  chile  en  abundancia;  y  tan  favorable- 


es  el  clima  j-  tan  rico  el  suelo,  que  se  recogeu  de  dos  á  tres  cosechas  por 
año  eu  las  partes  del  Estado  que  cueutaii  con  int-jor  caudal  de  agua. 

En  las  laidas  de  las  colinas  y  eu  lus  montes  boscosos,  la  cría  de  ga- 
nado forma  una  de  las  más  importantes  industrias  del  Estado,  j  sus  re- 
ses  figuran  entre  las  mejores  que  se  producen  en  México. 


HIDALGO. 

El  Estado  de  Hidalgo  es,  para  su  extensión,  una  de  las  más  importan- 
tes divisiones  políticas  de  la  República,  en  lo  que  refiere  á  comercio,  in- 
dustria y  agricultura.  También  es  de  los  más  populosos ;  pues  con  ima 
extensión  territorial  de  22,215  kilómetros  cuadrados,  tiene  una  pobla- 
ción de  cerca  de  715,000  habitantes,  l'or  consiguiente,  solamente  el  Dis- 
trito Federal  y  los  Estados  de  México,  Puebla  y  Tlaxcala  tienen  una 
proporción  mayor  de  población  por  kilómetro  cuadrado ;  pero  eu  otros 
respectos,  ni  aún  éstos  tienen  mayor  diversidad  de  intereses  que  el  fa- 
moso Estado  minero  de  la  parte  central  de  México. 

El  centro  del  Estado  lo  atraviesa  una  cordillera  de  montañas,  la 
cual,  en  algunas  partes,  se  eleva  á  considerable  altura,  siendo  toda 
ella  muy  rica  en  minerales.  Por  lo  general  es  de  naturaleza  montañosa, 
aunque  la  parte  sur  es  menos  así  que  los  distritos  del  centro  y  del  norte. 
No  obstante  esto,  se  encuentran  en  su  territorio  muchos  valles  hermo- 
sísimos y  buenas  extensiones  de  tierras  planas  para  la  agricultura,  lo 
cual  aumenta  en  mucho  su  importancia  comercial. 

Como  esta  parte  del  país  atrajo  la  atención  de  los  españoles  inme- 
diatamente después  de  la  conquista,  á  causa  de  su  riqueza  mineral,  des- 
de muy  al  principio  se  establecieron  allí  muchos  mineros  que,  ó  se  hi- 
cieron ricos  en  operaciones  de  esa  índole,  ó  gradualmente  se  fueron  de- 
dicando á  otras  ocupaciones.  Las  minas  han  continuado,  desde  los  tiem- 
pos de  la  conquista,  constituyendo  la  principal  riqueza  del  Estado,  y  se 
puede  decir  que  á  su  rededor,  en  cierto  sentido,  se  han  ido  estableciendo 
las  demás  industrias  que  hoy  existen. 

En  las  partes  no  muy  altas.  Hidalgo  es  rico  en  valiosas  maderas  para 
el  comercio ;  entre  las  cuales  se  encuentra  el  roble,  el  fresno,  el  cedro,  el 
olmo,  el  oyamel  y  varias  clases  de  pino  ;  sin  embargo,  en  la  vecindad  de  los 
famosos  distritos  mineros  que  han  sido  explotados  de.sde  hace  muchos 
años,  la  madera,  como  es  natural,  es  con  frecuencia  escasa. 

Además,  produce  el  Estado  como  tres  millones  de  pesos  valor  de 
cereales  anualmente.  Es  afamado  por  la  excelente  calidad  de  su  pulque, 
en  cuya  producción  hace  gran  negocio,  siendo  las  ventas  anuales  de  im 
millón  á  millón  y  medio  de  pesos.  El  cultivo  de  la  caña  de  azúcar  y  la 
explotación  de  los  productos  de  aquí  derivados,  siguen  en  orden  de  im- 
portancia. 

Pero,  después  de  todo,  Hidalgo  siempre  ha  debido  su  importancia 
íi  su  industria  minera.  Es  rico  en  minas  de  plata,  oro,  plomo  y  hierro ;  y 
posee  casi  todas  las  clases  de  metales  que  se  explotan  en  México,  aun- 
<iue  en  grado  menor  que  los  que  hemos  mencionado  especialmnte. 

El  distrito  minero  más  rico  es  el  de  Pachuca,  cuyo  nombre  es  si- 
nónimo de  minas  de  plata  eu  México. 

Entre  los  otros  famosos  distritos  y  campos  mineros,  están  los  si- 
guientes :  el  de  Zimapán.  en  la  parte  Norte  del  Estado ;  el  de  Jalaca,  que 
fué  durante  cierto  tiempo  uno  de  sus  centros  mineros  de  mayor  activi- 
dad, pero  en  la  actualidad  casi  abandonado,  á  causa  de  la  falta  de  ca- 
pital y  de  buenos  medios  de  transporte;  el  de  Caneando,  rico  en  mine- 
ral de  hierro  magnético,  clasificado  entre  los  mejores  del  mundo,  y  don- 
de se  encuentra  la  famosa  mina  de  la  "Encarnación,"  una  de  las  pro- 
piedades de  explotación  más  activa  en  la  Repi'iblica ;  y  numerosos  otros, 
la  mayor  parte  de  los  cuales  son  bien  conocidos,  por  lo  menos  de  nom- 
bre, del  público  interesado  en  minas  en  México.  El  decaimiento  de  la 
actividad  minera  el  año  pasado,  fué  debido  á  la  baja  en  el  precio  de 
la  plata  y  á  la  falta  de  dinero  para  las  explotaciones;  pero  Hidalgo  es 
demasiado  rico  en  valiosos  minerales  para  que  una  depresión  en  los 
negocios  pueda  ser  de  duración  larga.  La  prueba  de  la  verdad  de  este 
aserto  es,  que  este  año  las  explotaciones  h:in  comenzado  á  asumir  sus 
condiciones  normales  en  varios  de  los  distritos  mineros,  y  se  ha  inverti- 
do desde  entonces  mucho  capital  extranjero,  habiendo  informes  de  que 
hay  aún  más  capitales  listos  para  ser  invertidos  en  esta  industria. 

Entre  las  minas  más  famosas  de  Hidalgo,  cuyos  nombres  han  venido 

256 


Ix(i.  D.  Pediío   L.   rvODiíír.uEZ, 
GoBERXADou  ui:l  E^TAui)  HE  Hidalgo. 


á  ser  parte  de  la  historia  del  Estado,  se  encuentran,  además  de  las  que 
ya  hemos  mencionado,  las  siguientes : 

El  grupo  de  Bonanza  en  el  distrito  de  Zimapán,  San  Martín,  San 
Judas,  los  grupos  de  Real  del  Monte,  San  Clemente,  San  Francisco,  in- 
cluyendo Progreso,  Santa  Gertrudis,  La  Blanca,  San  Eugenio,  San  Ra- 
fael, San  Miguel  Tajo  y  Barran. 

Lo  que  le  falta  al  Estado  de  Hidalgo  para  convertirse  en  uno  de  los 
distritos  mineros  más  activos  del  Continente  Americano,  es  la  inversión 
de  capital  suficiente  para  explotar  sus  riquezas,  y  abrir  vías  de  comuni- 
cación que  conduzcan  á  las  minas  en  distritos  donde  el  costo  del  trans- 
porte milita  contra  la  explotación  ventajosa  de  minas  que  se  sabe  son 
ricas  en  mineral. 

El  Gobernador  del  Estado,  don  Pedro  L.  Rodríguez,  funcionario  que 
ha  tenido  mucha  experiencia  tanto  en  la  vida  publica  como  en  nego- 
ciaciones da  todas  clases,  ha  inaugurado  muchos  adelantos  materiales 
en  el  manejo  de  los  asuntos  del  Estado,  desde  que  asumió  el  alto  puesto 
de  jefe  del  Ejecutivo  el  año  de  1897.  Las  rentas  públicas  han  aumentado 
constantemente,  y  se  ha  dado  la  mayor  atención  á  todos  los  ramos  del 
servicio  público,  con  el  grato  resultado  de  que  se  han  llevado  á  cabo 
muchas  mejoras  locales,  y  el  Estado  tenía  en  su  tesorería,  al  finalizar 
el  año  próximo  pasado,  $24,243.88. 

El  valor  de  la  propiedad  ha  ido  subiendo  constantemente,  y  el  aña 
actual  muestra,  relativamente,  un  aumento  mayor  que  en  años  anterio- 
res, no  solamente  en  los  distritos  mineros,  sino  en  todas  las  otras  par- 
tes del  Estado  en  que  las  actividades  han  tomado  otras  direcciones. 


JALISCO. 

El  Estado  de  Jalisco,  que  contiene  82,503  kilómetros  cuadrados,  es 
uno  de  los  más  ricos  de  la  Unión  mexicana,  y  también  uno  de  los  más 
populosos,  contando  cerca  de  millón  y  medio  de  habitantes,  ó  sea,  aproxi- 
madamente, un  décimo  de  la  población  total  de  la  República.  Como  la 
parte  superior  del  Estado  corresponde  á  la  mesa  central  y  el  resto  pasa 
por  varias  graduaciones  de  altitud,  hasta  llegar  al  Océano  Pacífico,  po- 
see prácticamente  todas  las  temperaturas  y  climas  que  se  pueden  en- 
contrar en  México.  Esto  le  da  una  gran  variedad  de  tierras,  climas  y  pro- 
ductos. 

La  superficie  del  Estado  está  atravesada  por  cuatro  bien  definidas 
cordilleras  de  montañas,  muchas  de  las  cuales  están  pobladas  de  árbo- 
les y  son  ricas  en  minerales.  Por  largos  tramos  á  través  del  Estado  se 
extienden  hermosos  y  fértiles  valles  y  extensas  llanuras  dedicadas  á  cul- 
tivos. Probablemente  ningún  Estado  de  la  Federación  mexicana  produ- 
ce tan  grande  variedad  de  productos  agrícolas  como  Jalisco.  Entre  ellos 
se  encuentran :  caña  de  azúcar,  café,  arroz,  tabaco,  vainilla,  algodón, 
maíz,  trigo,  frijoles,  chícharos,,  camotes,  cebada,  piñones,  chile,  patatas, 
productos  del  maguey,  palo  de  tinte,  añil  y  muchas  clases  de  nueces. 

Poseyendo  tal  diversidad  de  climas,  .Jalisco  naturalmente  produce 
muchas  clases  de  maderas,  la  mayor  parte  de  las  cuales  son  de  utilidad 
comercial.  Entre  ellas  figiu'an :  pino,  encino,  olmo,  nogal,  y  muchas  va- 
ridades  de  maderas  nativas,  poco  conocidas  en  el  comercio  exterior 
de  México ;  pero  que  son  de  utilidad  casi  todas  y  muchas  verdaderamente 
valiosas.        , 

Jalisco  es  una  de  las  regiones  de  México  más  propicias  para  la  pro- 
ducción de  frutas  y  donde  se  presta  considerable  atención  al  cultivo  de 
casi  todas  las  especies  que  crecen  en  la  República.  Entre  ellas  citaremos : 
naranjas,  por  las  que  ciertas  porciones  del  Estado  son  afamadas,  dáti- 
les, pinas,  ciruelas,  cerezas,  limas,  melones,  plátanos,  membrillos,  du- 
raznos, higos,  manzanas,  peras,  mandarinas  ó  naranjas  de  china  y  va- 
rias clases  de  zapotes  y  chirimoyas.  En  suma,  pocos  Estados  de  la  Re- 
pública se  aproximan  á  Jalisco  en  la  cantidad  de  fruta  producida  y  por 
la  atención  que  se  dedica  á  su  cultura. 

El  Estado  posee  numerosos  edificios  públicos,  muchos  de  los  cuales 
se  hallan  en  Guadalajara,  la  capital,  que  es  la  segunda  ciudad  en  ran- 
go y  tamaño,  de  la  República.  Entre  esos  edificios  están  el  Palacio  de 
Gobierno,  la  Penitenciaría,  la  residencia  de  la  Suprema  Corte  de  Justi- 
cia del  Estado,  el  Palacio  Federal,  el  teatro  Degollado,  que  es  uno  de 
los  mejores  edificios  de  su  clase  en  la  República.  Tiene  acomodo  para 
3,000  personas  y  fué  construido  con  un  costo  de  cerca  de  medio  millón 

257 


■de  pesos.  El  ex-Semiiiario,  la  Biblioteca  Pública,  la  Catedral,  el  Palacio 
Episcopal  y  el  Hospital,  sou  también  ediflcios  de  los  que  justamente  se 
enorgullece  el  Estado. 

Guadalujara  posee  también  excelentes  escuelas,  que  en  su  mayor 
pai'te  sou  sostenidas  por  el  Estado ;  pero  la  ciudad  cuenta,  además,  con 
muchos  colegios  é  instituciones  destinadas  á  la  educación,  la  mayoría 
de  las  cuales  se  encuentran  bajo  jurisdicción  de  la  iglesia  católica.  To- 
das las  poblaciones  y  pueblos  del  Estado  prestan  igualmente  atención 
considerable  á  la  educación,  dando  por  resultado  que  durante  los  últi- 
mos veinte  años,  la  instrucción  pública  ha  avanzado  á  grandes  pasos 
en  aquellas  partes  del  Estado  donde  la  población  está  suflcientemente 
concentrada  para  hacer  posible  y  práctico  el  establecimiento  de  escuelas 
del     Gobierno. 

La  capital  del  Estado,  después  de  la  ciudad  principal  de  la  Repú- 
blica, es  la  más  hermosa  en  México.  Sus  calles  están  bien  pavimentadas, 
su  servicio  de  tranvías  urbanos  es  excelente  y  sus  parques  están  bien 
cuidados.  Igualmente,  después  de  la  capital  de  la  República,  es  la  man- 
sión de  las  personas  adineradas,  que  han  levantado  magníficas  residen- 
cias privadas  en  las  más  aristocráticas  calles  y  costosas  construcciones 
en  el  centro  comercial  dedicadas  á  negocios.  Guadalajara  es,  también,  la 
capital  más  rica  de  un  Estado  en  México  y  en  ella  se  encuenti'a  una  so- 
ciedad de  alta  cultura  y  retinadas  maneras. 

Aunque  Jalisco  posee  una  población  que  excede  á  la  de  cualquiera 
otra  entidad  de  México,  debido  á  su  extenso  territorio,  la  proporción 
por  kilómetro  cuadrado  es  sólo  de  trece  habitantes.  Por  lo  tanto,  el  Es- 
tado es  capaz  de  sustentar  un  número  mucho  mayor  de  pobladores,  es- 
pecialmente aquellos  que  se  dedican  á  la  agricultura.  Como  contiene 
muy  ricos  terrenos,  promete  ser  en  el  futuro  la  Meca  de  los  inmigran- 
tes de  la  mejor  ciase,  que  posean  medios  suficientes  para  establecerse  en 
modesta  escala. 

Todo  lo  que  se  necesita  es  la  promoción  de  los  intereses  del  Estado 
extendiendo  las  vías  de  comunicación  para  facilitar  el  más  rápido  trans- 
porte de  productos  hasta  los  grandes  mercados  centrales,  especialmente 
los  de  la  capital  de  Jalisco. 

Muchas  partes  del  Estado  poseen  muy  buenos  caminos  carreteros,  á 
los  que  se  debe  atribuir,  en  cierto  grado,  el  avance  de  la  mayoría  de 
sus  intereses,  los  que  superan  á  los  de  un  gran  número  de  los  Estados 
de  la  Unión  mexicana. 

El  actual  Gobernador  del  Estado,  señor  Coronel  Miguel  Ahumada, 
que  ha  desempeñado  el  cargo  por  varios  años,  ha  tomado  interés  en 
hermosear  el  aspecto  de  las  avenidas  de  Guadalajara,  y  ha  consagrado 
especial  atención  á  los  ediflcios  ijúblicos,  excelentes  jardines  y  parques 
de  la  capital. 


MÉXICO. 

El  Estado  de  México  goza  de  diversos  climas  que  varían  hasta  lo 
infinito  sus  productos  naturales.  En  su  seno  germinan  los  cafetos  y 
la  caña  de  azúcar  de  la  tierra  caliente,  las  ricas  gramíneas  de  la  tem- 
plada y  los  agaves  de  la  fría.  Tiene  vetas  de  oro  y  yacimientos  argen- 
tíferos de  primera  calidad  y  bosques  que  dan  maderas  para  cualquiera 
construcción  y  ministran   abundante  combustible   para  toda  empresa. 

El  Estado  es  montañoso  en  partes;  pero  tiene  también  extensos 
valles,  amplias  praderas,  hermosas  planicies  y  un  suelo  fecundo. 

Las  principales  alturas  que  se  encuentran  en  ello  son  el  Popocate- 
petl,  el  Ixtaccihuatl  y  el  Nevado  de  Toluca. 

En  todos  los  diez  y  seis  distritos  del  Estado  las  cosechas  producen 
rendimientos  fáciles  y  seguros;  la  minería  y  la  industria  encuentran 
campo  propicio  para  las  empresas  y  el  comercio  se  desarrolla  rápida- 
mente. 

En  los  distritos  mineros  existen  compañías  de  alta  importancia  que 
emplean  fuertes  capitales  y  gran  número  de  braceros,  y  en  los  valles 
feraces  todos  los  años  se  recogen  abundantes  cosechas.  En  la  parte  me- 
ridional que  abarca  los  distritos  de  Tenancingo,  Temascaltepec,  Sulte- 
pec  y  Valle  de  Bravo  se  encuentran,  no  solamente  minas  de  gran  por- 
venir, sino  también  canteras  de  mármol,  frutas  tropicales  de  todas 
clases,  maderas  preciosas,  terrenos  propios  para  el  cultivo  del  algodón, 

258 


Sr.  Coronel  Mkíuel  Ahumada,  Gobernador  de  Jalisco. 


el  café,  ia  caña  de  azúcar,  una  infinidad  de  plantas  medicinales  y  un 
amplísimo  campo  para  las  industrias. 

L.O'S  ferrocarriles  que  atraviesan  el  Estado  tieden  sobre  el  territo- 
rio un  red  que  acorta  las  distancias,  disminuye  los  gastos  de  transpor- 
te y  hace  sencillísima  la  comunicación  entre  todos  los  distritos  y  la  de 
éstos  con  México.  Mas  de  esta  facilidad  indispensable  para  las  empre- 
sas industriales,  carece  casi  toda  la  región  meridional.  Sin  embargo, 
los  caminos  carreteros  dejan  poco  qué  desear  aún  en  las  épocas  de 
lluvia,  de  manera  que  el  tránsito  por  ellos  es  cómodo. 

En  los  varios  distritos  del  Estado  se  utilizan  como  fuerza  motriz  las 
aguas  de  los  ríos  y  arroyos  que  abundan  en  ello,  en  la  fábrica  de  hila- 
dos y  tejidos  de  lana  y  de  algodón,  en  molinos  de  harinas  y  para  pro- 
üucir  fuerza  eléctrica. 

Entre  las  minas  más  famosas  del  Estado  ocupan  primer  lugar  las 
que  se  encuentran  en  el  distrito  de  El  Oro.  El  crecimiento  de  este  cam- 
pamento ha  sido  verdaderamente  asombroso.  Es  un  distrito  maravillo- 
samente rico  por  sus  minas  y  se  está  convirtiendo  en  un  distrito  no- 
table por  su  minería. 

El  éxito  ha  sido  grande,  también,  en  los  distritos  de  Zacualtípán, 
Tlalpujahua  y  Sultepec,  donde  existen  muy  buenas  minas. 

Los  principales  productos  del  Estado  son:  Cebada,  avena,  arroz, 
centeno,  trigo,  maíz,  frijol,  arvejón,  haba,  camote,  garbanzo,  chile,  papa, 
caña  de  azúcar,  maguey,  linaza,  café,  tabaco,  aguacate,  anona,  calabaza, 
capulín,  chavacano,  chirimoya,  ciruela,  durazno,  granada,  guayaba,  hi- 
go, lima,  limón,  mamey,  mango,  manzana,  melón,  membrillo,  mora,  na- 
ranja, papaya,  nuez,  plátano,  pera,  sandía,  tejocote,  tuna,  zapote  y  zarza. 

Las  legumbres  que  abundan  en  el  Estado  son:  acelga,  ajo,  alcacho- 
fa, betabel,  calabacita,  cebolla,  chícharo,  chilacayote,  col,  coliflor,  coli- 
nabo, ejote,  espinaca,  jitomate,  haba,  lechuga,  nabo,  salsifí,  rábano,  to- 
mate, verdolaga  y  zanahoria. 

Las  maderas  que  se  explotan  en  el  Estado  son:  cedro,  encino,  ro- 
ble, nogal,  tepehuate,  aile,  álamo,  ceiba,  copal,  granadino,  huizache, 
madroño,  ocote,  oyamel,  parota,  perú,  sabino  y  sauz. 

El  Estado  cuenta  con  un  clima  benigno  que  varía  según  los  distritos. 
Es  frío  en  algunos,  como  Toluca,  Ixtlahuaca,  El  Oro,  Lerma  y  Tenango; 
en  otros,  es  templado,  y  aun  en  los  de  tierra  cálida  es  enteramente  so- 
portable. 

MICHOACAN. 

Michoacáu  es  uno  de  los  Estados  más  montañosos  de  México  y  en 
<-onsecuencia,  abunda  en  minerales ;  muchas  de  las  minas  de  más  nota 
explotadas  en  el  período  transcurrido  desde  la  conquista  española  has- 
ta el  presente,  se  encuentran  en  ese  Estado.  Su  extensión  es  de  59,261 
kilómetros  cuadrados  y  su  población  asciende  á  cerca  1.000,000,  ó  sea  co- 
mo de  15  personas  por  kilómetro  cuadrado.  Por  lo  tanto,  como  muchas  de 
las  otras  divisiones  políticas  de  la  República,  es  capaz  de  sustentar  una 
más  considerable  población. 

En  los  días  anteriores  á  la  conquista,  Michoacán,  la  patria  de  los 
tarascos,  era  uno  de  los  más  populosos  distritos  de  todo  México  y  po- 
seía una  civilización  superior  en  muchos  conceptos  á  la  de  los  mexica- 
nos. De  lo  que  era  capaz  de  hacer  en  el  pasado,  es  capaz  de  realizar  en 
el  presente.  Por  lo  tanto,  es  uno  de  los  Estados  de  los  que  puede  es- 
perarse muestre  en  un  futuro  próximo  un  rápido  avance,  tanto  en  agri- 
cultura como  en  minería,  pues  posee  excelentes  tierras,  que  yacen  en 
su  mayor  parte  en  los  muchos  valles  que  se  extienden  al  pie  de  las  gran- 
des cordilleras. 

Michoacán  posee,  además,  todas  las  variedades  de  clima  y  altitud, 
desde  las  peculiares  de  la  costa  hasta  las  propias  de  las  diferentes  al- 
turas de  las  altiplanicies.  Por  lo  tanto,  como  muchos  de  los  Estados  de 
la  República,  los  productos  que  es  capaz  de  rendir  son  de  variedad  casi 
infinita.  Al  presente  crecen  en  sus  terrenos  el  algodón,  maíz,  arroz,  café, 
caña  de  azúcar,  tabaco,  cebada,  frijoles,  vainilla,  chícharos,  trigo,  pa- 
tatas, chile  y  una  inmensa  variedad  de  frutos  y  legumbres  semi-tropi- 
cales.  Su  producción  más  importante  es  el  maíz,  cuyo  valor  alcanza  va- 
rios millones  de  pesos  cada  año. 

El  Estado  está  bien  irrigado  y  presenta  extensos  bosques  en  los 
que  existen  grandes  cantidades  de  maderas  de  uso  comercial,  muchas 

259 


de  ellas  inexplotadas  en  la  actualidad,  debido  ú  los  ineficaces  medios  de 
comunicación. 

En  las  faldas  de  los  montes  y  colinas  del  Estado  se  crían  numerosos 
rebaños  de  ganado,  cuyas  piezas  en  considerable  porción  se  consumen 
en  el  interior  mismo  del  Estado.  Michoacán  es  también  un  importante 
exportador  de  productos  para  la  capital  de  la  República,  donde  su  s;a- 
nado  está  en  constante  demanda. 

Morelia,  la  capital  del  Estado,  es  una  de  las  más  antiguas  y  piuto- 
i-escas  ciudades  de  México,  y,  en  consecuencia,  posee  algunos  edificios 
dignos  de  nota,  de  los  que  el  más  importante  es  la  Catedral,  cuya  cons- 
trucción se  principió  en  1C40 ;  pero  que  necesitó  el  transcurso  de  un 
siglo  para  su  terminación. 

El  Palacio  gubernativo  es  también  una  bella  estructura  antigua. 
Fué  originalmente  el  Colegio  Seminario,  que  tan  importante  papel  des- 
empeñó en  la  educación  de  México  por  muchos  años.  La  ciudad  es  rica 
en  colegios  y  es  considerada  como  uno  de  los  más  prominentes  centros 
educativos  de  la  República. 

aiicboacán  cuenta,  además,  con  un  buen  número  de  importantes  in- 
dustrias que  han  logrado  notable  desarrollo  durante  la  larga  historia 
del  Estado.  Pero  su  principal  actividad  reside  en  empresas  mineras  y 
agrícolas. 

M  O  R  E  L  O  S  . 

Morelos,  uno  de  los  más  pequeños  Estados  de  la  Unión  mexicana, 
tiene  una  úrea  de  sólo  7,184  kilómetros  cuadrados,  con  una  poblacióQ 
de  cerca  de  200,000  habitantes.  Por  su  extensión  resulta  más  poblado 
que  muchos  de  los  otros  Estados  de  México,  contando  como  treinta  per- 
sonas por  kilómetro  cuadrado,  que  aún  así  están  muy  esparcidos  en 
todo  el  Estado,,  que  no  posee  grandes  ciudades,  siendo  la  mayor  Cuer- 
navaca,  con  una  población  de  cerca  de  10,000  almas. 

Morelos  está  surcado  grandemente  en  toda  su  extensión  por  mon- 
tañas, y  por  lo  mismo,  sus  medios  de  comunicación  no  son  tan  buenos 
como 'es  de  desearse,  aunque  son  mejores  que  los  que  poseen  otros  Es- 
tados más  montañosos  de  la  República.  Sin  embargo,  no  obstante  lo 
abrupto  de  su  territorio,  Morelos  más  bien  está  situado  en  territorio 
cálido  que  en  regiones  templadas.  Por  esta  razón  muchas  de  pus  indus- 
trias son  las  peculiares  á  la  tierra  caliente.  Es  rico  en  maderas  valio- 
sas, cuya  lista  incluiría  prácticamente  todas  las  variedades  conocidas 
en  los  trópicos  de  México.  En  él  crecen  algodón,  maíz,  caña  de  azúcar, 
cebada,  chile,  frijoles,  plátanos,  naranjas,  limas,  limones,  zapotes,  man- 
gos, dátiles,  lentejas,  chícharos,  higos,  melones,  arroz,  piñones,  maguey, 
cocos,  melones  y,  en  fin,  casi  toda  clase  de  frutas  semi-tropicales  conoci- 
das en  la  parte  central  de  México. 

Cuernavaca.  la  capital  del  Estado,  es  uno  de  los  más  favoritos  si- 
tios de  recreo  de  la  ciudad  de  México,  y  se  vé  muy  visitada  casi  duran- 
te todos  los  meses  del  año.  Su  clima  es  excelente  y  fué  un  lugar  pre- 
ferido de  recreo  de  los  emperadores  aztecas,  antes  de  que  los  españoles 
viniesen  á  conquistar  el  país.  De  entonces  acá,  nunca  ha  perdido  su  po- 
pularidad. 

El  mismo  conquistador  Cortés  la  hizo  su  residencia  privilegiada  y 
los  virreyes  y  los  gobernadores  imitaron  su  ejemplo  por  torio  el  trans- 
curso de' los  trescientos  años  de  dominio  español  en  Nueva  Espnña. 

La  ciiidad  se  halla  pintorescamente  situda  al  pie  de  colinas  su- 
cesivas, y  posee  numerosas  antigüedades  que  son  de  interés  histórico 
y  arqueológico.  Entre  las  que  subsisten  en  un  estado  de  excelente  pre- 
servación se  encuentra  el  Palacio  de  Cortés  y  el  .Tardín  de  Borda. 

El  presente  Gobernador  del  Estado,  señor  Teniente  Coronel  Pablo 
Escanden,  ha  iniciado  xma  campaña  para  la  mejoría  de  la  capital  y  el 
avance  de  los  intereses  del  Estado,  que  promete  ser  fértil  en  resulta- 
dos. Ha  trazado  también  un  programa  de  instrucción  púldica  que  co- 
locará á  IMorelos  en  un  lugar  prominente  entre  los  Estados  de  México, 
con  respecto  á  su  adelanto  en  educación. 

NUEVO    LEÓN. 

El  Estado  de  Nuevo  León,  que  tiene  una  extensión  territorial  de 
G2,998  kilómetros  cuadrados  y  una  población  de  cerca  de  medio  millón 

260 


Teniente  Cokoxki.  D.)N  Pablo  E.scAxnóN. 
Gobernador  dei.  Estado  de  Morelos. 


do  habitantes,  es,  comercialmeiite,  una  de  las  entidades  políticas  de  ma- 
yor  importancia  de  la  Ilepública  mexicana.  Parte  de  su  territorio  es 
accidentado,  con  motivo  de  estar  cruzado  por  cadenas  de  montañas,  mien- 
tras que  otra  parte  está  formada  por  extensos  valles  y  llanuras.  Tiene 
algunos  ríüs,  pero  estíl  prácticamente  desprovisto  de  lagos  ó  lagunas ; 
en  cambio,  posee  toda  clase  de  climas  que  se  puedan  encontrar  en  la 
República,  desde  el  clima  cálido  de  las  costas  del  Golfo,  hasta  el  frío 
de  las  regiones  montañosas  más  elevadas. 

Aunque  no  so  clasifica  á  Nuevo  León  como  á  imo  de  los  Estados  mi- 
neros más  importantes  de  la  República,  sus  intereses  en  esta  industria 
no  son  de  ningún  modo  secundarios,  y  en  varios  lugares  del  Estado  se 
encuentran  establecidas  fundiciones  pai'a  el  tratamiento  de  diversos  mi- 
nerales. De  estas  fundiciones,  las  más  importantes  están  en  la  capital, 
la  cual  ha  llegado  á  ser  del  todo  un  centro  industrial  y  manufacturero! 
Fundiciones  de  importancia  han  existido  también  desde  hace  muchos 
años  en  las  poblaciones  de  Vallecillo,  Cerralvo  y  Villaldama. 

En  muchas  partes  del  territorio  del  Estado  se  encuentran  grandes 
extensiones  de  bosques  que  contienen  maderas  excelentes  de  varias  cla- 
ses, muchas  do  ellas  de  gran  valor  en  el  comercio. 

Nuevo  León  es  rico  en  productos  agrícolas,  siendo  este  ramo  de 
gran  importancia  por  la  variedad  y  escala  de  sus  cultivos.  Mencionare- 
mos, como  los  más  importantes,  el  algodón,  maíz,  trigo,  frijol,  habas, 
caña  de  azúcar,  cebada,  papa,  cebolla,  garbanzo,  cei'eza,  chile,  tabaco, 
ixtle,  calabazas,  aguacates,  albaricoques,  duraznos,  melocotones,  higos, 
limones,  naranjas,  peras,  plátanos,  sandías,  melones,  nueces  y  gran  va- 
riedad de  legumbres. 

También  se  dedica  gran  atención  á  la  cría  de  ganado,  grandes  re- 
baños del  cual  pastan  en  las  laderas  de  los  montes  por  toda  la  extensión 
de  su  territorio. 

Monterrey,  que  es  la  capital  del  Estado,  es  una  de  las  ciudades  más 
importantes  de  México ;  importancia  que  ha  aumentado  grandemente  en 
los  últimos  diez  años,  durante  cuyo  tiempo  se  han  establecido  en  la  ciu- 
dad numerosas  é  importantes  empresas  comerciales  é  industriales  que 
han  venido  á  convertirla  en  uno  de  los  centros  manufactureros  y  co- 
merciales más  avanzados  de  la  República.  Grandes  cantidades  de  dine- 
ro, tanto  del  país  como  extranjero,  han  sido  invertidas  en  la  ciudad  y 
constantemente  se  agregan  nuevos  capitales  á  los  ya  empleados  en  sus 
numerosas  industrias. 

Posee  la  ciudad  de  Monterrey  buen  número  de  elegantes  edificios 
públicos  de  lo  más  moderno,  mereciendo  entre  ellos  especial  mención  la 
Penitenciaría,  y  los  Palacios  del  Poder  Legislativo  y  del  Ejecutivo.  El 
teatro  Juárez,  que  es  de  propiedad  particular,  es  también  uno  de  los 
edificios  de  más  hermoso  aspecto  de  la  capital. 

Pocas  ciudades  de  México,  del  mismo  tamaño,  tienen  tantos  y  tan 
hermosos  parques  como  Monterrey.  Entre  los  más  conocidos  de  dichos 
parques  citaremos  los  de  Zaragoza,  Hidalgo,  Bolívar,  General  Zuazua, 
Guauhtemoc,  General  Garza  Ayala,  Independencia,  Colón,  Colegio  Civil, 
Cinco  de  Mayo  y  La  Llave. 

Desde  hace  más  de  doce  años  se  dedica  gi-an  atención  al  ramo  de 
instrucción  ptiblica,  siendo  el  efecto  natural  de  estos  loables  esfuerzos 
que  pocos  de  los  Estados  de  México,  si  alguno,  pueden  mostrar  mejores 
resultados  desde  el  punto  de  vista  de  la  educación  de  las  masas  popu- 
lares. Naturalmente,  es  en  la  capital  donde  se  encuentran  los  mejores 
establecimientos  de  instrucción ;  lo  cual  no  quiere  decir  que  no  se  en- 
cuentren muy  buenos  en  las  demás  ciudades  y  pueblos  del  Estado. 

El  Gobierno  local  también  ha  alentado  mucho  la  inversión  de  capi- 
tal extranjero,  por  cuya  razón  el  Estado  de  Nuexo  León  ha  atraído  más 
inversiones  de  capitales  extranjeros  que  la  mayor  parte  de  los  otros 
Estados  de  la  República.  El  impulso  que  de  este  modo  se  ha  dado  á  las 
industrias,  ha  sido  el  factor  principal  que  ha  contribuido  al  admirable 
crecimiento  de  Monterrey  durante  los  íiltimos  doce  años,  crecimiento 
que,  según  muestran  todas  las  apariencias,  está  destinado  á  continuar 
con  toda  firmeza  por  muchos  años ;  pues  esta  ciudad  es  la  población  me- 
xicana de  mayor  importancia  en  las  regiones  que  se  extienden  á  lo  lar- 
go de  la  línea  fronteriza  con  los  Estados  Unidos  del  Norte. 

Hay  por  todo  Nuevo  León  grandes  extensones  de  terrenos  muy  apro- 
piados para  el  establecimiento  de  inmigrantes,  tanto  de  los  Estados 
Unidos,  como  de  los  diversos  países  de  Europa.  Son  tierras  productivas, 
y  se  encuentran  á  una  elevación  sobre  el  nivel  del  mar  que  las  hace  de 

261 


clima  sano  y  del  todo  adaptado  para  los  colonos  de  raza  blanca.  Gran 
atención  ha  comenzado  ya  á  despertarse  de  parte  de  los  capitalistas 
extranjeros  por  la  inversión  de  capitales  en  Nuevo  León,  y  todas  las 
probabilidades  están  en  favor  de  qne  en  un  futuro  próximo,  llegará,  á 
ser  el  Estado  un  lugar  escogido  para  el  desarrollo  de  las  energías  de  la 
mejor  clase  de  inmigrantes. 


OAXACA. 

La  labor  progresista  de  los  últimos  treinta  años  ha  dado  como  natural 
consecuencia  gran  impulso  á  todos  los  ramos  de  la  industria  y  agricul- 
tura que  han  coustiíuido  la  riqueza  latente  de  esta  privilegiada  sección 
de  la  líepública.  Durante  ese  lapso  de  tiempo,  se  han  visto  convertir  las 
explotaciones  minex'as,  de  una  industria  insignificante  y  poco  producti- 
va que  antes  era,  á  ima  de  las  industrias  más  florecientes  y  que  más 
pingües  beneficios  reportan  al  Estado.  La  agricultura  ha  prosperado 
notablemente,  gracias  á  la  fundación  de  estaciones  agrícolas  experimen- 
tales que  no  tienen  igual  en  toda  la  República.  Se  dedica  el  mayor  em- 
peño en  poner  fuerza  eléctrica  al  alcance  de  los  ranchos  y  haciendas 
donde  hay  agua  que  elevar  para  utilizarla  en  la  irrigación  de  las  tierras 
labrantías,  y  se  procura  por  todos  los  medios  posibles  estimular  la 
construcción  de  vías  férreas  que  faciliten  la  exportación  de  los  produc- 
tos agrícolas  y  de  la  industria  minera. 

La  ciudad  de  Oaxaca  es  la  capital  del  Estado  y  queda  á  una  dis- 
tancia de  350  millas  do  la  capital  de  la  República. 

Esta  entidad  federativa  os  de  las  más  conocidas  del  país,  tanto  por 
su  gloriosa  historia  política,  como  por  su  admirable  clima.  Su  extensión 
territorial  es  unas  pocas  millas  cuadradas  menos  que  la  del  Estado  de 
Kansas,  en  los  Estados  Unidos ;  tiene  306  millas  de  costa  en  el  Océano 
Pacífico  y  dos  puertos  magníficos,  siendo  el  más  importante  de  ellos 
Salina  Cruz,  una  de  las  dos  estaciones  terminales  del  famoso  ferrocarril 
interoceánico  de  Tehuantepec. 

La  población  del  Estado  es  numerosa  y  densa,  lo  que  constituye 
una  inmensa  ventaja  por  la  abundancia  de  bx*azos  con  que  se  cuenta 
para  toda  clase  de  empresas  que  se  desee  llevar  á  cabo. 

Los  recursos  naturales  de  Oaxaca  son  tan  grandes  y  hasta  hoy  tan 
poco  explotados,  que  hay  oportunidad  para  la  inversión  de  muchos  mi- 
llones de  pesos  en  negocios  de  indiscutible  éxito. 

De  acuerdo  con  las  diferentes  altitudes  de  sus  tierras,  el  Estado 
se  divide  en  tres  grandes  zonas  agrícolas :  fría,  templada  y  cálida. 

Los  productos  principales  de  la  zona  fría  son  maíz  y  trigo,  y  última- 
mente se  ha  ensayado  el  cultivo  de  plantas  textiles,  con  resultados  bas- 
tante satisfactorios. 

Las  zonas  templada  y  cálida  son  más  ricas  en  diversidad  de  pro- 
■ductos,  y  los  métodos  agrícolas  implantados  son  muy  superiores  á  los 
■que  se  usan  en  las  tierras  de  la  zona  fría ;  pero  adolece  de  la  falta  de 
■suficientes  medios  de  comunicación  rápida,  lo  que  hace  que  los  intereses 
agrícolas  no  sean  de  la  importancia  que  la  extensión  y  cnlidad  de  las 
tierras  reclaman.  Sin  embargo,  mucho  se  está  haciendo  actualmente  por 
llenar  las  deficiencias  de  transporte  y  métodos  agrícolas,  por  lo  que  po- 
demos predecir,  con  entera  confianza,  que  no  pasarán  muchos  años  sin 
que  se  recojan  opimos  frutos  de  los  esfuerzos  que  en  pro  del  adelanto 
■■de  la  agricultura  hace  la  presente  administración. 

El  valle  de  Oaxaca,  donde  está  situada  la  capital  del  Estado,  es  digno 
-de  mención  especial  por  ser  donde  ha  alcanzado  mayor  adelanto  la  agri- 
•cultura  del  país.  Este  gran  valle  se  extiende  desde  la  base  de  la  cor- 
dillera andina  hasta  im  poco  más  abajo  del  distrito  de  Miahuatlán.  y 
■estii  fertilizado  por  el  río  Atoyac  y  sus  numerosas  corrientes.  Se  culti- 
va el  maíz  en  gran  escala  y  la  caña  de  azúcar  en  seginido  término. 

Otra  de  las  industrias  agrícolas  de  algima  importancia  es  el  aceite 
de  ricino,  ramo  que,  por  lo  general,  es  explotado  por  los  pequeños  pro- 
pietarios. 

La  bebida  alcohólica  conocida  con  el  nombre  de  mezcal  se  fabrica 
con  la  planta  del  maguey,  sin  que  se  haga  esfuerzo  alguno  por  utilizar 
la  fibra.  La  importación  de  maquinaria  apropiada  y  la  implantación  de 
métodos  más  científicos  en  el  beneficio  do  dicha  planta,  harían  posible 
el  aprovechamiento  de  la  fibra  y  duplicarían  las  ganancias  del  indus- 
trial. 

262 


Actualmente  se  está,  construyendo  un  ferrocarril  que  pondrá  en  co- 
municación la  parte  Norte  del  Estado  con  la  costa.  La  vía  atraviesa  bos- 
ques riquísimos  en  maderas  y  distritos  inmejorables  para  el  cultivo 
del  café,  algodón  y  otros  productos,  que  ahora  se  explotan  en  pequeña 
escala  relativamente.  Sin  embargo,  el  cultivo  del  algodón  ha  comenzado 
íi  asumir  alguna  importancia  en  los  últimos  años,  á,  pesar  de  que  tiene 
que  ser  transportado  ti  lomo  de  muía  desde  ios  distritos  de  la  costa  á  la 
ciudad  de  Oaxaca. 

Cerca  de  la  costa  hay  inmensos  bosques  de  maderas  de  ebanistería 
que  jamás  lian  sido  explotados,  y  extensas  praderas  con  muy  buenos 
pastos  para  la  ganadería ;  de  suerte  que  cuando  el  ferrocarril  cruce 
estas  ricas  comarcas,  el  desarrollo  que  se  seguirá  hará  época  en  la  histo- 
ria agrícola  é  industrial  del  Estado. 

Oaxaca  tiene  la  distinción  especial  de  haber  sido  la  localidad  elegi- 
da por  el  conquistador  Hernán  Cortés,  cuando  el  rey  de  España  le  dio 
el  derecho  de  escoger  tierras  en  la  parte  de  la  Nueva  España  que  más  le 
agradara. 

Más  tarde,  el  Barón  do  Humboldt  manifestó  que  consideraba  este 
Estado  como  la  parte  más  rica  del  virreinato ;  opinión  que  ha  sido  con- 
firmada por  todos  los  viajeros  ilustres  que  han  visitado  esta  parte  del 
país. 

La  industria  manufacturera  no  está  muy  adelantada ;  sin  embargo, 
hay  ya  establecidas  tres  fábricas  de  tejidos  de  algodón  y  son  numero- 
sos los  telares  á  mano,  siendo  muy  conocidos  en  toda  la  República  los 
sarapes  que  éstos  trabajan.  Hay,  además,  dos  fábricas  de  calzado  y  dos 
de  sombreros,  varios  molinos  de  harina  y  algunas  fábricas  de  cigarros 
y  cigarrillos.  Hay,  igualmente,  dos  fábricas  de  cerveza,  que  hacen  muy 
buen  negocio,  fábricas  de  cerillos,  etc.  Mica,  ónyx  y  mármol  se  encuen- 
tran en  varias  comarcas,  pero  hasta  hoy  poco  caso  se  ha  hecho  de  estas 
riquezas. 

Existen  depósitos  valiosos  de  metales  finos,  y  bien  sabido  es  que 
Oaxaca  era  una  de  las  secciones  que  más  oro  y  plata  producían  en  los 
tiempos  coloniales.  Mucho  ha  prosperado  la  industria  minera  en  los  úl- 
timos siete  i'i  ocho  años,  pero  se  puede  asegurar  que  aún  permanece  vir- 
gen la  mayor  parte  de  la  riqueza  mineral  de  este  privilegiado  suelo. 

Los  ferrocarriles  que  actualmente  se  construyen  en  el  Estado  serán 
fuente  de  gran  adelanto  en  la  industria  y  el  comercio,  y  convrtirán 
inmensas  extensiones  de  tierras,  hoy  abandonadas,  en  emporios  de  gran 
riqueza,  que  harán  de  Oaxaca  uno  de  los  Estados  más  productores  de  la 
Unión. 


PUEBLA. 

El  Estado  de  Puebla  ha  sido  uno  de  los  factores  de  mayor  importan- 
cia en  los  destinos  del  país,  tanto  en  los  tiempos  de  la  Colonia  como 
en  los  del  México  modei'uo.  La  circunstancia  de  estar  situado  cerca  de 
la  capital  de  la  República,  ha  hecho  que  sus  habitantes  se  mantengan 
en  relación  íntima  con  los  asuntos  más  trascendentales  que  han  con- 
tribuido á  la  formación  de  la  nacionalidad  mexicana,  y  no  ha  sido  poca 
la  influencia  que  ha  ejercido  en  el  desarrollo  de  la  vida  política,  co- 
mercial é  industrial  de  la  Repfiblica. 

El  valle  de  Puebla  está  situado,  como  el  valle  de  México,  á  una 
altura  de  7,000  á  8,000  pies  sobre  el  nivel  del  mar,  y  de  consiguiente,  sus 
productos  son  similares  á  los  que  se  encuentran  en  la  vecindad  de  la 
capital,  siendo  la  ciudad  de  Puebla  centro  de  un  distrito  rico  en  agri- 
cultura y  una  de  las  ciudades  más  importantes  del  país,  desde  antes 
de  los  tiempos  de  la  dominación  española. 

El  Estado  de  Puebla  está  limitado  al  Norte  y  al  Este  por  el  de  Ve- 
racruz ;  al  Sur,  por  los  de  Oaxaca  y  Guerrero,  y  al  Oeste  por  los  de 
Morolos,  México,  Tlaxcala  é  Hidalgo. 

Como  la  mayor  parte  de  los  Estados  centi'ales  de  la  Federación, 
Puebla  disfruta  de  climas  diversos  según  la  altura  de  sus  comarcas  so- 
bre el  nivel  del  mar.  La  parte  más  importante  de  su  territorio  está 
en  la  zona  alta  y  fría,  que  tiene  la  ventaja  de  poseer  numerosas  corrien- 
tes de  agua,  utilizables  para  el  desarrollo  de  fuerza  motriz  é  irrigación 
de  sus  tierras.  Esta  circunstancia,  unida  á  la  proximidad  á  centros 
productores  de  materia  prima  apropiada  para  la  manufactura  de  diver- 
sos artículos,  ha  favorecido  el  desarrollo  de  su  industria  fabril. 

263 


En  algunos  distritos  se  encuentran  también  depósitos  minerales  de 
gran  importancia,  especialmente  en  los  de  Teziutlán,  Temextla  y  Tétela. 
En  el  primero  se  explotan  minas  de  cobre,  siendo  la  Compañía  de  cobre 
de  Teziutlán  la  empresa  más  rica  del  lugar.  lias  minas  de  Temextla  son 
de  plata  y  oro,  lo  mismo  que  las  de  Tétela.  Últimamente  se  han  inaugu- 
rado trabajos,  de  los  cuales  se  espera  mucho,  en  algunas  propiedades 
mineras,  de  la  vecindad  de  Tehuacán. 

La  parte  septentrional  del  Estado  es  muy  montañosa,  lo  cual  no 
impide  que  existan  hermosos  valles  provistos  de  abundante  agua.  Des- 
de tiempo  iumemorial,  han  sido  estas  comarcas  grandes  productoras 
agrícolas,  y  en  la  actualidad  no  desdicen  en  lo  más  mínimo  de  su  ri- 
queza de  antaño  en  este  importante  ramo.  La  abundancia  de  fuerza  hi- 
dráulica y  la  baratura  de  los  artículos  de  primera  necesidad  que  rin- 
den sus  cultivos,  están  convirtiendo  á  esta  zona  en  centro  manufacture- 
ro muy  floreciente.  Sus  principales  productos  son :  telas  de  algodón, 
trajes  indígenas,  azúcar  y  alcohol.  La  mayor  parte  de  las  sesenta  y  tres 
fábricas  de  tejidos  de  algodón  que  hay  en  el  Estado  están  situadas  en 
esta  zona. 

La  extensión  territorial  del  Estado  de  Puebla  es  de  31,016  kilóme- 
tros cuadrados  y  su  población  llega  casi  á.  2.000,000  de  habitantes.  Está 
dividido  en  veintitrés  distritos,  cada  uno  de  los  cuales  está  bajo  la  ad- 
ministración directa  de  im  jefe  político. 

El  General  Don  alucio  P.  Martínez,  Gobernador  del  Estado,  ha  de- 
dicado y  dedica  especial  atención  al  ramo  de  instrucción  pública,  y  es, 
gracias  á  sus  esfuerzos,  que  Puebla  tiene  más  escuelas,  relativamente 
á  su  población,  que  cualquier  otro  Estado  de  la  República. 

El  distrito  en  el  cual  está  situada  la  capital  lleva  también  el  nom- 
bre de  Puebla,  y  como  era  de  esperarse  es  el  más  importante  del  Esta- 
do, si  bien  el  más  pequeño  en  extensión,  (162  kilómetros  cuadrados.)  Sus 
tierras  son  muy  feraces  y  utilizables  durante  todo  el  año,  debido  á  la 
buena  irrigación  que  proporcionan  las  aguas  del  río  Atoyac,  que  las 
atraviesa. 

Son  famosas  las  canteras  de  onyx  de  este  distrito,  por  los  hermosos 
colores  y  la  finura  de  sus  productos.  jMultitud  de  objetos  útiles  y  de  fan- 
tasía se  fabrican  de  este  precioso  material ;  objetos  que  encuentran  fá- 
cil mercado  tanto  en  las  ciudades  de  la  República,  como  en  el  exterior, 
especialmente  en  los  Estados  Unidos. 

El  di.strito  en  referencia  está  atravesado  por  los  numerosos  fe- 
rrocarriles que  convergen  á  la  ciudad  de  Puebla,  proporcionando  fácil 
medio  de  transporte  á  las  abundantes  cosechas  de  sus  haciendas.  Las 
vías  férreas  á  que  aludimos,  son :  el  Ferrocarril  Interoceánico,  el  Me- 
xicano del  Sur.  el  Mexicano,  y  varias  líneas  de  tranvías  que  unen  las 
principales  ciudades. 

El  Jefe  Político  de  este  distrito  es  el  señor  Don  Joaquín  Pita, 
y  es,  gracias  á.  sus  esfuerzos,  que  es  debida  gran  parte  de  la  prosperi- 
dad de  que  disfruta  y  el  adelanto  de  que  justamente  se  enorgullece  esta 
parte  del  Estado.  Durante  su  administración,  se  han  abierto  carreteras, 
construido  puentes,  realizado  proyectos  de  irrigación,  establecido  nu- 
merosas fábricas  y  aumentado  el  rendimiento  agrícola  de  esta  impor- 
tante comarca. 

Cooperando  con  el  progresista  Gobernador  del  Estado,  el  señor  Pita 
ha  hecho  construir  numerosos  edificios  para  escuelas  públicas,  muchos 
de  ellos  con  todas  las  comodidades  y  adelantos  que  aconsejan  las  prác- 
ticas modernas. 

Las  líneas  telefónicas  cruzan  el  distrito  en  todas  direcciones,  no 
habiendo  actualmente  lugar  de  importancia  en  toda  la  jefatura  que 
no  esté  comunicado  por  teléfonos  con  la  capital. 

El  distrito  de  Iluachinango  es  digno  de  especial  mención,  por  ser 
imo  de  los  más  ricos  del  Estado,  si  bien  puede  considerarse  como  casi 
virgen  en  lo  que  refiere  al  desarrollo  de  sus  grandes  recursos  natura- 
les. Es  accidentado  y  montañoso  y  posee  gran  riqueza  en  sus  caídas 
de  agua  y  precipitadas  corrientes.  En  el  lugar  denominado  Necaxa  es- 
tá el  asiento  de  una  de  las  plantas  de  fuerza  motriz  y  luz  eléctrii-a  más 
grandes  del  Continente.  Esta  notable  instalación  provee  de  luz  y  fuerza 
51  la  ciudad  de  México,  á  "El  Oro,"  Pachuca  y  otros  lugares. 

Una  de  las  grandes  fuentes  de  riqueza  de  este  distrito  consiste  en 
sus  magníficos  bosques,  donde  se  encuentran  en  abundancia  maderas  de 
construcción  y  de  ebanistería,  y  plantas  medicinales  como  zarzaparrilla, 

264 


que  sólo  en  sí  constituyen  una  importante  industria  para  la  exporta- 
ción. 

Abundan  las  canteras,  de  donde  se  sacan  magníficos  materiales  de 
construcción.  Produce  fruta  en  abundancia,  la  maj^or  parte  de  la  cual 
es  realizada  en  el  mercado  de  la  ciudad  de  Puebla. 

En  algunas  partes  bajas  del  distrito  se  cultivan  con  buen  éxito, 
café  y  azúcar. 

Dos  ferrocarriles  cruzan  esta  sección  del  Estado :  el  Ferrocarril  de 
Hidalgo  y  la  línea  de  la  Compañía  Mexicana  de  Luz  y  Fuerza. 

Su  extensión  territorial  es  de  1,774  kilómetros  cuadrados  y  su  po- 
blación, de  70,332  habitantes. 

El  distrito  de  Tepeaca  es  esencialmente  ganadero,  poseyendo  pas- 
turas de  primera  calidad.  Los  grandes  depósitos  de  cal  que  aquí  se 
encuentran  y  que  hoy  apenas  son  explotados  en  muy  pequeña  escala, 
constituyen  una  riqueza  latente  que  no  tardará  en  ser  debidamente  ex- 
plotada. 

Después  del  distrito  de  Puebla,  sigue  en  importancia  el  de  Tehua- 
cáu,  cuya  capital  es  la  ciudad  del  mismo  nombre,  y  que  es  en  población 
la  segunda  del  Estado. 

El  cultivo  de  la  caña  de  azúcar  y  la  refinería  de  este  artículo,  cons- 
tituyen su  principal  riqueza.  Se  cultivan,  además,  cereales  de  todas 
clases. 

Este  distrito  es  famoso  en  toda  la  República  por  sus  fuentes  de 
aguas  minerales,  que  gozan  de  propiedades  medicinales  bien  reconocidas. 

Una  industria  de  importancia  se  ha  formado  con  la  exportación  de 
estas  aguas  emboteliadas  á  todas  partes  de  la  República,  habiendo  casi 
eliminado  la  importación  del  exterior  de  aguas  de  mesa  y  minerales. 

En  Tehuacán  se  halla  establecida,  desde  hace  muchos  años,  una  es- 
tación balnearia,  visitada  por  gente  de  todo  el  país  y  muchísimos  extran- 
jeros. 

El  distrito  de  Tétela  es  esencialmente  minero ;  el  de  Alatriste  es 
notado  por  su  agricultura,  y  el  de  Atlixco,  por  sus  industrias. 

La  capital  del  Estado  es  Puebla,  que  fué  la  primer  ciudad  fundada 
por  europeos  en  América  (Septiembre  28  de  1531).  Es  considerada  co- 
mo la  segunda  en  importancia  de  la  República,  tanto  por  sus  hermosos 
edificios,  monumentos  de  arte,  interés  histórico  y  magnífico  clima,  como 
por  ser  la  cima  de  la  industria  manufacturera  en  México.  Su  situación 
topográfica  es  muy  atractiva :  se  extiende  entre  un  hermoso  valle  limi- 
tado por  los  volcanes  de  Citlaltepec,  Popocatepetl,  Ixtaccihuatl  y  Ma- 
lintzin,  cuyas  cimas  son  de  las  más  elevadas  de  la  América  Septen- 
trional. 

No  sólo  Puebla  fué  la  primer  ciudad  mexicana  que  estableció  la 
industria  manufacturera  en  el  país,  sino  que  también  mantiene  su  su- 
perioridad por  el  número  é  importancia  de  sus  fábricas  de  hilados  y 
tejidos,  habiendo  dentro  de  la  ciudad  y  sus  alrededores  veinticinco  fá- 
bricas que  emplean  10,000  caballos  de  fuerza. 

La  población  de  Puebla  con  sus  suburbios,  llega  á  110,000  habi- 
tantes. • 

Además  de  ser  un  centro  industrial,  la  hermosa  é  histórica  ciudad 
es  un  centro  ferrocarrilero  de  importancia.  Es  el  punto  terminal  del 
FeíTocarril  del  Sur  que  va  á  Oaxaca ;  el  Ferrocarril  Interoceánico  la 
conecta  con  la  capital  de  la  República ;  el  Mexicano,  con  la  misma  ca- 
pital y  el  puerto  de  Veracruz,  y  muy  pronto  tendrá  otra  vía  férrea  que 
la  unirá  con  el  Pacífico,  línea  que  ha  sido  proyectada  para  la  explota- 
ción de  ciertas  ricas  regiones  carboníferas  por  las  cuales  deberá  pasar. 
Tiene,  además.  Puebla,  ferrocarriles  locales  que  la  ponen  en  comunica- 
ción con  las  numerosas  aldeas  y  fábricas  de  sus  alrededores. 

La  ciudad  ha  sido  provista  en  los  futimos  años  de  abundante  agua 
potable  y  de  im  sistema  completo  de  drenaje,  trabajos  ambos  en  que  la 
progresista  administración  actual  invirtió  muchos  mllones  de  pesos. 

El  General  Muco  P.  Martínez  ha  sido  Gobernador  del  Estado  des- 
de el  año  de  1890,  y  es  debido  á  su  infatigable  actividad  y  á  sus  gran- 
des dotes  administrativas,  que  Puebla  ha  llegado  á  alcanzar  el  envidia- 
ble grado  de  adelanto  en  que  hoy  se  encuentra.  El  General  Martínez 
no  ha  desatendido  ni  uno  solo  de  los  ramos  de  utilidad  pública,  que 
constituyen  el  progreso  y  cultura  de  un  pueblo,  y  á  la  par  que  ha 
protegido  las  industrias,  la  agricultura  y  el   comercio  del  Estado,   ha 

265 


prestado  su  valioso  apoyo  al  fomento  de  la  iustrucción  primaria  y  su- 
perior, que,  gracias  á  sus  esfuerzos,  se  encuentran  á  un  nivel  que  honra 
al  Estado  y  ú  su  progresista  gobernante. 


QUEEETABO. 

El  Estado  de  Querétaro,  aunque  uno  de  los  más  pequeños  de  la  Re- 
ptiblica  en  extensión  territorial,  es  rico  en  varios  recursos  naturales  y 
en  la  fertilidad  de  su  suelo.  Produce  cereales,  frutas  y  legumbres  en 
abundancia,  y  dedica  gran  parte  de  sus  energías  á  la  cría  de  ganado.  En. 
lo  que  á  agricultura  refiere,  sin  embargo,  el  Estado  se  ocupa  más  en  el 
cultivo  de  cereales,  especialmente  trigo  y  maíz,  que  en  cualquier  otro. 
También  produce  caña  de  azúcar,  henequén,  maguej'  y  tabaco. 

Es  rico  en  minerales,  siendo  los  más  importantes,  oro,  plata,  cobre,, 
plomo,  mercurio,  antimonio  y  otros  metales  raros  y  valiosos.  Posee  mag- 
níficas canteras  de  mármol  y  de  otros  materiales  para  construcción ; 
piedras  preciosas  como  jaspe,  ónix  y  los  famosos  ópalos  de  Querétaro, 
que  se  encuentran  en  los  lechos  de  esta  última,  y  que  son  vendidos  por 
toda  la  República  y  exportados  en  grandes  cantidades  á  los  mercados 
extranjeros. 

Los  mármoles  y  piedras  de  construcción  de  Querétaro  son  de  her- 
mosa apariencia  y  excelente  calidad :  las  canteras  han  sido  explotadas 
desde  hace  muchos  años,  aunque  de  modo  muy  imperfecto  y  en  una  es- 
cala relativamente  pequeña,  dada  su  extensión  é  importancia.  Pero  aho- 
ra que  ha  entrado  la  República  de  lleno  en  el  camino  de  la  civilización 
moderna,  no  cabe  duda  algima  que  pronto  descubrirá  el  capitalista  esta 
gran  fuente  natural  de  riqueza,  y  comenzará  á  explotarla  en  grande  es- 
cala, de  acuerdo  con  su  importancia.  Las  poblaciones  principales  de  la 
República  han  comenzado  ya  á  aumentar  su  tamaño  y  población  y  á 
necesitar  de  construcciones  hermosas  y  modernas ;  y  la  fabricación  de 
edificios  con  armadura  de  acero,  que  se  acostumbra  5^a  tanto  en  México, 
y  que  es  tan  adecuada  para  distritos  sujetos  á  temblores  de  tierra,  pron- 
to exigirá  una  provisión  abundante  de  materiales  finos.  Y  entonces  se 
fijará  la  atención  en  Querétaro  y  en  sus  inmensas  canteras  de  onyx  y 
excelentes  mármoles. 

A  pesar  de  ser  pequeño  el  Estado,  se  calcula  su  comercio  en  diez 
millones  de  pesos  anuales,  la  mayor  parte  del  cual  se  lleva  á  cabo  den- 
tro de  sus  mismas  fronteras  y  con  los  Estados  limítrofes,  á  los  ciiales 
Querétaro  manda  maíz,  trigo,  mármol,  minerales,  frutas  y  ópalos.  Gran- 
des cantidades  de  piedra  son  también  transportadas  del  Estado  á  la 
capital  de  la  República. 

Como  es  natural,  siendo  Querétaro  gran  productor  de  granos,  apar- 
te de  su  industria  minera,  se  encuentran  diseminados  por  todas  par- 
tes de  su  territorio,  molinos  de  trigo  y  maíz,  y  se  produce  mucha  hari- 
na, la  cual,  en  gran  parte,  es  enviada  á  los  otros  Estados.  También  hay 
fábricas  de  papel,  cervecerías,  destilerías  y  fábricas  de  tejidos  de  al- 
godón que  ocupan  un  número  considerable  de  obreros. 

La  ciudad  de  Querétaro,  que  es  centro  importante  de  comercio  lo- 
cal, tiene  entre  cuarenta  y  cincuenta  mil  habitnates,  y  su  población  es 
clasificada  entre  las  más  industriosas  de  la  República.  No  lejos  de  la 
ciudad  se  encuentran  las  fábricas  de  tejidos  de  algodón  "Hércules,"  las 
cuales  ocupan  gran  número  de  brazos,  y  son  consideradas  como  las 
más  grandes  de  su  género  en  toda  la  República. 

Mucho  se  ha  atendido  últimamente  en  la  capital  del  Estado  á  la 
provisión  do  buena  agua  potable,  á  la  pavimentación  y  reparación  de  las 
calles,  al  aseo  y  desinfección  de  las  prisiones  y  edificios  públicos  y  á  la 
propagación  del  sistema  de  alumbrado  eléctrico. 

Las  escuelas  de  la  ciudad  de  Querétaro  son  justamente  conocidas 
por  su  espíritu  progresista,  y  los  maestros  educados  allí  son  tenidos  en- 
tre los  mejores  de  la  República.  La  Escuela  Normal  es  una  de  las  ins- 
tituciones mejor  equipadas  y  más  modernas  de  su  índole  en  el  país,  y 
á  ella  pf,  debido  mucho  del  progreso  que  el  Estado  ha  hecho  en  el  ramo 
de  instrucción  durante  los  últimos  años,  pues  de  aquí  han  salido  los 
maestros  que  después  se  han  hecho  cargo  de  las  asignaturas  de  impor- 
tancia en  las  mejores  escuelas  de  Querétaro. 

La  importancia  de  la  ciudad  de  Querétaro  como  centro  de  tráfico 
y  comercio,  lo  muestra  el  hecho  de  que  posee  tres  mercados  modernos. 
que   se   mantienen   constantemente   llenos   de   gente   durante   las   horas 

266 


Don  José  M.  Espinosa  y  Cuevas, 

GOBKRNADOR  DKL  ESTADO  DE  SaX  LuIS  PoTOHÍ. 


de  negocio.  Entre  ellos,  solamente  el  mercado  de  Pedro  Escobedo  tiene 
una  área  de  cuatro  mil  metros.  Es  de  construcción  de  acero  y  el  piso 
es  todo  de  cemento.  Sus  dependencias  están  provistas  de  estantes  y  mos- 
tradores modernos,  y  ofrecen  toda  clase  de  facilidades  al  comercio,  es- 
tando provisto,  además,  de  los  medios  más  modernos  para  efectuar  su 
limpieza. 

La  planta  de  luz  eléctrica  que  opera  en  la  ciudad  de  Querétaro  y  al- 
gunas de  las  poblaciones  vecinas,  tanto  para  el  alumbrado  de  las  ca- 
lles como  de  las  casas  y  el  servicio  de  fuerza  á  motores,  es  de  propiedad 
del  Gobierno,  y  dicho  servicio,  no  sólo  es  excelente,  sino  comparativa- 
mente barato. 

Entre  los  edificios  públicos  dignos  de  mención  especial,  tenemos : 
el  Palacio  del  Gobierno,  en  el  cual  están  situados  los  departamentos 
del  Ejecutivo  y  de  la  Legislatiu'a,  todos  los  cuales  son  amplios  y  es- 
pléndidamente decorados,  y  el  Palacio  •  del  Gobierno  Federal,  antigua- 
mente convento  de  San  Agustín.  A  éstos  deben  agregarse  los  numerosos 
edificios  para  escuelas,  de  los  que  muchos  se  han  construido  reciente- 
mente. 

SAN    LUIS    potosí. 

San  Luis  Potosí  es  uno  de  los  E.stados  mineros  más  importantes  de 
la  República,  y  ha  sido  conocido  desde  hace  muchos  arios  como  produc- 
tor de  gran  cantidad  de  minerales.  Entre  éstos  podemos  citar  como  los 
más  importantes  y  que  se  encuentran  en  su  territorio  en  mayor  ó  me- 
nor abundancia,  los  siguientes :  hierro,  i-lomo,  plata,  oro,  magnesio,  an- 
timonio, mercurio,  cobre  y  azufre.  En  algunos  distritos  se  encuentran 
también  piedras  preciosas ;  pero  éstas  no  son  ni  muy  numerosas,  ni  de 
gran  valor  comercial.  La  principal  de  ellas  es  el  ópalo. 

En  algunas  partes  del  Estado  se  encuentran  magníficos  bosques  y 
montañas  pobladas  de  selvas,  que  contienen  valiosas  maderas  de  cons- 
trucción y  ebanistería.  Mencionaremos  como  las  más  importantes  va- 
rias clases  de  pinabete  y  pino,  olmo,  roble,  caoba,  nogal  y  álamo. 

En  varias  comarcas  de  su  territorio  se  cultivan  plantas  textiles  y 
otras  se  dedican  más  especialmente  al  trigo,  maíz,  frijol,  habas,  chile, 
garbanzo,  papa,  arroz,  café,  vainilla,  algodón,  tabaco,  caña  de  azúcar^ 
cacao  y  camote. 

También  hay  distritos  que  se  dedican  á  la  cría  de  ganado  en  gran 
escala ;  pero  esta  industria  es  capaz  de  gran  desarrollo,  especialmento 
en  las  partes  bajas  de  su  territorio,  que  son  muy  ricas  en  pastos  natu- 
rales, lo  cual  no  sucede  en  las  llanuras  más  ó  menos  tostadas  por  el  sol 
de  la  vecindad  de  la  capital  del  Estado. 

Ya  por  el  .año  de  1500  numerosos  aventureros  llegaban  á  San  Luis 
Potosí,  actual  capital  de  esta  entidad  federativa,  atraídos  por  las  ricas 
minas  de  plata  de  la  localidad,  y  desde  ese  día  los  intereses  mineros  del 
Estado  han  continuado  atrayendo  capital  y  mineros  emprendedores.  No 
obstante  lo  cual,  se  encuentran  aún  inmensas  extensiones  de  regiones 
mineras  que  no  han  sido  explotadas  á  causa  de  que  el  mineral  que  con- 
tienen es  de  grado  bajo ;  pero  pronto  tendrán  que  atraer  la  atención  del 
minero  y  el  capitalista,  que  dispongan  de  suficientes  elementos  para 
poder  implantar  métodos  modernos  que  permitan  trabajar  estas  minas 
con  provecho. 

La  ciudad  de  San  Luis  Potosí  está  muy  bien  construida,  es  muy  lim- 
pia, y  posee  un  buen  número  de  hermosos  edificios  públicos,  entre  los 
cuales  mencionaremos  el  Palacio  Legislativo,  el  Palacio  Municipal,  el 
Instituto  Científico,  la  Penitenciaría  y  la  Escuela  de  Artes.  También 
se  cuentan  entre  los  mejores  edificios  de  la  ciudad,  la  Catedral,  el  tea- 
tro Paz  y  la  iglesia  del  Carmen. 

San  Luis  Potosí  ocupa  el  cuarto  lugar  por  su  tamaño  y  población 
entre  las  grandes  ciudades  de  la  República,  y  es.  comercialmente,  ruio 
de  les  lugares  niá?.  importantes  del  país  y  el  centro  de  un  comercio  local 
muy  activo,  que  se  ha  ido  desarrollando  durante  los  trescientos  años  ó 
má?,  que  lleva  de  existencia.  Es  también  centro  importante  agrícola  y 
de  otras  industrias,  y,  como  es  natural,  debe  gran  parte  de  su  prosperi- 
dad á  sus  grandes  intereses  mineros. 

El  actual  Gobernador  del  Estado,,  José  María  Espinosa  y  Cuevas, 
es  uno  de  los  jefes  del  Ejecutivo  más  populares  que  ha  tenido  San  Luis 
Potosí,  y  durante  el  tiempo  que  lleva  de  gobernarlo,  ha  probado  ser  ad- 
ministrador de  gran  competencia. 

267 


S  I N  A  L  o  A . 

Sinaloíi  es  uno  de  los  Estados  más  ricos  y  mejor  irrigados  de  la  ver- 
tiente del  Pacíñco  do  la  República  mexicana;  pero  no  obstante  su  gran 
extensión  y  las  muchas  ventajas  naturales  que  posee,  est;!  muy  poco 
poblado,  debido  principalmente  á  la  gran  distancia  á  que  se  encuentra 
de  los  importantes  centros  comerciales  de  la  Repíiblica  y  á  la  falta 
de  medios  fáciles  de  transporte.  El  último  censo  oficial  da  al  Estado 
258,865  habitantes,  que  se  encuentran  esparcidos  en  una  extensión  te- 
rritorial de  87,2ol  kilómetros  cuadrados.  No  cabe  duda  de  que  la  ac- 
tual población  es  considerablemente  mayor  de  la  que  muestran  estas 
cifras,  y  con  toda  probabilidad  llega  ñ.  trescientos  mil  habitantes,  pues 
mucha  gente  ha  sido  atraída  al  Estado  debido  á  la  inversión  de  capita- 
les y  promoción  de  empresas  que  han  tenido  lugar  durante  los  últimos 
diez  años.  Cuando  el  Ferrocarril  Kansas  City,  México  &  Oriente  haya 
sido  terminado  hasta  Topolobampo,  magnífico  puerto  de  la  parte  Norte 
de  la  costa  del  Pacífico  del  Estado,  llegarán  á  Sinaloa  gran  número  de 
capitalistas,  empresarios  é  inmigrantes ;  pues  hay  por  todo  su  territo- 
rio inmensas  extensiones  de  tierras  (]ue  se  pueden  conseguir  á  precios 
ínfimos.  Hay  también  muchísimos  distritos  mineros  prácticamente  sin 
explorar,  y  que  es  bien  sabido  son  muy  ricos  en  minerales,  y  otros,  que, 
aunque  explorados,  no  han  podido  ser  debidamente  explotados  coa  mo- 
tivo de  la  falta  de  facilidades  para  el  tx'ansporte. 

La  ciudad  de  Culiacán,  capital  del  Estado,  tiene  una  población  de 
12^000  habitantes,  poco  más  ó  menos,  mientras  que  Rlazatlán,  que  posee 
toda  clase  de  facilidades  para  poder  ser  un  gran  puerto,  tiene  alrededor 
de  20,000.  Pero  éstos  son  los  únicos  lugares  relativamente  grandes  en 
el  Estado,  pues  la  mayor  parte  de  los  otros  pueblos  tienen  una  población 
menor  de  5,000. 

Mas  si  bien  en  Sinaloa  escasean  las  poblaciones  grandes,  en  cam- 
bio posee  numerosas  poblaciones  pequeñas  diseminadas  por  toda  la  ex- 
tensión de  su  territorio.  Con  el  impulso  que,  sin  la  menor  duda,  pronto 
se  dará  á  esta  entidad  federativa  por  medio  de  xina  inmigración  numero- 
sa  y  de  la  explotación  de  las  riquezas  de  sus  tierras,  muchas  de  estas 
lioblaciones  y  villas  que  están  situadas  en  los  buenos  distritos  mineros 
y  agrícolas,  están  destinadas,  en  un  futuro  cercano,  á  desarrollarse  con- 
siderablemente ;  pues  Sinaloa  se  encuentra  comprendida  de  un  modo 
muy  directo  en  la  senda  de  progreso  que  emprende  México  hacia  el  des- 
arx'ollo  de  los  Estados  de  la  costa  del  Pacífico  de  la  República. 

Aunque  la  mayor  parte  del  Estado  se  exicuentra  situado  al  Norte 
del  trópico  de  Cáncer,  está  tan  cerca  de  los  trópicos,  que  sus  tierras  de 
la  costa  son  del  todo  cálidas ;  pero  conforme  se  avanza  hacia  el  interior, 
las  tierras  son  más  elevadas  siguiendo  la  vertiente  de  la  cordillera  has- 
ta llegar  á  las  mayores  alturas  de  la  Sierra  Madre,  y  como  es  natural, 
el  clima  se  va  enfriando  hasta  llegar  á  parecerse  al  de  los  Estados  in- 
termedios del  Norte  de  los  Estados  Unidos.  En  las  regiones  montañosas 
más  altas  se  encuentran  climas  aún  más  fríos.  Esta  variedad  de  alturas 
y  climas  da  á  Sinaloa  una  gran  variedad  de  productos,  que  no  requie- 
ren sino  ser  explotados  en  mayor  escala  de  lo  que  actualmente  se  hace 
para  convertirlo  en  una  California  mexicana  de  la  costa  del  Pacífico. 

Además  de  tener  sus  tierras  bien  irrigadas,  las  lluvias  son  en  Si- 
naloa más  abundantes  que  en  la  mayor  parte  de  los  otros  Estados  de 
México  que  se  encuentran  á  lo  largo  de  la  costa  del  Pacífico;  y  tambiéi: 
debido  á  lo  precipitado  de  la  vertiente  de  la  cordillera  del  lado  del 
Océano,  posee  gran  cantidad  de  fuerza  hidráulica,  la  mayor  parte  de 
la  cual  permanece  actualmente  sin  empleo,  pero  que  constituye  una 
fuente  de  riqueza  para  el  futuro. 

En  Sinaloa  se  pueden  cultivar  casi  todos  los  productos  que  se  cul- 
tivan en  el  resto  de  México.  Sus  bosques  son  ricos  en  valiosas  maderas 
tanto  de  construcción  como  de  ebanistería,  y  entre  sus  productos  agrí- 
colas, el  algodón  promete  llegar  á  ser  cultivo  de  gran  importancia.  En 
cuanto  á  frutas,  posee  para  su  cultivo  facilidades  naturales  que  superan 
á  las  de  California;  y  como  es  fácil  de  comprender  por  todo  lo  que  he- 
mos expuesto,  es  xma  de  las  entidades  políticas  de  México  que  tienen 
en  perspectiva  gran  desarrollo  y  prosperidad  en  un  futuro  no  lejano. 

SONORA, 

Sonora  es  el  segmido  en  extensión  de  los  Estados  de  la  Unión  me- 

268 


General  Luis  E.   Torres. 

GOHERN'ADOR  UEL  EsTAUO  DE  SoNORA. 


xicaiia,  siendo  Ctiiluialiua  el  único  que  lo  supera  en  tamaño.  Es  muy  po- 
co poblado,  pues  cou  uua  úrea  de  199,224  kilómetros  cuadrados,  tiene 
solamente  como  doscientos  mil  habitantes,  ó  sea  una  persona  por  kiló- 
metro. 

La  ciudad  de  Hermosillo,  capital  del  Estado,  tiene  \ma  población 
de  20,000  habitantes,  poco  más  ó  menos.  Las  otras  ciudades  de  impor- 
tancia, ninguna  de  las  cuales  tiene  más  de  diez  mil  habitantes,  son : 
(iuaymas  (que  es  el  puerto  de  Hermosillo),  Alamos,  Ures,  Sahuaripa, 
Magdalena,  llorcasitas,  Oposura  (Moctezuma),  Altar,  Rayón  (Nacome- 
ri),  Arizpe  y  Nogales. 

Sonora  es  muy  rico  en  minerales,  pero  la  industria  minera  ha  sido 
en  general  poco  desarrollada,  debido  á  la  falta  de  propias  vías  de  co- 
municación y  medios  de  transporte  y  á  la  distancia  de  los  mejores  dis- 
tritos mineros  de  los  uaereados  de  mineral.  También  el  atraso  de  esta 
industria  es  debido  íi  la  circunstancia  de  que  en  años  anteriores  los  in- 
dios yaquis  aterrorizaban  las  partes  del  Estado  más  ricas  en  metales,  lo 
cual  hacía  muy  inseguro  para  los  mineros  y  colonos  establecerse  en  el 
territorio  así  amenazado,  siendo  esto  motivo  de  que  la  localidad  hubie- 
ra adquirido  mal  nombre  y  se  encontrara  materialmente  retrasada  en 
su  desarrollo.  Pero  ya  el  poder  de  los  yaquis  ha  sido  quebrantado  y  las 
grandes  riquezas  del  Estado,  entre  ellas  la  mineral,  han  venido  á  ser 
mejor  conocidas,  lo  cual  ha  tenido  en  estos  últimos  años  el  benéfico 
resultado  de  atraer  grandes  sumas  de  capital  extranjero ;  habiendo  ac- 
tualmente indicaciones  de  que,  en  los  próximos  años,  la  corriente  de 
capitales  y  de  inmigración,  se  dirigirá  poderosa  hacia  el  Estado  de  So- 
nora, que  como  el  de  Sinaloa,  es  capaz  de  proporcionar  casi  de  todos  los 
productos  que  se  dan  en  la  parte  de  la  República  situada  al  Norte  del 
trópico  de  Cáncer. 

En  la  actualidad,  la  principal  riqueza  de  Sonora  consiste,  sin  la 
menor  duda,  en  sus  minas,  las  cuales  se  cuentan  entre  las  más  ricas 
del  país.  Por  todas  partes  del  listado  hay  distritos  que  abundan  en 
minerales  y  constantemente  se  denuncian  nuevas  minas,  muchas  de  ellas 
de  mineral  de  gran  rendimiento.  Pero  los  intereses  mineros  dependen, 
como  se  comprenderá  fácilmente,  para  su  futuro  desarrollo,  de  la  inver- 
sión do  capital  suficiente  y  del  establecimiento  de  medios  fáciles  de  trans- 
porte. El  capital  comienza  ya  á  afluir  abundante  en  el  Estado  y  el  in- 
terés que  se  manifiesta  actualmente  por  sus  minas,  puede  asegurarse, 
cuidará  de  promover  su  futuro  desarrollo,  tanto  en  lo  que  refiere  á 
los  distritos  mineros  actualmente  en  explotación,  como  á  los  distritos 
que  aún  no  han  podido  ser  exjílotados  con  motivo  de  estar  en  lugares 
tan  remotos  de  los  mercados  y  de  los  grandes  centros  de  fundición. 

Sonora  es  tan  rico  en  metales  preciosos,  que  es  capaz  de  producir 
más  oro,  probablemente,  que  cualquier  otro  Estado  de  la  Unión  mexi- 
cana. Muchas  de  las  minas  de  plata  que  antes  se  trabajaban  han  sido 
abandonadas  debido  á  la  disminución  en  el  valor  de  estos  metales.  La 
mayor  parte  de  estas  minas  son  de  mineral  rico,  por  lo  que  es  se,guro 
que  serán  trabajadas  de  nuevo  tan  luego  como  las  condiciones  sean  más 
favorables. 


TABASCO. 

El  Estado  de  Tabasco  tiene  una  área  de  26,094  kilómetros  cuadra- 
dos y  una  población  de  cerca  de  150,000  habitantes,  la  mayor  parte  do 
la  cual  está  diseminada  en  los  distritos  rurales.  La  única  ciudad  que 
pasa  de  diez  mil  habitantes  es  San  Juan  P>autista,  la  capital :  las  de- 
más poblaciones  del  Estado  no  llegan  en  población  ni  á  la  mitad. 

Por  lo  general  las  tierras  de  Tabasco  son  planas,  con  frecuencia  ba- 
jas y  generalmente  bien  dotadas  de  ríos  y  corrientes,  siendo  algunos  de 
los  primeros  de  considerable  importancia.  Gran  parte  de  su  territorio 
está  cubierto  de  bosques  y  espesuras  tropicales  donde  so  encuentran 
maderas  comerciales  de  varias  clases,  entre  las  cuales  hay.  en  cantida- 
des considerables,  caoba,  ébano,  cedro  y  chico  zapote.  Debido  á  lo  ba- 
jas q\ie  son  las  tierras  de  la  costa,  á  lo  espeso  de  los  bosques  tropicales 
y  á  ia  falta  general  do  medios  de  transporte,  y  aún  de  caminos  de  toda 
naturaleza  en  partes  del  Estado,  éste  ha  atraído  pocos  inmigrantes  y 
capitalistas.  Con  motivo  de  la  falta  de  minerales,  Tabasco  no  ha  sido 
invadido  por  la  gente  que  se  ocupa  en  la  industria  minera,  por  cuya 
causa  ha  pasado  inadvei'tida  su  inmensa  riqueza  en  tierras  para  la  agri- 

209 


cultura.  Pero  cuando  ésta  alcance  en  México  el  nivel  que  merece,  cuan- 
do los  ferrocarriles  hayan  cruzado  sus  extensas  llanuras  y  los  caminos 
carreteros  hayan  abierto  mercados  favorables  á  los  distritos  rurales, 
entonces  Taba  seo  será,  sin  la  menor  duda,  reconocido  como  uno  de  los 
Estados  más  ricos  y  favorecidos  de  la  República.  Cierto  es  que  no  tie- 
ne riquezas  minerales  que  lo  ayuden ;  pero,  en  cambio,  la  mayor  parte 
de  sus  tierras  son  utilizables  para  la  agricultura  por  no  estar' cruzadas 
por  cadenas  de  montañas  ásperas,  y  por  ser  generalmente  ricas  en  de- 
pósitos fertilizantes  como  sucede  en  las  regiones  tropicales  que  se  han 
mantenido  durante  muchos  siglos  cubiertas  de  vegetación  espesa. 

El  clima  es  muy  cálido,  por  encontrarse  el  Estado  dentro  de  los 
trópicos  y  principalmente  por  ser  sus  tierras  bajas.  Debido  á  las  mis- 
mas causas,  la  vegetación  es  exhuberante  y  de  crecimiento  rápido,  á 
lo  que  contribuye  también  la  abundancia  de  lluvias,  características  de 
estos  lugares  durante  la  estación  de  aguas. 

Entre  sus  productos  se  encuentran  prácticamente  todas  las  clases 
de  frutas  que  se  dan  dentro  de  los  trópicos  en  México  á  una  elevación 
no  mayor  de  mil  pies  sobre  el  nivel  del  mar.  También  es  rico  en  tierras 
donde  se  producen,  con  gran  abundancia,  cereales  y  legumbres.  Limones^ 
naranjas,  manzanas  y  plátanos  se  dan  silvestres  en  el  Estado,  y  cuando 
se  cultivan  son  de  lo  mejor  en  calidad  que  México  produce. 

Como  Tabasco  posee  muchos  ríos  capaces  de  proporcionar  facili- 
dades para  el  transporte,  no  hay  la  menor  duda  de  que  pronto  se  hará 
mayor  uso  de  estas  importantes  vías,  de  lo  que  en  la  actualidad  se  ha- 
ce, para  así  aumentar  los  medios  de  comunicación.  Hay  en  proyecto  dos 
líneas  férreas  que  atravesarían  el  Estado,  y  una  de  ellas  será,  sin  la 
menor  duda,  construida  en  im  futuro  cercano.  Esta  circustancia,  agre- 
gada á  los  planes  que  actualmente  tiene  el  gobernador  para  la  aper- 
tura de  nuevos  caminos  cari-eteros  y  la  mejora  de  los  ya  existentes,  de- 
berá contribuir  en  mucho  para  facilitar  la  explotación  y  desarrollo  de 
la  riqueza  de  uno  de  los  Estados  más  ricos  de  la  Unión  mexicana. 


TAMAULIPAS. 

Tanto  en  extensión  territorial,  como  en  riqueza  de  suelo,  variedad 
de  climas,  distribución  de  ríos  y  corrientes,  en  íin,  en  toda  clase  de 
ofrendas  naturales,  el  Estado  do  Tamaulipas  es  uno  de  los  más  ricos 
de  México.  Numerosos  ríos  y  riachuelos  cruzan  las  grandes  extensiones 
de  tierras  comparativamente  llanas  de  tierra  caliente,  que  se  extienden 
paralelas  á  sus  440  kilómetros  de  costa.  De  suerte  que  estos  terrenos 
están  perfectamente  irrigados,  á  lo  que  se  agrega  una  siempre  abun- 
dante y  oportuna  caída  de  lluvias.  Está,  por  consiguiente,  favorecido 
por  la  naturaleza,  y  todo  lo  que  se  necesita  para  hacerlo,  en  lo  relativo 
al  comercio  y  á  la  agricultura,  vma  de  las  partes  más  importantes  de 
la  República,  es  capital  para  su  desarrollo  y  apropiadas  vías  de  comu- 
nicación. 

A  pesar  de  que  Tamaulipas  ha  tenido  muchas  dificultades  contra 
qué  luchar,  su  comercio,  tráfico  é  industrias  se  van  extendiendo  y  au- 
mentando ;  y  lia  comenzado  ya  á  despertar  general  interés  entre  los  ca- 
pitalistas nacionales  y  extranjeros,  en  vista  de  las  ventajas  que  ofrece 
para  la  inversión  de  capitales ;  al  mismo  tiempo  se  están  fimdando  nu- 
mei'osas  colonias  de  inmigrantes  extranjeros,  de  los  cuales  se  han  esta- 
blecido muchos  durante  los  últimos  años. 

Au.nque  la  agricultiu'a  está  distribuida  de  xm  modo  irregular,  y  se 
encuentran  con  frecuencia  grandes  extensiones  de  tierras  prácticamente 
sin  cultivo,  la  variedad  y  cantidad  de  los  productos  que  actualmente  se 
cultivan,  muestran  de  lo  que  es  capaz  de  rendir  Tamaulipas  y  dan  una 
idea  de  su  futura  importancia  agrícola. 

Actualmente  hay  ya  muchas  plantaciones  de  henequén,  y  tanto  el 
ciiltivo  de  esta  fibra  como  el  de  otras  similares,  ha  sido  un  completo 
éxito.  En  consecuencia,  muchos  agricultores  han  comenzado  á  dedicar 
atención  preferente  al  cultivo  de  ciertas  fibras  que  pueden  ser  produci- 
das tan  fácilmente  en  el  país. 

También  se  produce  en  el  Estado  quizá  tan  gran  variedad  de 
furtas  como  en  cualqiiiera  otro  de  la  República.  Esto  quiere  decir  mu- 
cho; pues  México  tiene  facilidades  naturales  para  poder  llegar  á  ser 
uno  de  los  países  productores  más  grandes  de  frutas  del  jnundo.  En 
las  tierras  cálidas  del  Estado  se  dan  prácticamente  todas  las  frutas 

270 


tropicales  y  semi-tropicales ;  mientras  que  en  las  altiplanicies  y  en  las 
montañas  se  producen  las  frutas  ele  la  zona  templada.  Esta  industria 
no  lia  sido  aún  bien  desarrollada ;  pero  por  los  resultados  basta  boy 
obtenidos,  se  vé  la  adaptabilidad  de  estas  tierras  para  el  cultivo  de  una 
inmensa  variedad  de  frutas  de  importancia  comercial.  Mencionaremos 
entre  éstas,  las  siguientes :  manzanas,  cerezas,  ciruelas,  escaramujos, 
duraznos,  peras  manzanas  silvestres,  limas,  limones,  naranjas,  pinas, 
plátanos,  melones  de  todas  clases,  bigos,  albaricoques,  dátiles,  tamarin- 
dos y  otras  variedades  menos  conocidas,  como  aguacates,  anonas,  arra- 
yanas,  cbicos  zapotes,  cbirimoyas,  cbayotes,  guayabas,  mangos,  mame- 
yes, pitabayas,  tunas  y  zapotes.  También  se  dan  mucbas  clases  de  nue- 
ces y  bayas. 

El  Estado  es  rico  en  maderas,  tanto  de  clases  finas  como  corrientes ; 
algunas  de  las  cuales  son  muy  conocidas  del  comercio  americano.  Entre 
las  maderas  se  encuentran  el  olmo,  el  pino,  baya,  roble,  cedro,  pinabete, 
caoba,  ébano  y  mucbas  otras,  con  nombres  indígenas,  en  abundancia 
en  ciertas  localidades. 

Los  granos  que  actualmente  se  cultivan  en  mayor  escala,  son :  maíz, 
frijol  y  arroz.  El  algodón  se  produce  en  regular  escala  en  ciertos  dis- 
tritos del  Norte.  También  deben  de  contarse  entre  sus  productos  natu- 
rales, la  sal,  el  carbón  de  piedra,  el  petróleo  y  la  minería. 

Las  dos  ciudades  de  mayor  importancia  de  Tamaulipas  son  Tampi- 
co  y  Ciudad  Victoria.  La  primera  es  importante  punto  de  término  de 
ferrocarril ;  y  ha  sido,  durante  mucbos  años,  uno  de  los  puertos  mejor 
conocidos  de  la  República.  Últimamente  Tampico  ha  mejorado  mucbo 
sus  condiciones  sanitarias,  gracias  al  mejoramiento  de  su  sistema  de 
drenaje  y  á  la  pavimentación  de  sus  calles. 

Por  estas  causas,  Tampico  parece  estar  destinado  á  llegar  á  ser 
una  de  las  grandes  ciudades  de  México ;  y  conforme  el  Estado  desarro- 
lle sus  inmensos  recursos  agrícolas,  su  comercio  debe  necesariamente 
acrecentarse  en  relación. 

Ciudad  Victoria  tiene  á  su  alrededor  ricas  comarcas  que  le  son  tri- 
butarias. La  ciudad,  para  su  tamaño,  está  bien  provista  de  escuelas,  es- 
pecialmente de  las  que  se  dedican  á  la  instrucción  primaria ;  y  emplea 
en  mucbas  de  ellas,  pero  más  especialmente  en  las  de  grados  más  su- 
periores, maestros  graduados  en  las  escuelas  normales.  Según  lo  mani- 
fiesta el  informe  presentado  por  el  Gobierno  el  año  próximo  pasado,  los 
centros  importantes  de  educación  que  tiene  el  Estado,  son :  una  escue- 
la normal  para  maestros,  una  escuela  normal  primaria,  el  Instituto  del 
Estado  y  la  Escuela  de  Derecho  y  Notariado.  Otra  escuela  que  dá 
magníficos  resultados,  y  que  el  Estado  ayuda  con  una  subvención  libe- 
ral, es  el  Instituto  Juan  José  de  la  Garza. 

TLAXCALA. 

Tlaxcala,  si  bien  el  más  pequeño  de  los  Estados  de  México,  es  his- 
tóricamente el  más  famoso.  En  tiempos  de  los  aztecas,  la  pequeña  Ro])ú- 
blica  de  Tlaxcala  desafió  el  poder  de  la  Confederación  mexicana  y  man- 
tuvo libres  sus  tierras  y  sostuvo  su  independencia,  mientras  los  ejérci- 
tos conquistadores  de  los  Moctezumas  subyugaban  todos  los  principa- 
dos independientes  limítrofes.  Los  tlazcaltecas  fueron  también  los  pri- 
meros aliados  indígenas  de  los  aventureros  españoles,  que  al  mando  de 
Cortés  conquistaron  el  imperio  de  los  aztecas  y  subyugaron  la  ciudad 
más  grande  de  sus  dominios,  la  antigua  Tenocbtitlán.  Esto  pequeño,  pe- 
ro valiente  pueblo,  que  llevó  á  cabo  tantas  hazañas,  dominó  un  territo- 
rio, cuya  extensión  apenas  es  de  4,132  kilómetros  cuadrados,  equivalen- 
te, poco  más  ó  menos,  á  sesenta  y  cuatro  kilómetros  en  cuadro  (cuaren- 
ta millas)  ;  pero  mientras  que  boy  la  población  total  es  solamente  de 
170,000  habitantes,  los  tlaxcaltecas,  en  tiempo  de  la  República  indíge- 
na, podían  poner  sobre  las  armas  cincuenta  mil  soldados  al  primer  lla- 
mamiento ;  y  se  ha  calculado  que  la  población  de  la  pequeña  Repúbli- 
ca llegaba  á  un  millón  de  habitantes.  Aún  hoy,  Tlaxcala  está  mucho 
más  densamente  poblado  que  los  demás  Estados  de  México,  y  efecti- 
vamente, la  única  parte  de  la  República  que  tiene  mayor  densidad  de 
población  es  el  Distrito  Federal,  que  tiene  pnr  lo  menos  800  personas 
por  kilómetro  cuadrado.  El  nuevo  censo  mostrará,  probablemente,  que 
Tlaxcala  tiene  entre  cuarenta  y  tres  y  cuarenta  y  cinco  habitantes  por 
kilómetro  cuadrado,  mientras  que  el  Estado  de  México  tiene  un  poco 
menos. 

271 


Tlaxcala,  antigua  capital  de  la  República  indígena  del  mismo  nom- 
bre, y  la  actual  capital  del  Estado,  tiene  entre  ocho  y  nueve  mil  habi- 
tantes. Por  consiguiente,  no  ha  conservado  sino  una  sombra  de  su  pa- 
sada grandeza. 

Los  valles  del  Estado  de  Tlaxcala  están  situados  á  una  altura  de 
dos  á  tres  mil  metros  sobre  el  nivel  del  mar ;  por  lo  que  sus  productos 
son,  en  general,  los  que  se  dan  en  las  altiplanicies  mexicanas.  Las 
tierras  de  su  territorio  son  muy  ricas  para  la  agricultura,  y  esto  ex- 
plica la  circunstancia  de  que  sea  el  segundo  lugar  en  la  República  en 
densidad  de  población.  Dicha  distinción  es  más  notable  si  se  toma  en 
consideración,  que,  exceptuando  la  ciudad  capital,  que  es,  relativamen- 
te, grande,  no  posee  poblaciones  ni  siquiera  de  mediano  tamaño. 

Tlaxcala  se  encuentra  demasiado  cerca  de  la  capital  de  la  Repú- 
blica para  que  stis  poblaciones  y  villas  puedan  desarrollar  mucho  en 
población  ó  importancia  comercial ;  pero,  en  cambio,  disfruta  de  la  ven- 
taja de  tener  mercados  excelentes  en  las  ciudades  grandes  que  rodean 
el  Estado. 


VEEACBUZ. 

El  Estado  de  Veracruz  es  ,sin  duda  algima,  de  los  más  ricos  é  im- 
portantes de  la  República.  Su  territorio  forma  una  faja  larga  y  angos- 
ta, bañada  en  su  borde  septentrional  por  el  Golfo  de  México.  La  parte 
situada  al  Norte  del  puerto  de  Veracruz,  es  conocida  desde  antaño  por 
los  habitantes  del  lugar  con  el  nombre  de  Barlovento,  y  la  parte  situada 
al  Sur  de  dicho  puerto,  con  el  de  Sotavento.  En  la  primera  hay  una  sub- 
división llamada  "La  Huasteca  Veracruzana,"  que  comprende  los  can- 
tones de  Ozuluaraa,  Tantoyuca,  Chicontepec,  y  la  parte  Norte  del  Can- 
tón de  Tuxpan.  La  otra  subdivisión  del  territorio  de  Barlovento  lleva 
el  nombre  de  "La  Sierra,"  y  está  formada  por  los  cantones  de  Papan- 
tla,  ^lisautla  y  .Talacingo. 

La  parte  de  Sotavento,  que,  como  hemos  dicho,  está  situada  al  Sur 
del  puerto,  es  también  conocida  con  el  nombre  de  'La  Costa."  Su  asom- 
brosa fertilidad  ha  hecho  de  esta  parte  del  Estado  una  de  las  seccio- 
nes agrícolas  más  ricas  de  la  República.  El  cultivo  del  tabaco,  la  vaini- 
lla y  el  café  están  muy  extendidos,  lo  mismo  que  la  ciñanza  y  engorde 
de  ganado,  gracias,  esto  último,  á  las  magníficas  pasturas  que  producen 
sus  tierras.  Se  cosecha  también  en  "La  Sierra"  suficiente  maíz,  frijol  y 
chile  para  el  consmno  local.  La  cadena  de  montañas  que  separa  esta  sub- 
división del  resto  del  Estado,  posee  depósitos  minerales  de  alguna  impor- 
tancia, y  en  la  montaña  conocida  con  el  nombre  de  Cofre  de  Perote,  hay 
inmensas  canteras  de  mármol,  de  calidad  superior. 

Se  calcula  que  en  "La  Sierrn"  se  engordan  anualmente  de  30  .1 
40,000  cabezas  de  ganado  vacuno,  destinado  al  consumo  de  los  mercados 
de  Jalapa,  Puebla  y  México. 

La  riqueza  agrícola  de  la  Huasteca  Veracruzana  no  se  puede  com- 
parar, ni  con  mucho,  á  la  de  "La  Sierra;"  sin  embargo,  hay  extensos 
prados  de  para  dedicados  á  la  ganadería  y  en  las  tierras  á  lo  largo  del 
río  Panuco,  se  cultiva  la  caña  de  azúcar  con  gran  éxito. 

En  cambio,  los  campos  de  petróleo  descubiertos  en  la  Huasteca  du- 
rante los  últimos  años,  dan  á  esta  región  del  país  una  gran  importancia, 
pues  constituyen  una  fuente  de  riqueza  que  promete  mucho  para  el  por- 
venir. 

Actualmente  explotan  esta  industria  tres  grandes  Compañías,  y  las 
grandes  sumas  de  dinero  que  tienen  invertido,  garantiza  la  estabilidad 
y  permanencia  de  la  misma. 

La  parte  Sur  del  Estado  se  está  colonizando  rápidamente,  habién- 
dose formado  en  los  últimos  años  niimerosas  é  importantes  empresas  ex- 
tranjeras que  se  dedican  al  cultivo  de  la  caña  de  azúcar  y  á  la  crianza 
y  engorde  de  ganado. 

El  Ferrocarril  de  Veracruz  al  Istmo  cruza  la  parte  meridional  del 
Estado,  partiendo  desde  el  puerto  de  Veracruz.  Está,  en  proyecto  la  cons- 
trucción de  ima  línea  que  i'ecorra  la  porte  Norte  del  territorio  en  una 
dirección  paralela  á  la  costa,  terminando  al  Sur  en  una  de  las  estacio- 
nes del  Ferrocarril  Interoceánico,  á  veintisiete  millas  distante  de  Ve- 
rarrnz.  Esta  línea  fé'Toa  dpsnrrollai'á  rápidamente  los  grandes  elemen- 
tos de  rinueza  de  la  Huasteca  y  La  Sierra,  que  ahora  luchan  con  la  di- 
licnitad  de  la  transportación. 

272 


Sk.  Enrique  Muñoz  dic  Akístecui, 

CoiiKIíNADOR    D2L    EsTADO    HU    YuCATÁN. 


Los  demás  feri'ocarriles  que  cruzan  el  Estado  son  el  Mexicano,  el 
Interoceáaico  y  el  de  Alvarado. 

El  Gobierno  del  Estado  de  Veracruz  siempre  se  ha  distinguido  por 
liberal  y  progresista.  Fué  el  primero  en  abolir  el  impuesto  de  consumos. 
Goza  de  gran  crédito,  pues  cumple  religiosamente  con  las  obligaciones 
contraídas  é  invierte  sus  recursos  en  obras  de  provecho  y  utilidad  pú- 
blilca. 

Se  han  llevado  ¡x  cabo  mejoras  de  notoria  importancia  como  la  pa- 
vimentación, drenaje  y  provisión  de  aguas  potables  en  las  ciudades  de 
Veracruz  y  Córdoba.  La  estación  federal  de  cuarentenas  en  el  puerto 
de  Veracruz  ha  sido  calificada  por  personas  de  reconocida  competencia, 
como  de  las  más  completas  y  eficientes  del  mundo.  Citaremos  entre  las 
obras  de  utilidad  pública  que  se  han  llevado  á  cabo  en  el  Estado  duran- 
te los  últimos  años,  además  de  las  mencionadas,  la  pavimentación  de 
Puerto  México,  el  Palacio  de  Justicia,  la  Cárcel  y  las  escuelas  preparato- 
ria y  electro-técnica  de  Jalapa,  las  oficinas  gubernamentales  de  Córdoba, 
y  el  Mercado,  Palacio  do  Justicia  y  edificio  de  Correos  de  Veracruz.  Cer- 
ca de  .$7.000,000  han  sido  invertidos  en  estas  obras. 

El  Gobierno  del  Estado  dedica  también  sus  esfuerzos  en  la  construc- 
ción de  ferrocarriles,  siendo  las  líneas  más  importantes  cuya  constru- 
ción  ha  favorecido  la  línea  férrea  Veracruz  y  Pacífico,  y  la  que  parte 
de  la  estación  de  Ilives  á  San  Andrés  Tuxtla. 

La  instrucción  pública  tanto  primaria  como  superior,  es  atendida 
con  el  mayor  esujero.  Sostiene  el  Estado  cinco  escuelas  profesionales, 
ocho  preparatorias  y  8-12  primarias,  que  agregado  á  12.5  escuelas  pri- 
vadas que  existen,  hacen  un  gran  total  de  980  establecimientos  de  ins- 
trucción. 

Muy  pronto  se  inaugtirarán  edificios  nuevos  para  las  escuelas  pre- 
paratorias de  Veracruz  y  Orizaba,  y  para  una  escuela  superior  de  ni- 
ña.'} en  Jalapa. 

Las  anteriores  líneas  demuestran  las  envidiables  condiciones  en 
que  se  encuentra  el  Estado.  Su  espléndida  situación  topográfica,  la  ri- 
queza de  sus  tierras  y  la  industria  de  sus  habitantes  han  contribuido 
á  su  actual  prosperidad,  á  la  cual  también  han  coadyuvado  en  grado 
sumo  la  paz  que  ha  reinado  en  la  República  durante  la  actual  admi- 
nistración y  los  constantes  esfuerzos  del  Gobernador  del  Estado,  Don 
Teodoro  A.  Dehesa,  quien  se  ha  dedicado  con  notable  empeño  á  pro- 
mover la  riqueza  y  prosperidad  de  esta  rica  entidad  federativa. 

Las  cuatro  ciudades  más  importantes  del  Estado  de  Veracruz,  son : 
Jalapa,  residencia  del  Gobierno  y  renombrada  por  su  bello  clima ;  Cór- 
doba, hermosa  ciudad  centro  de  producción  cafetera  y  frutera  del  Es- 
tado ;  Orizaba,  ciudad  industrial  y  que  goza  de  un  clima  delicioso,  y 
por  último,  Veracruz,  el  puerto  más  rico  é  importante  de  la  Federación. 


Y  U  C  A  T  A  Jí . 

El  Estado  de  Yucatán,  que  originalmente  tenía  el  litoral  más  largo 
de  todas  las  entidades  políticas  de  México,  con  excepción  de  la  Baja  Ca- 
lifornia, es  famoso  por  sus  inmensas  ruinas  de  antiguos  pueblos  é  impe- 
rios indígenas,  por  la  bravura  de  los  mayas,  raza  aborígene  que  aún  so- 
brevive y  que  formó  dichos  pueblos,  y  por  sus  grandes  y  ricas  cosechas 
de  henequén,  fibra  que  constituye  su  principal  fuente  de  riqueza. 

El  cuadro  general  de  Yucatán,  que  se  forma  cualquier  persona  que 
sabe  algo  acerca  de  los  característicos  del  Estado,  es  de  una  inmersa  su- 
perficie plana  de  tierras  áridas,  donde  no  se  puede  cultivar  más  que 
henequén  y  plantas  de  fibra  similares.  Esto  es  cierto  en  lo  que  refiere  á 
la  parte  noroeste  del  Estado,  que  es  la  más  generalmente  conocida  y  que 
por  consiguiente,  ha  extendido  su  reputación  al  resto  del  territorio.  Pe- 
ro hacia  el  Sur,  los  terrenos  gradualmente  se  elevan  formando  cadenas 
de  montañas,  que  en  ciertos  lugares  tienen  una  altura  de  1,000  metros 
sobre  el  nivel  del  mar,  y  en  el  interior  el  Estado  posee  tierras  ricas  que 
abarcan  grandes  extensones  de  territorio  y  que  están  cubiertas  de  espe- 
sos bosques,  en  gran  contraste  con  la  naturaleza  árida  del  suelo  en  las 
comarcas  vecinas  á  la  capital. 

Aunque  el  henenuén  es  el  principal  producto  de  esta  parte  de  la 
República  y  el  principal  factor  de  rioueza  que  la  ha  elevado  de  la  po- 
sición de  uno  de  los  más  pobres  á  la  de  uno  de  los  más  ricos  de_  los  Es- 
tados de  la  L'nión  mexicana,  sin  embargo,  Yucatán  tiene  ante  sí  un  fu- 


turo  en  el  cual  muchos  otros  productos  están  destinados  á  figurar  en 
gran  escala  como  coustiíuj-entes  de  su  i'iqueza  agrícola.  Es  bien  sabido 
que  se  encuentran  en  el  interior  grandes  depósitos  de  carbón  de  piedra  y 
se  cree  también  que  llegará  á  ser  algún  día  gran  productor  de  petró- 
leo, aceite  que  se  supone  forma  grandes  depósitos  bajo  la  formación  ca- 
liza de  las  tierras  del  Estado. 

El  clima  de  Yucatán  es  del  todo  cálido,,  como  es  de  esperarse  por 
estar  todo  su  territorio  dentro  de  los  trópicos,  y  principalmente  por  te- 
ner sus  tierras,  en  general,  poca  elevación  sobre  el  nivel  del  mar.  Las 
lluvias  son  aquí  menos  abiuidantes  que  en  otras  partes  de  la  costa  me- 
xicana. 

Se  puede  calcular  que  en  más  de  las  dos  terceras  partes  del  Esta- 
do, las  tierras  son  ricas  y  grande  la  variedad  de  productos  que  es  po- 
sible cultivar  en  ellas.  La  larga  lista  de  estos  productos  incluye  gran 
variedad  de  legumbres,  granos  y  maderas  para  el  comercio:  estas  úl- 
timas se  encuentran  en  los  espesos  bosques  que  cubren  grandes  exten- 
siones del  interior  del  país.  Entre  los  productos  que  se  obtienen  ó  culti- 
van actualmente  en  Yucatán,  están  la  caña  de  azúcar,  aguardiente,  arroz, 
maíz,  frijol,  camote  y  muchos  otros  frutos  tropicales. 

Mérida,  capital  del  Estado,  tiene  una  población  de  50,000  habitan- 
tes, siendo  esta  ciudad  y  Progreso,  su  puerto,  las  principales  de  Yuca- 
tán. Progreso  es,  comparativamente,  im  lugar  pequeño,  pero  tiene  gran 
importancia  por  su  comercio  marítimo.  Mérida  es  centro  de  comercio 
bastante  considerable,  originado  principalmente  por  sus  relaciones  con 
los  plantadores  de  henequén  y  los  comerciantes.  Es  mía  hermosa  ciu- 
dad, con  calles  bien  pavimentadas  y  hermosos  edificios  públicos,  escue- 
las y  colegios.  Gran  parte  de  la  renta  del  Estado  se  emplea  en  el  ramo 
do  instrucción  pública,  ramo  al  cual  se  dedica  mucha  atención,  tanto 
en  las  ciudades  como  en  las  poblaciones  y  distritos  donde  la  población 
no  se  encuentra  demasiado  diseminada  en  grandes  áreas  de  territorio. 

ZACATECAS. 

En  riqueza  mineral.  Zacatecas  es  uno  de  los  Estados  más  ricos  de 
México ;  es  también  uno  de  los  que  tienen  una  forma  más  irregular,  cir- 
cunstancia que,  sin  duda  alguna,  es  debida  parcialmente  á  que  sus 
distritos  mineros  han  sido  explotados  durante  muchos  años  de  un  modo 
irregular  en  el  Estado,  el  cual  ha  tenido  su^ciente  influencia  para  re- 
tener estas  ricas  secciones  de  territorio.  La  población  es  de  medio  mi- 
llón de  habitantes  y  la  extensión  superficial  de  64,138  kilómetros  cuadra- 
dos, gran  parte  de  la  cual  es  de  naturaleza  montañosa.  Debido  á  esta 
circunstancia,  mucho  del  territorio  es  árido ;  pero  tiene  también  nume- 
rosos y  ricos  valles,  que  se  dedican,  por  lo  general,  á  la  agricultura.  Co- 
mo natural  consecuencia,  y  debido  á  la  altura  de  sus  tierras  sobre  el 
nivel  del  mar  y  á  la  naturaleza  accidentada  de  éstas,  los  ríos  y  corrien- 
tes de  importancia  son  poco  numerosos.  Siendo  la  elevación  de  los  va- 
lles del  Estado  entre  1,500  y  2,000  metros  sobre  el  nivel  del  mar,  los 
productos  tropicales  que  aquí  se  cultivan  son  pocos  y  en  pequeñas  canti- 
dades. Los  productos  agrícolas  que  se  cultivan  con  mejor  éxito,  son: 
trigo,  maíz,  frijol,  haba,  cebada,  alfalfa,  centeno,  arvejas,  lentejas,  pa- 
pas, chile,  maguey,  camote,  naranjas  y  caña  de  azúcar.  También  se  de- 
dica considerable  atención  á  la  cría  de  varias  clases  de  ganado,  aun  en 
distritos  que  son  adaptables  al  cultivo  de  cereales  y  otros  productos 
agrícolas.  Esta  tendencia  es  debida  á  lo  pobre  de  los  medios  de  transpor- 
te que  existen  en  varias  partes  del  país ;  pues  el  ganado  puede  ser  lle- 
vado á  pie  á  los  mercados,  mientras  que  los  productos  agrícolas  cuesta 
dinero  transportarlos. 

Pero  es  en  el  ramo  mineral  donde  se  encuentra  la  riqueza  del  Esta- 
do ;  pues  Zacatecas  es  uno  de  los  distritos  mineros  más  ricos  del  mundo, 
habiendo  producido  hasta  hoy  sus  minas  cerca  de  $1,000.000,000.  Entre 
los  metales  que  se  encuentran  en  mayor  abundancia,  están :  oro.  plata, 
cobre,  plomo,  estaño,  hierro  y  antimonio.  Los  principales  distritos  mi- 
neros son:  Veta  Grande,  Fresnillo,  Sombrerete,  Chalchihuites,  Nieves. 
San  Miguel,  Mazapil,  Pinos,  Noria  de  Angeles,  Mezquital  del  Oro,  Ojo 
Caliente  y  Zacatecas.  Cada  imo  de  éstos  está  dividido  en  numerosos 
sub-distritos,  muchos  de  los  cuales  son  üm  bien  conocidos  como  los  dis- 
tritos de  que  forman  parte. 

No  obstante  la  gran  cantidad  de  riqueza  mineral  que  Zacatecas  ha 
producido,  tiene  aún  millones  de  toneladas  de  mineral  prácticamente  sin  to- 

274 


Sk.  Fraxci8<  o  de  P.  Zarate, 
Gobernador  del  Estado  de  Zacatecas. 


car.  La  mayor  parte  de  dicho  mineral  es  de  grado  bajo,  y  para  lograr 
explotarlo  en  escala  comercial,  se  requiere  la  introduccióu  de  los  méto- 
dos más  modernos  de  minería.  Zacatecas  está  üestiuado,  por  consiguien- 
te, en  un  futuro  próximo,  á  ügurar  de  un  moao  tan  prominente  en  los 
mercados  mineros  de  México,  como  íiguró  en  el  pasado. 

La  etimología  del  nombre  del  Lstado  se  deriva  de  la  palabra  azte- 
ca "zacatl,"  yerba,  y  signiüca  "Fueblo  de  Zacatlán."  La  ciudad  princi- 
pal y  capital  de  esta  entidad  federativa  es  Zacatecas,  que  tiene  una  po- 
blación de  45,U00  habitantes,  la  mayor  parte  de  los  cuales  se  dedican  á 
la  industria  minera.  Está  situada  en  un  cañón  estrecho  á  8,100  pies  so- 
bre el  nivel  del  mar.  Inmensos  depósitos  de  mineral  de  grado  bajo  ro- 
dean la  ciudad,  y  esta  comarca  no  aguarda  sino  la  introducción  de  mé- 
todos modernos  de  laboreo  y  la  inversión  de  grandes  cantidades  de  dine- 
ro, para  convertirse  en  uno  de  los  campos  mineros  más  importantes  del 
mundo. 

Aún  en  los  primeros  tiempos  de  los  españoles,  Zacatecas  era  ya  un 
centro  importante  para  la  manufactura  de  artículos  de  barro,  no  ha- 
biendo perdido  actualmente  nada  de  su  reputación. 

Como  es  natural,  siendo  un  centro  minero,  se  encuentran  en  el  Es- 
tado cierto  número  de  importantes  establecimientos  de  reducción  de  me- 
tales, la  mayor  parte  de  los  cuales,  sin  embargo,  son  de  modelos  y  pro- 
cedimientos anticuados.  El  primer  descubrimiento  de  plata  que  se  hizo 
en  Zacatecas  fué  el  año  de  1540,  y  dos  años  después  se  fundó  la  actual 
ciudad.  Por  consiguiente,  su  historia  minera  es  casi  contemporánea  con 
la  ocupación  de  México  por  la  raza  blanca.  Con  motivo  de  la  gran  rique- 
za de  estas  minas,  la  localidad  pronto  se  alineó  en  rango  con  los  distri- 
tos mineros  más  importantes  de  la  Nueva  España,  posición  que  nunca 
ha  llegado  á  perder. 

Entre  los  edificios  notables  de  la  capital  del  Estado,  se  encuentran 
la  famosa  Catedral  antigua,  que  fué  dedicada  en  1752,  los  palacios  de 
la  legislatura,  del  Gobierno  y  judicial,  la  Casa  de  Moneda,  el  Instituto 
Científico,  el  teatro  Calderón  y  el  Insituto  Conciliar.  Entre  las  iglesias 
dignas  de  mención  están  las  siguientes :  Santo  Domingo,  San  Juan  de 
Dios,  San  Francisco,  San  Agustín  la  Merced  y  Jesús. 

En  la  ciudad  de  Zacatecas  se  dedica  gran  atención  á  la  instrucción 
pública  y  se  gastan  fuertes  sumas  del  tesoro  público  anualmente  en  la 
educación  primaria.  Las  escuelas  superiores  están  también  dignamente 
representadas  en  el  Estado,  poseyendo  la  ciudad  capital  una  escuela 
normal  excelente  para  la  educación  de  maestros  competentes. 


BAJA    CALIFOBNIA. 

La  Baja  California  tiene  la  línea  de  costa  más  extensa  de  todos  los 
Estados  y  Territorios  de  la  Federación  y  solamente  Chihuahua,  Coahn'- 
la  y  Sonora  la  exceden  en  extensión  superficial ;  sin  embargo,  á  pesar  de 
«ste  vasto  territorio,  apenas  tiene  una  población  de  50,000  habitantes, 
ó  sea  una  persona  por  cada  tres  kilómetros,  pues  su  área  es  de  151,106 
kilómetros  cuadrados. 

La  topografía  del  territorio  es  en  su  mayor  parte  muy  accidentada 
y  montañosa ;  sin  embargo,  por  lo  general  sus  montañas  no  se  elevaii 
á  gran  altura.  Debido  á  lo  angosto  de  la  península,  siendo  su  anchura, 
por  término  medio,  de  solamente  140  kilómetros,  posee  la  gran  exten- 
sión de  2,300  kilómetros  de  costa,  donde  se  encuentran  numerosas  bahías, 
golfos  y  puertos  naturales.  Esta  circunstancia  da  á  la  Baja  California 
gran  importancia  para  la  pesquería.  El  ramo  más  lucrativo  que  aquí 
proporciona  esta  industria  es  el  de  perlas  y  conchas. 

El  Territorio  también  es  rico  en  minerales  que  han  sido  muy  po- 
co explotados,  aunque  algunas  de  las  minas  de  la  Baja  California  se 
han  trabajado  desde  el  año  1700,  cuando  eran  explotadas  por  los  jesuí- 
tas. Los  metales  que  más  abundan  son :  plata,  oro,  cobre,  plomo,  antimo- 
nio, azufre  y  hierro. 

En  los  fértiles  valles  y  tierras  del  litoral  de  la  península  se  da  bien : 
agave,  caña  de  azúcar,  uvas,  dátiles,  higos,  granadas,  bananas,  naranjas, 
limones,  sandías,  melones,  aceitunas,  calabazas,  calabazas  dulces,  maíz, 
frijol,  chile,  papas  y  varias  clases  de  legumbres. 

La  Baja  California  está  dividida  políticamente  en  dos  distritos,  Nor- 
te y  Sur.  El  primero  no  tiene,  probablemente,  más  de  10,000  habitantes. 

275 


y  su  capital,  Ensenada,  posee  como  la  quinta  parte  de  esa  población. 
La  parte  Sur  tiene  como  cuarenta  mil  habitantes  y  su  capital,  La  Paz, 
tiene,  probablemente,  entre  la  quinta  y  la  sexta  parte  de  esa  población.  So- 
lamente otras  dos  ciudades  son  dignas  de  mención  en  la  Baja  Califoniia, 
ú  saber :  Santa  Rosalía  y  San  José. 


TEPIC. 

El  Territorio  de  Tepic  tiene  una  superficie  de  29,211  kilómetros  cua- 
drados y  una  población  de  poco  menos  de  200,000  habitantes.  La  mayor 
parte  de  su  extensión  es  de  topografía  montañosa  y  únicamente  las  tie- 
rras á  lo  largo  de  la  costa  del  Pacíüco  son  relativamente  planas.  El  cli- 
ma en  esta  parte  del  territorio  es  bastante  cálido,  tanto  debido  á  su  si- 
tuación tropical,  como  á  su  poca  altura  sobre  el  nivel  del  mar;  pero 
los  distritos  montañosos  disfrutan  de  temperatura  fresca  y  agradable. 

Tepic  tiene  perspectivas  brillantes  como  productor  de  metales ;  pe- 
ro actualmente,  con  motivo  de  lo  accidentado  del  terreno,  y  lo  costoso 
de  los  medios  de  transporte,  ha  desarrollado  muy  poco  su  gran  riqueza 
mineral.  En  tiempos  anteriores,  en  que  los  jornales  y  la  transportación 
eran  más  baratos,  se  producía  en  esta  parte  de  la  República,  plata  ea 
abundancia ;  pero  en  nuestros  días  todo  esto  ha  cambiado  y  habrá  nece- 
sidad, para  explotar  las  muchas  minas  con  que  cuenta  el  Territorio,  de 
implantar  sistemas  modernos  en  el  laborío  de  los  minerales  y  comuni- 
caciones fáciles  y  cómodas  para  el  transporte  de  los  mismos.  Mucho  se 
está  haciendo  á  este  respecto,  por  lo  que  hay  fundadas  esperanzas  de 
que  en  pocos  años  esta  importante  entidad  de  la  federación  .se  ponga 
al  nivel  de  los  Estados  más  avanzados. 

En  las  fértiles  tierras  de  Tepic  se  pueden  cultivar  casi  toda  clase  de 
productos  agrícolas  que  se  desarrollan  en  terrenos  hasta  una  altura  so- 
bre el  nivel  del  mar,  de  2,000  metros.  Actualmente  los  cultivos  favori- 
tos son  el  maíz,  frijol,  trigo  y  garbamzo.  También  se  produce  algo 
de  arroz,  café,  algodón,  tabaco,  azúcar,  naranjas,  limones,  bana- 
nas, cerezas,  zapotes,  chirimoyas,  melones  y  otras  frutas  tropicales.  Esta 
variedad  de  productos  que  rinden  las  ricas  tierras  del  Territorio,  da 
ima  idea  de  la  importancia  que  en  él  está  llamada  á  asumir  la  agricul- 
tura en  general. 

La  producción  de  la  sal  constituye  actualmente  una  industria  de 
considerable  importancia  en  Tepic. 

En  las  regiones  montañosas  se  encuentran  magníficas  maderas ;  pe- 
ro hasta  hoy  poco  se  han  explotado  los  bosques  á  causa  de  la  difi- 
cultad en  el  transporte.  Es  esta,  pues,  una  riqueza  latente  llamada  en 
un  futuro  próximo,  á  rendir  considerables  utilidades. 

La  ciudad  más  importante  del  Territorio  de  Tepic  con  cerca  de 
20,000  habitantes.  Es  una  población  bien  construida,  con  sus  calles  bien 
trazadas  y  algunos  buenos  edificios  públicos  y  privados. 

La  instrucción  pública  está  muy  bien  atendida  en  esta  parte  de  la 
Reptiblica,  lo  cual  es  debido  principalmente  á  estar  dicho  ramo  bajo 
la  dirección  directa  del  Departamento  de  Instrucción  Pública  Federal. 


27f> 


Sk.  Dox  Guilleilmo  dk  Landa  v  Escanlón, 

GOBERNADülí  IJEL  DISTRITO  FkDKRAL. 


Don  Guillermo  de  Landa  y  Escandón, 

POR  PEDRO  MALABEAR. 


El  señor  Don  Guillermo  de  Landa  y  Escandón  es  uno  de  lo  no  muy 
numerosos  ejemplos  que  se  dan  en  la  vida  publica  de  aquellos  hombres 
(lue,  relegando  en  segundo  término  las  comodidades  y  los  placeres  que 
pueden  proporcionar  la  fortuna,  buscan  en  campos  más  vastos,  y  sobre 
todo,  más  fecundos  para  la  sociedad  de  que  forman  parte,  el  desarrollo 
de  sus  aptitudes,  de  sus  energías  y  de  su  voluntad  de  acción. 

Hijo  de  los  señores  Don  José  María  de  Landa  y  Doña  Francisca 
Escandón  de  Landa,  nació  Guillermo  de  Landa  y  Escandón  en  esta 
ciudad  de  México,  el  día  3  de  Mayo  de  1848 ;  y  en  cuanto  llegó  á  la  edad 
de  hacer  sus  primeras  letras,  cursólas  en  el  Colegio  de  los  señores  Ovie- 
do, al  que,  por  aquellas  épocas  asistían  los  niños  de  las  principales  fa- 
milias de  la  capital. 

Concluida  la  instrucción  primaria,  los  padres  del  joven  Guillermo 
quisieron  que  su  educación  correspondiera  á  su  rango  y  con  él  marcha- 
ron á  Inglaterra,  donde  ingresó  al  Colegio  Stonyhurst,  para  pasar  des- 
pués á  Francia  y  permanecer  allí  algunos  años. 

La  ingerencia  que  más  tarde,  ya  hombre,  debía  tomar  el  señor  do 
Landa  y  Escandón  en  asuntos  importantísimos  tanto  públicos  como 
industriales  y  financieros  de  su  patria,  tuvo,  pues,  como  se  irá  viendo 
por  estos  breves  datos  biográficos,  terreno  amplio  y  fructíferamente  pre- 
parado. 

En  efecto,  las  impresiones  más  poderosas  para  el  espíritu  humano, 
las  que  más  se  gravan  en  él  y  deciden,  con  el  transcurso  de  los  tiempos, 
de  la  vocación,  del  carácter  y  de  las  fuerzas  activas  de  un  individuo, 
las  recibió  y  atesoró  el  joven  de  Landa  y  Escandón  en  el  medio  vigoro- 
so y  lleno  de  enseñanzas  que  ofrece  el  pueblo  inglés,  práctico  y  enérgico 
y  constante  en  todas  sus  empresas,  y  en  el  medio  delicadamente  artístico 
y  poderosamente  intelectual  de  la  Francia. 

Nada,  por  tanto,  de  extraño  es  que,  cuando  llegado  á  ocupar  pues- 
tos de  tanta  significación  y  trascendencia  para  la  marcha  de  los  nego- 
cios municipales  como  los  que  ocupó  y  ocupa  aún  ahora,  tuviera  nuestro 
biografiado  que  llevar  al  terreno  de  la  realidad  mucho  de  lo  aprendido 
en  sus  mocedades,  lo  hiciera  y  lo  haga  con  la  calma,  la  seguridad  y  el 
acierto  que  caracterizan  siempre  los  actos  fríamente  meditados,  pero 
noble  y  patrióticamente  inspirados. 

Pero — -y  este  es  uno  de  los  grandes  méritos  del  señor  de  Landa  y 
Escandón — si  su  voluntad  había  sabido  templarse  al  contacto  de  aque- 
llos hombres,  en  cambio  sus  sentimientos  no  habían  dejado  de  ser  un 
solo  instante  netamente  mexicanos,  y  sin  dejar  de  aprovechar  los  ejem- 
plos que  á  millares  se  le  ofrecían  para  robustecerse  en  el  estudio  y  en 
el  desenvolvimiento  de  los  negocios,  conservó  siempre  vivo  el  amor  á  su 
patria ;  amor  que  en  todos  sus  actos  y  en  cada  momento  lo  veremos  dar 
muestras  tan  innegables  y  profundas,  que  con  razón  ha  llegado  á  ser 
Don  Guillermo  de  Landa  y  Escandón  uno  de  esos  pocos  hombres  de 
quienes  puede  decirse,  que  no  obstante  caminar  siempre  por  la  senda 
del  deber  y  de  la  rectitud,  no  cuenta  sino  con  simpatías. 

Triunfo  á  veces  muy  difícil  de  conseguir  para  los  mandatarios  que 
no  están  siempre  en  condiciones  de  satisfacer  deseos  ó  caprichos ;  pero 
que  al  señor  de  Landa  y  Escandón  no  costó  gran  trabajo  alcanzar,  por- 
que á  sus  dotes  de  gobernante  aduna  otra  cualidad  no  común ;  la  de 
una  bondad  de  corazón  inagotable  que  le  permite  dulcificar  como  hom- 
bre las  negativas  que  necesita  hacer  como  funcionario. 

Por  las  líneas  anteriores  se  percibirá  desde  luego,  que  al  empren- 

277 


del*  la  biografía  del  actual  Goberuador  del  Distrito  Federal,  hay  que 
considerarle  desde  tres  puutos  de  vista :  como  üombre  privado,  como 
iiombre  de  empresa  y  como  iiombre  público. 

Como  üumure  ijrivado,  ¿qué  pudiéramos  decir  del  señor  Landa  y 
Escaudóu  que  uu  sea  ya  bieu  conocido  de  todos  uuestros  lectores  V 

Uua  sola  írase  basta  para  presentarle  bajo  ese  aspecto :  ha  sabido 
hacerse  respetar  y  estimar  de  los  grandes,  iiuerer  y  bendecir  de  los 
pequeños. 

Para  aquellos,  está  siempre  á  la  altura  que  corresponde  á  su  po- 
sición social,  y  son  ijroverbiales  el  tacto  y  la  distinción  con  que  se  hace 
acreedor  al  elogio  de  cuantos  le  tratan  en  el  alto  medio  que  ocupa. 

Para  éstos,  para  los  humildes,  sabe  bajar  hasta  ellos,  oir  sus  que- 
jas, condolerse  ue  sus  cuitas,  y  lo  que  es  más,  remediarlas  con  mano 
protectora.  Cualquiera  que  le  vea  en  los  elegantes  salones,  correcto  siem- 
pre como  cumplido  gentleman,  admiraría  el  cuadro  que  todos  los  días, 
al  salir  de  sus  oücinas  del  Gobierno  del  Distrito,  proporciona  la  turba 
de  desdichados  que  le  esperan  aranosamente,  ciertos  de  que  nunca  se 
irán  sin  haber  tenido  de  él,  no  sólo  ima  promesa  segura  de  ayuda,  sino 
al  mi.smo  tiempo,  una  dádiva  oportuna  y  generosa. 

De  ahí  su  popularidad,  de  ahí  el  entusiasmo  con  que  fué  recibido 
en  sus  visitas  á  las  fábricas  del  Distrito  Federal,  en  las  que  iba  perso- 
nalmente á  ver,  á  sentir  de  cerca  las  necesidades  de  la  clase  obrera 
mexicana,  para  estudiar  la  manera  de  realizar  su  vivísimo  y  ardieitte 
anhelo  de  llevar  á  cabo  su  mejoramiento  con  la  creación  de  una  fun- 
dación benéüca,  de  la  que  hablaremos  adelante  con  la  extensión  que  se 
merece,  y  que  sería  suhciente,  si  no  tuviera  otras  muchas  ya,  para  cons- 
tituir un  título  de  los  más  preciosos  que  hiciera  acreedor  al  señor  de 
Landa  y  Escaudóu  á  la  gratitud  pública. 

Pero  no  alarguemos  demasiado  este  capítulo.  Como  todos  los  hom- 
bres sinceramente  buenos,  el  señor  de  Landa  y  Escaudóu  no  gusta  de 
que  su  mano  izquierda  sepa  lo  que  hace  la  derecha. 

En  esta  parte  no  somos  nosotros  los  que  debemos  escribir  su  bio- 
grafía. Lo  hacen  con  mayor  elocuencia  las  lágrimas  de  agradecimiento, 
las  bendiciones  de  los  menesterosos,  de  las  viudas,  de  los  huérfanos,  que 
al  encontrar  al  señor  de  Landa  en  su  camino,  recibieron  un  rayo  de 
alegría  y  de  consuelo  en  los  negros  desengaños  y  en  los  punzantes  dolores 
de  la  vida. 

El  nombre  del  señor  de  Landa  y  Escanden,  como  se  ha  dicho  ya  por 
muchos,  está  íntimamente  ligado  con  las  más  grandes  empresas  que 
en  el  orden  económico  han  hecho  del  México  actual  uu  país  rico  y  prós- 
pero. 

Fué  uno  de  los  que  contribuyeron  para  llevar  á  cabo  las  grandes 
obras  del  Desagüe  del  Valle  de  México,  las  de  los  puertos  de  Veracruz 
y  Salina  Cruz  y  las  del  Ferrocarril  de  Tehuantepec,  contratadas  por 
la  casa  de  los  señores  S.  Pearson  and  Son. ;  y  á  la  techa,  es  representan- 
te de  las  Líneas  Nacionales  de  México,  sistema  ferrocarrilero  el  más 
extenso  de  la  República  mexicana ;  Director  del  Banco  Mexicano  de 
Comercio  é  Industria ;  Vicepresidente  de  la  Cía.  Manufacturera  de  Yu- 
te 'Santa  Gertrudis ;"  Presidente  del  Consejo  de  Administración  de  la 
Negociación  Minera  "Las  Dos  Estrellas;"  Consejero  de  la  Compañía 
Bancaria  de  Obras  y  Bienes  Raíces ;  Presidente  del  Consejo  de  Admi- 
nistración de  los  Almacenes  Generales  de  Depósito  de  JNIéxico  y  Vera- 
cruz,  etc.,  etc. 

El  mundo  mexicano  de  los  negocios  ha  visto,  pues,  y  ve  también  in- 
tervenir en  él  la  gestión  activa  é  inteligente  de  nuestro  biografiado,  quien 
á  su  vez  obtiene  de  aquél,  al  mismo  tiempo,  el  valimiento  y  la  influen- 
cia que  se  agregan  á  la  respetabilidad  de  su  puesto  oficial,  para  cons- 
tituir una  de  las  garantías  más  seguras  que  puede  ofrecer  á  sus  gober- 
nados im  fimcionario  público. 

Examinémosle  ahora  bajo  este  aspecto,  en  el  que  su  personalidad 
va  á  revelarse  en  todo  su  mérito ;  pero  antes  hagamos  notar  de  nuevo 
lo  que  ya  indicamos  y  que  se  desprende  bien  á  las  claras  de  lo  que  aca- 
bamos de  escribir :  la  gran  prueba  de  amor  á  su  país  y  de  adhesión  á  la 
cosa  pública  que  da  el  hombre,  que  á  pesar  de  la  elevada  posición  que 
disfruta  en  el  mundo  de  las  empresas,  no  descuida,  y  antes  por  el  con- 
trario, consagra  lo  mejor  de  su  tiempo  y  la  flor  de  sus  energías  y  de  sus 
aptitudes  al  cumplimiento  de  sus  obligaciones  oficiales. 


278 


El  pi'iiuer  puesto  público  que  desempeñó  el  señor  Don  Guillermo  de 
Landa  y  Escandóu  fué  el  de  Senador  por  el  Estado  de  Morelos,  en  dondo 
su  familia  poseía  una  importante  finca  azucarera.  Más  tarde  represen- 
tó en  la  misma  Alta  Cámara  al  Estado  de  Chihuahua. 

Pero  pronto  su  gestión  en  algunas  de  las  empresas  que  menciona- 
mos, le  dieron  á  conocer  é  hicieron  comprender  que  otro  era  el  medio  en 
el  cual  podía  desenvolverse  la  actividad  de  nuestro  biografiado,  y  el 
año  de  1900  se  le  elegía  Presidente  del  Ayuntamiento  de  México. 

Ya  al  frente  de  esta  Corporación  vamos  á  verle,  digámoslo  así,  en  su 
verdadero  elemento. 

El  cuidado  de  los  intereses  de  la  ciudad,  que  se  le  han  confiado,  el 
mejoi'amiento  de  los  servicios  públicos  con  ellos  relacionados,  la  aten- 
ción de  sus  necesidades  más  urgentes  y  con  esto  la  preocupación  tenaz 
y  noble  de  combatir  los  males  que  su  práctica  y  su  contacto  más  ínti- 
mo con  las  clases  populares  le  han  revelado  en  toda  su  desnudez  y  con 
todas  sus  perniciosas  consecuencias,  serán  los  objetivos  culminantes  á 
que  tiendan  las  miradas  del  señor  de  Landa  y  Escanden,  bien  en  su 
carácter  de  Presidente  del  Ayimtamiento.  bien  en  el  de  Gobernador  del 
Distrito  Federal  y  Presidente  del  Conse.io  de  Gobierno. 

A  ellos  va  á  dedicarse  con  todo  empeño.  Sabe  que  tropezará  en 
su  labor  con  arduas  y  serias  dificultades ;  pero  éstas  no  le  desalientan, 
y  para  vencerlas,  para  destruirlas  por  completo,  lleva  á  su  tarea  toda 
la  voluntad,  todos  los  conocimientos,  toda  la  valiosa  influencia  que  ha 
adquirido  y  que  irá  adquiriendo  en  el  transcurso  de  años,  y  con  ellos 
la  confianza  y  la  simpatía  que  se  gran.iea  en  todos  los  círculos  á  que 
tiene  que  hacerse  extensiva  su  gestión  oficial,  ya  directa,  ya  indirecta- 
mente. 

Vamos,  pues,  á  de.iar  de  hablar  del  hombre,  por  un  momento. 

La  relación  de  hechos  en  que  en  seguida  entramos  es,  para  consi- 
derarle desde  el  punto  de  vista  de  su  labor  como  funcionario  público. 
la  página  más  elocuente  que  lograríamos  escribir  para  su  biografía. 

No  entraremos,  sin  embargo,  en  proli.ios  pormenores  sobre  todas  y 
cada  una  de  las  obras  realizadas  ba.io  la  dirección  ó  por  la  iniciativa 
del  señor  de  Landa  y  Escandón.  Ni  sería  suficientemente  extenso  el  es- 
pacio de  que  disponemos,  ni  haríamos  otra  cosa  que  repetir  lo  oue  cons- 
ta en  las  memorias  y  en  los  documentos  oficinles  publicados  y  á  los  oue 
piiede  ocurrirse  si  se  desea  conocer  en  detalle  el  nacimiento,  la  marcha 
y  la  feliz  terminación  de  esas  obras. 

Por  su  naturalezn  pueden  dividirse  éstas  en  dos  grandes  catego- 
rías: las  que  han  tendido  al  me.ioramiento  mnterial  de  la  ciudnd  y  las 
encaminadas  á  impulsar  el  progreso  moral  de  la  población,  y  si  se  tie- 
ne en  cuenta  la  ])oderosa  influencia  de  aquél  en  éste,  se  comprenderá 
por  qué  el  señor  de  Landa  y  Escandón  ha  dndo  tanta  importancia  á  las 
cuestiones  que  en  una  forma  ó  en  otra  se  relacionan  por  modo  íntimo 
con  la  higiene,  con  la  salubrid.nd  y  á  la  vez  con  la  comodidad  y  aún  con 
los  placeres  honestos  del  pueblo. 

Sería  repetir  un  axioma  demasiado  conocido  decir  oue  la  limpieza, 
desde  cualquier  punto  que  se  la  considere,  es  uno  de  lr>s  grandes  facto- 
res para  el  bienestar  de  las  agrtipaciones  humanas.  Allí  donde  se  con- 
sigue imponer  su  hábito,  se  puede  estar  cierto  de  haher  dado  un  gran 
paso  en  el  camino  de  la  moralidad  y  en  la  salud  públicas.  A  apresurar 
este  paso  tendía  imas  de  las  más  importantes  iniciativas,  oue  estando 
al  frente  del  Ayuntamiento  de  México,  presentó  el  señor  de  Landa  y 
Escandón. 

Nos  referimos  al  abastecimiento  de  aguas  potables  para  la  ciudad, 
ciivo  estudio  fué  sometido  al  señor  Ingeniero  Don  Manuel  Marroquín. 
V  del  cual  nació  la  idea  de  aprovechar  las  aguas  de  los  ricos  manantia- 
les de  Xochimilco. 

Las  obras  colosales  y  dignas  de  admiración  de  propios  y  extraños 
oue  desde  hace  alguno.s  meses  han  venido  llevándose  á  cabo,  y  de  las 
que  todos  los  habitantes  de  la  capital  han  podido  apreciar  los  avances, 
son  el  resultado  dp  la  iniciativa  mencionada.  La  metrópoli  mexicana 
diefrutará  pi'outo  de  los  rendimientos  riquísimos  de  esos  manantiales  v 
entonces  estaremos  en  ppvfeota  actitud  para  aquilatar  todo  el  valor  de 
la  idea  y  aprovecharnos  de  su  realización. 

Pero  al  mismo  tiemno  otra  preocupación  vino  á  imponerse  en  el  es- 
píritu del  Presidente  del  Avnnta miento. 

I^a  ejectlcínn  de  las  obras  do  Saneamíeiitó,  que  también  se  llevatin 

'¿70 


á  cabo  por  aquel  entonces  y  que  habían  terminado  en  casi  todo  el  cen- 
tro de  la  ciudad ;  las  obras  emprendidas  para  la  colocación  de  cables  del' 
alumbrado  eléctrico,  en  substitución  de  los  antiguos  incómodos  y  antiesté- 
ticos postes  que  servían  para  sostener  los  alambres  transmisores  de  la 
corriente ;  la  instalación  de  las  nuevas  cañerías  del  agua ;  el  arreglo  de 
muchas  vías  férreas  de  los  tranvías  para  establecer  el  nuevo  sistema  de 
tracción,  y  finalmente,  la  gran  cantidad  de  obras  de  particulares  que 
rompían  los  pavimentos  y  llenaban  la  vía  pública  de  escombros  y  de 
tierra,  hacía  indispensable  que  se  tomaran  medidas  para  pavimentar  de 
nuevo  y  construir  las  banquetas. 

A  este  fin,  el  señor  de  Lauda  y  Escaudón  impulsó  vigorosamente  tan 
importante  asunto,  y  durante  todos  sus  períodos  se  celebraron  numero- 
sos contratos  con  compañías  pavimentadoras  que  se  encargaran  de  dar 
á  la  capital  el  hermoso  aspecto  que  ofrece  en  sus  principales  avenidas  y 
que  va  alcanzando  ya  hasta  los  barrios  más  apartados.  Como  dato  á 
este  respecto  consignaremos,  el  de  que  en  1900  se  construyeron  pavimen-^ 
tos  de  asfalto  en  34,071  metros  cuadrados,  y  en  1901,  en  140,767  metros, 
cuadrados  y  una  fracción. 

En  combinación  con  este  cuidado  de  las  vías  públicas,  puede  citar- 
se la  apertura  y  la  alineación  de  la  calle  del  Puente  de  San  Francisco, 
que  había  de  recibir  después  mayor  impulso  con  la  iniciativa  del  Go- 
bierno Federal,  con  el  proyecto  y  la  ejecución  de  la  apertura  de  nuestra 
actual  Avenida  del  Cinco  de  Mayo.  Para  la  realización  de  este  proyec- 
to, que  hemos  tenido  la  fortuna  de  ver  ya  en  el  terreno  de  los  hechos, 
el  Gobierno  nombró  una  Comisión  de  la  cual  fué  noml)rado  Presidente 
el  señor  de  Lauda  y  Escanden.  Esa  comisión  ajustó  los  contratos  de  com- 
pra de  fincas  y  las  indemnizaciones  necesarias,  derrumbándose,  como, 
es  sabido,  la  mayor  parte  de  las  casas  que  ocupan  el  lugar  en  que  se 
yergue  ya  majestuosa  la  construcción  del  nuevo  Gran  Teatro  Nacional ; 
derribándose  asimismo  otras  de  las  casas  de  las  calles  del  Cinco  de  Ma- 
yo, y  concediéndose  sólo  algunos  plazos  para  la  desocupación  de  unas 
de  las  fincas,  en  virtud  de  derechos  anteriores  que  fué  indispensable 
respetar. 

Otros  rumbos  de  la  ciudad  fueron  también  objeto  de  atención  en 
ese  sentido,  y  en  lugares  en  que  algunos  callejones  angostos  ó  irregu- 
lares eran  un  constante  obstáculo  para  la  facilidad  del  tránsito  y  el  flo- 
recimiento del  barrio,  la  piqueta  demoledora  abrió  pronto  la  brecha, 
por  donde  debía  entrar  el  progreso  en  esos  suburbios.  ,     . 

Fuera  largo  entrar  en  la  enumeración  de  todos  los  trabajos  que  se 
efectuaron  por  los  ayuntamientos  que  presidió  el  señor  de  Landa  y 
Escandón.  en  pro  de  los  servicios  públicos.  La  plantación  de  árboles,  el 
establecimiento  de  jardines,  la  limpia  de  nuestros  barrios,  las  disposi- 
ciones dictadas  sobre  coches,  carros,  festividades  y  diversiones,  públi- 
cas, etc.,  demostraban  al  público  metropolitano  cómo  y  cuánto  se  inte- 
resaba por  él  el  señor  de  Landa  y  Escandón. 

Pero  sí  debemos,  para  terminar  en  este  punto  la  rápida  historia  do 
los  principales  actos  oficiales  de  nuestro  biografiado,  llamar  la  atención 
acerca  de  que  todos  esos  proyectos,  todas  esas  obras,  sólo  podían  ponerse 
en  práctica  con  dos  elementos  principalísimos :  con  dinero  ó  con  crédito. 

Ahora  bien,  fué  también  motivo  de  escrupuloso  cuidado  por  par- 
te del  señor  de  Landa  y  Escandón  el  manejo  de  los  intereses  de  la  C'or- 
poración  confiados  á  su  cargo;  y  gracias  á  su  hábil  y  prudente  .gestión 
hacendarla,  sostuvo  en  el  acto  el  crédito  del  Ayuntamiento  de  Méxi- 
co, supo  aprovechar  el  asunto  que  en  los  ingresos  municipales  traía 
consigo  el  correspondiente  alimento  de  obras  y  negocios  en  la  capital, 
dejó  saldada  la  cuenta  que  por  anticipos  hechos  para  el  servicio  del 
empréstito  del  5%  contratado  en  Londres,  se  debía  al  Banco  Nacional 
de  México,  y  tuvo  la  satisfacción  de  que  durnnte  el  período  que  con- 
cluyó en  1900  quedara  pagado  íntegramente  todo  lo  relativo  al  referido 
empréstito,  que  sin  incluir  gastos  de  sorteo  ni  la  gratificación  aconlada 
por  los  sennclos  del  Asente  Finnnciero  del  Gobierno  Mexicano  en  Lon- 
dres, importó  la  suma  de  ,$1.401.427.0.5. 

Con  el  nombramiento  definitivo  r)pl  señor  Don  Guillenno  de  Lnn 
da  y  Esr-nndón  como  Gobernndor  del  Distrito  Ferl^rnl.  puesto  <iup  tran- 
sitoriamente había  desenirtoñndo  de  Octubre  á  Diciembre  de  1000  v  de 
Septiembre  á  Or-tubre  de  1001.  entramos  en  otro  período  de  actividades 
é  iniciativas  nmclio  más  nmnlias  de  la  vida  de  nuestro  biografiado. 

El  17  de  Enero  de  190.3.  al  ser  elvado  el'  entonces  Gobernador  del 
Distrito,  señor  Don  Ramón  Corral,  al  puesto  que  ahora  ocuj»a  en  el  Ga- 

280 


w 


bínete  del  señor  Presidente.  General  Don  Porfirio  Díaz,  pasó  á  haberse 
cargo  de  sus  unevas  funciones  el  señor  de  Landa  y  Escandón. 

Vamos  á  verle  ahora  consagn'indose  sin  cesar  á  hacer  el  bien  para 
el  pueblo  cuyos  intereses  se  han  puesto  en  sus  manos,  bien  como  ya  le 
decíamos,  no  solo  material  sino  moral  también. 

El  juego  y  la  embriaguez  son  las  dos  plagas  que  pesan  sobre  lá  po- 
blación. El  será  el  encargado  do  combatirlas,  de  aniquilarlas  y  lo  lle- 
vará á  cabo  con  todo  tesón,  con  toda  energía. 

La  suspensión  del  juego,  uno  de  sus  primeros  actos  como  gobernan- 
te, se  realizó  de  una  manera  definitiva  ;  y  aun  ahora,  cuando  bajo  dis- 
tintos disfraces,  esa  hidra  intenta  levantar  otra  vez  alguno  de  sus  in- 
cansables y  voraces  tentáculos,  deslizándose  astutamente  ya  en  som- 
bríos tugurios,  ya  en  las  ferias  de  los  pueblecillos  del  Distrito,"  encu- 
bierta con  pretextos  de  diversión  y  nombres  más  ó  menos  inocentes 
encontramos  al  señor  de  Landa  y  Escandón  listo  para  el  ataqu6  y  sa- 
bemos pronto  que  el  mal  se  ha  desterrado. 

En  la  lucha  contra  el  alcoholismo,  la  tarea  ofrecía  aún  dificultades  mu- 
cho mayores,  la  misma  naturaleza  del  vicio,  su  relación  con  tal  número  de 
intereses  creados,  el  enraizamiento  profundo  de  ciertas  costumbres  y 
otras  muchas  circunstancias  de  orden  económico  y  sociológico  que  no 
sería  de  la  índole  de  este  artículo  analizar,  hacen  que  la  misión  del 
Gobernador  del  Distrito  tenga  forzosamente  que  encerrarse  en  los  lími- 
tes qiiG  le  señalan  las  facultades  mismas  que  por  su  puesto  le  corres- 
ponden. 

Había,  pues,  que  aplicar  los  reglamentos  i-estrictivos  ya  que  era 
imposible  recurrir  á  medidas  absolutamente  prohibitivas,  y  modificar 
aquellos  en  forma,  que  ya  que  no  se  pudiera  extirpar  al  beV)edo'r  ni  im- 
pedir la  producción  alcohólica,  se  disminuyesen  al  menos  las  oca'siones 
y  con  ellas  se  hiciera  decrecer  el  número  de  causas  predisponentes  al  alza 
de  la  criminalidad,  alza  que.  inútil  nos  parece  recordarlo,  cuenta  entre 
sus  principales  factores  el  alcoholismo. 

El  señor  de  Landa  y  Escandón  dictó,  por  consecuencia,  severas  dis- 
posiciones contra  la  embriaguez  callejera,  reglamentó  nuevamente  can- 
tinas y  pulquerías;  clausuró  las  nue  contravenían  las  leves:  i-edújo  las 
horas  de  venta  de  ]nilque  y  bebidas  alcohólicas  en  determinados  días; 
impuso  condiciones  que  hacen  más  difícil  la  apertura  de  nuevos  esta- 
blecimientos dedicados  hl  expendio  de  tales  bebidas,  y  en  una  palabra, 
ni  omitió  ni  omite  medio  alguno  nue  esté  en  sus  facultades  para  pro- 
seguir la  campaña  que  con  tanta  justicia  le  aplaude  la  sociedad  hon- 
rada. 

Fué  también  objeto  de  especial  atención  para  él  la' vigilancia  de' 
los  establecimientos  penales. 

Gracias  á  medidas  de  orden  anterior,  hizo  niás  efectivos  los  pre- 
ceptos de  los  reglamentos  á  que  están  sujetos  anuellos.  'Activó  el  des- 
pacho en  los  mismos  de  tal  suerte,  que  pronto  pudo  la  Penitenciaría  dé 
México  llenar  sus  celdas  con  delincuentes  que  antes  ocunabau  lugar 
indebido  en  las  cárceles  del  Distrito,  demostrándosp  con  ello  la  necesi- 
dad de  la  ampliación  de  ese  nuestro  primer  establecimiento  peniten- 
ciario; amplilación  realizada  ya  y  cuva  inauguración  constituirá  inio 
de  los  números  del  programa  de  las  fiestas  del  Centenario  de  nuestra 
independencia. 

El  servicio  de  identificación  de  los  criminales  reiiu-identes.  de  tan- 
ta trascendencia  en  la  lucha  contra  el  delito,  han  recibido  también  bajo 
el  Gobierno  del  señor  Landa  y  Escandón  mi  poderoso  ihipulso ;  pues 
se  reorganizó  bajo  bases  completamente  científicas  el  gabinete  de  iden- 
tificación de  la  Cárcel  General  y  se  implantó  por  primera  vez  en  la 
Reprtblica.  y  acaso  en  la  América  del  Norte,  el  sistema  de  identificación 
dactiloscópica  en  la  Casa  de  Corrección  para  menores  del  sexo  feme- 
nino, cuyas  pequeñas  reclusas.  á  la  vez  que  no  necesitan  verse  sujetas 
á  las  molestias  del  bertillonaje  completo,  no  deben  tamnnco.  como  ocu- 
rría antes,  pasar  por  los  departamentos  de  la  prisión  de  adultos,  con- 
fundiéndose con  éstos  y  exponiéndose  á  perniciosos  contactos. 

Porque  ésta  ha  sido  otra  de  las  obras  meritorias  realizadas  ñor  el 
señor  Landa  :  buscar  y  ayudar  de  todos  modos  la  regeneración  de  la  in- 
fancia delincuente  y  viciosa. 

La  creación  de  las  dos  CaSas  de  Corrección  para  menores,  la  de 
varones  en  Tlalpam  y  la  de  mujeres  en  Coyóaeáu,  en  la  forma  etí'quff 
están  actualmente,  fué  de  iniciativa  suya,,  y  cualquiera  que  visite  oso.*? 

281 


planteles,  se  quedará  gratamente  sorprendido  al  ver  cómo  ha  procurado 
hacerse  en  ellos  que,  gracias  al  trabajo,  á  la  separación  en  grupos  se- 
gún el  grado  de  perversión  ó  delincuencia  de  los  reclusos,  la  labor  de 
regeneración  de  esos  espíritus  sea  una  esperanza  con  multitud  de  pro- 
babilidades de  éxito. 

Aquí,  como  en  todo,  el  señor  de  Landa  y  Escandón  da  muestras  de 
su  interés  por  las  clases  desheredadas  de  la  fortuna  y  de  la  educación. 

Interés  que  se  manifiesta  aún  más  elocuentemente  cuando  pesa 
sobre  ellas  al^cuna  de  tantas  calamidades,  de  la  que  no  están  por  sí  mis- 
mos en  condiciones  de  defenderse. 

;.  Necesitaremos  recordar  su  generosa  intervención,  no  sólo  como 
funcionario,  sino  también  como  particular,  en  las  épocas  en  que  los  cru- 
dos fríos  del  invierno  van  á  hacerse  sentir  sobre  los  desdichados  que 
no  cuentan  con  lumbre  en  el  hogar,  ni  con  ropas  suficientes  sobre  su 
cuerpo? 

¿Tendremos  que  citar  sus  correrías  á  través  de  los  barrios  más 
apartados  y  sucios  de  la  capital,  cuando,  en  las  epidemias  de  tifo,  pa- 
ra vigilar  personalmente  el  cumplimiento  de  las  medidas  sanitarias  ó 
estudiar  las  causas  que  pueden  contribuir  al  sostenimiento  de  la  pla- 
ga, no  ha  vacilado  en  acercarse  á  los  focos  de  mayor  peligro,  dando  así 
el  mejor  ejemplo  que  dar  pudiera  á  sus  subordinados  un  mandatario 
celoso  del  cumplimiento  de  su  misión? 

Cuantos  allí  lo  vieron,  alentando  con  su  presencia  á  los  encargados 
de  aplicar  las  disposiciones  sanitarias,  estuvieron  en  condición  de  apre- 
ciar la  abnegación  del  funcionario  público,  la  caridad  del  hombre  pri- 
vado. 

Institución  de  notoria  y  altísima  importancia,  debida,  asimismo,  al 
señor  de  Landa  y  Escandón  es  el  Puesto  de  Socorros  de  Policía. 

Vino  este  servicio  á  responder  á  urgentes  y  grandes  necesidades 
que  en  la  práctica  se  hacían  sentir  desde  muchos  años  atrás,  por  lo  que 
se  refiere  á  la  curación  de  los  heridos  en  la  vía  pública.  En  efecto,  aun- 
que dotada  cada  Comisaría  de  una  Sección  Médica  con  personal  compe- 
tente, no  era  posible  que  en  esas  oficinas  se  practicasen  curaciones  y 
operaciones  que  son  ya  de  verdadero  hospital.  Los  heridos  graves  lle- 
vados á  esas  Secciones  Médicas,  debían,  pues,  ser  remitidos  al  Hospi- 
tal Juárez  con  ima  curación  provisoria,  y  como  en  el  último  estableci- 
miento mencionado,  tampoco  sería  posible  que  hubiera  constantemente 
médicos  de  guardia  acompañados  de  los  ayudantes  necesarios  pira  ha- 
cer operaciones  serias,  pensó  el  señor  Gobernador  hacer  aún  más  efec- 
tiva la  atención  de  los  heridos  y  accidentados,  y  á  su  noble  idea  resDindió 
la  creación  del  Puesto  de  Socorros.  Está  éste  dotado  de  todo  el  instini- 
mental  necesario  para  todo  género  de  operaciones  por  delicadas  oue 
sean,  tiene,  además,  todos  los  elementos  que  para  las  mismas  se  reqiiie- 
ren,  y  sobre  todo  un  personal  de  médicos,  practicantes  y  enfermeras  que. 
a  toda  hora  del  día  y  de  la  noche,  están  listos  para  impartir  sus  auxi- 
lios á  los  lesionados  graves  que  á  dicho  puesto  son  remitidos  de  las  Co- 
misarías de  Policía  en  un  coche  autoambulancia,  que  se  adquirió  para 
hacer  rápidamente  el  transporte  de  los  heridos. 

Así  es  como  se  han  podido  realizar  en  el  Puesto  de  Socorros  o])e- 
raciones  verdaderamente  notables — entre  ellas  ima  sutiu'a  del  corazón — 
y  .se  ha  conseguido  que  disminuya  la  mortalidad  de  los  heridos  graves. 

Pero  antes  de  ocuparnos  en  hablar  de  la  gestión  del  señor  de  Lan- 
da y  Escanden  en  favor  de  la  clase  obrera,  que  sesún  anunciábamos 
merece  capítulo  aparte,  no  dejemos  de  consignar,  como  otras  de  las  ma- 
nifestaciones de  su  deseo  de  apartar  al  pueblo  de  los  lugares  de  corrup- 
ción y  vicio,  por  cuantos  medios  están  á  su  alcance,  aue  á  él  se  debe 
la  organizaoióu  de  diversiones  populares  y  gratuitas  los  días  festivos 
en  los  barrios  de  la  capital,  y  á  él  también  la  creación  de  xm  parque 
destinado  al  mismo  objeto  y  que  será  inaugurado  el  próximo  mes  de  Sep- 
tiembre. 

Natural  es  que  las  cualidades  desplegadas  por  el  señor  de  Landa  y 
Escandón  en  su  gobierno,  le  hayan  granjeado  las  simpatías  seiierales 
de  que  goza  y  la  confianza  y  amistad  del  señor  General  Díaz,  á  l-is  nne 
nuestro  biografiado  corresponde  franca  y  sinceramente  por  sii  adhesión 
y  su  lealtad  al  colaborar  en  la  masna  obra  de  nuestro  gran  Presidente. 

Muestra  elociiente  y  honrosísima  de  esa  amistad  v  confianza,  lo 
fué  la  comisión  que  se  dio  al  señor  Don  Guillermo  de  Landa  y  Escan- 
dón cuando,  Invitado  México  pnra  hacerse  representar  en  la  coronación 


de  Su  Majestad  Eduardo  VII,  rey  de  Inglaterra,  recientemeute  muerto, 
se  nombró  á  aquel  con  el  carácter  de  Enviado  Extraordinario  y  Minis- 
tro rienipoteuciario  en  misión  especial ;  y,  cupo  al  señor  de  llanda  y 
Hiscandóu,  el  alto  honor  de  ser  recibido  en  audiencia  especial  por  ts.  M. 
el  rey  Eduardo  Vil,  después  de  su  coronación. 

En  este  punto,  parecenos  conveniente  dejar  la  palabra  á  un  escri- 
tor extranjero,  que  en  una  importante  publicación  trancesa  decía  acer- 
ca de  la  estancia  del  señor  de  Lauda  y  Escaudón  en  Europa,  lo  siguiente : 

"Tal  elección,  á  los  ojos  de  todos,  no  podía  menos  de  asegurar  el 
prestigio  de  la  Kepública  mexicana  en  circunstancia  tan  solemne.  En 
Inglaterra  hubo  la  misma  unanimidad  en  telicitarse  de  que  misión  de  tal 
importancia  tuera  couüada  á  uno  de  esos  hombres  que,  por  su  nacimien- 
to su  posición  social  y  su  mérito,  ocupan  en  su  país  un  rango  eminente 
y  se  imponen  eu  todas  partes  á  la  estimación  general. 

"En  Inglaterra  tué  el  señor  de  Lauda  y  Escandón  objeto  de  las 
más  halagadoras  atenciones. 

"i' a  en  vísperas  de  regresar  á  su  patria,  el  enviado  de  Porfirio  Díaz 
quiso,  antes  de  abandonar  á  Europa,  detenerse  de  nuevo  en  París,  en 
donde  M.  de  ¡Selves,  pretecto  del  Sena,  le  hizo  tma  recepción  de  las  más 
cordiales  y  se  puso  á  su  disposición  para  tacilitarle  el  estudio  de  los 
servicios  dependientes  de  la  Preiectura.  Por  otra  parte,  M.  Escudier, 
presidente  entonces  del  Consejo  Municipal,  y  sus  colegas  en  éste,  hicie- 
ron al  primer  limcionario  de  la  ciudad  de  México,  los  honores  de  nues- 
tro Palacio  del  Ayimtamiento.  Los  periódicos  de  París  nos  relataron  las 
manifestaciones  de  simpatía  que  se  efectuaron  con  tal  motivo  y  cuyo 
eco  tué  recogido  en  México  como  una  nueva  prueba  de  los  lazos  de  amis- 
tad y  mutua  estima  que  ligan  tan  felizmente  á  ese  país  con  la  Francia. 

"El  señor  de  Lauda  y  Escandón,  por  su  excepcional  distinción  y 
su  exquisita  afabilidad,  representa  bien  al  mexicano  de  la  nueva  gene- 
ración :  intransigente  en  asuntos  de  patriotismo  y  admirador  de  las 
gloriosas  tradiciones  de  lo  pasado,  pero  espíritu  abierto  para  todos  los 
progresos.  Conocedor  de  las  necesidades  modernas,  piensa  que  los  hom- 
bres de  las  clases  altas  tienen  el  deber  de  colaborar  con  todas  sus  fuer- 
zas en  el  trabajo  nacional,  so  pena  de  decaer,  de  enagenarse  la  estima- 
ción del  pueblo  y  de  perder  la  parte  que  les  toca  en  la  dirección  de  los 
negocios  públicos." 

Debe  satisfacernos  á  los  mexicanos  ver  que  uno  de  los  nuestros  da 
motivo  para  que  por  escritores  extranjeros  se  hagan  apreciaciones  tan 
lisonjeras  para  el  justo  orgullo  nacional ;  y  más  aún,  que  los  gobiernos 
de  naciones  amigas  reconozcan  esos  méritos  y  condecoren  á  un  hijo  del 
democrático  México :  el  señor  de  Lauda  y  Escandón  es  Oficial  de  la 
Orden  francesa  de  la  Legión  de  Honor  y  Comendador  de  la  Real  Orden 
de  Francisco  José,  de  Austria. 

Llegamos  ahora  á  la  última  parte  de  nuestro  trabajo.  La  obra  del 
señor  Gobernador  del  Distrito,  que  vamos  á  narrar  en  algunas  palabras, 
es  y  lo  sabemos,  una  de  sus  hijas  predilectas.  Después  de  presentarla 
al  público  no  haremos  un  solo  elogio  de  ella.  Como  todas  las  obras 
buenas,  como  todas  las  obras  grandiosamente  nobles,  lleva  el  mérito  y 
á  la  vez  el  aplauso  en  sí  misma. 

Fuera,  sin  duda,  amenguarlos,  querer  traducir  en  la  palabra  escrita 
sentimientos  que  sólo  expresaría  en  toda  su  intensidad  el  lenguaje  del 
alma. 

El  creciente  desarrollo  que  bajo  la  sabia  administración  de  nuestro 
actual  gobierno  ha  tenido  la  industria  en  el  Distrito  Federal,  debía 
forzosamente  llamar  la  atención  del  señor  de  Landa  y  Escandón,  que 
en  su  cuidado  por  proteger  los  intereses  de  la  importante  fracción  te- 
rritorial de  la  República  puesta  á  su  cuidado,  percibió  desde  luego  la 
necesidad  de  acercarse  á  la  valiente  y  noble  clase  obrera  y  llevar  hasta 
ella  los  bienes  que  su  posición  le  permitía  proporcionarle. 

En  efecto,  si  es  bien  cierto  que  el  mutualismo.  la  protección  entre 
los  obreros  ha  hecho  rápidos  avances  entre  nosotros,  como  lo  demuestra 
claramente  la  existencia  de  numerosas  sociedades  fundadas  con  ese 
objeto,  también  lo  es  que  cada  una  de  dichas  agrupaciones  sólo  abar- 
ca á  los  miembros  de  determinado  ramo  de  la  industria. 

El  señor  Gobernador  del  Distrito  quiso  ampliar  aún  más  los  be- 
neficios de  la  idea  mutualista.  Surgió  en  su  ánimo  el  proyecto  de  reu- 
nir en  una  misma  gran  familia  á  todos  los  hombres  consagrados  á  las 
labores  de  la  fábrica  ó  del  simple  taller ;  de  ensanchar  los  lazos  que  ha- 
bían de  unir  á  la  clase  en  general ;  de  borrar  laa  fronteras  que  pudie- 

283 


i'an  eucoiitrarse  todavía  en  ellas  por  cuestión  de  diferencia  de  oücios,  en 
una  palabra,  de  buscar  para  toaos  los  tüjos  del  trabajo  un  motivo  de 
coüesiOu  puderoso  que  íl  la  vez  que  los  hiciera  fuertes  euseiiáudoles  á 
connar  en  su  propia  ayuda,  les  abriese  uu  cuuiiuo  seguro  y  ilauo  para 
apartarse  pur  si  suius  ele  las  causas  Ue  desmuraiizaciúu  ú  de  miseria  con 
que  pudieran  tropezar  en  la  vida  diaria. 

fara  ello  uaua  mejor  que  la  íuudación  de  una  vasta  sociedad,  que 
teniendo  por  un  lado  el  carácter  de  mutualisuio  indispensable,  por  lo 
que  respecta  ai  auxilio  material,  persiguiera  como  íiu  principalísimo 
también  el  adelanto  moral  de  sus  asociados. 

Así  iba  á  nacer  á  la  vida  la  '".Sociedad  Mutual ista  y  Moralizadora 
de  Obreros  del  Distrito  1í  ederal"  y  para  cuantos  de  alguua  manera  pu- 
dimos ver  el  empeño  tomado  por  el  señisr  de  Lauda  y  Escandón  para 
llevar  su  generosa  idea  al  terreno  de  la  práctica,  se  nos  mostró  nuestro 
biografiado  coa  todo  su  valor,  con  toda  su  alteza  de  miras,  l'ara  uu 
hombre  de  su  categoría,  hubiera  bastado  comisionar  á  terceras  personas 
para  recoger  y  organizar  los  elementos  que  se  necesitaban  para  el  ob- 
jeto; pero  el  señor  de  Lauda  y  Lscandóu  quiso  hacer  él  mismo  toda  la 
obra,  convencerse  por  sus  propias  miradas  de  cuál  era  la  situación  real 
y  presente  de  la  ciase  obrera ;  inspirar  sus  sentimientos  en  los  de  sus 
numerosos  miembros  para  poderlos  analizar  y  apreciar  mejor ;  oír  las 
aspiraciones  de  la  gente  laboriosa ;  decirla  lo  que  pensaba  hacer  por 
ella  y  constituirse  él,  desde  el  primer  momento,  en  el  lazo  de  unión  que 
aproximase  á  los  obreros  unos  á  otros,  sin  distinción  de  sexos,  ni  de 
edades,  ni  de  protesiones. 

La  narración  de  sus  visitas  á  las  fábricas  del  Distrito  Federal,  á 
las  que  dedicaba  uno  ó  dos  días  de  la  semana,  ha  sido  hecha  ya  por 
casi  toda  la  prensa,  i'or  ella  se  vio  el  entusiasmo,  la  respetuosa  y  cari- 
ñosa cordialidad  con  que  el  distinguido  funcionario  era  recibido  en  los 
centros  de  la  industria  mexicana,  los  agasajos  de  que  se  les  hacía  ob- 
jeto y  el  interés  que  puso  él  de  su  parte  en  estudiar  las  necesidades  de 
los  hombres,  mujeres  y  niños  que  reunidos  en  torno  suyo,  habláudole 
con  la  conhanza  y  la  sinceridad  que  en  ellos  despertaba  su  actitud,  ofre- 
cían á  los  ojos  de  los  espectadores  uno  de  los  cuadros  más  conmovedo- 
rameute  democráticos   que   describirse  pueda. 

El  señor  de  Lauda  y  Escaudón,  en  cada  una  de  sus  visitas,  explicó 
á  los  obreros, — y  fueron  más  de  quince  mil  los  que  en  esas  excursiones 
le  escucharon ; — explicó,  decíamos,  cuál  era  el  proyecto  que  acariciaba 
en  su  espíritu ;  les  demostró,  en  términos  claros,  persuasivos,  la  impor- 
tancia del  mutualismo,  y  sobre  todo,  los  beneficios  incalculables  de  que 
el  artesano  sea  siempre  moral,  lo  mismo  en  su  vida  del  taller  como  en 
su  existencia  del  hogar. 

Muy  lejos  de  su  animo,  como  quiso  insinuarse  por  cierta  prensa  en 
su  afán  de  hacer  oposición  á  todo,  el  mezclar  la  política  en  sus  conver- 
saciones con  los  obreros,  á  quienes  se  dirigían  estas. 

Era  preciso  que  alguno  de  los  mismos  artesanos,  en  su  alocución  re- 
cordase el  nombre  y  los  méritos  del  Primer  Magistrado  de  la  Repúbli- 
ca, para  que  el  señor  Gobernador  del  Distrito,  al  responder  al  orador 
dijera  frases  tan  sencillas,  pero  tan  llenas  de  verdad  histórica  y  social, 
como  la  que  reproducimos  textualmente  en  seguida: 

"Acaba  usted  de  pronunciar  el  nombre  del  señor  Fresidente  de  la 
República,  y  aprovecho  esta  oportunidad  para  hacer  presente  á  ustedes 
que  ese  bienestar  relativo  de  que  gozan,  que  esa  tranquilidad  de  sus  fa- 
milias sostenidas  por  el  trabajo  constante  y  productivo,  se  deben  única- 
mente al  adelanto  y  al  progreso  del  país,  creado  primero  y  cimentado 
después  por  el  señor  General  Díaz,  cuyo  nombre  debe  llevar  grabado  en 
el  corazón,  todo  buen  mexicano." 

Habrá  quienes  en  tales  palabras  quieran  encontrar  huellas  de  pro- 
paganda política ;  para  nosotros  no  constituyen  más  que  una  protunda 
lección  moral  y  de  civismo. 

Entre  tanto  el  señor  de  Landa  y  Escaudón  proseguía  dando  cuerpo 
á  su  proyecto  dirigiéndose  á  personas  que  estuvieran  en  condiciones  de 
traer  su  contingente  á  la  obra  cuyos  fundamentos  ha  echado  él  ponien- 
do á  su  disposición  la  suma  de  cien  mil  pesos,  tomados  de  su  peculio 
propio ;  .y  á  los  dueños  ó  administradores  de  fábricas,  que  sin  duda  me- 
jor que  nadie  están  en  aptitud,  por  su  trato  constante  con  los  obreros, 
y  por  consecuencia,  su  conocimiento  de  ellos  y  de  sus  necesidades,  de 
apreciar  toda  la  influencia  que  en  esta  clase  pueden  ejercer  los  medios 
que  se  pongan  para  conducirlos  siempre  por  los  senderos  de  la  honra- 

284 


ilez,  la  moralidad,  la  salud,  el  trabajo,  y  las  ventajas,  que  tanto  para 
los  mismos  obreros  como  para  sus  patrones,  habrá  de  producir  una  ins- 
titución de  la  índole  de  la  que  nos  ocupa. 

Al  mismo  tiempo,  se  distribuían  entre  los  obreros  de  fábricas  y  ta- 
lleres, hojas  para  que  hicieran  constar  su  adhesión  á  los  fines  de  la  so- 
ciedad, explicándoles  claramente  cuáles  son  éstos  y  los  requisitos  para 
poder  disfrutar  de  sus  ventajas.  Hasta  el  momento  en  que  escribimos 
las  presentes  líneas,  las  adhesiones  se  cuentan  por  millares  y  es  induda- 
ble que  una  vez  instalada  definitivamente  la  sociedad,  pocos  serán  los 
obreros  del  Distrito  Federal  que  no  se  hayan  afiliado  á  ella. 

Toda  la  grandeza  de  la  idea  del  señor  de  Landa  y  Escandón  se  com- 
prenderá mejor  con  sólo  que  demos  á  conocer  aquí,  los  fundamentos  de 
esa  agrupación  que  empezará  á  funcionar  en  breve  y  que  cuenta  ya  con 
sn  órgano,  '.El  Obrero  Mexicano,"  periódico  destinado  especialmente  á 
difundir  entre  los  trabajadores  nociones  de  orden,  de  honradez  y  de 
laboriosidad. 

La  Sociedad  Mutualista  y  Moralizadora  de  Obreros  del  Distrito  Fe- 
deral extiende  su  esfera  de  acción  á  todas  y  cada  una  de  las  poblaciones 
del  Distrito  en  donde  hubiere  fábricas,  talleres  ó  centros  de  trabajo  cua- 
lesquiera, y  admite  en  su  seno  lo  mismo  hombres  que  mujeres,  siempi-e 
que  estén  de  acuerdo  con  su  objeto  y  se  comprometan  á  cumplir  sus 
preceptos. 

I'^uncionará  bajo  los  auspicios  de  una  Fundación  de  Beneficencia 
privada,  formada  como  lo  previenen  las  leyes  vigentes  del  país,  y  con 
un  capital  que  so  quiere  no  sea  menor  de  quinientos  mil  pesos.  Estará 
regida  por  una  Junta  Directiva  que  se  constituirá  como  sigue:  por  cada 
cien  obros  ú  obreras  del  Distrito  Federal  se  nombrará  á  un  delegado  que 
represente  á  dicho  grupo  y  que  deberá  ser  mayor  de  edad ;  reunidos  to- 
dos estos  delegados  en  asamblea  general,  elegirán  de  su  seno  á  los 
miembros  de  la  .Tunta  Directiva,  compuesta  de  Presidente,  Vicepresiden- 
te, Secretario,  Prosecretarios  y  Vocales,  encargados  de  las  distintas  co- 
misiones que  sean  indispensables  para  la  marcha  interior  de  los  asun- 
tos de  la  corporación,  conforme  á  los  estatutos  que  han  de  normar  los 
tral)aj<)s  de  la  .Tunta  Directiva  y  de  la  Sociedad  en  general. 

TjOs  mismos  estatutos  definen  las  relaciones  entre  la  Junta  Direc- 
tiva de  la  Sociedad  y  la  Junta  de  Patronato  representante  de  la  Funda- 
ción de  P»enefi<-encia  antes  mencionada. 

Los  objetos  iirincipales  de  la  Sociedad  Mutualista  y  Moralizadora. 
son:  el  mutua lismo  entre  sus  miembros,  enseñándoles  á  desprenderse, 
en  favor  de  sí  mismos  y  de  sus  compañeros  menesterosos,  de  una  parte 
ínfima  de  sus  jornales,  representadas  por  cuotas  de  veinticinco  á  cin- 
cuenta centavos  mensuales;  la  ayuda  para  que  todos  obtengan  trabajo 
cuando  carezcan  de  él :  la  ministración  de  auxilios  á  los  mismos  obi'eros 
en  caso  de  enfermedad  ó  falta  de  trabajo  justificadas,  y  á  las  familias 
de  los  trabajadores  muertos:  la  creación  de  instituciones  en  que  puedan 
ser  asilados,  educados  é  instruidos  los  hijos  de  artesanos,  durante  las 
horas  de  labor  de  éstos,  y  en  general,  la  educación  del  obrero,  poniendo 
todos  los  medios  indispensables  para  darles  centros  de  distracción  y  cul- 
tura y  alejarlos  de  los  de  degeneración  y  vicio. 

Los  requisitos  más  importantes  que  se  imponen  á  los  obreros  para 
formar  ])arte  de  la  benéfica  asociación  son.  suscribir  la  adhesión  á  que 
nos  referimos  á  fin  de  comiirol)ar  <iue  son  obreros  tí  obreras  de  fábrica, 
taller  ñ  otro  centro  de  trabajo  del  Distrito  Federal:  garantizar  la  buena 
conducta  observada  mediante  certificación  de  los  dueños  ó  encargados 
de  las  fábricas  ó  de  los  tallei'es  respectivos,  y  obligarse  á  ser  honrados 
y  laboriosos,  respetuosos  de  sus  deberes  para  con  la  patria,  para  con  la 
sociedad  y  para  con  la  familia,  á  no  faltar  sin  causa  isleñamente  razo- 
nable á  su  trabajo  y  á  no  frecuentar  lugares  de  vicio,  bajo  cualesquiera 
foi'ma  que  éste  pudiera  presentarse. 

Hen\os  querido  dar  á  conocer  con  algima  extensión  esta  fundación 
tan  benéfica  como  de  consecuencias  sociales  é  individuales  de  tan  alta 
trascendencia,  debida  al  señor  Don  Guillermo  de  Landa  y  Escandón, 
porque  ella,  además  de  sus  actos  como  funcionario  páblico.  será,  á  no 
dudarlo,  una  de  las  más  preciadas  obras  que  le  hagan  a<^reedor  á  la  es- 
timación, al  respeto  y  á  la  simpatía  de  sus  conciudadanos. 

Ella  pinta  por  sí  sola  al  hombre:  ella  deja  traslucir  con  elocuente 
l>r¡llo  toda  la  bondad  que  se  encierra  en  ese  corazón,  toda  la  percepción 
clara  de  las  necesidades  de  sus  gobernados  que  hay  en  esa  inteligencia, 
toda  In  enérgica  y  bien  dirigida  constancia  que  constituyo  esa  volmitad. 

2R."> 


El  señor  do  Landa  y  Eseandón  puedo  estar  satisfeeho.  ITn  oiinipli- 
do  5'a  cou  uno  de  los  más  grandes  preceptos  que  la  naturaleza  impone  pa- 
ra la  conservación  y  progreso  suyos  y  de  sus  criaturas  más  queridas,  los 
hombres :  ha  laborado  y  ha  laborado  bien. 

Pero  bien  sabemos  que  no  dará  por  terminada  la  misión  que  se 
ha  impuesto.  Su  actividad  persistirá  y  buscará  otros  campos  en  que 
hacer  sentir  su  acción,  y  cuando  llegue  al  fin  de  la  carrera  y  vuelva  los 
ojos  atrás  y  contemple  lo  hecho,  podrá  experimentar  la  cíulce  recom- 
pensa que  sólo  queda  reservada  á  los  seres  que  fueron  siempre  rectos^ 
qiie  fueron  siempre  justos,  que  fueron  siempre  buenos. 


iSC) 


DIRECTORIO  MERCANTIL  DE  MÉXICO, 

POR  AUGUSTE  SALDIEN. 


AL  PUBLICO. 

El  siguiente  Directorio  contiene  la 
mayor  parte  de  las  casas  comerciales 
de  importancia  en  México.  Nuestro 
principal  objeto  al  publicarlo  es  más 
bien  dar  una  idea  demostrativa  del 
progreso  que  el  país  ha  alcanzado  du- 
rante el  último  tercio  de  centuria,  que 
el  presentar  una  lista  de  casas  de  co- 
mercio; sin  embargo,  el  autor  abriga 
la  esperanza  de  que  el  Directorio  pue- 
da ser  útil  en  ambos  sentidos. 

México,  Octubre  1"  de  1910. 


ADAM,  ROBERTO,  ingeniero  consultor 
de  Sir  Weetman  Pearson  and  Son. 
Atiende  asuntos  de  ingeniería  en  ge- 
neral. Abrió  su  oficina  en  1908. — 4'' 
calle  Humboldt,  México.  D.  F. 

AGENCIA  COMERCIAL  Y  MARÍTIMA 
DE  BERGAJí,  HEYNEN  &  Co.— 1"  de 
Tacaba  Núni.  6.  México,  I).  F. — Son 
agentes  de  vapores  y  aduanales,  co- 
misionistas, estivadores  y  contratis- 
tas de  fletes.  Además  de  la  casa  en 
México  tiene  otra  en  Tampico,  Tam. 
Representan  á  la  Hamburg  Ameri- 
can Line  y  á  otras  compañías  de 
vapores.  Los  socios  gerentes  son 
los  señores  Cari  Heynen  y  Richard 
Eversbusch;  y  uno  de  sus  represen- 
tantes es  el  señor  A.  L.  Van  Antwerp. 

AGENCIA  DE  LAS  MAQUINAS  PAR- 
LANTES  "VÍCTOR."— Avenida  Juá- 
rez Nxini.  12.  México,  D.  F.  Expenden 
en  la  República  las  máquinas  par- 
lantes de  la  fábrica  "Víctor"  Talking 
Machine  Co.,  de  Camden,  N.  J.,  Es- 
tados Unidos.  El  representante  es 
el  señor  J.  V.  Schmill.  Establecida 
la  Agencia  en  1902. 

AGENCIA  DE  POLICÍA  PRIVADA  T 
DE  INFORMACIONES,  S.  A.— Cade- 
na  Núm.  10.  México,  D.  F. 

AGENCIA  DE  "LA  UNIVERSAL,"  fá- 
brica de  "Anti-Selenita." — 1*  calle 
Ancha  Núm.  9.  México,  D.  F. — La  fá- 
brica se  halla  en  Monterrey,  N.  L., 
siendo  su  propietario  el  señor  Ge- 
rónimo Elizondo,  quien  ha  logrado 
hacer  conocer  su  producto  en  el  ex- 
tranjero. La  Anti-Selenita  está  des- 
tinada á  desincrustar  las  calderas  de 
vapor.  El  agente  para  el  Sur  de  la 
República  es  el  señor  Mauricio  Gó- 
mez, cuj^a  dirección  es  la  dicha  al 
principio. 

AGENCIA  INTERNACIONAL  DE  PA- 
TENTES.— 1"  calle  de  Nuevo  Méxi- 


co Núm.  11.  México,  D.  F.— Se  esta- 
bleció en  Junio  de  1906,  dedicándo- 
se á  solicitar  patentes  y  registros  de 
marcas,  á  dar  consultas  relaciona- 
das con  estos  asuntos,  y  á  todo  lo 
que  se  refiere  á  modelos  industria- 
les, propiedad  artística,  literaria  é 
industrial.  Dirige  esta  agencia  el  se- 
ñor Julio  Grandjean. 

AGüILAR,  PONCIANO,  Ingeniero  de 
Minas. — Guanajuato. 

ALEXANDERSON,  PABLO.— Calle  de 
Cadena  Núm.  12.  México,  D.  F. — Es 

agente  apoderado  de  las  compañías 
de  seguros  "La  Nacional  Prusiana" 
y  "The  Liverpool  and  London  and 
Globe:"  establecido  en  1889. 

ALLEN  &  Cía.,  Sucs.,  S.  A.,  agentes  ge- 
nerales para  la  República,  de  máqui- 
nas de  escribir,  de  coser,  bicicletas  y 
pianos  de  varias  fábricas  extranje- 
ras.—Avenida  de  San  Francisco  Núm, 
1.  México,  D.  F. 

ALLIS  CHALMERS    COMPANY.  — La 

Mutua  407.  México,  D.  F. — Esta  com- 
pañía tiene  siete  plantas  ó  fábricas, 
la  más  importante  de  las  cuales  es 
la  de  West  Allis,  Wis.,  Estados  Uni- 
dos. Fabrica  motores  de  todas  cla^ 
ses,  generadores  eléctricos,  bombas, 
aserraderos,  molinos  de  harina,  ma- 
quinarias para  minas,  para  fabricar 
cemento,  para  transmisión  de  fuer- 
za, etc.  El  representante  en  México 
de  esta  empresa  es  H.  C.  Holthoff. 

ALONSO.  VICENTE  F,  Propietario:  de 
"El  Tío  Pepe,"  Avenida  16  de  Sep- 
tiembre y  callejón  de  Dolores. — "La 
Imperial,"  2"^  de  Santa  María  y  4^^  de 
la  Colonia. — "La  Maríscala,"  I''  de- 
Tacubaya  y  de  la  Maríscala.  México, 
D.  P. 

"AL  PUERTO  DE  LIVERPOOL."  Al- 
macén de  ropa  de  los  Sres.  S.  Bar-- 
bier  y  Cía.,  Sucs. — León,  Estado  de- 
Guanajuato. — Estos  almacenes  fue- 
ron establecidos  el  año  de  1874. 

ALUMBRADO  ELÉCTRICO  DE  GUA- 
NAJUATO.  Establecido  en  1885.— 
Durante  9  años  la  Compañía  traba- 
jó sus  dinamos  con  planta  de  vapor, 
pero  desde  el  año  de  1908  obtiene  su 
fuerza  eléctrica  de  la  "Guanajuato 
Power  &  Electric  Co."  Provee  de  luz 
á  la  ciudad  de  Guanajuato.  La  insta- 
lación de  este  alumbrado  eléctrico 
costó  $900,000.— El  señor  F.  Heinic- 
kel  es  el  gerente. 


ALYAREZ  H>'OS.  Propietarios  de  la 
Fábrica  de  ¡Mosaicos  y  Piedra  Arti- 
ficial.— Querétaro.  Calzada  Juárez 
^úms.  15,  1(5  3'  17. — lüsta  fábrica  fué 
establecida  en  1908. 
AMERICAN  CAIÍDBOARD  C03ÍPAM, 
S.  A.,  Sucesores  de  la  Cía.  Cartone- 
ra Mexicana.  Tiene  el  escritorio  y  la 
fábrica  en  la  Calle  Particular  de  la 
2"  de  Cuauhtemotzin.  México,  D.  F. 
Como  su  nombre  indica,  su  negocio 
consiste  en  artículos  de  cartón.  Se 
estableció  en  1887.  Su  presidente  es 
el  señor  K.  M.  Van  Zandt  y  su  ge- 
rente, C.  H.  Ward. 

Este  señor  Ward  es  también  pro- 
pietario de  la  empresa  que,  con  el 
nombre  de  "American  Tag  and  Pa- 
per-box  Company,"  tiene  su  fábrica 
y  despacho  en  la  Calle  Particular  de 
Nava,  y  fabrica  etiquetas  de  colgar, 
cajas  de  cartón,  cajas  y  casilleros 
para  huevos  y  frutas,  archivos  para 
cartas,  etc.  Este  último  negocio  se 
estableció  en  1900. 
«AMERICAX  PÍAAO  C03IPAM,"  S. 
A. — Esquina  de  San  Jiian  de  Letrán 
y  jVuevo  México.  México,  D.  F. — Son 
representantes  de  varias  casas  ex- 
tranjeras constructoras  de  pianos. 
El  presidente  de  esta  Compañía  es 
el  Doctor  Chas.  M.  Harrison.  Se  es- 
tablecieron en  1905,  y  su  capital  es 
de  $100,000. 

El  mismo  Doctor  Harrison  fabri- 
ca, desde  1897,  las  "Pildoras  Nacio- 
nales" contra  calenturas  y  otras  en- 
fermedades,   teniendo    este    negocio 
en  la  Avenida  de  San  Francisco,  Nú- 
mero 13. 
AMERICAX    STEEL    COMPANY.    Re- 
presentante General:  H.  A.  Souther. 
Edificio  La  3íuíua.  México,  D.  F. 
AMERICAN  INDERTAKING  COMPA- 
NY.—Esquina  de  la  Avenida  Juárez 
y  San  Dieíio.  México,  D.  F. — Es  esta 
una    compañía     americana     que     se 
encarga   de   inhumaciones,   embalsa- 
mamientos,   exhumaciones,    etc.    Es- 
tablecida en  1907. 
ANTIGUA  maderería  DEL  CABA- 
LLITO.—3'   Calle  de  ?liaa  Núm.  2. 
México,  D.  F. — Ei  propietario,  señor 
Eutimio    Cervantes,    establecido    ha- 
cia 1856,  trafica  en  maderas  del  país 
y  norte-americanas. 
ARAGÓN  Y  SOBRINO,  Jl  LIAN.— Ye- 
racruz,  Yer. — Almacén  de  Ropa,  Gi- 
ros, Comisiones  y  Consignaciones — 
Establecido  desde  el  año  1875. 
ARANDA,   SUCS.,   ENRIQUE   F.   1907. 
Propietarios  de  la  Tenería  "La  Pe- 
letera," en  la  ciudad  de  León,  Esta- 
do    de     Guanajuato. — Son     también 
propietarios    de    las    haciendas    lla- 
madas "'Lagunillas,"     "Cerrogordo," 
"Echevesti,"   "San  Antonio"  y   "San 


José  del  Carmen,"  cuyos  productos 
son:  maíz,  trigo,  cebada,  frijol,  al- 
falfa, garbanzo,  habas,  etc.  Estas  ha- 
ciendas tienen  una  extensión  total 
de  220  caballerías.  El  Licenciado  Don 
Enrique  O.  Aranda  es  Procurador  de 
los  Ferrocarriles  Nacionales  de  Mé- 
xico. 

ARANDA,  MANUEL  G.,  Ingeniero  de 
Minas.  Establecido  en  Guanajuato. — - 
Sopeña  Núni.  11. 

ARBUCKLE  BROS,  Compradores  de 
Café.  Gerente,  A.  H.  Me  Lean.— Ja- 
lapa, Yer» 

ARCE,  MANUEL."3^  de  Guillermo  Prie- 
to.— Distribución  de  Pulques  en  la 
capital. 

ARENA  Y  CÍA,— Avenida  del  16  do 
Septiemijre  Núm.  43.  México,  D.  F. 

- — Son  propietarios  de  la  Papelería 
"El  Lápiz  del  Águila."  Venden  pa- 
peles, sobres,  libros  en  blanco,  co- 
piadores de  cartas,  y  tienen  impren- 
ta, encuademación  y  depósito  de  lá- 
pices de  la  "Eagle  Pencil  Compa- 
ny" de  Nueva  York.  Tiene  quince 
años  de  establecida  esta  casa. 

ARENZANA  N.  Y  CÍA,  S.  en  S.  Com- 
pañía Mexicana  de  Cal  Hidráulica,  Ce- 
mento y  Materiales  de  Construcción. 
Tiene  la  fábrica  en  Guedalupe  Hi- 
dalgo, D.  F.,  y  el  despacho  en  la  ca- 
lle de  Santa  Clara,  Núni.  22,  Méxi- 
co, D.  F.  Su  gerente  es  el  señor  Ni- 
colás Arenzana.  Posee  la  compañía 
dos  yacimientos  de  caliza,  uno  en 
Santa  Clara  de  Irolo,  Estado  de  Hi- 
dalgo, y  otro  en  Guadalupe  Hidalgo, 
D.  F.  Fabrica  cal  hidráulica,  cemen- 
to, ladrillo  hidráulico  y  ladrillo  re- 
fractario. Fué  fundada  primero  en 
1891,  en  la  I""  calle  de  Granada,  Mé- 
xico, por  el  Ingeniero  Teófanes  Ca- 
rrasco; mas,  habiéndola  comprado 
el  señor  Vesin,  en  1898,  la  trasladó 
á  Guadalupe  Hidalgo  y  formó  una 
compañía  anónima  para  desarrollar 
la  negociación. 

En  2  de  Agosto  de  1906  se  disolvió 
la  negociación  anónima  y  el  20  de 
Septiembre  del  mismo  año  fué  ena- 
genada  la  asociación  á  sus  actuales 
dueños,  los  señores  N.  Arenzana  y 
Cía.,  S.  en  C. 
ARMENDARIZ,  P.  M.,  agente  de:  Ame- 
rican Car  and  Foundry  Co.,  Ameri- 
can Locomotive  Co.,  American  Foun- 
dries.  Despacho:  Edificio  de  la  Com- 
pañía Bancaria.  México,  D.  F. 
"ARMERÍA  AMERICANA."— Avenida 
de  San  Francisco  Núm.  G6.  México. 
D.  F. — Agencia  de  las  pistólos  Colts; 
talleres  de  reparación  y  niquelado; 
armas,  municiones,  etc.  Pertenece  á 
A.  Combaluzier  y  tiene  47  años  de 
establecida. 


Hotel   Ciilk)\v. 


Empresa  de  Teléfonos  Eiicssou. 


Hotel  Lara.  El  Smtiilor, 

EDIFICIOS   MODERNOS.   :\IEXI('0.  I).    F. 


AlíRATIA,  MA>-UEL,  Ingeniero  civil. 
— talle  de  Taouba  >"iíiii„  2L  Méxi- 
co, D..  F. — Entre  los  trabajos  em- 
prendidos por  este  ingeniero  se 
cuenta  la  construcción  del  Merca- 
do de  Toluca.  Se  estableció  en  Mé- 
xico en  1908. 

ARTOLA,  FEIÍ3IIX,  propietario  de  la 
Carpintería  Mecánica. — Calle  de  Pi- 
meiitel  ííiíin.  S.  Puelda. — Estos  talle- 
res fueron  establecidos  el  año  de  1906. 
Mantienen  siempre  surtido  comple- 
to de  madera  arreglada  para  cons- 
trucciones. 

ASOCIAtlOIV  FIIVAiVCIERA  INTER- 
NACIONAL.—Ayeiiida  de  la  ludepeii- 
dencia  Núiii.  8.,  México,  D.  F. — El  ob- 
jeto de  esta  institución,  es  el  de  pro- 
mover la  inversión  de  capitales  ex- 
tranjeros y  la  inmigración  en  esta 
República  y  para  ello,  cuenta  con 
el  apoyo  directo  del  Gobierno  cen- 
tral y  de  los  gobernadores  de  los 
Estados.  Publica  el  boletín  mensual 
que  lleva  su  nombre;  proporciona 
datos  y  facilidades  de  todas  clases  á 
los  extranjeros  que  intentan  inmigrar 
•ó  invertir  capitales  en  este  país. 

El  cuerpo  de  directores  de  esta 
asociación  se  compone  de  personas 
muy  prominentes,  entre  las  cuales 
mencionaremos  las  que  siguen: 

Senador  Sebastián  Camacho,  pre- 
sidente del  cuerpo  de  directores  del 
Banco  Nacional  de  México  y  presi- 
dente de  la  Compañía  Telegráfica 
Mexicana;  Manuel  Pereda,  gerente 
del  Banco  Nacional;  Senador  Anto- 
nio Hernández,  director  del  Banco 
Centra] ;  Director  General,  Senador 
José  Castellot. 

Fué  fundada  esta  institución  con- 
forme á  un  contrato  celebrado  con 
el  Gobierno  y  que  apareció  en  el 
Diario  Oficial  de  8  de  Mayo  de  1905. 

AUBIFFRED,  V.,  y  Cía.  Cajón  de  Ro- 
pa.— Oaxaca,  Oax. 

B.INCO  INTERNACIONAL  E  HIPO- 
TEC.VRIO  DE  MEXICO.-Esqwiua  Ca- 
dena y  Colegio  de  Niñas.  México,  D. 
F. — Gerente,  Ricardo  Honey. 

BANCO    MEXICANO    DE    C03IERCI0 

E  INDUSTRIA Calle  de  San  Agu.s- 

tín  Nnni.  7.  México,  D.  F. 

BANCO  MEXICANO  DEL  TRABAJO 
(sin  concesión). — Calle  de  Ortega 
Niiui.  28.  México,  D.  F. — Las  opera- 
ciones que  practica  este  Banco  son 
las  siguientes:  Recibir  depósitos  con 
ó  sin  interés;  hacer  préstamos  á  los 
empleados,  con  garantía  de  su  suel- 
do, ó  de  prenda  ó  firma;  auxiliar  á 
sus  subscriptores  en  los  casos  de 
enfermedad,  lesiones,  accidentes  ó 
pérdida  de  empleo,  etc.  Su  gerente 
■  es  el  señor  C.  C.  Cornejo,  su  capi- 
tal es  de  $200,000  y  fué  fundado  en 
1901. 


BANCO  NACIONAL  DE  MÉXICO.— Ca- 
puchinas y  Espíritu  Santo,  México, 
D.  F. — Sucursales  y  Agencias  en  to- 
da la  República. 

Gerente:  Javier  M.  Cancino. 

BANCO  ORIENTAL  DE  MÉXICO, 
S.  A. — Puebla. — El  capital  social  es 
de  $6.000.000.  Tiene  Agentes  y  Co- 
rresponsales en  todas  las  principa- 
les ciudades  de  la  República  y  en 
los  centros  importantes  del  exte- 
rior. La  emisión  de  billetes  es  de 
$5.300,000,  de  los  cuales  $3.543,975 
están  en  circulación. — El  Presiden- 
te del  Consejo  de  Administración  de 
esta  importante  institución  es  el  Sr. 
D.  Manuel  Rivero  Collada. 

BAÑOS  SULFUROSOS.- Avenida  P. 
Díaz  y  M.  Martínez,  Puebla. — Estos 
Baños  son  conocidos  aún  fuera  del 
Estado  y  son  famosos  por  sus  propie- 
dades medicinales. 

BAÑOS  "LA  VICTORIA,"  Calle  de  Vic- 
toria, Núni„  Ó5.  Méxco,  D.  F. — Tiene 
servicio  nocturno  hasta  las  nueve 
de  la  noche;  estufas  de  aire  caliente 
y  vapor,  baños  de  tinas  y  de  rega- 
dera, y  pozos  artesianos  de  255  me- 
tros de  profundidad.  Fueron  estable- 
cidos en  1903.  Su  propietario,  el  se- 
ñor Fernando  Veraza. 

BARRIO.V,  FRANCISCO,  y  Cía.  Co- 
merciantes y  Representantes  de  las 
Cervezas  de  Toluca. — Oaxaca„  Oax. 

AUERBACH,  A.  F.— Avenida  Cinco  de 
Mayo  Niinu  6.  México,  D„  F. — Es  re- 
presentante de  H.  W.  Johns-Manvi- 
lle  Co.,  propietarios  de  minas  de  as- 
besto en  Danville,  Canadá;  manufac- 
tureros de  productos  de  asbesto  y 
magnesia. 

AU  PETIT  LOUVRE,  Sastrería,  Cami- 
sería, Sombrerería  y  Calzado.  Props. 
Giovenile  y  Fernández. — Jalapa,  Ver. 

AUTO-GARAGE  FRANCO-ITALIANO. 
Talleres  mecánicos  de  Ubaklo  Bas- 
sini. — 4''  calle  de  Revillagigedo  Núni. 
51.  México,  D.  F. — ^Comercio  y  repa- 
ración de  coches,  automóviles  de  ga- 
solina y  eléctricos,  canoas  automó- 
viles y  accesorios,  tales  como  faro- 
les, linternas,  carburadores,  corne- 
tas y  sirenas.  Establecido  en  1909. 

"AUTO-PALACE"  de  Z.  Clement.— 
Avenida  Morelos  Núni.  28,  México, 
D.  F. — Comisionista  é  importador  co- 
merciante en  bandas  de  algodón  y 
cuero,  tubos  de  cuero,  maquinarla 
para  talleres,  ejes  y  muelles  france- 
ses, bicicletas,  motociclos,  etc.  Es- 
tablecido en  1900. 

AUTOTAXIMETROS  MEXICANOS,  S. 
A. — Avenida  Juárez  Núras.  89  á  91. 
México,  D.  F.— Posee  80  coches  tax., 
marca  Revault,  y  un  capital  social 
de  $500,000.  Tiene  por  presidente  al 
señor  Jacinto  Pimentel  y  por  geren- 


te  al  señor  A.  A.  Miranda.  Se  esta- 
bleció en  1909. 
AVELI>E„  P.,  &  X,  DELALAM)E.— Ca- 
lle de  Gaute  >úiii.  1.  3Iéxico,  D.  F. 

— Estos  señores  son  los  representan- 
tes en  México  de  las  fábricas  de  fo- 
nógrafos y  cinematógrafos  Pathé 
Hermanos  de  París.  Se  establecieron 
en  México  en  1906. 

BALSA  HERMA^'OS,  Gran  Fábrica  de 
Tabacos  y  Cigarros  "La  Prueba." 
Veracruz,  Ver. — Casa  establecida 
desde  1864. 

BAXCO  DE  GrA>  AJUATO,  S.  A.— So- 
ciedad anónima  con  capital  de  tres 
millones  de  pesos.  Tiene  sucursales 
en  Irapuato,  Guanajuato  y  Zamora, 
Mich.  Es  Banco  de  emisión,  y  tiene 
billetes  en  circulación  actualmente 
por  valor  de  $1.015,410.  Ei  señor  J. 
P.  Bustamante  es  el  Gerente. 

BAXCO  DE  GUERRERO,  S.  A.— Igna- 
la,  Guerrero. — Establecido  en  1906. 
Capital  social:  $.500,000.  Gerente: 
Eduardo  L.  Antúnez. 

BANCO  DE  LONDRES  T  MÉXICO. 
— Calle  de  Lerdo  Núm.  3.  México,  D. 
F — Gerente,  W.  B.  Mitchell. 

BAXCO  DE  JIOMREAL  (Sucursal  ea 
México). — Edificio  de  La  Mutua,  Mé- 
xico, D.  F. — Gerente,  J.  S.  C.  Saun- 
ders. 

BANCO  DE  OAXACA,  S.  A.— Capital 
social  $1.000,000.— Oaxaca,  Estado  de 
Oax. 

BANCO  DE  QUERETARO.  Sociedad 
anónima  con  capital  de  un  millón 
de  pesos.  Tiene  su  domicilio  social 
en  Juau  Caballero  y  Osio  Núm.  13 

de  la  ciudad  de  Querétaro.  El  pre- 
sidente actual  del  Consejo  de  Admi- 
nistración es  el  Sr.  Don  Ricardo  Ho- 
ney  y  el  Vicepresidente  el  Sr.  Don 
Nicolás  del  Moral.  Este  Banco  es  de 
emisión.  La  emisión  actual  de  sus 
billetes  es  de  $1.319,000,  de  los  cua- 
les existen  en  circulación  en  poder 
del  público,  $1.062,835.— Tiene  Su- 
cursal establecida  en  Irapuato. 

BANCO  HIPOTECARIO  DE  CRÉDITO 
TERRITORIAL  MEXICANO.— Calle 
de  Tiburcio  Núm.  18.  3íéxico,  D.  F. — 

Gerente,  Donato  de  Chapeaurouge; 
Sub-Gerente,  J.  J.  Lemmens. 

BATONNE  Y  COMPAROT.— Calle  de 
Cadena  Núm.  17.  México,  D.  F. — Se 

asociaron  estos  dos  señores  en  1901, 
dedicándose  al  desempeño  de  comi- 
siones y  á  la  representación  de  ca- 
sas extranjeras.  Su  especialidad  es 
la  de  los  vinos  y  licores. 

BELLON  HERMANOS.  Cajón  de  Ro- 
pa, Novedades,  Modas. — Oaxaca,  Oax. 

BENITO,  C  Y  cía.  Sucs.- Veracruz, 

Ver. — Ropa.  Establecida  en  1860. 


BEREA  O'KELLY  Y  CÍA.  José  E. 
O'Kelly  se  estableció  en  México,  D. 
F.,  en  1893,  y  su  firma  se  convirtió 
en  la  O'Kelly  y  Cía.  en  Junio  de  1908. 
Es  presidente  y  gerente  general  Jo- 
sé E.  O'Kelly,  y  Guillermo  S.  Berea 
vicepresidente.  Son  comerciantes  y 
comisionistas  y  tienen  la  agencia  de 
muchas  líneas  de  vapores  del  Atlán- 
tico, Golfo  de  México,  etc. 

BERGNER,  PABLO,  SUCS.,  GUILLER- 
MO  BACH,  S.  en  C— Esta  casa,  es- 
tablecida en  1894,  tiene  la  represen- 
tación en  la  República  mexicana  de 
las  fábricas  de  Fried  Krupp,  Essen 
y  Fried.  Krupp-Grusonwerk,  Magde- 
bourg-Buckau.  Además  tienen  la  re- 
presentación de  las  grandes  fábricas 
de  Felten  &  Guillaume-Lahmeyer- 
"werke,  Carlswerk,  en  Muelheim  a. 
Rhein,  y  Dinamowerk,  en  Frankfurt; 
J.  Pohlig  Act.  Ges.,  Colonia,  y  otras 
fábricas  de  primer  orden. 

Las  especialidades  de  la  casa  son, 
además  de  materiales  de  guerra  de 
toda  clase,  cualesquiera  materiales 
para  ferrocarriles,  maquinaria  para 
la  minería  y  haciendas  de  beneficio, 
cable-vías  aéreas,  motores  de  gas 
pobre  y  de  petróleo,  etc. 

BERNAUD,  IVELZ  Y  CÍA Ayenida  .> 

de  Mayo  Núm.  32.  México,  D.  F.— Re- 
presentantes de  casas  extranjeras 
para  toda  clase  de  maquinaria. 

BERTRA3I,  AMERICO,  Representante 
de  V.  Fournier  &  Co.,  Chateauneuf. 
Copiac. — Calle  Isabel  la  Católica 
Núm,  1.  México,  D.  F. 

BESSONART,     MARTIN.— Agente     de 

Negocios  y  Comisionista. — León,  Es- 
tado de  Guanajuato. — Establecdo  en 
1893.  Se  ocupa  en  la  compra  y  venta 
de  toda  clase  de  cereales  y  artícu- 
los del  país. — El  señor  Bessonart 
es  agente  del  Banco  de  Guanajua- 
to, y  tiene  la  agencia  de  la  máquina 
para  extraer  agua,  "El  Fénix." 

BILTTROLFF,  EMILIO,  A.  EN  P Pro- 
pietarios de  la  Ferretería  y  ^Mercería 
Alemana  en  León,  Guanajuato. — Ha- 
cen importaciones  directas.  Esta  ca- 
sa fué  establecida  en  1882. 

BOARDMAN,  H..  k  CÍA.— Puebla,  Com- 
pañía  Núm.  10. — Representantes  de 
la  Fábrica  de  Hilados  y  Tejidos  de 
Algodón  "La  Esmeralda,"  del  señor 
Ramos  Arizpe  (Estado  de  Coahuila). 
Los  socios  de  la  compañía  son  los 
señores  H.  Boardman  y  Guillermo 
D.  Hardaker. 

BOLETÍN  FINANCIERO  Y  MINERO 
DE  3IEXIC0.— Cale  de  Tiburcio  Nú- 
mero 22. — Se  publica  diariamente  y 
trata  con  especialidad  de  los  asun- 
tos que  indica  su  nombre.  Su  pro- 
pietario   y    administrador    es    el    se- 


ñor  R.  Amilien  Lacaiid.  El  presente 
año  es  el  duodécimo  de  su  publica- 
ción, habiéndose  establecido  en  1898. 

Tiene  también  á  su  cargo  el  señor 
Lacaud  un  servicio  telegráfico  de 
cotizaciones,  establecido  desde  1901. 
Este  servicio  consiste  en  transmitir 
á  los  subscriptores,  diariamente  y 
por  telégrafo,  las  cotizaciones  mer- 
cantiles. 

Además,  tiene  el  señor  Lacaud, 
ffesde  1900,  i;-  agencia  en  íléxico  de 
la  British  America  Assurance  Com- 
pany. 

En  el  callejón  de  Santa  Inés,  Nú- 
mero 5,  se  halla  la  "Imprenta  La- 
caud," en  donde  tiene  talleres  de 
imprenta,  fotograbado,  estereotipia 
y  electrotipia,  ocupándose  en  ellos 
unos  100  operarios. 
BOLI  F.  O.  Casa  amplificadora  de  re- 
tratos.— 2'  Revillí'igig'edo  IVúm.  24. 
México,  Do  Fo 
BOLSA  MERCANTIL  DE  MÉXICO,  S. 
A.  Esta  institución,  cuyo  capital  es 
de  $20,000,  hace  transacciones  de 
valores  del  país  y  extranjeros,  los 
que  compra  y  vende.  Cuenta  150 
miembros,  teniendo  por  presidente 
al  señor  Cipriano  Rodríguez  y  por 
gerente  el  señor  Zeferino  A.  (íari- 
bay. 
BOILIGA Y  &  SCHMIDT,  SICR.— 1^  de 
K^uevo  México  Níim„  22o  México,  D.  F. 
— Tiene  fábrica  de  lil)ros  en  blanco, 
imprenta,  encuademación  y  talleres 
de  grabado  en  acero  y  cobre.  El  ge- 
rente es  el  señor  Carlos  Schmidt,  y 
el  apoderado  general  el  señor  Alfre- 
do Hass.  Se  estableció  hace  18  años. 

BOFTET,  R.,  &  ISHERWOOD,  S.  eu  C, 

Sucesores  de  la  Droguería  Belga,  S. 
A.,  Establecida  en  1849. — Despacho 
y  Almacenes:  Calzada  de  San  An- 
tonio Abad  Niim.  4.  México,  D.  F. 

BRASCHI,  VÍCTOR  M.,  &  Co.,  Ingenie- 
ros y  Contratistas.  Maquinaria. — Ca- 
lle (le  Cadena  ]Vüni.  2.  México,  D.  F. 

BRET,  ENRIQUEo  Veracniz,  Ver.— Ex- 
portaciones. 

BRITISH  LMPORTERS,  S.  A,  Maqui- 
naria.— Gerente:  F.  T.  Bergér. — Ca- 
lle Cadena  ]Vúmo  21.  México,  D.  F. 

BRF>'EL,  E.n  Ingeniero  Arquitecto. — 
Irapiiato,  Gto. 

BRr>  SWICK-  BALKE"  COLLENDER 
Co.  Almacén  de  Mesas  de  billar  y 
muebles  para  cantinas. — Znleta  ?íú- 
mero  15.  México,  D.  F. 

BULCAEy,  OMER.  Pintura  y  Decora- 
ción. Establecido  en  México  en  1899. 
Domicilio:  1'  de  Ciiauhtemoc  ]Vúm.  4. 
Popotla,  Do  Fo 

BUSIXG,  GUILLERMO  y  Cía.  Sucs.— 
Veracruz,  Ver. — Agente  de  la  "Ham- 


burg    Amerika    Linie. — Ropa,    Comi- 
siones y  Consignaciones. 
BLSTAMANTE  RUPERTO  P.  &  CÍA. 

Almacenistas  de  Maderas.  Espinóla 
IVúms.  7,  9  y  11.  Puebla. — Esta  casa 
recibe  sus  maderas  exclusivamente 
de  los  renombrados  aserraderos  de 
San  José  de  los  Molinos  y  Tenexte- 
pec  (Perote — Veracruz).  Tiene  sus 
depósitos  y  escape  del  F.  C.  I.  en  las 
calles  3"  y  4'  de  la  Industria  Núni. 
2. — Esta  negociación  fué  establecida 
en  1894. 

CARRILES,  LUCINDO,  1='  cale  de  Bu- 
careli  Xúnio  18.  México,  D.  F. — Depó- 
sito de  Aguas  Minerales  "La  Cruz 
Roja." 

CADENA,  MARÍN  Y  CÍA.,  Sucr.— Ave- 
nida Juárez  Núni  14.  México,  D.  F. 

— Importa  muebles  americanos  y  bi- 
cicletas. Establecido  en  1897. 

CAFE  RESTAURAN T  DE  CHAPUL- 
TEPEC.  Prop.  E.  Bayonne;  Gerente, 
Máxime  Aymeric.  Establecido  en 
1899.— México,  D.  F. 

CAFE    RESTAURANT    COLON.   Vega, 

Carrillo  y  Cía.  Reforma  y  1"  de  las 
Artes.  México,  D.  F. 

CAJA  DE  PRESTAMOS  PARA  OBRAS 
DE  IRRIGACIÓN  Y  F031ENT0  DE 
LA  AGRICULTURA,  S.  A.— Esta 
corporación  reside  en  la  capital  de 
la  República  mexicana  y  está  cons- 
tituida por  los  Bancos  Nacional  de 
México,  de  Londres  y  México,  Cen- 
tral Mexicano,  y  Mexicano  de  Comer- 
cio é  Industria,  con  autorización  y 
ayuda  del  Gobierno  Federal.  Hace 
préstamos  con  garantía,  hipoteca  ó 
prendaria;  emite  obligaciones  ó  bo- 
nos con  ó  sin  la  garantía  del  Go- 
bierno, pero  con  permiso  de  éste; 
compra  y  vende  bonos  hipotecarios; 
gira  y  endosa  letras  de  cambio  y  ha- 
ce las  demás  operaciones  corrientes 
de  banco,  pero  sólo  cuando  son  el 
resultado  de  los  préstamos  que  efec- 
túa ó  de  la  negociación  de  sus  pro- 
pios títulos.  El  objeto  primordial  de 
la  institución  es  el  de  facilitar  fon- 
dos á  plazos  largos  y  con  rédito  mo- 
derado á  las  empresas  nacionales 
de  irrigación  y  á  las  de  agricultura 
y  ganadería.  El  Consejo  de  Adminis- 
tración está  compuesto  de  un  pre- 
sidente, que  lo  es  el  Lie.  Luis  Elgue- 
ro;  dos  vicepresidentes,  que  son 
Don  José  Sánchez  Ramos  y  Don 
Fernando  Pimentel  y  Fagoaga;  doce 
consejeros,  cuatro  comisarios,  y  un 
gerente,  que  lo  es  Don  Manuel  de 
Zamacona  é  Inclán. 

El  capital  social  es  de  $10.000,000, 
representado  por  100,000  acciones  de 
á  $100  cada  una.  Se  constituyó  la 
sociedad  en  1908,  en  virtud  de  la  con- 


cesión  otorgada  por  el  Gobierno  en 
el  mismo  año. 

CASTILLO,  JOSÉ,  comisionista.— Ar- 
cos de  San  Agustín  >'úui.  6.  México, 

D.  F. — Es  representante  de  la  Cer- 
vecería de  Toluca  y  de  la  compañía 
"El  Águila,"  y  tiene  una  sucursal  en 
Huicliapan,  Hidalgo.  Se  estableció 
en  ISSO. 

CHAIGXAIT),  Jl'A>  31.— ó^  de  Revi- 
llagig:edo  .\úni.  63.  3Iéxico,  D.  F. — Se 

encarga  de  trabajos  de  pintura  y  de- 
coración. Se  estableció  en  1904. 

CERTECERIA  CENTRAL.  Tiene  su 
planta  en  la  Colonia  de  Santa  María, 
á  la  orilla  de  la  ciudad  de  México. 
Fabrica  las  cervezas  de  las  marcas 
"Prima,"  "Bohemia,"  "Salvator"  y 
"Pilsner."  Trabaja  con  una  fuerza 
motriz  de  125  caballos.  Su  presiden- 
te y  gerente  general  es  el  señor  Ein- 
haus,  y  su  superintendente  el  señor 
Meyer.  Se  estableció  como  sociedad 
anónima  en  1901,  pero  la  fábrica  fué 
fundada  en  1899,  bajo  la  razón  so- 
cial de  Carlos  Fredenhagen  &  Co. 

CERVECERÍA  CUAUHTEMOC,  S.  A. 
de  3Ioiiterrej'. — Agencia  en  México, 
3^'  Peralvillo  Núm.  1. 

CERTEÍ  ERLV  DEL  LEOX.— 4^  de  San 
Francisco  del  C'oecillo,  León,  Esta- 
da de  Ciínanajuato. — El  propietario 
de  esta  Cervecería  es  el  señor  J.  Ki- 
lian.  Fué  establecida  en  1897. 

CERVEC  ERIA  MOCTEZUMA,  S.  A.  Es- 
tá establecida  en  la  ciudad  de  Ori- 
zaba.  Estado  de  Veracruz,  desde 
1896.  Su  producción  en  dicho  año 
fué  de  10,000  barriles,  y  en  1908,  de 
200,000.  Cuenta  la  fábrica  con  una 
fuerza  motriz  hidráulica  de  1,000  ca- 
ballos. Sus  empleados  son  650,  de 
los  quales  558  son  hombres  y  92 
muchachos,  quienes  trabajan  á  las 
órdenes  de  tres  cerveceros,  siendo 
jefe  de  todos  el  señor  Otto  Neumaier. 
El  gerente  general  de  la  Cervecería 
es  el  señor  F.  Suberbie.  Agencia  en 

México:    Atenida    Cinco    de   Mayo. 

«CERVEC  ERLV  PORFIRIO  DÍAZ."  Se 

halla  en  Cuernavaca,  Mor.,  y  fué  es- 
tablecida en  1898.  En  1907  la  com- 
pró el  Dr.  Manuel  López  Estrada, 
quien  reside  en  C'ordol)anes  >'úm.  18. 
México,  D.  F. 

CHAVEZ,  F.,  E  HIJO.  Constructores  de 
toda  clase  de  obras  en  mármoles  y 
piedra.  Casa  fundada  en  1897. — Ve- 
racrnz,  Ver. 

CHICO,  CARLOS,  LlC— El  señor  Lie. 
Chico  se  recibió  de  abogado  hace  33 
años  y  ha  estado  siempre  radicado 
en  Guanajuato.  Su  dirección  actual 
es  Cantarra^tas  >i'ini.  1.  Es,  además. 


propietario  de  dos  haciendas  situa- 
das en  jurisdicción  de  Silao  y  lla- 
madas "El  Cuesillo"  y  "La  Sosa." 

CHRISTLIEB  Y  RUBKE,  2'  de  la  Mon- 
íerilla   >úni.  2.  México,  D.  F. — Los 

negocios  empezaron  en  1870  bajo  la 
firma  de  Schultze  y  Cía.  y  pasaron 
en  1890  á  la  firma  actual.  Son  re- 
presentantes de  la  Hamburg-Ame- 
rika  Linie,"  de  la  compañía  de  se- 
guros marítimos  "La  Mannheim,"  de 
la  compañía  de  seguros  contra  in- 
cendios "La  Magdeburguesa,"  y  des- 
empeñan comisiones  de  casas  ex- 
tranjeras en  general. 

CIBERT  J.  ROrSTAX  SLT.  Su  despa- 
cho en  México  se  halla  en  el  edifi- 
cio del  Centro  Mercantil,  >'úni.  16,  y 

el  que  tiene  en  el  Puerto  de  Vera- 
cruz,  en  la  Avenida  de  llórelos  >ú- 
niero  17.  Es  comisionista  y  agente 
aduanal.  Se  estableció  en  1894. 

CIFIENTES,  AXTOMO.  —  Avenida 
Cliapultepec  ]N'úm.  1,218.  3Iéxico,  D. 
F. — Tiene  talleres  de  decoración  en 
yeso  y  se  ocupa  de  ornamentación 
y  pintura  de  varias  clases.  Se  esta- 
bleció en  1906. 

CLE3IENTE  JACQUES  Y  CÍA.  Tiene 
sus  almacenes  y  escritorio  en  la 
calle  de  Don  Juan  Mannel  Xíini.  6. 
México,  D.  F. — Su  giro  principal  es 
el  de  abarrotes  al  por  mayor,  tlapa- 
lería y  papelería;  pero  posee  en  Oa- 
xaca  la  hacienda  de  Intacuiñe,  en 
Jojutla,  Morelos,  un  molino  de  arroz, 
y  en  la  plazuela  de  San  Lázaro,  de 
esta  capital,  fábricas  de  munición, 
de  tapones  de  corcho  y  de  conser- 
vas alimenticias.  Se  fundó  esta  casa 
en  1887. 

COLOMA  EL  VALLE,  S.  A.— Avenida 
del  Cinco  de  Mayo  >i'ini,  32.  México, 
D.  F. — La  Colonia  del  Valle,  que 
constituye  el  negocio  de  esta  com- 
pañía, tiene  una  extensión  de  terre- 
no de  4.881,000  metros  cuadrados.  Se 
formó  la  compañía  en  1908;  recien- 
temente se  ha  reorganizado  con  un 
capital  de  $3.000,000. 

compañía  A3IERICA>A  MAM'FAC- 
TIRERA  DE  ÍIIEBLES.— Avenida 
del  16  de  Septiembre  ]Vúni.  6.  Méxi- 
co, D.  F. — Fábrica  de  toda  clase  de 
muebles  para  oficinas,  almacenes  y 
residencias.  La  factoría  está  en  la 
antigua  hacienda  de  La  Teja.  El  se- 
ñor Walter  B.  Hull  es  el  presidente 
y  gerente  general.  Se  estableció  en 
1893. 

CIA.  AM>CIADORA  MEXICANA,  S. 
A. — Avenida  del  Cinco  de  Mayo  Núni, 
32.  México,  D.  F. — Se  estableció  en 
1903.  Su  capital  es  de  $100,000  y  su 
presidente  y  gerente  general,  el  se- 
ñor O.  B.  Hachenberger. 


6 


CO-UPAÑIA  BANCAEIA  DE  PARÍS  Y 
iííEXICO,  S.  A.— lalle  (k'l  Ángel  >ú. 
mero  (>.  3íéx¡co,  D.  F. — Se  constituyó 
esta  compañía  en  1903,  con  un  ca- 
pital de  $10.000,000,  dando  principio 
á  sus  operaciones  en  Enero  de  1910. 
Tiene   por  objeto  principal   facilitar 
las  ti'ansacciones  comerciales  entre 
México  y  Europa,  especialmente  con 
Francia,  ocupándose  también  de  los 
negocios  corrientes  de  banco.  Es  ge- 
rente  el   señor  Huberto  Andragnez, 
y    sub-gerentes,    los    señores   Emilio 
Bersinger  y  Pablo  Ritter. 
compañía  P.  M.  BEXNETT,  Ingenie- 
ros y  constructores.  Tienen  sus  ofi- 
cinas en  la  Avenida  de  la  Indepen- 
dencia y  calle  de  López,  Núni.  13.  Mé- 
xico,   D,    F. — Contratan    y    ejecutan 
intalaciones    de    luz    eléctrica   y    de 
gas,  tranvías,  teléfonos,  etc.,  y  se  es- 
tablecieron en  1904.  Los  socios  son 
los  señores   P.  M.   Bennett  y  G.  R. 
Jenkins. 
COxMPAÑíA  líAXQUERA  MEXICANA, 
S.  A. — Calle  de  Tibnrcio  Núni.  7.  3ré- 
xico,  D.  F.— Capital  social,  $300,000. 
Gerente,  D.  Joaquín  López  Negrete. 
COMPAÑÍA    BANQUERA    VERACRU- 
ZANA,  S.  A.— Capital  social,  $500,000. 
Establecida  en  1900.  Presidente,  W. 
Bundy  Colé.  Gerente,  F.  Wittram,  jr. 
— Veracruzi  Ver. 
compañía  cervecera  de  OAXA" 
CA,  S.  A.,  y  Fábrica  de  Hielo. — Oaxa- 
ca,  Oax. — Presidente  y  gerente,  J.  T. 
Wallace.     Vocales,  José  Zorrilla,  Al- 
berto Holm. 
compañía   cervecera  de   TOLl- 
CA  Y  MÉXICO,   S.  A.— Agencia:    3^' 
Rinconada  de  San  Diego  Núra.  43. 
compañía    COMERCIAL    E    INDUS- 
TRIAL, S.  A.— 1'  calle  de  López  Nú- 
mero  £',   México,   D,   F. — Son   repre- 
sentantes 6e  una  sociedad  anónima 
fundada    en    París    en    1907    con    ca- 
pital   de    2.500,000    francos,    para    el 
fomento  y  explotación  de  varios  es- 
tablecimientos comerciales.   Se  ocu- 
pan, además,  de  ventas  en  comisión 
é  importación  de  productos  á  la  Re- 
pública mexicana.  Tienen  en  la  ciu- 
dad de  México  una  droguería  en  la 
calle  de  Ortega,  una  tlapalería  y  fe- 
rretería en  la  4"  calle  de  San  Juan 
de  Letrán,  un  almacén  de  abarrotes 
en   la  Ribera   de   Santa  María,    una 
fábrica  de  pinturas  y  barnices  en  la 
prolongación    de    la    calle    de    San 
Salvador  el   Seco,  y  en  este  mismo 
edificio,  un  taller  de  reproducciones 
en  yeso. 
compañía    COMERCIAL    PAN-AME- 
RICANA,   S.   A.— Calle   del   Esclavo 
Núms.  1  y  2.  México,  D„  F. — Trafica 
principalmente  en  cementos,  carbo- 
nes de  pie:lra,  cales  y  materiales  de 


construcción.  Tiene  la  agencia  de 
varias  fábricas  de  cemento,  carbón  y 
coke  de  Alemania  y  Estados  Unidos; 
tiene  el  usufructo  de  las  minas  de 
carbón  "El  Menor"  situadas  en  el 
Estado  de  Coahuila,  y  posee  buenos 
hornos  de  cal  en  Apasco,  á  corta 
distancia  de  la  ciudad  de  México.  Su 
capital  es  de  $500.000,  y  fué  fundiida 
por  H.  Bcrnemann  desde  hace  diez 
años. 

compañía  de  aguas  gaseosas, 

S.  A. — 1"  caOe  del  General  Prini  Nú- 
mero tí,  México,  D.  F. — Se  dedica  1 
la  fabricación  de  aguas  gaseosas,  co- 
mo lo  indica  su  nombre.  Su  presi- 
dente es  el  señor  Juan  Minetti,  su 
gerente  general  el  señor  Rudolfo 
Minetti.  Establecióse  en  1S97.  Su  ca- 
pital social  es  de  $301,100. 

compañía  de  LAS  FABRICAS  DE 
PAPEL  DE  SAN  RAFAEL  Y 
ANEXAS,  S.  A México,  D.  F.— Ge- 
rente, José  Salvidea. 

compañía  de  marmoles  3ÍEXI- 
CANOS,  S,  A Plaza  Santos  Deco- 
llado. México,  Do  F. — Joaquín  Pardo 
y  Furlong,  Gerente. 

COMPAÑÍA  DE  LAS  PILDORAS  NA- 
CIONALES.—Gerente,  Dr.  Chas.  M. 
Harrison. — Calle  de  San  Fnincisco. 
México,  D.  Fo 

compañía  de  SEGUROS,  LIMITA- 
DA,  "ATLAS,"  establecida  en  1S08, 
Su  oficina  principal  está  en  Lon- 
dres, E.  C,  en  Clieapside  Núm.  82, 
siendo  el  director  presidente  Her- 
bert  Brooks,  y  el  gerente  general, 
Samuel  J.  Pipkin.  El  capital  paga- 
do de  esta  compañía  era  de  264,000 
libras  esterlinas,  y  el  no  llamado,  de 
1.930,000  en  31  de  Diciembre  de 
1908.  Abrió  su  sucursal  en  México 
en  1896. 

compañía  de  SEGUROS  VERACRU- 
ZANA,  S,  A. — Veracriiz,  Ver. — Capi- 
tal social  $500.000.  Establecida  en 
1908. — Presidente,  Adrián  Carranza. 
— Gerente,  Antonio  G.  de  Presno. 

compañía  DE  TERRENOS  DE  LA 
CALZADA  DE  CHAPULTEPEC,  S. 
A.— 2'  calle  de  3íadrid  Núm.  83.  Mé- 
xico, D.  F. — Su  negocio  es  el  que  im- 
plica su  nombre.  Presidente,  Eduar- 
do W.  Orrin.  Comenzó  su  operacio- 
nes en  1901.  Capital  social  juagado, 
$2.000,000. 

compañía  ELÉCTRICA  E  IRRIGA- 
DORA EN  EL  ESTADO  DE  HED AL- 
GO, S.  A. — Su  domicilio  social  es: 
San  Agustín  15. — Usan  el  desagüe 
de  la  ciudad  de  México  para  dar  luz 
y  fuerza  á  Pachuca  y  á  dos  fábri- 
cas de  cemento  cerca  de  Tula,  Hi- 
dalgo. Tienen  tres  plantas  hidro- 
eléctricas, y  la  misma  agua  nue  las 


mueve  se  emplea  en  seguida  para 
la  in-igación  de  terrenos.  Don  An- 
tonio Pacheco  es  el  agente  general; 
Don  José  Sánchez  Ramos,  el  presi- 
dente; y  uno  de  los  comisarios  es 
el  teniente  coronel  Porfirio  Díaz,  hi- 
jo. Fué  establecida  en  1897  y  su  ca- 
pital es  de  $3.000,000,  mitad  mexica- 
no V  mitad  francés. 

compañía  explot.vdora  de  fru- 

TOS  TROPICALES,  S.  A.— Calle  de 
Cordobanes  >íiiii,  9.  México,  D.  F. — 

Su  objeto  es  el  cultivo  y  comercio 
del  plátano  y  de  otros  frutos  tropi- 
cales en  el  Estado  de  Tabasco.  El 
Presidente  es  el  teniente  coronel 
Ingeniero  Porfirio  Díaz,  hijo;  vo- 
cales: Ing.  Andrés  Aldasoro,  Sub- 
secretario de  Fomento;  Thoraas  P. 
Honey,  gerente  del  Banco  Interna- 
cional é  Hipotecario,  y  Lie.  Manuel 
Septien.  Establecida  en  1909,  con 
un  capital  social  de  $00,000. 

C03rPA5IA  FOXOGJJAFICA  MEXICA- 
NA, S.  A.— Establecida  en  1908.  con 
un  capital  social  de  $100.000. — I''  ca- 
lle de  López  Xíini.  7.  México,  D.  F. 
— Presidente  y  gerente  general,  R. 
Cabanas. 

COMPAÑÍA     FRA>CO-BELGE Calle 

de!  Dr.  Lucio  >úni.  13.  México,  D.  F. 
— Tiene  una  fábrica  de  colores  en 
polvo,  importa  y  exporta  productos 
químicos  y  vende  polvo  francés  pa- 
ra pintura.  Establecida  en  1909. 

compañía  FR.VNCESA  Yl  lcam/a- 
DORA. — I''  calle  de  Xneio  México 
yúm.  21.  3Iéxico,  D.  F. — Vende  pro- 
tectores nuevos,  compra  y  vende  pro- 
tectores de  medio  uso  y  hule  viejo. 
Se  estableció  en  1908,  y  es  su  geren- 
te el  señor  Vignon. 

compañía  fra>co-mexicaxa  de 

BOTES  automóviles.  Tienen  el 
garage  cerca  del  Puente  Nuevo  de 
Jamaica,  y  sus  oficinas  en  la  calle 
de  Til)urcio  >fiiii.  18.  3íéxico,  D.  F. 

— Venden  botes  de  gasolina  y  de 
remo,  y  los  alquilan  para  excursio- 
nes al  lago  de  Xochimilco  y  Ojos 
de  Agua.  Se  establecieron  en  1909. 

compañía  ftndidora  de  bro\- 

CE  DECORATIVO.— Avenida  More- 
los  Xún».  94.  México,  D.  F. — Props. 
Gómez  Echeverría  y  Concha.  Casa 
establecida  en  1909. 

COMPAÑÍA  FINDIDORA  DE  FIERRO 
T  ACERO  DE  3I0>TERREY,  S.  A. 
—Capital  social.  $10.000,000.  Com- 
pañía fundada  en  1900.  Domicilio  so- 
cial: calle  de  San  A^nstín  >úni.  16. 
México,  D.  F. — Talleres  en  Monte- 
rrey, N.  L. 

compañía  FUNDIDORA  Y  TALLE- 
RES  MECAXK  OS  DE  PACHUCA,  S. 
A.— Capital  social:  $157,000.  Esta- 
blecida en  1894.  Gerente:  A.  C.  Arey. 


C03IPAÑIA  GENERAL  TRASATLÁN- 
TICA.— Agente  general  en  México, 
Florencio  Burgunder,  calle  de  Gan- 
te Núni.  11.  Estableció  su  tráfico  en- 
tre Europa  y  INIéxico  hacii  1870  con 
buques  de  ruedas;  después  los  sus- 
tituyó por  los  de  una  h;lice,  y  úl- 
timamente por  los  de  dos  hélices,  co- 
mo "La  Navarre"  y  "La  Cham::agne." 
Dentro  de  poco  traerá  el  vapor  "Es- 
pagne,"  de  180  metros  de  largo,  dos 
hélices,  fuerza  de  12,000  caballos  y 
10,000  toneladas  de  capacidad. 

compañía  HARINERA  Y  MANITAC- 
TURERA  NACIONAL,  S.  A.— 9"  ca- 
lle del  Ciprés  Núm,  1.  México,  D.  F. 
— Produce  harina,  salvado,  pastas 
alimenticias,  almidones,  aceites  de 
comer,  chocolates,  etc.  Su  director 
gerente  es  el  señor  Florencio  Sán- 
chez. Su  capital  es  de  $1.500,000,  de 
los  cuales  está  pagado  $1.000,000. 

compañía  HERRADORA.— Callejón 
de  San  Marcos  Núni.  2  ó  211.  México, 
D.  F. — Hierran  caballos  con  goma 
elástica,  por  un  sistema  patentado  y 
producen  forraje  (también  patenta- 
do) para  los  ganados.  El  propieta- 
rio es  el  señor  Rafael  Palafox,  quien 
estableció  el  negocio  en  1904. 

C03IPAÑIA  HIDROELÉCTRICA  DEL 
RIO  DE  LA  ALAMEDA,  S.  A.-Tiene 
su  oficina  en  el  Centro  Mercantil.  Mé- 
xico, D.  F. — El  objeto  de  esta  em- 
presa es  el  de  utilizar  las  caídas  do 
agua  del  río  de  la  Alameda  ó  de 
Chalma,  para  proporcionar  á  la  ciu- 
dad de  México  y  sus  contornos,  fuer- 
za y  alumbrado  eléctricos,  para  cu- 
yo fin  se  estableció  en  1909  con  un 
capital  de  $2.000,000,  siendo  su  pre- 
sidente el  señor  Santiago  Arechede- 
rra. 

compañía  HIDROELÉCTRICA  E 
IRRIG.\DORA  DEL  CHÁPALA,  S. 
A. — México,'  D.  F. — Gerente,  Emilio 
Pinzón. 

compañía  HIDROELÉCTRICA  QUE- 

RETANA,  S.  A Cinco  de  Mayo  Ni'i- 

mero  ó.  Querétaro. — Establecida  en 
1903.  Esta  compañía  explota,  por  de- 
recho de  concesión,  una  caída  de 
agua  del  río  denominado  San  Jrian 
del  Río,  caída  que  produce  3.000  ca- 
ballos de  fuerza.  Las  plantas  eléc- 
tricas que  allí  tiene  instaladas,  pro- 
porcionan luz  y  fuerza  por  todo  el 
Estado  de  Querétaro.  El  capital  so- 
cial es  de  $1.000,000,  distribuidos  en 
10,000  acciones  de  á  $100  cada  una. 
El  presidente  de  la  Compañía  es  el 
señor  Francisco  de  Cosío,  el  vice- 
presidente el  señor  Adolfo  Isla,  y  el 
gerente  el  señor  Juan  B.  Alcocer. 

compañía  INDUSTRIAL  DE  ATLIX- 
CO,  S.  A. — Tercer  Orden  de  San 
Agustín  Núni.  3.  México,  D.  F. — Se 


constituyó  en  1899.  Su  capital  so- 
cial es  de  $6,000.000.  Posee  la  ia- 
brica  de  hilados,  tejidos,  etc.,  de 
Metepec,  en  Atlixco,  Estado  de  Pue- 
bla. Comenzó  su  trabajo  en  1902, 
con  928  telares,  los  que  han  aumen- 
tado á  1,574  en  la  actualidad.  Su 
gerente  es  el  señor  Don  Benito  Diez 
Salced?». 

compañía  industrial  de  oaxa. 

CA,  S.  A.— Capital,  $300,000.  Pro- 
pietarios de  las  fábricas  "La  Opera," 
"La  Risa,"  "La  Sorpresa." — Oaxaca, 
Oax. 

compañía  industrial  de   san 

ANTONIO  ABAD,  S.  A.— Estableci- 
da en  1892.  Capital,  $3.500,000.— Ca^ 
lie  de  Síiu  Agustín  Níiin.  2,  México, 
D.  F. 

compañía  industrial  manufac- 
turera, S.  A.— Fábricas  de  hila- 
dos, tejidos,  estampados  y  almidón. 
Oficinas  en  México:  Capuchinas  Nú- 
mero 3.  México,  D.  F. — Presidente, 
Ángel  M.  Lerdo  de  Tejada.  Gerente, 
Anselmo  Alorin. 

compañía  industrial  veracku- 

ZANA,  S.  A. — Tiene  su  despacho  en 
la  calle  de  Ocampo  Ni'uu,  3.  México, 

D.  F.,  y  otra  en  Santa  Rosa,  Estado 
de  Veracruz.  Se  fundó  en  1903  con 
capital  de  $1.200,000,  siendo  su  ca- 
pital actual  de  $3.000,000.  Posee  la 
fábrica  de  tejidos  de  algodón  de  San- 
ta Rosa,  en  el  Caí:  ton  de  Orizaba. 
en  la  cual  trabajan  3G,000  brocas, 
1,400  telares  y  cuatro  máquinas  de 
estampar.  Sus  productos  principa- 
les son  calicós,  percales,  cretonas  y 
estampados  de  fantasía.  Su  fondo 
de  reserva  es  de  $1.875,000. 

compañía  industrial  de  oriza- 
ba. So  A. — Tiene  su  domicilio  en  la 
4^  calle  de  Sau  Agusíín»  3Iéxico,  D. 

F. — Se  dedica  á  la  industria  del  al- 
godón, hilados,  tejidos  y  estaijipa- 
dos.  Tiene  las  fábricas  en  Río  Blan- 
co. San  Lorenzo,  Corrientes  y  Coco- 
lapan,  y  las  instalaciones  hidroeléc- 
tricas en  Rincón  Grande  y  Cocola- 
pan,  en  el  Cantón  de  Orizaba,  Ver. 
Cuenta  con  6,000  obreros,  8,000  ca- 
ballos de  fuerza  motriz,  18  turbinas, 
45  motores  eléctricos,  10,000  husos, 
4,000  telares,  etc.  Su  capital  social 
es  de  $15.000,000,  y  sus  reservas  de 
$7.470,000.  Fué  fundada  en  1889. 

compañía  ingeniera,  importa- 

DORA  Y  CONTRATISTA,  So  A.  Sucs. 
de  G„  &  O.  Braniff  &  Coo  Toda  clase 
de  maquinaria. — 2''  Capucliiuas  Nú- 
mero 49,  México,  D.  F. 

compañía  internacional  de 
tiendas  de  campaña  y  tol- 

DOS,  S.  A.— 2^  calle  de  Dolores  Núm. 
104,  México,  Do  Fo 

Esta  casa  fabrica  los  artículos  que 


su  nombre  indica,  expende  equipos 
completos  para  campamentos,  mue- 
bles y  baños  plegadizos,  costales,  cu- 
bos, estufas,  hamacas,  etc.  Se  fundó 
en  Abril  de  1904  por  el  señor  P.  R. 
Hynson.  Gerente:   Chas.  D.  Hynson. 

C03ÍPAÑIA  INDUSTRIAL  MICHOA- 
CANA,  S.  A. — Avenida  San  Francisco 
Núm.  2ÜO  México,  D.  F. — Presidente 
general,  Carlos  Holt  Smith. 

El  señor  Smith  también  represen- 
ta la  Compañía  de  Cemento  "Would- 
ham,"  "Standard  Steel  Works  Com- 
pany,"  and  "Baldwin  Locomotiva 
Works." 

compañía  italiana  de  CONS- 
TRUCCIONES, S.  A.— Gante  Núm  1. 
México,  D.  F. — Gerente,  César  Mar- 
bu  rg. 

compañía  ladrillera  de  teo- 

LOYUCAN,    S.   A Fué    fundada    en 

1904  con  capital  de  $200,000,  el  cual 
se  aumentó  á  $500,000  en  1907.  Su 
presidente  es  el  señor  Thomas  Quirk. 
La  fábrica  de  ladrillo  se  encuentra 
en  Teoloyucan,  Estado  de  México, 
y  su  oficina  en  el  edificio  Quirk,  ca- 
lle de  Gante  Núm.  1  México,  D.  F. 

compañía  "LA  CÁNTABRA"  DE 
TEXCOCO,  S.  A.— 1'  Santa  Teresa 
Núm.  8.  México,  D.  F. — Tiene  una  fá- 
brica de  vidrio  plano  en  Texcoco, 
Estado  de  México,  cuyo  capital  pa- 
gado es  de  $300,000,  y.  que  se  esta- 
bleció en  1S70.  Funcionó  bajo  el  an- 
tiguo sistema  hasta  1909,  año  en  que 
fué  reformada  completamente,  es- 
tando ahora  á  la  altura  de  la  épo- 
ca, conforme  á  los  sistemas  europeos. 
Su  capacidad  es  de  1,000  metros  cua- 
drados al  día;  su  presidente  y  ge- 
rente es  el  señor  Martín  Velasco. 

compañía  LINERA  de  MÉXICO,    S. 

A.,  sucesora  de  J.  Hamer  <íi  Co.  Se 
dedica  al  hilado,  tejido,  tintura  / 
blanqueo  de  telas,  produciendo 
2.000,000  al  año.  Su  presidente  es  el 
señor  Thurston  Hamer  y  su  geren- 
te Geoffrey  H.  Hamer.  Se  estable- 
ció en  1887,  y  su  capital  es  de 
$600,000. 
COMPAÑÍA  LITOGRAFICA  Y  TIPO- 
GRAFfCA,  S.  A.-  -Avenida  del  Cinco 
de  Mayo  Núnt.  18.  México,  D.  F.— Es- 
ta compañía,  que  tiene  por  presiden- 
te al  señor  Carlos  M.  Rassuza,  y  por 
vicepresidente  al  señor  Atanasio  Ro- 
cha, se  estableció  en  1848,  y  su  ca- 
pital  social  es  de  $350,000. 

compañía  maderera  y  ferro- 
carrilera DE  ZITACUARO,  S.  A. 

— Reside  en  el  Centro  Mercantil,  Mé- 
xico, Do  F. — Opera  en  la  extracción 
de  maderas  y  durmientes  y  posee 
un  ferrocarril  de  35  kilómetros  de 
Zitácuaro  á  las   cercanías   de  Soco- 


9 


ñusco.  Su  capital  e5  de  5400,000,  y 
se  estableció  en  1904. 
C0.1IPA5IA  ?[AM  FACTURERA  DEL 
HORXO  PARTRIDGE,  S.  A.— Geren- 
te José  R.  Méndez  Condón. — Gaute 
>úni.  12.  México,  D.  F. 

compañía  mercantil  de  vera- 

I'KUZ,  S.  A. — Comisiones  en  gene- 
ral. Agencia  Aduanal.  Gerente  ge- 
neral, C.  Da  Muro.  Capital  social, 
$20,000.— Yeracniz,  Ver. 
C03IPAÑIA  MER(  AXTIL  MEXICANA. 
Avenida  de  los  Hombres  Ihistres 
>'ún!.  134.  México,'  D.  F. — Tiene  al- 
macenes de  madera  del  país  é  impor- 
tada en  la  3  de  Aldaina,  >úni.  83. 
Sus  gerentes  generales  son  los  se- 
ñores Fernando  y  Jacinto  Pimentel 
y  Fagoaga. 

C03IPAÑIA  MEXICANA  DE  CONS- 
TRICCIONES Y  OBRAS  DE  INGE- 
NIERIA,  S.  A — Edificio  del  Centro 
Mercantil.  México,  D.  F. — Constru- 
yen obras  de  asfalto  y  de  concreto, 
túneles,  edificios,  sistemas  de  dre- 
naje, etc.  El  ingeniero  en  jefe  es  el 
teniente  coronel  Porfirio  Díaz,  hi- 
jo, y  el  presidente  y  gerente  gene- 
ral el  señor  Paul  S.  Lietz.  Se  fundó 
la  compañía  en  1899. 

C03IPA5IA  MEXICANA  DE  ACERO 
Y  PRODUCTOS  QUÍMICOS,  S.  A.— 
Avenida  16  de  Septiembre,  Núm.  13. 
3Jéxico,  D.  F. — Fabrica  calcio,  car- 
buro, sosa'  cáustica,  otros  produc- 
tos químicos  y  especialmente  acero 
de  alto  grado.  La  fábrica  está  cerca 
del  Peñón.  Presidente,  R.  C.  Brown; 
gerente,  John  H.  Clarke.  Su  capital 
es  de  $500,000. 

COMPAXIA  MEXICANA  DE  NAYE- 
0A(  ION,  S.  A. — Veracniz,  Yer. — Ca- 
pital social,  $2.250,000.  Establecida  en 
1900.  Presidente,  Manuel  Romano  Mi- 
jares. Gerente  general,  Gonzalo  Al- 
baunza. 

compañía  mexicana  de  PRODUC- 
TOS DE  ACERO  Y  3ÍAQUINARIA,  S. 

A.— Capital,     $100,000.  —  Despacho: 
calle  de  Gante,  Núm.  1.  México,  D.  F. 
COmUÑIA     MEXICANA     DE     PRO- 
DUCTOS DE  BARRO,  S.  A Capital 

social,  $30,000  enteramente  pagados. 
Fábrica  y  despacho:  Calzada  de 
Guadalupe.  México,  D.  F. — Estable- 
cida en  1895.  Gerente,  S.  F.  Fuller. 

compañía  mexicana  MANUFAC- 
TURERA DE  MADERAS,  S.  A.— Ca- 
pital, $300,000.  W.  B.  Mitchell,  Presi- 
dente. Esquina  de  Atenas  y  Liman- 
tour.  3Iéxico,  D.  F. 

compañía  mexicana  de  vehícu- 
los ELÉCTRICOS.— t'  calle  de 
Huniltoldt,  Núm.  3L  México,  D.  F.— 

Comercian  en  automóviles  de  gaso- 


lina y  sus  accesorios.  Son  agentes- 
en  esta  Repi'iblica  de  varias  marcas 
de  automóviles.  Establecidos  en  1900. 

compañía  MOLINERA  DE  PUEBLA, 
S.  A. — Tiene  un  capital  social  de 
$100,000.  Es  molino  de  nixtamal.  El 
Gerente  es  el  señor  J.  Luis  Román. 
Mesones  2,  Puebla, 

compañía  3Í0LINERA  TíIEXICANA, 
S.  A. — Avenida  Cinco  de  Mayo,  Nú- 
mero 8S.  México,  D.  F.^ — Gerente, 
Carlos  M.  Johnston. 

compañía  nacional  fundidora 

DE   fierro   y   bronce 2'   calle 

de  Ramón  Guzmán,  Núm.  ó.  México, 

D.  F. — Tiene  taller  mecánico  y  he- 
rrería; construye  y  repara  máqui- 
nas. El  jefe  de  esta  empresa  es  el 
señor  Pastor  de  Celis.  Su  capital, 
$20,000.  Se  estableció  en  1909. 

compañía  nacional  mexicana 
de  dinamita  y  explosivos,  s. 

A. — Fundada  en  1901.  Capital  social, 
$3.400,000,  enteramente  pagados.  Di- 
rección general :  calle  de  San  Ag'us- 
tín  Núm,  3(;io  México,  D.  F. — Direc- 
tor general:  Augusto  Genin. 

compañía    pan-americana    de 

vehículos,  S.  a México,  D.  F.— 

Sucesores  de  Samuel  W.  Walker. 
.Además  del  negocio  de  vehículos  tie- 
ne un  departamento  de  comisiones. 
El  presidente  es  el  señor  Samuel  W. 
Walker,  y  el  gerente,  Kenneth  D. 
Walker.  Se  estableció  en  1891. 

compañía  perforadora  mexi- 
cana, S.  A Calle  de  Cadena,  3Ié. 

xico,  D.  F. — Establecida  en  1910.  con 
un  capital  social  de  $800,000.  Presi- 
dente, Lie.  Pedro  S.  de  Azcué. 

compañía  pesquera  veracru- 
zana  y  fabrica  de  hielo.- ar- 

teaga,  Sierra  y  Cía. — Veracniz,  Ver. 

compañía  realizadora  de  pul- 

QUES,  S.  A. — 7'  de  Juárez,  Núm.  1. 
Puebla.— Fué  establecida  en  1906.  El 
Consejo  de  Administración  es  el  si- 
guiente: Presidente,  Don  Mariano 
Muñoz;  1er.  Vocal,  Don  Rafael  Ber- 
nal ;  2"  Vocal,  Don  Benigno  Prieto; 
y  Secretario,  Don  Ricardo  Martínez. 
— El  capital  social  es  de  $450,000, 
distribuidos  en  450  acciones  de  á 
$1,000  cada  una. 
compañía  realizadora  DE  PUL- 

QUE,  S.  C,  Ltda 3*  calle  de  San 

Cristóbal,  Núm.  10.  Orizaba,  Ver. — 
Su  presidente,  Don  Gonzalo  E.  Car- 
ees, vive  en  México  en  la  4"  calle  de 
las  Artes  Núm.  61.  La  Compañía  ob- 
tiene el  pulque  de  varias  haciendas 
del  Estado  de  Veracruz  y  lo  distri- 
tribuye  en  el  mismo  Estado,  en  las 
ciudades  de  Veracruz,  Orizaba,  Jala- 
pa y  Córdoba.  El  Gerente  general  es 
Don  Fernando  Alvarez  y  el  capital 
social  de  $800,000. 


10 


compañía  sixger  de  maquinas 

DE  COSEK.— Importadora  de  Má- 
quinas de  coser.  Gerente,  Edwin  M. 
Ching. 

C031FAXIA     SOMBRERERA,     S.  A 

Portal  íle  Mercaderes,  Biúnu  3.  Méxi- 
co, D„  F. — Antigua  casa  Zolly.  Esta- 
blecida en  1S44.  Fábrica  é  importa- 
ción de  sombreros.  Apoderado, 
Otlion  A.  Argus. 

compañía  telefomca  del  es- 
tado DE  (ÍIANAJ cato.— Les  se- 
ñores Bustamante,  Bryant  y  P.  N. 
Ponce  lian  obtenido  una  concesión 
para  fundar  una  compañía  telefóni- 
ca con  capital  social  de  un  millón 
de  pesos.  Dicha  empresa  dará  ser- 
vicio en  todo  el  Estado  de  Guana- 
juato.  Pronto  se  inaugurarán  los 
trabajos  de  instalación. 

compañía  trasatlántica.  —  La 

agencia  que  esta  compañía  tiene  en 
la  capital  de  México,  se  halla  en  la 
calle  <le  San  Agustín,  Núiii.  8,  á  car- 
go del  señor  José  D.  Bousquet.  Tie- 
ne agencias  también  ea  Campeche, 
Coatzacoalcos,  Frontera  y  San  Juan 
Bautista,  Tabasco,  Laguna,  Mérida 
y  Progreso,  Tampico  y  Veracruz. 
Cuenta  con  unos  veinticinco  buques 
de  vapor,  con  los  cuales  hace  el  trá- 
fico entre  Europa  y  América  y  tam- 
bién con  todas  las  demás  partes  del 
mundo.  La  empresa  fué  fundada  por 
A.  López  y  Cía.,  en  Alicante,  Espa- 
ña, en  el  año  de  1S56,  con  cinco  va- 
pores. A  fines  de  1861  adquirió  seis 
iDuques  más.  En  1876  adquirió  otros 
cuatro.  En  1881  se  transformó  la 
empresa  en  la  sociedad  anónima 
nombrada  "Compañía  Trasatlánti- 
ca." En  1884  adquirió  once  buques 
más;  y  en  1887  compró  cuatro  gran- 
des vapores,  habiendo  después  con- 
tinuado introduciendo  las  reformas 
requeridas  por  el  servicio,  hasta  lle- 
gar al  estado  que  hoy  presenta.  La 
Compañía  tiene  su  dirección  en  Bar- 
celona, y  su  representación  en  Ma- 
drid. 

CONDE,  QUINTO  GÓMEZ,  &  Hnos. 
Puebla. — Propietarios  de  las  Fábri- 
cas de  Hilados  y  Tejidos  de  Algodón 
"Santiago"  y  "Santa  Elena,"  funda- 
das, la  jn'imera,  en  Puebla  el  año  de 
1890,  y  la  segunda,  en  Tlaxcala,  en 
1898.  Son  propietarios  también  del 
Molino  y  Hacienda  "La  Noria." 

CONSOLIDATED  BROOM  MANUFAC- 
TURINÍJ  Co.,  S.  A.— 5'  calle  de  Gue- 
rrero, Núni.  10ó„  México,  D.  F. — Su 

capital  es  de  $100,000,  pero  se  inten- 
ta aumentarlo  á  razón  de  $100,000 
en  los  cuatro  años  siguientes.  Fabri- 
can escobas  de  mijo,  que  se  cosecha 
en  los  Estados  de  México,  Veracruz, 
Oaxaca,  Guerrero,  Michoacán  y  Nue- 


vo León.  Su  fundador  y  gerente  es 
el   señor  Arturo  M.  Martínez. 

CONSOLIDATED  IRON  AND  EQUIP- 
3IENT  CO-MPANY.— Tiene  sus  ofici- 
nas, talleres  y  bodegas  en  Peralvi- 
11o,  frente  al  Hipódromo,  México,  D. 
F. — Su  negocio  consiste  en  equipos 
para  ferrocarriles,  palas  de  vapor, 
hierro  en  lingotes,  maquinaria  de 
segunda  mano,  etc  Su  presidente  y 
gerente  general  es  el  señor  Harry 
Wright.  Está  establecido  desde  1904. 
Su  capital  es  de  $500,000. 

CONTRI,  SILVIO,  arquitecto.  Es  el 
encargado  de  la  construcción  del  edi- 
ficio de  la  Secretaría  de  Comunica- 
ciones y  Obras  Públicas,  y  ha  cons- 
truido más  de  50  edificios  en  México. 
— Calle  del  Cinco  de  Mayo.  México, 
D.  F. 

CORTES  HERMANOS.— Fábrica  de  ja- 
bón.— Playa,  Núin„  '2.  Silao,  Gto. 

CREMER,  HERO.— Calle  de  Jesús,  Nú- 
mero So  México,  D„  F. — Representan- 
te de  casas  extranjeras  y  casa  de 
comisiones. 

CRISTALERÍA  MODERNA.--J.  Ollivier 
y  Compañía. — ^'alle  de  la  Palma^ 
Núni,  8o  México,  D.  F„ 

CURTIDURÍA  AUSTRO-MEXICANA. 
— Establecida  en  1897. — ^Fábrica  y 
despacho:  Puente  de  San  Pahlo,  Ni'i- 
niero  5„  México,  D.  F. — Gerente:  Gas- 
par Koloffon. 

DA  Y,  R.  A Calle  de  Zúlela,  Núm.  1. 

México^  D„  F. — Lleva  y  revisa  libres 
y  contabilidades.  Se  estableció  en  es- 
te negocio  en  1908. 

DE  LA  BARRA,  IGNACIO  L.,  Ingenie- 
ro.— 6'  del  General  Prini,  Ni'im.  109. 
3Iéxico,  D,,  F. — Constructor  de  edifi- 
cios. 

DELOÍTTE,  PLENDER,  GRIFE ITHS 
¿c  Co.i  Contadores  y  glosadores. — ■ 
Edificio  de  La  Mutua.--Esta  casa,  cu- 
y?,  matriz  está  en  Londres,  tiene  su- 
cursales en  México  en  la  dirección 
arriba  dicha,  á  cargo  del  socio  pre- 
sidente Vivían  Harcourt,  establecida 
en  1906. 

DENNY  BROS,  ingenieros  metalurgis- 
tas y  consultores  de  minas.  Residen 
en  los  números  50  y  51  del  edificio 
Quirk,  Gante  Núm.  1. — Estos  inge- 
nieras, C.  A.  Denny  y  H.  S.  Denny, 
se  establecieron  en  México  en  1908. 

DESCUENTO  ESPAÑOL,  S.  A.  Méxi- 
co, Do  F. — Este  establecimiento  ban- 
cario,  que  se  halla  en  el  edificio  de 
su  nombre,  tenía  un  capital  pagado 
de  $9.000,000,  un  fondo  de  previsión 
de  $1.500,000,  y  un  fondo  de  reserva 
de  $230,938.84,  en  31  de  Julio  de  1909. 
Su  director  Gerente  es  el  señor  Jo- 
sé Rivero  Collada. 


11 


DE  OCHOA,  ISIDRO,  y  Cía.— Teraeruz, 
Ver. — Importadores  y  Exportadores. 
Fábrica  de  Clavos.  Molino  de  Sal. 

DESCIIAMPS,  A.,  y  Cía.— Veiaeniz, 
Ver. — Peletería,  Bonetería  y  Confec- 
ciones. 

DE  SORIA,  J.  H.,  comisionista.- Be- 
tlemitas,  >'úni.  210.  México,  D.  F. — 

Se  dedica  á  comisiones  en  general  y 
á  operaciones  de  banca  desde  1904. 

DÍAZ    HERMANOS,    Veracruz,    Ver.— 

Comisionistas.  Agentes  de  seguros 
marítimos  "Manheim." 
DIEZ,  AMBROSIO.— GiianaJTiato,  1"  ca- 
He  de  Benito  Juárez,  letra  F. — Pro- 
pietarios del  Gran  Almacén  de  Aba- 
rrotes "Negociación  del  Valle,"  que 
fué  establecido  en  1S82.  Agencia  de 
la  Cervecería  Moctezuma,  S.  A.,  de 
Orizaba. 

DOBBIE,  JAMES  &  HIJOS. -Fundición 
de  fierro  y  acero. — Veracruz,  Ver. 

Dl>BAR,  DIEGO  S.  Sucs.— Calle  de 
Jesús,  >úni.  15.  México,  D.  F. — Ne- 
gociación en  hilo  de  coser.  Gerente 
apoderado,  Carlos  Stephan;  agente 
para  el  hilo  de  bolita  manufactura- 
do por  la  Compañía  Industrial  "El 
Salvador,"  S.  A. 

DREOHOFER,  J.  F.,  sastre.— Bajos 
del  Hotel  Iturbide,  México,  D.  F. — 

Además  de  la  sastrería,  tiene  comer- 
cio en  casimires,  sombreros,  zapatos, 
etc.  Se  estableció  en  1SS5. 

droguería  de  la  profesa  de  J. 

Labadie  Sucrs.  y  Cía. — Avenida  de 
San  Francisco,  IVúni.  5.  México,  D.  F. 

— La  firma  se  estableció  en  1865,  co- 
menzando el  negocio  de  droguería  al 
por  mayor  con  un  capital  de  sólo 
$5,000.  Ahora  hace  los  negocios  por 
mayor  y  menor.  El  establecimiento 
está  dividido  en  departamentos,  ca- 
da uno  con  sus  respectivos  emplea- 
dos y  bajo  la  dirección  de  un  exper- 
to. Tiene  dos  grandes  almacenes  y 
está  para  poner  otro.  Tiene  un  la- 
horatorio  que  ocupa  nueve  piezas, 
un  departamento  de  papel  tapiz  y 
otro  de  instrumentos  quirúrgicos, 
taller  de  empacar,  perfumerías,  ofi- 
cinas y  otras  dependencias.  La  casa 
tiene  la  agencia  de  más  de  cincuenta 
fábricas  extranjeras  de  drogas,  per- 
fumes, productos  químicos,  apara- 
tos fotográficos,  pinturas,  medicinas 
de  patente,  útiles  higiénicos,  eléctri- 
cos, ópticos  y  de  otras  clases.  Los 
principales  del  establecimiento  son 
los  señores  Héctor  Labadie,  Luis  H. 
Labadie  y  A.  Martel. 

DUBOIS,  P.,  F.  MARCOX  T  A.  00- 
DARD,  arquitectos. — Calle  de  Lerdo 
Núni.  6.  3Iéxico,  D. — Entre  los  traba- 
jos que  estos  señores  han  hecho  se 
encuentra   el   Círculo   Francés   y   el 


ensanchamiento  del  Palacio  de  Hie- 
rro. Se  establecieron  en  1908. 

"DULCERÍA  FRANCESA»  de  H.  De- 
verdun,  Sucs. — Puente  del  Espíritu 
Santo,  Núni.  2.  México,  D.  F. — Ade- 
más de  la  fabricación  y  venta  de  dul- 
ces, arregla  banquetes  de  lujo  para 
matrimonios,  bautizos,  etc.,  y  ex- 
pende vinos  procedentes  de  viñedos 
de  su  propiedad  en  Bordeaux,  cuya 
marca  es  "Clos  des  Tillenls." 

DI  PLAN,  Dr.  ERNESTO.— PueWa.  Co- 
rreo  Viejo,  Núm.  5. — El  Dr.  Duplan 
está  establecido  en  Puebla  desde  Ma- 
yo de  1906,  y  hace  tres  años  que 
desempeña  el  puesto  de  Cirujano  del 
Hospital  del  Ferrocarril  Interoceá- 
nico de  Puebla. 

DURAN,  LUIS  MONROT,  y  Cía.,  S.  en 

C,  Ingenieros  contratistas,  importa- 
dores de  maquinaria.  —  Edificio 
Quirk.  México,  D.  F. 

DI  VAL,  MAURICIE  RAOUL,  Comisio- 
nista, Representante  de  casas  ex- 
tranjeras.— 1"  Calle  Ancha,  Núm.  5. 
México,  D.  F. 

EBRARD  Y  COMPAÑÍA,  Sucs— Cajón 
de  Ropa  "Al  Puerto  de  Liverpool." 
— Esquina  San  Bernardo  y  Callejue- 
la. México,  D.  F. — Gerente,  J.  B. 
Ebrard. 

EBRIGHT,  E.  H.  (antes  The  Mexican 
Plumbing  Supply  Company). — Ofici- 
na, en  la  calle  de  Bucareli,  Núm.  53. 
México,  D,  F. — Es  comerciante  al 
por  mayor  en  toda  clase  de  artículos 
para  plomeros.  Establecióse  en  1899. 

EL  ABASTECEDOR  AGRÍCOLA  Y 
3IECANIC0.  A.  Raynaud,  Ingenie- 
ro agrónomo.^ — Calle  del  Arco  de  San 
Agustín,  Núm.  1,  México,  D.  F. — 
Trata  en  abonos  químicos,  desin- 
crustantes de  calderas,  arados  de  va- 
por, cemento  Portland  y  otros  pro- 
ductos, y  esteriliza  el  aire  por  medio 
de  la  electricidad.  El  negocio  fué  es- 
tal)lecido  en  1909. 

EL  BUEN  TONO,  S,  A.— Plaza  de  San 
Juan,  Núnio  218.  México,  D.  F. — Ca- 
pital social,  $6.500,000.  Fábrica  de 
cigarros.  Director  general:  Ernesto 
Pugibet. 

ELCORO,  VALENTÍN,  y  Cía.— Almace- 
nes de  fierro,  ferretería  y  maquina- 
ria en  la  calle  del  Aug-el  Núm.  1,  y 
en  la  de  Cadena,  Núm.  24.  3Iéxico,  D. 

F. — Tiene  talleres  de  fundición,  he- 
rrería, carrocería,  carpintería  y  fá- 
brica de  clavos  de  alambre,  en  la  2^ 
calle  de  Comonfort,  Núm.  1;  y  un 
depósito  de  hierro  en  el  Arco  de  San 
Agustín,  Núm.  1.  Se  fundó  esta  casa 
en  1864. 

«EL  COLCHÓN  SANITARIO."— Ave- 
nida del  16  de  Sei)tiem))re,  México, 

D.  F. — Es  fábrica  de  colchones  que 


12 


llevan  por  marca  el  nombre  de  arri- 
ba,  así   como   los   de  marca  "Oster- 
moor,"    y    frazadas,    cobertores,    al- 
mohadas,  cojines,   etc.    Su   propieta- 
rio, Geo.  D.  Wright,  se  estableció  en 
1908. 
«ELECTROPÜEA  Co.,"  S,  A.— Prime- 
ra (le  Atenas,  Niim.  9.  México,  I).  F. 
— Se    dedica    á    la    purificación     de 
aguas  potables  y  líquidos,  por  proce- 
dimientos   eléctricos.    El    presidente 
de  esta  compañía  es  el  señor  Manuel 
Villegas. 
"EL  CONTROL   QUÍMICO  INTERNA- 
CIONAL  DE  MÉXICO."— 2'  calle  de 
Santo  Domingo,  Núm.  4.  México,  D. 
r. — Tiene  por  objeto  dar  al  piiblico 
una  garantía  de  los   productos  que 
vigila,  y  poner  á  cubierto  la  falsifi- 
cación de  las  mercancías   extranje- 
ras.  Su  presidente  es  el  Lie.  Fran- 
cisco Alfaro,  pero  la  dirección  efec- 
tiva  está   á   cargo   de   Don   Joaquín 
Haro.  El  interventor  oficial  es  el  Dr. 
José    de   Morales.    Se    estableció    en 
virtud  de  una  concesión  del  Gobier- 
no mexicano,  en  1903. 
«EL   EDÉN."— Fábrica   de   Aguas   Ga- 
seosas. Prop.,  L.  Raynaud. — Oaxaca, 
Oax. 
«EL    ESCRITORIO."— Calle    de    Zara- 
goza, Núm.  8.  Puebla. — El  señor  En- 
rique del  Moral  es  el  propietario  de 
este    establecimiento,    donde    se    en- 
cuentra papel  y  libros  en  blanco  de 
todas   clases,   artículos   para   escue- 
las y  de  fantasía,  libros,  etc.  Tiene 
anexa  una  imprenta.  Tiene,  además, 
las  agencias  Remington  y  Roneo.  Es- 
ta casa  fué  establecida  en  Octubre 
de  1907. 
«EL  IMPORTADOR"  T  «EL  FÉNIX." 
— Esquina  de  San  Bernardo  y  Mon- 
terilla,  México,  D.  F. — Almacenes  y 
fábrica  de  corbatas,  camisas,  para- 
guas y  bonetería.  Propietarios,  hijos 
de    Max    Chauvet.    Establecidos    en 
1883. 
EL  JONUCO.— Avenida  del  16  de  Sep- 
tiembre, Núm.  ()8,  México,  D.  F. — Es 
un  almacén  de  mercería,  juguetes  y 
artículos  de  fantasía,  establecido  en 
1863.  Tiene  la  representación  de  va- 
rias fábricas  de  fonógrafos;   fabrica 
artefactos  de  madera,  papel  y  car- 
tón, juguetes,  muebles  escolares,  vi- 
trinas, faroles  y  adornos.  Su  propie- 
tario es  el  señor  Fernando  Kososky. 
EL  PALACIO  DE  HIERRO,  S.  A.  Mé- 
xico, D.  F. — Es  este  un  gran  edificio 
y    establecimiento    mercantl    funda- 
do en  1901,  con  capital  de  $4.000,000, 
siendo  el  capital  actual  de  $6.000,000, 
y  cuyo  gerente  es  el  señor  Enrique 
Tron.  Tiene  departamentos  de  ador- 
nos,  accesorios  para  vestidos,   som- 
breros   y    ropa    interior,    alfombras. 


calzado,  casimires,  corbatas,  bone- 
tería, camisería,  confecciones,  cor- 
tinajes, cristalería  y  otros  muchos 
artículos.  Tiene  un  servicio  foráneo 
establecido,  por  lo  cual  remite  á 
todas  partes  de  la  República  los  pe- 
didos que  se  le  hacen. 
EL  POLO  NORTE,  S.  A.— Capital  so- 
cial, $225,000.  Fábrica  de  Hielo.  Des- 
pacho: Zuleta  Núm.  1.  México,  D.  F, 
Presidente,  H.  D.  Tovey.  Vicepresi- 
dente, G.  W.  Saunders. 

«EL  PUERTO  DE  VERACRUZ."— Es- 
quina de  las  calles  Monlerilla  y  Ca- 
puchinas. México,  D.  F. — Pertenece 
á  los    señores    Signoret,    Honorat   y 
Cía.,  y  consiste  en  almacenes  de  ropa 
y  sedería,  muebles  franceses  é  italia- 
nos. Tiene  agregados  talleres  de  re- 
paración de  muebles,  de  confección 
de  vestidos  y  sombreros  de  señoras, 
de  ornamentos  de  iglesia,   de   para- 
guas, de  camisas  y  de  corbatas.  Se 
estableció  en  1881. 
«EL  SOMBRERO  DE  PALMA.— Despa- 
cho y  fábrica  en  la  2'^  Calle  Nacio- 
nal, Núm.  ó,  Colonia  Morelos.  Méxi- 
co,  D.   F. — Es    esta   una   fábrica    de 
sombreros    de    paja,    y    comercio    de 
sombreros  y  efectos  de  palma  y  jar- 
cia  del    país.    Sus    propietarios    son, 
desde  1909,  los  señores  Rodrigo  Mon- 
tes de  Oca,  S.  en  C,  Sucs.  de  Dioni- 
sio  Montes    de    Oca,   establecido   en 
1880. 
EL    SURTIDOR.— Primitivo    Pérez,    S. 
C. — Avenida  de  San  Francisco,  Núm. 
68   y   70.  México,  D.  F. — Almacenes 
generales   de  novedades.   Casa  esta- 
blecida en  1897. 
EL  EUSKARO,  Fábrica  de  Harinas.— 
Despacho:    2^   del  Factor,  Núm.  18. 
México,  D.  F. — Propietario:   Braulio 
Iriarte. 
E31PRESA   DE    TELEFONOS   ERICS- 
SON,  S.  A.— Capital  social,  $2.000,000 
(capitalistas  de  Suecia).  La  Empre- 
sa  Ericsson   ha  hecho   una   instala- 
ción perfecta  en  el  Distrito  Federal 
y  cuenta  actualmente  con  el  patro- 
cinio de  cerca  de  7,000  suscriptores 
en  el  Distrito  Federal. 

La  gerencia  y  dirección  de  la  Com- 
pañía Ericsson  está  actualmente  en 
manos  del  señor  Erik  Ostlund,  gra- 
duado en  la  Real  Escuela  Técnica  de 
Stockhclm,  Suecia. 
E3IPRESA  NACIONAL  DE  CONS- 
TRUCCIONES DE  FIERRO  Y  ACE- 
RO. — Tiene  sus  talleres  en  la  %"^  ca-. 
lie  de  la  Florida,  Núm.  5,  y  sus  ofi- 
cinas en  el  Centro  Mercantil,  Méxi- 
co, D.  F. — Construyen  invernaderos, 
kioscos,  pabellones,  mercados,  alma- 
cenes, puentes,  armaduras,  coberti- 
zos, etc.  Su  propietario  es  el  ingenie- 
ro Federico  Philippe  Serrano,  quien 


ha  ediíicado  varias  obras  importan- 
tes. 
ESCINDE  Y  Cía.,  Ingenieros  y  contra- 
tistas.^— (íaiite  >'úni.  1.  3Iéxico,  D.  F. 

ESPERÓN   Y   SILVA.  Comerciantes  y 

Comisionistas. — Avenida  Inílepeiideu- 
cía,  Xúiii.  SH„  Oaxaca,  Oax. 

FABIÍIÍA  DE  ACEITES  DE  «LAS 
DELICIAS,"  de  Ángel  González  y 
Cía. — 1'  callo  de  las  Delicias,  Núm. 
16.  3íéxico,  D.  F. — Fué  fundada  en 
1864  por  Don  Ángel  y  Don  Evaristo 
González,  dedicándose  al  principio 
á  la  fabricación  de  almidón.  Ha  te- 
nido varios  cambios  y  es  al  presente 
una  importante  fábrica  de  aceites. 
Los  socios  actuales  son  los  señores 
Lorenzo  y  Ángel  González.  Trabajan 
en  ella  más  de  70  personas. 

FABlíICA  DE  AGUAS  GASEOSAS 
"EL  VENADO."  Propietarios:  .J.  La- 
tisnere  y  Cía.  Puebla. — Establecida 
en  1909. 

FABKICA  DE  FLORES  Y  PLANTAS 
ARTIFICIALES.— 2'  del  Cinco  de 
Febrero.  México,  D.  F. — Gerente: 
León  Pierson. 

FABRICA  DE  HIELO  "LA  IMPÁVI- 
DA."— Guauajiiato. — Al  lado  del  Co- 
rreo.— El  señor  G.  D.  Gibson,  Inge- 
niero Eléctrico,  es  el  propietario  de 
esta  fábrica,  la  cual  fué  instalada  en 
1906. 

FABRICA  DE  HILADOS  Y  TEJIDOS 
"EL  CARMEN."  Puebla.  Costado  del 
Señor  de  los  Trabajos,  Núms.  4  y  (í. 

— Establecida  en  1896.  Su  propietario 
es  el  señor  Eugenio  Sibilot.  Produ- 
ce hilazas,  tonzales,  trencillas  para 
bujías,  pábilo  para  cerillos  y  velas, 
driles  y  cantones. 

FABRICA  DE  TAPONES  Y  ARTE- 
FACTOS DE  CORCHO,  de  Francisco 
Lafora.  Puebla.  7"  de  ¡a  Colonia,  Nú- 
mero ó. — Fué  establecida  en  1909. 
Tiene  capacidad  para  hacer  50,000 
tapones  diariamente.  El  señor  Lafo- 
ra representa  á  varias  casas  extran- 
jeras y  de  México. 

FABRICA  DE  TEJIDOS  DE  SEDA  de 
Hipólito  Chambón. — 5"  calle  del 
Fresno,  Núni.  192.  México  D.  F. — Es- 
ta casa  trabaja  en  seda,  pelo  y  ca- 
titeo, hace  seda  .de  torzal  para  bor- 
dados, y  su  especialidad  es  la  de  re- 
bozos de  lujo.  Se  fundó  en  1881. 

FABRICA  DE  CALZADO  Y  CURTIDU- 
RÍA MEXICANA  "EXCELSIOR."— 
Calle  de  la  Ranchería  y  Porvenir, 
Núm.  1.  Tacubaya,  D.  F. — Tiene  su- 
cursales en  Puebla,  Pachuca  y  To- 
luca;  propietario,  C.  B.  Zetina.  Es- 
tablecida en  1902. 

FABRICA  DE  CINTAS  de  Don  Alber- 
to Arellano.  México,  D.  F. — Tiene 
invertidos    en    maquinaria    moderna 


$200,000  y  produce  cerca  de  500,000 
metros  de  cintas  diversas  diaria- 
mente. 

FINK,  ALFREDO.— Celaya,  Estado  de 
Guanajiiaío. — Propietario  de  una 
ferretería  muy  acreditada  y  del  Mo- 
lino del  Rosario.  El  señor  Fink  tie- 
ne la  representación  de  las  siguien- 
tes compañías:  Hamburg  America, 
Liverpool  and  London  and  Globe  y 
Nacional  Prusiana.  Tiene,  además,  la 
agencia  general  de  la  Cervecería  de 
Toluca  tanto  en  Guanajuato  como 
en  Querétaro,  y  es  Gerente  de  la  Fá- 
brica de  Hielo  de  Celaya.  Estableci- 
do desde  1892. 

FLECK,  ALBERTO,  y  Cía.— 5"  caHe  de 
Balderas,  Núm,  72.  México,  D.  F. — 

Son  importadores  y  representantes 
generales.  Su  especialidad  es  de  ma- 
quinaria minera.  Estableciéronse  en 
1909. 
FLEISCH3IANN  y  Cía.— I''  calle  de 
Huni))oldt,  Núm.  41.  México,  D.  F. — 
Manufactureros,  introductores  y  dis- 
tribuidores de  levadura  comprimida, 
en  los  Estados  Unidos,  Canadá  y  la 
República  Mexicana.  La  sucursal  en 
México,  á  cargo  de  Fleischmann  y 
Cía.,  se  estableció  en  1905. 

FLEURY,  JUAN  D 7^  del  Ciprés  Núm. 

1ÍÍ2.    íléxico,    D.    F Contratista    y 

Constructor.  Establecido  en  1886. 

FORTOUL,  EUGENIO.— Almacén  de 
víveres  por  mayor  y  menor.  Semi- 
llas,.^ — San  Carlos,  Ver. 

FRANCO  HERMANOS.— I''  Estampa  de 
Regina,  Núm.  1,630.  México,  D.  F.— 

Tornería  en  madera. 

FUNDICIÓN  DE  LAS  DELICIAS.— Ge- 
rente, Thomas  Philips. — 3"  calle  de 
las  Delicias.  México,  D.  F. 

GALAINENA,  J.,  y  Cía.  Sucs.,  comisio- 
nistas. Fábrica  de  puros  "El  Arte." — 
Veracniz,  Ver. 

garcía  cano  garfíñele.- Puebla. 

— Propietarios  de  una  fábrica  de 
aguas  gaseosas  y  de  hielo,  estable- 
cida el  año  de  1884. 

GARRIDO  ORTIZ  y  Cía.— Cajón  de  ro- 
pa.— Irapuaío,  GtOo 

GIL,  ALBERTO  ROBLES,  Ingeniero 
Contratista.^2'  Avenida  General 
Prim,  Núm,.  80.  México,  D.  F. 

GIL,  LUIS  ROBLES,  Ingeniero— Ave- 
nida San  Francisco.  México,  D.  F. 

GÓMEZ  Y  GUTIÉRREZ.— Vinos,  lico- 
res y  Dulcería. — Oaxaca,  Oax. 

G03ÍEZ,  ROGELIO,  y  Hermano,  Comi- 
sionistas.— Oaxaca,  Oax. 

"GRAN  ALMACÉN  DE  PAPEL  TA- 
PIZ" de  Federico  Velázquez. — Ave- 
nida Cinco  de  Mayo,  Núm.  34.  Méxi- 
co, D.  F. — Establecido  en  1878. 


14 


El  Iiiipurtador, 


Baños ''La  A'ictniia."' 


Al  Puerto  de  Veraeruz. 


El  Palacio  de  Hierro. 


EDIFICIOS  MODEPvXOS.   MÉXICO,  D.   F. 


i^RXS  FABRICA  DE  CALZADO  "EL 
LEO>',"  del  señor  Agustín  Briseño, 
sucesor  de  Manuel  Briseño.  La  fá- 
brica está  en  la  2"  de  Nava,  A'úin.  67, 
y  los  despachos  en  Orteg:a,  10  y  24. 
México,  D.  F. — Fué  establecida  en 
1S70. 

CÍKAN  FABKICA  DE  CORSÉS  de  A. 
Lavillette. — Primera  calle  de  Santo 
Domiugo,  >!im.  7.  México,  D.  F. — 
Además  del  negocio  de  corsés,  es  es- 
te un  negocio  de  sedería,  bonetería, 
flores  y  adornos,  nauñecas,  etc.  Se 
estableció  en  1872. 

<5RAN  FABRICA  DE  LOZA  de  J.  Olli- 
vier  y  Cía. — Primera  calle  del  Ni- 
ño Perdido,  Núm.  83.  México,  D.  F. — 
Esta  fábrica  fué  traspasada  en  1904 
á  la  actual  firma,  la  que  ha  intro- 
ducido importante  maquinaria,  de- 
partamentos nuevos  y  buenos  mate- 
riales. La  fábrica  ocupa  5,000  me- 
tros cuadrados;  emplea  120  caballos 
de  fuerza  motriz  y  trabajan  en  ella 
350  operarios.  Tiene  cinco  hornos 
grandes  y  trabaja  diariamente  seis 
toneladas  de  barro.  Los  artículos 
fabricados  son  finos,  tanto  de  lujo 
como  de  bajo  precio,  y  se  expenden 
en  la  "Cristalerí?i  Moderna,"  situa- 
da en  la  calle  de  la  Palma,  Núm.  3. 
México,  D.  F.,  en  donde  se  encuen- 
tran, además,  muchos  objetos  artís- 
ticos de  porcelana,  cristal  de  Bacca- 
rat  y  de  Bohemia,  bronce  y  otros 
metales. 

GRAN  FABRICA  DE  YESO  CALCINA- 
DO  "EL  CABALLO."— La  fábrica  es- 
tá en  Sauía  Julia,  D.  F.,  y  el  despa- 
cho cerca  del  Tívoli  del  Elíseo.  El 
yeso  que  fabrica  es  el  oue  se  usa  en 
la  decoración  de  cielos  rasos,  etc. 
También  fabrica  el  abono  mineral 
marca  "El  Caballo."  Pertenece  á  los 
señores  Desdier.  Reynaud  y  Cía.  y  se 
estableció  en  1907. 

ORAN  HOTEL  Y  RESTIRANT  ME- 
XICO. — Veracruz,  Ver. — Prop.  Ra- 
miro Goaz. 

GRAN  S03IBRERERIA  FRANCESA.— 
2"  calle  de  Mercaderes,  Núm.  3.  Pae- 
i)¡a. — Establecida  en  1865.  Son  sus 
propietarios  los  señores  1.  Coutto- 
lenc  é  Hijos.  Fabrica  toda  clase  de 
sombreros  del  país  y  vende  sombre- 
ros importados,  especialmente  de 
marcas  americanas.  Los  socios  de  la 
Compañía  son  los  señores  Isidoro 
Couttolenc,  Rafael  Colín,  Isidoro 
Couttolenc,  jr.,  y  Luis  Esmenjaud. 

garcía,     SEBASTIAN Calzada     de 

Nouoalco,  Niim.  481.  México,  D.  F. — 

Es  propietario  de  la  "Nueva  Tenería 
Nacional"  establecida  en  1893. 

GARDNER,  D.  B.,  ingeniero  electricis- 
ta. Tiene  su  despacho  en  el  callejón 
de  Cuajomiilco,  Núm.  6.  México,  D. 


F. — Tiene  planta  completa  para  vul- 
canizar y  reparar  llantas  para  auto- 
móviles, talleres  para  reparación  de 
maquinaria  eléctrica;  garage,  y  es 
agente  de  la  H.  H.  Franklin  Mfg.  Co., 
que  fabrica  el  automóvil  Franklin. 
Se  estableció  en  1897. 

GERBER,  H.  E.,  y  Cía.— Calle  de  San 
Agustín,   Núm.   20.   México,  D.  F. — 

Comerciantes  de  vinos  y  licores  y 
representantes  de  muchas  casas  de 
Europa  y  de  los  Estados  Unidos.  Se 
establecieron  en  1903. 

GROTIIE  íc  CÁRTER,  Ingenieros.— 
Calle  de  Tilmrcio,  Núm.  22.  México. 

D.  F. — Estos  señores  tienen  la  li- 
cencia exclusiva  para  fabricar  y  ven- 
der los  tanques  agitadores  "Pachu- 
ca."  Sor  ingenieros  consultores  pa- 
ra asuntos  relativos  al  tratamiento 
de  los  minerales  por  el  cianuro,  Se 
establecieron  en  1906. 

galería  fotográfica  de  F.  O.  Po- 
li y  Cía. — 2'  calle  de  Revillagigedo, 
Núm.  24.  México,  D.  F. — Este  esta- 
blecimiento fotográfico  al  estilo  mo- 
derno, se  estableció  en  1909. 

garcía  &  ORTIZ.— Avenida  de  la  In- 
dependencia,  Núm.  10.  México,  D.  F. 

— Se  dedican  á  hacer  instalaciones 
de  luz  y  fuerza  eléctricas.  Los  so- 
cios son  los  señores  Gabriel  García 
R.  y  Jesús  Ortiz  G.,  quienes  se  es- 
tablecieron en  1906. 

GASMOTOREN  --  FABRIK  DEÜTZ, 
(Compañía  Anónima  de  los  legítimos 
motores  "Otto").  Casa  sucursal  en 
México,  calle  de  Znleta,  Núm.  15. 
México,  D.  F. — Directores:  Ulrico 
Meyer  y  Daniel  Johner. 

GONZÁLEZ,  EUSEBIO,  Sociedad  en 
Comandita.— Celaya,  Estado  do  Gua- 
najnato. — Son  propietarios  de  tres 
fábricas:  "La  Reforma,"  establecida 
en  1854,  "San  Fernando,'  en  1880,  y 
"La  Providencia,"  en  1870.  La  prime- 
ra y  la  última  son  de  algodón,  la  in- 
termedia es  de  lana. 

GONZÁLEZ,  RAFAEL.— 4"  de  las  Ar- 
íes,  Núm.  63.  México,  D.  F. — Agencia 
de  los  automóviles  Buick. 

GUERRA,  LAURO  M.,  y  Uno.- Tienen 
su  despacho  y  almacenes  en  la  ca- 
lle de  Cadena,  México,  D.  F. — Son 
ingenieros  mecánicos,  especialistas 
de  maquinaria  para  refrigeración, 
para  fabricación  de  hielo  y  para 
cervecerías.  Se  establecieron  en 
Monterrey,  N.  L.,  donde  tienen  la 
casa  matriz,  hace  cuatro  años,  y  en 
la  ciudad  de  México  en  1009.  En  sus 
negocios  de  ésta  piensan  invertir  en 
Enero  próximo  $50,000  más. 

GIZMAN,  MANUEL,  y  Cía.— Calle  de 
Miradores,  Núm.  17.  Puebla.- Pro- 
pietarios del  "Almacén  de  Muebles," 


15 


establecimiento  fundado  en  1907: 
tienen  un  surtido  completo  de  mue- 
bles americanos,  austríacos  y  del 
país;  espejos,  camas  de  latón,  relo- 
jes de  mesa,  máquinas  de  escribir 
Smith  y  otros  muchos  artículos.  Tie- 
nen la  agencia  de  los  afamados  gra- 
fófonos Columbia  y  la  de  máquinas 
de  escritura  visible.  L.  C.  Smith 
Bros.  Los  socios  de  la  Compañía  son 
los  señores  Francisco  Rivas,  Manuel 
M.  Guzmáu  y  Axel  Petersson. 

GKIMWOOD,  A.,  &  C0.--I"  calle  de  San 
Juan  (le  Leírán,  Núm.  ó.  México,  D. 
¥. — Tienen  formada  estos  señores  la 
Merchants'  Commercial  Company, 
que  importa  carbón  y  otros  produc- 
tos y  tiene  sucursales  en  Londres  y 
Amberes.  Las  casas  de  Londres  y  de 
Veracruz  se  establecieron  en  1894, 
y  la  de  la  ciudad  de  México,  en  1896. 
En  1910  esta  misma  firma  organi- 
zó la  Agencia  Marítima  de  México, 
S.  A.,  cuyo  objeto  es  llevar  á  cabo 
todos  los  negocios  del  departamento 
marítimo  de  los  señores  A.  Grim- 
wood  y  Cía.  de  México  y  Veracruz. 
El  presidente  de  esta  nueva  compa- 
ñía es  el  señor  Alfredo  Grimwood  y 
el  vicepresidente,  el  señor  Adolfo  E. 
Hegewisch. 

HACIENDA  DE  ATLIXCO  Y  ANEXAS, 
S.  A. — ('ai>ucliinas,  Jíúm.  7.  México, 
D.  F. — Esta  compañía  se  estableció 
en  1906,  con  un  capital  de  |1.000,000. 
Su  objeto  es  la  explotació,n  de  las 
haciendas  de  Atlixco  y  Apango,  si- 
tuadas en  el  Distrito  de  Hidalgo,  Es- 
tado de  Guerrero,  cuyo  cultivo  prin- 
cipal es  el  de  la  caña  de  azúcar.  For- 
man su  Consejo  de  Administración 
los  señores  R.  Marrón,  presidente, 
L.  C.  Frisbie,  vicepresidente. 

HARDAKER,  GUILLERMO  S.--Puel)la. 
Compañía,  ]Vúin.  10. — Contratista  é 
importador  de  toda  clase  de  maqui- 
naria y  refacciones,  especialmente 
para  fábricas  de  hilados  y  tejidos. 
Blanqueo,  Tintorería  y  Estampe; 
Turbinas,  Tubería,  calderas  y  Má- 
quinas de  vapor,  edificios  de  hierro. 
Bandas  de  cuero,  Cables  de  algodón, 
etc.  El  señor  Hardaker  representa 
en  México  á  las  siguientes  casas 
constructoras  de  maquinaria,  ingle- 
sas y  suizas:  Dobson  &  Barlow,  Ltd  , 
Bolton;  Mather  &  Platt,  Ltd.,  Man- 
chester;  E.-icher,  Wyss  &  Co.,  Zu- 
rich;  Edward  Wood  &  Co.,  Ltd., 
Manchester;  Hacking  &  Co.,  Ltd., 
Bury  y  Thos.  Robinson  &  Son,  Ltd., 
Rockdale.  Es,  además,  socio  de  la  ca- 
sa H.  Boardman  &  Co.,  de  Puebla. 

HERRERA,  AURELIO,  y  Cía,,  S.  en  C— 
Propietarios  del  Molino  Irapuato,  en 
la  población  del' mismo  nombre  del 
Estado  de  Guanajuato.  Se  ocupan  en 
la  compra  y  venta  de  trigos,  y  son 


los  únicos  propietarios  de  la  acredi- 
tada harina  marca  "Creciente."  Es- 
tablecidos desde  1902. 

HIXZELMAXX,  F. — Agencia  especial 
de  patentes. — Cinco  de  Mayo,  >'úni. 
3¿,  México,  D.  F. 

KIRSCH,  ERNESTO.— Ortega  >úm.  22. 
México,  D.  F. — Representante  de  ca- 
sas y  fábricas  extranjeras. 

HIRSCHBERG,  CARLOS.— 1^  calle  de 
Kuevo  México,  IVúni,  7.  México,  D.  F. 
— Es  comisionista,  agente  general  de 
casas  extranjeras  y  se  ocupa  de  im- 
portaciones y  exportaciones,  sien- 
do su  especialidad  la  de  los  vinos  y 
licores.  Establecido  en  1890. 

HOLDEX-CRAW  Co.,  vulcanizadores. 
S''  calle  de  Bucareli,  INúm.  65  Méxi- 
co, D.  F. — Reparan  llantas  de  auto- 
móviles y  bicicletas  por  un  procedi- 
miento de  vulcanización  especial. 
Establecidos  en  1909. 

HOTEL  DE  LA  UNION.— Guanajuato. 
Jardín  de  la  Unión,  Níim.  3. — El  pro- 
pietario de  este  hotel,  establecido  en 
1862,  es  el  señor  Francisco  Drivet. 

HOTEL  DEL  JARDÍN.— Luis  Noriega 
Sánchez. — Calle  Independencia.  Mé- 
xico, D„  F. 

HOTEL  DEL  PASAJE.— Propietario, 
Francisco  de  Velasco. — Puebla. 

HOTEL    GERMÁN    AMERICAN Mé- 

xicCj  D.  F. — Propietario,  John  Jor- 
gen. 

HOTEL  GILLOW San  José  el  Real, 

Núra.  23.  México,  D.  F. — Administra- 
dor, Francisco  Lesbros. 

HOTEL  LASCURAIN.— Arenida  de  los 
Hombres  Ilustres,  Núm.  59.  México, 
D.  F. — Propietario:  Pedro  Lascu- 
ráin;  Gerente,  Víctor  Cador. 

HOTEL  MÉXICO.— Propietario:  Ma- 
riano Saiz. — Jalapa,  Ver. 

HOTEL     MOCTEZUMA Cuernavaca, 

Estado  de  llórelos. — Propietario: 
Ramón  Oliveros. 

HOTEL  PALACIO.— Puente  Espíritu 
Santo  y  16  de  Septiembre.  México,  D. 
F. — Dueños:  Ph.  Bony  y  A.  Gamard. 

HOTEL  T  RESTAURANT  DE  DILI- 
GENCIAS.—Veracruz,  Ver.— Propie- 
tario: Calv^o  Canteli  y  Cía. 

HOTEL  Y  RESTAURANT  GUARDIO- 
LA. — I""  San  Francisco  Núm.  13.  Mé- 
xico, D.  F. — Dueño:  George  King- 
man. 

HOTEL  SAN  FRANCIS.— Keeffe  Her- 
manos, propietarios. — Avenida  Juá- 
rez. México,  D.  F. 

HOTEL  VELASCO,  y  Café  Restaurant 
y  Baños  "'El  Paraíso." — Dulcería  y 
Pastelería. — Calle  de  Benito  Juárez, 
Núms.  6  y  8.  León,  Estado  de  Gua- 
najuato.— El  propietario  de  este  Ho- 


16 


tel  y  sus  anexos  es  el  señor  Manuel 
Velasco.  Fué  establecido  el  Hotel  el 
año  de  1891. 

HOTEL   CLARK'S     ALAMEDA.--Pro- 

pietario:  George  Clark. — Arenida  de 
los  Hombres  Ilustres.  México,  D.  F. 

HOTEL  COLORÍ.— San  José  el  Real, 
IVúm.  21.  México,  D.  F. 

«HOTEL  DE  GENEVE."— 8"  calle  de 
Liverpool.  México,  D.  F. — Es  un  gran 
ediñcio  construido  de  acero  y  con- 
creto, destinado  á  recibir  huéspedes 
y  pasajeros.  Los  propietarios  son  los 
señores  L.  Vogel,  S.  en  C,  y  su  agen- 
te el  señor  Chas.  E.  Guest. 

HOTEL   LARA 1'^   de   San   Juan    de 

Letrán,  Jíúm.  6,  México,  D.  F. — Es 
uno  de  los  que  se  ha  formado  re- 
cientemente, estando  ahora  monta- 
do á  la  altura  de  la  época.  Pertene- 
ce á  la  señora  G.  C.  Vda.  de  Lara. 
La  reforma  de  este  establecimiento 
data  de  1910. 

HOTEL  SAINT  LOIIS.— 1^  calle  San 
Agustín,  Núm.  30.  México,  D.  F.— 
Propietario:  Juan  Lozano  Alcalde. 

HOTEL  "THE  ?ÍE\V  PORTER'S."— Ca- 
lle San  Juan  de  Letrán.  México,  I). 
F. 

HOTEL  «TILLE  DES  ROSES."— San 
Ángel,  D.  F. — Prop.  Madame  Jeanne 
Roux. 

HUBARD  Y  BOURLOIÍ.— 4^  calle  de 
Tacaba,  Jíúm.  33.  México,  D.  F.— 
Comerciantes  é  instaladores  de  apa- 
ratos y  materiales  eléctricos,  moto- 
res, bombas  centrífugas,  elevadores, 
etc.  Establecidos  en  1905. 

HÜBER,  ENRIQUE,  Ing.— Edificio  de 
la  Compañía  Bancaria.  México,  D.  F. 

— Representa  la  fábrica  de  eleva- 
dores de  Cari  Flohr,  de  Berlín,  Ale- 
mania, y  comercia  en  maquinaria 
para  minería,  agricultura  é  indus- 
tria. 

IBAjÑEZ  T  PRIETO Capuchinas,  Nú- 
mero 2H.  México,  D.  F. — Se  ocupan 
de  comisiones  y  giros  sobre  el  ex- 
tranjero y  de  la  compra  y  venta  de 
valores.  Establecidos  en  1909. 

INSTITUTO  METODISTA  MEXICA- 
NO. — Puebla..  Avenida  del  Instituto. 
— Fundado  hace  35  años.  El  Institu- 
to Metodista  sostiene  dos  escuelas, 
una  para  niñas  y  otra  para  niños. 
El  presidente  actual  es  el  señor  P. 
Plores  Valderrama.  El  señor  J.  A. 
Manning  es  el  Secretario. 

INTERNATIONAL  BANKING  COR- 
PORATION.—Calle  del  Espíritu  San- 
to, Núm.  2.  México,  D.  F. — Gerente: 
Henry  H.  Hanson. 

INTERNATIONAL  TRANSFER  COM- 
PANT. — Avenida  Independencia,  Nú- 
mero 17.  México,  D.  F. — Su  negocio 


es  el  transporte  de  equipajes;  el 
encargado  de  este  ramo  en  los  tre- 
nes de  feri'ocarril,  tiene  la  repre- 
sentación de  esta  empresa.  Se  esta- 
bleció en  1890,  y  su  Gerente  gene- 
ral es  J.  H.  Christen. 

INURRETA,  TIRSO,  Hijo,  Comercian- 
te y  Comisionista. — Oaxaca,  Oax. 

JALAPA  RAILWAY  AND  POIVER  Co. 
— Gerente  general:  H.  S.  Kerr. — Ja- 
lapa, Ver„ 

JORDA,  ENRIQUE.— Agente  de  la 
Compañía  Cervecera  Toluca  y  Mé- 
xico, S.  A.,  en  los  Estados  de  Puebla 
y  Tlaxcala. 

KOPPEL,  ARTURO,  A  S.  A.— San  José 
Real,  Núm.  1.  México,  D.  F. — La  ca- 
sa matriz  fué  fundada  en  Berlín, 
Alemania,  en  1875.  La  casa  de  Mé- 
xico se  fundó  en  1906.  El  capital  so- 
cial es  de  $13,000.  Fabrican  toda 
clase  de  materiales  para  ferrocarri- 
les fijos  y  portátiles,  como  locomo- 
toras, etc. 

«LA  ABEJA,"  S.  A— Calle  de  Don 
Juan  Manuel,  Núm.  32.  México,  D.  F. 

— Es  una  fábrica  de  hilados  y  bone- 
tería, fundada  en  1899  y  cuyo  capi- 
tal es  de  $500,000. 

«LA  CARPETA."— Almacén  de  papel 
y  artículos  de  escritorio,  imprenta, 
litografía,  grabados  y  esteriotipia, 
fábrica  de  libros  en  blanco,  encua- 
demación, etc.  Tiene  sus  almacenes, 
escritorio,  fábrica  y  talleres  en  la  3^^ 
calle  de  Cuauhtemotzin,  Núm.  37,  y 
su  despacho  al  menudeo  en  la  Ave- 
nida del  16  de  Septiembre,  Núm.  53. 
México,  D.  F. — El  Gerente  es  el  se- 
ñor Gonzalo  de  la  Maza,  y  su  socio 
comanditario  el  señor  José  G.  Es- 
candón. 

«LA  CAROLINA,"  fábrica  de  hilados, 
tejidos  y  estampe;  C.  Noriega  y  Cía., 
S.  en  C. — Calle  del  Ángel,  Núm.  5. 

La  fábrica  se  halla  en  la  calle  de 
Zaragoza,  México,  D.  F.  Tiene  700 
telares  y  departamentos  de  blan- 
queo, tintorería  y  estampe,  y  traba- 
jan en  ella  unos  1,000  obreros.  El 
departamento  de  estampe  se  esta- 
bleció en  1897  y  el  de  hilados  y  te-, 
jidos  en  1908.  Los  gerentes  son  los: 
señores  Constantino  Noriega,  José 
María  Quintana,  etc. 

«LA  CIUDAD  DE  CARRARA."— Calle 

de  Guadalupe,  Núm.  8.  Puebla. — Es- 
tablecimiento de  los  señores  Fran- 
cisco Gamboa  y  Cía.,  fundado  en 
1897.  Tiene  depósito  de  mármoles  de 
Italia  y  un  Taller  Artístico  cuya  ma- 
quinaria es  movida  por  electricidad. 
LA  CIUDAD  DE  LONDRES.— J.  Olli- 
vier  y  Cía.-  -Almacén  de  Ropa  y  Fá- 
brica de  Hilados  y  Tejidos. — 1"  Pla- 
teros, Núms.  7  y  8.  México,  D.  F. 


17 


LA     CIUDAD  DE     MÉXICO Jalapa, 

Ver.— Almacén  de  Ropa  y  Noveda- 
des.— Ollivier  Hnos.  y  Cía.  Estable- 
cida en  18t)9. 

LA   CIUDAD   DE   LO>DIÍES Pacliu- 

ca. — Almacén  de  Novedades,  Sastre- 
ría, Mueblería.  Establecida  en  1898. 
Prop.  F.  Imbert  y  Compañía. 

«LA  compañía  ALU3ÍIM0  Y  COR- 
CHO COKOXA.''— Su  despacho  está 
en  la  calle  de  Saiita  Teresa,  >'úiii.  2. 
México,  D.  F.,  y  su  fábrica  en  el  Pe- 
ñón, D.  F.  Es  sucursal  de  "The 
Crown  and  Seal  Co."  de  Baltimore, 
Estados  Unidos.  Comenzó  sus  nego- 
cios en  1905.  Su  producto  es  el  de 
los  tapones  de  corcho  "Corona."  El 
señor  H.  K.  Dickson  es  el  Gerente 
general. 

LA  C03IPAÑIA  BRUXSWICK-BALKE. 
COLLE>DER.— Mesas  de  Billar  con 
barandas  de  patente  "Monavch''. — 
Zuleía,  :Xi'im.  15  México,  D.  F.— La 
sucursal  en  México  fué  fundada  en 
1898  por  el  señor  Julius  Ballíe.  Ge- 
rente: Ricardo  Watty. 

■"LA  CO>FEDEIiACIOX  DEL  CANA- 
DA,''  sociedad  de  seguros  sobre  la 
vida. — Tiene  su  casa  matriz  en  To- 
ronto,  Canaúá.  La  sucursal  en  Mé- 
xico está  en  la  calle  del  Espíritu 
Santo,  Núrn.  5,  á  cargo  del  Gerente 
general,  señor  F.  W.  Green.  La  Com- 
pañía emite  toda  clase  de  pólizas. 
El  presidente  de  la  corporación  es 
W.  H.  Beatty.  En  cuanto  á  capital, 
el  sobrante  en  efectivo  de  todo  pa- 
sivo era  de  $1.091,529  en  31  de  Di 
ciembre  de  ]908. 

*'LA  ENSEÑANZA  OBJETIVA,'  Casa 
importadora. — San  Martín,  Níim.  1. 
Puelíla. — Este  establecimiento,  fun- 
dado en  1SS8,  gira  bajo  la  razón  so- 
cial de  Agustín  Romero.  Tiene  sur- 
tido completo  de  artículos  de  libre- 
ría y  papelería. 

«LA  ES?tIERALDA,"— Hauser,  Zivy  & 
Co.  México,  D.  F. — Casa  fundada  en 
1864.  La  casa  mtriz  está  en  París  v 
la  fábrica  principal  en  Suiza.  Es  la 
joyería  más  grande  de  le  República; 
y  comercia  en  todo  lo  que  se  rela- 
ciona con  el  ramo. 

XA  ESTRELLA,  S.  A.— Fábrica  de  Cer- 
veza y  Hielo. — Jalapa,  Ver. — Esta- 
.Tslecida  desde  el  año  1898.  Presiden- 
te y  Gerente:  Emilio  Leycegui;  Vi- 
cepresidente:  Roberto  Graf. 

«LA  FAVOIÍÍT.V,"  S.  A.— Gran  Desti- 
lería Central. — Celaya,  Estado  de 
Guana.ínato. — Produce  alcoholes  y 
aguardientes  en  grande  escala,  pas- 
ta alimenticia  para  ganado,  aceite 
vegetal  y  át:ido  carbónico  líquido. 
La  producción  de  ácido  carbónico 
de  esta  fábrica  es  suficiente  para  lle- 
nar el  consumo  de  este  artículo  en 


toda  la  República,  haciendo  inne- 
cesaria ya  su  importación  de  Euro- 
pa. "La  Favorta"  trabaja  con  ma- 
quinaria de  lo  más  moderno,  pues 
toda  su  planta  fué  renovada  recien- 
temente. Su  capital  social  es  de 
$3.000,000.  Fué  establecida  en  1901. 
El  pre3ide:.ite  es  el  señor  Luciano 
Veyau ;  el  Gerente,  el  señor  Augus- 
to Veyan,  y  el  Sub-gerente  y  Teso- 
rero, el  señor  Adolfo  Ajanes,  jr. 

"LAS  FABRICAS  UNIVERSALES,"  de 
A.  Reynaud  y  Cía.  Se  hallan  en  la 
esquina  de  la  2'  del  Cinco  de  Febre- 
ro j  4"  de  Capuchinas.  México,  D.  F. 
— Son  grandes  almacenes  de  nove- 
dades, que  se  establecieron  en  esta 
capital  en  1S87. 

"LA  FRANCIA."— Bonetería,  Camise- 
ría y  novedades. — Ar.  16  de  Septiem- 
bre, Núni,  78.  México,  D.  F. — Prop. 
Juan  Carredano. 

LAGARRA,  PEDRO,  y  Cía.— Puebla.— 
Propietarios  de  la  Fábrica  de  Hi- 
lados "La  Mexicana."  Esta  fábrica 
permaneció  cerrada  durante  año  y 
medio,  y  fué  reabierta  por  la  ac- 
tual Compañía  el  1"  de  Enero  de 
1910. 

"LA  GERMANIA,"  Compañía  de  segu- 
ros sobre  la  vida,  incorporada  en 
1860  bajo  las  leyes  del  Estado  de 
Nueva  York.  La  sucursal  en  la  Re- 
pública mexicana  está  á  cargo  del 
señor  C.  H.  Florián,  director  gene- 
ral, con  residencia  en  la  1"  de  Pla- 
teros, Nítni.  2.  México,  D.  F. — El  ca- 
pital líquido  de  esta  Compañía  era 
de  $5.815,065.71  en  primero  de  Ene- 
ro de  1909. 

"LA  GRAN  BARATA."  Kuri  Primos 
Sucs. — Mercería,  Joyería,  Sedería  y 
Perfumería. — 2'^  Flamencos,  Núni.  15. 
México,  D.  F. — Gerentes  props.  Ale- 
jandro Kuri,  Antonio  Letayf. 

«LA  GRAN  UNION,"  fábrica  de  alco- 
holes y  licores  situada  en  la  Calza- 
da de  la  Vig'a  y  la  Calzada  de  Gue- 
rrero, Depósito  y  oficinas  generales 
en  la  esquina  de  las  calles  Arcos  y 
Bajos  de  San  Agustín,  México,  D.  F. 
— Propietario:  León  S.  Kuhn.  Esta- 
blecida en  1894. 

El  mismo  señor  Kuhn  posee  la  fá- 
brica de  Milita,  sita  en  la  Calzada  de 
Ciuerrero,  establecida  por  él,  bajo 
concesión  especial  del  Gobierno  en 
1906. 

LA  IMPERIAL,  S.  A.— Cía.  Manufac- 
turera de  Dulces  y  Chocolates. — Re- 
yi!la8Íg:edo  v  Ayuíítamlento,  Méxi- 
co, D.  F. 

"LA  INDUSTRIA  NACIONAL."— 4^  del 
Fresno,  Núm.  113.  México,  D.  F. — 
Fábrica  de  velas  y  cera.  Propieta- 
rios: Melchor  Camacho  y  Hno.  Es- 
tablecidos en  1895,  siendo  la  prime- 


18 


ra  factoría  moderna  de  velas  que  hu- 
bo ea  México. 
LA   INDISTEIA   VERACRUZANA,   S. 

A Capital  social,  $50,000. 

Director:    Luciano  Leycegui. — Ye- 
racruz,  Ver. 

«LA  LATIDO- AMERICAN  A"  (Mutua- 
lista),  compañía  de  seguros  sobre  la 
vida. — Oficinas,  Cadena,  IVúin.  21. 
México,  D.  V. — Su  reserva  de  garan- 
tía ó  capital  suscrito  es  de  $1.000,000. 

LAVANDERLl  MODERNA  La  Auro- 
ra."— 7'  calle  del  Dr.  Lavista,  Núm. 
188-90.  México,  D.  F.— Su  propieta- 
rio es  el  señor  Mauro  Cándano,  esta- 
blecido en  1904.  La  maquinaria  de 
esta  lavandería  es  moderna,  impor- 
tada de  los  Estados  Unidos,  y  todos 
los  operarios  son  mexicanos. 

LANGENSCHEIDT,  ENRIQUE.— GüA- 
iiajuato. — Banquero,  Explotador  de 
Minas  y  Hacendado.  Establecido  des- 
de 1872.  Las  haciendas  del  señor 
Langenscheidt  se  encuentran  en  el 
Estado  de  Zacatecas.  Dicho  señor 
es  también  Vice-Cónsul  de  Alema- 
nia en  Guanajuato. 

LA  MINA  DE  SANTA  GERTRUDIS,  S. 
A.,  Paelmca,  se  organizó  en  1877, 
después  del  cual  tiempo  ha  produci- 
do unos  millones  de  pesos  de  metal. 
En  el  24  de  Enero  del  corriente  año 
una  compañía  inglesa  compró  esta 
negociación  en  $9.000,000. 

LA  NACIONAL.— Gerente,  Manuel  Gar- 
cía.— Callejón  de  los  Reyes,  Núm.  4. 
México,  Do  F. — Fábrica  de  Ropa  He- 
cha, instalada  con  todos  los  adelan- 
tos modernos. 

L.V.  NACIONAL. — Cía.  de  seguros  so- 
bre la  vida.  S.  A. — México,  D.  F. 

*'LA  PALMA,''  de  Manuel  Palomar  y 
Cía. — Ferrciería,  Mercería,  Mueble- 
ría, Cristalería  y  Armería.— Plaza 
Principal,  Núni.  1;  Portal  Aldama 
Niini.  1.  León,  Estado  de  Guanajua- 
to.— Establecidos  en  1895.  Tienen  un 
surtido  completo  en  máquinas  de 
agricultura,  muebles,  etc. 

*'LA  PRIMAVERA."  Gran  Almacén  de 
Ropa  y  novedades  de  Paulino  Ri- 
chaud  &  Cía. — PuebL'í.  I''  calle  de 
-Mercaderes  y  Portal  Hidalí?o. — Ha- 
cen ventas  por  mayor  y  menor.  Ca- 
sa establecida  en  1880. 

LARIN  y  Cía.,  Fábrica  de  Chocolates 
y  Dulces.^ — V  de  Mina,  Núm.  56.  Mé- 
xico, D,  F, — Establecióse  en  1898, 
fabricando  dulces  y  bombones  al  es- 
tilo europeo,  los  que  expende  en  es- 
ta ciudad  y  exporta  á  los  Estados. 

LAS  DOS  AMEEICAS,  S.  A.— Fábrica 
de  Hielo.  Capital  social,  $400,000. 
— Despacho:  Zuleía,  Núm.  1.  Méxi- 
co, D,  F. — Presidente:  G.  N.  Saun- 
ders.  Gerente:  Pedro  Bong. 


"LA  SUIZA,"  Gran  Sedería,  de  C. 
Deuchler  y  Cía. — Avenida  de  San 
Francisco,  Núm,  55.  México,  D.  F. — 

Almacén  de  mercancías  de  todas  cla- 
ses, especialmente  novedades  para 
señoras.  Establecida  en   18S2. 

lavandería  anglo-mexicana.— 

2^  calle  de  Nuevo  México,  Núms.  53 
y  55.  México,  D.  F. — El  propietario 
de  este  establecimiento  es  el  se- 
ñor W.  H.  Sheppard,  quien  estable- 
ció en  1898  la  lavandería  á  mano,  te- 
niéndola ahora  equipada  con  ma- 
quinaria moderna  de  vapor. 

lavandería  higiénica,  S.  a— 1' 

Mosqueta,  Núm.  15.  México,  D.  F. — 

Capital  social,  $300,000. 

Presidente:    José  H.  Christen. 

"LA  MEXICANA,"  compañía  anóni- 
ma nacional  de  seguros  sobre  la  vi- 
da.— San  Francisco. — México,  D.  F. 
Cuenta  22  años  de  existencia.  Su 
presidente  es  el  Ingeniero  Sebastián 
Camacho,  y  su  Director  general  el 
señor  Emilio  Berea.  Su  capital  so- 
cial era  de  $200,000  y  su  fondo  de 
reserva  de  $3.111,348.59  en  31  de 
Diciembre  de  1908. 

LA  MICHOACANA,  S.  A.— Maderería. 
7'  de  Altaniirano,  Núm.  134.  Méxi- 
co, D.  F. — Este  negocio  fué  estable- 
cido en  1893  con  aserraderos  en  los 
bosques  de  Michoiacán,  pero  ha  cam- 
biado de  dueños  y  de  razón  social 
varias  veces  hasta  tomar  la  que  en- 
cabeza estas  líneas  en  1909.  Su  Ge- 
rente es  ahora  el  señor  G.  H.  He- 
wett. 

"LA  MONSEJiRAT."- 8^  de  ReyÜlagí- 
gedo,  Núm.  94.  México,  D.  F. — Es 
ésta  una  fái)rica  de  tejidos  de  punto. 
Expende  hilazas  mercerizadas,  hilo 
bolita  "Sol  y  Luna,"  hilo  crochet  y 
de  otras  clases.  Son  sus  propietarios 
los  señores  B.  Oliver,  S.  en  C. 

"LA  MUTUA"  de  Nueva  York.— Edifi- 
cio de  La  Mutua,  Avenida  Cinco  de 
Mayo.  México,  D.  F. — Compañía  de 
seguros  sobre  la  vida;  Director  ge- 
neral:  H.  E.  Bourchier. 

"LA  PALETA;"  de  José  M.  Urquidi.— 
Calleión  del  Espíritu  Santo,  Núm. 
14.  México,  D.  F. — Comercio  de  ar- 
tículos de  dibujo  y  pinturas.  Esta- 
blecido en  1882. 

LA  PERFECCIONADA,  S.  A— México, 
D.  F. — Fábrica  de  Bonetería  é  Hi- 
lados, establecida  en  1900  con  un  ca- 
pital de  $1.000,000. 

"LA  PERL  V,"— Esquina  de  San  Fran- 
cisco y  Callejón  de  Santa  Clara.  Mé- 
xico, D.  F.-  Esta  es  una  gran  joye- 
ría y  relojería  establecida  en  1879,  y 
perteneciente  á  los  señores  Diener 
Hnos. 

"LA  PRIMAVERA."— Grandes  Alma- 
cenes  de   Ropa   y  Novedades   de  I*. 


19 


Thome  y  Cía.,  Sucesores. — Esquina 
Condesa  y  Oratorio.  León,  Estado  de 
Gnanajnato. — Estos  almacenes  fue- 
ron establecidos  en  ISSl.  Los  actua- 
les socios  de  la  compañía  son  los 
señores  Sebastián  Donnadieu,  Jean 
Silve  y  Aimé  Donnadieu. 

«LA  PROBIDAD."— Fábrica  de  Algo- 
dón, (hilados  y  tejidos).)  Fundada 
en  1860.  Especialidad.  Driles  Jala- 
peños  de  hilo  torzal.  B.  Manuel,  Su- 
cesores. Apoderado:    Rafael  Nevé. — 

. .  Jalapa,  Ver, 

«LAS  FABÍÍir  AS     DE     FRANCIA."— 

Cajón  de  Ropa. — Portal  Aldania,  Nú- 
mero 34,  León,  Estado  de  Guana jna- 

to. — Estos  grandes  almacenes  son 
propiedad  de  los  señores  Pons  y  Cía. 
Fueron  establecidos  en  1884.  Los 
actuales  socios  son  los  señores  Emi- 
le  James  y  José  Pons. 

"LA  SIRENA."— Tlapalería  y  Ferrete- 
ría  de  M.    Pezaña,   Sucr. — Calle   del 
.  Refugio,   Njíni.   15.   México,   D.   F. — 

Tiene  surtido  de  artículos  de  los 
ramos  mencionados,  barnices  de  Va- 
lentín, de  Nobles  y  Hoare  y  Mur- 
phy,  herramientas  y  materiales  pa- 
ra la  fabricación  de  flores  artificia- 
les. Establecida  en  1820. 

«LA  SORPRESA."— Almacenes  de  Do- 
renberg  Peiersen  &  Co. — Puebla. — • 
Tienen  un  surtido  completo  de  ar- 
tículos de  Ferretería,  Mercería,  Mue- 
blería, Cristalería,  Joyería,  Perfu- 
mería, Maquinaria,  etc.  Venden  tam- 
bién carruajes  y  papel  tapiz.  Casa 
establecida  en  1SÜ7.  Los  socios  son 
los  señores  Pablo  Petersen,  José  Do- 
renberg  y  Julio  Siegle 

«LA  TABACALERA  MEXICANA,  S.  A 
—México,  D.  F.— Se  fundó  en  1899, 
bajo  la  razón  social  de  Basagoiti, 
Zaldo  y  Cía.  En  1907  se  convirtió  en 
sociedad  anónima  con  capital  de 
$2.000.000. 

«LA  TOLTECA,"  Compañía  de  Cemen- 
to Portland,  S.  A. — Capital  invertido, 
$500,000.  —  Oficina  principal,  Gante 
Núni.  14. 

México,  D.  F. — ^Vicepresidente  y  Ge- 
rente general:  "W.  E.  Burk. 

LA  ÜNION  DE  LAS  COLONIAS.— Al- 
macén de  Abarrotes.  Ventas  por  ma- 
yor y  menor. — Santa  María  y  Alza- 

..te,  México,  D.  F. — Gerente:  A.  Cam- 
po 11  o. 

«LA  UNION  LICORERA"  de  Antonio 
Barcelo. — Calle  de  Jiménez,  Número 
1,633  .México,  D.  F.— Es  esta  una  fá- 
brica de  licores  y  comercio  de  acei- 
tes franceses  y  españoles,  embote- 
llados y  en  botes.  Expende  también 
Jerez  quinado  y  mezcal  Sotol.  Se 
•estableció  en  1900.  La  razón  social 
fué  anteriormente  Molina  Alonzo  y 


Bercelo;  después  Alonzo  y  Barcelo 
y  hoy  A^ ionio  Bn ícele. 

"L'CNION,"  compañía  francesa  de  se- 
guros contra  incendio. — Calle  de  Ca- 
puchinas, \úni.  7.  México,  D.  F. — Su 
residencia  en  París  es  en  la  Plaza 
de  Vendóme,  9.  El  apoderado  en  Mé- 
xico es  el  señor  Marcel  Deffés.  Fué 
fundada  en  1828.  y  se  estableció  en 
México  en  JS98. 

«LA  VICTORIA,  S.  A.,  fábrica  de  teji- 
dos de  lana. — Calzada  de  la  Viga,  es- 
quina con  la  de  la  Resurrección,  Mé- 
xico, D.  F. — Esta  compañía  sucedió 
en  1909,  á  la  de  Ibáñez  y  Prieto,  S. 
en  C,  la  que  desde  1903,  era  suce- 
sora  de  Antonio  Basagoiti,  quien  ha- 
bía establecido  el  negocio  en  1894. 
Fi  ]ires;idf.nte  de  la  actual  compa- 
ñía es  l)cu  Antonio  Basagoiti,  y  el 
Director  Gerente,  Don  Adolfo  Prieto. 

LA  VILCANIZADORA  DAVIS.— Aye- 
nida  Juárez,  Núni.  66.  México,  D.  F. 
— Negocio  de  Goma  elástica  vulca- 
nizada, rescargue  de  acumuladores 
eléctricos.  Expende  llantas  "Dia- 
mond." El  propietario  es  Jack  M. 
Davis,  quien  se  estableció  en  1907. 

"LE  LOüVRE,"  gran  camisería  y  per- 
fumería de  Bacha  y  Cía.,  Suos. — 
Avenida  del  16  de  Septiembre,  Núm» 
67.  México,  D.  F. — Tienen  la  fábri- 
ca de  perfumes  en  Puente  de  Carre- 
tones 10^/^  y  además  de  ésta  y  la  fá- 
brica de  camisas,  tienen  almacén  de 
sedería  y  otros  artículos  extranje- 
ros. Los  propietarios  son  los  seño- 
res Selim  Abraham  y  Negib  Bacha. 

LE  LOÍIVRE.— Puebla.— Bonetería  y 
Lencería.  Especialidad  en  artículos 
de  iglesia.  Establecido  en  1900. 

LESSANCE  A.,  Sucs.— Calle  del  Niño 
Perdido,  Núm.  5%  y  callejón  de  Pa- 
jaritos Núm.  8 Vi!  y  9.  México,  D.  F. — 
El  negocio  consiste  en  la  curtiduría  y 
expendio  de  bandas  de  cuero  para 
maquinaria,  guarniciones  y  charo- 
les para  carrocerías.  La  propietaria 
es  de  la  señora  Adela  M.  Vda.  de 
Sanders.  Establecióse  en  1858. 

librería  EDITORIAL  de  la  Vda.  de 
C.  Bouret. — Avenida  del  Cinco  de 
Mayo,  Núm.  5.  México,  D.  F. — Esta 
casa  edita  libros  de  texto,  adaptados 
á  las  escuelas  mexicanas.  Tiene  un 
departamento  de  materiales  escola- 
res, y  una  extensa  biblioteca  de 
obras  españolas  y  francesas  de  cien- 
cias, literatura,  artes  y  oficios,  etc. 
La  casa  tiene  también  almacenes  en 
París.  Sus  gerentes  son  los  señores 
Raoul  Mille  y  Elle  Esnault.  Fué  fun- 
dada en  1820. 

LIONS  HERMANOS  y  Cía.— Importa- 
dores  y  exportadores.  Son  los  pro- 
pietarios del  Almacén  de  Ropa  y  No- 
vedades La  Ciudad  de  México,  1*  de 


20 


Mercaderes,  Núnis.  2  y  4,  Puebla;  y 

de  la  Fábrica  de  Hilados  y  Tejidos 
de  Algodón  El  León,  ubicada  en 
Atlixco,  del  mismo  Estado  de  Pue- 
bla.— Establecidos  desde  1862.  Los 
socios  actuales  de  la  Compañía  son 
los  señores  Eugene  Lions,  Jules 
Lions,  Adrien  Reynaud,  Casimir  Phi- 
lip, Luis  Moutte  y  Jean  Lions. 

LISTER  l\  V.  &  Cía.,  contratistas.— 
Tienen  su  oficina  principal  en  ia 
calle  de  Don  Juan  Manuel,  Hiíim.  20. 
México,  D.  F. — Construyen  pavimen- 
tos de  asfalto  y  de  otros  materiales, 
obras  de  abastecimiento  de  aguas, 
etc.  Se  establecieron  en  1905. 

LLOYD  C.  H.— Arenida  del  Cinco  de 
Mayo,  Núm.  1.  México,  D,  F. — Es 
único  agente  de  D.  L.  Flack  &  Son, 
de  Londres,  y  de  la  American  Creo- 
sote Works,  Inc."  de  Nueva  Orleans. 
La.  Comenzó  sus  negocios  aquí  en 
1906,  importando  carbón,  coke,  an- 
tracita y  otros  muchos  productos  in- 
gleses. 

LOCKHART  ALFREDO.— Calle  de  las 
Cruces,  ííúni.  6.  Puebla. — Gerente  y 
Apoderado  de  la  importante  casa  P. 
Reddaway  y  Cía.,  Ltda.,  Pendleton, 
Manchester,  Inglaterra.  Dicha  casa 
es  la  única  que  fabrica  las  afamadas 
bandas  "Pelo  de  Camello"  y  artícu- 
los diversos  como  tubos  de  algodón, 
cañamazo  y  cauchu.  El  señor  Lock- 
hart  está  establecido  en  Puebla  des- 
de el  año  de  1907. 

LOEB  HERMANOS.— Esquina  de  la 
Avenida  San  Francisco  y  Callejón 
de  la  Alcaicería.  México,  D.  F. — Son 
importadores  y  comerciantes  por 
mayor  y  menor,  en  cristalería,  loza, 
porcelana,  lámparas,  cuchillería  fina 
y  efectos  plateados.  Tienen  oficina 
en  París.  Estableciéronse  en  Méxi- 
co en  1889,  'Siendo  los  socios  Max 
Loeb  y  Jacobo  Lceb. 

LOIZAGÍA  HER?JA]VOS.— 6^  Calle  de 
Guerrero,  Jíúni.  122.  México,  D.  F. 
— Casa  fundada  en  1906. — Fábrica 
general  de  Punto  "La  Europea." 

LÓMELO,  AUSE>  CIO.— Calle  Benito 
Juárez,  letra  A.  Guanajuato. — Esta- 
blecido desde  1890.  Su  negociación 
lleva  el  nombre  de  El  Ancla  de  Oro. 
Se  ocupa  el  señor  Lomelín  en  toda 
clase  de  comisiones  y  consignacio- 
nes. Es  agente  en  Guanajuato  de  la 
Cervecería  Cuauhtemoc,  S.  A.,  y  sub- 
agente  de  la  Compañía  de  Seguros 
contra  Incendio  "The  Liverpool  and 
London  and  Globe." 

LOXDOX  ASSITRAXCE.— Agentes  apo- 
derados, P.  y  J.  Jacques,  S.  en  C. — 
Calle  de  Don  Juan  Manuel.  México, 
D.  F. 

LONDOX  GüARA\TEE  AND  ACCI- 
DENT  COMPANY,  Ltd.— La  casa 


matriz  está  en  Londres,  y  la  Agencia 
en  México  se  halla  en  la  calle  de 
Gante,  Nm.  11,  siendo  el  agente  ge- 
neral el  señor  L.  H.  Miller.  El  capi- 
tal pagado  de  esta  Compañía  en  1907 
era  de  75,000  libras  esterlinas. 

LOüSTAN  D.  &  Cía.— 2''  calle  de  Píate- 
ros,  Núm.  10.  México,  D.  F. — Son  co- 
misionistas. Se  encargan  de  despa- 
chos aduanales  en  Veracruz  y  Méxi- 
co. Tienen  lanchas  para  descargar  y 
embarcar,  remolcadores  y  embarca- 
ciones cubiertas  para  cabotaje.  Los 
propietarios  son  los  señores  Denis 
Loustan  (fundador  en  1879),  Alexis 
Loustan  y  Joseph  Brausset. 

"LOS  INDUSTRIALES,"  S.  A. Ta- 
lleres en  la  Prolongación  de  San 
Salvador  el  Seco.  México,  D.  F. — 
Manufactura  hierro  y  acero.  Presi- 
dente, Ing.  Sebastián  Camacho.  Se 
estableció  en  1887.  Capital,  $152,000. 

LUNA  RAMOS  é  Hijo— Puebla.  1*  de 
Mercaderes,  Núm.  9. — Propietarios 
de  la  Sedería  La  Elegante,  fundada 
en  1869.  Este  establecimiento  vende 
máquinas  de  coser,  tablear  y  enca- 
rrujar; adornos,  botones,  blondas, 
encajes,  guantes,  corbatas,  medias, 
perfumes,  ñores  artificiales  y  mul- 
titud de  artículos  de  fantasía. 

LUNDBERG  G.— Venta  de  productos 
de  Suecia,  establecida  en  1907. — Cin- 
co de  Mayo,  Núm.  82.  México,  D.  F. 

Me  LAREN  T  HERNÁNDEZ.— Nego- 
cios administrativos  y  judiciales. — 
Esquina  San  Francisco  y  Callejón  de 
Betlemitas,  Núm.  217.  México,  D.  F. 

MACNABB  JAS.  F.  &  Co.,— Calle  de 
Tiburcio,  Núm.  18.  México,  D.  F. — 

Anteriormente  eran  Ford  &  Mac- 
nabb.  El  señor  Ford  se  estableció  en 
México  en  1898;  el  señor  Macnabb 
se  asoció  al  señor  Ford  en  1905.  Son 
contadores  y  glosadores,  también  es 
el  señor  Macnabb  agente  general  de 
la  "Palatine  Insurance  Company, 
Ltd.,"  Compañía  de  Seguros  contra 
Incendio. 

maderería  "LA  PROVEEDORA,"  de 

Silviano  M.  Saldaña. — 3"  calle  de 
Mina,  Núm,  59.  México,  D.  F. — Co- 
mercia en  maderas  del  país  y  norte- 
americanas, y  tiene  talleres  de  tor- 
nería y  de  hacer  molduras.  Estable- 
cida en  1899. 

MAQUIVAR  y  Compañía. — Pachuca. — 
Almacén  de  Fierro,  Ferretería,  Mer- 
cería y  abarrotes.  Establecida  en 
1867. 

MARMOLERÍA  ITALIANA.— Talleres 
de  escultura  y  arquitectura  de  Aqui- 
les  y  Ardella. — Los  talleres  están  en 
la  segunda  de  la  Pila  Seca,  Núm.  6; 
el  despacho  en  la  Avenida  Indepen- 
dencia, Núm.  40.  México,  D.  F. 


21 


IffAETEL  J.  ALFREDO Sombrerería 

El  Conejo. — 6''  Bolívar. — :\Ianiifactu- 
ra  de  pelo  y  fábrica  de  sombreros. — 
Piaznela  San  Salvador  el  Tcrde,  hú- 
mero 14.  ííéxico,  D.  F. 

MAKTIXEZ  Y  :,IADRAZO,  Sucs.  Co- 
misionistas.— Calle  de  Guauajiiato, 
^úni.  2L — León,  Estado  de  Gnaiia- 
jnato. — Venden  artículos  de  la  in- 
dustria de  León.  Casa  establecida  en 
1885. 

MARURE   E.   &   Cía.— Veracraz,   Ver. 

— Comerciantes  y  Comisionistas.  Fá- 
brica de  aguardiente  en  San  Fran- 
cisco de  las  Peñas,  Ver. 
MARX  LUCIANO — Representante  y 
agente  apoderado  de  S.  Larcher  Pére 
et  Fils  Jeune.  Bordeaux. — Calle 
Isabel  la  Católica.  >'úm.  1.  México, 
D.  F. 

MEXDEZ  J.  J.,  representante  y  crga- 
nzador  de  compañías  mineras. — Ca- 
lle de  Gante,  Núni.  12.  México,  D.  F. 
— Es  presidente  de  las  compañías 
mineras  "El  Dorado,"  S.  A.;  "Cam- 
pechana, Triunvirato  y  Anexas,"  S. 
A.,  y  "La  Rambla,"  S.  A.;  gerente 
de  la  compañía  minera  exploradora 
de  León.  Gto.,  S.  A.  Establecido  en 
1905. 

MERCAMIL  BA>'KI>G  Co.— Esquina 
1"  San  Francisco  y  Betlemitas.  Mé- 
xico, D.  F. — Presidente:   Geo.  J.  Me 

Carty. 

MERCERÍA  Y  FERRETERÍA  de  Ra- 
món Bouchez. — Jalapa,  Ver. — ^Casa 
fundada  en  1835. 

MEXICAX  CONSTRÜCTION  AND  Elí- 
GINEERIXG  Company,  Ltd.--Geren- 
te:  W.  H.  Schaefer. — Centro  .^ercan- 
tih  México,  D.  F. 

MEXICAX  ELECTRICAL  SüPPLY  Co., 
S.  A. — Avenida  de  la  Independencia, 
'Súm.  2.  México,  D,  F. — -Agentes  de 
varias  fábricas  extranjeras  y  comer- 
ciantes en  materiales  eléctricos, 
alambre  de  cobre  y  lámparas  injan- 
descentes.  El  Gerente  general  es  el 
señor  J.  A.  Pierce. 

La  Compañía  Mexicana  de  Lám- 
paras Incandescentes,  S.  A.,  reside 
en  Nonoalco,  México,  D.  F.  Su  capi- 
tal social  es  de  $160,000,  y  se  esta- 
bleció en  1904.  Produce  2,500  lám- 
paras por  día  y  las  exporta  al  Cana- 
dá y  á  otros  países. 

MEXICAX  GENERAL  ELECTRIC 
Company. — San  Juan  de  Leírán,  Nú- 
mero 3.  México,  D.  F. — Maquinaria 
Eléctrica.  Director  Gerente:  D.  Ma- 
zenet. 

MEXICAN  NATION  VL  PHONOGRAPH 
Co.— 4"  Tacuba  Núni.  33.  ?Jéxico,  D. 
F. — Fonógrafos,  cinematógrafos,  ba- 
terías eléctricas,  folladores  automá- 
ticos. Gerente:   Georges  ^I.  Nisbett. 


MEXICAN  TITLE-3Í0RTGAGE  Co.,  S. 
A. — Callejón  del  Espíritu  Santo.  Mé- 
xico, I),  F. — Gerente:  Malcolm  C. 
Little. 

?íIEXICO  CITY  BANKING  COMPANY," 

S.  A. — Avenida  de  San  Francisco, 
Núni.  14.  México,  D,  F. — Tiene  un 
capital  y  reserva  de  $1.000,000.  Su 
presidente  es  el  señor  Juan  L  Beck 
y  su  gerente  el  señor  F.  J.  Dun- 
kerley. 

MÉXICO  EQOPMENT  Co.,  S.  A.,— Ma- 
quinaria y  accesorios  eléctricos  y 
para  minas. — Avenida  Independen- 
cia, Núni,  31.  ?Iéxico,  D.  F. — Estable- 
cida en  1904.  Presidente:  H.  E.  Al- 
bright.  Vicepresidente:  Ch.  Me.  C. 
Anderson.  Secretario  y  Tesorero: 
Will  N.  Parscms. 

MICHEL  CHRISTIAN  y  Cía.,  Ingenie- 
ros de  máquinas  y  contratistas. — ■ 
Zuleta,  Núni.  1.  México,  D.  F. 

MIER  VDA.  DE  &  Co  — Puelila.- Ha- 
cendados é  Industriales.  Poseen  la 
hacienda  de  los  Molinos,  en  Perote, 
Veracruz;  la  fábrica  de  hilados  y 
tejidos  "La  Claudica"  fundada  en 
1899,  la  cual  tiene  su  despacho  en 
la  calle  de  San  Martín,  Núni.  3;  y  un 
aserradero  para  madera  de  pino  y 
oyamel,  duela  y  viguería.  La  señora 
Claudina  F.  Vda.  de  Mier  es  socio 
capitalista  y  el  señor  Ignacio  Me- 
néndez,  socio  industrial. 

MILLIKEN  BROS.,  New  York.— La  su- 
cursal de  esta  casa  en  México  se  ha- 
lla en  esta  ciudad,  en  el  edificio  de 
La  Mutua.  Fabrican  lingotes,  lámi- 
nas, barras,  acero  y  hierro  estruc- 
tural y  ornamental.  Establecidos  en 
México  en  1898.  Gerente:  S.  Fortín, 
Ingeniero  Contratista. 

MOLINO  DE  CILINDROS  "LA  PRO- 
VIDENCIA."- Núñez,  Náni.  4.  Pue- 
l)la. — Es  molino  de  harina;  fué  es- 
tablecido en  1896  y  tiene  capacidad 
para  200  barriles  diarios.  Propieta- 
rio:  Emilio  Tiffaine. 

MOLINO    DEL    FÉNIX.— Querétaro.— 

Este  molino  produce  harina  de  tri- 
go de  superior  calidad.  Fué  estable- 
cido en  1902.  La  agencia  en  México 
está  en  la  calle  de  la  Acequia  ó  Za- 
ragoza, Núni.  23  bis.  El  propietario 
es  el  señor  Pablo  Lozada. — AJameda 
Hidalgo,  costado  Norte. — Querétaro. 

MOLINO  DE  "SAN  MANUEL."- Pue- 
bla.— Propietario :  Fermín  Besnier. — 
ó""  Palafox  y  Mendoza,  Núnj.  18. 

MONASTERIO  J,  O.,  Ingeniero  conce- 
sionario del  sistema  Hennebique. — • 
Cemento  armado. — Edificio  Bancario. 
México,  D,  F, 

MOREAU  P.  L.,  Agente  de  patentes.— 
Ex-Seminario,  Núm.  1.  México,  D.  F. 


22 


JÍOSLER,  BOWEN  &  COOK,  Sucr. 
(George  \V.  Cook), — 2''  San  Fran- 
cisco, j\úiu.  6.  Jíéxico,  D.  F. — Cris- 
talería, Material  escolar,  alfombras 
y  cortinas,  papel  tapiz,  papelería, 
muebles,  cajas  fuertes,  contadores 
de  dinero  y  máquinas  de  escribir. 

MÜLLER  CARLOS.— Avenida  Juárez, 
jVíim.  88.  México,  D.  F. — Apoderado 
de  casas  extranjeras:  La  Sociedad 
de  los  Automóviles  "Peugeot"  de  Pa- 
rís; bicicletas  y  motocicletas  "Al- 
cyón;"  coclies  -repartidores  "Roval," 
y  representante  de  muchos  fabri- 
cantes de  drogas  y  substancias  ali- 
menticias. 

MUNDET  L.  é  Hijos,  Sucs.— 8^'  calle 
del  Sabino. — Importadores  y  fabri- 
cantes de  tapones  y  útiles  para  em- 
botellar. Propietario:  Arturo  Mun- 
det.  Establecido  en  España  en  1865 
y  en  México  en  1902. 

MULLER  .HERMANOS.— Esquina  de 
las  calles  del  Dr.  Casimiro  Licéaga 
y  del  Dr,  Carniona  y  Valle.  México, 
D.  F. — Tienen  talleres  de  imprenta, 
litografía,  encuademación,  raya- 
dos, estereotipia  y  fotograbado.  Es- 
tableciéronse en  1900. 

MüNGüIA  ENRIQUE.— Calle  de  Ver- 
gara,  ]Vúm.  6.  México,  D.  F. — Tiene 
un  repertorio  de  música,  pianos,  au- 
to-pianos, harmonios  é  instrumen- 
tos para  bandas.  Se  estableció  en 
1899,  y  tiene  sucursales  en  Guadala- 
jara,  San  Luis  Potosí  y  Zacatecas. 

MÜRIEL  Y  ARMID A.— Avenida  Juá- 
rez,  Núiu.  34.  México,  D.  F. — Son 
agentes  para  la  venta  de  artículos 
para  oficinas,  tales  conio  máquinas 
de  escribir,  plumas  fuentes  ,máqui- 
nas  de  calcular,  y  otros,  con  cuyo  ne- 
gocio se  establecieron  en  1908. 

Tienen,  también,  un  servicio  de 
órdenes  y  pedidos  por  correo,  esta- 
blecido en  1909. 

NEW  ENGLAND  AND  MÉXICO.— 
Puente  del  Espíritu  Santo,  Ni'ini.  8  y 
9.  3íéxico,  D.  F. — Comerciantes  y 
confeccionadores  de  trajes  para  hom- 
bres y  niños,  uniformes,  libreas,  ca- 
potes, etc.  Tienen  nueve  sucursales 
en  América  y  Europa,  estando  la 
casa  matriz  en  Bruselas.  Se  esta- 
bleció en  1902.  El  Gerente  es  el  se- 
ñor Armand  Bugnot. 

NATIONAL  METAL  C03IPANY.— 1" 
calle  de  Santa  Teresa,  Núni.  2.  Mé- 
xico, D.  F. — Compradores  de  mine- 
rales y  metales.  Presidente:  C.  B. 
Lewis;  vicepresidente,  H.  P.  Lewis. 
Comenzó  esta  compañía  sus  opera- 
ciones en  1900.  Su  capital,  $1.000,000. 
Los  mismos  señores  Lewis  tienen 
formadas  las  compañías  siguientes: 
"Colonia  Calzada  Vallejo,  S.  A." 
que  se  dedica  á  la  venta  de  terrenos. 


fundada  en  1907,  con  capital  de 
$10,000,  y  cuyo  presidente  es  C.  B. 
Lewis. 

La  "Compañía  de  Terrenos  de  Pe- 
ralvillo,"  S.  A.,  con  capital  de 
$10,000,  fundada  en  1909,  que  tam- 
bién se  ocupa  de  la  venta  de  terre- 
nos, y  cuyo  presidente  es  H.  P.  Le- 
wis. 

La  "Compañía  Industrial  de  Pa- 
tentes," S.  A.,  con  capital  de  $40,000, 
fundada  en  1909,  cuyo  presidente  es 
también  H.  P.  Lewis. 

NATIONAL  PAPER  AND  TYPE  COM- 
PANY. — l'-^  de  Nuevo  México,  Núni. 
122.  México,  D.  F. — Casa  establecida 
en  1900.  Gerente:  J.  H.  Jacobs. 

NEEL  W.  R.,  Ingeniero  y  Contratista. 
— 5"  Córdoba,  Núni.  102.  México,  D. 
F. 

NEGOCIACIÓN  MANUFACTURERA 
del  Hierro  de  Zimapán. — Gerente: 
Ricardo  Honey. 

Depósito:  T  de  las  Delicias,  Núni. 
55.  México,  D,  F. 

NEGOCIACIÓN  MINERA  «CRUZ  Y 
ANEXAS,"  de  los  señores  Lewis  y 
Lujan,  ingenieros. — Avenida  de  San 
Francisco,  Núni.  52.  México,  D.  F. — 
El  mercurio  es  el  metal  que  se  ex- 
trae de  la  mina. 

NEGOCIACIÓN  MINERA  DE  SAN  RA- 
FAEL  Y  ANEXAS Pacliuca.— Ge- 
rente general:   E.  Girault. 

OAXACA   S3IELTER   CORPORATION. 

—  Oficina  principal:  Boston,  Mass., 
U.  S.  A.— Capital  social,  $1.500,000, 
oro. 

OBREGON  CLAUDIO.— Guana.Uiaío.  2^ 
calle  de  Alonso,  Núni.  22. — Importa- 
dor y  Comisionista.  Casa  establecida 
en  1869.  Los  ramos  en  que  se  ocupa 
son:  mueblería  en  general,  cristale- 
ría, mercería  fina,  vinos  y  licores  fi- 
nos. 

Las  haciendas  del  Trejo  y  de  la  Ga- 
rrida pertenecen  á  los  Sres..  Claudio 
Obregón  é  Hijos.  Dichas  haciendas 
producen  principalmente  trigo  y 
maíz,  fuera  de  otros  productos  se- 
cundarios. 

ÓPTICOS  DE  KING.— Avenida  de  San 
Francisco,  Núm.  47.  México,  D.  F. — 
Representan  á  la  Julius  King  Opti- 
cal  Company.  que  tienen  casas  esta- 
blecidas en  Chicago,  Nueva  York  y 
París.  Comercian  en  anteojos  y  len- 
tes por  mayor  y  menor.  Los  repre- 
sentantes en  esta  ciudad  son  W.  A. 
Neff  y  Cía.  Estableciéronse  en  1892. 

PACHIANO  C.  y  Cía.— Vinos  y  licores, 

PADILLA  HERMANOS.— Agricultores. 
Fabricantes  y  Comisionistas. — Plaza 
Principal,  Portal  Aldania,  Núms.  37, 
88  y  39»  León,  Estado  de  Guaiiajuato. 

— Establecidos  en  1885.  Son  propie- 


23 


tarios  de  la  Fábrica  de  lana,  hilados 
y  tejidos  El  Progreso,  y  de  las  ha- 
ciendas, San  Miguel  del  Sauz  y  San- 
ta Rita,  que  producen  maíz,  trigo, 
garbanzo  y  frijol. 
PA?<.MEXICA>  REALTY  &  SECURI- 
TIES'  Company. — Avonida  Juárez, 
Núm.  8.  México,  D.  F. — Se  ocupa  de 
negocios  mineros,  bienes  raíces  y 
efectos  públicos  y  de  comercio  de 
todas  clases,  con  42  agencias  esta- 
blecidas en  los  Estados  Unidos  é  In- 
glaterra. Presidente:  Dr.  Peter  Ols- 
son  Seffer. 

compañía  coloia  roma  sur,  s. 

A.— 2'  calle  de  Madrid,  >úni.  33.— 

Negocio  en  tierras  de  la  expresada 
colonia.  Presidente:  Eduardo  W. 
Orrin.  Comenzó  sus  operaciones  el  8 
de  Enero  de  1906.  Capital  social  pa- 
gado, $900,000. 

«pasamanería  FRA^CESAo"— Ta- 
lleres y  despacho,  en  la  2''  Ribera  de 
San  Cosme,  >'úiii.  21,  México,  D.  F. — 

El  Consejo  de  Administración  de  es- 
ta Compañía  está  compuesto  de  los 
señores  F.  Pimentel  y  Fagoaga,  Luis 
Barroso,  y  otros,  y  su  gerente  es  el 
señor  H.  Cassereau.  Fué  establecida 
en  1904,  y  su  capital  social  es  de 
$225,000. 

PATERSOX,  (líriLLERMO,  Sucs.— 4" 
de  Xuevo  íléxlco,  >'úni.  86.  México, 
I).  F. — Son  plomeros  especialistas 
en  obras  sanitarias,  establecidos  en 
1905.  Además  de  la  casa  matriz  tie- 
nen una  sucursal  en  la  Ayeuida  de 
la  Indcijeiideiicia,  >'úni.  21.  La  so- 
ciedad se  compone  de  los  señores 
Guillermo  y  Jas.  A.  Paterson,  hi- 
jos del  fundador.  Su  capital  es  de 
$120,000.  Importan  y  venden  artícu- 
los sanitarios;  fabrican  tubería  de 
plomo  y  artefactos  del  ramo. 

PELLOTIER,  HERMANOS.— Portal  de 
Mercaderes,  >'úiii.  i.  México,  D.  F. — 
Sombrerería  Sombrero  Colorado.  Fá- 
brica ¿e  sombreros  en  la  Plazuela  de 
Iñ  Concepción. 

PENXSYLVAMA  STEEL  COMPA>Y, 
de  Steelton,  Pennsylvania,  y  The 
Maryland  Steel  Company,  de  Spa- 
rrows  Point,  Md. — La  sucursal  de 
estas  Compañías  norte-americanas  se 
halla  en  el  edificio  de  La  Mutua,  Mé- 
xico, D.  F. — El  agente  para  las  ven- 
tas aquí  es  F.  H.  Tackaberry,  quien 
lo  es  también  para  otras  Compañías 
nirate-americanas,  habiendo  abier- 
to su  oficina  en  1906. 

PÉREZ.  (ARLOS,  Sucr.— Edificio  Cen- 
tro Mercantil,  México,  D.  F. — Es  re- 
presentante de  casas  extranjeras;  se 
encarga  de  la  instalación  de  talle- 
res mecánicos  y  maquinaria  eléc- 
trica;   de    construcciones    importan- 


tes como  fábricas  completas,  insta- 
laciones eléctricas  para  poblaciones, 
drenaje,  etc.  Establecido  en  1906. 
PÉREZ,  JIAX.— Calle  del  Costado  de 
San  Pedro,  IVúm.  6.  Puebla. — Propie- 
tario de  la  Hacienda  San  Miguel 
Xoxtla,  ubicada  en  los  distritos  de 
Cholula  y  Zaragoza,  de  los  Estados 
de  Puebla  y  Tlaxcala;  y  del  Ingenio 
de  Tétela,  situado  en  jurisdicción  del 
Distrito  de  Matamoros,  del  Estado  de 
Puebla.  Este  último  tiene  refinería 
de  azúcar.  La  Hacienda  produce 
maíz,  trigo,  frijol,  etc.  Hay  también 
en  sus  terrenos  unas  canteras  de  na- 
turaleza especial,  muy  á  propósito 
para  material  de  construcción.  Es- 
tas canteras  son  de  piedra  muy  fina, 
que  se  puede  trabajar  como  el  már- 
mol. 

PERROUX,  M.,  y  Cía.,  S.  en  C— Alma- 
cenistas por  mayor.  Importadores  y 
exportadores.  Representantes,  Cham- 
pagne Veuve  Cliquot,  vinos,  licores, 
conservas,  etc. — Veracruz,  Ver. 

PINTO,  L,  &  H.,  LIMITED.— Veracruz, 
Ver. — Plantaciones,  Almacén  y  Fá- 
bricas de  Tabacos  "El  Destino,"  "La 
Nacional,"  "La  Unión."  Establecida 
en  1890.  Gerente:  Alberto  Rendón. 

"PLOMERÍA  DE  LAS  DELICIAS,"  su- 
cesión  de  Francisco  Lari. — 2"  de  las 
Delicias,  Núni,  1.  México,  D.  F. 

PONZANELLL  A.,  escultor.— Calle  de 
Zulcta,  Núm.  8,  México,  D  .F. — En- 
tre sus  obras  se  cuenta  un  busto  del 
Presidente  Díaz.  Se  estableció  en 
1904. 

PORRAZ,  Al'íirSTE.- Avenida  Inde- 
pendencia,  Núm,  18.  México,  D.  F. — 
Es  agente  para  la  República  Mexi- 
cana de  varias  casas  de  Inglaterra 
y  Francia,  productoras  de  artículos 
fotográficos,  como  placas,  papeles, 
películos,  productos  químicos,  acce- 
sorios v  aparatos.  Establecióse  en 
1908. 

PRICE,  IVATERHOrSE,  y  Co.— Char- 
tered  accountants. — Avenida  San 
Francisco  y  Betlemitas.  México,  D. 
F. 

QíESAD.i,  (ANDIDO.— 2^  calle  del 
Salto  del  Agua„  Núni.  8.  México,  D. 
F. — Talleres  de  grabado  en  acero  y 
cobre,  litografía,  imprenta  y  encua- 
demación. Se  estableció  en  1909. 

(jriNTANA,  HERMANOS.— México,  D. 
F. — Sus  negocios  son:  la  armería, 
fundada  en  1875;  la  fábrica  de  car- 
tuchos para  riflles  y  pistolas,  funda- 
da en  1884:  y  la  fábrica  de  mosaicos, 
establecid?,  en  1892. 

RAL,  Y  LORENZO,  comisionistas.— 
Tienen  almacenes  en  Puente  Que- 
brado, \ún».  (?.  y  despacho  en  Tibur- 
cio,  Núm.  14  México,  D.  F. — Esta  ca- 


24 


sa,  fundada  en  1907  "se  dedica  á  ]f 
compra  de  arroz  y  café,  cultivando 
y  cosechando  ta-mbién  este  último. 
Tienen  depósito  de  aguarrás  y  de 
colofonia;  compran  y  venden  semi- 
llas y  poseen  en  España  una  fábri- 
ca de  papel  para  cigarrillos.  Los  so- 
cios son  los  señores  Juan  Ral  y 
Agustín  y  Juan  Lorenzo,  siendo  es- 
te último  señor  el  apoderado  gene- 
ral. 

KEYNAUD,     FERDOAND.— Hotel     y 

Restaurant  (antiguo  Español).  Mer- 
caderes y  costado  de     San     Pedro. 
Puebla. 
RETES,     RAMÍREZ,    .JUVENTINO.— 

Propietario  de  tres  Haciendas  en  el 
Estado:  la  de  San  Nicolás,  la  de  Tax- 
tillán,  y  la  de  Temextla,  en  las  cua- 
les se  produce  maíz,  trigo,  cebada, 
frijol  y  centeno.  También  en  todas 
ellas  hay  siembras  de  maguey  y  pro- 
ducen pulque.  Otro  artículo  que  se 
explota  es  la  raíz  para  hacer  cepi- 
llos. 

REBOLLEDO,  MIGUEL,  Ingeniero- 
Reside  en  Cordobanes,  IViini.  2.  Mé- 
xico, D.  F. — Su  especialidad  es  la  del 
cemento  armado,  sistema  patenta- 
do de  Hennebique,  y  es  agente  gene- 
ral del  sistema  patentado  de  cimen- 
tación por  compresión  mecánica  del 
suelo  llamado  "Compressol."  Se  es- 
tableció en  1905. 

RASST,  LEÓN.— Santa  Catarina,  Núni. 
16.  Puebla. — Industrial  y  hacendado. 
Propietario  de  la  Fábrica  de  Hila- 
dos y  Tejidos  de  Punto  "La  Prusia," 
situada  en  la  Plazuela  de  Antunia- 
no,  ííúni.  3.  Puebla,  y  establecida  el 
año  de  1901.  El  señor  Rasst  es  pro- 
pietario también  de  la  Hacienda 
"Concepción  Capulac"  y  anexas,  si- 
tuadas en  el  Distrito  de  Tecali,  del 
mismo  Estado. 

REMIÍíGTO?í  TYPEWRITER  COMPA- 
NT. — Esquina  del  Cinco  de  Mayo  y 
2"  del  Teatro  Nacional.  México,  D.  F. 

— Agencia  de  las  máquinas  de  escri- 
bir Remington.  Gerente,  John  R. 
Stanford.  Abrióse  en  1905. 

RESTAURANT  DEL  JARDÍN ^Pro- 
pietario, Pascual  Tarditi. — Bajos  del 
Hotel  Jardín  y  calle  de  San  Juan  de 
Letrán.  México,  D.  F. 

RESTAURANT      GIACOPELLO Por- 

tal  Hidalgo,  Núms.  5  y  6,  Puebla. — 

El  señor  Francisco  Giacopello  es  el 
propietario  de  este  Restaurant,  el 
cual  tiene  diez  y  ocho  años  de  esta- 
blecido. Tiene  salones  especiales  pa- 
ra banquetes  hasta  de  cien  cubier- 
tos. Esta  casa  garantiza  la  legitimi- 
dad de  todos  sus  vinos  y  licores,  por 
ser  importados  directamente  de  las 
mejores  casas  de  Europa. 


REYES,  ÁNGEL  M.— Propietario  de: 
Las  Canteras  "Piedra  de  Chiluca  de 
Joco,"    Pensión    de    Gómez    Farías. 

. .  México,  D.  F. 

REYNOSO,  JOSÉ  J.,  Ingeniero  de  Mi- 
nas.— Cinco  de  Mayo,  Núm.  32.  Mé- 
xico, D.  F. 

RODRÍGUEZ,  Y  MOLINA,  S.  en  C— 
Veracruz,  Ver. — Comisiones  y  Repre- 
sentaciones. 

ROLLA,  A.,  S.  en  C. — 2'  de  Mesones, 
Núm.  22.  México,  D.  F. — La  casa  se 
fundó  en  1S86,  bajo  la  razón  social 
de  "Sucesores  de  Rolla  y  Genteri." 
Los  socios  actuales  son  los  señores 
Fernando  Tormento  y  Agustín  Ro- 
lla, y  el  apoderado,  el  señor  Flavio 
Rolla.  Comercian  en  abarrotes  ita- 
lianos, vinos,  papel  de  fumar,  con- 
servas, etc.,  y  tienen  un  depósito  de 
mármoles  de  Carrara.  Desempeñan, 
también,  toda  clase  de  comisiones. 

ROMÁN,  RIVERA  NIETO.— Fábrica  de 
todas  clases  de  vehículos. — Irapuato, 
Gto. 

ÍÍOMAY,  R.,  y  Cía.,  S.  en  C— Puebla. 
Aduana  Vieja,  Núm.  m. — Propieta- 
rios de  la  Fábrica  de  Hilados  y  Teji- 
dos "El  Alto."  La  fábrica  está  en  la 
misma  ciudad  de  Puebla  y  los  teji- 
dos que  manufactura  son  de  lana. 
Fué  establecida  en  1860. 

ROSENZWEIG  Y  DÍAZ,  DOCTOR,  F. 
— Tiene  un  sanatorio  en  la  Plaza  de 
la  República,  Núm.  8.  México,  D.  F. 
en  el  cual  atiende  principalmente  á 
personas  que  necesitan  de  que  se  les 
haga  alguna  operación  quirúrgica. 

rubín,  jóse  DÍAZ,  Sucs.— Puebla.— 
Establecidos  en  1843.  Son  propieta- 
rios del  Ingenio  y  Reñnería  de  Azú- 
car "Atencingo."  La  Refinería  se  es- 
tableció en  1902. 

rubín,  ángel.  DÍAZ.  —  Puebla. — 
Apartado,  Núm.  49. — Propietario  de 
la  Fábrica  de  Hilados  y  Tejidos  de 
Algodón  "El  Carmen,"  fundada  en 
1898,  y  de  la  Fábrica  de  Hilados  y 
Tejidos  de  Algodón  "La  Concepción," 
fundad?,  en  1907. 

RUBÍN,  JOSÉ  DÍAZ,  Sucs.— Puebla.— 
Apartado,  Niím.  57. — Propietarios  de 
la  Fábrica  de  Hilados  y  Tejidos  de 
Algodón  "Covadonga,"  fundada  en 
1898,  y  de  la  Fábrica  de  Blanqueo  y 
Estampe  "Covadonga."  fundada  en 
1910.  Ambas  fábricas  son  movidas 
por  electricidad. 

RUEDA,  B.,  &  Co.,  Agentes  aduanales. 
— Veracruz,  Ver. 

RüGARCIA,  JOSÉ.— Propietario  de  la 
Fábrica  de  Hilados  y  Tejidos  de  Al- 
godón "Sto.  Domingo." — Puebla.  Es- 
tanque de  los  Pescaditos.--El  Sr.  Ru- 
garcía  posee  también  una  fábrica  de 
almidón  y  la  Hacienda  de  San  Die- 


go.  Esta  última  ubicada  en  el  Distri- 
to de  Tecale,  del  Estado  de  Puebla. 

RLMEBE,  FER>AXDO.— Puente  Que- 
brado,  JVúni.  30.  México,  D.  F.— Re- 
presentante de  la  casa  de  Jules  Be- 
llot  y  Cía.,  y  otras  casas  francesas  j 
españolas  de  vinos  y  licores,  aguas 
minerales  Vichy,  etc. 

EUMSEY,  L.  M.,  Mfg.  Co.,  manufactu- 
reros de  bombas,  tubos  de  gas,  lámi- 
na de  plomo,  artículos  sanitarios  y 
para  plomeros,  piezas  para  máqui- 
nas de  vapor  y  ferrocarriles,  etc.  La 
fábrica  se  halla  en  San  Luis,  Mo.,  y 
la  agencia  en  la  ciudad  de  México,  en 
la  4'  cille  de  Huml)0ldí,  >úai.  26, 
siendo  gerente  el  señor  J.  Sánchez 
V. 

SALAEICH,  AMOMO.— 3"  Rosas  Mo- 
reno,  yúnu  10.  México,  D.  F. — Deco- 
rador en  yeso  y  pintura. 

salchichería  alemana  I)E  cíe- 
RARDO  MEE>'E\.— La  fábrica  está 
en  la  5"  Aiessida  de  la  Paz,  >iini. 
3,929,  y  los  despachos  en  Coliseo  Vie- 
jo, Núni.  29,  y  en  la  primera  de  San- 
to Doniin^ro,  >'ún¡.  7o  México,  D.  F.— 
Se  fundó  hace  como  veinte  años.  El 
negocio  comenzó  con  $1,000  y  al  pre- 
sente gira  con  $300,000.  Es  también 
casa  empacadora  y  envía  sus  pi-o- 
ductos  á  todas  partes  de  la  Repúbli- 
ca. Tiene  maquinaria  moderna  y  se- 
senta empleados  del  país. 

Tiene  también  el  "Café  Restauran 
"El  Royal"  de  la  Avenida  San  Fran- 
cisco, que  es  uno  de  los  más  impor- 
tantes de  la  capital. 

SANATORIO  TETERIXARIO  DE  LOS 
DOCTORES  C.  V.  BACHLER  Y  F.  M. 
OTT.— Calzada  de  San  Esteban, 
ífúm.  10.  México,  D.  F. — Además  del 
Sanatorio,  tienen  estos  señores  una 
clínica  en  la  1'  de  Bncareli,  >'úm.  22. 
Hierran  caballos,  los  reciben  á  pen- 
sión, hacen  de  ellos  reconocimientos 
periciales  y  bacteriológicos;  venden 
específicos  veterinarios;  preparan 
medicinas  y  hacen  curaciones  de 
animales. 

SAXBORX,  HERMANOS,  Sucs.— Are- 
nida  San  Francisco,  Núni.  12.  Méxi- 
co,    D.     F,  —   Droguería.     Capital, 

—$250,000.  Casa  establecida  en  1903. 

SAX  ILDEFONSO Fábrica  de  Teji- 
dos de  Lana,  S.  A. — Calle  de  Don 
Jnan  Manuel,  Niim.  10.  México,  D.  F. 

—Capital  social,  $1.500,000.  Presi- 
dente, Enrique  Tron.  Viceprresiden- 
te,  Ernesto  Pugibet. 
SAN  LORENZO,  MINERAL  IVATER 
COMPANY,  S.  A.— El  negocio  de  esta 
Compañía  consiste  en  la  explotación 
de  las  aguas  minerales  de  Tehuacán, 
Puebla. — Tiene  sus  sucursales  en 
León,   Torreón,  Duraniro   y  México, 

26 


D.  F.,  siendo  su  dirección  en  esta 
ciudad,   1^   de  (Guerrero,  Núni.  20. — 

Leo  Fleischmann  y  Cía.  comenzaron 
su  negocio  en  aguas  gaseosas  en  Du- 
rango,  con  un  capital  de  $28,000.  En 
1904,  compraron  el  negocio  de  las 
aguas  minerales  de  San  Lorenzo,  por 
$75,000.  En  1906  formaron  una  so- 
ciedad anónima  con  el  nombre  que 
encabeza  estas  líneas,  con  un  capi- 
tal de  $600,000. 

"SANTA    GERTRUDIS."  —  Compañía 

. .  Limitada  Manufacturera  de  Yute. — 

Doii  Juan  Manuel,  Núm.  22,  México, 

D,  F. — D.  N.  Marrón,  sub-gerente. 

SAUTO,  ASTIZ,  y  Cía.— Esquina  de  las 
calles  de  Tacuba  y  Santo  Domingo. 
México,  D,  F. — Se  dedican  al  nego- 
cio de  abarrotes  del  país  y  extran- 
jeros. Tienen  la  fábrica  de  puros  y 
cigarros  "El  Negrito."  Explotan  mi- 
nas de  plata  y  oro,  así  como  de  pe- 
tróleo, etc.  La  casa  fué  establecida 
en  1853;  pero  ha  cambiado  varias 
veces  de  dueños  y  de  razón  social, 
hasta  parar  en  la  que  ahora  tiene, 
que  data  de  1902. 

SAUNDERS,  G.  W.— Zuleta,  Nxini.  1. 
México,  D.  F. — Comerciante,  Comi- 
sionista y  Representante  de  Casas 
extranjeras. 

SCHLATTMAN,  H.  F.,  fotógrafo.— Es- 
píritu Santo,  Núm.  1.  México,  D.  F. — 
Hace  fotografías  desde  miniatura 
hasta  tamaño  natural.  Se  estableció 
en  1891. 

SCHONDl  BE  &  NEUGEBAUER.— Ter- 
cer  Orden  de  San  Agustín.  México, 
I).  F. — Importadores  de  maquinaria. 

SCHWOB,  EDMUNDO.  —  Comisiones, 
representante  de  casas  extranjeras. 
— Alfaro,  Núm.  3.  México,  D.  F. 

sedería  y  corsetería  FRANCE- 
SA, de  Emilio  Manuel  y  Cía.— Méxi- 
co, D.  F. — Los  propietarios  son  Emi- 
lio Manuel,  Francisco  y  Víctor  del 
mismo  apellido,  y  Fabián  Casauban. 
Establecida  en  1879. 

SMITH,  Ao  C. — Joyería  y  Relojería  por 
mayor  y  menor.  Inspector  general  de 
relojes  de  los  ferrocarriles  de  la  Re- 
pública.— Avenida  del  Cinco  de  3Ia- 
yo,  Núnio  19o  México,  D,  F. 

SOCIEDAD  AFINADORA  DE  META- 
LES, S.  A. — Tiene  su  despacho  en 
la  calle  de  Capuchinas,  Núm.  10„  Mé- 
xico, D,  F.— Su  capital  es  de  2.000,000 
de  francos  y  es  la  sucesora  de  The 
Natonal  Metal  Company.  Se  estable- 
ció en  1908.  Su  presidente  es  el  se- 
ñor D.  Eichthal,  y  su  presidente, 
el  señor  Pablo  Macedo. 

SOCIEDAD  DE  CRÉDITO  HIPOTE- 
CARIO HOLANDESA  -  MEXICANA, 
S.  A. — Calle  de  Jesús,  Núm.  l.>.  Mé- 
xico, D.  F. — Su  objeto  es  hacer  prés- 


(íka.ndks  Al.m.\(i;m:8  de  México. 
Las  FÁiuncAS  ünivehsalics.  La  Cudaü  di-:  Lünhües. 


tamos  con  garantía  hijiotecaria  so- 
bre bienes  raíces  de  la  República 
mexicana.  Fué  fundada  en  Amster- 
dam,  en  1909,  siendo  su  director  el 
señor  J.  C.  P.  Krayenhoff  van  de 
Leur.  La  sucursal  en  México  tiene 
dos  directores,  que  firman  marico- 
munadamente,  y  son  los  señores  Pa- 
blo Kosidowski  y  Dr.  Jur.  H.  Ph.  de 
Kanter,  hijo. 

SOCIETE  FLXAXCIEKE  POIK  L'I>- 
BISTRIE  XV  MEXIQUE.— Socie- 
dad fundada  en  190,  con  objeto  de 
fomentar  y  desarrollar  la  industria 
en  México.  Capital  social,  $.5.000.000, 
enteramente  pagados — Calle  <le  San 
Agustís!,  Kúni.  3(>1.  México,  D.  F. — 
Director  del  despacho,  Augusto  Ge- 
nin. 

SOITHERX  PACIFIC  Co.— Atlantic 
Steamship  Lines  Sunset  route. 
Agente  general:  W.  E.  Barnes. — Cíjj- 
00  de  Mayo^  6-1).  México,  1).  F. 

SPITALIEK,  ADRIÁN,  propietario  del 
Cajón  de  Ropa  La  Reforma  del  Co- 
mercio.— Oaxaoa,  Oax. 

STRÜCK,  GUSTAVO,  y  Cía.,  Sucs.— 
Calle  de  San  Agrnstín,  Xúnio  10,  Mé- 
xico, D,  F. — Son  banqueros  y  co- 
merciantes en  sedería  y  ropa;  tienen 
la  representación  de  varios  bancos 
principales  de  los  Estados  Unidos  y 
Europa.  Establecidos  en  1818.  Tienei 
sucursales  en  Veracruz  y  en  Ham- 
burgo. 

SUCESORES   de  Bernardo   Selineider. 

— Propietarios  de  la  Gran  Sombre- 
rería Alemana,  en  la  ciudad  de  León, 
Estado  de  Gnanajuato. — Este  esta- 
blecimiento fabrica  sombreros  y  co- 
las finas.  Su  fábrica  está  movida  por 
gas  pobre.  Fué  establecida  en  187S. 
El  señor  Gilberto  Arteaga  es  el  ge- 
rente. 

SUCURSAL  del  Banco  de  San  Lui^ 
Potosí,  en  Celaya,  Estado  de  Gua- 
najuato. — Esta  sucursal  fué  estable- 
cida en  1899.  El  señor  Arturo  Díaz 
es  el  gerente. 

SUMXER,  JOHX  M.,  &  Co Manclies- 

ter,  Inglaterra.  —  Ingenieros  y  ex- 
portadores de  toda  clase  de  maqui- 
naria. El  señor  E.  Osear  Ehlinger 
es  el  gerente  de  todos  los  negocios 
de  esta  importante  casa  en  México. 
Se  ocupa  en  todo  lo  concerniente  en 
maquinaria  para  fábricas  de  telas 
de  algodón  y  lana.  La  casa  princi- 
pal fué  establecida  en  Manchester,  el 
año  de  1846,  y  la  sucursal  en  Pue- 
bla, en  1876.  Las  oficinas  en  la  ciu- 
dad de  México  fueron  abiertas  en 
1892,  (S"  Orden  de  San  Agustín,  Nú- 
mero 4), 

TALLER  DE  CONSTRUCCIONES  ME- 
TÁLICAS "FÉNIX,"  de  Carlos  Min- 


ne,  S.  en  C— 8'  calle  del  Sabino,  Nú- 
mero 3.  ^léxico,  Do  F. — Hacen  cons- 
trucciones de  hierro  estructural,  edi- 
ficios, puentes,  techos,  etc.  Estable- 
cióse en  1904. 

TALLER  DE  JOYERÍA,  de  Jorge  Na- 
uinck. — Avenida  de  San  Francisco». 
Núm.  57.  México,  D.  F. — Fabrica  ob- 
jetos de  oro  y  plata;  compra  y  ven- 
de estos  metales.  Establecido  en 
1906. 

TALLERES  GRÁFICOS,  de  Eduardo 
Agnirre. — Gnauajuato.  Calle  Benito 
Juárez,  >'únis„  18  y  22. — Establecidos, 
en  1890.  Se  ocupan  en  trabajos  de 
fotograbado,  imprenta  y  libros  en 
blanco. 

TALLERES  MECÁNICOS,  de  Navarro 
y  González. — 6'  calle  de  Nuevo  Mé- 
xico, Núm.  113.  México,  D»  F. — Fa- 
brican bombas  de  riego,  construyen, 
reparan  é  instalan  maquinaria,  fa- 
brican quemadores  de  petróleo  cru- 
do para  calderas,  etc.  Se  establecie- 
ron en  1907. 

TENCONI,  C.-Gran  Fábrica  de  Bombo- 
nes.— 7''  de  Nuevo  México.  México,  D.. 
F. — Tiene  varios  expendios:  uno  en 
la  xl venida  de  San  Francisco;  dos  en 
la  Avenida  del  16  de  Sei)tieml>re,  y^ 
otro  en  la  7"  de  Nuevo  México.  Se  es- 
tableció en  1884. 

tenería  de  IRAPUATO,  S,  a.— Ira- 
puato,  Gto. 

TESTAMENTARIA  DE  R.  P.  Furlong^ 
Puebla. — Propietarios  de  una  impor- 
tante fábrica  de  hilados  y  tejidos  de- 
algodón y  blanqueo  de  lienzos,  esta- 
blecida poco  antes  del  año  de  1856,  en 
Puebla. 

THE  AMERICAN  FINANCE  Co.,  S.  A. 
— Gante,  Núm,  L  México,  D.  F. — Pre- 
sidente: G.  W.  Johnson. 

«THE  AZTECo-'— Calle  de  Gante,  Núm. 
8u  México,  D,.  F. — ^^Comercio  de  libros, 
artículos  de  escritorio,  ópalos,  za- 
rapes y  curiosidades.  Se  estableció 
en  1890,  y  su  propietario  es  el  señor 
Otto  Roubicek. 

THE  BUTTERS  PATENT  VACUU3I 
FILTER  COMPANY,  Inc.— Calle  de 
Gante,  Núm,  1,  México,  D.  F. — Tiene 
también  oficinas  en  San  Francisco, 
Cal.,  por  medio  de  las  cuales  se  ha- 
cen •directamente  lo-s  negocios.  Es- 
tos consisten  en  cianuración.  inge- 
niería, instalación  de  filtres  al  va- 
cío, molinos  de  minerales  y  plantas- 
de  filtros  y  de  cianuración.  Se  eita- 
blecieron  en  México  en  1907. 

THE  CANADIAN  BANK  OF  COM.MER- 
CE. — Sir  Edmund  Walker  president 
in  Toronto.  Gerente  en  México.  .T.  P. 
Bell.  Capital  of  Bank,  $10.000.000 
oro. — San  Francisco  y  San  José  el 
Real.  México,  D.  F. 


27 


THE  DWIGHT  FÜRNESS  Co.— Gnana- 

jnato.--Comerciante3,  Compradores  y 
Beneficiadores  de  Minerales.  Estable- 
cidos en  1889.  Su  capital  social  es  de 
$250,000.  Tienen  sucursales  en  Etza- 
tlán,  Ameca,  Magdalena,  Sayula  y 
Guadalajara,  (calle  de  San  Francis- 
co, Núm.  137),  todas  poblaciones  del 
Estado  de  Jalisco. — La  Compañía 
tiene,  además,  oficinas  establecidas 
en  Chicago,  111.,  46th.  St.  &  Winches- 
ter Av.,  en  Guanajuato  y  en  San 
Luis  de  la  Paz. — El  presidente  y  vi- 
cepresidente, son,  respectivamente, 
los  señores  Dwight  Furness  y  E.  B. 
Leigh;  el  gerente  general,  el  señor 
S.  C.  Rodgers.  Los  señores  Thos  C. 
Young  y  E.  T.  Walker  son,  respecti- 
vamente, tesorero  y  secretario. 

"'THE  EQUITABLE  LIFE  ASSURA?»- 
CE  SOCIETT,"  de  los  Estados  Uni- 
dos, tienen  sucursal  en  México  en 
la  Avenida  del  Cinco  de  Mayo  y  Ver- 
gara,  á  cargo  del  secretario,  señor 
William    Puryear   Massie.   El    activo 

de    esta    Compañía    era    de 

$486.109,637.98,  y  su  capital  líquido 
de  $85.272,319.30  en  el  año  de  1909. 
Su  presidente  es  el  señor  Paul  Mor- 
ton.  La  organización  se  completó  en 
1859,  y  se  estableció  la  sucursal  en 
México  hace  como  cuarenta  años. 

THE  FINANCE  COMPA>  Y  OF  MEXI- 
CO.— Calle  de  Zuleta,  Aúm.  1.  Méxi- 
co,  D,  F. — Tiene  dos  fábricas  de  hie- 
lo. El  presidente  de  esta  Compañía 
es  T.  R.  Crum-p.  Comenzó  sus  ope- 
raciones en  1909,  y  su  capital  es  de 
$300,000. 

THE  GENERAL  SUPPLY  C03IPANT, 
S.  A.— Calle  del  Ángel,  líúm.  2.  Mé- 
xico, D.  F. — Tienen  en  venta  maqui- 
naria y  ferretería,  especialmente  ma- 
quinaria de  aire  comprimido  y  de 
transmisión.  Se  establecieron  en 
1907.  Su  presidente  es  el  señor  W. 
J.  Wilson,  y  su  capital  social  es  de 
$100,000. 

THE  GüANAJl  ATO  POWER  AND 
ELECTRIC  COMPANY  (Compañía 
de  Fuerza  y  Electricidad  de  Guana- 
juato).— Fué  establecida  en  1902,  y 
comenzó  á  operarse  en  1903,  habien- 
do sido  inaugurada  su  planta  el  26 
de  Octubre  del  mismo  año  por  el 
Presidente  de  la  Repííblica,  Gene- 
ral Porfirio  Díaz.  Produce  21,000  ca- 
ballos de  fuerza.  El  capital  original 
de  la  Compañía  fué  de  $1.200,000  oro 
y  desde  entonces  ha  sido  aumentado 
á  $1.800,000.  Bajo  la  misma  adminis- 
tración están  otras  dos  compañías: 
la  Michoacana  Power  Co.  (Compañía 
-de  Fuerza  de  Michoacán),  con  un 
capital  de  $1.600,000  oro,  y  la  Cen- 
tral México  Light  &  Power  Co. 
(Compañía  Central  Mexicana  de  Luz 
y     Fuerza),     con     un     capital     de 


$850,000  oro. — Las    tres    Compañías 

reunidas   tienen   un   capital   de 

$5.250,000  oro.  El  presidente  y  direc- 
tor de  las  Compañías  es  el  señor 
Norman  Rowe;  el  presidente,  el  se- 
ñor Henry  Hiñe;  el  vicepresidente  y 
tesorero,  el  señor  Leonar  E.  Curtís, 
y  los  gerentes  generales,  los  seño- 
res Curtís  y  Hiñe. 

THE  GUANAJUATO  REDUCTION 
AND  MINES  Co,  (Compañía  Minera 
y  Reductora  de  Guanajuato). — Orgo- 

nizada  en  1904.  El  capital  social 
consiste  en  $3.000,000  oro,  en  bonos 
preferentes  del  6%,  y  $7.500,000  oro, 
en  acciones  ordinarias.  Posee  la 
Compañía  dos  millas  de  la  Veta  Ma- 
dre, incluyendo  la  Valenciana,  la  Ca- 
to, la  Millado  y  la  Rayes.  Posee  aún 
territorio  más  extenso  en  el  sistema 
de  "La  Luz,"  cuatro  millas  al  Sur 
de  La  Luz.  El  presidente  es  el  señor 
Chas.  L.  Kurtz,  residente  en  Colum- 
bus,  Ohio. 

THE  HILL  AND  PIERCE  COMPANY, 
S.  A.  tiene  oficinas  en  Boston,  Mass.; 
en  los  Angeles,  Cal.,  y  en  México,  D. 
F.,  en  La  Mutua,  Núnis.  520  y  522.— 
Negocia  en  bonos,  acciones  y  otros 
efectos  de  comercio,  colocándolos  en 
los  Estados  Unidos,  y  especialmen- 
te en  emisiones  de  bonos  mexicanos. 
Los  principales  de  esta  Compañía 
son  George  A.  Hill  y  George  R.  Pier- 
ce. 

THE  MAINE  &  NEBRASKA  MINING 
COMPANY.— Calle  de  Gante,  Núni.  1. 
México,  D.  F. — Tienen  minas  en  Bal- 
sas, Guerrero,  cuyo  superintendente 
general  es  James  Prim.  El  presiden- 
te es  B.  F.  Young,  y  el  gerente  ge- 
neral A.  E.  Sedwick.  El  capital  so- 
cial es  de  $8.000,000. 

El  mismo  señor  A.  E.  Sedwick  es 
presidente  de  "The  American  Engi- 
neering  and  Construction  Company, 
S.  A.,"  cuyo  negocio  es,  como  indica 
su  nombre,  el  de  construcciones,  in- 
geniería y  contratos.  Establecida  en 
1908. 

THE  MEXICAN  GOLD  AND  SILYER 
RECOVE R Y  COMPANY  Ltd.— Agen- 
cia Minera. — Calle  de  San  Francis- 
co. México,  Do  F. — Gerente  general, 
Ernesto  Du  Bois. 

THE  MEXICAN  MINING  JOURNAL.— 
Establecido  en  1895. — Imprenta.  Ge- 
rente: Charles  Me.  C.  Anderson. — 
Callejón  de  López.  México,  D.  F. 

THE  MEXICAN  PRODUCTS  Co.,  S.  A. 
— 8"  de  Mina,  Núm.  1,254.  México,  D. 
F. — Cueros,  pieles,  hule.  Casa  esta- 
blecida en  1906,  con  un  capital  so- 
cial de  $600,000.  Presidente:  H.  B. 
Willis. 

THE  MÉXICO  MINE  AND  SMELTER 
SUPPLY    Co.— Fabricantes    de    ma- 


23 


quinaria. — Arenida  Juárez  (edificio 
México  Mine).  México,  D.  F. 

THE  MOORE    FILTER    COMPA>T.— 

Arenida  Cinco  de  Maj  o,  ííúiu.  32.  Mé- 
xico, D.  F.— Gerente:  W.  E.  Clark. 

THE  NATIONAL  STEAM  LODRY 
COMPAQ  Y.— Plaza  de  Mixcalco,  Nú- 
mero 113.  México,  D.  F. — Es  ésta  una 
lavandería  al  vapor,  establecida  en 
1908,  perteneciente  al  señor  Buch,  y 
cuyo  gerente  es  A.  Zugasti. 

THE  NATIONAL  IRON  &  STEEL 
WORKS,  S.  A.— La  oficina  y  los  ta- 
lleres están  en  la  Calzada  de  los 
Gallos.  México,  D.  F. — Tienen  fundi- 
ciones de  hierro  y  de  latón;  manu- 
facturan y  reparan  maquinaria  de 
todas  clases;  construyen  calderas,  y 
estructuras  de  hierro.  Se  establecie- 
ron en  1S99.  Su  presidente  y  geren- 
te son,  respectivamente,  los  señores 
Thos.  J.  Ryder  y  W.  B.  Johnstone. 

THE      OLIVER      TTPEWRITER.— Su 

agencia  general  en  México  se  halla 
en  esta  ciudad,  Avenida  del  16  de 
Septiembre,  Núm  18,  á  cargo  de  Wil- 
liam  A.  Parker.  Se  estableció  esta 
agencia  en  1900. 

THE  PATTON  COMPANY,  S.  A San 

Jnan  de  Letráu,  Núm.  19.  México,  D, 

F. — Son  comerciantes,  comisionistas 
y  agentes  de  las  casas  manufacture- 
ras, Fisher  &  Co.,  de  Hudderfield, 
Inglaterra;  J.  H.  Buckingham,  cíe 
Londres,  etc.  El  presidente  es  el  se- 
ñor P.  J.  Patton.  Establecida  en  1905. 

THE  PULLMAN  COMPANY.— Prolon- 
gación del  Cinco  de  Mayo,  Núm.  P. 
México,  D.  F. — Superintendente,  A. 
V.  Burr. 

THE  ROCHESTER  PHOTO  STOCK 
HOüSE,  S.  A.— Avenida  del  IG  de 
Septiembre,  Núm.  5.  México,  D.  F. — 

Son  importadores  y  comerciantes  de 
artículos  é  instrumentos  de  fotogra- 
fía, fotograbado  y  ópticos.  Se  orga- 
nizaron en  1904.  Su  presidente  es  el 
señor  C.  C.  Harris,  y  su  gerente,  el 
señor  M.  H.  Crown;  su  capital  pa- 
gado es  de  $50,000. 

«THE  REAL  ESTÁTE  COMPANY  OF 
MÉXICO."— Calle  de  Gante,  Núm.  10. 
México,  D.  F. — Su  negocio  es  el  de 
propiedades  raíces;  compra  y  vende 
grandes  extensiones  de  terrenos  tro- 
picales y  semi-tropicales,  cubiertos 
de  bosques  ó  de  pasturas,  tierras 
para  colonización  y  lotes  en  la  ciu- 
dad de  México.  Se  estableció  en  1895, 
y  su  capital  es  de  $100,000. 

THE  SIMPSON  COMPANY,  sastres  in- 
gleses— Calle  de  San  Juan  de  Le- 
trán,  Núm.  6.  México,  D.  F. — Tiene 

29 


establecido  su  negocio  de  sastrería 
desde  1894. 

THE  TAMPICO  NEWS  COMPANY 

México,  D.  F. — Fué  establecida  en 
Tainpico  en  1902  por  A.  Z.  Ratner, 
con  un  capital  de  $500,  siendo  su  ne- 
gocio el  de  hacer  pedidos  por  correo. 
Actualmente  es  una  Compañía  Anó- 
nima con  capital  pagado  de  $300,000. 

THE  TECHNICAL  AND  CLERICAL 
EMPLOYMENT  AGENCY.  —  Reside 
en  la  calle  de  Zuleta,  Núm.  1.  Mé- 
xico, D.  F.,  y  se  ocupa  de  proporcio- 
nar dependientes  y  empleados  técni- 
cos á  quienes  los  solicitan,  así  como 
de  dar  empleos  de  esta  clase  á  los 
que  desean  ocuparse  en  ellos.  Diri- 
ge esta  oficina  de  empleos  el  señor 
G.  R.  M.  Campbell,  habiendo  comen- 
zado el  negocio  en  1910. 

THE  YERACRUZ  STEYEDORING  Co., 

S.  A.— Capital  social,  $200,000.— Ye- 
racruz,  Yer. — Presidente:  José  E. 
O'Kelly.  Director:   Gmo.  Berea. 

TORIELLO,  HERMANOS.  —  Canteras 
"Pedregal  de  Tlálpam."  Represen- 
tantes para  la  República  mexicana 
de  "Flor  de  Tabasco,"  Partagás  y 
Compañía. — Calle  de  Don  Juan  Ma- 
nuel, Núm.  23.  México,  D.  F. 

TOüSSAINT.  CARLOS  Y.— Portal  de 
Iturbide,  Núm.  3.  Puebla. — Propie- 
tario de  la  Agencia  Anunciadora  que 
gira  bajo  su  nombre;  establecida 
desde  1880.  Esta  Agencia  edita  el 
Directorio  Toussaint,  de  Puebla  y  de 
Guadalsjara,  igualmente  que  el  de 
todo  México.  Este  último  está  desti- 
nado á  los  Estados  Unidos  y  Euro- 
pa. Se  ocupa  la  casa  en  toda  ciase 
de  comisiones,  cobranzas  é  informa- 
ciones y  tiene  agencia  especial  de  pe- 
riódicos del  país  y  extranjeros. 

TRASLOHEROS  SOTO.  JFAN.— Pro- 
pietario de  la  Tienda  La  Andaluza. — 
2^  de  Mercaderes.  Núm.  2.  Puebla. — 

Esta  casa  importa  novedades  y  ar- 
tículos de  fantasía.  Tiene  un  surtido 
completo  en  artículos  de  lujo  para 
caballeros.  Anexa  á  los  almacenes 
hay  una  fábrica  movida  por  vapor, 
para  camisas  y  ropa  interior  de  ca- 
ballero. 

FHINK.  GrTT,LERMO.— Calle  de  San 
Agustín,    Núm.  8.    México,  D.    F. — 

Compra  y  vende  acciones  de  bancos. 
Industrias  y  minas.  Establecido  en 
1895. 

UNION  CINEMATOGRÁFICA,  S.  A.— 

\  Capital  social.  $350.000. — A^eiida  do 
San  Francisco,  Núm.  37.  México.  D. 

F. — Presidente:  M.  Talapis.  Gerente: 


E.    Moulinier.    Casa    establecida    en 
1908. 
rJíITED  SHOE  MACHOERT  COMPA- 

M'    OF    MÉXICO 3=^    <le    Bucareli, 

?ÍHm.  57.  México,  D.  F. — La  casa  ma- 
triz está  en  Boston;  y  su  negocio  es 
de  maquinaria  y  artículos  de  zíipa- 
tería.  Se  estableció  en  1908.  Su  ge- 
rente en  México  es  H.  P.  Chapman. 

*<rMTED  STATES  A>D  MEXICAN 
TRUST  COMPA]VY,"  tiene  sus  ofici- 
nas de  México  en  la  Ayenida  del  Cin- 
00  de  Mayo,  Xiini.  6,  y  sus  negocios 
se  extienden  á  varias  de  las  grandes 
ciudades  de  Europa  y  de  los  Estados 
Unidos.  Tiene  la  agencia  del  Ferro- 
carril "Kansas  City,  México  &  Orien- 
te," y  representa  á  varias  casas  ma- 
nufactureras para  la  venta  de  sus  ar- 
tículos en  la  República  mexicana. 
Exporta  productos  mexicanos. 

Su  presidente  es  el  señor  A.  E. 
Stilwell;  el  vicepresidente  y  gerente 
en  la  ciudad  de  México,  el  señor  S. 
W.  Rider,  y  su  junta  directiva  para 
la  República  la  componen  los  seño- 
res Don  Guillermo  de  Landa  y  Es- 
candón,  Lie.  Manuel  Calero,  John  B. 
Body  y  S.  W.  Rider.  Su  capital  es 
de  $1.000,000,  oro  americano. 

El  Ferrocarril  "Kansas  City,  Mé- 
xico &  Oriente"  está  en  construcción 
desde  la  ciudad  de  Kansas  City  hasta 
la  costa  del  Océano  Pacífico,  pasando 
por  Oklahoma,  Texas  y  la  parte  Nor- 
te de  México,  y  terminando  en  el 
puerto  de  Topolobampo. 

O'TED  STATES  SHOE  MANUFACTÜ- 
RINGí  Co.,  S.  A. — Fábrica  y  despacho, 
Colonia  del  Xiievo  Rastro,  México, 
D.  F. — Establecida  en  1906,  con  un 
capital  social  de  $2.5,000.  El  capital 
social  actual  es  de  $300,000. 

Presidente,  Geo.  J.  Me.  Carthy.  Vi- 
cepresidente, J.  H.  Weiter.  Gerente 
general,  R.  H.  Robertson. 

OITED  STATES  STEEL  PRODUCTS 
EXPORT  COMPARA.— La  casa  de 
este  nombre  reside  en  Nueva  York,  y 
su  sucursal  en  México  se  halla  en  es- 
ta Ciudad  en  el  edificio  de  La  Mutua, 
á  cargo  del  representante  general,  se- 
ñor H.  A.  Souther.  Son  agentes  ex- 
clusivos de  exportación  de  las  corpo- 
raciones del  acero  de  los  Estados 
Unidos. 

«UNITED  STATES  GLASS  COMPA- 
NY,"  de  Pittsburg,  Penn.,  Estados 
Unidos. — Esta  Compañía  posee  diez 
fábricas  en  los  Estados  de  Ohio, 
Pennsylvania,  é  Indiana,  en  las  cua- 
les fabrica  cristalería  de  mesa  y  cris- 
tal labrado  de  todas  clases.  Su  repre- 
sentante general  para  la  República 
mexicana  es  el  señor  Ramón  Lome- 
lin,   quien   tiene   sus   oficinas   en   la 


Avenida  de  San  Francisco,  Xúm.  55, 

establecidas  en  1902. 

VALDES,  HERMANOS.  —  Veracruz, 
Ver. — Importadores  de  sombreros. 
Casa  establecida  desde  1857. 

VALEZZI,  A.,  Sucrs. — 5"  Avenida  de 
Balderas,  Núnis.  1838-40-50-52-56. 
3íéxico,  D.  F. — Tienen  allí  grades  al- 
macenes de  mercaderías  sanitarias 
importadas  ó  fabricadas  en  sus  pro- 
pios talleres.  El  almacén  de  venta  lo 
tienen  en  la  2'  calle  de  la  Indepen- 
dencia. >'úni.  3.  Entre  los  efectos  que 
expenden  se  hallan  tubos,  láminas, 
tinas,  comunes,  mingitorios,  conexio- 
nes y  artículos  para  plomeros.  Se 
encargan  de  instalaciones  sanitarias, 
por  contrato,  de  obras  de  herrería,  y 
de  la  compostura  de  máquinas.  La 
casa  fué  fundada  en  1868  por  el  se- 
ñor Antonio  Valezzi,  cuyos  hijos  son 
los  actuales  propietarios. 

VANDENPEERE> BOOM,  TH.- Avenida 
de  la  Independencia,  Xúm.  51.  Méxi- 
co, D.  F. — Comerciante  en  artículos 
para  construcciones,  rieles,  locomo- 
toras, maquinarias,  construcciones 
metálilcas,  etc.  Representante  de  va- 
rias casas  europeas.  Establecido  en 
1892. 

VELASCO,  LUIS  G.  MARROX Repre- 
sentante de  "La  Davis  Coal  &  Coke 
Co."  Representante  de  la  Compañía 
Alijadora  de  Veracruz,  S.  A.  Despa- 
chos aduanales  y  consignaciones. — 
Avenida  San  Francisco,  Xúm.  10.  Mé- 
xico, D.  F. 

VEYAX,  JEAX,  y  Cía.,  S.  en  C— Esqui- 
na de  las  calles  del  Ángel  y  Capuchi- 
nas, 3Iéxico,  D.  F. — Tienen  los  gran- 
des almacenes  de  ropa  La  Francia 
Marítima,  la  fábrica  de  Santa  Tere- 
sa, de  hilados  y  tejidos  de  lana,  pon- 
chos, casimires  y  cobertores;  y  la 
fábrica  La  Magdalena,  de  hilados  y 
tejidos  de  algodón,  blanqueo  y  es- 
tampado, donde  hacen  calicós,  per- 
cales, cretonas  y  pañuelos.  Estos  ne- 
gocios se  establecieron  en  1890,  bajo 
la  firma  Meyran,  Hnos.,  en  la  calle 
de  la  Monterilla,  Núni»  1 ;  pero  ha  ha- 
bido varios  traspasos,  hasta  parar  en 
la  actual  firma  y  residencia. 

VIAÑA,  Y  garcía.— Tienen  sus  ofici- 
nas en  los  Arcos  de  San  Agustín, 
Xúni.  15.  México,  D.  F. — Desempeñan 
comisiones  y  representaciones  y  son 
agentes  generales  de  la  Compañía 
Embotelladora  de  Topo  Chico,  S.  A., 
de  Monterrey,  N.  L.,  desde  1909. 

Esta  última  Compañía  se  fundó 
hace  15  años,  en  Monterrey,  siendo 
sus  jefes,  los  señores  Hellion  y  Cha- 
pellier.  Se  convirtió  después  en  so- 
ciedad anónima,  y  su  gerente  es  el 
señor  E.  Hellion. 


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VIAr,  PABLO,  representante  para  los 
anuncios  fotográficos  de  la  Nueva 
Sociedad  Fotográfica  de  Berlín. — 5^ 
calle  de  Tacuba.  México,  D.  F. — Es- 
tablecido en  1908. 

TILLAIN,  EUGENIO.  —  Callejóu  de 
Santa  Clara,  IViini.  6.  México,  D.  F.^ 

Representante  de  la  Hospital  Supply 
Conipaay,  de  Nueva  York.  Es  comer- 
ciante en  libros  de  medicina,  instru- 
mentos quirúrgicos,  aparatos  de  es- 
terilización y  desinfección,  muebles 
asépticos,  etc.  Se  estableció  en  1905. 

TOLPI,  AGÜSTO  C,  escultor,  ador- 
nista y  contratista. — Tiene  su  taller 
en  la  3"  de  Nhcto  México,  Núnu  76. 

y  su  despacho  en  la  esquina  de  la 
misma  calle  con  la  de  Kevillagigedo, 
México,  D.  F. — Hace  toda  clase  de 
construcciones  en  mármol,  piedra  y 
mampostería.  Estableció  su  negocio 
en  1892. 

IVAGNER,  A.,  Y  LEVIEX,  Sucs.-  Tie- 
nen el  Gran  Kepertorio  en  la  2'  calle 
de  Sau  Francisco,  Núiu.  11  y  la  fábri- 
ca y  almacenes  de  pianos  en  la  calle 
de  Znleta,  Niinis.  13  j  14.  México,  D. 
F.,  con  sucursales  en  Guadal  ajara, 
Puebla,  etc. 

>VALZ,  W.  G.,  COMPANY,  Sucs.,  S.  A. 
— EsQuiíia  de  las  calles  de  Gante  y 
San  Francisco.  México,  D.  F. — Tiene 
una  fábrica  y  expendio  de  curiosi- 
dades mexicanas,  tales  como  artícu- 
los de  cuero  grabado  á  mano,  pin- 
tado y  quemado,  todo  hecho  por  ai"- 
tesanos  del  país.  Tiene  capital  de 
$50,000,  y  su  gerente  es  T.  G.  Wes- 
ton. 

WATSON,  PHILLIPS  &  Co.,  Sucs.,  S, 
en  C. — Calle  de  I)on  Juan  Manuel, 
Jíúm.  10.  México,  D.  F. — Importado- 
res, exportadores  y  comerciantes; 
agentes  de  varias  compañías  de  segu- 
ros. La  firma  actual  es  sucesora  de  la 
Watson,  Phillips  &  Co.,  cuyo  sistema 
de  negocios  siguen  desde  1876.  Los 
socios  en  esta  negociación  son,  al 
presente,  los  hijos  del  señor  Charles 
O.  Phillips. 

IVESTINGHOISE,   COMPANY.— Méxi- 

co,  D.  F. — Tiene  esta  Compañía  nor- 
te-americana un  establecimienio  de 
demostración  de  los  frenos  de  ferro- 
carril de  su  nombre,  donde  el  señor 
Luis  Godard  ha  estado  dando  confe- 
rencias en  inglés  y  español  por  seis 
años,  con  el  fin  de  instruir  á  los  em- 
pleados de  ferrocarriles  en  el  mane- 
jo de  los  frenos  Westinghouse,  para 
cuyo  objeto  tienen  un  equipo  comple- 
to, que  muestra  el  funcionamiento  de 
todas  las  partes  de  dicho  freno,  tal 


como  se  efectúa  en  los  trenes  en 
marcha.  El  señor  David  M.  Lev,'is  es 
el  inspector  de  la  Compañía  Westing- 
house en  el  territorio  que  se  halla 
al  Sur  del  Río  Grande.  La  entrada 
para  oír  y  presenciar  dichas  confe- 
rencias es  gratis. 
WKITE  &  NEWCOMB,  Ingenieros  con- 
tratistas. Establecidos  en  1908. — Ave- 
nida Cinco  de  Mayo,  Núni.  32.  Mé- 
xico, I).  F. 

WILL  &  BAOIER.  S.  A,  "La  Moder- 
na."— 7'  Ribera  de  San  Cosme,  Núm. 
111.  México,  D.  F — Fabricantes  de 
velas  de  todas  clases.  Establecidos  en 
1898.  Capital,  $50,000. 

WIGGO,  RALPH  M.— Tiene  su  oficina 
en  la  Avenida  Cinco  de  Mayo,  Núm. 
6.  México,  D.  F.— Su  negocio  es  el  de 
carros  y  otros  artículos  para  vías 
férreas,  equipos  de  talleres  mecáni- 
cos, etc.  Se  estableció  en  190tí,  ha- 
biendo venido  á  México  para  instalar 
y  dirigir  el  taller  de  "The  Mexican 
Car  and  Foundry  Company." 

WILLIAMS,  ARTHÜR.— Calle  de  Don 
Juan  Manuel,  IViun.  16.  México,  D.  F. 

— Representante  de  la  Meerlees  Wat- 
son  Co.,  Ltd.,  de  Glasgow,  fabrican- 
tes de  maquinaria  de  azúcar;  y  de 
John  Fowler  &.  Co.,  Ltd.,  de  Leeds. 
Inglaterra,  fabricantes  de  arados  de 
vapor. 
WOLFFHEÍM,  GUILLERMO.— Calle  do 
Don  Juan  Manuel,  Núni.  8.  México, 
D.  F. — Representante  de  varias  ca- 
sas manufactureras  y  comerciales  de 
París,  Londres,  Berlín  y  Viena,  esta- 
blecido en  1902. 

WOODROW  Wni.  B.,  Co.,  S.  A.— Presi- 
dente, Wm.  B.  Woodroy. — Asegura- 
dores y  Ajustadores. — Calle  de  Ver- 
gara,  Núni.  4.  México,  D.  F. 

ZALDO,  HERMANOS,  y  Cía.,  S.  en  C. 
— Ropa,  Fábricas  de  Hilados  y  Teji- 
dos en  Jalapa  y  Coatepec. 

Casa   establecida   en    1858. — Vera- 
cruz,  Ver. 

ZAVALA,  HNOS.,  y  Cía.— Tienen  la  ca- 
sa matriz  en  San  Luis  Potosí,  y  su- 
cursal en  la  ciudad  de  México,  en 
la  calle  de  San  Agustín,  Núns.  16. — 
Tienen,  en  el  Estado  de  San  Luis  Po- 
tosí, la  fábrica  de  lana  de  Sau  Feli- 
pe, que  cuenta  de  25  á  30  años  de 
existencia,  y  la  factoría  de  confec- 
ción La  Cruz,  establecida  en  1900. 

zapatería  del  ELEFANTE.— San 
José  el  Real,  Nú  ni.  7.  México,  D.  F. — 
Es  uno  de  los  más  importantes  al- 
macenes de  zapatería  de  la  capital. 

ZORRILLA,  FEDERICO,  Industrial.-^- 
Oaxaca,  Oax. 


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