THE RULE OF RIGHT.
Athelstan Joseph Alexander Kean
Presented to the
LIBR ARIES ofthe
UNIVERSITY OF TORONTO
from
the Lihrary of
Jean-Jacques Kean
BÍIAZ Y
IICOo
dEQUMÍD)© T@M®o
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in 2010 with funding from
University of Toronto
http://www.archive.org/details/diazymexico02corn
DÍAZ Y MÉXICO
POR
JUAN HUMBERTO CORNYN, B. A., LL. B.
PEOFESOK DE INGLES EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXHO,
ADTOK DE: "tópicos MEXICANOS," "EL REY DE LOS TULES,"
"CUENTOS FANTÁSTICOS," "LITERATOS MEXICANOS,"
■'leyendas MEXICANAS," "EL VIEJO MAYA."
"nuestra señora de GUADALUPE,"
"ARTISTAS MEXICANOS," ETC.
SEGUNDO TOMO
MÉXICO
IMPKENTA LACAUD
Callejón de Santa Inés Numero 5
1910
^\B R A^^
c, JÜN 1 2 2007 ,o^
índice
TOMO lí.
XXXIV. Ante los uniros do Puebla o
XXXV. San Lorenzo IS
XXX\'I. Les últimos días del Imperio 22
XXXVII. Díaz se retira á la vida privada 30
XXXVIIL Juárez y Lerdo 39
XXXIX. La Reelección de Lerdo 4.-1
XL. José María Iglesias 54
XLI. El caciquismo 05
XLII. Difícultades de raza 72
XLII [. Condiciones sociales §9
XLI'S'. México y sus críticos g-,
XL^'. El .a;obierno de México 9;)
XLVI. La labor de Díaz jqs
XLVII. Carácter de Díaz 312
XLVIII. Crandes cualidades de Díaz US
XLIX. La situación política de México 12(i
L. Relaciones exteriores 134
Til. Comercio marítimo 13!)
LII. ^Manzanillo y la costa del Pacífico He.
Lili. Mejoras en los puertos 157
LIV. Fases comerciales 162
LV. Industria y progreso 169
L^'I. La riqueza y el futuro de México 17."
LVII. El Capital y los ferrocarriles urbanos 184
LVIII. Ferrocarriles Xacionales 194
LIX. Comercio del Istmo 203
LX. Desarrollo de fuerza hidráulica 214
LXI. El hacendado antiguo y el moderno 221
LXII. Dónde recibe México á sus huésiiedes 22S
LXIII. Pintores mexicanos 132
LXIV. La instrucción pública en México 241
LXV. Los Estados de México 24."
CAPITULO XXXIV.
Ante los muros de Puebla
En el camino de Oaxaca á Puebla se unieron al
Ejército del Este algunas fuerzas de consideración,
reclutadas i^or varios jefes republicanos. En Acatan
se le unieron los Generales Figueroa y González con
sus respectivas brigadas; en Topeca, el Coronel Pa-
lacios con cuatrocientos ginetes ; el Teniente Coronel
Sánchez Gamboa con trescientos hombres, y el Coro-
nel Espinosa y Gorostiza con un batallón com^^leto
y bien armado ; en Huamantla llegó el General Ala-
torre con sus fuerzas de Jalapa, y el General Mén-
dez con el contingente de Tétela, del Estado de Pue-
bla.
En este último lugar decidió el Comandante en je-
fe reorganizar la masa heterogénea de tropas que se
habían ido afiliando á su estandarte por todo el ca-
mino desde Oaxaca, y arreglar con ellas dos divisio-
nes ; la primera de las cuales fué confiada al mando
del General Alatorre, y la segunda al mando del Ge-
neral Méndez, en tanto que la caballería fué puesta
bajo la dirección del General Manuel Toro. Gonzá-
lez, Carreen y Figueroa fueron nombrados Generales
de Brigada. El total de las fuerzas así organizadas
consistía en cuatro mil hombres poco más ó menos,
con los cuales el General Díaz comenzó su marcha
sobre Puebla, encontrándose entonces, como ya he-
mos dicho, en Huamantla. Llegó á la ciudad de Zara-
goza el 9 de Marzo de 1867, é inmediatamente tomó
posesión del famoso cerro de San Juan sin la menor
resistencia y allí estableció su cuartel general. Tam-
bién el mismo día ocupó el convento de San Fernan-
do, logrando de este modo bloquear eficazmente todo
el lado oeste de la ciudad. Arreglado esto, comenzó
á extender sus líneas hacia el sur y el este, quedando
así completamente rodeada la ciudad por todos la-
dos, excepto por el norte, que se encontraba defendido
4 BIAZ t MÉXICO.
j)or las dos poderosas fortalezas de Loreto y Guada-
lupe, las cuales estaban guarnecidas con buenas y nu-
merosas tropas y provistas con artillería de primer
orden. Aunque no le fué posible aislar de la ciudad
estos dos cerros fortificados, los rodeó con una línea
de caballería, impidiéndoles así comunicarse con el
exterior.
Pocos días después de haber iniciado formalmen-
te el sitio, llegó del sur el General Alvarez con seis-
cientos hombres, y de Texcoco el Coronel Maldonado
con cuatrocientos jinetes ; refuerzos que hicieron su-
bir el número de las fuerzas sitiadoras á cinco mil
hombres.
Mientras que el Ejército del Este se había estado
])reparando para marchar sobre Puebla, Maximilia-
no había salido de la ciudad de México el 13 de Febre-
ro con dirección á Querétaro, á donde llegó el 19 del
mismo, con la determinación de sostenerse allí. Co-
mo habían muchas disensiones en las filas de los con-
servadores con motivo de la deserción de los fran-
ceses, la retirada de parte de las fuerzas austríacas
y belgas y la desafección de muchos de los mexicanos,
que habían apoyado al imperio en sus días de apa-
rente prosperidad y poder, los generales imperialis-
tas persuadieron á Maximiliano á tomar el mando
de las fuerzas conservadoras en x^ersona, con la es-
peranza de que este acto iludiera unir á aquellos
que habían ya comenzado á ponerse en desacuerdo.
El General Mariano Escobedo, comandante en
jefe del Ejército Liberal de Xorte, procedió inme-
diatamente a sitiar Querétaro; y Maximiliano, con
una actitud enteramente pasiva, no opuso á ello el
menor obstáculo.
Mientras Escobedo estaba ocupado del modo que
hemos indicado, mandó suplicar á Porfirio Díaz le
mandara auxilio, manifestando que sus fuerzas no
eran suficientemente fuertes para obligar á Queréta-
ro á rendirse. Aunque al comandante del Ejército del
Este no le convenía privarse de la menor parte de
sus fuerzas, considerando la difícil empresa que te-
^ % .Vi
ti
v.>
f- ^ ÚJ
Gk.nkhal Juax N. Méndez.
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 5
nía entre manos (el sitio de Puebla), despachó in-
mediatamente al General Méndez con parte de su
división, para ayudar á Escobedo; dando al mismo
tiempo órdenes á Méndez de incorporarse en el ca-
mino las tropas de Pacliuca al mando del General
Martínez, y las fuerzas que por esa dirección estaban
al mando de Jiménez, Riva Palacio y el Coronel Mer-
cado. Como todos estos jefes obedecían como jefe su-
perior al General Díaz, Méndez llegó al campo de
Escobedo con seis mil hombres y diez cañones howit-
zer de montaña. Pero mientras que esto aumentó
poderosamente al Ejército del Norte, dejó reducido
al del Este á cuatro mil hombres, con los cuales se
tenía que tomar una de las plazas mejor fortificadas
de la Kepública, plaza que estaba defendida por una
guarnición casi tan grande en número como las fuer-
zas sitiadoras, y provista con artillería más podero-
sa y eficiente.
Entre tanto las disensiones y la falta de activi-
dad continuaban en Querétaro. La ciudad estaba lle-
na de gente no combatiente, hombres, mujeres y ni-
ños y muchos sacerdotes, todo lo cual hacía muy nu-
merosa la población pasiva; y contribuía material-
mente á la confusión é ineficacia del ejército encerra-
do dentro de los muros de la ciudad, la cual se encon-
traba rodeada por las fuerzas combinadas del Ejér-
cito del Xorte al mando de Escobedo, en número de
10,000 homl)res, el Ejército del Centro al mando de
Corona, fuerte de 7,000, y otras fuerzas adicionales
que hacían subir la fuerza total de los sitiadores á
21,000 soldados y 74 cañones.
En la noche del 22 de Marzo, Márquez y Vidaurri,
con 400 jinetes, lograron romper las filas de los sitia-
dores, con órdenes de Maximiliano de proseguir á
México y regresar con las tropas que allí se encon-
traban y auxiliar á Querétaro. Pero cuando llegaron
allí supo Márquez que el comandante de las fuerzas
imperiales en Puebla estaba para rendirse al Ejér-
cito del Este. Por lo cual resolvió marchar inmedia-
tamente sobre Puebla con cuatro mil hombres de la
6 DÍAZ Y MÉXICO.
capital, con la esperanza de derrotar al General Díaz
ú obligarlo a IcA^antar el sitio ; en cnyo caso, le sería
posible perseguir al jefe liberal con una fuerza ca-
si dos veces mayor que la del Ejército del Este.
La situación de los sitiados en Puebla era muy
crítica. Pero si el General Díaz decidía dar batalla
á Márquez, podía ser atacada su retaguardia por
las fuerzas de Puebla al mando de Xoriega; si por
otro lado se resohaa á abandonar el sitio y retirar-
se á las montañas, el efecto moral sobre sus fuerzas
sería malísimo; y con toda probabilidad un buen
número de ellas desertarían.
Pero el hombre que había encontrado solución an-
tes á muchas situaciones desesperadas, se determi-
nó á hacer frente á la que se le presentaba ahora de
un modo que parecía casi temerario por su gran
audacia. Hizo todos los preparativos para tomar por
asalto la ciudad de Puebla antes de que Márquez ilu-
diera llegar al teatro de los sucesos ; mas á nadie co-
municó el plan que había formado, ni siquiera á sus
generales, por temor de que pudiera llegar á conoci-
miento del enemigo.
El 31 de Marzo del siguiente día, se enviaron á Te-
huacán todos los enfermos y heridos del campamen-
to de los sitiadores, lo mismo que el equipaje; me-
dida que se tomó por dos motivos : uno de ellos era
colocar esa gente en seguridad para el caso desgra-
ciado de que no tuAdera éxito la desesperada resolu-
ción tomada por el comandante en jefe, y el otro era,
hacer creer á los sitiados que el Ejército del Este es-
taba para retirarse, á causa de la venida de las fuer-
zas imperialistas al mando de Márquez.
En la noche del 1° de Abril, cuando no era ya po-
sible mantener en secreto sus planes, el General Díaz
se los reveló á Al atorre, el cuartel maestre general,
á quien comisionó para citar á los demás generales
á un consejo de guerra, que tendría lugar en una ca-
sa situada en la parte más céntrica del campo ocupa-
do por las fuerzas sitiadoras. M uno solo de ellos sa-
bía para qué se les había citado, hasta que llegaron
td
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 7
al lugar de la reunión, donde se exhibieron planos
de la ciudad y de las fortificaciones y fueron expli-
cados los detalles del proyecto de la desesperada y
arriesgada empresa, tal como los había concebido el
comandante en jefe. A cada uno de los generales se
le asignaron sus fuerzas, y se le instruyó acerca de
lo que tenía que hacer y cuándo lo debía hacer, á efec-
to de que el proyectado asalto de la ciudad fuera
coronado por el éxito.
El plan era temerario hasta la desesperación;
pero el comandante en jefe lo había combinado tan
matemáticamente y tenía él mismo tanta fe en su
éxito, que inspiró á sus oficiales la misma confian-
za de que estaba poseído. La oportunidad fué muy
bien escogida; porque no daba tiempo, entre el mo-
mento en que el plan fué revelado y el principio de
su ejecución, para que los oficiales pudieran reflexio-
nar acerca de lo desesperado y peligroso de la empre-
sa, y las muchas probabilidades que se podían j^re-
sentar para convertirla en un fracaso.
Hacia la media noche los oficiales regresaron á
sus respectivos regimientos y se comenzaron los pre-
parativos para el asalto, aunque hasta esos momen-
tos, los hombres que tenían á su mando estaban aún
bajo la impresión de que los preparativos eran para
efectuar la retirada á Tehuacán. Tranquilamente se
pasó la orden á todos los oficiales inferiores, y poco
después de media noche todas las fuerzas del ejérci-
to sitiador fueron situadas en sus posiciones respec-
tivas, para aguardar la señal del ataque.
Las fuerzas para el asalto fueron divididas en
diez y siete columnas, tres de las cuales estaban des-
tinadas á hacer un falso ataque sobre la poderosa
fortaleza de El Carmen, que se encontraba directa-
mente al sur de la ciudad, y frente á las fuerzas del
ejército sitiador ; y el resto de las columnas fué dis-
tribuido á lo largo de las partes sur y este de la ciu-
dad, listas para hacer un ataque combinado sobre la
misma.
Entre tanto, toda la artillería que tenían los sitia-
8 DÍAZ Y MÉXICO.
dores, consistente en diez y oclio piezas de varias cla-
ses, fueron aproximadas lo más cerca que fué i^osi-
ble á la fortaleza de El Carmen. La oscuridad de la
noclie favoreció muclio esta operación, la cual no fué
descubierta por el enemigo, hasta que todo kabía si-
do puesto en su lugar para el asalto y el ataque había
comenzado. Los cañones habían sido colocados de
tal modo, que podían hacer fuego sobre la fortaleza
por tres distintos lados al mismo tiempo. La manio-
bra de acercar la artillería á la fortaleza fué llevada
á cabo á costa de gran riesgo, el cual estaba el Gene-
ral Díaz muy dispuesto á correr, pues deseaba crear,
en medio de la confusión producida por el ataque en
la oscuridad de la noche, la impresión en la mente de
los defensores de El Carmen, que se les estaba ata-
cando por la retaguardia ; lo que implicaba que la ciu-
dad había sido tomada por los sitiadores.
La circunstancia de que Márquez, con un ejército
fuerte de cuatro mil hombres estaba acampado en
Guadalux)e, como á treinta y cinco millas de distan-
cia, y los aparentes preparativos que de retirada ha-
bían estado haciendo los sitiadores todo ese día y el
anterior, habían producido cierto sentimiento de se-
guridad en la ciudad sitiada, donde se esperaba con
toda confianza que los liberales se aprovecharían de
la noche para comenzar su retirada á Tehuacán, por
lo que cualquier ruido que se hubiera oído de mar-
cha de soldados y de artillería, se hubiera atribuido
indudablemente á los movimientos incidentales de
la tan esperada retirada.
Cuando todo estuvo listo para el ataque, asegura
el mismo General Díaz que había tal escasez de par-
que, que se vio obligado á recoger los cartuchos que
tenía la caballería y distribuirlos entre la infantería.
Al mismo tiem])o dio órdenes á la primera que, en
caso de que hubiera necesidad de que tomaran parte
en la batalla, deberían pelear con sus lanzas y sus
sables.
Eran las 3 y 15 de la mañana del 2 de Abril, cuan-
do la artillería de los sitiadores colocada á corta dis-
«>."».s^a.«..t>.=».E.^tt.|"|*Ja_
-^■<í>.6.ít^?-£-s.i.i|s|Sr5
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 9
tancia, abrió un fuego terrible sobre las trinclieras
y el fuerte de El Carmen. Y bajo cubierta de la arti-
llería, la primera de las tres columnas destinada al
falso ataque, se movió rápidamente hacia las trinche-
ras, atravesando una larga distancia de campo raso
y sin ninguna protección. Se encontró con un fuego te-
rrible de parte del enemigo, no obstante lo cual, lle-
garon los soldados á 100 metros de distancia de su
punto objetivo, cuando se vieron obligados á ponerse
en retirada dejando muclios muertos y heridos en el
campo.
Inmediatamente fué mandada la segunda colum-
na en auxilio de la primera. Atravesando el llano á
paso redoblado, y haciendo frente al bien dirigido
fuego del enemigo, llegó hasta el muro de tierra de
las fortificaciones exteriores, donde, á su turno, se
vio obligada á retirarse después de experimentar se-
rias pérdidas.
La tercera columna, que fué enviada en apoyo de
la segunda, llegó también á las murallas exteriores,
las que intentó tomar por asalto. Algunos soldados
llegaron hasta á escalar las trinclieras y pasar al es-
pacio de fortificaciones que seguía del otro lado ; pe-
ro al fin se vieron también obligados á retirarse con
grandes pérdidas ; pues el enemigo se había apresura-
do á enviar, con la mayor rapidez, refuerzos al pun-
to atacado, y continuaron llegando en números abru-
madores. Efectivamente, con tanta realidad se había
representado el ataque simulado, que hasta la reser-
YR de dentro de la ciudad había sido enviada apresu-
radamente en auxilio de El Carmen.
Esto era lo que había previsto el General Díaz;
pues había determinado que el falso ataque sobre la
fortaleza de El Carmen, tuviera una a])ariencia su-
ficiente real para atraer la atención de la guarni-
ción de la parte de la ciudad que esperaba tomar
por asalto.
Se habían suspedido trapos empa])ados de tre-
mentina de un alambre que se tendió entre una y otra
torre de la iglesia oue estaba situada sobre el monte
10 DÍAZ Y MÉXICO.
de San Juan, al oeste de la ciudad, lugar donde po-
dían ser vistos muy distintamente de todas partes.
¡Estos trapos, que estaban á una considerable altura
del terreno, debían ser encedidos como señal para
comenzar el ataque combinado sobre la ciudad por
las catorce columnas restantes del ejército sitiador.
En medio del ruido atronador de la batalla que
tenía lugar en el barrio de El Carmen, el resto del
ejército de los sitiadores aguardaba ansiosamente
por la señal de ataque. Kepentinamente las notas de
nn clarín se oyeron so])re el ruido que se producía en
el teatro del conflicto ; y un momento después el in-
menso lienzo empapado en trementina se inflamaba,
formando poderosa llamarada que iluminaba todo el
monte de San Juan, y anunciando el ataque que debía
hacerse en ese momento sobre la ciudad por diferen-
tes lados, por las numerosas columnas destinadas á
ese objeto.
Las fuerzas de ataque, llevando consigo escaleras
para poder avanzar los muros y otras defensas de la
ciudad, ocuparon, sin la menor pérdida de tiempo,
los espacios que habían entre ellas y las trinclieras
del enemigo, barriendo todo lo que encontraban á su
paso, á pesar del mortífero fuego de balas y grana-
das que llovían sobre ellos, que si lúen diezmaban el
número de sus fuerzas, no disminuían en lo más míni-
mo su empuje y su valor. Adelante prosiguieron co-
mo un torrente, lanzándose sobre las trinclieras y
los muros y pasando sobre todo hasta internarse en
la ciudad. Y tan completa fué la sorpresa, que quin-
ce minutos después de que el ]irimer soldado libe-
ral había escalado los muros de Puebla, no se ofrecía
resistencia dentro de la ciudad, más que desde las to-
rres de la catedral y desde las alturas de El Carmen
y San Agustín.
Pero si bien la ciudad había sido tomada, y sus
defensores habían tenido que huir unos y otros ha-
bían tenido que rendirse, la posición del ejército Adc-
torioso no se |)odía considerar segura bajo ningún
concepto: pues las ])0(lerosas fortalezas situadas en
Gknerai^ Carlos Pacheco.
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 11
los cerros al este y norte de la ciudad, coiitiniiabari
haciendo fuego sobre los grupos de soldados libera-
les, por donde quiera que eran distinguidos recorrien-
do las calles de la ciudad conquistada.
Cada casa parecía también una fortaleza, que vo-
mitaba descargas cerradas sobre los asaltantes, desde
los techos, los balcones, las ventanas j las puertas.
Pero todo esto no retardó ni un solo momento el avan-
ce Aictorioso de los soldados liberales. Se llevaron
á cabo tantos prodigios de valor y fueron tantos los
valientes, que más tarde le fué imx:)osible al coman-
dante en jefe mencionarlos a todos en su informe de
la batalla al Departamento de la Guerra.
El General Carlos Pacheco, que tenía á su cargo
la columna de ataque que se dirigió sobre las fortifi-
caciones de la calle de Siempreviva, fué herido pri-
mero en la pantorrilla de la pierna clerecha, poco ra-
to después en el brazo izquierdo, y como aim así con-
tinuaba dirigiendo el ataque, una bala de cañón le
destrozó la cadera izquierda. Un soldado lo levantó
en brazos é intentó llevarlo á un lugar menos peli-
groso ; pero apenas había caminado unos pocos pasos
con su carga, cuando una granizada de metralla hizo
blanco en ambos, rompiendo el brazo derecho al co-
mandante é hiriendo gravemente al hombre que lo
conducía. Sin embargo, el General Pacheco, á pesar
de haber perdido la pierna izquierda y el brazo dere-
cho, vivió para ocupar A^^arios puestos públicos de im-
portancia, entre los cuales citaremos los de Jefe de
los Departamentos de Fomento y de Guerra y Mari-
na en el gabinete del General Díaz. En ambos pues-
tos prestó excelentes servicios, cooperando en el fo-
mento del progreso y en el establecimiento de la paz
l^or toda la Kepública.
Casi todos los oficiales y soldados sobrevivientes,
pasaron por experiencias casi tan peligrosas y emo-
cionantes como la del General Pacheco, aunque con
resultados menos graves; pues la batalla se convir-
tió en una lucha cuerpo á cuerpo por las calles de la
ciudad, y al mismo tiempo los soldados republicanos,
12 DÍAZ T MÉXICO.
y con frecuencia también los imperialistas, se veían
Í3lanco de constantes descargas que les hacían desde
las A^entanas de las casas. Pero las manzanas de edi-
ficios fueron tomadas rápidamente, calle tras calle,
y pronto miles de prisioneros se encontraban en ma-
nos de las tropas Aictoriosas. Entre dicbos prisione-
ros estaban algunos oficiales que habían desertado
antes de las filas liberales, siendo el principal entre
ellos el General Mariano Trujeque, el famoso jefe de
caballería, que en dos distintas ocasiones había trata-
do de asesinar al General Díaz. Después de la toma de
la ciudad, se le encontró oculto detrás de un pequeño
almacén, entre unos bultos de mercaderías, de donde
fué sacado por algunos soldados liberales.
De acuerdo con la ley del 25 de Agosto, todos los
desertores de las filas liberales á que nos hemos re-
ferido arriba, fueron juzgados por corte marcial y
fusilados, entre ellos Trujeque.
Pero aunque muchos ])risioneros habían sido he-
chos durante y después de la captura de la ciudad,
muchos soldados y oficiales imperialistas se habían
escapado á las dos fortalezas de los cerros del norte
de la población, Guadalupe y Loreto, las cuales con-
tinuaron bombardeando á los victoriosos después de
la caída de Puebla, sembrando la muerte entre ami-
gos y enemigos, con la vana esperanza de que Már-
quez, quien se sabía estaba no lejos del lugar, llega-
ra en su auxilio.
Pero en lugar de Márquez se encontraron los de-
fensores de las fortalezas con la llegada de las fuer-
zas liberales al mando del General Ley va, en niime-
ro de dos mil, distribuidos por igual en caballería é
infantería, y trayendo consigo dos piezas de artille-
ría de montaña que poder agregar á la formidable ba-
tería que estaba dentro de la ciudad, la cual pronto
sería dirigida sin la menor consideración sobre las
dos fortalezas, que habían representado un papel tan
importante y heroico en los tres emocionantes sitios
por que había pasado la ciudad desde la llegada del
Ejército Francés de Intervención á México.
ANTE LOS MUROS DE PI'EBLA. 15
Toda la artillería pesada que se le había captura-
do al enemigo, fué dirigida sobre los dos fuertes, y
se Mcieron toda clase de preparativos para obligar-
los á rendirse á la mayor brevedad. Esto, la apari-
ción de Leyva en el teatro de los sucesos y la no veni-
da de Márquez en su auxilio, cuando se comprendía
que no podía dejar de liaber sabido los acontecimien-
tos que estaban teniendo lugar desde hacía varios
días, desanimó á los imperialistas, y á las tres de la
mañana del 4 de Abril, justamente cuarenta y ocho
horas después que los liberales habían hecho su pri-
mer ataque contra la ciudad, llegó del cerro de Gua-
dalupe un oficial, acompañado de su corneta provisto
de una linterna, suplicando se le condujera al cuar-
tel general. Una vez allí, presentó un ofrecimiento de
rendición á condición de ciertas garantías. Este men-
sajero fué detenido. A las cinco de la mañana apareció
otro, el cual fué también detenido. Poco tiempo des-
pués apareció un tercero, esta vez del fuerte de Lore-
to. Como todo esto era señal patente de apuro, fué
enviado de regreso uno de estos mensajeros con el in-
forme, de que el comandante en jefe de las furzas li-
berales no aguardaba sino la claridad del día para
comenzar á bombardear los dos fuertes con toda la
artillería de que disponía la ciudad, y que lo ímico
que podría evitar esto, era la rendición incondicional
de las dos fortalezas.
El plazo concedido era corto ; por lo que, designes
de apresurado parlamento, las fortalezas de Loreto
y Guadalupe se rindieron á discreción.
Debido a la circunstancia de que cierto número de
oficiales liberales que habían desertado á las filas im-
perialistas y habían sido hechos prisioneros en la to-
ma de Puebla, fueron juzgados militarmente y fusi-
lados, reinaba gran pánico y terror entre los oficiales
mexicanos de las fuerzas imperialistas capturadas
en los fuertes de Guadalupe y Loreto. Estos habían
sido reunidos y alojados en calidad de prisioneros en
un departamento del Palacio Municipal, en unión
de algunos otros capturados en la ciudad en la ma-
14 DÍAZ T MÉXICO.
ñaua del 2 de Abril. La comunidad eu que se encon-
traban contribuía á aumentar sus temores y se da-
ban ya por i^erdidos. Tan seguros estaban de morir,
que hicieron una síifílica al General Díaz i^ara que
les permitiera recibir las risitas de su amigos, y la
entrada á la prisión de los sacerdotes que iban á oír
su última confesión.
El permiso fué concedido; pero ninguna manifes-
tación favorable de parte del General Díaz acompa-
ñó al permiso. Todo lo contrario, se dieron órdenes
para que se les proveyera de materiales de escribir,
sobres y sellos; todo lo cual, de acuerdo con diclia
orden, se distribuyó entre ellos liberalmente, y se
señalaron cuartos especiales donde iludieran estar
solos con el sacerdote que los confesara. A todos se
les i^ermitió escribir sus cartas de despedida, hacer
sus testamentos, confesarse, y en fin, prepararse pa-
ra una pronta muerte. Entre los prisioneros que así
se prepararon, estaban varios obispos 3^ sacerdotes
que se habían manifestado muy activos en la defen-
sa de la causa im])erialista. El número total de pri-
sioneros era como de 300, incluyendo varios jefes con-
servadores que ya estaban sentenciados á muerte.
La ciudad se encontraba grandemente exitada con
lo que prometía ser uno de los fusilamientos más sen-
sacionales de la historia deMéxico ; pues los prisione-
ros incluían la flor y nata de las fuerzas imperialistas
de Puebla, los altos dignatarios de la iglesia, lo mis-
mo que varios ricos magnates cuyos nombres eran co-
nocidos de un extremo á otro de la República. Era un
terrible holocausto, capaz de hacer vacilar de horror
á las naciones de América y Europa, y de hacer tem-
blar á los mexicanos de nota que habían abrazado la
causa del imperio. Y todo se haría de acuerdo con
una ley que había sancionado Juárez, ley que había
sido sancionada también i:>or las prácticas de la mis-
ma administración imperial.
A las tres de la tarde, cuando todos se habían ya
preparado, cada cual á su modo, para recibir la
muerte, los jefes prisioneros fueron llevados al Pa-
(ÍKNEUAL FlíAXCIf^CO I.EYVA.
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 15
lacio Episcopal, donde se encontraron con otros pri-
sioneros de rango y con el mismo General Díaz en
persona, con nna expresión adnsta é implacable en
el semblante. Annqne estas 300 i^ersonas se encontra-
ban á las puertas de la muerte, contemplaban con
cierta curiosidad al hombre que, inexorable como el
destino, babía decretado la muerte de todos y cada
uno de ellos.
En medio del más profundo silencio, el comandan-
te en jefe del Ejército del Este dirigió la palabra á
la resignada y desahuciada multitud de prisioneros
que tenía delante. Comenzó manifestándoles que to-
dos ellos merecían la pena de muerte y que la ley pe-
día fueran ejecutados, porque habían traicionado á
su patria en la hora en que ésta más los necesitaba.
Estas eran i)alabras que sonaban como un doble fú-
nebre en los oídos de aquellos hombres que, según
ellos mismos creían, se encontraban á las puertas de
la muerte.
Luego, cambiando de tono, el orador continuó di-
ciendo, que en vista de la circunstancia que los reos
eran tan numerosos, tenía convicción de que el Go-
bierno, una vez en conocimiento de la verdadera si-
tuación, se inclinaría á la gracia. Pero que la ley re-
quería que se les mantuviera aún en el más riguroso
confinamiento, hasta que fuera definitivamente de-
cidida su suerte.
Esto indicaba una esperanza de vida, cuando un
minuto antes se consideraba como segura su muerte,
y un suspiro general de consuelo estremeció los pe-
chos de los 300 prisioneros.
Luego, suavizando aún más el tono de voz, el ora-
dor continuó diciéndoles, que también él sabía lo que
era sufrir prisión por la causa que había defendido,
que había experimentado todas las penas que acom-
pañan á semejante situnción, y que su deseo era evi-
társelas si era posible. Con este fin, gustoso permiti-
ría á todos salir de la prisión como hombres libres, si
daba cada uno por escrito, su formal promesa de pre-
sentarse á ser juzgados, siempre que el Gobierno así
K) DÍAZ T MÉXICO.
lo resolviera, al recibir aAÍso á ese efecto por medio
de la prensa.
La escena que se siguió fué indescriptible. Hom-
bres rigorosos lloraban, mientras que otros eran aco-
metidos de manifestaciones histéricas á causa de la
tremenda reacción que había tenido lugar en sus sen-
timientos ; pues era aquello para los prisioneros, co-
mo comprenderán nuestros lectores, una verdadera
resurrección.
Todos manifestaron su voluntad de firmar lo de-
seada promesa, y cada uno de ellos, después de fir-
marla, fué puesto en completa libertad.
Esto fué el principio de esa política de Porfirio
Díaz, de esforzarse por convertir en amigos á sus ene-
migos, que ha seguido durante toda su carrera co-
mo Primer Magistrado de la Xación mexicana, po-
lítica que ha contribuido más que cualquier otro fac-
tor, á unir al pueblo j á construir el México moder-
no. A esa misma x^olítica debe ser atribuido el hecho
de que muclio tiempo después, se encontraran for-
mando parte de su ministerio algunos de los imperia-
listas más i^ronunciados de aquellos días, y que hoy
se encuentre su gobierno apoyado por las antiguas
familias aristocráticas y aún por la misma Iglesia
Católica ; la cual, si bien obligada á vivir dentro de
las leyes de la reforma, ha sido protegida en todos los
derechos que le concede la Constitución. Aunque Por-
firio Díaz fué el gran caudillo del movimiento con-
tra el poder de la Iglesia ; ésta iiltima, que probable-
mente nunca ha simpatizado con su actitud en cues-
tiones religiosas y de autoridad eclesiástica en asun-
tos temporales, ve en él el símbolo de la ley y el orden,
y un fuerte baluarte contra la anarquía, el socialis-
mo ignorante y el reinado del populacho ; y como tal,
tiene el apoyo político de la Iglesia. En otras pala-
bras, se le mira como al hombre más á propósito pa-
ra dirigir la situación actual. Esta es una de las me-
jores alabanzas que se ]>ueden tributar á su genio
como estadista y diplomático.
(jkxkral Porfirio Díaz ex 1867.
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 17
Pero no liemos terminado aún la dramática esce-
na que veníamos relatando.
Entre los prisioneros estaba el Coronel Vital Es-
camilla, Jefe Político del Distrito de Matamoros Izú-
car, y el mismo que, en un exceso de celo imperialista,
había ofrecido aumentar con sus propios fondos el
premio ofrecido por el Conde de Thiim á quien entre-
gara el General Díaz muerto ó vivo. El Coronel ha-
bía permanecido oculto entre la muchedumbre, apa-
rentemente temeroso de acercarse á firmar su promesa.
El Coronel Visoso, oficial liberal y antiguo amigo
de Escamilla, se acercó al General Díaz y le suidIícó
lo perdonara, ocultándole la circunstancia de que se
encontraba entre los prisioneros. Pero Díaz, á quien
hacía poco rato le habían señalado á Escamilla co-
mo el hombre que lo había perseguido á muerte, con-
cedió á Visoso lo que pedía, y llamó al mismo tiem-
po á Escamilla por su nombre de entre la multitud
que tenía enfrente; y cuando éste último se ai^roxi-
mó, informó tanto á él como á A^isoso, que si no se en-
contraba aún en libertad, era porque no había fir-
mado aún su promesa, lo cual esperaba que hiciera
tan luego como llegara su turno.
Escamilla llegó á ser después uno de los amigos
más íntimos del General Díaz, y fué miembro del Con-
greso durante la administración de este último.
El 4z de Abril se publicó una orden general de los
cuarteles del Ejército del Este, al efecto, de que todos
los prisioneros hechos en las batallas de Miahuatlán
y la Carbonera, la toma de la ciudad de Oaxaca, el
asalto de Puebla y la rendición de los fuertes de Gua-
dalupe y Loreto, serían puestos en libertad, con per-
miso de residir en cualquier parte del país que les con-
viniera, donde estarían bajo la Aigilancia de las auto-
ridades locales, y sujetos al llamado del Gobierno Fe-
deral. La orden también agregaba, que todos los ex-
tranjeros que se encontraran entre los prisioneros,
quedarían sujetos á las mismas condiciones, con la
única excepción, de que si deseaban abandonar la Ke-
pública, estaban en libertad de hacerlo.
CAPITULO XXXV.
San Lorenzo.
El 5 de Abril, esto es, al día siguiente de los acon-
tecimientos relatados en el capítulo anterior, el Ge-
neral Díaz j)artió en persecución del ejército imperia-
lista de Márquez, quien no se había atrevido á acer-
carse á Puebla, desde que supo que esta ciudad ha-
bía caído en poder de los liberales, prefiriendo reti-
rarse, con la determinación de regresar á la capital
de la Eepública tan luego como le fuera posible. Pe-
ro el jefe liberal lo siguió sin la menor pérdida de
tiemi)o. En la mañana del 6 de Abril, un día después
de haber salido de Puebla, llegó á Apizaco, donde
tuvo el desagrado de saber que Márquez había parti-
do ya para Huamantla.
Dejando aras la infantería y la artillería, el Ge-
neral Díaz continuó la persecución de las fuerzas im-
perialistas con sólo la caballería, con el objeto de
poder darles alcance. De este modo logró avistarse
con la caballería de Márquez en San Diego Notario,
é inmediatamente la atacó. Después de una sangrien-
ta refriega, la obligó á retirarse hacia el núcleo de
las fuerzas enemigas, donde se vio ya libre de la per-
secución de que era objeto, pues la artillería imperia-
lista abrió fuego sobre la caballería liberal, la cual
se vio obligada á ponerse fuera del alcance de los
cañones después de haber perdido veinte ó más hom-
bres.
Al día siguiente se le unieron al General Díaz las
fuerzas de Lalanne, consistentes en 400 jinetes y GOO
soldados de infantería. Díaz le ordenó detener á to-
da costa á Márquez ínter podía él acercar la infan-
tería y artillería.
Lalanne cumplió literalmente las órdenes que se
le dieron, y mantuvo en jaque á los imperialistas
hasta que sus tropas fueron casi completamente ani-
SAíí LORENZO. 19
qiiilaclas. Pero había llenado su misión con la mayor
eficacia, pues detuvo á Márquez el tiemi^o suficiente
para que fuera alcanzado por el grueso de las fuer-
zas del ejército liberal en San Lorenzo. La orden que
liabía recibido Lalanne, era de detener á Márquez
aunque fuera solamente por una liora. A las 8 de
la mañana del 8 de Abril se encontró con las fuerzas
imperialistas en Zotoluca, y aquí presentó batalla,
efectuando su retirada gradualmente y atacando á
intervalos, de cuyo modo logró detener al enemigo
hasta las tres de la tarde, hora en que sus fuerzas ha-
bían quedado tan reducidas, que no le fué ya posible
impedir el paso á los imperialistas.
Entre tanto, el General Díaz con su ejército ha-
bía dado alcance á Márquez entre San Nicolás y San
Lorenzo, en el preciso momento en que los restos del
pequeño ejército de Lalanne habían comenzado á huir
en todas direcciones. Se encontró primero con la caba-
llería enemiga, á la cual obligó á replegarse después
de hacerle sufrir pérdidas considerables. Debemos ad-
vertir, que á Márquez no se le veía la menor inclina-
ción de presentar batalla á las fuerzas liberales, que
tan repentinamente se le habían aparecido.
Esa misma noche del 8 de Abril, el General Díaz
desplegó sus fuerzas en semicírculo alrededor del
enemigo. El sigTiiente día ambas fuerzas lo pasaron
frente á frente. El comandante en jefe liberal reco-
noció cuidadosamente la posición del enemigo, y que-
dó satisfecho de la distribución que había hecho de
sus fuerzas. ínter esto tenía lugar, llegaron á su
campamento cuatro mil hombres al mando del Gene-
ral Guadarrama. Este último había sido despachado
por Escobedo poco tiempo antes desde Querétaro,
con la misión de vigilar á Márquez ; por cuyo motivo
tuvo en esta ocasión la oportunidad de ofrecer sus
servicios al General Díaz.
Informado Márquez de este repentino aumento
en la fuerza del ejército liberal, decidió retirarse y
hacer lo posible por llegar á la ciudad de México.
Con este objeto comenzó á evacuar su campamento
20 DÍAZ Y MÉXICO.
en ]a madrugada del día siguiente y se dirigió á San
Cristóbal por el camino de Texcoco.
Tan luego como supo esto el General Díaz, dio
órdenes para que se avisara á la gente de Calpulál-
pam que destruyera el puente de San Cristóbal, á
lo cual x^rocedieron sin la menor dilación. Pero no
habían aún completado su trabajo, por ser la estruc-
tura grande y fuerte, cuando apareció la vanguardia
del ejército imperialista.
Entre tanto, las tropas liberales en toda su fuer-
za conducidas por el comandante en jefe, se habían
puesto en activa persecución de Márquez, á quien al-
canzaron en los momentos en que estaba haciendo
esfuerzos sobrehumanos por hacer pasar por el me-
dio derruido puente su infantería, que por cierto, se
encontraba ya parcialmente desmoralizada.
Viendo el jefe imperialista que era imposible pa-
sar por la barranca su artillería, ordenó que fuera
arrojada al precipicio, que en este lugar era de con-
siderable altura. De suerte que no le quedaron para
contener el avance del enemigo más que dos pequeños
cañones que había logrado pasar á lomo de muía al
otro lado de la barranca.
Márquez trató de hacer resistencia, pero muy lue-
go tuvo que ponerse en precipitada fuga con rumbo
á la ciudad de México, dejando en poder de los vic-
toriosos liberales todo el equipaje, sus cofres de di-
nero y dos mil prisioneros.
Como es natural, la caballería, que formaba la
mejor parte de las fuerzas imperiales, logró fran-
quear la barranca. Dicha caballería estaba formada
principlmente por austríacos y tenía entre sus ofi-
ciales guerreros tan famosos como Kodolich, Wic-
kenburg y Kevenhueller, que pelearon braA'^amente
por todo el camino hasta Texcoco; pues la caballería
liberal continuó la persecución durante todo el día
hasta que comenzó á oscurecer. En esta retirada los
imperialistas experimentaron considerables pérdi-
das.
El día siguiente, la caballería liberal al jnando
General Leonakdo Máucíuez.
SAíí L01ÍE?íZ0. 21
de Le.yva continuó la persecución no desamparando
la retaguardia del enemigo hasta llegar á los muros
de la ciudad de México. La retirada fué desastrosa
para las tropas de Márquez, i)ues la noticia de su
derrota los liabía precedido y los indígenas habían
destruido los puentes del camino que tenían que se-
guir, obligándolos así á atravesar peligrosas barran-
cas y ríos, donde tuAÍeron muchas pérdidas que la-
mentar. Muchos de los jinetes quedaron hundidos en
los fangales y pantanos, de donde les era imposible
inestricarse, siendo fácil presa del enemigo que im-
placable los i)erseguía.
Márquez llegó á la capital de la República, de
donde había salido pocos días antes lleno de esi)eran-
zas á la cabeza de su ejército discii)]iiiado de cuatro
mil hombres ; llegó, decimos, con sólo su caballería,
compuesta ])rinci])almente de austríacos^ que logra-
ron escapar gracias á estar bien montados. El mismo
día que entró el jefe imperialista á la ciudad, luiede
decirse que comenzó el sitio de la capital de la Repú-
blica.
CAPITULO XXXVI.
Los últimos días del Imperio.
El 12 de Abril, diez días después de la toma de
Puebla, y dos después de la derrota de Márquez en
Sau Lorenzo, las tropas liberales comenzaron á ro-
dear formalmente la ca])ital de la Kepública. Las
primeras líneas se extendían por más de diez millas,
distancia comparativamente grande (pie tenía que
ser cubierta con las ])ocas tropas de que disponía el
comandante en jefe del Ejército del Este. El traba-
jo de cii'cunvalación fué comenzado inmediatamente
y las líneas de trincheras se construyeron tan rápi-
damente como fué ])0sible. El General Díaz dirigía
personalmente todas las operaciones. Estableció su
cuartel general en Guadalupe, i)or considerar este lu-
gar el punto más conveniente para el objeto, y desde
aquí dirigía el sitio. En este lugar se encontraba
cuando se recibió de Querétaro la orden llamando al
General Guadarrama, por necesitarse urgentemente
de sus servicios en ese lugar. La partida de las tro-
pas de Guadarrama debilitó mucho á las fuerzas si-
tiadoras, é hizo casi imposible cubrir la línea de cir-
cunvalación, empresa que tuvo que desatenderse du-
rante varios días, inter llegaban refuerzos que hicie-
ran posible esta operación militar.
En los precisos momentos en que se comenzaban á
activar las operaciones del sitio, recibió el General
Díaz una comunicación del General Escobedo lla-
mándolo en su auxilio, por no ser posible á este iil-
timo llenar la extensa línea al rededor de Querétaro.
Al mismo tiempo le ofrecía Escobedo el mando de
todas las fuerzas que allí habían.
Díaz contestó que se pondría en marcha tan lue-
go como hiciera venir más cañones y parque de Pue-
bla, y hubiera reunido fuerzas suficientes para impe-
dir que los imperialistas se escaparan de la ciudad de
Sitio de México.
LOS ÚLTIMOS días DEL DIPETÍIO. 2á
México. En vista de esto, comenzó á liacer todos
sns arreglos para la proyectada marclia.
Habían dentro de la capital como 8,000 soldados,
Y Díaz no dispondría sino de cinco, ó á lo más, seis
luil, despnés de segregar las tropas qne tenía que lle-
var consigo á Qnerétaro. Con esas pocas fuerzas ha-
bría que mantener el sitio de ^México frente á un ene-
migo superior en número. Pero cuando estaba ya ca-
si listo para ponerse en camino hacia el norte á reu-
nirse con Escobedo, recibió una segunda comunica-
ción de este iiltimo, manifestándole que la situación
había asumido un aspecto más favorable, y que creía,
que en ese estado, sí le era ya posible continuar el
sitio sin el auxilio de las fuerzas frente á la capital.
Esto que relatamos tuvo lugar en los i^rimeros días
de Abril.
Inmediatamente comenzó el General Díaz á ac-
tivar las operaciones del sitio, y conforme estas pro-
gresaban, nuevos refuerzos llegaban constantemen-
te á su campamento. Estos refuerzos eran debidos
á los esfuerzos que él mismo hacía, desde que logró
derrotar á Márquez, por reclutar y organizar tropas
en los Estados limítrofes. Se trajo artillería de Pue-
bla y se utilizaron también los cañones de campaña
que habían sido arrojados en la barranca de San
Lorenzo por Márquez. Toda esta artillería fué diri-
gida sobre las fuerzas sitiadas, sus ]>rimitivos due-
ños. Para dotar estos cañones se hicieron venir de
Puebla oficiales y artilleros competentes.
Para evitar que el enemigo tuviera o])ortunidad
de comunicarse con el exterior ])or vía del lago de
Texcoco y las lagunetas, se construyó un ])uente flo-
tante en todo el camino desde San Cristóbal al Pe-
ñón de los Baños, y las aguas del lago fueron vigila-
das por botes y canoas bien tripulados y armados
con artillería ligera. Esta medida no solamente im-
pidió toda comunicación á los sitiados, sino que tam-
bién proporcionó un medio de comunicación fácil y
efectivo con las fuerzas sitadoras que tenían á su
cargo el ataque de la ciudad por el lado del este.
24 DÍAZ Y MÉXICO.
Gran actividad reinaba en todos los departamen-
tos del Ejército del Este. Se establecieron fábricas
de parque en Puebla y en Panzacola; un servicio ve-
loz de muías fué organizado ])ara transportes entre
Apizaco, que era entonces el término del Ferrocarril
Mexicano, y el cuartel general de las fuerzas sitia-
doras ; otro fué establecido entre Apizaco y Puebla.
Un convoy de treinta carros de parque fué enviado á
Escobedo á Querétaro; y los cañones desmontados
que habían pertenecido á las fuerzas imperialistas
derrotadas en Puebla, y que habían sido almacena-
dos en esa ciudad, fueron comimestos y traídos fren-
te á la capital de la Re])ública. Muchos de estos ca-
ñones eran de hierro fundido y muy pesados, y como
era muy difícil moverlos con ra])idez, se les utilizó
rn baterías fijas; las cuales, según lo aseguró el mis-
mo comandante en jefe, prestaron muy buen servicio.
El i)lan del (ieneral Díaz era no tomar la ciudad
por asalto, pues de este modo se tendrían que des-
truir muchos hermosos edificios, sino más bien obli-
garla á rendirse por hambre. Con este objeto se ejer-
cía gran vigilancia, para evitar que se escaparan par-
tidas de los sitiados.
El 1.5 de Mayo se recibieron un telegrama del Ge
neral Escobedo y otro del General Alcérreca de su
í-uartel general de San .Tuan del Río, anunciando la
rendición incondicional de Querétaro y la captura
de ^Maximiliano, sus oficiales y su ejército. Se man-
daron imprimir estos telegramas, se colocaron co-
pias dentro de cascos y éstos fueron lanzados dentro
de la ciudad por los cañones ; de cuyo modo llegó á
los sitiados sin la menor demora la noticia de la de-
rrota de las fuerzas imperialistas en el norte.
Estas noticias, que pronto se regarou, debido al
modo original con que fueron comunicadas á los ha-
bitantes de la ciudad sitiada, produjeron dei^resión
general, aunque Márquez pretendía no creerlas.
Los defensores de la capital comenzaban ya á re-
flexionar seriamente en que no tardaría en presen-
tarse la gran dificultad de falta de provisiones y de
LOS ULTDIOS días DEL LUPE RIO. 25
parque, y en consecuencia se comenzó á manifestar
descontento, especialmente en el ejército de labrie-
gos y semi-esclavos que Márquez había agregado á
sus fuerzas des])ués de la derrota de San Lorenzo.
La ejecución de Maximiliano el 19 de Junio en
el Cerro de las Cam])anas en Querctaro, noticia que
fué inmediatamente comunicada á los sitiados de la
capital, hizo desaparecer el centro alrededor del cual
se hal)ía formado el partido imperialista. Los aus-
tríacos, que habían permanecido resueltamente fie-
les á Maximiliano, informaron al comandante del
Ejército del Este, que se refrenarían de tomar liar-
te en la defensa de la ciudad, siempre que se les per-
mitiera salida libre á la costa, donde un barco aus-
tiiaco aguardaba ])ara conducirlos á Europa. Varios
generales imperialistas también intentaron hacer
arreglos secretos con Díaz ; mas éste iiltimo rehusó
todo acuerdo, pues había olitenido informes que la
ciudad se vei'ía obligada á rendirse dentro de pocos
días, debido a la falta de provisiones y á las condi-
ciones insalubres que i)revalecían en ella.
Por este tiempo tuvo lugar un audaz é inmoral
atentado para asesinar al (leneral Díaz, muy seme-
jante al de Trujeque algún tiemi)o atrás.
El General O'Horán envió á decir al General
Díaz que deseaba mucho tener con él una entrevista,
pues quería hacerle una propuesta que era de interés
general para el Ejército del Este. Gon el mensajero
mandaba una ])equeña linterna de luz roja, y supli-
caba al General Díaz que hiciera señas con ella en
caso de que deseara que él, O'Horán, se acercara á
hablarle.
El comandante liberal fué al lugar convenido pa-
ra la entrevista, que era cerca de la garita de Peral-
villo. Y habiendo tomado primero la precauciém, él
y los cuatro hombres que lo acompafíal)an de buscar
protección en una zanja, enarboló la luz roja.
Como si hubieran estado aguardando la aparición
de esta señal, la infantería y artillería imperialistas
abrieron fuego, desde cerca de un foso situado á re-
26 DÍAZ T MÉXICO.
guiar distancia, sobre la liicecilla, en apariencia in-
significante. No cabe la nieiior duda de que O'Horán
había arreglado la cehida con la esperanza de des-
hacerse del espíritu guiador del Ejército del Este, en
(piien veía el único ol)stáculo para arreglar una ren-
dición honorable de la cnpital y la garantía comple-
ta de las Aidas y propiedades de sus defensores.
Después de que cesó el fuego, el General Díaz se
dirigió á traA^és del prado de regreso á sus propias lí-
neas.
El siguiente día mandó O'Horán otro mensajero
á Díaz, explicándole que lo que había sucedido la
noche anterior había sido un accidente. Aseguró ([ue
el mismo Márquez se encontraba en las líneas en el
momento en que fué mostrada la luz roja, y que per-
sonalmente había ordenado que se hiciera fuego. El
mensajero pidió otra entrevista, en la cual se convi-
no, aunque esta vez se señaló un lugar á distancia
segura de las líneas del enemigo.
En esta ocasión O'Horán fué á la cita, y la con-
ducta que allí observó muestra que era capaz de ha-
cer cualquiera traición. Ofreció que entregaría las
fortalezas de México al Ejército del Este y con ellas
á Márquez y demás jefes imperialistas, con la única
condición de que se le garantizara la vida y que se
le diera pasaporte y salvoconducto para salir del
país.
El General Díaz no aceptó el ofrecimiento, y
O'Horán regresó á la ciudad á esperar la suerte que
allí le aguardaba.
Dos ó tres días antes de la rendición de la capi-
tal, llegó al cami)aniento de los sitiadores el Gene-
ral Tabera con la propuesta de Márquez de rendir la
ciudad, condición de que se garantizarían las vidas
de todos los defensores.
Díaz rehusó ace])tar esta condición, fundándose
en que no era á él sino al Gobierno al que tocaba dis-
poner de la suerte de los prisioneros.
El siguiente días Márquez desapareció de jMéxi-
co. Se asegura que se escapó de la ciudad disfrazado
LOS ÚLTIMOS DÍAS «EL LMPEllIO. 27
de arriero, conduciendo una carga de carbón; y ese
mismo día Tabera, en quien recayó el mando, abrió
de nuevo negociaciones con el (leneral Díaz con el ob-
jeto de obtener algmia especie de garantía ])ara los
defensores de la ciudad. Pero el comandante del Ejér-
cito del Este, contestó que la ciudad debería i'endirse
incondiciona luiente, y que no deseal)a escuchar pro-
posiciones de otra naturaleza. También informó ál
enviado, que era el cónsul americano Marcus Otter-
bourg, que el ataque sobre la ciudad sería reanudado
dentro de cinco minutos, y que justamente tenía el
tiempo necesario para regresar con seguridad dentro
de sus muros.
Esta amenaza tenía sim])leniente por mira foi^-
zar la rendición de manos de Tabera, y Díaz aguardó
hasta que Otterbourg hubo llegado á la ciudad ])ara
dar la orden de bombardeo. Aún el mismo bombar-
deo no era en sí sino estratégico y tenía por único ob-
jeto mostrar á Tabera la inutilidad de hacer ulterior
resistencia, é inducirlo á rendir la ciudad sin preten-
der por más tiempo asegurar condiciones que Díaz
no estaba en disposición de conceder. En efecto, si
bien de pronto la guarnición contestó el nuevo bom-
bardeo, muy luego cesó toda muestra de oposición y
una bandera blanca fué enarl)olada de una de las to-
rres de la catedral en señal de rendición. Tan luego
como el humo de las descargas se hubo levantado lo
s unciente para i)ermitir que se vieran los muros de
la ciudad, fueron desplegados iguales emblemas en
las fortificaciones y arriba de las trincheras. Casi al
mismo tiem])o, un carruaje conduciendo una bandera
blanca partió del centro de la ciudad hacia Cliapul-
tepec por camino de la Calzada del Emperador, hoy
Paseo de la Reforma, donde estaban estacionados
el General Díaz y su Estado Mayor, y donde había
recibido poco tiempo antes al cónsul americano. En
este carruaje iba una comisión de Tabera con pode-
res para rendir la ciudad.
El mismo día se convino en los términos de rendi-
ción. Se garantizaba la vida, propiedad y libertad de
28 DÍAZ Y MÉXICO.
los habitantes pacíficos ; se ordenaba á los soldados
mexicanos del ejército imi)erialista rennirse en la
cindadela para efectnav sn rendición; se le ordena-
ba al jefe de guerrillas Clienet se sitnara con las íner-
zas de sn nu\ndo en la iglesia de San l*edro y San
Pablo, y las otras fnerzas nacionales en el Palacio.
Se facnltaba á los generales y oficiales á conservar
sns espadas y se designaron ciertos pnntos donde
debían permanecer Ínter se hacían otros arreglos.
Se demoró la ocni^ación de la cindad hasta el si-
gniente día, con el objeto de tomar toda clase de pre-
canciones para evitar en la cai)ital el pillaje y otros
desórdenes que generalmente acompañan la rendi-
ción de una ciudad en tales circunstancias á la entra-
da de las tropas victoriosas. Con este objeto, el Gene-
ral Díaz dio órdenes de (pie permaneciera en su
jniesto la guarnición, hasta (pie llegaran personas
autorizadas por él mismo i)ara relevarla. El cuida-
do y vigilancia de la ciudad se puso á cargo de una
fuerza de policía organizada con tres batallones de
Cazadores de Oaxaca, en quienes el General Díaz
tenía confianza especial. Estos batallones fueron dis-
tribuidos en pequeñas escoltas al mando de oficiales
competentes, de tal modo que ninguna parte de la
población quedara sin vigilar. Además se destinaron
otros tres cuerpos de tropas de Oaxaca para patru-
llar las calles. Después de haber hecho todos estos
arreglos para asegurar el orden dentro de la ciudad,
las tropas pertenecientes al ejército liberal marcha-
ron dentro de la ciudad de México de un modo tan
ordenado como si se tratara de una simple parada.
Con el objeto de que ningún desorden pudiera
suscitarse por la entrada á la ciudad de personas que
no pertenecieran al ejército, se ordenó que las líneas
de trincheras continuaran defendidas hasta nuevo
aviso; y á nadie se le permitió entrar ó salir de la
ciudad sin permiso por escrito del cuartel general.
Los comerciantes de la ciudad que eran lodos
imperialistas, esperaban que sus almacenes serían
saqueados y aquellos mexicanos que habían unido
LOS ÚLTIMOS días DEL IMPERIO. 29
SU suerte á la del imperio j habían luchado por él,
aguardaban llenos de temor y temblando con la pers-
pectiva de los fusilamientos, que se decía pronto se
efectuarían en grande escala, cuando las fuerzas li-
berales entraran á la ciudad. Pero esta oportunidad
llegó, y no se vio la menor indicación de que se in-
tentara llevar á cabo los actos de venganza que con
tanta seguridad se esperaban.
En las disposiciones tomadas para recibir la ren-
dición de la ciudad de México, Porfiiro Díaz mostró
de un modo decidido esos característicos que más tar-
de lo distinguirían tanto como hombre de estado ; y
la moderación de todos sus actos en aquella ocasión,
anuncia i)a la actitud que más tarde asumiría con res-
pecto á los partidos, credos, facciones é intereses en-
contrados, cuando el destino de la Kepública fuese
colocado en sus manos.
CAPITULO XXXVII.
Díaz se retira á la vida privada.
El 21 de Junio del año de 1867, día en que hizo su
entrada triunfal á la ciudad de México, el General
Díaz, al comunicar á Juárez la noticia de la caída
de la capital, también colocaba en manos del Presi-
dente su dimisión como comandante en jefe del Ejér-
cito del Este; pero como no se quiso atender á esto,
manifestó de nuevo su determinación de retirarse á
la Aida privada en una comunicación fechada el 13
de Julio, y dirigida igualmente á Juárez. Se le con-
venció, sin embargo, de retener su mando hasta des-
pués de la llegada del Presidente á la capital, lo
cual tuvo lugar el 15 del mismo mes.
Eué Díaz quien arregló el programa para la re-
cepción de Juárez, y salió á encontrarlo con una es-
colta hasta Tlalnepantla.
Desde las ocho de la mañana aguardaron en el
Paseo de Bucareli las autoridades ci^des y militares
nombradas para recibir á Juárez. El desterrado Pre-
sidente llegó por la garita de Belén y su llegada fué
saludada con repiques de campanas, salvas de arti-
llería y vivas del pueblo entusiasmado. Grupos de
niñas vestidas de blanco y adornadas con coronas
de flores salieron al encuentro de la procesión triun-
fal en la tribuna erigida en la glorieta que formaba
la unión del Paseo de la Reforma y la A Atenida de
Bucareli y allí le presentaron una corona de oro. De
allí se continuó la marcha por las calles de San Fran-
cisco hasta el Palacio Xacional, donde, á su llegada,
fué izada la bandera de la Nación. Juárez había ex-
presado en una ocasión el deseo de presenciar la iza-
da de la bandera nacional sobre la ciudad de Méxi-
co; y Díaz, respetando este deseo, le había reservado
el honor al Presidente Indio, dando órdenes después
de haber tomado la ciudad, que no se izara bandera
"1
.^
BIAZ SE RETIRA A LA VIDA PRIVADA. 31
alguna hasta el luomeuto en que el Primer Magis-
trado de la Nación llegara él mismo á lanzar sus
pliegues al viento.
^'^einte mil soldados bien armados y uniforma-
dos formaron la escolta de Juárez desde el momen-
to de su llegada á la capital hasta que entró al Pa-
lacio. Desde allí fueron revisados por el Presidente
y su Estado Mayor las tropas, á las cuales Díaz ha-
bía preparado uniformes después de la caída de la
capital.
No parecía sino que la ciudad se había vuelto
loca de alegría ; pues Juárez les significaba el fin de
la contienda que había mantenido el país en anarquía
durante seis años. Era el símbolo del triunfo de la
causa liberal, del derrocamiento final del imperio y
de la restauración de la República. En aquel día
parecía como si México hubiera hecho á un lado pa-
ra siempre sus diferencias, en el goce y satisfacción
de verse una vez más libre del yugo del extranjero.
Pero el pueblo, en su largo sufrimiento, no había atín
acabado de cruzar el fatigoso desierto que lo separa-
ba de la verdadera unidad nacional. Tenían todavía
que ajirender que el goce de la libertad, la lealtad al
hombre que les había llevado su cruz por tanto tiem-
po y sin la menor queja, el odio originado del san-
griento pasado, no podía hacerlos á todos pensar
igual ó formar una nación unida de elementos tan
discordantes y heterogéneos.
El tiempo y la situación requerían, no un hombre
más grande que Juárez, sino uno con cualidades to-
talmente distintas de aquellas que lo habían puesto
á él en estado de mantener, bajo todas las circuns-
tancias posibles, la lucha contra los conservadores
.y contra el imperio. Se requería un hombre que pu
diera olvidar el pasado y que pudiera reunir al rede
dor de su bandera á todos los ciudadanos, cualesquie-
ra que fuese su credo, que tuvieran voluntad de ser-
vir á su país. Pero Juárez había pasado por la lucha
más amarga, se había visto perseguido como una
fiera, y su cabeza se había imesto á i^recio por los
:\2 DÍAZ Y MÉXICO.
hombres que liaMaii nsur])a(lo la libertad y la inde-
pendencia de su patria. Tenía niuclio del carácter in-
dio parji i>oder olvidar los niales <[ue le habían hecho.
Había recibido tanto daño de sus semejantes, qne se
había despertado pujante su naturaleza sospechosa.
Había Aisto á tantos de sus compatriotas traicionar
la causa de la libertad como él la comprendía, que se
inclinaba á desconfiar de los hombres que lo rodea-
ban. Grande y patriota como era, y heroico hasta el
último orado, no dejaba de manifestarse celoso de
los grandes jefes militares que habían peleado glo-
riosamente en los campos de batalla por la libertad
de la patria. Xo era soldado, y quizá por esa causa
exageraba la gloria que correspondía á hombres co-
mo Díaz y Escobedo y otros de menor magnitud. Es-
te sentimiento le impedía amalgamar los elementos
patrióticos de la Xación en un partido fuerte. Le fal-
taba el tacto para hacer sentir á los hombres que
tomaba interés en ellos y que sus servicios le eran
necesarios.
Estas cualidades de Juárez habían ya principia-
do á abrir un abismo entre él y Díaz aún antes de
la captura de la ciudad de México. De acuerdo con
las manifestaciones de este último, después de la
caída de Puebla comunicó la noticia de la victoria á
•Juárez pidiendo al mismo tiempo ciertos honores pa-
ra algunos de los soldados que habían tomado parte
prominente en ese encuentro. Esta comunicación no
fué contestada. Semenjante omisión lastimó el amor
propio del comandante del Ejército del Este, quien
era muy sensible al menor desaire que se le pudiera
hacer á los valientes que habían peleado con él en
muchas reñidas batallas ganadas á costa de heroi-
cos esfuerzos y sacrificios. Todo indica que ya Juá-
rez había comenzado á manifestar los característi-
cos que más tarde se le determinaron claramente, y
que realmente estaba celoso del hombre que había ga-
nado tanta gloria para sí y para la Nación mexicana
en las batallas de La Carbonera, Miahuatlán, el si-
DÍAZ SE RETIRA A LA VIDA l'KIVADA. {:{
tio de Oaxacii, asalto sobre Puebla y la toma de la
ciudad de México.
Cuaudo llegó á Juárez la noticia de la liberacióu
de los prisioneros hechos en las batallas de Miahua-
tlán y la Carbonera, el asalto de Puebla y la rendi-
ción de los fuertes de Guadalupe y de Loreto, mani-
festó profundo desagrado por ese acto. Aquí también
se pone de relieA^e el espíritu de Juárez, el enemigo
implacable, el duro aborrecedor, el hombre dispues-
to á dirimir una contienda hasta el último extremo.
¡ Era en él ciertamente fuerte el espíritu de sus ante-
cesores indios !
Taml>ién Díaz manifiesta que Juárez le ordenó
poner en prisión á Daño, representante del Imperio
francés en la corte de Maximiliano y apoderarse de
los registros de la legación para entregarlos al go-
bierno liberal. Díaz pidió ser excusado de llevar á
cabo estas instrucciones indicando el peligro que ha-
bía en oponerse á Francia con semejante hecho.
No cabe la menor duda de que la actiutd de Juá-
rez fué responsable de la resignación del General
Díaz el mismo día de haber hecho su entrada triun-
fal á la capital de la Nación. No recibiendo contes-
tación á su súplica de ser relevado de su cargo, escri-
bió Alarias veces á Juárez urgiéndole que aceptara di-
cha dimisión, pero sin lograr su objeto, y el asunto
no fué arreglado sino hasta la llegada del Presiden-
te á la ciudad de IMéxico, cuando tuvo el General Díaz
la oportunidad de presentarle personalmente su re-
signación.
No obstante que el desacuerdo había comenzado
ya á manifestarse entre ambos hombres, Díaz ordenó
que no se izara ninguna bandera nacional en los edi-
ficios de la capital de la Eepública, desde Junio 21,
día de la rendición, hasta la llegada de Juárez, el 15
del mes siguiente. Y esto lo hizo únicamente por sa-
tisfacer un deseo que el último había manifestado
muchos meses antes. Hasta tuvo la atención de man-
dar preparar una l)andera de seda especialmente pa-
ra la ocasión. En todo esto se muestra la actitud con-
U DÍAZ 1 MÉXICO.
cili adora de Díaz, eu contraste con el espíritu impla-
cable de Juárez, cuyo espíritu se exliibía no tanto ha-
cia Díaz como hacia todo ag^uel que se opusiera á los
principios del i)artido liberal.
He aquí cómo describe Díaz su encuentro con Juá-
rez más allá de Tlalnepantla, cuando salió á recibir-
lo j á darle la bieuA enida á la capital el 15 de Julio
de 1867 :
"En los primeros días de Julio debía llegar á la
caj)ital el Presidente Juárez, y con objeto de recibirle
hasta donde me era permitido separarme del centro
de mi línea de operaciones, fué más allá de Tlalne-
pantla. Momentos después de haber llegado á aque-
lla ciudad, y cuando nos llamaba á almorzar el Lie.
D. José M. Aguirre de la Barrera, que era el Jefe Po-
lítico de ese distrito, me llamó el Presidente, que á la
sazón i>laticaba en voz baja con su Secretario de Es-
tado, y delante de ellos me manifestó que hacía algu-
nos días que estaba sin haberes la escolta que lo
acompañaba, compuesta de un regimiento, dos ba-
tallones y media batería, y me i)reguntó si tendría
yo fondos con qué cubrir esa urgente necesidad. Con-
testé al Presidente que sí los tenía y que podía orde-
nar á sus respectivos pagadores^ que al volver yo á
la capital vinieron conmigo para llevar el haber que
esos cuerpos habían dejado de percibir, y, además,
el que les correspondiera hasta el fin de la quincena
corriente.
Animado el Señor Juárez por esa respuesta, me
manifestó que tampoco el personal de las distintas
Secretarías de Estado habían recibido sueldo hacía
muchos días, y me preguntó si podría ministrar al-
gunos fondos con este objeto. Le contesté que tenía
fondos suficientes para cubrir esos sueldos, y que en
fregaría la cantidad que me ordenara. Entonces me
mandó dar 10,000 pesos con cargo á ese ramo, orde-
nó á su habilitado viniera á la capital para recibir-
los."
Juárez, con razón, tenía temor del elemento mili-
tar, al cual veía como el mayor peligro que amenaza-
DÍAZ SE RETIRA A LA TIDA PRIVADA. -JS
ba la paz de la Nación. En esto, como hemos clicho,
no estaba equivocado, pues era entonces el ejército
un campo fértil de promesas para los jóvenes de las
familias encumbradas, que encontraban en él el ca-
mino más seguro para alcanzar pronto influencia y
poder. Así es de que la milicia estaba llena de hom-
bres ambiciosos, muchos de los cuales se mantenían
listos á unirse á cualquier partido que les i^rometie-
ra adelantar sus intereses y satisfacer sus ambicio-
nes.
La escisión entre Díaz y Juárez era inevitable;
pues era natural que el hombre que había hecho tan-
to por la causa de la libertad y la restauración de la
República, sintiera, quisiera él ó no expresar sus sen-
timientos, que tanto él como los A alientes que habían
peleado á su lado, merecían consideración de parte
del Presidente, al cual habían contribuido á restau-
rar en el poder ; y la omisión de Juárez en considerar
las i^romociones recomendadas ])or el comandante
del Ejército del Este ó en dirioir una palabra de
alabanza y aliento á aquellos que habían tomado la
ciudad de Puebla de un modo tan dramático; y el
haber dejado de acusar recibo de las comunicaciones
de Díaz en las cuales resignaba su mando militar,
mostraba la actitud del hombre hacia aquellos (pie
habían tomado las partes más prominentes en la lu-
cha por la libertad : y explica por qué Díaz y muchos
otros jefes militares pronto se retiraron del lado de
Juárez después del derrocamiento del imi^erio.
Las mismas cualidades que habilitaban á Juárez
para la lucha implacable contra los conservadores
y el imperio lo inhabilitaban para la tarea estupen-
da de amalgamar los elementos discordantes de la
Xación y hacer de ellos un todo armonioso. Xo cabe
la menor duda de que, si hubiera él manifestado bue-
na disposición para conciliar á Díaz en su regreso
á la ciudad el 15 de Julio de 1867, le hubiera sido po-
sible retener en su servicio al estadista más distinguí
do, con mucho, de su época. Pero estos dos hondu'es
que debían haber trabajo juntos, se apartaron; y
36 DÍAZ T MÉXICO.
Díaz dejó su mando militar j se retiró á la Adda pri-
vada, en un tiempo en que sus servicios eran más ne-
cesitados por su abrumado país.
Al retirarse del servicio, el General Díaz entregó
á Juárez un ejército bien disciplinado, uniformado y
equipado de 21,000 hombres, de las tres armas, infan-
tería, caballería y artillería. Además le entregó
$115,701 en efectÍA^o, parte de lo cual había sido ya
adelantado para pagar salarios á la llegada del Presi-
dente á la capital el 15 de Julio de 18G7. Habían tam-
bién en las varias oficinas del departamento de Ha-
cienda $200,000 más, aproximadamente. Pero esto
no rei^resentaba sino parte de los fondos que el Gene-
ral Díaz había recaudado durante el corto tiempo
que estuvo á la cabeza del Ejército del Este ; porque
él relata que también pagó considerables sumas de
dinero que le habían prestado á él en su llegada á la
ciudad de México. Dos de estas sumas solamente eran
de consideración, una de ellas de cincuenta mil y
la otra de doscientos mil pesos, y ambas dos fueron
liquidadas antes de la llegada de Juárez á la ca-
pital.
Pero la cuenta no para aquí, pues él manifiesta
que la cantidad entregada al Presidente hubiera si-
do muchísimo mayor, si no hubiera sido por la cir-
cunstancia que tuvo que pagar salarios atrasados
á la escolta de Juárez y á los empleados de los di-
ferentes dei)artamentos de Estado, pagos que mon-
taron á $50,000. Además de esto había gastado una
fuerte suma en arreglar una residencia propia para
el Presidente y en los preparativos para recibirlo
de una manera digna de su alto cargo. También se
habían gastado otras sumas de consideración en uni-
formes i)ara el ejército, con el objeto de que la pa-
rada militar en la recepción del mismo Presidente
fuera digna de la ocasión.
Sin embargo, este homlu'e á quien llegó tanto di-
nero á las manos, lo invirtió en usos públicos ó lo en-
tregó al Primer Magistrado de la Nación, en mo-
mentos en que sus propios honorarios, que llegaban
J '
\
]>ic. Mantel l\()_\ii:i;o Rumo,
Suegro del General Díaz.
BIAZ SE KETIRA A LA VIDA PKIVADA. 'Ó7
á $2o,000, uo se le habían pagado. La acción es carac-
terística del hombre. Díaz nunca ha tenido ambi-
ción de amasar grandes sumas de dinero. Ha tenido
en su vida oportunidades ilimitadas para hacerse
muchas Aceces millonario, y sin embargo, es ho}^ com-
paratÍA^amente pobre.
Una historia que hace algún tiem^^o me relató un
periodista prominente, que mantenía términos de in-
timidad con el Presidente, ilustra su carácter. El pe-
riodista á que me refiero tuvo ocasión de visitar á
Porfirio Díaz hace algunos años para consultarle
acerca de una cuestión política que en ese entonces
agitaba la opinión pública, cuestión que concernía
personalmente al Presidente.
Kepentinamente Díaz se volvió hacia el periodista
y le preguntó : ''¿Qué es lo que dice de mí el pueblo?"
El periodista se quedó sorprendido por un mo-
mento ; pero tenía mucho de diplomático .y luego con-
testó : ^'Bien, dicen muchas cosas acerca de Vd., Don
Porfirio, como se dicen acerca de todos los grandes
hombres.""
— "Xó, nó," interrumpió Díaz, "deje Yd. la adula-
ción á un lado y dígame qué es lo que dicen de mí."
— ''Bien, ha.y una cosa que no pueden decir de Yd.,
contestó el periodista, evitando la pregunta."
— "¿Y cuál es ella?" inquirió el Presidente.
— "Pues que Yd. se haya hecho rico á ex^^ensas de
su puesto y posición."
— "Nó, nó," asintió el Presidente. "Xunca me ha
importado la riqueza. El dinero en sí y las propieda-
des nunca me han atraído. ¿Pero qué es lo que dice
la gente de mí? Yd. es periodista. Yd. está en contac-
to con el mundo y oye mucho de lo que 3^0 no puedo
oír, por la sencilla razón, de que con frecuencia les in-
teresa á aquellos que me rodean impedir el que yo
oiga muchas cosas. ¿Qué dice la gente de mí?
Cuando fué puesta la cuestión de este modo, no
había medio de evadirla. Por lo cual el periodista
dijo :
— "Yd. no debe ofenderse, Don Porfirio, y com-
38 DÍAZ Y MÉXICO.
preiideiirá que lo que yo diga no es mi opinión perso-
nal, sino lo que generalmente dice el público/'
— "Sí, dígame lo que el i3Úblico en general dice de
mí, pues es con el público con quien tengo que tra-
tar," dijo Díaz con tono de ansiedad en la voz.
—''Bien, Don Porfirio, la gente dice que Yd, es
muy ambicioso y que ama al poder."
— "Sí, siemi)re lie sido ambicioso," manifestó el
Presidente. "¿Pero no lie usado siempre mi ambición
y mi poder en pro de los intereses de mi patria?"
Díaz lia sido mal juzgado, mal comprendido y ca-
lumniado ; pero el espíritu, si es que leo correctamen-
te entre líneas, que siempre lo ha animado, ha sido el
del más ardiente patriotismo y el deseo más sincero
por servir los intereses de su iiaís.
MdMMKNTO Á BENITd JlÁREZ.
CAPITULO XXXVIII
Juárez y Lerdo.
Mucho se filé debilitando la infliiei^cia de Juárez
desde el principio de su gobierno de regreso á la ca-
pital en 18G7, con motivo de la actitud que asumió ha-
cia el ejército, al cual deseaba reducir á pie de jiaz;
de sus sospechas hacia el elemento militar y de su
falta de habilidad en no saber olvidar y perdonar y
para atraerse los varios elementos activos del parti-
do liberal. No cabe la menor duda que Juárez se es-
forzaba con la mayor sinceridad por proporcionar al
país un gobierno estable. Sus intenciones eran per-
fectamente honradas; y continuó su trabajo de re-
construcción del mejor modo que le fué posible. Pero
aquel que había combatido por los principios consti-
tucionales y ganado para su pueblo la batalla de la
libertad, no estaba destinado á entrar á la tierra
prometida á la cual él mismo lo había conducido,
y esto únicamente porque la larga vida que había
pasado en el campo de las luchas políticas lo inhabi-
litaba para la nueva existencia que la Xación estaba
llamada á entablar.
Los jefes militares que se encontraron de la noche
á la mañana sin empleo, é incapaces de proporcionar-
se una vida cómoda, comenzaron á impacientarse, lo
cual se manifestó con levantamientos que tuvieron lu-
gar en varias partes del país. Larga es la lista de
los militares que se A^olvieron contra el Gobierno. Un
serio levantamiento en Yucatán fué sofocado por el
General Alatorre; otro en el cual tomaron parte
algunos de los oficiales más prominentes del ejérci-
to fué debelado por el General Corona en Sinaloa;
el General Negrete se apoderó de Puebla, pero fué
finalmente derrotado por las tropas de Juárez al
mando del General Vélez. Tanto estos levantamien-
tos como otros de menor importancia tuvieron lugar
40 DÍAZ t MÉXICO.
el año siguiente de la ^^lelta de Juárez á la ciudad,
lo cual pone de manifiesto cuan general era el descon-
tento. Si la revolución hubiera sido guiada i)or un
caudillo de talento, que se hubiera dedicado con em-
peño á la tarea de derrocar al partido del (lobier-
no, con toda seguridad lo hubiera logrado; pero el
descontento se manifestó en demostraciones y levan-
tamientos, sin unidad de acción, en distintas partes
del país, y el (lobierno pudo debelarlas en detalle.
Sin embargo, el año de 1809 se hizo más ])ronun-
ciado el sentimiento de descontento. Los generales
Aguirre y Martínez encabezaron las fuerzas revolu-
cionarias en San Luis l*otosí el mes de Di-
ciembre, el General Toledo se apoderó de Aguas-
calientes en Enero del siguiente año y García
de la Cadena tomó la ciudad de Zacatecas. Ha-
bía, pues, insurrección por todas partes. Pero
las fuerzas del Gobierno al fin lograron restau-
rar una es])ecie de paz intranquila en el país ; mas
como es fácil comprender, estas condiciones de desor-
den no permitían á la administración dedicar la su-
ficiente atención al desarrollo de los recursos de la
República, ni de hacer surgir orden del caos que rei-
naba en muchos de los dei^artamentos del Gobierno.
Gran ansiedad ó intranquilidad política reinaron du-
rante los últimos años de la administración de Juá-
rez. Era general la idea de que el país no prospera-
ba todo lo que debía, y que el partido de Juárez no
respondía á las necesidades de la situación, la cual
reclamaba una política activa para lograr el desa-
rrollo de la República en los ramos industrial, comer-
cial y cívico. Cierto es que esta idea no sieni])re se
manifestaba de un modo inteligente; pero, no obs-
tante, formaba el sentimiento general de una nación
joven y vigorosa que hacía poco había des]:)ertado de
su letargo y que ahora luchaba contra el extremado
conservatismo del gran jefe indio, quien se hal)ía
sostenido como una roca contra los avances del ])ar-
tido conservador y lidiado durante muchos años con
fe inquebrantable en sus luchas contra el imi)erio. El
.ÍIIARÜZ Y LERDO. 41
sentimiento general de oposición consistía en qne,
por nmcho que la nación le debiera á Juárez, las con-
diciones diversas en que el país se encontraba, ha-
cían ya necesaria una política del todo distinta de
la suya. El espíritu de los tiempos impulsaba á la
Xación á marchar hacia adelante; y la vida de con-
servatismo que Juárez había llevado durante tantos
años, lo incapacitaba para esa nueA^a época de la Ee-
l)ública, que él, sin saberlo, había creado. Así es que
por varias partes del país comenzaron levantamien-
tos contra su gobierno, levantamientos que eran de
carácter tan grave que Juárez tuvo que usar de gran
severidad para reprimirlos. Pero como estos sucesos
eran la manifestación natural de ciertos elementos
progresistas del país, la severidad que usó el Gobier-
no sólo sirvió para aumentar el sentimiento de opo-
sición. No se crea que esta oposición se manifesta-
ba en las filas del ])artido conservador, antiguo ene-
migo de Juárez ; por el contrario, se manifestaba en
las filas de los mismos liberales. Si los conservadores
se hubiei'an unido á los desafectos, sin la menor duda
el éxito hubiera coronado la lucha de éstos contra el
partido juarista. Ni debe creerse tampoco que el país
hubiera olvidado los grandes servicios que debía á
Juárez, en su larga y tenaz lucha contra el imperio ;
nó, por donde quiera se reconocían los méritos del
caudillo. El sentimiento era de distinta índole, .y la
oposición originada dentro de las filas del partido
liberal, era motivada por la idea prevalente, de que
los nuevos tiempos necesitaban hombres nuevos y
que no convenía mezclar el trigo viejo con el de nue-
va cosecha.
Mas este estado de cosas no paró en la simple ma-
nifestación de la idea : terrible lucha se ental)ló por
la prensa, .y la oposición que se le hacía á Juárez era
cada vez más violenta ; y todos los esfuerzos que hizo
este último por reprimir los ataques de sus ojíosito-
res, no hacían sino hacerlos más amargos y decidi-
dos. La política de re})resión seguida por el partido
juarista, no tendía más que á confirmar los califica-
42 DÍAZ t MEXirO.
tivos que le lanzaban sns opositores. El sentimiento
general de la oposición se podía compendiar en la ma-
nifestación corriente en esos tiempos, de que Juárez
era como una roca, inconmovible. Fué el gran baluarte
que se interpuso entre la República y los ataques del
imperio. Su labor liabla sido admirable : liabía sopor-
tado el peso de la luclia con una firmeza comparable
solamente á la de sus montañas nativas de Oaxaca.
Era la gran misión que le había dado la Providencia
y la liabía cunii)lido. Pero ahora la República exigía
una marcha rápida hacia adelante en todas las lí-
neas del progreso, tanto nacional como individual,
y Juárez era el Juárez de antaño ; era aún el mismo
baluarte contra las desgracias que pudieran amena-
zar á la joA^en República ; pero desafortunadamente,
había estado tanto tiempo en lucha y se había acos-
tumbrado de tal modo á ver planes contra la integri-
dad del país y del partido liberal en cualquier mo-
vimiento que se iniciaba á favor del adelanto, que en-
tró en antagonismo con todos los que sostenían que
había ya llegado la oportunidad de que la Re])úbli-
ca marchara con más velocidad y expedición en la vía
del progreso. Y así, el sentimiento de intranquilidad
y oposicinó continuó creciendo y de día en día au-
mentaba el deseo por un cambio de gobierno. Nubes
de descontento se veían por todas partes en el hori-
zonte político, y todo indicaba que sería imposible
evitar una guerra civil.
El año de 1870 habían tres candidatos en campa-
ña política por la presidencia, Juárez, Lerdo y Díaz.
Juárez fué reelecto, aunque no sin fuerte oposición
de parte de la facción lerdista que manifestó mucha
actividad en la lucha política. El descontento se ma-
nifestó muy luego con nuevos levantamientos y re-
beliones por todo el país hacia fines del año 1871. La
misma cindadela de la capital se pronunció contra
el Gobierno bajo la jefatura de militares tan bien
conocidos como Negrete, Rivera, Toledo y C'havarría.
Pero todos estos levantamientos fueron pronto de-
JIAKEZ Y LERDO. i3
belados con mano fuerte por el General Sostenes
Rocha.
Muchos jefes mifitares que habían estado antes
al lado de Juárez impugnaron la validez de su elec-
ción, y el resultado fué que ])romovieron otro levan-
tamiento todavía más formidable que el primero y
en el cual estaban comprometidos Treviño, de la Ca-
dena, Guerra y García. Fué por este tiempo cuando
el General Díaz lanzó su proclama del "Plan de la
Noria'' (Noviembre 8 de 1871), en el cual proponía
la formación de un comité para reorganizar el país ;
pero el plan resultó impopular, y después de consi-
derable lucha, la facción reconstruccionista fué de-
rrotada por Alatorre el 22 de Diciembre de 1871. Lue-
go se sucedieron otros reveses que finalmente desani-
maron al partido revolucionario, con lo cual el ])ertur-
bado país al fin entró de nuevo en un período de paz.
El 18 de Julio de 1872 Juárez murió repentina-
mente de un ataque al corazón.
El sentimiento unánime de la nación en esos mo-
mentos parece haber sido, que no había más que un
hombre capaz y digno de sucederle ; y ese hombre era
Sebastián Lerdo de Tejada, Presidente de la Corte
Suprema de Justicia ; cargo que, según lo establecía
la Constitución, lo hacía virtualmente Vicepresiden-
te de la República, y como tal, el llamado á ocupar
el alto puesto que había dejado vacante la muerte de
su predecesor. Era hombre en quien la mayoría del
pueblo mexicano tenía la mayor confianza. El senti-
miento y creencia generales era que Lerdo había si-
do el espíritu guiador del nuevo orden de cosas en la
República, y la representación de todos los deseos
de progreso, tanto nacional como individual.
Pocos hombres han llegado á un puesto ])úblico
con tanto beneplácito de parte del pueblo como Lerdo
á la muerte de Juárez. Era toda la esperanza del
pueblo, la expresión de su fe en el futuro, el único
hombre capaz de manejar la situación. Sus antece-
dentes políticos y los de su familia le eran favora-
bles : venía de buena cepa, y esto aumentaba su eré-
U DÍAZ Y MÉXICO.
dito : su liermano Miíiiiel había .sido ministro de ha-
cienda en 1850, y el autor de una lev para la conso-
lidación y nacionalización de l^s propiedades de la
Iglesia. Estos antecedentes lo hacían simpático á los
ojos de los liberales, que no se cansaban de ])onerlo
en parangón con su hermano, el A^enturoso, esforzado
y genuino liberal.
Pero no necesitaba Sebastián Lerdo de Tejada re
flejar la gloria de su hermano ; pues el público lo aso-
ciaba con los sucesos más im])ortantes de la admi-
nistración de Juárez, especialmente en su lucha con
tra el imj^erio. Era opinión corriente que el brillan-
te cerebro de Lerdo había sido el inspirador de los
actos más trascendentales de la administración de
Juárez, incluyendo los famosos decretos lanzados en
A'eracruz contra el clero. Era, por consiguiente, can-
didato aceptable por los liberales de todas las cate-
gorías, que eran políticamente tan poderosos en ese
tiempo, que ni siquiera temían el dividirse en bandos.
Tenía Lerdo maneras fascinadoras y ejercía ra-
ro ascendiente sol)re todos las personas que trataba.
Así, habíase conquistado multitud de amigos que
tenían la opinión de que era el hombre de talento
extraordinario, y como tal, capaz de enderezar los
embrollados asuntos del partido liberal y guiar al
país por la senda del progreso en que, los tiempos de
comparativa paz de la administración de Juárez le
habían permitido entrar. Así, pues, hubo gran re-
gocijo en las filas liberales cuando asumió la presi-
dencia de la Eepública. Aún el partido conservador
no teniendo en ese tiempo la menor esperanza de lle-
gar al poder, aceptó á Lerdo como al hombre mejor
que la situación podía ofrecer.
Pero Lerdo, si bien patriota y sincero en sus mi-
ras, luego manifestó su inhabilidad para el manejo
de la situación política y i)or todos lados se le co-
menzaron á levantar enemigos, entre los cuales se
hacía notar el antiguo partido conservador.
(jkxeral Poiífiiíio Díaz en ISSíj.
CAPITULO XXXIX.
La Reelección de Lerdo.
A principios del año de 1875 el partido lerdista
resolvió, que para bien de los intereses de paz y pro-
greso de la República, el Presidente debía ser reelec-
to. Esta disposición la fundaba, en que lo que nece-
sitaba el país sobre todo, era gozar de paz bajo un
gobierno firme y duradero. Hubiera sido convenien-
te esta resolución si ciertas condiciones existentes en
ese entonces no la hubieran hecbo, si no insostenible,
por lo menos peligrosa. Como antes hemos dicho, Ler-
do se había atraído la enemistad de muchos á quie-
nes, usando de tacto, hubiera podido hacer sus ami-
gos : había manifestado una pequenez de ideas y una
cortedad de vista, del todo inadecuadas para resolver
las muchas dificultades con que en esa época se en-
contraba todo gobierno en México; y eso le había
granjeado muchos y poderosos enemigos. Estos ro-
dearon á Díaz y á Iglesias ; el primero de los cuales
trabajaba francamente contra el Gobierno y el últi-
mo lo hacía secretamente, envenenando los ánimos
de los partidarios de Lerdo hasta en el mismo seno
del Congreso. Por consiguiente, en estos momentos
la reelección de Lerdo ofrecía muchos peligros, y el
éxito no se podía garantizar. Pero la política de esos
días era obtener el triunfo del partido como se pu-
diera, por buenos ó por malos medios ; y tratándose
de elecciones, el Presidente que estaba en el poder te-
nía todas las ventajas en una contienda de natura-
leza puramente civil ; y generalmente se abusaba de
estas ventajas. Era del todo natural, que una vez
Lerdo se había determinado por la reelección, hicie-
ra uso de todos los medios á su alcance para asegu-
rar el triunfo ; y esto fué exactamente lo que hizo.
El antagonismo que se había comenzado á mani-
festar contra Lerdo en varias partes de la Eepúbli-
46 DÍAZ T MÉXICO.
ca, á causa de su falta de tacto en el manejo de la si-
tuación política, estalló en abierta rebelión en Enero
de 1876 en la ciudad de Tuxtejíec. El Gobierno hizo
todo lo posible por sofocar esta oposición armada,
declarando en estado de sitio todos los Estados y dis-
tritos desafectos. El año anterior había estallado
una insurrección en el Estado de Michoacán y la Le-
gislatura había otorgado al Grobierno poderes ex-
traordinarios para debelar ese levantamiento. Los
medios que se adoptaron entonces tuviero éxito; y
Lerdo, haciendo de nuevo uso de esos poderes extraor-
dinarios que tenía conferidos, al declararse la insu-
rrección de Tuxtepec decidió seguir las mismas tác-
ticas, que tan buen resultado habían dado el año an-
terior. Pei'o los procedimientos del Gobierno, en vez
de producir los efectos deseados, solamente lograron
aumentar la oposición. Se decía públicamente por
esos días, que el Gobierno no se preocupaba tanto
por sofocar la revolución como por preparar la reelec-
ción de Lerdo; y que el estado de sitio que se había
declarado en varias partes de la Eepública, no guar-
da])a relación con el estado de desafección de los dis-
tritos en cuanto á oposición armada refería, y que
en resumidas cuentas, todo el aparato que se hacía
no era sino con fines políticos. Se hacía notar que en
distritos donde la reA^olución i)rogresaba de un mo-
do alarmante, los gobernadores eran mantenidos en
sus respectivos puestos y el gobierno del Estado con-
tinuaba en mano de las autoridades legítimamente
constituidas, mientras que en otros distritos don-
de no había oposición armada, habían sido removi-
dos los gobernadores, que se sospechaba no favore-
rían la reelección de Lerdo y sus puestos ocupados
por secuaces del Presidente. La atmósfera estaba
llena de rumores de revolución, pero Lerdo camina-
ba ciegamente á su destino, provocando oposición
por todos lados, en los momentos en que debía haber-
se procurado más amigos para que lo sostuvieran.
Las elecciones tuvieron lugar durante los meses
de Junio y Julio. Los distritos electorales fueron lie-
LA REELECCIÓN' DE LERDO. 47
nados de militares, con el objeto ostensible de vigilar
porque todo se llevara en orden, pero en realidad
para atemorizar á los que quisieran votar contra la
reelección de Lerdo. Solamente en nueve estados se
efectuaron elecciones, pues los otros se consideraron
incapacitados para ello por estar declarados en es-
tado de sitio. 1.a razón que dio el Gobierno por este
procedimiento fué, que las elecciones que tuvieran lu-
gar en los Estados donde estaba alterado el orden,
estarían sujetas á indebida influencia de parte de los
Alarios jefes revolucionarios, en los respectivos terri-
torios que tenían más ó menos bajo su control.
Inmediatamente fué lanzado por la oposición, en
toda la extensión del país, el grito de que las elec-
ciones habían sido fraudulentas, que la mayoría de
los gobernadores de los Estados habían sido removi-
dos y sus puestos ocupados por los satélites de Ler-
do, quienes habían usado de toda clase de fraudes y
corrupción, llegando hasta á intimidar á los ciuda-
danos que deseaban votar contra la administración.
La oposición hizo incapié también en el hecho, de que
aunque las elecciones hubieran sido manejadas con
legalidad y honradez, no se podía bajo ningún con-
cepto considerarlas como la representación de los de-
seos del pueblo; pues solamente á una parte de los
Estados les había sido permitido manifestar su vo-
luntad en las urnas electorales.
Como ya hemos visto, Iglesias aprovechó la opor-
tunidad para promover su propia candidatura, ha-
ciéndose aparecer como un patriota desinteresado,
como campeón de la constitución y enemigo implaca-
ble de la reelección. Keunió á su derredor á los des-
afectos de la capital ; pero desde los salones del Pala-
cio Legislativo ejercía demasiada influencia para que
Lerdo se atreviera á atacarlo abiertamente, ]3or lo
que éste decidió hacer toda clase de esfuerzos por
atraérselo. Y de esta actitud se aprovechó Iglesias;
pues mientras por un lado protestaba no tener la me-
nor intención de provocar oposición armada contra
el gobierno, por otro se mantenía en continuos con-
4» DÍAZ Y MÉXICO.
ciliábulos con los más prominentes jefes desafectos
que residían en la capital, para discutir los medios
que se debían adoptar con el objeto de frustrar los
planes de Lerdo y expulsarlo del poder.
Lerdo se encontraba rodeado por todos lados de
dificultades políticas. Desde el segundo año de su ad-
ministración, el partido de la Iglesia lo atacaba acer-
bamente, y trabajaba por aumentar los enemigos de
su administración. Los partidarios de Díaz eran vis-
tos por el gobierno lerdista con desconfianza, y ha-
bían sido tranquila y persistentemente excluidos de
los empleos públicos : igual pasaba con todos los que
habían hecho oposición á la administración de Juá-
rez en los últimos años del gran Presidente indio:
todos estos encontraban innumerables obstáculos que
les imposibilitaban el menor adelanto en las esferas
oficiales. Los estados donde los gobernadores ha-
bían sido substituidos por partidarios de Lerdo, que
abarcaban por lo menos la mitad del territorio nacio-
nal, manifestaban un decidido sentimiento de ani-
mosidad contra el Gobierno. Lerdo, con la suprema
arrogancia que siempre lo caracterizó, decidió aplas-
tar á sus enemigos por la fuerza de las armas y reele-
girse Presidente para un tercer período. Naturalmen-
te, los descontentos, que se encontraban por todas
partes de la República, en la misma capital y aún
en el seno del Palacio Legislativo, dirigían sus mira-
das á alguno de los dos jefes de la oposición, Igle-
sias ó Díaz, para levantar el estandarte de la revo-
lución contra las condiciones políticas que conside-
raban tan antagónicas á sus intereses. Como hemos
ya dicho. Iglesias tenía desenfrenada ambición por
la presidencia ; pero ansiaba llegar á ella, si era po-
sible, por lo que pudiera aparecer como medios cons-
titucionales. Con este fin en mira, proclamó invalida-
da y nula la elección de Lerdo de Junio y Julio de
1875, á causa de los fraudes con que se había lleva-
do á cabo, la presión que se había ejercido para im-
pedir la libre manifestación de la libertad popular,
y por último, por no haber permitido votar á los
LA REELECCIÓN DE LERDO. 4í)
electores de más de la mitad de la extensión territo-
rial de la República. El elemento más joven é impre-
sionable de la capital se puso luego bajo el estan-
darte de Iglesias; pero los generales y demás jefes
militares experimentados, que habían pasado ya por
muchas guerras y levantamientos, se dirigieron á
Díaz, que continuaba apartado de la lucha, como lo
había hecho antes, cuando Lerdo había ascendido á
la presidencia con motivo de la muerte de Juárez en
1872.
En Enero de 1876 el General Hernández levantó
la bandera de la rebelión en la ciudad de Tuxtepec
en el Estado de Oaxaca ; y reuniendo dos mil indios
armados con fusiles viejos, picas, espadas, machetes
y cuanta clase de armas fué posible conseguir, mar-
chó contra la capital del Estado y se apoderó de ella
el 27 del mismo mes. Hernández inmediatamente se
pronunció por Díaz, proclamándolo como jefe de la
revolución contra el desgobierno del régimen de Ler-
do ; y él mismo asumió la gobernación del Estado de
Oaxaca.
En los primeros días del año anterior, el General
Díaz y Manuel González se habían marchado á los
Estados Unidos por \ia de Veracruz, pues las difl-
eultades políticas de México habían hecho inseguro
para ellos el permanecer en el país. Se dirigieron a
Brownsville, á poca distancia de la frontera del
norte, desde donde veían con expectación las ame-
nazadoras nubes de guerra que habían comenzado á
<iscurecer el horizonte político de México. Esas nu-
bes de guerra se amontonaban principalmente en
el sur, siendo su centro Oaxaca, Guerrero, Yu-
catán, Puebla, que se levantó como por encanto al
llamado de Hernández; Jalisco y Nuevo León; to-
dos respondieron al llamamiento á las armas. Los
revolucionarios, que estaban en comunicación con
Díaz y González, los llamaron á la escena del con-
flicto ; y después de dos meses de comunicaciones, los
dos jefes salieron de BrowTisville á mediados de Mar-
zo con cuarenta de sus partidarios, y el 21 del mis-
50 DÍAZ Y MÉXICO,
mo mes Díaz lanzó la proclama, reforma del plan de
Tuxtepee, qne debía servir, desde eise día en adelan-
te, de bandera á los revolncionarios. Era esta pro-
clama el mismo plan, reformado, qne Hernández ha-
bía lanzado en Enero desde Tuxtepec, y en cnyo apo-
yo había llamado á Díaz, despnés de haber captu-
rado la ciudad de Oaxaca y héchose gobernador pro-
visional del Estado. Este plan de Tuxtepec, reforma-
do en el campamento de Palo Blanco, documento de
menos de cuatro páginas, muestra sumariamente las
causas aducidas por los revolucionarios para levan-
tarse en armas contra el gobierno de Sebastián Ler-
do de Tejada y de consiguiente merece cuidadoso es-
tudio. Dice así:
íi
AL PUEBLO MEXICANO.
^'CONSIDERANDO: Que la República Mexica-
na está regida por un Gobierno qne ha hecho del abu-
so un sistema i^olítico, despreciando y violando la
moral y las leyes, viciando á la sociedad, desprecian-
do á las instituciones, y haciendo imposible el reme-
dio á tantos males por la vía pacífica ; que el sufragio
público se ha convertido en una farsa, pues el Presi-
dente y sus amigos por todos los medios reprobados
hacen llegar á los puestos públicos á los que llaman
sus "candidatos oficiales," rechazando á todo ciuda-
dano independiente : que de este modo y gobernando
hasta sin ministros, se hace la burla más cruel á la
democracia que se funda en la independencia de los
poderes; que la soberanía de los Estados es vulne-
rada repetidas Aceces; que el Presidente y sus favo-
ritos destituyen á su arbitrio á los Gobernadores,
entregando los Estados á sus amigos, como sucedió
en (^oahuila, Oaxaca, Yucatán y Nuevo León, ha-
biéndose intentado hacer lo mismo con Jalisco; que
á este Estado se le segregó para debilitarlo, el impor-
tante cantón de Tepic, el cual se ha gobernado mili-
tarmente hasta la fecha, con agravio del pacto fede-
ral y del derecho de Gentes ; que sin consideración
á los fueros de la humanidad, se retiró á los Estados
LA REELECCIÓN DE LEiíDO. Til
fronterizos la mezquina suvbención que les servía
para la defensa contra los indios bárbaros ; que el
tesoro público se dilapida en gastos de placer, sin
que el Gobierno haya llegado á presentar ú.i Con-
greso de la Unión la cuenta de los fondos que ma-
neja.
"Que la administración de justicia se encuentra
en la mayor prostitución, pues se constituye á los
Jueces de Distrito en agentes del centro para opri-
mir á los Estados : que el poder municipal ha despa-
recido completamente, pues los ayuntamientos son
simples dependientes del Gobierno para hacer las
elecciones; que los protegidos del Presidente perci-
ben tres y hasta cuatro sueldos i^or los empleos que
sirven, con agravio de la moral pública ; que el des-
potismo del Poder Ejecutivo se ha rodeado de presi-
darios y asesinos que provocan, hieren y matan a lo*^
ciudadanos ameritados; que la instrucción pública
se encuentra abandonada; que los fondos de esto pa-
ran en manos de los favoritos del Presidente; que
la erección del Senado, obra de Lerdo de Tejada y
sus favoritos, para centralizar la acción legislativa,
importa el veto á todas las leyes; que la fatal lev
del timbre, obra también de la misma funesta ad-
ministración, no ha servido sino para extorcionar
á los pueblos; que el país ha sido entregado á la
Compañía Inglesa con la concesión del Ferrocarril
de Yeracruz y el escandaloso convenio de las tarifas ;
que los excesivos fletes que se cobran han estancado
al comercio y á la agricultura ; que con el monopolio
de esta línea se ha impedido que se establezcan otras,
produciéndose el desequilibrio en el comercio inte-
rior, el aniquilamiento de todos los demás puertos
de la Eepública y la más espantosa miseria en todas
])artes ; que el Gobierno ha otorgado á la misma Com-
pañía con i^retexto del Ferrocarril de León, el privi-
legio para celebrar loterías, infringiendo la Consti-
tución ; que el Presidente y sus favoritos han pacta-
do el reconocimiento de la enorme deuda inglesa, me-
diante dos millones de pesos que se reparten por sus
52 DÍAZ Y MÉXICO.
agencias ; que ese reconocimiento además de inmoral
es injusto, porque á México nada se indemniza pov
l^er juicios causados en la intervención.
"Que aparte de esa infamia se tiene acordada la
de vender tal deuda a los Estados Unidos, lo cual
equivale éí vender el país á la nación vecina ; que no
merecemos el nombre de ciudadanos mexicanos, ni
siquiera el de hombres los que sigamos consintiendo
el que estén al frente de la administración los que
asi roban nuestro porvenir y nos venden en el ex-
tranjero; que el mismo Lerdo de Tejada destruyó
toda esperanza de buscar el remedio á tantos males
en la paz, creando facultades extraordinarias y sus-
pención de garantías para hacer de las elecciones
una farsa criminal.
"En nombre de la sociedad ultrajada .y del pueblo
mexicano, vilijiendiado, levantamos el estandarte de
la guerra contra nuestros comimes opresores^, pro-
clamando el siguiente plan :
"Art. 1° Son leyes supremas de la República, la
Constitución de 1857, la acta de reformas pronmlga-
da el 25 de Septiembre de 1873, y la ley de 1874.
"Art. 2° Tendrán el mismo carácter de ley supre-
ma la Xo-Reelección del Presidente de la República
y Gobernadores de los Estados, mientras se consigue
elevar este principio al rango de reforma constitu-
cional, por los medios legales establecidos por la
Constitución.
"Art. 3° Se desconoce á Don Sebastián Lerdo de
Tejada como Presidente de la República y á todos
los funcionarios y empleados por él, así como los
nombrados en las elecciones de Julio del año de 1875.
"Art. 4° Serán reconocidos todos los Gobernado-
res de los Estados que se adhieran al presente plan.
En donde esto no suceda se reconocerá como gober-
nador al que nombre el jefe de las armas.
"Art. 5° Se harán elecciones para Supremos Po-
deres de la Unión á los dos meses de ocupada la ca-
pital de la República en los términos que disj^onga la
convocatoria que expedirá el Jefe del Ejecutivo, un
LA REELECCIÓN DE LERDO. 53
mes después del día en que tenga lugar la ocupación,
con arreglo á las le.yes electorales de 12 de Febrero
de 1857 y 23 de Diciembre de 1872.
Al mes de verificadas las elecciones secundarias
se reunirá el Congreso, y se ocupará inmediatamen-
te de llenar las prescripciones del art. 51 de la pri-
mera de dicbas leyes á fin de que desde luego entre
al ejercicio de su cargo el Presidente Constitucional
de la República }'' se instale la Corte Suprema de
Justicia.
"Art, í>° El Poder Ejecutivo, sin más atribuciones
que las meramente administrativas, se depositará,
mientras se hacen las elecciones, en el Presidente de
la Suprema Corte de Justicia actual, ó en el magis-
trado que desempeñe sus funciones, siempre que uno
II otro en su caso, acepte en todas sus partes el pre-
sente plan, y haga conocer su aceptación por me-
dio de la prensa, dentro de un mes, contado desde
el día en que el mismo i^lan se publique en los perió-
dicos de la capital. El silencio ó negativa del fun-
cionario que riga la Suprema Corte, investirá al je-
fe de las armas con el carácter de Jefe del Ejecutivo.
'"Art. 7"' Reunido el octavo Congreso Constitu-
cional, sus primeros trabajos serán de reforma cons
titucional de que habla el art. 2°, la que garantiza
la independencia de los municipios y la ley que dé
organización política al Distrito Federal y Territo-
rio de la Baja California.
"Art. 8° Los generales, jefes y oficiales que con
oportunidad secunden el presente plan, serán recono-
cidos en sus empleos, grados y condecoraciones.
"Campo de Palo Blanco, Marzo 21 de 1876.— Por
firio Díaz."
CAPITULO XL
José María Iglesias
El año de 1873 José María Iglesias fué electo
Presidente de la Suprema Corte de Justicia, posi
ción que lo liacía virtualmente Vicepresidente de la
Eepública, desde que, en caso de muerte del I*resi-
dente, él era el llamado por la ley á sucederle en ese
alto puesto.
Iglesias pertenecía á la vieja escuela que respe-
taba la Constitución antes que todo. Tenía mucho
de esforzado, y ejercía considerable influencia entre
los miembros de la Corte Suprema. Gran tormenta
se levantó contra él con motivo de dos decisiones to-
madas por dicha Corte, por las cuales se declaraba
ilegal le elección de las legislaturas de los Estados
de Morelos y Puebla ; y un folleto escrito y publica-
do por el mismo Iglesias, sosteniendo dichas deci-
siones, y manteniendo que ningún acto ilegal podía
ser legalizado por el voto del colegio electoral, ya
fuese de la Unión ó de cualquiera de los Estados.
Tuvieron lugar varias reuniones secretas de los par-
tidarios del Gobierno en las cuales se discutió aca-
loradamente. Se llegó hasta á proponer acusar á
los miembros de la Suprema Corte, en cuerpo, ante
el Congreso de la Xación. En dos ocasiones se efec-
tuaron estas tormentosas reuniones de los partida-
rios del Gobierno : primero después de la decisión
con motivo de la petición del ])ueblo del Estado de
Morelos, impugnando la legalidad de las elecciones
que habían tenido lugar en ese Estado ; y de nuevo
en idénticas condiciones, cuando pocos meses des-
pués el mismo cargo fué hecho por los ciudadanos
del Estado de Puebla. Pero sin embargo, por muy
enconaelos que estuA'ieran los partidarios del Gobier-
no contra el primer magistrado de la Corte Supre-
ma, tenían evidentemente temor de someter la cues-
JOSÉ MARÍA IGLESIAS. o.",
tión á una votación; y así, la excitación se fué gas-
tando. Pero de ese tiemi^o en adelante, las relacio-
nes de Iglesias con el Gobierno no fueron de lo más
cordiales. Era mirado como un entrometido y como
un carácter ])eligroso x^ara la paz del i^aís. Esta
actitud del Gobierno estaba justificada en parte. Igle-
sias obró correctamente al declarar ilegales las elec-
ciones en los Estados de Morelos y Puebla, pues di-
clias elecciones las caracterizó el más descarado en
gaño. Pero este acto del primer magistrado de la
Corte, si bien perfectamente legítimo en sí, muestra
el carácter del liombre. Sus enemigos lo acusaban
de ser traidor. Probablemente no era sino excesiva-
mente agresivo y ambicioso ; aunque en las obras que
lia publicado, siempre profesa su desinterés, su pa-
triotismo y su abnegación. Era de naturaleza sus])i-
caz ; y sólo visto bajo este prisma se exi^lican muchos
de sus actos futuros.
La exagerada actitud de entereza política y pa-
triotismo asumida por Iglesias, era ciertamente muy
enojosa para el Congreso; pero la irritación de sus
miembros llegó á su colmo cuando aquél afirmó pú-
blicamente, que debido á la corrupción de ese cuer-
po, la Corte Suprema se había Aisto obligada á de-
clarar nulas las elecciones de dos de las legislaturas
de los Estados; y dejaba entender, que las cosas no
caminaban exactamente como de1)ían en el mismo
Congreso de la Unión. Todo esto hizo que los enemi-
gos del Presidente de la Corte Suprema se levanta-
ran en masa contra él y trataran de anonadarlo. El
18 de Mayo de 1875, una ley fué presentada al Con-
greso, declarando incapaz á la Suprema Corte de
Justicia de la Kación para emitir juicio contrario á
los resultados de los colegios electorales, é imponien-
do fuerte castigo en caso de que se violara esta reso-
lución.
E] Presidente de la República, Sebastián Lerdo
de Tejada, era un político muy hábil, y pronto re-
conoció el peligro que había en permitir que aumen-
taran las dificultades que habían surgido entre la
56 DÍAZ Y MÉXICO.
legislatura y la Corte Suprema. Y así, cuando Ij^le-
sias, terco como siempre, presentó su dimisión como
Presidente de este último cuerpo. Lerdo lo mandó
llamar y tuvo con él una larga é importante confe-
rencia. Le manifestó los peligros que iban corrien-
do con romper su antigua amistad, é instó á Iglesias
para que retirara su dimisión en interés de la paz y
iDor el l)ien del país. Esta primer entrevista entre
iglesias y Lerdo duró lista media noche; y otras en-
trevistas de igual índole tuvieron lugar entre estos
dos hombres de estado durante esa semana, al final
de la cual Iglesias prometió retirar su renuncia y
poner á saho su orgullo personal y sus opiniones
políticas, haciendo una protesta formal en la Corte
Suprema de Justicia contra la constitucionalidad de
la ley pasada por el Congreso el 18 de Mayo de 1875.
Xo cabe duda que Lerdo recibió esta concesión
de parte de Iglesias como hecha en beneficio de la
paz y de la armonía del Gobierno y de la Nación.
Pero si así creyó, pronto vio que se había equivoca-
cado; pues Iglesias, firme en su propósito de protes-
ta, escribió un folleto de lo más virulento que presen-
tó á la Corte Suprema. Pero la circunstancia de ha-
ber al princi])io insistido tan dramáticamente en que
su dimisión fuera aceptada, y el haberla retirado
después, dio lugar á que muchos de sus amigos sos-
pecharan de él. Había algunos que no vacilaban en
asegurar que Iglesias había sido comprado por el
(Tobierno, y que su protesta no era sino una hábil
maniobra arreglada* entre él y Lerdo. Con esto, la
proposición que él mismo hizo personalmente á la
Corte, de que ese documento fuera insertado en las
minutas de la sesión y publicado profusamente por
todo México, fué recibida en el mayor silencio ; pues
nadie se presentó, ni á secundarla, ni á atacarla.
Así se vé que desde un principio Iglesias fué un ele-
mento disturbador en la política de la administración
de Lerdo. Sus característicos eran el egoísmo, la ambi-
ción, la terquedad y la completa inhabilidad para es-
tudiar los asuntos desde el punto de vista de sus ad-
JOSÉ MARIÁ IGLESIAS. 57
versarlos. Eira propenso á ocuparse en pequeneces,
con perjuicio de los grandes problemas de actuali-
dad ó de significación futura para la paz, la prospe-
ridad y el progreso de la dación.
Comentando los acontecimientos relatados en es-
te capítulo. Iglesias dice con gran ingenuidad :
"Esta historia de mi renuncia dá lugar á varías
observaciones de no escasa importancia. Demuestra
mi deseo de retirarme á la vida privada, ó sea mi fal-
ta de ambición. Denota mi repugnancia á ponerme
en pugna con el señor Lerdo. Confirma de una mane-
ra palmaria mi decisión de no acatar, como Presi-
dente de la Corte, las declaraciones de los colegios
electorales, cuando fuesen contrarias á la Constitu-
ción."
Por todo esto se verá, no obstante su ingenuo
aserto en contrario, que no había nada en el carác-
ter de Iglesias que tendiera á evitar la ruptura que
amenazaba entre él y Lerdo.
Pero no era solamente la dificultad con Iglesias y
la Corte Suprema de Justicia la imica con que el Cro-
bierno de Lerdo tenía que contender. El mismo Igle-
sias dice : "Inaugurado el Gobierno del Sr. Lerdo ba-
jo los más felices auspicios, el trascurso del tiempo
le había ido dejando sin partidarios, ya por el des-
contento que al cabo de algunos años existe contra
todo gobierno, ya por las faltas de su administra-
ción.-'
Ambas exposiciones contenidas en las aserciones
de Iglesias, son indudablemente ciertas. Pero el mis-
mo Iglesias era uno de los ciudadanos que más con-
tribuían á hacer difícil la posición de Lerdo; fué él
uno de los que lo recibieron al principio con tanto
entusiasmo, y uno de los primeros que se manifesta-
ron después descontentos de su administración y que
levantaron contra él el estandarte de la rebelión.
Iglesias no tenía la excusa que tenía el j^artido de
Díaz al desertar de Lerdo; pues este último le otor-
gaba su confianza, y como él mismo lo admite, hizo
todo lo posible i)or satisfacerlo y conservarlo en su
rjH DÍAZ y MÉXICO. • .
partido. Iglesias sabía demasiado bien que ninguno
(le los partidos políticos desde que se inauguró la
Kepública, había practicado elecciones con legalidad.
Ciertamente, algunas habían sido más honradas y
más representativas que otras ; era todo. Si él hubie-
ra tenido en mira con toda sinceridad el bien de su
l)aís, hubiera apoyado á Lerdo y procurado hacer sur-
gir orden del caos. Pero no obstante todas sus protes-
tas en contrario, fácilmente se puede leer entre líneas,
en su voluminoso pedantesco libro intitulado : "La
Cuestión Presidencial en 1876'' y ver el carácter
egoísta del hombre, sus procedimientos clandestinos
y su evidente falta de sinceridad. El jugó á tira y
afloja con Lerdo y con Díaz, y se queja amargamente
de la injusticia de ambos, cuando su propia exposi-
ción de su caso lo muestra siempre tratando de sa-
carles á uno y á otro toda clase de ventajas. Pero es
la misma vieja historia, historia que constantemen-
te se mezcla en la política mexicana durante los pri-
meros cincuenta años de vida de la República. Se ve
marchar una continua fila de caracteres políticos,
cada uno de ellos dis]niesto á luchar por sus propios
intereses y ambiciones, antes que cuidar de los inte-
reses de la República. Xo debe creerse, sin embargo,
que era mucha la culpa de estos hombres; pues no
habían llegado aún á comprender que los intereses
del país consistían no tanto en los distintos planes
t proyectos que los jefes de partido proponían de
tiempo en tiempo como remedio para las dificultades
que afligían á la Xación, como en las ventajas que
])ro]>orciona la ])az, que va reuniendo en una sola na-
cionalidad las distintas facciones hostiles y los hom-
bres de intereses opuestos. El mismo Lerdo, político
distinguido como era, parece no haberse nunca hecho
cargo de este principio fundamental de gobierno en
las naciones latino-americanas. Si lo hubiera com-
prendido, hubiera siempre tenido á su lado á hom-
bres que, como el General Díaz y su partido, se vol-
vieron contra él muy luego después de que asumió
la ])residencia. Estaíia reservado al mismo Díaz ha-
JOSÉ ]*rAIiIA IGI.ESIAS. 5Í)
cerse cargo de la verdadera situación, y comprender
que debe lial)er una mano fuerte en el timón del Es-
tado jjara reprimir los levantamientos políticos, pa-
ra guardar la ley y conservar el orden y dar al país
buenas oportunidades de progreso. Otros políticos
habían comprendido esto; pero no habían concebido
los medios de asegurar este deseable estado de cosas,
como Díaz lo concibió. Comprendió, con aquella in-
tuición que le había ])ermitido durante toda su vida
hacer uso de todos los elementos útiles que le llega-
l)an á la mano, que lo que necesitaba México no eran
partidos ó facciones políticas, sino lui gobierno cen-
tral fuerte, que se dedicara con éxito á la tarea de
restaurar la paz y el orden, á construir sobre buenos
cimientos una administración estable, y á hacer sen-
tir á todo ciudadano del país interés directo en el
mantenimiento del orden. Ni un solo hombre que pu-
diera coadyuvar á esta grande y buena obra debía
desairarse, importando poco cual fuera su credo i)0-
lítico. Los intereses del país pedían aún más, pedían
la amalgamacion.de todos los intereses ])olíticos y el
contingente á la causa pública de todo hom])re hon-
rado, Y para Díaz, concebir una idea, era llevarla á
cabo con toda resolución y sin vacilaciones de ningu-
na especie. Y así tenemos que en condiciones nnw
desfavorables emprendió la tarea que el pueblo ha-
bía esperado de Lerdo : amalgamar los intereses en
]iugna que habían mantenido á México en un estado
de mayor ó menor anarquía durante medio siglo.
Lerdo mostró la estrechez de miras que lo carac-
terizaban en su trato con sus opositores políticos,
muchos de los cuales no eran al principio realmente
sus opositores ; pues con la mayor facilidad se los
hubiera podido atraer y hacer de ellos sus mejores
amigos y sus más valiosos apoyos. Entre éstos se
cuentan los partidarios del General Díaz, que siem-
pre eran mantenidos alejados por Lerdo, quien les
daba á entender de un modo inequívoco, que no tenía
la menor intención de confiarse en ellos. Como es na-
tural, esta conducta inmediatamente levantó contra
60 DIÁZ T MÉXICO.
Lerdo ima poderosa facción, que ayudó á avivar las
llamas del descontento que habían encendido su ar-
l)itrariedad y sus irregularidades en las elecciones.
Comonfort había ya comprendido la necesidad de
reunir todas las facciones y partidos en interés de
la paz y del progreso del país ; pero aunque era previ-
sor y sincero en sus esfuerzos en esta dirección, no
era un carácter suficientemente fuerte para poder
llevar á debido efecto sus planes. Lerdo no era ni pre-
visor, ni tenía la suficiente fuerza de carácter para
manejar la difícil situación política que se le había
confiado, Juárez, que lo precedió, era hombre de gran
prestigio, de gran determinación y de un carácter
formidable para enfrentar el cam])o de batalla de la
política ; pero era demasiado extremista en sus ideas
para poder unir en un todo útil todas las facciones
políticas hostiles que habían en la Kepública, y cons-
truir de intereses opuestos, un partido que sostuvie-
ra la paz á toda costa y el progreso del país en todas
direcciones, antes que entregarse á cualquier aventu-
rero político. X^n hombre que procediera de tal mo
do, tendría que cerrar los ojos á centenares de pe-
queños abusos, teniendo siempre como norte un ob-
jeto principal : la paz á cualquier precio, un gobierno
estable y el adelanto de la industria y demás intere-
ses del país. Díaz vio todo esto muy claro; y com-
prendió que la administración de Lerdo había sido
un fracaso colosal, simplemente porque nunca llegó
á realizar ni cuáles eran sus oportunidades, ni cuá-
les sus responsabilidades.
Cuan lejos estaba Iglesias de comprender la si-
tuación, puede colegirse de su obra póstum.a sobre
"La cuestión Presidencial." En todas las dificulta-
des que afligían á su nación, no tiene sino una idea
en la mente, y es que él. Iglesias, debido á los frau-
des cometidos en la segunda elección de Lerdo á la
Presidencia, debía ser considerado el Presidente le-
gítimo de la República. Rompió relaciones con el Ge-
neral Díaz, porque este último pedía que se hicieran
elecciones generales en caso de que Lerdo fuera ex-
Don Ramón Corral.
Vice-Pkesidentk de México.
JOSÉ MARÍA KÍLESIAS. 61
cluido de la Presidencia. En esto Iglesias no se mos-
tró muy ansioso de que el pueblo manifestara su a^o-
luntad en las elecciones ; sino que más bien trató de
aprovechar un ])retexto para elevarse al puesto de
Primer Magistrado de la Xación.
Iglesias gustaba de exhibir las faltas que habían
en la administración de Lerdo; pero cuando las mis-
mas condiciones que dicho estadista encontraba, se
aplicaban á la conducta que él observaba, estaba
muy lejos de tomarlas en consideración. Como un
ejemplo, citemos sus propias i)alabras :
"Es para mi incuestionable que el señor Lerdo
habría hecho un inmenso beneficio al ]iaís, así como
á sí mismo, con la renuncia de su candidatura. Ese
rasgo de abnegación habría quitado á la revolución
armada, sostenedora del plan de Tuxtepec, tan famo-
so luego, su razón ó su i^retexto de ser. El desconten-
to general se hai)ría calmado con la certidumbre de
un ])ronto cambio de gobierno. Los odios ])olíticos ó
personales se habrían extinguido, con la i)róxinia se
paración del poder, voluntaria y meritoria, del per-
sonaje que los había excitado."
Se puede juzgar á Iglesias con el mismo juicio
con que él juzgó á Lerdo. Si hubiera él mostrado al-
guna inclinación ])or ceder lo que á sus intereses con-
venía, en pro de la i)az y progreso del país ; si hubie-
ra él tenido l)uena voluntad para renunciar sus dere-
chos á la presidencia y favorecer una elección ])opu-
lar é inmediata, luibiera evitado muchísimas dificul-
tades á su país; y sus intereses, coml)inados con los
del (xeneral Díaz y su j^artido, hubieran hecho posi-
ble el establecimiento de un gobierno firme, evitan-
do la intranquilidad que se mantuA^o durante el tiem-
po que medió entre la deserción de Iglesias del go-
bierno y la subida al poder del General Díaz, de
acuerdo con las esti])ulaciones del plan de Tuxtepec.
Pero Iglesias es un buen ejemplo del egoísmo de mu-
cho."> jefes militares ó políticos de la República, quie-
nes con frecuencia trataban de ocultar sus islanes
personales, bajo el manto de la equidad política, del
62 DÍAZ Y MÉXICO.
desinterés y del más vivo patriotismo. Muy íácll era
hacer protestas de esta naturaleza ; que desj>Taciada-
mente, diclio sea de paso, nunca dejaban de atraer á
multitud de descontentos, qne siempre se mantenían
deseosos de alistarse bajo un nuevo caudillo. Este
era el gran peligro que amenazal)a co]istantemente
la existencia misma de la Eepública. Y era peligro
que comprendían, ó debían comprender, todos los je-
fes militares que trataban de escalar el ])oder valién-
dose de los ])eldaños de la revolución. Es el mismo
l)eligro que amenaza boy la estabilidad de las repú-
blicas centro-americanas y de no pocas de las de Sud-
Amórica. Es una fiera terrible siem])re presente, que
en ocasiones ]uiede permanecer oculta, pero que no
está sino en emboscada; lista á arrojarse rei)entina-
mente sol)re su presa, á la menor oportunidad y des-
garrar con sus agudas garras la paz y la i)rosperi-
dad del i)aís. Iglesias comprendía esta situación de-
masiado bien, como lo manifiesta en su ''(Juestión
Presidencial.'- No obstante esta circunstancia, se afir-
mó obstinadamente en defensa de sus derechos pro-
pios y se puso en completa pugna con Lerdo y Díaz
por sostenerlos. Poco le importaba que el i^aís fuera
víctima de meses de guerra civil en el arreglo de es-
ta cuestión. En todo su largo libro de 400 páginas,
no se \6 sino una exposición de lo más apasionada,
de las diferencias surgidas entre los tres partidos
políticos : el de Lerdo, el de Iglesias y el de Díaz. Xo
hay nada que manifieste que Iglesias tuA-iera la me-
nor piedad por su país, el cual contem])laba en esta-
do caótico. En efecto, ni una sola vez en su larga na-
rración muestra tener la menor idea de los hori'ores
que la guerra civil estaba produciendo en la Eepú-
blica. Página tras página de su fatigosa lectura, se
esfuerza ])or demostrar que sólo Iglesias era quien
tenía la razón y el derecho en la lucha que se enta-
bló. La única cuestión que le interesa, lo único que
incesantemente y por todos los medios pretende pro-
bar, es su derecho á la presidencia de la Pe^uiblica
en esas circunstancias. Y este es un asunto que no
■"TLACHlQrKKO."'
(ClADRO DE I). Le.vxdro Isac riIÜÍE. )
JOSÉ MAMA IGLESIAS. ft3
interesa gran cosa al historiador por varias razones.
En primer lugar, era con toda evidencia el medio de
(|ue Iglesias se quería valer para escalar el poder;
medio que trató de aprovechar cuanto le fué i)osi-
ble. FA hecho de que hubiera sido fraudulenta la elec-
ción de Lerdo, no signiñcaba, como jDretendía Igle-
sias, que algún otro debiera ocupar la i^residencia,
sin que antes mediara una elección popular. Si la
segunda elección se creía fraudulenta, debía i^rime-
ro probarse esa circunstancia, .y en tal caso, anular-
la y practicar nuevas elecciones. Y sin la menor du-
da. Lerdo parece tener el mejor derecho de los dos,
pues reclamaba el poder fundándose en las eleccio-
nes que habían tenido lugar, mientras que Iglesias
se parapetaba en el antiguo principio que establecía
que el presidente de la Corte Suprema ocuparía la
presidencia en caso que ésta, por alguna circunstan-
cia, quedara vacante. Pero no estaba vacante. Todo
lo que se podía asegurar era que había habido algu-
na irregularidad en las elecciones practicadas. Pero
Iglesias estaba tan preocupado con sus pretensiones
personales, que no podía ver el asunto desde otro
jmnto de vista sino desde el que le conveiiía : su ele-
A^ación á la presidencia de la República. Desgracia-
damente ]iara el país, esta había sido la clase de ac-
titud generalmente tomada por los hombres i)romi-
nentes del día. El ])artido de oposición era siem])re
militante, y nunca le fué posible ver justicia y since-
ridad en ninguno de los actos ó disposiciones del i)ar-
tido que estaba en el poder. Es indis])ensab]e darse
cuenta de esta situación especial de los asuntos, y de
estos rasgos del carácter de Iglesias, para ])enetrar-
se debidamente de los acontecimientos que tuvieron
lugar en México durante el tiemi)0 que medió de la
deserción de Iglesias de la capital y del ])artido 1er-
dista, á la elevación provisional al poder del Gene-
ral Díaz.
Xo tendría objeto alguno describir el ])rogreso de
la revolución contra la administración de I>erdo, y el
estado de caos que entonces reinaba en el país; el
64 DÍAZ t MÉXICO.
cual se encontraba dividido en tres distintas faccio-
nes políticas, una representada por Lerdo, otra por
Iglesias 3^ una tercera por el General Díaz.
Iglesias se dirigió á la parte norte de la Kepú-
blica donde lanzó varias proclamas manifestando
qne él era el presidente legítimo, pero sin preocupar-
se en lo más mínimo de poner remedio alguno á las
dificultades de la situación, ni de calmar las animo-
sidades que dividían á los partidos políticos.
Después de una terrible y encarnizada batalla
que duró varias horas, Díaz derrotó á las fuerzas 1er-
distas en Tecoac el IG de Noviembre de 1S7G y Lerdo
se vio precisado á huir á los Estados Unidos.
I*uebla se rindió sin lucha alguna al caudillo vic-
torioso, quien inmediatamente marchó á la capital
de la República y asumió el puesto de presidente
provisional el 28 de Noviembre de 1876.
Dejando á Méndez en su lugar á la cabeza del go-
bierno, Díaz marchó contra Iglesias con un ejército
de .'),000 hond)res; pero el último, desi)ués de ofrecer
débil resistencia, huyó al puerto de ]\Ianzanillo y allí
se embarcó para los Estados Unidos.
De este modo cayó el gobierno de Lerdo, debido
únicamente á su delúlidad y á su inhabilidad para
darse cuenta de las necesidades de la situación, y ter
minaron las ambiciones de Iglesias á la presidencia
de la República. Y con la desaparición de estos dos
hombres de la escena política, comenzó la era de paz y
progreso (pie ha colocado á México en primer rango
entre las naciones latino-americanas.
CAPITULO XLI,
El Caciquismo.
Las razas indíoenas que en la actualidad pueblau
México, tieueu tras sí muchos siglos de civilizacióu.
Por cousiguieute, se adaptau bieu á la vida de las
sociedades civilizadas; sou de hábitos sociales, co-
merciautes por uaturaleza, de temperamento artís-
tico^ generosos, patriotas, pacientes, más industrio-
sos de lo que su vida pasada pudiera hacerle á uno
esperar, son artesanos por naturaleza .v cuando se
les dan las ventajas de una buena educación, resul-
tan muy inteligentes. Estas son cualidades que ha-
cen á las naciones grandes y libres. Pero sin enibar
go, por nmchas cualidades de vida civilizada que pue-
da tener una nación, no llega á adquirir independen-
cia y libertad política, sin haber pasado antes por el
crisol que prueba el verdadero oro. La libertad con-
siste más en el carácter de mi pueblo, que en su in-
de])endencia del control de otra nación. Un ]:)uel)lo
para llegar á ser libre, debe hacer á un lado la igno-
rancia, la superstición y la estrechez de ideas. Debe
ajírender á conocer cuáles son sus derechos y cómo
ejecutarlos y defenderlos. Debe pensarpor sí mismoy
no entregarse en manos de agitadores, de políticos
que trabajan por su cuenta y de soldados de fortuna
llenos de egoísmo y ambición, como desgraciadamen-
te ha hecho el pueblo de jMóxíco con mucha frecuen-
cia en su historia pasada. Si un país es débil en las
cualidades que hemos indicado, no se i^uede conside-
rar en ningún sentido libre, porque es esclavo de su
misma debilidad. Es como un buque sin capitán en
alta mar, y en el cual todos los marinos disputan por
obtener el mando del mismo : signe su camino sin una
inteligencia que lo gobierne y el destino de su viaje
se ignora; se vé obligado á seguir por donde el cai)ri-
cho del que por el momento lo dirija, quiera llevar-
66 BUZ T MÉXICO.
lo: y afortunado será, si aparece alguno entre los
marineros más fuerte que los demás, y toma el man-
do fon el deseo honrado y leal de procurar el bienes-
tar de la tripulación y de los pasajeros y la seguri-
díid del cargo, liasta conducirlo al puerto de su des-
tino con felicidad.
JMéxico, en lo ])olítico y en lo social, lia sido muy
afortunado por un lado y nuiy desafortunado por
otro. Ha sido afortunado en cuanto á que su desarro-
llo social y político comenzó hace muchísimos años
y ha continuado hasta el presente. Y también ha si-
do afortunado en cuanto que produjo, allá en los
tiempos prehistóricos, grandes caudillos y pensado-
res, que tuvo Aida de gran actividad, y que siemin-e
continuó ^progresando por el camino del desarrollo
de la raza. Pero ha sido bastante desafortunado en
cuanto á que su progreso político ha sido retrasado
y desorientado por el caciquismo, por gobiernos arbi-
trarios y abusos políticos; y en cuanto á que no se
les ha permitido á las masas del pueblo pensar y
discurrir i)or sí mismas y han sido dejadas en la ig-
norancia, en la superstición y en el vasallage á la
jerarquía y á la nobleza. í^l progreso efectivo de Mé-
xico en el pasado fué en la vida industrial, comercial,
científica y artística. Políticamente había hecho muy
pocos progresos hacia instituciones libres en la éi)o-
ca de la conquista española. Una parte considerable
de la nación azteca era entonces mantenida en cau-
tiverio amparado por la ley, y el resto no eran sino
esclaA'os de la voluntad del emperador, de la de los
sacerdotes y de unos pocos guerreros nobles. Las li-
bertades i)olíticas eran cosa desconocida en México
hasta el tienqío de la independencia del país del do-
minio español el año de 1(S:21 ; y aún desde ese tiem-
1)0 i)ara hoy, no han sido sino poco más que la som-
l)ra de un gran nombre, usado para atraerse parti-
darios ])or los jefes de partido, que proclamaban
principios poimlares que ó no tenían intención de
cunii)lir, ó les era imposible hacerlo ; salvo dos ó tres
EL CAtKiUISMO. 67
notables excepciones, entre las cuales una de ellas
es el distinguido actual Jete del Ejecutivo.
Una nación es libre en razón á su capacidad para
reí^-ular sus pasiones y dirigir la política de sus lioni-
bres públicos; y es dependiente en proporción á lo
que permita á éstos doblegar su A^oluntad, y se mues-
tra incapaz de tomar la parte que le corresponde en
el gobierno de sí misma. Canadá 3^ Australia, dos i)aí-
ses que no son indei)endientes, son más libres que
cualquiera de las naciones latino-americanas ; y sim-
])lemente porque las masas del pueblo están educa-
das á comprender sus dereclios políticos, los cuales
saben cómo defender; porque obligan á sus directo-
res políticos á seguir sendas que conducen al bien pú-
blico ; y cada indÍA'iduo es capaz de discutir con más
ó menos inteligencia, los grandes asuntos i)úblicos
del día que afectan al país ; pues la restricción que
el pueblo se impone á sí mismo hace posible que la
prensa discuta libremente todo lo que concierne al
Í)ien público; y finalmente, i)orque el pueblo no tiene
grandes vicios ni supersticiones arraigadas. Políti-
ca mente, un nombre no significa mucho. Es la labor
actual del gobierno lo que cuenta; los resultados que
obtiene en el adelanto del país y el progreso del ]me-
blo en la semla de la moral, de la intelectualidad, de
la industria, de las ciencias, del arte y de la política-
Juzgado bajo este punto de vista, México ha adelan-
tado inmensamente durante el último tercio de siglo
en todo lo que se refiere al desarrollo nacional. I*ara
apreciar cuan grande ha sido este adelanto, es nece-
sario comprender á fondo las condiciones que exis-
tían en el país antes de la administración de Díaz;
y esto no puede hacerse sin tener conocimiento de la
vida política del puel)lo mexicano desde los tienqíos
en que aparece por primera vez en las páginas de la
historia : pues el curso de la evolución marca, tan
inexorablemente como el destino, el desarrollo de
las naciones; de la misma manera que lo hace con
las varias especies, tanto en la vida vegetal como en
la vida animal.
68 DÍAZ Y MÉXICO.
Cuando estudiamos la vida i^olítica y social del
pueblo mexicano, desde los días en que las primeras
tribus (pie registra la historia invadieron el Valle
de México y las comarcas circunvencinas. dos heclios
se ])onen de manifiesto del modo más claro en las na-
rraciones que nos hace la historia, hechos que se des-
tacan uniformemente en todas las le.yendas y tradi-
ciones, y que ofuscan todo otro característico de la
vida de estos pueblos. Eran turbulentos .y agresivos,
])ero ciegamente consagrados á sus grandes jefes gue-
rreros, quienes pensaban por ellos y dis])onían, eu
general, del curso de sus vidas. En otras palabras,
las masas del ])ueblo estal)an completamente bajo
el dominio de sus jefes militares, quienes eran tam-
bién sus directores ])()líticos. l*ero estos jefes guerre-
ros estaban e]los mismos bajo el dominio de lo!-- sa-
cerdotes; no siendo excepción á esta regla, ni aún el
mismo rey ó em])erador. Una mirada retrosi)ectiva
á la historia de las varias tribus que de tiemj>G en
tiemi)o vinieron al Valle de México, desde que hay
memoria ó tradición, dará mucha luz acerca de este
asunto.
Cuando los toltecas abandonaron su antigua mo-
rada de Hueliuetla])allan por el norte de México el
año de oJrJ, se dirigieron hacia el sur, bajo el mando
del jefe Iluemac (el de las manos grandes), que
era el sumo sacei'dote de las naciones. Pero era aún
más : porque era hombre de fuerza prodigiosa y fa-
moso guerrero : era un verdadero ^[oisés conducie]]-
do á su pueblo á la tierra prometida. Por consiguien-
te, tenía tanto de profeta como de caudillo, de sa-
cerdote como de guerrero. í]n los mismos umbrales
de la historia y leyenda de las tribus mexicanas, nos
encontramos con la iníluencia todo-poderosa, semi-
religiosa y semi-])olítica del sumo sacerdote ; y m)s
sigue por todas las páginas de la historia el brillo
fanático de su mirada desde las ruinas de la po-
derosa ciudad de Tenochtitlán, cuna de las confede-
raciones de los Xahuas, gloria del imperio azteca y
tumba de la dominación de los Moctezumas. Era és-
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EL CACIQUISMO. 69
te el reinado de la superstición, de la fe ciega reli-
íiiosa y de los esfuerzos continuos para consolidar
el poder de los sacerdotes ; y ni un solo momento,
durante casi un millar de años, deja su influencia de
ser el factor dominante en la existencia de las va-
rias tribus de México, que hablaron algún dialecto
del idioma náhuatl ó mexicano. Aquí asumimos que
los toltecas no fueron sino una rama de los nálmas;
pues mientras que todas las otras tribus que A'isita-
ron el valle de México, dejaron ahí señales de su per-
manencia en muchos nombres geográficos, no apai'e-
cen absolutamente indicios de esta naturaleza que
pudiera haber ])ertenecido á los toltecas, si hubieran
ellos hablado un idioma diferente. Aún los primiti-
vos othomites dejaron abundante evidencia de esa
naturaleza, de su residencia en el valle de México y
lugares adyacentes; y por todas partes del ])aís los
nombres geográficos indican donde vivieron ciertas
tribus, ó dónde han residido, aunque sea por corto
tiem])o, en sus emigraciones de una parte del país á
otra.
Los toltecas tardaron 101 años en su larga i)ere-
grinación desde sus tierras en el norte á su destino
final de Tula, Tulancingo y San Juan Teotihuacán,
y durante todo este tiempo estuvieron bajo la autori-
dad y dirección de sus sacerdotes ; y cuando se esta-
blecieron al norte del valle de ^léxico y eligieron su
])rimer rev, fué bajo la sugestión y siguiendo los
consejos del sumo sacerdote. Durante cuatro siglos
y medio permanecieron los toltecas en Tula gober-
nados por reyes des])óticos, quienes eran á su turno
guiados en la mayor parte de los asuntos por los sa-
cerdotes, que eran los realmente todopoderosos de
un extremo á otro del i:>aís.
La manera en (pie los toltecas abandonaron Tula
y las comarcas vecinas que les eran tributarias, co-
marcas todas de lo más rico del Xuevo Mundo, es
muy característico de la organización política, so-
cial y religiosa de ese pueblo. El hambre y las pía-
70 DÍAZ Y MÉXICO.
.cas az()tal)aii al ])aís, y los sacerdotes proclamaron
esto como evidencia de la cólera de los dioses, la cnal
no sería aplacada, decían ellos, hasta qne el pneblo
tolteca emi)rendiera de nnevo su emisjración hacia
el sur. Hul)o desavenencia entre las tribus, y alj^i-
uos de los toltecas se quedaron en el valle de México,
donde se reconcentraron huyendo del hambre y de
la placía ; i)ero la gran masa de la nación, fiel á su
educación relijiiosa de muchos siglos, y á la sui)ers-
tición que era el característico más pronunciado de
su existencia, siguieron á sus sacerdotes á Cam])e-
che, Yucatán y Guatemala. Esta emigración del pue-
blo tolteca al sur, explica indudablemente la pre-
sencia de muchos noml)res náhuatles, en lugares cu-
yo origen ha sido atribuido á la ocupación de los az-
tecas en todo el sur del país hasta la frontera de
(Guatemala.
En esta su peregrinación al sur, los toltecas fue-
ron también guiados por sus sacerdotes, como lo ha-
bían sido anteriormente durante su prolongado via-
je de un siglo, desde sus tierras de Huehuetlapallan
hasta Tulancingo, la nueva patria por que finalmen-
te se habían decidido. Todo lo cual contribuye á la
creencia de que ellos tenían, antes de su endgra-
ción de los países del norte, la misma organización
([ue tuvieron después en Tula, y que por alguna ra-
zón los sacerdotes los condujeron hacia el sur, como
después los condujeron á Yucatán y Guatemala,
pues cuando creían que la cólera de los dioses des
cendía sobre el pueblo, la lógica les indicaba que el
caudillo que los guiara debía ser el representante
en la tierra de las varias divinades que ellos tenían.
Y este caudillo no podía ser sino el sacerdote.
Y así vemos siempre pesar sobre la existencia del
pueblo tolteca la influencia de una clase sacerdotal
supersticiosa y un caciquismo fuertemente atrinche-
rado. De tal modo constituía esta institución parte
del pueblo, que no le ha sido posible á la Iglesia ca-
tólica, á ])esar de cuatrocientos años de trabajo asi-
EL rAOlQriSMO. 71
diio por mejorar espiritual y morahnente al indio,
eradicar la iníliiencia que ha quedado de la domina-
ción de los caciques y de los sacerdotes indi «en as.
El resultado es, que hoy los indios no abandonan
por nada ciertas formas y ceremonias enteramente
supersticiosas que tuvieron su oriojen en las formas
y ceremonias de la religión tolteca, y más tarde de
la i'eligión mexicana ó náhuatl ; sui)ersticiones, que
no han hecho sino adai)tar al nuevo credo religioso
que han abrazado.
CAPITULO XLII.
Dificultades de Raza.
A cada paso en la vida nacional de la Repúbli-
ca de México se troi)ieza con la ])erniciosa inñnencia
española, inñnencia tan poderosa qne aún hoy to-
davía ejerce nna marcada fuerza activa. Sobre el
alcance de sn acción sólo aquel qne estndia cuidado-
samente la historia política, social y ecouómica de
XueA^a España y México, puede formarse un con-
cepto exacto.
Si los españoles hubiesen sabido jnstii)reciar las
oportunidades abiertas ante ellos al concjuistar el
niagníñco imperio de los Moctezumas, se habrían
esforzado por cnantos medios fuesen i^racticables,
en conservar la vida nacional del pueblo subyugado,
i^uiándolo en la senda del ]:)rooreso y de la civiliza-
ción de la época y adai)tándolo gradual y concien-
zudamente para llenar los requisitos de la nueva
vida á qne estaba destinado. Pero los españoles nun-
ca comprendieron, ni i)robablemente lo harán en lo
futuro, cnáles son los deberes de nn conquistador
j)ara el conquistado. Xo podía esperarse tampoco
que los comprendiesen. Como es el o^obierno de nu
pueblo, como es el pueblo mismo, así será la actitud
([ue observe hacia aquellos qne afortunada ó desa-
fortunadamente qneden sujetos á sn dominio. El go-
bierno de México por los es])añoles no ])odía ser me-
jor que el de la península materna, y visto el último
bajo la luz de la historia, no podía ser peor.
La destruccióu del vasto im])erio romano y el re-
])arto de sus posesiones entre candillos «Herreros, qne
se veían generalmente obligados á mantener por la es-
pada lo que con ella ó ])or medio de una potente diplo-
macia habían ganado, produjo la concentración de un
poder casi absoluto en las manos de los grandes jefes
l>IFICUlTADlíS DÉ RAZA. T:{
guerreros que regían la Europa. La historia de aque-
llos tiempos es la Mstoria de esos monarcas, de sus re-
laciones mutuas y su liga con el más grande de los po-
deres feudales, la Iglesia católica. La ambición de
cada u]io de estos caudillos, que pronto comenzaron
íí estilarse reyes y emperadores, era extender los lí-
mites de su dominación, poderío é inñuencia. SuS;
partidarios eran sus "buenos y fieles servidores,"
como á ellos mismos gustaba designarse en aquellos
días de líravura y caballería ; esa designación y el
evidente orgullo que en ella tomaban, muestran la
actitud de las vasta masas del pueblo hacia los que,
ejercían autoridad sobre ellos.
El rey ó el emperador regían como un príncipe
autócrata absoluto; la historia se concentraba en él
y reflejal)a en su corte y los grandes nobles que la
frecuentaban aumentaban con su brillantez el es-
])lendor del monarca mismo. El soldado común, el
labriego, el mercader sólo figuraban en el esqueina
político y social de ese estado de cosas en la forma
y in'oporción en que contribuían al poder, inñuencia
y gloria del soberano á quien tenían orgullo en ser-
vir; los esclavos, que constituían más de la mitad
de la imción, valían tanto como las bestias de carga
ú otros útiles de sus amos. I5ajo tal sistema el poder
del monarca, de los i)ríncipes y de los nobles se acre-
centó rápidamente á expensas de sus vasallos El
vicio de esta organización estalla en su apogeo cuan-
do los españoles emprendieron la conquista de la
América Latina, y las ideas que ello engendró en al-
tos y bajos, ricos y pobres, fueron tan mal acondi-
cionadas como fatales habían de ser para el gobier-
no y administraciones que el azar hizo caer en ma-
nos de España, en aquel tiempo la nación más pobre
y orgullosa de Europa. Si España hubiera tenido
que labrar su destino sin el prestigio y la riqueza
del Xuevo Mundo, toda^ia sería una de las más gran-
des potencias de Europa. Pero el poderío que le tra-
jeron las nuevas tierras agregadas á su territorio
nacional, aumentó su orgullo y lo que fué aún j^eor,
74 DÍAZ Y MEXK 0. 1
guió ese orgullo hacia la falsa direecióu, couvirtien-
(lo á la raza en arrogante, tiránica, cruel y despiada-
da para con aquellos á ella sometidos.
l*ero como antes se ha dicho, no podía es])erarse
que el español, individualmente, fuese mejor que
aquellos que lo gobernaban v su conducta en Amé-
rica fué semejante, en casi todo detalle, á la del
monarca, corte y nobles de su patria.
Antes del descubrimiento de América la corte de
España estaba abatida por la pobreza. Tan pobre
era, que el equii)ar las tres caral)elas, la mayor de las
cuales no sería mayor que una balandra pescadora
actual, dio origen al más serio debate y considera-
ción, siendo el problema finalmente resuelto por la
boiuladosa reina Isabel la Católica, que ofreció ena-
jenar sus joyas i)ara reunir la suma requerida para
llevar á cabo una de las más humildes expediciones que
se ha emprendido ])ara la prosecución de una empre-
sa de tan alta importancia.
La nación española, por lo tanto, podía comi)a-
rarse á una gran familia que después de sufrir po-
l)rezas por largos años, se halla de repente en pose-
sión de fabulosos tesoros y tiene ante sí la perspec-
tiva de disponer de un número infinitamente nmyor
en el futuro, tornándose loca en su ansiedad de acu-
mular riquezas.
Las historias portentosas del descubrimiento de
un mundo hasta allí desconocido, relatadas i)or los
primeros aventureros españoles que visitaron las
Américas, ligadas al relato ])intoresco de Cortés y
sus soldados sobre la existencia de maravillosas ri-
quezas, hicieron de Esi^aña una nación de aventure-
ros en el preciso momento en que toda la energía de
ese pueblo debió haberse concentrado en pro de la
edificación de la nación misma. Así fué que después
de las prolongadas guerras para la expulsión de los
moros de España, los españoles siguieron siendo sol
dados y aventureros, mostrando un desdén sui)remo
hacia el que dedicaba sus esfuerzos al trabajo ó al
comercio. Esos aventureros llevaron á Es])aña in-
DIFU l'LTADES DE RAZA. Yo
contables caudales de oro y ])lata, los que poco la be-
neficiaron, pues que inmediatamente eran remitidos
á otros países, para ])aí>ar los artículos que los es-
l)añ()les desdeñaban manufacturar en su ])atvia. Así
España sanoró á las Indias para sustentar la vida
nacional interna y descuidó fomentar la grandeza
de la península ibérica ó de su vasto dominio al otro
lado del Océano, dominio tan extenso como el que po-
see actualmente la Oran l>retaña.
La historia de los abusos cometidos en las colo-
nias españolas de América y las Filipinas, es la his-
toria i^olítica, financiera y sociológica tanto de Es-
paña como de sus dependencias, i)ues la vida de una
se reflejaba en la vida de la otra, ejerciendo una in-
fluencia preponderante recíproca. La oportunidad pa-
ra el abuso por parte de España en sus colonias, mol-
deó su política interior, la cual á su vez fué la cau-
sa directa de su maltrato á sus posesiones. Si ella y
sus colonias se hubiesen unido, sus vidas habrían si-
do necesariamente distintas. Pero es de nuestra in-
cumbencia tratar de trazar la influencia de Es])aña
sobre ^léxico y mostrar cómo obraba esa influencia
cuando Porfirio Píaz asumió el cargo de Presidente
en 1S7(>, cómo j^rosiouió ejerciendo su acción y cómo
es todavía un factor im]^ortante que debe ser consi-
derado en cada i^aso ó movimiento político, indus-
trial y económico del (lobierno actual.
Muchas de las medidas políticas son dictadas por
razones financieras y la ejecución de planes finan-
cieros afecta intensamente las condiciones sociales
de un país. De aquí se sigue que estos grandes ele-
mentos que entran en el gobierno de un país, son en •
lo general correlativos. Como el comercio y la ha-
cienda son las mejores indicaciones externas de la
vida de una nación, podremos mejor comprender la
relación de España y sus colonias, estudiando la po-
lítica comercial de la primera respecto á las segun-
das. Este estudio nos conduce á la inevitable con-
clusión de que muchos de los males de que México
ha adolecido durante el pasado siglo y que persistí-
70 DÍAZ Y MÉXICO.
rán aiiii cuando menos i)or otra j^eneración, tienen
su origen en la política comercial de Esi)aña en las
Américas. Como se ha manifestado ya, esta política
ejerció su inñuencia sobre las condiciones sociológi-
cas é industi'iales de la Xneva E.spaña y de otras co-
lonias hispanoamericanas. Y tan viva fué esta in-
iluencia y por tan considerable tiempo sostenida, que
se tornó en una segunda naturaleza. Hasta aquellos
á ella sujetos se acostumbraron á desconocer cual-
({uiera otra influencia que no estuviese dentro de la
esfera de autoridad (pie la primera ejercía. Esta in-
íluencia subsiste ann.
Casi inmediatamente después de la conquista, Es-
paña princii)ió á aplicar la i)olítica que habría de
ser su norma en sus relaciones con México durante
la mayor i)arte de los ^)00 años de su régimen. XueA'a
Es])aña era el Eldorado del cnal extraer metales pre-
ciosos para llenar las exhaustas arcas. El gobierno,
ó más bien dicho, el monarca, exigía su participación
del oro y la ])lata ])roducidos en los dominios es])año-
les en el NueAO Chindo. En adición á esto, todos los
minerales, cualesquiera que fuese su clase. esta])an
sujetos (i impuestos diversos y el mercurio y mate-
riales usados en el ])roceso de extracción minera fue
ron declarados mono]K)lios reales. De este modo la
corte aseguraba, sólo de este origen, un ingreso muy
rico. Pero España no estaba satisfecha con al^atir
con tan enormes imjuiestos uim industria sin duda
la más importante de 3Iéxico. Pronto todo lo que lle-
gaba á las colonias procedente del antiguo continen-
te, fué gravado de idéntica manera y cuanto produ-
cían los habitantes era sujeto á un derecho de produc-
ción y á un impuesto de exportación si salía del y)aís.
En suma, las colonias fueron abrumadas hasta el ex-
ceso con tributos cuyo solo tin era mantener á una
altiva é indolente nobleza y á una corte extravagan-
te en España.
España se vio con frecuencia mezclada en guerras
extranjeras y muy á menudo tuvo también que aten-
der á sofocar las insurrecciones iniciadas en algunos
DIFICULTADES DE RAZA. 77
de sus dominios. Como se hallaba á las márgenes de
la bancarrota, los gastos, enormes á veces, ocasiona-
dos por tales conflictos hubieron de ser sufragados
por las colonias.
A tal extremo llegó el latrocinio y despojo de Es-
])aña en México y fué tanta su regularidad, que al
fin tan vergonzosas demandas se hicieron un hábito
para los mexicanos, cuyas clases superiores poco ó
nada sufrieron con ellas, toda vez que espoliaban á
las clases media y pobre y menoscababan en su traba-
jo lo suficiente para llenar sus extravagantes necesi-
dades y para cubrir los tributos destinados á la cor-
te reai. El resultado de todo esto fué que las clases
proletarias se convirtieron en pacientes é irredimi-
bles esclavos, ignorantes hasta lo último y brutaliza-
dos hasta un grado nunca visto en un país civilizado.
Los comerciantes y aventureros españoles com-
pletaron lo que la corte real no había hecho : escla-
vizaron á los indios, guardando poco ó ningún respe-
to á los nativos de nobles familias y vendían sin es-
crúpulo toda especie de brebajes intoxicantes á to-
das las clases sociales, de suerte que bastó sólo una
generación después de la conquista para embrutecer
y viciar á una raza que se había distinguido por su
sobriedad, su bra^^ira y otras grandes cualidades, en-
tre las que predominaba una suprema castidad y
amor al hogar y á la familia.
El indio perdió todo respeto hacia sus antiguos
dioses y sintió poca ó ninguna reverencia hacia los
de su conquistador.
Los nobles caudillos que lo habían gobernado con
suave, pero firme mano, habían ya desaparecido. Se
veía á sí mismo, á sus hijos y aún á muchos vastagos
de la antigua nobleza, condenados á ser irremisible-
mente esclavos de los blancos. El noble y varonil espí-
ritu de sus antepasados estaba totalmente extinto
en él. Así fué que cayó en el abismo del abatimiento
de cuyo fondo no se alza todaAÍa del todo.
A la luz de toda esta historia debemos leer el pro-
blema que confrontó á México hace un tercio de siglo.
78 DÍAZ Y MÉXICO.
cuando el General Díaz se hizo cargo del gobierno, y
que subsiste toda^ia.
Cuando los indios a ieron la santidad de su hogar
mancillada por los españoles en los x^rimeros días
de la conquista, se sintieron, sin duda, poseídos de
una impotente rabia ; pero la mucha familiaridad
cría el menosprecio ó la indiferencia hacia todas las
cosas. Por esto, i)oco tiempo después el natiA'O no só-
lo perdió el respeto á sus antiguas divinidades, sino
que la castidad desapareció de su hogar y de su Aida
Y con ella todo sentimiento de moralidad y sobrie-
dad. Se hundió rá]>idamente en una situación de ab-
yecta de]>endencia de los conquistadores ó de aque-
llos que los representaban. Pronto aíó como perfecta-
mente natural que su amo y señor le arrebatase su
esposa ó su hija, si así le placía, tan sólo i^orque era
el amo y todopoderoso.
España perdió una excelente oportunidad en la
América. Si hubiese tratado de conserA^ar la civili-
zación nativa con sus muchas industrias y virtudes:
si hubiese protegido la Airilidad de la raza aborigen:
si se hubiese consagrado afanosamente á impulsar
bajo líneas modernas la ya aA^anzada civilización az-
teca y la de sus aliados, hubiera ])odido salvar ])ara
el mundo, tan sólo en México, una magnífica raza de
un pueblo que, segim todas las probabilidades, llega-
ba á un número tres Aceces más grande que la pobla-
ción actual de México. Pero España parecía profesar
la idea de que la sola A'erdadera riqueza estribaba
en los metales preciosos; nunca pudo apreciar, du-
rante los trescientos años de su ^Tigo en México, que
en los vastos recursos agrícolas del país se encerra-
ban infinitamente mayores riquezas que en las más
ricas y famosas minas de la NueA^a España. Si hubie-
se cultivado los recursos de la tierra de oro de los az-
tecas, si hubiese protegido á la población en A^ez de
ani(piilarla, si hubiese i)rocurado in-eserA^ar la mora-
lidad y A'igor de las razas aborígenes en A'ez de abatir-
las, como nunca raza alguna civilizada se vio abati-
da y Aiciada bajo otro pue])lo cÍAÍlizado, habría re-
é^É~.3:
DIFICULTADES DE RAZA. 79
caudado un beneficio céntuplo de lo que en realidad
obtuvo. México llamaría á España bendita, y aque-
llos que ahora rigen su destino no tendrían ante sí
la tarea de leA^antar del seno del profundo desaliento
al pueblo que todavía lleva sobre sí la marca de bes-
tia que le fué a])licada hace cuatrocientos años. Si
México en algunos lugares presenta signos de barba-
rie todavía, es porque la España civilizada lo hizo
bárbaro y no porque la inteligente y laboriosa admi-
nistración presente haya dejado de trabajar honra-
damente en la labor que prosigue desde hace más de
treinta años para mejorar las condiciones políticas,
industriales, económicas y sociales de la República.
Si España hubiese prestado atención seria al des-
arrollo de la agricultura del país y hubiese alentado
la industria fabril; si hubiese fomentado el tráfico
mercantil entre los diversos Estados de la Repúbli-
ca y entre México y las otras posesiones españolas
en América, en vez de tratar con toda energía de so-
focar aquellas industrias que pudieran estar en con-
fiicto con las establecidas en su territorio, la Améri-
ca Latina sería hoy algo muy distinto, pues por hu-
milladas y viciadas que hayan estado las razas na-
tivas donde quier que España ha puesto su planta
domindora, aún poseen inteligencia natural, habili-
dad para las nrtes mecánicas, gran facilidad de imi-
tación, bondad, cortesía y paciencia. Son en general
aptos y aprovechados estudiantes cuando reciben
una educación adecuada. Un gran número de litera-
tos y hombres distinguidos, cuyos nombres descue-
llan en la historia de México desde el establecimien-
to de la República, han llevado en sus venas sangre
nativa y otros muchos han sido indios de pura raza.
Esto no es de extrañar, pues los mexicanos y texco-
canos, comunidades hermanas, produjeron oradores,
poetas, estadistas .y artistas de brillante nota, antes
de que el hombre blanco hollase el suelo de México.
Los gérmenes adormecidos de la pasada civiliza-
ción y notable cultura nativa existen todavía en las
diversas clases de la i^oblación de México, ya sea en
80 DÍAZ Y MÉXICO.
los descendientes netamente españoles, ya en el in-
dio puro^ 3^a en el criollo, producto de ambas razas y
heredero de la cultura y civilización tanto europea
como americana.
La raza negra ha dispuesto durante las dos últi-
mas generaciones, de un número de ventajas educa-
tivas infinitamente mayores que las que el indio ha
tenido á su alcance en México en el transcurso de si-
glos enteros. Sin embargo, la primera no ha i^roduci-
do hombre alguno de talento que sobresalga de algu-
na manera. Todo lo que el negro ha hecho ha sido imi-
tar al hombre blanco. Pero el indio conserva en gran
escala su vida propia. Es cierto que su inclinación
instintiva le conduce á imitar en cierto grado los ca-
racteres gejierales de la moderna manufactura con
los cuales ha estado más ó menos familiarizado ; pe-
ro esto no es sino incidental. Poco después de la con-
quista aprendió de los conquistadores las artes in-
dustriales más comunes y su contacto con ellas me-
joró aquellas artes que ya le eran peculiares. Esto
mismo ocurrió en toda la Nueva España, originando
una curiosa mezcla en las artes industriales y mecá-
nicas de España y América, cuya influencia i)uede
aún percibirse distintamente á través de la América
Latina. Esto nos revela que esas artes alcanzaban
un grado de desarrollo bien notable, supuesto que su
influencia en el arte de la culta España perduró por
cuatrocientos años.
Los judíos que invadieron España y ejercieron
una especie de supremacía comercial por un largo
período contrajeron alianzas matrimoniales con los
habitantes, les inculcaron muchos de los usos y cos-
tumbres de las razas semíticas y dejaron su huella
profundamente impresa en el pueblo español, la cual
puede descubrirse en cualquier punto donde el espa-
ñol se haya dedicado al comercio : en la forma de lle-
var á cabo sus transacciones muestra el español la
práctica judía. Más aún, los rasgos fisonómicos de la
raza judaica pueden i^ercibirse fácilmente en Espa-
ña, especialmente en las facciones femeninas. Más
BIFlCüITADlíS DÉ líAZA. 81
de una aldeaua española al estar entregada á sus fae-
nas campestres, pudiera servir de modelo para una
pintura de Euth, á quien nada cedería en belleza pu-
ramente semítica.
Los moros también dejaron impresas sus
costumbres y Mbitos en los esijañoles, con quie-
nes se entrelazaron como los judíos. Por esto ve-
mos que entre los antecesores de la antigua España,
figuraron dos pueblos esencialmente comerciantes que
mucho aprendieron de las prácticas comerciales ro-
manas, griegas j cartaginesas, todas naciones acti-
vas en el comercio, especialmente la última. El espa-
ñol de lioy, donde quiera que va, es mercader por he-
rencia y i^or instinto y así lo era igualmente en los
días de la conquista. Las razas aborígenes de México
poseían también un alto espíritu mercantil; pero en
tanto que el español de la clase elevada miraba con
desdén cualquier trabajo, especialmente de natura-
leza comercial é industrial, el mexicano nativo tenía
al comerciante en la más alta estima y lo consideraba
en una categoría cercana á la nobleza En suma, los no-
bles mismos no desdeñaron tornarse en traficantes y
ejercer el comercio en gran escala, llevando consigo,
muy á menudo, una fuerza armada comparable á un
pequeño ejército, para proteger su convoy y operacio-
nes de comercio.
Si España se hubiese posesionado con criterio
recto de la situación en México, si hubiese reconocido
las tendencias de sus subditos españoles nacidos en
México al igual que las de los millones de seres con-
quistados allende los mares; si hubiese apreciado
que había cien veces más utilidad, aún para el ingre-
so del tesoro real, en promover las artes mecánicas
é industrias en sus colonias de América, que en crear
abrumadores impuestos, restricciones y prohibicio-
nes, bajo el pretexto de proteger sus propias indus-
trias, habría sin duda logrado alcanzar un desarro-
llo industrial tan grande, que abarcaría desde Loui-
siana y California hasta el Cabo de Hornos, cuyo
desarrollo rivalizaría con el de los Estados Unidos.
82! DÍAZ t MÉXICO.
Las cuestiones y cooflictos actuales en la América
(Central y del Sur, jamás habrían surgido, y la pros-
peridad y el contento reinarían donde aliora impera
la pobreza, la ignorancia, escualidez y degradación,
que no son sino el resultado directo de las prácticas
viciosas de España en el Nuevo Mundo.
De cualquier manera que sea, en México, tocó á
Porfirio Díaz reconocer que la salvación del país es-
triba en la educación del indígena y del criollo, en el
fomento de la agricultura y las artes mecánicas é
industriales, en la aplicación de la ley con toda igual-
dad tanto al pobre como al poderoso. Cuatrocientos
años de opresión, vileza .y sistemática degradación,
es un peso terrible que contrarrestar, y el gobierno
de México plenamente reconoce cuan estupenda es
la obra que se lia impuesto para la elevación de las
clases populares, lo que en sí no constituye un sólo
problema sino cientos, todos ligados para formar
una inmensa carga que el gobierno debe levantar.
Probablemente ninguna administración en el mundo
cuenta con un gabinete de ministros de tanta apti-
tud como los que coadyuvan en la actualidad á la la-
bor de Díaz. La razón de esta excelencia se explica
fácilmente. Debido á su gran permanencia en el po-
der, el General Díaz ha adquirido en México tan con-
sideral)le influencia, que si quisiese usarla en cierto
sentido sería poco menos que autócrata. Pero afor-
tunadamente para México, siempre ha visto el inte-
rés del país antes que todo. Más de una vez durante
su larga administración ha tenido que contender con
jefes de gabinete y del ejército que trataban de va-
lerse de su posición para fines personales, con detri-
mento más tarde de los intereses del país. Tan pron-
to como esos funcionarios descubrieron sus miras,
uno por uno fueron eliminados de la situación con
toda la quietud posible y cada destitución fortaleció
la mano del jefe del Ejecutivo de la nación, y al mis-
mo tiempo marcó en la mente del Presidente la ruta
que debía de seguir para asegurar el progreso y bien
estar de la República. De este modo, durante los úl-
DIFICULTADES DE RAZA. 83
timos años el General Díaz ha podido seleccionar sns
ministros, sin ])resión externa, obteniendo como re-
sultado que ha llevado a aquellos que en su concepto
poseen las mejores dotes para el cargo.
Sobre este respecto, prácticamente en ningún otro
país del mundo el jefe ejecutivo de la nación ha esta-
do colocado más favorablemente, ]íorque es raro que
un solo hombre posea al mismo tiempo el inmenso
poder del General Díaz y su vasta ex])eriencia ejecu-
tiva, todo aunado á un intenso deseo de adaptar su
trabajo al bien exclusivo de su patria.
Hemos sondeado la opinión de los Gobernadores
de los Estados, jefes del ejército, ministros de gabi-
nete y em|)leados ])rominentes, acerca de las condi-
ciones y cuestiones industriales y sociológicas que
afectan al país, y hemos obtenido como respuesta la
casi unánime expresión de que el gobierno de Díaz
ha sido y es prácticamente el imico que durante la
historia de la Repú])lica, ha producido un beneficio
directo para las clases media y popular, esto es, en
suma, el único que se ha posesionado del estado socio-
lógico é industrial latente. Aquellos que han estu-
diado detenidamente estas cuestiones, conocen las
grandes dificultades que hay en México aún para lo-
grar un progreso moderado hacia la mejoría de esas
(ündiciones.
Uno de los secretarios de gabinete del General
Díaz, persona de gran ilustración y ])erito en cuestio-
nes de historia .y sociología, no hace nmcho, ex])uso al
subscrito, que había veces en que se sentía desalenta-
do al percibir el escaso avance que ])arece efectuarse
en el sentido de elevación de las clases populares en el
interior de la República, y que sabía que otras perso-
nas, colaboradoras como él ])ara lograr ese fin, ií?:ual-
mente en ciei'tas ocasiones participaban de igual des-
aliento.
Todos reconocen que la maldición de los ti'escieii-
tos años de la dominación española aún obra sobr(^
las razas, tanto nativas como foráneas, de México,
como un peso enorme que sólo la paciencia, la unidad
84 DÍAZ Y MÉXICO.
de esfuerzo entre aquellos en el poder á través de
todo el territorio y muchos años de incesante labor,
lograrán sacudir. Y el más desconsolador aspecto
de cuestión de tan alta importancia es, que aquellos
que se dedican á juzgar las acciones y trabajos de la
administración, aún críticos mexicanos, persisten en
contrastar á México con los Estados Unidos y Euro-
pa, sin tomar en consideración ninguna de las dificul-
tades terribles de la lucha que sin tregua se prosigue
para realizar un ideal del más alto progreso, el que,
aún en medio de tantas dificultades, ha venido efec-
tuándose paulatinamente.
El General Díaz es un homl)re de estupenda fuer-
za de voluntad y tesón para la prosecución y logro de
cuanto estima recto. Se muestra sensible á la críti-
ca que mal interpreta sus actos, bien por ignorancia
ó bajo otros móviles, y sobre todo á los cargos de
egoísmo respecto á su administración de los negocios
de la federación.
El General Díaz cree, con justicia, que en el indio
existen inherentes virtudes, las que la educación y
ocasiones |)ropicias harán surgir. Ha sido siempre
amante del estudio de la historia y sociología y am-
bas le han enseñado que se encierran en el carácter
del indio posibilidades que son la más brillante espe
ranza ])nra su futura regeneración. l*ero reconoce
también que su avance tendrá que ser lento, difícil y
penoso. Por esto es que durante su administración
se ha manifestado ansioso de hacer cuanto le es da-
ble para el levantamiento de las clases populares.
Si se toman en debida consideración las muchas y
casi iij vencibles dificultades con que el Gobierno ha
tenido que luchar para proseguir esa i)olítica, el A^e-
redicto debe sei' : que mucho se ha logrado en el senti-
do de mejoría de esas clases. El indio y criollo de los
pueblos interiores y partidos rurales son tenaces y
a])egados á sus costumbres, y sólo á costa de infinita
paciencia y bajo la influencia del tiempo que todo lo
transforma, podrá hacérsele cambiar. Esto ha sido
reconocido por el gobierno de México; pero es exac-
1
DIFICULTADES DE RAZA. 83
tamente, también lo que los censuradores de México
han omitido tomar en consideración. En otros térmi-
nos, al valorizar el progreso de México durante el ré-
gimen de Díaz, no lian buscado los verdaderos conce])-
tos de ai)reciación para basar sus juicios. Han juz-
gado á México, no desde el punto de partida de su
etapa en la senda de la civilización, sino desde el de
otras naciones, que ni ahora ni antes han tenido que
confrontar prol^lemas tan desconfortantes como él.
Sociológicamente han hallado á México atrasado com-
parándolo con los países que les han sido siempre fa-
miliares, y sin razón, lo han calificado desde luego de
bárbaro. Han lanzado el reflector de la publicidad
sobre los puntos obscuros de su sociología y han he-
cho a])arecerlos cien veces más sombríos de lo que en
realidad son ])or medio de hábiles contrastes de luz
y sombras. Han ])asado por alto del todo los vivos
esfuerzos que el gobierno ha estado haciendo para im-
]nilsar el avance de las clases inferiores y para mejo-
rar las condiciones sociales en toda la República. No
han fijado los verdaderos principios bajo los cuales
razonar, sino que se han señalado á sí mismos como
el ti])o ideal de la perfección cívica y han procurado
mostrar cuánta distancia separa aún á ^México de
esa eficiencia de civismo ideal. De esto se infiere que
tales críticos y censuradores son explotadores del
sensacionalismo y del escándalo, que sólo buscan el
desci'ibir á México como bárbaro, el adquirir mía
tem])oral notoriedad, la que de otro modo nunca po-
drían alcanzar. Si este concepto natural no fuese
exacto, entonces esos mismos críticos ó son culpables
de punible descuido en la recopilación de sus datos
y ligereza en la investigación de las condiciones de
]México, ó bien demuestran una manifiesta incompe-
tencia para la labor que han emprendido ó que les
fué encomendada.
Se ha llamado ya la atención hacia la fatal influen-
cia de los españoles sobre las razas de América, in-
fluencia de degradación, humillatoria y que destruyó
las aquilatadas cualidades de los rudos mexicanoSj za-
86 DÍAZ 1 3IEXIC0.
potecas y mayas en México, castas denodadas, j:;'ue-
rreras y amantes de la libertad, y en general perni-
ciosa para todas aqnellas naciones y tribns donde los
españoles denominaron este lado del Atlántico, Esa
degradación anmentó gradualmente asumiendo muy
grandes proporciones. La nobleza azteca desapareci(3
paulatinamente y perdió pronto su influencia sobre
las masas aborígenes. Por lo tanto, si el estudiante
de la Mstoria de México quiere estimar debidamente
los caracteres de los aztecas y familias de eleyada
cuna, delíe retroceder hasta el período de la conquis-
ta en que los españoles eran aún escasos en el país
y corta su ])redominancia, siendo esto lo que bizo que
al principio trataran con consideraciones á las íauíi-
lias de la noble estirpe mexicana, á quienes más tar-
de habían de rechazar con el desdén que muy á me-
nudo crean el poder y la inmunidad.
Por dos generaciones posteriores á la conquista
los indios se distinguieron en la arquitectura, pintu-
ra y literatura. En todas estas artes denotaron nota-
ble adelanto y una manifestación intelectual que cau-
só el asombro de los conquistadores y mereció el elo-
gio de los sacerílotes españoles que en la nueya tierra
practicaban su misión con desinterés, abnegación y
entusiasmo. La esclayitud, la humillación y el opi'o-
bio habían hecho caer al indio de su ]>edestal; pero
su obstinada persistencia se mantuyo á t rayes de los
siglos transcurridos. Y si el español ha impreso su
influencia sobre la raza india, ésta ha ejercido, á su
yez, otra influencia no menor en el residente español
en Xueya España. La arquitectura de México mues-
tra por donde quiera los rasgos de la construcción in-
dia, mezclados fantásticamente con los estilos, algo
grotescos i])ero y morisco.
En la agricultura, el es])añol en México ha sido
profundamente influenciado i^or los antiguos méto-
dos aztecas, los que aún subsisten en una gran mayo-
ría de los distritos rurales.
Los primitivos pintores indios crearon una escue
la que mucho prometía; pero la brutalidad del trato
' - BIFICILTÁDES DE RAZA. 87
español sofocó ese espíritu de aspiración en nna raza
en sí instintivamente artística, aún cuando ese arte
no liubiese avanzado más allá del grado en que lo gro-
tesco toma á menudo procedencia sobre las formas
del A'erdadero arte. Pero aún en la pintura, desde
los primeros días de la dominación esi^añola hasta
el presente, puede percibirse en México la influencia
del indio, la cual es la única que presenta muchos y
notables rasgos de indÍAddualidad y originalidad.
Los trabajos de esos primeros artistas, casi to-
dos sin tener más enseñanza práctica en el dibujo
y uso de los colores que la rudimentaria que eran
capaces de impartirles los sacerdotes, es una elocuen-
te prueba de lo que ese pueblo hubiese sido capaz de
hacer si el español hul)iese sabido im])ulsar las ra-
zas que tan dramáticamente cayeron á sus plantas,
en vez de destrozar j hundir en el lodo cuanto de bue-
no y lleno de promesa en el futuro tenían.
Los esfuerzos de los indios en los ])rimeros años
subsecuentes á la conquista, son igualmente dignos
de mención. La sola litei'atura de interés durante ese
período en Xueva Es])aña, omitiendo unas cuantas
notables excepciones, fué producto de los indios mis-
mos, vastagos de nobles familias.
La asiduidad laboriosa que moslraron en el aco-
pio de datos históricos y el estilo ])intoresco usado
en el desarrollo de sus obras, los hace acreedores á
los títulos de distinción literai'ia á que aspiraban
los mexicanos antes de la conquista, distinguiéndo-
se especialmente la ciudad de Texcoco.
Y lo más lamentable es que una raza que tanto
prometía haya venido á quedar sujeta á una nación
tan mal acondicionada para fomentar el bien del
país conquistado.
La esperanza que este pasado inspira, la invoca-
ción de la grandeza del pueblo mexicano nativo an-
tes de la conquista y en los días inmediatos á ella ;
la eAádente persistencia de sus características tradi-
cionales, aunque abatidas y viciadas á través de cua-
tro siglos de abuso ; los signos visibles de la influen-
88 DIÁZ T MÉXICO.
cia del indio sobre la población netamente española
de México, preservados hasta el presente, son seña-
les que hacen conñar al que hoy procura el bienestar
de ^México, que el futuro reserva grandes cosas para
el indio, cuando la educación y más favorables opor-
tunidades para ella, se hayan extendido hasta las
más remotas regiones de la República.
Hay que tener presente la obra de indios de raza
pura, como el gran Juárez, en la esfera j)olítica y le-
gislativa, Ignacio Ramírez en literatura, y la de mu-
chos criollos notables, entre los cuales el de mayor
mérito es Díaz, para alentar esperanzas y proseguir
la magna tarea de educar y levantar á las masas,
devolviendo al indio su patrimonio, del que tan in-
justamente fué despojado hace cuatrocientos años.
CAPITULO XLIII
Condiciones sociales.
En 1821 México no se conocía á sí mismo como na-
ción; no tenía, esto es, no se había formado adecua-
da concepción de los deberes, derechos y obligaciones
que trae aparejados consigo el hecho de la naciona-
lidad. Había estado su pueblo sujeto por tan largo
tiempo, que no x^odía comprender cuan inestimable
presente se le había conferido, con el simple hecho
de independizarlo de la dominación española; hecho
que le permitía seguir su camino sin trabas de nin-
guna especie, pero sin más ayuda y protección que
la de los esfuerzos individuales de sus miembros y de
su esfuerzo colectivo como nación. En algunos res-
l^ectos los ciudadanos eran patriotas hasta el último
grado. Sin embargo, el más i^atriota de ellos nunca
l^arecía comprender, que el país requería, por dere-
cho inherente á la libertad nacional, algo más que
los servicios de la espada, la estrategia del jefe mili-
tar y los sacriñcios del soldado. Esa abnegación que
hizo á innumerables ciudadanos perder la vida en
aras de la libertad de su ])atria, durante los once
años de heroica y apasionada lucha que precedieron
á la realización de la independencia nacional en 1821,
se veía desaparecer como por encanto, cuando estos
mismos hombres se lanzaban al terreno de la polí-
tica. Y no por eso debe suponerse que el patriotismo
hubiera disminuido en ninguno de ellos. El mal es-
taba en que no habían sido educados en la escuela
de la tolerancia; no habían sido acostumbrados á
l)esar las ideas ajenas, y á buscar en ellas lo bueno
que pudieran tener y no tan sólo lo malo ; y sobre to-
do, lio comi:)rendían que la felicidad del país que tan-
to amaban, requería, más que nada, el sacrificio de
los deseos y ambiciones individuales en beneficio de
la comunidad. Xo i:)odía esperarse que comprendie-
90 DÍAZ Y MÉXICO.
ran el grado de .su responsabilidad ; durante once años
se hablan ocupado en batallar jior acabar con la au-
toridad de España en su país; la vida de soldado
había venido á ser la vida elegida por todo hombre
ambicioso que deseara elevar su nivel social ; y la
misma incertidumbre que había en todos los demás
medios de subsistencia, hacía parecer la carrera de las
armas mejor y más productiva de lo que realmente
era y menor el riesgo de perder en ella la vida. Pa-
triotas, que ardían en apasionado deseo de coml)a-
tir, y morir, si era necesario, por la felicidad de su
país, peleaban lado á lado con hombres cuyo único
interés en la lucha se cifraba en móviles del más
refinado egoísmo : su propia utilidad. Mientras que
el peligro y la aspiración comunes por la independen-
cia nacional, mantuvieron unidos estos elementos
tan incongruos, rara vez se manifestaron el egoísmo
y la pequenez en la ruda vida de las partidas y ejér-
citos de patriotas, que se mantenían en continuo mo-
aí miento, ya por pura necesidad ó por razones de
estrategia. C^on frecuencia la tensión de una vida es-
forzada convierte en héroes á hombres Aiilgares. Y
así sucedió en el i)eríodo revolucionario de la histo-
ria de México : los ciudadanos hicieron prodigios de
valor en defensa de los derechos de su país; y des-
pués, cuando se había conquistado la independencia,
á costa de innumerables y sangrientas batallas y le-
giones de cadáveres regados por toda la extensión
del territorio, desde las fronteras del norte hasta
las de (ruatemala ; cuando el país era libre para foi'-
jarse su destino entre las naciones de la tierra ; estos
mismos hombres disputaban y reñían por los puestos
públicos y estaban siempre listos para acudir al lla-
mado de cualquier jefe revolucionario, que se levan-
taba en armas contra el gobierno de su patria inde-
])endiente.
Estos hombres han sido duramente censurados
por los historiadores rectos é imparciales, á causa de
su flagrante exhibición de falta de patriotismo; en
tiempo en que el país necesitaba del auxilio de todos
CONDICIONES SOCIALES Ul
SUS hijos Y cuando las miradas del mundo civilizado
estaban ñjas en las colonias de España en América,
recientemente independizadas v (pie habían tomado
sobre sí el peso y la responsabilidad de su propio go-
bierno. Se ha argüido, y aparentemente con razón,
(pie estos hombres, á pesar de los sacrificios (pie ha-
bían hecho por la independencia de su país, eran, en
el fondo del corazón, egoístas y corrompidos.
Los niños son egoístas x generosos al mismo tiem-
po. El egoísmo es instinto natural de la humanidad.
Es este instinto el que ha hecho el progreso de la ra-
za posible, no obstante lo (pie han dicho en contrario
los santos en sus predicaciones. El desinterés contri-
buiría inmensamente á la felicidad del mundo ; pero
no es sino la infatigable ambición del hombre supre-
mamente ambicioso la que lleva á cabo obras verda-
deramente grandes.
Pero los héroes de las guerras de la independen-
cia mexicana, no estaban, considerados en globo,
afectados con el supremo egoísmo del homl)re que tra-
baja solamente por su propia ])rosperidad y gloria.
Más bien, su egoísmo era el egoísmo del niño, en cu-
yo pecho basta una ])alabra para encender la llama
de líi generosidad. Eran egoístas simplemente porque
eran verdaderos niños en asuntos ])olíticos y en cues-
tiones de gobierno ])ropio, ignorantes de las fuertes
responsabilidades que habían caído sobre sus hom-
bros, é inconscientes de la necesidad urgente que ha-
bía de que todos los ciudadanos trabajaran juntos
para el bien común.
En esos días, dice un autor, "todos los ciudadanos
hablaban jactanciosamente de i)elear por los dere-
chos de la patria y se dividían en facciones en que
reinaba la más refinada demagogia." ¿Pero es esto
realmente cierto? ¿Xo se encontrará más bien la ra-
zón de este egoísmo aparente, en el hecho de que es-
tos hombres, cuyo ijatriotismo no se podía ])oner en
duda cuando el grito por la libertad los llamó al cam-
po de batalla, no eran sino niños en el campo de la
política? Como es natural, los hombres que pelearon
92 «lAZ T MÉXICO.
valientemente por la libertad de su país, Ainieron á
ser los i)rimeros Gobernantes del mismo. rro])al)le-
mente eran tan buenos como lo mejor que se i)odía
haber escogido, pues todos eran peculiarmente inca-
paces para la tarea que tenían delante. A'^ieron ellos
que las cosas no iban bien, de acuerdo con sus ideas.
Él primer instinto natural era arreglarlas, como ha-
bían arreglado la situación triste que Es])aña había
mantenido durante tanto tiempo en su país. ]Mas no
eran tolerantes, pues la época en que A'ivían no era
época de tolerancia ; ni se detuvieron á razonar que
el bienestar del ])aís necesitaba la cooperación dili-
gente de todos los buenos ciudadanos. ¿Y por qué lo
habían de hacer? Xo habían tenido otra educación
que la ruda del cam])o de batalla, donde sólo la fuer-
za y la astucia tenían valor alguno. Ahí, sin embargo,
habían aprendido que era su incuestionable deber
evitar los males que aquejaran á su país. Los males
que vieron ante ellos los juzgaron más grandes de lo
que en realidad eran, y creyeron que era su ])rimer
deber tratar de eradicarlos, para que el país pudie-
ra marchar con toda firmeza y seguridad á su desti-
no. Como antes he dicho, eran soldados, y natural-
mente no sabían más que los métodos de reformar
del soldado. Y esta es la razón por la cual recurrie-
ron á la espada. Si hubiera Morelos vivido y llegado
á ser el primer Presidente y organizador político de
México inde])endiente, su gran habilidad como orga-
nizador, su tolerancia y el amor que le profesaban fia-
dos los mexicanos, quizá lo hubieran capacitado para
conducir á su país por la senda recta, y así, salvado á
la nación de más de media centuria de derramamien-
to de sangre. Pero desgraciadamente murió, antes
de que la empresa por la cual dio su vida, estuviera
terminada ; y Agustín de Tturbide, el héroe del mo-
mento, hombre vano y egoísta, y especialmente inca-
paz para la difícil tarea de gTiiar á buen fin los ele-
mentos guerreros, cuya unión temporal había hecho
posible el éxito de la revolución, vino á ser Empera-
dor de México.
COJíDIClOlVES SOCIALES 03
El mismo título del nuevo gobernante era des-
afortunado; Y la indiscreta ostentación de vanidad de
parte del emperador, lo hizo aún peor. Encendió la
animosidad de aquellos que habían entrado en el con-
venio, simplemente con la esperanza de ver surgir
orden del caos político que reinaba. Si hubiera sido
Iturbide el hombre que después probó ser Díaz, hu-
biera podido poner á la nueva é inexperta nación en
una senda segura de estabilidad nacional y continuo
progreso futuro. Pero fracasó, á causa de su desor-
denada vanidad y de su egoísmo, como fracasó más
tarde un hombre mucho más grande que el, Santíi
Ana.
En realidad, Santa Ana fué, en algunos respec-
tos, uno de los más grandes hombres de la historia
mexicana; pero su brutalidad, su falta de sentimien-
tos y su egoísmo cínico, le imi^idieron llegar á ser el
caudillo que México aguardaba para conducirlo fue-
ra de la tierra de esclavitud y de anarquía i)olítica,
y llevarlo á la tierra prometida de buen gobierno, paz
y prosperidad. Si hubiera sido Santa Ana igual á
las circunstancias, y hubiera sido seguido ])or honi
bres como Juárez, Lerdo de Tejada y Díaz, México
sería hoy otro México, y podría estar ya gozando de
los beneficios de instituciones políticas completamen-
te libres; para las cuales es aún inepto, después de
más de un tercio de siglo de hercúleos esfuerzos de
parte del actual Jefe del Ejecutivo de la nación.
Pero el fracaso de Santa Ana hizo casi imi)osible
el trabajo de Juárez; y el éxito dudoso de su suce
sor. Lerdo de Tejada, acentuó el sentimiento de in-
tranquilidad y desconfianza que encontró Díaz en
los umbrales del Palacio Legislativo, cuando entró
como Jefe del Ejecutivo de la Xación.
Cuando se conij^renden bien las condiciones con
las cuales tuvo que contender el General Díaz, no
puede uno menos que quedarse admirado del éxito
uniforme que ha coronado todos sus esfuerzos en
cada uno de los ramos de la administración. Fué
prácticamente sin auxilio alguno la lucha que él em-
94: DÍAZ T MÉXICO.
prendió. Cierto es que tenía amigos sinceros y ardien-
tes admiradores ; pero estos hombres, si bien la ma-
yor parte patriotas de corazón, no comprendían, al
igual de Iturbide, Santa Ana y los muchos otros go-
bernantes que habían desgobernado al México inde-
pendiente hasta esos días, que el bien del país reque-
ría la devoción desinteresada de todos los hombres
de buena voluntad; y que lo que se necesitaba con
más urgencia era paz y unidad de acción. Fué Tínica-
mente Díaz quien tuvo la ilusión de ver algún día á
su país grande y gozando de los beneficios de la paz,
después de haber A^sto á los perturbadores de la ley
y el orden descender de los montes, rendir sus armas
y volver á los mercados del trabajo j la industria. Su
ilusión ]jatriótica incluj^ó un gran pueblo trabajan-
do con firmeza y constancia en el campo del progre-
so, y educando á sus hijos en los futuros deberes de
la vida nacional.
De que esta ilusión ha llegado á convertirse en
realidad tanto como es posible que pueda suceder du-
rante la vida de un hombre, espero que estarán con-
vencidos de ello los lectores de esta biografía, cuando
cierren este libro después de terminar la iiltima pá-
gina de su lectura. Si no lo estuvieren, mi trabajo
habrá sido en vano y mi labor de sincera simpatía
mal empleada.
General Porfirio Díaz.
CAPITULO XLIV.
México y sus críticos.
Para juzgar juiciosamente acerca del progreso
que una raza ó nación haya hecho, es necesario saber
desde qué nivel se ha levantado y qué dificultades ha
encontrado en su camino por la senda del progreso.
Muy pocos de los escritores que manifiestan dog-
máticamente sus diversas opiniones sobre las condi-
ciones políticas sociales é industriales de México, han
adquirido suficiente aptitud, por medio de un estudio
concienzudo de la historia del país, para emitir jui-
cio acerca de dichas condiciones. Y lo peor del caso
es, que entre esta clase de escritores mal informados
y poco estudiosos, encontramos la mayoría de los ex-
tranjeros que se han dedicado á escribir libros sobre
México; libros que han aparecido periódicamente du-
rante la última década en los países donde se hal)la
el idioma inglés. Algunos de ellos han alabado al
país y á su administración, y muchos han criticado y
ultrajado en los términos más malignos todo lo que
es mexicano ; sin embargo, todos ellos, realmente, tan-
to amigos como enemigos, no han podido ni sabido
apreciar la verdadera situación. Esta circunstancia
es debida, indudablemente, á varias causas que no
son difíciles de encontrar.
Muchos escritores que han hecho publicaciones
sobre asuntos mexicanos últimamente, han sido pe-
riodistas ó viajeros. Los primeros, en su precipita-
ción por concluir luego su obra, no han permanecido
suficiente tiempo en el país para comprender al pue-
blo, reunir suficiente información y juzgar de todo
debidamente para poder presentar un libro ó artícu-
lo de periódico bien pensado y de verdadero mérito.
96 BIAZ Y MÉXICO.
De aquí se origina la triste é inútil exposición que ha-
cen los periodistas extranjeros cuando tratan de
asuntos mexicanos. Con tanto descuido ha sido hecho
el trabajo de los escritores extranjeros en los libros
que han publicado sobre asuntos mexicanos, que casi
todos ellos contienen las más chocantes equivocacio-
nes en el uso de frases y palabras españolas, que in
sisten en citar equivocadamente en sus libros, contra
todas las leyes del buen gusto. Para esta negligencia
no hay absolutamente excusa alguna; pues un es-
critor que quiere hacer uso de palabras y expresiones
de un idioma extranjero, debe, ó entender i^erfecta-
meiite el lenguaje del cual toma sus citas, ó del cual
saca sus materiales, ó buscar alguno que sepa el idio-
ma para que revise lo escrito y le evite lastimar la
sensibilidad de los que saben dicho idioma. Y esto lo
debe hacer, tanto por sí mismo como por sus lectores ;
por sí mismo, para no exhibir tristemente su ignoran-
cia y no inspirar desde un principio desconfianza de
parte de aquellos que son capaces de juzgar de los
méritos de su obra, ó de aquellos que conocen perfec-
tamente el campo literario que el escritor ha decidido
espigar.
Lo debe hacer también por sus lectores, porque el
ofrecerles un trabajo tan descuidado, es ofender las
ideas que tengan acerca de su propia inteligencia, y
presumir que no serán capaces de comprender cuando
las citas en español están erradas ó mal interpreta-
das, y ofender su educación literaria y sus deseos de
estudio y conocimientos.
Pero estos libros han sido hechos para venderse,
porque últimamente ha habido gran demanda de
obras que traten sobre México. Habiendo sido hechas
sin otro móvil que el de la venta, esto es, del negocio,
han sido escritas con la mayor velocidad posible, y
emi^leando la menor cantidad posible de energía. To-
das han sido delineadas desde el punto de vista del
impresionista, y por interesantes que puedan apare-
cer, son casi siempre inexactas y con frecuencia gro-
seramente injustas.
MÉXICO Y SUS críticos. 97
Durante los últimos ciuciienta años ha sido el ex-
cursionista, entre los escritores de nacionalidad ex-
tranjera, el que más ha contribuido en la publica-
ción de libros sobre asuntos relativos á México, y tie
ne también la distinción de ser el peor informado y
el menos interesante. Esto es una consecuencia de dos
causas. En primer lugar, el excursionista general-
mente llega al pais apresuradamente, toma notas
desde la ventanilla de los trenes, conversa con gente
de su misma nacionalidad que encuentra en los hote-
les, y que por lo general está tan mal informada co-
mo él mismo ; y con los datos así adquiridos, regresa
á su país y escribe un libro sobre México. Con fre-
cuencia no sabe una sola palabra de castellano, nun-
ca se ha relacionado con gente mexicana, y de ésta,
no se ha rozado sino con individuos de la clase baja.
En otras palabras, no tiene absolutamente ningún
fundamento sobre el cual poder formar un juicio
exacto del país. Ignora por completo su pasado, sus
luchas durante cien años por obtener libertad, edu-
cación y cultura. Y sin embargo, á pesar de su igno-
rancia, se lanza audazmente á terrenos donde los mis-
mos sabios entran con sumo cuidado, y publica su
"Memorándum,' el cual tiene, desde cierto punto de
vista, mucho que admirar: malísimo estilo y peor
sentido. En cada uno de sus capítulos revela el autor
la incompetencia del observador novel, y en cada pá-
gina encuentra el lector manifiestos errores históri-
cos, sociológicos, etnológicos y de lenguaje. Y aquí
hemos mencionado indirectamente la segunda causa
para que la obra resulte de calidad muy ínfima. La
mayor parte de los excursionistas no están dotados
de suficiente educación ó práctica literaria y perio-
dística para emprender con éxito obras de esta ín-
dole ; lo cual hace que cada línea que escriban no ha-
ga sino poner de relieve que no son otra cosa sino afi-
cionados. Es raro que se eleve esta clase de autor
arriba del nivel de la vulgaridad ; con frecuencia de-
nuncia hechos que no se ha tomado la molestia de es-
98 DÍAZ T MÉXICO.
tudiar y comprender, y manifiesta los prejuicios de
su raza ó nación y del reducido círculo social en el
cual se mueve ; y todo esto como si se tratara de jui-
cios bien meditados ; y lo peor del caso es que con fre-
cuencia se les da á sus asertos el mismo crédito, que
el autor, usando de la mayor ligereza, les lia dado,
fundándose en conocimientos tan superficiales como
raquíticos.
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CAPITULO XLV.
El Gobierno de México.
Todo gobierno es bueuo siempre que satisfaga las
necesidades del pueblo. Un gobierno representativo
es bueno, no porque sea representantivo, sino porque
siéndolo, se supone que se conforma más que ningún
otro á las necesidades actuales de la nación ; porque
favorece por igual el desarrollo de las energías de
todas las clases sociales, ó si no enteramente por
igual, se aproxima á la equidad más que cualquiei^
otra forma de administración. Todo gobierno digno
de llamarse así, se esfuerza por promover, desarro-
llar y hacer uso de todos los medios legítimos de la
nación. Esta es la idea moderna de lo que debe ser
un gobierno tal como la exponen los economistas,
maestros, estadistas y reformadores sociales. El pue-
blo, mismo, necesariamente, es el factor más impor-
tante que posee la nación, y por consiguiente, el pri-
mer deber de todo gobierno es mejorar la condiciórt
de sus ciudadanos.
Juzgando por este cartabón, los gobiernos de la
liepública mexicana desde el establecimiento del pri-
mer moderno imperio bajo Iturbide, basta el adA^ni-
miento del General Díaz como Presidente en 187G, se
encuentran extremadamente deficientes. Para aquel
que lea cuidadosamente y estudie la historia de Mé-
xico durante este período de más de media centuria,
le parecerá como si el caos hubiera reinado supremo
por donde quiera. Ambiciones bastardas, egoísmos y
nulidades se pavonean desvergonzadamente, en me-
dio del i)atrotismo heroico y de las más elevadas asi)i-
raciones de hombres probos y abnegados, que lucha-
ban valientemente por el bien de su país, con un des-
interés digno de mejores tiempos. Muchos de estos
hombres eran sinceros, pero políticamente eran mio-
pes. Se esforzaban por asegurar, á ejemplo de los pa-
100 DÍAZ Y MÉXICO.
triotas medio dementes de la revolución francesa y
de los socialistas avanzados de los tiempos modernos,
reformas que no eran posibles bajo las condiciones
sociológicas entonces existentes en México. Lanzaban
el grito de libertad política para el pueblo, cuando se
encontraban atados de pies y manos por los lazos in-
rrompibles de la superstición, de las castas, de la ig-
norancia y de la bestialidad; herencia legítima del
gobierno semibárbaro de los aztecas y de la domina-
ción abrumadora de los españoles. Es una regla ge-
neral, que casi no tiene excepciones, que un hombre
no puede, con esperanzas de éxito, dedicarse á nin-
guna ocupación en la vida á menos que haya sido an-
tes debidamente preparado para llenar los deberes
y oficios que dicha ocupación traiga aparejados. Si
esto es cierto refiriéndose á un individuo, lo será
con mayor razón, si es posible, tratándose de un pue-
blo ó nación, que necesariamente debe, á causa de
las partes que lo constituyen, manifestar un prome-
dio de habilidad humana en la exhibición resultante
de sus energías. Por esta razón, mientras que tra-
tándose de individuos, es posible que se puedan pre-
sentar brillantes excepciones á la regla, tratándose
de naciones no puede haber ninguna ; ])ues la nación
representa, como hemos dicho, el promedio del des-
arrollo de los individuos que la constituyen.
Por consiguiente, si se quieren comprender las
condiciones actuales de México, si se quiere apreciar
correctamente la lección que nos enseña la adminis-
tración de Díaz ; si se quiere contemplar con mirada
serena el vasto océano de dificultades que constante
y continuamente se ha opuesto durante el viltimo ter-
cio de centuria, á los hombres que han creado el Mé-
xico moderno, en fin, si se quiere ser justo, no se de-
be comparar este país con los Estados Unidos. Ingla-
terra, Francia, Alemania ó cualquier otra nación
que tenga tras sí siglos de independencia y de ini
ciativa nacional, fuerzas que contribuyen á formar
el carácter de los pueblos, débese compararla con las
otras naciones latino-americanas, y aún más bien,
^ilft-*
^' \ -"w.
la
1 \
EL GOBIERNO DE MÉXICO. 101
coii otras épocas de sí misma. Si queremos mostrar
lo que ha hecho un individuo, comenzamos desde sus
primeros años, mostramos las ventajas que lo fa-
vorecieron ó las dificultades con que tuvo que luchar,
los obstáculos que logró vencer, y el éxito que haya
alcanzado á pesar de la adversidad. Calificamos su
mayor ó menor éxito en proporción á lo que ha he-
cho y considerando lo que otros, tan bien ó mejor do-
tados que él, hayan sido ó no capaces de hacer. Esta
es la regla umversalmente roconocida por el biógra-
fo. Debe ser también la regla directriz de todo es-
critor que emprenda el estudio de la vida de una na-
ción durante cualquiera de sus épocas ó períodos de
existencia. Pero esta regia con más frecuencia se
viola que se observa; pues el autor impresionista
escribe nuestras l)iografías nacionales con ligereza,
como con frecuencia escribe sus críticas dramáticas
y sus revistas de libros, las cuales, por malas que
sean, muestran infinitamente más habilidad que Jas
producciones que pasan por crítica cuidadosa y ex-
posición meditada de las causas y efectos de los acon-
tecimientos y condiciones en general de los países
latino-americanos. El autor impresionista, como Cé-
sar, viene, vé y A^ence ; todo en vista de las aparien-
cias, ignorando totalmente el inmenso y oculto cam-
po donde han tenido lugar las más tremendas luchas
de la nación. Comienza su historia con los sucesos
del día, é ignorante del pasado, es incapaz de com-
prender el presente ó de encontrar soluciones acer-
tadas para el futuro. El autor impresionista no es
competente para emprender la seria tarea de escribir
historia ó economía social y política; pues sus mis-
mas tendencias lo inhabilitan ])ara ello. Sin embar-
go, estos son los hombres que encuentran favorable
acogida en revistas respetables y periódicos de gran
circulación en los Estados Unidos. En su ceguera,
han pasado por IMéxico sin ver ni estudiar nada, y
después nos han relatado lo que cualquiera pudiera
haber visto hace menos de un siglo en los países ci-
vilizados de Europa. Han tomado orgullo y deleite
102 DÍAZ T MÉXICO.
en mostrar á la mirada horrorizada de los "países
civilizados" las condiciones anormales que aquí exis-
ten, condiciones que son las que prueban más con-
clusivamente la obstinada lucha que el gobierno de
México lia mantenido durante el último tercio de
siglo contra la anarquía, el egoísmo, la ignorancia \
el caciquismo, que ban sido el azote del país desde
que surgió en los umbrales de la historia.
La historia de México antes de que se iniciara la
guerra de independencia en 1810, puede ser resumida
en la historia de sus jefes más poderosos y en sus
luchas entre ellos mismos por conquistarse los hono-
res, los títulos y las riquezas que el mundo ofrece.
Nunca, ni en el tiempo de los toltecas, ni en el de los
aztecas, ni en el de los españoles, ha significado nada
el ]Hieblo en su conjunto al tratarse de los arreglos
de la política de la nación, ni ha tenido ingerencia en
la disposición del empleo de la riqueza nacional, ni
en la organización de sus asuntos interiores. Duran-
te todo ese período la masa del pueblo la ha pasado
sin la menor educación, en lo que se refiere á sus dere-
chos como ciudadano; habiéndose dirigido toda su
educación á enseñarles cuáles son sus obligaciones
hacia las autoridades que lo gobernaban. Este era
el credo que les enseñaba tanto la Iglesia como el Es-
tado. En esta clase de asuntos el español ha sido
siempre un buen maestro; y dio sus lecciones tan
bien en México, que aún hoy, después de treinta años
de esfuerzos de parte del gobierno actual, las inmen-
sas masas de las clases inferiores desconocen que
tengan derechos políticos. Esta ha sido la lucha sin
igual que todos los gobiernos han tenido que emi:>efíar
desde que México se independizó del dominio de Es-
paña en 1821 : y la administración de Díaz no ha sido
excepción á esta regla ; todo lo contrario, ha tenido
que enfrentarse con una acumulación de males resul-
tantes de los cincuenta años anteriores de malos go-
biernos y semi-anarquía. Cuanto se ha llcA^ado á ca-
bo desde que Díaz asumió las riendas del poder hace
treinta años, puede comprenderse mejor comparando
tí
o
EL GOBIERNO BE MÉXICO. ÍO.^
la situación del país entonces 3^ la de ahora. Desde
que el poder de España fué derrocado, kasta que asu-
mió la Presidencia el General Díaz, México estuvo
dividido en dos clases : los que tenían ambición de
tomar parte en la vida política del país, y los que
eran tan ignorantes y abyectos que no encontraban
interés alguno en ninguna clase de asuntos i)olíti-
cos. La i^rimera clase puede propiamente ser dividi-
da en dos sub-clases : conservadores j reformadores.
Aunque estos dos partidos no siempre llevaron estos
nombres, los principios que los consitituían y los lin-
deros que los separaban, eran siempre los mismos.
Los conservadores pretendían sostener la causa de
la le}^ y del orden, de acuerdo con su idea de ambos.
Defendían la unión de la Iglesia y del Estado y el
afianzamiento de los privilegios de las clases privile-
giadas. Siendo esta la actitud de los conservadores,
era natural que sostuvieran muchos abusos, tanto
de la Iglesia como del Estado, que habían sido tras-
mitidos desde los tiempos de la dominación españo-
la. Como sus filas estaban llenas con los miembros
más influyentes del partido de la Iglesia, y como to-
dos eran esencialmente católicos, se oponían obsti-
nadamente á que los bienes de la Iglesia fueran cer-
cenados. Tanto Iturbide, el primer emperador, co-
mo Maximiliano, el segundo y último, fueron observa-
dores estrictos de todas las formalidades de la reli-
gión católica. Ambos hicieron todo lo i^osible, consi-
derando la situación política en que se encontraron,
por garantizar á la Iglesia las propiedades y privi-
legios que había heredado de los tiempos de la domi-
nación española. Pero aún estos dos representantes
del partido conservador, á pesar de ser genuinos
y fervorosos católicos, se vieron obligados, gracias
á la actitud amenazadora del partido republicano, á
rehusar concesiones que el partido de la Iglesia de
buena gana hubiera otorgado.
Los republicanos, teóricamente, sostenían el de-
recho de elecciones libres y el principio de represen-
tación del pueblo en los asuntos piiblicos. Los escri-
Iíi4 BUZ T MÉXICO.
tores más brillantes del período literario más lucido
de la historia de México, perteuecieron al i>artido re-
publicano. Habían bebido en las fuentes de la nueva
literatura de los Estados Unidos y Francia, literatu-
ra que enseñaba la igualdad de los hombres cuales-
quiera que fuera su situación en la vida, su educación
ó su ascendencia. Sostenían la participación de todas
las clases en las elecciones y en el gobierno del país,
y siendo este su credo, naturalmente se oponían á
las distinciones de clase y á los privilegios, bases fun-
damentales en que el partido conservador hacía des-
cansar el edificio de su credo político. De este modo,
paso A paso, el partido de la reforma fué impelido
á una oposición abierta contra la Iglesia misum, y
muy en los principios de la historia de la República,
había muchos que al)ogaban por la separación de la
Iglesia y del Estado y la reducción de los i^rivilegios
de aquélla. La fuerte oposición que la Iglesia hacía
á todos los ataques contra sus privilegios, que creía
jíoseer por derecho divino, aumentaba de año en año
la importancia de los reformadores.
Conforme los partidarios de la reforma se fueron
haciendo fuertes, y sus ideas persistentemente pro-
pagadas se fueron diseminando más y más por el
país, comenzaron gradualmente á olvidar los gran-
des principios de amor y hermandad entre los hom-
bres que al principio habían predicado ; pues ningún
partido puede mantener la bandera de paz y el evan-
gelio de amor y buena voluntad, cuando se encuentra
en oposición con un partido hostil, armado hasta los
dientes y resuelto á luchar hasta morir contra Ios-
principios que se le tratan de imponer. De suerte
que la mayoría del pueblo, los obreros, los pobres,
los ignorantes, un noAenta por ciento de la población
de México, era completamente olvidada por ambos
partidos ; y no solamente era olvidada en todo lo que
se refiere á medidas para mejorar su condición, sino
que se le sujetaba por ambos partidos á una cons-
cripción forzosa y era robada, tratada brutalmente
y colocada en una condición aun peor de la que había
EL GOBIERNO DE VEXICO. loó
soportado durante el período colonial ; pues la lucha
entre conservadores y republicanos habla llegado á
ser una lucha por la existencia.
Siguió el resultado inevitable : industrias, comer-
cio y transacciones de toda índole quedaron casi
arruinados en México: los ranchos, las haciendas y
las plantaciones quedaron prácticamente desiertos;
el dinero se retiraba de los bancos para ser ocultado
en las casas y en los campos; la minería, el gran re-
curso del país desde los tiempos de la colonia, se sus-
pendió casi por completo. Y el peso de todas estas ca-
lamidades caía sobre los pobres : la inmensa mayoría
de la población. Mendigos hambrientos, vestidos de
harapos, infestados de parásitos y llenos de enferme-
dades producidas por la miseria, pululaban por to-
dos los ámbitos de la Eepública, desde el Río Bravo
hasta Guatemala. Una administración tras otra for-
maba Islanes para difimdir la enseñanza por medio de
escuelas gratuitas y mejorar las condiciones de las
masas populares, pero eran tan inestables los gobier-
nos y se sucedían uno á otro con tanta frecuencia,
que ninguno de estos planes era lleA^ado á cabo. Así
es de que, el que estudia la historia de ^léxico durante
la media centuria que interAdno desde el año de la in-
dei3endencia hasta que asumió Porfirio Díaz la Pre-
sidencia, continuamente se encuentra con las más
extrañas contradicciones, entre los principios que el
partido republicano tan calurosamente proclamaba
y la conducta que observaba cuando estaba en el po-
der. El más ligero estudio muestra que no era posi-
ble al partido republicano lleA^ar á cabo la política
que señalaban sus principios ; y es realmente de ad-
mirar cómo sus publicistas, de competencia é ilustra-
ción reconocida, no comi:)rendieran cuan infranquea-
bles eran los obstáculos que se oponían á seguir la
senda que trazaban sus partidarios, ^o se puede du-
dar de la sinceridad de estos hombres; pero lo cier-
to es que causaron grandes males con su inhabilidad
para comprender las condiciones sociales y políticas
existentes, y con su intolerancia por las ideas de los
Ion DÍAZ t MiíXiCO.
que rehusaban seguirlos incondicionalmente. Y lle-
garon las cosas á tal extremo, que después de la caí-
da de la administración de Comonfort, apenas era po-
sible concebir esperanzas de que la Nación pudiera
llegar á un período de paz y prosperidad.
Para luchar contra el desaliento general, disipar
las animosidades y desconfianzas de los partidos ene-
migos, conducir al pueblo por la senda de la paz, des-
pués de haber errado por más de media centuria en
los desiertos del caos, la inestabilidad, la pereza y la
anarquía, se requería el genio de un hombre más
grande aún que el de los profetas y caudillos bíblicos ;
pues ninguno de esos grandes jefes tuvo ante sí, la
inmensa tarea que México ofreció al hombre llama-
do á conducir á su pueblo fuera del desierto en que
había errado diez años más que los históricos cuaren-
ta años de los israelitas. Las calamidades y tribula-
ciones que afligieron al pueblo de Israel, fueron in-
significantes si se las compara con los azotes y las
plagas que abrumaron al pueblo mexicano durante
más de media centuria. Por consiguiente, el estudio
de la vida del hombre, que cual moderno profeta lu-
chando con toda clase de i^eligros y dificultades, siem-
pre lleno de vigilancia y de recursos ha conducido á
México á donde puede contemi^lar la tierra prometi-
da de paz,* prosperidad y grandeza ; el estudio de la
vida de ese hombre, decimos, es de lo más interesan-
te, y nos ofrece admirables ejemplos de paciencia y
perseverancia, como pocos se encuentran en las pá-
ginas de la historia. La mayoría de los detractores
de Porfirio Díaz, han sido refugiados políticos que
se han visto obligados, para bien de su propio país,
á abandonarlo. Han sido de la misma clase de hom-
bres, que no sólo hicieron i^osible sino imperativa
la anarquía y el retroceso, durante los cincuenta
años de luchas intestinas que mediaron desde los
días de la independencia hasta la caída del gobier-
no de Lerdo. Estos hombres, casi sin excepción, tra-
taban de embrollar al país en una guerra civil. Poco
les importaba detener la marcha triunfal del carro
EL GOBIERNO DE MÉXICO. 107
del progreso y cerrar las puertas del templo de la
paz. Afortunadamente, uno tras otro lian fracasado,
no quedándoles más recurso que cruzar la frontera
y desde allí entablar una guerra implacable contra
la administración de su país. Sus armas han sido
la calumnia, la vituperación y la falsedad más pal-
marias, y sus medios, la prensa sensacional de los
Estados Unidos. El que no les haya sido posible ha-
cer un daño apreciable al baluarte de i^az y admi-
nistración sensata del gobierno de Díaz, no es cierta-
mente debido á falta de inteligencia y empeño, pues
todos ellos son hombres ambiciosos y de habilidad
reconocida. Pero estos obstinados ataques no han
hecho sino poner más de manifiesto la confianza que
el pueblo mexicano tiene en las honradas intenciones
del gobierno de Díaz, en sus miras progresistas y
en la habilidad incuestionable del mismo gobierno
para solucionar los más difíciles problemas nacio-
nales.
CAPITULO XLVI.
La labor de Diaz,
Díaz ha enseñado al lobo á vivir tan pacíficamen-
te con el cordero como si no mediara entre ellos la
menor antipatía. Ha obligado al partido de la Igle-
sia á reconocer, qne sin haber cedido en lo más mí-
nimo en sus principios de republicanismo y democra-
cia, le merece más confianza para asegurarle sus ga-
rantías, el representante del partido de quien ha si-
do antiguo é inveterado enemigo, que cualquier otro
individuo ó partido que tenga la ambición de escalar
las gradas del poder. Ha enseñado á las clases pri-
vilegiadas á mirar sin la menor desconfianza sus
planes para la formación de una clase media podero-
sa, para el mejoramiento de las condiciones del pue-
blo y su educación, para romper las antiguas barre-
ras que separaban las clases altas y las bajas, en-
señaiulo á todos, ricos y pobres, que es insostenible
la antigua idea de los aristócratas, de creer que to-
do trabajo material rebaja al individuo. No se han
alarmado cuando han visto enseñar en las escuelas
públicas, que una humildad humillante en presencia
de nuestros superiores, conduce únicamente á la de-
gradación de la nación, que no es otra cosa sino el
conjimto de individuos que la forman.
Ha enseñado al rico pro])ietario, al habitante pu-
diente de las ciudades y de las poblaciones grandes,
al erudito, al hombre de alta alcurnia y educación,
al político, al soldado, al sacerdote y al seglar, á los
])obres lo mismo que á los ricos, que el mantenimien-
to de la i^az está sobre todas las pequeñas considera-
ciones de partidos y credos y sobre todo los intereses
locales. En otras i>alabras, ha puesto los cimientos
de la nacionalidad mexicana, cimientos que, en el
verdadero sentido de la palabra, no habían existido
antes, desde la época de la conquista és^iañola, hasta
Gi:neral PoiíFiíiio Díaz.
LA LABOR DE DÍAZ. 109
el año en que Porfirio Díaz tomó las riendas del po-
der como Primer Magistrado de la Nación. Muy cier-
to es que hay aún abusos que corregir, reformas que
implantar y toda una inmensa labor delante, antes
que el pueblo mexicano pueda ranagíoriarse de ha-
ber caminado i)or la senda del progreso, al igual de
las naciones modernas más adelantadas. Sería un
verdadero milagro si no fuera así, .y los milagros
no son frecuentes en nuestros días ; ni ha registrado
la historia el caso de que ellos ÍJitervengan en la \\-
da de las naciones, para apresurar el lento proceso
natural de la evolución social y política de los pue-
blos. Grande como es la labor de Porfirio Díaz, no
es sino el principio de una estupenda evolución so-
cial, que continuará hasta que la ignorancia y la su-
perstición queden eradicadas de México. Y si bien
lo que falta por hacer, es labor colosal, igualmente
grande es la que se ha llevado á cabo durante el úl-
timo tercio de centuria.
El trabajo de Porfirio Díaz en México ha sido
progresista, y progresista continuará siendo. Es á
lo que tienden los esfuerzos del mismo Presidente y
de los distinguidos colaboradores de que se ha ro-
deado. Al principio de su administración sus esfuer-
zos se dirigieron principalmente á constituir un go-
bierno estable, á organizar las finanzas de la Repú-
blica y á reconciliar las varias facciones, que con sus
antipatías habían mantenido á México, durante cin-
cuenta aiios, en un estado casi continuo de guerra
civil. Desde los albores de su administración demos-
tró siempre su gran habilidad administrativa, su
vigor para el trabajo, sus maneras afectuosas, el sa-
ber hacer atractiva su presencia, y su discreción pa-
ra rodearse de los hombres más distinguidos. Como
em]iezó así ha continuado, y hoy unís que nunca, su
administración es de lo más progresista : todo lo
abarca : corrige abusos, reforma departamentos, pro-
tege industrias, difunde la instrucción ]>ública y fa-
vorece la inmigración. "Mucha administración y po-
ca política," ha sido durante los treinta años del go-
lio DÍAZ T MÉXICO.
bierno de Díaz la clave de su conducta. Y esta es it.
explicación de su actitud hacia todas las facciones
y partidos del país ; actitud que le fué impuesta por
las mismas coiuliciones en que encontró la Repúbli-
ca cuando por i)rimera vez asumió las riendas del
gobierno. Con su notable genio para abarcar la si-
tuación comprendió, que si se quería que México pro-
gresara como habían progresado otras naciones más
afortunadas, debía reunir todos los esfuerzos y ener-
gías y dirigirlas á un fin único: el de la paz y el
progreso. Para lograr esto era necesario reducir á
la inactividad á los i)seudo-políticos que habían si-
do el azote del país durante tanto tiempo. Mas Por-
firio Díaz es un i^rofundo conocedor de la naturaleza
humana .y comprendió que las actividades individua-
les constituyen fuerzas vivas que deben ser siem]jre
aprovechadas por toda administración que persiga
el éxito. Todas esas energías, que mal dirigidas ha-
bían sido la condenación del ])aís durante largos
años, bien encauzadas serían un valioso contingente
para el buen gobierno de la nación. Muy superior á
sus predecesores en la presidencia de la República
y como hombre digno del eleA^ado puesto á que había
sido llamado, se manifestó muy por encima de las pe-
queneces de facciones y partidos. Genuinamente i)a-
triota, sin ambición de títulos y riquezas y poco afec-
to á la ostentación, se dedicó honrada y abnegada-
mente á la tarea de gobernar á México, sin otras mi-
ras que el bien y utilidad de vsu pueblo ; y comprendió
que para realizar su anhelo debía de hacer uso de
todos los medios honrados á su alcance; debía ense-
ñar á los ciudadanos, que ostentosamente se procla-
maban patriotas, que el verdadero patriotismo con-
siste en preferir el bien del país á la satisfacción de
ambiciones bastardas, individuales ó de partido. La
habilidad que tuvo para rodearse de las inteligen-
cias más preclaras del país y empeñarlas en la noble
tarea que se había impuesto de procurar la regenera-
ción de su patria constituye, sin duda alguna, la pá-
gina más brillante de la historia de México. Fué su
lA lABOR BE DÍAZ. 111
poderosa inteligencia la qne todo lo lia dirigido; sin
embargo, sus Ministros de Estado y muchos de los
que lioy ocupan altas posiciones oñciales en su go-
bierno, han asegurado al autor de estas líneas más
de una vez, que nadie podría superar á Porfirio Díaz
en la cortesía y respeto que siempre manifiesta por
las opiniones de sus colaboradores. Se hace cargo en
el acto de cualquier situación, \)ov difícil que sea, y
en casos de gran emergencia, resuelve sin demora y
obra con la seguridad de quien sabe exactamente lo
que hace: no obstante lo cual, siempre escucha con
la mejor voluntad las opiniones de sus consejeros y
las estudia cuidadosa y concienzudamente. Es esta
cortesía, esta tolerancia por las opiniones ajenas, es-
ta precisión en el obrar y habilidad ])ara mostrar
que sus acciones obedecen siempre á causas justas,
lo que ha puesto en manos de Porfirio Díaz, en el
transcurso de los años, un poder tal que muchos so-
beranos autócratas pudiera envidiar. Es un poder
que le ha llegado de una manera legítima, como re-
sultado de su abnegación por servir siempre los in-
tereses de su patria y de no tolerar entre sus colabo-
radores hombres que tengan otras ambiciones que
no sean la prosperidad y el bien de México.
CAPITULO XLVII.
Carácter de Díaz.
Si Porfirio Díaz liubiera tenido la ambición de
las riquezas, podría ser lioy uno de los hombres más
acaudalados del mundo; pues el inmenso desarrollo
que ha tenido lugar en México durante su adminis-
tración, agregado á la elevada posición social y ])0'
lítica que ha ocupado, le han dado numerosas oportu-
nidades para Jmcerse honestamente — en cuanto la
honestidad pueda acom])añar á la acumulación de
vastas riquezas — ^de propiedades en todas partes del
país, que lo hubieran colocado entre los más ricos
terratenientes de la Rei^ública. Y si tal hubiera sido
el caso, no hubiera hecho sino lo que hacen la mayor
])arte de los ]3residentes latino-americanos, Pero ni
aún en el primer período de su administración, cuan-
do su permanencia en el poder hubiera i)odido ])a-
recer incierta, y cuando se podía considerar como
una medida de previsión el pi*eparar elementos su-
ficientes para los malos tiempos que en ese entonces,
era casi seguro llegaban, tarde que temi)ra7io á los
])residentes de México; ni aún entonces, decimos, se
preocupó en acumular riquezas. Estaba demasiado
preocui)ado con la gigantesca tarea que tenía entre
manos ; y patriota de corazón, deliberadamente de-
terminó dedicar todas sus energías á la restaura-
ción del orden, al mantenimiento do la paz. el des-
arrollo de los vastos recursos naturales del ])aís, la.
educación del pueblo y el mejoramiento de las con-
diciones de las clases bajas. Xunca, que se se]>a, se
ha ocu])ado en buscar medios para acumular rique-
zas. Y no se infiera de ésto que ])udiera ser i)i'ód¡-
go ; pues es uno de los administradores más cuidado-
sos que han ocupado la silla presidencial en México.
Su vida privada es tan sencilla como lo i^ermite su
elevada posición, y simpatiza poco con ceremonias y
EL CARÁCTER DE 1)1 AZ. UM
ostentaciones dispendiosas. Prefire su modesta, aun-
que hermosa casa de la calle de Cadena, en el centro
de la ca]:)ital, al majestuoso castillo de Chapultepec,
con su esi)léndida vista del valle de México.
El (íeneral l^íaz es hombre de gustos sencillos,
y encuentra su princi])al i)lacer en el trabajo metó-
dico. Auncxue es ya un anciano, por lo que á años re-
íiere, todavía encuentra placer en sus paseos matu-
tinos á caballo por el valle de México, gozando del
aire vigorizador del campo; y una vez al año toma
cierto número de días de vacaciones para hacer una
excursión de cacería, que le proporciona inmenso pla-
cer. Durante esta excursión se puede juzgar cuan
grande es su actividad, actividad verdaderamente
increíble en un hombre de sus años. Sieni])re ha sido
de espléndido físico y de naturaleza de hierro, y du-
rante muchos años de su viíhi, tuvo oportunidad de
acostumbrarse á toda clase de privaciones y traba-
jos ; y desde que se retiró de esa vida de esfuerzos,
treinta años ha, sienqjre le ha gustado tomar ejerci-
cio al aire libre, recogerse temprano y levantarse
con el sol, y ha i)rocurado sistematizar su vida, tan-
to como se lo han ])ermitido los numerosos y apre-
miantes deberes de su alto cargo.
El (ieneral Díaz es hombre de inteligencia activa
y observadora. Yo he estado presente, en mi calidad
de periodista, en muchas ocasiones en que él ha sido
el principal ]ninto de atracción con motivo de la
inauguración de algún trabajo ó la iniciación de al-
guna empresa' de importancia ; j he visto invariable-
mente cómo se manifiesta de ansioso el Presidente
])or com]>render á fondo la extensicm y ol)jeto de la
obra, cuando ésta está por ejecutarse, ó de los deta-
lles de su construcción cuando está terminada. Y en
muchas ocasiones muestra su admirable conocimien-
to del mismo asunto sobre el cual i)ide se le informe;
y nunca, por ningún motivo, duda en manifestar su
ignorancia de algiinos detalles cuando desea ilus-
trar más su conocimiento sobre la materia. Es él, in-
dudablemente, uno de los hombres más rectos y sin-
114 BIAZ Y MÉXICO.
ceros que lie conocido en los países latino-america-
nos. E igual cosa puede decirse de sus ministros, á
quienes ha escogido ]wr su habilidad para el traba-
jo y su competencia para decidir con prontitud las
cuestiones que les toca resolver. Ellos, individual y
colectivamente, gustosos asumen la responsabilidad
de sus liecUos cuando la ocasión lo requiere. Cuali-
dad que para un americano ó inglés, es digna de
apreciarse, especialmente en una tierra donde la gen-
te goza de la fama de ser muy amante de la diploma-
cia y que encuentra más fácil diferir indefinidamen-
te una resolución, que decir nó de una vez.
Y no queremos decir con esto que el General Díaz
no aprecie la di])lomacia en lo que vale ; pero aprecia
la di])lomacia oportuna ; y siempre que \mj aparen-
temente alguna ventaja en usar de sus medios, sabe
seguirlos con parsimonia; en efecto, pocos hombres
han manifestado más verdadera diplomacia que el
Presidente, en el manejo de los muchos problemas
políticos y sociales que ha tenido que resolver en su
larga administración de treinta años. Su poder de
l)aciencia infinita, su buena voluntad para tomar
siempre en consideración el pro y el contra en todas
las circunstancias de la vida que se presenten, su
deseo constante de a])lacar los ánimos hasta doude
es posible, su poder casi profético para juzgar de
las acciones y del carácter de los hombres, han dado
á Porfirio Díaz un dominio sobre sí mismo y una
autoridad sobre sus conciudadanos, como ningún
otro gobernante del ])ueblo mexicano ha poseído.
Durante el período de semi-anarquía que prece-
dió á la fecha en que el (leneral Díaz asumió la pre-
sidencia de la Keptíblica en 1876, era raro que un
presidente se sostuviera en el poder por un lapso de
tiempo regular. El puesto de presidente era tan in-
seguro, y estaba rodeado de tantas facciones é in-
tereses en coutiniia colisión, que el que lo ocupaba, se
A'eía obligado á conceder multitud de gracias y favo-
res que ningún gobierno fuerte hubiera pensado en
otorgar. Con semejante sistema, infinidad de abuísos
— • Ir
EL CARÁCTER DE DÍAZ. lio
se cometían en la administración pública. Todo el
que era partidario del presidente se creía con dere-
cho á ciertas concesiones y granjerias para sí, su fa-
milia, sus parientes inmediatos y sus amigos. Eran
los tiempos de empleomanía. En todos los ramos de
la administración pública reinaba la más completa
corrupción, y los centenares de emi)leados útiles que
había en las oficinas del gobierno, en la legislatura
y en la administración de los varios Estados, agota-
ban el tesoro público y contribuían materialmente á
la mala administración del mismo gobierno.
Manuel Payno, uno de los literatos más distingui-
dos de ^léxico, fué comisionado en 1SG7 para estu-
diar las condiciones financieras del imperio de Maxi-
miliano, é informa que habínn 104,000 solicitudes de
em])leo en los diferentes departamentos del gobier-
no del imperio. Quería él publicar la lista, pero Se-
bastián Lerdo de Tejada que ])oco después, en 1872,
ascendió á la presidencia, se opuso diciendo: "Si pu-
blica Yd. esta lista, nos quedaremos sin partido libe-
ral."
Era Sebastián Lerdo de Tejada hombre de gran
talento, y mucho se esperaba de él cuando fué elec-
to I^residente de la República en 1872; pero siguió
los mismos pasos que habían causado la ruina de
las esperanzas de sus predecesores. Tenía grandes
ambiciones y deseaba figurar en lugar distinguido en
la historia de los presidentes de su país. Era un in-
novador, y sus ideas eran progresistas y benéficas
para el pueblo; pero le faltaban esas cualidades que
hacen de los hombres los grandes caudillos. Tenía
ilimitada confianza en sí mismo y en su habilidad
para gobernar el país y llevar á cabo los atrevidos
planes de reforuia que había concebido, .y i>or esta
causa se sentía poco inclinado, en muchas ocasiones,
á confiar sus proyectos á aquellos que, por su talento
é influencia, podían haberle proporcionado buen con-
sejo y poderoso auxilio. Y por esta razón perdió las
simpatías de sus ministros, de sus consejeros y de
su partido en general. Mostró su debilidad al ver
IIG DÍAZ Y MÉXICO.
con iudifereucia la voluntad del pueblo aún en asun-
tos de elecciones, y en convertir en antaíjónicos, in-
tereses que fácilmente los hubiera tenido de su lado.
En otras palabras, no tenía suficiente amplitud de
criterio para hacerse cargo y pulsar debidamente la
situación. En realidad, poca diferencia había en los
])rincipios políticos de las facciones de Díaz y de Ler-
do. Anil)as eran esencialmente democráticas y ambas
deseaban la prosi)ei'idad del ])aís de acuerdo con las
ideas republicanas. Pero Lerdo, desde el momento en
que asunüó la presidencia, se mostró extremadamen-
te antagónico al partido de Díaz ; cuando Díaz, hom-
bre prudente, enemigo de luchas de partido y sufi-
cientemente sensato para esperar llegara su turno en
la dirección de los asuntos nacionales, pudo haber
sido fácilmente ganado por Lerdo, siempre que éste
le hul)iera extendido una mano amiga, le hubiera
otorgado su confianza y lo hubiera invitado á formar
parte de su gabinete. Si hubiera tenido Lerdo sufi-
ciente am])litud de criterio para seguir esa conducta,
la era moderna de ^léxico se hubiera iniciado algu-
nos años antes y bajo más favorables auspicios. Pe-
ro prefirió oponerse al partido de Díaz, falsear el
resultado de las elecciones y mantenerse en el poder
violando la Constitución que prohibía la reelección
del presidente. Se rodeó de multitud de empleados
que no serenan más que para vaciar las arcas nacio-
nales y disputarse entre sí las mejores presas ; dispu-
tas que creaban celos mutuos y debilitaban el partido
lerdista.
Cuando Lerdo asumió la presidencia, el país en
general tenía las mayores esperanzas en su habili-
dad como gobernante y tenía entera confianza de
que sabría sostener las garantías constitucionales.
En efecto, á raíz de la muerte de Juárez, era Lerdo
uno de los presidentes más populares que había te-
nido México : pero desgraciadamente no respondió á
las ilusiones y grandezas que su partido y su país
habían esperado de su administración: se mostró
desconfiado y de estrecho criterio, se puso en oposi-
<
EL CARÁCTER DE DÍAZ. 117
ción con todos los partidos y facciones que no fueran
el suyo, y ambicioso de continuar en la presidencia
por im segundo período, falseó el resultado de las
elecciones, creyendo demostrar por este medio que
Díaz había perdido su popularidad. En su arrogan-
cia, intentó plegar por la fuerza á su voluntad, la de
todos los individuos, facciones y partidos que no es-
taban de acuerdo con su gobierno ni con su política.
De este modo pronto se hizo de numerosos enemi-
gos, entre los cuales descollaban el Vicepresidente
Iglesias, magistrado de la Corte Suprema, y Porfirio
Díaz, jefe de los constitucionales ; y he aquí en poco
tiempo al hombre cuya habilidad había hecho conce-
bir tan grandes esperanzas para restaurar en Méxi-
co el reinado del orden y la ley en el interior y la
confianza en el exterior, luchando desesperadamente
contra una oposición formidable, sin otro fin que el
de sostener la existencia de su gobierno.
Gran contraste hace con su arrogancia, excesi-
va confianza en sí mismo y su falta de tacto y habili-
dad como organizador, la carrera de Porfirio Díaz
como Presidente de México.
Debido á la circunstancia de que una fuerte fac-
ción postulaba al Vicepresidente Iglesias para la pre-
sidencia constitucional de la República, otra facción
defendía á Lerdo y una tercera abogaba por Díaz, la
tarea de este último fué bastante difícil ; dificultad que
se aumentaba por el hecho de que las montañas se en-
contraban infestadas de guerrilleros medio políticos
y medio bandidos, que proclamaban un día al jefe
de un partido, al día siguiente al otro y después á un
tercero, según les parecía conveniente á sus intere-
ses particulares.
CAPITULO XLVIII.
Grandes cualidades de Díaz.
Tanto Lerdo como Iglesias, de estrecho criterio
y de ideas extremistas, habían i^rovocado amargas
animosidades, no sólo contra sí mismos, sino contra
el partido de Díaz, y el país se encontraba disidido
en tres facciones qne se atacaban despiadadamente.
Por consiguiente, y como antes hemos dicho, la tarea
que tenía entre manos Porfirio T3íaz en esta ocasión,
era extremadamente difícil, y requería la firmeza
de un jefe militar, la profunda sabiduría de un or-
ganizador y administrador políticos y, sobre todo, la
awda inteligente de un diplomático. La equidad re-
conocida de Díaz, su deseo evidente de reconciliar to-
dos los partidos en interés de la paz y del bien del
I)aís, su amplitud de criterio y su previsión, comen-
zaron á manifestarse desde un principio. Su enérgi-
ca política de represión en todos los elementos desor-
denados que habían arruinado al país durante tan-
tos años, su clemencia para con sus enemigos, su
deseo evidente de aproAechar en su administración
á todos los hombres capaces, cualesquiera que fuera
su partido ó credo político, siempre que tuvieran bue-
na A^oluntad para colaborar con él en la inmensa obra
de la reconstrucción del país, su amnistía á los emigra-
dos políticos, su energía para mejorar la policía de
las ciudades y de los distritos rurales, y su clara ma-
nifestación de brillantes dotes administrativas, le
fueron gradualmente ganando la confianza que se
le había mostrado á Lerdo cuando asumió la presi-
dencia de la Eepública. El fracaso de la administra-
ción de este último, que había seguido tan de cerca
á las ilusiones y esperanzas que todos se habían for-
mado de su habilidad, había tenido por resultado
que cundía el escepticismo y se dudaba ya del éxi-
to de cualquier gobierno que se estableciera en Mé-
Parque Castillo.
Parque Alberto López.
Puente Guadalupe.
VISTAS DE ORIZABA. VER.
GRANDES CUALIDADES DE DÍAZ. 119
xico. Porfirio Díaz era reconocido por todos los par-
tidos como hombre fuerte y capaz, no obstante lo
cual, el sentimiento general cuando él entró á la ca-
pital de la Reptíblica el año de 1876, no era de gran
confianza ni de esperanzas para lo futuro. Un ban-
quero prominente^ residente en México, escribió por
ese tiemj)o en la más estricta confianza á una casa
extranjera, que otro jefe revolucionario había as-
cendido á la presidencia ; ''pero la situación es deses-
perada, pues no es posible que este hombre tenga éxi-
to, tomando en consideración todas las facciones y
elementos que tiene en su contra. Pronto seguirá el
camino de sus predecesores y México será de nuevo
presa de la guerra civil."
Un prominente periodista americano, que aún hoy
trabaja activamente en México, relató al autor sus
experiencias de ese i)eríodo. Dice que hubo gran re-
gocijo cuando Porfirio Díaz entró á la capital de la
Reptíblica en 1876, pues era el más i^opular de los
héroes militares del día ; pero por todos lados se ma-
nifestaban dudas de que lograra sostenerse por mu-
cho tiempo, con tantos elementos hostiles como lo
rodeaban. Era prevalente la idea de que el pueblo
mexicano se había aficionado tanto á las revolucio-
nes, y las luchas intestinas habían llegado á ser ya
tan crónicas, que ni avm de la presencia de la jefatu-
ra del gobierno del héroe popular de las guerras del
imperio podía esperarse alivio, ni siquiera tenii^o-
ral, á los males que aquejaban á la nación. El gran
Juárez había bajado al sepulcro manifestando su
pesar de no vivir un poco más de tiempo, para lograr
ver á su país afianzado en el camino del orden, la ley
y la libertad política. En sus últimos momentos pa-
rece hal)er previsto, prof éticamente, todas las difi-
cultades y peligros que esperaban á su país. El mis-
mo Lerdo, reconocido como uno de los más distingui-
dos estadistas que México ha producido, hombre á
quien la opinión pública acreditaba como origina-
dor de las muchas medidas é innovaciones que hicie-
ron famosa la administración de Juárez y dado lus-
120 DÍAZ T MÉXICO.
tre á su nombre á los ojos de los historiadores moder-
nos y de los grandes estadistas políticos y sociales ;
el mismo Lerdo, el hombre de finas maneras, el eru-
dito, el estadista y el amigo íntimo y discípulo del
gran Juárez, había fracasado ignominiosamente y
había huido del país dejando tras sí anarquía, ani-
mosidades políticas, bancarrota y un sentimiento
general de desesperación en todos los ámbitos de la
Kepública. ¿Cómo podría, pues, Díaz, rudo soldado,
esperar tener éxito donde hombres aparentemente
mejores y mejor provistos, habían tan señaladamen-
te fracasado?
Pero los que hacían estas conjeturas acerca del
nuevo Jefe del Ejecutivo de México, ignoraban sus
grandes cualidades. No habían percibido la prepa-
ración que este notable ciudadano había tenido jiara
la difícil tarea de que se había hecho cargo. No ha-
cían justicia á la habilidad organizadora que había
mostrado cuando con un puñado de hombres, había
expulsado del sur del país á las fuerzas imperialis-
tas y había ganado la presidencia i3ara Juárez. No
habían comprendido la habilidad que le había he-
cho posible alimentar y Aestir á su ejército y pro-
veerlo de pertrechos de guerra sin los abusos de la
conscripción obligatoria ; ni habían podido compren-
der el alcance del gran trabajo de organización que
había llevado á cabo, no obstante las atenciones de
la guerra y la continua necesidad en que se veía de
cambiar de lugar con la movilización de sus fuerzas.
En pocas palabras, todos aleccionados por los con-
tinuos fracasos que habían experimentado los go-
biernos anteriores del país, y la inhabilidad que ha-
bían mostrado por más de cincuenta años de vida
independiente, no creían que fuera posible que un
hombre pudiera librar al pueblo mexicano de los ma-
los hábitos y vicios, que habían llegado á ser en él
una segunda naturaleza. Pero afortunadamente, y
sin que ellos lo supieran, ya había nacido el hombre
capaz de llevar á cabo esa inmensa tarea, y ese hom-
bre tenía ya la preparación suficiente para la em-
GRANDES CUALIDADES DE DÍAZ. 121
presa que el destino le iba á encomendar. Compren-
día las condiciones políticas y sociales de su país tan
bien ó mejor que cualquier hombre en esos días;
apreciaba los anbelos y necesidades de los pobres
tanto como las aspiraciones de los ricos; veía clara-
mente y mejor que ninguno otro el cáncer de inesta-
bilidad i^olítica que roía las entrañas de la nación,
y había ya resulto también cuáles eran las reformas
que imperiosamente exigía semejante situación. Pa-
ra él, pensar y resolver era obrar, y comenzó á obrar
desde el día en que hizo su entrada triunfal en la
ciudad de México. Y esta actitud i3ara eradicar toda
clase de abusos y buscar el bien del país, ha sido
constante durante toda su larga administración de
treinta años.
Pero si bien Díaz, al comprender la necesidad de
ciertas reformas no perdía tiempo para llevarlas á
cabo, lo hacía siempre poniendo muy especial cuida-
do y atención, y dando la consideración debida á to-
da clase de dificultades y problemas que la situación
pudiera presentar. Siemj)re que ha sido necesario
próntlutd y actividad para obrar, nadie le hubiera
podido ganar en energía, especialmente si se trataba
del mantenimiento de la paz ; mas si el problema en
cuestión lo ha permitido, tanto él, como sus conse-
jeros y colaboradores, lo han siempre estudiado con
la mayor atención. La colaboración inteligente en
los estudios j^rofundos y de trascendencia, ha sido
siempre la válvula de seguridad más eficiente en
asuntos públicos, y Porfirio Díaz, durante su larga
administración, siemj)re ha sabido aprovecharla, lo-
grando así constituir un gobierno benéfico, poderoso
é infiuyente. Cada resolución tomada por su gobier-
no, cada ley que ha promulgado y cada acuerdo que
se ha dado para corregir abusos públicos, han sido
concienzudamente discutidos por el presidente y sus
consejeros de confianza ; y la i^oderosa influencia de
estos mismos consejeros, luego se ha hecho sentir en
el Congreso; pues estando perfectamente informa-
dos é ilustrados, casi siempre han logrado conquis-
122 DÍAZ T MÉXICO.
tar la a olimtad, aúii de los congresos más refracta-
rios, á favor de sus proyectos, los que siempre, muy
luego erau reconocidos como sanos y benéficos.
El admirable poder y habilidad que tiene Porfi-
rio Díaz de conquistar á los hombres á sus ideas
y opiniones, es uno de sus más notables caracterís-
ticos ; y este admirable poder, siempre lo ha manifes-
tado sin la más pequeña exhibición ajjarente de fuer
za. Esta gran habilidad es debida á su gran fuerza
de carácter, á su sincero deseo de siem^ire enterarse
á fondo de las situaciones que se i^resentan y á su
labor amiciosa por la grandeza y prosperidad del
país. Durante su larga administración, todas las me-
didas de su gobierno no han tenido otro objeto en
mira. Ha logrado que las facciones políticas del pa-
sado desaparezcan, ó por lo menos las ha nulificado
por completo, y ha logrado que hoy no exista en
México más que un partido : el de "Paz, prosperidad
y progreso," grito de batalla del partido de Díaz.
Gradualmente los resultados de la política de
Díaz se fueron i^oniendo en evidencia. La paz trajo
consigo nuevas oportunidades y camino de acción á
los hijos de las clases alta y media; riquezas que du-
rante muchos años habían permanecido ocultas, co-
menzaron á aparecer tímidamente; capitalistas ex-
tranjeros que habían vigilado con mirada crítica la
carrera de Porfirio Díaz como Primer Magistrado
de la Xación mexicana, comenzaron á adquirir con-
fianza y á inA'ertir sus capitales en negocios del país ;
y luego se iniciaron la obra colosal de construcción
ferrocarrilera y las grandes mejoras en la minería
y en la industria en general, que siempre honrarán
y quedarán asociadas á la administración de Díaz.
Todo esto es, en sí mismo, digno de cuidadoso es-
tudio, para aquel que quiera darse cuenta de lo que
significa el General Díaz en la historia del México
moderno; pero tiene aún mayor significación y tras-
cendencia que la que aparece tener á primera vista
por las actuales ventajas materiales que han nacido
al haberse despertado la confianza y el interés en
GRANDES CUALIDADES DE DÍAZ. 123
México, donde quiera que los capitales, tanto de la
nación como extranjeros, lian encontrado segura in-
versión; pues ningún gran cambio de esta natura-
leza puede tener lugar, sin dejar marca indeleble en
las condiciones sociales, políticas é industriales de
un país.
Estas tres condiciones están inseparablemente
asociadas en todos los países, ya para el bien, ya pa-
ra el mal, de acuerdo con los medios usados por el
gobierno y la sabiduría de su administración ; y Mé-
xico, durante su vida de República, no ha sido ex-
cepción á la regla, aunque desgraciadamente en su
caso, el mal lia dominado siempre al bien. Las ten-
dencias de las administraciones de Juárez y Lerdo,
fueron en lo general decididamente por el bien; pe-
ro Juárez, aunque hombre de admirable determina-
ción y tenacidad, y el hombre que verdadei'amente se
necesital)a para hi em])resa que llevó á cabo, adole-
cía en gran parte, de la falta de magnetismo ó in-
influeiicia personal que le hicieron posible á Díaz
atraerse hombres de todas las facciones y credos po-
líticos y religiosos, y hacer de ellos sus amigos y par-
tidarios más sinceros. Igual cosa que de Juárez jme-
de decirse de Lerdo, aunque en grado más eminente.
Estos dos ciudadanos, cuyos nombres ocuparán siem-
pre lugares de los más prominentes en la historia
de México, fueron demasiado acozados por las ten-
dencias revolucionarias de sus tiempos, y por los
muchos problemas políticos, sociales é industriales
con que tenían que luchar para que los resultados
de su labor fueran satisfactorios. Ambos trabajaron,
cada uno de su modo, por la prosperidad de su país
y fueron buenos patriotas. Y lo mismo que decimos
de ellos se puede decir de multitud de ciudadanos
notables, cuyos nombres adornan las páginas de la
historia de México ; pero ningimo de todos, por gran-
de que pueda haber sido en cualquier respecto, llegó
á reunir las cualidades que han hecho de Porfirio
Díaz el más distinguido jefe militar, gobernante y
administrador que la República de México ha teni-
124 DÍAZ T MÉXICO.
do. Los resultados de su política en los distintos ra-
mos de su gobierno, son por consiguiente muy intere-
santes.
La inversión gradual de cajíitales nacional y ex-
tranjeros en la Eei)tlblica, la fundación de industrias
nuevas, el aumento de las tierras dedicadas á la agri-
cultura, la construcción de caminos y comunicacio-
nes por todos los ámbitos del país, la ampliación y
dragado de puertos, y en general, la implantación de
mejoras, con frecuencia de gran magnitud, por do-
quier, lia abierto inmensos horizontes á las energías
de la actual generación de jóvenes de todas las cla-
ses sociales, desde el hijo del labriego inculto, hasta
los vastagos de las familias más ricas y encumbra-
das del país. De lo que resulta, que la juventud ya no
acoza al gobierno con peticiones de empleos y gran-
jerias, pues todo el que sinceramente quiere traba-
jar, i^uede encontrar buenos empleos, siempre que
tenga la suficiente capacidad para llenarlos satis-
factoriamente. Los jornales y salarios de toda clase
se han más que doblado durante la administración
de Díaz, y numerosas oportunidades de trabajo, que
nunca habían existido en México, han sido aliiertas
á los hijos de las familias necesitadas ; y de este mo-
do, como se comprenderá fácilmente, las causas de
inquietud iDolítica que fueron fuentes constantes é
inminentes de ])eligro para las varias administracio-
nes desde 1821 hasta 187G, han sido en su mayor par-
te eradicadas. No hay hoy en México revolucionarios,
por la sencilla razón de que no hay motÍA^os para ha-
cer revoluciones. Podrá el populacho hablar excita-
damente de levantamientos, cuando algún jefe ambi-
cioso del molde antiguo proclama sus ideas revolu-
cionarias ; pero podemos estar seguros, que esto nun-
ca pasa de charla. Hay hoy en México por donde quie-
ra trabajo para todos ; los empleados públicos están
hoy pagados mejor que nunca en la historia de la Re-
pública ; las familias de la clase media están hoy me-
jor alojadas, mejor alimentadas y mejor vestidas
que antes ; y el país, cual un joven gigante, extiende
Edificios Modekxos de México.
GRANDES CUALIDADES DE DÍAZ. Uo
SUS iumensos miembros llenos de energía por todas
direcciones. La política de paz y justicia, orden y
ley, y "mucha administración y poca política," anun-
ciada por Porfirio Díaz hace años, ha producido ya
abundante fruto con la prosperidad y felicidad de
que hoy goza el pueblo ; y los que hablan ligera é im-
pensadamente de revoluciones en México, presentes
ó futuras, cuentan muy poco con las inmensas fuer-
zas que trabajan continuamente para evitar seme-
jante contingencia. Aunque el trabajo por la paz se
puede decir que acaba de ser comenzado, ha sido he-
cho sobre sólidos cimientos, para bien de la Nación
y beneficio de los constructores que sucedan al crea-
dor del México moderno, j solamente los más desca-
bellados disparates, pueden hacer peligrar la esta-
bilidad del magnífico edificio que deberá ser conti-
nuado por las generaciones futuras.
CAPITULO XLIX.
La Situación política de México-
Muchas acusaciones se lian lieclio contra la admi-
nistración i)olítica de México. Algunas de ellas son
en parte justas, aunque por lo general, no se puede
culpar á la administración, j)or la sencilla razón de
que por grande que pueda ser y i^or poderoso que se
pueda creer al Primer Magistrado de la Nación me-
xicana, su mano guiadora se encuentra siempre for-
zada por ciertas condiciones que siempre lo rodean
y de las cuales no puede libertarse. El General Díaz,
aunque parezca una excepción á esta regla, á aque-
llos que no comi^renden á fondo la situación de Mé-
xico, se encuentra directa é indirectamente tan ata-
do por esas mismas condiciones como sus anteceso-
res en la silla presidencial. La imica ventaja que ha
tenido sobre todos ellos ba sido, que ba sabido cómo
aprovecharse de las circunstancias adversas, convir-
tiéndolas del modo más hábil á su favor.
Se ba lanzado la acusación de que no hay libertad
política en México, y que por consiguiente el pueblo,
ya individualmente ó como nación, ha perdido toda
iniciativa. Esto es cierto solamente en izarte. Fué el
gobierno de España y no el gobierno de Díaz el que
destruj^ó toda iniciativa, tanto política como indivi-
dual, en el pueblo mexicano. Inmediatamente des-
pués del establecimiento de la República, México se
podía comparar á un inmenso gigante sin cabeza. Ha-
bía entonces, como hay hoy, y como ha habido siem-
pre durante todo el período que lleva de vida la Ke-
pública, abundancia de energía é iniciativa mal di-
rigida y malamente impulsada. La libertad política
era comprendida como licencia política é individual.
La sinceridad hacia el partido era cualidad casi des-
conocida ; y los jefes de partido únicamente servían
la política del momento, siendo su suerte con seguri-
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LA SITUACIÓN política DE MÉXICO. 127
dad, ser heclios á un lado sin el menor escrúpulo de
conciencia, siempre que las exigencias de la ocasión
ó la ambición de los miembros poderosos del partido
lo requerían. Era el fruto de la falta de cohesión en
los miembros de los partidos políticos, de la falta ab-
soluta de sinceridad, de la ausencia de una políti-
ca fuerte y grande que tuviera el poder de atraer á
todos los miembros del partido y mantenerlos uni-
dos, haciendo caso omiso de intereses personales y
de facciones ó de ambiciones egoístas, que eran la
maldición de la República. Iniciativa había bastante
en el país, y bastante hay hoy también. Pero hay
una gran diferencia entre la iniciativa del período an-
terior á Díaz y la iniciativa del tiemj)o actual. La
iniciativa de los días turbulentos que jjrecedieron á
la administración presente, era necesariamente en
su mayor parte de naturaleza política, y decimos po-
lítica, para dignificar con un buen nombre una mala
condición de asuntos; debíamos decir, considerando
bien la situación de México durante ese tiempo de
la Repiiblica, faccionalista y cabalística en extremo.
Es cierto que todos los jefes revolucionarios anuncia-
ban sus levantamientos con protestas de fidelidad
al pueblo y á los principios de democracia. Pero tan-
to estas protestas como los planes que la acompaña-
ban eran parte del tinte pintoresco de la política del
día. Era como el sonido de la banda que atrae la
gente al circo. Cierto es también que hubo algunos
políticos realmente grandes y notables, como Juárez
y Comonfort, quienes con toda fe se esforzaron por
llevar á la práctica los i^rincipios porque habían abo-
gado; pero las mismas circunstancias hicieron que
sus hechos quedaran muy atrás de sus promesas. Por
consiguiente, lo que Juárez logró realizar no obstan-
te los innumerables obstáculos que encontró, y la
determinación con la cual siguió sus planes hasta el
final, debe ser el criterio que sirva j)ara juzgar á los
primeros magistrados de la nación mexicana.
Por consiguiente, la iniciativa en política del pe-
ríodo anterior á Díaz en el gobierno de México, era
128 DÍAZ Y MÉXICO.
de irresponsabilidad liacia los partidos políticos, de
ambiciones personales, de animosidades y falta com-
pleta de sinceridad y fe. La iniciativa que había en
esos días era, como hemos dicho jr, principalmente
de naturaleza política; tomando la exi^resión en el
sentido restringido que arriba hemos indicado. El
ejército y el gobierno eran los dos caminos abiertos
á las ambiciones de los hombres ambiciosos de esos
días. Por consiguiente, estos departamentos del Es-
tado se encontraban llenos de políticos y politicas-
tros de las i^eores descripciones, de bribones y de
asesinos, todos hombres que estaban dispuestos á
desertar de sus jefes y de su partido el mismo mo-
mento que cre3^eran, que haciéndolo, podían adelan-
tar sus intereses personales.
Pero el campo de iniciativa ha sido cambiado ho}^
bajo el régimen de Díaz. La fuerza de carácter del
actual Jefe del Ejecutivo de la Nación, su magne-
tismo personal, y la reputación que se ganó durante
las guerras del imperio como gran General y valien-
te soldado, le han proporcionado suficiente influencia
para poder reunir a su rededor un gabinete, y un nú-
mero tan grande de admiradores y partidarios, con
fuerza suficiente para resistir las tendencias fatales
de las administraciones pasadas. Ha hecho posible
en México la política de partido; ha enseñado fe y
sinceridad políticas a sus partidarios ; y les ha dado
un fin útil en que emplear sus energías y una admi-
nistración que hará avanzar la nación y el pueblo
mexicano. Les ha mostrado del modo más claro y con-
creto, que esta política habré puertas hasta hoy ce-
rradas fuertemente al pueblo considerado en gene-
ral ; oportunidades mil Aceces mayores de las que pu-
do imaginarse dicho pueblo bajo cualquier otra ad-
ministración anterior. Y así, Díaz ha encauzado las
energías del pueblo de México hacia el comercio, las
artes industriales, la agricultura y la explotación
de grandes empresas. Les ha abierto los mercados de
los Estados Unidos, Canadá, Sud-América y Euro-
pa. Ha puesto á trabajar sus energías en direccio-
LA SITUACIÓN POLÍTICA DE MÉXICO. 120
nes que, en lugar de ser una amenaza constante pa-
ra la Eepíiblica, están siendo un beneficio duradero.
En una j)alabra, la inquietud y el espíritu revolucio-
nario de las administraciones anteriores, que los opo-
sitores políticos de Díaz deploran tanto, no ban sido
ahogados, como ellos aseguran, sino simplemente en-
cauzados por otros canales. La gran masa del pueblo
mexicano se mantiene hoy ocupada en acumular ri-
quezas con el sentimiento de la mayor seguridad, lo
que le permite gozarlas con toda tranquilidad. La
misma circunstancia, de que permite con la mejor vo-
luntad y sin la menor protesta, que el gobierno de
Díaz arregle las cosas de modo que mejor le parezca,
es una prueba palmaria de que Díaz ha cambiado ad-
mirablemente su índole, esto es, la índole del pueblo
mexicano. La acusación hecha por sus enemigos —
pues todo hombre en su vida pública, i)or más popu-
lar que sea, tiene enemigos — de que Díaz ha destrui-
do la iniciativa del pueblo, refiere, como claramente
lo manifiestan ellos, á la iniciativa política. Tomada
la cuestión en este sentido, es un cumplimiento di-
recto que se tributa á la administración del General
Díaz ; jiues significa que el agitador de profesión ha
sido sei^arado de sus caminos torcidos, é inducido á
hacer uso de su energía superabundante en bien de
su país, empleándola en el campo de la actividad
comercial é industrial. Quiere decir que la hirviente
caldera de desasosiego político, ha sido retirada del
fuego que la mantenía en ese estado; que los asun-
tos de la administración son atendidos hoy por hom-
bres de negocios, que consideran con calma todo pa-
so que dá la administración, y estudian cuidadosa-
mente todas las cuestiones que afectan al bienestar
público. En otras i^alabras, la ley y el orden han ocu-
pado el lugar de la lucha, del desorden, de la intran-
quilidad política y de la falta de sinceridad de ad-
ministraciones anteriores. México, considerado en ge-
neral, ha reconocido la dedicación, habilidad y bue-
na fe de la administración actual. A los agitadores
políticos se les ha obligado á emplear sus energías
130 DÍAZ Y MÉXICO.
en otros terrenos que les ha proporcionado el infati-
gable trabajo de la administración, al favorecer de-
cididamente y con la mayor energía, la paz, prospe-
ridad y desarrollo del país en general. En efecto, el
México mercantil de hoy, no proporciona campo pa-
ra la "iniciativa," que se distinguió tanto durante
más de medio siglo en mantener el país en estado de
revuelta, de intrigas de i^artido y de casi constante
guerra civil.
Por lo general, todos aquellos que acusan al go-
bierno de Díaz de haber destruido la iniciativa del
pueblo, están, ó mal informados en lo que refiere al
verdadero significado de la historia política de Mé-
xico, desde el establecimiento de la Eepública hasta
el año de 1876, ó pertenecen á la clase chasqueada de
políticos de cuño especial, que á causa de sus obvias
tendencias revolucionarias, no han encontrado la me-
nor simpatía á los ojos de la presente administra-
ción. A ellos les gustaría traer de nuevo "los buenos
tiempos de antaño," los cuales, como buenos, real-
mente nunca existieron. Pues los días del pasado,
considerados bajo los puntos de vista económico, in-
dustrial, comercial, de progreso ó político, estaban
muy lejos de ser buenos.
Indudablemente, llegará el día cuando la masa
del pueblo de México tomará un interés mucho ma-
yor en el gobierno del país que el que pueda haber to-
mado en el pasado y toma en el presente; pero será
un interés sano y saludable; será el interés de un
pueblo educado é inteligente, que apoya á su gobier-
no porque representa los intereses sólidos que el mis-
mo pueblo ha adquirido. Actualmente, el pueblo de
México está vivamente interesado en la nueva vida
nacional que los últimos veinte años han puesto en
juego. Siente que le corre por las venas la sangre
oxigenada de esta nueva vida; y que sus energías
se aumentan y adquieren nuevas fuerzas con cada
movimiento que ejecuta. De un modo indistinto, siente
que el gobierno es bueno, porque le ha proporcionado
una protección como nunca había tenido, porque le
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LA SITUACIOJÍ política DE MÉXICO, m
ha creado nuevas oportunidades, y porque ha des-
pertado la clase media á la vida, clase, que, se puede
decir, no existía antes. Este sentimiento es general
por todo el país. Los ciudadanos hablan de política
hoy, como en cualquier otro país, y sacuden la cabe-
za y piensan qué sucederá cuando el General Díaz
deje las riendas del poder. Pero si se pregunta á ca-
da uno de estos individuos acerca de su opinión par-
ticular de la situación actual, dirá en confianza que
no tiene deseos de ver dificultades en México, y que
sus intereses particulares valen más para él que los
planes y esquemas de los generales y de los políticos.
Esta es la actitud tomada por noventa y nueve indi-
viduos de cada cien. Es la expresión del sentimiento
general por todo México. Y el sentimiento general es
la expresión de la vida real de la nación. Cuando el
pueblo en general tiene el sentimiento de que la paz
que ahora bendice á la nación, no debe ser -alterada,
ese mismo hecho es la mejor garantía de paz que
pueda tenerse.
Hay varios ciudadanos entre los miembros del
gabinete de Díaz, que son suficientemente capaces
para tomar la dirección de los asuntos de la Eepú-
blica el día en que se retire el General Díaz. No es
México ya una aglomeración de ambiciones hostiles
y políticos sin conciencia. Díaz ha creado un partido
que se mantiene unido para guardar la paz á toda
costa. Casi todos son hombres de gran riqueza ó in-
fluencia, y toda esa influencia será puesta en la ba-
lanza del lado de la paz ; y cualquiera que pretendie-
ra perturbarla, tendría que habérselas con este par-
tido político. Porque en realidad, no es México como
generalmente se supone, una dictadura, sino que es
una oligarquía, cuyos miembros están ligados por
intereses comunes ; los cuales están identificados con
la prosperidad y el progreso del país y con la conser-
vación de la paz á todo trance.
Como hemos manifestado ya antes, actualmente
no se ha intentado en México ejercer censura sobre
la prensa. Todo periódico, de cualquier clase que sea,
1 Í2 DÍAZ Y 3IEXirO.
es libre para imprimir lo que le parezca. Pero el go-
bierno, con toda razón, se manifiesta severo contra
toda publicación de naturaleza anárquica ó revolu-
cionaria ; porque éstas son las maldiciones que pro-
dujeron mayores males á la República durante más
de cincuenta años de su historia. Los gobiernos de-
ben gobernar de acuerdo con las condiciones que pre-
senta el país cuya suerte tienen en sus manos. En un
país como México, donde la regla es la ignorancia, el
analfabetismo y la carencia completa del conocimien-
to más elemental de las funciones y objetos del go-
bierno, donde el pueblo es fácilmente excitable, y á
causa de su misma ignorancia, fácilmente desviado
por los demagogos, sería un abandono criminal de
parte de un gobierno permitir al agitador político
estimular las pasiones del pueblo, para beneficiar los
propios fines del mismo agitador ; ya fueran éstos el
resultado de una política honrada pero equivocada,
ó ya fueran únicamente fruto de ambición personal.
Aquí de nuevo debemos indicar, que el crítico de Mé-
xico que no estudia cuidadosamente las premisas del
caso, es del todo incapaz de juzgar las acciones del
gobierno mexicano. Hubo tiempo en que el gobierno
se vio obligado á ejercer censura sobre la prensa pa-
ra impedir que escritores sin escrúpulos incitaran
las masas á la insurrección; pues lo que más necesi-
taba México, sobre todas las cosas, era gozar de una
paz prolongada para poder desarrollar sus propios
recursos. Los opositores del gobierno de Díaz que pre-
tenden que la prensa de México tiene cortapisas en
la actualidad, son injustos ; pues la prensa en México
es mucho más libre que en muchos países de Europa.
En efecto, como antes hemos manifestado, no se ejer-
ce absolutamente censura alguna en las publicacio-
nes de toda naturaleza que se hacen en la Repúbli-
ca. Pero todos aquellos que emprenden la tarea de
enseñar doctrinas subversivas, son llamados por la
ley á responder por la violación de la misma. Esta
es la misma línea de conducta que se observa en los
Estados Unidos, nación orgullosa de su libertad po-
Monumento de la Independencia, México, D. F.
LA SITUACIÓN POLÍTICA DE MÉXICO. 133
lítica. En México, sin embargo, á causa de las condi-
ciones sociales que son tan diferentes de las de los
Estados Unidos, sería la mayor locura permitir á
los agitadores políticos poner en peligro la paz del
país, tolerando la agitación de un populadlo densa-
nieníe ignorante, incapaz de comprender los princi-
pios más elementales relativos á la política de su go-
bierno. La actitud del gobierno hacia la prensa es de
no intervención, á menos que la acción de la última
venga á ser subversiva para la paz del país. Absolu-
tamente, todos los casos de difamación no son de la
incumbencia del gobierno, sino del individuo difa-
mado, lo cual prueba, como arriba bemos indicado, la
actitud de no intervención que asumen las Autorida-
des supremas de la Kepública en esta clase de asun-
tos.
CAPITULO L
Relaciones exteriores
Cuando el actual gobierno de México subió al po-
der, liace cerca de treinta años, pocas de las naciones
del mundo manifestaban gran interés por mantener
relaciones diplomáticas con la nación y el servicio
consular extranjero era raquítico é inadecuado. Es-
te estado de cosas era debido á una diversidad de cau-
sas, entre las cuales figuraba como la principal, la
circunstancia de que las casi perennes condiciones
caóticas en que México se había mantenido durante
medio siglo, habían impedido el desarrollo de su co-
mercio, tanto interior como exterior, y el de sus in-
dustrias, de tal modo, que el país fué puesto en una
condición en que le era imposible ofrecer ningún ali-
ciente que invitara á promover la extensión de sus
relaciones exteriores.
Pero durante el último tercio de siglo, la impor-
tancia que ha adquirido el comercio mexicano ha
atraído la atención de todas las naciones de Europa
y América, y hoy apenas se encuentra una nación
civilizada en el mundo que no esté representada de
algún modo en la Eepública, ya sea por un ministro
acreditado en toda forma, ó ya sea por un cónsul ó
agente local. Esto no es sino el resultado del admira-
ble desarrollo del comercio de México, de la gran
mejora que ha tenido lugar en sus relaciones interio-
res y de la buena situación de las condiciones genera-
les del país. La prosperidad y el desarrollo en todas
las esferas del progreso han seguido al estableci-
miento del gobierno bajo una base firme, y la paz con-
tinuada de que se ha disfrutado, ha hecho atractivas
las muchas ventajas naturales que esta Eepública
puede ofrecer al capitalista extranjero.
No hace aún muchos años cuando prácticamente
ninguna de las repúblicas de la América del Sur con-
RELACIONES EXTERIORES. 135
sideraba que valiera la pena estar representada en
México por diplomáticos y agentes consulares. Para
dichos países no tenía esta Kepública en ese enton-
ces alicientes que ofrecer; á lo cual se agregaba que
los servicios tardíos é insuficientes de A^apores entre
los puertos de México y de Centro y Sud América ha-
cían las comunicaciones difíciles y poco satisfacto-
rias. Y así, el más grande de los países Mspano-ame-
ricanos vivía apartado de las otras antiguas colo-
nias americanas de España que tiene al sur, con ex-
cei^ción de Guatemala; con la cual ha mantenido
siempre relaciones de carácter más ó menos íntimo,
debido á la proximidad de ambas naciones, á la co-
munidad de intereses que existen entre los pueblos
de las dos Repúblicas á lo largo de la línea fronteri-
za y al constante intercambio de productos entre am-
bos países.
Se puede decir que México, hace un tercio de si
glo, prácticamente no tenía agentes consulares acre-
ditados en el extranjero que vigilaran por los inte
reses del país ; mientras que actualmente tiene en el
servicio consular cuatrocientos agentes, todos ellos
experimentados j competentes. Este solo hecho de-
muestra el crecimiento en la importancia de sus re-
laciones con los países extranjeros ; é incidentalmen
te es también una indicación, del lugar que se ha con-
quistado entre las naciones del mundo en el espacio
de tiempo relativamente corto, que ha transcurrido
desde que la administración de Díaz se hizo cargo
del destino de la Nación. El número de agentes con-
sulares en cada país es una Imena indicación de la
importancia de las relaciones entre México y ese país
en particular.
Como es natural esperar, los Estados Unidos figu-
ran á la cabeza en el número de representantes con-
sulares mexicanos que tienen acreditados actualmen-
te en sus ciudades, elevándose dicho número á no-
venta y uno. Estos representantes se encuentran dis-
tribuidos entre todas las ciudades importantes de
la Unión Americana, y han contribuido, de un modo
130 DÍAZ Y MÉXICO.
muY visible, á aumentar las relaciones comerciales
entre las dos Repúblicas.
La gran Bretaña y sus colonias tienen cincuenta y
un agentes consulares mexicanos, de los cuales oclio
corresponden al Canadá; mientras que en Esi^aña
están acreditados cuarenta y cinco. Se puede decir
que en casi todos los lugares importantes del Imi^e-
rio Británico hay un agente consular mexicano, é
igualmente favorecidas están todas las ciudades
grandes de España. Sigue Francia con veinte y cua
tro agentes consulares ; Alemania tiene el mismo nú
mero; mientras que Italia no tiene sino uno menos.
Austria-Hungria y Cuba tienen once cada una ; Chi-
le y Bélgica diez cada una ; Noruega y Portugal ocho
cada una ; Bolivia siete ; Brasil, Guatemala y Rusia
seis cada una ; Argentina, Colombia y Suiza cinco
cada una ; Perú cuatro ; China, Dinamarca, Ecuador,
Honduras, Holanda, Panamá y Venezuela tres cada
una; mientras que Santo Domingo, Japón, Monaco,
San Salvador y Suecia tienen dos cada una y Costa
Rica, Haiti y Paraguay tienen solamente uno cada
cual. Una de las cosas más interesantes en conexión
con esta exposición que hacemos del número de agen-
tes consulares de México en los países extranjeros,
es el hecho de que ella muestra aumento muy grande
en los intereses de este país, en partes donde hace un
tercio de centuria no se tenían prácticamente rela-
ciones comerciales de ninguna importancia ; como
l)or ejemplo Bolivia, Brasil, Austria-Hungría, No-
ruega y Canadá. El admirable desarrollo de los ne-
gocios de ]\[éxico con los Estados Unidos, está de-
mostrado con la preponderancia de la representa-
ción consular mexicana acreditada en aquel país;
pues dicha representación forma cerca de la cuarta
parte del número total del serAdcio consular mexica-
no en todo el mundo. Pero Alemania, Francia é Ita-
lia, tienen también una representación consular me-
xicana sorprendentemente grande, sircunstancia que
es muy significativa en lo que refiere al desarrollo
de las relaciones comerciales entre esta República
RELACIONES EXTERIORES. 1^57
y aquellos países europeos; y esta nota es aim más
notable, si se toma en consideración que quince paí-
ses más de Europa tienen agentes consulares mexica-
nos acreditados en dos ó más de sus centros de ma-
yor imiiortancia comercial. México está representado
comercialmente en treinta y seis países de América,
Europa y Asia ; pero varios de estos países tienen de-
pendencias donde este país también mantiene agen-
tes consulares ocupados en fomentar y desarrollar
el comercio mexicano.
Además de sus agentes consulares, México tiene
acreditadas veinte y siete legaciones en Europa, Asia
y América, en las cuales se emplean sesenta y siete
personas, que ocupan desde el rango de embajador
hasta los puestos de secretarios é intérpretes. Este
es un inmenso cambio de lo que sucedía liace un ter-
cio de siglo, cuando todo el cuerpo consular y diplo-
mático de México no pasaba de tener cuarenta miem-
bros en servicio.
En las varias ciudades y poblaciones de México
hay trescientos treinta y dos representantes consu-
lares de países extranjeros. De éstos los Estados
Unidos tienen setenta ; Francia y España treinta ca-
da una; la Gran Bretaña veinte y siete: Alemania
veinte y cuatro ; Italia diez y seis ; Bélgica y Norue-
ga trece cada una; Cuba, Suecia y Guatemala nue-
ve cada una; Honduras ocho; las repúblicas de Bo-
livia, Chile y el Ecuador, siete cada una; Colombia
y Austria-Hungría, cinco cada una ; Costa Rica , San
Salvador, Holanda, Perú, Portugal y Rusia, cuatro
cada una; Venezuela, tres; Brasil, Dinamarca, Mo-
naco, Panamá, Persia y Paraguay, dos; y la Repú-
blica Argentina, Santo Domingo, Nicaragua, Suiza
y Urugiiay, uno cada una.
Veinte y cuatro gobiernos extranjeros en Améri-
ca, Europa y Asia tienen representantes diplomáti-
cos en México, los cuales con los secretarios y otras
personas agregadas á las legaciones, suman cerca de
setenta personas. Así, pues, vemos que los intereses
de los distintos países extranjeros son bien atendí-
188 DÍAZ Y MÉXICO.
dos en la República y que también México atiende de-
bidamente sns intereses, tanto comerciales como di-
plomáticos, en todos los países extranjeros que tie-
nen suficiente importancia para justificar el gasto
necesario i^ara cultivar tales relaciones. Las gran-
des sumas de dinero que gastan tanto México como
los gobiernos extranjeros en mantener sus relacio-
nes mutuas, habla elocuentemente acerca de los cam-
bios que han tenido lugar en este país desde hace un
tercio de siglo, cuando los pocos gobiernos que man-
tenían representantes, lo hacían iniicamente para
que éstos cuidaran de los intereses de los capitalis-
tas y banqueros de sus respectivas nacionalidades
que habían sido persuadidos a hacer empréstitos á
la República con la esperanza de obtener tipos exhor-
bitantes de interés, que las más de las veces iban
acompañados de influencia y concesiones. La paz y
el deseo honrado de hacer adelantar los intereses del
país, y una administración sabia, inteligente y cui-
dadosa de sus recursos y de sus asuntos, son, sin la
menor duda, las causas del gran incremento de las
relaciones comerciales y diplomáticas entre el go-
bierno mexicano y los gobiernos de los diversos paí-
ses extranjeros, con el feliz resultado, de que hoy
México está mejor rei:>resentado en el exterior en un
veinte por ciento, de como los países europeos están
representados en este país.
CAPITULO Ll.
Comercio marítimo.
El desarrollo del servicio de vapores en México
es lina de las mejores indicaciones del aumento de
los intereses comerciales del país. Durante los últi-
mos diez años los intereses marítimos de la Eepú-
blica han más que doblado y el servicio de esta natu-
raleza ha igualmente más que duplicado su eficiencia
en la última década. Durante el año fiscal de 1899
á 1900, los buques de todas clases que entraron en
iniertos mexicanos fletaron 1.257,453 toneladas mé-
tricas de mercaderías, mientras que en el año de
190G á 1907 esta cantidad había sido aumentada á
2.397,649 toneladas métricas ; y el año próximo pasa-
do, aunque no tenemos aún á la mano los resultados
exactos, se estima que el comercio marítimo llegó en
su totalidad á 2.890,000 toneladas métricas. Por con-
siguiente, y según se desprende de estas cifras, los
intereses marítimos de México, como hemos dicho ya
antes, se han más que doblado durante los últimos
diez años. Esto es debido al adelanto natural del país
en todos los ramos á que ha dedicado sus esfuerzos,
á la mejora de los principales puertos de la Eepúbli-
ca y á la extensión y rápido crecimiento de las rela-
ciones de México con países extranjeros.
Como es natural, las mercaderías fletadas de Mé-
xico á los puertos extranjeros, fueron considerable-
mente menores que las mercaderías inij^ortadas, pe-
ro también muestra el mismo alentador aumento en
los negocios de las compañías navieras. Durante los
últimos diez años las mercaderías exportadas por
mar de los puertos mexicanos habían aumentado de
583,193 á 757,690 toneladas. Este es un desarrollo fir-
me y muestra que México, al mismo tiempo que llena
las crecientes necesidades de su población, ha po-
dido aumentar su producción de tal modo, que le ha
sobrado un treinta por ciento para la exj)ortación.
140 DÍAZ Y MÉXICO.
Los iiltimos informes que tenemos á la ^dsta ma-
nifiestan que, entre los buques que entran á puertos
mexicanos y se ocupan en el tráfico internacional di-
recto, los británicos son los que, con mucho, superan
en número á los de otras naciones : 521 buques de es-
ta nacionalidad fletaron 827,621 toneladas métricas
de un total de 1.618,403, ó sea más de la mitad. Los
buques americanos siguen en número con un total de
454 ; pero como muchos de estos no han estado dedica-
dos exclusiA^amente al servicio de México, ó estaban
dedicados principalmente al negocio de tráfico, fle-
taron solamente 146,366 toneladas métricas de mer-
caderías, contra 438,426 toneladas que tocaron á los
buques noruegos, éstos últimos en número de 310 so-
lamente. Los alemanes a ienen en seguida con 122,769
toneladas métricas de mercaderías fletadas en 125
buques. Los otros barcos que entraron en puertos
mexicanos destinados al tráfico directo internacio-
nal fueron; treinta y cinco españoles con 11,162
toneladas métricas de mercaderías, veinte y nue-
ve franceses con 11,823 toneladas, veinte y seis
daneses con 37,752 toneladas, veintiún cubanos con
12,450 toneladas, trece austríacos con 18,624 tonela-
das, ocho holandeses con 15,309 toneladas, siete sue-
cos con 13,063 toneladas, diez y nueve rusos con un
tonelaje de 3,480 y tres italianos con 966 toneladas
métricas. A estos debe agregarse sesenta y ocho bar-
cos mexicanos con un tonelaje total de 9,777.
En el tráfico internacional de salida los buques
americanos ocupados en el comercio de México exce-
dieron en número á los de otras naciones, siendo 362
en un total de 997 pero solamente fletaron 66,720 to-
neladas contra 77,043 toneladas por 143 buques bri-
tánicos. Por consiguiente, el balance del comercio
es aquí también en favor de los británicos. Los bu-
ques noruegos también ocupan el tercer lugar, siendo
en número de noventa y dos que fletaron 47,573 to-
neladas; siguen en cuarto lugar los alemanes con
44,416 toneladas fletadas en 124 buques; los daneses
COMERCIO marítimo. 141
ocupan el quinto lugar con veinticinco buques en los
cuales fletaron 25,069 toneladas. En cuanto al núme-
ro actual de buques en comisión en este tráfico, Mé-
xico ocupa el segundo lugar, pero como estos buques
son más pequeños, la cantidad fletada fué solamente
de 10,431 toneladas, que colocan á este país en el sex-
to lugar en lo que refiere á la cantidad de tráfico
llevada á cabo. Cuba contribuyó con 6,826 toneladas
transportadas en 21 buques, mientras que Francia
sigue inmediatamente después con 6,155 toneladas
métricas fletadas en diez y siete buques. España tie-
ne veite y siete buques en comisión, Austria veinti-
dós, Kusia tres é Italia dos; pero el negocio liecho
por cada uno de estos países es comparativamente
pequeño.
En el tráfico de la costa los buques mexicanos so-
brepasan á los de otras nacionalidades, tanto en lo
que refiere al número como á la importancia de la
carga transportada. De los 7,080 buques en comisión
en el tráfico de la costa mexicana, 6,550 llevaban la
bandera de la Kepública, ó sea poco más de noventa
y dos por ciento, con un tonelaje total á su favor de
217,781, de un total de 225,889, ó sea como noventa y
seis por ciento del tráfico total de la costa de la Ke-
pública.
Los Estados Unidos ocupan el segundo lugar
con 323 barcos, en los cuales solamente se transpor-
tan 4,201 toneladas. Siguen los alemanes con 2,325
toneladas llevadas en sesenta y nueve buques. Las
otras naciones que tienen barcos en el comercio del
litoral mexicano son las siguientes : la Gran Breta-
ña ochenta y cinco buques, Noruega treinta y seis,
Austria diez, Francia tres, Cuba dos, Dinamarca uno
y Rusia uno.
Hay cerca de una veintena de compañías navie-
ras ocupadas en el servicio mexicano, poseyendo la
ma^-^or parte de las cuales buen número de barcos en
comisión. Considerándolos en su conjunto, los varios
servicios de vapores de México comunican á la Repú-
blica de un modo ó de otro con todas las partes del
142 DÍAZ Y 3IEXIC0.
mundo ciAdlizaclo. Las más importantes de estas com-
pañías son las siguientes :
La "Royal Mail Steam Packet Company" (Com-
pañía de Paquebotes de la Mala Eeal), cuyos barcos
salen de Amberes y llegan á Veracruz por vía Sou-
tliampton, tocando en su travesía en los siguientes
puertos : Bilbao, Coruña y Vigo, de España y Haba-
na (Cuba). En el viaje de regreso de Veracruz, los
buques de esta Compañía tocan en Plymoutli, Havre
y Vigo, sin dejar también de tocar en la Habana.
Esta Compañía también tiene una línea de vapo-
res que parten de Vigo y Soutliampton para Xueva
York, las Indias Occidentales (Antillas), Panamá y
puertos de Sud- América.
La línea de vapores Hamburg-American hace su
servicio entre Hamburgo, El Havre, Soutliampton,
Santader, Coruña y Habana, Veracruz, y Tampico.
Esta Compañía tiene oñcinas en Londres, Xueva
York, México y Hamburgo, siendo en este último lu-
gar donde están las oficinas centrales.
La ''Xew York and Cul)an Mail Steamsliip Com-
pany" (Compañía de ^^apores de la Mala Cubana y
de Xueva York), llamada también "Ward Line," ha-
ce sus conexiones entre Xueva York, Cuba, Tampico,
Veracruz, Canii)eche y Progreso. Esta Compañía ha-
ce mucho negocio tanto con la carga como con el ser-
vicio de pasajeros.
La "Compagnie Genérele Transthmtique" (Com-
paíiía General Transathíntica), es una compañía
francesa que hace las siguientes conexiones entre Eu-
roj)a y los puertos mexicanos : St. Xazaire (Francia )
con Santander, Coruña, Habana y Veracruz. Esta
Compañía tiene oficinas en Londres, Xueva York,
París, ciudad de México y Veracruz.
La Compañía Transatlántica Española es una
línea naviera de la nacionalidad que indica su nom-
bre. Tiene establecidos dos servicios entre puertos
mexicanos y europeos. Uno de éstos toca en las pobla-
ciones siguientes: Genova (Italia), Barcelona, Cá-
diz, Xueva York, Habana y Veracruz ; mientras que
COMERCIO marítimo. UB
el otro hace el servicio entre Bilbao y ^^eracriiz, con
escala en Santander, la Cornña y Habana.
La "Atlantic ancí Mexican Gnlf Steaniship Com-
pany" (Compañía de Vapores del Golfo de México
y del Atlántico), hace la travesía entre Movile (Alá-
banla) y Progreso. Esta Compañía hace bnen nego-
cio, especialmente en lo que refiere a carga.
La "Eider Dempster & Co." es una línea canadien-
se que conecta puertos del Canadá y de México. En
el verano los barcos parten de Montreal y en el in-
vierno de Hálifax, hace escala en Xassau y Habana
y llegan á los puertos mexicanos de A'^eracruz y Tam-
pico. El viaje de regreso á Canadá lo hacen vía Pro-
greso.
La "Cuban Steamshi]) Company"" (Compañía de
Vapores Cubana), se dedica principalmente al trans-
porte de mercaderías y conecta á México con Londres
y Amberes. Sus buques tocan en Tampico, Puerto
México (Coatzacoalcos), Veracruz, Gálveston (Te-
xas), Habana, otros puertos cubanos y Bermuda.
Hace poco más de un año el Capitán Wolvin ad-
quirió del Ferrocarril Central Mexicano la línea de
vapores llamada "American Steamship Co.," la cual
incorporó á la línea Wolvin, dándole á esta última el
nombre de "Wolvin Line Mexican- American Servie."
Tiene actuamente esta Compañía siete ])uques en co-
misión haciendo la travesía entre Nueva Orleans,
Puerto Arturo (Texas), Puerto México, Veracruz y
Tampico. Como el servicio es tanto de carga como de
pasajeros, los barcos tocan ocasionalmente otros
puertos.
La línea de vapores Kosmos de Hamburgo, que
tiene una gran flota de barcos modernos (treinta ó
más) conecta Hamburgo, Amberes y Londres, vía del
Estrecho de Magallanes, con los puertos del Pacífico
de la América del Sur y del Centro, México y los Es-
tados Unidos. Transporta carga pesada y tiene un
servicio excelente de pasajeros.
La "Pacific Xavigation Company" (Compañía de
Navegación del Pacífico), posee una flota de peque-
144 DÍAZ T MÉXICO.
ños vapores costeros que tocan en los puertos mexi-
canos del Pacífico, desde Guaymas al Norte hasta
San Benito en el Sur, y de aquí á los puertos de Sud-
América.
La "Pacific Mail Steamsliip Company'' (Compa-
ñía de la Mala del Pacífico) conecta San Francisco
California con el Istmo de Panamá, haciendo escala
en todos los puertos importantes de México y Centro
América, de la costa del Pacífico.
La "Canadian-Mexican Pacific Steamship Com-
pany" (Compañía de Vapores del Pacífico Mexicano-
Canadiense), conecta Victoria (Columbia Británi-
ca, Canadá) , con Salina Cruz j toca en todos los puer-
tos mexicanos de importancia en la costa del Pací-
fico entre estos dos puertos.
La Compañía de Vapores Comercial China, Limi-
tada, de Hongkong, se dedica más especialmente á
la carga y conecta á Hongkong en China con Salina
Cruz, puerto terminal en el Pacífico del Ferrocarril
Nacional de Tehuantepec.
La "American-HaAvaiian Steamship Company"
(Compañía de Vapores Americana-Hawai) , tiene ser-
vicio en ambos océanos, el Atlántico j el Pacífico. El
primero está establecido entre Nueva York y Puerto
México, haciendo escala en Filadelfia en el viaje de
regreso; y el último entre Salina Cruz y las Islas
Hawai, haciendo escala en San Diego, San Francisco
y Puget Sound. Esta Compañía tiene relaciones co-
merciales muy íntimas con el Ferrocarril Nacional
de Tehuantepec.
La "Frederick Leyland & Co.," Limitada, (Indias
Occidentales y Pacífico), hace su carrera entre Li-
verpool y Veracruz, tocando en Tampico, Progreso y
Nueva Orleans.
La Línea Harrison conecta á Liverpool con Pro-
greso, Veracruz, Tampico y Nueva Orleans.
La "Mexican Navigation Company" (Compañía
de Navegación Mexicana), se ocupa principalmente
en fietes entre los puertos mexicanos del Golfo de
México, haciendo escala en todos los puntos impor-
COMERCIO marítimo. 145
tautes (le la costa, incluyendo á Tampico, Túxpam, Ve-
raeriiz. Puerto México (Coatzacoalcos), Frontera,
Laguna, Campeche, Nautla y Tecolutla.
Estos apuntes darán una idea de la importancia
que el comercio marítimo de México ha asumido du-
rante los iiltimos treinta años ; aunque no manifies-
ta el número de buques que tiene en servicio cada
comi^añía, ni la importancia de su negocio. Actual-
mente hay en el servicio marítimo mexicano 11,000
buques de todas clases ocupados tanto en el comercio
del Atlántico como en el del Pacífico y en el costero,
y este niimero se aumenta constantemente todos los
años conforme la cantidad de carga y el movimiento
de pasajeros asume mayores proporciones.
CAPITULO Lll.
Manzanillo y la costa del Pacífico.
Hace menos de un cuarto de siglo la costa del Pa-
cífifico de México estaba más distante de la capital
de la República que Nueva York. Era del todo una
tierra aparte, con intereses locales que eran conside-
rados de mayor importancia que la lealtad y obedien-
cia debidas al gobierno central. Por cuya razón la
costa occidental de México era siempre temida por
su espíritu turbulento é independiente, y por su inac-
cesibilidad en tiempos de levantamientos peligrosos,
que eran, por cierto, demasiado frecuentes en esta
parte del país.
Este era más ó menos el estado crónico de los
asuntos en todos aquellos Estados, que debido á su
distancia de la capital de la Federación, j á la falta
de buenos medios de comunicación y transporte, es-
taban en situación de ofrecer asilo á los desconten-
tos políticos y de levantar partidas revolucionarias
que los apoyaran.
Como liemos dicho ya antes, el gobierno de Díaz
comprendió, que para lograr que la paz del país fue-
ra permanente y que pudiera asegurarse la estabili-
dad de la administración, era absolutam^ente nece-
sario llevar las Aias de comunicación basta las partes
más alejadas de la Eepública. En un país de la vas-
ta extensión territorial de México esta tarea pare-
cía sobrehumana, si se tomaba en consideración lo
limitados que eran entonces los recursos del gobierno
y la incertidumbre de que la administración se pu-
diera sostener por algún tiempo en el poder. Pero se
comenzó el trabajo extendiendo con toda la rapidez
posible líneas de telégrafo á todas las poblaciones
y villas de importancia del país. Las empresas fe-
rrocarrileras fueron estimuladas, con la concesión
de subsidios y privilegios á las compañías organiza-
MAÍÍZAMLLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 147
das para promoverlas, los caminos carreteros anti-
guos fueron mejorados y otros nuevos fueron abier-
tos donde hacían falta. Más tarde se instalaron lí-
neas telefónicas y se construyó un ferrocarril á tra-
vés del Istmo de Tehuantepec. No obstante todo lo
cual, gran parte de la costa del Pacífico permanecía
aún aislada del resto de la República. Se otorgaron
concesiones ferrocarrileras con fuertes subvenciones
á varias compañías para que se construyeran líneas
férreas á la costa occidental ; pero las dificultades pa-
ra la real'zac ón de estas empresas eran muchas, y
así, por cierto número de años todas fracasaron, con
excepción de la línea del Istmo de Tehuantepec que
ya hemos mencionado ; y como esta línea férrea está
situada muy al sur, no ha tenido, como es natural,
gran influencia sobre los Estados de la costa del Pa-
cífico. Finalmente, sin embargo, la Compañía del Fe-
rrocarril Central Mexicano aseguró una concesión,
y los trabajos fueron impulsados con tanto empeño,
que al fin la ciudad de Guadalajara fué unida por
ferrocarril con Colima, capital del Estado del mismo
nombre. Y como ya el puerto de Manzanillo había
sido anteriormente conectado con rieles con la ciudad
de Colima, quedó asegurada la comunicación ferro-
viaria entre dicho puerto y la importante ciudad de
Guadalajara.
En anticipación del día en que la costa del Pa-
cífico estuviera conectada por línea férrea con la ca-
pital de la República, el Gobierno mexicano hizo el
año de 1899 un contrato con el Coronel Edgar K.
Smoot para la mejora del puerto de Manzanillo. Di-
cha mejora debía incluir el arreglo general de la en-
senada del i3uerto, el dragado de las partes esencia-
les para la nai^egación, la construcción de muelles y
la erección de un rompe-olas para proteger tanto el
puerto como la población de los embates del océano,
los cuales eran de tal naturaleza, que habían hecho
de la costa de Manzanillo una de las más peligrosas
de México.
La extensión del Ferrocarril Central Mexicano á
1-Í8 DÍAZ Y 3IEXIC().
la costa y la renovación del puerto de Manzanillo lia
formado un nuevo eslabón en la cadena que la ad-
ministración actual ha venido forjando desde hace
más de treinta años, para unir firmemente y sujetar
todos los antiguos elementos intranquilos de la gran
masa política, elementos que continuamente amena-
zaban alterar la paz del país y la estabilidad del go-
bierno. Es, por consiguiente, de gran interés saber
exactamente qué es lo que se ha hecho en Manzanillo
y qué es lo que esto significa para el progreso de Mé-
xico.
La bahía de Manzanillo, de once kilómetros de
largo por seis de ancho, como término medio, es una
gran indentación de la costa expuesta á todo Acento
y marea, con ensenadas profundas en la parte nor-
te y sur, siendo la iiltima de éstas la que forma el
puerto de Manzanillo, protegido por una punta de
tierra de la entrada directa de las olas del mar.
En el área central de la bahía, el agua tiene una
profundidad de treinta á cincuenta metros, la cual
se extiende hasta muy cerca de la costa. Tanto la for-
ma regular que tiene la bahía, como su profundidad
uniforme y lo empinado de sus costas, demuestra la
existencia de corrientes fuertes y regulares dentro
de sus límites.
Pero para convertir á Manzanillo en un gran
puerto de la costa del Pacífico, era indispensable pre-
pararlo para el desarrollo que era natural esperar si-
guiera á la extensión del Ferrocarril Central Me-
xicano á la costa y á la construcción de obras mo-
dernas en el puerto, que atraerían, sin duda alguna,
un gran aumento en los negocios comerciales entre
Manzanillo y la capital de la República y todas las
ciudades y poblaciones del tránsito. Para llegar á
este fin, sin embargo, era imperativamente necesario
mejorar las condiciones sanitarias del puerto y de
las comarcas circunvecinas ; para lo cual se firmó un
contrato entre el Gobierno mexicano y el Coronel
Smoot que abrazaba todos los trabajos que la nueva
situación requería.
MANZANILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. U9
Del lado de tierra Manzanillo está rodeado por
las lagunas de San Pedrito y Cayutlán, ambas dos,
grandes extensiones poco profundas de agua, que in-
filtran considerable superficie del país circunvecino.
En ]a estación seca la evaporación es excesiva, y el
agua de las lagunas se reduce de tal modo que se po-
ne á descubierto el fondo lodoso de las mismas. Los
vientos nocturnos que soi)lan hacia el mar i)asan so-
bre estas marismas, especialmente sobre las de Cu-
wtlán. que quedan muy cerca de la ciudad, del lado
sur, y llevan los elluvios hacia el puerto. Un examen
cuidadoso de las condiciones sanitarias del lugar ha
mostrado que el mayor peligro para la salud en Man-
zanillo viene de esta última laguna. I*or lo cual se
decidió comenzar por aquí, á efecto de evitar la cau-
sa del perjuicio. Se abrió un canal en la cañada de la
cordillera de montes, en el lugar denominado Venta-
nas, con el objeto de permitir á las aguas del mar
entrar á la laguna con la marea dos veces al día, de
cuyo modo se mantiene el nivel del agua en dicha la-
guna al mismo nÍAel del mar durante todo el año;
teniendo este expediente como natural i'esultado que
la laguna se lava, podemos decir, constantemente con
el agua salada del océano, y de consiguiente desapa-
recieron las condiciones de insalubridad que reina-
ban anteriormente.
Como el extremo Este de la laguna ha sido duran-
te muchos años un distrito gran i:)roductor de sal, era
necesario proteger esta industria, que aún es de con-
siderable importancia local. En los tiempos del vi-
rreinato habían más de mil pozos en la vecindad de
la población de Cm^utlán, y aún hoy todos los años
en los tres meses de tiempo seco el lugar presenta
un aspecto de gran animación. Se construyó, ]mes, un
dique á través del estrecho de Tepalcates, en el ex-
tremo oriental de la laguna ; lo cual permitía que to-
da la parte de la laguna del lado de Manzanillo fuera
inundada por la marea, mientras que los distritos
salinos de la vecindad de Cuyutlán no eran tocados ;
pues debido á la distancia de veinte kilómetros á que
150 DÍAZ Y MÉXICO.
dicho distrito está del puerto de Manzanillo, podían
sus habitantes proseguir su industria de sal sin pe-
ligro para la salubridad de dicho puerto.
Como es de esperarse, el trabajo principal del
Coronel Smoot consistió en la construcción de las
nuevas obras del puerto. Pero con el objeto de que
éstas tupieran buen resultado, se hizo indispensable
hacer primero un estudio cuidadoso de las condicio-
nes reinantes de los vientos, mareas, arenas, corrien-
tes y de la profundidad de las materias deleznables
en el fondo de la bahía, para que la construcción del
rom])e-olas que debía proteger el puerto fuera llevada
á cabo con inteligencia y acierto, de modo (i no im-
pedir la circulación de las corrientes naturales de la
bahía en su litil trabajo de llevar al mar las arenas
que ellas mismas traían dentro. De suerte que se em-
plearon varios meses en hacer estos estudios con el
mayor cuidado, especialmente en lo que concierne al
volumen y curso de las corrientes y á la sondeada
de la bahía. Finalmente, el rompe-olas fué construi-
do en el lugar donde interfiere lo menos posible con
el proceso natural de dragado que la naturaleza ha
estado llevando á cabo durante siglos dentro de la
bahía de Manzanillo, de cuyo modo se ha evitado la
necesidad del dragado mecánico que tiene que hacer-
se constantemente en muchos ])uertos.
El puerto de Manzanillo, que ocupa la ensenada
en el extremo sur de la bahía del mismo nombre, es-
tá protegido del mar por una punta de tierra y una
cadena de montañas al este, sur y sudoeste. La gran
profundidad natural del puerto y el abrigo que le pro-
])orciona esta cadena de montañas que lo rodea por
casi todos lados, le dá ventajas como poseen pocos
otros lugares en el mundo. Pero se necesitaban cier-
tas mejoras artificiales para que se pudieran utili-
zar estas ventajas naturales ; pues cuando los vien-
tos y la marea golpean del lado del océano, la bahía
se veía expuesta á la furia de los huracanes que im-
pulsaban la tempestad de las aguas alrededor de la
punta de tierra que antes hemos mencionado, y que
MANZANILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 151
tiene solamente doscientos metros de largo, y barría
las costas hasta los propios lindes de la ciudad. Co-
mo por término medio la altura de las olas que da-
ban la vuelta á la punta de tierra cuando liacía mal
tiemi30, era de tres y medio á cuatro metros en las
peores circunstancias, el ímpetu de semejante volu-
men de agua lanzándose alrededor del cabo y hacia
la bahía, hacía muy inseguras todas las partes de
la ensenada del interior. Por cuya razón los naufra-
gios eran frecuentes, aún en el interior del ixierto,
por el tiempo en que el gobierno hizo el contrato con
el Coronel Smoot para la mejora general de las con-
diciones de dicho lugar.
Como un preliminar indispensable para la ejecu-
ción de los trabajos, se sondearon con cuidado las
X>rofundidades del agua en las distintas partes de
la bahía y se determinó la naturaleza y espesor del
material del fondo. El resultado de estos exámenes
mostró la ausencia completa de lodo en dicho fondo,
el cual estaba cubierto de conchas y arena corriente;
lo que indicaba la existencia de corrientes con sufi-
ciente velocidad para llevarse el lodo, pero no con
suficiente fuerza para remover las arenas y conchas
del fondo de la bahía. Se hicieron también observa-
ciones cuidadosas acerca de la fuerza, altura y direc-
ción de las mareas, con sus fluctuaciones y sus re-
laciones con las corrientes ; y se encontró, que el mar-
cado exceso en la velocidad de declinación en la ma-
rea lunar, da origen á mayores velocidades de las
corrientes en el reflujo, que en las mismas durante
el flujo de dicha marea. Esta circunstancia impide
la acumulación de depósitos dentro de la bahía y
constantemente regresa al océano las arenas finas
y sedimentos que son traídos por las olas y mareja-
das.
Estas y otras muchas observaciones científicas
que se hicieron, mostraron la necesidad de arreglar
el rompe-olas que debía proteger el fondeadero, de
modo de permitir á las mareas y corrientes que con-
tinuaran dragando la ensenada, como lo habían esta-
ir.L> DÍAZ Y 3IEXIC0.
do liaciendo durante siglos. Fué con este plan en
mira que el Coronel Smoot procedió á construir las
obras del puerto de Manzanillo ; v los resultados has-
ta lioy obtenidos, ban mostrado el gran valor de este
tan minucioso y cuidadoso trabajo preliminar.
Las obras de mejora del puerto en sí, consisten
en un rompe-olas que ]>royecta dentro del agua JzG.")
metros desde una i)unta de tierra de 200 metros de
largo, haciendo una extensión total de ()().") metros ;
de un dique ó defensa á lo largo del frente de la ciu
dad de ^Manzanillo, desde la base del Mgía grande
al extremo oriental del puerto, que es una distancia
como de dos kilómetros, y por último, la rellenada del
terreno situado entre el antiguo frente y este dique.
El rompe-olas, que corre en una dirección curvilínea
desde el extremo de la punta de tierra, ])rotege la en-
senada sobre cuyas costas está situada la población,
de tal modo que impide que las tempestades del océa-
no penetren al puerto. Las anteriores obras han sido
ya prácticamente terminadas y también se ha cons-
truido ya un muelle para el acomodo del comercio
marítimo.
La parte más costosa de la obra ha sido la cons-
trucción del rompe-olas, el cual tiene ocho metros de
espesor en la parte alta y cien metros en la base, y
se eleva á una altura de veinte .y seis metros, de los
cuales veinte y dos están dentro del agua y cuatro
fuera de la misma. Esta gran profundidad ha ne
cesitado de un ancho corres])ondiente en la base, lo
que ha consumido la enorme cantidad de 775,000 to-
neladas métricas de piedra, que tuvo que ser traída
de una distancia de nueve kilómetros á que están las
canteras de granito de Colomo. Para el transporte
de esta ])iedra hubo necesidad de construir un ferro
carril desde el puerto á las canteras. Pero no fué és-
te el i'inico trabajo difícil. Con motivo de lo profundo
del agua en el lugar donde tenía que construirse el
rompe-olas, toda la estructura tuvo que ser coronada
con bloques de piedra de tamaño enorme, los cuales
fueron cementados juntos y cubiertos con un caballe-
MANZANILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 1'3
te de cemento de gran solidez. Estos bloq^ues no tie-
nen menos de dos metros de espesor y pesan de trein-
ta á sesenta toneladas cada nno, y son probablemen-
te los más macizos y i)esados qne se hayan empleado
hasta hoy en nna estrnctura en cantidad tan enorme.
I*ara manejarlos hnbo necesidad de maqninaria po-
derosísima, y no obstante, y á pesar de todas las
precauciones que se tomaron, hnbo qne bichar con mn-
chas dificnltades. Las canteras están sitnadas en la
cima de nn cerro, á nna altnra de doscientos metros
sobre el nivel del ferrocarril al ])ie de dicho cerro.
Con motivo de los inmensos pesos qne tenían qne ser
manejados y á la vibración constante qne esto oca-
sionaba, con frecuencia se rom])ían las cadenas y
algunas veces otras ])artes de la maquinaria, cuyas
piezas tenían que ser reparadas ó conseguidas en
un lugar á distancia considerable de cualquier mer
cado. La piedra era enviada cerro abajo en un ferro
carril de declive .y de allí eran llevados los bloques
al puerto en carros con capacidad de sesenta tonela-
das. A pesar de ser estos carros de construcción nuiy
fuerte, solamente una de estas inmensas masas de
granito podía ser ti'ansportada en un cai*ro. Esto dá
una idea de su enorme peso ; lo cual no obsta ])í\ví\
que las grandes grúas del puerto manejaran estas
enormes masas de granito con la mayor facilidad.
La forma curva del romjíe-olas permite la libre
circulación de las corrientes imturales dentro del
l)uerto y la bahía, y al mismo tiempo ofrece una su-
perficie de gran resistencia á los embates de las tor-
mentas del Océano por el lado de afuera.
El frente del puerto con sus muelles, cuando todo
esté concluido, tendrá cinco kilómetros de largo y
acomodará con facilidad cuarenta buques. Los mué-'
lies serán suficientemente largos i)ara poder acomo-
dar cualquier buque-barco por grande que sea, y ten-
drán una profundidad de nueve metros cuando la ma-*
rea esté baja. La bahía propia tiene de cincuenta á
cien metros de profundidad en el centro y el puerto
tiene veinte metros, mientras que en la ribera, á lo
1Ó4 DÍAZ r MÉXICO. "?
largo del frente de la ciudad, llene una profundidad
alrededor de tres metros en la marea media.
En la actualidad la entrada del puerto tiene dos
kilómetros de anchura ; pero hay ciertos proyectos en
consideración que reducirán materialmente esta
abertura aumentando el largo del rompe-olas ya
construido y construyendo una proyección semejante
desde la costa del lado opuesto.
Los informes dados por el inspector del gobierno
sobre las trabajos del imerto de Manzanillo han si-
do siempre de lo más favorables y los resultados que
desde entonces se han ido obteniendo, prueban lo
correcto de este juicio; pues Manzanillo es hoy uno
de los mejores puertos de la Kepública.
El costo de las obras hasta hoy es poco más de
$8.000,000 plata, que es menos de la mitad del que
costaron las grandes obras de puerto construidas
por el Coronel Smoot en Gálveston para defender á
esta población y á su bahía de las tormentas del Gol-
fo de México. Por consigiiiente, para el trabajo que
se ha llevado á cabo, el costo para el gobierno de Mé-
xico debe considerarse como muy razonable.
Como el i)uerto de IManzanillo tiene una área de
165 acres, hay local suficiente para el actual tráfi-
co; pero las mejoras y extensiones que están bajo
consideración, más que doblarán esta área y pro-
porcionarán acomodo amplio para cualquier aumen-
to posible en el tráfico durante muchos años. No
cabe duda que se agregarán otras mejoras á las que
están ya terminadas ; porque las facilidades natura-
les de este puerto, la posición tan importante que
ocupa en la costa del Pacífico, sus medios de comuni-
cación directos con la capital de la República, y su
situación intermedia entre el extremo norte y el ex
tremo sur en la costa mexicana del Grande Océano,
le dan una importancia que merece toda la atención
que se le ha dedicado, y estimula á hacer aún mayo-
res esfuerzos para convertirlo en el puerto mexica-
no más grande de la costa del Pacífico, como merece
serlo por su posición intermedia entre Manzanillo y
MAJíZAIíILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 155
Salina Cruz (que distan cerca de mil millas uno de
otro) y la circunstancia de que es también punto in-
termedio entre San Francisco y Panamá.
Una zona agrícola rica y extensa es triluitaria del
puerto y del ferrocarril que lo conecta con (luadala-
jara, ciudad que es en tamaño y población la segam-
da de la República. Muchas minas que aún no han
sido exploradas contribuirán, en un futuro próxi-
mo, con su riqueza, por cuyos motivos la costa del
Pacífico de México no cabe la menor duda que está
destinada á llegar muy pronto á la vanguardia^ co-
mo lo ha hecho ya la costa del Pacífico de los Estados
Unidos ; este desarrollo futuro exige facilidades pa-
ra el comercio como las que Manzanillo ofrece ya en
la actualidad.
El Coronel Edgar K, Smoot, contratista é inge-
niero á cargo de los trabajo^ del puerto de Manza-
nillo, se ha identificado de un modo promiente con
la construcción de grandes obras públicas en Méxi-
co desde hace catorce años ; durante cuyo tiempo ha
logrado por medio de su reconocida competencia y
de su concienzudo trabajo, toda la confianza del Go-
bierno mexicano, tanto por su honradez como por
su habilidad y su equidad en el cumplimiento de
todos sus compromisos. Es ingeniero de gran expe-
riencia y de grandes conocimientos científicos y téc-
nicos, los que ha adquirido á fuerza de un estudio mi-
nucioso y universal de los grandes trabajos de inge-
niería en el mundo. Esto explica por qué los trabajos
del puerto de Manzanillo han sido hechos con tanto
cuidado y por qué sus resultados han sido tan satis-
factorios para el Gobierno mexicano. Xo cabe la me-
nor duda que la gran experiencia que adquirió el Co-
ronel Smoot en la construcción de bis olu'as del puer-
to de Gálveston, ha contribuido á hacer tanto más
eficaces los trabajos del puerto de Manzanillo.
Las mejoras adicionales que deberán hacerse á.
los trabajos de dicho puerto en un futuro próximo,
serán la construcción de más muelles y la extensión
del romi^e-olas unos doscientos metros más.
ir.r; DiAZ Y mexico.
Cuando esto último esté terminado, dará una pro-
yección total sobre la línea de los muelles de casi un
kilómetro. Si tomamos en consideración la eran ])ro-
fundidad de las aguas en el lugar en que ha sido
construido el rompe-olas y la gran cantidad de i)ie
dra que lia habido que emplear en esta obra, los tra-
bajos del puerto de Manzanillo deben considerarse
como una de las grandes proezas de ingeniería en los
tiempos modernos.
"AT'TO-RETRATO."
Ctadkt de Hernán Gedovius.
CAPITULO Lili.
Mejoras en los puertos-
Hace escasa: líente veinte años no liabía en Méxi-
co pnerto alguno que tuviese las facilidades conve-
nientes, esto es, en el cual los grandes va])ores pu-
dieran entrar hasta la orilla del muelle para la des-
carga de sus mercancías sin necesitar la ayuda de
barcas alijadoras. Pero de entonces acá el Gobierno
ha invertido millones de pesos en mejoras en las ba-
hías, resultando que tanto en las costas del (rolto
de México como en las del Océano Pacífico se cuenta
ya con excelentes puertos, y aún se proyecta la adap-
tación de otros en los que se invertirán otros varios
millones de pesos, á fin de llevar á realización el
programa para la mejora de los puertos del Golfo y
del Pacífico.
Xo hace aún muchos años los buques transatlán-
ticos, arribaban á A'eracruz exactamente en la mis-
ma forma en que lo hicieron las naves que trajeron
á los primeros aATutureros españoles, lanzando sus
anclas en las arenas de ''Villa Rica," en preparación
para principiar la jornada de la conquista que ter-
minó con la caída del imperio de los Moctezumas.
Es verdad que antes de esas obras, ya mucho se
había hecho en trabajos de construcción de muelles,
almacenes y comodidades para el atraque de ])otes
pequeños; pero la bahía continuó siendo insalubre,
peligrosa y deficiente en extremo durante los tres-
cientos años de la dominación española.
Hasta la época del advenimiento del Gobierno
de Díaz, los jefes y arbitros de los destinos de la Ke-
pública, habían estado demasiado ocupados en sus
reyertas civiles y políticas para prestar atención á
asuntos para ellos de tan poca importancia como
mejoras en los puertos. Entretanto los buques oceá-
nicos, aumentando cada vez más en tamaño é impor-
158 DÍAZ T MÉXICO.
tancia, se A'ieron al fin forzados á lanzar sus anclas
en alta mar, cada vez más y más lejos de la bahía,
pues su mayor calado exigía un fondo de agua más
profundo.
Lo mismo que de Yeracruz puede decirse de to-
dos los otros puertos de las costas mexicanas. Algu-
nos disponían de mayores facilidades naturales que
el puerto principal del Golfo ; pero todos exigían la
inversión de largas sumas á fin de adaptarlos al cre-
ciente movimiento marítimo mercantil que año tras
año prosiguió acentuándose en la República como re-
sultado de la política del Gobierno mexicano para
impulsar la industria y el comercio del país. Como
las bahías más importantes se ha]lal)an en condicio-
nes naturalmente inadecuadas^ ó bien obstruidas por
grandes barras de arena, el mejorarlas hasta el pun-
to de hacerlas comercialemente útiles conforme á la
demanda, siempre en aumento, de las actividades de
la República, requería gastos tan considerables, que
cualquiera otro gobierno, aún más emprendedor que
el de México, habría vacilado en acometer tan aventu-
rada empresa. Pero la administración, durante veinte
años, ha conservado la más completa fe en el futuro
del país, y por lo tanto fué resuelta la ejecución de
mejoras en las bahías de mayor importancia comer-
cial ; y el aumento en los negocios que trajo consigo
la adaptación de los primeros jmertos y el ensanche
de cada ramo industrial producido por el más sóli-
do crédito del Gobierno, permitieron á éste extender
sus energías y ampliar su campo de acción.
El primer puerto que recibió el beneficio de la sa-
bia política del Gobierno fué Yeracruz, en cuyas
obras han sido gastados cuarenta millones de pesos.
Al presente pueden penetrar á la bahía y anclar á
lo largo del muelle, navios con calado de veinticuatro
pies. La bahía y curso de los buques están bien alum-
brados y siempre hay á mano pilotos para guiar las
embarcaciones en su entrada al puerto. Este puede
acomodar perfectamente todo el transporte mercan-
te susceptible de llegar allí por muchos años futu-
c
o
4!
MEJORAS EX LOS PUERTOS. 159
ros. Cuenta con diques flotantes, talleres de repara-
ción, almacenes y todas las facilidades de un gran
puerto moderno. El puerto de Yeracruz tiene dere-
cho á ser considerado el primero de la República.
A la terminación de los trabajos emprendidos en los
dos puertos que forman las estaciones terminales del
Ferrocarril de Teliuantepec, ó sean: Puerto México
y Salina Cruz, se liabrá gastado en ellos una suma,
probablemente mayor que en Veracruz. Estos puer-
tos son ya de gran importancia comercial ])or razón
de formar los puntos terminales de la ruta transcon-
tinental á través del Istmo de Tehuantepec, y esa
im])ortancia crece firme y rápidamente.
Puerto ^léxico, también conocido con el nombre
de Coatzacoalcos, es una hermosa bahía natural, for-
mada por la desembocadura del río Coatzacoalcos,
que tiene una profundidad suficiente para dar cabida
á navios con treinta pies de calado. Cuando todas las
mejoras emprendidas se hayan terminado, tendrá
cerca de una milla en muelles, en adición á la facili-
dad que existe para el anclaje hasta cerca de una mi-
lla río arriba.
Salina Cruz es un puerto natural situado en la
costa del Pacífico, distante sólo 192 millas de Puer-
to México, con el cual está ligado por el Ferrocarril
Nacional de Tehuantepec, uno de los ferrocarriles
mejor construidos de la República y que en su tra^
mo transporta más flete que ningún otro de México.
La bahía exterior mide sesenta hectáreas. Hay ade-
más otra bahía interior, con una profundidad de
cerca de 30 pies, que mide 1,040 metros de largo por
240 metros de ancho. Navios oceánicos descargan ya
sus fletes en los muelles, donde grúas modernas de
vapor facilitan la carga y descarga. Ami^lios atraca-
deros y almacenes marcan sus líneas en la bahía y
existe allí un excelente dique seco, de 30 pies de fon-
do en baja marea para permitir la reparación de
embarcaciones, en caso necesario. Tanto Puerto Mé-
xico como Salina Cruz están provistos de muy buen
alumbrado en toda la extensión de las bahías v los
IBO BIAZ Y MÉXICO.
poderosos fanales de los faros, señalan la situación
de ambas. La luz del faro de la bahía interna, situado
en las alturas del "Morro," ])uede distinguirse á más
de 20 millas de distancia en alta mar.
El último de los puertos, IMazatlán., situado en
el Estado de Sinaloa, pronto será una de las más
hermosas bahías de la Ke|)ública. Este puerto siem-
pre ha tenido muchas facilidades naturales ; pero se
hallaba ol)struido i)or una barra de arena en la boca
del río del mismo nombre, la (pie impedía el paso á
los buques de gran tamaño, excepto en la alta marea.
Pero las mejoras va i)royectadas comprenden la re-
moción de esa barra y la construcción de extensas
obras para impedir una irrupción posterior de are-
na. Además, la l)ahía será provista de todos los ele-
mentos modernos con que se ha dotado á los demás
puertos que el Gobierno ha reconstruido en los doce
últimos años.
La im])0]'tancia de las mejoras en los ])uertos no
puede ser exagerada, pues por ellas se ha estimulado
el tráfico marítimo en todos sentidos y han hecho ])0-
sible para los ferrocarriles el acrecentar material-
mente sus entradas. También han im])ulsado el co-
mercio y movimiento mercantil en toda la Re])úbli-
ca ; pero no sólo estriba su importancia en lo que
han hecho, sino en lo que tornarán ])osible hacer en
el porvenir. Existen ahora, tanto en las costas del
Golfo mexicano como en las del Pacífico, puertos ca-
paces de alojar á los más grandes vapores oceánicos,
los que pueden desembarcar sus pasajeros á orilla
de los muelles. Esto significa un vasto aumento ac-
tual y futuro del tráfico marítimo. Aún cuando han
sido grandes las sumas gastadas para mejorar los
l)uertos de ]México, el aumento en los negocios i)ro-
ducido en toda la Ke])ública como una consecuencia
de esas obras, compensa y retorna rápidamente el
dinei'o invertido. El aumento de los ingresos por de-
rechos de puerto, es también un espléndido producto
del ca])ital invertido.
Pero además del aumento real en los derechos de
MEJORAS EN IOS PUERTOS. 101
puerto Y el estímulo del comercio marítimo, debe
también tomarse en cuenta la influencia de los puer-
tos sobre la acti^ádad industrial y mercantil del país
en general, cuya influencia ha sido notable y promete
acrecentar constantemente su importancia en el fu-
turo.
Un diario prominente de México, expresó hace
algunos años, cuando se discutía la cuestión de mejo-
ras en los puertos, que era inversión segura la que
se confiaba al futuro de México, con sus vastos recur-
sos sin desarrollar y la actividad perceptible en to-
das las líneas de negocios en todas las comarcas de
su territorio. El (lobierno mexicano, en los últimos
treinta años, ha estado siempre dispuesto á confiar
en el futuro del país y á esta fe se debe la sucesión
de mejoras que han marcado la administración de
Díaz, de las cuales no son las menores las obras en
los ]niertos ya terminadas, en actual prosecución y
á ])unto de terminarse ó las que se com])leten en el
futuro.
CAPITULO LIV.
Fases comerciales.
El hombre de negocios mexicano, que no es sino
rara vez comprendido y apreciado en su justo valer
por los extranjeros, está mostrando ser un gran fac-
tor en la edificación de la República. Se alega que el
extranjero, por su mayor espíritu de empresa, lo re-
lega á un término secundario ; pero no es éste el caso
exacto. Desde la era española, México ha sido un
campo de atracción para el comerciante del Viejo
Mundo. Poco después de la conquista, los franceses,
alemanes y otros europeos vinieron á él con un vasto
surtido de mercaderías. El francés trajo sus telas,
lencería, perfumes y objetos de lujo; el alemán su fe-
rretería, armas y municiones. Ambos obraron acer-
tadamente, pues hubo gran demanda de sus efectos
y muchas han sido las fortunas producidas por la
labor mercantil en México. Sin embargo, esos comer-
ciantes muy pronto enseñaron su arte y trasmitieron
sus prácticas á algunos de sus más brillantes em-
pleados, los que en muchos casos llegaron á estable-
cerse por sí solos; pero debido á la falta de capital
sus importaciones hubieron de ser hechas en menor
escala, produciendo la consiguiente disminución de
utilidad. Esto sólo sirvióii para fomentar las carac-
terísticas naturales para lograr estal)lecer un co-
mercio activo bajo buenas bases.
El comerciante al por mayor consideraba como
una iitil pérdida de tiempo la discusión y regateo
acerca del precio; mas el mexicano, por su hábil for-
ma de efectuar sus transacciones, jíronto avanzó has-
ta el punto de amenazar seriamente la influencia co-
mercial del extranjero. Estas condiciones subsisten
hoy. El comerciante extranjero ha tenido la ventaja
de contar con capital más considerable; pero el me-
xicano conoce mejor á los parroquianos y por lo re-
YiSTA DE LA Plaza. I'okkllv. Micii.
FASES COMERCIALES. 163
giilai es v.ayo el mayor provecho. Al mismo tiempo
ajusta á sus dependientes con un sueldo más bajo y
por su método en dirigirlos asegura de ellos un máxi-
mum de servicios por un mínimum de salario.
El extranjero será siempre un elemento princi-
pal en el gran tráfico mercantil en México ; pero en
las Agentas al menudeo, cuyo negocio depende prin-
cipalmente del vulgo, su influencia va en decadencia
gradual. Se inicia ya en México un considerable mo-
vimiento comercial al por mayor, que abarca todos
los ramos. Los corredores están estableciendo cen-
tros de distribución para todos los puntos del país.
Esa vasta empresa está, prácticamente, dominada
por el extranjero y continuará aún en sus manos por
muchos años; \wyo el número de extranjeros que se
dedican al comercio i)or menor se \é más y más re-
ducido cada día. Esta es la causa directa de que el
hombre comercial mexicano avance en ])reeminencia.
pareciendo destinado á dominar en un futuro cerca-
no al comercio al menudeo en el país.
Una de las más apreciables cualidades del comer-
ciante mexicano es su paciencia, la cual es de todo
punto necesaria en este país y muchos de los extran-
jeros no la poseen. Xada importa averiguar cuál sea
el factor responsable de la imposibilidad de acelerar
las cosas en Méxco, mas es, sin embargo, cierto (jue
no es práctico intentar negocio alguno bajo tales mé-
todos de impaciencia. Esta es una lección bastante
dura que el extranjero debe aprovechar, pues sólo
esa circunstancia ha bastado para el fracaso de mu-
chas emi^resas al por menor en México. Por supuesto
que siempre habrá establecimientos mercantiles con-
ducidos por extranjeros que practiquen sus ventas al
menudeo y que cuentan con una gran colonia de su
propia nacionalidad de donde formar su clientela,'
é igualmente, será siempre el español un importante
factor en el comercio de abarrotes. La paciencia, in-
nata en el mexicano, le adapta sobre manera para
operaciones mercantiles directas con el público. Lo
que le falta en energía lo suple con largas horas de
164 DÍAZ T MÉXICO.
hibor y constante dedicación al negocio. Puede decir-
se que su inciativa no está tan cultivada como la
del extranjero; pero es pronto en imitar y rápida-
mente aprende por su contacto con otros que tienen
más experiencia en los negocios que él. La refinada
cortesía usada ])or los mexicanos es otro factor de
gran ayuda frecuente ; un ejemplo ilustrará este pun-
to : Dos comerciantes se hallaban envueltos en un liti-
gio sobre la renta de cierto edificio. Cada uno soste-
nía que estaba en lo justo ; el tema de la cuestión se
tratal)a una y otra vez, alejándose más cada momen-
to de la posibilidad de un acuerdo. Por ambas par-
tes se emplearon abogados y el asunto ])rometía con-
tinuar siendo un pleito hasta el fin. La dis])uta era
de tal naturaleza, que la parte que resultara victo-
riosa obtendría una gran ventaja bajo el punto de
vista comercial. En tanto que el negocio era prose-
guido con toda actividad, los contendientes en lo per-
sonal continuaban tratándose enlaformamásamiga-^
ble posible. Se cambiaban invitaciones para comer
juntos y al verlos tratarse con tanta amistosidad. na-
die habría sos])echado que en los Juzgados estuvie-
sen á punto de lanzarse uno contra otro. Al ])regun-
tar á uno de ellos el por qué se mostraba tan afable
con su contrincante, ])areció sorprenderse de la pre-
gunta y replicó que sus diferencias eran puramente
de carácter comercial ; ]>ero de ningún modo se re-
ferían á asuntos personales. ¿Habría sido éste el conv
l)ortamiento de un anglo-sajón en una situación aná-
loga? Es seguro que si se hubiese suscitado una cues-
tión idéntica entre dos extranjeros, la habrían lleva-
do hasta el punto de convertirla en agracio personal,
rehusándose mutuamente el saludo y aplicando to-
dos sus esfuerzos á hacer patente su animosidad en
contra del conqjetidor. El mexicano no malgasta su
energía en contiendas ; se dedica á su negocio y pro-
sigue, año tras año, apilando dinero quieta y calla-
damente. Cuando el mexicano tiene que tratar di-
rectamente con el extranjero, sus métodos distan mu
>
FASES COMERCIALES. K;.')
cho (le ser comparables á los de los americanos ó ale-
manes.
Los grandes plazos de crédito que varias casas en
Europa conceden, lian hecho imposible la prácti-
ca del sistema de ventas al contado y á treinta días.
Cualesquiera que sea su situación financiera, el me-
xicano siempre requiere un amplio plazo, aún pagan-
do más por las mercancías con tal de obtenerlo. La
imposibilidad de tanto manufacturero americano pa-
ra colocar sus ])roductos en el mercado de JMéxico es
debido á su fracaso para llegar á un acuerdo sobi-e
ese punto. El precio del artículo puede sufrir fácil
mente un recargo para cubrir con él los intereses adi-
cionales correspondientes al tiempo en que esté in-
soluto el crédito y sin que ese gravamen constituya
un serio obstáculo para la realización de la Agenta. El
])lazo usual debe extenderse si el negocio se efectúa
en amplia escala.
Es fácil hallar muchos ejemplos para demostrar
que el comerciante mexicano no ha sido tan punti-
lloso para cubrir sus compromisos como lo son los
comerciantes extranjeros ; pero sin embargo, ima
simple estadística probaría que pocas son las cuen-
tas que se pierden en México en proporción al núme-
ro de las que se quedan sin cubrir en los Estados Uni-
dos. El comerciante mexicano debe ser tratado con
cierto tacto, pues aún cuando tiene algunos defectos,
su paciencia y conocimiento de las condiciones loca-
les favorecen el establecimiento á través de la Kepú-
blica de una industria mercantil que promete hacer-
lo un factor de estima en la futura prosperidad co-
mercial del país.
Pocos lugares en el mundo han efectuado un avan-
ce tan rápido como México durante los últimos 80
años, teniendo en cuenta las dificultades con que ha
tenido que luchar. Cuando el Gobierno actual subió
al poder, el país se hallaba profundamente sumergi-
do en deudas y sus ingresos no bastaban para su-
fragar los gastos de la administración. El comercio
y movimiento mercantil estaban paralizados, el ca-
166 DÍAZ T MÉXICO.
pital se liallaba temeroso de inversión, los bancos en
estado ruinoso; ferrocarriles, prácticamente no ha-
bía ninguno, exceptuando la línea desde Veracruz á
la capital y partes de la misma destinadas á servir
como ramales. Bandidos y asaltantes asolaban el
país de uno á otro extremo; la minería estaba muer
ta por las dificultades y peligros que ofrecía su ex-
plotación. Lo peor de todo era que los mismos habi-
tantes de México habían casi perdido la fe en que las
condiciones industriales, comerciales y políticas de
su patria habrían de mejorar. Desde entonces ¡ cuán-
tos cambios han ocurrido! México ha sido transfor-
mado en uno de los países más seguros del globo. Mi-
llones de pesos han afluido á la Kepiiblica para inver-
sión en varias empresas. La nación ha sido colocada
bajo una base sólida política y financiera ; han sur-
gido nuevas industrias por todas partes; banco tras
banco abre sus puertas ; los tímidos han desecha-
do sus temores de re^1leltas internas y el elemento
nativo ha contribuido con grandes sumas á la forma-
ción de vastas negociaciones, cosa que nunca pudo
lograrse antes del advenimiento de Díaz al poder.
A lo ancho y á lo largo de la Eepública se han cons-
truido vías de comunicación y millares de millas de
vías férreas se han añadido á las comparativamen-
te escasas existentes, cuando Porfirio Díaz fué nom-
brado Jefe Ejecutivo de la Nación en 1876.
El resultado de todo esto es que cada ramo de la
industria ha obedecido el impulso de avance inicia-
do por tan extensas mejoras en los medios de comu-
nicación y de transporte, ha prosperado bajo las es-
tables condiciones políticas y la confianza sentida
por doquier en las buenas intenciones y solidez del
Gobierno.
En todas las ciudades y poblaciones surge una
nueva raza mexicana, pues las escuelas públicas en
ellas establecidas han cultivado las inteligencias y
hecho poderoso el móvil del saber. Entre 5 y 7 de
la noche pueden verse en las ciudades centenares de
jóvenes bien vestidos y con apariencia de prósperos
1
1
D. FÉLIX Parra.— (Pintor Mexicano.)
FASES COMERCIALES. 1«7
burgueses, salir de sus oficiuas y sitios de trabajo.
Todos ellos ganan diez veces más que el sueldo de que
disfrutaron sus padres. Es digno de notarse también
que todos ellos son jóvenes, sin que el mayor exceda
de treinta años. Son producto de la nueva condición
de las cosas, de la enseñanza técnica y de las moder-
nas industrias que lian brotado de la prosperidad du-
rante los últimos veinte años y que reclaman ope-
rarios hábiles y firmes. Esto no es sino un comienzo.
Otra generación florecida al amparo de igual hábil
manejo verá en México, en las ciudades y poblacio-
nes al menos, una numerosa clase media establecida
y próspera, cosa que en la pasada historia de la Ke-
pública prácticamente no existió. Esa clase media
será doblemente valiosa : por la actividad industrial
de que manará y por j)oseer la ventaja de ser ellos
mismos consumidores. Cuando una nación produce
consumidores, se vé obligada á reti'ibuir bien á los
trabajadores. En los Estados Tenidos y Ca-
nadá el obrero por lo general habita en una casa có-
moda y agradable ; tiene con frecuencia en su sala un
órgano ó un piano ; le agradan los l)uenos muebles
y disfruta de una que otra fiesta ocasional en su lio-
gar. A menudo envía á sus hijos á una escuela su-
perior ó á un buen colegio y algunos eventualmente
alcanzan llegar á la Universidad. Todo esto requie-
re dinero y el obrero debe tenerlo; íisí el escalafón
de sueldos tiene que ascender y toda la nación tór-
nase en consumidora. De este modo se labra la rique-
za real de un país : bajo las manos activas que pro-
ducen y seres que por su trabajo viven como el hom-
bre debe vivir. En el pasado, México no ha conta-
do sino con una clase general de consumidores : los
propietarios, capitalistas, profesionales y comercian-
tes. La clase pobre vegetaba en una existencia más
de bestia que de ser humano. Pero el régimen de Díaz
ha comenzado á cambiar ese estado lamentable y una
numerosa clase media se ha formado, que empieza
á disfrutar de bienestar y actividad. Cierto es qu(í
todavía se ven en México muchas infelices humanida-
lOH DÍAZ Y MÉXICO.
des que muestran los efectos de la miseria y el vicio ;
pero esos pobres seres, aún siendo muclios, sólo son
un indicio de lo que era México cuando prácticamen-
te no existía otro pueblo (|ue el de esa misma clase.
Si se quiere demarcar el progreso de un país, debe
primeramente fijarse el i)unto de partida, trazar un
curso y calcular las dificultades bajo las cuales ha te-
nido (¡ue atravesar. Pocos países del mundo han
avanzado tan ráindamente como INIéxico durante el
pasado tercio de siglo. La maravillosa mejoría reali-
zada en cada línea de la industria, de la educación
y de las condiciones sociológicas del pueblo, es la más
elocuente frase de encomio, i)or(pie aiin cuando las
condiciones de las clases ínfimas de la Kepública pue-
dan ser aún míseras, tal como han sido descritas re-
cientemente por ciertos editores de i-e vistas, sin
embargo, esas condiciones han mejorado notablemen-
te en ia última década y esa miseria eu general es
más aparente que efectiva, toda vez que los indios
se han amoldado á su vida peculiar y no sufren con
ella gran i)rivación ó inconveniencia. En ellos es don-
de el go])ierno ha tropezado con la más grave dificul-
tad para mejorar las condiciones sociológicas del
país. La masa común del pueblo tiene que ser impul-
sada; lo que admira es que tanto se haya logrado en
un corto ])eríodo. Xo es tarea fácil crear una clase
media en el transcurso de una sola generación y es-
to se ha efectuado en ]México. Esta clase media sinte-
tiza la palabra 'industria." Es el resultante de la
expresión viva de la modificación lograda en la situa-
ción industrial durante una generación. Es una fase
en el desarrollo general durante el régimen de Díaz,
sobre la cual nunca bastaría llamar la atención. Si
aquellos que han hecho un medio de especulación el
denigrar á México, hubiesen estudiado ese sólo as-
pecto del desarrollo de la República, cesarían de for-
jar cuadros tan falsos y distantes de la verdad sobre
las condiciones en la actualidad existentes en Mé-
xico.
CAPITULO LV.
Industria y progreso.
El éxito general de la prosperidad de todo país
depende principal mente del progreso de sus indus-
trias. Una mirada retrospectiva á la historia de Mé-
xico durante el último tercio de centuria, ilustra es-
te asunto del modo más claro, inequívoco y admira-
ble. El México de ayer y el de hoy no parecen ser los
mismos países. El verdadero motivo de todo el pro-
greso heclio durante este período, se encuentra en el
admirable desarrollo industrial y comercial del país.
Kl último debe incluirse en el primero, pues toda la
importancia que ha adquirido durante los últimos
veinte años, depende exclusivamente de éste.
El año de 187(5, cuando asumió el General Díaz
])rovisionalmente la presidencia de la República, el
país se encontraba apartado de toda participación
en los asuntos del resto del mundo, á causa de su in-
competencia manifiesta para arreglar los suj^os pro-
pios. Había sido de tal modo desgarrado por las
guerras civiles durante tanto tiempo, que era inca-
paz de defenderse contra las exacciones de otros paí-
ses, que se amparaban con la excusa del desgobier-
no de la República, para ejercer presión por medio
de la di])lomacia.
Tan l)ajo había caído México en el nivel de las na-
ciones, que pocas de ellas, excepto los Estados Uni-
dos y las grandes naciones de Europa, se interesa-
ban por mantener en su territorio agentes consulares
ó diplomáticos. En otras palabras, estaba poco más
ó menos que aislado en su posición entre las naciones.
Los Estados de la Repiiblica y aún los mismos
pueblos y ciudades, se habían puesto barreras unos
contra otros en forma de impuestos locales, que ten-
dían á obstruir el comercio y á impedir el desarrollo
natural de las actividades de las varias comunida-
170 1)1 AZ T MÉXICO.
des que componían la nación. Iguales barreras anti-
eoonómicas había colocado la Kepiiblica entre sí mis-
ma y las naciones extranjeras, especialmente con
los Estados Unidos, su Acecino de mayor influencia.
Todo esto tenía por resultado retardar y obstruir el
desarrollo de las industrias del país, siendo de éstas
de quienes dependía el progreso del mismo. Es, por
consiguiente, de interés especial seguir el desarrollo
que México lia logrado durante el liltimo tercio de
centuria y los esfuerzos que lia hecho para libertar-
se de las antiguas trabas coloniales, que había ante-
riormente insistido en conservar, á pesar de que se
enorgullecía con llamarse República y se jactaba
de sus principios é instituciones democráticas, la ma-
yor parte de las cuales, existían solamente escritas
en el papel y en la imaginación del partido liberal.
Este se oponía, en tiempo de Juárez, á conectar Mé-
xico por medio de líneas férreas con los Estados Uni-
dos, por temor de la intervención de su poderoso ve-
cino del Norte en los asuntos del país ; pues efectuan-
do tal conexión, la capital de México no quedaba sino
á dos ó tres días de la frontera del Xorte.
No pudo tampoco ver el partido liberal cómo se
podían arbitrar rentas para el sostenimiento de la
administración de las ciudades, pueblos y Estados,
si se suprimían las gabelas que entre ellos existían.
También muchos del partido se oponían á permitir
á los extranjeros á venir á la Repíiblica en calidad
de inmigrantes; temiendo que el país fuera invadido
por americanos del norte, quienes, con el transcurso
del tiempo, podían llegar en tanto número y ser tan
poderosos, hasta lograr á pronunciarse en favor de
la anexión de México á los Estados Unidos, como
había sucedido algunos años antes en el caso de Te-
xas.
Pero todas estas ideas y toda esta política han
cambiado completamente durante la presidencia del
General Díaz, quien desde los primeros años de su
administración, se ha manifestado decididamente á
favor del desarrollo de las industrias del país en
'Madoxa" Cuadro de üon Alberto Fevster.
INDUSTRIAS Y PROGRESO. 171
todas direcciones y por todos los medios i)osibles.
Siempre, en toda ocasión, ha alentado a los que han
manifestado deseo honrado de fomentar las indus-
trias y de adelantar los intereses del país. Millones
de pesos han sido gastados por el Gobierno mexica-
no en subvenciones para el establecimiento de indus-
trias nuevas dentro de las fronteras de la Repúbli-
ca ; y á centenares de empresas nuevas se les ha con-
cedido exención de impuestos por cierto período de
tiempo. Como resultado de todo esto, las industrias
de México han comenzado á asumir una importancia
tal, que garantiza la esperanza de que serán, en un
futuro próximo, tan activas como lo requieren la vas-
ta extensión del país y el número de su población.
Para comprender la situación actual de las indus-
trias de México, es absolutamente indispensable sa-
ber á cuan bajo nivel habían llegado todas las acti-
vidades industriales de la República cuando asumió
la presidencia el General Díaz en 1876; pues el cami-
no recorrido solamente puede apreciarse sabiendo
cuál fué el punto de partida y cuáles han sido las di-
ñcultades que han tenido que ATUcerse en un espacio
de tiempo dado; y si se conoce bien el punto de par-
tida, y se toma debidamente en consideración, al
igual que las dificultades que se han tenido que ven-
cer, el juicio imparcial no puede ser otro, sino el de
que México ha adelantado muchísimo en la senda
del desarrollo de la industria nacional.
Los pocos bancos que poseía México en 1876 es-
taban prácticamente medio quebrados ; 3^ mantenían
tal temor de las constantes reA'oluciones que pertur-
baban el país y de la condición de semi-anarquía
prevaleciente, que era casi imposible obtener dinero
de ninguno de ellos para ninguna empresa indus-
trial, y mucho menos para una de naturaleza comer-
cial. Este estado de cosas continuó por algunos años
después que el General Díaz subió al poder ; pues el
sentimiento de des?onfianza es muy difícil borrar
en un pueblo ó en una nación. Efectivamente, hay
aún miles de indi\dduos en México hoy, que no pien
172 DÍAZ Y MÉXICO.
san en confiar su dinero á im banco, aunque tengan
muchos cientos de pesos en efectivo que guardar.
El año de 1897 habían 10 bancos autorizados en
México, con un capital de poco más de 146 millones
de pesos; y el año pasado había en la Eepública 34
bancos autorizados, con un cai^ital de más de 750
millones. Tenemos, pues, que el aumento en bancos
autorizados durante ese tiempo, fué de 240 por cien-
to, y el aumento del capital de dichos bancos de 417
por ciento.
El comercio del país nos cuenta la misma histo-
ria. El año de 187() las exportaciones de México lle-
garon, en números redondos, á 37 millones, mien-
tras que las importaciones fueron de 27 millones
de pesos. En lOOÍ) las exportaciones habían aumen-
tado á 231 millones, ó sea un aumento de 755 por cien-
to, y las importaciones á 156 millones, ó sea un au-
mento de 117 por ciento. Los presupuestos del Gobier-
no para los gastos de su administración^ para sub-
venciones y para otros usos, muestran igual aumen-
to. El presupuesto de 1876 fué de 25 millones de pe-
sos solamente, en números redondos, mientras que
en 1809 llegó á 98 millones, ó sea un aumento de 292
por ciento. Estos son aumentos enoi'mes, posibles so-
lamente en un país sin explotar como ^léxico, y que
había sido retrasado en la carrera del progreso mo-
derno por condiciones interiores especiales, debidas
á métodos anticuados de gobierno y á las luchas ci-
viles (pie habían tenido lugar dentro de sus fronte-
ras durante más de medio siglo, antes de que logra-
ra establecerse la paz, que es la que ha proporcionado
oportunidad para el desarrollo nacional.
Pero hay otro punto de vista en este asunto que
muestra también el gran desarrollo del país por la
senda de la prosperidad nacional. Es el ai^recio que
en el exterior se tiene hoy por ^México, y sobre todo,
el crédito que ha adquirido en el mundo de los capi-
talistas. Cuando el General Díaz tomó las riendas
del poder en 1876, tuvo que pagar el doce por ciento
anual por el poco dinero que obtuvo para cubrir ne-
■a
>■
o
I3ÍDUSTRIAS Y PROGRESO. 173
cesiclades imperiosas del Gobierno. Pero ni ann á es-
te alto interés, estaban dispnestos los bancos de Eu-
ropa á prestar cantidades grandes de dinero á la
entonces inestable Eepública.
Desde aquellos penosos tiempos para hoy, la ma-
yor parte de la deuda pública de México ba sido con-
solidada bajo la base de cuatro por ciento al año.
Esto significa un doscientos por ciento de aumento
en la confianza pública hacia México de los mercados
monetarios del mundo. Ahora, cualquier emi^réstito
que el país desee obtener, es cubierto inmediatamen-
te á un interés muy bajo. En otras palabras, el pais
que hace un tercio de siglo, era la desesperación del
mundo financiero, goza hoy de la mayor confianza y
crédito en todos los mercados monetarios de los Es-
tados Unidos y de Europa. México ha dejado su pa-
sado muerto y enterrado, y no se preocupa ya ni de
hacerle las exequias.
Todo el mundo civilizado ha despertado ya al
hecho de que México se ha conquistado un puesto en-
tre las naciones progresistas y que rápidamente des-
arrollan sus industrias, y todos los países están hoy
ansiosos de estrechar sus relaciones con él. El resul-
tado de esto es, que la República ha logrado hacer
tratados comerciales ventajosos con las naciones co-
merciales más adelantadas del mundo, que ahora se
apresuran á enviar á la antigua tierra de los Moc-
tezumas, sus mejores diplomáticos y agentes consu-
lares. Estos representantes son para hacer negocios ;
y el negocio es atender los intereses de los diferen-
tes países, siendo de éstos, por cierto, no el de menor
importancia, el de asegurarse cada cual la parte ma-
yor posible del comercio del país.
Esto está en gran contraste con las condiciones
que prevalecían en la República el año de 187G, cuan-
do el diplomático más importante que entonces re-
sidía en México, ocupaba sus energías en crearse
un nombre sacando avante negociaciones de natura-
leza más ó menos obscura, en perjuicio de los verda-
deros intereses de su propio país, que dejaba entera-
174 DÍAZ T MÉXICO.
mente abaiKlonados. Ahora las naciones progresis-
tas de Europa, comprenden que deben enviar sus
mejores representantes á México; pues la creciente
imiiortancia del país así lo requiere.
El aumento de la a'ed ferroviaria de la Kepúbli-
ca durante la administración del General Díaz, au-
mento principalmente debido al decidido apoyo y al
estímulo dados por el Gobierno á los promotores y
contratistas de ferrocarriles, muestra, (piizá mejor
que cualquier otro ramo de su progreso, el admirable
desarrollo que ha tenido lugar en México durante el
último tercio de centuria. El año de 1876 no habían
en la Eepública más que dos líneas de ferrocarriles,
comprendiendo por todo 578 kilómetros. Al finalizar
el último año fiscal, habían en México 78 líneas y ra-
males de ferrocarril, con una extensión total de
24,160 kilómetros, esto es, un aumento en el número
de líneas de 3,800 por ciento, y en extensión de 3,087
por ciento. Estos son números que sorprenden, y cons-
tituyen la mejor refutación á aquellos escritores que
vienen apresuradamente á México, permanecen unos
pocos días ó meses aquí, regresan á su país y pu-
blican ligeramente sus impresiones acerca de la Re-
pública.
El cuadro presentado por el impresionista, po-
drá ser muy interesante, como ha dicho un escritor
francés ; pero las relaciones del impresionista no me-
recen mucho crédito, por la misma razón de que es
impresionista ; lo cual implica que es el polo opuesto
del inA'estigador, que se dedica á estudiar con calma
y paciencia las causas, las condiciones y los resul-
tados de toílo lo que vé. Desgraciadamente, los im-
presionistas andan desatados en México, y son tan
numerosos y tan persistentes, y se han puesto tan-
to en evidencia, que con frecuencia han ahogado la
voz de protesta del escritor sensato, que ha estudia-
do al país á fondo, y comprende todo el progreso que
ha hecho, á pesar de innumerables y desalentadoras
dificultades.
IIW:
Salón de Monolitos
Capilla Antifíwa, Teotilmacán.
Coatlique, Madre del dios de la Guerra.
El ludio Triste.
VISTAS DEL MUSEO NACTONAL DE MÉXICO.
CAPITULO LVI.
La riqueza y el futuro de México.
Mucha atención se ha ciado y continúa aún dán-
dose por aquellos interesados en ello á ciertos ele-
mentos de la riqueza de México; pero como general-
mente al describirla se ha incurrido en muchas exa-
geraciones, se ha perjudicado en vez de favorecer el
interés que tan ansiosamente desean despertar los
promotores. México no tiene necesidad de esto. Nin-
gún país del continente americano se halla tan lleno
de promesas como él. En los lejanos uías de la lle-
gada de las razas blancas á las i)la3^as de México, la
l^atria de los Moctezumas era la tierra de promisión
de la América. Era la mansión de la opulencia, del
poderío y de maravillosa riqueza agrícola. Los prín-
cipes de la casa de Moctezuma vivían bajo un esi^len-
dor verdaderamente oriental por su magnificencia.
En esa tierra lírivilegiada, vastos imi)erios habían flo-
recido, y desaparecido como todas las cosas terrena-
les. En ella habían levantádose y caído dinastías y la
omni-conquistadora mano del azteca dominaba un im-
perio cuatro veces más grande que el de España, en la
época en que los españoles por primera vez pusieron
su planta en las costas del dominio de los 3Ioctezumas.
Entonces, como ahora, la mayor izarte de este Impe-
rio Indio estaba cubierto de ruinas, algunas tan
antiguas, que toda memoria acerca de su origen se
perdía en la obscuridad de los tiempos, constituyen-
do grandiosos monumentos que elocuentemente pon-
deran la riqueza, poder y esplendor del pasado.
Este mismo país, el más rico, poderoso y próspe-
ro de todos los de América en tiempos de la conquisr
ta, se encuentra aún, comparativamente, falto de des-
arrollo. Todavía atesora su gran caudal de recursos
inexplotados y lo cubren cuidades y poblaciones que
revelan el bienestar de ciertas clases elevadas de sus
17(5 DÍAZ Y MÉXICO.
liabitantes ; pero el espíritu del moderno progreso que
lia penetrado de lleno en el alma del país, demanda
capital, empresa, inteligencia y manos vigorosas que
desarrollen los vastos recursos naturales que basta
el presente brindan un campo fructífero al trabajo.
Se imp«ne naturalmente la pregunta de ¿por qué
si en la éj^oca de la conquista era México un país tan
floreciente en civilización y avance interior, hoy re-
quiere aún capital é inmigración extranjera para im-
pulsar su progreso? La respuesta es sencilla. Hace
un siglo México se encontraba á la altura de los Es-
tados Unidos, si no es que un tanto más avanzado, y
ese adelanto no ba sufrido un retroceso, ba sido sólo
retardado por los desórdenes incidentales á las gue-
rras civiles que lian conmovido al país por más de
medio siglo. En este tiempo, otros países menos agi-
tados por turbulencias intestinas han progresado.
Las invenciones de las postrimerías del siglo XIX
y las del presente han ayudado mucho á los Estados
Unidos en su aA^ance por la senda del progreso mo-
derno. I^n gobierno liberal y popular ha dado á los
americanos una inmensa ambición que ha arrollado
todo ante su paso. Las liarreras puestas por la na-
turaleza al progreso y desarrollo nacionales fueron
derribadas por un pueblo inflamado por el entusias-
mo de la libertad individual y nacional, que es la
creadora siempre de la iniciativa.
La gran población india y mestiza fué también
un obstáculo en la senda de avance de México y aún
todavía constituye un problema que reclama mayor
atención que ningún otro relacionado con su desarro-
llo intelectual, comercial, social y político. La in-
fluencia de la casta dominante, que siempre ha man-
tenido sojuzgados al indio y á su raza, ha contribui-
do también largamente al retardo del desarrollo del
país en la esfera industrial y sociológica. Por esto
México, el más antiguo en cÍAÍlización de los países
de América, reclama ansiosamente la ayuda del ca-
pital para abrir sus vastos almacenes de recursos
naturales.
LA RIQUEZA Y El 1 UTl HO DE MÉXICO. 177
Eli todas i^artes de la Rexiública se nota cierta
ansiedad que tiene su origen en los cambios notables
que se efectúan dentro del país mismo. Es la inquie-
tud que anuncia el despertar de una nación. La edu-
cación extiende rápidamente su influencia y la inte-
ligencia del pueblo mexicano se despierta, de uno á
otro confín del territorio. Es esta inteligencia que
despierta la que llama al capital de Europa y Amé-
rica para ensanchar los recursos naturales del país.
Y ¿cuáles son estos recursos? México se encuentra
en una situación análoga á la que presentaban los
Estados XTiiidos hace medio siglo en lo que respecta
á sus condiciones y elementos naturales. Estos sola-
mente están en un estado de desarrollo parcial y
México empieza á realizar que su misión es ser su
propio abastecedor y manufacturero; que no es ne-
gocio de provecho remitir sus materias primas al ex-
tranjero para comprar después el artículo de ellas
manufacturado. Por lo tanto, la producción de ma-
terias primas y su elaboración en productos comer-
ciales, son dos puntos que exigen capital para rea-
lizarse prósperamente. De este modo las ventajas que
México ofrece al ca])italista deben dividirse en dos
grandes clases : la producción de materias primas y
su manufactura.
l*ara comprender claramente la situación de Mé-
xico respecto al capital extranjero, es necesario es-
tudiar sus condiciones industriales bajo dos puntos
de vista distintos.
De una manera práctica cada ramo de la indus-
tria requiere la inversión de capital. Esto no es sino
natural tratándose de un país, que, como México, se
ha visto sujeto á tantos reveses, los cuales con mano
firme han retardado el progreso y desarrollo que
constituye su más innato derecho. Ahora que el país
se ha cimentado y que inteligentes funcionarios se
encuentran al frente del gobierno, la confianza ha
retornado, las industrias han comenzado de nuevo
á florecer; el comercio, una vez más, se está ensan-
chando y las empresas surgen en pos de nuevos cam-
178 DÍAZ Y UTEXICO.
pos que prometan buenos rendimientos al capital y
compensen los esfuerzos ejercidos. Estos son todos los
signos del despertar de una nación. Cuando los Es-
tados Unidos princi])iaron á recobrarse del retraso
causado por las guerras coloniales, un clamor ince-
sante se escuchó en todas partes : capital y más ca-
pital. Las oportunidades de inversión eran muchas
y por lo mismo el capital afluyó siempre en corriente
creciente y los Estados Unidos avanzaron á gran pri-
sa. El hombre con fe en el porvenir para invertir su
capital en el desarrollo de los amplios recursos na-
turales de aquel país, se hizo enormemente rico. Mu-
chas de las más grandes fortunas primitivas de los
Estados Unidos debieron su origen á la ayuda impar-
tida por sus poseedores á la edificación de un país
por medio del desarrollo de sus recursos, de su co-
mercio y á la construcción de sus líneas de trans-
porte.
En este afán de supremacía México ha quedado
atrás debido al triste legado de debilidad y atraso
político y social, dejado por la dominación española.
Durante más de medio siglo, casi tocó los límites del
retroceso, lo que causó que perdiese la confianza en
su habilidad para gobernarse á sí mismo.
Pero una nueva era ha comenzado para la pri-
vilegiada tierra de los aztecas. El genio de un hom-
bre ha restaurado la confianza pública y ha impulsa-
do á la nación en una nueva vía. Las compuertas de
la prosperidad por largo tiempo cerradas, han sido
abiertas: los engranajes de la industria han sido
puestos en movimiento. La vida nacional ha sido to-
talmente reanimada y la esperanza se ha alzado
triunfante del seno del desaliento. Todo el mundo,
desde el más humilde artesano, hasta el más progre-
sista propietario han sentido este impulso, directa ó
indirectamente. Es el impulso de los grandes ferro-
carriles que han puesto en contacto á los más remo-
tos confines de la República y ligado entre sí cada
porción territorial ; es el impulso del telégrafo y de
las compañías de vapores, de las empresas que pros-
'.v^f'.»'^. ■
Do.v Jlax M. de Pacheco. — [Pintor Mexicano.]
lA RIQUEZA T EL FUTURO DE MÉXICO. 179
per.vii rápidamente, de la extensión de los negocios
mineros; de las grandes corporaciones financieras é
industriales que se organizan ; de la nueA^a educación,
de la actividad de las ciudades con su alumbrado
eléctrico, su extensa superficie de pavimentación mo-
derna y su nueva vida cívica y cosmopolita, donde el
extranjero no es por más tiempo un extraño; es el
impulso del modernismo que ha dejado atrás la es-
trechez de una vida de provincialismo llena de res-
tricciones y que se ha revestido con el amplio ropaje
del cosmopolitanismo.
Esta es una nueva vida de acción, de ambición,
de maravilloso progreso; es una vida que exije ince-
santemente capital para las mil y una empresas que
llaman con ansia á las puertas de la Kepública.
Es natural que el hombre que ha sido la principal
fuerza motriz en la creación de este estado de cosas,
comprendiese las necesidades que en un principio re-
quieren; y desde el comienzo de su administración
ha mostrado por sus actos y palabras que sí las com-
prende. Xunca ha temido la influencia extranjera en
su tierra natal ; siempre ha reconocido que México de-
be ó bien marchar á la cabeza del moderno progreso, ó
quedarse irremisiblemente atrás en su sendero. Esta
elevada mira es la que le ha permitido sacar á su
país del seno del proAincionalismo en el que se ha-
llan sumergidas actualmente las Repúblicas centro-
americanas. Muy temprano en su carrera política re-
conoció que lo que el país necesitaba era capital y
eiapresa. El inquieto pasado del país estaba patente
ante sus conciudadanos. El niño que se quema teme
al fuego y aquellos que habían sido robados y despo-
jados (¿y quiénes no lo habían sido durante una ó
muchas de las insurrecciones?) eran extremadamen-
te cautos para invertir su dinero en una empresa don-
de podía haber peligro de perderlo si Díaz no logra-
ba cons .^rva^' el puesto de Presidente y establecer la
paz en toda la extensión territorial ; pero los extran-
jeros resultaron estar dispuestos á correr todos los
riesgos en un país que tanto prometía al hombre
IfiO DÍAZ Y MÉXICO.
emprendedor, y Díaz estuvo atento á hacer que las
probabilidades de éxito fuesen tan grandes como es-
taba á su alcance lograrlo. Así, el extranjero vino
de todas partes con su capital, su empresa ó su habi-
lidad para reunir y asegurar capital y gustoso se-
cundó los esfuerzos del hombre que había determina-
do que su mira fuese siempre, durante el tiempo que
estuviese en el poder, el velar ante todo por la pros-
peridad y progreso de su patria, Díaz nunca se ha
mostrado ambicioso de acaparar una gran riqueza y
hoy en día es relativamente un hombre pobre, aún
cuando ha tenido oportunidades jjara enriquecerse,
como nunca las soñara el más avaro tirano de una
Kepública centro-americana. Tan sólo se ha mostra-
do ambicioso de dejar en ])os de sí el nombre de be-
nefactor de su ])atria. Todo aquel con buena volun-
tad ])ara a.^^idarlo en su obra era bien recibido; sus
amigos más provincialistas daban señales de des-
aprobación al ver cómo se a])rían las puertas al ca-
])italista extranjero; pero Díaz ya había escrutina-
do su i)roceder tan minuciosamente como todo lo que
hacía ; había resuelto que ello era lo más favora-
ble y esto bastó ])ara hacerlo proseguir hasta el fin.
Xadie que alguna vez haya emprendido algo en
l)ró del desarrollo ó mejora de México puede quejar-
se de no haber recibido del (xeneral Díaz un trato
franco y leal. El extranjero ha sido tratado en Mé-
xico lo mismo (pie los nativos; esto es lo que ha per-
mitido á México sobrepasar con grandes ventajas, á
muchas de otras Repúblicas Latino-americanas y es
esta misma política la que atrae y retiene en Méxi-
co tanto ca])ital extranjero. Y mientras más capital
extranjero reciba ^México, más necesita, ])orque cuan
to mayor desarrollo se efectúe más industrias son
exi)lotadas, más mejoras cívicas se llevan á cabo, más
claramente reconoce el país en general la necesidad
imperiosa de mayores y más persistentes esfuerzos
en la misma dirección. Por ésto es que ^México es hoy
en día un camjjo de inversión más favorable que lo
ha sido nunca en su historia. El campo ha sido abier-
LA RIQUEZA T EL FÜTITIO DE MÉXICO. 1§1
to ; eí gran influjo de la vida cívica moderna lia prin-
cipiado á invadir en todos sentidos la tierra mexica-
na. Los ciudadanos más inteligentes perciben la im-
periosa necesidad de que el desarrollo nacional se
verifique siguiendo todas las líneas del progreso y
es esta percepción, unida á un sentimiento de seguri-
dad, lo que realza que las épocas tormentosas del pa-
sado tuvieran ya su fin, la que hace á México actual-
mente uno de los más atrayentes cam]3os para in-
versión.
La prosperidad espera al país. El gran ímpetu de
avance ya iniciado no puede producir sino la anima-
ción de todas las actividades de la vida nacional. Es-
to trae siempre consigo la prosperidad, porque ella
no es sino la indicación externa, heclia personal á
cada individuo, de las actividades de la nación co-
mo un todo. Cada unidad activa contribuye con su
parte á la prosperidad del país.
Lo que á México ha faltado en el pasado ha sido
la conversión de la vida nacional en una actividad
unida, determinada á sacar el mejor partido posible
de las oportunidades que ofrece el país. Gradualmen-
te, durante los últimos veinte años, esa tendencia, se
ha ido acentuando ; y ahora que el mexicano se siente
consciente del hecho de que por timidez y falta de
confianza en su propio gobierno, ha dejado escapar
de sus manos industrias y grandes trabajos públicos
que le correspondían por innato derecho, se afana en
pos de aquellas cosas que el presente y el futuro pue-
dan ofrecerle. Estos son signos de que se despierta
la ambición nacional. Xinguna nación ha hecho nun-
ca grandes cosas ó acometido grandes empresas sin
un adiestramiento precio á ese fin. México ha estado
adquiriendo su aprendizaje. Todavía le falta mu-
cho; pero se siente ambicioso de completarlo. Esta
misma ansiedad es el síntoma seguro de su avance;
es la esperanza en el mañana; es el signo de su sal-
vación como nación.
Este afán para levantar la vida nacional; esta
ambición de los ciudadanos de clase superior para
182 DIÁZ Y ]fflEXICO.
tomar i)arte en el avance de un país, es la mejor ga-
rantía \)Sira el capitalista de que su dinero estará
seguro en México ; pues que en él existen millares de
intereses que demandan paz para su desarrollo y
prosperidad. Estos intereses acumulados claman por
capital y aquel que tiene dinero por invertir puede
hallar en México muclios campos productivos en que
emplearlo. Sin embargo, esta nota de prevención de-
be escucharse: En México, como en cualquiera otro
país, el que invierte debe conocer el negocio en el
que coloca su capital, si desea asegurarse el éxito. El
campo no está aún invadido y el hombre con dinero
puede generalmente hallar una oportunidad para in-
vertir su capital en un negocio que le sea familiar.
Por doquiera hay signos del despertar del país.
Kara es la ciudad, de cualquier categoría, en la Re-
pública, donde no se estén construyendo casas, donde
no se hagan mejoras en los edificios municipales, don-
de no se repavimenten las calles, se reforme el siste-
ma de drenaje y conductos de agua potable, y se me-
jore el alumbrado, extendiéndolo á todos los sitios
de la localidad.
En muchas de las principales ciudades, nuevas in-
dustrias se han estado estableciendo, proporcionán-
dose trabajo, con salarios ampliamente aumentados,
á las clases media y obrera. Estas, á su vez, están
creando nuevas necesidades, las cuales forman en
sí la clase media; y esta clase media fortalece los
instintos pacíficos de la nación.
"De la obscuridad á la luz," pudiera ser el títu-
lo apropiado á la historia del régimen de Díaz. Es-
to es todavía otro aliciente para el capitalista para
colocar su dinero en México ; porque el despertar de
la nación es su mejor garantía de que el campo al
que entra continuará ensanchándose por muchos
años ; pues quedan caminos que construir, ferrocarri
les que extender, minas antiguas que recobrar del
olvido ó del abandono, minas nuevas que abrir y mi-
nas establecidas que requieren vasta mejoría. En to-
das partes la voz del progreso y desarrollo nacional
LA RIQUEZA Y EL FUTLTIO DE MÉXICO. 183
pide sin cesar más capital. El minero, el agricultor,
el ranchero, el fabricante, el explotador de la rique-
za del país lo necesitan urgentemente. El (lobierno
mismo se encuentra comprendido en el campo que re-
quiere más capital, con el cual emprender y mejorar
obras de utilidad pública, puertos, ferrocarriles, ca-
minos, edificios nacionales y del Estado, edificios ci-
viles en las ciudades y cabeceras; todos claman por
más capital. Y el despertar á la vida de la nación,
justifica todos estos desembolsos y aún muchos otros.
Los años futuros exigirán todavía mayores gastos
para los mismos y otros objetos, pues la Adda de la na-
ción continúa su ensanche. Esto, por lo tanto, es in
dicación segura para el capitalista de que en México
puede tener la seguridad de que obtendrá la desea-
da cosecha en su inversión.
El crecimiento de los bancos en México en los
últimos veinte años es otra buena indicación de que
los intereses del país igualmente crecen, y sobre to-
do de que el sentimiento de seguridad y de confian-
za en presencia de la paz, se ha posesionado del pue-
blo entero.
CAPITULO LVII.
El Capital y los Ferrocarriles Urbanos
Xada manifiesta más claramente el progreso de
un país como el adelanto de sus ciudades, pues éstas
son la indicación de su actividad, prácticamente en
todas las líneas porque dirige la nación sus esfuer-
zos. La ciudad de México es á la Kepública del mis-
mo nombre lo que pocas capitales son á cualquier
otro país. Esto se debe á condiciones locales especia-
les. Con motivo de la anarquía que prevaleció en la
Kepública desde los primeros días de la independen-
cia nacional hasta el año de 187() en que asumió la
presidencia el General Díaz, el pueblo se babía man-
tenido continuamente dividido en facciones. La si-
tuación era de lo más complicado, y numerosos asun-
tos agitaban de diversos modos la opinión pública
y los varios partidos. Algunos sostenían que el po-
der debía centralizarse en manos de un gobierno cen-
tral fuerte, mientras que otros defendían celosamen-
te el derecho de los Estados á existir como entida-
des políticas distintas y con amplios poderes y pri-
vilegios. Todo esto conducía á una confusión indes-
cril)ible y á un chocar constante de partidos é in-
tereses, que generalmente terminaba, y con frecuen-
cia taml)ién comenzaba, con derramamiento de san-
gre. Si los que abogaban por la completa autonomía
de los Estados, hubieran comprendido los verdade-
ros principios del federalismo, de la democracia y
del republicanismo, y si hubieran el país y el pueblo
en general estado capacitados para llevar á la prác-
tica los principios ])orque abogaban, el resultado no
podía sino haber sido muy feliz para México. Pero la
mayor parte de los reformadores políticos de México
en esos días, eran soñadores de utopías, que cerraban
los ojos resueltamente á las condiciones políticas, so-
ciológicas é industriales que los rodeaban, y aboga-
El CAPITAL ¥ IOS FERROCARRILES üRBAKOS. 185
ban por una democracia y gobierno ideales, por el
pueblo, para el pueblo y con el consentimiento del
mismo, cuando la inmensa mayoría del populacho no
tenía la menor idea de democracia, ni de gobierno, ni
de derechos políticos y ni siquiera de derechos indi-
viduales.
Lo que á estos soñadores de utopías — muchos de
ellos indudablemente patriotas y solícitos por la fe-
licidad de su país, pero poco prácticos — les fué im-
posible hacer, quedó para que el General Díaz lo
convirtiera en realidad. Aún antes de haberse he-
cho él cargo de la presidencia, comprendió las difi-
cultades que impedían la paz, i^rosperidad y desarro-
llo de su país ; y se dedicó con toda resolución á ha-
cer surgir el orden del caos que existía, á reconciliar
los varios credos políticos y facciones hostiles y po-
nerlos á todos en condiciones de trabajar por el bien-
estar de la patria común. Para llevar esto á cabo,
comprendió que era absolutamente indispensable un
gobierno central fuerte; por lo cual comenzó por
centralizar el Poder Ejecutivo de toda la Nación en
la capital. Y así, la ciudad de México vino á ser la
misma vida de la Nación. Su crecimiento en tamaño,
en poder y en influencia ha sido firme, rápido y sin
interrupción. Este fué el resultado natural de la po-
lítica impuesta al Gobierno por las condiciones so-
ciales, políticas é industriales que existían por todo
el país. Tenemos, pues, que la ciudad de México se
ha convertido en el centro de la vida política y so-
cial de 'la República. Y como resultado natural, cen-
tenares de familias pudientes han construido en la
capital, durante la última década, verdaderos pala-
cios para residencia. Quizá no viven en ellos más que
unos pocos meses durante el año ; pero la circunstan-
cia de haberlos edificado y derrochado riquezas en
ellos, demuestra la influencia que la ciudad de Méxi-
co ha adquirido sobre toda la República.
Hace treinta años la vida en la capital era vida
de provincias, localista y barata. Estas condiciones
186 DÍAZ T MÉXICO.
han cambiado hoy. Los negocios se han desarrollado
rápidamente, el comercio se ha centralizado en la
capital ; almacenes locales por mayor de alguna im-
portancia, han desaparecido prácticamente en las
ciudades de los Estados. La ciudad de México se ha
convertido en un gran foco central de donde irradian
no solamente la vida social y política del país, sino
también el comercio, las transacciones, la. minería y
las industrias. El resultado ha sido que la ciudad ha
franqueado sus límites originales, y se ha extendido
por las tierras encharcadas que la rodeaban en los
días en que el (xeneral Díaz asumió la presidencia.
El desagüe del Valle de México, el drenaje apro-
piado de la capital y la mejora del sistema de sus fe-
rrocarriles urbanos han hecho posible el rápido des-
arrollo de la principal ciudad de la República, y han
convertido á la ciudad de provincia, de hace un ter-
cio de centuria, en una espléndida ciudad moderna
de cerca de medio millón de habitantes.
La extensión y mejora del servicio de los ferroca-
rriles urbanos de la capital de la República han per-
mitido á media población el poder vivir en barrios
hermosos de la ciudad, bien desaguados y sanos, y
en poblaciones suburbanas donde nunca hubieran
pensado en residir hace quince años.
Y este movimiento hacia los suburbios es ahora
muy pronunciado. Y está destinado á hacer de la ca-
pital de México, en comparativamente pocos años,
una ciudad de un millón de habitantes; la cual no
incluirá solamente la ciudad de hoy, sino también
las varias poblaciones suburbanas, que rápidamente
van creciendo hacia ella. Cuando este tiempo llegue,
México será un lugar mucho mejor, más sano y más
hermoso. En lugar de estar situado en los llanos
que formaron el asiento del lago, habrá ido subiendo
por las alturas que rodean el Valle de México, y en
algunos de sus barrios será aún posible dominar las
alturas de Chapultepec.
Todo esto hubiera sido imposible sin la mejora
y extensión del sistema de ferrocarriles urbanos de
EL CAPITAL Y LOS FERROCAKKILES IRBAJíOS. 187
la capital y las líneas suburbanas que la unen con
las poblaciones del Valle de México. Es, pov consi-
guiente, muy interesante delinear, aunque sea lige-
ramente, el desarrollo de este sistema.
El primer ferrocarril urbano se estableció en la
ciudad de jMéxico el año de 1856. Era muy primitivo :
consistía en tres carros tirados por muías, sobre una
línea que atravesaba las partes comerciales y de re-
sidencia de la ciudad, que estaban muy lejos de ser
muy extensas. El largo de la línea era tan restringi-
do como su equipo, 3" el viaje redondo, ida y ^alelta,
ocupaba solamente veinte minutos.
Otras concesiones para la construcción de líneas
de ferrocarriles urbanos fueron expedidas en la ca-
pital, según las fué requiriendo el crecimiento de la
ciudad y la extensión de sus intereses. Y así, después
de algún tiempo, habían operado un número de pe-
queñas compañías, independientes una de otra. Al-
gTinas tentatÍA^as se hicieron de tiempo en tiempo
para consolidarlas, lo cual finalmente tuvo lugar en
1883 cuando todos los intereses de los ferrocarriles
urbanos de la capital fueron fundidos en una com-
pañía, bajo el nombre de Ferrocarriles del Distrito
Federal. Esta compañía aumentó varias de sus lí-
neas, y obtuvo del Gobierno una nueva concesión,
dándole el derecho de operar ferrocarriles urbanos
en el Distrito Federal durante noventa y nueve años.
El año de 1900 una compañía británica compró
todos los derechos y propiedades de esa empresa, y
se reorganizó bajo el nombre de Compañía de Tran-
Aias Eléctricos de México. La palabra ''eléctricos"
indicaba los designios de \a nueva Compañía, la cual
inmediatamente procedió á tender sus líneas, cons-
truir nuevas y aplicar tracción eléctrica á las partes
más importantes del sistema.
El año de 1907, una compañía canadense, á cuya
cabeza estaba el Dr. F. S. Pearson, adquirió los dere-
chos y propiedades de la empresa inglesa ; y de nue-
vo se le cambió nombre al sistema de ferrocarriles
188 DÍAZ T MÉXICO. '
urbanos del Distrito Federal; esta vez fué llamado
"Compañía de Tran^ias de México."
Bajo esta nueva administración, el desarrollo del
sistema ha sido notable. Nuevas líneas que llegan á
todas partes del Distrito Federal, se han construido,
y la mayor ])arte del sistema ha sido convertido en
de tracción eléctrica. Actualmente tiene la compañía
siete sub-estaciones para la distribución de la ener-
gía eléctrica, la cual es obtenida de la Compañía Me-
xicana de Luz y Fuerza, también empresa canaden-
se. Tres de estas subestaciones están dentro de los
límites de la ciudad, y cuatro en distritos suburl)a-
nos, como sigue: Mixcoac, Tlalnepantla, Xochimilco
y Churubusco.
Las oficinas principales, talleres, depósitos, alma
cenes y cobertizos para los carros, todo lo cual cubre
quince acres de extensión, están situados en Indiani-
11a, dentro de la parte sur de la capital; y solamente
allí hay local para abrigar 500 carros.
Los talleres de la compañía son de lo más comple-
to y moderno del continente norte-americano. Están
equipados y ])rovistos de todo lo necesario para la
construcción de toda clase de carros, de pasajeros,
de carga y fúnebres, y para llenar cualquier otra ne-
cesidad en el servicio de la empresa. Solamente en
estos talleres se ocupan constantemente más de 500
hombres. Como éstos, prácticamente son todos mexi-
canos, esta industria sola es un buen ejemplo del vas-
to campo que ha sido abierto al obrero del país du-
rante la administración de Díaz; y explica por qué
ha mejorado tanto la condición del |jrimín'o. en las
ciudades grandes de la Repiiblica, duiante la última
veintena de años.
Además de este depósito principal, la compañía
tiene otro en San Antonio Abad, también dentro de
los linderos de la ciudad, el cual es suficiente para
abrigar doscientos carros más. Este último se usa
principalmente para el manejo del sistema de carros
de carga.
Los principales almacenes de la compañía están
EL CAPITAL Y LOS FERROCARBILES URBANOS. 1S9
situados también en Inclianilla; pero posee además
un segundo depósito de seis acres de extensión á una
milla de este último lugar. Este depósito se usa para
almacenar material pesado.
En Úrsula la compañía posee y explota una in-
mensa cantera de piedra, de la cual saca todo el ma-
terial que se necesita para construcción y lastre.
El número de hombres empleados por la Empre-
sa actualmente en las líneas y departamentos de
construcción, es cerca de 1,500. Esto indica la activi-
dad que reina en el trabajo de construcción, activi-
dad que se ha mantenido desde hace irnos años ; y
que signiñca la inversión de grandes sumas de dine-
ro, y la provisión de empleos á un ejército de obreros
del país.
La Compañía de Tranvías emplea en su servicio
617 carros, distribuidos como sigue: 250 carros mo-
tores para pasajeros, 85 carros para pasajeros sin
motor, 68 carros i^ara pasajeros de tracción animal,
71 carros fúnebres, 135 carros de carga y 8 para ser-
vicio especial. Estos son operados sobre 182 millas
de líneas ; 159 de las cuales están equipadas con
trolleys eléctricos y 2.3 se operan por medio de trac-
ción animal. Esto es sin tomar en cuenta los aparta-
deros para carga en las canteras, fábricas, etc. El
plan actual de la compañía incluye la adición de va-
rias millas más á este extenso sistema ferrocarrile-
ro, para proveer de medios de transporte fáciles á
varias partes de la ciudad que han crecido rápida-
mente en los últimos años.
El sistema operativo de la compañía se compone
de cuarenta diferentes líneas ó rutas, de las cuales
treinta y cinco son de tracción eléctrica y cinco de
muías. Estas últimas líneas son, por supuesto, las
menos importantes del ser^dcio. Pero aún éstas, es-
pera convertir la compañía en eléctricas, dentro de
los próximos diez y ocho meses.
Con el objeto de contribuir y alentar el desarro-
llo de las poblaciones suburbanas, la compañía ha-
ce algunos años estableció un sistema de ])il]etes de
190 DÍAZ Y MÉXICO.
pasaje mensuales; á los cuales se les llama "abonos."
Estos autorizan al tenedor a hacer cinco viajes al
día, entre el centro de la ciudad y el punto para el
cual se expide el billete. Como estos abonos se ven-
den á precios muy moderados, oscilando entre $-1.50
y $10.00 por mes (moneda mexicana), lian ejercido
una influencia poderosa en el movimiento de fami-
lias, que ha tenido lugar con regularidad durante los
i'útimos años, del centro de la ciudad á los suburbios,
y ha contribuido grandemente á la construcción y
desarrollo de estos últimos. Un servicio expreso ve-
loz, inaugurado por la Compañía de Tranvías hace
algún tiempo en casi todas las líneas suburbanas, en
adición al servicio ordinario de trenes, ha contribui-
do también grandemente á hacer muy populares las
poblaciones de los suburbios. Estas carreras se ha-
cen en la mañana, al medio día y en la tarde, después
de la hora de cierre, para proporcinar á la gente de
negocios que vive fuera de la ciudad, un servicio rá-
pido en las horas que más lo necesita.
La Compañía de TrauAias hace un extenso negocio
de fletes entre la ciudad y las varias villas y poblacio-
nes suburbanas por donde pasan sus líneas. El depar-
tamento de transportes, que está á cargo de un supe-
rintendente especial, fué iniciado hace pocos años con
el objeto de proporcionar roca de las canteras á los
lugares donde pudiera necesitarse: pero se desarro-
lló con tal rapidez, y vino á ser tan popular, que se
dedican ahora á este serAácio, el cuarenta por ciento
de los carros que emplea la compañía. Además del
negocio primitivo de acarreo de piedra, se transpor-
ta arena de las muchas areneras que hay disemina-
das por todo el Distrito Federal, ladrillo de las ladri-
lleras, pulpa de madera de las estaciones de ferroca-
rril á las factorías, papel de las fábricas de papel,
y en resumen, toda clase de carga, que una gran ciu-
dad con poblaciones y billas suburbanas importan-
tes, ofrece para el transporte. Pocas compañías de
ferrocarriles urbanos en el continente norte-ameri-
cano, hacen un servicio de transportes tan impor-
EL CAPITAL Y LOS FERROCARRILES IRBAííOS. 1Í>1
tante como la Compañía de Tranvías de México. Es-
ta es una de las mejores lecciones prácticas acerca
del desarrollo actual de la capital de la República
mexicana.
Otro servicio que es más ó menos peculiar de la
ciudad de México y que se originó con la Compañía
de Tranvías, es el correr carros fúnebres en las lí-
neas eléctricas, carros que llevan todos los muertos
de la ciudad á los varios cementerios, hasta las puer-
tas de los cuales se han tendido las líneas. Para este
servicio se han construido carros especiales, con un
catafalco para colocar el ataúd y á ambos lados su-
ficiente lugar para poner flores y coronas. Este es
un servicio de gran importancia, pues emplea 71 ca-
rros, los cuales están casi constantemente en uso du-
rante las horas del día en que los cementerios están
abiertos. La tarifa oscila entre $3.75 y $150, mone-
da mexicana, de acuerdo con la clase de carro y el
grado de servicio requerido.
La Compañía de Tranvías tiene su imprenta pro-
pia, teléfonos, club, biblioteca, baños, dormitorios,
restaurants y barbería para uso de sus empleados,
cuyos ser\4cios son todos gratis, con excepción del
restaurant.
El desarrollo de la Compañía de Tranvías duran-
te los últimos diez años, indica cuál ha sido el
desarrollo de la ciudad de México durante ese mis-
mo tiempo. El año de 1900, la Comi:)añía condujo
29.669,888 pasajeros, mientras que en 1909, el núme-
ro de pasajeros llegó á 71,973,390, ó sea un aumento
de 170 por ciento. Este rápido desarrollo de los ne-
gocios de la Compañía es debido al aumento de sus
líneas, á la introducción de tracción eléctrica y á la
translación á los suburbios de un número respetable
de gente de la capital. También, como es natural, el
rápido crecimiento y prosperidad de todos los pue-
blos y aldeas del Distrito Federal y del Valle de Mé-
xico han permitido á la Compañía ampliar sus ne-
gocios continuamente; como lo ha estado haciendo
durante los últimos diez años y lo continúa haciendo
lí»i' DÍAZ T MÉXICO.
ho}^ Los leíanos de extensión qne actualmente reali-
za y piwecta, son una indicación clara de la fe que
tiene en el progreso de la capital y en la estabilidad
del gobierno mexicano. Y decimos ésto, ]3orque es
bien sabido que la Compañía tiene en pro^^ecto el au-
mento en la extensión de sus líneas en un futuro
próximo ; y si los pro^^ectos actuales se llevan a cabo,
como sucederá probablemente, la Compañía de Tran-
vías logrará abarcar la mayor parte del tráfico co-
mercial y movimiento de pasajeros en el Valle de
México.
Hay centenares de otras grandes emj^resas, cuya
historia es la historia del desarrollo y la prosperidad
de la ciudad de México durante la administración
del General Díaz; pero he seleccionado de entre to-
das ellas la Compañía de Tranvías, porque es una
institución que todo el mundo que ha estado en la
capital de la Eepíiblica mexicana conoce, y su des-
arrollo puede ser mostrado objetivamente como una
indicación práctica del inmenso progreso que han
tenido tanto en población como en cultura, durante
los últimos años, todas las ciudades, villas y aldeas
del Distrito Federal.
Lo que ha tenido y tiene lugar en la ciudad de Mé-
xico es lo que tiene lugar, como es natural, en menor
escala en todas las ciudades y poblaciones grandes
de la República. Se comenzó á despertar este movi-
miento de iDrogreso desde hace ya algunos años, cuan-
do Porfirio Díaz manifestó su deseo sincero y leal
de proporcionar á su país un gobierno honrado,
igualdad de derechos para todos, y de mantener la
paz á costa de cualquier sacrificio. Poco á poco, des-
de ese día, treinta años hace, ha renacido la confian-
za, y millones de dinero extranjero han sido inver-
tidos en el país ; y tanto los Estados LTnidos como el
Canadá y todos los países de Europa, han contribuí-
do con su riqueza á reconstruir esta antigua tierra
de los aztecas, que acaba de despertar de su largo
sueño de centurias enteras. Los capitalistas que han
tenido fe en el futuro y prosperidad de México han
EL CAPITAL Y LOS FERROCARRILES URBAJíOS. lí)3
recogido yíi la coseclia de su fe y de su trabajo. 3'
esta cosecha lia sido ciertamente muy liberal. Pero
el porvenir de la Kepública promete más que su pa-
sado y aún más de lo que su presente ofrece. Ha sido
México tan afanosamente atendido durante los líl-
timos treinta años ; lia sido tan cuidadosamente con-
ducido por las sendas del x)rogreso y del adelanto mo-
dernos, y la han enseñado de un modo tan práctico
los medios y ventajas de la paz, que su porvenir está
por completo asegurado. No hay ya i)osibilidad de
que retroceda en la carrera de adelanto que ha prin-
cipiado y el capitalista que confía su fortuna al pro-
greso de la Nación mexicana, tiene todas las proba-
bilidades de obtener beneficios mucho mayores que
los que han obtenido los centenares de capitalistas y
propietarios actualmente florecientes, que tuvieron
fe en México cuando estaba aún luchando por olvidar
su inquieto y penoso pasado.
CAPITULO LVIII.
Ferrocarriles Nacionales.
En el año de 1855 la sociedad Mosso Hermanos
obtuvo una concesión para la construcción de un fe-
rrocarril de la ciudad de México á Santana, del Es-
do de Tamaulipas. Esta concesión fué vendida á An-
tonio Escanden, habiendo sido el traspaso aprobado
por el Grobierno el año siguiente, con la condición de
que la vía férrea debía construirse hasta Veracruz
cruzando los llanos de Apani.
El 4 de Julio de 1857, año en que se promulgó la
actual Constitución de México, fué inaugurado el
primer ferrocarril con el mayor entusiasmo de parte
de los habitantes de la capital. Corría dicha línea de
la ciudad de México á Guadalupe.
El 31 de Agosto del mismo año, el gobierno trans-
firió al señor Escanden el tramo de ferrocarril en
construcción entre A^eracruz y San Juan^ y el dere
cho de propiedad y concesión para terminar la cons-
trucción del ferrocarril entre la capital de la Kei)ú-
blica y el princii^al puerto marítimo del país por la
suma de $750,000, de los cuales $75,000 habían sido
ya pagados en 18G1.
Entre los años de 1855 y 1867, el gobierno mexica-
no concedió a la compañía del ferrocarril, por varios
decretos emitidos en distintas fechas, todas las tie-
rras nacionales ocupadas por la línea férrea, pro-
piedad que fué confirmada por decreto emitido en el
último año mencionado.
El año de 1864 se formó en Londres la Compañía
del Ferrocarril Mexicano, Limitada, con un capital
de 2.700,000 libras esterlinas, dividido en 1.35,000 ac-
ciones de á veinte libras cada una.
En el año de 1868 el capital de la compañía esta-
ba formado como sigue: En acciones ordinarias,
$11.713,600; en acciones preferentes, $12.770,500; en
acciones preferentes de segunda clase, $5.059,800 ; en
obligaciones perpetuas, $10.000,000, haciendo un to-
tal de $39543,900.
A fines del año de 1872 la construcción del Ferro-
^
^
FERROCARRILES NACIONALES. 105
carril Mexicano estaba ya tan adelantada, que fué
inaugurado oficialmente con gran pomx^a y ceremo-
nia por el mismo Presidente Lerdo de Tejada en per-
sona. La construcción de esta línea, según datos de
Kiva Palacio, costó $40.000,000, y gran habilidad de
ingeniería fué necesaria para dominar las dificulta-
des consiguientes á la gran elevación de las monta-
ñas por que tuvo que pasar la línea entre el puerto
y la capital de la República. Hablando referente á la
construcción del Ferrocarril Mexicano, dice un his-
toriador de nota :
"Aunque se hicieron ocasionalmente esfuerzos pa-
ra promover su abandono, la oposición fué cediendo
gradualmente. Existían ya, es verdad, cierto núme-
ro de líneas ferroviarias cortas y sin concesión algu-
na, diseminadas por el país, especialmente en la ve-
cindad de la ciudad de México; pero éstas no eran
de ninguna utilidad al comercio y no eran sino esfuer-
zos locales de naturaleza imperfecta en diferentes
distritos que, por lo general, no pasaban de ser tran-
vías de tracción animal. El triunfo final de los empre
sarios del Ferrocarril Mexicano impresionó grande-
mente al presidente, á los ministros y al elemento ilus-
trado del público. Percibieron al fin que era una ne-
cesidad para el progreso del país la construcción de
grandes sistemas ferrocarrileros, de líneas extensas
que pusieran las regiones distintas del interior en
comunicación fácil con la capital, de otras líneas que
se extendieran hacia el norte á los Estados Unidos,
y conectaran con el curso del tiempo con líneas ínter
oceánicas que desarrollarían los inmensos recursos
del país y le proporcionarían á México los medios de
llegar á los grandes mercados comerciales del mundo.
A esta convicción siguió muy de cerca una política
ilustrada é inteligente. Durante las administracio-
nes progresistas de Lerdo de Tejada y Díaz, ha sido
dada toda clase de estímulo á los promotores de em-
presas ferrocarrileras; y el gobierno mexicano ha
otorgado con ese fin muchas concesiones y subvencio-
nes liberales."
196 DÍAZ Y MÉXICO.
Por miic]io que se diga acerca de ello, no puede
exagerarse la imi^ortaiicia de la construcción del Fe-
rrocarril Mexicano. En los días en que fué lanzada
la idea por primera vez era verdaderamente una em-
presa formidable, debido al largo de la vía, á lo acci-
dentado del país que tenía que atravesar, á lo alto y
precipitado de las ásperas montañas por que tenía
que ascender, y al estado de experimentación en que
aún estaba por esos días la construcción de ferroca-
rriles. No se puede calcular el inmenso efecto que
tuA^o la construcción de esta línea férrea en la poli
tica futura del gobierno, pues abrió el interior del
país al comercio del mundo entero ; hizo las vías de
comunicación tan rápidas y tan fáciles, que vino á
ser prácticamente imposible la revolución en la Ke-
pública ; y boy los ferrocarriles están cambiando gra-
dualmente los hábitos, costumbres 3^ manera de vi-
vir de la gente de México ; pero más especialmente de
las clases bajas.
El resultado natural que tuvo el éxito alcanzado
por la Compañía del Ferrocarril Mexicano fué que
se solicitaron más concesiones para ferrocarriles.
Muchas de ellas no pasaron de proyectos ; pero otras
fueron impulsadas con admirable rapidez, si toma-
mos en consideración las condiciones que en esos días
prevalecían en construcciones ferrocarrileras. Dees-
tas empresas el Central Mexicano es un buen ejem-
plo. La construcción de esta línea se comenzó el año
de 1880 ; pero realmente no fué sino hasta el año si
guíente que los trabajos se empezaron con formali-
dad por ambos extremos de la línea, la ciudad de Mé-
xico y Paso del Xorte. Se le concedió á la Compañía
una subvención de $9,500 por kilómetro, y además de
esta subvención el gobierno mexicano concedió a la
Compañía el importar libre de derechos durante
quince años todos los materiales de construcción, re-
paración y o])eración del ferrocarril. El capital so-
cial de la Compañía, que era de $32,000 por milla,
fué dividido en acciones á la par de $100 cada una.
Tan rápidamente fué impulsado el trabajo, que la
FERROCARRILES NACIONALES. 197
línea estuvo terminada el 8 de Marzo de 1884, habién-
dose encontrado las dos secciones en construcción
cerca de Fresnillo. Desde ese tiempo, el Ferrocarril
Central Mexicano ha construido muchas líneas late-
rales y ha mejorado inmensamente su vía y su mate-
rial rodante, hasta llegar á ser hoy uno de los mejo-
res ferrocarriles del continente americano.
En 1872 James Sullivan obtuvo privilegio para la
construcción del Ferrocarril Nacional Mexicano,, lí
nea de vía angosta ; pero con motivo del pánico que
tuvo lugar en el país el año siguiente, no le fué po-
sible cumplir con las condiciones que se le habían
estipulado, por lo cual fué revocada la concesión. Sin
embargo, en Septiembre del año de 1800, fué otorga-
da una segunda concesión a Palmer y Sullivan, siendo,
además, subvencionada la Compañía con $11,000 por
milla de línea férrea, que deberían pagarse según
se fueran completando ciertas distancias estipuladas
en el contrato.
Palmer y Sullivan obtuAderon otras varias conce-
siones, todas ellas favorecidas con subvenciones. En
1883 todas estas concesiones fueron consolidadas,
concediendo el gobierno una subvención uniforme de
$7,000 por kilómetro en las varias líneas que la Com-
pañía se proponía construir.
Como es natural, existía gran rivalidad entre la
Compañía del Central Mexicano j Ib. del Nacional
Mexicano, y esta misma rivalidad cooperó al fomento
de la construcción de sus respectivas vías. A esta
causa debe, pues, atribuirse sin la menor duda la ra-
pidez con la cual se llevó á cabo la construcción de
estas dos líneas férreas.
El año de 1882 fueron abiertas al tráfico la línea
entre la ciudad de México y Toluca, la fie Manzanillo
á Armería y la de Laredo á Monterrey. Pero los Sres.
Palmer y Sullivan se encontraron con grandes difi-
cultades financieras que les impidieron continuar los
trabajos y se \áeron obligados á suspenderlos cuan-
do faltaban aún r)f).3 kilómetros de vía entre Saltillo
y San j\íiguel de Allende.
198 DÍAZ T MÉXICO.
En 1887, después de más de tres años de interrup-
ción, fué reasumido el trabajo de la parte sin con-
cluir por ambas extremidades y en catorce meses se
logró completar la línea entre la ciudad de México
y Laredo y fué inaugurada formalmente el 15 de Oc-
tubre del mismo año.
Los negocios del Ferrocarril Nacional fueron
reoganizados el año de 1902, tomando la empresa el
nuevo nombre de Compañía del Ferrocarril Nacional
de México. Esta Compañía adquirió todas las propie-
dades, derechos y concesiones de la Compañía del Fe-
rrocarril Nacional Mexicano é inmediatamente pro-
cedió á convertir en vía ancha la línea troncal entre
la ciudad de México y Laredo y en general á mejo-
rar dicha \ia y el material rodante. El servicio del
ferrocarril por la nueva vía ancha fué abierto al pú-
blico el 8 de Noviembre de 190'). Desde entonces otras
partes del sistema han sido transformadas en de vía
ancha.
El año de 1903 el gobierno mexicano compró en
el mercado 100,000 acciones preferentes, 9P),439 pre-
ferentes de segunda clase y 106,288 acciones ordina-
rias, ó sea un total de 299,727 acciones del Ferroca-
rril Nacional Mexicano, número equivalente al cua-
renta y siete y cuatro por ciento del número total de
acciones de la Compañía; lo cual era suficiente pa-
ra ejercer control absoluto en los asuntos del Ferro-
carril Nacional. Por dichos valores el gobierno se
comprometió á pagar $9.000,000, oro, la mitad al con
tado y la otra mitad en certificados que había adqui-
rido recientemente del Ferrocarril Interoceánico por
valor de 1.000,000 de libras esterlinas. Además de
estos certificados que negoció el gobierno, había ad-
quirido también 135,383 acciones del Interoceánico.
Estas dos líneas fueron unidas y más tarde fué arre-
glado el sistema del Central Mexicano, bajo térmi-
nos igualmente favorables y el sistema en conjunto
fué nombrado "Líneas Nacionales de México."
Por la adquisición de lo que es prácticamente el
control de estas tres grandes líneas ferrocarrileras,
Catedral de Monterrey.
FERROCARRILES JíACIOJíALES. 199
se puede decir que el gobierno mexicano domina el
sistema de ferrocarriles del país. Mas ahora también
están bajo el control del gobierno el Ferrocarril de
Veracruz al Pacifico, el Nacional de Teliuantepec y
el Pan-Americano, de cuyo modo dicho Gobierno tie-
ne en sus manos los asuntos de uno de los sistemas
ferrocarrileros más grandes del mundo.
El Ferrocarril ''Kansas City, México y Oriente,"
comunmente conocido por "El Oriente,'' está siendo
construido desde la ciudad de Kansas, Missouri, casi
en el centro geográfico de los Estados Unidos, á tra-
vés de Kansas, Oklahoma, Texas y parte norte de Mé-
xico, hasta llegar al Océano Pacífico, siendo su térmi
no el puerto de Topolobampo, en el Golfo de Califor-
nia, que es con sólo una excepción la mejor bahía na-
tural de México.
El Ferrocarril medirá 2,656 kilómetros de exten-
sión total y está siendo construido en secciones, con-
tando ya con 1,408 kilómetros de yíü. terminada en
ambas Repblicas. El millaje en México será de 637
millas (1,019 kilómetros) de las cuales 380, ó 608 ki-
lómetros, han sido completados y están en operación,
incluyendo la porción del Ferrocarril de "Chihuahua
y Pacífico," sobre cuya línea tiene "El Oriente" de-
rechos de tráfico.
La línea está en operación al este de Chihuahua,
hasta un punto más allá del río Conchos, por una dis-
tancia de 145 kilómetros. En ese tramo abre una im-
portante región minera, donde existen minas de pla-
ta, cobre y zinc que se están trabajando actualmente.
Han sido también encontrados allí yacimientos de
carbón y criaderos de petróleo.
El valle del río Conchos es una fértil región agrí-
cola que ha hecho accesible el mismo ferrocarril.
Al oeste de Chihuahua, la línea se extiende á
más 330 kilómetros de la ciudad y cruza la vertiente
continental, alcanzando su máximum de elevación.
La nivelación del terraplén llega hasta el kilómetro
350, tocando una región maderera donde hay instala-
dos varios aserraderos. De mayor importancia es to-
200 DÍAZ Y 3IEXIC0.
dalia el campo minero que en ese punto alcanza el
ferrocarril. En la comarca se encuentran los minera-
les de Batoiñlas, Urique, Chinipas, Baguirachic y
muclios otros. Humboldt, el científico y explorador,
la designó como "la matriz mineral de la Sierra Ma-
dre." Comprende porciones de tres Estados, Chihua-
hua, Sinaloa y Sonora, y es rica en plata, oro y cobre.
De la costa, hacia el este, el ferrocarril se ha com-
pletado y puesto en operación, en una distancia de
125 kilómetros. En este trecho existen campos mine-
ros, alrededor de Choix, tales como Lluvia de Oro,
quien tiene $4.000,000.00 de mineral de oro, calculado.
Desde la costa, el ferrocarril de ''Kansas City, Méxi-
co y Oriente," sigue el valle del río Fuerte, que es
una de las más fértiles regiones de México, notable
por su producción de caña de azúcar, granos y frutos.
Aquí la línea cruza la extensión del fen'ocarril "Sou-
thern Pacific" del sur de Guaymas hasta duadalaja-
ra. Estos ferrocarriles están destinados á desempe-
ñar un importante papel en el futuro desarrollo de
la costa occidental, que tanto promete para México.
La "Hamburg American Steamship Company," de
Europa, ha entrado en un arreglo para establecer
una línea de A^apores desde Topolobampo, el puerto
de Oriente, á través del Pacífico, una vez que el Fe-
rrocarril Kansas City esté terminado. La compañía
citada cubre el tráfico de los Océanos Atlántico é In-
dico. Esta alianza, con la conexión arreglada por el
Oriente y Kansas City en la margen <lel Atlántico,
dará un servicio continuo alrededor del mundo.
Se pondrán también vapores entre Topolobampo y
los puertos de Centro y Sud-América y Australia. La
apertura del Canal de Panamá contribuirá vasta
mente al aumento del comercio entre esos puntos. El
Oriente es de gran importancia territorial. Es, con
mucho, la línea más corta entre la parte central de
los Estados Fnidos y la costa del Pacífico. Pasa de la
zona templada septentrional, á casi el seno de los
trópicos, cubriendo así un campo que presenta la
FERROCARRILES ÍÍACIONALES. 201
más amplia escala posible de productos vegetales,
animales y minerales.
Entre el río liojo en Texas y la costa del Pacífi-
co en México, la línea cruza en ángulo recto seis gran
des líneas troncales, formando así nuevos pmitos de
conexión. Xo guarda paralelo con alguna otra. Nin-
guna línea transcontinental posee, en este respecto,
tan grandes ventajas ú ocupa una posición tan favo-
rable y estratégica para futuro desarrollo.
Es la única línea troncal transcontinental que
cruza la frontera y penetra al interior de las dos Re-
públicas en su curso liacia el mar. Su construcción
mucho significa para estrecliar los lazos entre ambas
naciones. De San Angeles, Texas, basta la frontera
en Del Río, va el Oriente á costruir un desvío que
lo conectará con los Ferrocarriles Nacionales de Mé-
xico y suministrará una línea corta vía Eagle Pass
á la ciudad de México.
El Gobierno Federal de México fia concedido sul)-
sidios para la construcción del Ferrocarril de Kan-
sas City, México y Oriente que montan en conjunto á
$5.500,000.00, además de las subvenciojies concedi-
das por los Estados de CMhualiua y Sinaloa.
Se espera que para el año de 1911, este ferroca-
rril estará en explotación desde la ciudad de Kansas,
á través de Cliihuabua y hasta el extremo de la divi-
sión montañosa de la Sierra Madre.
La importancia de este gran camino internacional
no ha sido en lo general bien apreciada, y pocos re-
conocen la creciente importancia del comercio entre
México y los Estados Unidos del Norte. Este ha au-
mentado mil por ciento en veinticinco años y conti-
núa prosperando muy rápidamente. El Oriente hará
mucho para favorecer ese impulso.
El Presidente Díaz y el Gobierno nacional han
manifestado gran interés en la construcción de esa lí
nea, que tiene marcada importancia comercial y po--
lítlca, cruzando el muro de la Sierra y ligando dos
grandes divisiones de la República, la mesa central
y la rica alta planicie occidental.
202 DÍAZ T 3IEXIC0, ~
El Ferrocarril Pacífico del Sur, actualmente en
construcción, unirá la importante ciudad de Guada-
lajara con el puerto de Guavmas en el Pacífico.
Es una de las empresas de la casa Harriman, cu-
yo nombre es tan conocido en México por las impor-
tantes obras ferrocarrileras que ha llevado á cabo en
el norte de la República. La línea en referencia está
destinada á abrir al comercio del mundo centros agrí-
colas, industriales y mineros, que i)oseen riquezas
fabulosas que no habían podido ser debidamente ex-
plotadas por falta de buenas comunicaciones.
La ciudad de Guadalajara, llamada por su her-
mosura y opulencia, la "Perla de Oriente," es la se-
gunda en importancia de la República. Jalisco, el
Estado de que es capital, figura entre los más adelan-
tados y ricos de la Federación.
El Ferrocarril Southern Pacific al mismo tiempo
que beneficiará las ricas comarcas que atraviesa, tie
ne asegurado un porvenir muy halagüño.
Ferrocarril de Veracruz al Istmo. — La creciente
prosperidad del puerto de Veracruz y el gran tráfi-
co que se ha desarrollado en el Istmo de Tehuantepec,
han cuadruplicado en pocos años la importancia de
esta empresa ferrocarrilera, que tiene actualmente en
explotación 426 kilómetros de vía. La línea de Córdo-
ba á Motzorongo, llamada "Ferrocarril Agrícola/'
llega actualmente hasta Santa Lucrecia y forma par-
te integrante de la yísl férrea que de Veracruz parte
á Córdoba. Está en construcción un ramal de la es-
tación llamada Rives á San Andrés Tuxtla, del cual
hay ya 21 kilómetros en explotación hasta Cuatoto-
lapam.
Otro ramal que está ya terminado une á BrisbJn
con Sierra Colorada.
El señor Don Thomas Milán es el activo superin-
tendente de este importante ferrocarril.
Esta vía ferrocarrilera atraviesa comarcas agrí
colas que por la riqueza de sus tierras y la variedad
de sus cultivos, figuran en primera línea en la Repú-
blica.
CAPITULO IJX.
Comercio del Istmo^
Entre las grandes obras que ha llevado á cabo
la administración actual, tanto en lo que concierne
al comercio marítimo de la Kepiiblica como al tráfi-
co internacional, figuran la construcción del Ferro-
carril Nacional de Tehuantepec y sus puertos termi-
nales, y las mejoras al puerto de Yeracruz. I^as pri-
meras han abierto al mundo una ruta comercial en-
tre los océanos Pacífico y Atlántico que rivaliza, si
no supera, con la futura ruta del Canal de Panamá,
y las segundas han dotado al comercio de importa-
ción y exportación de la República de un i^uerto que
reúne todas las condiciones de seguridad, amplitud
é higiene que exige su creciente prosperidad.
Desde el año de 1533, poco tiempo después del
descubrimiento del Nuevo Mundo y de la conquista
del imperio azteca por las huestes españolas, escri-
bía el emperador Carlos V, rey de España, al con
quistador Hernán Cortés, recomendándole hacer in-
vestigaciones para encontrar un paso que pudiera
conectar las costas orientales y occidentales del Con-
tinente americano. Cortés exploró con este objeto
el caudaloso río Coatzacoalcos y la vertiente sur de
la cordillera hasta el Pacífico, y si bien no conside-
ró factible el paso buscado, comprendió que el futu-
ro reservaba grandes posibilidades comerciales a esa
región en que los océanos estaban tan próximos uno
de otro, y solicitó y obtuvo de la Corona una conce-
sión de terrenos donde creyó que la ruta se estable-
cería. Dichos terrenos son poseídos aún por sus des-
cendientes y se encuentran actualmente atravesados
por la gran vía ferrocarrilera del Istmo.
En tiempos posteriores se hicieron nuevos estu-
dios con el objeto de establecer comunicación inter-
oceánica á través de esta región, por orden de Felipe?
20 1 DÍAZ Y MÉXICO,
II en el sigio XYI .y de Carlos III en el siglo XVIII.^
pero las cosas no pasaron adelante de simples pro-'
yectos.
El año de 1824, poco desi)nés de haber conquista-
do su independencia la Eex^ública mexicana, se vol-
vió á suscitar gran interés por el asunto ; i^ero tanto
en esta ocasión como en 1842, en que el Presidente
Santa Amia otorgó á Don José de Garay una conce-
sión x^ara establecer la comunicación interoceánica,
parte por agua aprovechando el río Coatzacoalcos
y parte por ferrocarril, la gran empresa no pudo lle-
A'arse á cabo, pues las continuas guerras intestinas
y el estado de intranquilidad en que se mantenía el
país, no permitían á los gobiernos i)restar la debida
atención al magno proyecto.
Nuevos contratos y concesiones se hicieron des-
j)ués, pero todas fracasaron con grandes pérdidas
para el gobierno, hasta que en 1882 el actual progres-
sista gobernante de la República, decidió que las
obras se hicieran por cuenta de la Nación, para cuyo
efecto se autorizó un ]n'éstamo de 2.700,000 libras es-
terlinas, con el objeto de construir una vía férrea que
uniera comercialmente ambos océanos, aprovechan-
do las partes de vía y materiales que las anteriores
empresas fracasadas habían dejado á costa de fuer-
tes sacrificios monetarios de parte de la Eepiiblica.
Desjuiés de varios contratiemi>os con los Alarios con-
cesionarios que se fueron sucediendo en la realiza-
ción de la obra, se terminó el ferrocarril ístmico el
año de 1894.
Pero esta vísl férrea estaba muy lejos de llenar su
misión, pues todo el riela je era de poco peso, el ba-
lastre insuficiente, los puentes de madera é inseguros,
y en los puertos terminales no había facilidades al-
gunas para la carga y descarga de mercaderías ; todo
lo cual hacía imposible que la ruta fuera utilizable
para el tráfico internacional.
Durante algunos años después, procuró el Go-
bierno mexicano ir mejorando las condiciones exis-
tentes, á cuyo efecto, entre otras cosas, se construyó
^^
Sr. J. B. Boiíy.
(íekknte de los SKE8. S. Pearson é Hijo.
COMERCIO DEL ISTMO. 205
1111 muelle de liierro en Salina Cruz, muelle que fue
destruido por el embate de las olas el año de 1895.
I*or último, y com"prendieiido el Gobierno la ne-
cesidad que liabia de poner lo más pronto i^osible la
ruta del Istmo en condiciones de llenar los altos fi-
nes que de ella se esperaban, hizo un contrato con la
casa inglesa Peai'son & Son Limitada, formando con
ella la ''Compañía Explotadora del Ferrocarril Na
cional de Teliiiantepec," comprometiéndose dicha ca-
sa á reconstruir la vía por cuenta exclusiva del Go-
bierno, hasta dejarla en estado de completa eficiencia
jiara soportar el gran tráfico futuro que se espei'a-
ba. Con la misma casa contrató la República la
construcción de los puertos de Coatzacoalcos y Sa-
lina Cruz para adaptarlos al tráfico interoceánico
á través del Istmo.
Los presupuestos presentados sumaron $12.000,000
])lata y muy luego se iniciaron las grandes obras, que
hoy, ya terminadas, forman la manifestación más
evidente de lo que puede el esfuerzo patriótico de un
gran gobernante dedicado en promover la grandeza
y ^prosperidad de su país.
El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec parte del
lado del Atlántico de Coatzacoalcos, población de
4.000 habitantes situada en la margen izquierda del
río del mismo nombre y cerca de su desembocadura
en el Golfo de México. Atraviesa con rumbo sur las
fértiles llanuras poco accidentadas que coustituven
la gran A^ertiente de la cordillera del lado del Atlán-
tico hasta cruzar el río Jaltepec; de aquí y siempre
hacia el Sur, sigue la vía ])or terrenos más elevados
y en que ya no se vé la exhiiberante vegetación tro-
pical de la vertiente Norte, pero que en cambio po-
see excelentes pastos muy apropiados para la cría
y engorde de toda clase de ganado. En esta parte
la vía llega á elevarse hasta 140 metros Sobre el ni-
vel del mar. Continúa atravesando los valles de las
sierras de Mozahuita, Prieto y Espinosa, llegando á
elevarse en Eincón Antonio hasta 261.5 metros sobre
el mismo nivel. La vegetación en esta región alta es
206 DÍAZ T MÉXICO.
bastante raquítica ; en cambio el clima es tan benig-
no y sano, que es la yecinclad de este lugar la que eli-
gió la Compañía para establecer los talleres del Fe-
rrocarril, las oficinas generales, casas habitaciones
para funcionarios y empleados, hospital, etc.
De este lugar cruza la línea la sierra de Cbivela
])ara entrar de lleno en la vertiente del Pacífico, que
desciende rápidamente al precipicio, más suavemen-
te después; cruza los ríos de San Gerónimo y Tebuan-
tepec y llega por último á la baliía de Salina Cruz.
La vertiente del Pacífico es en extremo seca y ca-
lurosa, de A egetación escasa y ríos torrenciales y por
consiguiente, innavegables.
La línea atraviesa en esta región la ciudad de
Tebuantepec, antigua residencia de los reyes zapo-
tecas y capital de un reino indígena bastante ade-
lantado y que al fin tuvo que sucumbir á los ejércitos
del imperio de los Monctezumas. Tiene la ciudad
14,000 habitantes j es centro comercial de alguna
importancia.
El Ferrocarril del Istmo conecta en la estación
de San Jerónimo, kilómetro 262, con el Ferrocarril
Pan- Americano que llega hasta Mariscal, en la fron-
tera de la vecina Eepública de Guatemala; en Jui-
le con la vía férrea que a a á San Juan Evangelista y
en el kilómetro 127 con el Ferrocarril de Yeracruz al
Pacífico.
La extensión total de la xm férrea desde Coat-
zacoalcos hasta Salina Cruz, es de 304 y medio kiló-
metros. Sus puentes son todos de hierro, siendo los
de mayor importancia el de Chacalapa, de 291 me-
tros de largo ; el de Tolosa, de 283 metros ; el de Ma-
1 atengo, el de Santa Lucrecia, y, por último, el de
Tehuantepec, que tiene 264 metros de extensión. La
mayor parte del rielaje de la vía, que era de un peso
de 56 á 60 libras por yarda, fué cambiado por de 80
libras. El material rodante fué todo renovado, po-
seyendo actualmente la Compañía suficiente número
dp locomotoras poderosas de los últimos modelos y
Q
Gí2
m
fJ
o
a
CSl
COMERCIO DEL ISTMO. 207
todos los carros de i^asajeros y carga que necesita
para el importante tráfico que lleva á cabo.
Los talleres en Rincón Antonio son espaciosos
y de lo más completo en su género. Están movidos
por fuerza eléctrica que suministran dos generado-
res de 160 caballos de fuerza cada uno. Las oficinas
y casas de empleados son amj)lias y provistas de to-
dos los requisitos que aconseja la higiene moderna.
Grandes depósitos de petróleo se encuentran en dis-
tintos puntos de la vía, pues se usa en las locomoto-
ras este combustible, con preferencia al carbón, de-
bido á su mayor economía y á otras ventajas que se-
ría largo enumerar.
Las obras llevadas á cabo en los puertos termina-
les forman el gran coronamiento de esta magTia em-
presa. En el puerto de Coatzacoalcos, se construye-
ron dos inmensas escolleras convergentes con extre-
mos paralelos : la del Este tiene 1,400 metros de lar-
go y la del Oeste 1,20."), dejando una bocana ó entra-
da de 280 metros de ancho. La barra que á la entrada
del río impedía la navegación fué dragada, emplean-
do para ello seis ])oderosas dragas. Se construyeron
ocho muelles metálicos en la margen izquierda del
río, teniendo cada uno 126 metros de longitud y 22 y
medio de anchura, y frente á cada uno de ellos un
gran almacén también de estructura metálica, de
126 metros de largo por 32 y medio de ancho. El mue-
lle de madera que se construyó i^rovisionalmente
cuando se iniciaron las obras, se encuentra aún en
perfecto estado y presta muy buen servicio, y tam-
bién está provisto de su respectivo almacén. Los talu-
des del río en toda la extensión en que están situados
los muelles están protegidos por un revestimiento
de piedra de un metro de espesor.
Se proA'eyó al puerto de una instalación eléctrica
capaz de desarrollar 1,836 caballos de fuerza y que
está destinada á mover las grúas y cabrestantes de
que están dotados los muelles para manejar la
* carga.
20S' BLVZ T 3IEXIC0.
Finalmente, la profundidad del río á lo largo de
los muelles es de diez metros en baja mai\
A la población de Coatzacoalcos, actualmente lla-
mada Puerto México, se le lia dotado de buen drena-
je y agua potable en abundancia, lo que lia mejorado
sus condiciones sanitarias á tal grado, que ha sido
posible extirpar por completo las enfermedades epi-
démicas que en tiem]>os anteriores reinaban en ei
lugar.
Pero si las obras llevadas á cabo en Coatzacoal-
cos son dignas de admiración, la importancia y diñ-
cultad de las que se efectuaron para formar el puer-
to de Salina Cruz en el punto terminal del Pacíñ-
co, son aún más notables ; pues en este último punto
no había puerto, había que hacerlo.
Salina Cruz no era por naturaleza más que una
rada abierta expuesta á todas las intemperies del
Océano é incapaz de proporcional- el menor abrigo
á los barcos. Ha habido que solucionar en la forma-
ción de este puerto los problemas más conijilicados
de ingeniería, y ha requerido la obra, iiodemos de-
cir ,todos los recursos y artificios (pie la ciencia mo-
derna ha iniesto en manos del hombre para poder
lleyar á cabo esta clase de trabajos.
Se construyeron dos poderosos rompe-olas que
avanzan hacia el mar : el del Este con una longitud
de 980 metros 40 centímetros y el del Oeste, (547 me-
tros 75 centímetros. El primero llega en su extremi-
dad á fondos de 17 metros, y el segundo á fondos de
:!0 y 12 metros. En el antepuerto que forman estas
construcciones, fué dragada una extensión de 80,000
metros cuadrados, obteniéndose una profundidad mí-
nima de 18 metros en las mareas más bajas. Un muro
ó malecón de 1,000 metros de largo fué construido pa-
ra separar el antepuerto del puerto ó dársena, el
cual tiene una superficie de 850,000 metros cuadra-
dos, y está en comunicación con el puerto exterior
por un canal de 30 metros de ancho por 70 de largo,
que divide el malecón en dos secciones.
El malecón soporta seis almacenes de estructura
COMEIÍCIO BEL ISTMO. 209
metálica de l!2(> metros de largo por 32 de ancho y
enteramente iguales á sus congéneres de Coatzacoal-
cos.
En el ángulo X. O. de esta dársena está situado
un dique seco de 190 por .'iO metros para reparacio-
nes de barcos. Está provisto de escaleras laterales
para descender al fondo y numerosos postes de ama-
rre para facilitar la entrada de los buques. Dos po-
derosas bombas centrífugas instaladas en la vecin-
dad, sirA^en jíara vaciarlo, cuya oi:)eración se puede
hacer en cuatro horas.
Otras bombas más pequeñas sirven para bombear
las pequeñas filtraciones que i)udiera haber en los
drenes de la base de los muros del dique ó que ])udie-
ren ocurrir á través de la compuerta que cierra la
entrada. Dicha compuerta la forma un "buque-com-
puerta" flotante, de estructura meálica celular fo-
rrado con lámina de acero y que está lastrado en el
fondo con una masa de concreto que asegura su es-
tabilidad. Sobre su cubierta soporta una vía férrea,
sirviendo así de puente para conectar las vías exis-
tentes á ambos lados del dique y facilitar los movi-
mientos de los trenes.
Este hermoso puerto está además provisto de una
instalación eléctrica dotada de cinco generadores tri-
facios de corrientes alternas que pueden desarrollar
2,000 caballos de fuerza. Las calderas son siete y tie-
nen capacidad total para producir 3,346 caballos.
Por medio de esta poderosa planta se mueven las
18 grúas eléctricas y los 34 cabrestantes que están dis-
tribuidos á lo largo del malecón para tonmr la carga
directamente de ésta á los barcos y viceversa. La
]^ianta, además, proporciona fuerza para las bombas
del dique v alumbrado para la población de Salina
C^ruz.
Los trabajos de dragado de la dársena se llevaron
á cabo por medio de tres poderosas dragas, obte-
niéndose una profundidad mínima de 10 metros en
baja mar.
La ciudad de Salina Cruz fué enteramente re-
210 DÍAZ X MÉXICO. ,,
formada, liabiendo sido trazada bajo un i)lan ente-
ramente moderno : calles anchas y rectas, manza-
nas de 100 metros cuadrados, agua potal)le en abun-
dancia j buen drenaje.
Por la ligera descripción que hemos hecho de los
trabajos que por cuenta del Supremo Gobierno de
la Kepública ha llevado á feliz término y con el
más completo éxito la casa inglesa de S. Pearson &
Son, Limitada, se pondrán fornuir idea miestros lec-
tores de la inii)ortancia trascendental de tan colo-
sal empresa. La ruta de Tehuantepec supera a la de
Panamá para el comercio del mundo tanto en lo que
refiere á la distancia como al costo del transporte.
De Nueva York á Hong-kong hay por la vía de Te-
huante])ec 1,351 millas menos que por la de Panamá;
de Xueva York á Yokohama l,2r)0 millas menos; del
mismo puerto de Auckland, X. Q., 881 millas menos ;
á Melbourne 701; á Honolulú l,27í); á San Francisco
1,173; de LiA'erpool á Honk-Kong 4(>9 millas menos;
á Auckland 503 ; á San Francisco TíOO ; de Nueva Or-
leans á Hong-Kong 2,035 ; á Yokohama 1,974 ; á Auck-
land 1,5G4; á Melbourne 1,445; á Honolulú 1,980 y á
San Francisco 1,857 menos. Cifras son éstas que no
necesitan comentarios y explican la creciente prospe-
ridad del tráfico á través del Istmo de Tehuantepec;
prosperidad que asume tales proporciones, que
continuamente reclama nuevas obras de ensanche,
las que se llevan á cabo de modo á mantener siempre
la ruta con capacidad suficiente para satisfacer las
exigencias del comercio mundial.
Otra de las obras monumentales llevada á cabo
por la casa de S. Pearson & Son, Limitada, por cuen-
ta del Gobierno mexicano, es la construcción del
])uerto de Veracruz. Antes de que estas obras fueran
realizadas, el puerto en cuestión era sumamente pe-
ligroso para las embfircaciones cuando soplaba el
famoso viento norte, tan frecuente en esa localidad
durante cierta época del año. En 1851 uno de estos
nortes echó á pique trece buques en la entrada de
A^eracruz, y si es verdad que éste fué un incidente
COMEllCIO DEL ISTMO. -'11
excepcional, también es cierto que casos aislados no
eran poco frecuentes y qiie cuando reinaban estos
nortes era únicamente ejerciendo gran vigilancia co-
mo se podía lograr entrar con seguridad por las tur-
bulentas aguas de la balíía.
Las obras en referencia hicieron cambiar ente-
ramente de aspecto á este estado de cosas, convir-
tiendo á ^"eracruz en uno de los puertos más seguros
del mundo en todas las épocas del año.
La baliía de Veracruz está parcialmente circu-
lada por los arrecifes de coral llamados La Caleta,
cerca de la costa, y La Gallega, 600 metros mar aden-
tro en la parte norte, y El Hornos, cerca de la cos-
ta, y La Lavandera, 320 metros mar adentro del la-
do sur. Diclios arrecifes forman una bahía de 2,000
metros de anchura y cuando soplaba el viento norte,
his aguas del Golfo eran imi^elidas con gran violen-
cia por el paso estrecho situado entre La Caleta y
La Gallega, penetrando dentro de la bahía, no dejan
do más abrigo á los barcos que estaban dentro que
un i^equeño espacio á Sotavento del Castillo de San
Juan de Ulúa, construido sobre parte del arrecife
de La Gallega.
Estos inconvenientes se remediaron con la coiis-
ti'ucción de un gran dique al Noroeste, que partiendo
de la punta de La Caleta, se extiende hasta La Ga-
llega, cerrando á las aguas del Océano este paso del
norte, y otro rompe-olas al noreste, que se extiende
desde el arrecife de La Gallega hasta la entrada del
puerto. El muro del norte que une La Gallega con la
isla de Ulúa, había sido construido con anterioridad.
Al Sudeste se construyó también otro rompe-olas
que protege el puerto del lado Sur y que se extiende
desde la punta del Hornos hasta La Lavandera, de-
jando entre su extremidad y la del dique del Nores-
te un canal de 260 metros de ancho que constituye la
entrada del puerto. En ambas extremidades se colo-
caron faros.
Las dos secciones del dique del Noreste tienen
.1 ,085 metros de largo ; el dique del Norte, construido
212 DÍAZ Y MÉXICO.
por Don Agustín Cerdán, 500 metros; el dique del
Noreste 738 metros, y el dique del Sudeste 913 me-
tros.
Formando parte del malecón de la ciudad se cons-
truyó un dique interior de protección, que tiene por
el lado de adentro 530 metros de largo y del lado de
afuera l.*)5 metros más. La parte del puerto situada
entre el diípie interior de protección y el rompe-olas
del Sudeste, está destinada actualmente á las embar-
caciones más pequeñas.
El malecón de la ciudad fué construido en el mar
á una distancia de cuatrocientos metros de la línea
de la costa en la marea baja, y por consiguiente, to-
da la parte del frente donde hay actualmente tendi-
das algunas líneas férreas y donde se lian construido
y siguen construyendo muclios edificios, fué conquis-
tada al Océano. El área de estos terrenos nuevos es
de cerca de 100 hectáreas. El malecón tiene tres ki-
lómetros de largo y se extiende desde el rompe-olas
del Noroeste al Norte, hasta el dique interior de pro-
tección al Sur. Los muelles para los barcos se cons-
truyeron á ángulos rectos partiendo del malecón.
De los doce que hay proyectados se han construido
solamente cuatro, que llevan los números 1, 4, 5 y 8:
este último es el muelle del Gobierno y tiene 180 me-
tros de largo i)or 22 y medio de ancho. Los números
5, 4 y 1 corres])onden, respectivamente, á los ferroca-
rriles Mexicano, Interoceánico y Alvarado. Los de-
más muelles serán construidos conforme las nece-
sidades del tráfico lo exijan.
El más costoso é importante de los trabajos in-
teriores del puerto es ol sólido dique de albañilería,
de 380 metros de largo, que se extiende perpendicu-
larmente desde el malecón en dirección de la isla de
San Juan de Ulúa, entre los muelles 5 y (5., Tiene 100
metros de ancho y está provisto de ocho líneas de
rieleS; entre cuyos espacios deberán construirse cua-
tro grandes almacenes provistos de suficiente niínie-
ro de grúas que se operarán con fuerza hidráulica ó
eléctrica.
EsciELAS RirAles Modkrxas.
COJIERCIO DEL ISTMO. 21 í5
Este dique tiene espacio suficiente para siete de
los barcos más grandes que llegan á Veracruz.
A ambos lados de la entrada del nuielle del Go-
bierno se construyeron dos espaciosos almacenes de
cal y canto. También se ha construido al sur de la
esquina formada por las divisiones del malecón, un
desembarcadero en forma de T, á la espalda del cual
se está erigiendo un edificio sólido y amplio que ser-
virá de estación sanitaria y de almacén de equipajes.
El área total del puerto, gracias á los importan-
tes trabajos que liemos descrito, llega á 220 hectá-
reas; cuya extensión fué ciudadosamente dragada
de modo á obtener una profundidad mínima de 8 y
medio á 10 metros, que es suficiente para dar entrada
al buque de mayor calado basta boy construido en
los astilleros del mundo.
Como indispensable complemento á estas grandes
mejoras, que lian requerido un gasto de $30.000,000
]>lata, tanto el Gobierno Federal como bis autorida-
des del Estado, no lian perdido tiempo ni economiza-
do dinero en ])roveer á la ciudad de Veracruz con un
sistema completo de drenaje moderno y con agua po-
table en abundancia, habiendo así logrado convertir
la localidad en una de las más sanas del Golfo, ha-
ciendo desaparecer por completo las fiebres epidé-
micas que antes la azolaban y dificultaban su co-
mercio.
Los trabajos llevados á cabo en Veracruz, el puer-
to más importante de la Kepública, constituyen un
timbre de honor para la administración del General
T>on Porfirio Díaz; pues son una muestra patente
de sus esfuerzos por el adelanto y prosperidad de
la Nación mexicana, que, gracias á él, vá asumiendo
en el concierto de las naciones el alto puesto que le
corresponde por su historia, su extensión y patrio-
tismo de sus hijos.
CAPITULO LX.
Desarrollo de fuerza hidráulica.
La historia del progreso industrial de México du-
rante la última década, no es sino la historia del des-
arrollo de su fuerza hidráulica. La provisión de fuer-
za, á la tercera parte del precio que antes costaba,
ha hecho posible la operación de centenares de fá-
bricas, grandes y pequeñas; ha triplicado la exten-
sión de los trabajos mineros; ha convertido la luz
eléctrica en una comodidad cuando antes era un lu
jo; ha aumentado las líneas urbanas y suburbanas
de tran^ias ; y en fin, ha reA olucionado por completo
las condiciones industriales.
Una de las empresas que han contribuido á este
desarrollo es la de Xecaxa, inmensa como es en sus
resultados económicos, es quizá aún más interesante
desde el punto de Adsta de la ingeniería. Es una obra
colosal en que se han gastado millones de pesos en
cambiar las condiciones naturales, de modo á pro-
veer una continua corriente de agua capaz de produ-
cir fuerza para todas las necesidades presentes. La
inmensa presa de Xecaxa almacena durante la esta-
ción de Ihmas 44.000,000 de metros cúbicos de agua,
y las otras presas construidas en los valles parale-
los, forman dos depósitos con capacidad para con-
tener 45.000,000 y 15.000,000 de metros cúbicos, res-
pectivamente.
Más allá de estos depósitos se están abriendo tú-
neles para conducir otros ríos y aumentar la eficien-
cia de la obra. Hay, además, en la meseta arriba de
Xecaxa, cerca del término del Ferrocarril de Hidalgo,
dos depósitos con una capacidad total de $70.000,000
de metros cúbicos.
La ])lanta que nos ocupa, cuando fué fundada pro-
ducía 20,000 caballos de fuerza : hoy produce 50,000
caballos para consumo en México y El Oro. Las lí-
Don Jcsé Maim'a Velasco. (Pintok Mkxicano.)
DESARROLLO DE FLERZA HIDRÁULICA. 215
neas de transmisión de la compañía se están exten-
diendo actnalmente á Paclinca, y pronto podrá pres-
tarse servicio en un tei'ritorio nuevo muy extenso. Al
fi]}alizar el año, la empresa estará en situación de
poder desarrollar cien mil caballos de fuerza, y se es-
tán trazando los trabajos que permitan aumentar es-
ta fuerza á 250,000 si fuere necesario.
Las aguas de diez ríos se utilizan aquí para pro-
veer de luz, calor y fuerza á los habitantes del valle
de México. En la instalación de dinamos de Necaxa
es transformada la energía de todas estas corrientes
en miles de caballos de fuerza de energía eléctrica,
que alumbra ciudades y hace trabajar fábricas á cen-
tenares de kilómetros de distancia.
Desde que la Compañía Mexicana de Luz y Fuer-
za inició sus trabajos en la ciudad de México, ha
abaratado el costo de la fuerza, primero en un cin-
cuenta i)or ciento, y luego ha seguido disminuyendo
dicho costo hasta el grado que hoy proporciona fuer-
za, no obstante ser México un país donde el carbón es
excesivamente caro, á precios más bajos que en casi
cualquiera otra ciudad del mismo tamaño en el ex-
terior.
La presa principal de Necaxa es una gran estruc-
tura de piedra construida con la mayor solidez. Su
altura, cuando esté enteramente terminada, será de
194 pies y estará formada por 1.800,000 yardas cú-
bicas de material.
La presión hidrostática que dá fuerza á las tur-
binas, é impulsa á los grandes generadores en su
trabajo de convertir esta agua en energía eléctrica,
es obtenida por una caída de 1,400 pies, variando la
fuerza de acuerdo con la altura del agua en el depó-
sito. La columna llega á la planta eléctrica por me-
dio de inmensa y larga tubería que atraviesa las
montañas á un lado de los saltos de agua. Estos sal
tos, en niimero de dos, son, ó más bien, eran, antes de
que el agua fuera dirigida por otros cauces, de im-
ponentes proporciones y fueron los que llamaron la
atención de los ingenieros hacia estos sitios como á
216 DÍAZ T MÉXICO.
propósito para establecer ima gran planta eléctrica.
El primero de ellos tenía 462 pies de altura y el se-
gundo 752.
Los tubos de alimentación cjue parten de la presa
son tres : dos de seis pies de diámetro y uno de siete.
Eecorren una distancia de 2,300 pies antes de juntar-
se por medio de un recibidor de 21 pies de largo y sie-
te de diámetro. De aquí salen seis tubos de presión
de treinta pulgadas de diámetro cada uno, los cua-
les son conducidos i)or un túnel a la planta generado-
ra, cerca de 1,400 pies abajo.
La planta eléctrica de Necaxa, donde se produce
la energía, puede considerarse como de lo más moder-
no que existe hoy en el mundo en su género. El edi-
ficio de las máquinas es de construcción de acero y
concreto, de 65 pies de altura sobre el nivel del piso,
265 pies de largo y 214 de fondo. Contiene seis gran-
des generadores con un potencial de 4,000 Aoltios
cada y todos ellos son de corriente trifásica. Para
elevar su voltage á la línea de presión que es ahora
de 60,000 voltios, se emplean cinco transformadores
de fase simple de 2,000 kilowatts.
En el gran depósito de Xecaxa cae desde una altu-
ra de cincuenta metros una inmensa cantidad de
agua que viene del depósito de Tenango, j esta abun-
dante alimentación es el i^rimer resultado del tra-
bajo asiduo que ha sido llevado á cabo en el tiempo
relativamente corto de un año y por los esfuerzos
constantes de doce distintas cuadrillas constructo-
ras. Esta agua ^dene del inmenso canal y sistema
de depósitos.
El túnel de Tenango, como es llamado este últi-
mo eslabón que acaba de terminarse, tiene 1,317 me-
tros de largo, siendo sus dimensiones de 11 pies por
IL La tubería de acero que encierra, tiene 9 metros
de diámetro y está toda rodeada de concreto. Este
túnel fué construido con gran rapidez, A^aliéndo-
dose para ello de cuatro tiros que conducían á la su-
perficie del terreno y que permitieron que diez cua-
drillas trabajaran á la vez. Tiene un declive de tres
DESARROLLO DE FUERZA HIDRAULICxi. 217
metros por kilómetro, lo que produce uu espléndido
salto y hace posible que se puedan derramar en el
depósito de Necaxa las aguas de los depósitos supe-
riores tan ligero como pueda haber posibilidad que
se necesiten.
Seis meses se invirtieron en hacer las excavacio-
nes y otros seis tomó la colocación de la tubería y su
forrada de concreto.
Se construyó, además, á 169 metros del depósito
de Necaxa, un ramal que corre desde el tiro número
4 y atraviesa el cerro donde está situada la pequeña
población de Jacksonville, pol' una distancia de 342
metros. Al salir del cerro el tubo de nueve pies que
contiene, se reduce á siete y deberá unirse con otro
del mismo diámetro, que es de los j)rincipales alinien
tadores de los tubos de presión que van á la planta
generadora. Dicho ramal constituye, pues, un medio
de alimentación directa obtenida del depósito de Te-
nango. Varias válvulas colocadas en puntos conve-
nientes permiten dirigir el agua á donde se necesite.
El depósito de Tenango es una gran extensión
de agua que cubre, cuando lleno, una superficie de
3.408,000 metros cuadrados, teniendo una capacidad
de cuarenta y cuatro millones de metros cúbicos, lo
que es con poca diferencia una capacidad igual á la
del gran depósito de Necaxa.
Para contener esta inmensa cantidad de agua se
está construyendo una presa de 2,800 metros de lar-
go, en que se emplearán 1.125,000 metros cxibicos de
materiales. Su parte central atraviesa un espacio
profundo de más de cien metros, que está construido
con la mayor solidez, por el mismo estilo de las otras
grandes presas de Necaxa.
Más allá de Tenango se encuentra el tercero de
los depósitos inferiores,, el de ívTexapa, que está uni-
do al de Tenango por un túnel de 147 metros de lar-
go. Este depósito tiene una capacidad de 15.780,000
metros cúbicos y en la presa que aquí se está constru-
yendo, se emplearán 430,000 metros cúbicos de mate-
riales.
218 DÍAZ Y .^ÍEXICO.
El túnel de Xaltepaxtla, que se encuentra ya en
uso, tiene 328 metros de largo y desagua en el gran
canal á una altura de 1,384 metros, que es 24 me-
tros mayor que la del derrame de la presa de Nexapa.
Su rendimiento es de cuarenta metros cúbicos por
segundo.
De la entrada del túnel corre un canal hacia
atrás, por una distancia de 195 metros hasta llegar
á las compuertas de una pequeña presa de desviación
que encauza el río Xaltepuxtla. Esta presa fué con-
cluida en Diciembre de 1909.
A lo largo de la ribera de este río existe un cami-
no carretero esi^léndido construido por la Compañía
Mexicana de Luz y Fuerza, que conduce á los túne-
les de Zempoala.
Más allá del lugar donde desembocan las aguas
del río Zempoala y sus tributarios en el Xaltepuxtla,
se extienden siete kilómetros de túneles y 345 metros
de canales hasta un ])iinto donde se encuentran con
el río Zempoala. Son los túneles que hemos mencio-
nado, que aún están en construcción y que deberán
estar terminados en Enero de 1912.
Varios otros túneles hay en proyecto, todos los
cuales contribuirán notablemente á aumentar el ya
inmenso caudal de aguas disponible en los grandes
depósitos que existen y en los nuevos que se intentan
formar. Solamente el sistema proyectado para reco-
ger las aguas del distrito más allá de Zempoala, se
calcula costará $4.500,000.
No debemos dejar de mencionar, por ser de gran
importancia, el depósito conocido con el nombre de
Laguna, que recibe las aguas de Inás allá de Beris-
táin y que tiene tanta capacidad como el mismo de
Xecaxa. Este depósito se puede vaciar en el de Los
Reyes por medio de un túnel de 517 metros. De Los
Reyes parten canales y tímeles que llevan el agua al
valle de Xecaxa.
Finalmente, otro de los sistemas de canales y tú-
neles en construcción es el de Coacuila, que aprove-
chará las aguas del río de este nombre.
DESARROLLO DE FUERZA HIDRÁULICA. 21.)
Las líneas que vieuen desde Necaxa á la ciudad
de México conduciendo la energía que mueve innu-
merables molinos, factorías y maquinaria de todas
clases, tanto en la capital como en El Oro y Pachuca,
son en sí un modelo en su género.
Dichas líneas entran á la capital por la estación
de Nonoalco, la cual era anteriormente la planta de
carbón más importante que proveía á México de fuer-
za eléctrica y es hoy el punto central de distribución.
De Necaxa llegan cuatro circuitos y de aquí parten
dos para El Oro y otros muchos para las distintas
partes del Valle de México.
El sistema de tranvías está provisto con muchas
líneas de alimentación, teniendo estaciones hasta en
las partes más céntricas de la ciudad, lo cual hace
posible (pie se puedan cortar secciones que están da-
ñadas sin interferir con la operación de las demás
líneas, ni menos con la distribiición general de luz y
fuerza.
Una estación especial á donde llega fuerza eléc-*
trica con 8,000 voltios de presión, se entiende con el
alumbrado ])úblico de la ciudad. Las. calles están
alumbradas por cerca de dos mil lámparas de arco
de 2,000 á 1,500 bujías, lo que hace que México sea
nna de las ciudades que poseen mejor alumbrado pú-
))iico en América.
Las necesidades del servicio público de la capital
y del Distrito Federal son muchas, y entre ellas cita-
i'emos el contrato que últimamente se ha hecho por
cuatro mil killowatts para mover las grandes bombas
que elevan el agua de las fuentes de Xochimilco.
El mayor servicio de fuerza que dá la Compañía
fuera del Distrito Federal, es al campo minero de El
Oro, en el Estado de México, situado á 120 kilóme-
tros de la capital. Las compañías mineras que aquí
trabajan consumen actualmente 10,000 caballos de
fuerza, siendo los princi])ales consumidores : el Oro
31ining & Eaihvav Co„ la Esperanza Mining Co., la
"México Mines of El Oro," y la "Dos Estrellas Mi-
ning & Milling Co."
220 DÍAZ Y MÉXICO.
Para concluir, agregaremos, que la Compañía es-
tá para inaugurar el servicio de fuerza y luz en Pa-
chuca, capital del Estado de Hidalgo.
Este bosquejo que hemos liecho de las, grandes
plantas de Necaxa y del servicio de luz y fuerza que
proporciona esta Compañía, dará una idea de su im-
portancia y del gran progreso que ha hecho en po-
cos años, progreso que está en relación directa con
el gran desarrollo que se ha efectuado en las indus-
trias de toda naturaleza en el Distrito Federal y sus
alrededores.
CAPITULO LXI.
El hacendado antiguo y el moderno.
Por muclios años desi^ués de la conquista de las
dinastías nativas de México, el país se halló entrega-
do al explorador, al minero y al comerciante. Aque-
llos de escasa ambición se dedicaron al cultivo de la
tierra.
Los españoles nunca parecían apreciar, que en
suelo maravillosamente fértil y extenso territo-
rio, México guardaba una riqueza cien veces mayor
que la que podían producir sus minas. Tampoco pu-
dieron percibir plenamente que la agricultura les
brindaba un medio seguro para adquirir riquezas á
cambio de perseverancia firme y dedicación á ella.
Es cierto que los españoles adquirieron grandes frac-
ciones de terreno y muy vastas liaciendas, las que
trabajaron con provecho, pues el español es muy ap-
to para sacar dinero de cuanto emprende, pero esa
])osesión reconocía dos razones. Era costumbre en
Europa considerar la propiedad de extensas super-
ficies de tierra como aristocrática. El origen de esto
se descubre en el hecho de que en pasadas centurias
el que era poseedor de vastas i:)orcions territoriales,
contaba con muchos partidarios, y como en aquellos
días de turbulencia el poder muy a menudo consti-
tuía el derecho, el que disponía de un séquito de te-
rratenientes y colonos vigorosos y bien armados y
tenía á su servicio caballeros de espíritu batallador
y de un rango inmediaío al suyo, estaba cierto de ser
respetado y visto como un gran señor.
El español trajo consigo á América las ideas y
prejuicios de su raza y por lo tanto fué natural que
tratase de introducir en México y en sus otras pose-
siones transatlánticas, las costumbres y tradiciones
de su tierra natal.
Como segunda explicación respecto de la adqui-
222 DÍAZ T MÉXICO.
sición de vastas haciendas, debe citarse que en los
primeros días subsecuentes á la conquista, México
estaba sujeto á continuos levantamientos y peque-
ños disturbios de parte del populacho nativo recien-
temente sometido, y como el hacendado español te-
nía á su servicio á algunos de los antiguos nobles y
caudillos aztecas, estaba así en aptitud de defender-
se y hacer frente á los peligros que pudiesen sobre-
venii'.
Esto produjo una especie de alianza defensiva y
ofensiva entre los aventureros españoles y la nobleza
azteca, veriñcándose frecuentes enlaces matrimonia-
les entre los representantes del antiguo orden de co-
sas en México y los nuevos señores del lugar. El resul-
tado de esta fusión de intereses fué la consolidación de
los bienes de los hacendados a través de toda Nueva
España.
Poco á poco el antiguo noble azteca y otras no-
blezas aborígenes desaparecieron, bien por amalga-
mación con los descendientes de los aventureros es-
pañoles, que de tiempo en tiempo emigraban á Nue-
va España en pos de fortuna, ó bien relegados á la
masa común por las circunstancias y superior cono-
cimientos y ventajas de la raza blanca. Fué entonces
cuando comenzó la vida de las grandes haciendas de
México.
Pero aim cuando el español trajo consigo á Mé-
xico los prejuicios, costumbres é ideas de su tierra
natal, todo esto, con el transcurso de unas cuantas
generaciones, sufrió grandes modiñcaciones en su pa-
tria adoptiva.Se vio, por ejemplo, forzado á adap-
tarse á las condiciones del trabajo, sistemas de vi-
da, clase de alimento, caracteres del suelo y produc-
tos naturales del país. De allí surgieron nuevos há-
bitos de vida, nuevas ideas de gobierno y nuevas re-
laciones entre el gobernante y el gobernado en Nue-
va España. El español pronto aprendió á explotar á
los nativos, tanto á los de noble cuna como á los de
humilde origen.
Como los ancianos nobles ó caciques y antiguos
EL HACENDADO ANTIGUO Y EL MODERNO. 223
caudillos ejercían inmensa influencia sobre las ma-
sas indias inferiores, los europeos hallaron ventajo-
so trabajar al unísono con la nobleza de las razas
sometidas y conquistadas. Por hábiles manejos de
esta clase pronto los españoles tuvieron á los indios
bajo su pleno dominio. Con frecuencia un aventure-
ro español se casaba con la hija de un jefe indio y
usaba la influencia del padre para el logro de sus fi-
nes con los nativos. El producto de esa unión, que no
era ni indio ni español, lograba retener aiin la pre-
ponderancia que sus antepasados en la línea mater-
na habían ejercido. Pero a menudo los hijos de tales
uniones resultaban ser más arbitrarios y duros pa-
ra con los nativos que los españoles, porque creían
poder hacerlo bajo el derecho que les daba su jerar-
quía india sobre sus subditos. Así fué cómo con el
tiempo, surgió en México un gran número de caci-
ques, poseedores, i)r éticamente, de casi todas las tie-
rras del país y á quienes estaban sujetos muchos
subditos de raza nativa, precisamente como en los
días de dominación azteca. Este fué el origen cierto
de las grandes liaciendas de México.
A los más notables soldados de Cortés les fueron
donadas vastas propiedades en México ; las familias
de estos aventureros, muchas de las cuales efectua-
ron alianzas con las familias nobles de los indios,
pronto principiaron á considerarse ellas mismas co-
mo nobles, y siempre administraban sus pertenen-
cias en la misma forma autócrata en que sus antepa-
sados lo hicieran en épocas feudales.
A Cortés le fué cedida como una de sus posesio-
' nes el extenso valle de Oaxaca. Tenía, además, bie-
nes en la ciudad de México, Coyoacán y varios otros
lugares del Valle de México y de la Nueva España.
Los descendientes del conquistador aún poseen lar-
gas haciendas y propiedades raíces en México, cu-
yas rentas disfrutan en Europa. Una rama de esa
familia se encuentra actualmente entre la nobleza
de España, en tanto que otra se liga á una de las me-
jores familias de Italia. Ambas derivan la mayor
224 DÍAZ T MÉXICO.
parte de sus rentas de sus posesiones en México, he-
redadas de generación en generación desde los remo-
tos días de la conquista y años inmediatos siguientes.
El resultado de esta curiosa mezcla de razas, cos-
tumbres é instituciones, es digno de estudio, tenien-
do, como tiene, Mlación con las condiciones indus-
triales que hoy existen en México.
Naturalmente los aventureros españoles que vi-
nieron á Nueva España durante el siglo inmediato
posterior á la conquista, se vieron forzados por las
circunstancias á amoldarse a la vida y á muchas
de las costumbres de los nativos, modificándolas en
cierto grado. Entre esos usos adoptados pueden ci-
tarse los métodos para labrar la tierra, la vida ru-
ral, el vestido y alimentos.
Las razas aborígenes de México no disponían de
bestias de carga y por ello todo el transporte y labor
requeridos para la labranza se hacía á fuerza de
manos, sin a^aida de tracción animal alguna. Ese es-
tado de cosas fué modificado por los españoles por la
introducción del caballo, el burro, la muía y el buey.
Pero aún después del transcurso de un siglo después
de la conquista, la tierra proseguía siendo cultiva-
da á la usanza de los mexicanos, ó sea: cavando y
removiendo la tierra por medio de la azada ó pala,
porque se halló expedito facilitar á los nativos su
trabajo agrícola en la misma forma á que habían
estado acostumbrados.
El instrumento usado por los aztecas para la-
brar la tierra estaba hecho de madera, piedra ó co-
bre, en forma de un segmento de círculo, de forma se-
mejante á la convencional cornucopia. A esta pieza
se ataba un mango de madera, por medio de una cuer-
da hecha de fibras de maguey ó de tiras de piel sin
curtir. Con este primitivo instrumento se abrían los
surcos que habían de recibir la semilla. Los españo-
les fijaron ese instrumento en el extremo de una lar-
ga pértiga á la que se hallaba uncido algún animal.
Eso sirvió como rudimentario arado por más de un
siglo después de la conquista. La punta de la "reja''
EL HACENDADO ANTIGUO Y EL MODERNO. 225
del arado era á veces de hierro, otras de cobre y muy
á menudo de madera dura. Estos arados primitivos,
con ligeras variantes, pueden aún verse en uso en va-
rios lugares de México.
Hasta hace apenas un cuarto de siglo ningún 13ro-
greso se había hecho para mejorar estos primeros im-
plementos de la agricultura usados por los aztecas
y otras tril)us nativas, los cuales en su época y bajo
las condiciones entonces dominantes, se adaptaban
notablemente al trabajo agrícola en México. Todo
aquel que se interese en un estudio posterio sobre
la materia, le bastará ocurrir al Museo Nacional de
la ciudad de México, donde podrá ver cierto número
de estos útiles agrícolas, hechos de cobre.
Los arados introducidos i^or los españoles en Mé-
xico, modelados bajo la base de los antiguos instru-
mentos de labranza de los aztecas, pero construidos
de manera que se adaptasen al nuevo orden de cosas,
resultantes de la ayuda animal i^ara tracción ó car-
ga, fueron en muchos conceptos inferiores á los usa-
dos por los aztecas. A menudo una simple rama de
árbol torcida, afilada en un extremo y atada á un
])uey, substituía el arado. El efecto logrado con un
útil tan rudo era naturalmente malo y los terrenos
de sembradura en toda la Nueva España, eran, por
lo mismo, deficientes.
Los mismos rudos métodos eran usados en irri-
gación. En realidad, los españoles parece nunca lo-
graron hacer algo semejante en perfección á las
obras de irrigación que los habitantes aborígenes
efectuaron antes de la conquista. Por todas partes
á través de México se encuentran ines]:)eradamente
ruinas de vastos trabajos de regadío, muchos de los
cuales fueron ejecutados antes de que el hombre blan-
co hubiese descubierto el Nuevo Mundo. Esas obras
hicieron posible á las razas habitar en las áridas re-
giones de las altii)lanicies y convertirlas en florecien-
tes jardines. De cuando en cuando, debe reconocerse,
durante el período colonial, surgía algún intento pa-
226 DÍAZ Y MÉXICO.
ra introducir la irrigación en Nueva España. Pero
esto era sólo individual y aisladamente.
La edad moderna lia cambiado la actitud de los
mejores hacendados y dueños de plantíos respecto á
esas deficiencias. Nos hallamos en la época en que la
maquinaria de Yaj)or y gasolina hánse abierto paso
transformando lugares, y haciendo cambiar, lenta
pero seguramente, la rutina en los métodos de labor
y explotación agrícola, seguida por el propietario de
haciendas, el labrador j el ranchero. El tiempo en
que el esfuerzo muscular predominó largamente en
México vá pasando al olvido lentamente. Los arados
de vapor substituj^en ya al buey y a la muía de los
españoles, á la rústica vigueta con su apéndice de
hierro ó cobre, algunas veces y otras sólo endurecida
á fuego, y á la azada curva usada por los morado-
res indígenas, cuyo cultivo de la tierra data de eda-
des muv anteriores al arribo del hombre blanco á sus
dominios para derribar sus templos y sus dioses y
dar comienzo á la lenta evolución de la civilización
moderna.
Ya se hace uso en México de máquinas de vapor
trilladoras. Ya los modernos rastrillos y cultivado-
ras han tomado el lugar de los toscos utensilios pri-
mitivos que antaño efectuaban su labor á costa de
grandes esfuerzos y lamentable pérdida de tiempo.
Ya bombas poderosas operadas por máquinas de va
por, caídas de agua ó motores eléctricos ó de gasoli-
na lanzan su flujo bienhechor sobre iumensas saba-
nas de tierra, reemplazando al débil esfuerzo del in-
dio con su cubeta, su bomba de j)alanca, su pozo ar-
tesiano á su zanja de riegue de perezoso curso.
La edad de la maquinaria ha llegado para Méxi
co del mismo modo que llegó para la república nor-
te-americana hace una ó dos generaciones, y ya el ha-
cendado comenzó á hacer uso del mejor "distribui-
dor" de semillas, patentado, de los mejores y más
modernos arados y trilladoras mo\ddos por vapor.
Emjiieza á realizar que en su interés está invertir
EL HACENDADO ANTIGUO Y EL MODERNO. 227
vastas simias en obras de irrigación, tal como lo han
hecho ya mnchos de sus vecinos más emprendedores.
La hora ha sonado en que debe disminuir costos
empleando menos labor y ello podrá sólo lograrlo ha-
ciendo uso de los implementos mecánicos producidos
en esta época de invenciones maravillosas. Se acerca
el día en que la moderna maquinaria rija la explota-
ción de una hacienda, supliendo á los métodos de los
antepasados y tribus civilizadas aborígenes, porque
los tiempos de cacicazgo, de la ignorancia, esclavi-
tud, feudalismo y opresión, han desaparecido y el
México nuevo se adhiere á todo lo que es moderno en
la etapa del siglo veinte.
CAPITULO LXll,
Donde recibe México á sus huéspedes.
México no tiene realmente grandes hoteles como
se pueden encontrar en las ciudades populosas de
los Estados Unidos y Europa; pero no obstante, el
adelanto que lia lieclio durante los últimos doce años
en lo que concierne al alojamiento de sus huéspedes,
es bastante notable. Se han fundado nuevos hoteles
y muchos de los antiguos han sido renovados asu-
miendo un aspecto de acuerdo con las exigencias de
los tiempos modernos.
El hotel St. Francis, el Porter, el Germán Ameri-
can, el Sanz, el Palacio, el Coliseo y el Clark's Ala-
meda, son todos de fundación reciente y son mucho
mejores y más modernos en todos respectos que los
mejores antiguos hoteles de México de hace doce
años. El turismo ha contribuido en mucho por crear
en la capital necesidades de proporcionar mejor cla-
se de acomodo y servicio en los hoteles. La continua
corriente de forasteros que se han mantenido fluyen-
do dentro de la República durante la última déca-
da, y que ha venido aumentando constantemente por
su misma fuerza de impulsión, ha proporcionado
clientela para mejor clase de hoteles y hosterías,
clientela que no tenía México antes de ese tiempo ; y
el dinero extranjero que año tras año va quedando
en el país, ha originado una competencia entre los
propietarios de hoteles de resultados muy ventajo-
sos para el servicio.
Hace veinte años era queja general que no se en-
contraba en la capital de la República ni media do-
cena de lugares de esta naturaleza donde se pudiera
gozar siquiera de mediana comodidad, y los restau-
rantes y las fondas eran notoriamente malos. Y lo
peor del caso era que ni los dueños de hoteles y posa-
das ni los de otros establecimientos de la misma ín-
Hoteles Modekxos de México.
1. Palacio. 2. St. Francis. :5. St. Loiiis. 4. Porters.
; DOÍÍDE RECIBE MÉXICO A SUS HUESPEDES 229
dolé, se esforzaban aparentemente en lo más mínimo
por agradar á sus clientes. En la mayor parte de los
hoteles el servicio de restaurante era negocio
ai)arte del de alojamiento de los huéspedes, con
cuyo arreglo sucedía con frecuencia que cuando el ho-
tel en sí era aceptable el restaurante era notoriamen-
te malo y viceversa. Igualmente en todos los hoteles
de esos tiempos, incluyendo los de la capital de la
República, los baños tenían administración aparte
de la administración general del establecimiento, y
era cosa enteramente desconocida el servicio de cuar-
tos con baños particulares. Por lo general, los hote-
les eran mal atendidos y no muy limpios : lo que ha-
bía de amueblado era anticuado é incómodo, y los
cuartos, salones y patios tristes y desaliñados.
Pero todo esto ha sido cambiado, y este cambio
por lo mejor en México, en beneficio del piiblico que
viaja, es debido al espíritu de empresa de los actua-
les propietarios de esta clase de establecimientos. Es
cierto que los hoteles de la República, aún los de la
misma capital, no tienen las pretensiones ni están tan
bien amueblados y provistos con tantas comodidades
y conveniencias como uno espera encontrar en los me-
jores hoteles de los Estados Unidos y Europa ; pero se
ha adelantado tanto en este particular durante los úl-
timos diez años, que el cambio es digno de notarse ; y el
buen servicio que se dá actualmente al público, es
debido en gran parte á los hoteles arriba menciona-
dos. Hoy el propietario de hotel no es indiferente,
desaliñado y descuidado; la competencia y el pros-
pecto de buena y rica clientela lo han despertado de
su sueño medioeval. Ahora aún los hoteles antiguos,
que no se limpiaban antes ni siquiera una vez por
quincena, tienen cuartos bien alfombrados, servi-
cio excelente, elevadores, apartamentos, baños par-
ticulares y restaurantes con buenos "chefs" de cocina
europeos ó americanos. Los nuevos hoteles á los cua-
les es debido este adelanto de las hosterías y posa-
das en general, también son continuamente mejora-
dos ; mientras que establecimientos de igual natura-
280 DUZ Y MÉXICO.
leza más modernos y cómodos están actualmente en
construcción.
Todo esto no es sino una indicación del progreso
del país en general: pues lo que ha tenido lugar en
la capital de la República se está lleA-ando á cabo en
las otras ciudades importantes del país. México está
ex])erimentando rápidamente una evolución comple-
ta, siendo de la cual una de las fases de no menor im-
l)ortancia, las innoA^aciones en el modo de tratar al
]>úb]ico viajero.
Una de las razones por las cuales México no po-
see grandes hoteles, espaciosos y bien amueblados co-
mo los que se encuentran en los países más adelanta-
dos del mundo civilizado, es que aquí las costumbres
son diferentes basta el grado de que no se usa que re-
sidan familias en hoteles. Por lo cual, el hotel para
familias no existe prácticamente en el jíaís y las po-
sadas y hosterías tienen que depender casi exclusi-
vamente del púl)lico viajero. Por esta razón, la vida
(le hotel en México tiene pocos atractivos para la gen-
te amante de casa, la cual prefiere vivir con una fa-
milia particular, donde le es posible gozar de socie-
dad y mayores conveniencias. Así, pues, la vida de
hotel es aquí radicalmente diferente de lo que es en
la mayor parte de los países de En ropa y en los Es-
tados Unidos. Esto indudablemente explica la cir-
cunstancia de que los hoteles en la República, hasta
hace pocos años, estuvieran desprovistos de todas las
comodidades que uno naturalmente espera en esta-
blecimientos donde se dá servicio al público.
Pero ya se A^en manifestaciones de que las condi-
ciones sociales están cambiando, hasta cierto punto,
en la capital de la República, pues últimamente se
nota tendencia hacia el establecimiento de casas de
huéspedes y hoteles para familias al estilo más mo-
derno. No cabe duda que dicha tendencia está desti-
nada á pronunciarse más en un futuro próximo, pues
la ciudad cada año asume más y más carácter cosmo-
polita y metropolitano. El público viajero también
aumenta con ra])idez y cada día es más exigente, y
Hoteles Modernos de México.
1. Restaurant Chapnltepec. 2. Hotel Geneve. 3. Hotel France (üiizaba.)
DONDE RECIBE MÉXICO A SUS HUESPEDES :¿ ¡I
nuevos hoteles aparecen para llenar estas necesida-
des. Hace veinte años los linteles en México esta])au
instalados en edificios antiguos que originalmente
habían sido dedicados á otros usos y destinados á
otros objetos. Eran incómodos, malsanos, tristes y
generalmente mal servidos. Su exterior tenía un as-
pecto tan poco atractivo como su interior. Pero los
nuevos hoteles están cambiando rápidamente seme-
jante estado de cosas. Han aprendido la utilidad de
presentar en el exterior una apariencia atractiva, y
esta tendencia se acentúa cada día más tanto en lo que
refiere al exterior como al mejor servicio. Los graba-
dos que acompañamos de algunos de los hoteles más
modernos y progresistas de la capital, darán una
idea del adelanto que á este respecto se ha hecho en
México durante los últimos años.
CAPITULO LXIII.
Pintores Mexicanos.
Nada revela tanto la cultura de una nación ó pue-
blo como su deA^oción á las bellas artes y al cultivo
de las mismas. A ese respecto México ocui)a una en-
Aidiable posición entre las naciones de los continen-
tes americanos. Esto se debe á dos causas: al tempe-
ramento de la raza y al incidente de la ocupación es-
pañola. El tem])eramento fué heredado de los ante-
cesores aztecas ó toltecas, quienes fueron muy aman-
tes del arte, aunque ese arte fuese á menudo grotes-
co y de cierta clase peculiar á la Anu'^rica en los días
pre-colombinos. Sin embargo, ese arte, tal como era,
mostró el temperamento del pueblo que produjo poe-
tas, pintores y artísticos operadores en filigrana de
oro y plata, todos indígenas, quienes ganaron la ad-
miración de los españoles en el período subsecuente
á la conquista.
Las razas indígenas tenían, además, su propia
música nativa, á la cual consagraban una gran aten-
ción. A los niños ricos se les enseñba en los templos
bajo la dirección de los sacerdotes : y uno de los ra-
mos de estudio al cual se prestaba jíreferente dedi-
cación era el aprendizaje del "ribal" ó cánticos na-
cionales, y de éstos, más especialmente, aquellos de-
dicados al servicio de los dioses. Se vé por esto que
entre los habitantes originales de México, ocupaban
un sitio de honor al lado de la oratoria, la i3intura,
la música y la poesía. Sería, por lo mismo, extraño
que el pueblo mexicano no hubiese continuado siendo
adicto á esas artes, que fueron un legado de sus an-
tecesores tanto del Nuevo como del Aviejo jMundo,
pues en ese temperamento y natural inclinación de
las razas nativas de México, fué ingertada la cultu-
ra de España, á su vez inñuenciada por todos los cen-
PINtOREí^ 3IEXICAÍÍ0S. 23^
tros del arte en Europa, después de la conquista es-
pañola de la tierra de los Moctezumas.
Después de la caída de Tenoclititlán (lioy la ciu-
dad de México), los misioneros españoles principia-
ron á introducir las artes de Europa en México y los
indios de las familias acomodadas demostraron gran
afán por poseer la cultura del Viejo Mundo. El éxi-
to que obtuvieron en sus esfuerzos es una i)rueba del
cultivo y civilización alcanzados en tiempo de la caí-
da del imperio azteca; pues las razas aborígenes pro-
dujeron escritores, pintores y artífices de nota.
Entre los misioneros esj)añoles que llegaron á
México poco desjmés de la conquista, había varios
afectos al arte, y de ellos uno fué considerado pro-
fesional más bien que aficionado, en el manejo del
l^incel y del lápiz. El reunió en torno suyo cierto nú-
mero de indios, los más de nobles familias, á quienes
enseñó el uso de las i^inturas ó colores españoles, bro-
chas, perspectiva y en general las reglas del arte
tal como eran entonces conocidas en Europa. Estos
discípulos resultaron muy aptos y pronto crearon
una escuela nacional propia, cuyo estilo fué la admi-
ración de sus maestros españoles. Algunos de estos
artistas pronto sobrepasaron al buen sacerdote que
les enseñó cuanto sabía. La mayor parte de sus tra-
bajos fueron hechos para las iglesias, por cuyos ar-
chivos ha llegado hasta nosotros el conocimiento de
su fama, pues pocas de sus creaciones perduran to-
davía.
México se ha mostrado siemi^re muy afecto al
cultivo de las artes gráficas. Los niños de escuela,
son, por regla general, buenos pendolistas, son hábiles
para el dibujo y pintura y excelentes imitadores de
las formas plásticas. Por miw cerca de cuatrocien-
tos años esa devoción al arte ha dejado en México
invaluables tesoros producidos por las manos de no-
tables maestros, en abundancia tal. como ningún
otro país en América la posee, pues Xueva España
fué siempre la posesión colonial favorita de la madre
patria.
334 DÍAZ T MÉXICO.
Es, por lo tanto, de interés conocer algo acerca de
aquellos que lioy mantienen la reputación de su pais
natal, como cuna de artistas, y la mejor forma de
hacerlo es reproducir aquí algunas de las obras de
arte de los mejores pintores modernos.
Hace algunos años, cuando México se encontra-
ba aislado en un grado considerable del resto del
mundo del arte, poseía una escuela de arte mexicano
influenciada grandemente por Europa ; pero nativa
hasta cierto punto. Pero ahora, aún cuando tiene tan
buenos ó mejores artistas y aún cuando se intentan
cosas antes no imaginadas, no cuenta, sin embargo,
con escuela de arte nacional, por la siuiple razón de
(pie sus artistas han estudiado en varios centros ar-
tísticos de Europa, cada cual buscando su propio
campo, el que marca en él su influencia. Cada uno, al
retornar á ^léxico, ha seguido sus propios ideales y
como no ha habido unidad de ideas entre los artistas
nativos, su esfera de i^roducción es amplia y ambicio-
sa, aunque carece de idea central y por consiguiente
no existe la concepción nacional general necesaria
l)ara la creación de una escuela propia. Pero por es-
ta misma razón el arte en México es más interesante,
presentando como lo hace, los varios estilos de sus
numerosos y hábiles artistas.
El mejor pintor de retratos en México es Hermán
Gedovius, quien i^iensa como un mexicano ó latino y
pinta como un alemán. Esto se debe á que lleva san-
gre alemana en sus venas, que nació y creció en Mé-
xico y que ha recibido su educación artística en los
mejores centros de Euroj^a. Pero Gedovius no es un
imitador, pues desde su regreso á su tierra natal, ha-
rá como quince años, ha desarrollado un estilo vigo-
roso, imaginativo y pintoresco, notable por su atre-
A^miento, que es característicamente suyo. Es el ar-
tista "per se" y toda su vida se enAuelve en su traba-
jo. En suma, las producciones de Gedovius han sufri-
do una notable transformación durante los doce últi-
mos años. Antes sus pinturas eran más cuidadosa-
mente acabadas hasta revelar cierta atención y cui-
POTORES MEXICANOS. SS5
dado laborioso que tendían á alejar de ellas la percep-
ción de individualidad. Pero se ha apartado de todo
esto. Ahora se descubren en lo que hace los atrevidos
y seguros rasgos de elaboración mental, á menudo fe-
briles, para trazar sus concepciones. El dibujo de Ge
dovius es bueno y su colorido natural. Su imagina-
ción escrutina el sujeto que desea trasladar al lien-
zo, adivina su verdadero carácter y atributos y los
reproduce fiel y realísticamente. Esto es perceptible
de una manera notable en su autorretrato, que se en-
cuentra en la Academia de San Carlos, en la ciudad
de México. La expresión del artista en una de sus
actitudes soñadoras y preocupadas, está allí. En to-
da la pintura no hay nada elaborado, nada genérico.
El retrato parece ol3ra de uno de los antiguos maes-
tros holandeses.
Indudablemente el artista más popular que Adve
en ]México es Leandro Izagiiirre, quien pasó diez
años en los centros de Europa como estudiante pen-
sionado por el gobierno. Actualmente dedica su ma-
yor atención á la pintura de retratos, pero ha tenido
éxito como ])intor de paisajes, y un lienzo heroico su-
yo rei)resentando la tortura de Cuauhtemoc, el últi-
mo de los emperadores aztecas, por el conquistador
español Cortés, ha merecido el honor de ser colocado
en el muro que dá frente á la escalera principal de
la Academia de San Carlos en México. Ha pintado
también varios tipos populares de gran verdad rea-
lística.
Entre la colección de obras traídas de Europa
por el profesor Izaguirre, se encuentra un número de
excelentes copias de trabajos de los grandes maes-
tros, siendo una de las más notables la del famoso
grupo de Velázquez, ^'Baco." Guarda también en su
estudio copias de El Greco, Rivera, Rubens y Van
Dyke, que muestran la fidelidad con que prosiguió
sus estudios en los centros de arte de Europa.
En Rafael Ponce de León, que murió en su tierra
natal, hace menos de dos años, después de haberse
formado por sí mismo una reputación en París, Mé-
236 DÍAZ Y 3IEXIC0. ^
xico lia perdido su artista de gran promesa como ca-
ricaturista. Poseía gran talento, insaciable ambi-
ción, facilidad de concepción y ejecución y golpe de
vista artístico que percibe lo liumorístico, lo paté-
tico y lo gráfico de la vida que nos rodea.
La cantidad de trabajos liechos por él en los dos
años que duró su permanencia en Euroi)a, ya cuan-
do la mano de la muerte lo amenazaba, es prodigio-
sa, y en todos, aunque carentes de ese toque final que
sólo viene de la experiencia y con el transcurso del
tiempo, descuellan ideas brillantes y originalidad.
El decano de los artistas mexicanos es José Ma-
ría Yelasco, quien lia pertenecido á la Academia de
San Carlos en México por más de medio siglo. El se-
ñor Yelasco es el reverso de un impresionista, porque
todo lo que pinta lo bace con la mayor minuciosidad
y esmero en el detalle. Cree que todo artista debe di-
señar sus impresiones vivida y claramente; pero es
de opinión que esas impresiones deben ser estudia-
das y reproducidas en el lienzo con gran cuidado.
Considera que los detalles, usados de una manera
juiciosa y conveniente dan vida y verdad á las repro-
ducciones de la naturaleza. Este ha sido su evange-
lio de arte durante su larga vida y muclias de sus
pinturas presentan un detalle maravilloso.
Uno de los cuadros que exhiben el dominio que
el Sr. Yelasco posee sobre el detalle, se titula "La
Luz en el Cielo." Es una obra maestra de rico colori-
do. El título es en lo general la descripción de la
pintura, que es un admirable estudio de efectos at-
mosféricos.
Ante un fondo obscuro, ceniciento y desigual, re-
salta prominentemente un rebaño de ovejas. El za-
rapillo rojo del zagalejo que las cuida presta un to-
que vivido á la escena. El cielo es un estudio de rica
aunque delicada coloración de tintes cromos y ama-
rillos que en^^ielven todo el horizonte, debilitándose
hacia arriba en leves efectos de tonos grises obscu-
ros y purpúreos sobre la densa masa de sombrías nu-
bes que llenan la parte superior del liezo, las que en
'Las Casas."— [l'UAUKü ue D. Félix I'aiíra.J
PINTORES MEXICANOS. 237
SÍ mismas son también una combinación de variados
matices de azul cerúleo y tonos parduzcos.
Una copia de este cuadro fué hecha por el artis-
ta para una de las más prominentes galerías de Eu-
ropa, á instancias del director de la misma, que La-
bia escuchado los elogios hechos sobre esa pintura
por varios artistas que la habían visto. El señor Ve-
lasco ha dedicado su vida á la pintura de paisaje y
goza de la distinción de ser el mejor paisajista que
México ha producido. Su reputación se ha extendido
más allá de su patria y le han sido conferidos machos
honores. Es poseedor de tres medallas de oro y nu-
merosas de plata y bronce, obtenidas en exposicio-
nes en varios centros de arte. Francia lo nombró Ca-
ballero de la Legión de Honor, Austria lo decoró
Caballero de la Legión de Francisco José y otros paí-
ses han rendido tributo á su larga existencia de con-
sagración al arte.
JJno de los mejores y más popularmente conoci-
dos artistas es Félix Parra, cuyas más notables pin-
turas se han reproducido muchas veces y sido ven-
didas en toda la Repiiblica. Su "Galileo" muestra al
famoso astrónomo enseñando el mapa de los cielos
á un joven clérigo. Los caracteres están llenos de vi-
da y expresión y la escena es de todo i^unto realísti-
ca. La mejor de sus pinturas es un cuadro de largas
proporciones, que lleva por título "Las Casas." Ee-
presenta al famoso Obisi^o de Chiapas que llevó ese
nombre, en el acto de amparar á los indios de sus
perseguidores. Es uno de los lienzos que más cauti-
van la atención en la Academia de San Carlos.
Otra pintura de la misma clase es "La Matanza
de Cholula," igualmente impresiva por su elevada
concepción y ejecución y que ha atraído vivamente
la atención. Acerca de esa obra, hay una especie de
guerrilla verbal discutiendo su corrección histórica ;
pero el mejor argumento milita á favor de Parra,
quien siempre ha sido un cuidadoso estn diante de
cuanto atañe á su arte y á los temas que elige.
La mejor de todas las pinturas de Parra es el
238 DIÁZ X MÉXICO.
"Jardín de Flores," y es la menos conocida por estar
en poder de un particular, el señor Manuel Ibarrola,
y por no haber sido nunca puesta en exhibición ni
antes fotografiada. La fotografía que aquí aparece
fué tomada personalmente por el autor de este libro.
El artista de la escuela realística que más pro-
mete es Alfredo Hamos Martínez, cuj^a inspiración
está inundada de luz y color. Huye de cuanto parez-
ca elaborado ó arreglado, de tal manera, que produz-
ca algún efecto artificial. Aunque es aún muy joven
sus pinturas lian merecido ya la distinción de expo-
nerse en el Salón Nacional de París, hace varios
años. Un bello ejemi:>lar de su estilo es un gi'an lien-
zo titulado "Primavera," el que fué exhibido en el
Salón de París el año pasado, donde atrajo podero-
samente la atención por la originalidad del tema y
la maestría en los efectos de luz.
En esa pintura la luz es la idea central, pues re-
presenta la alegría de esa estación ; todo lo inunda y
parece emanar del lienzo. En ese cuadro queda ejem-
plificada la inspiración de Eamos Martínez.
Otro de los nacientes artistas de paisaje en Mé-
xico es Gerardo Murillo, quien ha pintado en casi to-
das las formas posibles los efectos de paisaje de su
tierra natal. Por varios meses vivió en una cueva si-
tuada en la línea de las nieves, en el gran volcán Po-
pocatepetl, á una elevación de 12,000 pies sobre el
nivel del mar, para poder desde allí estudiar las múl-
tiples variantes de luz y sombra en las grandes alti-
tudes. Es un trabajador infatigable y asiduo obser-
vador de la naturaleza en todas sus formas. Posee
suma facilidad para reproducir los efectos del color
y se amolda á los caprichos de la natura. Vive aleja-
do de la sociedad y del bullicio de la ciudad y nunca
se siente más feliz que cuando se retira á un lugar le-
jano y apartado, para recrearse á solas con las belle-
zas de la creación.
Andrés Eíos sobresale en la ejecución de pinturas
que contienen muchas figuras y escenas complicadas.
Es un delicado estudiante de la historia y ejece todo
:^
PINTORES MEXICANOS. 239
cLiidado en la ejecución de los detalles de sus compo-
siciones. Es de concepción original y esmerado en su
labor. Tiene poco de imi^resionista. No descleña los
detalles donde pueden tener cabida; pero cuida de
no intercalarlos donde liarían demerecer el efecto
general del cuadro. Una de sus pinturas que revela
esa tendencia del artista se titula "Cumplimentando
al Orador del día." Representa á un joven sacerdote
recibiendo las congratulaciones de sus feligreses por
la excelencia de su sermón. La escena, que se sui)one
ocurrida en la época colonial, proporciona al artista
oportunidad para desplegar su habilidad en la pre-
sentación de las varias figuras y expresiones. El cua-
dro está lleno de detalle, pero nunca interviene éste
con detrimento del efecto general de la composición.
"Camino del Hospital," es otra buena pintura en
que el artista halla oportunidad para mostrar su es-
tudio de la figura y su amor al detalle. En el centro
del lienzo se encuentra una mujer, joven aún, pero
destruida por la privación y el sufrimiento. Una an-
ciana, evidentemente su madre, la sostiene por un
lado, y por el otro le presta apoyo una niña. A la de-
recha del fondo está un viejo, sentado en una caja co-
locada en una esquina del cuarto, que cubre su aba-
tida frente con sus manos, revelando en toda su ac-
titud intensa desesperación. A su lado está en pie
una mujer, que á pesar de su evidente juventud,
muestra las marcas consuntivas que imprime la mi-
seria y la necesidad. En frente de ambos, en el suelo,
aparecen los pocos miserables trebejos de la mujer
que vá al hospital.
Juan M. Pacheco es un artista que puede llegar á
producir excelentes obras. De cuando en cuando sor-
prende á sus amigos con alguna excelente pintura que
muestra de lo que es capaz, si estuviera en posición
de consagrar todas sus energías á una labor realmen-
te creadora. "Desde el Puente de Borda," uno de los
mejores cuadros del señor Pacheco, es un excelente
estudio de luz y sombra y maestría de color. I^a agru-
pación de los edificios, la variedad de colorido y los
240 DÍAZ Y 3IEXIC0.
muclios contrastes, dan una apariencia real á toda
la escena. Como pintor de retratos, el profesor Pa-
checo ha tenido éxito, y muclias de sus pinturas se
encuentran en las casas de las mejores familias de
México, entre las que cuenta muchos clientes.
Daniel del Valle es artista decorador. Tiene gran
facilidad para jc^ creación de diseños, para la expre-
sión de ideas alegóricas y presentación de caractei'es
históricos. Entre los edificios que ha decorado figura
la bonita iglesia de Santa María la Eedonda y la de
Jesús, en México, la de San José en Veracruz, y la de
la Virgen del Carmen en Toluca. También ha deco-
rado en la forma más elaborada, otros edificios de
carácter no religioso.
Estos no son sino unos cuantos de los muchos ar-
tistas que en México han alcanzado notoriedad. Hay
otros casi de igual renombre; pero los límites de es-
te artículo no permiten hacer referencia á su tra-
bajo.
El Gobierno mexicano ha dado mucho impulso al
arte y durante los últimos años ha sostenido cons-
tantemente en los centros artísticos de Europa, á al-
gunos de los alumnos más brillantes : y á esta protec-
ción se debe, en grado considerable, la excelencia del
arte mexicano moderno.
CAPITULO LXIV.
La Instrucción Pública en México.
El Distrito Federal y los territorios de la Baja
California, Tepic y Quintana Eoo son las únicas par-
tes de México que están directamente bajo la inspec-
ción del Gobierno Federal en asuntos de instrucción
pública; pues cada uno de los Estados atiende en
este particular lo que á su población concierne. Pro-
bablemente daría mejores resultados en que toda la
nación estuviera bajo la inmediata inspección del
Gobierno central, por medio del Ministerio de Ins-
trucción Pública y sus de^jartamentos; pero las mu-
chas dificultades para la realización de esta deseada
innovación, no es pertinente el recapitularlas aquí.
Mas un ligero estudio de lo que el Gobierno mexica-
no ha hecho en los distritos que están directamente
bajo su inspección, mostrará cuánto se podría llevar
á cabo si toda la República estuviera, en lo que refie-
re á este ramo, bajo la administración del Ministerio
de Instrucción Pública.
El presupuesto de instrucción pública para el año
fiscal que termina en Junio 30 de 1910, fué de
$6.600,165 para el Distrito Federal y territorios que
están bajo la dirección del Ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes. De esta cantidad, casi la mi-
tad fué destinada á la instrucción primaria en el Dis-
trito Federal, — $3.166,662.75 en números exactos, —
mientras que $432,442.80 ó cerca de medio millón de
pesos, fueron destinados para los tres territorios,
donde la población es poco numerosa; siendo la mi-
tad de esa suma asignada á la Baja California.
A las escuelas normales, de gran importancia,
por ser las que proveen maestros competentes llama-
dos á difundir y mejorar la instrucción por toda la
República, se les destinó la suma de $921,762.75, ó
casi un millón de pesos.
Es muy interesante comparar estas cantidades
con las que se gastaban hace diez años en instrucción
primaria en el mismo Distrito y Territorios.
243 DÍAZ Y MÉXICO,
La suma total que se gastó en el año fiscal de 1889
á 1900, eu el Distrito Federal y los territorios admi-
nistrados por el Gobierno Federal, fué de $923,873.80,
mientras que el último año se presupuestó la canti-
dad de $3.799,105.50, ó sea un aumento de 311 por
ciento. El mismo aumento se nota en la cantidad des-
tinada á la instrucción primaria en el Distrito Fe-
deral y en cada uno de los territorios bajo el control
del Gobierno Federal. Hace diez años se gastaron en
esa clase de instrucción en la Baja California
$66,374.70, mientras que el presente año el territorio
recibe para esa misma clase de gastos $251,910.50, ó
sea un aumento de 280 por ciento. Durante el año
ñscal de 1899 á 1900 se invirtió en educación prima-
ria en el Territorio de Tepic la suma de $62,447.35,
contra $297,869.50 presupuestados en el año actual,
ó sea un aumento de 375 por ciento. Las cantidades
gastadas en el Distrito Federal ofrecen los mismos
resultados : hace diez años la instrucción primaria
costó al Gobierno en el Distrito $721,288.70, mientras
que el presente año los gastos suben á $3.166,662.75,
ó sea un aumento de 380 por ciento. El aumento en
los gastos de instrucción i^rimaria ha sido, por consi-
giiiente, de treinta por ciento, por año durante la úl-
tima década. Pocos j^aíses pueden mostrar un au-
mento semejante, aumento que indica claramente los
esfuerzos del gobierno por difundir la instimoción
primaria.
La inmensa cantidad de dinero gastada en cole-
gios superiores y profesionales, incluyenc^. i escuelas
normales, no está incluida en estas cifras, no obstan-
te ser una cantidad casi igual. Pero grande como es
la suma presupuestada para el presente año, es un
poco menor que la que actualmente se gastó durante
el año de 1908 á 1909, que fué de $3.576,145, ó sea un
aumento de 287 por ciento en nueve años, ó casi trein-
ta por ciento por año !
Cuando el General Díaz asumió por segunda vez
la presidencia de la Eepública, después de haberse
retirado Manuel González en 1884, el 90 por ciento de
Lie. JrsTo Sierra,
Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes.
lA INSTRUCCIÓN PUBLICA EN MÉXICO. 243
la población de México era analfabeta. En 1900 el
analfabetismo había sido redncido á nn 80 por cien-
to. Esta disminución es, en realidad, mucho mayor
que lo que estos números indican : en México, la edad
que señala la ley para la asistencia obligatoria á la
escuela, está limitada hasta los doce años, y por con-
siguiente, los niños comprendidos i)or la ley eran me-
nos de un treinta por ciento de la población ; por lo
que el verdadero aumento de instrucción efectiva fué
al rededor de 33 j)or ciento en 16 años, ó sea, más del
dos por ciento al año. De los individuos cuyos nom-
bres entraron en el censo de 1900, 4.029,679, ó sea
casi la mitad de la población total de la República
en 1884, tenían de 15 á 24 años de edad cuando el Ge-
neral Díaz comenzó su segundo período líresidencial,
y por consiguiente, ya no estaban al alcance de la ins-
trucción oficial. Cuando tomamos en consideración
la completa ignorancia y analfabetismo del 90 por
ciento de la i^oblación, y todos los elementos que han
trabajado de consuno dificultando la educación de
las masas poimlares, el adelanto que en instrucción
pública se ha hecho en México, es digno de notarse.
Bebemos recordar, además, que si bien el gobierno
se ha interesado grand^nente en la educación del
pueblo de toda la República, no ha tenido control más
que en el Distrito Federal y los territorios, y el ade-
lanto que se ha hecho en instrucción pública en los
Estados, aunque ha sido alentado é instado por el Go-
bierno Federal, ha estado directamente bajo el cui-
dado de las autoridades de los respectivos Estados.
Y como es muy natural, la mayor parte de ellos se
han quedado muy atrás del gobierno central en el fo-
mento que han dado á la educación i^opular.
En el Distrito Federal hay actualmente menos del
20 por ciento de la población analfabeta, y entre
este veinte por ciento se encuentra mucha gente que
pasó los días de su infancia cuando nadie se preo-
cupaba de la educación de las clases bajas. Esta gen-
te constituye por lo menos un diez por ciento de la
población, ó sea la mitad de los analfabetas del Dis-
244 DÍAZ Y MÉXICO.
trito Federal. El otro diez por ciento está formado en
su mayor parte de gente recién llegada de los Esta-
dos, y por consiguiente, no se puede culpar al gobier-
no de desatender la instrucción pública por el anal-
fabetismo de esta parte de la población. Las iiltimas
estadísticas formadas muestran que el 50 por ciento
de los analfabetas de México son mayores de d«ce
años, y 15 por ciento menores ; haciendo un total de
65 por ciento de analfabetas que no están compren-
didos, por su edad y las otras circunstancias apunta-
das, en las provisiones de la ley de instrucción pú-
blica. Si á esto agregamos otro diez por ciento de
analfabetas que llegan al Distrito Federal de año
en año de los Estados, donde se presta menos aten-
ción á la instrucción pública, tenemos un total de 75
por ciento del 20 por ciento de analfabetas del Dis-
trito, cuya existencia es debida á causas cuyo con-
trol no está bajo el dominio del departamento de ins-
trucción pública. Esto reduce el número total de
analfabetas del Distrito Federal que han escapado
al sistema de instrucción obligatoria que está en vi-
gor, al 5 por ciento. Este trabajo ha sido llevado á
cabo en el último cuarto de centuria y especialmente
en los últimos 15 años. Pocos gobiernos hay en el
mundo, que trabajando con las desventajas y luchan-
do contra los numerosos y casi insuperables obstácu-
los con que se ha encontrado la administración del
General Díaz, hayan podido lleA^ar á cabo en el ramo
de instrucción pública, ni siquiera la mitad de lo
que éste ha hecho.
Y sin embargo, no es más que el principio de una
labor que ya comienza á difundirse por toda la ex-
tensión del país, y que está conquistando la opinión
pública en todos los Estados de la Nación, de tal mo-
do, que no hay actualmente un solo gobernador, que
no maniñeste su profundo interés en la difusión y
mejora de la instrucción pública en la entidad polí-
tica bajo su administración.
Escuela Nacional Pkepauatüiua.
(Forma paute de la Universidad Nacional de México.)
MiXKRos Extranjeros en México,
CAPITULO LXV.
LOS ESTADOS DE MÉXICO.
AGUASCALIENTES.
Aguascalientes es uno de los Estados más pequeños de la Unión
mexicana, pero es al mismo tiempo, imo de los más ricos, dado su ta-
maño, en recursos naturales. Es, solare todo. Estado minero, y lo hOi
sido desde hace más de doscientos años. Aunque mucha de su riqueza;
mineral ha sido explotada, hay todavía muchísima, que no espera sino-
medios apropiados de commiicación y métodos modernos de laboreo y
reducción para dar á luz la inmensa riqueza que aún permanece ocul-
ta. Y así, puede decirse, que si bien son de gran importancia los actua-
les intereses mineros del Estado, el futuro es aún más halagador.
También Aguascalientes es rico en tierras para la agricultura, y
como tiene toda clase de climas, desde el de la tierra caliente de los
trópicos, hasta el frío de las altiplanicies, produce una variedad gran-
de de frutos, granos y verduras. Además de esto, la mayor parte de'
las tierras cultivables es muy fértil ; y en lo general, no hay escasez
de agua para la irrigación donde ésta se hace indispensable. Algún día,
por consiguiente, y no muy lejano, Aguascalientes llegará á ser tan
famoso por sus productos agrícolas como lo es hoy por su industria mi-
nera.
En las alturas produce el Estado excelente maíz, chile, camote, fri-
jol, habas, trigo, cebada, garbanzo, lentejas, cacahuate, uvas, moras y
la mayor parte de los productos de las zonas templadas. El Estado es
famoso por sus excelentes vinos, los que son enviados al resto de la
República. Los vinos de Cavello son conocidos en todo el país. Magní-
ficas pasas se producen, asimismo, de las uvas que se cultivan en el Es-
tado.
Aguascalientes produce como veinte diferentes variedades de pe-
ras, todas las cuales son propias para el mercado. Manzanas, duraznos,,
melocotones, priscos, albaricoques, limones, naranjas, chirimoyas, agua-
cates, sandías y melones, se dan casi sin cultivo alguno en los climas
templados, lo mismo que multitud de verduras propias de esos climas.
Todo lo que el Estado necesita, por consiguiente, es de más brazos v
más capital para desarrollar su vasta riqueza natural, tanto minera
como agrícola.
Las tierras bajas producen excelente café, caña de azúcar y otr 's
frutos y productos tropicales. Almendra, algodón, corcho, pueden culti-
varse en Aguascalientes, y proporcionarían industrias de lo más lucra-
tivo para la inversión de capitales y la ocupación de labor inteligente.
La cría de ganado es de alguna importancia en el Estado, y esta
industria está destinada á desarrollarse mucho en un futuro próximo,
pues por todo Aguascalientes se encuentran magníficas tierras de pas-
tos. Allí florece también el famoso mangle, y no se neecsita sino de
suficiente atención para hacer de esto una industria de importancia en
el Estado ; pues este árbol i)Dsee grandes cualidades para la curtiduría.
Por lo general, el clima es excelente y la mayor parte del territo-
rio es habitable por la raza blanca. Esto, agregado á su infinita varie-
dad de productos y su inmensa riqueza minera, promete un futuro de lo
más brillante.
Aguascalientes ha prosperado mucho de pocos años á esta parte,
tanto en agricultura como en industria, minería y educación, y es com-
pletamente seguro que esta entidad política de la República está des-
tinada, en un futuro próximo, á recibir mucha atención de parte de loí?
capitalistas, iniciadores de empresas é inmigrantes de la mejor clase
y más progresista.
El Estado ofrece muchas facilidades para manufacturas de varias
clases, y posee ya factorías de algodón, lana y tabaco, curtidurías y mo-
linos de varias clases. La fundición de los Guggenhiems en la capital, es
una de las mejor equipadas de su clase en el continente americano, y
no tiene superior en México.
La ciudad de Aguascalientes es el punto de distribución de todo el
Estado, y sus necrocios pasan las fronteras de la entidad política, de la
cual es capital. Está aumentando constantemente su importancia comer-
cial, y es, relativamente, un lugar de inmensa riqueza y de gran p >r-
venir.
245
CAMPECHE.
En su mayor parte el Estado de Campeche se encuentra en las re-
glones tórridas de México ; lo cual es debido, no sólo á que está situado
dentro de los trópicos, sino también á que su territorio es todo de tie-
rras bajas. Las lluvias son abundantes en todo el Estado. Como es na-
tural, debido á su situación topográfica, las heladas son enteramente des-
conocidas en Campeche.
Produce excelente caña de azúcar, arroz, tabaco, maíz, henequén
;y añil; y el algodón podría ser cultivado en la mayor parte de sus
tierras. Abundan las frutas tropicales, y las maderas preciosas son una
de las riquezas más iuvaluables de estas tierras privilegiadas. Entre
dichas maderas tenemos el palo de rosa, el ébano, la caoba, el cedro, el
chico zapote y multitud de maderas tintóreas : hay , además, árboles
frutales de varias clases, entre los cuales hay algunos que producen
■ excelentes maderas de construcción. Entre toda esta gran variedad de
maderas hay muchas variedades finísimas, que aún son desconocidas
-fuera del territorio mexicano.
Debido á la circunstancia de que el clima es cálido durante todo
el ano, y que se encuentran en sus tierras tropicales muchos depósi-
tos grandes de agua y bosques y selvas casi impenetrables, no ha sido
explotado tanto como otros Estados de la Unión situados más favora-
blemente. Por lo general, su clima no es de lo mejor para gente de raza
blanca ; pero para los que logran acostumbrarse á él, tiene el Estado
muchísimos atractivos, tanto en lo que concierne al comercio, como á
la explotación de sus recursos naturales.
Debido á su gran riqueza en bosques tropicales, tierras ricas y va-
riedad de productos, que ci'ecen por donde quiera con gran exhuberan-
•cia, Cíírnpeche está destinado á ser, con el tiempo, inia de las partes
más ricas de la República mexicana. Su extensión es grande, su suelo
es rico, y tiene poca tierra accidentada, relativamente á otros lugares;
y ésta no es sino la rica red de ríos y corrientes que cruzan el país en
todas direcciones.
Son tan grandes la riqueza natural é importancia del Estado, que
fíltimamente no ha podido menos de atrer la atención de los capitalis-
tas esta entidad del territorio nacional, y hay ahora más que probabi-
lidad, de que en un futuro próximo se construya nn ferrocarril, que, pa-
sando por todas las tierras planas de Campeche, conecte el Ferrocarril
Nacional d^ Tehuantepec con Mérida, capital del Estado de Yucatán.
Si tal ferrocarril fuera construido, abriría á la explotación un territo-
rio vasto, hasta hoy prácticamente virgen, que aumentaría los produc-
tos de la Nación y sus recursos naturales, que hoy se encuentran ocul-
tos. Como la mayor parte de la extensión de Campeche es casi plana,
la construcción de ramalea ferroviarios sería relativamente fácil y se-
guiría natiiralmente á la construcción de la línea principal.
Debido á la gran extensión de costas que posee, y también á la
circunstancia de que las partes comercialmente importantes del territorio
í^tán cerca del mar. la gente de Campeche es conocida por su afición
é la navegación, y los mejores y más atrevidos marinos de México vie-
nen de sus puertos. Comercialmente, también debe su importancia en
la actualidad al tráfico que lleva á cabo, principalmente en aguas del
Golfo de México, en sus numerosos ríos y á lo largo de sus costas, de
las cuales la principal es la hermosa "Laguna de Términos."
COAHÜILA.
El Estado de Coahuila es de topografía muy accidentada á causa de
la cordillera de la Sierra Madre que atraviesa toda la extensión de su
territorio; pero no obstante esto, tiene hermosos y fértiles valles, entre
los cuales mencionaremos, como más conocidos, los de La Laguna, Pa-
rras, San Isidro, Palomas. Álamo, Santa Rosa y San ISrarcos. El pri-
mero de estns está formado por depósitos de aluvión, es muy fértil y
produce huenns cosechas de trigo y algodón; cultivos que constituyen
la principnl riqueza de esta parte del Estado.
El valle de Parras es afamado en México por sus vinos excelentes,
los ciTiJps tienen buen mercado en toda la República.
También se cultiva en gran escala en Coahuila, maíz, caña de azú-
car, t-^booo. arroz, cebada, garbanzo, camote, centeno, y papa. Produco
Igualáronte, frutas de varias clases, entre las cuales citaremos las s¡-
246
¿'uieutes: melocotones, duraznos, peras, higos, cerezas ó capulines, gra-
nadas, limones, limas, manzanas, melones, sandías, membrilios, moras,
naranjas, aceitunas, uvas y nueces de varias clases.
En los bosques de su territorio se encuentran maderas de diversas
clases, tanto de construcción como de ebanistería. Las más conocidas de
entre ellas son : roble, fresno, mezquite, ocote, olmo, olivo, pino, sauc-e,
álamo y cedro.
Coahuila es rico en minerales y sus intereses mineros son de consi-
derable importancia. Muy poco tiempo después de la conquista española,
los nuevos dominadores del país comenzaron á explotar la riqueza mi-
neral del Estado, pero es especialmente durante los últimos años de la
C'poca actual que la industria minera ha hecho aquí grandes adelantos.
Sin embargo, debido á la falta de buenos medios de transporte, muchos
distritos mineros de primer orden no han podido ser desarrollados y
no están sino esperando la llegada del capital, de los ferrocarriles y de
buenas carreteras.
Entre los minerales que se encuentran en abundancia en el Esta-
do de Coahuila, tenemos : cobre, plata, oro, plomo, hierro y mercurio. Pe-
ro en la actualidad, la industria minera que más promete, es el carbón
de piedra, cuya explotación ha asumido grandes proporciones en los
últimos diez años ; siendo los productos de las minas que actualmente se
trabajan despachados á todas partes de la República.
Saltillo, que es la capital del Estado, está situada sobre una mese-
ta inclinada conocida con el nombre de "Ojo de Agua" y tiene alrede-
dores bellísimos. La meseta es de suelo muy fértil y bien irrigada y el
clima es sano y seco.
Entre los edificios principales de Saltillo, están: la iglesia parro-
quial de Santiago, el antiguo convento de San Esteban, el portal de la
Plaza de la Independencia, el Palacio del Gobierno, la hermosa Peniten-
ciaría nueva (que es una de las mejores de su clase en el país), el Ate-
neo Fuentes, el Teatro Acuña, el Colegio de San Juan, el Hospital Civil
y las iglesias de San Francisco, San Juan, San Esteban y Guadalupe.
También tiene la ciudad de Saltillo varios hermosos parques, que
son mantenidos en muy buena condición por las autoridades y que con-
tribuyen mucho á la higiene y buen estado sanitario de la población.
Debido á su situación topográfica, Saltillo es un centro industrial
y mercantil do importancia. Posee buen ntímero de molinos de harina y
A'arias fábricas de tejidos de algodón. Aquí se manufacturan también los
famosos zarapes de lana, que son conocidos y muy estimados en todo el
mundo.
Durante los últimos veinte años se ha dedicado gran atención en
el Estado al importante ramo de la instrucción pública, como lo mani-
fiestan los numerosos establecimientos de educación cpie posee, algunos
de los cuales son de construcción reciente y de excelente arquitectura.
Muy especialmente se han atendido las escuelas primarias, con la mira
-de educar las clases populares y elevar el nivel de cultura por todo el
Estado. En la capital se encuentran varias escuelas para la enseñanza
técnica y profesional.
COLIMA.
El Estado de Colima es uno de los más pequeños de la Federación,
pues solamente tiene 5,887 kilómetros cuadrados de superficie, siendo su
población de sesenta á setenta mil habitantes. Como muchos de los otros
Estados de la República, se ha resentido de la falta de medios fáciles
de comunicación y transporte ; por cuya causa, gran parte de su rique-
za natural está aún sin explotar y en muchos lugares inexplorada.
Como la mayor parte de los Estados occidentales de México, Coli-
ma es de naturaleza accidentada, con motivo de estar cruzado su te-
rritorio por varias cadenas de montañas, y es también esta circunstan-
cia la que explica la falta de buenos caminos. Pero debido á esta misma
naturaleza montañosa el Estado es, en lo general, muy pintoresco; con-
tiene preciosos y extensos valles y muchas de sus comarcas están pobla-
das de bosques.
La vegetación es exuberante y sus tierras son tan fértiles,
<iue en ellas se pueden cultivar casi todos los productos de las cos-
tas cálidas y de las tierras templadas. Entre sus productos principales
mencionaremos : el azúcar, arroz, maíz, café, algodón, añil, frijol, habas,
tabaco, cacao, naranjas, mameyes, zapotes, tamarindo, almendras, limo-
247
nes, papayas, manzanas, chirimoyas, pli'itanos, cerezas ó capulines, gra-
nadas, pinas, aguacates, membrillos y limas. También es rico en maderas
preciosas y de ebanistería y en muchas clases de materiales de cons-
trucción.
Pero se puede decir que hasta hoy la principal riqueza de Colima
ha consistido en sus minas ; sin embargo, esta industria ha sido perju-
dicada tanto aquí como en todos los Estados de la costa del Pacífico de
la República Mexicana por la falta de medios apropiados de transpor-
te; y puede decirse que Colima apenas comprende la importancia de
los tesoros que sus tierras encierran en riqueza minería, pues nunca han
sido debidamente explotadas. Afortunadamente, la extensión del siste-
ma ferroviario á la capital del Estado y de allí á la ciudad de Mauza
nillo, que es su principal puerto, igualmente que las grandes mejoras
que se llevan á cabo para facilitar el embarque y desembarque en la
hermosa bahía de este último lugar, prometen impulsar con toda activi-
dad el desarrollo de las riquezas naturales del Estado que durante tanto
tiempo habían permanecido casi estériles.
Una de las industrias importantes de Colima, que fué iniciada hace
muchos años y que en la actualidad ha adquirido grandes proporciones,
es la explotación de sus extensos y numerosos depósitos de sal, que se
encuentran todo á lo largo de la costa del Pacífico del Estado, desde el
puerto de Manzanillo hasta la línea limítrofe entre su territorio y el del
Estado de Michoacán. Este lecho de sal se extiende por el Norte hasta
la laguna do Cuyutlíin, y consiste en una docena ó más de depósitos quo
producen algunos años por valor de miles de pesos de sal que es expor-
tada á distintos puntos del litoral del Pacífico.
Entre los minerales que se encuentran en su territorio tenemos pla-
ta, cobre, plomo, azufre, hierro, zinc y varias clases de sulfatos.
Exceptuando únicamente los municipios de Manzanillo y Tecom.ln,
las lluvias son muy abundantes en todos los distritos del Estado y, por
consecuencia, en todos estos lugares la vegetación es exhuberante. y ex-
ceptuando las partes más altas de las regiones mputaño-sas, el suelo es
rico y muy fértil, y, por consiguiente, muy á propósito para la agricul-
tura.
La ciudad de Colima es la capital ; está situada cerca de la línea
limítrofe con el Estado de .Talisco, en imo de los valles más pintorescos
y fértiles de la República. Dicho valle está cruzado por el río del mismo
nombre, encontrándole á lo largo de sus riberas hermosos jardines y
plantíos, donde se cultivan muchas clases de frutos tropicales y plantas
de ornamentación. Posee la ciudad numerosos y bien construidos edifi-
cios públicos, entre los cuales son dignos de mención el Palacio del Go-
bierno, la Catedral, el Hospital Civil, el convento de San Juan de Dios,
el teatro de Santa Cruz y las iglesias de Jesús, el Beaterío, Sangre de
Cristo, la Salud y la Merced.
C H I A P A S .
Chiapas es uno de los Estados más ricos de la Unión mexicana, y
siempre ha sido considerado como tal, desde los días de la conquista
española. Efectivamente, mucho antes de ese tiempo, el territorio com-
prendido hoy entre sus límites fué morada de pueblos ricos y podero-
sos, que han dejado tras sí huellas evidentes de su riqueza y civiliza-
ción en vastas ruinas de palacios y de ciudades ; ruinas que muestran
excelente arquitectura y profundo conocimiento de la construcción y
ordenación de grandes ciudades y de macizas y poderosas fortificacio-
nes. Innumerables pruebas existen en las profundidades de los espesos
bosques tropicales de Chiapas, de que ahí vivió y floreció un pueblo po-
deroso; pueblo que cultivó las ricas tierras que ahora se encuentran
cubiertas con la exhuberante é impenetrable vegetación de las tierras
calientes. Millas y más millas de tierras que ahora están cubiertas de
selvas, impenetrables en muchas partes, fueron desaguadas, irrigadas
y cultivadas por razas que no han dejado tras sí más que la memoria
de su existencia.
Chiapas es hoy tan rico como lo fué en los días en que florecieron ri-
cas ciudades dentro de sus confines, y en que poderosas dinastías goberna-
ron su numerosa población. Pero ahora reclama una población más nu-
merosa de la que actualmente tiene, y especialmente reclama al em-
presario y al capitalista, para cultivar los millones de acres de tierra
248
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or.
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C
virgen que allí hay ; tierras tan ricas como puedan haber en cualquiera
■otra parte de México.
Sin embargo, esto no quiere decir que el Estado esté, bajo ningún
concepto, poco atendido ó falto de cultivo ; todo lo contrario, pues ha
sido, desde los tiempos de la conquista, una de las partes de la Repú-
blica que han atraído más la atención del agricultor. Solamente la fal-
ta de buenas vías de comunicación, es lo que ha impedido a Chiapas
el ser tan importante en su comercio como otros Estados de la Fede-
rHCión.
Chiapas es Estado de extensión grande, teniendo 70,000 kilómetros
cuadrados de superficie, con una población de casi medio millón de ha-
bitantes. El sur del territorio está cruzado por montañas que corren
de noroeste á sudeste, lo que da á sus comarcas una variedad de climas
de que no gozan Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Por consiguiente,
desde el punto de vista del clima, Chiapas tiene la ventaja sobre di-
chos Estados y Territorios. También los aventaja en la variedad de sus
productos, y, en general, en la riqueza de los mismos. Aunque la in-
dustria minera ha sido poco desarrollada, es bien sabido que poseen
sus tierras inmensos depósitos de metales de todas clases.
Tiene también Chiapas la ventaja sobre otros Estados de México,
de estar cruzado por multitud de ríos y pequeñas corrientes, y de que
las lluvias son frecuentes y regulares, que es realmente á lo que debe
su exhuberaiite vegetación ; y con toda razón es tenido como una de las
partes mejor irrigadas de la República.
Chiapas es capaz de producir cantidades casi ilimitadas de café,
hule, azúcar, cacao y henequén, y sus tierras se prestan para el fá-cil
cultivo de toda clase de frutas y demás plantas tropicales.
Se diferencia de los otros Estados que le son limítrofes, en que se
■dedica más al comercio que á la industria y á la agricultura.
Además de los productos agrícolas ya mencionados y de los frutos
tropicales que puede producir en abundancia, se crían numerosas par-
tidas de ganado, la mayor parte de las cuales han sido constantemen-
te exportadas á Guatemala durante muchos años. Y efectivamente, tan
girande es este comercio y tan íntimas son las relaciones comerciales en
general, entre este Estado y la República al Este, que en muchas par-
tes limítrofes, en ocasiones, no se encuentra más moneda que la de Gua-
temala.
También hay en el Estado muchas tierras especialmente adapta-
das al cultivo del tabaco, no habiendo sido esta industria tan explota-
da como debiera ser, á causa de la dificultad en los medios de trans-
porte. No obstante, el distrito de Semijovel produce tabaco que ha lo-
grado formarse la reputación, por su excelencia, de ser de lo mejor entre
lo muy bueno que de éste se cultiva en el Sur de México.
Entre los varios productos que se exportan á Guatemala, está el
aguardiente, que se fabrica en Pichucalco, Comitán, Las Cí^sas y So-
•couusco.
Los otros productos del Estado que son de importancia, y que son
capaces de gran desarrollo, son : azúcar, índigo, henequén, algodón, co-
cos, vainilla y muchas clases de granos y frutas tropicales. Además, es
riquísimo en bosques llenos de valiosas maderas ; lo cual constituye en sí
una riqueza incalculable.
Últimamente el Estado de Chiapas ha adelantado muchísimo, tanto
en lo comercial como en lo industrial y la construcción del Ferrocarril
Pan-Americano, que atraviesa todas sus tierras del Sur, ha hecho rena-
cer á la vida toda esa parte del Estado, aumentando su comercio tanto
<íon Guatemala como con los Estados de la Federación Mexicana.
CHIHUAHUA.
El Estado de Chihuahua es más grande en extensión que la mayor
parte de los países de Europa ; es doce y media veces mayor que Bélgica,
once veces y cuarto más grande que Holanda, nueve y cuarto mayor que
Dinamarca, casi cinco veces el tamaño de Escocia, dos y media veces
mayor que Inglaterra y Gales, más de cuatro veces más grande que Por-
tugal y es im diez y siete por ciento mayor nue la Gran Bretaña é Irlan-
da, incluyendo todas las islas adyacentes; es un treinta y tres por ciento
mayor que Italia y im quince por ciento más grande en área que No-
ruega y apenas es veinticirjco por ciento menor que España y treinta por
<-iento menor que Francia. En esta inmensa área hay una población
249
menor que la que contiene la ciudad de México, y solamente como la
mitad de los habitantes del pequeño Estado de Hidalgo, que en exten-
sión es menos de la sexta parte de la de Chihuahua. Tiene este vasto
Estado, por consiguiente, capacidad para una población doble de la de
toda la República mexicana. Tanto por esta razón como por lo poco que
ha sido explotado, ofrece más atractivos al capitalista que casi cual-
quier otro Estado de la federación. Es inmensa la riqueza que posee en
magníficas tierras para la agricultura, bosques, minas y depósitos mi-
nerales y todo lo que necesita hoy son más ferrocarriles y carreteras,
mayor población y millones de pesos para promover su desarrollo. Po-
see mayores facilidades para la irrigación que las que poseía Califor-
nia y se pueden obtener en el Estado grandes extensiones de tierras
de primer orden, á precios muy reducidos. No cabe, pues, la menor duda
que gozando Chihuahua de todas estas ventajas, está destinada á atraer
grandes sumas de capital extranjero en un futuro bastante cercano.
El clima es excelente en todas partes de su territorio, siendo tem-
plado en el verano y frío en el invierno. No tiene, pues, ninguna de las
objeciones que se ponen á los climas verdaderamente tropicales; por cu-
ya razón, ofrece mayores alicientes á los inmigrantes de raza blanca
que los Estados de la tierra caliente.
En la actualidad, los principales negocios del lugar son : la agricul-
tura, la cría de ganado y la minería, á lo que también puede agregarse
un comercio muy activo, si se toma en consideración el ntimero de ha-
bitantes. En las extensas llanuras de la altiplanicie de Chihuahua se
crían inmensas partidas de ganado ; sin embargo, es solamente una par-
te muy pequeña de estas tierras lo que hasta hoy utiliza el hombre.
Chihuahua necesita mucho capital para la explotación de sus in-
mensos recursos agrícolas, para la construcción de carreteras y ferro-
carriles, para irrigación y minería y para mejoras urbanas. Hay dentro
de su vasta superficie oportunidad para la inversión de muchos millo-
nes de pesos, que con toda seguridad producirían al capitalista pingües
utilidades. El Estado no ha sido debidamente atendido por ol negociante,
ni por las grandes compañías mineras y los capitalistas en general, lo
mismo que por el agricultor y el empresario ; pero son tan vírgenes las
riquezas de su territorio y tantas las ventajas que ofrece, que ha co-
menzado ya á atraer la atención que por tanto tiempo se le había ne-
gado.
Se encuentran en su territorio grandes distritos mineros, hermosas
tierras para la cría de ganado y otras apropiadas para diversos cultivos.
Otra de las riquezas del Estado consiste en sus inmensos bosques, que
abundan en magníficas jnaderas de gran valor comercial ; todo lo cual
no ha sido hasta hoy explotado debido á la falta general de comunica-
ciones y medios de transporte.
DISTRITO FEDERAL.
Situado en el Valle de México, el Distrito Federal encierra la ciuda T
del mismo nombre, metrópoli de la Federación, y una de las más bellas
capitales de la América Latina, rodeada de numerosas y ricas pobla-
ciones que, como Mixcoac, Tacubaya, San Ángel, Tacuba, Atzcapotzal-
co, Tizapam, Tlálpam, Guadalupe. Xochimilco y otras, constituyen su-
burbios comparables en todo con los que circundan las grandes orbes
de Europa y Norte América.
El último censo practicado el mes de Octubre de 1910, da al Distri-
to Federal una población de 719,052 habitantes y á la ciudad de Mé-
xico, cifras que muestran un aumento considerable so-
bre las obtenidas en el censo del año de 1900 que eran de y
respectivamente para el Distrito y la Ciudad. Sólo este hecho
manifiesta el inmenso progreso que se ha llevado á cabo en esta im-
portante sección de la República y muestra de modo evidente la impor-
tancia y opulencia que el país va asumiendo, gracias á los esfuerzos-
de la administración actual, que no economiza medio para lograr el
desarrollo de la riqueza nacional en todos los ramos del adelanto mo-
derno.
Hemos dicho que la ciudad de México es una de las más bellas de
la América Latina y una ligera descripción de ella probará nuestro
aserto.
El sabio Humboldt lla.mó á México hace m.ás de un siglo la "Ciudad
2 "O
de los Palacios,"' y si bien es cierto que en los tiempos del gran na-
turalista alemán la metrópoli mexicana se enorgullecía ya con algunos
suntuosos ediñcios, no podemos sino reconocer que el calificativo en
aquel tiempo tenía mucho de galantería. Hoy las cosas han cambia-
do y el incantable número de suntuosos ediñcios, tanto públicos como
particulares, que se han construido durante los últimos treinta años,
han hecho acreedor á México de la galantería del sabio; pues pocas,
ciudades en Hispano-América ostentan igual lujo y esplendor y pocas
disponen de los inmensos recursos de que la metrópoli de la Federa-
ción mexicana dispone para el fomento de su desarrollo en la vía del
adelanto moüerno; desarrollo que se está llevando á cabo á ojos vis-
tos y que sin la menor duda pondrá á la ciudad en muy pocos aüoí=
al nivel de las grandes metrópolis del mundo.
Hoy, sus calles asfaltadas, sus amplias aceras, sus edificios de tres,,
cuatro y hasta cinco pisos, sus numerosas líneas de tranvías eléctri-
cos y sus hermosos jardines y calzadas, dánle el aspecto de una ciudad
enteramente moderna. Los nuevos barrios ó "colonias" que se han for-
mado son verdaderas maravillas, por lo recto y bien pavimentado de
sus calles, lo hermoso de sus residencias, el buen drenaje y la limpieza
que las caraeteriziui.
Entre los edificios públicos que más descuellan en la metrópoli, ci-
taremos la gran Catedral y el Palacio de Gobierno, edificios ambos qu3-
datan de los tiempos coloniales. La primera es considerada como el
templo católico de mayor mérito por su arquitectura y amplitud, cons-
truida por los españoles en el Nuevo Mundo; y el segundo es un vasto
edificio de piedra fina de dos pisos, que no desmerece en nada á los
mejores de su índole en Hispano-América. El Palacio Municipal, situa-
do al lado Sur de la Plaza de la Constitución (cuyo lado Norte lo
ocupa la Catedral y el lado Oriente el Palacio del Gobierno) es un
edificio antiguo de .gran mérito que últimamente ha sido del todo mo-
dernizado. Él edificio de Correos y el del Ministerio de Comunicacio-
nes y Obras Públicas, son obras recientes de gran mérito artístico, lo
mismo que el palacio del Ministerio de Relaciones Exteriores y el de
Cobián. El Palacio de Minería es un edificio colonial que no desmere-
ce en nada ante las mejores construcciones modernas. La Escuela de
Agricultura, la Escuela, Normal, la Nacional Preparatoria, la Nacional
de Comercio y Administración; el Colegio de las Vizcaínas, el Con-
servatorio Nacional de Música, la Escuela Nacional de Bellas Artes,
la de Artes y Oficios, la Escuela de Medicina, la de Jurisprudencia, la
Bibliotec?, Nacional, el Instituto Médico Nacional, el Castillo de Cha-
pultepec y otros muchos palacios, tanto antiguos como modernos, que
sería largo enumerar, son edificios nue al mismo tiemiio que hermosean
1?, ciudad, ponen de manifiesto el alto grado de cultura qrie ha lograd»
alcanzar.
México está dotado de muchos y muy buenos hospitales, la mayor
parte de ellos enteramente modernos y todos provistos de les elemen-
tos que la higiene y los adelantos médicos de la actualidad exigen. Ci-
taremos ]o3 más importantes: el Hospital de Jesús, el de San Andrés,,
el de la Piedad, el de San Hipólito, el del Divino Salvador, La Cuna,
la Casa de Maternidad, el Hos])ital Juárez, el de San Luis, la Casa
Españolr. de Beneficencia y el Instituto Oftalmológico Valdivieso. Hay
además numerosos establecimientos de beneficencia, de otra índole, co-
mo el Asilo de INfeudigos, la Escuela ludu.^trial (le Huérfanos y el Na-
cional Monte de Piedad. Esta última institución presta dinero sobre-
objetos á un interés reducido y tiene además anexa una caja de aho-
rros donde pueden las clases media y i)roletaria depositar sus econo-
mías con toda seguridad y obteniendo un pequeño interés anual, ma-
yor que el que abonan otros establecimientos de la misma naturaleza.
El Nacional Monte de Piedad ocupa un hermoso edificio cerca de la
Plaza de la Constitución y tiene adem^ás varias sucursales distribuidas
en los barrios más pobres de la metrópoli.
Los edificios de la Cámara de Diputados y de los Tribunales Civiles
y Militares, la Penitenciaría, el Colegio Militar, la Casa de Moneda
y 1?, Escuela Correccional, son también dignos de nota.
Actualmente están en construcción el gran Teatro Nacional, de ce-
mento armado, con revestimiento de mármol y el Palacio de la Asam-
blea Legislativa. El primero de dichos edificios será sin duda alguna
el mejor en su clase en todo el Continente Americano.
Los jardines y paseos que adornan la población y contribuyen á su
251
salubridad son numerosos y dignos de notarse, por lo bien atendidos
que se mantienen. Los más importantes por su extensión y hermosura
son: la Alameda, la Alamedita de Santa María de la Ribera, la Ribera
de San Cosme, el Paseo de la Viga y el Paseo de la Reforma; este úl-
timo comparable á los mejores de las ciudades modernas de Europa
y Estados Unidos.
El Bosque de Cbapultepec es un extenso parque situado en el ex-
tremo occidental de la ciudad, que durante los últimos años ha sido
objeto de grandes mejoras.
Una de las obras modernas de mayor importancia que se han lle-
vado á cabo últimamente en la ciudad de México, es la introducción
de las cristalinas aguas de Xochimilco. Dichas aguas reúnen todas las
condiciones de pureza que prescribe la higiene y son suficientemente
abundantes para surtir poco más de la actual población de la ciudad,
ofreciendo además la gran ventaja de venir con suficiente presión pa-
ra poder llegar á los pisos altos de las casas, aún en las partes más
elevadas de la población.
El sistema de drenaje de la ciudad es también enteramente mo-
derno.
Numerosas fábricas de cartón, tejidos, cerillos, cigarros, aguas ga-
seosas, cervezas, alcoholes y otros establecimientos industriales de
gran importancia, ofrecen los medios de vida á muchos miles de obre-
ros. Centenares de escuelas primarias atendidas por buenos profesores
y con el mayor esmero- dan gratuitamente la instrucción que la ley
establece como obligación á miles de niños. Además, hay numerosos
establecimientos privados de enseñanza montada con todos los adelan-
tos modernos, al igual de sus congéneres de Europa y Estados Unidos.
La instrucción secundaria y superior se encuentra debidamente
atendida en buenos institutos, escuelas normales y de comercio, y en
la nueva Universidad, que ha sido fundada recientemente y en la cual
se han fundido las escuelas profesionales que hay establecidas para las
carreras de medicina, jurisprudencia, ingeniería, etc.
Otro de los ramos de enseñanza á que el Ministerio de Instruc-
ción Pública dedica cuidados especiales, es el de Bellas Artes. Posee
la ciudad un magnífico Conservatorio de Música y escuelas de Pintura
y Dibujo que prestan inmensos servicios á la juventud artista.
Las vías de comunicación urbanas y suburbanas son casi en su to-
talidad de tracción eléctrica: cruzan la ciudad en todas direcciones y
la ponen en comunicación rápida con todas las poblaciones del Distri-
to. La Compañía ^lexicana de Luz y Fuerza Motriz provee, por medio
de sus poderosos dinamos de Xecaxa y algunas otras plantas eléctri-
cas refaccionarias, la fuerza para operar esta extensa red ferroviaria.
La misma Compañía provee de luz á la ciudad de México y poblacio-
nes circunvecinas y da fuerza á las numerosas fábricas y talleres del
Distrito.
Las ])ob]aciones suburbanas de la metrópoli forman, por decirlo así,
parte de ella misma, tanto por su proximidad como por la facilidad
€n las comunicaciones y la inter-dependencia que mantienen. Las prin-
cipales de ellas oscilan en población entre 15 y 30,000 habitantes. Men-
cionaremos á Tacubaya. la más populosa de todas; Mixcoac y San An-
gal, Tacuba y Aztcapotzalco; la Villa de Guadalupe, famosa por su
magnífica Basílisa donde se rinde culto á la Virgen de Guadalupe que,
como patrona de México, atrae á millares de peregrinos de todas par-
tes del país: Tlálpam, renombrado por sus jardines: Ixtacalco é Ixta-
palapa, célebres por sus hortalizas y, por último, Xochimilco. situado
á orillas del lago del mismo nombre y uno de los lugares más pinto-
rescos de la América.
D U K A ^ G O .
Por la extensión do su territorio, Durango ocupa el quinto lugar en-
tre los Estados de la Federación. Tiene una ñrea de 109,495 kilómetros
cuadrados, y una poblach'm de cerca de 400,000 habitantes. Por lo gene-
ral, su territorio es de naturaleza montañosa, más especialmente en la
parto del Oste, que está cruzada por la Sierra Madre de Noreste á Sud-
este ; i)ero esto no impido que se encuentren diseminados por todo el Es-
tado numerosos y ricos valles de probada fertilidad.
El estar situado parcialmente dentro de los trópicos y las diferen-
tes alturas de sus tierras, hacen que se encuentren en el Estado gran
variedad de climas y productos de todas las zonas.
Vl.STAS DE DlKAMiU.— 1. P(;RTAL IH; I.AS PaL(j.\1AS. 2. L\ Aj.AMEDA.
Si bien la agricultura es factor importante en el Estado, su prin-
<:'¡pal riqueza ha sido y es la minería. En el distrito de Inde y de Real
del Oro, abundan las minas de oro, plata y cobre ; en el de Guanaceví, las
de plata ; de estaño en los distritos de Metatitos y San Francisco ; en
•el de Coueto se encuentran ricos depósitos de plata, lo mismo que en los
de Yerbabuena, Los Fresnos y Panuco de Avino, este último conside-
rado como uno de los distritos más ricos del mundo en minerales de pla-
ta ; en Bacaria predominan las minas de estaño y en Gavilanes, Guarisa-
niey, San Dimas. La Parrilla, Tamazula, Topia, Canelas, Mapimi, Real
de las Norias, Cuencamé y Ptinuco, las de plata
Se encuentran también ¡mi)ortantes minas de hierro, siendo consi-
derados los depósitos de Cerro del Mercado, como de los más grandes del
mundo.
El Estado es muy rico en maderas de todas clases, tanto de cons-
trucción como de ebanistería. Citaremos entre ellas el roble, cedro, pino,
nogal, aral y mezquite. Sus bosques también son ricos en plantas tintó-
reas y medicinales.
Producen sus tierras excelentes frutas, como manzanas, peras, me-
locotones, duraznos, naranjas, limones, aceitunas, chirimoyas, melones,
membrillos, higos, zapotes, moras, fresas y ciruelas ; cereales y legum-
bres de todas clases, como trigo, maíz, centeno, cebada, chile, cebollas,
sandías, nabos, zanahorias, coles diversas, remolachas, espárragos, etc.
También sus tierras se adaptan al cultivo de la caña de azúcar y del
íilgodón.
La ciudad de Durango es la capital del Iilstado. Tiene cerca de
40,000 habitantes y es centro comercial de importancia. Fai sus alrede-
dores se encuentra la famosa montaña de hierro, conocida bajo el nom-
bre de Cerro de jMercado, declarada por Humboldt como una de las ma-
ravillas del mundo.
Entre los edificios más hermosos de la ciudad está la Catedral, no-
table no tanto por su valor arquitectónico, como por sus dimensiones.
La iglesia de los Remedios está construida en un cerro muy pintoresco
de los alrededores; os muj' visitada por peregrinos y tiene algunos cua-
<lros de valor histórico.
Las iglesias de San Francisco, San Juan de Dios, Santa Ana, la Pa-
rroquia, San Miguel y San Agustín, siguen en importancia. Son también
dignos de mención el Palacio del Gobierno, el Palacio Municipal, el Ins-
tituo Juárez, el Instituto de Niñas, el Hospital Civil, el Hospicio de San
■Carlos, la Casa de Moneda, la Plaza de Toros y la Penitenciaría.
La ciudad está provista de numerosos y bellos jardines públicos, co-
mo los de las plazas de la Constitución y de Analco, los de las Canoas, el
Gobierno y la Cárcel y la hermosa y amplia Alameda.
Atención muy especial han dedicado los gobiernos del Estado al im-
portante ramo de la instrucción pública, desde que los destinos de la
liepública han sido regidos por la actual administración del General don
Porfirio Díaz. Tanto en la capital cou'o en las otras ciudades y pueblos
del Estado, abundan las escuelas primarias, dirigidas por maestros com-
petentes. La instrucción secundaria y su])erior son también debidamente
atendidas, contándose para ello con planteles de enseñanza de primer
orden.
Los ferrocarriles que actualmente cruzan el Estado y que comuni-
can entre sí y con el resto de la República á muchas tle sus poblaciones, es-
tán llamados á promover el desarrollo de las inmensas riquezas que
posee y que antes no habían podido ser exi)lotadas, á causa de las dificul-
tades para el transporte.
Sólo la riqueza mineral del famoso Cerro de Mercado constituye
en sí un venero inagotable. La cantidad de hierro que en esta montaña
se encuentra, ha sido calculada por hombres de gran experiencia en el
ramo como suficiente para proveer las necesidades de la industria mun-
dial durante cien años.
Las tierras de Durango son muy fértiles, y los niuuerosos ríos que
cruzan su territorio pueden proveer irrigación para millones de acres ;
por cuya razón la agricultura está llamada á prosperar inmensamente,
tanto más cuanto que en los mercados norte-americanos, que le quedan
tan próximos, encontrarán sus productos fácil salida.
Con todas estas fuentes de riqueza no es aventurado predecir que
el Estado de Durango está llamado á ser, en no lejano día, uno de los
factores de mayor importancia de la Federación Mexicana.
253
g; u a X a j l a i o .
Guanajuato tiene una extensión superficial de 29,458 kilómetros cua-
drados y una población de 1.100,000 haoitantes.
Su territorio es en extremo moutañoso, sin dejar por eso de tener
magnííicos y fértiles valles, circundados de altos cerros y cruzados mu-
chos de ellos por ríos que aumentan su riqueza, como el Lerma, el de la
Laja, el de Irapuato y el Turbio.
El clima es, por lo general, sano y agradable, siendo frío solamente
en algunos lugares elevados de la Sierra Gorda y la Sierra de Guana-
juato.
La riqueza mineral de Guanajuato es tradicional. Cinco son sus dis-
tritos mineros de mayor importancia, á saber : Guanajuato, Sierra (lor-
da, Allende, Santa Cruz y León. El primero tiene una extensión de 40
kilómetros de largo por 30 de ancho, y sus minas principales las tiene
distribuidas en la Yeta Madre, y son: Santa Ana, Valentina, Rayas, Si-
rena, San Bruno, Mclladito, La Lus, Joya, Mejiamora, Ovejera, Monte
de San 'Nicolás, Villalpando, Santa Rosa y Durazno; todas las cuales
son ricas en plata, hierro y cobre. El mineral de Allende ocupa 2,r).33 ki-
lómetros cuadrados y sus vetas son de oi'o, plata, estaño, cinabrio, hie-
rro, plomo. i)latino y mercurio. El mineral de Sierra (Jorda ocupa ima
extensión algo menor — 1,172 kilómetros cuadrados.
Sus minas son, principalmente, de plata. El mineral de Santa Cruz
cubre una superficial de 210 kilómetros cuadrados, y abunda en vetas
auríferas, argentíferas y de hierro ; y el de León tiene minas de plata,
oró, cobre, estaño y bismiito.
Hay, además, en varias partes del Estado, magníficas canteras que
proveen de materiales de primera calidad para la construcción de edi-
ficios y pavimentación de calles.
Las minas de Guanajuato han producido, desde que comenzaron á
ser explotadas por los españoles el año de I.jUO hasta nuestros días, no-
vecientos millones de pesos.
En el ramo vegetal, el Estado abunda en maderas propias para
la construcción y en plantas y hierbas medicinales y útiles para la in-
dustria, y posee tierras excelentes para el cultivo de los cereales, no fal-
tando distritos de clima favorable para el cultivo de los productos de
tierra caliente.
La agricultura es, pues, en Guanajuato, otra industria de gran im-
portancia. Las cosechas de maíz y trigo son abundantísimas, excediendo
en mucho á las necesidades de la localidad. Se produce también una gran
variedad de frutas, como aguacates, chirimoyas, guayabas, naranjas, li-
mas, limones, cidras, chavacanos, fresas, duraznos, granadas, higos, man-
zanas, membrillos, peras, perones, tejocotes, zapotes, melones, sandías,
cacahuates, etc.
La ganadería es otra de las ocupaciones favoritas de los habitantes-
de este rico Estado.
La industria estfi representada por la fabricación de artículos de
loza, sillas de montar, frenos, espuelas, sarapes, sombreros de palma,
vino de mezcal, exquisitos dulces y cajetas y curtimiento de pieles. ILiy
en el Estado más de cincuenta molinos dedicados á la elaboración de
excelente harina, y numerosas fábrica.^ de tejidos de lana y algodón que
emplean miles de operarios y millones de kilogramos de materia prima.
El comercio de Guanajuato es muy activo : exporta fuertes cantida-
des de cereales á distintos puntos del país, lo mismo que chile seco y
frutas, manteca y cerdos vivos, ganado lanar y cabrío, mantos y otros
artículos de lana y algodón. Para Europa y Estados Unidos expoi-ta
grandes cantidades de minerales.
La capital del Estado es Guanajuato, ciudad de 45,000 habitantes,,
situada á 2.000 metros sobre el nivel del mar, y á 400 kilómetros de
la metrópoli do la Federación. Posee numerosos y muy buenos edificios
tanto públicos como privados, siendo dignos do mención entre los prime-
ros: el hermoso Teatro Juárez, el Palacio del Gobierno, el Palacio del
Congreso, la Casa de Moneda, el Colegio del Pastado, el Mercado de la
Reforma, el Casino, la Casa de Correos y el fuerte de San Miguel. Entre
sus templos citaremos la Iglesia Matriz cuya construcción se comenzó
el año do 1071 y se terminó en 1696: la Compañía, San Diego, el San-
tuario de Guadalupe, San Francisco y la Asunción. En la Iglesia Matriz
existo una imagen de la Virgen regalada por Carlos V á la ciudad y
quo data del siglo YIL
254
Las inundaciones de que ha sido víctima la ciudad desde los tiem-
pos de su fundación, han sido evitadas por las costosas obras de desagüe
del valle, que han sido llevadas á cabo durante la progresista adminis-
tración del Lie. Obregón González.
Fuertes sumas de dinero se dedican al fomento de la instrucción
pública. Cuenta el Estado con cuatro colegios de instrucción secundaria :
uno en Guanajuato, el cual tiene anexas las Escuelas Normales ; otro
en Celaya, otro en León, y otro en San Miguel de Allende. La instruc-
ción primaria es impartida en 433 escuelas distribuidas equitativamen-
te en todas las poblaciones. Dichas escuelas están servidas por
GUEEEEEO.
Guerrero es uno de los Estados más montañosos de la República y
por ello mucho ha resentido la falta de medios adecuados de transpor-
te, lín los días de revoluciones y caos político que aüigleron al país an-
tes del presente régimen, tenía la fama de ser vmo de los peores cen-
tros de bandidaje é inquietud política de todo México. Por muchos años
después de que otras porciones del país se hubieron pacificado, Gue-
rrero continuó siendo el refvigio de caracteres rebeldes á la ley, á tal
grado, que fué prácticamente imposib!t promover el avance y desarrollo
del Estado, y, por lo mismo, sus intereses se vieron descuidados. Por
igual razón. Guerrero se ha mostrado más tardo que otros muchos Es-
tados de la República en unirse á la marcha del moderno progreso. Es
rico en recursos naturales, muchos de los cuales permanecen aún inex-
plotados, figurando entre ellos, principalmente, los vastos y casi inex-
plorados distritos de riqueza minera, porque mineralmente, Guerrero es
sin duda, uno de los Estados de más promesa en la federación mexicana.
Contiene grandes depósitos de mineral, que rinden ensayos que en dis-
tritos que no tienen sino medianas facilidades de transporte, serían con-
siderados como bonanza. Pero en el pasado, aquellas minas con produc-
ción de cincuenta pesos ó algo más por tonelada, quedaban sin ser ex-
plotadas debido á que la conducción hasta el mercado más cercano re-
sultaba tan costosa, que no retribuía el trabajarlas. Por lo tanto, el por-
venir de Guerrero es especialmente brillante
La leyenda dice que los vastos tesoros de los Emperadores aztecas.
durante el período inmediato precedente á la conquista, provenían de
los ríos del Estado de Guerrero, y desde aquellos días, los indios han
proseguido trabajando en los placeres en busca del precioso metal. Don-
de se puede encontrar oro en los ríos, existen rocas matrices de donde
ese oro procede y esas capas auríferas se han encontrado hacia el naci-
miento del Balsas, el raudal de más renombre por su oro en los días
aztecas. Algunas de esas minas, con especialidad la de "Garduño,"
han rendido grandes sumas de oro, plata y cobre ; pero han tenido uu
éxito comercial indiferente, debido al costo, casi proliibiíivo del trans-
porte. Por lo tanto, como la riqueza minera del Estado es indisputable,
su futuro es notablemente brillante en cuanto concierne á la explotación
de su i'iqueza mineral.
Guerrero es uno de los Estados más extensos de la Unión Mexicana,
conteniendo 64,756 kilómetros cuadrados; pero con todo, su vasta área,
su población no excede de medio millón de habitantes, ó sea menos de
ocho personas por kilómetro cuadrado. Lo que el Estado requiere, por
lo tanto, es un gran aumento en su población y capital y empresa para
desarrollar sus amplios recursos minerales.
Pero la riqueza de Guerrero no estriba sólo en su grande y exten-
sa zona minera, pues á través de sus fortalezas montañosas, surgen cen-
tenares de ricos trechos de tierra, valles fértiles y montañas boscosas, que
dan á su territorio todas las variedades climatológicas, aíin cuando la
mayor parte del Etado está en la tierra caliente y templada. Sus selvas
contienen gran cantidad de valiosas maderas, siendo las más importan-
tes, pino, encino, nogal, cedro, caoba y chico zapote.
El Estado es capaz de producir muchas clases de frutas tropicales,
incluyendo naranjas, limas, zapotes, mameyes, aguacates, mangos, cere-
zas, melones, tamarindos, papayas y sandías; y fértiles valles esparci-
dos acá y allá, á través de su extenso territorio, producen maíz, frijoles,
arroz, trigo, cebada, lentejas y chile en abundancia; y tan favorable-
es el clima j- tan rico el suelo, que se recogeu de dos á tres cosechas por
año eu las partes del Estado que cueutaii con int-jor caudal de agua.
En las laidas de las colinas y eu lus montes boscosos, la cría de ga-
nado forma una de las más importantes industrias del Estado, j sus re-
ses figuran entre las mejores que se producen en México.
HIDALGO.
El Estado de Hidalgo es, para su extensión, una de las más importan-
tes divisiones políticas de la República, en lo que refiere á comercio, in-
dustria y agricultura. También es de los más populosos ; pues con ima
extensión territorial de 22,215 kilómetros cuadrados, tiene una pobla-
ción de cerca de 715,000 habitantes, l'or consiguiente, solamente el Dis-
trito Federal y los Estados de México, Puebla y Tlaxcala tienen una
proporción mayor de población por kilómetro cuadrado ; pero eu otros
respectos, ni aún éstos tienen mayor diversidad de intereses que el fa-
moso Estado minero de la parte central de México.
El centro del Estado lo atraviesa una cordillera de montañas, la
cual, en algunas partes, se eleva á considerable altura, siendo toda
ella muy rica en minerales. Por lo general es de naturaleza montañosa,
aunque la parte sur es menos así que los distritos del centro y del norte.
No obstante esto, se encuentran en su territorio muchos valles hermo-
sísimos y buenas extensiones de tierras planas para la agricultura, lo
cual aumenta en mucho su importancia comercial.
Como esta parte del país atrajo la atención de los españoles inme-
diatamente después de la conquista, á causa de su riqueza mineral, des-
de muy al principio se establecieron allí muchos mineros que, ó se hi-
cieron ricos en operaciones de esa índole, ó gradualmente se fueron de-
dicando á otras ocupaciones. Las minas han continuado, desde los tiem-
pos de la conquista, constituyendo la principal riqueza del Estado, y se
puede decir que á su rededor, en cierto sentido, se han ido estableciendo
las demás industrias que hoy existen.
En las partes no muy altas. Hidalgo es rico en valiosas maderas para
el comercio ; entre las cuales se encuentra el roble, el fresno, el cedro, el
olmo, el oyamel y varias clases de pino ; sin embargo, en la vecindad de los
famosos distritos mineros que han sido explotados de.sde hace muchos
años, la madera, como es natural, es con frecuencia escasa.
Además, produce el Estado como tres millones de pesos valor de
cereales anualmente. Es afamado por la excelente calidad de su pulque,
en cuya producción hace gran negocio, siendo las ventas anuales de im
millón á millón y medio de pesos. El cultivo de la caña de azúcar y la
explotación de los productos de aquí derivados, siguen en orden de im-
portancia.
Pero, después de todo, Hidalgo siempre ha debido su importancia
íi su industria minera. Es rico en minas de plata, oro, plomo y hierro ; y
posee casi todas las clases de metales que se explotan en México, aun-
<iue en grado menor que los que hemos mencionado especialmnte.
El distrito minero más rico es el de Pachuca, cuyo nombre es si-
nónimo de minas de plata eu México.
Entre los otros famosos distritos y campos mineros, están los si-
guientes : el de Zimapán. en la parte Norte del Estado ; el de Jalaca, que
fué durante cierto tiempo uno de sus centros mineros de mayor activi-
dad, pero en la actualidad casi abandonado, á causa de la falta de ca-
pital y de buenos medios de transporte; el de Caneando, rico en mine-
ral de hierro magnético, clasificado entre los mejores del mundo, y don-
de se encuentra la famosa mina de la "Encarnación," una de las pro-
piedades de explotación más activa en la Repi'iblica ; y numerosos otros,
la mayor parte de los cuales son bien conocidos, por lo menos de nom-
bre, del público interesado en minas en México. El decaimiento de la
actividad minera el año pasado, fué debido á la baja en el precio de
la plata y á la falta de dinero para las explotaciones; pero Hidalgo es
demasiado rico en valiosos minerales para que una depresión en los
negocios pueda ser de duración larga. La prueba de la verdad de este
aserto es, que este año las explotaciones h:in comenzado á asumir sus
condiciones normales en varios de los distritos mineros, y se ha inverti-
do desde entonces mucho capital extranjero, habiendo informes de que
hay aún más capitales listos para ser invertidos en esta industria.
Entre las minas más famosas de Hidalgo, cuyos nombres han venido
256
Ix(i. D. Pediío L. rvODiíír.uEZ,
GoBERXADou ui:l E^TAui) HE Hidalgo.
á ser parte de la historia del Estado, se encuentran, además de las que
ya hemos mencionado, las siguientes :
El grupo de Bonanza en el distrito de Zimapán, San Martín, San
Judas, los grupos de Real del Monte, San Clemente, San Francisco, in-
cluyendo Progreso, Santa Gertrudis, La Blanca, San Eugenio, San Ra-
fael, San Miguel Tajo y Barran.
Lo que le falta al Estado de Hidalgo para convertirse en uno de los
distritos mineros más activos del Continente Americano, es la inversión
de capital suficiente para explotar sus riquezas, y abrir vías de comuni-
cación que conduzcan á las minas en distritos donde el costo del trans-
porte milita contra la explotación ventajosa de minas que se sabe son
ricas en mineral.
El Gobernador del Estado, don Pedro L. Rodríguez, funcionario que
ha tenido mucha experiencia tanto en la vida publica como en nego-
ciaciones da todas clases, ha inaugurado muchos adelantos materiales
en el manejo de los asuntos del Estado, desde que asumió el alto puesto
de jefe del Ejecutivo el año de 1897. Las rentas públicas han aumentado
constantemente, y se ha dado la mayor atención á todos los ramos del
servicio público, con el grato resultado de que se han llevado á cabo
muchas mejoras locales, y el Estado tenía en su tesorería, al finalizar
el año próximo pasado, $24,243.88.
El valor de la propiedad ha ido subiendo constantemente, y el aña
actual muestra, relativamente, un aumento mayor que en años anterio-
res, no solamente en los distritos mineros, sino en todas las otras par-
tes del Estado en que las actividades han tomado otras direcciones.
JALISCO.
El Estado de Jalisco, que contiene 82,503 kilómetros cuadrados, es
uno de los más ricos de la Unión mexicana, y también uno de los más
populosos, contando cerca de millón y medio de habitantes, ó sea, aproxi-
madamente, un décimo de la población total de la República. Como la
parte superior del Estado corresponde á la mesa central y el resto pasa
por varias graduaciones de altitud, hasta llegar al Océano Pacífico, po-
see prácticamente todas las temperaturas y climas que se pueden en-
contrar en México. Esto le da una gran variedad de tierras, climas y pro-
ductos.
La superficie del Estado está atravesada por cuatro bien definidas
cordilleras de montañas, muchas de las cuales están pobladas de árbo-
les y son ricas en minerales. Por largos tramos á través del Estado se
extienden hermosos y fértiles valles y extensas llanuras dedicadas á cul-
tivos. Probablemente ningún Estado de la Federación mexicana produ-
ce tan grande variedad de productos agrícolas como Jalisco. Entre ellos
se encuentran : caña de azúcar, café, arroz, tabaco, vainilla, algodón,
maíz, trigo, frijoles, chícharos,, camotes, cebada, piñones, chile, patatas,
productos del maguey, palo de tinte, añil y muchas clases de nueces.
Poseyendo tal diversidad de climas, .Jalisco naturalmente produce
muchas clases de maderas, la mayor parte de las cuales son de utilidad
comercial. Entre ellas figiu'an : pino, encino, olmo, nogal, y muchas va-
ridades de maderas nativas, poco conocidas en el comercio exterior
de México ; pero que son de utilidad casi todas y muchas verdaderamente
valiosas. ,
Jalisco es una de las regiones de México más propicias para la pro-
ducción de frutas y donde se presta considerable atención al cultivo de
casi todas las especies que crecen en la República. Entre ellas citaremos :
naranjas, por las que ciertas porciones del Estado son afamadas, dáti-
les, pinas, ciruelas, cerezas, limas, melones, plátanos, membrillos, du-
raznos, higos, manzanas, peras, mandarinas ó naranjas de china y va-
rias clases de zapotes y chirimoyas. En suma, pocos Estados de la Re-
pública se aproximan á Jalisco en la cantidad de fruta producida y por
la atención que se dedica á su cultura.
El Estado posee numerosos edificios públicos, muchos de los cuales
se hallan en Guadalajara, la capital, que es la segunda ciudad en ran-
go y tamaño, de la República. Entre esos edificios están el Palacio de
Gobierno, la Penitenciaría, la residencia de la Suprema Corte de Justi-
cia del Estado, el Palacio Federal, el teatro Degollado, que es uno de
los mejores edificios de su clase en la República. Tiene acomodo para
3,000 personas y fué construido con un costo de cerca de medio millón
257
■de pesos. El ex-Semiiiario, la Biblioteca Pública, la Catedral, el Palacio
Episcopal y el Hospital, sou también ediflcios de los que justamente se
enorgullece el Estado.
Guadalujara posee también excelentes escuelas, que en su mayor
pai'te sou sostenidas por el Estado ; pero la ciudad cuenta, además, con
muchos colegios é instituciones destinadas á la educación, la mayoría
de las cuales se encuentran bajo jurisdicción de la iglesia católica. To-
das las poblaciones y pueblos del Estado prestan igualmente atención
considerable á la educación, dando por resultado que durante los últi-
mos veinte años, la instrucción pública ha avanzado á grandes pasos
en aquellas partes del Estado donde la población está suflcientemente
concentrada para hacer posible y práctico el establecimiento de escuelas
del Gobierno.
La capital del Estado, después de la ciudad principal de la Repú-
blica, es la más hermosa en México. Sus calles están bien pavimentadas,
su servicio de tranvías urbanos es excelente y sus parques están bien
cuidados. Igualmente, después de la capital de la República, es la man-
sión de las personas adineradas, que han levantado magníficas residen-
cias privadas en las más aristocráticas calles y costosas construcciones
en el centro comercial dedicadas á negocios. Guadalajara es, también, la
capital más rica de un Estado en México y en ella se encuenti'a una so-
ciedad de alta cultura y retinadas maneras.
Aunque Jalisco posee una población que excede á la de cualquiera
otra entidad de México, debido á su extenso territorio, la proporción
por kilómetro cuadrado es sólo de trece habitantes. Por lo tanto, el Es-
tado es capaz de sustentar un número mucho mayor de pobladores, es-
pecialmente aquellos que se dedican á la agricultura. Como contiene
muy ricos terrenos, promete ser en el futuro la Meca de los inmigran-
tes de la mejor ciase, que posean medios suficientes para establecerse en
modesta escala.
Todo lo que se necesita es la promoción de los intereses del Estado
extendiendo las vías de comunicación para facilitar el más rápido trans-
porte de productos hasta los grandes mercados centrales, especialmente
los de la capital de Jalisco.
Muchas partes del Estado poseen muy buenos caminos carreteros, á
los que se debe atribuir, en cierto grado, el avance de la mayoría de
sus intereses, los que superan á los de un gran número de los Estados
de la Unión mexicana.
El actual Gobernador del Estado, señor Coronel Miguel Ahumada,
que ha desempeñado el cargo por varios años, ha tomado interés en
hermosear el aspecto de las avenidas de Guadalajara, y ha consagrado
especial atención á los ediflcios ijúblicos, excelentes jardines y parques
de la capital.
MÉXICO.
El Estado de México goza de diversos climas que varían hasta lo
infinito sus productos naturales. En su seno germinan los cafetos y
la caña de azúcar de la tierra caliente, las ricas gramíneas de la tem-
plada y los agaves de la fría. Tiene vetas de oro y yacimientos argen-
tíferos de primera calidad y bosques que dan maderas para cualquiera
construcción y ministran abundante combustible para toda empresa.
El Estado es montañoso en partes; pero tiene también extensos
valles, amplias praderas, hermosas planicies y un suelo fecundo.
Las principales alturas que se encuentran en ello son el Popocate-
petl, el Ixtaccihuatl y el Nevado de Toluca.
En todos los diez y seis distritos del Estado las cosechas producen
rendimientos fáciles y seguros; la minería y la industria encuentran
campo propicio para las empresas y el comercio se desarrolla rápida-
mente.
En los distritos mineros existen compañías de alta importancia que
emplean fuertes capitales y gran número de braceros, y en los valles
feraces todos los años se recogen abundantes cosechas. En la parte me-
ridional que abarca los distritos de Tenancingo, Temascaltepec, Sulte-
pec y Valle de Bravo se encuentran, no solamente minas de gran por-
venir, sino también canteras de mármol, frutas tropicales de todas
clases, maderas preciosas, terrenos propios para el cultivo del algodón,
258
Sr. Coronel Mkíuel Ahumada, Gobernador de Jalisco.
el café, ia caña de azúcar, una infinidad de plantas medicinales y un
amplísimo campo para las industrias.
L.O'S ferrocarriles que atraviesan el Estado tieden sobre el territo-
rio un red que acorta las distancias, disminuye los gastos de transpor-
te y hace sencillísima la comunicación entre todos los distritos y la de
éstos con México. Mas de esta facilidad indispensable para las empre-
sas industriales, carece casi toda la región meridional. Sin embargo,
los caminos carreteros dejan poco qué desear aún en las épocas de
lluvia, de manera que el tránsito por ellos es cómodo.
En los varios distritos del Estado se utilizan como fuerza motriz las
aguas de los ríos y arroyos que abundan en ello, en la fábrica de hila-
dos y tejidos de lana y de algodón, en molinos de harinas y para pro-
üucir fuerza eléctrica.
Entre las minas más famosas del Estado ocupan primer lugar las
que se encuentran en el distrito de El Oro. El crecimiento de este cam-
pamento ha sido verdaderamente asombroso. Es un distrito maravillo-
samente rico por sus minas y se está convirtiendo en un distrito no-
table por su minería.
El éxito ha sido grande, también, en los distritos de Zacualtípán,
Tlalpujahua y Sultepec, donde existen muy buenas minas.
Los principales productos del Estado son: Cebada, avena, arroz,
centeno, trigo, maíz, frijol, arvejón, haba, camote, garbanzo, chile, papa,
caña de azúcar, maguey, linaza, café, tabaco, aguacate, anona, calabaza,
capulín, chavacano, chirimoya, ciruela, durazno, granada, guayaba, hi-
go, lima, limón, mamey, mango, manzana, melón, membrillo, mora, na-
ranja, papaya, nuez, plátano, pera, sandía, tejocote, tuna, zapote y zarza.
Las legumbres que abundan en el Estado son: acelga, ajo, alcacho-
fa, betabel, calabacita, cebolla, chícharo, chilacayote, col, coliflor, coli-
nabo, ejote, espinaca, jitomate, haba, lechuga, nabo, salsifí, rábano, to-
mate, verdolaga y zanahoria.
Las maderas que se explotan en el Estado son: cedro, encino, ro-
ble, nogal, tepehuate, aile, álamo, ceiba, copal, granadino, huizache,
madroño, ocote, oyamel, parota, perú, sabino y sauz.
El Estado cuenta con un clima benigno que varía según los distritos.
Es frío en algunos, como Toluca, Ixtlahuaca, El Oro, Lerma y Tenango;
en otros, es templado, y aun en los de tierra cálida es enteramente so-
portable.
MICHOACAN.
Michoacáu es uno de los Estados más montañosos de México y en
<-onsecuencia, abunda en minerales ; muchas de las minas de más nota
explotadas en el período transcurrido desde la conquista española has-
ta el presente, se encuentran en ese Estado. Su extensión es de 59,261
kilómetros cuadrados y su población asciende á cerca 1.000,000, ó sea co-
mo de 15 personas por kilómetro cuadrado. Por lo tanto, como muchas de
las otras divisiones políticas de la República, es capaz de sustentar una
más considerable población.
En los días anteriores á la conquista, Michoacán, la patria de los
tarascos, era uno de los más populosos distritos de todo México y po-
seía una civilización superior en muchos conceptos á la de los mexica-
nos. De lo que era capaz de hacer en el pasado, es capaz de realizar en
el presente. Por lo tanto, es uno de los Estados de los que puede es-
perarse muestre en un futuro próximo un rápido avance, tanto en agri-
cultura como en minería, pues posee excelentes tierras, que yacen en
su mayor parte en los muchos valles que se extienden al pie de las gran-
des cordilleras.
Michoacán posee, además, todas las variedades de clima y altitud,
desde las peculiares de la costa hasta las propias de las diferentes al-
turas de las altiplanicies. Por lo tanto, como muchos de los Estados de
la República, los productos que es capaz de rendir son de variedad casi
infinita. Al presente crecen en sus terrenos el algodón, maíz, arroz, café,
caña de azúcar, tabaco, cebada, frijoles, vainilla, chícharos, trigo, pa-
tatas, chile y una inmensa variedad de frutos y legumbres semi-tropi-
cales. Su producción más importante es el maíz, cuyo valor alcanza va-
rios millones de pesos cada año.
El Estado está bien irrigado y presenta extensos bosques en los
que existen grandes cantidades de maderas de uso comercial, muchas
259
de ellas inexplotadas en la actualidad, debido ú los ineficaces medios de
comunicación.
En las faldas de los montes y colinas del Estado se crían numerosos
rebaños de ganado, cuyas piezas en considerable porción se consumen
en el interior mismo del Estado. Michoacán es también un importante
exportador de productos para la capital de la República, donde su s;a-
nado está en constante demanda.
Morelia, la capital del Estado, es una de las más antiguas y piuto-
i-escas ciudades de México, y, en consecuencia, posee algunos edificios
dignos de nota, de los que el más importante es la Catedral, cuya cons-
trucción se principió en 1C40 ; pero que necesitó el transcurso de un
siglo para su terminación.
El Palacio gubernativo es también una bella estructura antigua.
Fué originalmente el Colegio Seminario, que tan importante papel des-
empeñó en la educación de México por muchos años. La ciudad es rica
en colegios y es considerada como uno de los más prominentes centros
educativos de la República.
aiicboacán cuenta, además, con un buen número de importantes in-
dustrias que han logrado notable desarrollo durante la larga historia
del Estado. Pero su principal actividad reside en empresas mineras y
agrícolas.
M O R E L O S .
Morelos, uno de los más pequeños Estados de la Unión mexicana,
tiene una úrea de sólo 7,184 kilómetros cuadrados, con una poblacióQ
de cerca de 200,000 habitantes. Por su extensión resulta más poblado
que muchos de los otros Estados de México, contando como treinta per-
sonas por kilómetro cuadrado, que aún así están muy esparcidos en
todo el Estado,, que no posee grandes ciudades, siendo la mayor Cuer-
navaca, con una población de cerca de 10,000 almas.
Morelos está surcado grandemente en toda su extensión por mon-
tañas, y por lo mismo, sus medios de comunicación no son tan buenos
como 'es de desearse, aunque son mejores que los que poseen otros Es-
tados más montañosos de la República. Sin embargo, no obstante lo
abrupto de su territorio, Morelos más bien está situado en territorio
cálido que en regiones templadas. Por esta razón muchas de pus indus-
trias son las peculiares á la tierra caliente. Es rico en maderas valio-
sas, cuya lista incluiría prácticamente todas las variedades conocidas
en los trópicos de México. En él crecen algodón, maíz, caña de azúcar,
cebada, chile, frijoles, plátanos, naranjas, limas, limones, zapotes, man-
gos, dátiles, lentejas, chícharos, higos, melones, arroz, piñones, maguey,
cocos, melones y, en fin, casi toda clase de frutas semi-tropicales conoci-
das en la parte central de México.
Cuernavaca. la capital del Estado, es uno de los más favoritos si-
tios de recreo de la ciudad de México, y se vé muy visitada casi duran-
te todos los meses del año. Su clima es excelente y fué un lugar pre-
ferido de recreo de los emperadores aztecas, antes de que los españoles
viniesen á conquistar el país. De entonces acá, nunca ha perdido su po-
pularidad.
El mismo conquistador Cortés la hizo su residencia privilegiada y
los virreyes y los gobernadores imitaron su ejemplo por torio el trans-
curso de' los trescientos años de dominio español en Nueva Espnña.
La ciiidad se halla pintorescamente situda al pie de colinas su-
cesivas, y posee numerosas antigüedades que son de interés histórico
y arqueológico. Entre las que subsisten en un estado de excelente pre-
servación se encuentra el Palacio de Cortés y el .Tardín de Borda.
El presente Gobernador del Estado, señor Teniente Coronel Pablo
Escanden, ha iniciado xma campaña para la mejoría de la capital y el
avance de los intereses del Estado, que promete ser fértil en resulta-
dos. Ha trazado también un programa de instrucción púldica que co-
locará á IMorelos en un lugar prominente entre los Estados de México,
con respecto á su adelanto en educación.
NUEVO LEÓN.
El Estado de Nuevo León, que tiene una extensión territorial de
G2,998 kilómetros cuadrados y una población de cerca de medio millón
260
Teniente Cokoxki. D.)N Pablo E.scAxnóN.
Gobernador dei. Estado de Morelos.
do habitantes, es, comercialmeiite, una de las entidades políticas de ma-
yor importancia de la Ilepública mexicana. Parte de su territorio es
accidentado, con motivo de estar cruzado por cadenas de montañas, mien-
tras que otra parte está formada por extensos valles y llanuras. Tiene
algunos ríüs, pero estíl prácticamente desprovisto de lagos ó lagunas ;
en cambio, posee toda clase de climas que se puedan encontrar en la
República, desde el clima cálido de las costas del Golfo, hasta el frío
de las regiones montañosas más elevadas.
Aunque no so clasifica á Nuevo León como á imo de los Estados mi-
neros más importantes de la República, sus intereses en esta industria
no son de ningún modo secundarios, y en varios lugares del Estado se
encuentran establecidas fundiciones pai'a el tratamiento de diversos mi-
nerales. De estas fundiciones, las más importantes están en la capital,
la cual ha llegado á ser del todo un centro industrial y manufacturero!
Fundiciones de importancia han existido también desde hace muchos
años en las poblaciones de Vallecillo, Cerralvo y Villaldama.
En muchas partes del territorio del Estado se encuentran grandes
extensiones de bosques que contienen maderas excelentes de varias cla-
ses, muchas do ellas de gran valor en el comercio.
Nuevo León es rico en productos agrícolas, siendo este ramo de
gran importancia por la variedad y escala de sus cultivos. Mencionare-
mos, como los más importantes, el algodón, maíz, trigo, frijol, habas,
caña de azúcar, cebada, papa, cebolla, garbanzo, cei'eza, chile, tabaco,
ixtle, calabazas, aguacates, albaricoques, duraznos, melocotones, higos,
limones, naranjas, peras, plátanos, sandías, melones, nueces y gran va-
riedad de legumbres.
También se dedica gran atención á la cría de ganado, grandes re-
baños del cual pastan en las laderas de los montes por toda la extensión
de su territorio.
Monterrey, que es la capital del Estado, es una de las ciudades más
importantes de México ; importancia que ha aumentado grandemente en
los últimos diez años, durante cuyo tiempo se han establecido en la ciu-
dad numerosas é importantes empresas comerciales é industriales que
han venido á convertirla en uno de los centros manufactureros y co-
merciales más avanzados de la República. Grandes cantidades de dine-
ro, tanto del país como extranjero, han sido invertidas en la ciudad y
constantemente se agregan nuevos capitales á los ya empleados en sus
numerosas industrias.
Posee la ciudad de Monterrey buen número de elegantes edificios
públicos de lo más moderno, mereciendo entre ellos especial mención la
Penitenciaría, y los Palacios del Poder Legislativo y del Ejecutivo. El
teatro Juárez, que es de propiedad particular, es también uno de los
edificios de más hermoso aspecto de la capital.
Pocas ciudades de México, del mismo tamaño, tienen tantos y tan
hermosos parques como Monterrey. Entre los más conocidos de dichos
parques citaremos los de Zaragoza, Hidalgo, Bolívar, General Zuazua,
Guauhtemoc, General Garza Ayala, Independencia, Colón, Colegio Civil,
Cinco de Mayo y La Llave.
Desde hace más de doce años se dedica gi-an atención al ramo de
instrucción ptiblica, siendo el efecto natural de estos loables esfuerzos
que pocos de los Estados de México, si alguno, pueden mostrar mejores
resultados desde el punto de vista de la educación de las masas popu-
lares. Naturalmente, es en la capital donde se encuentran los mejores
establecimientos de instrucción ; lo cual no quiere decir que no se en-
cuentren muy buenos en las demás ciudades y pueblos del Estado.
El Gobierno local también ha alentado mucho la inversión de capi-
tal extranjero, por cuya razón el Estado de Nuexo León ha atraído más
inversiones de capitales extranjeros que la mayor parte de los otros
Estados de la República. El impulso que de este modo se ha dado á las
industrias, ha sido el factor principal que ha contribuido al admirable
crecimiento de Monterrey durante los íiltimos doce años, crecimiento
que, según muestran todas las apariencias, está destinado á continuar
con toda firmeza por muchos años ; pues esta ciudad es la población me-
xicana de mayor importancia en las regiones que se extienden á lo lar-
go de la línea fronteriza con los Estados Unidos del Norte.
Hay por todo Nuevo León grandes extensones de terrenos muy apro-
piados para el establecimiento de inmigrantes, tanto de los Estados
Unidos, como de los diversos países de Europa. Son tierras productivas,
y se encuentran á una elevación sobre el nivel del mar que las hace de
261
clima sano y del todo adaptado para los colonos de raza blanca. Gran
atención ha comenzado ya á despertarse de parte de los capitalistas
extranjeros por la inversión de capitales en Nuevo León, y todas las
probabilidades están en favor de qne en un futuro próximo, llegará, á
ser el Estado un lugar escogido para el desarrollo de las energías de la
mejor clase de inmigrantes.
OAXACA.
La labor progresista de los últimos treinta años ha dado como natural
consecuencia gran impulso á todos los ramos de la industria y agricul-
tura que han coustiíuido la riqueza latente de esta privilegiada sección
de la líepública. Durante ese lapso de tiempo, se han visto convertir las
explotaciones minex'as, de una industria insignificante y poco producti-
va que antes era, á ima de las industrias más florecientes y que más
pingües beneficios reportan al Estado. La agricultura ha prosperado
notablemente, gracias á la fundación de estaciones agrícolas experimen-
tales que no tienen igual en toda la República. Se dedica el mayor em-
peño en poner fuerza eléctrica al alcance de los ranchos y haciendas
donde hay agua que elevar para utilizarla en la irrigación de las tierras
labrantías, y se procura por todos los medios posibles estimular la
construcción de vías férreas que faciliten la exportación de los produc-
tos agrícolas y de la industria minera.
La ciudad de Oaxaca es la capital del Estado y queda á una dis-
tancia de 350 millas do la capital de la República.
Esta entidad federativa os de las más conocidas del país, tanto por
su gloriosa historia política, como por su admirable clima. Su extensión
territorial es unas pocas millas cuadradas menos que la del Estado de
Kansas, en los Estados Unidos ; tiene 306 millas de costa en el Océano
Pacífico y dos puertos magníficos, siendo el más importante de ellos
Salina Cruz, una de las dos estaciones terminales del famoso ferrocarril
interoceánico de Tehuantepec.
La población del Estado es numerosa y densa, lo que constituye
una inmensa ventaja por la abundancia de bx*azos con que se cuenta
para toda clase de empresas que se desee llevar á cabo.
Los recursos naturales de Oaxaca son tan grandes y hasta hoy tan
poco explotados, que hay oportunidad para la inversión de muchos mi-
llones de pesos en negocios de indiscutible éxito.
De acuerdo con las diferentes altitudes de sus tierras, el Estado
se divide en tres grandes zonas agrícolas : fría, templada y cálida.
Los productos principales de la zona fría son maíz y trigo, y última-
mente se ha ensayado el cultivo de plantas textiles, con resultados bas-
tante satisfactorios.
Las zonas templada y cálida son más ricas en diversidad de pro-
■ductos, y los métodos agrícolas implantados son muy superiores á los
■que se usan en las tierras de la zona fría ; pero adolece de la falta de
■suficientes medios de comunicación rápida, lo que hace que los intereses
agrícolas no sean de la importancia que la extensión y cnlidad de las
tierras reclaman. Sin embargo, mucho se está haciendo actualmente por
llenar las deficiencias de transporte y métodos agrícolas, por lo que po-
demos predecir, con entera confianza, que no pasarán muchos años sin
que se recojan opimos frutos de los esfuerzos que en pro del adelanto
■■de la agricultura hace la presente administración.
El valle de Oaxaca, donde está situada la capital del Estado, es digno
-de mención especial por ser donde ha alcanzado mayor adelanto la agri-
•cultura del país. Este gran valle se extiende desde la base de la cor-
dillera andina hasta im poco más abajo del distrito de Miahuatlán. y
■estii fertilizado por el río Atoyac y sus numerosas corrientes. Se culti-
va el maíz en gran escala y la caña de azúcar en seginido término.
Otra de las industrias agrícolas de algima importancia es el aceite
de ricino, ramo que, por lo general, es explotado por los pequeños pro-
pietarios.
La bebida alcohólica conocida con el nombre de mezcal se fabrica
con la planta del maguey, sin que se haga esfuerzo alguno por utilizar
la fibra. La importación de maquinaria apropiada y la implantación de
métodos más científicos en el beneficio do dicha planta, harían posible
el aprovechamiento de la fibra y duplicarían las ganancias del indus-
trial.
262
Actualmente se está, construyendo un ferrocarril que pondrá en co-
municación la parte Norte del Estado con la costa. La vía atraviesa bos-
ques riquísimos en maderas y distritos inmejorables para el cultivo
del café, algodón y otros productos, que ahora se explotan en pequeña
escala relativamente. Sin embargo, el cultivo del algodón ha comenzado
íi asumir alguna importancia en los últimos años, á, pesar de que tiene
que ser transportado ti lomo de muía desde ios distritos de la costa á la
ciudad de Oaxaca.
Cerca de la costa hay inmensos bosques de maderas de ebanistería
que jamás lian sido explotados, y extensas praderas con muy buenos
pastos para la ganadería ; de suerte que cuando el ferrocarril cruce
estas ricas comarcas, el desarrollo que se seguirá hará época en la histo-
ria agrícola é industrial del Estado.
Oaxaca tiene la distinción especial de haber sido la localidad elegi-
da por el conquistador Hernán Cortés, cuando el rey de España le dio
el derecho de escoger tierras en la parte de la Nueva España que más le
agradara.
Más tarde, el Barón do Humboldt manifestó que consideraba este
Estado como la parte más rica del virreinato ; opinión que ha sido con-
firmada por todos los viajeros ilustres que han visitado esta parte del
país.
La industria manufacturera no está muy adelantada ; sin embargo,
hay ya establecidas tres fábricas de tejidos de algodón y son numero-
sos los telares á mano, siendo muy conocidos en toda la República los
sarapes que éstos trabajan. Hay, además, dos fábricas de calzado y dos
de sombreros, varios molinos de harina y algunas fábricas de cigarros
y cigarrillos. Hay, igualmente, dos fábricas de cerveza, que hacen muy
buen negocio, fábricas de cerillos, etc. Mica, ónyx y mármol se encuen-
tran en varias comarcas, pero hasta hoy poco caso se ha hecho de estas
riquezas.
Existen depósitos valiosos de metales finos, y bien sabido es que
Oaxaca era una de las secciones que más oro y plata producían en los
tiempos coloniales. Mucho ha prosperado la industria minera en los úl-
timos siete i'i ocho años, pero se puede asegurar que aún permanece vir-
gen la mayor parte de la riqueza mineral de este privilegiado suelo.
Los ferrocarriles que actualmente se construyen en el Estado serán
fuente de gran adelanto en la industria y el comercio, y convrtirán
inmensas extensiones de tierras, hoy abandonadas, en emporios de gran
riqueza, que harán de Oaxaca uno de los Estados más productores de la
Unión.
PUEBLA.
El Estado de Puebla ha sido uno de los factores de mayor importan-
cia en los destinos del país, tanto en los tiempos de la Colonia como
en los del México modei'uo. La circunstancia de estar situado cerca de
la capital de la República, ha hecho que sus habitantes se mantengan
en relación íntima con los asuntos más trascendentales que han con-
tribuido á la formación de la nacionalidad mexicana, y no ha sido poca
la influencia que ha ejercido en el desarrollo de la vida política, co-
mercial é industrial de la Repfiblica.
El valle de Puebla está situado, como el valle de México, á una
altura de 7,000 á 8,000 pies sobre el nivel del mar, y de consiguiente, sus
productos son similares á los que se encuentran en la vecindad de la
capital, siendo la ciudad de Puebla centro de un distrito rico en agri-
cultura y una de las ciudades más importantes del país, desde antes
de los tiempos de la dominación española.
El Estado de Puebla está limitado al Norte y al Este por el de Ve-
racruz ; al Sur, por los de Oaxaca y Guerrero, y al Oeste por los de
Morolos, México, Tlaxcala é Hidalgo.
Como la mayor parte de los Estados centi'ales de la Federación,
Puebla disfruta de climas diversos según la altura de sus comarcas so-
bre el nivel del mar. La parte más importante de su territorio está
en la zona alta y fría, que tiene la ventaja de poseer numerosas corrien-
tes de agua, utilizables para el desarrollo de fuerza motriz é irrigación
de sus tierras. Esta circunstancia, unida á la proximidad á centros
productores de materia prima apropiada para la manufactura de diver-
sos artículos, ha favorecido el desarrollo de su industria fabril.
263
En algunos distritos se encuentran también depósitos minerales de
gran importancia, especialmente en los de Teziutlán, Temextla y Tétela.
En el primero se explotan minas de cobre, siendo la Compañía de cobre
de Teziutlán la empresa más rica del lugar. lias minas de Temextla son
de plata y oro, lo mismo que las de Tétela. Últimamente se han inaugu-
rado trabajos, de los cuales se espera mucho, en algunas propiedades
mineras, de la vecindad de Tehuacán.
La parte septentrional del Estado es muy montañosa, lo cual no
impide que existan hermosos valles provistos de abundante agua. Des-
de tiempo iumemorial, han sido estas comarcas grandes productoras
agrícolas, y en la actualidad no desdicen en lo más mínimo de su ri-
queza de antaño en este importante ramo. La abundancia de fuerza hi-
dráulica y la baratura de los artículos de primera necesidad que rin-
den sus cultivos, están convirtiendo á esta zona en centro manufacture-
ro muy floreciente. Sus principales productos son : telas de algodón,
trajes indígenas, azúcar y alcohol. La mayor parte de las sesenta y tres
fábricas de tejidos de algodón que hay en el Estado están situadas en
esta zona.
La extensión territorial del Estado de Puebla es de 31,016 kilóme-
tros cuadrados y su población llega casi á. 2.000,000 de habitantes. Está
dividido en veintitrés distritos, cada uno de los cuales está bajo la ad-
ministración directa de im jefe político.
El General Don alucio P. Martínez, Gobernador del Estado, ha de-
dicado y dedica especial atención al ramo de instrucción pública, y es,
gracias á sus esfuerzos, que Puebla tiene más escuelas, relativamente
á su población, que cualquier otro Estado de la República.
El distrito en el cual está situada la capital lleva también el nom-
bre de Puebla, y como era de esperarse es el más importante del Esta-
do, si bien el más pequeño en extensión, (162 kilómetros cuadrados.) Sus
tierras son muy feraces y utilizables durante todo el año, debido á la
buena irrigación que proporcionan las aguas del río Atoyac, que las
atraviesa.
Son famosas las canteras de onyx de este distrito, por los hermosos
colores y la finura de sus productos. jMultitud de objetos útiles y de fan-
tasía se fabrican de este precioso material ; objetos que encuentran fá-
cil mercado tanto en las ciudades de la República, como en el exterior,
especialmente en los Estados Unidos.
El di.strito en referencia está atravesado por los numerosos fe-
rrocarriles que convergen á la ciudad de Puebla, proporcionando fácil
medio de transporte á las abundantes cosechas de sus haciendas. Las
vías férreas á que aludimos, son : el Ferrocarril Interoceánico, el Me-
xicano del Sur. el Mexicano, y varias líneas de tranvías que unen las
principales ciudades.
El Jefe Político de este distrito es el señor Don Joaquín Pita,
y es, gracias á. sus esfuerzos, que es debida gran parte de la prosperi-
dad de que disfruta y el adelanto de que justamente se enorgullece esta
parte del Estado. Durante su administración, se han abierto carreteras,
construido puentes, realizado proyectos de irrigación, establecido nu-
merosas fábricas y aumentado el rendimiento agrícola de esta impor-
tante comarca.
Cooperando con el progresista Gobernador del Estado, el señor Pita
ha hecho construir numerosos edificios para escuelas públicas, muchos
de ellos con todas las comodidades y adelantos que aconsejan las prác-
ticas modernas.
Las líneas telefónicas cruzan el distrito en todas direcciones, no
habiendo actualmente lugar de importancia en toda la jefatura que
no esté comunicado por teléfonos con la capital.
El distrito de Iluachinango es digno de especial mención, por ser
imo de los más ricos del Estado, si bien puede considerarse como casi
virgen en lo que refiere al desarrollo de sus grandes recursos natura-
les. Es accidentado y montañoso y posee gran riqueza en sus caídas
de agua y precipitadas corrientes. En el lugar denominado Necaxa es-
tá el asiento de una de las plantas de fuerza motriz y luz eléctrii-a más
grandes del Continente. Esta notable instalación provee de luz y fuerza
51 la ciudad de México, á "El Oro," Pachuca y otros lugares.
Una de las grandes fuentes de riqueza de este distrito consiste en
sus magníficos bosques, donde se encuentran en abundancia maderas de
construcción y de ebanistería, y plantas medicinales como zarzaparrilla,
264
que sólo en sí constituyen una importante industria para la exporta-
ción.
Abundan las canteras, de donde se sacan magníficos materiales de
construcción. Produce fruta en abundancia, la maj^or parte de la cual
es realizada en el mercado de la ciudad de Puebla.
En algunas partes bajas del distrito se cultivan con buen éxito,
café y azúcar.
Dos ferrocarriles cruzan esta sección del Estado : el Ferrocarril de
Hidalgo y la línea de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza.
Su extensión territorial es de 1,774 kilómetros cuadrados y su po-
blación, de 70,332 habitantes.
El distrito de Tepeaca es esencialmente ganadero, poseyendo pas-
turas de primera calidad. Los grandes depósitos de cal que aquí se
encuentran y que hoy apenas son explotados en muy pequeña escala,
constituyen una riqueza latente que no tardará en ser debidamente ex-
plotada.
Después del distrito de Puebla, sigue en importancia el de Tehua-
cáu, cuya capital es la ciudad del mismo nombre, y que es en población
la segunda del Estado.
El cultivo de la caña de azúcar y la refinería de este artículo, cons-
tituyen su principal riqueza. Se cultivan, además, cereales de todas
clases.
Este distrito es famoso en toda la República por sus fuentes de
aguas minerales, que gozan de propiedades medicinales bien reconocidas.
Una industria de importancia se ha formado con la exportación de
estas aguas emboteliadas á todas partes de la República, habiendo casi
eliminado la importación del exterior de aguas de mesa y minerales.
En Tehuacán se halla establecida, desde hace muchos años, una es-
tación balnearia, visitada por gente de todo el país y muchísimos extran-
jeros.
El distrito de Tétela es esencialmente minero ; el de Alatriste es
notado por su agricultura, y el de Atlixco, por sus industrias.
La capital del Estado es Puebla, que fué la primer ciudad fundada
por europeos en América (Septiembre 28 de 1531). Es considerada co-
mo la segunda en importancia de la República, tanto por sus hermosos
edificios, monumentos de arte, interés histórico y magnífico clima, como
por ser la cima de la industria manufacturera en México. Su situación
topográfica es muy atractiva : se extiende entre un hermoso valle limi-
tado por los volcanes de Citlaltepec, Popocatepetl, Ixtaccihuatl y Ma-
lintzin, cuyas cimas son de las más elevadas de la América Septen-
trional.
No sólo Puebla fué la primer ciudad mexicana que estableció la
industria manufacturera en el país, sino que también mantiene su su-
perioridad por el número é importancia de sus fábricas de hilados y
tejidos, habiendo dentro de la ciudad y sus alrededores veinticinco fá-
bricas que emplean 10,000 caballos de fuerza.
La población de Puebla con sus suburbios, llega á 110,000 habi-
tantes. •
Además de ser un centro industrial, la hermosa é histórica ciudad
es un centro ferrocarrilero de importancia. Es el punto terminal del
FeíTocarril del Sur que va á Oaxaca ; el Ferrocarril Interoceánico la
conecta con la capital de la República ; el Mexicano, con la misma ca-
pital y el puerto de Veracruz, y muy pronto tendrá otra vía férrea que
la unirá con el Pacífico, línea que ha sido proyectada para la explota-
ción de ciertas ricas regiones carboníferas por las cuales deberá pasar.
Tiene, además. Puebla, ferrocarriles locales que la ponen en comunica-
ción con las numerosas aldeas y fábricas de sus alrededores.
La ciudad ha sido provista en los futimos años de abundante agua
potable y de im sistema completo de drenaje, trabajos ambos en que la
progresista administración actual invirtió muchos mllones de pesos.
El General Muco P. Martínez ha sido Gobernador del Estado des-
de el año de 1890, y es debido á su infatigable actividad y á sus gran-
des dotes administrativas, que Puebla ha llegado á alcanzar el envidia-
ble grado de adelanto en que hoy se encuentra. El General Martínez
no ha desatendido ni uno solo de los ramos de utilidad pública, que
constituyen el progreso y cultura de un pueblo, y á la par que ha
protegido las industrias, la agricultura y el comercio del Estado, ha
265
prestado su valioso apoyo al fomento de la iustrucción primaria y su-
perior, que, gracias á sus esfuerzos, se encuentran á un nivel que honra
al Estado y ú su progresista gobernante.
QUEEETABO.
El Estado de Querétaro, aunque uno de los más pequeños de la Re-
ptiblica en extensión territorial, es rico en varios recursos naturales y
en la fertilidad de su suelo. Produce cereales, frutas y legumbres en
abundancia, y dedica gran parte de sus energías á la cría de ganado. En.
lo que á agricultura refiere, sin embargo, el Estado se ocupa más en el
cultivo de cereales, especialmente trigo y maíz, que en cualquier otro.
También produce caña de azúcar, henequén, maguej' y tabaco.
Es rico en minerales, siendo los más importantes, oro, plata, cobre,,
plomo, mercurio, antimonio y otros metales raros y valiosos. Posee mag-
níficas canteras de mármol y de otros materiales para construcción ;
piedras preciosas como jaspe, ónix y los famosos ópalos de Querétaro,
que se encuentran en los lechos de esta última, y que son vendidos por
toda la República y exportados en grandes cantidades á los mercados
extranjeros.
Los mármoles y piedras de construcción de Querétaro son de her-
mosa apariencia y excelente calidad : las canteras han sido explotadas
desde hace muchos años, aunque de modo muy imperfecto y en una es-
cala relativamente pequeña, dada su extensión é importancia. Pero aho-
ra que ha entrado la República de lleno en el camino de la civilización
moderna, no cabe duda algima que pronto descubrirá el capitalista esta
gran fuente natural de riqueza, y comenzará á explotarla en grande es-
cala, de acuerdo con su importancia. Las poblaciones principales de la
República han comenzado ya á aumentar su tamaño y población y á
necesitar de construcciones hermosas y modernas ; y la fabricación de
edificios con armadura de acero, que se acostumbra 5^a tanto en México,
y que es tan adecuada para distritos sujetos á temblores de tierra, pron-
to exigirá una provisión abundante de materiales finos. Y entonces se
fijará la atención en Querétaro y en sus inmensas canteras de onyx y
excelentes mármoles.
A pesar de ser pequeño el Estado, se calcula su comercio en diez
millones de pesos anuales, la mayor parte del cual se lleva á cabo den-
tro de sus mismas fronteras y con los Estados limítrofes, á los ciiales
Querétaro manda maíz, trigo, mármol, minerales, frutas y ópalos. Gran-
des cantidades de piedra son también transportadas del Estado á la
capital de la República.
Como es natural, siendo Querétaro gran productor de granos, apar-
te de su industria minera, se encuentran diseminados por todas par-
tes de su territorio, molinos de trigo y maíz, y se produce mucha hari-
na, la cual, en gran parte, es enviada á los otros Estados. También hay
fábricas de papel, cervecerías, destilerías y fábricas de tejidos de al-
godón que ocupan un número considerable de obreros.
La ciudad de Querétaro, que es centro importante de comercio lo-
cal, tiene entre cuarenta y cincuenta mil habitnates, y su población es
clasificada entre las más industriosas de la República. No lejos de la
ciudad se encuentran las fábricas de tejidos de algodón "Hércules," las
cuales ocupan gran número de brazos, y son consideradas como las
más grandes de su género en toda la República.
Mucho se ha atendido últimamente en la capital del Estado á la
provisión do buena agua potable, á la pavimentación y reparación de las
calles, al aseo y desinfección de las prisiones y edificios públicos y á la
propagación del sistema de alumbrado eléctrico.
Las escuelas de la ciudad de Querétaro son justamente conocidas
por su espíritu progresista, y los maestros educados allí son tenidos en-
tre los mejores de la República. La Escuela Normal es una de las ins-
tituciones mejor equipadas y más modernas de su índole en el país, y
á ella pf, debido mucho del progreso que el Estado ha hecho en el ramo
de instrucción durante los últimos años, pues de aquí han salido los
maestros que después se han hecho cargo de las asignaturas de impor-
tancia en las mejores escuelas de Querétaro.
La importancia de la ciudad de Querétaro como centro de tráfico
y comercio, lo muestra el hecho de que posee tres mercados modernos.
que se mantienen constantemente llenos de gente durante las horas
266
Don José M. Espinosa y Cuevas,
GOBKRNADOR DKL ESTADO DE SaX LuIS PoTOHÍ.
de negocio. Entre ellos, solamente el mercado de Pedro Escobedo tiene
una área de cuatro mil metros. Es de construcción de acero y el piso
es todo de cemento. Sus dependencias están provistas de estantes y mos-
tradores modernos, y ofrecen toda clase de facilidades al comercio, es-
tando provisto, además, de los medios más modernos para efectuar su
limpieza.
La planta de luz eléctrica que opera en la ciudad de Querétaro y al-
gunas de las poblaciones vecinas, tanto para el alumbrado de las ca-
lles como de las casas y el servicio de fuerza á motores, es de propiedad
del Gobierno, y dicho servicio, no sólo es excelente, sino comparativa-
mente barato.
Entre los edificios públicos dignos de mención especial, tenemos :
el Palacio del Gobierno, en el cual están situados los departamentos
del Ejecutivo y de la Legislatiu'a, todos los cuales son amplios y es-
pléndidamente decorados, y el Palacio • del Gobierno Federal, antigua-
mente convento de San Agustín. A éstos deben agregarse los numerosos
edificios para escuelas, de los que muchos se han construido reciente-
mente.
SAN LUIS potosí.
San Luis Potosí es uno de los E.stados mineros más importantes de
la República, y ha sido conocido desde hace muchos arios como produc-
tor de gran cantidad de minerales. Entre éstos podemos citar como los
más importantes y que se encuentran en su territorio en mayor ó me-
nor abundancia, los siguientes : hierro, i-lomo, plata, oro, magnesio, an-
timonio, mercurio, cobre y azufre. En algunos distritos se encuentran
también piedras preciosas ; pero éstas no son ni muy numerosas, ni de
gran valor comercial. La principal de ellas es el ópalo.
En algunas partes del Estado se encuentran magníficos bosques y
montañas pobladas de selvas, que contienen valiosas maderas de cons-
trucción y ebanistería. Mencionaremos como las más importantes va-
rias clases de pinabete y pino, olmo, roble, caoba, nogal y álamo.
En varias comarcas de su territorio se cultivan plantas textiles y
otras se dedican más especialmente al trigo, maíz, frijol, habas, chile,
garbanzo, papa, arroz, café, vainilla, algodón, tabaco, caña de azúcar^
cacao y camote.
También hay distritos que se dedican á la cría de ganado en gran
escala ; pero esta industria es capaz de gran desarrollo, especialmento
en las partes bajas de su territorio, que son muy ricas en pastos natu-
rales, lo cual no sucede en las llanuras más ó menos tostadas por el sol
de la vecindad de la capital del Estado.
Ya por el .año de 1500 numerosos aventureros llegaban á San Luis
Potosí, actual capital de esta entidad federativa, atraídos por las ricas
minas de plata de la localidad, y desde ese día los intereses mineros del
Estado han continuado atrayendo capital y mineros emprendedores. No
obstante lo cual, se encuentran aún inmensas extensiones de regiones
mineras que no han sido explotadas á causa de que el mineral que con-
tienen es de grado bajo ; pero pronto tendrán que atraer la atención del
minero y el capitalista, que dispongan de suficientes elementos para
poder implantar métodos modernos que permitan trabajar estas minas
con provecho.
La ciudad de San Luis Potosí está muy bien construida, es muy lim-
pia, y posee un buen número de hermosos edificios públicos, entre los
cuales mencionaremos el Palacio Legislativo, el Palacio Municipal, el
Instituto Científico, la Penitenciaría y la Escuela de Artes. También
se cuentan entre los mejores edificios de la ciudad, la Catedral, el tea-
tro Paz y la iglesia del Carmen.
San Luis Potosí ocupa el cuarto lugar por su tamaño y población
entre las grandes ciudades de la República, y es. comercialmente, ruio
de les lugares niá?. importantes del país y el centro de un comercio local
muy activo, que se ha ido desarrollando durante los trescientos años ó
má?, que lleva de existencia. Es también centro importante agrícola y
de otras industrias, y, como es natural, debe gran parte de su prosperi-
dad á sus grandes intereses mineros.
El actual Gobernador del Estado,, José María Espinosa y Cuevas,
es uno de los jefes del Ejecutivo más populares que ha tenido San Luis
Potosí, y durante el tiempo que lleva de gobernarlo, ha probado ser ad-
ministrador de gran competencia.
267
S I N A L o A .
Sinaloíi es uno de los Estados más ricos y mejor irrigados de la ver-
tiente del Pacíñco do la República mexicana; pero no obstante su gran
extensión y las muchas ventajas naturales que posee, est;! muy poco
poblado, debido principalmente á la gran distancia á que se encuentra
de los importantes centros comerciales de la Repíiblica y á la falta
de medios fáciles de transporte. El último censo oficial da al Estado
258,865 habitantes, que se encuentran esparcidos en una extensión te-
rritorial de 87,2ol kilómetros cuadrados. No cabe duda de que la ac-
tual población es considerablemente mayor de la que muestran estas
cifras, y con toda probabilidad llega ñ. trescientos mil habitantes, pues
mucha gente ha sido atraída al Estado debido á la inversión de capita-
les y promoción de empresas que han tenido lugar durante los últimos
diez años. Cuando el Ferrocarril Kansas City, México & Oriente haya
sido terminado hasta Topolobampo, magnífico puerto de la parte Norte
de la costa del Pacífico del Estado, llegarán á Sinaloa gran número de
capitalistas, empresarios é inmigrantes ; pues hay por todo su territo-
rio inmensas extensiones de tierras (]ue se pueden conseguir á precios
ínfimos. Hay también muchísimos distritos mineros prácticamente sin
explorar, y que es bien sabido son muy ricos en minerales, y otros, que,
aunque explorados, no han podido ser debidamente explotados coa mo-
tivo de la falta de facilidades para el tx'ansporte.
La ciudad de Culiacán, capital del Estado, tiene una población de
12^000 habitantes, poco más ó menos, mientras que Rlazatlán, que posee
toda clase de facilidades para poder ser un gran puerto, tiene alrededor
de 20,000. Pero éstos son los únicos lugares relativamente grandes en
el Estado, pues la mayor parte de los otros pueblos tienen una población
menor de 5,000.
Mas si bien en Sinaloa escasean las poblaciones grandes, en cam-
bio posee numerosas poblaciones pequeñas diseminadas por toda la ex-
tensión de su territorio. Con el impulso que, sin la menor duda, pronto
se dará á esta entidad federativa por medio de xina inmigración numero-
sa y de la explotación de las riquezas de sus tierras, muchas de estas
lioblaciones y villas que están situadas en los buenos distritos mineros
y agrícolas, están destinadas, en un futuro cercano, á desarrollarse con-
siderablemente ; pues Sinaloa se encuentra comprendida de un modo
muy directo en la senda de progreso que emprende México hacia el des-
arx'ollo de los Estados de la costa del Pacífico de la República.
Aunque la mayor parte del Estado se exicuentra situado al Norte
del trópico de Cáncer, está tan cerca de los trópicos, que sus tierras de
la costa son del todo cálidas ; pero conforme se avanza hacia el interior,
las tierras son más elevadas siguiendo la vertiente de la cordillera has-
ta llegar á las mayores alturas de la Sierra Madre, y como es natural,
el clima se va enfriando hasta llegar á parecerse al de los Estados in-
termedios del Norte de los Estados Unidos. En las regiones montañosas
más altas se encuentran climas aún más fríos. Esta variedad de alturas
y climas da á Sinaloa una gran variedad de productos, que no requie-
ren sino ser explotados en mayor escala de lo que actualmente se hace
para convertirlo en una California mexicana de la costa del Pacífico.
Además de tener sus tierras bien irrigadas, las lluvias son en Si-
naloa más abundantes que en la mayor parte de los otros Estados de
México que se encuentran á lo largo de la costa del Pacífico; y tambiéi:
debido á lo precipitado de la vertiente de la cordillera del lado del
Océano, posee gran cantidad de fuerza hidráulica, la mayor parte de
la cual permanece actualmente sin empleo, pero que constituye una
fuente de riqueza para el futuro.
En Sinaloa se pueden cultivar casi todos los productos que se cul-
tivan en el resto de México. Sus bosques son ricos en valiosas maderas
tanto de construcción como de ebanistería, y entre sus productos agrí-
colas, el algodón promete llegar á ser cultivo de gran importancia. En
cuanto á frutas, posee para su cultivo facilidades naturales que superan
á las de California; y como es fácil de comprender por todo lo que he-
mos expuesto, es xma de las entidades políticas de México que tienen
en perspectiva gran desarrollo y prosperidad en un futuro no lejano.
SONORA,
Sonora es el segmido en extensión de los Estados de la Unión me-
268
General Luis E. Torres.
GOHERN'ADOR UEL EsTAUO DE SoNORA.
xicaiia, siendo Ctiiluialiua el único que lo supera en tamaño. Es muy po-
co poblado, pues cou uua úrea de 199,224 kilómetros cuadrados, tiene
solamente como doscientos mil habitantes, ó sea una persona por kiló-
metro.
La ciudad de Hermosillo, capital del Estado, tiene \ma población
de 20,000 habitantes, poco más ó menos. Las otras ciudades de impor-
tancia, ninguna de las cuales tiene más de diez mil habitantes, son :
(iuaymas (que es el puerto de Hermosillo), Alamos, Ures, Sahuaripa,
Magdalena, llorcasitas, Oposura (Moctezuma), Altar, Rayón (Nacome-
ri), Arizpe y Nogales.
Sonora es muy rico en minerales, pero la industria minera ha sido
en general poco desarrollada, debido á la falta de propias vías de co-
municación y medios de transporte y á la distancia de los mejores dis-
tritos mineros de los uaereados de mineral. También el atraso de esta
industria es debido íi la circunstancia de que en años anteriores los in-
dios yaquis aterrorizaban las partes del Estado más ricas en metales, lo
cual hacía muy inseguro para los mineros y colonos establecerse en el
territorio así amenazado, siendo esto motivo de que la localidad hubie-
ra adquirido mal nombre y se encontrara materialmente retrasada en
su desarrollo. Pero ya el poder de los yaquis ha sido quebrantado y las
grandes riquezas del Estado, entre ellas la mineral, han venido á ser
mejor conocidas, lo cual ha tenido en estos últimos años el benéfico
resultado de atraer grandes sumas de capital extranjero ; habiendo ac-
tualmente indicaciones de que, en los próximos años, la corriente de
capitales y de inmigración, se dirigirá poderosa hacia el Estado de So-
nora, que como el de Sinaloa, es capaz de proporcionar casi de todos los
productos que se dan en la parte de la República situada al Norte del
trópico de Cáncer.
En la actualidad, la principal riqueza de Sonora consiste, sin la
menor duda, en sus minas, las cuales se cuentan entre las más ricas
del país. Por todas partes del listado hay distritos que abundan en
minerales y constantemente se denuncian nuevas minas, muchas de ellas
de mineral de gran rendimiento. Pero los intereses mineros dependen,
como se comprenderá fácilmente, para su futuro desarrollo, de la inver-
sión do capital suficiente y del establecimiento de medios fáciles de trans-
porte. El capital comienza ya á afluir abundante en el Estado y el in-
terés que se manifiesta actualmente por sus minas, puede asegurarse,
cuidará de promover su futuro desarrollo, tanto en lo que refiere á
los distritos mineros actualmente en explotación, como á los distritos
que aún no han podido ser exjílotados con motivo de estar en lugares
tan remotos de los mercados y de los grandes centros de fundición.
Sonora es tan rico en metales preciosos, que es capaz de producir
más oro, probablemente, que cualquier otro Estado de la Unión mexi-
cana. Muchas de las minas de plata que antes se trabajaban han sido
abandonadas debido á la disminución en el valor de estos metales. La
mayor parte de estas minas son de mineral rico, por lo que es se,guro
que serán trabajadas de nuevo tan luego como las condiciones sean más
favorables.
TABASCO.
El Estado de Tabasco tiene una área de 26,094 kilómetros cuadra-
dos y una población de cerca de 150,000 habitantes, la mayor parte do
la cual está diseminada en los distritos rurales. La única ciudad que
pasa de diez mil habitantes es San Juan P>autista, la capital : las de-
más poblaciones del Estado no llegan en población ni á la mitad.
Por lo general las tierras de Tabasco son planas, con frecuencia ba-
jas y generalmente bien dotadas de ríos y corrientes, siendo algunos de
los primeros de considerable importancia. Gran parte de su territorio
está cubierto de bosques y espesuras tropicales donde so encuentran
maderas comerciales de varias clases, entre las cuales hay. en cantida-
des considerables, caoba, ébano, cedro y chico zapote. Debido á lo ba-
jas q\ie son las tierras de la costa, á lo espeso de los bosques tropicales
y á ia falta general do medios de transporte, y aún de caminos de toda
naturaleza en partes del Estado, éste ha atraído pocos inmigrantes y
capitalistas. Con motivo de la falta de minerales, Tabasco no ha sido
invadido por la gente que se ocupa en la industria minera, por cuya
causa ha pasado inadvei'tida su inmensa riqueza en tierras para la agri-
209
cultura. Pero cuando ésta alcance en México el nivel que merece, cuan-
do los ferrocarriles hayan cruzado sus extensas llanuras y los caminos
carreteros hayan abierto mercados favorables á los distritos rurales,
entonces Taba seo será, sin la menor duda, reconocido como uno de los
Estados más ricos y favorecidos de la República. Cierto es que no tie-
ne riquezas minerales que lo ayuden ; pero, en cambio, la mayor parte
de sus tierras son utilizables para la agricultura por no estar' cruzadas
por cadenas de montañas ásperas, y por ser generalmente ricas en de-
pósitos fertilizantes como sucede en las regiones tropicales que se han
mantenido durante muchos siglos cubiertas de vegetación espesa.
El clima es muy cálido, por encontrarse el Estado dentro de los
trópicos y principalmente por ser sus tierras bajas. Debido á las mis-
mas causas, la vegetación es exhuberante y de crecimiento rápido, á
lo que contribuye también la abundancia de lluvias, características de
estos lugares durante la estación de aguas.
Entre sus productos se encuentran prácticamente todas las clases
de frutas que se dan dentro de los trópicos en México á una elevación
no mayor de mil pies sobre el nivel del mar. También es rico en tierras
donde se producen, con gran abundancia, cereales y legumbres. Limones^
naranjas, manzanas y plátanos se dan silvestres en el Estado, y cuando
se cultivan son de lo mejor en calidad que México produce.
Como Tabasco posee muchos ríos capaces de proporcionar facili-
dades para el transporte, no hay la menor duda de que pronto se hará
mayor uso de estas importantes vías, de lo que en la actualidad se ha-
ce, para así aumentar los medios de comunicación. Hay en proyecto dos
líneas férreas que atravesarían el Estado, y una de ellas será, sin la
menor duda, construida en im futuro cercano. Esta circustancia, agre-
gada á los planes que actualmente tiene el gobernador para la aper-
tura de nuevos caminos cari-eteros y la mejora de los ya existentes, de-
berá contribuir en mucho para facilitar la explotación y desarrollo de
la riqueza de uno de los Estados más ricos de la Unión mexicana.
TAMAULIPAS.
Tanto en extensión territorial, como en riqueza de suelo, variedad
de climas, distribución de ríos y corrientes, en íin, en toda clase de
ofrendas naturales, el Estado do Tamaulipas es uno de los más ricos
de México. Numerosos ríos y riachuelos cruzan las grandes extensiones
de tierras comparativamente llanas de tierra caliente, que se extienden
paralelas á sus 440 kilómetros de costa. De suerte que estos terrenos
están perfectamente irrigados, á lo que se agrega una siempre abun-
dante y oportuna caída de lluvias. Está, por consiguiente, favorecido
por la naturaleza, y todo lo que se necesita para hacerlo, en lo relativo
al comercio y á la agricultura, vma de las partes más importantes de
la República, es capital para su desarrollo y apropiadas vías de comu-
nicación.
A pesar de que Tamaulipas ha tenido muchas dificultades contra
qué luchar, su comercio, tráfico é industrias se van extendiendo y au-
mentando ; y lia comenzado ya á despertar general interés entre los ca-
pitalistas nacionales y extranjeros, en vista de las ventajas que ofrece
para la inversión de capitales ; al mismo tiempo se están fimdando nu-
mei'osas colonias de inmigrantes extranjeros, de los cuales se han esta-
blecido muchos durante los últimos años.
Au.nque la agricultiu'a está distribuida de xm modo irregular, y se
encuentran con frecuencia grandes extensiones de tierras prácticamente
sin cultivo, la variedad y cantidad de los productos que actualmente se
cultivan, muestran de lo que es capaz de rendir Tamaulipas y dan una
idea de su futura importancia agrícola.
Actualmente hay ya muchas plantaciones de henequén, y tanto el
ciiltivo de esta fibra como el de otras similares, ha sido un completo
éxito. En consecuencia, muchos agricultores han comenzado á dedicar
atención preferente al cultivo de ciertas fibras que pueden ser produci-
das tan fácilmente en el país.
También se produce en el Estado quizá tan gran variedad de
furtas como en cualqiiiera otro de la República. Esto quiere decir mu-
cho; pues México tiene facilidades naturales para poder llegar á ser
uno de los países productores más grandes de frutas del jnundo. En
las tierras cálidas del Estado se dan prácticamente todas las frutas
270
tropicales y semi-tropicales ; mientras que en las altiplanicies y en las
montañas se producen las frutas ele la zona templada. Esta industria
no lia sido aún bien desarrollada ; pero por los resultados basta boy
obtenidos, se vé la adaptabilidad de estas tierras para el cultivo de una
inmensa variedad de frutas de importancia comercial. Mencionaremos
entre éstas, las siguientes : manzanas, cerezas, ciruelas, escaramujos,
duraznos, peras manzanas silvestres, limas, limones, naranjas, pinas,
plátanos, melones de todas clases, bigos, albaricoques, dátiles, tamarin-
dos y otras variedades menos conocidas, como aguacates, anonas, arra-
yanas, cbicos zapotes, cbirimoyas, cbayotes, guayabas, mangos, mame-
yes, pitabayas, tunas y zapotes. También se dan mucbas clases de nue-
ces y bayas.
El Estado es rico en maderas, tanto de clases finas como corrientes ;
algunas de las cuales son muy conocidas del comercio americano. Entre
las maderas se encuentran el olmo, el pino, baya, roble, cedro, pinabete,
caoba, ébano y mucbas otras, con nombres indígenas, en abundancia
en ciertas localidades.
Los granos que actualmente se cultivan en mayor escala, son : maíz,
frijol y arroz. El algodón se produce en regular escala en ciertos dis-
tritos del Norte. También deben de contarse entre sus productos natu-
rales, la sal, el carbón de piedra, el petróleo y la minería.
Las dos ciudades de mayor importancia de Tamaulipas son Tampi-
co y Ciudad Victoria. La primera es importante punto de término de
ferrocarril ; y ha sido, durante mucbos años, uno de los puertos mejor
conocidos de la República. Últimamente Tampico ha mejorado mucbo
sus condiciones sanitarias, gracias al mejoramiento de su sistema de
drenaje y á la pavimentación de sus calles.
Por estas causas, Tampico parece estar destinado á llegar á ser
una de las grandes ciudades de México ; y conforme el Estado desarro-
lle sus inmensos recursos agrícolas, su comercio debe necesariamente
acrecentarse en relación.
Ciudad Victoria tiene á su alrededor ricas comarcas que le son tri-
butarias. La ciudad, para su tamaño, está bien provista de escuelas, es-
pecialmente de las que se dedican á la instrucción primaria ; y emplea
en mucbas de ellas, pero más especialmente en las de grados más su-
periores, maestros graduados en las escuelas normales. Según lo mani-
fiesta el informe presentado por el Gobierno el año próximo pasado, los
centros importantes de educación que tiene el Estado, son : una escue-
la normal para maestros, una escuela normal primaria, el Instituto del
Estado y la Escuela de Derecho y Notariado. Otra escuela que dá
magníficos resultados, y que el Estado ayuda con una subvención libe-
ral, es el Instituto Juan José de la Garza.
TLAXCALA.
Tlaxcala, si bien el más pequeño de los Estados de México, es his-
tóricamente el más famoso. En tiempos de los aztecas, la pequeña Ro])ú-
blica de Tlaxcala desafió el poder de la Confederación mexicana y man-
tuvo libres sus tierras y sostuvo su independencia, mientras los ejérci-
tos conquistadores de los Moctezumas subyugaban todos los principa-
dos independientes limítrofes. Los tlazcaltecas fueron también los pri-
meros aliados indígenas de los aventureros españoles, que al mando de
Cortés conquistaron el imperio de los aztecas y subyugaron la ciudad
más grande de sus dominios, la antigua Tenocbtitlán. Esto pequeño, pe-
ro valiente pueblo, que llevó á cabo tantas hazañas, dominó un territo-
rio, cuya extensión apenas es de 4,132 kilómetros cuadrados, equivalen-
te, poco más ó menos, á sesenta y cuatro kilómetros en cuadro (cuaren-
ta millas) ; pero mientras que boy la población total es solamente de
170,000 habitantes, los tlaxcaltecas, en tiempo de la República indíge-
na, podían poner sobre las armas cincuenta mil soldados al primer lla-
mamiento ; y se ha calculado que la población de la pequeña Repúbli-
ca llegaba á un millón de habitantes. Aún hoy, Tlaxcala está mucho
más densamente poblado que los demás Estados de México, y efecti-
vamente, la única parte de la República que tiene mayor densidad de
población es el Distrito Federal, que tiene pnr lo menos 800 personas
por kilómetro cuadrado. El nuevo censo mostrará, probablemente, que
Tlaxcala tiene entre cuarenta y tres y cuarenta y cinco habitantes por
kilómetro cuadrado, mientras que el Estado de México tiene un poco
menos.
271
Tlaxcala, antigua capital de la República indígena del mismo nom-
bre, y la actual capital del Estado, tiene entre ocho y nueve mil habi-
tantes. Por consiguiente, no ha conservado sino una sombra de su pa-
sada grandeza.
Los valles del Estado de Tlaxcala están situados á una altura de
dos á tres mil metros sobre el nivel del mar ; por lo que sus productos
son, en general, los que se dan en las altiplanicies mexicanas. Las
tierras de su territorio son muy ricas para la agricultura, y esto ex-
plica la circunstancia de que sea el segundo lugar en la República en
densidad de población. Dicha distinción es más notable si se toma en
consideración, que, exceptuando la ciudad capital, que es, relativamen-
te, grande, no posee poblaciones ni siquiera de mediano tamaño.
Tlaxcala se encuentra demasiado cerca de la capital de la Repú-
blica para que stis poblaciones y villas puedan desarrollar mucho en
población ó importancia comercial ; pero, en cambio, disfruta de la ven-
taja de tener mercados excelentes en las ciudades grandes que rodean
el Estado.
VEEACBUZ.
El Estado de Veracruz es ,sin duda algima, de los más ricos é im-
portantes de la República. Su territorio forma una faja larga y angos-
ta, bañada en su borde septentrional por el Golfo de México. La parte
situada al Norte del puerto de Veracruz, es conocida desde antaño por
los habitantes del lugar con el nombre de Barlovento, y la parte situada
al Sur de dicho puerto, con el de Sotavento. En la primera hay una sub-
división llamada "La Huasteca Veracruzana," que comprende los can-
tones de Ozuluaraa, Tantoyuca, Chicontepec, y la parte Norte del Can-
tón de Tuxpan. La otra subdivisión del territorio de Barlovento lleva
el nombre de "La Sierra," y está formada por los cantones de Papan-
tla, ^lisautla y .Talacingo.
La parte de Sotavento, que, como hemos dicho, está situada al Sur
del puerto, es también conocida con el nombre de 'La Costa." Su asom-
brosa fertilidad ha hecho de esta parte del Estado una de las seccio-
nes agrícolas más ricas de la República. El cultivo del tabaco, la vaini-
lla y el café están muy extendidos, lo mismo que la ciñanza y engorde
de ganado, gracias, esto último, á las magníficas pasturas que producen
sus tierras. Se cosecha también en "La Sierra" suficiente maíz, frijol y
chile para el consmno local. La cadena de montañas que separa esta sub-
división del resto del Estado, posee depósitos minerales de alguna impor-
tancia, y en la montaña conocida con el nombre de Cofre de Perote, hay
inmensas canteras de mármol, de calidad superior.
Se calcula que en "La Sierrn" se engordan anualmente de 30 .1
40,000 cabezas de ganado vacuno, destinado al consumo de los mercados
de Jalapa, Puebla y México.
La riqueza agrícola de la Huasteca Veracruzana no se puede com-
parar, ni con mucho, á la de "La Sierra;" sin embargo, hay extensos
prados de para dedicados á la ganadería y en las tierras á lo largo del
río Panuco, se cultiva la caña de azúcar con gran éxito.
En cambio, los campos de petróleo descubiertos en la Huasteca du-
rante los últimos años, dan á esta región del país una gran importancia,
pues constituyen una fuente de riqueza que promete mucho para el por-
venir.
Actualmente explotan esta industria tres grandes Compañías, y las
grandes sumas de dinero que tienen invertido, garantiza la estabilidad
y permanencia de la misma.
La parte Sur del Estado se está colonizando rápidamente, habién-
dose formado en los últimos años niimerosas é importantes empresas ex-
tranjeras que se dedican al cultivo de la caña de azúcar y á la crianza
y engorde de ganado.
El Ferrocarril de Veracruz al Istmo cruza la parte meridional del
Estado, partiendo desde el puerto de Veracruz. Está, en proyecto la cons-
trucción de ima línea que i'ecorra la porte Norte del territorio en una
dirección paralela á la costa, terminando al Sur en una de las estacio-
nes del Ferrocarril Interoceánico, á veintisiete millas distante de Ve-
rarrnz. Esta línea fé'Toa dpsnrrollai'á rápidamente los grandes elemen-
tos de rinueza de la Huasteca y La Sierra, que ahora luchan con la di-
licnitad de la transportación.
272
Sk. Enrique Muñoz dic Akístecui,
CoiiKIíNADOR D2L EsTADO HU YuCATÁN.
Los demás feri'ocarriles que cruzan el Estado son el Mexicano, el
Interoceáaico y el de Alvarado.
El Gobierno del Estado de Veracruz siempre se ha distinguido por
liberal y progresista. Fué el primero en abolir el impuesto de consumos.
Goza de gran crédito, pues cumple religiosamente con las obligaciones
contraídas é invierte sus recursos en obras de provecho y utilidad pú-
blilca.
Se han llevado ¡x cabo mejoras de notoria importancia como la pa-
vimentación, drenaje y provisión de aguas potables en las ciudades de
Veracruz y Córdoba. La estación federal de cuarentenas en el puerto
de Veracruz ha sido calificada por personas de reconocida competencia,
como de las más completas y eficientes del mundo. Citaremos entre las
obras de utilidad pública que se han llevado á cabo en el Estado duran-
te los últimos años, además de las mencionadas, la pavimentación de
Puerto México, el Palacio de Justicia, la Cárcel y las escuelas preparato-
ria y electro-técnica de Jalapa, las oficinas gubernamentales de Córdoba,
y el Mercado, Palacio do Justicia y edificio de Correos de Veracruz. Cer-
ca de .$7.000,000 han sido invertidos en estas obras.
El Gobierno del Estado dedica también sus esfuerzos en la construc-
ción de ferrocarriles, siendo las líneas más importantes cuya constru-
ción ha favorecido la línea férrea Veracruz y Pacífico, y la que parte
de la estación de Ilives á San Andrés Tuxtla.
La instrucción pública tanto primaria como superior, es atendida
con el mayor esujero. Sostiene el Estado cinco escuelas profesionales,
ocho preparatorias y 8-12 primarias, que agregado á 12.5 escuelas pri-
vadas que existen, hacen un gran total de 980 establecimientos de ins-
trucción.
Muy pronto se inaugtirarán edificios nuevos para las escuelas pre-
paratorias de Veracruz y Orizaba, y para una escuela superior de ni-
ña.'} en Jalapa.
Las anteriores líneas demuestran las envidiables condiciones en
que se encuentra el Estado. Su espléndida situación topográfica, la ri-
queza de sus tierras y la industria de sus habitantes han contribuido
á su actual prosperidad, á la cual también han coadyuvado en grado
sumo la paz que ha reinado en la República durante la actual admi-
nistración y los constantes esfuerzos del Gobernador del Estado, Don
Teodoro A. Dehesa, quien se ha dedicado con notable empeño á pro-
mover la riqueza y prosperidad de esta rica entidad federativa.
Las cuatro ciudades más importantes del Estado de Veracruz, son :
Jalapa, residencia del Gobierno y renombrada por su bello clima ; Cór-
doba, hermosa ciudad centro de producción cafetera y frutera del Es-
tado ; Orizaba, ciudad industrial y que goza de un clima delicioso, y
por último, Veracruz, el puerto más rico é importante de la Federación.
Y U C A T A Jí .
El Estado de Yucatán, que originalmente tenía el litoral más largo
de todas las entidades políticas de México, con excepción de la Baja Ca-
lifornia, es famoso por sus inmensas ruinas de antiguos pueblos é impe-
rios indígenas, por la bravura de los mayas, raza aborígene que aún so-
brevive y que formó dichos pueblos, y por sus grandes y ricas cosechas
de henequén, fibra que constituye su principal fuente de riqueza.
El cuadro general de Yucatán, que se forma cualquier persona que
sabe algo acerca de los característicos del Estado, es de una inmersa su-
perficie plana de tierras áridas, donde no se puede cultivar más que
henequén y plantas de fibra similares. Esto es cierto en lo que refiere á
la parte noroeste del Estado, que es la más generalmente conocida y que
por consiguiente, ha extendido su reputación al resto del territorio. Pe-
ro hacia el Sur, los terrenos gradualmente se elevan formando cadenas
de montañas, que en ciertos lugares tienen una altura de 1,000 metros
sobre el nivel del mar, y en el interior el Estado posee tierras ricas que
abarcan grandes extensones de territorio y que están cubiertas de espe-
sos bosques, en gran contraste con la naturaleza árida del suelo en las
comarcas vecinas á la capital.
Aunque el henenuén es el principal producto de esta parte de la
República y el principal factor de rioueza que la ha elevado de la po-
sición de uno de los más pobres á la de uno de los más ricos de_ los Es-
tados de la L'nión mexicana, sin embargo, Yucatán tiene ante sí un fu-
turo en el cual muchos otros productos están destinados á figurar en
gran escala como coustiíuj-entes de su i'iqueza agrícola. Es bien sabido
que se encuentran en el interior grandes depósitos de carbón de piedra y
se cree también que llegará á ser algún día gran productor de petró-
leo, aceite que se supone forma grandes depósitos bajo la formación ca-
liza de las tierras del Estado.
El clima de Yucatán es del todo cálido,, como es de esperarse por
estar todo su territorio dentro de los trópicos, y principalmente por te-
ner sus tierras, en general, poca elevación sobre el nivel del mar. Las
lluvias son aquí menos abiuidantes que en otras partes de la costa me-
xicana.
Se puede calcular que en más de las dos terceras partes del Esta-
do, las tierras son ricas y grande la variedad de productos que es po-
sible cultivar en ellas. La larga lista de estos productos incluye gran
variedad de legumbres, granos y maderas para el comercio: estas úl-
timas se encuentran en los espesos bosques que cubren grandes exten-
siones del interior del país. Entre los productos que se obtienen ó culti-
van actualmente en Yucatán, están la caña de azúcar, aguardiente, arroz,
maíz, frijol, camote y muchos otros frutos tropicales.
Mérida, capital del Estado, tiene una población de 50,000 habitan-
tes, siendo esta ciudad y Progreso, su puerto, las principales de Yuca-
tán. Progreso es, comparativamente, im lugar pequeño, pero tiene gran
importancia por su comercio marítimo. Mérida es centro de comercio
bastante considerable, originado principalmente por sus relaciones con
los plantadores de henequén y los comerciantes. Es mía hermosa ciu-
dad, con calles bien pavimentadas y hermosos edificios públicos, escue-
las y colegios. Gran parte de la renta del Estado se emplea en el ramo
do instrucción pública, ramo al cual se dedica mucha atención, tanto
en las ciudades como en las poblaciones y distritos donde la población
no se encuentra demasiado diseminada en grandes áreas de territorio.
ZACATECAS.
En riqueza mineral. Zacatecas es uno de los Estados más ricos de
México ; es también uno de los que tienen una forma más irregular, cir-
cunstancia que, sin duda alguna, es debida parcialmente á que sus
distritos mineros han sido explotados durante muchos años de un modo
irregular en el Estado, el cual ha tenido su^ciente influencia para re-
tener estas ricas secciones de territorio. La población es de medio mi-
llón de habitantes y la extensión superficial de 64,138 kilómetros cuadra-
dos, gran parte de la cual es de naturaleza montañosa. Debido á esta
circunstancia, mucho del territorio es árido ; pero tiene también nume-
rosos y ricos valles, que se dedican, por lo general, á la agricultura. Co-
mo natural consecuencia, y debido á la altura de sus tierras sobre el
nivel del mar y á la naturaleza accidentada de éstas, los ríos y corrien-
tes de importancia son poco numerosos. Siendo la elevación de los va-
lles del Estado entre 1,500 y 2,000 metros sobre el nivel del mar, los
productos tropicales que aquí se cultivan son pocos y en pequeñas canti-
dades. Los productos agrícolas que se cultivan con mejor éxito, son:
trigo, maíz, frijol, haba, cebada, alfalfa, centeno, arvejas, lentejas, pa-
pas, chile, maguey, camote, naranjas y caña de azúcar. También se de-
dica considerable atención á la cría de varias clases de ganado, aun en
distritos que son adaptables al cultivo de cereales y otros productos
agrícolas. Esta tendencia es debida á lo pobre de los medios de transpor-
te que existen en varias partes del país ; pues el ganado puede ser lle-
vado á pie á los mercados, mientras que los productos agrícolas cuesta
dinero transportarlos.
Pero es en el ramo mineral donde se encuentra la riqueza del Esta-
do ; pues Zacatecas es uno de los distritos mineros más ricos del mundo,
habiendo producido hasta hoy sus minas cerca de $1,000.000,000. Entre
los metales que se encuentran en mayor abundancia, están : oro. plata,
cobre, plomo, estaño, hierro y antimonio. Los principales distritos mi-
neros son: Veta Grande, Fresnillo, Sombrerete, Chalchihuites, Nieves.
San Miguel, Mazapil, Pinos, Noria de Angeles, Mezquital del Oro, Ojo
Caliente y Zacatecas. Cada imo de éstos está dividido en numerosos
sub-distritos, muchos de los cuales son üm bien conocidos como los dis-
tritos de que forman parte.
No obstante la gran cantidad de riqueza mineral que Zacatecas ha
producido, tiene aún millones de toneladas de mineral prácticamente sin to-
274
Sk. Fraxci8< o de P. Zarate,
Gobernador del Estado de Zacatecas.
car. La mayor parte de dicho mineral es de grado bajo, y para lograr
explotarlo en escala comercial, se requiere la introduccióu de los méto-
dos más modernos de minería. Zacatecas está üestiuado, por consiguien-
te, en un futuro próximo, á ügurar de un moao tan prominente en los
mercados mineros de México, como íiguró en el pasado.
La etimología del nombre del Lstado se deriva de la palabra azte-
ca "zacatl," yerba, y signiüca "Fueblo de Zacatlán." La ciudad princi-
pal y capital de esta entidad federativa es Zacatecas, que tiene una po-
blación de 45,U00 habitantes, la mayor parte de los cuales se dedican á
la industria minera. Está situada en un cañón estrecho á 8,100 pies so-
bre el nivel del mar. Inmensos depósitos de mineral de grado bajo ro-
dean la ciudad, y esta comarca no aguarda sino la introducción de mé-
todos modernos de laboreo y la inversión de grandes cantidades de dine-
ro, para convertirse en uno de los campos mineros más importantes del
mundo.
Aún en los primeros tiempos de los españoles, Zacatecas era ya un
centro importante para la manufactura de artículos de barro, no ha-
biendo perdido actualmente nada de su reputación.
Como es natural, siendo un centro minero, se encuentran en el Es-
tado cierto número de importantes establecimientos de reducción de me-
tales, la mayor parte de los cuales, sin embargo, son de modelos y pro-
cedimientos anticuados. El primer descubrimiento de plata que se hizo
en Zacatecas fué el año de 1540, y dos años después se fundó la actual
ciudad. Por consiguiente, su historia minera es casi contemporánea con
la ocupación de México por la raza blanca. Con motivo de la gran rique-
za de estas minas, la localidad pronto se alineó en rango con los distri-
tos mineros más importantes de la Nueva España, posición que nunca
ha llegado á perder.
Entre los edificios notables de la capital del Estado, se encuentran
la famosa Catedral antigua, que fué dedicada en 1752, los palacios de
la legislatura, del Gobierno y judicial, la Casa de Moneda, el Instituto
Científico, el teatro Calderón y el Insituto Conciliar. Entre las iglesias
dignas de mención están las siguientes : Santo Domingo, San Juan de
Dios, San Francisco, San Agustín la Merced y Jesús.
En la ciudad de Zacatecas se dedica gran atención á la instrucción
pública y se gastan fuertes sumas del tesoro público anualmente en la
educación primaria. Las escuelas superiores están también dignamente
representadas en el Estado, poseyendo la ciudad capital una escuela
normal excelente para la educación de maestros competentes.
BAJA CALIFOBNIA.
La Baja California tiene la línea de costa más extensa de todos los
Estados y Territorios de la Federación y solamente Chihuahua, Coahn'-
la y Sonora la exceden en extensión superficial ; sin embargo, á pesar de
«ste vasto territorio, apenas tiene una población de 50,000 habitantes,
ó sea una persona por cada tres kilómetros, pues su área es de 151,106
kilómetros cuadrados.
La topografía del territorio es en su mayor parte muy accidentada
y montañosa ; sin embargo, por lo general sus montañas no se elevaii
á gran altura. Debido á lo angosto de la península, siendo su anchura,
por término medio, de solamente 140 kilómetros, posee la gran exten-
sión de 2,300 kilómetros de costa, donde se encuentran numerosas bahías,
golfos y puertos naturales. Esta circunstancia da á la Baja California
gran importancia para la pesquería. El ramo más lucrativo que aquí
proporciona esta industria es el de perlas y conchas.
El Territorio también es rico en minerales que han sido muy po-
co explotados, aunque algunas de las minas de la Baja California se
han trabajado desde el año 1700, cuando eran explotadas por los jesuí-
tas. Los metales que más abundan son : plata, oro, cobre, plomo, antimo-
nio, azufre y hierro.
En los fértiles valles y tierras del litoral de la península se da bien :
agave, caña de azúcar, uvas, dátiles, higos, granadas, bananas, naranjas,
limones, sandías, melones, aceitunas, calabazas, calabazas dulces, maíz,
frijol, chile, papas y varias clases de legumbres.
La Baja California está dividida políticamente en dos distritos, Nor-
te y Sur. El primero no tiene, probablemente, más de 10,000 habitantes.
275
y su capital, Ensenada, posee como la quinta parte de esa población.
La parte Sur tiene como cuarenta mil habitantes y su capital, La Paz,
tiene, probablemente, entre la quinta y la sexta parte de esa población. So-
lamente otras dos ciudades son dignas de mención en la Baja Califoniia,
ú saber : Santa Rosalía y San José.
TEPIC.
El Territorio de Tepic tiene una superficie de 29,211 kilómetros cua-
drados y una población de poco menos de 200,000 habitantes. La mayor
parte de su extensión es de topografía montañosa y únicamente las tie-
rras á lo largo de la costa del Pacíüco son relativamente planas. El cli-
ma en esta parte del territorio es bastante cálido, tanto debido á su si-
tuación tropical, como á su poca altura sobre el nivel del mar; pero
los distritos montañosos disfrutan de temperatura fresca y agradable.
Tepic tiene perspectivas brillantes como productor de metales ; pe-
ro actualmente, con motivo de lo accidentado del terreno, y lo costoso
de los medios de transporte, ha desarrollado muy poco su gran riqueza
mineral. En tiempos anteriores, en que los jornales y la transportación
eran más baratos, se producía en esta parte de la República, plata ea
abundancia ; pero en nuestros días todo esto ha cambiado y habrá nece-
sidad, para explotar las muchas minas con que cuenta el Territorio, de
implantar sistemas modernos en el laborío de los minerales y comuni-
caciones fáciles y cómodas para el transporte de los mismos. Mucho se
está haciendo á este respecto, por lo que hay fundadas esperanzas de
que en pocos años esta importante entidad de la federación .se ponga
al nivel de los Estados más avanzados.
En las fértiles tierras de Tepic se pueden cultivar casi toda clase de
productos agrícolas que se desarrollan en terrenos hasta una altura so-
bre el nivel del mar, de 2,000 metros. Actualmente los cultivos favori-
tos son el maíz, frijol, trigo y garbamzo. También se produce algo
de arroz, café, algodón, tabaco, azúcar, naranjas, limones, bana-
nas, cerezas, zapotes, chirimoyas, melones y otras frutas tropicales. Esta
variedad de productos que rinden las ricas tierras del Territorio, da
ima idea de la importancia que en él está llamada á asumir la agricul-
tura en general.
La producción de la sal constituye actualmente una industria de
considerable importancia en Tepic.
En las regiones montañosas se encuentran magníficas maderas ; pe-
ro hasta hoy poco se han explotado los bosques á causa de la difi-
cultad en el transporte. Es esta, pues, una riqueza latente llamada en
un futuro próximo, á rendir considerables utilidades.
La ciudad más importante del Territorio de Tepic con cerca de
20,000 habitantes. Es una población bien construida, con sus calles bien
trazadas y algunos buenos edificios públicos y privados.
La instrucción pública está muy bien atendida en esta parte de la
Reptiblica, lo cual es debido principalmente á estar dicho ramo bajo
la dirección directa del Departamento de Instrucción Pública Federal.
27f>
Sk. Dox Guilleilmo dk Landa v Escanlón,
GOBERNADülí IJEL DISTRITO FkDKRAL.
Don Guillermo de Landa y Escandón,
POR PEDRO MALABEAR.
El señor Don Guillermo de Landa y Escandón es uno de lo no muy
numerosos ejemplos que se dan en la vida publica de aquellos hombres
(lue, relegando en segundo término las comodidades y los placeres que
pueden proporcionar la fortuna, buscan en campos más vastos, y sobre
todo, más fecundos para la sociedad de que forman parte, el desarrollo
de sus aptitudes, de sus energías y de su voluntad de acción.
Hijo de los señores Don José María de Landa y Doña Francisca
Escandón de Landa, nació Guillermo de Landa y Escandón en esta
ciudad de México, el día 3 de Mayo de 1848 ; y en cuanto llegó á la edad
de hacer sus primeras letras, cursólas en el Colegio de los señores Ovie-
do, al que, por aquellas épocas asistían los niños de las principales fa-
milias de la capital.
Concluida la instrucción primaria, los padres del joven Guillermo
quisieron que su educación correspondiera á su rango y con él marcha-
ron á Inglaterra, donde ingresó al Colegio Stonyhurst, para pasar des-
pués á Francia y permanecer allí algunos años.
La ingerencia que más tarde, ya hombre, debía tomar el señor do
Landa y Escandón en asuntos importantísimos tanto públicos como
industriales y financieros de su patria, tuvo, pues, como se irá viendo
por estos breves datos biográficos, terreno amplio y fructíferamente pre-
parado.
En efecto, las impresiones más poderosas para el espíritu humano,
las que más se gravan en él y deciden, con el transcurso de los tiempos,
de la vocación, del carácter y de las fuerzas activas de un individuo,
las recibió y atesoró el joven de Landa y Escandón en el medio vigoro-
so y lleno de enseñanzas que ofrece el pueblo inglés, práctico y enérgico
y constante en todas sus empresas, y en el medio delicadamente artístico
y poderosamente intelectual de la Francia.
Nada, por tanto, de extraño es que, cuando llegado á ocupar pues-
tos de tanta significación y trascendencia para la marcha de los nego-
cios municipales como los que ocupó y ocupa aún ahora, tuviera nuestro
biografiado que llevar al terreno de la realidad mucho de lo aprendido
en sus mocedades, lo hiciera y lo haga con la calma, la seguridad y el
acierto que caracterizan siempre los actos fríamente meditados, pero
noble y patrióticamente inspirados.
Pero — -y este es uno de los grandes méritos del señor de Landa y
Escandón — si su voluntad había sabido templarse al contacto de aque-
llos hombres, en cambio sus sentimientos no habían dejado de ser un
solo instante netamente mexicanos, y sin dejar de aprovechar los ejem-
plos que á millares se le ofrecían para robustecerse en el estudio y en
el desenvolvimiento de los negocios, conservó siempre vivo el amor á su
patria ; amor que en todos sus actos y en cada momento lo veremos dar
muestras tan innegables y profundas, que con razón ha llegado á ser
Don Guillermo de Landa y Escandón uno de esos pocos hombres de
quienes puede decirse, que no obstante caminar siempre por la senda
del deber y de la rectitud, no cuenta sino con simpatías.
Triunfo á veces muy difícil de conseguir para los mandatarios que
no están siempre en condiciones de satisfacer deseos ó caprichos ; pero
que al señor de Landa y Escandón no costó gran trabajo alcanzar, por-
que á sus dotes de gobernante aduna otra cualidad no común ; la de
una bondad de corazón inagotable que le permite dulcificar como hom-
bre las negativas que necesita hacer como funcionario.
Por las líneas anteriores se percibirá desde luego, que al empren-
277
del* la biografía del actual Goberuador del Distrito Federal, hay que
considerarle desde tres puutos de vista : como üombre privado, como
iiombre de empresa y como iiombre público.
Como üumure ijrivado, ¿qué pudiéramos decir del señor Landa y
Escaudóu que uu sea ya bieu conocido de todos uuestros lectores V
Uua sola írase basta para presentarle bajo ese aspecto : ha sabido
hacerse respetar y estimar de los grandes, iiuerer y bendecir de los
pequeños.
Para aquellos, está siempre á la altura que corresponde á su po-
sición social, y son ijroverbiales el tacto y la distinción con que se hace
acreedor al elogio de cuantos le tratan en el alto medio que ocupa.
Para éstos, para los humildes, sabe bajar hasta ellos, oir sus que-
jas, condolerse ue sus cuitas, y lo que es más, remediarlas con mano
protectora. Cualquiera que le vea en los elegantes salones, correcto siem-
pre como cumplido gentleman, admiraría el cuadro que todos los días,
al salir de sus oücinas del Gobierno del Distrito, proporciona la turba
de desdichados que le esperan aranosamente, ciertos de que nunca se
irán sin haber tenido de él, no sólo ima promesa segura de ayuda, sino
al mi.smo tiempo, una dádiva oportuna y generosa.
De ahí su popularidad, de ahí el entusiasmo con que fué recibido
en sus visitas á las fábricas del Distrito Federal, en las que iba perso-
nalmente á ver, á sentir de cerca las necesidades de la clase obrera
mexicana, para estudiar la manera de realizar su vivísimo y ardieitte
anhelo de llevar á cabo su mejoramiento con la creación de una fun-
dación benéüca, de la que hablaremos adelante con la extensión que se
merece, y que sería suhciente, si no tuviera otras muchas ya, para cons-
tituir un título de los más preciosos que hiciera acreedor al señor de
Landa y Escaudóu á la gratitud pública.
Pero no alarguemos demasiado este capítulo. Como todos los hom-
bres sinceramente buenos, el señor de Landa y Escaudóu no gusta de
que su mano izquierda sepa lo que hace la derecha.
En esta parte no somos nosotros los que debemos escribir su bio-
grafía. Lo hacen con mayor elocuencia las lágrimas de agradecimiento,
las bendiciones de los menesterosos, de las viudas, de los huérfanos, que
al encontrar al señor de Landa en su camino, recibieron un rayo de
alegría y de consuelo en los negros desengaños y en los punzantes dolores
de la vida.
El nombre del señor de Landa y Escanden, como se ha dicho ya por
muchos, está íntimamente ligado con las más grandes empresas que
en el orden económico han hecho del México actual uu país rico y prós-
pero.
Fué uno de los que contribuyeron para llevar á cabo las grandes
obras del Desagüe del Valle de México, las de los puertos de Veracruz
y Salina Cruz y las del Ferrocarril de Tehuantepec, contratadas por
la casa de los señores S. Pearson and Son. ; y á la techa, es representan-
te de las Líneas Nacionales de México, sistema ferrocarrilero el más
extenso de la República mexicana ; Director del Banco Mexicano de
Comercio é Industria ; Vicepresidente de la Cía. Manufacturera de Yu-
te 'Santa Gertrudis ;" Presidente del Consejo de Administración de la
Negociación Minera "Las Dos Estrellas;" Consejero de la Compañía
Bancaria de Obras y Bienes Raíces ; Presidente del Consejo de Admi-
nistración de los Almacenes Generales de Depósito de JNIéxico y Vera-
cruz, etc., etc.
El mundo mexicano de los negocios ha visto, pues, y ve también in-
tervenir en él la gestión activa é inteligente de nuestro biografiado, quien
á su vez obtiene de aquél, al mismo tiempo, el valimiento y la influen-
cia que se agregan á la respetabilidad de su puesto oficial, para cons-
tituir una de las garantías más seguras que puede ofrecer á sus gober-
nados im fimcionario público.
Examinémosle ahora bajo este aspecto, en el que su personalidad
va á revelarse en todo su mérito ; pero antes hagamos notar de nuevo
lo que ya indicamos y que se desprende bien á las claras de lo que aca-
bamos de escribir : la gran prueba de amor á su país y de adhesión á la
cosa pública que da el hombre, que á pesar de la elevada posición que
disfruta en el mundo de las empresas, no descuida, y antes por el con-
trario, consagra lo mejor de su tiempo y la flor de sus energías y de sus
aptitudes al cumplimiento de sus obligaciones oficiales.
278
El pi'iiuer puesto público que desempeñó el señor Don Guillermo de
Landa y Escandóu fué el de Senador por el Estado de Morelos, en dondo
su familia poseía una importante finca azucarera. Más tarde represen-
tó en la misma Alta Cámara al Estado de Chihuahua.
Pero pronto su gestión en algunas de las empresas que menciona-
mos, le dieron á conocer é hicieron comprender que otro era el medio en
el cual podía desenvolverse la actividad de nuestro biografiado, y el
año de 1900 se le elegía Presidente del Ayuntamiento de México.
Ya al frente de esta Corporación vamos á verle, digámoslo así, en su
verdadero elemento.
El cuidado de los intereses de la ciudad, que se le han confiado, el
mejoi'amiento de los servicios públicos con ellos relacionados, la aten-
ción de sus necesidades más urgentes y con esto la preocupación tenaz
y noble de combatir los males que su práctica y su contacto más ínti-
mo con las clases populares le han revelado en toda su desnudez y con
todas sus perniciosas consecuencias, serán los objetivos culminantes á
que tiendan las miradas del señor de Landa y Escanden, bien en su
carácter de Presidente del Ayimtamiento. bien en el de Gobernador del
Distrito Federal y Presidente del Conse.io de Gobierno.
A ellos va á dedicarse con todo empeño. Sabe que tropezará en
su labor con arduas y serias dificultades ; pero éstas no le desalientan,
y para vencerlas, para destruirlas por completo, lleva á su tarea toda
la voluntad, todos los conocimientos, toda la valiosa influencia que ha
adquirido y que irá adquiriendo en el transcurso de años, y con ellos
la confianza y la simpatía que se gran.iea en todos los círculos á que
tiene que hacerse extensiva su gestión oficial, ya directa, ya indirecta-
mente.
Vamos, pues, á de.iar de hablar del hombre, por un momento.
La relación de hechos en que en seguida entramos es, para consi-
derarle desde el punto de vista de su labor como funcionario público.
la página más elocuente que lograríamos escribir para su biografía.
No entraremos, sin embargo, en proli.ios pormenores sobre todas y
cada una de las obras realizadas ba.io la dirección ó por la iniciativa
del señor de Landa y Escandón. Ni sería suficientemente extenso el es-
pacio de que disponemos, ni haríamos otra cosa que repetir lo oue cons-
ta en las memorias y en los documentos oficinles publicados y á los oue
piiede ocurrirse si se desea conocer en detalle el nacimiento, la marcha
y la feliz terminación de esas obras.
Por su naturalezn pueden dividirse éstas en dos grandes catego-
rías: las que han tendido al me.ioramiento mnterial de la ciudnd y las
encaminadas á impulsar el progreso moral de la población, y si se tie-
ne en cuenta la ])oderosa influencia de aquél en éste, se comprenderá
por qué el señor de Landa y Escandón ha dndo tanta importancia á las
cuestiones que en una forma ó en otra se relacionan por modo íntimo
con la higiene, con la salubrid.nd y á la vez con la comodidad y aún con
los placeres honestos del pueblo.
Sería repetir un axioma demasiado conocido decir oue la limpieza,
desde cualquier punto que se la considere, es uno de lr>s grandes facto-
res para el bienestar de las agrtipaciones humanas. Allí donde se con-
sigue imponer su hábito, se puede estar cierto de haher dado un gran
paso en el camino de la moralidad y en la salud públicas. A apresurar
este paso tendía imas de las más importantes iniciativas, oue estando
al frente del Ayuntamiento de México, presentó el señor de Landa y
Escandón.
Nos referimos al abastecimiento de aguas potables para la ciudad,
ciivo estudio fué sometido al señor Ingeniero Don Manuel Marroquín.
V del cual nació la idea de aprovechar las aguas de los ricos manantia-
les de Xochimilco.
Las obras colosales y dignas de admiración de propios y extraños
oue desde hace alguno.s meses han venido llevándose á cabo, y de las
que todos los habitantes de la capital han podido apreciar los avances,
son el resultado dp la iniciativa mencionada. La metrópoli mexicana
diefrutará pi'outo de los rendimientos riquísimos de esos manantiales v
entonces estaremos en ppvfeota actitud para aquilatar todo el valor de
la idea y aprovecharnos de su realización.
Pero al mismo tiemno otra preocupación vino á imponerse en el es-
píritu del Presidente del Avnnta miento.
I^a ejectlcínn de las obras do Saneamíeiitó, que también se llevatin
'¿70
á cabo por aquel entonces y que habían terminado en casi todo el cen-
tro de la ciudad ; las obras emprendidas para la colocación de cables del'
alumbrado eléctrico, en substitución de los antiguos incómodos y antiesté-
ticos postes que servían para sostener los alambres transmisores de la
corriente ; la instalación de las nuevas cañerías del agua ; el arreglo de
muchas vías férreas de los tranvías para establecer el nuevo sistema de
tracción, y finalmente, la gran cantidad de obras de particulares que
rompían los pavimentos y llenaban la vía pública de escombros y de
tierra, hacía indispensable que se tomaran medidas para pavimentar de
nuevo y construir las banquetas.
A este fin, el señor de Lauda y Escaudón impulsó vigorosamente tan
importante asunto, y durante todos sus períodos se celebraron numero-
sos contratos con compañías pavimentadoras que se encargaran de dar
á la capital el hermoso aspecto que ofrece en sus principales avenidas y
que va alcanzando ya hasta los barrios más apartados. Como dato á
este respecto consignaremos, el de que en 1900 se construyeron pavimen-^
tos de asfalto en 34,071 metros cuadrados, y en 1901, en 140,767 metros,
cuadrados y una fracción.
En combinación con este cuidado de las vías públicas, puede citar-
se la apertura y la alineación de la calle del Puente de San Francisco,
que había de recibir después mayor impulso con la iniciativa del Go-
bierno Federal, con el proyecto y la ejecución de la apertura de nuestra
actual Avenida del Cinco de Mayo. Para la realización de este proyec-
to, que hemos tenido la fortuna de ver ya en el terreno de los hechos,
el Gobierno nombró una Comisión de la cual fué noml)rado Presidente
el señor de Lauda y Escanden. Esa comisión ajustó los contratos de com-
pra de fincas y las indemnizaciones necesarias, derrumbándose, como,
es sabido, la mayor parte de las casas que ocupan el lugar en que se
yergue ya majestuosa la construcción del nuevo Gran Teatro Nacional ;
derribándose asimismo otras de las casas de las calles del Cinco de Ma-
yo, y concediéndose sólo algunos plazos para la desocupación de unas
de las fincas, en virtud de derechos anteriores que fué indispensable
respetar.
Otros rumbos de la ciudad fueron también objeto de atención en
ese sentido, y en lugares en que algunos callejones angostos ó irregu-
lares eran un constante obstáculo para la facilidad del tránsito y el flo-
recimiento del barrio, la piqueta demoledora abrió pronto la brecha,
por donde debía entrar el progreso en esos suburbios. , .
Fuera largo entrar en la enumeración de todos los trabajos que se
efectuaron por los ayuntamientos que presidió el señor de Landa y
Escandón. en pro de los servicios públicos. La plantación de árboles, el
establecimiento de jardines, la limpia de nuestros barrios, las disposi-
ciones dictadas sobre coches, carros, festividades y diversiones, públi-
cas, etc., demostraban al público metropolitano cómo y cuánto se inte-
resaba por él el señor de Landa y Escandón.
Pero sí debemos, para terminar en este punto la rápida historia do
los principales actos oficiales de nuestro biografiado, llamar la atención
acerca de que todos esos proyectos, todas esas obras, sólo podían ponerse
en práctica con dos elementos principalísimos : con dinero ó con crédito.
Ahora bien, fué también motivo de escrupuloso cuidado por par-
te del señor de Landa y Escandón el manejo de los intereses de la C'or-
poración confiados á su cargo; y gracias á su hábil y prudente .gestión
hacendarla, sostuvo en el acto el crédito del Ayuntamiento de Méxi-
co, supo aprovechar el asunto que en los ingresos municipales traía
consigo el correspondiente alimento de obras y negocios en la capital,
dejó saldada la cuenta que por anticipos hechos para el servicio del
empréstito del 5% contratado en Londres, se debía al Banco Nacional
de México, y tuvo la satisfacción de que durnnte el período que con-
cluyó en 1900 quedara pagado íntegramente todo lo relativo al referido
empréstito, que sin incluir gastos de sorteo ni la gratificación aconlada
por los sennclos del Asente Finnnciero del Gobierno Mexicano en Lon-
dres, importó la suma de ,$1.401.427.0.5.
Con el nombramiento definitivo r)pl señor Don Guillenno de Lnn
da y Esr-nndón como Gobernndor del Distrito Ferl^rnl. puesto <iup tran-
sitoriamente había desenirtoñndo de Octubre á Diciembre de 1000 v de
Septiembre á Or-tubre de 1001. entramos en otro período de actividades
é iniciativas nmclio más nmnlias de la vida de nuestro biografiado.
El 17 de Enero de 190.3. al ser elvado el' entonces Gobernador del
Distrito, señor Don Ramón Corral, al puesto que ahora ocuj»a en el Ga-
280
w
bínete del señor Presidente. General Don Porfirio Díaz, pasó á haberse
cargo de sus unevas funciones el señor de Landa y Escandón.
Vamos á verle ahora consagn'indose sin cesar á hacer el bien para
el pueblo cuyos intereses se han puesto en sus manos, bien como ya le
decíamos, no solo material sino moral también.
El juego y la embriaguez son las dos plagas que pesan sobre lá po-
blación. El será el encargado do combatirlas, de aniquilarlas y lo lle-
vará á cabo con todo tesón, con toda energía.
La suspensión del juego, uno de sus primeros actos como gobernan-
te, se realizó de una manera definitiva ; y aun ahora, cuando bajo dis-
tintos disfraces, esa hidra intenta levantar otra vez alguno de sus in-
cansables y voraces tentáculos, deslizándose astutamente ya en som-
bríos tugurios, ya en las ferias de los pueblecillos del Distrito," encu-
bierta con pretextos de diversión y nombres más ó menos inocentes
encontramos al señor de Landa y Escandón listo para el ataqu6 y sa-
bemos pronto que el mal se ha desterrado.
En la lucha contra el alcoholismo, la tarea ofrecía aún dificultades mu-
cho mayores, la misma naturaleza del vicio, su relación con tal número de
intereses creados, el enraizamiento profundo de ciertas costumbres y
otras muchas circunstancias de orden económico y sociológico que no
sería de la índole de este artículo analizar, hacen que la misión del
Gobernador del Distrito tenga forzosamente que encerrarse en los lími-
tes qiiG le señalan las facultades mismas que por su puesto le corres-
ponden.
Había, pues, que aplicar los reglamentos i-estrictivos ya que era
imposible recurrir á medidas absolutamente prohibitivas, y modificar
aquellos en forma, que ya que no se pudiera extirpar al beV)edo'r ni im-
pedir la producción alcohólica, se disminuyesen al menos las oca'siones
y con ellas se hiciera decrecer el número de causas predisponentes al alza
de la criminalidad, alza que. inútil nos parece recordarlo, cuenta entre
sus principales factores el alcoholismo.
El señor de Landa y Escandón dictó, por consecuencia, severas dis-
posiciones contra la embriaguez callejera, reglamentó nuevamente can-
tinas y pulquerías; clausuró las nue contravenían las leves: i-edújo las
horas de venta de ]nilque y bebidas alcohólicas en determinados días;
impuso condiciones que hacen más difícil la apertura de nuevos esta-
blecimientos dedicados hl expendio de tales bebidas, y en una palabra,
ni omitió ni omite medio alguno nue esté en sus facultades para pro-
seguir la campaña que con tanta justicia le aplaude la sociedad hon-
rada.
Fué también objeto de especial atención para él la' vigilancia de'
los establecimientos penales.
Gracias á medidas de orden anterior, hizo niás efectivos los pre-
ceptos de los reglamentos á que están sujetos anuellos. 'Activó el des-
pacho en los mismos de tal suerte, que pronto pudo la Penitenciaría dé
México llenar sus celdas con delincuentes que antes ocunabau lugar
indebido en las cárceles del Distrito, demostrándosp con ello la necesi-
dad de la ampliación de ese nuestro primer establecimiento peniten-
ciario; amplilación realizada ya y cuva inauguración constituirá inio
de los números del programa de las fiestas del Centenario de nuestra
independencia.
El servicio de identificación de los criminales reiiu-identes. de tan-
ta trascendencia en la lucha contra el delito, han recibido también bajo
el Gobierno del señor Landa y Escandón mi poderoso ihipulso ; pues
se reorganizó bajo bases completamente científicas el gabinete de iden-
tificación de la Cárcel General y se implantó por primera vez en la
Reprtblica. y acaso en la América del Norte, el sistema de identificación
dactiloscópica en la Casa de Corrección para menores del sexo feme-
nino, cuyas pequeñas reclusas. á la vez que no necesitan verse sujetas
á las molestias del bertillonaje completo, no deben tamnnco. como ocu-
rría antes, pasar por los departamentos de la prisión de adultos, con-
fundiéndose con éstos y exponiéndose á perniciosos contactos.
Porque ésta ha sido otra de las obras meritorias realizadas ñor el
señor Landa : buscar y ayudar de todos modos la regeneración de la in-
fancia delincuente y viciosa.
La creación de las dos CaSas de Corrección para menores, la de
varones en Tlalpam y la de mujeres en Coyóaeáu, en la forma etí'quff
están actualmente, fué de iniciativa suya,, y cualquiera que visite oso.*?
281
planteles, se quedará gratamente sorprendido al ver cómo ha procurado
hacerse en ellos que, gracias al trabajo, á la separación en grupos se-
gún el grado de perversión ó delincuencia de los reclusos, la labor de
regeneración de esos espíritus sea una esperanza con multitud de pro-
babilidades de éxito.
Aquí, como en todo, el señor de Landa y Escandón da muestras de
su interés por las clases desheredadas de la fortuna y de la educación.
Interés que se manifiesta aún más elocuentemente cuando pesa
sobre ellas al^cuna de tantas calamidades, de la que no están por sí mis-
mos en condiciones de defenderse.
;. Necesitaremos recordar su generosa intervención, no sólo como
funcionario, sino también como particular, en las épocas en que los cru-
dos fríos del invierno van á hacerse sentir sobre los desdichados que
no cuentan con lumbre en el hogar, ni con ropas suficientes sobre su
cuerpo?
¿Tendremos que citar sus correrías á través de los barrios más
apartados y sucios de la capital, cuando, en las epidemias de tifo, pa-
ra vigilar personalmente el cumplimiento de las medidas sanitarias ó
estudiar las causas que pueden contribuir al sostenimiento de la pla-
ga, no ha vacilado en acercarse á los focos de mayor peligro, dando así
el mejor ejemplo que dar pudiera á sus subordinados un mandatario
celoso del cumplimiento de su misión?
Cuantos allí lo vieron, alentando con su presencia á los encargados
de aplicar las disposiciones sanitarias, estuvieron en condición de apre-
ciar la abnegación del funcionario público, la caridad del hombre pri-
vado.
Institución de notoria y altísima importancia, debida, asimismo, al
señor de Landa y Escandón es el Puesto de Socorros de Policía.
Vino este servicio á responder á urgentes y grandes necesidades
que en la práctica se hacían sentir desde muchos años atrás, por lo que
se refiere á la curación de los heridos en la vía pública. En efecto, aun-
que dotada cada Comisaría de una Sección Médica con personal compe-
tente, no era posible que en esas oficinas se practicasen curaciones y
operaciones que son ya de verdadero hospital. Los heridos graves lle-
vados á esas Secciones Médicas, debían, pues, ser remitidos al Hospi-
tal Juárez con ima curación provisoria, y como en el último estableci-
miento mencionado, tampoco sería posible que hubiera constantemente
médicos de guardia acompañados de los ayudantes necesarios pira ha-
cer operaciones serias, pensó el señor Gobernador hacer aún más efec-
tiva la atención de los heridos y accidentados, y á su noble idea resDindió
la creación del Puesto de Socorros. Está éste dotado de todo el instini-
mental necesario para todo género de operaciones por delicadas oue
sean, tiene, además, todos los elementos que para las mismas se reqiiie-
ren, y sobre todo un personal de médicos, practicantes y enfermeras que.
a toda hora del día y de la noche, están listos para impartir sus auxi-
lios á los lesionados graves que á dicho puesto son remitidos de las Co-
misarías de Policía en un coche autoambulancia, que se adquirió para
hacer rápidamente el transporte de los heridos.
Así es como se han podido realizar en el Puesto de Socorros o])e-
raciones verdaderamente notables — entre ellas ima sutiu'a del corazón —
y .se ha conseguido que disminuya la mortalidad de los heridos graves.
Pero antes de ocuparnos en hablar de la gestión del señor de Lan-
da y Escanden en favor de la clase obrera, que sesún anunciábamos
merece capítulo aparte, no dejemos de consignar, como otras de las ma-
nifestaciones de su deseo de apartar al pueblo de los lugares de corrup-
ción y vicio, por cuantos medios están á su alcance, aue á él se debe
la organizaoióu de diversiones populares y gratuitas los días festivos
en los barrios de la capital, y á él también la creación de xm parque
destinado al mismo objeto y que será inaugurado el próximo mes de Sep-
tiembre.
Natural es que las cualidades desplegadas por el señor de Landa y
Escandón en su gobierno, le hayan granjeado las simpatías seiierales
de que goza y la confianza y amistad del señor General Díaz, á l-is nne
nuestro biografiado corresponde franca y sinceramente por sii adhesión
y su lealtad al colaborar en la masna obra de nuestro gran Presidente.
Muestra elociiente y honrosísima de esa amistad v confianza, lo
fué la comisión que se dio al señor Don Guillermo de Landa y Escan-
dón cuando, Invitado México pnra hacerse representar en la coronación
de Su Majestad Eduardo VII, rey de Inglaterra, recientemeute muerto,
se nombró á aquel con el carácter de Enviado Extraordinario y Minis-
tro rienipoteuciario en misión especial ; y, cupo al señor de llanda y
Hiscandóu, el alto honor de ser recibido en audiencia especial por ts. M.
el rey Eduardo Vil, después de su coronación.
En este punto, parecenos conveniente dejar la palabra á un escri-
tor extranjero, que en una importante publicación trancesa decía acer-
ca de la estancia del señor de Lauda y Escaudón en Europa, lo siguiente :
"Tal elección, á los ojos de todos, no podía menos de asegurar el
prestigio de la Kepública mexicana en circunstancia tan solemne. En
Inglaterra hubo la misma unanimidad en telicitarse de que misión de tal
importancia tuera couüada á uno de esos hombres que, por su nacimien-
to su posición social y su mérito, ocupan en su país un rango eminente
y se imponen eu todas partes á la estimación general.
"En Inglaterra tué el señor de Lauda y Escandón objeto de las
más halagadoras atenciones.
"i' a en vísperas de regresar á su patria, el enviado de Porfirio Díaz
quiso, antes de abandonar á Europa, detenerse de nuevo en París, en
donde M. de ¡Selves, pretecto del Sena, le hizo tma recepción de las más
cordiales y se puso á su disposición para tacilitarle el estudio de los
servicios dependientes de la Preiectura. Por otra parte, M. Escudier,
presidente entonces del Consejo Municipal, y sus colegas en éste, hicie-
ron al primer limcionario de la ciudad de México, los honores de nues-
tro Palacio del Ayimtamiento. Los periódicos de París nos relataron las
manifestaciones de simpatía que se efectuaron con tal motivo y cuyo
eco tué recogido en México como una nueva prueba de los lazos de amis-
tad y mutua estima que ligan tan felizmente á ese país con la Francia.
"El señor de Lauda y Escandón, por su excepcional distinción y
su exquisita afabilidad, representa bien al mexicano de la nueva gene-
ración : intransigente en asuntos de patriotismo y admirador de las
gloriosas tradiciones de lo pasado, pero espíritu abierto para todos los
progresos. Conocedor de las necesidades modernas, piensa que los hom-
bres de las clases altas tienen el deber de colaborar con todas sus fuer-
zas en el trabajo nacional, so pena de decaer, de enagenarse la estima-
ción del pueblo y de perder la parte que les toca en la dirección de los
negocios públicos."
Debe satisfacernos á los mexicanos ver que uno de los nuestros da
motivo para que por escritores extranjeros se hagan apreciaciones tan
lisonjeras para el justo orgullo nacional ; y más aún, que los gobiernos
de naciones amigas reconozcan esos méritos y condecoren á un hijo del
democrático México : el señor de Lauda y Escandón es Oficial de la
Orden francesa de la Legión de Honor y Comendador de la Real Orden
de Francisco José, de Austria.
Llegamos ahora á la última parte de nuestro trabajo. La obra del
señor Gobernador del Distrito, que vamos á narrar en algunas palabras,
es y lo sabemos, una de sus hijas predilectas. Después de presentarla
al público no haremos un solo elogio de ella. Como todas las obras
buenas, como todas las obras grandiosamente nobles, lleva el mérito y
á la vez el aplauso en sí misma.
Fuera, sin duda, amenguarlos, querer traducir en la palabra escrita
sentimientos que sólo expresaría en toda su intensidad el lenguaje del
alma.
El creciente desarrollo que bajo la sabia administración de nuestro
actual gobierno ha tenido la industria en el Distrito Federal, debía
forzosamente llamar la atención del señor de Landa y Escandón, que
en su cuidado por proteger los intereses de la importante fracción te-
rritorial de la República puesta á su cuidado, percibió desde luego la
necesidad de acercarse á la valiente y noble clase obrera y llevar hasta
ella los bienes que su posición le permitía proporcionarle.
En efecto, si es bien cierto que el mutualismo. la protección entre
los obreros ha hecho rápidos avances entre nosotros, como lo demuestra
claramente la existencia de numerosas sociedades fundadas con ese
objeto, también lo es que cada una de dichas agrupaciones sólo abar-
ca á los miembros de determinado ramo de la industria.
El señor Gobernador del Distrito quiso ampliar aún más los be-
neficios de la idea mutualista. Surgió en su ánimo el proyecto de reu-
nir en una misma gran familia á todos los hombres consagrados á las
labores de la fábrica ó del simple taller ; de ensanchar los lazos que ha-
bían de unir á la clase en general ; de borrar laa fronteras que pudie-
283
i'an eucoiitrarse todavía en ellas por cuestión de diferencia de oücios, en
una palabra, de buscar para toaos los tüjos del trabajo un motivo de
coüesiOu puderoso que íl la vez que los hiciera fuertes euseiiáudoles á
connar en su propia ayuda, les abriese uu cuuiiuo seguro y ilauo para
apartarse pur si suius ele las causas Ue desmuraiizaciúu ú de miseria con
que pudieran tropezar en la vida diaria.
fara ello uaua mejor que la íuudación de una vasta sociedad, que
teniendo por un lado el carácter de mutualisuio indispensable, por lo
que respecta ai auxilio material, persiguiera como íiu principalísimo
también el adelanto moral de sus asociados.
Así iba á nacer á la vida la '".Sociedad Mutual ista y Moralizadora
de Obreros del Distrito 1í ederal" y para cuantos de alguua manera pu-
dimos ver el empeño tomado por el señisr de Lauda y Escandón para
llevar su generosa idea al terreno de la práctica, se nos mostró nuestro
biografiado coa todo su valor, con toda su alteza de miras, l'ara uu
hombre de su categoría, hubiera bastado comisionar á terceras personas
para recoger y organizar los elementos que se necesitaban para el ob-
jeto; pero el señor de Lauda y Lscandóu quiso hacer él mismo toda la
obra, convencerse por sus propias miradas de cuál era la situación real
y presente de la ciase obrera ; inspirar sus sentimientos en los de sus
numerosos miembros para poderlos analizar y apreciar mejor ; oír las
aspiraciones de la gente laboriosa ; decirla lo que pensaba hacer por
ella y constituirse él, desde el primer momento, en el lazo de unión que
aproximase á los obreros unos á otros, sin distinción de sexos, ni de
edades, ni de protesiones.
La narración de sus visitas á las fábricas del Distrito Federal, á
las que dedicaba uno ó dos días de la semana, ha sido hecha ya por
casi toda la prensa, i'or ella se vio el entusiasmo, la respetuosa y cari-
ñosa cordialidad con que el distinguido funcionario era recibido en los
centros de la industria mexicana, los agasajos de que se les hacía ob-
jeto y el interés que puso él de su parte en estudiar las necesidades de
los hombres, mujeres y niños que reunidos en torno suyo, habláudole
con la conhanza y la sinceridad que en ellos despertaba su actitud, ofre-
cían á los ojos de los espectadores uno de los cuadros más conmovedo-
rameute democráticos que describirse pueda.
El señor de Lauda y Escaudón, en cada una de sus visitas, explicó
á los obreros, — y fueron más de quince mil los que en esas excursiones
le escucharon ; — explicó, decíamos, cuál era el proyecto que acariciaba
en su espíritu ; les demostró, en términos claros, persuasivos, la impor-
tancia del mutualismo, y sobre todo, los beneficios incalculables de que
el artesano sea siempre moral, lo mismo en su vida del taller como en
su existencia del hogar.
Muy lejos de su animo, como quiso insinuarse por cierta prensa en
su afán de hacer oposición á todo, el mezclar la política en sus conver-
saciones con los obreros, á quienes se dirigían estas.
Era preciso que alguno de los mismos artesanos, en su alocución re-
cordase el nombre y los méritos del Primer Magistrado de la Repúbli-
ca, para que el señor Gobernador del Distrito, al responder al orador
dijera frases tan sencillas, pero tan llenas de verdad histórica y social,
como la que reproducimos textualmente en seguida:
"Acaba usted de pronunciar el nombre del señor Fresidente de la
República, y aprovecho esta oportunidad para hacer presente á ustedes
que ese bienestar relativo de que gozan, que esa tranquilidad de sus fa-
milias sostenidas por el trabajo constante y productivo, se deben única-
mente al adelanto y al progreso del país, creado primero y cimentado
después por el señor General Díaz, cuyo nombre debe llevar grabado en
el corazón, todo buen mexicano."
Habrá quienes en tales palabras quieran encontrar huellas de pro-
paganda política ; para nosotros no constituyen más que una protunda
lección moral y de civismo.
Entre tanto el señor de Landa y Escaudón proseguía dando cuerpo
á su proyecto dirigiéndose á personas que estuvieran en condiciones de
traer su contingente á la obra cuyos fundamentos ha echado él ponien-
do á su disposición la suma de cien mil pesos, tomados de su peculio
propio ; .y á los dueños ó administradores de fábricas, que sin duda me-
jor que nadie están en aptitud, por su trato constante con los obreros,
y por consecuencia, su conocimiento de ellos y de sus necesidades, de
apreciar toda la influencia que en esta clase pueden ejercer los medios
que se pongan para conducirlos siempre por los senderos de la honra-
284
ilez, la moralidad, la salud, el trabajo, y las ventajas, que tanto para
los mismos obreros como para sus patrones, habrá de producir una ins-
titución de la índole de la que nos ocupa.
Al mismo tiempo, se distribuían entre los obreros de fábricas y ta-
lleres, hojas para que hicieran constar su adhesión á los fines de la so-
ciedad, explicándoles claramente cuáles son éstos y los requisitos para
poder disfrutar de sus ventajas. Hasta el momento en que escribimos
las presentes líneas, las adhesiones se cuentan por millares y es induda-
ble que una vez instalada definitivamente la sociedad, pocos serán los
obreros del Distrito Federal que no se hayan afiliado á ella.
Toda la grandeza de la idea del señor de Landa y Escandón se com-
prenderá mejor con sólo que demos á conocer aquí, los fundamentos de
esa agrupación que empezará á funcionar en breve y que cuenta ya con
sn órgano, '.El Obrero Mexicano," periódico destinado especialmente á
difundir entre los trabajadores nociones de orden, de honradez y de
laboriosidad.
La Sociedad Mutualista y Moralizadora de Obreros del Distrito Fe-
deral extiende su esfera de acción á todas y cada una de las poblaciones
del Distrito en donde hubiere fábricas, talleres ó centros de trabajo cua-
lesquiera, y admite en su seno lo mismo hombres que mujeres, siempi-e
que estén de acuerdo con su objeto y se comprometan á cumplir sus
preceptos.
I'^uncionará bajo los auspicios de una Fundación de Beneficencia
privada, formada como lo previenen las leyes vigentes del país, y con
un capital que so quiere no sea menor de quinientos mil pesos. Estará
regida por una Junta Directiva que se constituirá como sigue: por cada
cien obros ú obreras del Distrito Federal se nombrará á un delegado que
represente á dicho grupo y que deberá ser mayor de edad ; reunidos to-
dos estos delegados en asamblea general, elegirán de su seno á los
miembros de la .Tunta Directiva, compuesta de Presidente, Vicepresiden-
te, Secretario, Prosecretarios y Vocales, encargados de las distintas co-
misiones que sean indispensables para la marcha interior de los asun-
tos de la corporación, conforme á los estatutos que han de normar los
tral)aj<)s de la .Tunta Directiva y de la Sociedad en general.
TjOs mismos estatutos definen las relaciones entre la Junta Direc-
tiva de la Sociedad y la Junta de Patronato representante de la Funda-
ción de P»enefi<-encia antes mencionada.
Los objetos iirincipales de la Sociedad Mutualista y Moralizadora.
son: el mutua lismo entre sus miembros, enseñándoles á desprenderse,
en favor de sí mismos y de sus compañeros menesterosos, de una parte
ínfima de sus jornales, representadas por cuotas de veinticinco á cin-
cuenta centavos mensuales; la ayuda para que todos obtengan trabajo
cuando carezcan de él : la ministración de auxilios á los mismos obi'eros
en caso de enfermedad ó falta de trabajo justificadas, y á las familias
de los trabajadores muertos: la creación de instituciones en que puedan
ser asilados, educados é instruidos los hijos de artesanos, durante las
horas de labor de éstos, y en general, la educación del obrero, poniendo
todos los medios indispensables para darles centros de distracción y cul-
tura y alejarlos de los de degeneración y vicio.
Los requisitos más importantes que se imponen á los obreros para
formar ])arte de la benéfica asociación son. suscribir la adhesión á que
nos referimos á fin de comiirol)ar <iue son obreros tí obreras de fábrica,
taller ñ otro centro de trabajo del Distrito Federal: garantizar la buena
conducta observada mediante certificación de los dueños ó encargados
de las fábricas ó de los tallei'es respectivos, y obligarse á ser honrados
y laboriosos, respetuosos de sus deberes para con la patria, para con la
sociedad y para con la familia, á no faltar sin causa isleñamente razo-
nable á su trabajo y á no frecuentar lugares de vicio, bajo cualesquiera
foi'ma que éste pudiera presentarse.
Hen\os querido dar á conocer con algima extensión esta fundación
tan benéfica como de consecuencias sociales é individuales de tan alta
trascendencia, debida al señor Don Guillermo de Landa y Escandón,
porque ella, además de sus actos como funcionario páblico. será, á no
dudarlo, una de las más preciadas obras que le hagan a<^reedor á la es-
timación, al respeto y á la simpatía de sus conciudadanos.
Ella pinta por sí sola al hombre: ella deja traslucir con elocuente
l>r¡llo toda la bondad que se encierra en ese corazón, toda la percepción
clara de las necesidades de sus gobernados que hay en esa inteligencia,
toda In enérgica y bien dirigida constancia que constituyo esa volmitad.
2R.">
El señor do Landa y Eseandón puedo estar satisfeeho. ITn oiinipli-
do 5'a cou uno de los más grandes preceptos que la naturaleza impone pa-
ra la conservación y progreso suyos y de sus criaturas más queridas, los
hombres : ha laborado y ha laborado bien.
Pero bien sabemos que no dará por terminada la misión que se
ha impuesto. Su actividad persistirá y buscará otros campos en que
hacer sentir su acción, y cuando llegue al fin de la carrera y vuelva los
ojos atrás y contemple lo hecho, podrá experimentar la cíulce recom-
pensa que sólo queda reservada á los seres que fueron siempre rectos^
qiie fueron siempre justos, que fueron siempre buenos.
iSC)
DIRECTORIO MERCANTIL DE MÉXICO,
POR AUGUSTE SALDIEN.
AL PUBLICO.
El siguiente Directorio contiene la
mayor parte de las casas comerciales
de importancia en México. Nuestro
principal objeto al publicarlo es más
bien dar una idea demostrativa del
progreso que el país ha alcanzado du-
rante el último tercio de centuria, que
el presentar una lista de casas de co-
mercio; sin embargo, el autor abriga
la esperanza de que el Directorio pue-
da ser útil en ambos sentidos.
México, Octubre 1" de 1910.
ADAM, ROBERTO, ingeniero consultor
de Sir Weetman Pearson and Son.
Atiende asuntos de ingeniería en ge-
neral. Abrió su oficina en 1908. — 4''
calle Humboldt, México. D. F.
AGENCIA COMERCIAL Y MARÍTIMA
DE BERGAJí, HEYNEN & Co.— 1" de
Tacaba Núni. 6. México, I). F. — Son
agentes de vapores y aduanales, co-
misionistas, estivadores y contratis-
tas de fletes. Además de la casa en
México tiene otra en Tampico, Tam.
Representan á la Hamburg Ameri-
can Line y á otras compañías de
vapores. Los socios gerentes son
los señores Cari Heynen y Richard
Eversbusch; y uno de sus represen-
tantes es el señor A. L. Van Antwerp.
AGENCIA DE LAS MAQUINAS PAR-
LANTES "VÍCTOR."— Avenida Juá-
rez Nxini. 12. México, D. F. Expenden
en la República las máquinas par-
lantes de la fábrica "Víctor" Talking
Machine Co., de Camden, N. J., Es-
tados Unidos. El representante es
el señor J. V. Schmill. Establecida
la Agencia en 1902.
AGENCIA DE POLICÍA PRIVADA T
DE INFORMACIONES, S. A.— Cade-
na Núm. 10. México, D. F.
AGENCIA DE "LA UNIVERSAL," fá-
brica de "Anti-Selenita." — 1* calle
Ancha Núm. 9. México, D. F. — La fá-
brica se halla en Monterrey, N. L.,
siendo su propietario el señor Ge-
rónimo Elizondo, quien ha logrado
hacer conocer su producto en el ex-
tranjero. La Anti-Selenita está des-
tinada á desincrustar las calderas de
vapor. El agente para el Sur de la
República es el señor Mauricio Gó-
mez, cuj^a dirección es la dicha al
principio.
AGENCIA INTERNACIONAL DE PA-
TENTES.— 1" calle de Nuevo Méxi-
co Núm. 11. México, D. F.— Se esta-
bleció en Junio de 1906, dedicándo-
se á solicitar patentes y registros de
marcas, á dar consultas relaciona-
das con estos asuntos, y á todo lo
que se refiere á modelos industria-
les, propiedad artística, literaria é
industrial. Dirige esta agencia el se-
ñor Julio Grandjean.
AGüILAR, PONCIANO, Ingeniero de
Minas. — Guanajuato.
ALEXANDERSON, PABLO.— Calle de
Cadena Núm. 12. México, D. F. — Es
agente apoderado de las compañías
de seguros "La Nacional Prusiana"
y "The Liverpool and London and
Globe:" establecido en 1889.
ALLEN & Cía., Sucs., S. A., agentes ge-
nerales para la República, de máqui-
nas de escribir, de coser, bicicletas y
pianos de varias fábricas extranje-
ras.—Avenida de San Francisco Núm,
1. México, D. F.
ALLIS CHALMERS COMPANY. — La
Mutua 407. México, D. F. — Esta com-
pañía tiene siete plantas ó fábricas,
la más importante de las cuales es
la de West Allis, Wis., Estados Uni-
dos. Fabrica motores de todas cla^
ses, generadores eléctricos, bombas,
aserraderos, molinos de harina, ma-
quinarias para minas, para fabricar
cemento, para transmisión de fuer-
za, etc. El representante en México
de esta empresa es H. C. Holthoff.
ALONSO. VICENTE F, Propietario: de
"El Tío Pepe," Avenida 16 de Sep-
tiembre y callejón de Dolores. — "La
Imperial," 2"^ de Santa María y 4^^ de
la Colonia. — "La Maríscala," I'' de-
Tacubaya y de la Maríscala. México,
D. P.
"AL PUERTO DE LIVERPOOL." Al-
macén de ropa de los Sres. S. Bar--
bier y Cía., Sucs. — León, Estado de-
Guanajuato. — Estos almacenes fue-
ron establecidos el año de 1874.
ALUMBRADO ELÉCTRICO DE GUA-
NAJUATO. Establecido en 1885.—
Durante 9 años la Compañía traba-
jó sus dinamos con planta de vapor,
pero desde el año de 1908 obtiene su
fuerza eléctrica de la "Guanajuato
Power & Electric Co." Provee de luz
á la ciudad de Guanajuato. La insta-
lación de este alumbrado eléctrico
costó $900,000.— El señor F. Heinic-
kel es el gerente.
ALYAREZ H>'OS. Propietarios de la
Fábrica de ¡Mosaicos y Piedra Arti-
ficial.— Querétaro. Calzada Juárez
^úms. 15, 1(5 3' 17. — lüsta fábrica fué
establecida en 1908.
AMERICAN CAIÍDBOARD C03ÍPAM,
S. A., Sucesores de la Cía. Cartone-
ra Mexicana. Tiene el escritorio y la
fábrica en la Calle Particular de la
2" de Cuauhtemotzin. México, D. F.
Como su nombre indica, su negocio
consiste en artículos de cartón. Se
estableció en 1887. Su presidente es
el señor K. M. Van Zandt y su ge-
rente, C. H. Ward.
Este señor Ward es también pro-
pietario de la empresa que, con el
nombre de "American Tag and Pa-
per-box Company," tiene su fábrica
y despacho en la Calle Particular de
Nava, y fabrica etiquetas de colgar,
cajas de cartón, cajas y casilleros
para huevos y frutas, archivos para
cartas, etc. Este último negocio se
estableció en 1900.
«AMERICAX PÍAAO C03IPAM," S.
A. — Esquina de San Jiian de Letrán
y jVuevo México. México, D. F. — Son
representantes de varias casas ex-
tranjeras constructoras de pianos.
El presidente de esta Compañía es
el Doctor Chas. M. Harrison. Se es-
tablecieron en 1905, y su capital es
de $100,000.
El mismo Doctor Harrison fabri-
ca, desde 1897, las "Pildoras Nacio-
nales" contra calenturas y otras en-
fermedades, teniendo este negocio
en la Avenida de San Francisco, Nú-
mero 13.
AMERICAX STEEL COMPANY. Re-
presentante General: H. A. Souther.
Edificio La 3íuíua. México, D. F.
AMERICAN INDERTAKING COMPA-
NY.—Esquina de la Avenida Juárez
y San Dieíio. México, D. F. — Es esta
una compañía americana que se
encarga de inhumaciones, embalsa-
mamientos, exhumaciones, etc. Es-
tablecida en 1907.
ANTIGUA maderería DEL CABA-
LLITO.—3' Calle de ?liaa Núm. 2.
México, D. F. — Ei propietario, señor
Eutimio Cervantes, establecido ha-
cia 1856, trafica en maderas del país
y norte-americanas.
ARAGÓN Y SOBRINO, Jl LIAN.— Ye-
racruz, Yer. — Almacén de Ropa, Gi-
ros, Comisiones y Consignaciones —
Establecido desde el año 1875.
ARANDA, SUCS., ENRIQUE F. 1907.
Propietarios de la Tenería "La Pe-
letera," en la ciudad de León, Esta-
do de Guanajuato. — Son también
propietarios de las haciendas lla-
madas "'Lagunillas," "Cerrogordo,"
"Echevesti," "San Antonio" y "San
José del Carmen," cuyos productos
son: maíz, trigo, cebada, frijol, al-
falfa, garbanzo, habas, etc. Estas ha-
ciendas tienen una extensión total
de 220 caballerías. El Licenciado Don
Enrique O. Aranda es Procurador de
los Ferrocarriles Nacionales de Mé-
xico.
ARANDA, MANUEL G., Ingeniero de
Minas. Establecido en Guanajuato. — -
Sopeña Núni. 11.
ARBUCKLE BROS, Compradores de
Café. Gerente, A. H. Me Lean.— Ja-
lapa, Yer»
ARCE, MANUEL."3^ de Guillermo Prie-
to.— Distribución de Pulques en la
capital.
ARENA Y CÍA,— Avenida del 16 do
Septiemijre Núm. 43. México, D. F.
- — Son propietarios de la Papelería
"El Lápiz del Águila." Venden pa-
peles, sobres, libros en blanco, co-
piadores de cartas, y tienen impren-
ta, encuademación y depósito de lá-
pices de la "Eagle Pencil Compa-
ny" de Nueva York. Tiene quince
años de establecida esta casa.
ARENZANA N. Y CÍA, S. en S. Com-
pañía Mexicana de Cal Hidráulica, Ce-
mento y Materiales de Construcción.
Tiene la fábrica en Guedalupe Hi-
dalgo, D. F., y el despacho en la ca-
lle de Santa Clara, Núni. 22, Méxi-
co, D. F. Su gerente es el señor Ni-
colás Arenzana. Posee la compañía
dos yacimientos de caliza, uno en
Santa Clara de Irolo, Estado de Hi-
dalgo, y otro en Guadalupe Hidalgo,
D. F. Fabrica cal hidráulica, cemen-
to, ladrillo hidráulico y ladrillo re-
fractario. Fué fundada primero en
1891, en la I"" calle de Granada, Mé-
xico, por el Ingeniero Teófanes Ca-
rrasco; mas, habiéndola comprado
el señor Vesin, en 1898, la trasladó
á Guadalupe Hidalgo y formó una
compañía anónima para desarrollar
la negociación.
En 2 de Agosto de 1906 se disolvió
la negociación anónima y el 20 de
Septiembre del mismo año fué ena-
genada la asociación á sus actuales
dueños, los señores N. Arenzana y
Cía., S. en C.
ARMENDARIZ, P. M., agente de: Ame-
rican Car and Foundry Co., Ameri-
can Locomotive Co., American Foun-
dries. Despacho: Edificio de la Com-
pañía Bancaria. México, D. F.
"ARMERÍA AMERICANA."— Avenida
de San Francisco Núm. G6. México.
D. F. — Agencia de las pistólos Colts;
talleres de reparación y niquelado;
armas, municiones, etc. Pertenece á
A. Combaluzier y tiene 47 años de
establecida.
Hotel Ciilk)\v.
Empresa de Teléfonos Eiicssou.
Hotel Lara. El Smtiilor,
EDIFICIOS MODERNOS. :\IEXI('0. I). F.
AlíRATIA, MA>-UEL, Ingeniero civil.
— talle de Taouba >"iíiii„ 2L Méxi-
co, D.. F. — Entre los trabajos em-
prendidos por este ingeniero se
cuenta la construcción del Merca-
do de Toluca. Se estableció en Mé-
xico en 1908.
ARTOLA, FEIÍ3IIX, propietario de la
Carpintería Mecánica. — Calle de Pi-
meiitel ííiíin. S. Puelda. — Estos talle-
res fueron establecidos el año de 1906.
Mantienen siempre surtido comple-
to de madera arreglada para cons-
trucciones.
ASOCIAtlOIV FIIVAiVCIERA INTER-
NACIONAL.—Ayeiiida de la ludepeii-
dencia Núiii. 8., México, D. F. — El ob-
jeto de esta institución, es el de pro-
mover la inversión de capitales ex-
tranjeros y la inmigración en esta
República y para ello, cuenta con
el apoyo directo del Gobierno cen-
tral y de los gobernadores de los
Estados. Publica el boletín mensual
que lleva su nombre; proporciona
datos y facilidades de todas clases á
los extranjeros que intentan inmigrar
•ó invertir capitales en este país.
El cuerpo de directores de esta
asociación se compone de personas
muy prominentes, entre las cuales
mencionaremos las que siguen:
Senador Sebastián Camacho, pre-
sidente del cuerpo de directores del
Banco Nacional de México y presi-
dente de la Compañía Telegráfica
Mexicana; Manuel Pereda, gerente
del Banco Nacional; Senador Anto-
nio Hernández, director del Banco
Centra] ; Director General, Senador
José Castellot.
Fué fundada esta institución con-
forme á un contrato celebrado con
el Gobierno y que apareció en el
Diario Oficial de 8 de Mayo de 1905.
AUBIFFRED, V., y Cía. Cajón de Ro-
pa.— Oaxaca, Oax.
B.INCO INTERNACIONAL E HIPO-
TEC.VRIO DE MEXICO.-Esqwiua Ca-
dena y Colegio de Niñas. México, D.
F. — Gerente, Ricardo Honey.
BANCO MEXICANO DE C03IERCI0
E INDUSTRIA Calle de San Agu.s-
tín Nnni. 7. México, D. F.
BANCO MEXICANO DEL TRABAJO
(sin concesión). — Calle de Ortega
Niiui. 28. México, D. F. — Las opera-
ciones que practica este Banco son
las siguientes: Recibir depósitos con
ó sin interés; hacer préstamos á los
empleados, con garantía de su suel-
do, ó de prenda ó firma; auxiliar á
sus subscriptores en los casos de
enfermedad, lesiones, accidentes ó
pérdida de empleo, etc. Su gerente
■ es el señor C. C. Cornejo, su capi-
tal es de $200,000 y fué fundado en
1901.
BANCO NACIONAL DE MÉXICO.— Ca-
puchinas y Espíritu Santo, México,
D. F. — Sucursales y Agencias en to-
da la República.
Gerente: Javier M. Cancino.
BANCO ORIENTAL DE MÉXICO,
S. A. — Puebla. — El capital social es
de $6.000.000. Tiene Agentes y Co-
rresponsales en todas las principa-
les ciudades de la República y en
los centros importantes del exte-
rior. La emisión de billetes es de
$5.300,000, de los cuales $3.543,975
están en circulación. — El Presiden-
te del Consejo de Administración de
esta importante institución es el Sr.
D. Manuel Rivero Collada.
BAÑOS SULFUROSOS.- Avenida P.
Díaz y M. Martínez, Puebla. — Estos
Baños son conocidos aún fuera del
Estado y son famosos por sus propie-
dades medicinales.
BAÑOS "LA VICTORIA," Calle de Vic-
toria, Núni„ Ó5. Méxco, D. F. — Tiene
servicio nocturno hasta las nueve
de la noche; estufas de aire caliente
y vapor, baños de tinas y de rega-
dera, y pozos artesianos de 255 me-
tros de profundidad. Fueron estable-
cidos en 1903. Su propietario, el se-
ñor Fernando Veraza.
BARRIO.V, FRANCISCO, y Cía. Co-
merciantes y Representantes de las
Cervezas de Toluca. — Oaxaca„ Oax.
AUERBACH, A. F.— Avenida Cinco de
Mayo Niinu 6. México, D„ F. — Es re-
presentante de H. W. Johns-Manvi-
lle Co., propietarios de minas de as-
besto en Danville, Canadá; manufac-
tureros de productos de asbesto y
magnesia.
AU PETIT LOUVRE, Sastrería, Cami-
sería, Sombrerería y Calzado. Props.
Giovenile y Fernández. — Jalapa, Ver.
AUTO-GARAGE FRANCO-ITALIANO.
Talleres mecánicos de Ubaklo Bas-
sini. — 4'' calle de Revillagigedo Núni.
51. México, D. F. — ^Comercio y repa-
ración de coches, automóviles de ga-
solina y eléctricos, canoas automó-
viles y accesorios, tales como faro-
les, linternas, carburadores, corne-
tas y sirenas. Establecido en 1909.
"AUTO-PALACE" de Z. Clement.—
Avenida Morelos Núni. 28, México,
D. F. — Comisionista é importador co-
merciante en bandas de algodón y
cuero, tubos de cuero, maquinarla
para talleres, ejes y muelles france-
ses, bicicletas, motociclos, etc. Es-
tablecido en 1900.
AUTOTAXIMETROS MEXICANOS, S.
A. — Avenida Juárez Núras. 89 á 91.
México, D. F.— Posee 80 coches tax.,
marca Revault, y un capital social
de $500,000. Tiene por presidente al
señor Jacinto Pimentel y por geren-
te al señor A. A. Miranda. Se esta-
bleció en 1909.
AVELI>E„ P., & X, DELALAM)E.— Ca-
lle de Gaute >úiii. 1. 3Iéxico, D. F.
— Estos señores son los representan-
tes en México de las fábricas de fo-
nógrafos y cinematógrafos Pathé
Hermanos de París. Se establecieron
en México en 1906.
BALSA HERMA^'OS, Gran Fábrica de
Tabacos y Cigarros "La Prueba."
Veracruz, Ver. — Casa establecida
desde 1864.
BAXCO DE GrA> AJUATO, S. A.— So-
ciedad anónima con capital de tres
millones de pesos. Tiene sucursales
en Irapuato, Guanajuato y Zamora,
Mich. Es Banco de emisión, y tiene
billetes en circulación actualmente
por valor de $1.015,410. Ei señor J.
P. Bustamante es el Gerente.
BAXCO DE GUERRERO, S. A.— Igna-
la, Guerrero. — Establecido en 1906.
Capital social: $.500,000. Gerente:
Eduardo L. Antúnez.
BANCO DE LONDRES T MÉXICO.
— Calle de Lerdo Núm. 3. México, D.
F — Gerente, W. B. Mitchell.
BAXCO DE JIOMREAL (Sucursal ea
México). — Edificio de La Mutua, Mé-
xico, D. F. — Gerente, J. S. C. Saun-
ders.
BANCO DE OAXACA, S. A.— Capital
social $1.000,000.— Oaxaca, Estado de
Oax.
BANCO DE QUERETARO. Sociedad
anónima con capital de un millón
de pesos. Tiene su domicilio social
en Juau Caballero y Osio Núm. 13
de la ciudad de Querétaro. El pre-
sidente actual del Consejo de Admi-
nistración es el Sr. Don Ricardo Ho-
ney y el Vicepresidente el Sr. Don
Nicolás del Moral. Este Banco es de
emisión. La emisión actual de sus
billetes es de $1.319,000, de los cua-
les existen en circulación en poder
del público, $1.062,835.— Tiene Su-
cursal establecida en Irapuato.
BANCO HIPOTECARIO DE CRÉDITO
TERRITORIAL MEXICANO.— Calle
de Tiburcio Núm. 18. 3íéxico, D. F. —
Gerente, Donato de Chapeaurouge;
Sub-Gerente, J. J. Lemmens.
BATONNE Y COMPAROT.— Calle de
Cadena Núm. 17. México, D. F. — Se
asociaron estos dos señores en 1901,
dedicándose al desempeño de comi-
siones y á la representación de ca-
sas extranjeras. Su especialidad es
la de los vinos y licores.
BELLON HERMANOS. Cajón de Ro-
pa, Novedades, Modas. — Oaxaca, Oax.
BENITO, C Y cía. Sucs.- Veracruz,
Ver. — Ropa. Establecida en 1860.
BEREA O'KELLY Y CÍA. José E.
O'Kelly se estableció en México, D.
F., en 1893, y su firma se convirtió
en la O'Kelly y Cía. en Junio de 1908.
Es presidente y gerente general Jo-
sé E. O'Kelly, y Guillermo S. Berea
vicepresidente. Son comerciantes y
comisionistas y tienen la agencia de
muchas líneas de vapores del Atlán-
tico, Golfo de México, etc.
BERGNER, PABLO, SUCS., GUILLER-
MO BACH, S. en C— Esta casa, es-
tablecida en 1894, tiene la represen-
tación en la República mexicana de
las fábricas de Fried Krupp, Essen
y Fried. Krupp-Grusonwerk, Magde-
bourg-Buckau. Además tienen la re-
presentación de las grandes fábricas
de Felten & Guillaume-Lahmeyer-
"werke, Carlswerk, en Muelheim a.
Rhein, y Dinamowerk, en Frankfurt;
J. Pohlig Act. Ges., Colonia, y otras
fábricas de primer orden.
Las especialidades de la casa son,
además de materiales de guerra de
toda clase, cualesquiera materiales
para ferrocarriles, maquinaria para
la minería y haciendas de beneficio,
cable-vías aéreas, motores de gas
pobre y de petróleo, etc.
BERNAUD, IVELZ Y CÍA Ayenida .>
de Mayo Núm. 32. México, D. F.— Re-
presentantes de casas extranjeras
para toda clase de maquinaria.
BERTRA3I, AMERICO, Representante
de V. Fournier & Co., Chateauneuf.
Copiac. — Calle Isabel la Católica
Núm, 1. México, D. F.
BESSONART, MARTIN.— Agente de
Negocios y Comisionista. — León, Es-
tado de Guanajuato. — Establecdo en
1893. Se ocupa en la compra y venta
de toda clase de cereales y artícu-
los del país. — El señor Bessonart
es agente del Banco de Guanajua-
to, y tiene la agencia de la máquina
para extraer agua, "El Fénix."
BILTTROLFF, EMILIO, A. EN P Pro-
pietarios de la Ferretería y ^Mercería
Alemana en León, Guanajuato. — Ha-
cen importaciones directas. Esta ca-
sa fué establecida en 1882.
BOARDMAN, H.. k CÍA.— Puebla, Com-
pañía Núm. 10. — Representantes de
la Fábrica de Hilados y Tejidos de
Algodón "La Esmeralda," del señor
Ramos Arizpe (Estado de Coahuila).
Los socios de la compañía son los
señores H. Boardman y Guillermo
D. Hardaker.
BOLETÍN FINANCIERO Y MINERO
DE 3IEXIC0.— Cale de Tiburcio Nú-
mero 22. — Se publica diariamente y
trata con especialidad de los asun-
tos que indica su nombre. Su pro-
pietario y administrador es el se-
ñor R. Amilien Lacaiid. El presente
año es el duodécimo de su publica-
ción, habiéndose establecido en 1898.
Tiene también á su cargo el señor
Lacaud un servicio telegráfico de
cotizaciones, establecido desde 1901.
Este servicio consiste en transmitir
á los subscriptores, diariamente y
por telégrafo, las cotizaciones mer-
cantiles.
Además, tiene el señor Lacaud,
ffesde 1900, i;- agencia en íléxico de
la British America Assurance Com-
pany.
En el callejón de Santa Inés, Nú-
mero 5, se halla la "Imprenta La-
caud," en donde tiene talleres de
imprenta, fotograbado, estereotipia
y electrotipia, ocupándose en ellos
unos 100 operarios.
BOLI F. O. Casa amplificadora de re-
tratos.— 2' Revillí'igig'edo IVúm. 24.
México, Do Fo
BOLSA MERCANTIL DE MÉXICO, S.
A. Esta institución, cuyo capital es
de $20,000, hace transacciones de
valores del país y extranjeros, los
que compra y vende. Cuenta 150
miembros, teniendo por presidente
al señor Cipriano Rodríguez y por
gerente el señor Zeferino A. (íari-
bay.
BOILIGA Y & SCHMIDT, SICR.— 1^ de
K^uevo México Níim„ 22o México, D. F.
— Tiene fábrica de lil)ros en blanco,
imprenta, encuademación y talleres
de grabado en acero y cobre. El ge-
rente es el señor Carlos Schmidt, y
el apoderado general el señor Alfre-
do Hass. Se estableció hace 18 años.
BOFTET, R., & ISHERWOOD, S. eu C,
Sucesores de la Droguería Belga, S.
A., Establecida en 1849. — Despacho
y Almacenes: Calzada de San An-
tonio Abad Niim. 4. México, D. F.
BRASCHI, VÍCTOR M., & Co., Ingenie-
ros y Contratistas. Maquinaria. — Ca-
lle (le Cadena ]Vüni. 2. México, D. F.
BRET, ENRIQUEo Veracniz, Ver.— Ex-
portaciones.
BRITISH LMPORTERS, S. A, Maqui-
naria.— Gerente: F. T. Bergér. — Ca-
lle Cadena ]Vúmo 21. México, D. F.
BRF>'EL, E.n Ingeniero Arquitecto. —
Irapiiato, Gto.
BRr> SWICK- BALKE" COLLENDER
Co. Almacén de Mesas de billar y
muebles para cantinas. — Znleta ?íú-
mero 15. México, D. F.
BULCAEy, OMER. Pintura y Decora-
ción. Establecido en México en 1899.
Domicilio: 1' de Ciiauhtemoc ]Vúm. 4.
Popotla, Do Fo
BUSIXG, GUILLERMO y Cía. Sucs.—
Veracruz, Ver. — Agente de la "Ham-
burg Amerika Linie. — Ropa, Comi-
siones y Consignaciones.
BLSTAMANTE RUPERTO P. & CÍA.
Almacenistas de Maderas. Espinóla
IVúms. 7, 9 y 11. Puebla. — Esta casa
recibe sus maderas exclusivamente
de los renombrados aserraderos de
San José de los Molinos y Tenexte-
pec (Perote — Veracruz). Tiene sus
depósitos y escape del F. C. I. en las
calles 3" y 4' de la Industria Núni.
2. — Esta negociación fué establecida
en 1894.
CARRILES, LUCINDO, 1=' cale de Bu-
careli Xúnio 18. México, D. F. — Depó-
sito de Aguas Minerales "La Cruz
Roja."
CADENA, MARÍN Y CÍA., Sucr.— Ave-
nida Juárez Núni 14. México, D. F.
— Importa muebles americanos y bi-
cicletas. Establecido en 1897.
CAFE RESTAURAN T DE CHAPUL-
TEPEC. Prop. E. Bayonne; Gerente,
Máxime Aymeric. Establecido en
1899.— México, D. F.
CAFE RESTAURANT COLON. Vega,
Carrillo y Cía. Reforma y 1" de las
Artes. México, D. F.
CAJA DE PRESTAMOS PARA OBRAS
DE IRRIGACIÓN Y F031ENT0 DE
LA AGRICULTURA, S. A.— Esta
corporación reside en la capital de
la República mexicana y está cons-
tituida por los Bancos Nacional de
México, de Londres y México, Cen-
tral Mexicano, y Mexicano de Comer-
cio é Industria, con autorización y
ayuda del Gobierno Federal. Hace
préstamos con garantía, hipoteca ó
prendaria; emite obligaciones ó bo-
nos con ó sin la garantía del Go-
bierno, pero con permiso de éste;
compra y vende bonos hipotecarios;
gira y endosa letras de cambio y ha-
ce las demás operaciones corrientes
de banco, pero sólo cuando son el
resultado de los préstamos que efec-
túa ó de la negociación de sus pro-
pios títulos. El objeto primordial de
la institución es el de facilitar fon-
dos á plazos largos y con rédito mo-
derado á las empresas nacionales
de irrigación y á las de agricultura
y ganadería. El Consejo de Adminis-
tración está compuesto de un pre-
sidente, que lo es el Lie. Luis Elgue-
ro; dos vicepresidentes, que son
Don José Sánchez Ramos y Don
Fernando Pimentel y Fagoaga; doce
consejeros, cuatro comisarios, y un
gerente, que lo es Don Manuel de
Zamacona é Inclán.
El capital social es de $10.000,000,
representado por 100,000 acciones de
á $100 cada una. Se constituyó la
sociedad en 1908, en virtud de la con-
cesión otorgada por el Gobierno en
el mismo año.
CASTILLO, JOSÉ, comisionista.— Ar-
cos de San Agustín >'úui. 6. México,
D. F. — Es representante de la Cer-
vecería de Toluca y de la compañía
"El Águila," y tiene una sucursal en
Huicliapan, Hidalgo. Se estableció
en ISSO.
CHAIGXAIT), Jl'A> 31.— ó^ de Revi-
llagig:edo .\úni. 63. 3Iéxico, D. F. — Se
encarga de trabajos de pintura y de-
coración. Se estableció en 1904.
CERTECERIA CENTRAL. Tiene su
planta en la Colonia de Santa María,
á la orilla de la ciudad de México.
Fabrica las cervezas de las marcas
"Prima," "Bohemia," "Salvator" y
"Pilsner." Trabaja con una fuerza
motriz de 125 caballos. Su presiden-
te y gerente general es el señor Ein-
haus, y su superintendente el señor
Meyer. Se estableció como sociedad
anónima en 1901, pero la fábrica fué
fundada en 1899, bajo la razón so-
cial de Carlos Fredenhagen & Co.
CERVECERÍA CUAUHTEMOC, S. A.
de 3Ioiiterrej'. — Agencia en México,
3^' Peralvillo Núm. 1.
CERTEÍ ERLV DEL LEOX.— 4^ de San
Francisco del C'oecillo, León, Esta-
da de Ciínanajuato. — El propietario
de esta Cervecería es el señor J. Ki-
lian. Fué establecida en 1897.
CERVEC ERIA MOCTEZUMA, S. A. Es-
tá establecida en la ciudad de Ori-
zaba. Estado de Veracruz, desde
1896. Su producción en dicho año
fué de 10,000 barriles, y en 1908, de
200,000. Cuenta la fábrica con una
fuerza motriz hidráulica de 1,000 ca-
ballos. Sus empleados son 650, de
los quales 558 son hombres y 92
muchachos, quienes trabajan á las
órdenes de tres cerveceros, siendo
jefe de todos el señor Otto Neumaier.
El gerente general de la Cervecería
es el señor F. Suberbie. Agencia en
México: Atenida Cinco de Mayo.
«CERVEC ERLV PORFIRIO DÍAZ." Se
halla en Cuernavaca, Mor., y fué es-
tablecida en 1898. En 1907 la com-
pró el Dr. Manuel López Estrada,
quien reside en C'ordol)anes >'úm. 18.
México, D. F.
CHAVEZ, F., E HIJO. Constructores de
toda clase de obras en mármoles y
piedra. Casa fundada en 1897. — Ve-
racrnz, Ver.
CHICO, CARLOS, LlC— El señor Lie.
Chico se recibió de abogado hace 33
años y ha estado siempre radicado
en Guanajuato. Su dirección actual
es Cantarra^tas >i'ini. 1. Es, además.
propietario de dos haciendas situa-
das en jurisdicción de Silao y lla-
madas "El Cuesillo" y "La Sosa."
CHRISTLIEB Y RUBKE, 2' de la Mon-
íerilla >úni. 2. México, D. F. — Los
negocios empezaron en 1870 bajo la
firma de Schultze y Cía. y pasaron
en 1890 á la firma actual. Son re-
presentantes de la Hamburg-Ame-
rika Linie," de la compañía de se-
guros marítimos "La Mannheim," de
la compañía de seguros contra in-
cendios "La Magdeburguesa," y des-
empeñan comisiones de casas ex-
tranjeras en general.
CIBERT J. ROrSTAX SLT. Su despa-
cho en México se halla en el edifi-
cio del Centro Mercantil, >'úni. 16, y
el que tiene en el Puerto de Vera-
cruz, en la Avenida de llórelos >ú-
niero 17. Es comisionista y agente
aduanal. Se estableció en 1894.
CIFIENTES, AXTOMO. — Avenida
Cliapultepec ]N'úm. 1,218. 3Iéxico, D.
F. — Tiene talleres de decoración en
yeso y se ocupa de ornamentación
y pintura de varias clases. Se esta-
bleció en 1906.
CLE3IENTE JACQUES Y CÍA. Tiene
sus almacenes y escritorio en la
calle de Don Juan Mannel Xíini. 6.
México, D. F. — Su giro principal es
el de abarrotes al por mayor, tlapa-
lería y papelería; pero posee en Oa-
xaca la hacienda de Intacuiñe, en
Jojutla, Morelos, un molino de arroz,
y en la plazuela de San Lázaro, de
esta capital, fábricas de munición,
de tapones de corcho y de conser-
vas alimenticias. Se fundó esta casa
en 1887.
COLOMA EL VALLE, S. A.— Avenida
del Cinco de Mayo >i'ini, 32. México,
D. F. — La Colonia del Valle, que
constituye el negocio de esta com-
pañía, tiene una extensión de terre-
no de 4.881,000 metros cuadrados. Se
formó la compañía en 1908; recien-
temente se ha reorganizado con un
capital de $3.000,000.
compañía A3IERICA>A MAM'FAC-
TIRERA DE ÍIIEBLES.— Avenida
del 16 de Septiembre ]Vúni. 6. Méxi-
co, D. F. — Fábrica de toda clase de
muebles para oficinas, almacenes y
residencias. La factoría está en la
antigua hacienda de La Teja. El se-
ñor Walter B. Hull es el presidente
y gerente general. Se estableció en
1893.
CIA. AM>CIADORA MEXICANA, S.
A. — Avenida del Cinco de Mayo Núni,
32. México, D. F. — Se estableció en
1903. Su capital es de $100,000 y su
presidente y gerente general, el se-
ñor O. B. Hachenberger.
6
CO-UPAÑIA BANCAEIA DE PARÍS Y
iííEXICO, S. A.— lalle (k'l Ángel >ú.
mero (>. 3íéx¡co, D. F. — Se constituyó
esta compañía en 1903, con un ca-
pital de $10.000,000, dando principio
á sus operaciones en Enero de 1910.
Tiene por objeto principal facilitar
las ti'ansacciones comerciales entre
México y Europa, especialmente con
Francia, ocupándose también de los
negocios corrientes de banco. Es ge-
rente el señor Huberto Andragnez,
y sub-gerentes, los señores Emilio
Bersinger y Pablo Ritter.
compañía P. M. BEXNETT, Ingenie-
ros y constructores. Tienen sus ofi-
cinas en la Avenida de la Indepen-
dencia y calle de López, Núni. 13. Mé-
xico, D, F. — Contratan y ejecutan
intalaciones de luz eléctrica y de
gas, tranvías, teléfonos, etc., y se es-
tablecieron en 1904. Los socios son
los señores P. M. Bennett y G. R.
Jenkins.
COxMPAÑíA líAXQUERA MEXICANA,
S. A. — Calle de Tibnrcio Núni. 7. 3ré-
xico, D. F.— Capital social, $300,000.
Gerente, D. Joaquín López Negrete.
COMPAÑÍA BANQUERA VERACRU-
ZANA, S. A.— Capital social, $500,000.
Establecida en 1900. Presidente, W.
Bundy Colé. Gerente, F. Wittram, jr.
— Veracruzi Ver.
compañía cervecera de OAXA"
CA, S. A., y Fábrica de Hielo. — Oaxa-
ca, Oax. — Presidente y gerente, J. T.
Wallace. Vocales, José Zorrilla, Al-
berto Holm.
compañía cervecera de TOLl-
CA Y MÉXICO, S. A.— Agencia: 3^'
Rinconada de San Diego Núra. 43.
compañía COMERCIAL E INDUS-
TRIAL, S. A.— 1' calle de López Nú-
mero £', México, D, F. — Son repre-
sentantes 6e una sociedad anónima
fundada en París en 1907 con ca-
pital de 2.500,000 francos, para el
fomento y explotación de varios es-
tablecimientos comerciales. Se ocu-
pan, además, de ventas en comisión
é importación de productos á la Re-
pública mexicana. Tienen en la ciu-
dad de México una droguería en la
calle de Ortega, una tlapalería y fe-
rretería en la 4" calle de San Juan
de Letrán, un almacén de abarrotes
en la Ribera de Santa María, una
fábrica de pinturas y barnices en la
prolongación de la calle de San
Salvador el Seco, y en este mismo
edificio, un taller de reproducciones
en yeso.
compañía COMERCIAL PAN-AME-
RICANA, S. A.— Calle del Esclavo
Núms. 1 y 2. México, D„ F. — Trafica
principalmente en cementos, carbo-
nes de pie:lra, cales y materiales de
construcción. Tiene la agencia de
varias fábricas de cemento, carbón y
coke de Alemania y Estados Unidos;
tiene el usufructo de las minas de
carbón "El Menor" situadas en el
Estado de Coahuila, y posee buenos
hornos de cal en Apasco, á corta
distancia de la ciudad de México. Su
capital es de $500.000, y fué fundiida
por H. Bcrnemann desde hace diez
años.
compañía de aguas gaseosas,
S. A. — 1" caOe del General Prini Nú-
mero tí, México, D. F. — Se dedica 1
la fabricación de aguas gaseosas, co-
mo lo indica su nombre. Su presi-
dente es el señor Juan Minetti, su
gerente general el señor Rudolfo
Minetti. Establecióse en 1S97. Su ca-
pital social es de $301,100.
compañía de LAS FABRICAS DE
PAPEL DE SAN RAFAEL Y
ANEXAS, S. A México, D. F.— Ge-
rente, José Salvidea.
compañía de marmoles 3ÍEXI-
CANOS, S, A Plaza Santos Deco-
llado. México, Do F. — Joaquín Pardo
y Furlong, Gerente.
COMPAÑÍA DE LAS PILDORAS NA-
CIONALES.—Gerente, Dr. Chas. M.
Harrison. — Calle de San Fnincisco.
México, D. Fo
compañía de SEGUROS, LIMITA-
DA, "ATLAS," establecida en 1S08,
Su oficina principal está en Lon-
dres, E. C, en Clieapside Núm. 82,
siendo el director presidente Her-
bert Brooks, y el gerente general,
Samuel J. Pipkin. El capital paga-
do de esta compañía era de 264,000
libras esterlinas, y el no llamado, de
1.930,000 en 31 de Diciembre de
1908. Abrió su sucursal en México
en 1896.
compañía de SEGUROS VERACRU-
ZANA, S, A. — Veracriiz, Ver. — Capi-
tal social $500.000. Establecida en
1908. — Presidente, Adrián Carranza.
— Gerente, Antonio G. de Presno.
compañía DE TERRENOS DE LA
CALZADA DE CHAPULTEPEC, S.
A.— 2' calle de 3íadrid Núm. 83. Mé-
xico, D. F. — Su negocio es el que im-
plica su nombre. Presidente, Eduar-
do W. Orrin. Comenzó su operacio-
nes en 1901. Capital social juagado,
$2.000,000.
compañía ELÉCTRICA E IRRIGA-
DORA EN EL ESTADO DE HED AL-
GO, S. A. — Su domicilio social es:
San Agustín 15. — Usan el desagüe
de la ciudad de México para dar luz
y fuerza á Pachuca y á dos fábri-
cas de cemento cerca de Tula, Hi-
dalgo. Tienen tres plantas hidro-
eléctricas, y la misma agua nue las
mueve se emplea en seguida para
la in-igación de terrenos. Don An-
tonio Pacheco es el agente general;
Don José Sánchez Ramos, el presi-
dente; y uno de los comisarios es
el teniente coronel Porfirio Díaz, hi-
jo. Fué establecida en 1897 y su ca-
pital es de $3.000,000, mitad mexica-
no V mitad francés.
compañía explot.vdora de fru-
TOS TROPICALES, S. A.— Calle de
Cordobanes >íiiii, 9. México, D. F. —
Su objeto es el cultivo y comercio
del plátano y de otros frutos tropi-
cales en el Estado de Tabasco. El
Presidente es el teniente coronel
Ingeniero Porfirio Díaz, hijo; vo-
cales: Ing. Andrés Aldasoro, Sub-
secretario de Fomento; Thoraas P.
Honey, gerente del Banco Interna-
cional é Hipotecario, y Lie. Manuel
Septien. Establecida en 1909, con
un capital social de $00,000.
C03rPA5IA FOXOGJJAFICA MEXICA-
NA, S. A.— Establecida en 1908. con
un capital social de $100.000. — I'' ca-
lle de López Xíini. 7. México, D. F.
— Presidente y gerente general, R.
Cabanas.
COMPAÑÍA FRA>CO-BELGE Calle
de! Dr. Lucio >úni. 13. México, D. F.
— Tiene una fábrica de colores en
polvo, importa y exporta productos
químicos y vende polvo francés pa-
ra pintura. Establecida en 1909.
compañía FR.VNCESA Yl lcam/a-
DORA. — I'' calle de Xneio México
yúm. 21. 3Iéxico, D. F. — Vende pro-
tectores nuevos, compra y vende pro-
tectores de medio uso y hule viejo.
Se estableció en 1908, y es su geren-
te el señor Vignon.
compañía fra>co-mexicaxa de
BOTES automóviles. Tienen el
garage cerca del Puente Nuevo de
Jamaica, y sus oficinas en la calle
de Til)urcio >fiiii. 18. 3íéxico, D. F.
— Venden botes de gasolina y de
remo, y los alquilan para excursio-
nes al lago de Xochimilco y Ojos
de Agua. Se establecieron en 1909.
compañía ftndidora de bro\-
CE DECORATIVO.— Avenida More-
los Xún». 94. México, D. F. — Props.
Gómez Echeverría y Concha. Casa
establecida en 1909.
COMPAÑÍA FINDIDORA DE FIERRO
T ACERO DE 3I0>TERREY, S. A.
—Capital social. $10.000,000. Com-
pañía fundada en 1900. Domicilio so-
cial: calle de San A^nstín >úni. 16.
México, D. F. — Talleres en Monte-
rrey, N. L.
compañía FUNDIDORA Y TALLE-
RES MECAXK OS DE PACHUCA, S.
A.— Capital social: $157,000. Esta-
blecida en 1894. Gerente: A. C. Arey.
C03IPAÑIA GENERAL TRASATLÁN-
TICA.— Agente general en México,
Florencio Burgunder, calle de Gan-
te Núni. 11. Estableció su tráfico en-
tre Europa y INIéxico hacii 1870 con
buques de ruedas; después los sus-
tituyó por los de una h;lice, y úl-
timamente por los de dos hélices, co-
mo "La Navarre" y "La Cham::agne."
Dentro de poco traerá el vapor "Es-
pagne," de 180 metros de largo, dos
hélices, fuerza de 12,000 caballos y
10,000 toneladas de capacidad.
compañía HARINERA Y MANITAC-
TURERA NACIONAL, S. A.— 9" ca-
lle del Ciprés Núm, 1. México, D. F.
— Produce harina, salvado, pastas
alimenticias, almidones, aceites de
comer, chocolates, etc. Su director
gerente es el señor Florencio Sán-
chez. Su capital es de $1.500,000, de
los cuales está pagado $1.000,000.
compañía HERRADORA.— Callejón
de San Marcos Núni. 2 ó 211. México,
D. F. — Hierran caballos con goma
elástica, por un sistema patentado y
producen forraje (también patenta-
do) para los ganados. El propieta-
rio es el señor Rafael Palafox, quien
estableció el negocio en 1904.
C03IPAÑIA HIDROELÉCTRICA DEL
RIO DE LA ALAMEDA, S. A.-Tiene
su oficina en el Centro Mercantil. Mé-
xico, D. F. — El objeto de esta em-
presa es el de utilizar las caídas do
agua del río de la Alameda ó de
Chalma, para proporcionar á la ciu-
dad de México y sus contornos, fuer-
za y alumbrado eléctricos, para cu-
yo fin se estableció en 1909 con un
capital de $2.000,000, siendo su pre-
sidente el señor Santiago Arechede-
rra.
compañía HIDROELÉCTRICA E
IRRIG.\DORA DEL CHÁPALA, S.
A. — México,' D. F. — Gerente, Emilio
Pinzón.
compañía HIDROELÉCTRICA QUE-
RETANA, S. A Cinco de Mayo Ni'i-
mero ó. Querétaro. — Establecida en
1903. Esta compañía explota, por de-
recho de concesión, una caída de
agua del río denominado San Jrian
del Río, caída que produce 3.000 ca-
ballos de fuerza. Las plantas eléc-
tricas que allí tiene instaladas, pro-
porcionan luz y fuerza por todo el
Estado de Querétaro. El capital so-
cial es de $1.000,000, distribuidos en
10,000 acciones de á $100 cada una.
El presidente de la Compañía es el
señor Francisco de Cosío, el vice-
presidente el señor Adolfo Isla, y el
gerente el señor Juan B. Alcocer.
compañía INDUSTRIAL DE ATLIX-
CO, S. A. — Tercer Orden de San
Agustín Núni. 3. México, D. F. — Se
constituyó en 1899. Su capital so-
cial es de $6,000.000. Posee la ia-
brica de hilados, tejidos, etc., de
Metepec, en Atlixco, Estado de Pue-
bla. Comenzó su trabajo en 1902,
con 928 telares, los que han aumen-
tado á 1,574 en la actualidad. Su
gerente es el señor Don Benito Diez
Salced?».
compañía industrial de oaxa.
CA, S. A.— Capital, $300,000. Pro-
pietarios de las fábricas "La Opera,"
"La Risa," "La Sorpresa." — Oaxaca,
Oax.
compañía industrial de san
ANTONIO ABAD, S. A.— Estableci-
da en 1892. Capital, $3.500,000.— Ca^
lie de Síiu Agustín Níiin. 2, México,
D. F.
compañía industrial manufac-
turera, S. A.— Fábricas de hila-
dos, tejidos, estampados y almidón.
Oficinas en México: Capuchinas Nú-
mero 3. México, D. F. — Presidente,
Ángel M. Lerdo de Tejada. Gerente,
Anselmo Alorin.
compañía industrial veracku-
ZANA, S. A. — Tiene su despacho en
la calle de Ocampo Ni'uu, 3. México,
D. F., y otra en Santa Rosa, Estado
de Veracruz. Se fundó en 1903 con
capital de $1.200,000, siendo su ca-
pital actual de $3.000,000. Posee la
fábrica de tejidos de algodón de San-
ta Rosa, en el Caí: ton de Orizaba.
en la cual trabajan 3G,000 brocas,
1,400 telares y cuatro máquinas de
estampar. Sus productos principa-
les son calicós, percales, cretonas y
estampados de fantasía. Su fondo
de reserva es de $1.875,000.
compañía industrial de oriza-
ba. So A. — Tiene su domicilio en la
4^ calle de Sau Agusíín» 3Iéxico, D.
F. — Se dedica á la industria del al-
godón, hilados, tejidos y estaijipa-
dos. Tiene las fábricas en Río Blan-
co. San Lorenzo, Corrientes y Coco-
lapan, y las instalaciones hidroeléc-
tricas en Rincón Grande y Cocola-
pan, en el Cantón de Orizaba, Ver.
Cuenta con 6,000 obreros, 8,000 ca-
ballos de fuerza motriz, 18 turbinas,
45 motores eléctricos, 10,000 husos,
4,000 telares, etc. Su capital social
es de $15.000,000, y sus reservas de
$7.470,000. Fué fundada en 1889.
compañía ingeniera, importa-
DORA Y CONTRATISTA, So A. Sucs.
de G„ & O. Braniff & Coo Toda clase
de maquinaria. — 2'' Capucliiuas Nú-
mero 49, México, D. F.
compañía internacional de
tiendas de campaña y tol-
DOS, S. A.— 2^ calle de Dolores Núm.
104, México, Do Fo
Esta casa fabrica los artículos que
su nombre indica, expende equipos
completos para campamentos, mue-
bles y baños plegadizos, costales, cu-
bos, estufas, hamacas, etc. Se fundó
en Abril de 1904 por el señor P. R.
Hynson. Gerente: Chas. D. Hynson.
C03ÍPAÑIA INDUSTRIAL MICHOA-
CANA, S. A. — Avenida San Francisco
Núm. 2ÜO México, D. F. — Presidente
general, Carlos Holt Smith.
El señor Smith también represen-
ta la Compañía de Cemento "Would-
ham," "Standard Steel Works Com-
pany," and "Baldwin Locomotiva
Works."
compañía italiana de CONS-
TRUCCIONES, S. A.— Gante Núm 1.
México, D. F. — Gerente, César Mar-
bu rg.
compañía ladrillera de teo-
LOYUCAN, S. A Fué fundada en
1904 con capital de $200,000, el cual
se aumentó á $500,000 en 1907. Su
presidente es el señor Thomas Quirk.
La fábrica de ladrillo se encuentra
en Teoloyucan, Estado de México,
y su oficina en el edificio Quirk, ca-
lle de Gante Núm. 1 México, D. F.
compañía "LA CÁNTABRA" DE
TEXCOCO, S. A.— 1' Santa Teresa
Núm. 8. México, D. F. — Tiene una fá-
brica de vidrio plano en Texcoco,
Estado de México, cuyo capital pa-
gado es de $300,000, y. que se esta-
bleció en 1S70. Funcionó bajo el an-
tiguo sistema hasta 1909, año en que
fué reformada completamente, es-
tando ahora á la altura de la épo-
ca, conforme á los sistemas europeos.
Su capacidad es de 1,000 metros cua-
drados al día; su presidente y ge-
rente es el señor Martín Velasco.
compañía LINERA de MÉXICO, S.
A., sucesora de J. Hamer <íi Co. Se
dedica al hilado, tejido, tintura /
blanqueo de telas, produciendo
2.000,000 al año. Su presidente es el
señor Thurston Hamer y su geren-
te Geoffrey H. Hamer. Se estable-
ció en 1887, y su capital es de
$600,000.
COMPAÑÍA LITOGRAFICA Y TIPO-
GRAFfCA, S. A.- -Avenida del Cinco
de Mayo Núnt. 18. México, D. F.— Es-
ta compañía, que tiene por presiden-
te al señor Carlos M. Rassuza, y por
vicepresidente al señor Atanasio Ro-
cha, se estableció en 1848, y su ca-
pital social es de $350,000.
compañía maderera y ferro-
carrilera DE ZITACUARO, S. A.
— Reside en el Centro Mercantil, Mé-
xico, Do F. — Opera en la extracción
de maderas y durmientes y posee
un ferrocarril de 35 kilómetros de
Zitácuaro á las cercanías de Soco-
9
ñusco. Su capital e5 de 5400,000, y
se estableció en 1904.
C0.1IPA5IA ?[AM FACTURERA DEL
HORXO PARTRIDGE, S. A.— Geren-
te José R. Méndez Condón. — Gaute
>úni. 12. México, D. F.
compañía mercantil de vera-
I'KUZ, S. A. — Comisiones en gene-
ral. Agencia Aduanal. Gerente ge-
neral, C. Da Muro. Capital social,
$20,000.— Yeracniz, Ver.
C03IPAÑIA MER( AXTIL MEXICANA.
Avenida de los Hombres Ihistres
>'ún!. 134. México,' D. F. — Tiene al-
macenes de madera del país é impor-
tada en la 3 de Aldaina, >úni. 83.
Sus gerentes generales son los se-
ñores Fernando y Jacinto Pimentel
y Fagoaga.
C03IPAÑIA MEXICANA DE CONS-
TRICCIONES Y OBRAS DE INGE-
NIERIA, S. A — Edificio del Centro
Mercantil. México, D. F. — Constru-
yen obras de asfalto y de concreto,
túneles, edificios, sistemas de dre-
naje, etc. El ingeniero en jefe es el
teniente coronel Porfirio Díaz, hi-
jo, y el presidente y gerente gene-
ral el señor Paul S. Lietz. Se fundó
la compañía en 1899.
C03IPA5IA MEXICANA DE ACERO
Y PRODUCTOS QUÍMICOS, S. A.—
Avenida 16 de Septiembre, Núm. 13.
3Jéxico, D. F. — Fabrica calcio, car-
buro, sosa' cáustica, otros produc-
tos químicos y especialmente acero
de alto grado. La fábrica está cerca
del Peñón. Presidente, R. C. Brown;
gerente, John H. Clarke. Su capital
es de $500,000.
COMPAXIA MEXICANA DE NAYE-
0A( ION, S. A. — Veracniz, Yer. — Ca-
pital social, $2.250,000. Establecida en
1900. Presidente, Manuel Romano Mi-
jares. Gerente general, Gonzalo Al-
baunza.
compañía mexicana de PRODUC-
TOS DE ACERO Y 3ÍAQUINARIA, S.
A.— Capital, $100,000. — Despacho:
calle de Gante, Núm. 1. México, D. F.
COmUÑIA MEXICANA DE PRO-
DUCTOS DE BARRO, S. A Capital
social, $30,000 enteramente pagados.
Fábrica y despacho: Calzada de
Guadalupe. México, D. F. — Estable-
cida en 1895. Gerente, S. F. Fuller.
compañía mexicana MANUFAC-
TURERA DE MADERAS, S. A.— Ca-
pital, $300,000. W. B. Mitchell, Presi-
dente. Esquina de Atenas y Liman-
tour. 3Iéxico, D. F.
compañía mexicana de vehícu-
los ELÉCTRICOS.— t' calle de
Huniltoldt, Núm. 3L México, D. F.—
Comercian en automóviles de gaso-
lina y sus accesorios. Son agentes-
en esta Repi'iblica de varias marcas
de automóviles. Establecidos en 1900.
compañía MOLINERA DE PUEBLA,
S. A. — Tiene un capital social de
$100,000. Es molino de nixtamal. El
Gerente es el señor J. Luis Román.
Mesones 2, Puebla,
compañía 3Í0LINERA TíIEXICANA,
S. A. — Avenida Cinco de Mayo, Nú-
mero 8S. México, D. F.^ — Gerente,
Carlos M. Johnston.
compañía nacional fundidora
DE fierro y bronce 2' calle
de Ramón Guzmán, Núm. ó. México,
D. F. — Tiene taller mecánico y he-
rrería; construye y repara máqui-
nas. El jefe de esta empresa es el
señor Pastor de Celis. Su capital,
$20,000. Se estableció en 1909.
compañía nacional mexicana
de dinamita y explosivos, s.
A. — Fundada en 1901. Capital social,
$3.400,000, enteramente pagados. Di-
rección general : calle de San Ag'us-
tín Núm, 3(;io México, D. F. — Direc-
tor general: Augusto Genin.
compañía pan-americana de
vehículos, S. a México, D. F.—
Sucesores de Samuel W. Walker.
.Además del negocio de vehículos tie-
ne un departamento de comisiones.
El presidente es el señor Samuel W.
Walker, y el gerente, Kenneth D.
Walker. Se estableció en 1891.
compañía perforadora mexi-
cana, S. A Calle de Cadena, 3Ié.
xico, D. F. — Establecida en 1910. con
un capital social de $800,000. Presi-
dente, Lie. Pedro S. de Azcué.
compañía pesquera veracru-
zana y fabrica de hielo.- ar-
teaga, Sierra y Cía. — Veracniz, Ver.
compañía realizadora de pul-
QUES, S. A. — 7' de Juárez, Núm. 1.
Puebla.— Fué establecida en 1906. El
Consejo de Administración es el si-
guiente: Presidente, Don Mariano
Muñoz; 1er. Vocal, Don Rafael Ber-
nal ; 2" Vocal, Don Benigno Prieto;
y Secretario, Don Ricardo Martínez.
— El capital social es de $450,000,
distribuidos en 450 acciones de á
$1,000 cada una.
compañía realizadora DE PUL-
QUE, S. C, Ltda 3* calle de San
Cristóbal, Núm. 10. Orizaba, Ver. —
Su presidente, Don Gonzalo E. Car-
ees, vive en México en la 4" calle de
las Artes Núm. 61. La Compañía ob-
tiene el pulque de varias haciendas
del Estado de Veracruz y lo distri-
tribuye en el mismo Estado, en las
ciudades de Veracruz, Orizaba, Jala-
pa y Córdoba. El Gerente general es
Don Fernando Alvarez y el capital
social de $800,000.
10
compañía sixger de maquinas
DE COSEK.— Importadora de Má-
quinas de coser. Gerente, Edwin M.
Ching.
C031FAXIA SOMBRERERA, S. A
Portal íle Mercaderes, Biúnu 3. Méxi-
co, D„ F. — Antigua casa Zolly. Esta-
blecida en 1S44. Fábrica é importa-
ción de sombreros. Apoderado,
Otlion A. Argus.
compañía telefomca del es-
tado DE (ÍIANAJ cato.— Les se-
ñores Bustamante, Bryant y P. N.
Ponce lian obtenido una concesión
para fundar una compañía telefóni-
ca con capital social de un millón
de pesos. Dicha empresa dará ser-
vicio en todo el Estado de Guana-
juato. Pronto se inaugurarán los
trabajos de instalación.
compañía trasatlántica. — La
agencia que esta compañía tiene en
la capital de México, se halla en la
calle <le San Agustín, Núiii. 8, á car-
go del señor José D. Bousquet. Tie-
ne agencias también ea Campeche,
Coatzacoalcos, Frontera y San Juan
Bautista, Tabasco, Laguna, Mérida
y Progreso, Tampico y Veracruz.
Cuenta con unos veinticinco buques
de vapor, con los cuales hace el trá-
fico entre Europa y América y tam-
bién con todas las demás partes del
mundo. La empresa fué fundada por
A. López y Cía., en Alicante, Espa-
ña, en el año de 1S56, con cinco va-
pores. A fines de 1861 adquirió seis
iDuques más. En 1876 adquirió otros
cuatro. En 1881 se transformó la
empresa en la sociedad anónima
nombrada "Compañía Trasatlánti-
ca." En 1884 adquirió once buques
más; y en 1887 compró cuatro gran-
des vapores, habiendo después con-
tinuado introduciendo las reformas
requeridas por el servicio, hasta lle-
gar al estado que hoy presenta. La
Compañía tiene su dirección en Bar-
celona, y su representación en Ma-
drid.
CONDE, QUINTO GÓMEZ, & Hnos.
Puebla. — Propietarios de las Fábri-
cas de Hilados y Tejidos de Algodón
"Santiago" y "Santa Elena," funda-
das, la jn'imera, en Puebla el año de
1890, y la segunda, en Tlaxcala, en
1898. Son propietarios también del
Molino y Hacienda "La Noria."
CONSOLIDATED BROOM MANUFAC-
TURINÍJ Co., S. A.— 5' calle de Gue-
rrero, Núni. 10ó„ México, D. F. — Su
capital es de $100,000, pero se inten-
ta aumentarlo á razón de $100,000
en los cuatro años siguientes. Fabri-
can escobas de mijo, que se cosecha
en los Estados de México, Veracruz,
Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Nue-
vo León. Su fundador y gerente es
el señor Arturo M. Martínez.
CONSOLIDATED IRON AND EQUIP-
3IENT CO-MPANY.— Tiene sus ofici-
nas, talleres y bodegas en Peralvi-
11o, frente al Hipódromo, México, D.
F. — Su negocio consiste en equipos
para ferrocarriles, palas de vapor,
hierro en lingotes, maquinaria de
segunda mano, etc Su presidente y
gerente general es el señor Harry
Wright. Está establecido desde 1904.
Su capital es de $500,000.
CONTRI, SILVIO, arquitecto. Es el
encargado de la construcción del edi-
ficio de la Secretaría de Comunica-
ciones y Obras Públicas, y ha cons-
truido más de 50 edificios en México.
— Calle del Cinco de Mayo. México,
D. F.
CORTES HERMANOS.— Fábrica de ja-
bón.— Playa, Núin„ '2. Silao, Gto.
CREMER, HERO.— Calle de Jesús, Nú-
mero So México, D„ F. — Representan-
te de casas extranjeras y casa de
comisiones.
CRISTALERÍA MODERNA.--J. Ollivier
y Compañía. — ^'alle de la Palma^
Núni, 8o México, D. F„
CURTIDURÍA AUSTRO-MEXICANA.
— Establecida en 1897. — ^Fábrica y
despacho: Puente de San Pahlo, Ni'i-
niero 5„ México, D. F. — Gerente: Gas-
par Koloffon.
DA Y, R. A Calle de Zúlela, Núm. 1.
México^ D„ F. — Lleva y revisa libres
y contabilidades. Se estableció en es-
te negocio en 1908.
DE LA BARRA, IGNACIO L., Ingenie-
ro.— 6' del General Prini, Ni'im. 109.
3Iéxico, D,, F. — Constructor de edifi-
cios.
DELOÍTTE, PLENDER, GRIFE ITHS
¿c Co.i Contadores y glosadores. — ■
Edificio de La Mutua.--Esta casa, cu-
y?, matriz está en Londres, tiene su-
cursales en México en la dirección
arriba dicha, á cargo del socio pre-
sidente Vivían Harcourt, establecida
en 1906.
DENNY BROS, ingenieros metalurgis-
tas y consultores de minas. Residen
en los números 50 y 51 del edificio
Quirk, Gante Núm. 1. — Estos inge-
nieras, C. A. Denny y H. S. Denny,
se establecieron en México en 1908.
DESCUENTO ESPAÑOL, S. A. Méxi-
co, Do F. — Este establecimiento ban-
cario, que se halla en el edificio de
su nombre, tenía un capital pagado
de $9.000,000, un fondo de previsión
de $1.500,000, y un fondo de reserva
de $230,938.84, en 31 de Julio de 1909.
Su director Gerente es el señor Jo-
sé Rivero Collada.
11
DE OCHOA, ISIDRO, y Cía.— Teraeruz,
Ver. — Importadores y Exportadores.
Fábrica de Clavos. Molino de Sal.
DESCIIAMPS, A., y Cía.— Veiaeniz,
Ver. — Peletería, Bonetería y Confec-
ciones.
DE SORIA, J. H., comisionista.- Be-
tlemitas, >'úni. 210. México, D. F. —
Se dedica á comisiones en general y
á operaciones de banca desde 1904.
DÍAZ HERMANOS, Veracruz, Ver.—
Comisionistas. Agentes de seguros
marítimos "Manheim."
DIEZ, AMBROSIO.— GiianaJTiato, 1" ca-
He de Benito Juárez, letra F. — Pro-
pietarios del Gran Almacén de Aba-
rrotes "Negociación del Valle," que
fué establecido en 1S82. Agencia de
la Cervecería Moctezuma, S. A., de
Orizaba.
DOBBIE, JAMES & HIJOS. -Fundición
de fierro y acero. — Veracruz, Ver.
Dl>BAR, DIEGO S. Sucs.— Calle de
Jesús, >úni. 15. México, D. F. — Ne-
gociación en hilo de coser. Gerente
apoderado, Carlos Stephan; agente
para el hilo de bolita manufactura-
do por la Compañía Industrial "El
Salvador," S. A.
DREOHOFER, J. F., sastre.— Bajos
del Hotel Iturbide, México, D. F. —
Además de la sastrería, tiene comer-
cio en casimires, sombreros, zapatos,
etc. Se estableció en 1SS5.
droguería de la profesa de J.
Labadie Sucrs. y Cía. — Avenida de
San Francisco, IVúni. 5. México, D. F.
— La firma se estableció en 1865, co-
menzando el negocio de droguería al
por mayor con un capital de sólo
$5,000. Ahora hace los negocios por
mayor y menor. El establecimiento
está dividido en departamentos, ca-
da uno con sus respectivos emplea-
dos y bajo la dirección de un exper-
to. Tiene dos grandes almacenes y
está para poner otro. Tiene un la-
horatorio que ocupa nueve piezas,
un departamento de papel tapiz y
otro de instrumentos quirúrgicos,
taller de empacar, perfumerías, ofi-
cinas y otras dependencias. La casa
tiene la agencia de más de cincuenta
fábricas extranjeras de drogas, per-
fumes, productos químicos, apara-
tos fotográficos, pinturas, medicinas
de patente, útiles higiénicos, eléctri-
cos, ópticos y de otras clases. Los
principales del establecimiento son
los señores Héctor Labadie, Luis H.
Labadie y A. Martel.
DUBOIS, P., F. MARCOX T A. 00-
DARD, arquitectos. — Calle de Lerdo
Núni. 6. 3Iéxico, D. — Entre los traba-
jos que estos señores han hecho se
encuentra el Círculo Francés y el
ensanchamiento del Palacio de Hie-
rro. Se establecieron en 1908.
"DULCERÍA FRANCESA» de H. De-
verdun, Sucs. — Puente del Espíritu
Santo, Núni. 2. México, D. F. — Ade-
más de la fabricación y venta de dul-
ces, arregla banquetes de lujo para
matrimonios, bautizos, etc., y ex-
pende vinos procedentes de viñedos
de su propiedad en Bordeaux, cuya
marca es "Clos des Tillenls."
DI PLAN, Dr. ERNESTO.— PueWa. Co-
rreo Viejo, Núm. 5. — El Dr. Duplan
está establecido en Puebla desde Ma-
yo de 1906, y hace tres años que
desempeña el puesto de Cirujano del
Hospital del Ferrocarril Interoceá-
nico de Puebla.
DURAN, LUIS MONROT, y Cía., S. en
C, Ingenieros contratistas, importa-
dores de maquinaria. — Edificio
Quirk. México, D. F.
DI VAL, MAURICIE RAOUL, Comisio-
nista, Representante de casas ex-
tranjeras.— 1" Calle Ancha, Núm. 5.
México, D. F.
EBRARD Y COMPAÑÍA, Sucs— Cajón
de Ropa "Al Puerto de Liverpool."
— Esquina San Bernardo y Callejue-
la. México, D. F. — Gerente, J. B.
Ebrard.
EBRIGHT, E. H. (antes The Mexican
Plumbing Supply Company). — Ofici-
na, en la calle de Bucareli, Núm. 53.
México, D, F. — Es comerciante al
por mayor en toda clase de artículos
para plomeros. Establecióse en 1899.
EL ABASTECEDOR AGRÍCOLA Y
3IECANIC0. A. Raynaud, Ingenie-
ro agrónomo.^ — Calle del Arco de San
Agustín, Núm. 1, México, D. F. —
Trata en abonos químicos, desin-
crustantes de calderas, arados de va-
por, cemento Portland y otros pro-
ductos, y esteriliza el aire por medio
de la electricidad. El negocio fué es-
tal)lecido en 1909.
EL BUEN TONO, S, A.— Plaza de San
Juan, Núnio 218. México, D. F. — Ca-
pital social, $6.500,000. Fábrica de
cigarros. Director general: Ernesto
Pugibet.
ELCORO, VALENTÍN, y Cía.— Almace-
nes de fierro, ferretería y maquina-
ria en la calle del Aug-el Núm. 1, y
en la de Cadena, Núm. 24. 3Iéxico, D.
F. — Tiene talleres de fundición, he-
rrería, carrocería, carpintería y fá-
brica de clavos de alambre, en la 2^
calle de Comonfort, Núm. 1; y un
depósito de hierro en el Arco de San
Agustín, Núm. 1. Se fundó esta casa
en 1864.
«EL COLCHÓN SANITARIO."— Ave-
nida del 16 de Sei)tiem))re, México,
D. F. — Es fábrica de colchones que
12
llevan por marca el nombre de arri-
ba, así como los de marca "Oster-
moor," y frazadas, cobertores, al-
mohadas, cojines, etc. Su propieta-
rio, Geo. D. Wright, se estableció en
1908.
«ELECTROPÜEA Co.," S, A.— Prime-
ra (le Atenas, Niim. 9. México, I). F.
— Se dedica á la purificación de
aguas potables y líquidos, por proce-
dimientos eléctricos. El presidente
de esta compañía es el señor Manuel
Villegas.
"EL CONTROL QUÍMICO INTERNA-
CIONAL DE MÉXICO."— 2' calle de
Santo Domingo, Núm. 4. México, D.
r. — Tiene por objeto dar al piiblico
una garantía de los productos que
vigila, y poner á cubierto la falsifi-
cación de las mercancías extranje-
ras. Su presidente es el Lie. Fran-
cisco Alfaro, pero la dirección efec-
tiva está á cargo de Don Joaquín
Haro. El interventor oficial es el Dr.
José de Morales. Se estableció en
virtud de una concesión del Gobier-
no mexicano, en 1903.
«EL EDÉN."— Fábrica de Aguas Ga-
seosas. Prop., L. Raynaud. — Oaxaca,
Oax.
«EL ESCRITORIO."— Calle de Zara-
goza, Núm. 8. Puebla. — El señor En-
rique del Moral es el propietario de
este establecimiento, donde se en-
cuentra papel y libros en blanco de
todas clases, artículos para escue-
las y de fantasía, libros, etc. Tiene
anexa una imprenta. Tiene, además,
las agencias Remington y Roneo. Es-
ta casa fué establecida en Octubre
de 1907.
«EL IMPORTADOR" T «EL FÉNIX."
— Esquina de San Bernardo y Mon-
terilla, México, D. F. — Almacenes y
fábrica de corbatas, camisas, para-
guas y bonetería. Propietarios, hijos
de Max Chauvet. Establecidos en
1883.
EL JONUCO.— Avenida del 16 de Sep-
tiembre, Núm. ()8, México, D. F. — Es
un almacén de mercería, juguetes y
artículos de fantasía, establecido en
1863. Tiene la representación de va-
rias fábricas de fonógrafos; fabrica
artefactos de madera, papel y car-
tón, juguetes, muebles escolares, vi-
trinas, faroles y adornos. Su propie-
tario es el señor Fernando Kososky.
EL PALACIO DE HIERRO, S. A. Mé-
xico, D. F. — Es este un gran edificio
y establecimiento mercantl funda-
do en 1901, con capital de $4.000,000,
siendo el capital actual de $6.000,000,
y cuyo gerente es el señor Enrique
Tron. Tiene departamentos de ador-
nos, accesorios para vestidos, som-
breros y ropa interior, alfombras.
calzado, casimires, corbatas, bone-
tería, camisería, confecciones, cor-
tinajes, cristalería y otros muchos
artículos. Tiene un servicio foráneo
establecido, por lo cual remite á
todas partes de la República los pe-
didos que se le hacen.
EL POLO NORTE, S. A.— Capital so-
cial, $225,000. Fábrica de Hielo. Des-
pacho: Zuleta Núm. 1. México, D. F,
Presidente, H. D. Tovey. Vicepresi-
dente, G. W. Saunders.
«EL PUERTO DE VERACRUZ."— Es-
quina de las calles Monlerilla y Ca-
puchinas. México, D. F. — Pertenece
á los señores Signoret, Honorat y
Cía., y consiste en almacenes de ropa
y sedería, muebles franceses é italia-
nos. Tiene agregados talleres de re-
paración de muebles, de confección
de vestidos y sombreros de señoras,
de ornamentos de iglesia, de para-
guas, de camisas y de corbatas. Se
estableció en 1881.
«EL SOMBRERO DE PALMA.— Despa-
cho y fábrica en la 2'^ Calle Nacio-
nal, Núm. ó, Colonia Morelos. Méxi-
co, D. F. — Es esta una fábrica de
sombreros de paja, y comercio de
sombreros y efectos de palma y jar-
cia del país. Sus propietarios son,
desde 1909, los señores Rodrigo Mon-
tes de Oca, S. en C, Sucs. de Dioni-
sio Montes de Oca, establecido en
1880.
EL SURTIDOR.— Primitivo Pérez, S.
C. — Avenida de San Francisco, Núm.
68 y 70. México, D. F. — Almacenes
generales de novedades. Casa esta-
blecida en 1897.
EL EUSKARO, Fábrica de Harinas.—
Despacho: 2^ del Factor, Núm. 18.
México, D. F. — Propietario: Braulio
Iriarte.
E31PRESA DE TELEFONOS ERICS-
SON, S. A.— Capital social, $2.000,000
(capitalistas de Suecia). La Empre-
sa Ericsson ha hecho una instala-
ción perfecta en el Distrito Federal
y cuenta actualmente con el patro-
cinio de cerca de 7,000 suscriptores
en el Distrito Federal.
La gerencia y dirección de la Com-
pañía Ericsson está actualmente en
manos del señor Erik Ostlund, gra-
duado en la Real Escuela Técnica de
Stockhclm, Suecia.
E3IPRESA NACIONAL DE CONS-
TRUCCIONES DE FIERRO Y ACE-
RO. — Tiene sus talleres en la %"^ ca-.
lie de la Florida, Núm. 5, y sus ofi-
cinas en el Centro Mercantil, Méxi-
co, D. F. — Construyen invernaderos,
kioscos, pabellones, mercados, alma-
cenes, puentes, armaduras, coberti-
zos, etc. Su propietario es el ingenie-
ro Federico Philippe Serrano, quien
ha ediíicado varias obras importan-
tes.
ESCINDE Y Cía., Ingenieros y contra-
tistas.^— (íaiite >'úni. 1. 3Iéxico, D. F.
ESPERÓN Y SILVA. Comerciantes y
Comisionistas. — Avenida Inílepeiideu-
cía, Xúiii. SH„ Oaxaca, Oax.
FABIÍIÍA DE ACEITES DE «LAS
DELICIAS," de Ángel González y
Cía. — 1' callo de las Delicias, Núm.
16. 3íéxico, D. F. — Fué fundada en
1864 por Don Ángel y Don Evaristo
González, dedicándose al principio
á la fabricación de almidón. Ha te-
nido varios cambios y es al presente
una importante fábrica de aceites.
Los socios actuales son los señores
Lorenzo y Ángel González. Trabajan
en ella más de 70 personas.
FABlíICA DE AGUAS GASEOSAS
"EL VENADO." Propietarios: .J. La-
tisnere y Cía. Puebla. — Establecida
en 1909.
FABKICA DE FLORES Y PLANTAS
ARTIFICIALES.— 2' del Cinco de
Febrero. México, D. F. — Gerente:
León Pierson.
FABRICA DE HIELO "LA IMPÁVI-
DA."— Guauajiiato. — Al lado del Co-
rreo.— El señor G. D. Gibson, Inge-
niero Eléctrico, es el propietario de
esta fábrica, la cual fué instalada en
1906.
FABRICA DE HILADOS Y TEJIDOS
"EL CARMEN." Puebla. Costado del
Señor de los Trabajos, Núms. 4 y (í.
— Establecida en 1896. Su propietario
es el señor Eugenio Sibilot. Produ-
ce hilazas, tonzales, trencillas para
bujías, pábilo para cerillos y velas,
driles y cantones.
FABRICA DE TAPONES Y ARTE-
FACTOS DE CORCHO, de Francisco
Lafora. Puebla. 7" de ¡a Colonia, Nú-
mero ó. — Fué establecida en 1909.
Tiene capacidad para hacer 50,000
tapones diariamente. El señor Lafo-
ra representa á varias casas extran-
jeras y de México.
FABRICA DE TEJIDOS DE SEDA de
Hipólito Chambón. — 5" calle del
Fresno, Núni. 192. México D. F. — Es-
ta casa trabaja en seda, pelo y ca-
titeo, hace seda .de torzal para bor-
dados, y su especialidad es la de re-
bozos de lujo. Se fundó en 1881.
FABRICA DE CALZADO Y CURTIDU-
RÍA MEXICANA "EXCELSIOR."—
Calle de la Ranchería y Porvenir,
Núm. 1. Tacubaya, D. F. — Tiene su-
cursales en Puebla, Pachuca y To-
luca; propietario, C. B. Zetina. Es-
tablecida en 1902.
FABRICA DE CINTAS de Don Alber-
to Arellano. México, D. F. — Tiene
invertidos en maquinaria moderna
$200,000 y produce cerca de 500,000
metros de cintas diversas diaria-
mente.
FINK, ALFREDO.— Celaya, Estado de
Guanajiiaío. — Propietario de una
ferretería muy acreditada y del Mo-
lino del Rosario. El señor Fink tie-
ne la representación de las siguien-
tes compañías: Hamburg America,
Liverpool and London and Globe y
Nacional Prusiana. Tiene, además, la
agencia general de la Cervecería de
Toluca tanto en Guanajuato como
en Querétaro, y es Gerente de la Fá-
brica de Hielo de Celaya. Estableci-
do desde 1892.
FLECK, ALBERTO, y Cía.— 5" caHe de
Balderas, Núm, 72. México, D. F. —
Son importadores y representantes
generales. Su especialidad es de ma-
quinaria minera. Estableciéronse en
1909.
FLEISCH3IANN y Cía.— I'' calle de
Huni))oldt, Núm. 41. México, D. F. —
Manufactureros, introductores y dis-
tribuidores de levadura comprimida,
en los Estados Unidos, Canadá y la
República Mexicana. La sucursal en
México, á cargo de Fleischmann y
Cía., se estableció en 1905.
FLEURY, JUAN D 7^ del Ciprés Núm.
1ÍÍ2. íléxico, D. F Contratista y
Constructor. Establecido en 1886.
FORTOUL, EUGENIO.— Almacén de
víveres por mayor y menor. Semi-
llas,.^ — San Carlos, Ver.
FRANCO HERMANOS.— I'' Estampa de
Regina, Núm. 1,630. México, D. F.—
Tornería en madera.
FUNDICIÓN DE LAS DELICIAS.— Ge-
rente, Thomas Philips. — 3" calle de
las Delicias. México, D. F.
GALAINENA, J., y Cía. Sucs., comisio-
nistas. Fábrica de puros "El Arte." —
Veracniz, Ver.
garcía cano garfíñele.- Puebla.
— Propietarios de una fábrica de
aguas gaseosas y de hielo, estable-
cida el año de 1884.
GARRIDO ORTIZ y Cía.— Cajón de ro-
pa.— Irapuaío, GtOo
GIL, ALBERTO ROBLES, Ingeniero
Contratista.^2' Avenida General
Prim, Núm,. 80. México, D. F.
GIL, LUIS ROBLES, Ingeniero— Ave-
nida San Francisco. México, D. F.
GÓMEZ Y GUTIÉRREZ.— Vinos, lico-
res y Dulcería. — Oaxaca, Oax.
G03ÍEZ, ROGELIO, y Hermano, Comi-
sionistas.— Oaxaca, Oax.
"GRAN ALMACÉN DE PAPEL TA-
PIZ" de Federico Velázquez. — Ave-
nida Cinco de Mayo, Núm. 34. Méxi-
co, D. F. — Establecido en 1878.
14
El Iiiipurtador,
Baños ''La A'ictniia."'
Al Puerto de Veraeruz.
El Palacio de Hierro.
EDIFICIOS MODEPvXOS. MÉXICO, D. F.
i^RXS FABRICA DE CALZADO "EL
LEO>'," del señor Agustín Briseño,
sucesor de Manuel Briseño. La fá-
brica está en la 2" de Nava, A'úin. 67,
y los despachos en Orteg:a, 10 y 24.
México, D. F. — Fué establecida en
1S70.
CÍKAN FABKICA DE CORSÉS de A.
Lavillette. — Primera calle de Santo
Domiugo, >!im. 7. México, D. F. —
Además del negocio de corsés, es es-
te un negocio de sedería, bonetería,
flores y adornos, nauñecas, etc. Se
estableció en 1872.
<5RAN FABRICA DE LOZA de J. Olli-
vier y Cía. — Primera calle del Ni-
ño Perdido, Núm. 83. México, D. F. —
Esta fábrica fué traspasada en 1904
á la actual firma, la que ha intro-
ducido importante maquinaria, de-
partamentos nuevos y buenos mate-
riales. La fábrica ocupa 5,000 me-
tros cuadrados; emplea 120 caballos
de fuerza motriz y trabajan en ella
350 operarios. Tiene cinco hornos
grandes y trabaja diariamente seis
toneladas de barro. Los artículos
fabricados son finos, tanto de lujo
como de bajo precio, y se expenden
en la "Cristalerí?i Moderna," situa-
da en la calle de la Palma, Núm. 3.
México, D. F., en donde se encuen-
tran, además, muchos objetos artís-
ticos de porcelana, cristal de Bacca-
rat y de Bohemia, bronce y otros
metales.
GRAN FABRICA DE YESO CALCINA-
DO "EL CABALLO."— La fábrica es-
tá en Sauía Julia, D. F., y el despa-
cho cerca del Tívoli del Elíseo. El
yeso que fabrica es el oue se usa en
la decoración de cielos rasos, etc.
También fabrica el abono mineral
marca "El Caballo." Pertenece á los
señores Desdier. Reynaud y Cía. y se
estableció en 1907.
ORAN HOTEL Y RESTIRANT ME-
XICO. — Veracruz, Ver. — Prop. Ra-
miro Goaz.
GRAN S03IBRERERIA FRANCESA.—
2" calle de Mercaderes, Núm. 3. Pae-
i)¡a. — Establecida en 1865. Son sus
propietarios los señores 1. Coutto-
lenc é Hijos. Fabrica toda clase de
sombreros del país y vende sombre-
ros importados, especialmente de
marcas americanas. Los socios de la
Compañía son los señores Isidoro
Couttolenc, Rafael Colín, Isidoro
Couttolenc, jr., y Luis Esmenjaud.
garcía, SEBASTIAN Calzada de
Nouoalco, Niim. 481. México, D. F. —
Es propietario de la "Nueva Tenería
Nacional" establecida en 1893.
GARDNER, D. B., ingeniero electricis-
ta. Tiene su despacho en el callejón
de Cuajomiilco, Núm. 6. México, D.
F. — Tiene planta completa para vul-
canizar y reparar llantas para auto-
móviles, talleres para reparación de
maquinaria eléctrica; garage, y es
agente de la H. H. Franklin Mfg. Co.,
que fabrica el automóvil Franklin.
Se estableció en 1897.
GERBER, H. E., y Cía.— Calle de San
Agustín, Núm. 20. México, D. F. —
Comerciantes de vinos y licores y
representantes de muchas casas de
Europa y de los Estados Unidos. Se
establecieron en 1903.
GROTIIE íc CÁRTER, Ingenieros.—
Calle de Tilmrcio, Núm. 22. México.
D. F. — Estos señores tienen la li-
cencia exclusiva para fabricar y ven-
der los tanques agitadores "Pachu-
ca." Sor ingenieros consultores pa-
ra asuntos relativos al tratamiento
de los minerales por el cianuro, Se
establecieron en 1906.
galería fotográfica de F. O. Po-
li y Cía. — 2' calle de Revillagigedo,
Núm. 24. México, D. F. — Este esta-
blecimiento fotográfico al estilo mo-
derno, se estableció en 1909.
garcía & ORTIZ.— Avenida de la In-
dependencia, Núm. 10. México, D. F.
— Se dedican á hacer instalaciones
de luz y fuerza eléctricas. Los so-
cios son los señores Gabriel García
R. y Jesús Ortiz G., quienes se es-
tablecieron en 1906.
GASMOTOREN -- FABRIK DEÜTZ,
(Compañía Anónima de los legítimos
motores "Otto"). Casa sucursal en
México, calle de Znleta, Núm. 15.
México, D. F. — Directores: Ulrico
Meyer y Daniel Johner.
GONZÁLEZ, EUSEBIO, Sociedad en
Comandita.— Celaya, Estado do Gua-
najnato. — Son propietarios de tres
fábricas: "La Reforma," establecida
en 1854, "San Fernando,' en 1880, y
"La Providencia," en 1870. La prime-
ra y la última son de algodón, la in-
termedia es de lana.
GONZÁLEZ, RAFAEL.— 4" de las Ar-
íes, Núm. 63. México, D. F. — Agencia
de los automóviles Buick.
GUERRA, LAURO M., y Uno.- Tienen
su despacho y almacenes en la ca-
lle de Cadena, México, D. F. — Son
ingenieros mecánicos, especialistas
de maquinaria para refrigeración,
para fabricación de hielo y para
cervecerías. Se establecieron en
Monterrey, N. L., donde tienen la
casa matriz, hace cuatro años, y en
la ciudad de México en 1009. En sus
negocios de ésta piensan invertir en
Enero próximo $50,000 más.
GIZMAN, MANUEL, y Cía.— Calle de
Miradores, Núm. 17. Puebla.- Pro-
pietarios del "Almacén de Muebles,"
15
establecimiento fundado en 1907:
tienen un surtido completo de mue-
bles americanos, austríacos y del
país; espejos, camas de latón, relo-
jes de mesa, máquinas de escribir
Smith y otros muchos artículos. Tie-
nen la agencia de los afamados gra-
fófonos Columbia y la de máquinas
de escritura visible. L. C. Smith
Bros. Los socios de la Compañía son
los señores Francisco Rivas, Manuel
M. Guzmáu y Axel Petersson.
GKIMWOOD, A., & C0.--I" calle de San
Juan (le Leírán, Núm. ó. México, D.
¥. — Tienen formada estos señores la
Merchants' Commercial Company,
que importa carbón y otros produc-
tos y tiene sucursales en Londres y
Amberes. Las casas de Londres y de
Veracruz se establecieron en 1894,
y la de la ciudad de México, en 1896.
En 1910 esta misma firma organi-
zó la Agencia Marítima de México,
S. A., cuyo objeto es llevar á cabo
todos los negocios del departamento
marítimo de los señores A. Grim-
wood y Cía. de México y Veracruz.
El presidente de esta nueva compa-
ñía es el señor Alfredo Grimwood y
el vicepresidente, el señor Adolfo E.
Hegewisch.
HACIENDA DE ATLIXCO Y ANEXAS,
S. A. — ('ai>ucliinas, Jíúm. 7. México,
D. F. — Esta compañía se estableció
en 1906, con un capital de |1.000,000.
Su objeto es la explotació,n de las
haciendas de Atlixco y Apango, si-
tuadas en el Distrito de Hidalgo, Es-
tado de Guerrero, cuyo cultivo prin-
cipal es el de la caña de azúcar. For-
man su Consejo de Administración
los señores R. Marrón, presidente,
L. C. Frisbie, vicepresidente.
HARDAKER, GUILLERMO S.--Puel)la.
Compañía, ]Vúin. 10. — Contratista é
importador de toda clase de maqui-
naria y refacciones, especialmente
para fábricas de hilados y tejidos.
Blanqueo, Tintorería y Estampe;
Turbinas, Tubería, calderas y Má-
quinas de vapor, edificios de hierro.
Bandas de cuero, Cables de algodón,
etc. El señor Hardaker representa
en México á las siguientes casas
constructoras de maquinaria, ingle-
sas y suizas: Dobson & Barlow, Ltd ,
Bolton; Mather & Platt, Ltd., Man-
chester; E.-icher, Wyss & Co., Zu-
rich; Edward Wood & Co., Ltd.,
Manchester; Hacking & Co., Ltd.,
Bury y Thos. Robinson & Son, Ltd.,
Rockdale. Es, además, socio de la ca-
sa H. Boardman & Co., de Puebla.
HERRERA, AURELIO, y Cía,, S. en C—
Propietarios del Molino Irapuato, en
la población del' mismo nombre del
Estado de Guanajuato. Se ocupan en
la compra y venta de trigos, y son
los únicos propietarios de la acredi-
tada harina marca "Creciente." Es-
tablecidos desde 1902.
HIXZELMAXX, F. — Agencia especial
de patentes. — Cinco de Mayo, >'úni.
3¿, México, D. F.
KIRSCH, ERNESTO.— Ortega >úm. 22.
México, D. F. — Representante de ca-
sas y fábricas extranjeras.
HIRSCHBERG, CARLOS.— 1^ calle de
Kuevo México, IVúni, 7. México, D. F.
— Es comisionista, agente general de
casas extranjeras y se ocupa de im-
portaciones y exportaciones, sien-
do su especialidad la de los vinos y
licores. Establecido en 1890.
HOLDEX-CRAW Co., vulcanizadores.
S'' calle de Bucareli, INúm. 65 Méxi-
co, D. F. — Reparan llantas de auto-
móviles y bicicletas por un procedi-
miento de vulcanización especial.
Establecidos en 1909.
HOTEL DE LA UNION.— Guanajuato.
Jardín de la Unión, Níim. 3. — El pro-
pietario de este hotel, establecido en
1862, es el señor Francisco Drivet.
HOTEL DEL JARDÍN.— Luis Noriega
Sánchez. — Calle Independencia. Mé-
xico, D„ F.
HOTEL DEL PASAJE.— Propietario,
Francisco de Velasco. — Puebla.
HOTEL GERMÁN AMERICAN Mé-
xicCj D. F. — Propietario, John Jor-
gen.
HOTEL GILLOW San José el Real,
Núra. 23. México, D. F. — Administra-
dor, Francisco Lesbros.
HOTEL LASCURAIN.— Arenida de los
Hombres Ilustres, Núm. 59. México,
D. F. — Propietario: Pedro Lascu-
ráin; Gerente, Víctor Cador.
HOTEL MÉXICO.— Propietario: Ma-
riano Saiz. — Jalapa, Ver.
HOTEL MOCTEZUMA Cuernavaca,
Estado de llórelos. — Propietario:
Ramón Oliveros.
HOTEL PALACIO.— Puente Espíritu
Santo y 16 de Septiembre. México, D.
F. — Dueños: Ph. Bony y A. Gamard.
HOTEL T RESTAURANT DE DILI-
GENCIAS.—Veracruz, Ver.— Propie-
tario: Calv^o Canteli y Cía.
HOTEL Y RESTAURANT GUARDIO-
LA. — I"" San Francisco Núm. 13. Mé-
xico, D. F. — Dueño: George King-
man.
HOTEL SAN FRANCIS.— Keeffe Her-
manos, propietarios. — Avenida Juá-
rez. México, D. F.
HOTEL VELASCO, y Café Restaurant
y Baños "'El Paraíso." — Dulcería y
Pastelería. — Calle de Benito Juárez,
Núms. 6 y 8. León, Estado de Gua-
najuato.— El propietario de este Ho-
16
tel y sus anexos es el señor Manuel
Velasco. Fué establecido el Hotel el
año de 1891.
HOTEL CLARK'S ALAMEDA.--Pro-
pietario: George Clark. — Arenida de
los Hombres Ilustres. México, D. F.
HOTEL COLORÍ.— San José el Real,
IVúm. 21. México, D. F.
«HOTEL DE GENEVE."— 8" calle de
Liverpool. México, D. F. — Es un gran
ediñcio construido de acero y con-
creto, destinado á recibir huéspedes
y pasajeros. Los propietarios son los
señores L. Vogel, S. en C, y su agen-
te el señor Chas. E. Guest.
HOTEL LARA 1'^ de San Juan de
Letrán, Jíúm. 6, México, D. F. — Es
uno de los que se ha formado re-
cientemente, estando ahora monta-
do á la altura de la época. Pertene-
ce á la señora G. C. Vda. de Lara.
La reforma de este establecimiento
data de 1910.
HOTEL SAINT LOIIS.— 1^ calle San
Agustín, Núm. 30. México, D. F.—
Propietario: Juan Lozano Alcalde.
HOTEL "THE ?ÍE\V PORTER'S."— Ca-
lle San Juan de Letrán. México, I).
F.
HOTEL «TILLE DES ROSES."— San
Ángel, D. F. — Prop. Madame Jeanne
Roux.
HUBARD Y BOURLOIÍ.— 4^ calle de
Tacaba, Jíúm. 33. México, D. F.—
Comerciantes é instaladores de apa-
ratos y materiales eléctricos, moto-
res, bombas centrífugas, elevadores,
etc. Establecidos en 1905.
HÜBER, ENRIQUE, Ing.— Edificio de
la Compañía Bancaria. México, D. F.
— Representa la fábrica de eleva-
dores de Cari Flohr, de Berlín, Ale-
mania, y comercia en maquinaria
para minería, agricultura é indus-
tria.
IBAjÑEZ T PRIETO Capuchinas, Nú-
mero 2H. México, D. F. — Se ocupan
de comisiones y giros sobre el ex-
tranjero y de la compra y venta de
valores. Establecidos en 1909.
INSTITUTO METODISTA MEXICA-
NO. — Puebla.. Avenida del Instituto.
— Fundado hace 35 años. El Institu-
to Metodista sostiene dos escuelas,
una para niñas y otra para niños.
El presidente actual es el señor P.
Plores Valderrama. El señor J. A.
Manning es el Secretario.
INTERNATIONAL BANKING COR-
PORATION.—Calle del Espíritu San-
to, Núm. 2. México, D. F. — Gerente:
Henry H. Hanson.
INTERNATIONAL TRANSFER COM-
PANT. — Avenida Independencia, Nú-
mero 17. México, D. F. — Su negocio
es el transporte de equipajes; el
encargado de este ramo en los tre-
nes de feri'ocarril, tiene la repre-
sentación de esta empresa. Se esta-
bleció en 1890, y su Gerente gene-
ral es J. H. Christen.
INURRETA, TIRSO, Hijo, Comercian-
te y Comisionista. — Oaxaca, Oax.
JALAPA RAILWAY AND POIVER Co.
— Gerente general: H. S. Kerr. — Ja-
lapa, Ver„
JORDA, ENRIQUE.— Agente de la
Compañía Cervecera Toluca y Mé-
xico, S. A., en los Estados de Puebla
y Tlaxcala.
KOPPEL, ARTURO, A S. A.— San José
Real, Núm. 1. México, D. F. — La ca-
sa matriz fué fundada en Berlín,
Alemania, en 1875. La casa de Mé-
xico se fundó en 1906. El capital so-
cial es de $13,000. Fabrican toda
clase de materiales para ferrocarri-
les fijos y portátiles, como locomo-
toras, etc.
«LA ABEJA," S. A— Calle de Don
Juan Manuel, Núm. 32. México, D. F.
— Es una fábrica de hilados y bone-
tería, fundada en 1899 y cuyo capi-
tal es de $500,000.
«LA CARPETA."— Almacén de papel
y artículos de escritorio, imprenta,
litografía, grabados y esteriotipia,
fábrica de libros en blanco, encua-
demación, etc. Tiene sus almacenes,
escritorio, fábrica y talleres en la 3^^
calle de Cuauhtemotzin, Núm. 37, y
su despacho al menudeo en la Ave-
nida del 16 de Septiembre, Núm. 53.
México, D. F. — El Gerente es el se-
ñor Gonzalo de la Maza, y su socio
comanditario el señor José G. Es-
candón.
«LA CAROLINA," fábrica de hilados,
tejidos y estampe; C. Noriega y Cía.,
S. en C. — Calle del Ángel, Núm. 5.
La fábrica se halla en la calle de
Zaragoza, México, D. F. Tiene 700
telares y departamentos de blan-
queo, tintorería y estampe, y traba-
jan en ella unos 1,000 obreros. El
departamento de estampe se esta-
bleció en 1897 y el de hilados y te-,
jidos en 1908. Los gerentes son los:
señores Constantino Noriega, José
María Quintana, etc.
«LA CIUDAD DE CARRARA."— Calle
de Guadalupe, Núm. 8. Puebla. — Es-
tablecimiento de los señores Fran-
cisco Gamboa y Cía., fundado en
1897. Tiene depósito de mármoles de
Italia y un Taller Artístico cuya ma-
quinaria es movida por electricidad.
LA CIUDAD DE LONDRES.— J. Olli-
vier y Cía.- -Almacén de Ropa y Fá-
brica de Hilados y Tejidos. — 1" Pla-
teros, Núms. 7 y 8. México, D. F.
17
LA CIUDAD DE MÉXICO Jalapa,
Ver.— Almacén de Ropa y Noveda-
des.— Ollivier Hnos. y Cía. Estable-
cida en 18t)9.
LA CIUDAD DE LO>DIÍES Pacliu-
ca. — Almacén de Novedades, Sastre-
ría, Mueblería. Establecida en 1898.
Prop. F. Imbert y Compañía.
«LA compañía ALU3ÍIM0 Y COR-
CHO COKOXA.''— Su despacho está
en la calle de Saiita Teresa, >'úiii. 2.
México, D. F., y su fábrica en el Pe-
ñón, D. F. Es sucursal de "The
Crown and Seal Co." de Baltimore,
Estados Unidos. Comenzó sus nego-
cios en 1905. Su producto es el de
los tapones de corcho "Corona." El
señor H. K. Dickson es el Gerente
general.
LA C03IPAÑIA BRUXSWICK-BALKE.
COLLE>DER.— Mesas de Billar con
barandas de patente "Monavch''. —
Zuleía, :Xi'im. 15 México, D. F.— La
sucursal en México fué fundada en
1898 por el señor Julius Ballíe. Ge-
rente: Ricardo Watty.
■"LA CO>FEDEIiACIOX DEL CANA-
DA,'' sociedad de seguros sobre la
vida. — Tiene su casa matriz en To-
ronto, Canaúá. La sucursal en Mé-
xico está en la calle del Espíritu
Santo, Núrn. 5, á cargo del Gerente
general, señor F. W. Green. La Com-
pañía emite toda clase de pólizas.
El presidente de la corporación es
W. H. Beatty. En cuanto á capital,
el sobrante en efectivo de todo pa-
sivo era de $1.091,529 en 31 de Di
ciembre de ]908.
*'LA ENSEÑANZA OBJETIVA,' Casa
importadora. — San Martín, Níim. 1.
Puelíla. — Este establecimiento, fun-
dado en 1SS8, gira bajo la razón so-
cial de Agustín Romero. Tiene sur-
tido completo de artículos de libre-
ría y papelería.
«LA ES?tIERALDA,"— Hauser, Zivy &
Co. México, D. F. — Casa fundada en
1864. La casa mtriz está en París v
la fábrica principal en Suiza. Es la
joyería más grande de le República;
y comercia en todo lo que se rela-
ciona con el ramo.
XA ESTRELLA, S. A.— Fábrica de Cer-
veza y Hielo. — Jalapa, Ver. — Esta-
.Tslecida desde el año 1898. Presiden-
te y Gerente: Emilio Leycegui; Vi-
cepresidente: Roberto Graf.
«LA FAVOIÍÍT.V," S. A.— Gran Desti-
lería Central. — Celaya, Estado de
Guana.ínato. — Produce alcoholes y
aguardientes en grande escala, pas-
ta alimenticia para ganado, aceite
vegetal y át:ido carbónico líquido.
La producción de ácido carbónico
de esta fábrica es suficiente para lle-
nar el consumo de este artículo en
toda la República, haciendo inne-
cesaria ya su importación de Euro-
pa. "La Favorta" trabaja con ma-
quinaria de lo más moderno, pues
toda su planta fué renovada recien-
temente. Su capital social es de
$3.000,000. Fué establecida en 1901.
El pre3ide:.ite es el señor Luciano
Veyau ; el Gerente, el señor Augus-
to Veyan, y el Sub-gerente y Teso-
rero, el señor Adolfo Ajanes, jr.
"LAS FABRICAS UNIVERSALES," de
A. Reynaud y Cía. Se hallan en la
esquina de la 2' del Cinco de Febre-
ro j 4" de Capuchinas. México, D. F.
— Son grandes almacenes de nove-
dades, que se establecieron en esta
capital en 1S87.
"LA FRANCIA."— Bonetería, Camise-
ría y novedades. — Ar. 16 de Septiem-
bre, Núni, 78. México, D. F. — Prop.
Juan Carredano.
LAGARRA, PEDRO, y Cía.— Puebla.—
Propietarios de la Fábrica de Hi-
lados "La Mexicana." Esta fábrica
permaneció cerrada durante año y
medio, y fué reabierta por la ac-
tual Compañía el 1" de Enero de
1910.
"LA GERMANIA," Compañía de segu-
ros sobre la vida, incorporada en
1860 bajo las leyes del Estado de
Nueva York. La sucursal en la Re-
pública mexicana está á cargo del
señor C. H. Florián, director gene-
ral, con residencia en la 1" de Pla-
teros, Nítni. 2. México, D. F. — El ca-
pital líquido de esta Compañía era
de $5.815,065.71 en primero de Ene-
ro de 1909.
"LA GRAN BARATA." Kuri Primos
Sucs. — Mercería, Joyería, Sedería y
Perfumería. — 2'^ Flamencos, Núni. 15.
México, D. F. — Gerentes props. Ale-
jandro Kuri, Antonio Letayf.
«LA GRAN UNION," fábrica de alco-
holes y licores situada en la Calza-
da de la Vig'a y la Calzada de Gue-
rrero, Depósito y oficinas generales
en la esquina de las calles Arcos y
Bajos de San Agustín, México, D. F.
— Propietario: León S. Kuhn. Esta-
blecida en 1894.
El mismo señor Kuhn posee la fá-
brica de Milita, sita en la Calzada de
Ciuerrero, establecida por él, bajo
concesión especial del Gobierno en
1906.
LA IMPERIAL, S. A.— Cía. Manufac-
turera de Dulces y Chocolates. — Re-
yi!la8Íg:edo v Ayuíítamlento, Méxi-
co, D. F.
"LA INDUSTRIA NACIONAL."— 4^ del
Fresno, Núm. 113. México, D. F. —
Fábrica de velas y cera. Propieta-
rios: Melchor Camacho y Hno. Es-
tablecidos en 1895, siendo la prime-
18
ra factoría moderna de velas que hu-
bo ea México.
LA INDISTEIA VERACRUZANA, S.
A Capital social, $50,000.
Director: Luciano Leycegui. — Ye-
racruz, Ver.
«LA LATIDO- AMERICAN A" (Mutua-
lista), compañía de seguros sobre la
vida. — Oficinas, Cadena, IVúin. 21.
México, D. V. — Su reserva de garan-
tía ó capital suscrito es de $1.000,000.
LAVANDERLl MODERNA La Auro-
ra."— 7' calle del Dr. Lavista, Núm.
188-90. México, D. F.— Su propieta-
rio es el señor Mauro Cándano, esta-
blecido en 1904. La maquinaria de
esta lavandería es moderna, impor-
tada de los Estados Unidos, y todos
los operarios son mexicanos.
LANGENSCHEIDT, ENRIQUE.— GüA-
iiajuato. — Banquero, Explotador de
Minas y Hacendado. Establecido des-
de 1872. Las haciendas del señor
Langenscheidt se encuentran en el
Estado de Zacatecas. Dicho señor
es también Vice-Cónsul de Alema-
nia en Guanajuato.
LA MINA DE SANTA GERTRUDIS, S.
A., Paelmca, se organizó en 1877,
después del cual tiempo ha produci-
do unos millones de pesos de metal.
En el 24 de Enero del corriente año
una compañía inglesa compró esta
negociación en $9.000,000.
LA NACIONAL.— Gerente, Manuel Gar-
cía.— Callejón de los Reyes, Núm. 4.
México, Do F. — Fábrica de Ropa He-
cha, instalada con todos los adelan-
tos modernos.
L.V. NACIONAL. — Cía. de seguros so-
bre la vida. S. A. — México, D. F.
*'LA PALMA,'' de Manuel Palomar y
Cía. — Ferrciería, Mercería, Mueble-
ría, Cristalería y Armería.— Plaza
Principal, Núni. 1; Portal Aldama
Niini. 1. León, Estado de Guanajua-
to.— Establecidos en 1895. Tienen un
surtido completo en máquinas de
agricultura, muebles, etc.
*'LA PRIMAVERA." Gran Almacén de
Ropa y novedades de Paulino Ri-
chaud & Cía. — PuebL'í. I'' calle de
-Mercaderes y Portal Hidalí?o. — Ha-
cen ventas por mayor y menor. Ca-
sa establecida en 1880.
LARIN y Cía., Fábrica de Chocolates
y Dulces.^ — V de Mina, Núm. 56. Mé-
xico, D, F, — Establecióse en 1898,
fabricando dulces y bombones al es-
tilo europeo, los que expende en es-
ta ciudad y exporta á los Estados.
LAS DOS AMEEICAS, S. A.— Fábrica
de Hielo. Capital social, $400,000.
— Despacho: Zuleía, Núm. 1. Méxi-
co, D, F. — Presidente: G. N. Saun-
ders. Gerente: Pedro Bong.
"LA SUIZA," Gran Sedería, de C.
Deuchler y Cía. — Avenida de San
Francisco, Núm, 55. México, D. F. —
Almacén de mercancías de todas cla-
ses, especialmente novedades para
señoras. Establecida en 18S2.
lavandería anglo-mexicana.—
2^ calle de Nuevo México, Núms. 53
y 55. México, D. F. — El propietario
de este establecimiento es el se-
ñor W. H. Sheppard, quien estable-
ció en 1898 la lavandería á mano, te-
niéndola ahora equipada con ma-
quinaria moderna de vapor.
lavandería higiénica, S. a— 1'
Mosqueta, Núm. 15. México, D. F. —
Capital social, $300,000.
Presidente: José H. Christen.
"LA MEXICANA," compañía anóni-
ma nacional de seguros sobre la vi-
da.— San Francisco. — México, D. F.
Cuenta 22 años de existencia. Su
presidente es el Ingeniero Sebastián
Camacho, y su Director general el
señor Emilio Berea. Su capital so-
cial era de $200,000 y su fondo de
reserva de $3.111,348.59 en 31 de
Diciembre de 1908.
LA MICHOACANA, S. A.— Maderería.
7' de Altaniirano, Núm. 134. Méxi-
co, D. F. — Este negocio fué estable-
cido en 1893 con aserraderos en los
bosques de Michoiacán, pero ha cam-
biado de dueños y de razón social
varias veces hasta tomar la que en-
cabeza estas líneas en 1909. Su Ge-
rente es ahora el señor G. H. He-
wett.
"LA MONSEJiRAT."- 8^ de ReyÜlagí-
gedo, Núm. 94. México, D. F. — Es
ésta una fái)rica de tejidos de punto.
Expende hilazas mercerizadas, hilo
bolita "Sol y Luna," hilo crochet y
de otras clases. Son sus propietarios
los señores B. Oliver, S. en C.
"LA MUTUA" de Nueva York.— Edifi-
cio de La Mutua, Avenida Cinco de
Mayo. México, D. F. — Compañía de
seguros sobre la vida; Director ge-
neral: H. E. Bourchier.
"LA PALETA;" de José M. Urquidi.—
Calleión del Espíritu Santo, Núm.
14. México, D. F. — Comercio de ar-
tículos de dibujo y pinturas. Esta-
blecido en 1882.
LA PERFECCIONADA, S. A— México,
D. F. — Fábrica de Bonetería é Hi-
lados, establecida en 1900 con un ca-
pital de $1.000,000.
"LA PERL V,"— Esquina de San Fran-
cisco y Callejón de Santa Clara. Mé-
xico, D. F.- Esta es una gran joye-
ría y relojería establecida en 1879, y
perteneciente á los señores Diener
Hnos.
"LA PRIMAVERA."— Grandes Alma-
cenes de Ropa y Novedades de I*.
19
Thome y Cía., Sucesores. — Esquina
Condesa y Oratorio. León, Estado de
Gnanajnato. — Estos almacenes fue-
ron establecidos en ISSl. Los actua-
les socios de la compañía son los
señores Sebastián Donnadieu, Jean
Silve y Aimé Donnadieu.
«LA PROBIDAD."— Fábrica de Algo-
dón, (hilados y tejidos).) Fundada
en 1860. Especialidad. Driles Jala-
peños de hilo torzal. B. Manuel, Su-
cesores. Apoderado: Rafael Nevé. —
. . Jalapa, Ver,
«LAS FABÍÍir AS DE FRANCIA."—
Cajón de Ropa. — Portal Aldania, Nú-
mero 34, León, Estado de Guana jna-
to. — Estos grandes almacenes son
propiedad de los señores Pons y Cía.
Fueron establecidos en 1884. Los
actuales socios son los señores Emi-
le James y José Pons.
"LA SIRENA."— Tlapalería y Ferrete-
ría de M. Pezaña, Sucr. — Calle del
. Refugio, Njíni. 15. México, D. F. —
Tiene surtido de artículos de los
ramos mencionados, barnices de Va-
lentín, de Nobles y Hoare y Mur-
phy, herramientas y materiales pa-
ra la fabricación de flores artificia-
les. Establecida en 1820.
«LA SORPRESA."— Almacenes de Do-
renberg Peiersen & Co. — Puebla. — •
Tienen un surtido completo de ar-
tículos de Ferretería, Mercería, Mue-
blería, Cristalería, Joyería, Perfu-
mería, Maquinaria, etc. Venden tam-
bién carruajes y papel tapiz. Casa
establecida en 1SÜ7. Los socios son
los señores Pablo Petersen, José Do-
renberg y Julio Siegle
«LA TABACALERA MEXICANA, S. A
—México, D. F.— Se fundó en 1899,
bajo la razón social de Basagoiti,
Zaldo y Cía. En 1907 se convirtió en
sociedad anónima con capital de
$2.000.000.
«LA TOLTECA," Compañía de Cemen-
to Portland, S. A. — Capital invertido,
$500,000. — Oficina principal, Gante
Núni. 14.
México, D. F. — ^Vicepresidente y Ge-
rente general: "W. E. Burk.
LA ÜNION DE LAS COLONIAS.— Al-
macén de Abarrotes. Ventas por ma-
yor y menor. — Santa María y Alza-
..te, México, D. F. — Gerente: A. Cam-
po 11 o.
«LA UNION LICORERA" de Antonio
Barcelo. — Calle de Jiménez, Número
1,633 .México, D. F.— Es esta una fá-
brica de licores y comercio de acei-
tes franceses y españoles, embote-
llados y en botes. Expende también
Jerez quinado y mezcal Sotol. Se
•estableció en 1900. La razón social
fué anteriormente Molina Alonzo y
Bercelo; después Alonzo y Barcelo
y hoy A^ ionio Bn ícele.
"L'CNION," compañía francesa de se-
guros contra incendio. — Calle de Ca-
puchinas, \úni. 7. México, D. F. — Su
residencia en París es en la Plaza
de Vendóme, 9. El apoderado en Mé-
xico es el señor Marcel Deffés. Fué
fundada en 1828. y se estableció en
México en JS98.
«LA VICTORIA, S. A., fábrica de teji-
dos de lana. — Calzada de la Viga, es-
quina con la de la Resurrección, Mé-
xico, D. F. — Esta compañía sucedió
en 1909, á la de Ibáñez y Prieto, S.
en C, la que desde 1903, era suce-
sora de Antonio Basagoiti, quien ha-
bía establecido el negocio en 1894.
Fi ]ires;idf.nte de la actual compa-
ñía es l)cu Antonio Basagoiti, y el
Director Gerente, Don Adolfo Prieto.
LA VILCANIZADORA DAVIS.— Aye-
nida Juárez, Núni. 66. México, D. F.
— Negocio de Goma elástica vulca-
nizada, rescargue de acumuladores
eléctricos. Expende llantas "Dia-
mond." El propietario es Jack M.
Davis, quien se estableció en 1907.
"LE LOüVRE," gran camisería y per-
fumería de Bacha y Cía., Suos. —
Avenida del 16 de Septiembre, Núm»
67. México, D. F. — Tienen la fábri-
ca de perfumes en Puente de Carre-
tones 10^/^ y además de ésta y la fá-
brica de camisas, tienen almacén de
sedería y otros artículos extranje-
ros. Los propietarios son los seño-
res Selim Abraham y Negib Bacha.
LE LOÍIVRE.— Puebla.— Bonetería y
Lencería. Especialidad en artículos
de iglesia. Establecido en 1900.
LESSANCE A., Sucs.— Calle del Niño
Perdido, Núm. 5% y callejón de Pa-
jaritos Núm. 8 Vi! y 9. México, D. F. —
El negocio consiste en la curtiduría y
expendio de bandas de cuero para
maquinaria, guarniciones y charo-
les para carrocerías. La propietaria
es de la señora Adela M. Vda. de
Sanders. Establecióse en 1858.
librería EDITORIAL de la Vda. de
C. Bouret. — Avenida del Cinco de
Mayo, Núm. 5. México, D. F. — Esta
casa edita libros de texto, adaptados
á las escuelas mexicanas. Tiene un
departamento de materiales escola-
res, y una extensa biblioteca de
obras españolas y francesas de cien-
cias, literatura, artes y oficios, etc.
La casa tiene también almacenes en
París. Sus gerentes son los señores
Raoul Mille y Elle Esnault. Fué fun-
dada en 1820.
LIONS HERMANOS y Cía.— Importa-
dores y exportadores. Son los pro-
pietarios del Almacén de Ropa y No-
vedades La Ciudad de México, 1* de
20
Mercaderes, Núnis. 2 y 4, Puebla; y
de la Fábrica de Hilados y Tejidos
de Algodón El León, ubicada en
Atlixco, del mismo Estado de Pue-
bla.— Establecidos desde 1862. Los
socios actuales de la Compañía son
los señores Eugene Lions, Jules
Lions, Adrien Reynaud, Casimir Phi-
lip, Luis Moutte y Jean Lions.
LISTER l\ V. & Cía., contratistas.—
Tienen su oficina principal en ia
calle de Don Juan Manuel, Hiíim. 20.
México, D. F. — Construyen pavimen-
tos de asfalto y de otros materiales,
obras de abastecimiento de aguas,
etc. Se establecieron en 1905.
LLOYD C. H.— Arenida del Cinco de
Mayo, Núm. 1. México, D, F. — Es
único agente de D. L. Flack & Son,
de Londres, y de la American Creo-
sote Works, Inc." de Nueva Orleans.
La. Comenzó sus negocios aquí en
1906, importando carbón, coke, an-
tracita y otros muchos productos in-
gleses.
LOCKHART ALFREDO.— Calle de las
Cruces, ííúni. 6. Puebla. — Gerente y
Apoderado de la importante casa P.
Reddaway y Cía., Ltda., Pendleton,
Manchester, Inglaterra. Dicha casa
es la única que fabrica las afamadas
bandas "Pelo de Camello" y artícu-
los diversos como tubos de algodón,
cañamazo y cauchu. El señor Lock-
hart está establecido en Puebla des-
de el año de 1907.
LOEB HERMANOS.— Esquina de la
Avenida San Francisco y Callejón
de la Alcaicería. México, D. F. — Son
importadores y comerciantes por
mayor y menor, en cristalería, loza,
porcelana, lámparas, cuchillería fina
y efectos plateados. Tienen oficina
en París. Estableciéronse en Méxi-
co en 1889, 'Siendo los socios Max
Loeb y Jacobo Lceb.
LOIZAGÍA HER?JA]VOS.— 6^ Calle de
Guerrero, Jíúni. 122. México, D. F.
— Casa fundada en 1906. — Fábrica
general de Punto "La Europea."
LÓMELO, AUSE> CIO.— Calle Benito
Juárez, letra A. Guanajuato. — Esta-
blecido desde 1890. Su negociación
lleva el nombre de El Ancla de Oro.
Se ocupa el señor Lomelín en toda
clase de comisiones y consignacio-
nes. Es agente en Guanajuato de la
Cervecería Cuauhtemoc, S. A., y sub-
agente de la Compañía de Seguros
contra Incendio "The Liverpool and
London and Globe."
LOXDOX ASSITRAXCE.— Agentes apo-
derados, P. y J. Jacques, S. en C. —
Calle de Don Juan Manuel. México,
D. F.
LONDOX GüARA\TEE AND ACCI-
DENT COMPANY, Ltd.— La casa
matriz está en Londres, y la Agencia
en México se halla en la calle de
Gante, Nm. 11, siendo el agente ge-
neral el señor L. H. Miller. El capi-
tal pagado de esta Compañía en 1907
era de 75,000 libras esterlinas.
LOüSTAN D. & Cía.— 2'' calle de Píate-
ros, Núm. 10. México, D. F. — Son co-
misionistas. Se encargan de despa-
chos aduanales en Veracruz y Méxi-
co. Tienen lanchas para descargar y
embarcar, remolcadores y embarca-
ciones cubiertas para cabotaje. Los
propietarios son los señores Denis
Loustan (fundador en 1879), Alexis
Loustan y Joseph Brausset.
"LOS INDUSTRIALES," S. A. Ta-
lleres en la Prolongación de San
Salvador el Seco. México, D. F. —
Manufactura hierro y acero. Presi-
dente, Ing. Sebastián Camacho. Se
estableció en 1887. Capital, $152,000.
LUNA RAMOS é Hijo— Puebla. 1* de
Mercaderes, Núm. 9. — Propietarios
de la Sedería La Elegante, fundada
en 1869. Este establecimiento vende
máquinas de coser, tablear y enca-
rrujar; adornos, botones, blondas,
encajes, guantes, corbatas, medias,
perfumes, ñores artificiales y mul-
titud de artículos de fantasía.
LUNDBERG G.— Venta de productos
de Suecia, establecida en 1907. — Cin-
co de Mayo, Núm. 82. México, D. F.
Me LAREN T HERNÁNDEZ.— Nego-
cios administrativos y judiciales. —
Esquina San Francisco y Callejón de
Betlemitas, Núm. 217. México, D. F.
MACNABB JAS. F. & Co.,— Calle de
Tiburcio, Núm. 18. México, D. F. —
Anteriormente eran Ford & Mac-
nabb. El señor Ford se estableció en
México en 1898; el señor Macnabb
se asoció al señor Ford en 1905. Son
contadores y glosadores, también es
el señor Macnabb agente general de
la "Palatine Insurance Company,
Ltd.," Compañía de Seguros contra
Incendio.
maderería "LA PROVEEDORA," de
Silviano M. Saldaña. — 3" calle de
Mina, Núm, 59. México, D. F. — Co-
mercia en maderas del país y norte-
americanas, y tiene talleres de tor-
nería y de hacer molduras. Estable-
cida en 1899.
MAQUIVAR y Compañía. — Pachuca. —
Almacén de Fierro, Ferretería, Mer-
cería y abarrotes. Establecida en
1867.
MARMOLERÍA ITALIANA.— Talleres
de escultura y arquitectura de Aqui-
les y Ardella. — Los talleres están en
la segunda de la Pila Seca, Núm. 6;
el despacho en la Avenida Indepen-
dencia, Núm. 40. México, D. F.
21
IffAETEL J. ALFREDO Sombrerería
El Conejo. — 6'' Bolívar. — :\Ianiifactu-
ra de pelo y fábrica de sombreros. —
Piaznela San Salvador el Tcrde, hú-
mero 14. ííéxico, D. F.
MAKTIXEZ Y :,IADRAZO, Sucs. Co-
misionistas.— Calle de Guauajiiato,
^úni. 2L — León, Estado de Gnaiia-
jnato. — Venden artículos de la in-
dustria de León. Casa establecida en
1885.
MARURE E. & Cía.— Veracraz, Ver.
— Comerciantes y Comisionistas. Fá-
brica de aguardiente en San Fran-
cisco de las Peñas, Ver.
MARX LUCIANO — Representante y
agente apoderado de S. Larcher Pére
et Fils Jeune. Bordeaux. — Calle
Isabel la Católica. >'úm. 1. México,
D. F.
MEXDEZ J. J., representante y crga-
nzador de compañías mineras. — Ca-
lle de Gante, Núni. 12. México, D. F.
— Es presidente de las compañías
mineras "El Dorado," S. A.; "Cam-
pechana, Triunvirato y Anexas," S.
A., y "La Rambla," S. A.; gerente
de la compañía minera exploradora
de León. Gto., S. A. Establecido en
1905.
MERCAMIL BA>'KI>G Co.— Esquina
1" San Francisco y Betlemitas. Mé-
xico, D. F. — Presidente: Geo. J. Me
Carty.
MERCERÍA Y FERRETERÍA de Ra-
món Bouchez. — Jalapa, Ver. — ^Casa
fundada en 1835.
MEXICAX CONSTRÜCTION AND Elí-
GINEERIXG Company, Ltd.--Geren-
te: W. H. Schaefer. — Centro .^ercan-
tih México, D. F.
MEXICAX ELECTRICAL SüPPLY Co.,
S. A. — Avenida de la Independencia,
'Súm. 2. México, D, F. — -Agentes de
varias fábricas extranjeras y comer-
ciantes en materiales eléctricos,
alambre de cobre y lámparas injan-
descentes. El Gerente general es el
señor J. A. Pierce.
La Compañía Mexicana de Lám-
paras Incandescentes, S. A., reside
en Nonoalco, México, D. F. Su capi-
tal social es de $160,000, y se esta-
bleció en 1904. Produce 2,500 lám-
paras por día y las exporta al Cana-
dá y á otros países.
MEXICAX GENERAL ELECTRIC
Company. — San Juan de Leírán, Nú-
mero 3. México, D. F. — Maquinaria
Eléctrica. Director Gerente: D. Ma-
zenet.
MEXICAN NATION VL PHONOGRAPH
Co.— 4" Tacuba Núni. 33. ?Jéxico, D.
F. — Fonógrafos, cinematógrafos, ba-
terías eléctricas, folladores automá-
ticos. Gerente: Georges ^I. Nisbett.
MEXICAN TITLE-3Í0RTGAGE Co., S.
A. — Callejón del Espíritu Santo. Mé-
xico, I), F. — Gerente: Malcolm C.
Little.
?íIEXICO CITY BANKING COMPANY,"
S. A. — Avenida de San Francisco,
Núni. 14. México, D, F. — Tiene un
capital y reserva de $1.000,000. Su
presidente es el señor Juan L Beck
y su gerente el señor F. J. Dun-
kerley.
MÉXICO EQOPMENT Co., S. A.,— Ma-
quinaria y accesorios eléctricos y
para minas. — Avenida Independen-
cia, Núni, 31. ?Iéxico, D. F. — Estable-
cida en 1904. Presidente: H. E. Al-
bright. Vicepresidente: Ch. Me. C.
Anderson. Secretario y Tesorero:
Will N. Parscms.
MICHEL CHRISTIAN y Cía., Ingenie-
ros de máquinas y contratistas. — ■
Zuleta, Núni. 1. México, D. F.
MIER VDA. DE & Co — Puelila.- Ha-
cendados é Industriales. Poseen la
hacienda de los Molinos, en Perote,
Veracruz; la fábrica de hilados y
tejidos "La Claudica" fundada en
1899, la cual tiene su despacho en
la calle de San Martín, Núni. 3; y un
aserradero para madera de pino y
oyamel, duela y viguería. La señora
Claudina F. Vda. de Mier es socio
capitalista y el señor Ignacio Me-
néndez, socio industrial.
MILLIKEN BROS., New York.— La su-
cursal de esta casa en México se ha-
lla en esta ciudad, en el edificio de
La Mutua. Fabrican lingotes, lámi-
nas, barras, acero y hierro estruc-
tural y ornamental. Establecidos en
México en 1898. Gerente: S. Fortín,
Ingeniero Contratista.
MOLINO DE CILINDROS "LA PRO-
VIDENCIA."- Núñez, Náni. 4. Pue-
l)la. — Es molino de harina; fué es-
tablecido en 1896 y tiene capacidad
para 200 barriles diarios. Propieta-
rio: Emilio Tiffaine.
MOLINO DEL FÉNIX.— Querétaro.—
Este molino produce harina de tri-
go de superior calidad. Fué estable-
cido en 1902. La agencia en México
está en la calle de la Acequia ó Za-
ragoza, Núni. 23 bis. El propietario
es el señor Pablo Lozada. — AJameda
Hidalgo, costado Norte. — Querétaro.
MOLINO DE "SAN MANUEL."- Pue-
bla.— Propietario : Fermín Besnier. —
ó"" Palafox y Mendoza, Núnj. 18.
MONASTERIO J, O., Ingeniero conce-
sionario del sistema Hennebique. — •
Cemento armado. — Edificio Bancario.
México, D, F,
MOREAU P. L., Agente de patentes.—
Ex-Seminario, Núm. 1. México, D. F.
22
JÍOSLER, BOWEN & COOK, Sucr.
(George \V. Cook), — 2'' San Fran-
cisco, j\úiu. 6. Jíéxico, D. F. — Cris-
talería, Material escolar, alfombras
y cortinas, papel tapiz, papelería,
muebles, cajas fuertes, contadores
de dinero y máquinas de escribir.
MÜLLER CARLOS.— Avenida Juárez,
jVíim. 88. México, D. F. — Apoderado
de casas extranjeras: La Sociedad
de los Automóviles "Peugeot" de Pa-
rís; bicicletas y motocicletas "Al-
cyón;" coclies -repartidores "Roval,"
y representante de muchos fabri-
cantes de drogas y substancias ali-
menticias.
MUNDET L. é Hijos, Sucs.— 8^' calle
del Sabino. — Importadores y fabri-
cantes de tapones y útiles para em-
botellar. Propietario: Arturo Mun-
det. Establecido en España en 1865
y en México en 1902.
MULLER .HERMANOS.— Esquina de
las calles del Dr. Casimiro Licéaga
y del Dr, Carniona y Valle. México,
D. F. — Tienen talleres de imprenta,
litografía, encuademación, raya-
dos, estereotipia y fotograbado. Es-
tableciéronse en 1900.
MüNGüIA ENRIQUE.— Calle de Ver-
gara, ]Vúm. 6. México, D. F. — Tiene
un repertorio de música, pianos, au-
to-pianos, harmonios é instrumen-
tos para bandas. Se estableció en
1899, y tiene sucursales en Guadala-
jara, San Luis Potosí y Zacatecas.
MÜRIEL Y ARMID A.— Avenida Juá-
rez, Núiu. 34. México, D. F. — Son
agentes para la venta de artículos
para oficinas, tales conio máquinas
de escribir, plumas fuentes ,máqui-
nas de calcular, y otros, con cuyo ne-
gocio se establecieron en 1908.
Tienen, también, un servicio de
órdenes y pedidos por correo, esta-
blecido en 1909.
NEW ENGLAND AND MÉXICO.—
Puente del Espíritu Santo, Ni'ini. 8 y
9. 3íéxico, D. F. — Comerciantes y
confeccionadores de trajes para hom-
bres y niños, uniformes, libreas, ca-
potes, etc. Tienen nueve sucursales
en América y Europa, estando la
casa matriz en Bruselas. Se esta-
bleció en 1902. El Gerente es el se-
ñor Armand Bugnot.
NATIONAL METAL C03IPANY.— 1"
calle de Santa Teresa, Núni. 2. Mé-
xico, D. F. — Compradores de mine-
rales y metales. Presidente: C. B.
Lewis; vicepresidente, H. P. Lewis.
Comenzó esta compañía sus opera-
ciones en 1900. Su capital, $1.000,000.
Los mismos señores Lewis tienen
formadas las compañías siguientes:
"Colonia Calzada Vallejo, S. A."
que se dedica á la venta de terrenos.
fundada en 1907, con capital de
$10,000, y cuyo presidente es C. B.
Lewis.
La "Compañía de Terrenos de Pe-
ralvillo," S. A., con capital de
$10,000, fundada en 1909, que tam-
bién se ocupa de la venta de terre-
nos, y cuyo presidente es H. P. Le-
wis.
La "Compañía Industrial de Pa-
tentes," S. A., con capital de $40,000,
fundada en 1909, cuyo presidente es
también H. P. Lewis.
NATIONAL PAPER AND TYPE COM-
PANY. — l'-^ de Nuevo México, Núni.
122. México, D. F. — Casa establecida
en 1900. Gerente: J. H. Jacobs.
NEEL W. R., Ingeniero y Contratista.
— 5" Córdoba, Núni. 102. México, D.
F.
NEGOCIACIÓN MANUFACTURERA
del Hierro de Zimapán. — Gerente:
Ricardo Honey.
Depósito: T de las Delicias, Núni.
55. México, D, F.
NEGOCIACIÓN MINERA «CRUZ Y
ANEXAS," de los señores Lewis y
Lujan, ingenieros. — Avenida de San
Francisco, Núni. 52. México, D. F. —
El mercurio es el metal que se ex-
trae de la mina.
NEGOCIACIÓN MINERA DE SAN RA-
FAEL Y ANEXAS Pacliuca.— Ge-
rente general: E. Girault.
OAXACA S3IELTER CORPORATION.
— Oficina principal: Boston, Mass.,
U. S. A.— Capital social, $1.500,000,
oro.
OBREGON CLAUDIO.— Guana.Uiaío. 2^
calle de Alonso, Núni. 22. — Importa-
dor y Comisionista. Casa establecida
en 1869. Los ramos en que se ocupa
son: mueblería en general, cristale-
ría, mercería fina, vinos y licores fi-
nos.
Las haciendas del Trejo y de la Ga-
rrida pertenecen á los Sres.. Claudio
Obregón é Hijos. Dichas haciendas
producen principalmente trigo y
maíz, fuera de otros productos se-
cundarios.
ÓPTICOS DE KING.— Avenida de San
Francisco, Núm. 47. México, D. F. —
Representan á la Julius King Opti-
cal Company. que tienen casas esta-
blecidas en Chicago, Nueva York y
París. Comercian en anteojos y len-
tes por mayor y menor. Los repre-
sentantes en esta ciudad son W. A.
Neff y Cía. Estableciéronse en 1892.
PACHIANO C. y Cía.— Vinos y licores,
PADILLA HERMANOS.— Agricultores.
Fabricantes y Comisionistas. — Plaza
Principal, Portal Aldania, Núms. 37,
88 y 39» León, Estado de Guaiiajuato.
— Establecidos en 1885. Son propie-
23
tarios de la Fábrica de lana, hilados
y tejidos El Progreso, y de las ha-
ciendas, San Miguel del Sauz y San-
ta Rita, que producen maíz, trigo,
garbanzo y frijol.
PA?<.MEXICA> REALTY & SECURI-
TIES' Company. — Avonida Juárez,
Núm. 8. México, D. F. — Se ocupa de
negocios mineros, bienes raíces y
efectos públicos y de comercio de
todas clases, con 42 agencias esta-
blecidas en los Estados Unidos é In-
glaterra. Presidente: Dr. Peter Ols-
son Seffer.
compañía coloia roma sur, s.
A.— 2' calle de Madrid, >úni. 33.—
Negocio en tierras de la expresada
colonia. Presidente: Eduardo W.
Orrin. Comenzó sus operaciones el 8
de Enero de 1906. Capital social pa-
gado, $900,000.
«pasamanería FRA^CESAo"— Ta-
lleres y despacho, en la 2'' Ribera de
San Cosme, >'úiii. 21, México, D. F. —
El Consejo de Administración de es-
ta Compañía está compuesto de los
señores F. Pimentel y Fagoaga, Luis
Barroso, y otros, y su gerente es el
señor H. Cassereau. Fué establecida
en 1904, y su capital social es de
$225,000.
PATERSOX, (líriLLERMO, Sucs.— 4"
de Xuevo íléxlco, >'úni. 86. México,
I). F. — Son plomeros especialistas
en obras sanitarias, establecidos en
1905. Además de la casa matriz tie-
nen una sucursal en la Ayeuida de
la Indcijeiideiicia, >'úni. 21. La so-
ciedad se compone de los señores
Guillermo y Jas. A. Paterson, hi-
jos del fundador. Su capital es de
$120,000. Importan y venden artícu-
los sanitarios; fabrican tubería de
plomo y artefactos del ramo.
PELLOTIER, HERMANOS.— Portal de
Mercaderes, >'úiii. i. México, D. F. —
Sombrerería Sombrero Colorado. Fá-
brica ¿e sombreros en la Plazuela de
Iñ Concepción.
PENXSYLVAMA STEEL COMPA>Y,
de Steelton, Pennsylvania, y The
Maryland Steel Company, de Spa-
rrows Point, Md. — La sucursal de
estas Compañías norte-americanas se
halla en el edificio de La Mutua, Mé-
xico, D. F. — El agente para las ven-
tas aquí es F. H. Tackaberry, quien
lo es también para otras Compañías
nirate-americanas, habiendo abier-
to su oficina en 1906.
PÉREZ. (ARLOS, Sucr.— Edificio Cen-
tro Mercantil, México, D. F. — Es re-
presentante de casas extranjeras; se
encarga de la instalación de talle-
res mecánicos y maquinaria eléc-
trica; de construcciones importan-
tes como fábricas completas, insta-
laciones eléctricas para poblaciones,
drenaje, etc. Establecido en 1906.
PÉREZ, JIAX.— Calle del Costado de
San Pedro, IVúm. 6. Puebla. — Propie-
tario de la Hacienda San Miguel
Xoxtla, ubicada en los distritos de
Cholula y Zaragoza, de los Estados
de Puebla y Tlaxcala; y del Ingenio
de Tétela, situado en jurisdicción del
Distrito de Matamoros, del Estado de
Puebla. Este último tiene refinería
de azúcar. La Hacienda produce
maíz, trigo, frijol, etc. Hay también
en sus terrenos unas canteras de na-
turaleza especial, muy á propósito
para material de construcción. Es-
tas canteras son de piedra muy fina,
que se puede trabajar como el már-
mol.
PERROUX, M., y Cía., S. en C— Alma-
cenistas por mayor. Importadores y
exportadores. Representantes, Cham-
pagne Veuve Cliquot, vinos, licores,
conservas, etc. — Veracruz, Ver.
PINTO, L, & H., LIMITED.— Veracruz,
Ver. — Plantaciones, Almacén y Fá-
bricas de Tabacos "El Destino," "La
Nacional," "La Unión." Establecida
en 1890. Gerente: Alberto Rendón.
"PLOMERÍA DE LAS DELICIAS," su-
cesión de Francisco Lari. — 2" de las
Delicias, Núni, 1. México, D. F.
PONZANELLL A., escultor.— Calle de
Zulcta, Núm. 8, México, D .F. — En-
tre sus obras se cuenta un busto del
Presidente Díaz. Se estableció en
1904.
PORRAZ, Al'íirSTE.- Avenida Inde-
pendencia, Núm, 18. México, D. F. —
Es agente para la República Mexi-
cana de varias casas de Inglaterra
y Francia, productoras de artículos
fotográficos, como placas, papeles,
películos, productos químicos, acce-
sorios v aparatos. Establecióse en
1908.
PRICE, IVATERHOrSE, y Co.— Char-
tered accountants. — Avenida San
Francisco y Betlemitas. México, D.
F.
QíESAD.i, (ANDIDO.— 2^ calle del
Salto del Agua„ Núni. 8. México, D.
F. — Talleres de grabado en acero y
cobre, litografía, imprenta y encua-
demación. Se estableció en 1909.
(jriNTANA, HERMANOS.— México, D.
F. — Sus negocios son: la armería,
fundada en 1875; la fábrica de car-
tuchos para riflles y pistolas, funda-
da en 1884: y la fábrica de mosaicos,
establecid?, en 1892.
RAL, Y LORENZO, comisionistas.—
Tienen almacenes en Puente Que-
brado, \ún». (?. y despacho en Tibur-
cio, Núm. 14 México, D. F. — Esta ca-
24
sa, fundada en 1907 "se dedica á ]f
compra de arroz y café, cultivando
y cosechando ta-mbién este último.
Tienen depósito de aguarrás y de
colofonia; compran y venden semi-
llas y poseen en España una fábri-
ca de papel para cigarrillos. Los so-
cios son los señores Juan Ral y
Agustín y Juan Lorenzo, siendo es-
te último señor el apoderado gene-
ral.
KEYNAUD, FERDOAND.— Hotel y
Restaurant (antiguo Español). Mer-
caderes y costado de San Pedro.
Puebla.
RETES, RAMÍREZ, .JUVENTINO.—
Propietario de tres Haciendas en el
Estado: la de San Nicolás, la de Tax-
tillán, y la de Temextla, en las cua-
les se produce maíz, trigo, cebada,
frijol y centeno. También en todas
ellas hay siembras de maguey y pro-
ducen pulque. Otro artículo que se
explota es la raíz para hacer cepi-
llos.
REBOLLEDO, MIGUEL, Ingeniero-
Reside en Cordobanes, IViini. 2. Mé-
xico, D. F. — Su especialidad es la del
cemento armado, sistema patenta-
do de Hennebique, y es agente gene-
ral del sistema patentado de cimen-
tación por compresión mecánica del
suelo llamado "Compressol." Se es-
tableció en 1905.
RASST, LEÓN.— Santa Catarina, Núni.
16. Puebla. — Industrial y hacendado.
Propietario de la Fábrica de Hila-
dos y Tejidos de Punto "La Prusia,"
situada en la Plazuela de Antunia-
no, ííúni. 3. Puebla, y establecida el
año de 1901. El señor Rasst es pro-
pietario también de la Hacienda
"Concepción Capulac" y anexas, si-
tuadas en el Distrito de Tecali, del
mismo Estado.
REMIÍíGTO?í TYPEWRITER COMPA-
NT. — Esquina del Cinco de Mayo y
2" del Teatro Nacional. México, D. F.
— Agencia de las máquinas de escri-
bir Remington. Gerente, John R.
Stanford. Abrióse en 1905.
RESTAURANT DEL JARDÍN ^Pro-
pietario, Pascual Tarditi. — Bajos del
Hotel Jardín y calle de San Juan de
Letrán. México, D. F.
RESTAURANT GIACOPELLO Por-
tal Hidalgo, Núms. 5 y 6, Puebla. —
El señor Francisco Giacopello es el
propietario de este Restaurant, el
cual tiene diez y ocho años de esta-
blecido. Tiene salones especiales pa-
ra banquetes hasta de cien cubier-
tos. Esta casa garantiza la legitimi-
dad de todos sus vinos y licores, por
ser importados directamente de las
mejores casas de Europa.
REYES, ÁNGEL M.— Propietario de:
Las Canteras "Piedra de Chiluca de
Joco," Pensión de Gómez Farías.
. . México, D. F.
REYNOSO, JOSÉ J., Ingeniero de Mi-
nas.— Cinco de Mayo, Núm. 32. Mé-
xico, D. F.
RODRÍGUEZ, Y MOLINA, S. en C—
Veracruz, Ver. — Comisiones y Repre-
sentaciones.
ROLLA, A., S. en C. — 2' de Mesones,
Núm. 22. México, D. F. — La casa se
fundó en 1S86, bajo la razón social
de "Sucesores de Rolla y Genteri."
Los socios actuales son los señores
Fernando Tormento y Agustín Ro-
lla, y el apoderado, el señor Flavio
Rolla. Comercian en abarrotes ita-
lianos, vinos, papel de fumar, con-
servas, etc., y tienen un depósito de
mármoles de Carrara. Desempeñan,
también, toda clase de comisiones.
ROMÁN, RIVERA NIETO.— Fábrica de
todas clases de vehículos. — Irapuato,
Gto.
ÍÍOMAY, R., y Cía., S. en C— Puebla.
Aduana Vieja, Núm. m. — Propieta-
rios de la Fábrica de Hilados y Teji-
dos "El Alto." La fábrica está en la
misma ciudad de Puebla y los teji-
dos que manufactura son de lana.
Fué establecida en 1860.
ROSENZWEIG Y DÍAZ, DOCTOR, F.
— Tiene un sanatorio en la Plaza de
la República, Núm. 8. México, D. F.
en el cual atiende principalmente á
personas que necesitan de que se les
haga alguna operación quirúrgica.
rubín, jóse DÍAZ, Sucs.— Puebla.—
Establecidos en 1843. Son propieta-
rios del Ingenio y Reñnería de Azú-
car "Atencingo." La Refinería se es-
tableció en 1902.
rubín, ángel. DÍAZ. — Puebla. —
Apartado, Núm. 49. — Propietario de
la Fábrica de Hilados y Tejidos de
Algodón "El Carmen," fundada en
1898, y de la Fábrica de Hilados y
Tejidos de Algodón "La Concepción,"
fundad?, en 1907.
RUBÍN, JOSÉ DÍAZ, Sucs.— Puebla.—
Apartado, Niím. 57. — Propietarios de
la Fábrica de Hilados y Tejidos de
Algodón "Covadonga," fundada en
1898, y de la Fábrica de Blanqueo y
Estampe "Covadonga." fundada en
1910. Ambas fábricas son movidas
por electricidad.
RUEDA, B., & Co., Agentes aduanales.
— Veracruz, Ver.
RüGARCIA, JOSÉ.— Propietario de la
Fábrica de Hilados y Tejidos de Al-
godón "Sto. Domingo." — Puebla. Es-
tanque de los Pescaditos.--El Sr. Ru-
garcía posee también una fábrica de
almidón y la Hacienda de San Die-
go. Esta última ubicada en el Distri-
to de Tecale, del Estado de Puebla.
RLMEBE, FER>AXDO.— Puente Que-
brado, JVúni. 30. México, D. F.— Re-
presentante de la casa de Jules Be-
llot y Cía., y otras casas francesas j
españolas de vinos y licores, aguas
minerales Vichy, etc.
EUMSEY, L. M., Mfg. Co., manufactu-
reros de bombas, tubos de gas, lámi-
na de plomo, artículos sanitarios y
para plomeros, piezas para máqui-
nas de vapor y ferrocarriles, etc. La
fábrica se halla en San Luis, Mo., y
la agencia en la ciudad de México, en
la 4' cille de Huml)0ldí, >úai. 26,
siendo gerente el señor J. Sánchez
V.
SALAEICH, AMOMO.— 3" Rosas Mo-
reno, yúnu 10. México, D. F. — Deco-
rador en yeso y pintura.
salchichería alemana I)E cíe-
RARDO MEE>'E\.— La fábrica está
en la 5" Aiessida de la Paz, >iini.
3,929, y los despachos en Coliseo Vie-
jo, Núni. 29, y en la primera de San-
to Doniin^ro, >'ún¡. 7o México, D. F.—
Se fundó hace como veinte años. El
negocio comenzó con $1,000 y al pre-
sente gira con $300,000. Es también
casa empacadora y envía sus pi-o-
ductos á todas partes de la Repúbli-
ca. Tiene maquinaria moderna y se-
senta empleados del país.
Tiene también el "Café Restauran
"El Royal" de la Avenida San Fran-
cisco, que es uno de los más impor-
tantes de la capital.
SANATORIO TETERIXARIO DE LOS
DOCTORES C. V. BACHLER Y F. M.
OTT.— Calzada de San Esteban,
ífúm. 10. México, D. F. — Además del
Sanatorio, tienen estos señores una
clínica en la 1' de Bncareli, >'úm. 22.
Hierran caballos, los reciben á pen-
sión, hacen de ellos reconocimientos
periciales y bacteriológicos; venden
específicos veterinarios; preparan
medicinas y hacen curaciones de
animales.
SAXBORX, HERMANOS, Sucs.— Are-
nida San Francisco, Núni. 12. Méxi-
co, D. F, — Droguería. Capital,
—$250,000. Casa establecida en 1903.
SAX ILDEFONSO Fábrica de Teji-
dos de Lana, S. A. — Calle de Don
Jnan Manuel, Niim. 10. México, D. F.
—Capital social, $1.500,000. Presi-
dente, Enrique Tron. Viceprresiden-
te, Ernesto Pugibet.
SAN LORENZO, MINERAL IVATER
COMPANY, S. A.— El negocio de esta
Compañía consiste en la explotación
de las aguas minerales de Tehuacán,
Puebla. — Tiene sus sucursales en
León, Torreón, Duraniro y México,
26
D. F., siendo su dirección en esta
ciudad, 1^ de (Guerrero, Núni. 20. —
Leo Fleischmann y Cía. comenzaron
su negocio en aguas gaseosas en Du-
rango, con un capital de $28,000. En
1904, compraron el negocio de las
aguas minerales de San Lorenzo, por
$75,000. En 1906 formaron una so-
ciedad anónima con el nombre que
encabeza estas líneas, con un capi-
tal de $600,000.
"SANTA GERTRUDIS." — Compañía
. . Limitada Manufacturera de Yute. —
Doii Juan Manuel, Núm. 22, México,
D, F. — D. N. Marrón, sub-gerente.
SAUTO, ASTIZ, y Cía.— Esquina de las
calles de Tacuba y Santo Domingo.
México, D, F. — Se dedican al nego-
cio de abarrotes del país y extran-
jeros. Tienen la fábrica de puros y
cigarros "El Negrito." Explotan mi-
nas de plata y oro, así como de pe-
tróleo, etc. La casa fué establecida
en 1853; pero ha cambiado varias
veces de dueños y de razón social,
hasta parar en la que ahora tiene,
que data de 1902.
SAUNDERS, G. W.— Zuleta, Nxini. 1.
México, D. F. — Comerciante, Comi-
sionista y Representante de Casas
extranjeras.
SCHLATTMAN, H. F., fotógrafo.— Es-
píritu Santo, Núm. 1. México, D. F. —
Hace fotografías desde miniatura
hasta tamaño natural. Se estableció
en 1891.
SCHONDl BE & NEUGEBAUER.— Ter-
cer Orden de San Agustín. México,
I). F. — Importadores de maquinaria.
SCHWOB, EDMUNDO. — Comisiones,
representante de casas extranjeras.
— Alfaro, Núm. 3. México, D. F.
sedería y corsetería FRANCE-
SA, de Emilio Manuel y Cía.— Méxi-
co, D. F. — Los propietarios son Emi-
lio Manuel, Francisco y Víctor del
mismo apellido, y Fabián Casauban.
Establecida en 1879.
SMITH, Ao C. — Joyería y Relojería por
mayor y menor. Inspector general de
relojes de los ferrocarriles de la Re-
pública.— Avenida del Cinco de 3Ia-
yo, Núnio 19o México, D, F.
SOCIEDAD AFINADORA DE META-
LES, S. A. — Tiene su despacho en
la calle de Capuchinas, Núm. 10„ Mé-
xico, D, F.— Su capital es de 2.000,000
de francos y es la sucesora de The
Natonal Metal Company. Se estable-
ció en 1908. Su presidente es el se-
ñor D. Eichthal, y su presidente,
el señor Pablo Macedo.
SOCIEDAD DE CRÉDITO HIPOTE-
CARIO HOLANDESA - MEXICANA,
S. A. — Calle de Jesús, Núm. l.>. Mé-
xico, D. F. — Su objeto es hacer prés-
(íka.ndks Al.m.\(i;m:8 de México.
Las FÁiuncAS ünivehsalics. La Cudaü di-: Lünhües.
tamos con garantía hijiotecaria so-
bre bienes raíces de la República
mexicana. Fué fundada en Amster-
dam, en 1909, siendo su director el
señor J. C. P. Krayenhoff van de
Leur. La sucursal en México tiene
dos directores, que firman marico-
munadamente, y son los señores Pa-
blo Kosidowski y Dr. Jur. H. Ph. de
Kanter, hijo.
SOCIETE FLXAXCIEKE POIK L'I>-
BISTRIE XV MEXIQUE.— Socie-
dad fundada en 190, con objeto de
fomentar y desarrollar la industria
en México. Capital social, $.5.000.000,
enteramente pagados — Calle <le San
Agustís!, Kúni. 3(>1. México, D. F. —
Director del despacho, Augusto Ge-
nin.
SOITHERX PACIFIC Co.— Atlantic
Steamship Lines Sunset route.
Agente general: W. E. Barnes. — Cíjj-
00 de Mayo^ 6-1). México, 1). F.
SPITALIEK, ADRIÁN, propietario del
Cajón de Ropa La Reforma del Co-
mercio.— Oaxaoa, Oax.
STRÜCK, GUSTAVO, y Cía., Sucs.—
Calle de San Agrnstín, Xúnio 10, Mé-
xico, D, F. — Son banqueros y co-
merciantes en sedería y ropa; tienen
la representación de varios bancos
principales de los Estados Unidos y
Europa. Establecidos en 1818. Tienei
sucursales en Veracruz y en Ham-
burgo.
SUCESORES de Bernardo Selineider.
— Propietarios de la Gran Sombre-
rería Alemana, en la ciudad de León,
Estado de Gnanajuato. — Este esta-
blecimiento fabrica sombreros y co-
las finas. Su fábrica está movida por
gas pobre. Fué establecida en 187S.
El señor Gilberto Arteaga es el ge-
rente.
SUCURSAL del Banco de San Lui^
Potosí, en Celaya, Estado de Gua-
najuato. — Esta sucursal fué estable-
cida en 1899. El señor Arturo Díaz
es el gerente.
SUMXER, JOHX M., & Co Manclies-
ter, Inglaterra. — Ingenieros y ex-
portadores de toda clase de maqui-
naria. El señor E. Osear Ehlinger
es el gerente de todos los negocios
de esta importante casa en México.
Se ocupa en todo lo concerniente en
maquinaria para fábricas de telas
de algodón y lana. La casa princi-
pal fué establecida en Manchester, el
año de 1846, y la sucursal en Pue-
bla, en 1876. Las oficinas en la ciu-
dad de México fueron abiertas en
1892, (S" Orden de San Agustín, Nú-
mero 4),
TALLER DE CONSTRUCCIONES ME-
TÁLICAS "FÉNIX," de Carlos Min-
ne, S. en C— 8' calle del Sabino, Nú-
mero 3. ^léxico, Do F. — Hacen cons-
trucciones de hierro estructural, edi-
ficios, puentes, techos, etc. Estable-
cióse en 1904.
TALLER DE JOYERÍA, de Jorge Na-
uinck. — Avenida de San Francisco».
Núm. 57. México, D. F. — Fabrica ob-
jetos de oro y plata; compra y ven-
de estos metales. Establecido en
1906.
TALLERES GRÁFICOS, de Eduardo
Agnirre. — Gnauajuato. Calle Benito
Juárez, >'únis„ 18 y 22. — Establecidos,
en 1890. Se ocupan en trabajos de
fotograbado, imprenta y libros en
blanco.
TALLERES MECÁNICOS, de Navarro
y González. — 6' calle de Nuevo Mé-
xico, Núm. 113. México, D» F. — Fa-
brican bombas de riego, construyen,
reparan é instalan maquinaria, fa-
brican quemadores de petróleo cru-
do para calderas, etc. Se establecie-
ron en 1907.
TENCONI, C.-Gran Fábrica de Bombo-
nes.— 7'' de Nuevo México. México, D..
F. — Tiene varios expendios: uno en
la xl venida de San Francisco; dos en
la Avenida del 16 de Sei)tieml>re, y^
otro en la 7" de Nuevo México. Se es-
tableció en 1884.
tenería de IRAPUATO, S, a.— Ira-
puato, Gto.
TESTAMENTARIA DE R. P. Furlong^
Puebla. — Propietarios de una impor-
tante fábrica de hilados y tejidos de-
algodón y blanqueo de lienzos, esta-
blecida poco antes del año de 1856, en
Puebla.
THE AMERICAN FINANCE Co., S. A.
— Gante, Núm, L México, D. F. — Pre-
sidente: G. W. Johnson.
«THE AZTECo-'— Calle de Gante, Núm.
8u México, D,. F. — ^^Comercio de libros,
artículos de escritorio, ópalos, za-
rapes y curiosidades. Se estableció
en 1890, y su propietario es el señor
Otto Roubicek.
THE BUTTERS PATENT VACUU3I
FILTER COMPANY, Inc.— Calle de
Gante, Núm, 1, México, D. F. — Tiene
también oficinas en San Francisco,
Cal., por medio de las cuales se ha-
cen •directamente lo-s negocios. Es-
tos consisten en cianuración. inge-
niería, instalación de filtres al va-
cío, molinos de minerales y plantas-
de filtros y de cianuración. Se eita-
blecieron en México en 1907.
THE CANADIAN BANK OF COM.MER-
CE. — Sir Edmund Walker president
in Toronto. Gerente en México. .T. P.
Bell. Capital of Bank, $10.000.000
oro. — San Francisco y San José el
Real. México, D. F.
27
THE DWIGHT FÜRNESS Co.— Gnana-
jnato.--Comerciante3, Compradores y
Beneficiadores de Minerales. Estable-
cidos en 1889. Su capital social es de
$250,000. Tienen sucursales en Etza-
tlán, Ameca, Magdalena, Sayula y
Guadalajara, (calle de San Francis-
co, Núm. 137), todas poblaciones del
Estado de Jalisco. — La Compañía
tiene, además, oficinas establecidas
en Chicago, 111., 46th. St. & Winches-
ter Av., en Guanajuato y en San
Luis de la Paz. — El presidente y vi-
cepresidente, son, respectivamente,
los señores Dwight Furness y E. B.
Leigh; el gerente general, el señor
S. C. Rodgers. Los señores Thos C.
Young y E. T. Walker son, respecti-
vamente, tesorero y secretario.
"'THE EQUITABLE LIFE ASSURA?»-
CE SOCIETT," de los Estados Uni-
dos, tienen sucursal en México en
la Avenida del Cinco de Mayo y Ver-
gara, á cargo del secretario, señor
William Puryear Massie. El activo
de esta Compañía era de
$486.109,637.98, y su capital líquido
de $85.272,319.30 en el año de 1909.
Su presidente es el señor Paul Mor-
ton. La organización se completó en
1859, y se estableció la sucursal en
México hace como cuarenta años.
THE FINANCE COMPA> Y OF MEXI-
CO.— Calle de Zuleta, Aúm. 1. Méxi-
co, D, F. — Tiene dos fábricas de hie-
lo. El presidente de esta Compañía
es T. R. Crum-p. Comenzó sus ope-
raciones en 1909, y su capital es de
$300,000.
THE GENERAL SUPPLY C03IPANT,
S. A.— Calle del Ángel, líúm. 2. Mé-
xico, D. F. — Tienen en venta maqui-
naria y ferretería, especialmente ma-
quinaria de aire comprimido y de
transmisión. Se establecieron en
1907. Su presidente es el señor W.
J. Wilson, y su capital social es de
$100,000.
THE GüANAJl ATO POWER AND
ELECTRIC COMPANY (Compañía
de Fuerza y Electricidad de Guana-
juato).— Fué establecida en 1902, y
comenzó á operarse en 1903, habien-
do sido inaugurada su planta el 26
de Octubre del mismo año por el
Presidente de la Repííblica, Gene-
ral Porfirio Díaz. Produce 21,000 ca-
ballos de fuerza. El capital original
de la Compañía fué de $1.200,000 oro
y desde entonces ha sido aumentado
á $1.800,000. Bajo la misma adminis-
tración están otras dos compañías:
la Michoacana Power Co. (Compañía
-de Fuerza de Michoacán), con un
capital de $1.600,000 oro, y la Cen-
tral México Light & Power Co.
(Compañía Central Mexicana de Luz
y Fuerza), con un capital de
$850,000 oro. — Las tres Compañías
reunidas tienen un capital de
$5.250,000 oro. El presidente y direc-
tor de las Compañías es el señor
Norman Rowe; el presidente, el se-
ñor Henry Hiñe; el vicepresidente y
tesorero, el señor Leonar E. Curtís,
y los gerentes generales, los seño-
res Curtís y Hiñe.
THE GUANAJUATO REDUCTION
AND MINES Co, (Compañía Minera
y Reductora de Guanajuato). — Orgo-
nizada en 1904. El capital social
consiste en $3.000,000 oro, en bonos
preferentes del 6%, y $7.500,000 oro,
en acciones ordinarias. Posee la
Compañía dos millas de la Veta Ma-
dre, incluyendo la Valenciana, la Ca-
to, la Millado y la Rayes. Posee aún
territorio más extenso en el sistema
de "La Luz," cuatro millas al Sur
de La Luz. El presidente es el señor
Chas. L. Kurtz, residente en Colum-
bus, Ohio.
THE HILL AND PIERCE COMPANY,
S. A. tiene oficinas en Boston, Mass.;
en los Angeles, Cal., y en México, D.
F., en La Mutua, Núnis. 520 y 522.—
Negocia en bonos, acciones y otros
efectos de comercio, colocándolos en
los Estados Unidos, y especialmen-
te en emisiones de bonos mexicanos.
Los principales de esta Compañía
son George A. Hill y George R. Pier-
ce.
THE MAINE & NEBRASKA MINING
COMPANY.— Calle de Gante, Núni. 1.
México, D. F. — Tienen minas en Bal-
sas, Guerrero, cuyo superintendente
general es James Prim. El presiden-
te es B. F. Young, y el gerente ge-
neral A. E. Sedwick. El capital so-
cial es de $8.000,000.
El mismo señor A. E. Sedwick es
presidente de "The American Engi-
neering and Construction Company,
S. A.," cuyo negocio es, como indica
su nombre, el de construcciones, in-
geniería y contratos. Establecida en
1908.
THE MEXICAN GOLD AND SILYER
RECOVE R Y COMPANY Ltd.— Agen-
cia Minera. — Calle de San Francis-
co. México, Do F. — Gerente general,
Ernesto Du Bois.
THE MEXICAN MINING JOURNAL.—
Establecido en 1895. — Imprenta. Ge-
rente: Charles Me. C. Anderson. —
Callejón de López. México, D. F.
THE MEXICAN PRODUCTS Co., S. A.
— 8" de Mina, Núm. 1,254. México, D.
F. — Cueros, pieles, hule. Casa esta-
blecida en 1906, con un capital so-
cial de $600,000. Presidente: H. B.
Willis.
THE MÉXICO MINE AND SMELTER
SUPPLY Co.— Fabricantes de ma-
23
quinaria. — Arenida Juárez (edificio
México Mine). México, D. F.
THE MOORE FILTER COMPA>T.—
Arenida Cinco de Maj o, ííúiu. 32. Mé-
xico, D. F.— Gerente: W. E. Clark.
THE NATIONAL STEAM LODRY
COMPAQ Y.— Plaza de Mixcalco, Nú-
mero 113. México, D. F. — Es ésta una
lavandería al vapor, establecida en
1908, perteneciente al señor Buch, y
cuyo gerente es A. Zugasti.
THE NATIONAL IRON & STEEL
WORKS, S. A.— La oficina y los ta-
lleres están en la Calzada de los
Gallos. México, D. F. — Tienen fundi-
ciones de hierro y de latón; manu-
facturan y reparan maquinaria de
todas clases; construyen calderas, y
estructuras de hierro. Se establecie-
ron en 1S99. Su presidente y geren-
te son, respectivamente, los señores
Thos. J. Ryder y W. B. Johnstone.
THE OLIVER TTPEWRITER.— Su
agencia general en México se halla
en esta ciudad, Avenida del 16 de
Septiembre, Núm 18, á cargo de Wil-
liam A. Parker. Se estableció esta
agencia en 1900.
THE PATTON COMPANY, S. A San
Jnan de Letráu, Núm. 19. México, D,
F. — Son comerciantes, comisionistas
y agentes de las casas manufacture-
ras, Fisher & Co., de Hudderfield,
Inglaterra; J. H. Buckingham, cíe
Londres, etc. El presidente es el se-
ñor P. J. Patton. Establecida en 1905.
THE PULLMAN COMPANY.— Prolon-
gación del Cinco de Mayo, Núm. P.
México, D. F. — Superintendente, A.
V. Burr.
THE ROCHESTER PHOTO STOCK
HOüSE, S. A.— Avenida del IG de
Septiembre, Núm. 5. México, D. F. —
Son importadores y comerciantes de
artículos é instrumentos de fotogra-
fía, fotograbado y ópticos. Se orga-
nizaron en 1904. Su presidente es el
señor C. C. Harris, y su gerente, el
señor M. H. Crown; su capital pa-
gado es de $50,000.
«THE REAL ESTÁTE COMPANY OF
MÉXICO."— Calle de Gante, Núm. 10.
México, D. F. — Su negocio es el de
propiedades raíces; compra y vende
grandes extensiones de terrenos tro-
picales y semi-tropicales, cubiertos
de bosques ó de pasturas, tierras
para colonización y lotes en la ciu-
dad de México. Se estableció en 1895,
y su capital es de $100,000.
THE SIMPSON COMPANY, sastres in-
gleses— Calle de San Juan de Le-
trán, Núm. 6. México, D. F. — Tiene
29
establecido su negocio de sastrería
desde 1894.
THE TAMPICO NEWS COMPANY
México, D. F. — Fué establecida en
Tainpico en 1902 por A. Z. Ratner,
con un capital de $500, siendo su ne-
gocio el de hacer pedidos por correo.
Actualmente es una Compañía Anó-
nima con capital pagado de $300,000.
THE TECHNICAL AND CLERICAL
EMPLOYMENT AGENCY. — Reside
en la calle de Zuleta, Núm. 1. Mé-
xico, D. F., y se ocupa de proporcio-
nar dependientes y empleados técni-
cos á quienes los solicitan, así como
de dar empleos de esta clase á los
que desean ocuparse en ellos. Diri-
ge esta oficina de empleos el señor
G. R. M. Campbell, habiendo comen-
zado el negocio en 1910.
THE YERACRUZ STEYEDORING Co.,
S. A.— Capital social, $200,000.— Ye-
racruz, Yer. — Presidente: José E.
O'Kelly. Director: Gmo. Berea.
TORIELLO, HERMANOS. — Canteras
"Pedregal de Tlálpam." Represen-
tantes para la República mexicana
de "Flor de Tabasco," Partagás y
Compañía. — Calle de Don Juan Ma-
nuel, Núm. 23. México, D. F.
TOüSSAINT. CARLOS Y.— Portal de
Iturbide, Núm. 3. Puebla. — Propie-
tario de la Agencia Anunciadora que
gira bajo su nombre; establecida
desde 1880. Esta Agencia edita el
Directorio Toussaint, de Puebla y de
Guadalsjara, igualmente que el de
todo México. Este último está desti-
nado á los Estados Unidos y Euro-
pa. Se ocupa la casa en toda ciase
de comisiones, cobranzas é informa-
ciones y tiene agencia especial de pe-
riódicos del país y extranjeros.
TRASLOHEROS SOTO. JFAN.— Pro-
pietario de la Tienda La Andaluza. —
2^ de Mercaderes. Núm. 2. Puebla. —
Esta casa importa novedades y ar-
tículos de fantasía. Tiene un surtido
completo en artículos de lujo para
caballeros. Anexa á los almacenes
hay una fábrica movida por vapor,
para camisas y ropa interior de ca-
ballero.
FHINK. GrTT,LERMO.— Calle de San
Agustín, Núm. 8. México, D. F. —
Compra y vende acciones de bancos.
Industrias y minas. Establecido en
1895.
UNION CINEMATOGRÁFICA, S. A.—
\ Capital social. $350.000. — A^eiida do
San Francisco, Núm. 37. México. D.
F. — Presidente: M. Talapis. Gerente:
E. Moulinier. Casa establecida en
1908.
rJíITED SHOE MACHOERT COMPA-
M' OF MÉXICO 3=^ <le Bucareli,
?ÍHm. 57. México, D. F. — La casa ma-
triz está en Boston; y su negocio es
de maquinaria y artículos de zíipa-
tería. Se estableció en 1908. Su ge-
rente en México es H. P. Chapman.
*<rMTED STATES A>D MEXICAN
TRUST COMPA]VY," tiene sus ofici-
nas de México en la Ayenida del Cin-
00 de Mayo, Xiini. 6, y sus negocios
se extienden á varias de las grandes
ciudades de Europa y de los Estados
Unidos. Tiene la agencia del Ferro-
carril "Kansas City, México & Orien-
te," y representa á varias casas ma-
nufactureras para la venta de sus ar-
tículos en la República mexicana.
Exporta productos mexicanos.
Su presidente es el señor A. E.
Stilwell; el vicepresidente y gerente
en la ciudad de México, el señor S.
W. Rider, y su junta directiva para
la República la componen los seño-
res Don Guillermo de Landa y Es-
candón, Lie. Manuel Calero, John B.
Body y S. W. Rider. Su capital es
de $1.000,000, oro americano.
El Ferrocarril "Kansas City, Mé-
xico & Oriente" está en construcción
desde la ciudad de Kansas City hasta
la costa del Océano Pacífico, pasando
por Oklahoma, Texas y la parte Nor-
te de México, y terminando en el
puerto de Topolobampo.
O'TED STATES SHOE MANUFACTÜ-
RINGí Co., S. A. — Fábrica y despacho,
Colonia del Xiievo Rastro, México,
D. F. — Establecida en 1906, con un
capital social de $2.5,000. El capital
social actual es de $300,000.
Presidente, Geo. J. Me. Carthy. Vi-
cepresidente, J. H. Weiter. Gerente
general, R. H. Robertson.
OITED STATES STEEL PRODUCTS
EXPORT COMPARA.— La casa de
este nombre reside en Nueva York, y
su sucursal en México se halla en es-
ta Ciudad en el edificio de La Mutua,
á cargo del representante general, se-
ñor H. A. Souther. Son agentes ex-
clusivos de exportación de las corpo-
raciones del acero de los Estados
Unidos.
«UNITED STATES GLASS COMPA-
NY," de Pittsburg, Penn., Estados
Unidos. — Esta Compañía posee diez
fábricas en los Estados de Ohio,
Pennsylvania, é Indiana, en las cua-
les fabrica cristalería de mesa y cris-
tal labrado de todas clases. Su repre-
sentante general para la República
mexicana es el señor Ramón Lome-
lin, quien tiene sus oficinas en la
Avenida de San Francisco, Xúm. 55,
establecidas en 1902.
VALDES, HERMANOS. — Veracruz,
Ver. — Importadores de sombreros.
Casa establecida desde 1857.
VALEZZI, A., Sucrs. — 5" Avenida de
Balderas, Núnis. 1838-40-50-52-56.
3íéxico, D. F. — Tienen allí grades al-
macenes de mercaderías sanitarias
importadas ó fabricadas en sus pro-
pios talleres. El almacén de venta lo
tienen en la 2' calle de la Indepen-
dencia. >'úni. 3. Entre los efectos que
expenden se hallan tubos, láminas,
tinas, comunes, mingitorios, conexio-
nes y artículos para plomeros. Se
encargan de instalaciones sanitarias,
por contrato, de obras de herrería, y
de la compostura de máquinas. La
casa fué fundada en 1868 por el se-
ñor Antonio Valezzi, cuyos hijos son
los actuales propietarios.
VANDENPEERE> BOOM, TH.- Avenida
de la Independencia, Xúm. 51. Méxi-
co, D. F. — Comerciante en artículos
para construcciones, rieles, locomo-
toras, maquinarias, construcciones
metálilcas, etc. Representante de va-
rias casas europeas. Establecido en
1892.
VELASCO, LUIS G. MARROX Repre-
sentante de "La Davis Coal & Coke
Co." Representante de la Compañía
Alijadora de Veracruz, S. A. Despa-
chos aduanales y consignaciones. —
Avenida San Francisco, Xúm. 10. Mé-
xico, D. F.
VEYAX, JEAX, y Cía., S. en C— Esqui-
na de las calles del Ángel y Capuchi-
nas, 3Iéxico, D. F. — Tienen los gran-
des almacenes de ropa La Francia
Marítima, la fábrica de Santa Tere-
sa, de hilados y tejidos de lana, pon-
chos, casimires y cobertores; y la
fábrica La Magdalena, de hilados y
tejidos de algodón, blanqueo y es-
tampado, donde hacen calicós, per-
cales, cretonas y pañuelos. Estos ne-
gocios se establecieron en 1890, bajo
la firma Meyran, Hnos., en la calle
de la Monterilla, Núni» 1 ; pero ha ha-
bido varios traspasos, hasta parar en
la actual firma y residencia.
VIAÑA, Y garcía.— Tienen sus ofici-
nas en los Arcos de San Agustín,
Xúni. 15. México, D. F. — Desempeñan
comisiones y representaciones y son
agentes generales de la Compañía
Embotelladora de Topo Chico, S. A.,
de Monterrey, N. L., desde 1909.
Esta última Compañía se fundó
hace 15 años, en Monterrey, siendo
sus jefes, los señores Hellion y Cha-
pellier. Se convirtió después en so-
ciedad anónima, y su gerente es el
señor E. Hellion.
30
VIAr, PABLO, representante para los
anuncios fotográficos de la Nueva
Sociedad Fotográfica de Berlín. — 5^
calle de Tacuba. México, D. F. — Es-
tablecido en 1908.
TILLAIN, EUGENIO. — Callejóu de
Santa Clara, IViini. 6. México, D. F.^
Representante de la Hospital Supply
Conipaay, de Nueva York. Es comer-
ciante en libros de medicina, instru-
mentos quirúrgicos, aparatos de es-
terilización y desinfección, muebles
asépticos, etc. Se estableció en 1905.
TOLPI, AGÜSTO C, escultor, ador-
nista y contratista. — Tiene su taller
en la 3" de Nhcto México, Núnu 76.
y su despacho en la esquina de la
misma calle con la de Kevillagigedo,
México, D. F. — Hace toda clase de
construcciones en mármol, piedra y
mampostería. Estableció su negocio
en 1892.
IVAGNER, A., Y LEVIEX, Sucs.- Tie-
nen el Gran Kepertorio en la 2' calle
de Sau Francisco, Núiu. 11 y la fábri-
ca y almacenes de pianos en la calle
de Znleta, Niinis. 13 j 14. México, D.
F., con sucursales en Guadal ajara,
Puebla, etc.
>VALZ, W. G., COMPANY, Sucs., S. A.
— EsQuiíia de las calles de Gante y
San Francisco. México, D. F. — Tiene
una fábrica y expendio de curiosi-
dades mexicanas, tales como artícu-
los de cuero grabado á mano, pin-
tado y quemado, todo hecho por ai"-
tesanos del país. Tiene capital de
$50,000, y su gerente es T. G. Wes-
ton.
WATSON, PHILLIPS & Co., Sucs., S,
en C. — Calle de I)on Juan Manuel,
Jíúm. 10. México, D. F. — Importado-
res, exportadores y comerciantes;
agentes de varias compañías de segu-
ros. La firma actual es sucesora de la
Watson, Phillips & Co., cuyo sistema
de negocios siguen desde 1876. Los
socios en esta negociación son, al
presente, los hijos del señor Charles
O. Phillips.
IVESTINGHOISE, COMPANY.— Méxi-
co, D. F. — Tiene esta Compañía nor-
te-americana un establecimienio de
demostración de los frenos de ferro-
carril de su nombre, donde el señor
Luis Godard ha estado dando confe-
rencias en inglés y español por seis
años, con el fin de instruir á los em-
pleados de ferrocarriles en el mane-
jo de los frenos Westinghouse, para
cuyo objeto tienen un equipo comple-
to, que muestra el funcionamiento de
todas las partes de dicho freno, tal
como se efectúa en los trenes en
marcha. El señor David M. Lev,'is es
el inspector de la Compañía Westing-
house en el territorio que se halla
al Sur del Río Grande. La entrada
para oír y presenciar dichas confe-
rencias es gratis.
WKITE & NEWCOMB, Ingenieros con-
tratistas. Establecidos en 1908. — Ave-
nida Cinco de Mayo, Núni. 32. Mé-
xico, I). F.
WILL & BAOIER. S. A, "La Moder-
na."— 7' Ribera de San Cosme, Núm.
111. México, D. F — Fabricantes de
velas de todas clases. Establecidos en
1898. Capital, $50,000.
WIGGO, RALPH M.— Tiene su oficina
en la Avenida Cinco de Mayo, Núm.
6. México, D. F.— Su negocio es el de
carros y otros artículos para vías
férreas, equipos de talleres mecáni-
cos, etc. Se estableció en 190tí, ha-
biendo venido á México para instalar
y dirigir el taller de "The Mexican
Car and Foundry Company."
WILLIAMS, ARTHÜR.— Calle de Don
Juan Manuel, IViun. 16. México, D. F.
— Representante de la Meerlees Wat-
son Co., Ltd., de Glasgow, fabrican-
tes de maquinaria de azúcar; y de
John Fowler &. Co., Ltd., de Leeds.
Inglaterra, fabricantes de arados de
vapor.
WOLFFHEÍM, GUILLERMO.— Calle do
Don Juan Manuel, Núni. 8. México,
D. F. — Representante de varias ca-
sas manufactureras y comerciales de
París, Londres, Berlín y Viena, esta-
blecido en 1902.
WOODROW Wni. B., Co., S. A.— Presi-
dente, Wm. B. Woodroy. — Asegura-
dores y Ajustadores. — Calle de Ver-
gara, Núni. 4. México, D. F.
ZALDO, HERMANOS, y Cía., S. en C.
— Ropa, Fábricas de Hilados y Teji-
dos en Jalapa y Coatepec.
Casa establecida en 1858. — Vera-
cruz, Ver.
ZAVALA, HNOS., y Cía.— Tienen la ca-
sa matriz en San Luis Potosí, y su-
cursal en la ciudad de México, en
la calle de San Agustín, Núns. 16. —
Tienen, en el Estado de San Luis Po-
tosí, la fábrica de lana de Sau Feli-
pe, que cuenta de 25 á 30 años de
existencia, y la factoría de confec-
ción La Cruz, establecida en 1900.
zapatería del ELEFANTE.— San
José el Real, Nú ni. 7. México, D. F. —
Es uno de los más importantes al-
macenes de zapatería de la capital.
ZORRILLA, FEDERICO, Industrial.-^-
Oaxaca, Oax.
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