THE RULE OF RIGHT.
Athelstan Joseph Alexander Kean
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Jean-Jacques Kean
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DÍAZ Y MÉXICO
POR
JUAN HUMBERTO CORNYN, B. A., LL. B.
PEOFESOK DE INGLES EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXHO,
ADTOK DE: "tópicos MEXICANOS," "EL REY DE LOS TULES,"
"CUENTOS FANTÁSTICOS," "LITERATOS MEXICANOS,"
■'leyendas MEXICANAS," "EL VIEJO MAYA."
"nuestra señora de GUADALUPE,"
"ARTISTAS MEXICANOS," ETC.
SEGUNDO TOMO
MÉXICO IMPKENTA LACAUD Callejón de Santa Inés Numero 5
1910
^\B R A^^
c, JÜN 1 2 2007 ,o^
índice
TOMO lí.
XXXIV. Ante los uniros do Puebla o
XXXV. San Lorenzo IS
XXX\'I. Les últimos días del Imperio 22
XXXVII. Díaz se retira á la vida privada 30
XXXVIIL Juárez y Lerdo 39
XXXIX. La Reelección de Lerdo 4.-1
XL. José María Iglesias 54
XLI. El caciquismo 05
XLII. Difícultades de raza 72
XLII [. Condiciones sociales §9
XLI'S'. México y sus críticos g-,
XL^'. El .a;obierno de México 9;)
XLVI. La labor de Díaz jqs
XLVII. Carácter de Díaz 312
XLVIII. Crandes cualidades de Díaz US
XLIX. La situación política de México 12(i
L. Relaciones exteriores 134
Til. Comercio marítimo 13!)
LII. ^Manzanillo y la costa del Pacífico He.
Lili. Mejoras en los puertos 157
LIV. Fases comerciales 162
LV. Industria y progreso 169
L^'I. La riqueza y el futuro de México 17."
LVII. El Capital y los ferrocarriles urbanos 184
LVIII. Ferrocarriles Xacionales 194
LIX. Comercio del Istmo 203
LX. Desarrollo de fuerza hidráulica 214
LXI. El hacendado antiguo y el moderno 221
LXII. Dónde recibe México á sus huésiiedes 22S
LXIII. Pintores mexicanos 132
LXIV. La instrucción pública en México 241
LXV. Los Estados de México 24."
ÍNDICE
TOMO ir.
XXXIV. Ante los muros de Puebla 3
XXXV. San Lorenzo 18
XXX^'I. Los últimos días del Imperio 22
XXXVII. Díaz se retira ú la vida privada 30
XXXVIII. Juárez y Lerdo Sf»
XXXIX. La lieeleccióu de Lerdo 45
XL. José María Iglesias 54
XLT. El caciquismo 65
XLII. Dificultades de raza 70
XLIII. Condiciones sociales 89
XLI^'. México y sus críticos 9-,
XL^'. El gobierno de México 99
XLVI. La labor de Díaz 1Q8
XLVII. Carácter de Díaz 112
XLVIII. (irandes cualidades de Díaz 118
XLIX. La situación política de México 12(i
L. Relaciones exteriores 134
lil. Comercio marítimo 13!)
LII. Manzanillo y la costa del Pacífico llC.
Lili. Mejoras ou los puertos loT
lAV. Fases comerciales lt;2
LV. Industria y progreso 16Í»
L^'I. La riqueza y el futuro de México 17.")
LVII. El Capital y los ferrocarriles urbantis 184
LVIII. Ferrocarriles Xacionales 194
LIX. Comercio del Istmo 203
LX. Desarrollo de fuerza hidráulica 214
LXI. El hacendado antiguo y el moderno 221
LXII. Dónde recibe México á sus hués¡)edes 228
Í-XIII. Pintores mexicanos 132
T,XIV. La instrucción pública en México 241
LXV. Los Estados de México 24r>
CAPITULO XXXIV.
Ante los muros de Puebla
En el camino de Oaxaca á Puebla se unieron al Ejército del Este algunas fuerzas de consideración, reclutadas i^or varios jefes republicanos. En Acatan se le unieron los Generales Figueroa y González con sus respectivas brigadas; en Topeca, el Coronel Pa- lacios con cuatrocientos ginetes ; el Teniente Coronel Sánchez Gamboa con trescientos hombres, y el Coro- nel Espinosa y Gorostiza con un batallón com^^leto y bien armado ; en Huamantla llegó el General Ala- torre con sus fuerzas de Jalapa, y el General Mén- dez con el contingente de Tétela, del Estado de Pue- bla.
En este último lugar decidió el Comandante en je- fe reorganizar la masa heterogénea de tropas que se habían ido afiliando á su estandarte por todo el ca- mino desde Oaxaca, y arreglar con ellas dos divisio- nes ; la primera de las cuales fué confiada al mando del General Alatorre, y la segunda al mando del Ge- neral Méndez, en tanto que la caballería fué puesta bajo la dirección del General Manuel Toro. Gonzá- lez, Carreen y Figueroa fueron nombrados Generales de Brigada. El total de las fuerzas así organizadas consistía en cuatro mil hombres poco más ó menos, con los cuales el General Díaz comenzó su marcha sobre Puebla, encontrándose entonces, como ya he- mos dicho, en Huamantla. Llegó á la ciudad de Zara- goza el 9 de Marzo de 1867, é inmediatamente tomó posesión del famoso cerro de San Juan sin la menor resistencia y allí estableció su cuartel general. Tam- bién el mismo día ocupó el convento de San Fernan- do, logrando de este modo bloquear eficazmente todo el lado oeste de la ciudad. Arreglado esto, comenzó á extender sus líneas hacia el sur y el este, quedando así completamente rodeada la ciudad por todos la- dos, excepto por el norte, que se encontraba defendido
DÍAZ T MÉXICO.
por las dos poderosas fortalezas de Ix>reto y Guada- lupe, las cuales estaban guarnecidas con buenas > nu- merosas tropas y provistas con artillería de primer orden. Auncpie no le fui!' posible aislar de la ciudad estos dos cerros fortificados, los rodeo con una línea de caballería, impidiéndoles así comunicarse con el exterior.
Pocos días después de haber iniciado formalmen- te el sitio, llegc» del sur el General Alvarez con seis- cientos hombres, y de Texcoco el Coronel Maldonado con cuatrocientos jinetes: i-efuerzos que hicieron su- bir el númern de las fuerzas sitiatloras á cinco mil hombres.
Mientras cpie el Ejercito del Este se había estado prejíaraudo para marchar sobre Puebla. Maximilia- no había salido de la ciudad de México el 13 de Febre- ro con dirección á Querétaro, á donde llegc) el 19 del mismo, con la determinación de sostenerse allí. Co- mo habían muchas disensiones en las ñlas de los con- servadores con motivo de la desercií'm de los fran- ceses, la retirada de parte de las fuerzas austríacas y belgas y la desafecci<'>n de muchos de los mexicanos, fjue habían ajwyado al imjjerio en sus días de apa- rente prosperidad y ¡KKler. los generales imperialis- tas persuadieron á Maximiliano á tomar el mando de las fuerzas c-onservadoi*as en persona, con la es- peranza de que este acto pudiera unir á aquellos que halíían ya comenzado á ¡xaierse en desacuerdo.
El General Mariano Esc-oljedo, comandante en jefe del Ejército Lil>eral de Xorte. jiroceílió inme- diatamente á sitiar Querétaro: y Maximiliano, con una actitud enteramente pasiva, no opuso á ello el menor obstáculo.
Mientras Escobedo estaba ocupado del modo que hemos indicado, mandó suplicar á Porfirio Díaz le mandara auxilio, manifestando que sus fuerzas no eran suficientemente fuertes para obligar á Queréta- ro á rendirse. Aunque al comandante del Ejército del Este no le convenía privarse de la menor parte de sus fuerzas, considerando la difícil empresa que te-
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GKNKKAl. JlAX N. MKNUKZ.
4 BIAZ t MÉXICO.
j)or las dos poderosas fortalezas de Loreto y Guada- lupe, las cuales estaban guarnecidas con buenas y nu- merosas tropas y provistas con artillería de primer orden. Aunque no le fué posible aislar de la ciudad estos dos cerros fortificados, los rodeó con una línea de caballería, impidiéndoles así comunicarse con el exterior.
Pocos días después de haber iniciado formalmen- te el sitio, llegó del sur el General Alvarez con seis- cientos hombres, y de Texcoco el Coronel Maldonado con cuatrocientos jinetes ; refuerzos que hicieron su- bir el número de las fuerzas sitiadoras á cinco mil hombres.
Mientras que el Ejército del Este se había estado ])reparando para marchar sobre Puebla, Maximilia- no había salido de la ciudad de México el 13 de Febre- ro con dirección á Querétaro, á donde llegó el 19 del mismo, con la determinación de sostenerse allí. Co- mo habían muchas disensiones en las filas de los con- servadores con motivo de la deserción de los fran- ceses, la retirada de parte de las fuerzas austríacas y belgas y la desafección de muchos de los mexicanos, que habían apoyado al imperio en sus días de apa- rente prosperidad y poder, los generales imperialis- tas persuadieron á Maximiliano á tomar el mando de las fuerzas conservadoras en x^ersona, con la es- peranza de que este acto iludiera unir á aquellos que habían ya comenzado á ponerse en desacuerdo.
El General Mariano Escobedo, comandante en jefe del Ejército Liberal de Xorte, procedió inme- diatamente a sitiar Querétaro; y Maximiliano, con una actitud enteramente pasiva, no opuso á ello el menor obstáculo.
Mientras Escobedo estaba ocupado del modo que hemos indicado, mandó suplicar á Porfirio Díaz le mandara auxilio, manifestando que sus fuerzas no eran suficientemente fuertes para obligar á Queréta- ro á rendirse. Aunque al comandante del Ejército del Este no le convenía privarse de la menor parte de sus fuerzas, considerando la difícil empresa que te-
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AME LOS 3ICR0S DE PUEBLA.
nía entre manos (el sitio de Puebla), despachó in- mediatamente al General Méndez con parte de su división, para atildar á Escobedo; dando al mismo tiemi)o órdenes á Méndez de incori^orarse en el ca- mino las tropas de Pachuca al mando del General Martínez, y las fuerzas que por esa dirección estaban al mando de Jiménez, Riva Palacio y el Coronel Mer- cado. Como todos estos jefes obedecían como jefe su- perior al General Díaz, Méndez llegó al campo de Escobedo con seis mil hombres y diez cañones howit- zer de montaña. Pero mientras que esto aumentó poderosamente al Ejército del Xorte, dejó reducido al del Este á cuatro mil hombres, con los cuales se tenía que tomar una de las plazas mejor fortificadas de la liepública, plaza que estaba defendida por una guarnición casi tan gi'ande en número como las fuer- zas sitiadoras, y provista con artillería más podero- sa y eficiente.
Entre tanto las disensiones y la falta de acti^^- dad continuaban en Querétaro. La ciudad estaba lle- na de gente no combatiente, hombres, mujeres y ni- ños y muchos sacerdotes, todo lo cual hacía muy nu- merosa la población pasiva : y contribuía material- mente á la confusión é ineficacia del ejército encerra- do dentro de los muros de la ciudad, la cual se encon- traba rodeada por las fuerzas combinadas del Ejér- cito del Xorte al mando de Escobedo, en número de 10,000 hombres, el Ejército del Centro al mando de Corona, fuerte de 7,000, y otras fuerzas adicionales que hacían sul)ir la fuerza total de los sitiadores á 21.000 soldados y Tá cañones.
En la noche del 22 de Marzo, Márquez y ^Idaurri, con 400 jinetes, lograron romper las filas de los sitia- dores, con órdenes de Maximiliano de proseguir á México y regresar con las tropas que allí se encon- traban y auxiliar á Querétaro. Pero cuando llegaron allí supo Márquez que el comandante de las fuerzas imperiales en Puebla estaba ])ara rendirse al Ejér- cito del Este. Por lo cual resoMó marchar inmedia- tamente sobre Puebla con cuatro mil hombres de la
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 5
nía entre manos (el sitio de Puebla), despachó in- mediatamente al General Méndez con parte de su división, para ayudar á Escobedo; dando al mismo tiempo órdenes á Méndez de incorporarse en el ca- mino las tropas de Pacliuca al mando del General Martínez, y las fuerzas que por esa dirección estaban al mando de Jiménez, Riva Palacio y el Coronel Mer- cado. Como todos estos jefes obedecían como jefe su- perior al General Díaz, Méndez llegó al campo de Escobedo con seis mil hombres y diez cañones howit- zer de montaña. Pero mientras que esto aumentó poderosamente al Ejército del Norte, dejó reducido al del Este á cuatro mil hombres, con los cuales se tenía que tomar una de las plazas mejor fortificadas de la Kepública, plaza que estaba defendida por una guarnición casi tan grande en número como las fuer- zas sitiadoras, y provista con artillería más podero- sa y eficiente.
Entre tanto las disensiones y la falta de activi- dad continuaban en Querétaro. La ciudad estaba lle- na de gente no combatiente, hombres, mujeres y ni- ños y muchos sacerdotes, todo lo cual hacía muy nu- merosa la población pasiva; y contribuía material- mente á la confusión é ineficacia del ejército encerra- do dentro de los muros de la ciudad, la cual se encon- traba rodeada por las fuerzas combinadas del Ejér- cito del Xorte al mando de Escobedo, en número de 10,000 homl)res, el Ejército del Centro al mando de Corona, fuerte de 7,000, y otras fuerzas adicionales que hacían subir la fuerza total de los sitiadores á 21,000 soldados y 74 cañones.
En la noche del 22 de Marzo, Márquez y Vidaurri, con 400 jinetes, lograron romper las filas de los sitia- dores, con órdenes de Maximiliano de proseguir á México y regresar con las tropas que allí se encon- traban y auxiliar á Querétaro. Pero cuando llegaron allí supo Márquez que el comandante de las fuerzas imperiales en Puebla estaba para rendirse al Ejér- cito del Este. Por lo cual resolvió marchar inmedia- tamente sobre Puebla con cuatro mil hombres de la
6 DÍAZ Y MÉXICO.
capital, con la esperanza de derrotar al General Díaz ú obligarlo a IcA^antar el sitio ; en cnyo caso, le sería posible perseguir al jefe liberal con una fuerza ca- si dos veces mayor que la del Ejército del Este.
La situación de los sitiados en Puebla era muy crítica. Pero si el General Díaz decidía dar batalla á Márquez, podía ser atacada su retaguardia por las fuerzas de Puebla al mando de Xoriega; si por otro lado se resohaa á abandonar el sitio y retirar- se á las montañas, el efecto moral sobre sus fuerzas sería malísimo; y con toda probabilidad un buen número de ellas desertarían.
Pero el hombre que había encontrado solución an- tes á muchas situaciones desesperadas, se determi- nó á hacer frente á la que se le presentaba ahora de un modo que parecía casi temerario por su gran audacia. Hizo todos los preparativos para tomar por asalto la ciudad de Puebla antes de que Márquez ilu- diera llegar al teatro de los sucesos ; mas á nadie co- municó el plan que había formado, ni siquiera á sus generales, por temor de que pudiera llegar á conoci- miento del enemigo.
El 31 de Marzo del siguiente día, se enviaron á Te- huacán todos los enfermos y heridos del campamen- to de los sitiadores, lo mismo que el equipaje; me- dida que se tomó por dos motivos : uno de ellos era colocar esa gente en seguridad para el caso desgra- ciado de que no tuAdera éxito la desesperada resolu- ción tomada por el comandante en jefe, y el otro era, hacer creer á los sitiados que el Ejército del Este es- taba para retirarse, á causa de la venida de las fuer- zas imperialistas al mando de Márquez.
En la noche del 1° de Abril, cuando no era ya po- sible mantener en secreto sus planes, el General Díaz se los reveló á Al atorre, el cuartel maestre general, á quien comisionó para citar á los demás generales á un consejo de guerra, que tendría lugar en una ca- sa situada en la parte más céntrica del campo ocupa- do por las fuerzas sitiadoras. M uno solo de ellos sa- bía para qué se les había citado, hasta que llegaron
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ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 7
al lugar de la reunión, donde se exhibieron planos de la ciudad y de las fortificaciones y fueron expli- cados los detalles del proyecto de la desesperada y arriesgada empresa, tal como los había concebido el comandante en jefe. A cada uno de los generales se le asignaron sus fuerzas, y se le instruyó acerca de lo que tenía que hacer y cuándo lo debía hacer, á efec- to de que el proyectado asalto de la ciudad fuera coronado por el éxito.
El plan era temerario hasta la desesperación; pero el comandante en jefe lo había combinado tan matemáticamente y tenía él mismo tanta fe en su éxito, que inspiró á sus oficiales la misma confian- za de que estaba poseído. La oportunidad fué muy bien escogida; porque no daba tiempo, entre el mo- mento en que el plan fué revelado y el principio de su ejecución, para que los oficiales pudieran reflexio- nar acerca de lo desesperado y peligroso de la empre- sa, y las muchas probabilidades que se podían j^re- sentar para convertirla en un fracaso.
Hacia la media noche los oficiales regresaron á sus respectivos regimientos y se comenzaron los pre- parativos para el asalto, aunque hasta esos momen- tos, los hombres que tenían á su mando estaban aún bajo la impresión de que los preparativos eran para efectuar la retirada á Tehuacán. Tranquilamente se pasó la orden á todos los oficiales inferiores, y poco después de media noche todas las fuerzas del ejérci- to sitiador fueron situadas en sus posiciones respec- tivas, para aguardar la señal del ataque.
Las fuerzas para el asalto fueron divididas en diez y siete columnas, tres de las cuales estaban des- tinadas á hacer un falso ataque sobre la poderosa fortaleza de El Carmen, que se encontraba directa- mente al sur de la ciudad, y frente á las fuerzas del ejército sitiador ; y el resto de las columnas fué dis- tribuido á lo largo de las partes sur y este de la ciu- dad, listas para hacer un ataque combinado sobre la misma.
Entre tanto, toda la artillería que tenían los sitia-
8 DÍAZ Y MÉXICO.
dores, consistente en diez y oclio piezas de varias cla- ses, fueron aproximadas lo más cerca que fué i^osi- ble á la fortaleza de El Carmen. La oscuridad de la noclie favoreció muclio esta operación, la cual no fué descubierta por el enemigo, hasta que todo kabía si- do puesto en su lugar para el asalto y el ataque había comenzado. Los cañones habían sido colocados de tal modo, que podían hacer fuego sobre la fortaleza por tres distintos lados al mismo tiempo. La manio- bra de acercar la artillería á la fortaleza fué llevada á cabo á costa de gran riesgo, el cual estaba el Gene- ral Díaz muy dispuesto á correr, pues deseaba crear, en medio de la confusión producida por el ataque en la oscuridad de la noche, la impresión en la mente de los defensores de El Carmen, que se les estaba ata- cando por la retaguardia ; lo que implicaba que la ciu- dad había sido tomada por los sitiadores.
La circunstancia de que Márquez, con un ejército fuerte de cuatro mil hombres estaba acampado en Guadalux)e, como á treinta y cinco millas de distan- cia, y los aparentes preparativos que de retirada ha- bían estado haciendo los sitiadores todo ese día y el anterior, habían producido cierto sentimiento de se- guridad en la ciudad sitiada, donde se esperaba con toda confianza que los liberales se aprovecharían de la noche para comenzar su retirada á Tehuacán, por lo que cualquier ruido que se hubiera oído de mar- cha de soldados y de artillería, se hubiera atribuido indudablemente á los movimientos incidentales de la tan esperada retirada.
Cuando todo estuvo listo para el ataque, asegura el mismo General Díaz que había tal escasez de par- que, que se vio obligado á recoger los cartuchos que tenía la caballería y distribuirlos entre la infantería. Al mismo tiem])o dio órdenes á la primera que, en caso de que hubiera necesidad de que tomaran parte en la batalla, deberían pelear con sus lanzas y sus sables.
Eran las 3 y 15 de la mañana del 2 de Abril, cuan- do la artillería de los sitiadores colocada á corta dis-
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ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 9
tancia, abrió un fuego terrible sobre las trinclieras y el fuerte de El Carmen. Y bajo cubierta de la arti- llería, la primera de las tres columnas destinada al falso ataque, se movió rápidamente hacia las trinche- ras, atravesando una larga distancia de campo raso y sin ninguna protección. Se encontró con un fuego te- rrible de parte del enemigo, no obstante lo cual, lle- garon los soldados á 100 metros de distancia de su punto objetivo, cuando se vieron obligados á ponerse en retirada dejando muclios muertos y heridos en el campo.
Inmediatamente fué mandada la segunda colum- na en auxilio de la primera. Atravesando el llano á paso redoblado, y haciendo frente al bien dirigido fuego del enemigo, llegó hasta el muro de tierra de las fortificaciones exteriores, donde, á su turno, se vio obligada á retirarse después de experimentar se- rias pérdidas.
La tercera columna, que fué enviada en apoyo de la segunda, llegó también á las murallas exteriores, las que intentó tomar por asalto. Algunos soldados llegaron hasta á escalar las trinclieras y pasar al es- pacio de fortificaciones que seguía del otro lado ; pe- ro al fin se vieron también obligados á retirarse con grandes pérdidas ; pues el enemigo se había apresura- do á enviar, con la mayor rapidez, refuerzos al pun- to atacado, y continuaron llegando en números abru- madores. Efectivamente, con tanta realidad se había representado el ataque simulado, que hasta la reser- YR de dentro de la ciudad había sido enviada apresu- radamente en auxilio de El Carmen.
Esto era lo que había previsto el General Díaz; pues había determinado que el falso ataque sobre la fortaleza de El Carmen, tuviera una a])ariencia su- ficiente real para atraer la atención de la guarni- ción de la parte de la ciudad que esperaba tomar por asalto.
Se habían suspedido trapos empa])ados de tre- mentina de un alambre que se tendió entre una y otra torre de la iglesia oue estaba situada sobre el monte
10 DÍAZ Y MÉXICO.
de San Juan, al oeste de la ciudad, lugar donde po- dían ser vistos muy distintamente de todas partes. ¡Estos trapos, que estaban á una considerable altura del terreno, debían ser encedidos como señal para comenzar el ataque combinado sobre la ciudad por las catorce columnas restantes del ejército sitiador.
En medio del ruido atronador de la batalla que tenía lugar en el barrio de El Carmen, el resto del ejército de los sitiadores aguardaba ansiosamente por la señal de ataque. Kepentinamente las notas de nn clarín se oyeron so])re el ruido que se producía en el teatro del conflicto ; y un momento después el in- menso lienzo empapado en trementina se inflamaba, formando poderosa llamarada que iluminaba todo el monte de San Juan, y anunciando el ataque que debía hacerse en ese momento sobre la ciudad por diferen- tes lados, por las numerosas columnas destinadas á ese objeto.
Las fuerzas de ataque, llevando consigo escaleras para poder avanzar los muros y otras defensas de la ciudad, ocuparon, sin la menor pérdida de tiempo, los espacios que habían entre ellas y las trinclieras del enemigo, barriendo todo lo que encontraban á su paso, á pesar del mortífero fuego de balas y grana- das que llovían sobre ellos, que si lúen diezmaban el número de sus fuerzas, no disminuían en lo más míni- mo su empuje y su valor. Adelante prosiguieron co- mo un torrente, lanzándose sobre las trinclieras y los muros y pasando sobre todo hasta internarse en la ciudad. Y tan completa fué la sorpresa, que quin- ce minutos después de que el ]irimer soldado libe- ral había escalado los muros de Puebla, no se ofrecía resistencia dentro de la ciudad, más que desde las to- rres de la catedral y desde las alturas de El Carmen y San Agustín.
Pero si bien la ciudad había sido tomada, y sus defensores habían tenido que huir unos y otros ha- bían tenido que rendirse, la posición del ejército Adc- torioso no se |)odía considerar segura bajo ningún concepto: pues las ])0(lerosas fortalezas situadas en
Gknerai^ Carlos Pacheco.
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 11
los cerros al este y norte de la ciudad, coiitiniiabari haciendo fuego sobre los grupos de soldados libera- les, por donde quiera que eran distinguidos recorrien- do las calles de la ciudad conquistada.
Cada casa parecía también una fortaleza, que vo- mitaba descargas cerradas sobre los asaltantes, desde los techos, los balcones, las ventanas j las puertas. Pero todo esto no retardó ni un solo momento el avan- ce Aictorioso de los soldados liberales. Se llevaron á cabo tantos prodigios de valor y fueron tantos los valientes, que más tarde le fué imx:)osible al coman- dante en jefe mencionarlos a todos en su informe de la batalla al Departamento de la Guerra.
El General Carlos Pacheco, que tenía á su cargo la columna de ataque que se dirigió sobre las fortifi- caciones de la calle de Siempreviva, fué herido pri- mero en la pantorrilla de la pierna clerecha, poco ra- to después en el brazo izquierdo, y como aim así con- tinuaba dirigiendo el ataque, una bala de cañón le destrozó la cadera izquierda. Un soldado lo levantó en brazos é intentó llevarlo á un lugar menos peli- groso ; pero apenas había caminado unos pocos pasos con su carga, cuando una granizada de metralla hizo blanco en ambos, rompiendo el brazo derecho al co- mandante é hiriendo gravemente al hombre que lo conducía. Sin embargo, el General Pacheco, á pesar de haber perdido la pierna izquierda y el brazo dere- cho, vivió para ocupar A^^arios puestos públicos de im- portancia, entre los cuales citaremos los de Jefe de los Departamentos de Fomento y de Guerra y Mari- na en el gabinete del General Díaz. En ambos pues- tos prestó excelentes servicios, cooperando en el fo- mento del progreso y en el establecimiento de la paz l^or toda la Kepública.
Casi todos los oficiales y soldados sobrevivientes, pasaron por experiencias casi tan peligrosas y emo- cionantes como la del General Pacheco, aunque con resultados menos graves; pues la batalla se convir- tió en una lucha cuerpo á cuerpo por las calles de la ciudad, y al mismo tiempo los soldados republicanos,
12 DÍAZ T MÉXICO.
y con frecuencia también los imperialistas, se veían Í3lanco de constantes descargas que les hacían desde las A^entanas de las casas. Pero las manzanas de edi- ficios fueron tomadas rápidamente, calle tras calle, y pronto miles de prisioneros se encontraban en ma- nos de las tropas Aictoriosas. Entre dicbos prisione- ros estaban algunos oficiales que habían desertado antes de las filas liberales, siendo el principal entre ellos el General Mariano Trujeque, el famoso jefe de caballería, que en dos distintas ocasiones había trata- do de asesinar al General Díaz. Después de la toma de la ciudad, se le encontró oculto detrás de un pequeño almacén, entre unos bultos de mercaderías, de donde fué sacado por algunos soldados liberales.
De acuerdo con la ley del 25 de Agosto, todos los desertores de las filas liberales á que nos hemos re- ferido arriba, fueron juzgados por corte marcial y fusilados, entre ellos Trujeque.
Pero aunque muchos ])risioneros habían sido he- chos durante y después de la captura de la ciudad, muchos soldados y oficiales imperialistas se habían escapado á las dos fortalezas de los cerros del norte de la población, Guadalupe y Loreto, las cuales con- tinuaron bombardeando á los victoriosos después de la caída de Puebla, sembrando la muerte entre ami- gos y enemigos, con la vana esperanza de que Már- quez, quien se sabía estaba no lejos del lugar, llega- ra en su auxilio.
Pero en lugar de Márquez se encontraron los de- fensores de las fortalezas con la llegada de las fuer- zas liberales al mando del General Ley va, en niime- ro de dos mil, distribuidos por igual en caballería é infantería, y trayendo consigo dos piezas de artille- ría de montaña que poder agregar á la formidable ba- tería que estaba dentro de la ciudad, la cual pronto sería dirigida sin la menor consideración sobre las dos fortalezas, que habían representado un papel tan importante y heroico en los tres emocionantes sitios por que había pasado la ciudad desde la llegada del Ejército Francés de Intervención á México.
ANTE LOS MUROS DE PI'EBLA. 15
Toda la artillería pesada que se le había captura- do al enemigo, fué dirigida sobre los dos fuertes, y se Mcieron toda clase de preparativos para obligar- los á rendirse á la mayor brevedad. Esto, la apari- ción de Leyva en el teatro de los sucesos y la no veni- da de Márquez en su auxilio, cuando se comprendía que no podía dejar de liaber sabido los acontecimien- tos que estaban teniendo lugar desde hacía varios días, desanimó á los imperialistas, y á las tres de la mañana del 4 de Abril, justamente cuarenta y ocho horas después que los liberales habían hecho su pri- mer ataque contra la ciudad, llegó del cerro de Gua- dalupe un oficial, acompañado de su corneta provisto de una linterna, suplicando se le condujera al cuar- tel general. Una vez allí, presentó un ofrecimiento de rendición á condición de ciertas garantías. Este men- sajero fué detenido. A las cinco de la mañana apareció otro, el cual fué también detenido. Poco tiempo des- pués apareció un tercero, esta vez del fuerte de Lore- to. Como todo esto era señal patente de apuro, fué enviado de regreso uno de estos mensajeros con el in- forme, de que el comandante en jefe de las furzas li- berales no aguardaba sino la claridad del día para comenzar á bombardear los dos fuertes con toda la artillería de que disponía la ciudad, y que lo ímico que podría evitar esto, era la rendición incondicional de las dos fortalezas.
El plazo concedido era corto ; por lo que, designes de apresurado parlamento, las fortalezas de Loreto y Guadalupe se rindieron á discreción.
Debido a la circunstancia de que cierto número de oficiales liberales que habían desertado á las filas im- perialistas y habían sido hechos prisioneros en la to- ma de Puebla, fueron juzgados militarmente y fusi- lados, reinaba gran pánico y terror entre los oficiales mexicanos de las fuerzas imperialistas capturadas en los fuertes de Guadalupe y Loreto. Estos habían sido reunidos y alojados en calidad de prisioneros en un departamento del Palacio Municipal, en unión de algunos otros capturados en la ciudad en la ma-
14 DÍAZ T MÉXICO.
ñaua del 2 de Abril. La comunidad eu que se encon- traban contribuía á aumentar sus temores y se da- ban ya por i^erdidos. Tan seguros estaban de morir, que hicieron una síifílica al General Díaz i^ara que les permitiera recibir las risitas de su amigos, y la entrada á la prisión de los sacerdotes que iban á oír su última confesión.
El permiso fué concedido; pero ninguna manifes- tación favorable de parte del General Díaz acompa- ñó al permiso. Todo lo contrario, se dieron órdenes para que se les proveyera de materiales de escribir, sobres y sellos; todo lo cual, de acuerdo con diclia orden, se distribuyó entre ellos liberalmente, y se señalaron cuartos especiales donde iludieran estar solos con el sacerdote que los confesara. A todos se les i^ermitió escribir sus cartas de despedida, hacer sus testamentos, confesarse, y en fin, prepararse pa- ra una pronta muerte. Entre los prisioneros que así se prepararon, estaban varios obispos 3^ sacerdotes que se habían manifestado muy activos en la defen- sa de la causa im])erialista. El número total de pri- sioneros era como de 300, incluyendo varios jefes con- servadores que ya estaban sentenciados á muerte.
La ciudad se encontraba grandemente exitada con lo que prometía ser uno de los fusilamientos más sen- sacionales de la historia deMéxico ; pues los prisione- ros incluían la flor y nata de las fuerzas imperialistas de Puebla, los altos dignatarios de la iglesia, lo mis- mo que varios ricos magnates cuyos nombres eran co- nocidos de un extremo á otro de la República. Era un terrible holocausto, capaz de hacer vacilar de horror á las naciones de América y Europa, y de hacer tem- blar á los mexicanos de nota que habían abrazado la causa del imperio. Y todo se haría de acuerdo con una ley que había sancionado Juárez, ley que había sido sancionada también i:>or las prácticas de la mis- ma administración imperial.
A las tres de la tarde, cuando todos se habían ya preparado, cada cual á su modo, para recibir la muerte, los jefes prisioneros fueron llevados al Pa-
(ÍKNEUAL FlíAXCIf^CO I.EYVA.
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 15
lacio Episcopal, donde se encontraron con otros pri- sioneros de rango y con el mismo General Díaz en persona, con nna expresión adnsta é implacable en el semblante. Annqne estas 300 i^ersonas se encontra- ban á las puertas de la muerte, contemplaban con cierta curiosidad al hombre que, inexorable como el destino, babía decretado la muerte de todos y cada uno de ellos.
En medio del más profundo silencio, el comandan- te en jefe del Ejército del Este dirigió la palabra á la resignada y desahuciada multitud de prisioneros que tenía delante. Comenzó manifestándoles que to- dos ellos merecían la pena de muerte y que la ley pe- día fueran ejecutados, porque habían traicionado á su patria en la hora en que ésta más los necesitaba. Estas eran i)alabras que sonaban como un doble fú- nebre en los oídos de aquellos hombres que, según ellos mismos creían, se encontraban á las puertas de la muerte.
Luego, cambiando de tono, el orador continuó di- ciendo, que en vista de la circunstancia que los reos eran tan numerosos, tenía convicción de que el Go- bierno, una vez en conocimiento de la verdadera si- tuación, se inclinaría á la gracia. Pero que la ley re- quería que se les mantuviera aún en el más riguroso confinamiento, hasta que fuera definitivamente de- cidida su suerte.
Esto indicaba una esperanza de vida, cuando un minuto antes se consideraba como segura su muerte, y un suspiro general de consuelo estremeció los pe- chos de los 300 prisioneros.
Luego, suavizando aún más el tono de voz, el ora- dor continuó diciéndoles, que también él sabía lo que era sufrir prisión por la causa que había defendido, que había experimentado todas las penas que acom- pañan á semejante situnción, y que su deseo era evi- társelas si era posible. Con este fin, gustoso permiti- ría á todos salir de la prisión como hombres libres, si daba cada uno por escrito, su formal promesa de pre- sentarse á ser juzgados, siempre que el Gobierno así
K) DÍAZ T MÉXICO.
lo resolviera, al recibir aAÍso á ese efecto por medio de la prensa.
La escena que se siguió fué indescriptible. Hom- bres rigorosos lloraban, mientras que otros eran aco- metidos de manifestaciones histéricas á causa de la tremenda reacción que había tenido lugar en sus sen- timientos ; pues era aquello para los prisioneros, co- mo comprenderán nuestros lectores, una verdadera resurrección.
Todos manifestaron su voluntad de firmar lo de- seada promesa, y cada uno de ellos, después de fir- marla, fué puesto en completa libertad.
Esto fué el principio de esa política de Porfirio Díaz, de esforzarse por convertir en amigos á sus ene- migos, que ha seguido durante toda su carrera co- mo Primer Magistrado de la Xación mexicana, po- lítica que ha contribuido más que cualquier otro fac- tor, á unir al pueblo j á construir el México moder- no. A esa misma x^olítica debe ser atribuido el hecho de que muclio tiempo después, se encontraran for- mando parte de su ministerio algunos de los imperia- listas más i^ronunciados de aquellos días, y que hoy se encuentre su gobierno apoyado por las antiguas familias aristocráticas y aún por la misma Iglesia Católica ; la cual, si bien obligada á vivir dentro de las leyes de la reforma, ha sido protegida en todos los derechos que le concede la Constitución. Aunque Por- firio Díaz fué el gran caudillo del movimiento con- tra el poder de la Iglesia ; ésta iiltima, que probable- mente nunca ha simpatizado con su actitud en cues- tiones religiosas y de autoridad eclesiástica en asun- tos temporales, ve en él el símbolo de la ley y el orden, y un fuerte baluarte contra la anarquía, el socialis- mo ignorante y el reinado del populacho ; y como tal, tiene el apoyo político de la Iglesia. En otras pala- bras, se le mira como al hombre más á propósito pa- ra dirigir la situación actual. Esta es una de las me- jores alabanzas que se ]>ueden tributar á su genio como estadista y diplomático.
(jkxkral Porfirio Díaz ex 1867.
ANTE LOS MUROS DE PUEBLA. 17
Pero no liemos terminado aún la dramática esce- na que veníamos relatando.
Entre los prisioneros estaba el Coronel Vital Es- camilla, Jefe Político del Distrito de Matamoros Izú- car, y el mismo que, en un exceso de celo imperialista, había ofrecido aumentar con sus propios fondos el premio ofrecido por el Conde de Thiim á quien entre- gara el General Díaz muerto ó vivo. El Coronel ha- bía permanecido oculto entre la muchedumbre, apa- rentemente temeroso de acercarse á firmar su promesa.
El Coronel Visoso, oficial liberal y antiguo amigo de Escamilla, se acercó al General Díaz y le suidIícó lo perdonara, ocultándole la circunstancia de que se encontraba entre los prisioneros. Pero Díaz, á quien hacía poco rato le habían señalado á Escamilla co- mo el hombre que lo había perseguido á muerte, con- cedió á Visoso lo que pedía, y llamó al mismo tiem- po á Escamilla por su nombre de entre la multitud que tenía enfrente; y cuando éste último se ai^roxi- mó, informó tanto á él como á A^isoso, que si no se en- contraba aún en libertad, era porque no había fir- mado aún su promesa, lo cual esperaba que hiciera tan luego como llegara su turno.
Escamilla llegó á ser después uno de los amigos más íntimos del General Díaz, y fué miembro del Con- greso durante la administración de este último.
El 4z de Abril se publicó una orden general de los cuarteles del Ejército del Este, al efecto, de que todos los prisioneros hechos en las batallas de Miahuatlán y la Carbonera, la toma de la ciudad de Oaxaca, el asalto de Puebla y la rendición de los fuertes de Gua- dalupe y Loreto, serían puestos en libertad, con per- miso de residir en cualquier parte del país que les con- viniera, donde estarían bajo la Aigilancia de las auto- ridades locales, y sujetos al llamado del Gobierno Fe- deral. La orden también agregaba, que todos los ex- tranjeros que se encontraran entre los prisioneros, quedarían sujetos á las mismas condiciones, con la única excepción, de que si deseaban abandonar la Ke- pública, estaban en libertad de hacerlo.
CAPITULO XXXV.
San Lorenzo.
El 5 de Abril, esto es, al día siguiente de los acon- tecimientos relatados en el capítulo anterior, el Ge- neral Díaz j)artió en persecución del ejército imperia- lista de Márquez, quien no se había atrevido á acer- carse á Puebla, desde que supo que esta ciudad ha- bía caído en poder de los liberales, prefiriendo reti- rarse, con la determinación de regresar á la capital de la Eepública tan luego como le fuera posible. Pe- ro el jefe liberal lo siguió sin la menor pérdida de tiemi)o. En la mañana del 6 de Abril, un día después de haber salido de Puebla, llegó á Apizaco, donde tuvo el desagrado de saber que Márquez había parti- do ya para Huamantla.
Dejando aras la infantería y la artillería, el Ge- neral Díaz continuó la persecución de las fuerzas im- perialistas con sólo la caballería, con el objeto de poder darles alcance. De este modo logró avistarse con la caballería de Márquez en San Diego Notario, é inmediatamente la atacó. Después de una sangrien- ta refriega, la obligó á retirarse hacia el núcleo de las fuerzas enemigas, donde se vio ya libre de la per- secución de que era objeto, pues la artillería imperia- lista abrió fuego sobre la caballería liberal, la cual se vio obligada á ponerse fuera del alcance de los cañones después de haber perdido veinte ó más hom- bres.
Al día siguiente se le unieron al General Díaz las fuerzas de Lalanne, consistentes en 400 jinetes y GOO soldados de infantería. Díaz le ordenó detener á to- da costa á Márquez ínter podía él acercar la infan- tería y artillería.
Lalanne cumplió literalmente las órdenes que se le dieron, y mantuvo en jaque á los imperialistas hasta que sus tropas fueron casi completamente ani-
SAíí LORENZO. 19
qiiilaclas. Pero había llenado su misión con la mayor eficacia, pues detuvo á Márquez el tiemi^o suficiente para que fuera alcanzado por el grueso de las fuer- zas del ejército liberal en San Lorenzo. La orden que liabía recibido Lalanne, era de detener á Márquez aunque fuera solamente por una liora. A las 8 de la mañana del 8 de Abril se encontró con las fuerzas imperialistas en Zotoluca, y aquí presentó batalla, efectuando su retirada gradualmente y atacando á intervalos, de cuyo modo logró detener al enemigo hasta las tres de la tarde, hora en que sus fuerzas ha- bían quedado tan reducidas, que no le fué ya posible impedir el paso á los imperialistas.
Entre tanto, el General Díaz con su ejército ha- bía dado alcance á Márquez entre San Nicolás y San Lorenzo, en el preciso momento en que los restos del pequeño ejército de Lalanne habían comenzado á huir en todas direcciones. Se encontró primero con la caba- llería enemiga, á la cual obligó á replegarse después de hacerle sufrir pérdidas considerables. Debemos ad- vertir, que á Márquez no se le veía la menor inclina- ción de presentar batalla á las fuerzas liberales, que tan repentinamente se le habían aparecido.
Esa misma noche del 8 de Abril, el General Díaz desplegó sus fuerzas en semicírculo alrededor del enemigo. El sigTiiente día ambas fuerzas lo pasaron frente á frente. El comandante en jefe liberal reco- noció cuidadosamente la posición del enemigo, y que- dó satisfecho de la distribución que había hecho de sus fuerzas. ínter esto tenía lugar, llegaron á su campamento cuatro mil hombres al mando del Gene- ral Guadarrama. Este último había sido despachado por Escobedo poco tiempo antes desde Querétaro, con la misión de vigilar á Márquez ; por cuyo motivo tuvo en esta ocasión la oportunidad de ofrecer sus servicios al General Díaz.
Informado Márquez de este repentino aumento en la fuerza del ejército liberal, decidió retirarse y hacer lo posible por llegar á la ciudad de México. Con este objeto comenzó á evacuar su campamento
20 DÍAZ Y MÉXICO.
en ]a madrugada del día siguiente y se dirigió á San Cristóbal por el camino de Texcoco.
Tan luego como supo esto el General Díaz, dio órdenes para que se avisara á la gente de Calpulál- pam que destruyera el puente de San Cristóbal, á lo cual x^rocedieron sin la menor dilación. Pero no habían aún completado su trabajo, por ser la estruc- tura grande y fuerte, cuando apareció la vanguardia del ejército imperialista.
Entre tanto, las tropas liberales en toda su fuer- za conducidas por el comandante en jefe, se habían puesto en activa persecución de Márquez, á quien al- canzaron en los momentos en que estaba haciendo esfuerzos sobrehumanos por hacer pasar por el me- dio derruido puente su infantería, que por cierto, se encontraba ya parcialmente desmoralizada.
Viendo el jefe imperialista que era imposible pa- sar por la barranca su artillería, ordenó que fuera arrojada al precipicio, que en este lugar era de con- siderable altura. De suerte que no le quedaron para contener el avance del enemigo más que dos pequeños cañones que había logrado pasar á lomo de muía al otro lado de la barranca.
Márquez trató de hacer resistencia, pero muy lue- go tuvo que ponerse en precipitada fuga con rumbo á la ciudad de México, dejando en poder de los vic- toriosos liberales todo el equipaje, sus cofres de di- nero y dos mil prisioneros.
Como es natural, la caballería, que formaba la mejor parte de las fuerzas imperiales, logró fran- quear la barranca. Dicha caballería estaba formada principlmente por austríacos y tenía entre sus ofi- ciales guerreros tan famosos como Kodolich, Wic- kenburg y Kevenhueller, que pelearon braA'^amente por todo el camino hasta Texcoco; pues la caballería liberal continuó la persecución durante todo el día hasta que comenzó á oscurecer. En esta retirada los imperialistas experimentaron considerables pérdi- das.
El día siguiente, la caballería liberal al jnando
General Leonakdo Máucíuez.
SAíí L01ÍE?íZ0. 21
de Le.yva continuó la persecución no desamparando la retaguardia del enemigo hasta llegar á los muros de la ciudad de México. La retirada fué desastrosa para las tropas de Márquez, i)ues la noticia de su derrota los liabía precedido y los indígenas habían destruido los puentes del camino que tenían que se- guir, obligándolos así á atravesar peligrosas barran- cas y ríos, donde tuAÍeron muchas pérdidas que la- mentar. Muchos de los jinetes quedaron hundidos en los fangales y pantanos, de donde les era imposible inestricarse, siendo fácil presa del enemigo que im- placable los i)erseguía.
Márquez llegó á la capital de la República, de donde había salido pocos días antes lleno de esi)eran- zas á la cabeza de su ejército discii)]iiiado de cuatro mil hombres ; llegó, decimos, con sólo su caballería, compuesta ])rinci])almente de austríacos^ que logra- ron escapar gracias á estar bien montados. El mismo día que entró el jefe imperialista á la ciudad, luiede decirse que comenzó el sitio de la capital de la Repú- blica.
CAPITULO XXXVI.
Los últimos días del Imperio.
El 12 de Abril, diez días después de la toma de Puebla, y dos después de la derrota de Márquez en Sau Lorenzo, las tropas liberales comenzaron á ro- dear formalmente la ca])ital de la Kepública. Las primeras líneas se extendían por más de diez millas, distancia comparativamente grande (pie tenía que ser cubierta con las ])ocas tropas de que disponía el comandante en jefe del Ejército del Este. El traba- jo de cii'cunvalación fué comenzado inmediatamente y las líneas de trincheras se construyeron tan rápi- damente como fué ])0sible. El General Díaz dirigía personalmente todas las operaciones. Estableció su cuartel general en Guadalupe, i)or considerar este lu- gar el punto más conveniente para el objeto, y desde aquí dirigía el sitio. En este lugar se encontraba cuando se recibió de Querétaro la orden llamando al General Guadarrama, por necesitarse urgentemente de sus servicios en ese lugar. La partida de las tro- pas de Guadarrama debilitó mucho á las fuerzas si- tiadoras, é hizo casi imposible cubrir la línea de cir- cunvalación, empresa que tuvo que desatenderse du- rante varios días, inter llegaban refuerzos que hicie- ran posible esta operación militar.
En los precisos momentos en que se comenzaban á activar las operaciones del sitio, recibió el General Díaz una comunicación del General Escobedo lla- mándolo en su auxilio, por no ser posible á este iil- timo llenar la extensa línea al rededor de Querétaro. Al mismo tiempo le ofrecía Escobedo el mando de todas las fuerzas que allí habían.
Díaz contestó que se pondría en marcha tan lue- go como hiciera venir más cañones y parque de Pue- bla, y hubiera reunido fuerzas suficientes para impe- dir que los imperialistas se escaparan de la ciudad de
Sitio de México.
LOS ÚLTIMOS días DEL DIPETÍIO. 2á
México. En vista de esto, comenzó á liacer todos sns arreglos para la proyectada marclia.
Habían dentro de la capital como 8,000 soldados, Y Díaz no dispondría sino de cinco, ó á lo más, seis luil, despnés de segregar las tropas qne tenía que lle- var consigo á Qnerétaro. Con esas pocas fuerzas ha- bría que mantener el sitio de ^México frente á un ene- migo superior en número. Pero cuando estaba ya ca- si listo para ponerse en camino hacia el norte á reu- nirse con Escobedo, recibió una segunda comunica- ción de este iiltimo, manifestándole que la situación había asumido un aspecto más favorable, y que creía, que en ese estado, sí le era ya posible continuar el sitio sin el auxilio de las fuerzas frente á la capital. Esto que relatamos tuvo lugar en los i^rimeros días de Abril.
Inmediatamente comenzó el General Díaz á ac- tivar las operaciones del sitio, y conforme estas pro- gresaban, nuevos refuerzos llegaban constantemen- te á su campamento. Estos refuerzos eran debidos á los esfuerzos que él mismo hacía, desde que logró derrotar á Márquez, por reclutar y organizar tropas en los Estados limítrofes. Se trajo artillería de Pue- bla y se utilizaron también los cañones de campaña que habían sido arrojados en la barranca de San Lorenzo por Márquez. Toda esta artillería fué diri- gida sobre las fuerzas sitiadas, sus ]>rimitivos due- ños. Para dotar estos cañones se hicieron venir de Puebla oficiales y artilleros competentes.
Para evitar que el enemigo tuviera o])ortunidad de comunicarse con el exterior ])or vía del lago de Texcoco y las lagunetas, se construyó un ])uente flo- tante en todo el camino desde San Cristóbal al Pe- ñón de los Baños, y las aguas del lago fueron vigila- das por botes y canoas bien tripulados y armados con artillería ligera. Esta medida no solamente im- pidió toda comunicación á los sitiados, sino que tam- bién proporcionó un medio de comunicación fácil y efectivo con las fuerzas sitadoras que tenían á su cargo el ataque de la ciudad por el lado del este.
24
DÍAZ I MT -( O.
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24 DÍAZ Y MÉXICO.
Gran actividad reinaba en todos los departamen- tos del Ejército del Este. Se establecieron fábricas de parque en Puebla y en Panzacola; un servicio ve- loz de muías fué organizado ])ara transportes entre Apizaco, que era entonces el término del Ferrocarril Mexicano, y el cuartel general de las fuerzas sitia- doras ; otro fué establecido entre Apizaco y Puebla. Un convoy de treinta carros de parque fué enviado á Escobedo á Querétaro; y los cañones desmontados que habían pertenecido á las fuerzas imperialistas derrotadas en Puebla, y que habían sido almacena- dos en esa ciudad, fueron comimestos y traídos fren- te á la capital de la Re])ública. Muchos de estos ca- ñones eran de hierro fundido y muy pesados, y como era muy difícil moverlos con ra])idez, se les utilizó rn baterías fijas; las cuales, según lo aseguró el mis- mo comandante en jefe, prestaron muy buen servicio.
El i)lan del (ieneral Díaz era no tomar la ciudad por asalto, pues de este modo se tendrían que des- truir muchos hermosos edificios, sino más bien obli- garla á rendirse por hambre. Con este objeto se ejer- cía gran vigilancia, para evitar que se escaparan par- tidas de los sitiados.
El 1.5 de Mayo se recibieron un telegrama del Ge neral Escobedo y otro del General Alcérreca de su í-uartel general de San .Tuan del Río, anunciando la rendición incondicional de Querétaro y la captura de ^Maximiliano, sus oficiales y su ejército. Se man- daron imprimir estos telegramas, se colocaron co- pias dentro de cascos y éstos fueron lanzados dentro de la ciudad por los cañones ; de cuyo modo llegó á los sitiados sin la menor demora la noticia de la de- rrota de las fuerzas imperialistas en el norte.
Estas noticias, que pronto se regarou, debido al modo original con que fueron comunicadas á los ha- bitantes de la ciudad sitiada, produjeron dei^resión general, aunque Márquez pretendía no creerlas.
Los defensores de la capital comenzaban ya á re- flexionar seriamente en que no tardaría en presen- tarse la gran dificultad de falta de provisiones y de
LOS ULTDIOS días DEL LUPE RIO. 25
parque, y en consecuencia se comenzó á manifestar descontento, especialmente en el ejército de labrie- gos y semi-esclavos que Márquez había agregado á sus fuerzas des])ués de la derrota de San Lorenzo.
La ejecución de Maximiliano el 19 de Junio en el Cerro de las Cam])anas en Querctaro, noticia que fué inmediatamente comunicada á los sitiados de la capital, hizo desaparecer el centro alrededor del cual se hal)ía formado el partido imperialista. Los aus- tríacos, que habían permanecido resueltamente fie- les á Maximiliano, informaron al comandante del Ejército del Este, que se refrenarían de tomar liar- te en la defensa de la ciudad, siempre que se les per- mitiera salida libre á la costa, donde un barco aus- tiiaco aguardaba ])ara conducirlos á Europa. Varios generales imperialistas también intentaron hacer arreglos secretos con Díaz ; mas éste iiltimo rehusó todo acuerdo, pues había olitenido informes que la ciudad se vei'ía obligada á rendirse dentro de pocos días, debido a la falta de provisiones y á las condi- ciones insalubres que i)revalecían en ella.
Por este tiempo tuvo lugar un audaz é inmoral atentado para asesinar al (leneral Díaz, muy seme- jante al de Trujeque algún tiemi)o atrás.
El General O'Horán envió á decir al General Díaz que deseaba mucho tener con él una entrevista, pues quería hacerle una propuesta que era de interés general para el Ejército del Este. Gon el mensajero mandaba una ])equeña linterna de luz roja, y supli- caba al General Díaz que hiciera señas con ella en caso de que deseara que él, O'Horán, se acercara á hablarle.
El comandante liberal fué al lugar convenido pa- ra la entrevista, que era cerca de la garita de Peral- villo. Y habiendo tomado primero la precauciém, él y los cuatro hombres que lo acompafíal)an de buscar protección en una zanja, enarboló la luz roja.
Como si hubieran estado aguardando la aparición de esta señal, la infantería y artillería imperialistas abrieron fuego, desde cerca de un foso situado á re-
26 DÍAZ T MÉXICO.
guiar distancia, sobre la liicecilla, en apariencia in- significante. No cabe la nieiior duda de que O'Horán había arreglado la cehida con la esperanza de des- hacerse del espíritu guiador del Ejército del Este, en (piien veía el único ol)stáculo para arreglar una ren- dición honorable de la cnpital y la garantía comple- ta de las Aidas y propiedades de sus defensores.
Después de que cesó el fuego, el General Díaz se dirigió á traA^és del prado de regreso á sus propias lí- neas.
El siguiente día mandó O'Horán otro mensajero á Díaz, explicándole que lo que había sucedido la noche anterior había sido un accidente. Aseguró ([ue el mismo Márquez se encontraba en las líneas en el momento en que fué mostrada la luz roja, y que per- sonalmente había ordenado que se hiciera fuego. El mensajero pidió otra entrevista, en la cual se convi- no, aunque esta vez se señaló un lugar á distancia segura de las líneas del enemigo.
En esta ocasión O'Horán fué á la cita, y la con- ducta que allí observó muestra que era capaz de ha- cer cualquiera traición. Ofreció que entregaría las fortalezas de México al Ejército del Este y con ellas á Márquez y demás jefes imperialistas, con la única condición de que se le garantizara la vida y que se le diera pasaporte y salvoconducto para salir del país.
El General Díaz no aceptó el ofrecimiento, y O'Horán regresó á la ciudad á esperar la suerte que allí le aguardaba.
Dos ó tres días antes de la rendición de la capi- tal, llegó al cami)aniento de los sitiadores el Gene- ral Tabera con la propuesta de Márquez de rendir la ciudad, condición de que se garantizarían las vidas de todos los defensores.
Díaz rehusó ace])tar esta condición, fundándose en que no era á él sino al Gobierno al que tocaba dis- poner de la suerte de los prisioneros.
El siguiente días Márquez desapareció de jMéxi- co. Se asegura que se escapó de la ciudad disfrazado
LOS ÚLTIMOS DÍAS «EL LMPEllIO. 27
de arriero, conduciendo una carga de carbón; y ese mismo día Tabera, en quien recayó el mando, abrió de nuevo negociaciones con el (leneral Díaz con el ob- jeto de obtener algmia especie de garantía ])ara los defensores de la ciudad. Pero el comandante del Ejér- cito del Este, contestó que la ciudad debería i'endirse incondiciona luiente, y que no deseal)a escuchar pro- posiciones de otra naturaleza. También informó ál enviado, que era el cónsul americano Marcus Otter- bourg, que el ataque sobre la ciudad sería reanudado dentro de cinco minutos, y que justamente tenía el tiempo necesario para regresar con seguridad dentro de sus muros.
Esta amenaza tenía sim])leniente por mira foi^- zar la rendición de manos de Tabera, y Díaz aguardó hasta que Otterbourg hubo llegado á la ciudad ])ara dar la orden de bombardeo. Aún el mismo bombar- deo no era en sí sino estratégico y tenía por único ob- jeto mostrar á Tabera la inutilidad de hacer ulterior resistencia, é inducirlo á rendir la ciudad sin preten- der por más tiempo asegurar condiciones que Díaz no estaba en disposición de conceder. En efecto, si bien de pronto la guarnición contestó el nuevo bom- bardeo, muy luego cesó toda muestra de oposición y una bandera blanca fué enarl)olada de una de las to- rres de la catedral en señal de rendición. Tan luego como el humo de las descargas se hubo levantado lo s unciente para i)ermitir que se vieran los muros de la ciudad, fueron desplegados iguales emblemas en las fortificaciones y arriba de las trincheras. Casi al mismo tiem])o, un carruaje conduciendo una bandera blanca partió del centro de la ciudad hacia Cliapul- tepec por camino de la Calzada del Emperador, hoy Paseo de la Reforma, donde estaban estacionados el General Díaz y su Estado Mayor, y donde había recibido poco tiempo antes al cónsul americano. En este carruaje iba una comisión de Tabera con pode- res para rendir la ciudad.
El mismo día se convino en los términos de rendi- ción. Se garantizaba la vida, propiedad y libertad de
28 DÍAZ Y MÉXICO.
los habitantes pacíficos ; se ordenaba á los soldados mexicanos del ejército imi)erialista rennirse en la cindadela para efectnav sn rendición; se le ordena- ba al jefe de guerrillas Clienet se sitnara con las íner- zas de sn nu\ndo en la iglesia de San l*edro y San Pablo, y las otras fnerzas nacionales en el Palacio. Se facnltaba á los generales y oficiales á conservar sns espadas y se designaron ciertos pnntos donde debían permanecer Ínter se hacían otros arreglos.
Se demoró la ocni^ación de la cindad hasta el si- gniente día, con el objeto de tomar toda clase de pre- canciones para evitar en la cai)ital el pillaje y otros desórdenes que generalmente acompañan la rendi- ción de una ciudad en tales circunstancias á la entra- da de las tropas victoriosas. Con este objeto, el Gene- ral Díaz dio órdenes de (pie permaneciera en su jniesto la guarnición, hasta (pie llegaran personas autorizadas por él mismo i)ara relevarla. El cuida- do y vigilancia de la ciudad se puso á cargo de una fuerza de policía organizada con tres batallones de Cazadores de Oaxaca, en quienes el General Díaz tenía confianza especial. Estos batallones fueron dis- tribuidos en pequeñas escoltas al mando de oficiales competentes, de tal modo que ninguna parte de la población quedara sin vigilar. Además se destinaron otros tres cuerpos de tropas de Oaxaca para patru- llar las calles. Después de haber hecho todos estos arreglos para asegurar el orden dentro de la ciudad, las tropas pertenecientes al ejército liberal marcha- ron dentro de la ciudad de México de un modo tan ordenado como si se tratara de una simple parada.
Con el objeto de que ningún desorden pudiera suscitarse por la entrada á la ciudad de personas que no pertenecieran al ejército, se ordenó que las líneas de trincheras continuaran defendidas hasta nuevo aviso; y á nadie se le permitió entrar ó salir de la ciudad sin permiso por escrito del cuartel general.
Los comerciantes de la ciudad que eran lodos imperialistas, esperaban que sus almacenes serían saqueados y aquellos mexicanos que habían unido
LOS ÚLTIMOS días DEL IMPERIO. 29
SU suerte á la del imperio j habían luchado por él, aguardaban llenos de temor y temblando con la pers- pectiva de los fusilamientos, que se decía pronto se efectuarían en grande escala, cuando las fuerzas li- berales entraran á la ciudad. Pero esta oportunidad llegó, y no se vio la menor indicación de que se in- tentara llevar á cabo los actos de venganza que con tanta seguridad se esperaban.
En las disposiciones tomadas para recibir la ren- dición de la ciudad de México, Porfiiro Díaz mostró de un modo decidido esos característicos que más tar- de lo distinguirían tanto como hombre de estado ; y la moderación de todos sus actos en aquella ocasión, anuncia i)a la actitud que más tarde asumiría con res- pecto á los partidos, credos, facciones é intereses en- contrados, cuando el destino de la Kepública fuese colocado en sus manos.
CAPITULO XXXVII.
Díaz se retira á la vida privada.
El 21 de Junio del año de 1867, día en que hizo su entrada triunfal á la ciudad de México, el General Díaz, al comunicar á Juárez la noticia de la caída de la capital, también colocaba en manos del Presi- dente su dimisión como comandante en jefe del Ejér- cito del Este; pero como no se quiso atender á esto, manifestó de nuevo su determinación de retirarse á la Aida privada en una comunicación fechada el 13 de Julio, y dirigida igualmente á Juárez. Se le con- venció, sin embargo, de retener su mando hasta des- pués de la llegada del Presidente á la capital, lo cual tuvo lugar el 15 del mismo mes.
Eué Díaz quien arregló el programa para la re- cepción de Juárez, y salió á encontrarlo con una es- colta hasta Tlalnepantla.
Desde las ocho de la mañana aguardaron en el Paseo de Bucareli las autoridades ci^des y militares nombradas para recibir á Juárez. El desterrado Pre- sidente llegó por la garita de Belén y su llegada fué saludada con repiques de campanas, salvas de arti- llería y vivas del pueblo entusiasmado. Grupos de niñas vestidas de blanco y adornadas con coronas de flores salieron al encuentro de la procesión triun- fal en la tribuna erigida en la glorieta que formaba la unión del Paseo de la Reforma y la A Atenida de Bucareli y allí le presentaron una corona de oro. De allí se continuó la marcha por las calles de San Fran- cisco hasta el Palacio Xacional, donde, á su llegada, fué izada la bandera de la Nación. Juárez había ex- presado en una ocasión el deseo de presenciar la iza- da de la bandera nacional sobre la ciudad de Méxi- co; y Díaz, respetando este deseo, le había reservado el honor al Presidente Indio, dando órdenes después de haber tomado la ciudad, que no se izara bandera
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alguna hasta el luomeuto en que el Primer Magis- trado de la Nación llegara él mismo á lanzar sus pliegues al viento.
^'^einte mil soldados bien armados y uniforma- dos formaron la escolta de Juárez desde el momen- to de su llegada á la capital hasta que entró al Pa- lacio. Desde allí fueron revisados por el Presidente y su Estado Mayor las tropas, á las cuales Díaz ha- bía preparado uniformes después de la caída de la capital.
No parecía sino que la ciudad se había vuelto loca de alegría ; pues Juárez les significaba el fin de la contienda que había mantenido el país en anarquía durante seis años. Era el símbolo del triunfo de la causa liberal, del derrocamiento final del imperio y de la restauración de la República. En aquel día parecía como si México hubiera hecho á un lado pa- ra siempre sus diferencias, en el goce y satisfacción de verse una vez más libre del yugo del extranjero. Pero el pueblo, en su largo sufrimiento, no había atín acabado de cruzar el fatigoso desierto que lo separa- ba de la verdadera unidad nacional. Tenían todavía que ajirender que el goce de la libertad, la lealtad al hombre que les había llevado su cruz por tanto tiem- po y sin la menor queja, el odio originado del san- griento pasado, no podía hacerlos á todos pensar igual ó formar una nación unida de elementos tan discordantes y heterogéneos.
El tiempo y la situación requerían, no un hombre más grande que Juárez, sino uno con cualidades to- talmente distintas de aquellas que lo habían puesto á él en estado de mantener, bajo todas las circuns- tancias posibles, la lucha contra los conservadores .y contra el imperio. Se requería un hombre que pu diera olvidar el pasado y que pudiera reunir al rede dor de su bandera á todos los ciudadanos, cualesquie- ra que fuese su credo, que tuvieran voluntad de ser- vir á su país. Pero Juárez había pasado por la lucha más amarga, se había visto perseguido como una fiera, y su cabeza se había imesto á i^recio por los
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hombres que liaMaii nsur])a(lo la libertad y la inde- pendencia de su patria. Tenía niuclio del carácter in- dio parji i>oder olvidar los niales <[ue le habían hecho. Había recibido tanto daño de sus semejantes, qne se había despertado pujante su naturaleza sospechosa. Había Aisto á tantos de sus compatriotas traicionar la causa de la libertad como él la comprendía, que se inclinaba á desconfiar de los hombres que lo rodea- ban. Grande y patriota como era, y heroico hasta el último orado, no dejaba de manifestarse celoso de los grandes jefes militares que habían peleado glo- riosamente en los campos de batalla por la libertad de la patria. Xo era soldado, y quizá por esa causa exageraba la gloria que correspondía á hombres co- mo Díaz y Escobedo y otros de menor magnitud. Es- te sentimiento le impedía amalgamar los elementos patrióticos de la Xación en un partido fuerte. Le fal- taba el tacto para hacer sentir á los hombres que tomaba interés en ellos y que sus servicios le eran necesarios.
Estas cualidades de Juárez habían ya principia- do á abrir un abismo entre él y Díaz aún antes de la captura de la ciudad de México. De acuerdo con las manifestaciones de este último, después de la caída de Puebla comunicó la noticia de la victoria á •Juárez pidiendo al mismo tiempo ciertos honores pa- ra algunos de los soldados que habían tomado parte prominente en ese encuentro. Esta comunicación no fué contestada. Semenjante omisión lastimó el amor propio del comandante del Ejército del Este, quien era muy sensible al menor desaire que se le pudiera hacer á los valientes que habían peleado con él en muchas reñidas batallas ganadas á costa de heroi- cos esfuerzos y sacrificios. Todo indica que ya Juá- rez había comenzado á manifestar los característi- cos que más tarde se le determinaron claramente, y que realmente estaba celoso del hombre que había ga- nado tanta gloria para sí y para la Nación mexicana en las batallas de La Carbonera, Miahuatlán, el si-
DÍAZ SE RETIRA A LA VIDA l'KIVADA. {:{
tio de Oaxacii, asalto sobre Puebla y la toma de la ciudad de México.
Cuaudo llegó á Juárez la noticia de la liberacióu de los prisioneros hechos en las batallas de Miahua- tlán y la Carbonera, el asalto de Puebla y la rendi- ción de los fuertes de Guadalupe y de Loreto, mani- festó profundo desagrado por ese acto. Aquí también se pone de relieA^e el espíritu de Juárez, el enemigo implacable, el duro aborrecedor, el hombre dispues- to á dirimir una contienda hasta el último extremo. ¡ Era en él ciertamente fuerte el espíritu de sus ante- cesores indios !
Taml>ién Díaz manifiesta que Juárez le ordenó poner en prisión á Daño, representante del Imperio francés en la corte de Maximiliano y apoderarse de los registros de la legación para entregarlos al go- bierno liberal. Díaz pidió ser excusado de llevar á cabo estas instrucciones indicando el peligro que ha- bía en oponerse á Francia con semejante hecho.
No cabe la menor duda de que la actiutd de Juá- rez fué responsable de la resignación del General Díaz el mismo día de haber hecho su entrada triun- fal á la capital de la Nación. No recibiendo contes- tación á su súplica de ser relevado de su cargo, escri- bió Alarias veces á Juárez urgiéndole que aceptara di- cha dimisión, pero sin lograr su objeto, y el asunto no fué arreglado sino hasta la llegada del Presiden- te á la ciudad de IMéxico, cuando tuvo el General Díaz la oportunidad de presentarle personalmente su re- signación.
No obstante que el desacuerdo había comenzado ya á manifestarse entre ambos hombres, Díaz ordenó que no se izara ninguna bandera nacional en los edi- ficios de la capital de la Eepública, desde Junio 21, día de la rendición, hasta la llegada de Juárez, el 15 del mes siguiente. Y esto lo hizo únicamente por sa- tisfacer un deseo que el último había manifestado muchos meses antes. Hasta tuvo la atención de man- dar preparar una l)andera de seda especialmente pa- ra la ocasión. En todo esto se muestra la actitud con-
U DÍAZ 1 MÉXICO.
cili adora de Díaz, eu contraste con el espíritu impla- cable de Juárez, cuyo espíritu se exliibía no tanto ha- cia Díaz como hacia todo ag^uel que se opusiera á los principios del i)artido liberal.
He aquí cómo describe Díaz su encuentro con Juá- rez más allá de Tlalnepantla, cuando salió á recibir- lo j á darle la bieuA enida á la capital el 15 de Julio de 1867 :
"En los primeros días de Julio debía llegar á la caj)ital el Presidente Juárez, y con objeto de recibirle hasta donde me era permitido separarme del centro de mi línea de operaciones, fué más allá de Tlalne- pantla. Momentos después de haber llegado á aque- lla ciudad, y cuando nos llamaba á almorzar el Lie. D. José M. Aguirre de la Barrera, que era el Jefe Po- lítico de ese distrito, me llamó el Presidente, que á la sazón i>laticaba en voz baja con su Secretario de Es- tado, y delante de ellos me manifestó que hacía algu- nos días que estaba sin haberes la escolta que lo acompañaba, compuesta de un regimiento, dos ba- tallones y media batería, y me i)reguntó si tendría yo fondos con qué cubrir esa urgente necesidad. Con- testé al Presidente que sí los tenía y que podía orde- nar á sus respectivos pagadores^ que al volver yo á la capital vinieron conmigo para llevar el haber que esos cuerpos habían dejado de percibir, y, además, el que les correspondiera hasta el fin de la quincena corriente.
Animado el Señor Juárez por esa respuesta, me manifestó que tampoco el personal de las distintas Secretarías de Estado habían recibido sueldo hacía muchos días, y me preguntó si podría ministrar al- gunos fondos con este objeto. Le contesté que tenía fondos suficientes para cubrir esos sueldos, y que en fregaría la cantidad que me ordenara. Entonces me mandó dar 10,000 pesos con cargo á ese ramo, orde- nó á su habilitado viniera á la capital para recibir- los."
Juárez, con razón, tenía temor del elemento mili- tar, al cual veía como el mayor peligro que amenaza-
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ba la paz de la Nación. En esto, como hemos clicho, no estaba equivocado, pues era entonces el ejército un campo fértil de promesas para los jóvenes de las familias encumbradas, que encontraban en él el ca- mino más seguro para alcanzar pronto influencia y poder. Así es de que la milicia estaba llena de hom- bres ambiciosos, muchos de los cuales se mantenían listos á unirse á cualquier partido que les i^rometie- ra adelantar sus intereses y satisfacer sus ambicio- nes.
La escisión entre Díaz y Juárez era inevitable; pues era natural que el hombre que había hecho tan- to por la causa de la libertad y la restauración de la República, sintiera, quisiera él ó no expresar sus sen- timientos, que tanto él como los A alientes que habían peleado á su lado, merecían consideración de parte del Presidente, al cual habían contribuido á restau- rar en el poder ; y la omisión de Juárez en considerar las i^romociones recomendadas ])or el comandante del Ejército del Este ó en dirioir una palabra de alabanza y aliento á aquellos que habían tomado la ciudad de Puebla de un modo tan dramático; y el haber dejado de acusar recibo de las comunicaciones de Díaz en las cuales resignaba su mando militar, mostraba la actitud del hombre hacia aquellos (pie habían tomado las partes más prominentes en la lu- cha por la libertad : y explica por qué Díaz y muchos otros jefes militares pronto se retiraron del lado de Juárez después del derrocamiento del imi^erio.
Las mismas cualidades que habilitaban á Juárez para la lucha implacable contra los conservadores y el imperio lo inhabilitaban para la tarea estupen- da de amalgamar los elementos discordantes de la Xación y hacer de ellos un todo armonioso. Xo cabe la menor duda de que, si hubiera él manifestado bue- na disposición para conciliar á Díaz en su regreso á la ciudad el 15 de Julio de 1867, le hubiera sido po- sible retener en su servicio al estadista más distinguí do, con mucho, de su época. Pero estos dos hondu'es que debían haber trabajo juntos, se apartaron; y
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Díaz dejó su mando militar j se retiró á la Adda pri- vada, en un tiempo en que sus servicios eran más ne- cesitados por su abrumado país.
Al retirarse del servicio, el General Díaz entregó á Juárez un ejército bien disciplinado, uniformado y equipado de 21,000 hombres, de las tres armas, infan- tería, caballería y artillería. Además le entregó $115,701 en efectÍA^o, parte de lo cual había sido ya adelantado para pagar salarios á la llegada del Presi- dente á la capital el 15 de Julio de 18G7. Habían tam- bién en las varias oficinas del departamento de Ha- cienda $200,000 más, aproximadamente. Pero esto no rei^resentaba sino parte de los fondos que el Gene- ral Díaz había recaudado durante el corto tiempo que estuvo á la cabeza del Ejército del Este ; porque él relata que también pagó considerables sumas de dinero que le habían prestado á él en su llegada á la ciudad de México. Dos de estas sumas solamente eran de consideración, una de ellas de cincuenta mil y la otra de doscientos mil pesos, y ambas dos fueron liquidadas antes de la llegada de Juárez á la ca- pital.
Pero la cuenta no para aquí, pues él manifiesta que la cantidad entregada al Presidente hubiera si- do muchísimo mayor, si no hubiera sido por la cir- cunstancia que tuvo que pagar salarios atrasados á la escolta de Juárez y á los empleados de los di- ferentes dei)artamentos de Estado, pagos que mon- taron á $50,000. Además de esto había gastado una fuerte suma en arreglar una residencia propia para el Presidente y en los preparativos para recibirlo de una manera digna de su alto cargo. También se habían gastado otras sumas de consideración en uni- formes i)ara el ejército, con el objeto de que la pa- rada militar en la recepción del mismo Presidente fuera digna de la ocasión.
Sin embargo, este homlu'e á quien llegó tanto di- nero á las manos, lo invirtió en usos públicos ó lo en- tregó al Primer Magistrado de la Nación, en mo- mentos en que sus propios honorarios, que llegaban
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]>ic. Mantel l\()_\ii:i;o Rumo, Suegro del General Díaz.
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á $2o,000, uo se le habían pagado. La acción es carac- terística del hombre. Díaz nunca ha tenido ambi- ción de amasar grandes sumas de dinero. Ha tenido en su vida oportunidades ilimitadas para hacerse muchas Aceces millonario, y sin embargo, es ho}^ com- paratÍA^amente pobre.
Una historia que hace algún tiem^^o me relató un periodista prominente, que mantenía términos de in- timidad con el Presidente, ilustra su carácter. El pe- riodista á que me refiero tuvo ocasión de visitar á Porfirio Díaz hace algunos años para consultarle acerca de una cuestión política que en ese entonces agitaba la opinión pública, cuestión que concernía personalmente al Presidente.
Kepentinamente Díaz se volvió hacia el periodista y le preguntó : ''¿Qué es lo que dice de mí el pueblo?"
El periodista se quedó sorprendido por un mo- mento ; pero tenía mucho de diplomático .y luego con- testó : ^'Bien, dicen muchas cosas acerca de Vd., Don Porfirio, como se dicen acerca de todos los grandes hombres.""
— "Xó, nó," interrumpió Díaz, "deje Yd. la adula- ción á un lado y dígame qué es lo que dicen de mí."
— ''Bien, ha.y una cosa que no pueden decir de Yd., contestó el periodista, evitando la pregunta."
— "¿Y cuál es ella?" inquirió el Presidente.
— "Pues que Yd. se haya hecho rico á ex^^ensas de su puesto y posición."
— "Nó, nó," asintió el Presidente. "Xunca me ha importado la riqueza. El dinero en sí y las propieda- des nunca me han atraído. ¿Pero qué es lo que dice la gente de mí? Yd. es periodista. Yd. está en contac- to con el mundo y oye mucho de lo que 3^0 no puedo oír, por la sencilla razón, de que con frecuencia les in- teresa á aquellos que me rodean impedir el que yo oiga muchas cosas. ¿Qué dice la gente de mí?
Cuando fué puesta la cuestión de este modo, no había medio de evadirla. Por lo cual el periodista dijo :
— "Yd. no debe ofenderse, Don Porfirio, y com-
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preiideiirá que lo que yo diga no es mi opinión perso- nal, sino lo que generalmente dice el público/'
— "Sí, dígame lo que el i3Úblico en general dice de mí, pues es con el público con quien tengo que tra- tar," dijo Díaz con tono de ansiedad en la voz.
—''Bien, Don Porfirio, la gente dice que Yd, es muy ambicioso y que ama al poder."
— "Sí, siemi)re lie sido ambicioso," manifestó el Presidente. "¿Pero no lie usado siempre mi ambición y mi poder en pro de los intereses de mi patria?"
Díaz lia sido mal juzgado, mal comprendido y ca- lumniado ; pero el espíritu, si es que leo correctamen- te entre líneas, que siempre lo ha animado, ha sido el del más ardiente patriotismo y el deseo más sincero por servir los intereses de su iiaís.
MdMMKNTO Á BENITd JlÁREZ.
CAPITULO XXXVIII
Juárez y Lerdo.
Mucho se filé debilitando la infliiei^cia de Juárez desde el principio de su gobierno de regreso á la ca- pital en 18G7, con motivo de la actitud que asumió ha- cia el ejército, al cual deseaba reducir á pie de jiaz; de sus sospechas hacia el elemento militar y de su falta de habilidad en no saber olvidar y perdonar y para atraerse los varios elementos activos del parti- do liberal. No cabe la menor duda que Juárez se es- forzaba con la mayor sinceridad por proporcionar al país un gobierno estable. Sus intenciones eran per- fectamente honradas; y continuó su trabajo de re- construcción del mejor modo que le fué posible. Pero aquel que había combatido por los principios consti- tucionales y ganado para su pueblo la batalla de la libertad, no estaba destinado á entrar á la tierra prometida á la cual él mismo lo había conducido, y esto únicamente porque la larga vida que había pasado en el campo de las luchas políticas lo inhabi- litaba para la nueva existencia que la Xación estaba llamada á entablar.
Los jefes militares que se encontraron de la noche á la mañana sin empleo, é incapaces de proporcionar- se una vida cómoda, comenzaron á impacientarse, lo cual se manifestó con levantamientos que tuvieron lu- gar en varias partes del país. Larga es la lista de los militares que se A^olvieron contra el Gobierno. Un serio levantamiento en Yucatán fué sofocado por el General Alatorre; otro en el cual tomaron parte algunos de los oficiales más prominentes del ejérci- to fué debelado por el General Corona en Sinaloa; el General Negrete se apoderó de Puebla, pero fué finalmente derrotado por las tropas de Juárez al mando del General Vélez. Tanto estos levantamien- tos como otros de menor importancia tuvieron lugar
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el año siguiente de la ^^lelta de Juárez á la ciudad, lo cual pone de manifiesto cuan general era el descon- tento. Si la revolución hubiera sido guiada i)or un caudillo de talento, que se hubiera dedicado con em- peño á la tarea de derrocar al partido del (lobier- no, con toda seguridad lo hubiera logrado; pero el descontento se manifestó en demostraciones y levan- tamientos, sin unidad de acción, en distintas partes del país, y el (lobierno pudo debelarlas en detalle.
Sin embargo, el año de 1809 se hizo más ])ronun- ciado el sentimiento de descontento. Los generales Aguirre y Martínez encabezaron las fuerzas revolu- cionarias en San Luis l*otosí el mes de Di- ciembre, el General Toledo se apoderó de Aguas- calientes en Enero del siguiente año y García de la Cadena tomó la ciudad de Zacatecas. Ha- bía, pues, insurrección por todas partes. Pero las fuerzas del Gobierno al fin lograron restau- rar una es])ecie de paz intranquila en el país ; mas como es fácil comprender, estas condiciones de desor- den no permitían á la administración dedicar la su- ficiente atención al desarrollo de los recursos de la República, ni de hacer surgir orden del caos que rei- naba en muchos de los dei^artamentos del Gobierno. Gran ansiedad ó intranquilidad política reinaron du- rante los últimos años de la administración de Juá- rez. Era general la idea de que el país no prospera- ba todo lo que debía, y que el partido de Juárez no respondía á las necesidades de la situación, la cual reclamaba una política activa para lograr el desa- rrollo de la República en los ramos industrial, comer- cial y cívico. Cierto es que esta idea no sieni])re se manifestaba de un modo inteligente; pero, no obs- tante, formaba el sentimiento general de una nación joven y vigorosa que hacía poco había des]:)ertado de su letargo y que ahora luchaba contra el extremado conservatismo del gran jefe indio, quien se hal)ía sostenido como una roca contra los avances del ])ar- tido conservador y lidiado durante muchos años con fe inquebrantable en sus luchas contra el imi)erio. El
.ÍIIARÜZ Y LERDO. 41
sentimiento general de oposición consistía en qne, por nmcho que la nación le debiera á Juárez, las con- diciones diversas en que el país se encontraba, ha- cían ya necesaria una política del todo distinta de la suya. El espíritu de los tiempos impulsaba á la Xación á marchar hacia adelante; y la vida de con- servatismo que Juárez había llevado durante tantos años, lo incapacitaba para esa nueA^a época de la Ee- l)ública, que él, sin saberlo, había creado. Así es que por varias partes del país comenzaron levantamien- tos contra su gobierno, levantamientos que eran de carácter tan grave que Juárez tuvo que usar de gran severidad para reprimirlos. Pero como estos sucesos eran la manifestación natural de ciertos elementos progresistas del país, la severidad que usó el Gobier- no sólo sirvió para aumentar el sentimiento de opo- sición. No se crea que esta oposición se manifesta- ba en las filas del ])artido conservador, antiguo ene- migo de Juárez ; por el contrario, se manifestaba en las filas de los mismos liberales. Si los conservadores se hubiei'an unido á los desafectos, sin la menor duda el éxito hubiera coronado la lucha de éstos contra el partido juarista. Ni debe creerse tampoco que el país hubiera olvidado los grandes servicios que debía á Juárez, en su larga y tenaz lucha contra el imperio ; nó, por donde quiera se reconocían los méritos del caudillo. El sentimiento era de distinta índole, .y la oposición originada dentro de las filas del partido liberal, era motivada por la idea prevalente, de que los nuevos tiempos necesitaban hombres nuevos y que no convenía mezclar el trigo viejo con el de nue- va cosecha.
Mas este estado de cosas no paró en la simple ma- nifestación de la idea : terrible lucha se ental)ló por la prensa, .y la oposición que se le hacía á Juárez era cada vez más violenta ; y todos los esfuerzos que hizo este último por reprimir los ataques de sus ojíosito- res, no hacían sino hacerlos más amargos y decidi- dos. La política de re})resión seguida por el partido juarista, no tendía más que á confirmar los califica-
42 DÍAZ t MEXirO.
tivos que le lanzaban sns opositores. El sentimiento general de la oposición se podía compendiar en la ma- nifestación corriente en esos tiempos, de que Juárez era como una roca, inconmovible. Fué el gran baluarte que se interpuso entre la República y los ataques del imperio. Su labor liabla sido admirable : liabía sopor- tado el peso de la luclia con una firmeza comparable solamente á la de sus montañas nativas de Oaxaca. Era la gran misión que le había dado la Providencia y la liabía cunii)lido. Pero ahora la República exigía una marcha rápida hacia adelante en todas las lí- neas del progreso, tanto nacional como individual, y Juárez era el Juárez de antaño ; era aún el mismo baluarte contra las desgracias que pudieran amena- zar á la joA^en República ; pero desafortunadamente, había estado tanto tiempo en lucha y se había acos- tumbrado de tal modo á ver planes contra la integri- dad del país y del partido liberal en cualquier mo- vimiento que se iniciaba á favor del adelanto, que en- tró en antagonismo con todos los que sostenían que había ya llegado la oportunidad de que la Re])úbli- ca marchara con más velocidad y expedición en la vía del progreso. Y así, el sentimiento de intranquilidad y oposicinó continuó creciendo y de día en día au- mentaba el deseo por un cambio de gobierno. Nubes de descontento se veían por todas partes en el hori- zonte político, y todo indicaba que sería imposible evitar una guerra civil.
El año de 1870 habían tres candidatos en campa- ña política por la presidencia, Juárez, Lerdo y Díaz. Juárez fué reelecto, aunque no sin fuerte oposición de parte de la facción lerdista que manifestó mucha actividad en la lucha política. El descontento se ma- nifestó muy luego con nuevos levantamientos y re- beliones por todo el país hacia fines del año 1871. La misma cindadela de la capital se pronunció contra el Gobierno bajo la jefatura de militares tan bien conocidos como Negrete, Rivera, Toledo y C'havarría. Pero todos estos levantamientos fueron pronto de-
JIAKEZ Y LERDO. i3
belados con mano fuerte por el General Sostenes Rocha.
Muchos jefes mifitares que habían estado antes al lado de Juárez impugnaron la validez de su elec- ción, y el resultado fué que ])romovieron otro levan- tamiento todavía más formidable que el primero y en el cual estaban comprometidos Treviño, de la Ca- dena, Guerra y García. Fué por este tiempo cuando el General Díaz lanzó su proclama del "Plan de la Noria'' (Noviembre 8 de 1871), en el cual proponía la formación de un comité para reorganizar el país ; pero el plan resultó impopular, y después de consi- derable lucha, la facción reconstruccionista fué de- rrotada por Alatorre el 22 de Diciembre de 1871. Lue- go se sucedieron otros reveses que finalmente desani- maron al partido revolucionario, con lo cual el ])ertur- bado país al fin entró de nuevo en un período de paz.
El 18 de Julio de 1872 Juárez murió repentina- mente de un ataque al corazón.
El sentimiento unánime de la nación en esos mo- mentos parece haber sido, que no había más que un hombre capaz y digno de sucederle ; y ese hombre era Sebastián Lerdo de Tejada, Presidente de la Corte Suprema de Justicia ; cargo que, según lo establecía la Constitución, lo hacía virtualmente Vicepresiden- te de la República, y como tal, el llamado á ocupar el alto puesto que había dejado vacante la muerte de su predecesor. Era hombre en quien la mayoría del pueblo mexicano tenía la mayor confianza. El senti- miento y creencia generales era que Lerdo había si- do el espíritu guiador del nuevo orden de cosas en la República, y la representación de todos los deseos de progreso, tanto nacional como individual.
Pocos hombres han llegado á un puesto ])úblico con tanto beneplácito de parte del pueblo como Lerdo á la muerte de Juárez. Era toda la esperanza del pueblo, la expresión de su fe en el futuro, el único hombre capaz de manejar la situación. Sus antece- dentes políticos y los de su familia le eran favora- bles : venía de buena cepa, y esto aumentaba su eré-
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belados con mano fuerte por el General Sostenes Rocha.
Muchos jefes mifitares que habían estado antes al lado de Juárez im])ugnaron la A^alidez de su elec- ción, y el resultado fué que ])romovieron otro levan- tamiento todavía más formidable que el i^rimero y en el cual estaban comprometidos Treviño, de la Ca- dena, Guerra y García. Fué por este tiempo cuando el General Díaz lanzó su proclama del "Plan de la Noria'' (Noviembre 8 de 1871), en el cual proponía la formación de un comité para reorganizar el país ; pero el plan resultó impopular, y después de consi- derable lucha, la facción reconstruccionista fué de- rrotada por Alatorre el 22 de Diciembre de 1871. Lue- go se sucedieron otros reveses que finalmente desani- maron al partido revolucionario, con lo cual el pertur- bado país al fin entró de nueA^o en un período de paz.
El 18 de Julio de 1872 Juárez murió repentina- mente de un ataque al corazón.
El sentimiento unánime de la nación en esos mo- mentos parece haber sido, que no había más que un hombre capaz y digno de sucederle ; y ese hombre era Sebastián Lerdo de Tejada, Presidente de la Corte Sui)rema de Justicia ; cargo que, según lo estal)lecía la Constitución, lo hacía virtualmente Vicepresiden- te de la República, y como tal, el llamado á ocupar el alto puesto que había dejado vacante la muerte de su predecesor. Era hombre en quien la mayoría del pueblo mexicano tenía la mayor confianza. El senti- miento y creencia generales era que Lerdo había si- do el espíritu guiador del nuevo orden de cosas en la República, y la representación de todos los deseos de progreso, tanto nacional como individual.
Pocos hombres han llegado á un puesto ])úl)lico con tanto beneplácito de parte del pueblo como Lerdo á la muerte de Juárez. Era toda la esperanza del puel)lo, la expresión de su fe en el futuro, el único hombre capaz de manejar la situación. Sus antece- dentes políticos y los de su familia le eran favora- bles : venía de buena cepa, y esto aumentaba su eré-
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U DÍAZ Y MÉXICO.
dito : su liermano Miíiiiel había .sido ministro de ha- cienda en 1850, y el autor de una lev para la conso- lidación y nacionalización de l^s propiedades de la Iglesia. Estos antecedentes lo hacían simpático á los ojos de los liberales, que no se cansaban de ])onerlo en parangón con su hermano, el A^enturoso, esforzado y genuino liberal.
Pero no necesitaba Sebastián Lerdo de Tejada re flejar la gloria de su hermano ; pues el público lo aso- ciaba con los sucesos más im])ortantes de la admi- nistración de Juárez, especialmente en su lucha con tra el imj^erio. Era opinión corriente que el brillan- te cerebro de Lerdo había sido el inspirador de los actos más trascendentales de la administración de Juárez, incluyendo los famosos decretos lanzados en A'eracruz contra el clero. Era, por consiguiente, can- didato aceptable por los liberales de todas las cate- gorías, que eran políticamente tan poderosos en ese tiempo, que ni siquiera temían el dividirse en bandos.
Tenía Lerdo maneras fascinadoras y ejercía ra- ro ascendiente sol)re todos las personas que trataba. Así, habíase conquistado multitud de amigos que tenían la opinión de que era el hombre de talento extraordinario, y como tal, capaz de enderezar los embrollados asuntos del partido liberal y guiar al país por la senda del progreso en que, los tiempos de comparativa paz de la administración de Juárez le habían permitido entrar. Así, pues, hubo gran re- gocijo en las filas liberales cuando asumió la presi- dencia de la Eepública. Aún el partido conservador no teniendo en ese tiempo la menor esperanza de lle- gar al poder, aceptó á Lerdo como al hombre mejor que la situación podía ofrecer.
Pero Lerdo, si bien patriota y sincero en sus mi- ras, luego manifestó su inhabilidad para el manejo de la situación política y i)or todos lados se le co- menzaron á levantar enemigos, entre los cuales se hacía notar el antiguo partido conservador.
(jkxeral Poiífiiíio Díaz en ISSíj.
CAPITULO XXXIX.
La Reelección de Lerdo.
A principios del año de 1875 el partido lerdista resolvió, que para bien de los intereses de paz y pro- greso de la República, el Presidente debía ser reelec- to. Esta disposición la fundaba, en que lo que nece- sitaba el país sobre todo, era gozar de paz bajo un gobierno firme y duradero. Hubiera sido convenien- te esta resolución si ciertas condiciones existentes en ese entonces no la hubieran hecbo, si no insostenible, por lo menos peligrosa. Como antes hemos dicho, Ler- do se había atraído la enemistad de muchos á quie- nes, usando de tacto, hubiera podido hacer sus ami- gos : había manifestado una pequenez de ideas y una cortedad de vista, del todo inadecuadas para resolver las muchas dificultades con que en esa época se en- contraba todo gobierno en México; y eso le había granjeado muchos y poderosos enemigos. Estos ro- dearon á Díaz y á Iglesias ; el primero de los cuales trabajaba francamente contra el Gobierno y el últi- mo lo hacía secretamente, envenenando los ánimos de los partidarios de Lerdo hasta en el mismo seno del Congreso. Por consiguiente, en estos momentos la reelección de Lerdo ofrecía muchos peligros, y el éxito no se podía garantizar. Pero la política de esos días era obtener el triunfo del partido como se pu- diera, por buenos ó por malos medios ; y tratándose de elecciones, el Presidente que estaba en el poder te- nía todas las ventajas en una contienda de natura- leza puramente civil ; y generalmente se abusaba de estas ventajas. Era del todo natural, que una vez Lerdo se había determinado por la reelección, hicie- ra uso de todos los medios á su alcance para asegu- rar el triunfo ; y esto fué exactamente lo que hizo.
El antagonismo que se había comenzado á mani- festar contra Lerdo en varias partes de la Eepúbli-
46 DÍAZ T MÉXICO.
ca, á causa de su falta de tacto en el manejo de la si- tuación política, estalló en abierta rebelión en Enero de 1876 en la ciudad de Tuxtejíec. El Gobierno hizo todo lo posible por sofocar esta oposición armada, declarando en estado de sitio todos los Estados y dis- tritos desafectos. El año anterior había estallado una insurrección en el Estado de Michoacán y la Le- gislatura había otorgado al Grobierno poderes ex- traordinarios para debelar ese levantamiento. Los medios que se adoptaron entonces tuviero éxito; y Lerdo, haciendo de nuevo uso de esos poderes extraor- dinarios que tenía conferidos, al declararse la insu- rrección de Tuxtepec decidió seguir las mismas tác- ticas, que tan buen resultado habían dado el año an- terior. Pei'o los procedimientos del Gobierno, en vez de producir los efectos deseados, solamente lograron aumentar la oposición. Se decía públicamente por esos días, que el Gobierno no se preocupaba tanto por sofocar la revolución como por preparar la reelec- ción de Lerdo; y que el estado de sitio que se había declarado en varias partes de la Eepública, no guar- da])a relación con el estado de desafección de los dis- tritos en cuanto á oposición armada refería, y que en resumidas cuentas, todo el aparato que se hacía no era sino con fines políticos. Se hacía notar que en distritos donde la reA^olución i)rogresaba de un mo- do alarmante, los gobernadores eran mantenidos en sus respectivos puestos y el gobierno del Estado con- tinuaba en mano de las autoridades legítimamente constituidas, mientras que en otros distritos don- de no había oposición armada, habían sido removi- dos los gobernadores, que se sospechaba no favore- rían la reelección de Lerdo y sus puestos ocupados por secuaces del Presidente. La atmósfera estaba llena de rumores de revolución, pero Lerdo camina- ba ciegamente á su destino, provocando oposición por todos lados, en los momentos en que debía haber- se procurado más amigos para que lo sostuvieran.
Las elecciones tuvieron lugar durante los meses de Junio y Julio. Los distritos electorales fueron lie-
LA REELECCIÓN' DE LERDO. 47
nados de militares, con el objeto ostensible de vigilar porque todo se llevara en orden, pero en realidad para atemorizar á los que quisieran votar contra la reelección de Lerdo. Solamente en nueve estados se efectuaron elecciones, pues los otros se consideraron incapacitados para ello por estar declarados en es- tado de sitio. 1.a razón que dio el Gobierno por este procedimiento fué, que las elecciones que tuvieran lu- gar en los Estados donde estaba alterado el orden, estarían sujetas á indebida influencia de parte de los Alarios jefes revolucionarios, en los respectivos terri- torios que tenían más ó menos bajo su control.
Inmediatamente fué lanzado por la oposición, en toda la extensión del país, el grito de que las elec- ciones habían sido fraudulentas, que la mayoría de los gobernadores de los Estados habían sido removi- dos y sus puestos ocupados por los satélites de Ler- do, quienes habían usado de toda clase de fraudes y corrupción, llegando hasta á intimidar á los ciuda- danos que deseaban votar contra la administración. La oposición hizo incapié también en el hecho, de que aunque las elecciones hubieran sido manejadas con legalidad y honradez, no se podía bajo ningún con- cepto considerarlas como la representación de los de- seos del pueblo; pues solamente á una parte de los Estados les había sido permitido manifestar su vo- luntad en las urnas electorales.
Como ya hemos visto, Iglesias aprovechó la opor- tunidad para promover su propia candidatura, ha- ciéndose aparecer como un patriota desinteresado, como campeón de la constitución y enemigo implaca- ble de la reelección. Keunió á su derredor á los des- afectos de la capital ; pero desde los salones del Pala- cio Legislativo ejercía demasiada influencia para que Lerdo se atreviera á atacarlo abiertamente, ]3or lo que éste decidió hacer toda clase de esfuerzos por atraérselo. Y de esta actitud se aprovechó Iglesias; pues mientras por un lado protestaba no tener la me- nor intención de provocar oposición armada contra el gobierno, por otro se mantenía en continuos con-
4» DÍAZ Y MÉXICO.
ciliábulos con los más prominentes jefes desafectos que residían en la capital, para discutir los medios que se debían adoptar con el objeto de frustrar los planes de Lerdo y expulsarlo del poder.
Lerdo se encontraba rodeado por todos lados de dificultades políticas. Desde el segundo año de su ad- ministración, el partido de la Iglesia lo atacaba acer- bamente, y trabajaba por aumentar los enemigos de su administración. Los partidarios de Díaz eran vis- tos por el gobierno lerdista con desconfianza, y ha- bían sido tranquila y persistentemente excluidos de los empleos públicos : igual pasaba con todos los que habían hecho oposición á la administración de Juá- rez en los últimos años del gran Presidente indio: todos estos encontraban innumerables obstáculos que les imposibilitaban el menor adelanto en las esferas oficiales. Los estados donde los gobernadores ha- bían sido substituidos por partidarios de Lerdo, que abarcaban por lo menos la mitad del territorio nacio- nal, manifestaban un decidido sentimiento de ani- mosidad contra el Gobierno. Lerdo, con la suprema arrogancia que siempre lo caracterizó, decidió aplas- tar á sus enemigos por la fuerza de las armas y reele- girse Presidente para un tercer período. Naturalmen- te, los descontentos, que se encontraban por todas partes de la República, en la misma capital y aún en el seno del Palacio Legislativo, dirigían sus mira- das á alguno de los dos jefes de la oposición, Igle- sias ó Díaz, para levantar el estandarte de la revo- lución contra las condiciones políticas que conside- raban tan antagónicas á sus intereses. Como hemos ya dicho. Iglesias tenía desenfrenada ambición por la presidencia ; pero ansiaba llegar á ella, si era po- sible, por lo que pudiera aparecer como medios cons- titucionales. Con este fin en mira, proclamó invalida- da y nula la elección de Lerdo de Junio y Julio de 1875, á causa de los fraudes con que se había lleva- do á cabo, la presión que se había ejercido para im- pedir la libre manifestación de la libertad popular, y por último, por no haber permitido votar á los
LA REELECCIÓN DE LERDO. 4í)
electores de más de la mitad de la extensión territo- rial de la República. El elemento más joven é impre- sionable de la capital se puso luego bajo el estan- darte de Iglesias; pero los generales y demás jefes militares experimentados, que habían pasado ya por muchas guerras y levantamientos, se dirigieron á Díaz, que continuaba apartado de la lucha, como lo había hecho antes, cuando Lerdo había ascendido á la presidencia con motivo de la muerte de Juárez en 1872.
En Enero de 1876 el General Hernández levantó la bandera de la rebelión en la ciudad de Tuxtepec en el Estado de Oaxaca ; y reuniendo dos mil indios armados con fusiles viejos, picas, espadas, machetes y cuanta clase de armas fué posible conseguir, mar- chó contra la capital del Estado y se apoderó de ella el 27 del mismo mes. Hernández inmediatamente se pronunció por Díaz, proclamándolo como jefe de la revolución contra el desgobierno del régimen de Ler- do ; y él mismo asumió la gobernación del Estado de Oaxaca.
En los primeros días del año anterior, el General Díaz y Manuel González se habían marchado á los Estados Unidos por \ia de Veracruz, pues las difl- eultades políticas de México habían hecho inseguro para ellos el permanecer en el país. Se dirigieron a Brownsville, á poca distancia de la frontera del norte, desde donde veían con expectación las ame- nazadoras nubes de guerra que habían comenzado á <iscurecer el horizonte político de México. Esas nu- bes de guerra se amontonaban principalmente en el sur, siendo su centro Oaxaca, Guerrero, Yu- catán, Puebla, que se levantó como por encanto al llamado de Hernández; Jalisco y Nuevo León; to- dos respondieron al llamamiento á las armas. Los revolucionarios, que estaban en comunicación con Díaz y González, los llamaron á la escena del con- flicto ; y después de dos meses de comunicaciones, los dos jefes salieron de BrowTisville á mediados de Mar- zo con cuarenta de sus partidarios, y el 21 del mis-
50 DÍAZ Y MÉXICO,
mo mes Díaz lanzó la proclama, reforma del plan de Tuxtepee, qne debía servir, desde eise día en adelan- te, de bandera á los revolncionarios. Era esta pro- clama el mismo plan, reformado, qne Hernández ha- bía lanzado en Enero desde Tuxtepec, y en cnyo apo- yo había llamado á Díaz, despnés de haber captu- rado la ciudad de Oaxaca y héchose gobernador pro- visional del Estado. Este plan de Tuxtepec, reforma- do en el campamento de Palo Blanco, documento de menos de cuatro páginas, muestra sumariamente las causas aducidas por los revolucionarios para levan- tarse en armas contra el gobierno de Sebastián Ler- do de Tejada y de consiguiente merece cuidadoso es- tudio. Dice así:
íi
AL PUEBLO MEXICANO.
^'CONSIDERANDO: Que la República Mexica- na está regida por un Gobierno qne ha hecho del abu- so un sistema i^olítico, despreciando y violando la moral y las leyes, viciando á la sociedad, desprecian- do á las instituciones, y haciendo imposible el reme- dio á tantos males por la vía pacífica ; que el sufragio público se ha convertido en una farsa, pues el Presi- dente y sus amigos por todos los medios reprobados hacen llegar á los puestos públicos á los que llaman sus "candidatos oficiales," rechazando á todo ciuda- dano independiente : que de este modo y gobernando hasta sin ministros, se hace la burla más cruel á la democracia que se funda en la independencia de los poderes; que la soberanía de los Estados es vulne- rada repetidas Aceces; que el Presidente y sus favo- ritos destituyen á su arbitrio á los Gobernadores, entregando los Estados á sus amigos, como sucedió en (^oahuila, Oaxaca, Yucatán y Nuevo León, ha- biéndose intentado hacer lo mismo con Jalisco; que á este Estado se le segregó para debilitarlo, el impor- tante cantón de Tepic, el cual se ha gobernado mili- tarmente hasta la fecha, con agravio del pacto fede- ral y del derecho de Gentes ; que sin consideración á los fueros de la humanidad, se retiró á los Estados
LA REELECCIÓN DE LEiíDO. Til
fronterizos la mezquina suvbención que les servía para la defensa contra los indios bárbaros ; que el tesoro público se dilapida en gastos de placer, sin que el Gobierno haya llegado á presentar ú.i Con- greso de la Unión la cuenta de los fondos que ma- neja.
"Que la administración de justicia se encuentra en la mayor prostitución, pues se constituye á los Jueces de Distrito en agentes del centro para opri- mir á los Estados : que el poder municipal ha despa- recido completamente, pues los ayuntamientos son simples dependientes del Gobierno para hacer las elecciones; que los protegidos del Presidente perci- ben tres y hasta cuatro sueldos i^or los empleos que sirven, con agravio de la moral pública ; que el des- potismo del Poder Ejecutivo se ha rodeado de presi- darios y asesinos que provocan, hieren y matan a lo*^ ciudadanos ameritados; que la instrucción pública se encuentra abandonada; que los fondos de esto pa- ran en manos de los favoritos del Presidente; que la erección del Senado, obra de Lerdo de Tejada y sus favoritos, para centralizar la acción legislativa, importa el veto á todas las leyes; que la fatal lev del timbre, obra también de la misma funesta ad- ministración, no ha servido sino para extorcionar á los pueblos; que el país ha sido entregado á la Compañía Inglesa con la concesión del Ferrocarril de Yeracruz y el escandaloso convenio de las tarifas ; que los excesivos fletes que se cobran han estancado al comercio y á la agricultura ; que con el monopolio de esta línea se ha impedido que se establezcan otras, produciéndose el desequilibrio en el comercio inte- rior, el aniquilamiento de todos los demás puertos de la Eepública y la más espantosa miseria en todas ])artes ; que el Gobierno ha otorgado á la misma Com- pañía con i^retexto del Ferrocarril de León, el privi- legio para celebrar loterías, infringiendo la Consti- tución ; que el Presidente y sus favoritos han pacta- do el reconocimiento de la enorme deuda inglesa, me- diante dos millones de pesos que se reparten por sus
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agencias ; que ese reconocimiento además de inmoral es injusto, porque á México nada se indemniza pov l^er juicios causados en la intervención.
"Que aparte de esa infamia se tiene acordada la de vender tal deuda a los Estados Unidos, lo cual equivale éí vender el país á la nación vecina ; que no merecemos el nombre de ciudadanos mexicanos, ni siquiera el de hombres los que sigamos consintiendo el que estén al frente de la administración los que asi roban nuestro porvenir y nos venden en el ex- tranjero; que el mismo Lerdo de Tejada destruyó toda esperanza de buscar el remedio á tantos males en la paz, creando facultades extraordinarias y sus- pención de garantías para hacer de las elecciones una farsa criminal.
"En nombre de la sociedad ultrajada .y del pueblo mexicano, vilijiendiado, levantamos el estandarte de la guerra contra nuestros comimes opresores^, pro- clamando el siguiente plan :
"Art. 1° Son leyes supremas de la República, la Constitución de 1857, la acta de reformas pronmlga- da el 25 de Septiembre de 1873, y la ley de 1874.
"Art. 2° Tendrán el mismo carácter de ley supre- ma la Xo-Reelección del Presidente de la República y Gobernadores de los Estados, mientras se consigue elevar este principio al rango de reforma constitu- cional, por los medios legales establecidos por la Constitución.
"Art. 3° Se desconoce á Don Sebastián Lerdo de Tejada como Presidente de la República y á todos los funcionarios y empleados por él, así como los nombrados en las elecciones de Julio del año de 1875.
"Art. 4° Serán reconocidos todos los Gobernado- res de los Estados que se adhieran al presente plan. En donde esto no suceda se reconocerá como gober- nador al que nombre el jefe de las armas.
"Art. 5° Se harán elecciones para Supremos Po- deres de la Unión á los dos meses de ocupada la ca- pital de la República en los términos que disj^onga la convocatoria que expedirá el Jefe del Ejecutivo, un
LA REELECCIÓN DE LERDO. 53
mes después del día en que tenga lugar la ocupación, con arreglo á las le.yes electorales de 12 de Febrero de 1857 y 23 de Diciembre de 1872.
Al mes de verificadas las elecciones secundarias se reunirá el Congreso, y se ocupará inmediatamen- te de llenar las prescripciones del art. 51 de la pri- mera de dicbas leyes á fin de que desde luego entre al ejercicio de su cargo el Presidente Constitucional de la República }'' se instale la Corte Suprema de Justicia.
"Art, í>° El Poder Ejecutivo, sin más atribuciones que las meramente administrativas, se depositará, mientras se hacen las elecciones, en el Presidente de la Suprema Corte de Justicia actual, ó en el magis- trado que desempeñe sus funciones, siempre que uno II otro en su caso, acepte en todas sus partes el pre- sente plan, y haga conocer su aceptación por me- dio de la prensa, dentro de un mes, contado desde el día en que el mismo i^lan se publique en los perió- dicos de la capital. El silencio ó negativa del fun- cionario que riga la Suprema Corte, investirá al je- fe de las armas con el carácter de Jefe del Ejecutivo.
'"Art. 7"' Reunido el octavo Congreso Constitu- cional, sus primeros trabajos serán de reforma cons titucional de que habla el art. 2°, la que garantiza la independencia de los municipios y la ley que dé organización política al Distrito Federal y Territo- rio de la Baja California.
"Art. 8° Los generales, jefes y oficiales que con oportunidad secunden el presente plan, serán recono- cidos en sus empleos, grados y condecoraciones.
"Campo de Palo Blanco, Marzo 21 de 1876.— Por firio Díaz."
CAPITULO XL
José María Iglesias
El año de 1873 José María Iglesias fué electo Presidente de la Suprema Corte de Justicia, posi ción que lo liacía virtualmente Vicepresidente de la Eepública, desde que, en caso de muerte del I*resi- dente, él era el llamado por la ley á sucederle en ese alto puesto.
Iglesias pertenecía á la vieja escuela que respe- taba la Constitución antes que todo. Tenía mucho de esforzado, y ejercía considerable influencia entre los miembros de la Corte Suprema. Gran tormenta se levantó contra él con motivo de dos decisiones to- madas por dicha Corte, por las cuales se declaraba ilegal le elección de las legislaturas de los Estados de Morelos y Puebla ; y un folleto escrito y publica- do por el mismo Iglesias, sosteniendo dichas deci- siones, y manteniendo que ningún acto ilegal podía ser legalizado por el voto del colegio electoral, ya fuese de la Unión ó de cualquiera de los Estados. Tuvieron lugar varias reuniones secretas de los par- tidarios del Gobierno en las cuales se discutió aca- loradamente. Se llegó hasta á proponer acusar á los miembros de la Suprema Corte, en cuerpo, ante el Congreso de la Xación. En dos ocasiones se efec- tuaron estas tormentosas reuniones de los partida- rios del Gobierno : primero después de la decisión con motivo de la petición del ])ueblo del Estado de Morelos, impugnando la legalidad de las elecciones que habían tenido lugar en ese Estado ; y de nuevo en idénticas condiciones, cuando pocos meses des- pués el mismo cargo fué hecho por los ciudadanos del Estado de Puebla. Pero sin embargo, por muy enconaelos que estuA'ieran los partidarios del Gobier- no contra el primer magistrado de la Corte Supre- ma, tenían evidentemente temor de someter la cues-
JOSÉ MARÍA IGLESIAS. o.",
tión á una votación; y así, la excitación se fué gas- tando. Pero de ese tiemi^o en adelante, las relacio- nes de Iglesias con el Gobierno no fueron de lo más cordiales. Era mirado como un entrometido y como un carácter ])eligroso x^ara la paz del i^aís. Esta actitud del Gobierno estaba justificada en parte. Igle- sias obró correctamente al declarar ilegales las elec- ciones en los Estados de Morelos y Puebla, pues di- clias elecciones las caracterizó el más descarado en gaño. Pero este acto del primer magistrado de la Corte, si bien perfectamente legítimo en sí, muestra el carácter del liombre. Sus enemigos lo acusaban de ser traidor. Probablemente no era sino excesiva- mente agresivo y ambicioso ; aunque en las obras que lia publicado, siempre profesa su desinterés, su pa- triotismo y su abnegación. Era de naturaleza sus])i- caz ; y sólo visto bajo este prisma se exi^lican muchos de sus actos futuros.
La exagerada actitud de entereza política y pa- triotismo asumida por Iglesias, era ciertamente muy enojosa para el Congreso; pero la irritación de sus miembros llegó á su colmo cuando aquél afirmó pú- blicamente, que debido á la corrupción de ese cuer- po, la Corte Suprema se había Aisto obligada á de- clarar nulas las elecciones de dos de las legislaturas de los Estados; y dejaba entender, que las cosas no caminaban exactamente como de1)ían en el mismo Congreso de la Unión. Todo esto hizo que los enemi- gos del Presidente de la Corte Suprema se levanta- ran en masa contra él y trataran de anonadarlo. El 18 de Mayo de 1875, una ley fué presentada al Con- greso, declarando incapaz á la Suprema Corte de Justicia de la Kación para emitir juicio contrario á los resultados de los colegios electorales, é imponien- do fuerte castigo en caso de que se violara esta reso- lución.
E] Presidente de la República, Sebastián Lerdo de Tejada, era un político muy hábil, y pronto re- conoció el peligro que había en permitir que aumen- taran las dificultades que habían surgido entre la
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DÍAZ Y MÉXICO.
legislatura y la Corte Suprema. Y así, cuando Ij^le- sias, terco como siempre, presentó su dimisión como Presidente de este último cuerpo. Lerdo lo mandó llamar y tuvo con él una larga é importante confe- rencia. Le manifestó los peligros que iban corrien- do con romper su antigua amistad, é instó á Iglesias para que retirara su dimisión en interés de la ])az y por el bien del país. Esta primer entrevista entre iglesias y Lerdo duró hsta media noche; y otras en- trevistas de igual índole tuvieron lugar entre estos dos hombres de estado durante esa semana, al final de la cual Iglesias prometió retirar su renuncia y poner á salvo su orgullo ])ersonal y sus opiniones políticas, haciendo una protesta formal en la Corte Suprema de Justicia contra la constitucionalidad de la ley pasada por el Congreso el 18 de JNIayo de 1875.
Xo cabe duda que Lerdo recibió esta concesión de parte de Iglesias como hecha en beneficio de la paz y de la armonía del Gobierno y de la Nación. Pero si así creyó, pronto vio que se había equivoca- cado ; pues Iglesias, firme en su propósito de protes- ta, escribió un folleto de lo más virulento que presen- tó á la Corte Suprema. Pero la circunstancia de ha- ber al principio insistido tan dramáticamente en que su dimisión fuera aceptada, y el haberla retirado des]niés, dio lugar á que muchos de sus amigos sos- pecharan de él. Había algunos que no vacilaban en asegurar que Iglesias había sido comprado por el Gobierno, y que su ])rotesta no era sino una hábil maniobra arreglada entre él y Lerdo. Con esto, la proposición que él mismo hizo personalmente á la Corte, de que ese documento fuera insertado en las minutas de la sesión y publicado profusamente por todo México, fué recibida en el mayor silencio ; pues nadie se presentó, ni á secundarla, ni á atacarla.
Así se vé que desde un principio Iglesias fué un ele- mento disturbador en la política de la administración de Lerdo. Sus característicos eran el egoísmo, la ambi- ción, la terquedad y la completa inhabilidad para es- tudiar los asuntos desde el punto de vista de sus ad-
56 DÍAZ Y MÉXICO.
legislatura y la Corte Suprema. Y así, cuando Ij^le- sias, terco como siempre, presentó su dimisión como Presidente de este último cuerpo. Lerdo lo mandó llamar y tuvo con él una larga é importante confe- rencia. Le manifestó los peligros que iban corrien- do con romper su antigua amistad, é instó á Iglesias para que retirara su dimisión en interés de la paz y iDor el l)ien del país. Esta primer entrevista entre iglesias y Lerdo duró lista media noche; y otras en- trevistas de igual índole tuvieron lugar entre estos dos hombres de estado durante esa semana, al final de la cual Iglesias prometió retirar su renuncia y poner á saho su orgullo personal y sus opiniones políticas, haciendo una protesta formal en la Corte Suprema de Justicia contra la constitucionalidad de la ley pasada por el Congreso el 18 de Mayo de 1875.
Xo cabe duda que Lerdo recibió esta concesión de parte de Iglesias como hecha en beneficio de la paz y de la armonía del Gobierno y de la Nación. Pero si así creyó, pronto vio que se había equivoca- cado; pues Iglesias, firme en su propósito de protes- ta, escribió un folleto de lo más virulento que presen- tó á la Corte Suprema. Pero la circunstancia de ha- ber al princi])io insistido tan dramáticamente en que su dimisión fuera aceptada, y el haberla retirado después, dio lugar á que muchos de sus amigos sos- pecharan de él. Había algunos que no vacilaban en asegurar que Iglesias había sido comprado por el (Tobierno, y que su protesta no era sino una hábil maniobra arreglada* entre él y Lerdo. Con esto, la proposición que él mismo hizo personalmente á la Corte, de que ese documento fuera insertado en las minutas de la sesión y publicado profusamente por todo México, fué recibida en el mayor silencio ; pues nadie se presentó, ni á secundarla, ni á atacarla.
Así se vé que desde un principio Iglesias fué un ele- mento disturbador en la política de la administración de Lerdo. Sus característicos eran el egoísmo, la ambi- ción, la terquedad y la completa inhabilidad para es- tudiar los asuntos desde el punto de vista de sus ad-
JOSÉ MARIÁ IGLESIAS. 57
versarlos. Eira propenso á ocuparse en pequeneces, con perjuicio de los grandes problemas de actuali- dad ó de significación futura para la paz, la prospe- ridad y el progreso de la dación.
Comentando los acontecimientos relatados en es- te capítulo. Iglesias dice con gran ingenuidad :
"Esta historia de mi renuncia dá lugar á varías observaciones de no escasa importancia. Demuestra mi deseo de retirarme á la vida privada, ó sea mi fal- ta de ambición. Denota mi repugnancia á ponerme en pugna con el señor Lerdo. Confirma de una mane- ra palmaria mi decisión de no acatar, como Presi- dente de la Corte, las declaraciones de los colegios electorales, cuando fuesen contrarias á la Constitu- ción."
Por todo esto se verá, no obstante su ingenuo aserto en contrario, que no había nada en el carác- ter de Iglesias que tendiera á evitar la ruptura que amenazaba entre él y Lerdo.
Pero no era solamente la dificultad con Iglesias y la Corte Suprema de Justicia la imica con que el Cro- bierno de Lerdo tenía que contender. El mismo Igle- sias dice : "Inaugurado el Gobierno del Sr. Lerdo ba- jo los más felices auspicios, el trascurso del tiempo le había ido dejando sin partidarios, ya por el des- contento que al cabo de algunos años existe contra todo gobierno, ya por las faltas de su administra- ción.-'
Ambas exposiciones contenidas en las aserciones de Iglesias, son indudablemente ciertas. Pero el mis- mo Iglesias era uno de los ciudadanos que más con- tribuían á hacer difícil la posición de Lerdo; fué él uno de los que lo recibieron al principio con tanto entusiasmo, y uno de los primeros que se manifesta- ron después descontentos de su administración y que levantaron contra él el estandarte de la rebelión. Iglesias no tenía la excusa que tenía el j^artido de Díaz al desertar de Lerdo; pues este último le otor- gaba su confianza, y como él mismo lo admite, hizo todo lo posible i)or satisfacerlo y conservarlo en su
rjH DÍAZ y MÉXICO. • .
partido. Iglesias sabía demasiado bien que ninguno (le los partidos políticos desde que se inauguró la Kepública, había practicado elecciones con legalidad. Ciertamente, algunas habían sido más honradas y más representativas que otras ; era todo. Si él hubie- ra tenido en mira con toda sinceridad el bien de su l)aís, hubiera apoyado á Lerdo y procurado hacer sur- gir orden del caos. Pero no obstante todas sus protes- tas en contrario, fácilmente se puede leer entre líneas, en su voluminoso pedantesco libro intitulado : "La Cuestión Presidencial en 1876'' y ver el carácter egoísta del hombre, sus procedimientos clandestinos y su evidente falta de sinceridad. El jugó á tira y afloja con Lerdo y con Díaz, y se queja amargamente de la injusticia de ambos, cuando su propia exposi- ción de su caso lo muestra siempre tratando de sa- carles á uno y á otro toda clase de ventajas. Pero es la misma vieja historia, historia que constantemen- te se mezcla en la política mexicana durante los pri- meros cincuenta años de vida de la República. Se ve marchar una continua fila de caracteres políticos, cada uno de ellos dis]niesto á luchar por sus propios intereses y ambiciones, antes que cuidar de los inte- reses de la República. Xo debe creerse, sin embargo, que era mucha la culpa de estos hombres; pues no habían llegado aún á comprender que los intereses del país consistían no tanto en los distintos planes t proyectos que los jefes de partido proponían de tiempo en tiempo como remedio para las dificultades que afligían á la Xación, como en las ventajas que ])ro]>orciona la ])az, que va reuniendo en una sola na- cionalidad las distintas facciones hostiles y los hom- bres de intereses opuestos. El mismo Lerdo, político distinguido como era, parece no haberse nunca hecho cargo de este principio fundamental de gobierno en las naciones latino-americanas. Si lo hubiera com- prendido, hubiera siempre tenido á su lado á hom- bres que, como el General Díaz y su partido, se vol- vieron contra él muy luego después de que asumió la ])residencia. Estaíia reservado al mismo Díaz ha-
JOSÉ ]*rAIiIA IGI.ESIAS. 5Í)
cerse cargo de la verdadera situación, y comprender que debe lial)er una mano fuerte en el timón del Es- tado jjara reprimir los levantamientos políticos, pa- ra guardar la ley y conservar el orden y dar al país buenas oportunidades de progreso. Otros políticos habían comprendido esto; pero no habían concebido los medios de asegurar este deseable estado de cosas, como Díaz lo concibió. Comprendió, con aquella in- tuición que le había ])ermitido durante toda su vida hacer uso de todos los elementos útiles que le llega- l)an á la mano, que lo que necesitaba México no eran partidos ó facciones políticas, sino lui gobierno cen- tral fuerte, que se dedicara con éxito á la tarea de restaurar la paz y el orden, á construir sobre buenos cimientos una administración estable, y á hacer sen- tir á todo ciudadano del país interés directo en el mantenimiento del orden. Ni un solo hombre que pu- diera coadyuvar á esta grande y buena obra debía desairarse, importando poco cual fuera su credo i)0- lítico. Los intereses del país pedían aún más, pedían la amalgamacion.de todos los intereses ])olíticos y el contingente á la causa pública de todo hom])re hon- rado, Y para Díaz, concebir una idea, era llevarla á cabo con toda resolución y sin vacilaciones de ningu- na especie. Y así tenemos que en condiciones nnw desfavorables emprendió la tarea que el pueblo ha- bía esperado de Lerdo : amalgamar los intereses en ]iugna que habían mantenido á México en un estado de mayor ó menor anarquía durante medio siglo.
Lerdo mostró la estrechez de miras que lo carac- terizaban en su trato con sus opositores políticos, muchos de los cuales no eran al principio realmente sus opositores ; pues con la mayor facilidad se los hubiera podido atraer y hacer de ellos sus mejores amigos y sus más valiosos apoyos. Entre éstos se cuentan los partidarios del General Díaz, que siem- pre eran mantenidos alejados por Lerdo, quien les daba á entender de un modo inequívoco, que no tenía la menor intención de confiarse en ellos. Como es na- tural, esta conducta inmediatamente levantó contra
60 DIÁZ T MÉXICO.
Lerdo ima poderosa facción, que ayudó á avivar las llamas del descontento que habían encendido su ar- l)itrariedad y sus irregularidades en las elecciones. Comonfort había ya comprendido la necesidad de reunir todas las facciones y partidos en interés de la paz y del progreso del país ; pero aunque era previ- sor y sincero en sus esfuerzos en esta dirección, no era un carácter suficientemente fuerte para poder llevar á debido efecto sus planes. Lerdo no era ni pre- visor, ni tenía la suficiente fuerza de carácter para manejar la difícil situación política que se le había confiado, Juárez, que lo precedió, era hombre de gran prestigio, de gran determinación y de un carácter formidable para enfrentar el cam])o de batalla de la política ; pero era demasiado extremista en sus ideas para poder unir en un todo útil todas las facciones políticas hostiles que habían en la Kepública, y cons- truir de intereses opuestos, un partido que sostuvie- ra la paz á toda costa y el progreso del país en todas direcciones, antes que entregarse á cualquier aventu- rero político. X^n hombre que procediera de tal mo do, tendría que cerrar los ojos á centenares de pe- queños abusos, teniendo siempre como norte un ob- jeto principal : la paz á cualquier precio, un gobierno estable y el adelanto de la industria y demás intere- ses del país. Díaz vio todo esto muy claro; y com- prendió que la administración de Lerdo había sido un fracaso colosal, simplemente porque nunca llegó á realizar ni cuáles eran sus oportunidades, ni cuá- les sus responsabilidades.
Cuan lejos estaba Iglesias de comprender la si- tuación, puede colegirse de su obra póstum.a sobre "La cuestión Presidencial." En todas las dificulta- des que afligían á su nación, no tiene sino una idea en la mente, y es que él. Iglesias, debido á los frau- des cometidos en la segunda elección de Lerdo á la Presidencia, debía ser considerado el Presidente le- gítimo de la República. Rompió relaciones con el Ge- neral Díaz, porque este último pedía que se hicieran elecciones generales en caso de que Lerdo fuera ex-
Don Ramón Corral. Vice-Pkesidentk de México.
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JOSÉ MARÍA KJLESIAS.
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cluido de la Presidencia. Eii esto Iglesias no se mos- tró muy ansioso de que el pueblo manifestara su vo- luntad en las elecciones; sino que más bien trat(3 de ai)rovecliar un ])retexto para elevarse al puesto de l'rimer Magistrado de la Xación.
Iglesias gustaba de exhibir las faltas ((ue liabían en la administración de Lerdo; pero cuaiulo las mis- mas condiciones que dicho estadista encontraba, se aplicaban á la conducta que él observaba, estaba muy lejos de tomarlas en consideración. Como un ejemplo, citemos sus propias palabras:
"Es para mí incuestionable que el señor Lerdo habría hecho un inmenso beneficio al ])aís, así como á sí mismo, con la renuncia de su candidatura. Ese rasgo de abnegación habría quitado á la revolución armada, sostenedora del plan de Tuxtepec, tan famo- so luego, su razón ó su i)retexto de ser. El desconten- to general se habría calmado con la certiduml)re de un ])ronto cambio de gobierno. Los odios })olíticos ó ])ersonales se habrían extinguido, con la próxima se paraci(')n del ])oder, voluntaria y meritoria, del per- sonaje que los había excitado."
Se i)uede juzgar á Iglesias con el mismo juicio con (pie él juzgó á Lerdo. Si hubiera él mostrado al- guna inclinación por ceder lo que á sus intereses con- venía, en pro de la i)az y ])rogreso del ])aís: si hubie- ra él tenido buena voluntad i)ara renunciar sus dere- chos á la presidencia y favorecer una elección ])opu- lar é inmediata, liubiera evitado muchísimas dificul- tades á su país; y sus. intereses, combinados con los del (xeneraí Díaz y su i^artido, hubieran hecho posi- ble el establecimiento de un gobierno firme, evitan- do la intranquilidad que se mantuvo durante el tiem- po que medió entre la deserción de Iglesias del go- bierno y la subida al ])oder del (ieneral Díaz, de acuerdo con las estipulaciones del ])lan de Tuxtepec. Pero Iglesias es un buen ejem])lo del egoísmo de mu- chor, jefes militares ó ])olíticos de la Re])ííblica, quie- nes con frecuencia trataban de ocultar sus planes personales, bajo el manto de la equidad i)olítica, del
JOSÉ MARÍA KÍLESIAS. 61
cluido de la Presidencia. En esto Iglesias no se mos- tró muy ansioso de que el pueblo manifestara su a^o- luntad en las elecciones ; sino que más bien trató de aprovechar un ])retexto para elevarse al puesto de Primer Magistrado de la Xación.
Iglesias gustaba de exhibir las faltas que habían en la administración de Lerdo; pero cuando las mis- mas condiciones que dicho estadista encontraba, se aplicaban á la conducta que él observaba, estaba muy lejos de tomarlas en consideración. Como un ejemplo, citemos sus propias i)alabras :
"Es para mi incuestionable que el señor Lerdo habría hecho un inmenso beneficio al ]iaís, así como á sí mismo, con la renuncia de su candidatura. Ese rasgo de abnegación habría quitado á la revolución armada, sostenedora del plan de Tuxtepec, tan famo- so luego, su razón ó su i^retexto de ser. El desconten- to general se hai)ría calmado con la certidumbre de un ])ronto cambio de gobierno. Los odios ])olíticos ó personales se habrían extinguido, con la i)róxinia se paración del poder, voluntaria y meritoria, del per- sonaje que los había excitado."
Se puede juzgar á Iglesias con el mismo juicio con que él juzgó á Lerdo. Si hubiera él mostrado al- guna inclinación ])or ceder lo que á sus intereses con- venía, en pro de la i)az y progreso del país ; si hubie- ra él tenido l)uena voluntad para renunciar sus dere- chos á la presidencia y favorecer una elección ])opu- lar é inmediata, luibiera evitado muchísimas dificul- tades á su país; y sus intereses, coml)inados con los del (xeneral Díaz y su j^artido, hubieran hecho posi- ble el establecimiento de un gobierno firme, evitan- do la intranquilidad que se mantuA^o durante el tiem- po que medió entre la deserción de Iglesias del go- bierno y la subida al poder del General Díaz, de acuerdo con las esti])ulaciones del plan de Tuxtepec. Pero Iglesias es un buen ejemplo del egoísmo de mu- cho."> jefes militares ó políticos de la República, quie- nes con frecuencia trataban de ocultar sus islanes personales, bajo el manto de la equidad política, del
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DÍAZ Y MÉXICO.
desinterés y del más vivo patriotismo. Muy íacll era hacer ])r(>testas de esta naturaleza ; que desgraciada- mente, diclio sea de paso, nunca dejaban de atraer á multitud de descontentos, que siempre se mantenían deseosos de alistarse bajo un nuevo caudillo. Este era el gran peligro que amenazaba constantemente la existencia misma de la Repúldica. Y era peligro que comi)rendían, ó debían comprender, todos los je- fes militares que trataban de escalar el poder valién- dose de los ])eldaños de la revolución. Es el mismo peligro que amenaza hoy la estabilidad de las repú- blicas centro-americanas y de no pocas de las de Sud- Amcricii. Es nna fiera terrible siemi)re presente, que en ocasiones puede permanecer oculta, pero que no está sino en emboscada ; lista á arrojarse re])entina- mente sobre su presa, á la menor oportunidad y des- garrar con sus agudas garras la paz y la ])rosperi- dad del país. Iglesias comprendía esta situación de- masiado bien, como lo manifiesta en su "Cuestión Presidencial." Xo obstante esta circunstancia, se afir- mó obstinadamente en defensa de sus derechos pro- pios y se puso en completa pngna con Lerdo y Díaz por sostenerlos. Poco le importaba que el i)aís fuera víctima de meses de guerra cía il en el arreglo de es- ta cuestión. En todo su largo libro de 400 páginas, no se A'é sino una exposición de lo nuis a])asionada. de las diferencias surgidas entre los tres partidos políticos : el de Lerdo, el de Iglesias y el de Díaz. Xo hay nada que manifieste que Iglesias tuviera la me- nor piedad por su país, el cual contemplaba en esta- do caótico. En efecto, ni una sola vez en su larga na- rración muestra tener la menor idea de los horrores que la guerra civil estaba produciendo en la Repú- blica. Página tras página de su fatigosa lectura, se esfuerza i^or demostrar que sólo Iglesias era (piien tenía la razón y el derecho en la lucha que se enta- bló. La única cuestión qne le interesa, lo único que incesantemente y por todos los medios i>retende pro- bar, es su derecho á la presidencia de la República en esas circunstancias. Y este es nn asunto que no
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■■TLA([iK¿ri:i¡()."' (rr.\i)i¡() DE I). Leandro IsAcriKüE.
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desinterés y del más vivo patriotismo. Muy íácll era hacer protestas de esta naturaleza ; que desj>Taciada- mente, diclio sea de paso, nunca dejaban de atraer á multitud de descontentos, qne siempre se mantenían deseosos de alistarse bajo un nuevo caudillo. Este era el gran peligro que amenazal)a co]istantemente la existencia misma de la Eepública. Y era peligro que comprendían, ó debían comprender, todos los je- fes militares que trataban de escalar el ])oder valién- dose de los ])eldaños de la revolución. Es el mismo l)eligro que amenaza boy la estabilidad de las repú- blicas centro-americanas y de no pocas de las de Sud- Amórica. Es una fiera terrible siem])re presente, que en ocasiones ]uiede permanecer oculta, pero que no está sino en emboscada; lista á arrojarse rei)entina- mente sol)re su presa, á la menor oportunidad y des- garrar con sus agudas garras la paz y la i)rosperi- dad del i)aís. Iglesias comprendía esta situación de- masiado bien, como lo manifiesta en su ''(Juestión Presidencial.'- No obstante esta circunstancia, se afir- mó obstinadamente en defensa de sus derechos pro- pios y se puso en completa pugna con Lerdo y Díaz por sostenerlos. Poco le importaba que el i^aís fuera víctima de meses de guerra civil en el arreglo de es- ta cuestión. En todo su largo libro de 400 páginas, no se \6 sino una exposición de lo más apasionada, de las diferencias surgidas entre los tres partidos políticos : el de Lerdo, el de Iglesias y el de Díaz. Xo hay nada que manifieste que Iglesias tuA-iera la me- nor piedad por su país, el cual contem])laba en esta- do caótico. En efecto, ni una sola vez en su larga na- rración muestra tener la menor idea de los hori'ores que la guerra civil estaba produciendo en la Eepú- blica. Página tras página de su fatigosa lectura, se esfuerza ])or demostrar que sólo Iglesias era quien tenía la razón y el derecho en la lucha que se enta- bló. La única cuestión que le interesa, lo único que incesantemente y por todos los medios pretende pro- bar, es su derecho á la presidencia de la Pe^uiblica en esas circunstancias. Y este es un asunto que no
■"TLACHlQrKKO."' (ClADRO DE I). Le.vxdro Isac riIÜÍE. )
JOSÉ MAMA IGLESIAS. ft3
interesa gran cosa al historiador por varias razones. En primer lugar, era con toda evidencia el medio de (|ue Iglesias se quería valer para escalar el poder; medio que trató de aprovechar cuanto le fué i)osi- ble. FA hecho de que hubiera sido fraudulenta la elec- ción de Lerdo, no signiñcaba, como jDretendía Igle- sias, que algún otro debiera ocupar la i^residencia, sin que antes mediara una elección popular. Si la segunda elección se creía fraudulenta, debía i^rime- ro probarse esa circunstancia, .y en tal caso, anular- la y practicar nuevas elecciones. Y sin la menor du- da. Lerdo parece tener el mejor derecho de los dos, pues reclamaba el poder fundándose en las eleccio- nes que habían tenido lugar, mientras que Iglesias se parapetaba en el antiguo principio que establecía que el presidente de la Corte Suprema ocuparía la presidencia en caso que ésta, por alguna circunstan- cia, quedara vacante. Pero no estaba vacante. Todo lo que se podía asegurar era que había habido algu- na irregularidad en las elecciones practicadas. Pero Iglesias estaba tan preocupado con sus pretensiones personales, que no podía ver el asunto desde otro jmnto de vista sino desde el que le conveiiía : su ele- A^ación á la presidencia de la República. Desgracia- damente ]iara el país, esta había sido la clase de ac- titud generalmente tomada por los hombres i)romi- nentes del día. El ])artido de oposición era siem])re militante, y nunca le fué posible ver justicia y since- ridad en ninguno de los actos ó disposiciones del i)ar- tido que estaba en el poder. Es indis])ensab]e darse cuenta de esta situación especial de los asuntos, y de estos rasgos del carácter de Iglesias, para ])enetrar- se debidamente de los acontecimientos que tuvieron lugar en México durante el tiemi)0 que medió de la deserción de Iglesias de la capital y del ])artido 1er- dista, á la elevación provisional al poder del Gene- ral Díaz.
Xo tendría objeto alguno describir el ])rogreso de la revolución contra la administración de I>erdo, y el estado de caos que entonces reinaba en el país; el
64 DÍAZ t MÉXICO.
cual se encontraba dividido en tres distintas faccio- nes políticas, una representada por Lerdo, otra por Iglesias 3^ una tercera por el General Díaz.
Iglesias se dirigió á la parte norte de la Kepú- blica donde lanzó varias proclamas manifestando qne él era el presidente legítimo, pero sin preocupar- se en lo más mínimo de poner remedio alguno á las dificultades de la situación, ni de calmar las animo- sidades que dividían á los partidos políticos.
Después de una terrible y encarnizada batalla que duró varias horas, Díaz derrotó á las fuerzas 1er- distas en Tecoac el IG de Noviembre de 1S7G y Lerdo se vio precisado á huir á los Estados Unidos.
I*uebla se rindió sin lucha alguna al caudillo vic- torioso, quien inmediatamente marchó á la capital de la República y asumió el puesto de presidente provisional el 28 de Noviembre de 1876.
Dejando á Méndez en su lugar á la cabeza del go- bierno, Díaz marchó contra Iglesias con un ejército de .'),000 hond)res; pero el último, desi)ués de ofrecer débil resistencia, huyó al puerto de ]\Ianzanillo y allí se embarcó para los Estados Unidos.
De este modo cayó el gobierno de Lerdo, debido únicamente á su delúlidad y á su inhabilidad para darse cuenta de las necesidades de la situación, y ter minaron las ambiciones de Iglesias á la presidencia de la República. Y con la desaparición de estos dos hombres de la escena política, comenzó la era de paz y progreso (pie ha colocado á México en primer rango entre las naciones latino-americanas.
CAPITULO XLI,
El Caciquismo.
Las razas indíoenas que en la actualidad pueblau México, tieueu tras sí muchos siglos de civilizacióu. Por cousiguieute, se adaptau bieu á la vida de las sociedades civilizadas; sou de hábitos sociales, co- merciautes por uaturaleza, de temperamento artís- tico^ generosos, patriotas, pacientes, más industrio- sos de lo que su vida pasada pudiera hacerle á uno esperar, son artesanos por naturaleza .v cuando se les dan las ventajas de una buena educación, resul- tan muy inteligentes. Estas son cualidades que ha- cen á las naciones grandes y libres. Pero sin enibar go, por nmchas cualidades de vida civilizada que pue- da tener una nación, no llega á adquirir independen- cia y libertad política, sin haber pasado antes por el crisol que prueba el verdadero oro. La libertad con- siste más en el carácter de mi pueblo, que en su in- de])endencia del control de otra nación. Un ]:)uel)lo para llegar á ser libre, debe hacer á un lado la igno- rancia, la superstición y la estrechez de ideas. Debe ajírender á conocer cuáles son sus derechos y cómo ejecutarlos y defenderlos. Debe pensarpor sí mismoy no entregarse en manos de agitadores, de políticos que trabajan por su cuenta y de soldados de fortuna llenos de egoísmo y ambición, como desgraciadamen- te ha hecho el pueblo de jMóxíco con mucha frecuen- cia en su historia pasada. Si un país es débil en las cualidades que hemos indicado, no se i^uede conside- rar en ningún sentido libre, porque es esclavo de su misma debilidad. Es como un buque sin capitán en alta mar, y en el cual todos los marinos disputan por obtener el mando del mismo : signe su camino sin una inteligencia que lo gobierne y el destino de su viaje se ignora; se vé obligado á seguir por donde el cai)ri- cho del que por el momento lo dirija, quiera llevar-
66 BUZ T MÉXICO.
lo: y afortunado será, si aparece alguno entre los marineros más fuerte que los demás, y toma el man- do fon el deseo honrado y leal de procurar el bienes- tar de la tripulación y de los pasajeros y la seguri- díid del cargo, liasta conducirlo al puerto de su des- tino con felicidad.
JMéxico, en lo ])olítico y en lo social, lia sido muy afortunado por un lado y nuiy desafortunado por otro. Ha sido afortunado en cuanto á que su desarro- llo social y político comenzó hace muchísimos años y ha continuado hasta el presente. Y también ha si- do afortunado en cuanto que produjo, allá en los tiempos prehistóricos, grandes caudillos y pensado- res, que tuvo Aida de gran actividad, y que siemin-e continuó ^progresando por el camino del desarrollo de la raza. Pero ha sido bastante desafortunado en cuanto á que su progreso político ha sido retrasado y desorientado por el caciquismo, por gobiernos arbi- trarios y abusos políticos; y en cuanto á que no se les ha permitido á las masas del pueblo pensar y discurrir i)or sí mismas y han sido dejadas en la ig- norancia, en la superstición y en el vasallage á la jerarquía y á la nobleza. í^l progreso efectivo de Mé- xico en el pasado fué en la vida industrial, comercial, científica y artística. Políticamente había hecho muy pocos progresos hacia instituciones libres en la éi)o- ca de la conquista española. Una parte considerable de la nación azteca era entonces mantenida en cau- tiverio amparado por la ley, y el resto no eran sino esclaA'os de la voluntad del emperador, de la de los sacerdotes y de unos pocos guerreros nobles. Las li- bertades i)olíticas eran cosa desconocida en México hasta el tienqío de la independencia del país del do- minio español el año de 1(S:21 ; y aún desde ese tiem- 1)0 i)ara hoy, no han sido sino poco más que la som- l)ra de un gran nombre, usado para atraerse parti- darios ])or los jefes de partido, que proclamaban principios poimlares que ó no tenían intención de cunii)lir, ó les era imposible hacerlo ; salvo dos ó tres
EL CAtKiUISMO. 67
notables excepciones, entre las cuales una de ellas es el distinguido actual Jete del Ejecutivo.
Una nación es libre en razón á su capacidad para reí^-ular sus pasiones y dirigir la política de sus lioni- bres públicos; y es dependiente en proporción á lo que permita á éstos doblegar su A^oluntad, y se mues- tra incapaz de tomar la parte que le corresponde en el gobierno de sí misma. Canadá 3^ Australia, dos i)aí- ses que no son indei)endientes, son más libres que cualquiera de las naciones latino-americanas ; y sim- ])lemente porque las masas del pueblo están educa- das á comprender sus dereclios políticos, los cuales saben cómo defender; porque obligan á sus directo- res políticos á seguir sendas que conducen al bien pú- blico ; y cada indÍA'iduo es capaz de discutir con más ó menos inteligencia, los grandes asuntos i)úblicos del día que afectan al país ; pues la restricción que el pueblo se impone á sí mismo hace posible que la prensa discuta libremente todo lo que concierne al Í)ien público; y finalmente, i)orque el pueblo no tiene grandes vicios ni supersticiones arraigadas. Políti- ca mente, un nombre no significa mucho. Es la labor actual del gobierno lo que cuenta; los resultados que obtiene en el adelanto del país y el progreso del ]me- blo en la semla de la moral, de la intelectualidad, de la industria, de las ciencias, del arte y de la política- Juzgado bajo este punto de vista, México ha adelan- tado inmensamente durante el último tercio de siglo en todo lo que se refiere al desarrollo nacional. I*ara apreciar cuan grande ha sido este adelanto, es nece- sario comprender á fondo las condiciones que exis- tían en el país antes de la administración de Díaz; y esto no puede hacerse sin tener conocimiento de la vida política del puel)lo mexicano desde los tienqíos en que aparece por primera vez en las páginas de la historia : pues el curso de la evolución marca, tan inexorablemente como el destino, el desarrollo de las naciones; de la misma manera que lo hace con las varias especies, tanto en la vida vegetal como en la vida animal.
68 DÍAZ Y MÉXICO.
Cuando estudiamos la vida i^olítica y social del pueblo mexicano, desde los días en que las primeras tribus (pie registra la historia invadieron el Valle de México y las comarcas circunvencinas. dos heclios se ])onen de manifiesto del modo más claro en las na- rraciones que nos hace la historia, hechos que se des- tacan uniformemente en todas las le.yendas y tradi- ciones, y que ofuscan todo otro característico de la vida de estos pueblos. Eran turbulentos .y agresivos, ])ero ciegamente consagrados á sus grandes jefes gue- rreros, quienes pensaban por ellos y dis])onían, eu general, del curso de sus vidas. En otras palabras, las masas del ])ueblo estal)an completamente bajo el dominio de sus jefes militares, quienes eran tam- bién sus directores ])()líticos. l*ero estos jefes guerre- ros estaban e]los mismos bajo el dominio de lo!-- sa- cerdotes; no siendo excepción á esta regla, ni aún el mismo rey ó em])erador. Una mirada retrosi)ectiva á la historia de las varias tribus que de tiemj>G en tiemi)o vinieron al Valle de México, desde que hay memoria ó tradición, dará mucha luz acerca de este asunto.
Cuando los toltecas abandonaron su antigua mo- rada de Hueliuetla])allan por el norte de México el año de oJrJ, se dirigieron hacia el sur, bajo el mando del jefe Iluemac (el de las manos grandes), que era el sumo sacei'dote de las naciones. Pero era aún más : porque era hombre de fuerza prodigiosa y fa- moso guerrero : era un verdadero ^[oisés conducie]]- do á su pueblo á la tierra prometida. Por consiguien- te, tenía tanto de profeta como de caudillo, de sa- cerdote como de guerrero. í]n los mismos umbrales de la historia y leyenda de las tribus mexicanas, nos encontramos con la iníluencia todo-poderosa, semi- religiosa y semi-])olítica del sumo sacerdote ; y m)s sigue por todas las páginas de la historia el brillo fanático de su mirada desde las ruinas de la po- derosa ciudad de Tenochtitlán, cuna de las confede- raciones de los Xahuas, gloria del imperio azteca y tumba de la dominación de los Moctezumas. Era és-
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EL CACIQUISMO. 69
te el reinado de la superstición, de la fe ciega reli- íiiosa y de los esfuerzos continuos para consolidar el poder de los sacerdotes ; y ni un solo momento, durante casi un millar de años, deja su influencia de ser el factor dominante en la existencia de las va- rias tribus de México, que hablaron algún dialecto del idioma náhuatl ó mexicano. Aquí asumimos que los toltecas no fueron sino una rama de los nálmas; pues mientras que todas las otras tribus que A'isita- ron el valle de México, dejaron ahí señales de su per- manencia en muchos nombres geográficos, no apai'e- cen absolutamente indicios de esta naturaleza que pudiera haber ])ertenecido á los toltecas, si hubieran ellos hablado un idioma diferente. Aún los primiti- vos othomites dejaron abundante evidencia de esa naturaleza, de su residencia en el valle de México y lugares adyacentes; y por todas partes del ])aís los nombres geográficos indican donde vivieron ciertas tribus, ó dónde han residido, aunque sea por corto tiem])o, en sus emigraciones de una parte del país á otra.
Los toltecas tardaron 101 años en su larga i)ere- grinación desde sus tierras en el norte á su destino final de Tula, Tulancingo y San Juan Teotihuacán, y durante todo este tiempo estuvieron bajo la autori- dad y dirección de sus sacerdotes ; y cuando se esta- blecieron al norte del valle de ^léxico y eligieron su ])rimer rev, fué bajo la sugestión y siguiendo los consejos del sumo sacerdote. Durante cuatro siglos y medio permanecieron los toltecas en Tula gober- nados por reyes des])óticos, quienes eran á su turno guiados en la mayor parte de los asuntos por los sa- cerdotes, que eran los realmente todopoderosos de un extremo á otro del i:>aís.
La manera en (pie los toltecas abandonaron Tula y las comarcas vecinas que les eran tributarias, co- marcas todas de lo más rico del Xuevo Mundo, es muy característico de la organización política, so- cial y religiosa de ese pueblo. El hambre y las pía-
70 DÍAZ Y MÉXICO.
.cas az()tal)aii al ])aís, y los sacerdotes proclamaron esto como evidencia de la cólera de los dioses, la cnal no sería aplacada, decían ellos, hasta qne el pneblo tolteca emi)rendiera de nnevo su emisjración hacia el sur. Hul)o desavenencia entre las tribus, y alj^i- uos de los toltecas se quedaron en el valle de México, donde se reconcentraron huyendo del hambre y de la placía ; i)ero la gran masa de la nación, fiel á su educación relijiiosa de muchos siglos, y á la sui)ers- tición que era el característico más pronunciado de su existencia, siguieron á sus sacerdotes á Cam])e- che, Yucatán y Guatemala. Esta emigración del pue- blo tolteca al sur, explica indudablemente la pre- sencia de muchos noml)res náhuatles, en lugares cu- yo origen ha sido atribuido á la ocupación de los az- tecas en todo el sur del país hasta la frontera de (Guatemala.
En esta su peregrinación al sur, los toltecas fue- ron también guiados por sus sacerdotes, como lo ha- bían sido anteriormente durante su prolongado via- je de un siglo, desde sus tierras de Huehuetlapallan hasta Tulancingo, la nueva patria por que finalmen- te se habían decidido. Todo lo cual contribuye á la creencia de que ellos tenían, antes de su endgra- ción de los países del norte, la misma organización ([ue tuvieron después en Tula, y que por alguna ra- zón los sacerdotes los condujeron hacia el sur, como después los condujeron á Yucatán y Guatemala, pues cuando creían que la cólera de los dioses des cendía sobre el pueblo, la lógica les indicaba que el caudillo que los guiara debía ser el representante en la tierra de las varias divinades que ellos tenían. Y este caudillo no podía ser sino el sacerdote.
Y así vemos siempre pesar sobre la existencia del pueblo tolteca la influencia de una clase sacerdotal supersticiosa y un caciquismo fuertemente atrinche- rado. De tal modo constituía esta institución parte del pueblo, que no le ha sido posible á la Iglesia ca- tólica, á ])esar de cuatrocientos años de trabajo asi-
EL rAOlQriSMO. 71
diio por mejorar espiritual y morahnente al indio, eradicar la iníliiencia que ha quedado de la domina- ción de los caciques y de los sacerdotes indi «en as. El resultado es, que hoy los indios no abandonan por nada ciertas formas y ceremonias enteramente supersticiosas que tuvieron su oriojen en las formas y ceremonias de la religión tolteca, y más tarde de la i'eligión mexicana ó náhuatl ; sui)ersticiones, que no han hecho sino adai)tar al nuevo credo religioso que han abrazado.
CAPITULO XLII.
Dificultades de Raza.
A cada paso en la vida nacional de la Repúbli- ca de México se troi)ieza con la ])erniciosa inñnencia española, inñnencia tan poderosa qne aún hoy to- davía ejerce nna marcada fuerza activa. Sobre el alcance de sn acción sólo aquel qne estndia cuidado- samente la historia política, social y ecouómica de XueA^a España y México, puede formarse un con- cepto exacto.
Si los españoles hubiesen sabido jnstii)reciar las oportunidades abiertas ante ellos al concjuistar el niagníñco imperio de los Moctezumas, se habrían esforzado por cnantos medios fuesen i^racticables, en conservar la vida nacional del pueblo subyugado, i^uiándolo en la senda del ]:)rooreso y de la civiliza- ción de la época y adai)tándolo gradual y concien- zudamente para llenar los requisitos de la nueva vida á qne estaba destinado. Pero los españoles nun- ca comprendieron, ni i)robablemente lo harán en lo futuro, cnáles son los deberes de nn conquistador j)ara el conquistado. Xo podía esperarse tampoco que los comprendiesen. Como es el o^obierno de nu pueblo, como es el pueblo mismo, así será la actitud ([ue observe hacia aquellos qne afortunada ó desa- fortunadamente qneden sujetos á sn dominio. El go- bierno de México por los es])añoles no ])odía ser me- jor que el de la península materna, y visto el último bajo la luz de la historia, no podía ser peor.
La destruccióu del vasto im])erio romano y el re- ])arto de sus posesiones entre candillos «Herreros, qne se veían generalmente obligados á mantener por la es- pada lo que con ella ó ])or medio de una potente diplo- macia habían ganado, produjo la concentración de un poder casi absoluto en las manos de los grandes jefes
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guerreros que regían la Europa. La historia de aque- llos tiempos es la Mstoria de esos monarcas, de sus re- laciones mutuas y su liga con el más grande de los po- deres feudales, la Iglesia católica. La ambición de cada u]io de estos caudillos, que pronto comenzaron íí estilarse reyes y emperadores, era extender los lí- mites de su dominación, poderío é inñuencia. SuS; partidarios eran sus "buenos y fieles servidores," como á ellos mismos gustaba designarse en aquellos días de líravura y caballería ; esa designación y el evidente orgullo que en ella tomaban, muestran la actitud de las vasta masas del pueblo hacia los que, ejercían autoridad sobre ellos.
El rey ó el emperador regían como un príncipe autócrata absoluto; la historia se concentraba en él y reflejal)a en su corte y los grandes nobles que la frecuentaban aumentaban con su brillantez el es- ])lendor del monarca mismo. El soldado común, el labriego, el mercader sólo figuraban en el esqueina político y social de ese estado de cosas en la forma y in'oporción en que contribuían al poder, inñuencia y gloria del soberano á quien tenían orgullo en ser- vir; los esclavos, que constituían más de la mitad de la imción, valían tanto como las bestias de carga ú otros útiles de sus amos. I5ajo tal sistema el poder del monarca, de los i)ríncipes y de los nobles se acre- centó rápidamente á expensas de sus vasallos El vicio de esta organización estalla en su apogeo cuan- do los españoles emprendieron la conquista de la América Latina, y las ideas que ello engendró en al- tos y bajos, ricos y pobres, fueron tan mal acondi- cionadas como fatales habían de ser para el gobier- no y administraciones que el azar hizo caer en ma- nos de España, en aquel tiempo la nación más pobre y orgullosa de Europa. Si España hubiera tenido que labrar su destino sin el prestigio y la riqueza del Xuevo Mundo, toda^ia sería una de las más gran- des potencias de Europa. Pero el poderío que le tra- jeron las nuevas tierras agregadas á su territorio nacional, aumentó su orgullo y lo que fué aún j^eor,
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guió ese orgullo hacia la falsa direecióu, couvirtien- (lo á la raza en arrogante, tiránica, cruel y despiada- da para con aquellos á ella sometidos.
l*ero como antes se ha dicho, no podía es])erarse que el español, individualmente, fuese mejor que aquellos que lo gobernaban v su conducta en Amé- rica fué semejante, en casi todo detalle, á la del monarca, corte y nobles de su patria.
Antes del descubrimiento de América la corte de España estaba abatida por la pobreza. Tan pobre era, que el equii)ar las tres caral)elas, la mayor de las cuales no sería mayor que una balandra pescadora actual, dio origen al más serio debate y considera- ción, siendo el problema finalmente resuelto por la boiuladosa reina Isabel la Católica, que ofreció ena- jenar sus joyas i)ara reunir la suma requerida para llevar á cabo una de las más humildes expediciones que se ha emprendido ])ara la prosecución de una empre- sa de tan alta importancia.
La nación española, por lo tanto, podía comi)a- rarse á una gran familia que después de sufrir po- l)rezas por largos años, se halla de repente en pose- sión de fabulosos tesoros y tiene ante sí la perspec- tiva de disponer de un número infinitamente nmyor en el futuro, tornándose loca en su ansiedad de acu- mular riquezas.
Las historias portentosas del descubrimiento de un mundo hasta allí desconocido, relatadas i)or los primeros aventureros españoles que visitaron las Américas, ligadas al relato ])intoresco de Cortés y sus soldados sobre la existencia de maravillosas ri- quezas, hicieron de Esi^aña una nación de aventure- ros en el preciso momento en que toda la energía de ese pueblo debió haberse concentrado en pro de la edificación de la nación misma. Así fué que después de las prolongadas guerras para la expulsión de los moros de España, los españoles siguieron siendo sol dados y aventureros, mostrando un desdén sui)remo hacia el que dedicaba sus esfuerzos al trabajo ó al comercio. Esos aventureros llevaron á Es])aña in-
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contables caudales de oro y ])lata, los que poco la be- neficiaron, pues que inmediatamente eran remitidos á otros países, para ])aí>ar los artículos que los es- l)añ()les desdeñaban manufacturar en su ])atvia. Así España sanoró á las Indias para sustentar la vida nacional interna y descuidó fomentar la grandeza de la península ibérica ó de su vasto dominio al otro lado del Océano, dominio tan extenso como el que po- see actualmente la Oran l>retaña.
La historia de los abusos cometidos en las colo- nias españolas de América y las Filipinas, es la his- toria i^olítica, financiera y sociológica tanto de Es- paña como de sus dependencias, i)ues la vida de una se reflejaba en la vida de la otra, ejerciendo una in- fluencia preponderante recíproca. La oportunidad pa- ra el abuso por parte de España en sus colonias, mol- deó su política interior, la cual á su vez fué la cau- sa directa de su maltrato á sus posesiones. Si ella y sus colonias se hubiesen unido, sus vidas habrían si- do necesariamente distintas. Pero es de nuestra in- cumbencia tratar de trazar la influencia de Es])aña sobre ^léxico y mostrar cómo obraba esa influencia cuando Porfirio Píaz asumió el cargo de Presidente en 1S7(>, cómo j^rosiouió ejerciendo su acción y cómo es todavía un factor im]^ortante que debe ser consi- derado en cada i^aso ó movimiento político, indus- trial y económico del (lobierno actual.
Muchas de las medidas políticas son dictadas por razones financieras y la ejecución de planes finan- cieros afecta intensamente las condiciones sociales de un país. De aquí se sigue que estos grandes ele- mentos que entran en el gobierno de un país, son en • lo general correlativos. Como el comercio y la ha- cienda son las mejores indicaciones externas de la vida de una nación, podremos mejor comprender la relación de España y sus colonias, estudiando la po- lítica comercial de la primera respecto á las segun- das. Este estudio nos conduce á la inevitable con- clusión de que muchos de los males de que México ha adolecido durante el pasado siglo y que persistí-
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rán aiiii cuando menos i)or otra j^eneración, tienen su origen en la política comercial de Esi)aña en las Américas. Como se ha manifestado ya, esta política ejerció su inñuencia sobre las condiciones sociológi- cas é industi'iales de la Xneva E.spaña y de otras co- lonias hispanoamericanas. Y tan viva fué esta in- iluencia y por tan considerable tiempo sostenida, que se tornó en una segunda naturaleza. Hasta aquellos á ella sujetos se acostumbraron á desconocer cual- ({uiera otra influencia que no estuviese dentro de la esfera de autoridad (pie la primera ejercía. Esta in- íluencia subsiste ann.
Casi inmediatamente después de la conquista, Es- paña princii)ió á aplicar la i)olítica que habría de ser su norma en sus relaciones con México durante la mayor i)arte de los ^)00 años de su régimen. XueA'a Es])aña era el Eldorado del cnal extraer metales pre- ciosos para llenar las exhaustas arcas. El gobierno, ó más bien dicho, el monarca, exigía su participación del oro y la ])lata ])roducidos en los dominios es])año- les en el NueAO Chindo. En adición á esto, todos los minerales, cualesquiera que fuese su clase. esta])an sujetos (i impuestos diversos y el mercurio y mate- riales usados en el ])roceso de extracción minera fue ron declarados mono]K)lios reales. De este modo la corte aseguraba, sólo de este origen, un ingreso muy rico. Pero España no estaba satisfecha con al^atir con tan enormes imjuiestos uim industria sin duda la más importante de 3Iéxico. Pronto todo lo que lle- gaba á las colonias procedente del antiguo continen- te, fué gravado de idéntica manera y cuanto produ- cían los habitantes era sujeto á un derecho de produc- ción y á un impuesto de exportación si salía del y)aís. En suma, las colonias fueron abrumadas hasta el ex- ceso con tributos cuyo solo tin era mantener á una altiva é indolente nobleza y á una corte extravagan- te en España.
España se vio con frecuencia mezclada en guerras extranjeras y muy á menudo tuvo también que aten- der á sofocar las insurrecciones iniciadas en algunos
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de sus dominios. Como se hallaba á las márgenes de la bancarrota, los gastos, enormes á veces, ocasiona- dos por tales conflictos hubieron de ser sufragados por las colonias.
A tal extremo llegó el latrocinio y despojo de Es- ])aña en México y fué tanta su regularidad, que al fin tan vergonzosas demandas se hicieron un hábito para los mexicanos, cuyas clases superiores poco ó nada sufrieron con ellas, toda vez que espoliaban á las clases media y pobre y menoscababan en su traba- jo lo suficiente para llenar sus extravagantes necesi- dades y para cubrir los tributos destinados á la cor- te reai. El resultado de todo esto fué que las clases proletarias se convirtieron en pacientes é irredimi- bles esclavos, ignorantes hasta lo último y brutaliza- dos hasta un grado nunca visto en un país civilizado.
Los comerciantes y aventureros españoles com- pletaron lo que la corte real no había hecho : escla- vizaron á los indios, guardando poco ó ningún respe- to á los nativos de nobles familias y vendían sin es- crúpulo toda especie de brebajes intoxicantes á to- das las clases sociales, de suerte que bastó sólo una generación después de la conquista para embrutecer y viciar á una raza que se había distinguido por su sobriedad, su bra^^ira y otras grandes cualidades, en- tre las que predominaba una suprema castidad y amor al hogar y á la familia.
El indio perdió todo respeto hacia sus antiguos dioses y sintió poca ó ninguna reverencia hacia los de su conquistador.
Los nobles caudillos que lo habían gobernado con suave, pero firme mano, habían ya desaparecido. Se veía á sí mismo, á sus hijos y aún á muchos vastagos de la antigua nobleza, condenados á ser irremisible- mente esclavos de los blancos. El noble y varonil espí- ritu de sus antepasados estaba totalmente extinto en él. Así fué que cayó en el abismo del abatimiento de cuyo fondo no se alza todaAÍa del todo.
A la luz de toda esta historia debemos leer el pro- blema que confrontó á México hace un tercio de siglo.
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cuando el General Díaz se hizo cargo del gobierno, y que subsiste toda^ia.
Cuando los indios a ieron la santidad de su hogar mancillada por los españoles en los x^rimeros días de la conquista, se sintieron, sin duda, poseídos de una impotente rabia ; pero la mucha familiaridad cría el menosprecio ó la indiferencia hacia todas las cosas. Por esto, i)oco tiempo después el natiA'O no só- lo perdió el respeto á sus antiguas divinidades, sino que la castidad desapareció de su hogar y de su Aida Y con ella todo sentimiento de moralidad y sobrie- dad. Se hundió rá]>idamente en una situación de ab- yecta de]>endencia de los conquistadores ó de aque- llos que los representaban. Pronto aíó como perfecta- mente natural que su amo y señor le arrebatase su esposa ó su hija, si así le placía, tan sólo i^orque era el amo y todopoderoso.
España perdió una excelente oportunidad en la América. Si hubiese tratado de conserA^ar la civili- zación nativa con sus muchas industrias y virtudes: si hubiese protegido la Airilidad de la raza aborigen: si se hubiese consagrado afanosamente á impulsar bajo líneas modernas la ya aA^anzada civilización az- teca y la de sus aliados, hubiera ])odido salvar ])ara el mundo, tan sólo en México, una magnífica raza de un pueblo que, segim todas las probabilidades, llega- ba á un número tres Aceces más grande que la pobla- ción actual de México. Pero España parecía profesar la idea de que la sola A'erdadera riqueza estribaba en los metales preciosos; nunca pudo apreciar, du- rante los trescientos años de su ^Tigo en México, que en los vastos recursos agrícolas del país se encerra- ban infinitamente mayores riquezas que en las más ricas y famosas minas de la NueA^a España. Si hubie- se cultivado los recursos de la tierra de oro de los az- tecas, si hubiese protegido á la población en A^ez de ani(piilarla, si hubiese i)rocurado in-eserA^ar la mora- lidad y A'igor de las razas aborígenes en A'ez de abatir- las, como nunca raza alguna civilizada se vio abati- da y Aiciada bajo otro pue])lo cÍAÍlizado, habría re-
é^É~.3:
DIFICULTADES DE RAZA. 79
caudado un beneficio céntuplo de lo que en realidad obtuvo. México llamaría á España bendita, y aque- llos que ahora rigen su destino no tendrían ante sí la tarea de leA^antar del seno del profundo desaliento al pueblo que todavía lleva sobre sí la marca de bes- tia que le fué a])licada hace cuatrocientos años. Si México en algunos lugares presenta signos de barba- rie todavía, es porque la España civilizada lo hizo bárbaro y no porque la inteligente y laboriosa admi- nistración presente haya dejado de trabajar honra- damente en la labor que prosigue desde hace más de treinta años para mejorar las condiciones políticas, industriales, económicas y sociales de la República.
Si España hubiese prestado atención seria al des- arrollo de la agricultura del país y hubiese alentado la industria fabril; si hubiese fomentado el tráfico mercantil entre los diversos Estados de la Repúbli- ca y entre México y las otras posesiones españolas en América, en vez de tratar con toda energía de so- focar aquellas industrias que pudieran estar en con- fiicto con las establecidas en su territorio, la Améri- ca Latina sería hoy algo muy distinto, pues por hu- milladas y viciadas que hayan estado las razas na- tivas donde quier que España ha puesto su planta domindora, aún poseen inteligencia natural, habili- dad para las nrtes mecánicas, gran facilidad de imi- tación, bondad, cortesía y paciencia. Son en general aptos y aprovechados estudiantes cuando reciben una educación adecuada. Un gran número de litera- tos y hombres distinguidos, cuyos nombres descue- llan en la historia de México desde el establecimien- to de la República, han llevado en sus venas sangre nativa y otros muchos han sido indios de pura raza. Esto no es de extrañar, pues los mexicanos y texco- canos, comunidades hermanas, produjeron oradores, poetas, estadistas .y artistas de brillante nota, antes de que el hombre blanco hollase el suelo de México.
Los gérmenes adormecidos de la pasada civiliza- ción y notable cultura nativa existen todavía en las diversas clases de la i^oblación de México, ya sea en
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los descendientes netamente españoles, ya en el in- dio puro^ 3^a en el criollo, producto de ambas razas y heredero de la cultura y civilización tanto europea como americana.
La raza negra ha dispuesto durante las dos últi- mas generaciones, de un número de ventajas educa- tivas infinitamente mayores que las que el indio ha tenido á su alcance en México en el transcurso de si- glos enteros. Sin embargo, la primera no ha i^roduci- do hombre alguno de talento que sobresalga de algu- na manera. Todo lo que el negro ha hecho ha sido imi- tar al hombre blanco. Pero el indio conserva en gran escala su vida propia. Es cierto que su inclinación instintiva le conduce á imitar en cierto grado los ca- racteres gejierales de la moderna manufactura con los cuales ha estado más ó menos familiarizado ; pe- ro esto no es sino incidental. Poco después de la con- quista aprendió de los conquistadores las artes in- dustriales más comunes y su contacto con ellas me- joró aquellas artes que ya le eran peculiares. Esto mismo ocurrió en toda la Nueva España, originando una curiosa mezcla en las artes industriales y mecá- nicas de España y América, cuya influencia i)uede aún percibirse distintamente á través de la América Latina. Esto nos revela que esas artes alcanzaban un grado de desarrollo bien notable, supuesto que su influencia en el arte de la culta España perduró por cuatrocientos años.
Los judíos que invadieron España y ejercieron una especie de supremacía comercial por un largo período contrajeron alianzas matrimoniales con los habitantes, les inculcaron muchos de los usos y cos- tumbres de las razas semíticas y dejaron su huella profundamente impresa en el pueblo español, la cual puede descubrirse en cualquier punto donde el espa- ñol se haya dedicado al comercio : en la forma de lle- var á cabo sus transacciones muestra el español la práctica judía. Más aún, los rasgos fisonómicos de la raza judaica pueden i^ercibirse fácilmente en Espa- ña, especialmente en las facciones femeninas. Más
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de una aldeaua española al estar entregada á sus fae- nas campestres, pudiera servir de modelo para una pintura de Euth, á quien nada cedería en belleza pu- ramente semítica.
Los moros también dejaron impresas sus costumbres y Mbitos en los esijañoles, con quie- nes se entrelazaron como los judíos. Por esto ve- mos que entre los antecesores de la antigua España, figuraron dos pueblos esencialmente comerciantes que mucho aprendieron de las prácticas comerciales ro- manas, griegas j cartaginesas, todas naciones acti- vas en el comercio, especialmente la última. El espa- ñol de lioy, donde quiera que va, es mercader por he- rencia y i^or instinto y así lo era igualmente en los días de la conquista. Las razas aborígenes de México poseían también un alto espíritu mercantil; pero en tanto que el español de la clase elevada miraba con desdén cualquier trabajo, especialmente de natura- leza comercial é industrial, el mexicano nativo tenía al comerciante en la más alta estima y lo consideraba en una categoría cercana á la nobleza En suma, los no- bles mismos no desdeñaron tornarse en traficantes y ejercer el comercio en gran escala, llevando consigo, muy á menudo, una fuerza armada comparable á un pequeño ejército, para proteger su convoy y operacio- nes de comercio.
Si España se hubiese posesionado con criterio recto de la situación en México, si hubiese reconocido las tendencias de sus subditos españoles nacidos en México al igual que las de los millones de seres con- quistados allende los mares; si hubiese apreciado que había cien veces más utilidad, aún para el ingre- so del tesoro real, en promover las artes mecánicas é industrias en sus colonias de América, que en crear abrumadores impuestos, restricciones y prohibicio- nes, bajo el pretexto de proteger sus propias indus- trias, habría sin duda logrado alcanzar un desarro- llo industrial tan grande, que abarcaría desde Loui- siana y California hasta el Cabo de Hornos, cuyo desarrollo rivalizaría con el de los Estados Unidos.
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Las cuestiones y cooflictos actuales en la América (Central y del Sur, jamás habrían surgido, y la pros- peridad y el contento reinarían donde aliora impera la pobreza, la ignorancia, escualidez y degradación, que no son sino el resultado directo de las prácticas viciosas de España en el Nuevo Mundo.
De cualquier manera que sea, en México, tocó á Porfirio Díaz reconocer que la salvación del país es- triba en la educación del indígena y del criollo, en el fomento de la agricultura y las artes mecánicas é industriales, en la aplicación de la ley con toda igual- dad tanto al pobre como al poderoso. Cuatrocientos años de opresión, vileza .y sistemática degradación, es un peso terrible que contrarrestar, y el gobierno de México plenamente reconoce cuan estupenda es la obra que se lia impuesto para la elevación de las clases populares, lo que en sí no constituye un sólo problema sino cientos, todos ligados para formar una inmensa carga que el gobierno debe levantar. Probablemente ninguna administración en el mundo cuenta con un gabinete de ministros de tanta apti- tud como los que coadyuvan en la actualidad á la la- bor de Díaz. La razón de esta excelencia se explica fácilmente. Debido á su gran permanencia en el po- der, el General Díaz ha adquirido en México tan con- sideral)le influencia, que si quisiese usarla en cierto sentido sería poco menos que autócrata. Pero afor- tunadamente para México, siempre ha visto el inte- rés del país antes que todo. Más de una vez durante su larga administración ha tenido que contender con jefes de gabinete y del ejército que trataban de va- lerse de su posición para fines personales, con detri- mento más tarde de los intereses del país. Tan pron- to como esos funcionarios descubrieron sus miras, uno por uno fueron eliminados de la situación con toda la quietud posible y cada destitución fortaleció la mano del jefe del Ejecutivo de la nación, y al mis- mo tiempo marcó en la mente del Presidente la ruta que debía de seguir para asegurar el progreso y bien estar de la República. De este modo, durante los úl-
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timos años el General Díaz ha podido seleccionar sns ministros, sin ])resión externa, obteniendo como re- sultado que ha llevado a aquellos que en su concepto poseen las mejores dotes para el cargo.
Sobre este respecto, prácticamente en ningún otro país del mundo el jefe ejecutivo de la nación ha esta- do colocado más favorablemente, ]íorque es raro que un solo hombre posea al mismo tiempo el inmenso poder del General Díaz y su vasta ex])eriencia ejecu- tiva, todo aunado á un intenso deseo de adaptar su trabajo al bien exclusivo de su patria.
Hemos sondeado la opinión de los Gobernadores de los Estados, jefes del ejército, ministros de gabi- nete y em|)leados ])rominentes, acerca de las condi- ciones y cuestiones industriales y sociológicas que afectan al país, y hemos obtenido como respuesta la casi unánime expresión de que el gobierno de Díaz ha sido y es prácticamente el imico que durante la historia de la Repú])lica, ha producido un beneficio directo para las clases media y popular, esto es, en suma, el único que se ha posesionado del estado socio- lógico é industrial latente. Aquellos que han estu- diado detenidamente estas cuestiones, conocen las grandes dificultades que hay en México aún para lo- grar un progreso moderado hacia la mejoría de esas (ündiciones.
Uno de los secretarios de gabinete del General Díaz, persona de gran ilustración y ])erito en cuestio- nes de historia .y sociología, no hace nmcho, ex])uso al subscrito, que había veces en que se sentía desalenta- do al percibir el escaso avance que ])arece efectuarse en el sentido de elevación de las clases populares en el interior de la República, y que sabía que otras perso- nas, colaboradoras como él ])ara lograr ese fin, ií?:ual- mente en ciei'tas ocasiones participaban de igual des- aliento.
Todos reconocen que la maldición de los ti'escieii- tos años de la dominación española aún obra sobr(^ las razas, tanto nativas como foráneas, de México, como un peso enorme que sólo la paciencia, la unidad
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de esfuerzo entre aquellos en el poder á través de todo el territorio y muchos años de incesante labor, lograrán sacudir. Y el más desconsolador aspecto de cuestión de tan alta importancia es, que aquellos que se dedican á juzgar las acciones y trabajos de la administración, aún críticos mexicanos, persisten en contrastar á México con los Estados Unidos y Euro- pa, sin tomar en consideración ninguna de las dificul- tades terribles de la lucha que sin tregua se prosigue para realizar un ideal del más alto progreso, el que, aún en medio de tantas dificultades, ha venido efec- tuándose paulatinamente.
El General Díaz es un homl)re de estupenda fuer- za de voluntad y tesón para la prosecución y logro de cuanto estima recto. Se muestra sensible á la críti- ca que mal interpreta sus actos, bien por ignorancia ó bajo otros móviles, y sobre todo á los cargos de egoísmo respecto á su administración de los negocios de la federación.
El General Díaz cree, con justicia, que en el indio existen inherentes virtudes, las que la educación y ocasiones |)ropicias harán surgir. Ha sido siempre amante del estudio de la historia y sociología y am- bas le han enseñado que se encierran en el carácter del indio posibilidades que son la más brillante espe ranza ])nra su futura regeneración. l*ero reconoce también que su avance tendrá que ser lento, difícil y penoso. Por esto es que durante su administración se ha manifestado ansioso de hacer cuanto le es da- ble para el levantamiento de las clases populares. Si se toman en debida consideración las muchas y casi iij vencibles dificultades con que el Gobierno ha tenido que luchar para proseguir esa i)olítica, el A^e- redicto debe sei' : que mucho se ha logrado en el senti- do de mejoría de esas clases. El indio y criollo de los pueblos interiores y partidos rurales son tenaces y a])egados á sus costumbres, y sólo á costa de infinita paciencia y bajo la influencia del tiempo que todo lo transforma, podrá hacérsele cambiar. Esto ha sido reconocido por el gobierno de México; pero es exac-
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tamente, también lo que los censuradores de México han omitido tomar en consideración. En otros térmi- nos, al valorizar el progreso de México durante el ré- gimen de Díaz, no lian buscado los verdaderos conce])- tos de ai)reciación para basar sus juicios. Han juz- gado á México, no desde el punto de partida de su etapa en la senda de la civilización, sino desde el de otras naciones, que ni ahora ni antes han tenido que confrontar prol^lemas tan desconfortantes como él. Sociológicamente han hallado á México atrasado com- parándolo con los países que les han sido siempre fa- miliares, y sin razón, lo han calificado desde luego de bárbaro. Han lanzado el reflector de la publicidad sobre los puntos obscuros de su sociología y han he- cho a])arecerlos cien veces más sombríos de lo que en realidad son ])or medio de hábiles contrastes de luz y sombras. Han ])asado por alto del todo los vivos esfuerzos que el gobierno ha estado haciendo para im- ]nilsar el avance de las clases inferiores y para mejo- rar las condiciones sociales en toda la República. No han fijado los verdaderos principios bajo los cuales razonar, sino que se han señalado á sí mismos como el ti])o ideal de la perfección cívica y han procurado mostrar cuánta distancia separa aún á ^México de esa eficiencia de civismo ideal. De esto se infiere que tales críticos y censuradores son explotadores del sensacionalismo y del escándalo, que sólo buscan el desci'ibir á México como bárbaro, el adquirir mía tem])oral notoriedad, la que de otro modo nunca po- drían alcanzar. Si este concepto natural no fuese exacto, entonces esos mismos críticos ó son culpables de punible descuido en la recopilación de sus datos y ligereza en la investigación de las condiciones de ]México, ó bien demuestran una manifiesta incompe- tencia para la labor que han emprendido ó que les fué encomendada.
Se ha llamado ya la atención hacia la fatal influen- cia de los españoles sobre las razas de América, in- fluencia de degradación, humillatoria y que destruyó las aquilatadas cualidades de los rudos mexicanoSj za-
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potecas y mayas en México, castas denodadas, j:;'ue- rreras y amantes de la libertad, y en general perni- ciosa para todas aqnellas naciones y tribns donde los españoles denominaron este lado del Atlántico, Esa degradación anmentó gradualmente asumiendo muy grandes proporciones. La nobleza azteca desapareci(3 paulatinamente y perdió pronto su influencia sobre las masas aborígenes. Por lo tanto, si el estudiante de la Mstoria de México quiere estimar debidamente los caracteres de los aztecas y familias de eleyada cuna, delíe retroceder hasta el período de la conquis- ta en que los españoles eran aún escasos en el país y corta su ])redominancia, siendo esto lo que bizo que al principio trataran con consideraciones á las íauíi- lias de la noble estirpe mexicana, á quienes más tar- de habían de rechazar con el desdén que muy á me- nudo crean el poder y la inmunidad.
Por dos generaciones posteriores á la conquista los indios se distinguieron en la arquitectura, pintu- ra y literatura. En todas estas artes denotaron nota- ble adelanto y una manifestación intelectual que cau- só el asombro de los conquistadores y mereció el elo- gio de los sacerílotes españoles que en la nueya tierra practicaban su misión con desinterés, abnegación y entusiasmo. La esclayitud, la humillación y el opi'o- bio habían hecho caer al indio de su ]>edestal; pero su obstinada persistencia se mantuyo á t rayes de los siglos transcurridos. Y si el español ha impreso su influencia sobre la raza india, ésta ha ejercido, á su yez, otra influencia no menor en el residente español en Xueya España. La arquitectura de México mues- tra por donde quiera los rasgos de la construcción in- dia, mezclados fantásticamente con los estilos, algo grotescos i])ero y morisco.
En la agricultura, el es])añol en México ha sido profundamente influenciado i^or los antiguos méto- dos aztecas, los que aún subsisten en una gran mayo- ría de los distritos rurales.
Los primitivos pintores indios crearon una escue la que mucho prometía; pero la brutalidad del trato
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español sofocó ese espíritu de aspiración en nna raza en sí instintivamente artística, aún cuando ese arte no liubiese avanzado más allá del grado en que lo gro- tesco toma á menudo procedencia sobre las formas del A'erdadero arte. Pero aún en la pintura, desde los primeros días de la dominación esi^añola hasta el presente, puede percibirse en México la influencia del indio, la cual es la única que presenta muchos y notables rasgos de indÍAddualidad y originalidad.
Los trabajos de esos primeros artistas, casi to- dos sin tener más enseñanza práctica en el dibujo y uso de los colores que la rudimentaria que eran capaces de impartirles los sacerdotes, es una elocuen- te prueba de lo que ese pueblo hubiese sido capaz de hacer si el español hul)iese sabido im])ulsar las ra- zas que tan dramáticamente cayeron á sus plantas, en vez de destrozar j hundir en el lodo cuanto de bue- no y lleno de promesa en el futuro tenían.
Los esfuerzos de los indios en los ])rimeros años subsecuentes á la conquista, son igualmente dignos de mención. La sola litei'atura de interés durante ese período en Xueva Es])aña, omitiendo unas cuantas notables excepciones, fué producto de los indios mis- mos, vastagos de nobles familias.
La asiduidad laboriosa que moslraron en el aco- pio de datos históricos y el estilo ])intoresco usado en el desarrollo de sus obras, los hace acreedores á los títulos de distinción literai'ia á que aspiraban los mexicanos antes de la conquista, distinguiéndo- se especialmente la ciudad de Texcoco.
Y lo más lamentable es que una raza que tanto prometía haya venido á quedar sujeta á una nación tan mal acondicionada para fomentar el bien del país conquistado.
La esperanza que este pasado inspira, la invoca- ción de la grandeza del pueblo mexicano nativo an- tes de la conquista y en los días inmediatos á ella ; la eAádente persistencia de sus características tradi- cionales, aunque abatidas y viciadas á través de cua- tro siglos de abuso ; los signos visibles de la influen-
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cia del indio sobre la población netamente española de México, preservados hasta el presente, son seña- les que hacen conñar al que hoy procura el bienestar de ^México, que el futuro reserva grandes cosas para el indio, cuando la educación y más favorables opor- tunidades para ella, se hayan extendido hasta las más remotas regiones de la República.
Hay que tener presente la obra de indios de raza pura, como el gran Juárez, en la esfera j)olítica y le- gislativa, Ignacio Ramírez en literatura, y la de mu- chos criollos notables, entre los cuales el de mayor mérito es Díaz, para alentar esperanzas y proseguir la magna tarea de educar y levantar á las masas, devolviendo al indio su patrimonio, del que tan in- justamente fué despojado hace cuatrocientos años.
CAPITULO XLIII
Condiciones sociales.
En 1821 México no se conocía á sí mismo como na- ción; no tenía, esto es, no se había formado adecua- da concepción de los deberes, derechos y obligaciones que trae aparejados consigo el hecho de la naciona- lidad. Había estado su pueblo sujeto por tan largo tiempo, que no x^odía comprender cuan inestimable presente se le había conferido, con el simple hecho de independizarlo de la dominación española; hecho que le permitía seguir su camino sin trabas de nin- guna especie, pero sin más ayuda y protección que la de los esfuerzos individuales de sus miembros y de su esfuerzo colectivo como nación. En algunos res- l^ectos los ciudadanos eran patriotas hasta el último grado. Sin embargo, el más i^atriota de ellos nunca l^arecía comprender, que el país requería, por dere- cho inherente á la libertad nacional, algo más que los servicios de la espada, la estrategia del jefe mili- tar y los sacriñcios del soldado. Esa abnegación que hizo á innumerables ciudadanos perder la vida en aras de la libertad de su ])atria, durante los once años de heroica y apasionada lucha que precedieron á la realización de la independencia nacional en 1821, se veía desaparecer como por encanto, cuando estos mismos hombres se lanzaban al terreno de la polí- tica. Y no por eso debe suponerse que el patriotismo hubiera disminuido en ninguno de ellos. El mal es- taba en que no habían sido educados en la escuela de la tolerancia; no habían sido acostumbrados á l)esar las ideas ajenas, y á buscar en ellas lo bueno que pudieran tener y no tan sólo lo malo ; y sobre to- do, lio comi:)rendían que la felicidad del país que tan- to amaban, requería, más que nada, el sacrificio de los deseos y ambiciones individuales en beneficio de la comunidad. Xo i:)odía esperarse que comprendie-
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90 DÍAZ Y MÉXICO.
ran el grado de .su responsabilidad ; durante once años se hablan ocupado en batallar jior acabar con la au- toridad de España en su país; la vida de soldado había venido á ser la vida elegida por todo hombre ambicioso que deseara elevar su nivel social ; y la misma incertidumbre que había en todos los demás medios de subsistencia, hacía parecer la carrera de las armas mejor y más productiva de lo que realmente era y menor el riesgo de perder en ella la vida. Pa- triotas, que ardían en apasionado deseo de coml)a- tir, y morir, si era necesario, por la felicidad de su país, peleaban lado á lado con hombres cuyo único interés en la lucha se cifraba en móviles del más refinado egoísmo : su propia utilidad. Mientras que el peligro y la aspiración comunes por la independen- cia nacional, mantuvieron unidos estos elementos tan incongruos, rara vez se manifestaron el egoísmo y la pequenez en la ruda vida de las partidas y ejér- citos de patriotas, que se mantenían en continuo mo- aí miento, ya por pura necesidad ó por razones de estrategia. C^on frecuencia la tensión de una vida es- forzada convierte en héroes á hombres Aiilgares. Y así sucedió en el i)eríodo revolucionario de la histo- ria de México : los ciudadanos hicieron prodigios de valor en defensa de los derechos de su país; y des- pués, cuando se había conquistado la independencia, á costa de innumerables y sangrientas batallas y le- giones de cadáveres regados por toda la extensión del territorio, desde las fronteras del norte hasta las de (ruatemala ; cuando el país era libre para foi'- jarse su destino entre las naciones de la tierra ; estos mismos hombres disputaban y reñían por los puestos públicos y estaban siempre listos para acudir al lla- mado de cualquier jefe revolucionario, que se levan- taba en armas contra el gobierno de su patria inde- ])endiente.
Estos hombres han sido duramente censurados por los historiadores rectos é imparciales, á causa de su flagrante exhibición de falta de patriotismo; en tiempo en que el país necesitaba del auxilio de todos
CONDICIONES SOCIALES Ul
SUS hijos Y cuando las miradas del mundo civilizado estaban ñjas en las colonias de España en América, recientemente independizadas v (pie habían tomado sobre sí el peso y la responsabilidad de su propio go- bierno. Se ha argüido, y aparentemente con razón, (pie estos hombres, á pesar de los sacrificios (pie ha- bían hecho por la independencia de su país, eran, en el fondo del corazón, egoístas y corrompidos.
Los niños son egoístas x generosos al mismo tiem- po. El egoísmo es instinto natural de la humanidad. Es este instinto el que ha hecho el progreso de la ra- za posible, no obstante lo (pie han dicho en contrario los santos en sus predicaciones. El desinterés contri- buiría inmensamente á la felicidad del mundo ; pero no es sino la infatigable ambición del hombre supre- mamente ambicioso la que lleva á cabo obras verda- deramente grandes.
Pero los héroes de las guerras de la independen- cia mexicana, no estaban, considerados en globo, afectados con el supremo egoísmo del homl)re que tra- baja solamente por su propia ])rosperidad y gloria. Más bien, su egoísmo era el egoísmo del niño, en cu- yo pecho basta una ])alabra para encender la llama de líi generosidad. Eran egoístas simplemente porque eran verdaderos niños en asuntos ])olíticos y en cues- tiones de gobierno ])ropio, ignorantes de las fuertes responsabilidades que habían caído sobre sus hom- bros, é inconscientes de la necesidad urgente que ha- bía de que todos los ciudadanos trabajaran juntos para el bien común.
En esos días, dice un autor, "todos los ciudadanos hablaban jactanciosamente de i)elear por los dere- chos de la patria y se dividían en facciones en que reinaba la más refinada demagogia." ¿Pero es esto realmente cierto? ¿Xo se encontrará más bien la ra- zón de este egoísmo aparente, en el hecho de que es- tos hombres, cuyo ijatriotismo no se podía ])oner en duda cuando el grito por la libertad los llamó al cam- po de batalla, no eran sino niños en el campo de la política? Como es natural, los hombres que pelearon
92 «lAZ T MÉXICO.
valientemente por la libertad de su país, Ainieron á ser los i)rimeros Gobernantes del mismo. rro])al)le- mente eran tan buenos como lo mejor que se i)odía haber escogido, pues todos eran peculiarmente inca- paces para la tarea que tenían delante. A'^ieron ellos que las cosas no iban bien, de acuerdo con sus ideas. Él primer instinto natural era arreglarlas, como ha- bían arreglado la situación triste que Es])aña había mantenido durante tanto tiempo en su país. ]Mas no eran tolerantes, pues la época en que A'ivían no era época de tolerancia ; ni se detuvieron á razonar que el bienestar del ])aís necesitaba la cooperación dili- gente de todos los buenos ciudadanos. ¿Y por qué lo habían de hacer? Xo habían tenido otra educación que la ruda del cam])o de batalla, donde sólo la fuer- za y la astucia tenían valor alguno. Ahí, sin embargo, habían aprendido que era su incuestionable deber evitar los males que aquejaran á su país. Los males que vieron ante ellos los juzgaron más grandes de lo que en realidad eran, y creyeron que era su ])rimer deber tratar de eradicarlos, para que el país pudie- ra marchar con toda firmeza y seguridad á su desti- no. Como antes he dicho, eran soldados, y natural- mente no sabían más que los métodos de reformar del soldado. Y esta es la razón por la cual recurrie- ron á la espada. Si hubiera Morelos vivido y llegado á ser el primer Presidente y organizador político de México inde])endiente, su gran habilidad como orga- nizador, su tolerancia y el amor que le profesaban fia- dos los mexicanos, quizá lo hubieran capacitado para conducir á su país por la senda recta, y así, salvado á la nación de más de media centuria de derramamien- to de sangre. Pero desgraciadamente murió, antes de que la empresa por la cual dio su vida, estuviera terminada ; y Agustín de Tturbide, el héroe del mo- mento, hombre vano y egoísta, y especialmente inca- paz para la difícil tarea de gTiiar á buen fin los ele- mentos guerreros, cuya unión temporal había hecho posible el éxito de la revolución, vino á ser Empera- dor de México.
COJíDIClOlVES SOCIALES 03
El mismo título del nuevo gobernante era des- afortunado; Y la indiscreta ostentación de vanidad de parte del emperador, lo hizo aún peor. Encendió la animosidad de aquellos que habían entrado en el con- venio, simplemente con la esperanza de ver surgir orden del caos político que reinaba. Si hubiera sido Iturbide el hombre que después probó ser Díaz, hu- biera podido poner á la nueva é inexperta nación en una senda segura de estabilidad nacional y continuo progreso futuro. Pero fracasó, á causa de su desor- denada vanidad y de su egoísmo, como fracasó más tarde un hombre mucho más grande que el, Santíi Ana.
En realidad, Santa Ana fué, en algunos respec- tos, uno de los más grandes hombres de la historia mexicana; pero su brutalidad, su falta de sentimien- tos y su egoísmo cínico, le imi^idieron llegar á ser el caudillo que México aguardaba para conducirlo fue- ra de la tierra de esclavitud y de anarquía i)olítica, y llevarlo á la tierra prometida de buen gobierno, paz y prosperidad. Si hubiera sido Santa Ana igual á las circunstancias, y hubiera sido seguido ])or honi bres como Juárez, Lerdo de Tejada y Díaz, México sería hoy otro México, y podría estar ya gozando de los beneficios de instituciones políticas completamen- te libres; para las cuales es aún inepto, después de más de un tercio de siglo de hercúleos esfuerzos de parte del actual Jefe del Ejecutivo de la nación.
Pero el fracaso de Santa Ana hizo casi imi)osible el trabajo de Juárez; y el éxito dudoso de su suce sor. Lerdo de Tejada, acentuó el sentimiento de in- tranquilidad y desconfianza que encontró Díaz en los umbrales del Palacio Legislativo, cuando entró como Jefe del Ejecutivo de la Xación.
Cuando se conij^renden bien las condiciones con las cuales tuvo que contender el General Díaz, no puede uno menos que quedarse admirado del éxito uniforme que ha coronado todos sus esfuerzos en cada uno de los ramos de la administración. Fué prácticamente sin auxilio alguno la lucha que él em-
94: DÍAZ T MÉXICO.
prendió. Cierto es que tenía amigos sinceros y ardien- tes admiradores ; pero estos hombres, si bien la ma- yor parte patriotas de corazón, no comprendían, al igual de Iturbide, Santa Ana y los muchos otros go- bernantes que habían desgobernado al México inde- pendiente hasta esos días, que el bien del país reque- ría la devoción desinteresada de todos los hombres de buena voluntad; y que lo que se necesitaba con más urgencia era paz y unidad de acción. Fué Tínica- mente Díaz quien tuvo la ilusión de ver algún día á su país grande y gozando de los beneficios de la paz, después de haber A^sto á los perturbadores de la ley y el orden descender de los montes, rendir sus armas y volver á los mercados del trabajo j la industria. Su ilusión ]jatriótica incluj^ó un gran pueblo trabajan- do con firmeza y constancia en el campo del progre- so, y educando á sus hijos en los futuros deberes de la vida nacional.
De que esta ilusión ha llegado á convertirse en realidad tanto como es posible que pueda suceder du- rante la vida de un hombre, espero que estarán con- vencidos de ello los lectores de esta biografía, cuando cierren este libro después de terminar la iiltima pá- gina de su lectura. Si no lo estuvieren, mi trabajo habrá sido en vano y mi labor de sincera simpatía mal empleada.
General Porfirio Díaz.
CAPITULO XLIV.
México y sus críticos.
Para juzgar juiciosamente acerca del progreso que una raza ó nación haya hecho, es necesario saber desde qué nivel se ha levantado y qué dificultades ha encontrado en su camino por la senda del progreso.
Muy pocos de los escritores que manifiestan dog- máticamente sus diversas opiniones sobre las condi- ciones políticas sociales é industriales de México, han adquirido suficiente aptitud, por medio de un estudio concienzudo de la historia del país, para emitir jui- cio acerca de dichas condiciones. Y lo peor del caso es, que entre esta clase de escritores mal informados y poco estudiosos, encontramos la mayoría de los ex- tranjeros que se han dedicado á escribir libros sobre México; libros que han aparecido periódicamente du- rante la última década en los países donde se hal)la el idioma inglés. Algunos de ellos han alabado al país y á su administración, y muchos han criticado y ultrajado en los términos más malignos todo lo que es mexicano ; sin embargo, todos ellos, realmente, tan- to amigos como enemigos, no han podido ni sabido apreciar la verdadera situación. Esta circunstancia es debida, indudablemente, á varias causas que no son difíciles de encontrar.
Muchos escritores que han hecho publicaciones sobre asuntos mexicanos últimamente, han sido pe- riodistas ó viajeros. Los primeros, en su precipita- ción por concluir luego su obra, no han permanecido suficiente tiempo en el país para comprender al pue- blo, reunir suficiente información y juzgar de todo debidamente para poder presentar un libro ó artícu- lo de periódico bien pensado y de verdadero mérito.
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96 BIAZ Y MÉXICO.
De aquí se origina la triste é inútil exposición que ha- cen los periodistas extranjeros cuando tratan de asuntos mexicanos. Con tanto descuido ha sido hecho el trabajo de los escritores extranjeros en los libros que han publicado sobre asuntos mexicanos, que casi todos ellos contienen las más chocantes equivocacio- nes en el uso de frases y palabras españolas, que in sisten en citar equivocadamente en sus libros, contra todas las leyes del buen gusto. Para esta negligencia no hay absolutamente excusa alguna; pues un es- critor que quiere hacer uso de palabras y expresiones de un idioma extranjero, debe, ó entender i^erfecta- meiite el lenguaje del cual toma sus citas, ó del cual saca sus materiales, ó buscar alguno que sepa el idio- ma para que revise lo escrito y le evite lastimar la sensibilidad de los que saben dicho idioma. Y esto lo debe hacer, tanto por sí mismo como por sus lectores ; por sí mismo, para no exhibir tristemente su ignoran- cia y no inspirar desde un principio desconfianza de parte de aquellos que son capaces de juzgar de los méritos de su obra, ó de aquellos que conocen perfec- tamente el campo literario que el escritor ha decidido espigar.
Lo debe hacer también por sus lectores, porque el ofrecerles un trabajo tan descuidado, es ofender las ideas que tengan acerca de su propia inteligencia, y presumir que no serán capaces de comprender cuando las citas en español están erradas ó mal interpreta- das, y ofender su educación literaria y sus deseos de estudio y conocimientos.
Pero estos libros han sido hechos para venderse, porque últimamente ha habido gran demanda de obras que traten sobre México. Habiendo sido hechas sin otro móvil que el de la venta, esto es, del negocio, han sido escritas con la mayor velocidad posible, y emi^leando la menor cantidad posible de energía. To- das han sido delineadas desde el punto de vista del impresionista, y por interesantes que puedan apare- cer, son casi siempre inexactas y con frecuencia gro- seramente injustas.
MÉXICO Y SUS críticos. 97
Durante los últimos ciuciienta años ha sido el ex- cursionista, entre los escritores de nacionalidad ex- tranjera, el que más ha contribuido en la publica- ción de libros sobre asuntos relativos á México, y tie ne también la distinción de ser el peor informado y el menos interesante. Esto es una consecuencia de dos causas. En primer lugar, el excursionista general- mente llega al pais apresuradamente, toma notas desde la ventanilla de los trenes, conversa con gente de su misma nacionalidad que encuentra en los hote- les, y que por lo general está tan mal informada co- mo él mismo ; y con los datos así adquiridos, regresa á su país y escribe un libro sobre México. Con fre- cuencia no sabe una sola palabra de castellano, nun- ca se ha relacionado con gente mexicana, y de ésta, no se ha rozado sino con individuos de la clase baja. En otras palabras, no tiene absolutamente ningún fundamento sobre el cual poder formar un juicio exacto del país. Ignora por completo su pasado, sus luchas durante cien años por obtener libertad, edu- cación y cultura. Y sin embargo, á pesar de su igno- rancia, se lanza audazmente á terrenos donde los mis- mos sabios entran con sumo cuidado, y publica su "Memorándum,' el cual tiene, desde cierto punto de vista, mucho que admirar: malísimo estilo y peor sentido. En cada uno de sus capítulos revela el autor la incompetencia del observador novel, y en cada pá- gina encuentra el lector manifiestos errores históri- cos, sociológicos, etnológicos y de lenguaje. Y aquí hemos mencionado indirectamente la segunda causa para que la obra resulte de calidad muy ínfima. La mayor parte de los excursionistas no están dotados de suficiente educación ó práctica literaria y perio- dística para emprender con éxito obras de esta ín- dole ; lo cual hace que cada línea que escriban no ha- ga sino poner de relieve que no son otra cosa sino afi- cionados. Es raro que se eleve esta clase de autor arriba del nivel de la vulgaridad ; con frecuencia de- nuncia hechos que no se ha tomado la molestia de es-
98 DÍAZ T MÉXICO.
tudiar y comprender, y manifiesta los prejuicios de su raza ó nación y del reducido círculo social en el cual se mueve ; y todo esto como si se tratara de jui- cios bien meditados ; y lo peor del caso es que con fre- cuencia se les da á sus asertos el mismo crédito, que el autor, usando de la mayor ligereza, les lia dado, fundándose en conocimientos tan superficiales como raquíticos.
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CAPITULO XLV.
El Gobierno de México.
Todo gobierno es bueuo siempre que satisfaga las necesidades del pueblo. Un gobierno representativo es bueno, no porque sea representantivo, sino porque siéndolo, se supone que se conforma más que ningún otro á las necesidades actuales de la nación ; porque favorece por igual el desarrollo de las energías de todas las clases sociales, ó si no enteramente por igual, se aproxima á la equidad más que cualquiei^ otra forma de administración. Todo gobierno digno de llamarse así, se esfuerza por promover, desarro- llar y hacer uso de todos los medios legítimos de la nación. Esta es la idea moderna de lo que debe ser un gobierno tal como la exponen los economistas, maestros, estadistas y reformadores sociales. El pue- blo, mismo, necesariamente, es el factor más impor- tante que posee la nación, y por consiguiente, el pri- mer deber de todo gobierno es mejorar la condiciórt de sus ciudadanos.
Juzgando por este cartabón, los gobiernos de la liepública mexicana desde el establecimiento del pri- mer moderno imperio bajo Iturbide, basta el adA^ni- miento del General Díaz como Presidente en 187G, se encuentran extremadamente deficientes. Para aquel que lea cuidadosamente y estudie la historia de Mé- xico durante este período de más de media centuria, le parecerá como si el caos hubiera reinado supremo por donde quiera. Ambiciones bastardas, egoísmos y nulidades se pavonean desvergonzadamente, en me- dio del i)atrotismo heroico y de las más elevadas asi)i- raciones de hombres probos y abnegados, que lucha- ban valientemente por el bien de su país, con un des- interés digno de mejores tiempos. Muchos de estos hombres eran sinceros, pero políticamente eran mio- pes. Se esforzaban por asegurar, á ejemplo de los pa-
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100 DÍAZ Y MÉXICO.
triotas medio dementes de la revolución francesa y de los socialistas avanzados de los tiempos modernos, reformas que no eran posibles bajo las condiciones sociológicas entonces existentes en México. Lanzaban el grito de libertad política para el pueblo, cuando se encontraban atados de pies y manos por los lazos in- rrompibles de la superstición, de las castas, de la ig- norancia y de la bestialidad; herencia legítima del gobierno semibárbaro de los aztecas y de la domina- ción abrumadora de los españoles. Es una regla ge- neral, que casi no tiene excepciones, que un hombre no puede, con esperanzas de éxito, dedicarse á nin- guna ocupación en la vida á menos que haya sido an- tes debidamente preparado para llenar los deberes y oficios que dicha ocupación traiga aparejados. Si esto es cierto refiriéndose á un individuo, lo será con mayor razón, si es posible, tratándose de un pue- blo ó nación, que necesariamente debe, á causa de las partes que lo constituyen, manifestar un prome- dio de habilidad humana en la exhibición resultante de sus energías. Por esta razón, mientras que tra- tándose de individuos, es posible que se puedan pre- sentar brillantes excepciones á la regla, tratándose de naciones no puede haber ninguna ; ])ues la nación representa, como hemos dicho, el promedio del des- arrollo de los individuos que la constituyen.
Por consiguiente, si se quieren comprender las condiciones actuales de México, si se quiere apreciar correctamente la lección que nos enseña la adminis- tración de Díaz ; si se quiere contemplar con mirada serena el vasto océano de dificultades que constante y continuamente se ha opuesto durante el viltimo ter- cio de centuria, á los hombres que han creado el Mé- xico moderno, en fin, si se quiere ser justo, no se de- be comparar este país con los Estados Unidos. Ingla- terra, Francia, Alemania ó cualquier otra nación que tenga tras sí siglos de independencia y de ini ciativa nacional, fuerzas que contribuyen á formar el carácter de los pueblos, débese compararla con las otras naciones latino-americanas, y aún más bien,
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EL GOBIERNO DE MÉXICO. 101
coii otras épocas de sí misma. Si queremos mostrar lo que ha hecho un individuo, comenzamos desde sus primeros años, mostramos las ventajas que lo fa- vorecieron ó las dificultades con que tuvo que luchar, los obstáculos que logró vencer, y el éxito que haya alcanzado á pesar de la adversidad. Calificamos su mayor ó menor éxito en proporción á lo que ha he- cho y considerando lo que otros, tan bien ó mejor do- tados que él, hayan sido ó no capaces de hacer. Esta es la regla umversalmente roconocida por el biógra- fo. Debe ser también la regla directriz de todo es- critor que emprenda el estudio de la vida de una na- ción durante cualquiera de sus épocas ó períodos de existencia. Pero esta regia con más frecuencia se viola que se observa; pues el autor impresionista escribe nuestras l)iografías nacionales con ligereza, como con frecuencia escribe sus críticas dramáticas y sus revistas de libros, las cuales, por malas que sean, muestran infinitamente más habilidad que Jas producciones que pasan por crítica cuidadosa y ex- posición meditada de las causas y efectos de los acon- tecimientos y condiciones en general de los países latino-americanos. El autor impresionista, como Cé- sar, viene, vé y A^ence ; todo en vista de las aparien- cias, ignorando totalmente el inmenso y oculto cam- po donde han tenido lugar las más tremendas luchas de la nación. Comienza su historia con los sucesos del día, é ignorante del pasado, es incapaz de com- prender el presente ó de encontrar soluciones acer- tadas para el futuro. El autor impresionista no es competente para emprender la seria tarea de escribir historia ó economía social y política; pues sus mis- mas tendencias lo inhabilitan ])ara ello. Sin embar- go, estos son los hombres que encuentran favorable acogida en revistas respetables y periódicos de gran circulación en los Estados Unidos. En su ceguera, han pasado por IMéxico sin ver ni estudiar nada, y después nos han relatado lo que cualquiera pudiera haber visto hace menos de un siglo en los países ci- vilizados de Europa. Han tomado orgullo y deleite
102 DÍAZ T MÉXICO.
en mostrar á la mirada horrorizada de los "países civilizados" las condiciones anormales que aquí exis- ten, condiciones que son las que prueban más con- clusivamente la obstinada lucha que el gobierno de México lia mantenido durante el último tercio de siglo contra la anarquía, el egoísmo, la ignorancia \ el caciquismo, que ban sido el azote del país desde que surgió en los umbrales de la historia.
La historia de México antes de que se iniciara la guerra de independencia en 1810, puede ser resumida en la historia de sus jefes más poderosos y en sus luchas entre ellos mismos por conquistarse los hono- res, los títulos y las riquezas que el mundo ofrece. Nunca, ni en el tiempo de los toltecas, ni en el de los aztecas, ni en el de los españoles, ha significado nada el ]Hieblo en su conjunto al tratarse de los arreglos de la política de la nación, ni ha tenido ingerencia en la disposición del empleo de la riqueza nacional, ni en la organización de sus asuntos interiores. Duran- te todo ese período la masa del pueblo la ha pasado sin la menor educación, en lo que se refiere á sus dere- chos como ciudadano; habiéndose dirigido toda su educación á enseñarles cuáles son sus obligaciones hacia las autoridades que lo gobernaban. Este era el credo que les enseñaba tanto la Iglesia como el Es- tado. En esta clase de asuntos el español ha sido siempre un buen maestro; y dio sus lecciones tan bien en México, que aún hoy, después de treinta años de esfuerzos de parte del gobierno actual, las inmen- sas masas de las clases inferiores desconocen que tengan derechos políticos. Esta ha sido la lucha sin igual que todos los gobiernos han tenido que emi:>efíar desde que México se independizó del dominio de Es- paña en 1821 : y la administración de Díaz no ha sido excepción á esta regla ; todo lo contrario, ha tenido que enfrentarse con una acumulación de males resul- tantes de los cincuenta años anteriores de malos go- biernos y semi-anarquía. Cuanto se ha llcA^ado á ca- bo desde que Díaz asumió las riendas del poder hace treinta años, puede comprenderse mejor comparando
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EL GOBIERNO BE MÉXICO. ÍO.^
la situación del país entonces 3^ la de ahora. Desde que el poder de España fué derrocado, kasta que asu- mió la Presidencia el General Díaz, México estuvo dividido en dos clases : los que tenían ambición de tomar parte en la vida política del país, y los que eran tan ignorantes y abyectos que no encontraban interés alguno en ninguna clase de asuntos i)olíti- cos. La i^rimera clase puede propiamente ser dividi- da en dos sub-clases : conservadores j reformadores. Aunque estos dos partidos no siempre llevaron estos nombres, los principios que los consitituían y los lin- deros que los separaban, eran siempre los mismos. Los conservadores pretendían sostener la causa de la le}^ y del orden, de acuerdo con su idea de ambos. Defendían la unión de la Iglesia y del Estado y el afianzamiento de los privilegios de las clases privile- giadas. Siendo esta la actitud de los conservadores, era natural que sostuvieran muchos abusos, tanto de la Iglesia como del Estado, que habían sido tras- mitidos desde los tiempos de la dominación españo- la. Como sus filas estaban llenas con los miembros más influyentes del partido de la Iglesia, y como to- dos eran esencialmente católicos, se oponían obsti- nadamente á que los bienes de la Iglesia fueran cer- cenados. Tanto Iturbide, el primer emperador, co- mo Maximiliano, el segundo y último, fueron observa- dores estrictos de todas las formalidades de la reli- gión católica. Ambos hicieron todo lo i^osible, consi- derando la situación política en que se encontraron, por garantizar á la Iglesia las propiedades y privi- legios que había heredado de los tiempos de la domi- nación española. Pero aún estos dos representantes del partido conservador, á pesar de ser genuinos y fervorosos católicos, se vieron obligados, gracias á la actitud amenazadora del partido republicano, á rehusar concesiones que el partido de la Iglesia de buena gana hubiera otorgado.
Los republicanos, teóricamente, sostenían el de- recho de elecciones libres y el principio de represen- tación del pueblo en los asuntos piiblicos. Los escri-
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tores más brillantes del período literario más lucido de la historia de México, perteuecieron al i>artido re- publicano. Habían bebido en las fuentes de la nueva literatura de los Estados Unidos y Francia, literatu- ra que enseñaba la igualdad de los hombres cuales- quiera que fuera su situación en la vida, su educación ó su ascendencia. Sostenían la participación de todas las clases en las elecciones y en el gobierno del país, y siendo este su credo, naturalmente se oponían á las distinciones de clase y á los privilegios, bases fun- damentales en que el partido conservador hacía des- cansar el edificio de su credo político. De este modo, paso A paso, el partido de la reforma fué impelido á una oposición abierta contra la Iglesia misum, y muy en los principios de la historia de la República, había muchos que al)ogaban por la separación de la Iglesia y del Estado y la reducción de los i^rivilegios de aquélla. La fuerte oposición que la Iglesia hacía á todos los ataques contra sus privilegios, que creía jíoseer por derecho divino, aumentaba de año en año la importancia de los reformadores.
Conforme los partidarios de la reforma se fueron haciendo fuertes, y sus ideas persistentemente pro- pagadas se fueron diseminando más y más por el país, comenzaron gradualmente á olvidar los gran- des principios de amor y hermandad entre los hom- bres que al principio habían predicado ; pues ningún partido puede mantener la bandera de paz y el evan- gelio de amor y buena voluntad, cuando se encuentra en oposición con un partido hostil, armado hasta los dientes y resuelto á luchar hasta morir contra Ios- principios que se le tratan de imponer. De suerte que la mayoría del pueblo, los obreros, los pobres, los ignorantes, un noAenta por ciento de la población de México, era completamente olvidada por ambos partidos ; y no solamente era olvidada en todo lo que se refiere á medidas para mejorar su condición, sino que se le sujetaba por ambos partidos á una cons- cripción forzosa y era robada, tratada brutalmente y colocada en una condición aun peor de la que había
EL GOBIERNO DE VEXICO. loó
soportado durante el período colonial ; pues la lucha entre conservadores y republicanos habla llegado á ser una lucha por la existencia.
Siguió el resultado inevitable : industrias, comer- cio y transacciones de toda índole quedaron casi arruinados en México: los ranchos, las haciendas y las plantaciones quedaron prácticamente desiertos; el dinero se retiraba de los bancos para ser ocultado en las casas y en los campos; la minería, el gran re- curso del país desde los tiempos de la colonia, se sus- pendió casi por completo. Y el peso de todas estas ca- lamidades caía sobre los pobres : la inmensa mayoría de la población. Mendigos hambrientos, vestidos de harapos, infestados de parásitos y llenos de enferme- dades producidas por la miseria, pululaban por to- dos los ámbitos de la Eepública, desde el Río Bravo hasta Guatemala. Una administración tras otra for- maba Islanes para difimdir la enseñanza por medio de escuelas gratuitas y mejorar las condiciones de las masas populares, pero eran tan inestables los gobier- nos y se sucedían uno á otro con tanta frecuencia, que ninguno de estos planes era lleA^ado á cabo. Así es de que, el que estudia la historia de ^léxico durante la media centuria que interAdno desde el año de la in- dei3endencia hasta que asumió Porfirio Díaz la Pre- sidencia, continuamente se encuentra con las más extrañas contradicciones, entre los principios que el partido republicano tan calurosamente proclamaba y la conducta que observaba cuando estaba en el po- der. El más ligero estudio muestra que no era posi- ble al partido republicano lleA^ar á cabo la política que señalaban sus principios ; y es realmente de ad- mirar cómo sus publicistas, de competencia é ilustra- ción reconocida, no comi:)rendieran cuan infranquea- bles eran los obstáculos que se oponían á seguir la senda que trazaban sus partidarios, ^o se puede du- dar de la sinceridad de estos hombres; pero lo cier- to es que causaron grandes males con su inhabilidad para comprender las condiciones sociales y políticas existentes, y con su intolerancia por las ideas de los
Ion DÍAZ t MiíXiCO.
que rehusaban seguirlos incondicionalmente. Y lle- garon las cosas á tal extremo, que después de la caí- da de la administración de Comonfort, apenas era po- sible concebir esperanzas de que la Nación pudiera llegar á un período de paz y prosperidad.
Para luchar contra el desaliento general, disipar las animosidades y desconfianzas de los partidos ene- migos, conducir al pueblo por la senda de la paz, des- pués de haber errado por más de media centuria en los desiertos del caos, la inestabilidad, la pereza y la anarquía, se requería el genio de un hombre más grande aún que el de los profetas y caudillos bíblicos ; pues ninguno de esos grandes jefes tuvo ante sí, la inmensa tarea que México ofreció al hombre llama- do á conducir á su pueblo fuera del desierto en que había errado diez años más que los históricos cuaren- ta años de los israelitas. Las calamidades y tribula- ciones que afligieron al pueblo de Israel, fueron in- significantes si se las compara con los azotes y las plagas que abrumaron al pueblo mexicano durante más de media centuria. Por consiguiente, el estudio de la vida del hombre, que cual moderno profeta lu- chando con toda clase de i^eligros y dificultades, siem- pre lleno de vigilancia y de recursos ha conducido á México á donde puede contemi^lar la tierra prometi- da de paz,* prosperidad y grandeza ; el estudio de la vida de ese hombre, decimos, es de lo más interesan- te, y nos ofrece admirables ejemplos de paciencia y perseverancia, como pocos se encuentran en las pá- ginas de la historia. La mayoría de los detractores de Porfirio Díaz, han sido refugiados políticos que se han visto obligados, para bien de su propio país, á abandonarlo. Han sido de la misma clase de hom- bres, que no sólo hicieron i^osible sino imperativa la anarquía y el retroceso, durante los cincuenta años de luchas intestinas que mediaron desde los días de la independencia hasta la caída del gobier- no de Lerdo. Estos hombres, casi sin excepción, tra- taban de embrollar al país en una guerra civil. Poco les importaba detener la marcha triunfal del carro
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del progreso y cerrar las puertas del templo de la paz. Afortunadamente, uno tras otro lian fracasado, no quedándoles más recurso que cruzar la frontera y desde allí entablar una guerra implacable contra la administración de su país. Sus armas han sido la calumnia, la vituperación y la falsedad más pal- marias, y sus medios, la prensa sensacional de los Estados Unidos. El que no les haya sido posible ha- cer un daño apreciable al baluarte de i^az y admi- nistración sensata del gobierno de Díaz, no es cierta- mente debido á falta de inteligencia y empeño, pues todos ellos son hombres ambiciosos y de habilidad reconocida. Pero estos obstinados ataques no han hecho sino poner más de manifiesto la confianza que el pueblo mexicano tiene en las honradas intenciones del gobierno de Díaz, en sus miras progresistas y en la habilidad incuestionable del mismo gobierno para solucionar los más difíciles problemas nacio- nales.
CAPITULO XLVI.
La labor de Diaz,
Díaz ha enseñado al lobo á vivir tan pacíficamen- te con el cordero como si no mediara entre ellos la menor antipatía. Ha obligado al partido de la Igle- sia á reconocer, qne sin haber cedido en lo más mí- nimo en sus principios de republicanismo y democra- cia, le merece más confianza para asegurarle sus ga- rantías, el representante del partido de quien ha si- do antiguo é inveterado enemigo, que cualquier otro individuo ó partido que tenga la ambición de escalar las gradas del poder. Ha enseñado á las clases pri- vilegiadas á mirar sin la menor desconfianza sus planes para la formación de una clase media podero- sa, para el mejoramiento de las condiciones del pue- blo y su educación, para romper las antiguas barre- ras que separaban las clases altas y las bajas, en- señaiulo á todos, ricos y pobres, que es insostenible la antigua idea de los aristócratas, de creer que to- do trabajo material rebaja al individuo. No se han alarmado cuando han visto enseñar en las escuelas públicas, que una humildad humillante en presencia de nuestros superiores, conduce únicamente á la de- gradación de la nación, que no es otra cosa sino el conjimto de individuos que la forman.
Ha enseñado al rico pro])ietario, al habitante pu- diente de las ciudades y de las poblaciones grandes, al erudito, al hombre de alta alcurnia y educación, al político, al soldado, al sacerdote y al seglar, á los ])obres lo mismo que á los ricos, que el mantenimien- to de la i^az está sobre todas las pequeñas considera- ciones de partidos y credos y sobre todo los intereses locales. En otras i>alabras, ha puesto los cimientos de la nacionalidad mexicana, cimientos que, en el verdadero sentido de la palabra, no habían existido antes, desde la época de la conquista és^iañola, hasta
Gi:neral PoiíFiíiio Díaz.
LA LABOR DE DÍAZ. 109
el año en que Porfirio Díaz tomó las riendas del po- der como Primer Magistrado de la Nación. Muy cier- to es que hay aún abusos que corregir, reformas que implantar y toda una inmensa labor delante, antes que el pueblo mexicano pueda ranagíoriarse de ha- ber caminado i)or la senda del progreso, al igual de las naciones modernas más adelantadas. Sería un verdadero milagro si no fuera así, .y los milagros no son frecuentes en nuestros días ; ni ha registrado la historia el caso de que ellos ÍJitervengan en la \\- da de las naciones, para apresurar el lento proceso natural de la evolución social y política de los pue- blos. Grande como es la labor de Porfirio Díaz, no es sino el principio de una estupenda evolución so- cial, que continuará hasta que la ignorancia y la su- perstición queden eradicadas de México. Y si bien lo que falta por hacer, es labor colosal, igualmente grande es la que se ha llevado á cabo durante el úl- timo tercio de centuria.
El trabajo de Porfirio Díaz en México ha sido progresista, y progresista continuará siendo. Es á lo que tienden los esfuerzos del mismo Presidente y de los distinguidos colaboradores de que se ha ro- deado. Al principio de su administración sus esfuer- zos se dirigieron principalmente á constituir un go- bierno estable, á organizar las finanzas de la Repú- blica y á reconciliar las varias facciones, que con sus antipatías habían mantenido á México, durante cin- cuenta aiios, en un estado casi continuo de guerra civil. Desde los albores de su administración demos- tró siempre su gran habilidad administrativa, su vigor para el trabajo, sus maneras afectuosas, el sa- ber hacer atractiva su presencia, y su discreción pa- ra rodearse de los hombres más distinguidos. Como em]iezó así ha continuado, y hoy unís que nunca, su administración es de lo más progresista : todo lo abarca : corrige abusos, reforma departamentos, pro- tege industrias, difunde la instrucción ]>ública y fa- vorece la inmigración. "Mucha administración y po- ca política," ha sido durante los treinta años del go-
lio DÍAZ T MÉXICO.
bierno de Díaz la clave de su conducta. Y esta es it. explicación de su actitud hacia todas las facciones y partidos del país ; actitud que le fué impuesta por las mismas coiuliciones en que encontró la Repúbli- ca cuando por i)rimera vez asumió las riendas del gobierno. Con su notable genio para abarcar la si- tuación comprendió, que si se quería que México pro- gresara como habían progresado otras naciones más afortunadas, debía reunir todos los esfuerzos y ener- gías y dirigirlas á un fin único: el de la paz y el progreso. Para lograr esto era necesario reducir á la inactividad á los i)seudo-políticos que habían si- do el azote del país durante tanto tiempo. Mas Por- firio Díaz es un i^rofundo conocedor de la naturaleza humana .y comprendió que las actividades individua- les constituyen fuerzas vivas que deben ser siem]jre aprovechadas por toda administración que persiga el éxito. Todas esas energías, que mal dirigidas ha- bían sido la condenación del ])aís durante largos años, bien encauzadas serían un valioso contingente para el buen gobierno de la nación. Muy superior á sus predecesores en la presidencia de la República y como hombre digno del eleA^ado puesto á que había sido llamado, se manifestó muy por encima de las pe- queneces de facciones y partidos. Genuinamente i)a- triota, sin ambición de títulos y riquezas y poco afec- to á la ostentación, se dedicó honrada y abnegada- mente á la tarea de gobernar á México, sin otras mi- ras que el bien y utilidad de vsu pueblo ; y comprendió que para realizar su anhelo debía de hacer uso de todos los medios honrados á su alcance; debía ense- ñar á los ciudadanos, que ostentosamente se procla- maban patriotas, que el verdadero patriotismo con- siste en preferir el bien del país á la satisfacción de ambiciones bastardas, individuales ó de partido. La habilidad que tuvo para rodearse de las inteligen- cias más preclaras del país y empeñarlas en la noble tarea que se había impuesto de procurar la regenera- ción de su patria constituye, sin duda alguna, la pá- gina más brillante de la historia de México. Fué su
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poderosa inteligencia la qne todo lo lia dirigido; sin embargo, sus Ministros de Estado y muchos de los que lioy ocupan altas posiciones oñciales en su go- bierno, han asegurado al autor de estas líneas más de una vez, que nadie podría superar á Porfirio Díaz en la cortesía y respeto que siempre manifiesta por las opiniones de sus colaboradores. Se hace cargo en el acto de cualquier situación, \)ov difícil que sea, y en casos de gran emergencia, resuelve sin demora y obra con la seguridad de quien sabe exactamente lo que hace: no obstante lo cual, siempre escucha con la mejor voluntad las opiniones de sus consejeros y las estudia cuidadosa y concienzudamente. Es esta cortesía, esta tolerancia por las opiniones ajenas, es- ta precisión en el obrar y habilidad ])ara mostrar que sus acciones obedecen siempre á causas justas, lo que ha puesto en manos de Porfirio Díaz, en el transcurso de los años, un poder tal que muchos so- beranos autócratas pudiera envidiar. Es un poder que le ha llegado de una manera legítima, como re- sultado de su abnegación por servir siempre los in- tereses de su patria y de no tolerar entre sus colabo- radores hombres que tengan otras ambiciones que no sean la prosperidad y el bien de México.
CAPITULO XLVII.
Carácter de Díaz.
Si Porfirio Díaz liubiera tenido la ambición de las riquezas, podría ser lioy uno de los hombres más acaudalados del mundo; pues el inmenso desarrollo que ha tenido lugar en México durante su adminis- tración, agregado á la elevada posición social y ])0' lítica que ha ocupado, le han dado numerosas oportu- nidades para Jmcerse honestamente — en cuanto la honestidad pueda acom])añar á la acumulación de vastas riquezas — ^de propiedades en todas partes del país, que lo hubieran colocado entre los más ricos terratenientes de la Rei^ública. Y si tal hubiera sido el caso, no hubiera hecho sino lo que hacen la mayor ])arte de los ]3residentes latino-americanos, Pero ni aún en el primer período de su administración, cuan- do su permanencia en el poder hubiera i)odido ])a- recer incierta, y cuando se podía considerar como una medida de previsión el pi*eparar elementos su- ficientes para los malos tiempos que en ese entonces, era casi seguro llegaban, tarde que temi)ra7io á los ])residentes de México; ni aún entonces, decimos, se preocupó en acumular riquezas. Estaba demasiado preocui)ado con la gigantesca tarea que tenía entre manos ; y patriota de corazón, deliberadamente de- terminó dedicar todas sus energías á la restaura- ción del orden, al mantenimiento do la paz. el des- arrollo de los vastos recursos naturales del ])aís, la. educación del pueblo y el mejoramiento de las con- diciones de las clases bajas. Xunca, que se se]>a, se ha ocu])ado en buscar medios para acumular rique- zas. Y no se infiera de ésto que ])udiera ser i)i'ód¡- go ; pues es uno de los administradores más cuidado- sos que han ocupado la silla presidencial en México. Su vida privada es tan sencilla como lo i^ermite su elevada posición, y simpatiza poco con ceremonias y
EL CARÁCTER DE 1)1 AZ. UM
ostentaciones dispendiosas. Prefire su modesta, aun- que hermosa casa de la calle de Cadena, en el centro de la ca]:)ital, al majestuoso castillo de Chapultepec, con su esi)léndida vista del valle de México.
El (íeneral l^íaz es hombre de gustos sencillos, y encuentra su princi])al i)lacer en el trabajo metó- dico. Auncxue es ya un anciano, por lo que á años re- íiere, todavía encuentra placer en sus paseos matu- tinos á caballo por el valle de México, gozando del aire vigorizador del campo; y una vez al año toma cierto número de días de vacaciones para hacer una excursión de cacería, que le proporciona inmenso pla- cer. Durante esta excursión se puede juzgar cuan grande es su actividad, actividad verdaderamente increíble en un hombre de sus años. Sieni])re ha sido de espléndido físico y de naturaleza de hierro, y du- rante muchos años de su viíhi, tuvo oportunidad de acostumbrarse á toda clase de privaciones y traba- jos ; y desde que se retiró de esa vida de esfuerzos, treinta años ha, sienqjre le ha gustado tomar ejerci- cio al aire libre, recogerse temprano y levantarse con el sol, y ha i)rocurado sistematizar su vida, tan- to como se lo han ])ermitido los numerosos y apre- miantes deberes de su alto cargo.
El (ieneral Díaz es hombre de inteligencia activa y observadora. Yo he estado presente, en mi calidad de periodista, en muchas ocasiones en que él ha sido el principal ]ninto de atracción con motivo de la inauguración de algún trabajo ó la iniciación de al- guna empresa' de importancia ; j he visto invariable- mente cómo se manifiesta de ansioso el Presidente ])or com]>render á fondo la extensicm y ol)jeto de la obra, cuando ésta está por ejecutarse, ó de los deta- lles de su construcción cuando está terminada. Y en muchas ocasiones muestra su admirable conocimien- to del mismo asunto sobre el cual i)ide se le informe; y nunca, por ningún motivo, duda en manifestar su ignorancia de algiinos detalles cuando desea ilus- trar más su conocimiento sobre la materia. Es él, in- dudablemente, uno de los hombres más rectos y sin-
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ceros que lie conocido en los países latino-america- nos. E igual cosa puede decirse de sus ministros, á quienes ha escogido ]wr su habilidad para el traba- jo y su competencia para decidir con prontitud las cuestiones que les toca resolver. Ellos, individual y colectivamente, gustosos asumen la responsabilidad de sus liecUos cuando la ocasión lo requiere. Cuali- dad que para un americano ó inglés, es digna de apreciarse, especialmente en una tierra donde la gen- te goza de la fama de ser muy amante de la diploma- cia y que encuentra más fácil diferir indefinidamen- te una resolución, que decir nó de una vez.
Y no queremos decir con esto que el General Díaz no aprecie la di])lomacia en lo que vale ; pero aprecia la di])lomacia oportuna ; y siempre que \mj aparen- temente alguna ventaja en usar de sus medios, sabe seguirlos con parsimonia; en efecto, pocos hombres han manifestado más verdadera diplomacia que el Presidente, en el manejo de los muchos problemas políticos y sociales que ha tenido que resolver en su larga administración de treinta años. Su poder de l)aciencia infinita, su buena voluntad para tomar siempre en consideración el pro y el contra en todas las circunstancias de la vida que se presenten, su deseo constante de a])lacar los ánimos hasta doude es posible, su poder casi profético para juzgar de las acciones y del carácter de los hombres, han dado á Porfirio Díaz un dominio sobre sí mismo y una autoridad sobre sus conciudadanos, como ningún otro gobernante del ])ueblo mexicano ha poseído.
Durante el período de semi-anarquía que prece- dió á la fecha en que el (leneral Díaz asumió la pre- sidencia de la Keptíblica en 1876, era raro que un presidente se sostuviera en el poder por un lapso de tiempo regular. El puesto de presidente era tan in- seguro, y estaba rodeado de tantas facciones é in- tereses en coutiniia colisión, que el que lo ocupaba, se A'eía obligado á conceder multitud de gracias y favo- res que ningún gobierno fuerte hubiera pensado en otorgar. Con semejante sistema, infinidad de abuísos
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EL CARÁCTER DE DÍAZ. lio
se cometían en la administración pública. Todo el que era partidario del presidente se creía con dere- cho á ciertas concesiones y granjerias para sí, su fa- milia, sus parientes inmediatos y sus amigos. Eran los tiempos de empleomanía. En todos los ramos de la administración pública reinaba la más completa corrupción, y los centenares de emi)leados útiles que había en las oficinas del gobierno, en la legislatura y en la administración de los varios Estados, agota- ban el tesoro público y contribuían materialmente á la mala administración del mismo gobierno.
Manuel Payno, uno de los literatos más distingui- dos de ^léxico, fué comisionado en 1SG7 para estu- diar las condiciones financieras del imperio de Maxi- miliano, é informa que habínn 104,000 solicitudes de em])leo en los diferentes departamentos del gobier- no del imperio. Quería él publicar la lista, pero Se- bastián Lerdo de Tejada que ])oco después, en 1872, ascendió á la presidencia, se opuso diciendo: "Si pu- blica Yd. esta lista, nos quedaremos sin partido libe- ral."
Era Sebastián Lerdo de Tejada hombre de gran talento, y mucho se esperaba de él cuando fué elec- to I^residente de la República en 1872; pero siguió los mismos pasos que habían causado la ruina de las esperanzas de sus predecesores. Tenía grandes ambiciones y deseaba figurar en lugar distinguido en la historia de los presidentes de su país. Era un in- novador, y sus ideas eran progresistas y benéficas para el pueblo; pero le faltaban esas cualidades que hacen de los hombres los grandes caudillos. Tenía ilimitada confianza en sí mismo y en su habilidad para gobernar el país y llevar á cabo los atrevidos planes de reforuia que había concebido, .y i>or esta causa se sentía poco inclinado, en muchas ocasiones, á confiar sus proyectos á aquellos que, por su talento é influencia, podían haberle proporcionado buen con- sejo y poderoso auxilio. Y por esta razón perdió las simpatías de sus ministros, de sus consejeros y de su partido en general. Mostró su debilidad al ver
IIG DÍAZ Y MÉXICO.
con iudifereucia la voluntad del pueblo aún en asun- tos de elecciones, y en convertir en antaíjónicos, in- tereses que fácilmente los hubiera tenido de su lado. En otras palabras, no tenía suficiente amplitud de criterio para hacerse cargo y pulsar debidamente la situación. En realidad, poca diferencia había en los ])rincipios políticos de las facciones de Díaz y de Ler- do. Anil)as eran esencialmente democráticas y ambas deseaban la prosi)ei'idad del ])aís de acuerdo con las ideas republicanas. Pero Lerdo, desde el momento en que asunüó la presidencia, se mostró extremadamen- te antagónico al partido de Díaz ; cuando Díaz, hom- bre prudente, enemigo de luchas de partido y sufi- cientemente sensato para esperar llegara su turno en la dirección de los asuntos nacionales, pudo haber sido fácilmente ganado por Lerdo, siempre que éste le hul)iera extendido una mano amiga, le hubiera otorgado su confianza y lo hubiera invitado á formar parte de su gabinete. Si hubiera tenido Lerdo sufi- ciente am])litud de criterio para seguir esa conducta, la era moderna de ^léxico se hubiera iniciado algu- nos años antes y bajo más favorables auspicios. Pe- ro prefirió oponerse al partido de Díaz, falsear el resultado de las elecciones y mantenerse en el poder violando la Constitución que prohibía la reelección del presidente. Se rodeó de multitud de empleados que no serenan más que para vaciar las arcas nacio- nales y disputarse entre sí las mejores presas ; dispu- tas que creaban celos mutuos y debilitaban el partido lerdista.
Cuando Lerdo asumió la presidencia, el país en general tenía las mayores esperanzas en su habili- dad como gobernante y tenía entera confianza de que sabría sostener las garantías constitucionales. En efecto, á raíz de la muerte de Juárez, era Lerdo uno de los presidentes más populares que había te- nido México : pero desgraciadamente no respondió á las ilusiones y grandezas que su partido y su país habían esperado de su administración: se mostró desconfiado y de estrecho criterio, se puso en oposi-
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EL CARÁCTER DE DÍAZ. 117
ción con todos los partidos y facciones que no fueran el suyo, y ambicioso de continuar en la presidencia por im segundo período, falseó el resultado de las elecciones, creyendo demostrar por este medio que Díaz había perdido su popularidad. En su arrogan- cia, intentó plegar por la fuerza á su voluntad, la de todos los individuos, facciones y partidos que no es- taban de acuerdo con su gobierno ni con su política. De este modo pronto se hizo de numerosos enemi- gos, entre los cuales descollaban el Vicepresidente Iglesias, magistrado de la Corte Suprema, y Porfirio Díaz, jefe de los constitucionales ; y he aquí en poco tiempo al hombre cuya habilidad había hecho conce- bir tan grandes esperanzas para restaurar en Méxi- co el reinado del orden y la ley en el interior y la confianza en el exterior, luchando desesperadamente contra una oposición formidable, sin otro fin que el de sostener la existencia de su gobierno.
Gran contraste hace con su arrogancia, excesi- va confianza en sí mismo y su falta de tacto y habili- dad como organizador, la carrera de Porfirio Díaz como Presidente de México.
Debido á la circunstancia de que una fuerte fac- ción postulaba al Vicepresidente Iglesias para la pre- sidencia constitucional de la República, otra facción defendía á Lerdo y una tercera abogaba por Díaz, la tarea de este último fué bastante difícil ; dificultad que se aumentaba por el hecho de que las montañas se en- contraban infestadas de guerrilleros medio políticos y medio bandidos, que proclamaban un día al jefe de un partido, al día siguiente al otro y después á un tercero, según les parecía conveniente á sus intere- ses particulares.
CAPITULO XLVIII.
Grandes cualidades de Díaz.
Tanto Lerdo como Iglesias, de estrecho criterio y de ideas extremistas, habían i^rovocado amargas animosidades, no sólo contra sí mismos, sino contra el partido de Díaz, y el país se encontraba disidido en tres facciones qne se atacaban despiadadamente. Por consiguiente, y como antes hemos dicho, la tarea que tenía entre manos Porfirio T3íaz en esta ocasión, era extremadamente difícil, y requería la firmeza de un jefe militar, la profunda sabiduría de un or- ganizador y administrador políticos y, sobre todo, la awda inteligente de un diplomático. La equidad re- conocida de Díaz, su deseo evidente de reconciliar to- dos los partidos en interés de la paz y del bien del I)aís, su amplitud de criterio y su previsión, comen- zaron á manifestarse desde un principio. Su enérgi- ca política de represión en todos los elementos desor- denados que habían arruinado al país durante tan- tos años, su clemencia para con sus enemigos, su deseo evidente de aproAechar en su administración á todos los hombres capaces, cualesquiera que fuera su partido ó credo político, siempre que tuvieran bue- na A^oluntad para colaborar con él en la inmensa obra de la reconstrucción del país, su amnistía á los emigra- dos políticos, su energía para mejorar la policía de las ciudades y de los distritos rurales, y su clara ma- nifestación de brillantes dotes administrativas, le fueron gradualmente ganando la confianza que se le había mostrado á Lerdo cuando asumió la presi- dencia de la Eepública. El fracaso de la administra- ción de este último, que había seguido tan de cerca á las ilusiones y esperanzas que todos se habían for- mado de su habilidad, había tenido por resultado que cundía el escepticismo y se dudaba ya del éxi- to de cualquier gobierno que se estableciera en Mé-
Parque Castillo.
Parque Alberto López.
Puente Guadalupe. VISTAS DE ORIZABA. VER.
GRANDES CUALIDADES DE DÍAZ. 119
xico. Porfirio Díaz era reconocido por todos los par- tidos como hombre fuerte y capaz, no obstante lo cual, el sentimiento general cuando él entró á la ca- pital de la Reptíblica el año de 1876, no era de gran confianza ni de esperanzas para lo futuro. Un ban- quero prominente^ residente en México, escribió por ese tiemj)o en la más estricta confianza á una casa extranjera, que otro jefe revolucionario había as- cendido á la presidencia ; ''pero la situación es deses- perada, pues no es posible que este hombre tenga éxi- to, tomando en consideración todas las facciones y elementos que tiene en su contra. Pronto seguirá el camino de sus predecesores y México será de nuevo presa de la guerra civil."
Un prominente periodista americano, que aún hoy trabaja activamente en México, relató al autor sus experiencias de ese i)eríodo. Dice que hubo gran re- gocijo cuando Porfirio Díaz entró á la capital de la Reptíblica en 1876, pues era el más i^opular de los héroes militares del día ; pero por todos lados se ma- nifestaban dudas de que lograra sostenerse por mu- cho tiempo, con tantos elementos hostiles como lo rodeaban. Era prevalente la idea de que el pueblo mexicano se había aficionado tanto á las revolucio- nes, y las luchas intestinas habían llegado á ser ya tan crónicas, que ni avm de la presencia de la jefatu- ra del gobierno del héroe popular de las guerras del imperio podía esperarse alivio, ni siquiera tenii^o- ral, á los males que aquejaban á la nación. El gran Juárez había bajado al sepulcro manifestando su pesar de no vivir un poco más de tiempo, para lograr ver á su país afianzado en el camino del orden, la ley y la libertad política. En sus últimos momentos pa- rece hal)er previsto, prof éticamente, todas las difi- cultades y peligros que esperaban á su país. El mis- mo Lerdo, reconocido como uno de los más distingui- dos estadistas que México ha producido, hombre á quien la opinión pública acreditaba como origina- dor de las muchas medidas é innovaciones que hicie- ron famosa la administración de Juárez y dado lus-
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tre á su nombre á los ojos de los historiadores moder- nos y de los grandes estadistas políticos y sociales ; el mismo Lerdo, el hombre de finas maneras, el eru- dito, el estadista y el amigo íntimo y discípulo del gran Juárez, había fracasado ignominiosamente y había huido del país dejando tras sí anarquía, ani- mosidades políticas, bancarrota y un sentimiento general de desesperación en todos los ámbitos de la Kepública. ¿Cómo podría, pues, Díaz, rudo soldado, esperar tener éxito donde hombres aparentemente mejores y mejor provistos, habían tan señaladamen- te fracasado?
Pero los que hacían estas conjeturas acerca del nuevo Jefe del Ejecutivo de México, ignoraban sus grandes cualidades. No habían percibido la prepa- ración que este notable ciudadano había tenido jiara la difícil tarea de que se había hecho cargo. No ha- cían justicia á la habilidad organizadora que había mostrado cuando con un puñado de hombres, había expulsado del sur del país á las fuerzas imperialis- tas y había ganado la presidencia i3ara Juárez. No habían comprendido la habilidad que le había he- cho posible alimentar y Aestir á su ejército y pro- veerlo de pertrechos de guerra sin los abusos de la conscripción obligatoria ; ni habían podido compren- der el alcance del gran trabajo de organización que había llevado á cabo, no obstante las atenciones de la guerra y la continua necesidad en que se veía de cambiar de lugar con la movilización de sus fuerzas. En pocas palabras, todos aleccionados por los con- tinuos fracasos que habían experimentado los go- biernos anteriores del país, y la inhabilidad que ha- bían mostrado por más de cincuenta años de vida independiente, no creían que fuera posible que un hombre pudiera librar al pueblo mexicano de los ma- los hábitos y vicios, que habían llegado á ser en él una segunda naturaleza. Pero afortunadamente, y sin que ellos lo supieran, ya había nacido el hombre capaz de llevar á cabo esa inmensa tarea, y ese hom- bre tenía ya la preparación suficiente para la em-
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presa que el destino le iba á encomendar. Compren- día las condiciones políticas y sociales de su país tan bien ó mejor que cualquier hombre en esos días; apreciaba los anbelos y necesidades de los pobres tanto como las aspiraciones de los ricos; veía clara- mente y mejor que ninguno otro el cáncer de inesta- bilidad i^olítica que roía las entrañas de la nación, y había ya resulto también cuáles eran las reformas que imperiosamente exigía semejante situación. Pa- ra él, pensar y resolver era obrar, y comenzó á obrar desde el día en que hizo su entrada triunfal en la ciudad de México. Y esta actitud i3ara eradicar toda clase de abusos y buscar el bien del país, ha sido constante durante toda su larga administración de treinta años.
Pero si bien Díaz, al comprender la necesidad de ciertas reformas no perdía tiempo para llevarlas á cabo, lo hacía siempre poniendo muy especial cuida- do y atención, y dando la consideración debida á to- da clase de dificultades y problemas que la situación pudiera presentar. Siemj)re que ha sido necesario próntlutd y actividad para obrar, nadie le hubiera podido ganar en energía, especialmente si se trataba del mantenimiento de la paz ; mas si el problema en cuestión lo ha permitido, tanto él, como sus conse- jeros y colaboradores, lo han siempre estudiado con la mayor atención. La colaboración inteligente en los estudios j^rofundos y de trascendencia, ha sido siempre la válvula de seguridad más eficiente en asuntos públicos, y Porfirio Díaz, durante su larga administración, siemj)re ha sabido aprovecharla, lo- grando así constituir un gobierno benéfico, poderoso é infiuyente. Cada resolución tomada por su gobier- no, cada ley que ha promulgado y cada acuerdo que se ha dado para corregir abusos públicos, han sido concienzudamente discutidos por el presidente y sus consejeros de confianza ; y la i^oderosa influencia de estos mismos consejeros, luego se ha hecho sentir en el Congreso; pues estando perfectamente informa- dos é ilustrados, casi siempre han logrado conquis-
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tar la a olimtad, aúii de los congresos más refracta- rios, á favor de sus proyectos, los que siempre, muy luego erau reconocidos como sanos y benéficos.
El admirable poder y habilidad que tiene Porfi- rio Díaz de conquistar á los hombres á sus ideas y opiniones, es uno de sus más notables caracterís- ticos ; y este admirable poder, siempre lo ha manifes- tado sin la más pequeña exhibición ajjarente de fuer za. Esta gran habilidad es debida á su gran fuerza de carácter, á su sincero deseo de siem^ire enterarse á fondo de las situaciones que se i^resentan y á su labor amiciosa por la grandeza y prosperidad del país. Durante su larga administración, todas las me- didas de su gobierno no han tenido otro objeto en mira. Ha logrado que las facciones políticas del pa- sado desaparezcan, ó por lo menos las ha nulificado por completo, y ha logrado que hoy no exista en México más que un partido : el de "Paz, prosperidad y progreso," grito de batalla del partido de Díaz.
Gradualmente los resultados de la política de Díaz se fueron i^oniendo en evidencia. La paz trajo consigo nuevas oportunidades y camino de acción á los hijos de las clases alta y media; riquezas que du- rante muchos años habían permanecido ocultas, co- menzaron á aparecer tímidamente; capitalistas ex- tranjeros que habían vigilado con mirada crítica la carrera de Porfirio Díaz como Primer Magistrado de la Xación mexicana, comenzaron á adquirir con- fianza y á inA'ertir sus capitales en negocios del país ; y luego se iniciaron la obra colosal de construcción ferrocarrilera y las grandes mejoras en la minería y en la industria en general, que siempre honrarán y quedarán asociadas á la administración de Díaz.
Todo esto es, en sí mismo, digno de cuidadoso es- tudio, para aquel que quiera darse cuenta de lo que significa el General Díaz en la historia del México moderno; pero tiene aún mayor significación y tras- cendencia que la que aparece tener á primera vista por las actuales ventajas materiales que han nacido al haberse despertado la confianza y el interés en
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México, donde quiera que los capitales, tanto de la nación como extranjeros, lian encontrado segura in- versión; pues ningún gran cambio de esta natura- leza puede tener lugar, sin dejar marca indeleble en las condiciones sociales, políticas é industriales de un país.
Estas tres condiciones están inseparablemente asociadas en todos los países, ya para el bien, ya pa- ra el mal, de acuerdo con los medios usados por el gobierno y la sabiduría de su administración ; y Mé- xico, durante su vida de República, no ha sido ex- cepción á la regla, aunque desgraciadamente en su caso, el mal lia dominado siempre al bien. Las ten- dencias de las administraciones de Juárez y Lerdo, fueron en lo general decididamente por el bien; pe- ro Juárez, aunque hombre de admirable determina- ción y tenacidad, y el hombre que verdadei'amente se necesital)a para hi em])resa que llevó á cabo, adole- cía en gran parte, de la falta de magnetismo ó in- influeiicia personal que le hicieron posible á Díaz atraerse hombres de todas las facciones y credos po- líticos y religiosos, y hacer de ellos sus amigos y par- tidarios más sinceros. Igual cosa que de Juárez jme- de decirse de Lerdo, aunque en grado más eminente. Estos dos ciudadanos, cuyos nombres ocuparán siem- pre lugares de los más prominentes en la historia de México, fueron demasiado acozados por las ten- dencias revolucionarias de sus tiempos, y por los muchos problemas políticos, sociales é industriales con que tenían que luchar para que los resultados de su labor fueran satisfactorios. Ambos trabajaron, cada uno de su modo, por la prosperidad de su país y fueron buenos patriotas. Y lo mismo que decimos de ellos se puede decir de multitud de ciudadanos notables, cuyos nombres adornan las páginas de la historia de México ; pero ningimo de todos, por gran- de que pueda haber sido en cualquier respecto, llegó á reunir las cualidades que han hecho de Porfirio Díaz el más distinguido jefe militar, gobernante y administrador que la República de México ha teni-
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do. Los resultados de su política en los distintos ra- mos de su gobierno, son por consiguiente muy intere- santes.
La inversión gradual de cajíitales nacional y ex- tranjeros en la Eei)tlblica, la fundación de industrias nuevas, el aumento de las tierras dedicadas á la agri- cultura, la construcción de caminos y comunicacio- nes por todos los ámbitos del país, la ampliación y dragado de puertos, y en general, la implantación de mejoras, con frecuencia de gran magnitud, por do- quier, lia abierto inmensos horizontes á las energías de la actual generación de jóvenes de todas las cla- ses sociales, desde el hijo del labriego inculto, hasta los vastagos de las familias más ricas y encumbra- das del país. De lo que resulta, que la juventud ya no acoza al gobierno con peticiones de empleos y gran- jerias, pues todo el que sinceramente quiere traba- jar, i^uede encontrar buenos empleos, siempre que tenga la suficiente capacidad para llenarlos satis- factoriamente. Los jornales y salarios de toda clase se han más que doblado durante la administración de Díaz, y numerosas oportunidades de trabajo, que nunca habían existido en México, han sido aliiertas á los hijos de las familias necesitadas ; y de este mo- do, como se comprenderá fácilmente, las causas de inquietud iDolítica que fueron fuentes constantes é inminentes de ])eligro para las varias administracio- nes desde 1821 hasta 187G, han sido en su mayor par- te eradicadas. No hay hoy en México revolucionarios, por la sencilla razón de que no hay motÍA^os para ha- cer revoluciones. Podrá el populacho hablar excita- damente de levantamientos, cuando algún jefe ambi- cioso del molde antiguo proclama sus ideas revolu- cionarias ; pero podemos estar seguros, que esto nun- ca pasa de charla. Hay hoy en México por donde quie- ra trabajo para todos ; los empleados públicos están hoy pagados mejor que nunca en la historia de la Re- pública ; las familias de la clase media están hoy me- jor alojadas, mejor alimentadas y mejor vestidas que antes ; y el país, cual un joven gigante, extiende
Edificios Modekxos de México.
GRANDES CUALIDADES DE DÍAZ. Uo
SUS iumensos miembros llenos de energía por todas direcciones. La política de paz y justicia, orden y ley, y "mucha administración y poca política," anun- ciada por Porfirio Díaz hace años, ha producido ya abundante fruto con la prosperidad y felicidad de que hoy goza el pueblo ; y los que hablan ligera é im- pensadamente de revoluciones en México, presentes ó futuras, cuentan muy poco con las inmensas fuer- zas que trabajan continuamente para evitar seme- jante contingencia. Aunque el trabajo por la paz se puede decir que acaba de ser comenzado, ha sido he- cho sobre sólidos cimientos, para bien de la Nación y beneficio de los constructores que sucedan al crea- dor del México moderno, j solamente los más desca- bellados disparates, pueden hacer peligrar la esta- bilidad del magnífico edificio que deberá ser conti- nuado por las generaciones futuras.
CAPITULO XLIX.
La Situación política de México-
Muchas acusaciones se lian lieclio contra la admi- nistración i)olítica de México. Algunas de ellas son en parte justas, aunque por lo general, no se puede culpar á la administración, j)or la sencilla razón de que por grande que pueda ser y i^or poderoso que se pueda creer al Primer Magistrado de la Nación me- xicana, su mano guiadora se encuentra siempre for- zada por ciertas condiciones que siempre lo rodean y de las cuales no puede libertarse. El General Díaz, aunque parezca una excepción á esta regla, á aque- llos que no comi^renden á fondo la situación de Mé- xico, se encuentra directa é indirectamente tan ata- do por esas mismas condiciones como sus anteceso- res en la silla presidencial. La imica ventaja que ha tenido sobre todos ellos ba sido, que ba sabido cómo aprovecharse de las circunstancias adversas, convir- tiéndolas del modo más hábil á su favor.
Se ba lanzado la acusación de que no hay libertad política en México, y que por consiguiente el pueblo, ya individualmente ó como nación, ha perdido toda iniciativa. Esto es cierto solamente en izarte. Fué el gobierno de España y no el gobierno de Díaz el que destruj^ó toda iniciativa, tanto política como indivi- dual, en el pueblo mexicano. Inmediatamente des- pués del establecimiento de la República, México se podía comparar á un inmenso gigante sin cabeza. Ha- bía entonces, como hay hoy, y como ha habido siem- pre durante todo el período que lleva de vida la Ke- pública, abundancia de energía é iniciativa mal di- rigida y malamente impulsada. La libertad política era comprendida como licencia política é individual. La sinceridad hacia el partido era cualidad casi des- conocida ; y los jefes de partido únicamente servían la política del momento, siendo su suerte con seguri-
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dad, ser heclios á un lado sin el menor escrúpulo de conciencia, siempre que las exigencias de la ocasión ó la ambición de los miembros poderosos del partido lo requerían. Era el fruto de la falta de cohesión en los miembros de los partidos políticos, de la falta ab- soluta de sinceridad, de la ausencia de una políti- ca fuerte y grande que tuviera el poder de atraer á todos los miembros del partido y mantenerlos uni- dos, haciendo caso omiso de intereses personales y de facciones ó de ambiciones egoístas, que eran la maldición de la República. Iniciativa había bastante en el país, y bastante hay hoy también. Pero hay una gran diferencia entre la iniciativa del período an- terior á Díaz y la iniciativa del tiemj)o actual. La iniciativa de los días turbulentos que jjrecedieron á la administración presente, era necesariamente en su mayor parte de naturaleza política, y decimos po- lítica, para dignificar con un buen nombre una mala condición de asuntos; debíamos decir, considerando bien la situación de México durante ese tiempo de la Repiiblica, faccionalista y cabalística en extremo. Es cierto que todos los jefes revolucionarios anuncia- ban sus levantamientos con protestas de fidelidad al pueblo y á los principios de democracia. Pero tan- to estas protestas como los planes que la acompaña- ban eran parte del tinte pintoresco de la política del día. Era como el sonido de la banda que atrae la gente al circo. Cierto es también que hubo algunos políticos realmente grandes y notables, como Juárez y Comonfort, quienes con toda fe se esforzaron por llevar á la práctica los i^rincipios porque habían abo- gado; pero las mismas circunstancias hicieron que sus hechos quedaran muy atrás de sus promesas. Por consiguiente, lo que Juárez logró realizar no obstan- te los innumerables obstáculos que encontró, y la determinación con la cual siguió sus planes hasta el final, debe ser el criterio que sirva j)ara juzgar á los primeros magistrados de la nación mexicana.
Por consiguiente, la iniciativa en política del pe- ríodo anterior á Díaz en el gobierno de México, era
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de irresponsabilidad liacia los partidos políticos, de ambiciones personales, de animosidades y falta com- pleta de sinceridad y fe. La iniciativa que había en esos días era, como hemos dicho jr, principalmente de naturaleza política; tomando la exi^resión en el sentido restringido que arriba hemos indicado. El ejército y el gobierno eran los dos caminos abiertos á las ambiciones de los hombres ambiciosos de esos días. Por consiguiente, estos departamentos del Es- tado se encontraban llenos de políticos y politicas- tros de las i^eores descripciones, de bribones y de asesinos, todos hombres que estaban dispuestos á desertar de sus jefes y de su partido el mismo mo- mento que cre3^eran, que haciéndolo, podían adelan- tar sus intereses personales.
Pero el campo de iniciativa ha sido cambiado ho}^ bajo el régimen de Díaz. La fuerza de carácter del actual Jefe del Ejecutivo de la Nación, su magne- tismo personal, y la reputación que se ganó durante las guerras del imperio como gran General y valien- te soldado, le han proporcionado suficiente influencia para poder reunir a su rededor un gabinete, y un nú- mero tan grande de admiradores y partidarios, con fuerza suficiente para resistir las tendencias fatales de las administraciones pasadas. Ha hecho posible en México la política de partido; ha enseñado fe y sinceridad políticas a sus partidarios ; y les ha dado un fin útil en que emplear sus energías y una admi- nistración que hará avanzar la nación y el pueblo mexicano. Les ha mostrado del modo más claro y con- creto, que esta política habré puertas hasta hoy ce- rradas fuertemente al pueblo considerado en gene- ral ; oportunidades mil Aceces mayores de las que pu- do imaginarse dicho pueblo bajo cualquier otra ad- ministración anterior. Y así, Díaz ha encauzado las energías del pueblo de México hacia el comercio, las artes industriales, la agricultura y la explotación de grandes empresas. Les ha abierto los mercados de los Estados Unidos, Canadá, Sud-América y Euro- pa. Ha puesto á trabajar sus energías en direccio-
LA SITUACIÓN POLÍTICA DE MÉXICO. 120
nes que, en lugar de ser una amenaza constante pa- ra la Eepíiblica, están siendo un beneficio duradero. En una j)alabra, la inquietud y el espíritu revolucio- nario de las administraciones anteriores, que los opo- sitores políticos de Díaz deploran tanto, no ban sido ahogados, como ellos aseguran, sino simplemente en- cauzados por otros canales. La gran masa del pueblo mexicano se mantiene hoy ocupada en acumular ri- quezas con el sentimiento de la mayor seguridad, lo que le permite gozarlas con toda tranquilidad. La misma circunstancia, de que permite con la mejor vo- luntad y sin la menor protesta, que el gobierno de Díaz arregle las cosas de modo que mejor le parezca, es una prueba palmaria de que Díaz ha cambiado ad- mirablemente su índole, esto es, la índole del pueblo mexicano. La acusación hecha por sus enemigos — pues todo hombre en su vida pública, i)or más popu- lar que sea, tiene enemigos — de que Díaz ha destrui- do la iniciativa del pueblo, refiere, como claramente lo manifiestan ellos, á la iniciativa política. Tomada la cuestión en este sentido, es un cumplimiento di- recto que se tributa á la administración del General Díaz ; jiues significa que el agitador de profesión ha sido sei^arado de sus caminos torcidos, é inducido á hacer uso de su energía superabundante en bien de su país, empleándola en el campo de la actividad comercial é industrial. Quiere decir que la hirviente caldera de desasosiego político, ha sido retirada del fuego que la mantenía en ese estado; que los asun- tos de la administración son atendidos hoy por hom- bres de negocios, que consideran con calma todo pa- so que dá la administración, y estudian cuidadosa- mente todas las cuestiones que afectan al bienestar público. En otras i^alabras, la ley y el orden han ocu- pado el lugar de la lucha, del desorden, de la intran- quilidad política y de la falta de sinceridad de ad- ministraciones anteriores. México, considerado en ge- neral, ha reconocido la dedicación, habilidad y bue- na fe de la administración actual. A los agitadores políticos se les ha obligado á emplear sus energías
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en otros terrenos que les ha proporcionado el infati- gable trabajo de la administración, al favorecer de- cididamente y con la mayor energía, la paz, prospe- ridad y desarrollo del país en general. En efecto, el México mercantil de hoy, no proporciona campo pa- ra la "iniciativa," que se distinguió tanto durante más de medio siglo en mantener el país en estado de revuelta, de intrigas de i^artido y de casi constante guerra civil.
Por lo general, todos aquellos que acusan al go- bierno de Díaz de haber destruido la iniciativa del pueblo, están, ó mal informados en lo que refiere al verdadero significado de la historia política de Mé- xico, desde el establecimiento de la Eepública hasta el año de 1876, ó pertenecen á la clase chasqueada de políticos de cuño especial, que á causa de sus obvias tendencias revolucionarias, no han encontrado la me- nor simpatía á los ojos de la presente administra- ción. A ellos les gustaría traer de nuevo "los buenos tiempos de antaño," los cuales, como buenos, real- mente nunca existieron. Pues los días del pasado, considerados bajo los puntos de vista económico, in- dustrial, comercial, de progreso ó político, estaban muy lejos de ser buenos.
Indudablemente, llegará el día cuando la masa del pueblo de México tomará un interés mucho ma- yor en el gobierno del país que el que pueda haber to- mado en el pasado y toma en el presente; pero será un interés sano y saludable; será el interés de un pueblo educado é inteligente, que apoya á su gobier- no porque representa los intereses sólidos que el mis- mo pueblo ha adquirido. Actualmente, el pueblo de México está vivamente interesado en la nueva vida nacional que los últimos veinte años han puesto en juego. Siente que le corre por las venas la sangre oxigenada de esta nueva vida; y que sus energías se aumentan y adquieren nuevas fuerzas con cada movimiento que ejecuta. De un modo indistinto, siente que el gobierno es bueno, porque le ha proporcionado una protección como nunca había tenido, porque le
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ha creado nuevas oportunidades, y porque ha des- pertado la clase media á la vida, clase, que, se puede decir, no existía antes. Este sentimiento es general por todo el país. Los ciudadanos hablan de política hoy, como en cualquier otro país, y sacuden la cabe- za y piensan qué sucederá cuando el General Díaz deje las riendas del poder. Pero si se pregunta á ca- da uno de estos individuos acerca de su opinión par- ticular de la situación actual, dirá en confianza que no tiene deseos de ver dificultades en México, y que sus intereses particulares valen más para él que los planes y esquemas de los generales y de los políticos. Esta es la actitud tomada por noventa y nueve indi- viduos de cada cien. Es la expresión del sentimiento general por todo México. Y el sentimiento general es la expresión de la vida real de la nación. Cuando el pueblo en general tiene el sentimiento de que la paz que ahora bendice á la nación, no debe ser -alterada, ese mismo hecho es la mejor garantía de paz que pueda tenerse.
Hay varios ciudadanos entre los miembros del gabinete de Díaz, que son suficientemente capaces para tomar la dirección de los asuntos de la Eepú- blica el día en que se retire el General Díaz. No es México ya una aglomeración de ambiciones hostiles y políticos sin conciencia. Díaz ha creado un partido que se mantiene unido para guardar la paz á toda costa. Casi todos son hombres de gran riqueza ó in- fluencia, y toda esa influencia será puesta en la ba- lanza del lado de la paz ; y cualquiera que pretendie- ra perturbarla, tendría que habérselas con este par- tido político. Porque en realidad, no es México como generalmente se supone, una dictadura, sino que es una oligarquía, cuyos miembros están ligados por intereses comunes ; los cuales están identificados con la prosperidad y el progreso del país y con la conser- vación de la paz á todo trance.
Como hemos manifestado ya antes, actualmente no se ha intentado en México ejercer censura sobre la prensa. Todo periódico, de cualquier clase que sea,
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es libre para imprimir lo que le parezca. Pero el go- bierno, con toda razón, se manifiesta severo contra toda publicación de naturaleza anárquica ó revolu- cionaria ; porque éstas son las maldiciones que pro- dujeron mayores males á la República durante más de cincuenta años de su historia. Los gobiernos de- ben gobernar de acuerdo con las condiciones que pre- senta el país cuya suerte tienen en sus manos. En un país como México, donde la regla es la ignorancia, el analfabetismo y la carencia completa del conocimien- to más elemental de las funciones y objetos del go- bierno, donde el pueblo es fácilmente excitable, y á causa de su misma ignorancia, fácilmente desviado por los demagogos, sería un abandono criminal de parte de un gobierno permitir al agitador político estimular las pasiones del pueblo, para beneficiar los propios fines del mismo agitador ; ya fueran éstos el resultado de una política honrada pero equivocada, ó ya fueran únicamente fruto de ambición personal. Aquí de nuevo debemos indicar, que el crítico de Mé- xico que no estudia cuidadosamente las premisas del caso, es del todo incapaz de juzgar las acciones del gobierno mexicano. Hubo tiempo en que el gobierno se vio obligado á ejercer censura sobre la prensa pa- ra impedir que escritores sin escrúpulos incitaran las masas á la insurrección; pues lo que más necesi- taba México, sobre todas las cosas, era gozar de una paz prolongada para poder desarrollar sus propios recursos. Los opositores del gobierno de Díaz que pre- tenden que la prensa de México tiene cortapisas en la actualidad, son injustos ; pues la prensa en México es mucho más libre que en muchos países de Europa. En efecto, como antes hemos manifestado, no se ejer- ce absolutamente censura alguna en las publicacio- nes de toda naturaleza que se hacen en la Repúbli- ca. Pero todos aquellos que emprenden la tarea de enseñar doctrinas subversivas, son llamados por la ley á responder por la violación de la misma. Esta es la misma línea de conducta que se observa en los Estados Unidos, nación orgullosa de su libertad po-
Monumento de la Independencia, México, D. F.
LA SITUACIÓN POLÍTICA DE MÉXICO. 133
lítica. En México, sin embargo, á causa de las condi- ciones sociales que son tan diferentes de las de los Estados Unidos, sería la mayor locura permitir á los agitadores políticos poner en peligro la paz del país, tolerando la agitación de un populadlo densa- nieníe ignorante, incapaz de comprender los princi- pios más elementales relativos á la política de su go- bierno. La actitud del gobierno hacia la prensa es de no intervención, á menos que la acción de la última venga á ser subversiva para la paz del país. Absolu- tamente, todos los casos de difamación no son de la incumbencia del gobierno, sino del individuo difa- mado, lo cual prueba, como arriba bemos indicado, la actitud de no intervención que asumen las Autorida- des supremas de la Kepública en esta clase de asun- tos.
CAPITULO L
Relaciones exteriores
Cuando el actual gobierno de México subió al po- der, liace cerca de treinta años, pocas de las naciones del mundo manifestaban gran interés por mantener relaciones diplomáticas con la nación y el servicio consular extranjero era raquítico é inadecuado. Es- te estado de cosas era debido á una diversidad de cau- sas, entre las cuales figuraba como la principal, la circunstancia de que las casi perennes condiciones caóticas en que México se había mantenido durante medio siglo, habían impedido el desarrollo de su co- mercio, tanto interior como exterior, y el de sus in- dustrias, de tal modo, que el país fué puesto en una condición en que le era imposible ofrecer ningún ali- ciente que invitara á promover la extensión de sus relaciones exteriores.
Pero durante el último tercio de siglo, la impor- tancia que ha adquirido el comercio mexicano ha atraído la atención de todas las naciones de Europa y América, y hoy apenas se encuentra una nación civilizada en el mundo que no esté representada de algún modo en la Eepública, ya sea por un ministro acreditado en toda forma, ó ya sea por un cónsul ó agente local. Esto no es sino el resultado del admira- ble desarrollo del comercio de México, de la gran mejora que ha tenido lugar en sus relaciones interio- res y de la buena situación de las condiciones genera- les del país. La prosperidad y el desarrollo en todas las esferas del progreso han seguido al estableci- miento del gobierno bajo una base firme, y la paz con- tinuada de que se ha disfrutado, ha hecho atractivas las muchas ventajas naturales que esta Eepública puede ofrecer al capitalista extranjero.
No hace aún muchos años cuando prácticamente ninguna de las repúblicas de la América del Sur con-
RELACIONES EXTERIORES. 135
sideraba que valiera la pena estar representada en México por diplomáticos y agentes consulares. Para dichos países no tenía esta Kepública en ese enton- ces alicientes que ofrecer; á lo cual se agregaba que los servicios tardíos é insuficientes de A^apores entre los puertos de México y de Centro y Sud América ha- cían las comunicaciones difíciles y poco satisfacto- rias. Y así, el más grande de los países Mspano-ame- ricanos vivía apartado de las otras antiguas colo- nias americanas de España que tiene al sur, con ex- cei^ción de Guatemala; con la cual ha mantenido siempre relaciones de carácter más ó menos íntimo, debido á la proximidad de ambas naciones, á la co- munidad de intereses que existen entre los pueblos de las dos Repúblicas á lo largo de la línea fronteri- za y al constante intercambio de productos entre am- bos países.
Se puede decir que México, hace un tercio de si glo, prácticamente no tenía agentes consulares acre- ditados en el extranjero que vigilaran por los inte reses del país ; mientras que actualmente tiene en el servicio consular cuatrocientos agentes, todos ellos experimentados j competentes. Este solo hecho de- muestra el crecimiento en la importancia de sus re- laciones con los países extranjeros ; é incidentalmen te es también una indicación, del lugar que se ha con- quistado entre las naciones del mundo en el espacio de tiempo relativamente corto, que ha transcurrido desde que la administración de Díaz se hizo cargo del destino de la Nación. El número de agentes con- sulares en cada país es una Imena indicación de la importancia de las relaciones entre México y ese país en particular.
Como es natural esperar, los Estados Unidos figu- ran á la cabeza en el número de representantes con- sulares mexicanos que tienen acreditados actualmen- te en sus ciudades, elevándose dicho número á no- venta y uno. Estos representantes se encuentran dis- tribuidos entre todas las ciudades importantes de la Unión Americana, y han contribuido, de un modo
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muY visible, á aumentar las relaciones comerciales entre las dos Repúblicas.
La gran Bretaña y sus colonias tienen cincuenta y un agentes consulares mexicanos, de los cuales oclio corresponden al Canadá; mientras que en Esi^aña están acreditados cuarenta y cinco. Se puede decir que en casi todos los lugares importantes del Imi^e- rio Británico hay un agente consular mexicano, é igualmente favorecidas están todas las ciudades grandes de España. Sigue Francia con veinte y cua tro agentes consulares ; Alemania tiene el mismo nú mero; mientras que Italia no tiene sino uno menos. Austria-Hungria y Cuba tienen once cada una ; Chi- le y Bélgica diez cada una ; Noruega y Portugal ocho cada una ; Bolivia siete ; Brasil, Guatemala y Rusia seis cada una ; Argentina, Colombia y Suiza cinco cada una ; Perú cuatro ; China, Dinamarca, Ecuador, Honduras, Holanda, Panamá y Venezuela tres cada una; mientras que Santo Domingo, Japón, Monaco, San Salvador y Suecia tienen dos cada una y Costa Rica, Haiti y Paraguay tienen solamente uno cada cual. Una de las cosas más interesantes en conexión con esta exposición que hacemos del número de agen- tes consulares de México en los países extranjeros, es el hecho de que ella muestra aumento muy grande en los intereses de este país, en partes donde hace un tercio de centuria no se tenían prácticamente rela- ciones comerciales de ninguna importancia ; como l)or ejemplo Bolivia, Brasil, Austria-Hungría, No- ruega y Canadá. El admirable desarrollo de los ne- gocios de ]\[éxico con los Estados Unidos, está de- mostrado con la preponderancia de la representa- ción consular mexicana acreditada en aquel país; pues dicha representación forma cerca de la cuarta parte del número total del serAdcio consular mexica- no en todo el mundo. Pero Alemania, Francia é Ita- lia, tienen también una representación consular me- xicana sorprendentemente grande, sircunstancia que es muy significativa en lo que refiere al desarrollo de las relaciones comerciales entre esta República
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y aquellos países europeos; y esta nota es aim más notable, si se toma en consideración que quince paí- ses más de Europa tienen agentes consulares mexica- nos acreditados en dos ó más de sus centros de ma- yor imiiortancia comercial. México está representado comercialmente en treinta y seis países de América, Europa y Asia ; pero varios de estos países tienen de- pendencias donde este país también mantiene agen- tes consulares ocupados en fomentar y desarrollar el comercio mexicano.
Además de sus agentes consulares, México tiene acreditadas veinte y siete legaciones en Europa, Asia y América, en las cuales se emplean sesenta y siete personas, que ocupan desde el rango de embajador hasta los puestos de secretarios é intérpretes. Este es un inmenso cambio de lo que sucedía liace un ter- cio de siglo, cuando todo el cuerpo consular y diplo- mático de México no pasaba de tener cuarenta miem- bros en servicio.
En las varias ciudades y poblaciones de México hay trescientos treinta y dos representantes consu- lares de países extranjeros. De éstos los Estados Unidos tienen setenta ; Francia y España treinta ca- da una; la Gran Bretaña veinte y siete: Alemania veinte y cuatro ; Italia diez y seis ; Bélgica y Norue- ga trece cada una; Cuba, Suecia y Guatemala nue- ve cada una; Honduras ocho; las repúblicas de Bo- livia, Chile y el Ecuador, siete cada una; Colombia y Austria-Hungría, cinco cada una ; Costa Rica , San Salvador, Holanda, Perú, Portugal y Rusia, cuatro cada una; Venezuela, tres; Brasil, Dinamarca, Mo- naco, Panamá, Persia y Paraguay, dos; y la Repú- blica Argentina, Santo Domingo, Nicaragua, Suiza y Urugiiay, uno cada una.
Veinte y cuatro gobiernos extranjeros en Améri- ca, Europa y Asia tienen representantes diplomáti- cos en México, los cuales con los secretarios y otras personas agregadas á las legaciones, suman cerca de setenta personas. Así, pues, vemos que los intereses de los distintos países extranjeros son bien atendí-
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dos en la República y que también México atiende de- bidamente sns intereses, tanto comerciales como di- plomáticos, en todos los países extranjeros que tie- nen suficiente importancia para justificar el gasto necesario i^ara cultivar tales relaciones. Las gran- des sumas de dinero que gastan tanto México como los gobiernos extranjeros en mantener sus relacio- nes mutuas, habla elocuentemente acerca de los cam- bios que han tenido lugar en este país desde hace un tercio de siglo, cuando los pocos gobiernos que man- tenían representantes, lo hacían iniicamente para que éstos cuidaran de los intereses de los capitalis- tas y banqueros de sus respectivas nacionalidades que habían sido persuadidos a hacer empréstitos á la República con la esperanza de obtener tipos exhor- bitantes de interés, que las más de las veces iban acompañados de influencia y concesiones. La paz y el deseo honrado de hacer adelantar los intereses del país, y una administración sabia, inteligente y cui- dadosa de sus recursos y de sus asuntos, son, sin la menor duda, las causas del gran incremento de las relaciones comerciales y diplomáticas entre el go- bierno mexicano y los gobiernos de los diversos paí- ses extranjeros, con el feliz resultado, de que hoy México está mejor rei:>resentado en el exterior en un veinte por ciento, de como los países europeos están representados en este país.
CAPITULO Ll.
Comercio marítimo.
El desarrollo del servicio de vapores en México es lina de las mejores indicaciones del aumento de los intereses comerciales del país. Durante los últi- mos diez años los intereses marítimos de la Eepú- blica han más que doblado y el servicio de esta natu- raleza ha igualmente más que duplicado su eficiencia en la última década. Durante el año fiscal de 1899 á 1900, los buques de todas clases que entraron en iniertos mexicanos fletaron 1.257,453 toneladas mé- tricas de mercaderías, mientras que en el año de 190G á 1907 esta cantidad había sido aumentada á 2.397,649 toneladas métricas ; y el año próximo pasa- do, aunque no tenemos aún á la mano los resultados exactos, se estima que el comercio marítimo llegó en su totalidad á 2.890,000 toneladas métricas. Por con- siguiente, y según se desprende de estas cifras, los intereses marítimos de México, como hemos dicho ya antes, se han más que doblado durante los últimos diez años. Esto es debido al adelanto natural del país en todos los ramos á que ha dedicado sus esfuerzos, á la mejora de los principales puertos de la Eepúbli- ca y á la extensión y rápido crecimiento de las rela- ciones de México con países extranjeros.
Como es natural, las mercaderías fletadas de Mé- xico á los puertos extranjeros, fueron considerable- mente menores que las mercaderías inij^ortadas, pe- ro también muestra el mismo alentador aumento en los negocios de las compañías navieras. Durante los últimos diez años las mercaderías exportadas por mar de los puertos mexicanos habían aumentado de 583,193 á 757,690 toneladas. Este es un desarrollo fir- me y muestra que México, al mismo tiempo que llena las crecientes necesidades de su población, ha po- dido aumentar su producción de tal modo, que le ha sobrado un treinta por ciento para la exj)ortación.
140 DÍAZ Y MÉXICO.
Los iiltimos informes que tenemos á la ^dsta ma- nifiestan que, entre los buques que entran á puertos mexicanos y se ocupan en el tráfico internacional di- recto, los británicos son los que, con mucho, superan en número á los de otras naciones : 521 buques de es- ta nacionalidad fletaron 827,621 toneladas métricas de un total de 1.618,403, ó sea más de la mitad. Los buques americanos siguen en número con un total de 454 ; pero como muchos de estos no han estado dedica- dos exclusiA^amente al servicio de México, ó estaban dedicados principalmente al negocio de tráfico, fle- taron solamente 146,366 toneladas métricas de mer- caderías, contra 438,426 toneladas que tocaron á los buques noruegos, éstos últimos en número de 310 so- lamente. Los alemanes a ienen en seguida con 122,769 toneladas métricas de mercaderías fletadas en 125 buques. Los otros barcos que entraron en puertos mexicanos destinados al tráfico directo internacio- nal fueron; treinta y cinco españoles con 11,162 toneladas métricas de mercaderías, veinte y nue- ve franceses con 11,823 toneladas, veinte y seis daneses con 37,752 toneladas, veintiún cubanos con 12,450 toneladas, trece austríacos con 18,624 tonela- das, ocho holandeses con 15,309 toneladas, siete sue- cos con 13,063 toneladas, diez y nueve rusos con un tonelaje de 3,480 y tres italianos con 966 toneladas métricas. A estos debe agregarse sesenta y ocho bar- cos mexicanos con un tonelaje total de 9,777.
En el tráfico internacional de salida los buques americanos ocupados en el comercio de México exce- dieron en número á los de otras naciones, siendo 362 en un total de 997 pero solamente fletaron 66,720 to- neladas contra 77,043 toneladas por 143 buques bri- tánicos. Por consiguiente, el balance del comercio es aquí también en favor de los británicos. Los bu- ques noruegos también ocupan el tercer lugar, siendo en número de noventa y dos que fletaron 47,573 to- neladas; siguen en cuarto lugar los alemanes con 44,416 toneladas fletadas en 124 buques; los daneses
COMERCIO marítimo. 141
ocupan el quinto lugar con veinticinco buques en los cuales fletaron 25,069 toneladas. En cuanto al núme- ro actual de buques en comisión en este tráfico, Mé- xico ocupa el segundo lugar, pero como estos buques son más pequeños, la cantidad fletada fué solamente de 10,431 toneladas, que colocan á este país en el sex- to lugar en lo que refiere á la cantidad de tráfico llevada á cabo. Cuba contribuyó con 6,826 toneladas transportadas en 21 buques, mientras que Francia sigue inmediatamente después con 6,155 toneladas métricas fletadas en diez y siete buques. España tie- ne veite y siete buques en comisión, Austria veinti- dós, Kusia tres é Italia dos; pero el negocio liecho por cada uno de estos países es comparativamente pequeño.
En el tráfico de la costa los buques mexicanos so- brepasan á los de otras nacionalidades, tanto en lo que refiere al número como á la importancia de la carga transportada. De los 7,080 buques en comisión en el tráfico de la costa mexicana, 6,550 llevaban la bandera de la Kepública, ó sea poco más de noventa y dos por ciento, con un tonelaje total á su favor de 217,781, de un total de 225,889, ó sea como noventa y seis por ciento del tráfico total de la costa de la Ke- pública.
Los Estados Unidos ocupan el segundo lugar con 323 barcos, en los cuales solamente se transpor- tan 4,201 toneladas. Siguen los alemanes con 2,325 toneladas llevadas en sesenta y nueve buques. Las otras naciones que tienen barcos en el comercio del litoral mexicano son las siguientes : la Gran Breta- ña ochenta y cinco buques, Noruega treinta y seis, Austria diez, Francia tres, Cuba dos, Dinamarca uno y Rusia uno.
Hay cerca de una veintena de compañías navie- ras ocupadas en el servicio mexicano, poseyendo la ma^-^or parte de las cuales buen número de barcos en comisión. Considerándolos en su conjunto, los varios servicios de vapores de México comunican á la Repú- blica de un modo ó de otro con todas las partes del
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mundo ciAdlizaclo. Las más importantes de estas com- pañías son las siguientes :
La "Royal Mail Steam Packet Company" (Com- pañía de Paquebotes de la Mala Eeal), cuyos barcos salen de Amberes y llegan á Veracruz por vía Sou- tliampton, tocando en su travesía en los siguientes puertos : Bilbao, Coruña y Vigo, de España y Haba- na (Cuba). En el viaje de regreso de Veracruz, los buques de esta Compañía tocan en Plymoutli, Havre y Vigo, sin dejar también de tocar en la Habana.
Esta Compañía también tiene una línea de vapo- res que parten de Vigo y Soutliampton para Xueva York, las Indias Occidentales (Antillas), Panamá y puertos de Sud- América.
La línea de vapores Hamburg-American hace su servicio entre Hamburgo, El Havre, Soutliampton, Santader, Coruña y Habana, Veracruz, y Tampico. Esta Compañía tiene oñcinas en Londres, Xueva York, México y Hamburgo, siendo en este último lu- gar donde están las oficinas centrales.
La ''Xew York and Cul)an Mail Steamsliip Com- pany" (Compañía de ^^apores de la Mala Cubana y de Xueva York), llamada también "Ward Line," ha- ce sus conexiones entre Xueva York, Cuba, Tampico, Veracruz, Canii)eche y Progreso. Esta Compañía ha- ce mucho negocio tanto con la carga como con el ser- vicio de pasajeros.
La "Compagnie Genérele Transthmtique" (Com- paíiía General Transathíntica), es una compañía francesa que hace las siguientes conexiones entre Eu- roj)a y los puertos mexicanos : St. Xazaire (Francia ) con Santander, Coruña, Habana y Veracruz. Esta Compañía tiene oficinas en Londres, Xueva York, París, ciudad de México y Veracruz.
La Compañía Transatlántica Española es una línea naviera de la nacionalidad que indica su nom- bre. Tiene establecidos dos servicios entre puertos mexicanos y europeos. Uno de éstos toca en las pobla- ciones siguientes: Genova (Italia), Barcelona, Cá- diz, Xueva York, Habana y Veracruz ; mientras que
COMERCIO marítimo. UB
el otro hace el servicio entre Bilbao y ^^eracriiz, con escala en Santander, la Cornña y Habana.
La "Atlantic ancí Mexican Gnlf Steaniship Com- pany" (Compañía de Vapores del Golfo de México y del Atlántico), hace la travesía entre Movile (Alá- banla) y Progreso. Esta Compañía hace bnen nego- cio, especialmente en lo que refiere a carga.
La "Eider Dempster & Co." es una línea canadien- se que conecta puertos del Canadá y de México. En el verano los barcos parten de Montreal y en el in- vierno de Hálifax, hace escala en Xassau y Habana y llegan á los puertos mexicanos de A'^eracruz y Tam- pico. El viaje de regreso á Canadá lo hacen vía Pro- greso.
La "Cuban Steamshi]) Company"" (Compañía de Vapores Cubana), se dedica principalmente al trans- porte de mercaderías y conecta á México con Londres y Amberes. Sus buques tocan en Tampico, Puerto México (Coatzacoalcos), Veracruz, Gálveston (Te- xas), Habana, otros puertos cubanos y Bermuda.
Hace poco más de un año el Capitán Wolvin ad- quirió del Ferrocarril Central Mexicano la línea de vapores llamada "American Steamship Co.," la cual incorporó á la línea Wolvin, dándole á esta última el nombre de "Wolvin Line Mexican- American Servie." Tiene actuamente esta Compañía siete ])uques en co- misión haciendo la travesía entre Nueva Orleans, Puerto Arturo (Texas), Puerto México, Veracruz y Tampico. Como el servicio es tanto de carga como de pasajeros, los barcos tocan ocasionalmente otros puertos.
La línea de vapores Kosmos de Hamburgo, que tiene una gran flota de barcos modernos (treinta ó más) conecta Hamburgo, Amberes y Londres, vía del Estrecho de Magallanes, con los puertos del Pacífico de la América del Sur y del Centro, México y los Es- tados Unidos. Transporta carga pesada y tiene un servicio excelente de pasajeros.
La "Pacific Xavigation Company" (Compañía de Navegación del Pacífico), posee una flota de peque-
144 DÍAZ T MÉXICO.
ños vapores costeros que tocan en los puertos mexi- canos del Pacífico, desde Guaymas al Norte hasta San Benito en el Sur, y de aquí á los puertos de Sud- América.
La "Pacific Mail Steamsliip Company'' (Compa- ñía de la Mala del Pacífico) conecta San Francisco California con el Istmo de Panamá, haciendo escala en todos los puertos importantes de México y Centro América, de la costa del Pacífico.
La "Canadian-Mexican Pacific Steamship Com- pany" (Compañía de Vapores del Pacífico Mexicano- Canadiense), conecta Victoria (Columbia Británi- ca, Canadá) , con Salina Cruz j toca en todos los puer- tos mexicanos de importancia en la costa del Pací- fico entre estos dos puertos.
La Compañía de Vapores Comercial China, Limi- tada, de Hongkong, se dedica más especialmente á la carga y conecta á Hongkong en China con Salina Cruz, puerto terminal en el Pacífico del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec.
La "American-HaAvaiian Steamship Company" (Compañía de Vapores Americana-Hawai) , tiene ser- vicio en ambos océanos, el Atlántico j el Pacífico. El primero está establecido entre Nueva York y Puerto México, haciendo escala en Filadelfia en el viaje de regreso; y el último entre Salina Cruz y las Islas Hawai, haciendo escala en San Diego, San Francisco y Puget Sound. Esta Compañía tiene relaciones co- merciales muy íntimas con el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec.
La "Frederick Leyland & Co.," Limitada, (Indias Occidentales y Pacífico), hace su carrera entre Li- verpool y Veracruz, tocando en Tampico, Progreso y Nueva Orleans.
La Línea Harrison conecta á Liverpool con Pro- greso, Veracruz, Tampico y Nueva Orleans.
La "Mexican Navigation Company" (Compañía de Navegación Mexicana), se ocupa principalmente en fietes entre los puertos mexicanos del Golfo de México, haciendo escala en todos los puntos impor-
COMERCIO marítimo. 145
tautes (le la costa, incluyendo á Tampico, Túxpam, Ve- raeriiz. Puerto México (Coatzacoalcos), Frontera, Laguna, Campeche, Nautla y Tecolutla.
Estos apuntes darán una idea de la importancia que el comercio marítimo de México ha asumido du- rante los iiltimos treinta años ; aunque no manifies- ta el número de buques que tiene en servicio cada comi^añía, ni la importancia de su negocio. Actual- mente hay en el servicio marítimo mexicano 11,000 buques de todas clases ocupados tanto en el comercio del Atlántico como en el del Pacífico y en el costero, y este niimero se aumenta constantemente todos los años conforme la cantidad de carga y el movimiento de pasajeros asume mayores proporciones.
CAPITULO Lll.
Manzanillo y la costa del Pacífico.
Hace menos de un cuarto de siglo la costa del Pa- cífifico de México estaba más distante de la capital de la República que Nueva York. Era del todo una tierra aparte, con intereses locales que eran conside- rados de mayor importancia que la lealtad y obedien- cia debidas al gobierno central. Por cuya razón la costa occidental de México era siempre temida por su espíritu turbulento é independiente, y por su inac- cesibilidad en tiempos de levantamientos peligrosos, que eran, por cierto, demasiado frecuentes en esta parte del país.
Este era más ó menos el estado crónico de los asuntos en todos aquellos Estados, que debido á su distancia de la capital de la Federación, j á la falta de buenos medios de comunicación y transporte, es- taban en situación de ofrecer asilo á los desconten- tos políticos y de levantar partidas revolucionarias que los apoyaran.
Como liemos dicho ya antes, el gobierno de Díaz comprendió, que para lograr que la paz del país fue- ra permanente y que pudiera asegurarse la estabili- dad de la administración, era absolutam^ente nece- sario llevar las Aias de comunicación basta las partes más alejadas de la Eepública. En un país de la vas- ta extensión territorial de México esta tarea pare- cía sobrehumana, si se tomaba en consideración lo limitados que eran entonces los recursos del gobierno y la incertidumbre de que la administración se pu- diera sostener por algún tiempo en el poder. Pero se comenzó el trabajo extendiendo con toda la rapidez posible líneas de telégrafo á todas las poblaciones y villas de importancia del país. Las empresas fe- rrocarrileras fueron estimuladas, con la concesión de subsidios y privilegios á las compañías organiza-
MAÍÍZAMLLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 147
das para promoverlas, los caminos carreteros anti- guos fueron mejorados y otros nuevos fueron abier- tos donde hacían falta. Más tarde se instalaron lí- neas telefónicas y se construyó un ferrocarril á tra- vés del Istmo de Tehuantepec. No obstante todo lo cual, gran parte de la costa del Pacífico permanecía aún aislada del resto de la República. Se otorgaron concesiones ferrocarrileras con fuertes subvenciones á varias compañías para que se construyeran líneas férreas á la costa occidental ; pero las dificultades pa- ra la real'zac ón de estas empresas eran muchas, y así, por cierto número de años todas fracasaron, con excepción de la línea del Istmo de Tehuantepec que ya hemos mencionado ; y como esta línea férrea está situada muy al sur, no ha tenido, como es natural, gran influencia sobre los Estados de la costa del Pa- cífico. Finalmente, sin embargo, la Compañía del Fe- rrocarril Central Mexicano aseguró una concesión, y los trabajos fueron impulsados con tanto empeño, que al fin la ciudad de Guadalajara fué unida por ferrocarril con Colima, capital del Estado del mismo nombre. Y como ya el puerto de Manzanillo había sido anteriormente conectado con rieles con la ciudad de Colima, quedó asegurada la comunicación ferro- viaria entre dicho puerto y la importante ciudad de Guadalajara.
En anticipación del día en que la costa del Pa- cífico estuviera conectada por línea férrea con la ca- pital de la República, el Gobierno mexicano hizo el año de 1899 un contrato con el Coronel Edgar K. Smoot para la mejora del puerto de Manzanillo. Di- cha mejora debía incluir el arreglo general de la en- senada del i3uerto, el dragado de las partes esencia- les para la nai^egación, la construcción de muelles y la erección de un rompe-olas para proteger tanto el puerto como la población de los embates del océano, los cuales eran de tal naturaleza, que habían hecho de la costa de Manzanillo una de las más peligrosas de México.
La extensión del Ferrocarril Central Mexicano á
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la costa y la renovación del puerto de Manzanillo lia formado un nuevo eslabón en la cadena que la ad- ministración actual ha venido forjando desde hace más de treinta años, para unir firmemente y sujetar todos los antiguos elementos intranquilos de la gran masa política, elementos que continuamente amena- zaban alterar la paz del país y la estabilidad del go- bierno. Es, por consiguiente, de gran interés saber exactamente qué es lo que se ha hecho en Manzanillo y qué es lo que esto significa para el progreso de Mé- xico.
La bahía de Manzanillo, de once kilómetros de largo por seis de ancho, como término medio, es una gran indentación de la costa expuesta á todo Acento y marea, con ensenadas profundas en la parte nor- te y sur, siendo la iiltima de éstas la que forma el puerto de Manzanillo, protegido por una punta de tierra de la entrada directa de las olas del mar.
En el área central de la bahía, el agua tiene una profundidad de treinta á cincuenta metros, la cual se extiende hasta muy cerca de la costa. Tanto la for- ma regular que tiene la bahía, como su profundidad uniforme y lo empinado de sus costas, demuestra la existencia de corrientes fuertes y regulares dentro de sus límites.
Pero para convertir á Manzanillo en un gran puerto de la costa del Pacífico, era indispensable pre- pararlo para el desarrollo que era natural esperar si- guiera á la extensión del Ferrocarril Central Me- xicano á la costa y á la construcción de obras mo- dernas en el puerto, que atraerían, sin duda alguna, un gran aumento en los negocios comerciales entre Manzanillo y la capital de la República y todas las ciudades y poblaciones del tránsito. Para llegar á este fin, sin embargo, era imperativamente necesario mejorar las condiciones sanitarias del puerto y de las comarcas circunvecinas ; para lo cual se firmó un contrato entre el Gobierno mexicano y el Coronel Smoot que abrazaba todos los trabajos que la nueva situación requería.
MANZANILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. U9
Del lado de tierra Manzanillo está rodeado por las lagunas de San Pedrito y Cayutlán, ambas dos, grandes extensiones poco profundas de agua, que in- filtran considerable superficie del país circunvecino. En ]a estación seca la evaporación es excesiva, y el agua de las lagunas se reduce de tal modo que se po- ne á descubierto el fondo lodoso de las mismas. Los vientos nocturnos que soi)lan hacia el mar i)asan so- bre estas marismas, especialmente sobre las de Cu- wtlán. que quedan muy cerca de la ciudad, del lado sur, y llevan los elluvios hacia el puerto. Un examen cuidadoso de las condiciones sanitarias del lugar ha mostrado que el mayor peligro para la salud en Man- zanillo viene de esta última laguna. I*or lo cual se decidió comenzar por aquí, á efecto de evitar la cau- sa del perjuicio. Se abrió un canal en la cañada de la cordillera de montes, en el lugar denominado Venta- nas, con el objeto de permitir á las aguas del mar entrar á la laguna con la marea dos veces al día, de cuyo modo se mantiene el nivel del agua en dicha la- guna al mismo nÍAel del mar durante todo el año; teniendo este expediente como natural i'esultado que la laguna se lava, podemos decir, constantemente con el agua salada del océano, y de consiguiente desapa- recieron las condiciones de insalubridad que reina- ban anteriormente.
Como el extremo Este de la laguna ha sido duran- te muchos años un distrito gran i:)roductor de sal, era necesario proteger esta industria, que aún es de con- siderable importancia local. En los tiempos del vi- rreinato habían más de mil pozos en la vecindad de la población de Cm^utlán, y aún hoy todos los años en los tres meses de tiempo seco el lugar presenta un aspecto de gran animación. Se construyó, ]mes, un dique á través del estrecho de Tepalcates, en el ex- tremo oriental de la laguna ; lo cual permitía que to- da la parte de la laguna del lado de Manzanillo fuera inundada por la marea, mientras que los distritos salinos de la vecindad de Cuyutlán no eran tocados ; pues debido á la distancia de veinte kilómetros á que
150 DÍAZ Y MÉXICO.
dicho distrito está del puerto de Manzanillo, podían sus habitantes proseguir su industria de sal sin pe- ligro para la salubridad de dicho puerto.
Como es de esperarse, el trabajo principal del Coronel Smoot consistió en la construcción de las nuevas obras del puerto. Pero con el objeto de que éstas tupieran buen resultado, se hizo indispensable hacer primero un estudio cuidadoso de las condicio- nes reinantes de los vientos, mareas, arenas, corrien- tes y de la profundidad de las materias deleznables en el fondo de la bahía, para que la construcción del rom])e-olas que debía proteger el puerto fuera llevada á cabo con inteligencia y acierto, de modo (i no im- pedir la circulación de las corrientes naturales de la bahía en su litil trabajo de llevar al mar las arenas que ellas mismas traían dentro. De suerte que se em- plearon varios meses en hacer estos estudios con el mayor cuidado, especialmente en lo que concierne al volumen y curso de las corrientes y á la sondeada de la bahía. Finalmente, el rompe-olas fué construi- do en el lugar donde interfiere lo menos posible con el proceso natural de dragado que la naturaleza ha estado llevando á cabo durante siglos dentro de la bahía de Manzanillo, de cuyo modo se ha evitado la necesidad del dragado mecánico que tiene que hacer- se constantemente en muchos ])uertos.
El puerto de Manzanillo, que ocupa la ensenada en el extremo sur de la bahía del mismo nombre, es- tá protegido del mar por una punta de tierra y una cadena de montañas al este, sur y sudoeste. La gran profundidad natural del puerto y el abrigo que le pro- ])orciona esta cadena de montañas que lo rodea por casi todos lados, le dá ventajas como poseen pocos otros lugares en el mundo. Pero se necesitaban cier- tas mejoras artificiales para que se pudieran utili- zar estas ventajas naturales ; pues cuando los vien- tos y la marea golpean del lado del océano, la bahía se veía expuesta á la furia de los huracanes que im- pulsaban la tempestad de las aguas alrededor de la punta de tierra que antes hemos mencionado, y que
MANZANILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 151
tiene solamente doscientos metros de largo, y barría las costas hasta los propios lindes de la ciudad. Co- mo por término medio la altura de las olas que da- ban la vuelta á la punta de tierra cuando liacía mal tiemi30, era de tres y medio á cuatro metros en las peores circunstancias, el ímpetu de semejante volu- men de agua lanzándose alrededor del cabo y hacia la bahía, hacía muy inseguras todas las partes de la ensenada del interior. Por cuya razón los naufra- gios eran frecuentes, aún en el interior del ixierto, por el tiempo en que el gobierno hizo el contrato con el Coronel Smoot para la mejora general de las con- diciones de dicho lugar.
Como un preliminar indispensable para la ejecu- ción de los trabajos, se sondearon con cuidado las X>rofundidades del agua en las distintas partes de la bahía y se determinó la naturaleza y espesor del material del fondo. El resultado de estos exámenes mostró la ausencia completa de lodo en dicho fondo, el cual estaba cubierto de conchas y arena corriente; lo que indicaba la existencia de corrientes con sufi- ciente velocidad para llevarse el lodo, pero no con suficiente fuerza para remover las arenas y conchas del fondo de la bahía. Se hicieron también observa- ciones cuidadosas acerca de la fuerza, altura y direc- ción de las mareas, con sus fluctuaciones y sus re- laciones con las corrientes ; y se encontró, que el mar- cado exceso en la velocidad de declinación en la ma- rea lunar, da origen á mayores velocidades de las corrientes en el reflujo, que en las mismas durante el flujo de dicha marea. Esta circunstancia impide la acumulación de depósitos dentro de la bahía y constantemente regresa al océano las arenas finas y sedimentos que son traídos por las olas y mareja- das.
Estas y otras muchas observaciones científicas que se hicieron, mostraron la necesidad de arreglar el rompe-olas que debía proteger el fondeadero, de modo de permitir á las mareas y corrientes que con- tinuaran dragando la ensenada, como lo habían esta-
ir.L> DÍAZ Y 3IEXIC0.
do liaciendo durante siglos. Fué con este plan en mira que el Coronel Smoot procedió á construir las obras del puerto de Manzanillo ; v los resultados has- ta lioy obtenidos, ban mostrado el gran valor de este tan minucioso y cuidadoso trabajo preliminar.
Las obras de mejora del puerto en sí, consisten en un rompe-olas que ]>royecta dentro del agua JzG.") metros desde una i)unta de tierra de 200 metros de largo, haciendo una extensión total de ()().") metros ; de un dique ó defensa á lo largo del frente de la ciu dad de ^Manzanillo, desde la base del Mgía grande al extremo oriental del puerto, que es una distancia como de dos kilómetros, y por último, la rellenada del terreno situado entre el antiguo frente y este dique. El rompe-olas, que corre en una dirección curvilínea desde el extremo de la punta de tierra, ])rotege la en- senada sobre cuyas costas está situada la población, de tal modo que impide que las tempestades del océa- no penetren al puerto. Las anteriores obras han sido ya prácticamente terminadas y también se ha cons- truido ya un muelle para el acomodo del comercio marítimo.
La parte más costosa de la obra ha sido la cons- trucción del rompe-olas, el cual tiene ocho metros de espesor en la parte alta y cien metros en la base, y se eleva á una altura de veinte .y seis metros, de los cuales veinte y dos están dentro del agua y cuatro fuera de la misma. Esta gran profundidad ha ne cesitado de un ancho corres])ondiente en la base, lo que ha consumido la enorme cantidad de 775,000 to- neladas métricas de piedra, que tuvo que ser traída de una distancia de nueve kilómetros á que están las canteras de granito de Colomo. Para el transporte de esta ])iedra hubo necesidad de construir un ferro carril desde el puerto á las canteras. Pero no fué és- te el i'inico trabajo difícil. Con motivo de lo profundo del agua en el lugar donde tenía que construirse el rompe-olas, toda la estructura tuvo que ser coronada con bloques de piedra de tamaño enorme, los cuales fueron cementados juntos y cubiertos con un caballe-
MANZANILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 1'3
te de cemento de gran solidez. Estos bloq^ues no tie- nen menos de dos metros de espesor y pesan de trein- ta á sesenta toneladas cada nno, y son probablemen- te los más macizos y i)esados qne se hayan empleado hasta hoy en nna estrnctura en cantidad tan enorme. I*ara manejarlos hnbo necesidad de maqninaria po- derosísima, y no obstante, y á pesar de todas las precauciones que se tomaron, hnbo qne bichar con mn- chas dificnltades. Las canteras están sitnadas en la cima de nn cerro, á nna altnra de doscientos metros sobre el nivel del ferrocarril al ])ie de dicho cerro. Con motivo de los inmensos pesos qne tenían qne ser manejados y á la vibración constante qne esto oca- sionaba, con frecuencia se rom])ían las cadenas y algunas veces otras ])artes de la maquinaria, cuyas piezas tenían que ser reparadas ó conseguidas en un lugar á distancia considerable de cualquier mer cado. La piedra era enviada cerro abajo en un ferro carril de declive .y de allí eran llevados los bloques al puerto en carros con capacidad de sesenta tonela- das. A pesar de ser estos carros de construcción nuiy fuerte, solamente una de estas inmensas masas de granito podía ser ti'ansportada en un cai*ro. Esto dá una idea de su enorme peso ; lo cual no obsta ])í\ví\ que las grandes grúas del puerto manejaran estas enormes masas de granito con la mayor facilidad.
La forma curva del romjíe-olas permite la libre circulación de las corrientes imturales dentro del l)uerto y la bahía, y al mismo tiempo ofrece una su- perficie de gran resistencia á los embates de las tor- mentas del Océano por el lado de afuera.
El frente del puerto con sus muelles, cuando todo esté concluido, tendrá cinco kilómetros de largo y acomodará con facilidad cuarenta buques. Los mué-' lies serán suficientemente largos i)ara poder acomo- dar cualquier buque-barco por grande que sea, y ten- drán una profundidad de nueve metros cuando la ma-* rea esté baja. La bahía propia tiene de cincuenta á cien metros de profundidad en el centro y el puerto tiene veinte metros, mientras que en la ribera, á lo
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largo del frente de la ciudad, llene una profundidad alrededor de tres metros en la marea media.
En la actualidad la entrada del puerto tiene dos kilómetros de anchura ; pero hay ciertos proyectos en consideración que reducirán materialmente esta abertura aumentando el largo del rompe-olas ya construido y construyendo una proyección semejante desde la costa del lado opuesto.
Los informes dados por el inspector del gobierno sobre las trabajos del imerto de Manzanillo han si- do siempre de lo más favorables y los resultados que desde entonces se han ido obteniendo, prueban lo correcto de este juicio; pues Manzanillo es hoy uno de los mejores puertos de la Kepública.
El costo de las obras hasta hoy es poco más de $8.000,000 plata, que es menos de la mitad del que costaron las grandes obras de puerto construidas por el Coronel Smoot en Gálveston para defender á esta población y á su bahía de las tormentas del Gol- fo de México. Por consigiiiente, para el trabajo que se ha llevado á cabo, el costo para el gobierno de Mé- xico debe considerarse como muy razonable.
Como el i)uerto de IManzanillo tiene una área de 165 acres, hay local suficiente para el actual tráfi- co; pero las mejoras y extensiones que están bajo consideración, más que doblarán esta área y pro- porcionarán acomodo amplio para cualquier aumen- to posible en el tráfico durante muchos años. No cabe duda que se agregarán otras mejoras á las que están ya terminadas ; porque las facilidades natura- les de este puerto, la posición tan importante que ocupa en la costa del Pacífico, sus medios de comuni- cación directos con la capital de la República, y su situación intermedia entre el extremo norte y el ex tremo sur en la costa mexicana del Grande Océano, le dan una importancia que merece toda la atención que se le ha dedicado, y estimula á hacer aún mayo- res esfuerzos para convertirlo en el puerto mexica- no más grande de la costa del Pacífico, como merece serlo por su posición intermedia entre Manzanillo y
MAJíZAIíILLO Y LA COSTA DEL PACIFICO. 155
Salina Cruz (que distan cerca de mil millas uno de otro) y la circunstancia de que es también punto in- termedio entre San Francisco y Panamá.
Una zona agrícola rica y extensa es triluitaria del puerto y del ferrocarril que lo conecta con (luadala- jara, ciudad que es en tamaño y población la segam- da de la República. Muchas minas que aún no han sido exploradas contribuirán, en un futuro próxi- mo, con su riqueza, por cuyos motivos la costa del Pacífico de México no cabe la menor duda que está destinada á llegar muy pronto á la vanguardia^ co- mo lo ha hecho ya la costa del Pacífico de los Estados Unidos ; este desarrollo futuro exige facilidades pa- ra el comercio como las que Manzanillo ofrece ya en la actualidad.
El Coronel Edgar K, Smoot, contratista é inge- niero á cargo de los trabajo^ del puerto de Manza- nillo, se ha identificado de un modo promiente con la construcción de grandes obras públicas en Méxi- co desde hace catorce años ; durante cuyo tiempo ha logrado por medio de su reconocida competencia y de su concienzudo trabajo, toda la confianza del Go- bierno mexicano, tanto por su honradez como por su habilidad y su equidad en el cumplimiento de todos sus compromisos. Es ingeniero de gran expe- riencia y de grandes conocimientos científicos y téc- nicos, los que ha adquirido á fuerza de un estudio mi- nucioso y universal de los grandes trabajos de inge- niería en el mundo. Esto explica por qué los trabajos del puerto de Manzanillo han sido hechos con tanto cuidado y por qué sus resultados han sido tan satis- factorios para el Gobierno mexicano. Xo cabe la me- nor duda que la gran experiencia que adquirió el Co- ronel Smoot en la construcción de bis olu'as del puer- to de Gálveston, ha contribuido á hacer tanto más eficaces los trabajos del puerto de Manzanillo.
Las mejoras adicionales que deberán hacerse á. los trabajos de dicho puerto en un futuro próximo, serán la construcción de más muelles y la extensión del romi^e-olas unos doscientos metros más.
ir.r; DiAZ Y mexico.
Cuando esto último esté terminado, dará una pro- yección total sobre la línea de los muelles de casi un kilómetro. Si tomamos en consideración la eran ])ro- fundidad de las aguas en el lugar en que ha sido construido el rompe-olas y la gran cantidad de i)ie dra que lia habido que emplear en esta obra, los tra- bajos del puerto de Manzanillo deben considerarse como una de las grandes proezas de ingeniería en los tiempos modernos.
"AT'TO-RETRATO."
Ctadkt de Hernán Gedovius.
CAPITULO Lili.
Mejoras en los puertos- Hace escasa: líente veinte años no liabía en Méxi- co pnerto alguno que tuviese las facilidades conve- nientes, esto es, en el cual los grandes va])ores pu- dieran entrar hasta la orilla del muelle para la des- carga de sus mercancías sin necesitar la ayuda de barcas alijadoras. Pero de entonces acá el Gobierno ha invertido millones de pesos en mejoras en las ba- hías, resultando que tanto en las costas del (rolto de México como en las del Océano Pacífico se cuenta ya con excelentes puertos, y aún se proyecta la adap- tación de otros en los que se invertirán otros varios millones de pesos, á fin de llevar á realización el programa para la mejora de los puertos del Golfo y del Pacífico.
Xo hace aún muchos años los buques transatlán- ticos, arribaban á A'eracruz exactamente en la mis- ma forma en que lo hicieron las naves que trajeron á los primeros aATutureros españoles, lanzando sus anclas en las arenas de ''Villa Rica," en preparación para principiar la jornada de la conquista que ter- minó con la caída del imperio de los Moctezumas.
Es verdad que antes de esas obras, ya mucho se había hecho en trabajos de construcción de muelles, almacenes y comodidades para el atraque de ])otes pequeños; pero la bahía continuó siendo insalubre, peligrosa y deficiente en extremo durante los tres- cientos años de la dominación española.
Hasta la época del advenimiento del Gobierno de Díaz, los jefes y arbitros de los destinos de la Ke- pública, habían estado demasiado ocupados en sus reyertas civiles y políticas para prestar atención á asuntos para ellos de tan poca importancia como mejoras en los puertos. Entretanto los buques oceá- nicos, aumentando cada vez más en tamaño é impor-
158 DÍAZ T MÉXICO.
tancia, se A'ieron al fin forzados á lanzar sus anclas en alta mar, cada vez más y más lejos de la bahía, pues su mayor calado exigía un fondo de agua más profundo.
Lo mismo que de Yeracruz puede decirse de to- dos los otros puertos de las costas mexicanas. Algu- nos disponían de mayores facilidades naturales que el puerto principal del Golfo ; pero todos exigían la inversión de largas sumas á fin de adaptarlos al cre- ciente movimiento marítimo mercantil que año tras año prosiguió acentuándose en la República como re- sultado de la política del Gobierno mexicano para impulsar la industria y el comercio del país. Como las bahías más importantes se ha]lal)an en condicio- nes naturalmente inadecuadas^ ó bien obstruidas por grandes barras de arena, el mejorarlas hasta el pun- to de hacerlas comercialemente útiles conforme á la demanda, siempre en aumento, de las actividades de la República, requería gastos tan considerables, que cualquiera otro gobierno, aún más emprendedor que el de México, habría vacilado en acometer tan aventu- rada empresa. Pero la administración, durante veinte años, ha conservado la más completa fe en el futuro del país, y por lo tanto fué resuelta la ejecución de mejoras en las bahías de mayor importancia comer- cial ; y el aumento en los negocios que trajo consigo la adaptación de los primeros jmertos y el ensanche de cada ramo industrial producido por el más sóli- do crédito del Gobierno, permitieron á éste extender sus energías y ampliar su campo de acción.
El primer puerto que recibió el beneficio de la sa- bia política del Gobierno fué Yeracruz, en cuyas obras han sido gastados cuarenta millones de pesos. Al presente pueden penetrar á la bahía y anclar á lo largo del muelle, navios con calado de veinticuatro pies. La bahía y curso de los buques están bien alum- brados y siempre hay á mano pilotos para guiar las embarcaciones en su entrada al puerto. Este puede acomodar perfectamente todo el transporte mercan- te susceptible de llegar allí por muchos años futu-
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MEJORAS EX LOS PUERTOS. 159
ros. Cuenta con diques flotantes, talleres de repara- ción, almacenes y todas las facilidades de un gran puerto moderno. El puerto de Yeracruz tiene dere- cho á ser considerado el primero de la República.
A la terminación de los trabajos emprendidos en los dos puertos que forman las estaciones terminales del Ferrocarril de Teliuantepec, ó sean: Puerto México y Salina Cruz, se liabrá gastado en ellos una suma, probablemente mayor que en Veracruz. Estos puer- tos son ya de gran importancia comercial ])or razón de formar los puntos terminales de la ruta transcon- tinental á través del Istmo de Tehuantepec, y esa im])ortancia crece firme y rápidamente.
Puerto ^léxico, también conocido con el nombre de Coatzacoalcos, es una hermosa bahía natural, for- mada por la desembocadura del río Coatzacoalcos, que tiene una profundidad suficiente para dar cabida á navios con treinta pies de calado. Cuando todas las mejoras emprendidas se hayan terminado, tendrá cerca de una milla en muelles, en adición á la facili- dad que existe para el anclaje hasta cerca de una mi- lla río arriba.
Salina Cruz es un puerto natural situado en la costa del Pacífico, distante sólo 192 millas de Puer- to México, con el cual está ligado por el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, uno de los ferrocarriles mejor construidos de la República y que en su tra^ mo transporta más flete que ningún otro de México. La bahía exterior mide sesenta hectáreas. Hay ade- más otra bahía interior, con una profundidad de cerca de 30 pies, que mide 1,040 metros de largo por 240 metros de ancho. Navios oceánicos descargan ya sus fletes en los muelles, donde grúas modernas de vapor facilitan la carga y descarga. Ami^lios atraca- deros y almacenes marcan sus líneas en la bahía y existe allí un excelente dique seco, de 30 pies de fon- do en baja marea para permitir la reparación de embarcaciones, en caso necesario. Tanto Puerto Mé- xico como Salina Cruz están provistos de muy buen alumbrado en toda la extensión de las bahías v los
IBO BIAZ Y MÉXICO.
poderosos fanales de los faros, señalan la situación de ambas. La luz del faro de la bahía interna, situado en las alturas del "Morro," ])uede distinguirse á más de 20 millas de distancia en alta mar.
El último de los puertos, IMazatlán., situado en el Estado de Sinaloa, pronto será una de las más hermosas bahías de la Ke|)ública. Este puerto siem- pre ha tenido muchas facilidades naturales ; pero se hallaba ol)struido i)or una barra de arena en la boca del río del mismo nombre, la (pie impedía el paso á los buques de gran tamaño, excepto en la alta marea. Pero las mejoras va i)royectadas comprenden la re- moción de esa barra y la construcción de extensas obras para impedir una irrupción posterior de are- na. Además, la l)ahía será provista de todos los ele- mentos modernos con que se ha dotado á los demás puertos que el Gobierno ha reconstruido en los doce últimos años.
La im])0]'tancia de las mejoras en los ])uertos no puede ser exagerada, pues por ellas se ha estimulado el tráfico marítimo en todos sentidos y han hecho ])0- sible para los ferrocarriles el acrecentar material- mente sus entradas. También han im])ulsado el co- mercio y movimiento mercantil en toda la Re])úbli- ca ; pero no sólo estriba su importancia en lo que han hecho, sino en lo que tornarán ])osible hacer en el porvenir. Existen ahora, tanto en las costas del Golfo mexicano como en las del Pacífico, puertos ca- paces de alojar á los más grandes vapores oceánicos, los que pueden desembarcar sus pasajeros á orilla de los muelles. Esto significa un vasto aumento ac- tual y futuro del tráfico marítimo. Aún cuando han sido grandes las sumas gastadas para mejorar los l)uertos de ]México, el aumento en los negocios i)ro- ducido en toda la Ke])ública como una consecuencia de esas obras, compensa y retorna rápidamente el dinei'o invertido. El aumento de los ingresos por de- rechos de puerto, es también un espléndido producto del ca])ital invertido.
Pero además del aumento real en los derechos de
MEJORAS EN IOS PUERTOS. 101
puerto Y el estímulo del comercio marítimo, debe también tomarse en cuenta la influencia de los puer- tos sobre la acti^ádad industrial y mercantil del país en general, cuya influencia ha sido notable y promete acrecentar constantemente su importancia en el fu- turo.
Un diario prominente de México, expresó hace algunos años, cuando se discutía la cuestión de mejo- ras en los puertos, que era inversión segura la que se confiaba al futuro de México, con sus vastos recur- sos sin desarrollar y la actividad perceptible en to- das las líneas de negocios en todas las comarcas de su territorio. El (lobierno mexicano, en los últimos treinta años, ha estado siempre dispuesto á confiar en el futuro del país y á esta fe se debe la sucesión de mejoras que han marcado la administración de Díaz, de las cuales no son las menores las obras en los ]niertos ya terminadas, en actual prosecución y á ])unto de terminarse ó las que se com])leten en el futuro.
CAPITULO LIV.
Fases comerciales.
El hombre de negocios mexicano, que no es sino rara vez comprendido y apreciado en su justo valer por los extranjeros, está mostrando ser un gran fac- tor en la edificación de la República. Se alega que el extranjero, por su mayor espíritu de empresa, lo re- lega á un término secundario ; pero no es éste el caso exacto. Desde la era española, México ha sido un campo de atracción para el comerciante del Viejo Mundo. Poco después de la conquista, los franceses, alemanes y otros europeos vinieron á él con un vasto surtido de mercaderías. El francés trajo sus telas, lencería, perfumes y objetos de lujo; el alemán su fe- rretería, armas y municiones. Ambos obraron acer- tadamente, pues hubo gran demanda de sus efectos y muchas han sido las fortunas producidas por la labor mercantil en México. Sin embargo, esos comer- ciantes muy pronto enseñaron su arte y trasmitieron sus prácticas á algunos de sus más brillantes em- pleados, los que en muchos casos llegaron á estable- cerse por sí solos; pero debido á la falta de capital sus importaciones hubieron de ser hechas en menor escala, produciendo la consiguiente disminución de utilidad. Esto sólo sirvióii para fomentar las carac- terísticas naturales para lograr estal)lecer un co- mercio activo bajo buenas bases.
El comerciante al por mayor consideraba como una iitil pérdida de tiempo la discusión y regateo acerca del precio; mas el mexicano, por su hábil for- ma de efectuar sus transacciones, jíronto avanzó has- ta el punto de amenazar seriamente la influencia co- mercial del extranjero. Estas condiciones subsisten hoy. El comerciante extranjero ha tenido la ventaja de contar con capital más considerable; pero el me- xicano conoce mejor á los parroquianos y por lo re-
YiSTA DE LA Plaza. I'okkllv. Micii.
FASES COMERCIALES. 163
giilai es v.ayo el mayor provecho. Al mismo tiempo ajusta á sus dependientes con un sueldo más bajo y por su método en dirigirlos asegura de ellos un máxi- mum de servicios por un mínimum de salario.
El extranjero será siempre un elemento princi- pal en el gran tráfico mercantil en México ; pero en las Agentas al menudeo, cuyo negocio depende prin- cipalmente del vulgo, su influencia va en decadencia gradual. Se inicia ya en México un considerable mo- vimiento comercial al por mayor, que abarca todos los ramos. Los corredores están estableciendo cen- tros de distribución para todos los puntos del país. Esa vasta empresa está, prácticamente, dominada por el extranjero y continuará aún en sus manos por muchos años; \wyo el número de extranjeros que se dedican al comercio i)or menor se \é más y más re- ducido cada día. Esta es la causa directa de que el hombre comercial mexicano avance en ])reeminencia. pareciendo destinado á dominar en un futuro cerca- no al comercio al menudeo en el país.
Una de las más apreciables cualidades del comer- ciante mexicano es su paciencia, la cual es de todo punto necesaria en este país y muchos de los extran- jeros no la poseen. Xada importa averiguar cuál sea el factor responsable de la imposibilidad de acelerar las cosas en Méxco, mas es, sin embargo, cierto (jue no es práctico intentar negocio alguno bajo tales mé- todos de impaciencia. Esta es una lección bastante dura que el extranjero debe aprovechar, pues sólo esa circunstancia ha bastado para el fracaso de mu- chas emi^resas al por menor en México. Por supuesto que siempre habrá establecimientos mercantiles con- ducidos por extranjeros que practiquen sus ventas al menudeo y que cuentan con una gran colonia de su propia nacionalidad de donde formar su clientela,' é igualmente, será siempre el español un importante factor en el comercio de abarrotes. La paciencia, in- nata en el mexicano, le adapta sobre manera para operaciones mercantiles directas con el público. Lo que le falta en energía lo suple con largas horas de
164 DÍAZ T MÉXICO.
hibor y constante dedicación al negocio. Puede decir- se que su inciativa no está tan cultivada como la del extranjero; pero es pronto en imitar y rápida- mente aprende por su contacto con otros que tienen más experiencia en los negocios que él. La refinada cortesía usada ])or los mexicanos es otro factor de gran ayuda frecuente ; un ejemplo ilustrará este pun- to : Dos comerciantes se hallaban envueltos en un liti- gio sobre la renta de cierto edificio. Cada uno soste- nía que estaba en lo justo ; el tema de la cuestión se tratal)a una y otra vez, alejándose más cada momen- to de la posibilidad de un acuerdo. Por ambas par- tes se emplearon abogados y el asunto ])rometía con- tinuar siendo un pleito hasta el fin. La dis])uta era de tal naturaleza, que la parte que resultara victo- riosa obtendría una gran ventaja bajo el punto de vista comercial. En tanto que el negocio era prose- guido con toda actividad, los contendientes en lo per- sonal continuaban tratándose enlaformamásamiga-^ ble posible. Se cambiaban invitaciones para comer juntos y al verlos tratarse con tanta amistosidad. na- die habría sos])echado que en los Juzgados estuvie- sen á punto de lanzarse uno contra otro. Al ])regun- tar á uno de ellos el por qué se mostraba tan afable con su contrincante, ])areció sorprenderse de la pre- gunta y replicó que sus diferencias eran puramente de carácter comercial ; ]>ero de ningún modo se re- ferían á asuntos personales. ¿Habría sido éste el conv l)ortamiento de un anglo-sajón en una situación aná- loga? Es seguro que si se hubiese suscitado una cues- tión idéntica entre dos extranjeros, la habrían lleva- do hasta el punto de convertirla en agracio personal, rehusándose mutuamente el saludo y aplicando to- dos sus esfuerzos á hacer patente su animosidad en contra del conqjetidor. El mexicano no malgasta su energía en contiendas ; se dedica á su negocio y pro- sigue, año tras año, apilando dinero quieta y calla- damente. Cuando el mexicano tiene que tratar di- rectamente con el extranjero, sus métodos distan mu
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Pocos luírares en el mundo han efectuado un avan- ce tan rápi«lo como México durante los últimos l\0 años, teniendo en cuenta las diticultades con que ha tenido que luchar. Tuauflo el (iobierno actual subió al ]H><ler. el país s«» hallaba profundair.ento sumergí do en deudas y sus ingresos no bastaban para su- fragar los gastos de la administración. El i-omercio y movimiento mercantil estaban paralizados, el ca-
FASES COMERCIALES. K;.')
cho (le ser comparables á los de los americanos ó ale- manes.
Los grandes plazos de crédito que varias casas en Europa conceden, lian hecho imposible la prácti- ca del sistema de ventas al contado y á treinta días. Cualesquiera que sea su situación financiera, el me- xicano siempre requiere un amplio plazo, aún pagan- do más por las mercancías con tal de obtenerlo. La imposibilidad de tanto manufacturero americano pa- ra colocar sus ])roductos en el mercado de JMéxico es debido á su fracaso para llegar á un acuerdo sobi-e ese punto. El precio del artículo puede sufrir fácil mente un recargo para cubrir con él los intereses adi- cionales correspondientes al tiempo en que esté in- soluto el crédito y sin que ese gravamen constituya un serio obstáculo para la realización de la Agenta. El ])lazo usual debe extenderse si el negocio se efectúa en amplia escala.
Es fácil hallar muchos ejemplos para demostrar que el comerciante mexicano no ha sido tan punti- lloso para cubrir sus compromisos como lo son los comerciantes extranjeros ; pero sin embargo, ima simple estadística probaría que pocas son las cuen- tas que se pierden en México en proporción al núme- ro de las que se quedan sin cubrir en los Estados Uni- dos. El comerciante mexicano debe ser tratado con cierto tacto, pues aún cuando tiene algunos defectos, su paciencia y conocimiento de las condiciones loca- les favorecen el establecimiento á través de la Kepú- blica de una industria mercantil que promete hacer- lo un factor de estima en la futura prosperidad co- mercial del país.
Pocos lugares en el mundo han efectuado un avan- ce tan rápido como México durante los últimos 80 años, teniendo en cuenta las dificultades con que ha tenido que luchar. Cuando el Gobierno actual subió al poder, el país se hallaba profundamente sumergi- do en deudas y sus ingresos no bastaban para su- fragar los gastos de la administración. El comercio y movimiento mercantil estaban paralizados, el ca-
166 DÍAZ T MÉXICO.
pital se liallaba temeroso de inversión, los bancos en estado ruinoso; ferrocarriles, prácticamente no ha- bía ninguno, exceptuando la línea desde Veracruz á la capital y partes de la misma destinadas á servir como ramales. Bandidos y asaltantes asolaban el país de uno á otro extremo; la minería estaba muer ta por las dificultades y peligros que ofrecía su ex- plotación. Lo peor de todo era que los mismos habi- tantes de México habían casi perdido la fe en que las condiciones industriales, comerciales y políticas de su patria habrían de mejorar. Desde entonces ¡ cuán- tos cambios han ocurrido! México ha sido transfor- mado en uno de los países más seguros del globo. Mi- llones de pesos han afluido á la Kepiiblica para inver- sión en varias empresas. La nación ha sido colocada bajo una base sólida política y financiera ; han sur- gido nuevas industrias por todas partes; banco tras banco abre sus puertas ; los tímidos han desecha- do sus temores de re^1leltas internas y el elemento nativo ha contribuido con grandes sumas á la forma- ción de vastas negociaciones, cosa que nunca pudo lograrse antes del advenimiento de Díaz al poder. A lo ancho y á lo largo de la Eepública se han cons- truido vías de comunicación y millares de millas de vías férreas se han añadido á las comparativamen- te escasas existentes, cuando Porfirio Díaz fué nom- brado Jefe Ejecutivo de la Nación en 1876.
El resultado de todo esto es que cada ramo de la industria ha obedecido el impulso de avance inicia- do por tan extensas mejoras en los medios de comu- nicación y de transporte, ha prosperado bajo las es- tables condiciones políticas y la confianza sentida por doquier en las buenas intenciones y solidez del Gobierno.
En todas las ciudades y poblaciones surge una nueva raza mexicana, pues las escuelas públicas en ellas establecidas han cultivado las inteligencias y hecho poderoso el móvil del saber. Entre 5 y 7 de la noche pueden verse en las ciudades centenares de jóvenes bien vestidos y con apariencia de prósperos
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D. FÉLIX Parra.— (Pintor Mexicano.)
FASES COMERCIALES. 1«7
burgueses, salir de sus oficiuas y sitios de trabajo. Todos ellos ganan diez veces más que el sueldo de que disfrutaron sus padres. Es digno de notarse también que todos ellos son jóvenes, sin que el mayor exceda de treinta años. Son producto de la nueva condición de las cosas, de la enseñanza técnica y de las moder- nas industrias que lian brotado de la prosperidad du- rante los últimos veinte años y que reclaman ope- rarios hábiles y firmes. Esto no es sino un comienzo. Otra generación florecida al amparo de igual hábil manejo verá en México, en las ciudades y poblacio- nes al menos, una numerosa clase media establecida y próspera, cosa que en la pasada historia de la Ke- pública prácticamente no existió. Esa clase media será doblemente valiosa : por la actividad industrial de que manará y por j)oseer la ventaja de ser ellos mismos consumidores. Cuando una nación produce consumidores, se vé obligada á reti'ibuir bien á los trabajadores. En los Estados Tenidos y Ca- nadá el obrero por lo general habita en una casa có- moda y agradable ; tiene con frecuencia en su sala un órgano ó un piano ; le agradan los l)uenos muebles y disfruta de una que otra fiesta ocasional en su lio- gar. A menudo envía á sus hijos á una escuela su- perior ó á un buen colegio y algunos eventualmente alcanzan llegar á la Universidad. Todo esto requie- re dinero y el obrero debe tenerlo; íisí el escalafón de sueldos tiene que ascender y toda la nación tór- nase en consumidora. De este modo se labra la rique- za real de un país : bajo las manos activas que pro- ducen y seres que por su trabajo viven como el hom- bre debe vivir. En el pasado, México no ha conta- do sino con una clase general de consumidores : los propietarios, capitalistas, profesionales y comercian- tes. La clase pobre vegetaba en una existencia más de bestia que de ser humano. Pero el régimen de Díaz ha comenzado á cambiar ese estado lamentable y una numerosa clase media se ha formado, que empieza á disfrutar de bienestar y actividad. Cierto es qu(í todavía se ven en México muchas infelices humanida-
lOH DÍAZ Y MÉXICO.
des que muestran los efectos de la miseria y el vicio ; pero esos pobres seres, aún siendo muclios, sólo son un indicio de lo que era México cuando prácticamen- te no existía otro pueblo (|ue el de esa misma clase. Si se quiere demarcar el progreso de un país, debe primeramente fijarse el i)unto de partida, trazar un curso y calcular las dificultades bajo las cuales ha te- nido (¡ue atravesar. Pocos países del mundo han avanzado tan ráindamente como INIéxico durante el pasado tercio de siglo. La maravillosa mejoría reali- zada en cada línea de la industria, de la educación y de las condiciones sociológicas del pueblo, es la más elocuente frase de encomio, i)or(pie aiin cuando las condiciones de las clases ínfimas de la Kepública pue- dan ser aún míseras, tal como han sido descritas re- cientemente por ciertos editores de i-e vistas, sin embargo, esas condiciones han mejorado notablemen- te en ia última década y esa miseria eu general es más aparente que efectiva, toda vez que los indios se han amoldado á su vida peculiar y no sufren con ella gran i)rivación ó inconveniencia. En ellos es don- de el go])ierno ha tropezado con la más grave dificul- tad para mejorar las condiciones sociológicas del país. La masa común del pueblo tiene que ser impul- sada; lo que admira es que tanto se haya logrado en un corto ])eríodo. Xo es tarea fácil crear una clase media en el transcurso de una sola generación y es- to se ha efectuado en ]México. Esta clase media sinte- tiza la palabra 'industria." Es el resultante de la expresión viva de la modificación lograda en la situa- ción industrial durante una generación. Es una fase en el desarrollo general durante el régimen de Díaz, sobre la cual nunca bastaría llamar la atención. Si aquellos que han hecho un medio de especulación el denigrar á México, hubiesen estudiado ese sólo as- pecto del desarrollo de la República, cesarían de for- jar cuadros tan falsos y distantes de la verdad sobre las condiciones en la actualidad existentes en Mé- xico.
CAPITULO LV.
Industria y progreso.
El éxito general de la prosperidad de todo país depende principal mente del progreso de sus indus- trias. Una mirada retrospectiva á la historia de Mé- xico durante el último tercio de centuria, ilustra es- te asunto del modo más claro, inequívoco y admira- ble. El México de ayer y el de hoy no parecen ser los mismos países. El verdadero motivo de todo el pro- greso heclio durante este período, se encuentra en el admirable desarrollo industrial y comercial del país. Kl último debe incluirse en el primero, pues toda la importancia que ha adquirido durante los últimos veinte años, depende exclusivamente de éste.
El año de 187(5, cuando asumió el General Díaz ])rovisionalmente la presidencia de la República, el país se encontraba apartado de toda participación en los asuntos del resto del mundo, á causa de su in- competencia manifiesta para arreglar los suj^os pro- pios. Había sido de tal modo desgarrado por las guerras civiles durante tanto tiempo, que era inca- paz de defenderse contra las exacciones de otros paí- ses, que se amparaban con la excusa del desgobier- no de la República, para ejercer presión por medio de la di])lomacia.
Tan l)ajo había caído México en el nivel de las na- ciones, que pocas de ellas, excepto los Estados Uni- dos y las grandes naciones de Europa, se interesa- ban por mantener en su territorio agentes consulares ó diplomáticos. En otras palabras, estaba poco más ó menos que aislado en su posición entre las naciones.
Los Estados de la Repiiblica y aún los mismos pueblos y ciudades, se habían puesto barreras unos contra otros en forma de impuestos locales, que ten- dían á obstruir el comercio y á impedir el desarrollo natural de las actividades de las varias comunida-
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des que componían la nación. Iguales barreras anti- eoonómicas había colocado la Kepiiblica entre sí mis- ma y las naciones extranjeras, especialmente con los Estados Unidos, su Acecino de mayor influencia. Todo esto tenía por resultado retardar y obstruir el desarrollo de las industrias del país, siendo de éstas de quienes dependía el progreso del mismo. Es, por consiguiente, de interés especial seguir el desarrollo que México lia logrado durante el liltimo tercio de centuria y los esfuerzos que lia hecho para libertar- se de las antiguas trabas coloniales, que había ante- riormente insistido en conservar, á pesar de que se enorgullecía con llamarse República y se jactaba de sus principios é instituciones democráticas, la ma- yor parte de las cuales, existían solamente escritas en el papel y en la imaginación del partido liberal. Este se oponía, en tiempo de Juárez, á conectar Mé- xico por medio de líneas férreas con los Estados Uni- dos, por temor de la intervención de su poderoso ve- cino del Norte en los asuntos del país ; pues efectuan- do tal conexión, la capital de México no quedaba sino á dos ó tres días de la frontera del Xorte.
No pudo tampoco ver el partido liberal cómo se podían arbitrar rentas para el sostenimiento de la administración de las ciudades, pueblos y Estados, si se suprimían las gabelas que entre ellos existían. También muchos del partido se oponían á permitir á los extranjeros á venir á la Repíiblica en calidad de inmigrantes; temiendo que el país fuera invadido por americanos del norte, quienes, con el transcurso del tiempo, podían llegar en tanto número y ser tan poderosos, hasta lograr á pronunciarse en favor de la anexión de México á los Estados Unidos, como había sucedido algunos años antes en el caso de Te- xas.
Pero todas estas ideas y toda esta política han cambiado completamente durante la presidencia del General Díaz, quien desde los primeros años de su administración, se ha manifestado decididamente á favor del desarrollo de las industrias del país en
'Madoxa" Cuadro de üon Alberto Fevster.
INDUSTRIAS Y PROGRESO. 171
todas direcciones y por todos los medios i)osibles. Siempre, en toda ocasión, ha alentado a los que han manifestado deseo honrado de fomentar las indus- trias y de adelantar los intereses del país. Millones de pesos han sido gastados por el Gobierno mexica- no en subvenciones para el establecimiento de indus- trias nuevas dentro de las fronteras de la Repúbli- ca ; y á centenares de empresas nuevas se les ha con- cedido exención de impuestos por cierto período de tiempo. Como resultado de todo esto, las industrias de México han comenzado á asumir una importancia tal, que garantiza la esperanza de que serán, en un futuro próximo, tan activas como lo requieren la vas- ta extensión del país y el número de su población.
Para comprender la situación actual de las indus- trias de México, es absolutamente indispensable sa- ber á cuan bajo nivel habían llegado todas las acti- vidades industriales de la República cuando asumió la presidencia el General Díaz en 1876; pues el cami- no recorrido solamente puede apreciarse sabiendo cuál fué el punto de partida y cuáles han sido las di- ñcultades que han tenido que ATUcerse en un espacio de tiempo dado; y si se conoce bien el punto de par- tida, y se toma debidamente en consideración, al igual que las dificultades que se han tenido que ven- cer, el juicio imparcial no puede ser otro, sino el de que México ha adelantado muchísimo en la senda del desarrollo de la industria nacional.
Los pocos bancos que poseía México en 1876 es- taban prácticamente medio quebrados ; 3^ mantenían tal temor de las constantes reA'oluciones que pertur- baban el país y de la condición de semi-anarquía prevaleciente, que era casi imposible obtener dinero de ninguno de ellos para ninguna empresa indus- trial, y mucho menos para una de naturaleza comer- cial. Este estado de cosas continuó por algunos años después que el General Díaz subió al poder ; pues el sentimiento de des?onfianza es muy difícil borrar en un pueblo ó en una nación. Efectivamente, hay aún miles de indi\dduos en México hoy, que no pien
172 DÍAZ Y MÉXICO.
san en confiar su dinero á im banco, aunque tengan muchos cientos de pesos en efectivo que guardar.
El año de 1897 habían 10 bancos autorizados en México, con un capital de poco más de 146 millones de pesos; y el año pasado había en la Eepública 34 bancos autorizados, con un cai^ital de más de 750 millones. Tenemos, pues, que el aumento en bancos autorizados durante ese tiempo, fué de 240 por cien- to, y el aumento del capital de dichos bancos de 417 por ciento.
El comercio del país nos cuenta la misma histo- ria. El año de 187() las exportaciones de México lle- garon, en números redondos, á 37 millones, mien- tras que las importaciones fueron de 27 millones de pesos. En lOOÍ) las exportaciones habían aumen- tado á 231 millones, ó sea un aumento de 755 por cien- to, y las importaciones á 156 millones, ó sea un au- mento de 117 por ciento. Los presupuestos del Gobier- no para los gastos de su administración^ para sub- venciones y para otros usos, muestran igual aumen- to. El presupuesto de 1876 fué de 25 millones de pe- sos solamente, en números redondos, mientras que en 1809 llegó á 98 millones, ó sea un aumento de 292 por ciento. Estos son aumentos enoi'mes, posibles so- lamente en un país sin explotar como ^léxico, y que había sido retrasado en la carrera del progreso mo- derno por condiciones interiores especiales, debidas á métodos anticuados de gobierno y á las luchas ci- viles (pie habían tenido lugar dentro de sus fronte- ras durante más de medio siglo, antes de que logra- ra establecerse la paz, que es la que ha proporcionado oportunidad para el desarrollo nacional.
Pero hay otro punto de vista en este asunto que muestra también el gran desarrollo del país por la senda de la prosperidad nacional. Es el ai^recio que en el exterior se tiene hoy por ^México, y sobre todo, el crédito que ha adquirido en el mundo de los capi- talistas. Cuando el General Díaz tomó las riendas del poder en 1876, tuvo que pagar el doce por ciento anual por el poco dinero que obtuvo para cubrir ne-
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I3ÍDUSTRIAS Y PROGRESO. 173
cesiclades imperiosas del Gobierno. Pero ni ann á es- te alto interés, estaban dispnestos los bancos de Eu- ropa á prestar cantidades grandes de dinero á la entonces inestable Eepública.
Desde aquellos penosos tiempos para hoy, la ma- yor parte de la deuda pública de México ba sido con- solidada bajo la base de cuatro por ciento al año. Esto significa un doscientos por ciento de aumento en la confianza pública hacia México de los mercados monetarios del mundo. Ahora, cualquier emi^réstito que el país desee obtener, es cubierto inmediatamen- te á un interés muy bajo. En otras palabras, el pais que hace un tercio de siglo, era la desesperación del mundo financiero, goza hoy de la mayor confianza y crédito en todos los mercados monetarios de los Es- tados Unidos y de Europa. México ha dejado su pa- sado muerto y enterrado, y no se preocupa ya ni de hacerle las exequias.
Todo el mundo civilizado ha despertado ya al hecho de que México se ha conquistado un puesto en- tre las naciones progresistas y que rápidamente des- arrollan sus industrias, y todos los países están hoy ansiosos de estrechar sus relaciones con él. El resul- tado de esto es, que la República ha logrado hacer tratados comerciales ventajosos con las naciones co- merciales más adelantadas del mundo, que ahora se apresuran á enviar á la antigua tierra de los Moc- tezumas, sus mejores diplomáticos y agentes consu- lares. Estos representantes son para hacer negocios ; y el negocio es atender los intereses de los diferen- tes países, siendo de éstos, por cierto, no el de menor importancia, el de asegurarse cada cual la parte ma- yor posible del comercio del país.
Esto está en gran contraste con las condiciones que prevalecían en la República el año de 187G, cuan- do el diplomático más importante que entonces re- sidía en México, ocupaba sus energías en crearse un nombre sacando avante negociaciones de natura- leza más ó menos obscura, en perjuicio de los verda- deros intereses de su propio país, que dejaba entera-
174 DÍAZ T MÉXICO.
mente abaiKlonados. Ahora las naciones progresis- tas de Europa, comprenden que deben enviar sus mejores representantes á México; pues la creciente imiiortancia del país así lo requiere.
El aumento de la a'ed ferroviaria de la Kepúbli- ca durante la administración del General Díaz, au- mento principalmente debido al decidido apoyo y al estímulo dados por el Gobierno á los promotores y contratistas de ferrocarriles, muestra, (piizá mejor que cualquier otro ramo de su progreso, el admirable desarrollo que ha tenido lugar en México durante el último tercio de centuria. El año de 1876 no habían en la Eepública más que dos líneas de ferrocarriles, comprendiendo por todo 578 kilómetros. Al finalizar el último año fiscal, habían en México 78 líneas y ra- males de ferrocarril, con una extensión total de 24,160 kilómetros, esto es, un aumento en el número de líneas de 3,800 por ciento, y en extensión de 3,087 por ciento. Estos son números que sorprenden, y cons- tituyen la mejor refutación á aquellos escritores que vienen apresuradamente á México, permanecen unos pocos días ó meses aquí, regresan á su país y pu- blican ligeramente sus impresiones acerca de la Re- pública.
El cuadro presentado por el impresionista, po- drá ser muy interesante, como ha dicho un escritor francés ; pero las relaciones del impresionista no me- recen mucho crédito, por la misma razón de que es impresionista ; lo cual implica que es el polo opuesto del inA'estigador, que se dedica á estudiar con calma y paciencia las causas, las condiciones y los resul- tados de toílo lo que vé. Desgraciadamente, los im- presionistas andan desatados en México, y son tan numerosos y tan persistentes, y se han puesto tan- to en evidencia, que con frecuencia han ahogado la voz de protesta del escritor sensato, que ha estudia- do al país á fondo, y comprende todo el progreso que ha hecho, á pesar de innumerables y desalentadoras dificultades.
IIW:
Salón de Monolitos
Capilla Antifíwa, Teotilmacán.
Coatlique, Madre del dios de la Guerra.
El ludio Triste.
VISTAS DEL MUSEO NACTONAL DE MÉXICO.
CAPITULO LVI.
La riqueza y el futuro de México.
Mucha atención se ha ciado y continúa aún dán- dose por aquellos interesados en ello á ciertos ele- mentos de la riqueza de México; pero como general- mente al describirla se ha incurrido en muchas exa- geraciones, se ha perjudicado en vez de favorecer el interés que tan ansiosamente desean despertar los promotores. México no tiene necesidad de esto. Nin- gún país del continente americano se halla tan lleno de promesas como él. En los lejanos uías de la lle- gada de las razas blancas á las i)la3^as de México, la l^atria de los Moctezumas era la tierra de promisión de la América. Era la mansión de la opulencia, del poderío y de maravillosa riqueza agrícola. Los prín- cipes de la casa de Moctezuma vivían bajo un esi^len- dor verdaderamente oriental por su magnificencia. En esa tierra lírivilegiada, vastos imi)erios habían flo- recido, y desaparecido como todas las cosas terrena- les. En ella habían levantádose y caído dinastías y la omni-conquistadora mano del azteca dominaba un im- perio cuatro veces más grande que el de España, en la época en que los españoles por primera vez pusieron su planta en las costas del dominio de los 3Ioctezumas. Entonces, como ahora, la mayor izarte de este Impe- rio Indio estaba cubierto de ruinas, algunas tan antiguas, que toda memoria acerca de su origen se perdía en la obscuridad de los tiempos, constituyen- do grandiosos monumentos que elocuentemente pon- deran la riqueza, poder y esplendor del pasado.
Este mismo país, el más rico, poderoso y próspe- ro de todos los de América en tiempos de la conquisr ta, se encuentra aún, comparativamente, falto de des- arrollo. Todavía atesora su gran caudal de recursos inexplotados y lo cubren cuidades y poblaciones que revelan el bienestar de ciertas clases elevadas de sus
17(5 DÍAZ Y MÉXICO.
liabitantes ; pero el espíritu del moderno progreso que lia penetrado de lleno en el alma del país, demanda capital, empresa, inteligencia y manos vigorosas que desarrollen los vastos recursos naturales que basta el presente brindan un campo fructífero al trabajo.
Se imp«ne naturalmente la pregunta de ¿por qué si en la éj^oca de la conquista era México un país tan floreciente en civilización y avance interior, hoy re- quiere aún capital é inmigración extranjera para im- pulsar su progreso? La respuesta es sencilla. Hace un siglo México se encontraba á la altura de los Es- tados Unidos, si no es que un tanto más avanzado, y ese adelanto no ba sufrido un retroceso, ba sido sólo retardado por los desórdenes incidentales á las gue- rras civiles que lian conmovido al país por más de medio siglo. En este tiempo, otros países menos agi- tados por turbulencias intestinas han progresado. Las invenciones de las postrimerías del siglo XIX y las del presente han ayudado mucho á los Estados Unidos en su aA^ance por la senda del progreso mo- derno. I^n gobierno liberal y popular ha dado á los americanos una inmensa ambición que ha arrollado todo ante su paso. Las liarreras puestas por la na- turaleza al progreso y desarrollo nacionales fueron derribadas por un pueblo inflamado por el entusias- mo de la libertad individual y nacional, que es la creadora siempre de la iniciativa.
La gran población india y mestiza fué también un obstáculo en la senda de avance de México y aún todavía constituye un problema que reclama mayor atención que ningún otro relacionado con su desarro- llo intelectual, comercial, social y político. La in- fluencia de la casta dominante, que siempre ha man- tenido sojuzgados al indio y á su raza, ha contribui- do también largamente al retardo del desarrollo del país en la esfera industrial y sociológica. Por esto México, el más antiguo en cÍAÍlización de los países de América, reclama ansiosamente la ayuda del ca- pital para abrir sus vastos almacenes de recursos naturales.
LA RIQUEZA Y El 1 UTl HO DE MÉXICO. 177
Eli todas i^artes de la Rexiública se nota cierta ansiedad que tiene su origen en los cambios notables que se efectúan dentro del país mismo. Es la inquie- tud que anuncia el despertar de una nación. La edu- cación extiende rápidamente su influencia y la inte- ligencia del pueblo mexicano se despierta, de uno á otro confín del territorio. Es esta inteligencia que despierta la que llama al capital de Europa y Amé- rica para ensanchar los recursos naturales del país. Y ¿cuáles son estos recursos? México se encuentra en una situación análoga á la que presentaban los Estados XTiiidos hace medio siglo en lo que respecta á sus condiciones y elementos naturales. Estos sola- mente están en un estado de desarrollo parcial y México empieza á realizar que su misión es ser su propio abastecedor y manufacturero; que no es ne- gocio de provecho remitir sus materias primas al ex- tranjero para comprar después el artículo de ellas manufacturado. Por lo tanto, la producción de ma- terias primas y su elaboración en productos comer- ciales, son dos puntos que exigen capital para rea- lizarse prósperamente. De este modo las ventajas que México ofrece al ca])italista deben dividirse en dos grandes clases : la producción de materias primas y su manufactura.
l*ara comprender claramente la situación de Mé- xico respecto al capital extranjero, es necesario es- tudiar sus condiciones industriales bajo dos puntos de vista distintos.
De una manera práctica cada ramo de la indus- tria requiere la inversión de capital. Esto no es sino natural tratándose de un país, que, como México, se ha visto sujeto á tantos reveses, los cuales con mano firme han retardado el progreso y desarrollo que constituye su más innato derecho. Ahora que el país se ha cimentado y que inteligentes funcionarios se encuentran al frente del gobierno, la confianza ha retornado, las industrias han comenzado de nuevo á florecer; el comercio, una vez más, se está ensan- chando y las empresas surgen en pos de nuevos cam-
178 DÍAZ Y UTEXICO.
pos que prometan buenos rendimientos al capital y compensen los esfuerzos ejercidos. Estos son todos los signos del despertar de una nación. Cuando los Es- tados Unidos princi])iaron á recobrarse del retraso causado por las guerras coloniales, un clamor ince- sante se escuchó en todas partes : capital y más ca- pital. Las oportunidades de inversión eran muchas y por lo mismo el capital afluyó siempre en corriente creciente y los Estados Unidos avanzaron á gran pri- sa. El hombre con fe en el porvenir para invertir su capital en el desarrollo de los amplios recursos na- turales de aquel país, se hizo enormemente rico. Mu- chas de las más grandes fortunas primitivas de los Estados Unidos debieron su origen á la ayuda impar- tida por sus poseedores á la edificación de un país por medio del desarrollo de sus recursos, de su co- mercio y á la construcción de sus líneas de trans- porte.
En este afán de supremacía México ha quedado atrás debido al triste legado de debilidad y atraso político y social, dejado por la dominación española. Durante más de medio siglo, casi tocó los límites del retroceso, lo que causó que perdiese la confianza en su habilidad para gobernarse á sí mismo.
Pero una nueva era ha comenzado para la pri- vilegiada tierra de los aztecas. El genio de un hom- bre ha restaurado la confianza pública y ha impulsa- do á la nación en una nueva vía. Las compuertas de la prosperidad por largo tiempo cerradas, han sido abiertas: los engranajes de la industria han sido puestos en movimiento. La vida nacional ha sido to- talmente reanimada y la esperanza se ha alzado triunfante del seno del desaliento. Todo el mundo, desde el más humilde artesano, hasta el más progre- sista propietario han sentido este impulso, directa ó indirectamente. Es el impulso de los grandes ferro- carriles que han puesto en contacto á los más remo- tos confines de la República y ligado entre sí cada porción territorial ; es el impulso del telégrafo y de las compañías de vapores, de las empresas que pros-
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Do.v Jlax M. de Pacheco. — [Pintor Mexicano.]
lA RIQUEZA T EL FUTURO DE MÉXICO. 179
per.vii rápidamente, de la extensión de los negocios mineros; de las grandes corporaciones financieras é industriales que se organizan ; de la nueA^a educación, de la actividad de las ciudades con su alumbrado eléctrico, su extensa superficie de pavimentación mo- derna y su nueva vida cívica y cosmopolita, donde el extranjero no es por más tiempo un extraño; es el impulso del modernismo que ha dejado atrás la es- trechez de una vida de provincialismo llena de res- tricciones y que se ha revestido con el amplio ropaje del cosmopolitanismo.
Esta es una nueva vida de acción, de ambición, de maravilloso progreso; es una vida que exije ince- santemente capital para las mil y una empresas que llaman con ansia á las puertas de la Kepública.
Es natural que el hombre que ha sido la principal fuerza motriz en la creación de este estado de cosas, comprendiese las necesidades que en un principio re- quieren; y desde el comienzo de su administración ha mostrado por sus actos y palabras que sí las com- prende. Xunca ha temido la influencia extranjera en su tierra natal ; siempre ha reconocido que México de- be ó bien marchar á la cabeza del moderno progreso, ó quedarse irremisiblemente atrás en su sendero. Esta elevada mira es la que le ha permitido sacar á su país del seno del proAincionalismo en el que se ha- llan sumergidas actualmente las Repúblicas centro- americanas. Muy temprano en su carrera política re- conoció que lo que el país necesitaba era capital y eiapresa. El inquieto pasado del país estaba patente ante sus conciudadanos. El niño que se quema teme al fuego y aquellos que habían sido robados y despo- jados (¿y quiénes no lo habían sido durante una ó muchas de las insurrecciones?) eran extremadamen- te cautos para invertir su dinero en una empresa don- de podía haber peligro de perderlo si Díaz no logra- ba cons .^rva^' el puesto de Presidente y establecer la paz en toda la extensión territorial ; pero los extran- jeros resultaron estar dispuestos á correr todos los riesgos en un país que tanto prometía al hombre
IfiO DÍAZ Y MÉXICO.
emprendedor, y Díaz estuvo atento á hacer que las probabilidades de éxito fuesen tan grandes como es- taba á su alcance lograrlo. Así, el extranjero vino de todas partes con su capital, su empresa ó su habi- lidad para reunir y asegurar capital y gustoso se- cundó los esfuerzos del hombre que había determina- do que su mira fuese siempre, durante el tiempo que estuviese en el poder, el velar ante todo por la pros- peridad y progreso de su patria, Díaz nunca se ha mostrado ambicioso de acaparar una gran riqueza y hoy en día es relativamente un hombre pobre, aún cuando ha tenido oportunidades jjara enriquecerse, como nunca las soñara el más avaro tirano de una Kepública centro-americana. Tan sólo se ha mostra- do ambicioso de dejar en ])os de sí el nombre de be- nefactor de su ])atria. Todo aquel con buena volun- tad ])ara a.^^idarlo en su obra era bien recibido; sus amigos más provincialistas daban señales de des- aprobación al ver cómo se a])rían las puertas al ca- ])italista extranjero; pero Díaz ya había escrutina- do su i)roceder tan minuciosamente como todo lo que hacía ; había resuelto que ello era lo más favora- ble y esto bastó ])ara hacerlo proseguir hasta el fin.
Xadie que alguna vez haya emprendido algo en l)ró del desarrollo ó mejora de México puede quejar- se de no haber recibido del (xeneral Díaz un trato franco y leal. El extranjero ha sido tratado en Mé- xico lo mismo (pie los nativos; esto es lo que ha per- mitido á México sobrepasar con grandes ventajas, á muchas de otras Repúblicas Latino-americanas y es esta misma política la que atrae y retiene en Méxi- co tanto ca])ital extranjero. Y mientras más capital extranjero reciba ^México, más necesita, ])orque cuan to mayor desarrollo se efectúe más industrias son exi)lotadas, más mejoras cívicas se llevan á cabo, más claramente reconoce el país en general la necesidad imperiosa de mayores y más persistentes esfuerzos en la misma dirección. Por ésto es que ^México es hoy en día un camjjo de inversión más favorable que lo ha sido nunca en su historia. El campo ha sido abier-
LA RIQUEZA T EL FÜTITIO DE MÉXICO. 1§1
to ; eí gran influjo de la vida cívica moderna lia prin- cipiado á invadir en todos sentidos la tierra mexica- na. Los ciudadanos más inteligentes perciben la im- periosa necesidad de que el desarrollo nacional se verifique siguiendo todas las líneas del progreso y es esta percepción, unida á un sentimiento de seguri- dad, lo que realza que las épocas tormentosas del pa- sado tuvieran ya su fin, la que hace á México actual- mente uno de los más atrayentes cam]3os para in- versión.
La prosperidad espera al país. El gran ímpetu de avance ya iniciado no puede producir sino la anima- ción de todas las actividades de la vida nacional. Es- to trae siempre consigo la prosperidad, porque ella no es sino la indicación externa, heclia personal á cada individuo, de las actividades de la nación co- mo un todo. Cada unidad activa contribuye con su parte á la prosperidad del país.
Lo que á México ha faltado en el pasado ha sido la conversión de la vida nacional en una actividad unida, determinada á sacar el mejor partido posible de las oportunidades que ofrece el país. Gradualmen- te, durante los últimos veinte años, esa tendencia, se ha ido acentuando ; y ahora que el mexicano se siente consciente del hecho de que por timidez y falta de confianza en su propio gobierno, ha dejado escapar de sus manos industrias y grandes trabajos públicos que le correspondían por innato derecho, se afana en pos de aquellas cosas que el presente y el futuro pue- dan ofrecerle. Estos son signos de que se despierta la ambición nacional. Xinguna nación ha hecho nun- ca grandes cosas ó acometido grandes empresas sin un adiestramiento precio á ese fin. México ha estado adquiriendo su aprendizaje. Todavía le falta mu- cho; pero se siente ambicioso de completarlo. Esta misma ansiedad es el síntoma seguro de su avance; es la esperanza en el mañana; es el signo de su sal- vación como nación.
Este afán para levantar la vida nacional; esta ambición de los ciudadanos de clase superior para
182 DIÁZ Y ]fflEXICO.
tomar i)arte en el avance de un país, es la mejor ga- rantía \)Sira el capitalista de que su dinero estará seguro en México ; pues que en él existen millares de intereses que demandan paz para su desarrollo y prosperidad. Estos intereses acumulados claman por capital y aquel que tiene dinero por invertir puede hallar en México muclios campos productivos en que emplearlo. Sin embargo, esta nota de prevención de- be escucharse: En México, como en cualquiera otro país, el que invierte debe conocer el negocio en el que coloca su capital, si desea asegurarse el éxito. El campo no está aún invadido y el hombre con dinero puede generalmente hallar una oportunidad para in- vertir su capital en un negocio que le sea familiar.
Por doquiera hay signos del despertar del país. Kara es la ciudad, de cualquier categoría, en la Re- pública, donde no se estén construyendo casas, donde no se hagan mejoras en los edificios municipales, don- de no se repavimenten las calles, se reforme el siste- ma de drenaje y conductos de agua potable, y se me- jore el alumbrado, extendiéndolo á todos los sitios de la localidad.
En muchas de las principales ciudades, nuevas in- dustrias se han estado estableciendo, proporcionán- dose trabajo, con salarios ampliamente aumentados, á las clases media y obrera. Estas, á su vez, están creando nuevas necesidades, las cuales forman en sí la clase media; y esta clase media fortalece los instintos pacíficos de la nación.
"De la obscuridad á la luz," pudiera ser el títu- lo apropiado á la historia del régimen de Díaz. Es- to es todavía otro aliciente para el capitalista para colocar su dinero en México ; porque el despertar de la nación es su mejor garantía de que el campo al que entra continuará ensanchándose por muchos años ; pues quedan caminos que construir, ferrocarri les que extender, minas antiguas que recobrar del olvido ó del abandono, minas nuevas que abrir y mi- nas establecidas que requieren vasta mejoría. En to- das partes la voz del progreso y desarrollo nacional
LA RIQUEZA Y EL FUTLTIO DE MÉXICO. 183
pide sin cesar más capital. El minero, el agricultor, el ranchero, el fabricante, el explotador de la rique- za del país lo necesitan urgentemente. El (lobierno mismo se encuentra comprendido en el campo que re- quiere más capital, con el cual emprender y mejorar obras de utilidad pública, puertos, ferrocarriles, ca- minos, edificios nacionales y del Estado, edificios ci- viles en las ciudades y cabeceras; todos claman por más capital. Y el despertar á la vida de la nación, justifica todos estos desembolsos y aún muchos otros. Los años futuros exigirán todavía mayores gastos para los mismos y otros objetos, pues la Adda de la na- ción continúa su ensanche. Esto, por lo tanto, es in dicación segura para el capitalista de que en México puede tener la seguridad de que obtendrá la desea- da cosecha en su inversión.
El crecimiento de los bancos en México en los últimos veinte años es otra buena indicación de que los intereses del país igualmente crecen, y sobre to- do de que el sentimiento de seguridad y de confian- za en presencia de la paz, se ha posesionado del pue- blo entero.
CAPITULO LVII.
El Capital y los Ferrocarriles Urbanos
Xada manifiesta más claramente el progreso de un país como el adelanto de sus ciudades, pues éstas son la indicación de su actividad, prácticamente en todas las líneas porque dirige la nación sus esfuer- zos. La ciudad de México es á la Kepública del mis- mo nombre lo que pocas capitales son á cualquier otro país. Esto se debe á condiciones locales especia- les. Con motivo de la anarquía que prevaleció en la Kepública desde los primeros días de la independen- cia nacional hasta el año de 187() en que asumió la presidencia el General Díaz, el pueblo se babía man- tenido continuamente dividido en facciones. La si- tuación era de lo más complicado, y numerosos asun- tos agitaban de diversos modos la opinión pública y los varios partidos. Algunos sostenían que el po- der debía centralizarse en manos de un gobierno cen- tral fuerte, mientras que otros defendían celosamen- te el derecho de los Estados á existir como entida- des políticas distintas y con amplios poderes y pri- vilegios. Todo esto conducía á una confusión indes- cril)ible y á un chocar constante de partidos é in- tereses, que generalmente terminaba, y con frecuen- cia taml)ién comenzaba, con derramamiento de san- gre. Si los que abogaban por la completa autonomía de los Estados, hubieran comprendido los verdade- ros principios del federalismo, de la democracia y del republicanismo, y si hubieran el país y el pueblo en general estado capacitados para llevar á la prác- tica los principios ])orque abogaban, el resultado no podía sino haber sido muy feliz para México. Pero la mayor parte de los reformadores políticos de México en esos días, eran soñadores de utopías, que cerraban los ojos resueltamente á las condiciones políticas, so- ciológicas é industriales que los rodeaban, y aboga-
El CAPITAL ¥ IOS FERROCARRILES üRBAKOS. 185
ban por una democracia y gobierno ideales, por el pueblo, para el pueblo y con el consentimiento del mismo, cuando la inmensa mayoría del populacho no tenía la menor idea de democracia, ni de gobierno, ni de derechos políticos y ni siquiera de derechos indi- viduales.
Lo que á estos soñadores de utopías — muchos de ellos indudablemente patriotas y solícitos por la fe- licidad de su país, pero poco prácticos — les fué im- posible hacer, quedó para que el General Díaz lo convirtiera en realidad. Aún antes de haberse he- cho él cargo de la presidencia, comprendió las difi- cultades que impedían la paz, i^rosperidad y desarro- llo de su país ; y se dedicó con toda resolución á ha- cer surgir el orden del caos que existía, á reconciliar los varios credos políticos y facciones hostiles y po- nerlos á todos en condiciones de trabajar por el bien- estar de la patria común. Para llevar esto á cabo, comprendió que era absolutamente indispensable un gobierno central fuerte; por lo cual comenzó por centralizar el Poder Ejecutivo de toda la Nación en la capital. Y así, la ciudad de México vino á ser la misma vida de la Nación. Su crecimiento en tamaño, en poder y en influencia ha sido firme, rápido y sin interrupción. Este fué el resultado natural de la po- lítica impuesta al Gobierno por las condiciones so- ciales, políticas é industriales que existían por todo el país. Tenemos, pues, que la ciudad de México se ha convertido en el centro de la vida política y so- cial de 'la República. Y como resultado natural, cen- tenares de familias pudientes han construido en la capital, durante la última década, verdaderos pala- cios para residencia. Quizá no viven en ellos más que unos pocos meses durante el año ; pero la circunstan- cia de haberlos edificado y derrochado riquezas en ellos, demuestra la influencia que la ciudad de Méxi- co ha adquirido sobre toda la República.
Hace treinta años la vida en la capital era vida de provincias, localista y barata. Estas condiciones
186 DÍAZ T MÉXICO.
han cambiado hoy. Los negocios se han desarrollado rápidamente, el comercio se ha centralizado en la capital ; almacenes locales por mayor de alguna im- portancia, han desaparecido prácticamente en las ciudades de los Estados. La ciudad de México se ha convertido en un gran foco central de donde irradian no solamente la vida social y política del país, sino también el comercio, las transacciones, la. minería y las industrias. El resultado ha sido que la ciudad ha franqueado sus límites originales, y se ha extendido por las tierras encharcadas que la rodeaban en los días en que el (xeneral Díaz asumió la presidencia.
El desagüe del Valle de México, el drenaje apro- piado de la capital y la mejora del sistema de sus fe- rrocarriles urbanos han hecho posible el rápido des- arrollo de la principal ciudad de la República, y han convertido á la ciudad de provincia, de hace un ter- cio de centuria, en una espléndida ciudad moderna de cerca de medio millón de habitantes.
La extensión y mejora del servicio de los ferroca- rriles urbanos de la capital de la República han per- mitido á media población el poder vivir en barrios hermosos de la ciudad, bien desaguados y sanos, y en poblaciones suburbanas donde nunca hubieran pensado en residir hace quince años.
Y este movimiento hacia los suburbios es ahora muy pronunciado. Y está destinado á hacer de la ca- pital de México, en comparativamente pocos años, una ciudad de un millón de habitantes; la cual no incluirá solamente la ciudad de hoy, sino también las varias poblaciones suburbanas, que rápidamente van creciendo hacia ella. Cuando este tiempo llegue, México será un lugar mucho mejor, más sano y más hermoso. En lugar de estar situado en los llanos que formaron el asiento del lago, habrá ido subiendo por las alturas que rodean el Valle de México, y en algunos de sus barrios será aún posible dominar las alturas de Chapultepec.
Todo esto hubiera sido imposible sin la mejora y extensión del sistema de ferrocarriles urbanos de
EL CAPITAL Y LOS FERROCAKKILES IRBAJíOS. 187
la capital y las líneas suburbanas que la unen con las poblaciones del Valle de México. Es, pov consi- guiente, muy interesante delinear, aunque sea lige- ramente, el desarrollo de este sistema.
El primer ferrocarril urbano se estableció en la ciudad de jMéxico el año de 1856. Era muy primitivo : consistía en tres carros tirados por muías, sobre una línea que atravesaba las partes comerciales y de re- sidencia de la ciudad, que estaban muy lejos de ser muy extensas. El largo de la línea era tan restringi- do como su equipo, 3" el viaje redondo, ida y ^alelta, ocupaba solamente veinte minutos.
Otras concesiones para la construcción de líneas de ferrocarriles urbanos fueron expedidas en la ca- pital, según las fué requiriendo el crecimiento de la ciudad y la extensión de sus intereses. Y así, después de algún tiempo, habían operado un número de pe- queñas compañías, independientes una de otra. Al- gTinas tentatÍA^as se hicieron de tiempo en tiempo para consolidarlas, lo cual finalmente tuvo lugar en 1883 cuando todos los intereses de los ferrocarriles urbanos de la capital fueron fundidos en una com- pañía, bajo el nombre de Ferrocarriles del Distrito Federal. Esta compañía aumentó varias de sus lí- neas, y obtuvo del Gobierno una nueva concesión, dándole el derecho de operar ferrocarriles urbanos en el Distrito Federal durante noventa y nueve años.
El año de 1900 una compañía británica compró todos los derechos y propiedades de esa empresa, y se reorganizó bajo el nombre de Compañía de Tran- Aias Eléctricos de México. La palabra ''eléctricos" indicaba los designios de \a nueva Compañía, la cual inmediatamente procedió á tender sus líneas, cons- truir nuevas y aplicar tracción eléctrica á las partes más importantes del sistema.
El año de 1907, una compañía canadense, á cuya cabeza estaba el Dr. F. S. Pearson, adquirió los dere- chos y propiedades de la empresa inglesa ; y de nue- vo se le cambió nombre al sistema de ferrocarriles
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urbanos del Distrito Federal; esta vez fué llamado "Compañía de Tran^ias de México."
Bajo esta nueva administración, el desarrollo del sistema ha sido notable. Nuevas líneas que llegan á todas partes del Distrito Federal, se han construido, y la mayor ])arte del sistema ha sido convertido en de tracción eléctrica. Actualmente tiene la compañía siete sub-estaciones para la distribución de la ener- gía eléctrica, la cual es obtenida de la Compañía Me- xicana de Luz y Fuerza, también empresa canaden- se. Tres de estas subestaciones están dentro de los límites de la ciudad, y cuatro en distritos suburl)a- nos, como sigue: Mixcoac, Tlalnepantla, Xochimilco y Churubusco.
Las oficinas principales, talleres, depósitos, alma cenes y cobertizos para los carros, todo lo cual cubre quince acres de extensión, están situados en Indiani- 11a, dentro de la parte sur de la capital; y solamente allí hay local para abrigar 500 carros.
Los talleres de la compañía son de lo más comple- to y moderno del continente norte-americano. Están equipados y ])rovistos de todo lo necesario para la construcción de toda clase de carros, de pasajeros, de carga y fúnebres, y para llenar cualquier otra ne- cesidad en el servicio de la empresa. Solamente en estos talleres se ocupan constantemente más de 500 hombres. Como éstos, prácticamente son todos mexi- canos, esta industria sola es un buen ejemplo del vas- to campo que ha sido abierto al obrero del país du- rante la administración de Díaz; y explica por qué ha mejorado tanto la condición del |jrimín'o. en las ciudades grandes de la Repiiblica, duiante la última veintena de años.
Además de este depósito principal, la compañía tiene otro en San Antonio Abad, también dentro de los linderos de la ciudad, el cual es suficiente para abrigar doscientos carros más. Este último se usa principalmente para el manejo del sistema de carros de carga.
Los principales almacenes de la compañía están
EL CAPITAL Y LOS FERROCARBILES URBANOS. 1S9
situados también en Inclianilla; pero posee además un segundo depósito de seis acres de extensión á una milla de este último lugar. Este depósito se usa para almacenar material pesado.
En Úrsula la compañía posee y explota una in- mensa cantera de piedra, de la cual saca todo el ma- terial que se necesita para construcción y lastre.
El número de hombres empleados por la Empre- sa actualmente en las líneas y departamentos de construcción, es cerca de 1,500. Esto indica la activi- dad que reina en el trabajo de construcción, activi- dad que se ha mantenido desde hace irnos años ; y que signiñca la inversión de grandes sumas de dine- ro, y la provisión de empleos á un ejército de obreros del país.
La Compañía de Tranvías emplea en su servicio 617 carros, distribuidos como sigue: 250 carros mo- tores para pasajeros, 85 carros para pasajeros sin motor, 68 carros i^ara pasajeros de tracción animal, 71 carros fúnebres, 135 carros de carga y 8 para ser- vicio especial. Estos son operados sobre 182 millas de líneas ; 159 de las cuales están equipadas con trolleys eléctricos y 2.3 se operan por medio de trac- ción animal. Esto es sin tomar en cuenta los aparta- deros para carga en las canteras, fábricas, etc. El plan actual de la compañía incluye la adición de va- rias millas más á este extenso sistema ferrocarrile- ro, para proveer de medios de transporte fáciles á varias partes de la ciudad que han crecido rápida- mente en los últimos años.
El sistema operativo de la compañía se compone de cuarenta diferentes líneas ó rutas, de las cuales treinta y cinco son de tracción eléctrica y cinco de muías. Estas últimas líneas son, por supuesto, las menos importantes del ser^dcio. Pero aún éstas, es- pera convertir la compañía en eléctricas, dentro de los próximos diez y ocho meses.
Con el objeto de contribuir y alentar el desarro- llo de las poblaciones suburbanas, la compañía ha- ce algunos años estableció un sistema de ])il]etes de
190 DÍAZ Y MÉXICO.
pasaje mensuales; á los cuales se les llama "abonos." Estos autorizan al tenedor a hacer cinco viajes al día, entre el centro de la ciudad y el punto para el cual se expide el billete. Como estos abonos se ven- den á precios muy moderados, oscilando entre $-1.50 y $10.00 por mes (moneda mexicana), lian ejercido una influencia poderosa en el movimiento de fami- lias, que ha tenido lugar con regularidad durante los i'útimos años, del centro de la ciudad á los suburbios, y ha contribuido grandemente á la construcción y desarrollo de estos últimos. Un servicio expreso ve- loz, inaugurado por la Compañía de Tranvías hace algún tiempo en casi todas las líneas suburbanas, en adición al servicio ordinario de trenes, ha contribui- do también grandemente á hacer muy populares las poblaciones de los suburbios. Estas carreras se ha- cen en la mañana, al medio día y en la tarde, después de la hora de cierre, para proporcinar á la gente de negocios que vive fuera de la ciudad, un servicio rá- pido en las horas que más lo necesita.
La Compañía de TrauAias hace un extenso negocio de fletes entre la ciudad y las varias villas y poblacio- nes suburbanas por donde pasan sus líneas. El depar- tamento de transportes, que está á cargo de un supe- rintendente especial, fué iniciado hace pocos años con el objeto de proporcionar roca de las canteras á los lugares donde pudiera necesitarse: pero se desarro- lló con tal rapidez, y vino á ser tan popular, que se dedican ahora á este serAácio, el cuarenta por ciento de los carros que emplea la compañía. Además del negocio primitivo de acarreo de piedra, se transpor- ta arena de las muchas areneras que hay disemina- das por todo el Distrito Federal, ladrillo de las ladri- lleras, pulpa de madera de las estaciones de ferroca- rril á las factorías, papel de las fábricas de papel, y en resumen, toda clase de carga, que una gran ciu- dad con poblaciones y billas suburbanas importan- tes, ofrece para el transporte. Pocas compañías de ferrocarriles urbanos en el continente norte-ameri- cano, hacen un servicio de transportes tan impor-
EL CAPITAL Y LOS FERROCARRILES IRBAííOS. 1Í>1
tante como la Compañía de Tranvías de México. Es- ta es una de las mejores lecciones prácticas acerca del desarrollo actual de la capital de la República mexicana.
Otro servicio que es más ó menos peculiar de la ciudad de México y que se originó con la Compañía de Tranvías, es el correr carros fúnebres en las lí- neas eléctricas, carros que llevan todos los muertos de la ciudad á los varios cementerios, hasta las puer- tas de los cuales se han tendido las líneas. Para este servicio se han construido carros especiales, con un catafalco para colocar el ataúd y á ambos lados su- ficiente lugar para poner flores y coronas. Este es un servicio de gran importancia, pues emplea 71 ca- rros, los cuales están casi constantemente en uso du- rante las horas del día en que los cementerios están abiertos. La tarifa oscila entre $3.75 y $150, mone- da mexicana, de acuerdo con la clase de carro y el grado de servicio requerido.
La Compañía de Tranvías tiene su imprenta pro- pia, teléfonos, club, biblioteca, baños, dormitorios, restaurants y barbería para uso de sus empleados, cuyos ser\4cios son todos gratis, con excepción del restaurant.
El desarrollo de la Compañía de Tranvías duran- te los últimos diez años, indica cuál ha sido el desarrollo de la ciudad de México durante ese mis- mo tiempo. El año de 1900, la Comi:)añía condujo 29.669,888 pasajeros, mientras que en 1909, el núme- ro de pasajeros llegó á 71,973,390, ó sea un aumento de 170 por ciento. Este rápido desarrollo de los ne- gocios de la Compañía es debido al aumento de sus líneas, á la introducción de tracción eléctrica y á la translación á los suburbios de un número respetable de gente de la capital. También, como es natural, el rápido crecimiento y prosperidad de todos los pue- blos y aldeas del Distrito Federal y del Valle de Mé- xico han permitido á la Compañía ampliar sus ne- gocios continuamente; como lo ha estado haciendo durante los últimos diez años y lo continúa haciendo
lí»i' DÍAZ T MÉXICO.
ho}^ Los leíanos de extensión qne actualmente reali- za y piwecta, son una indicación clara de la fe que tiene en el progreso de la capital y en la estabilidad del gobierno mexicano. Y decimos ésto, ]3orque es bien sabido que la Compañía tiene en pro^^ecto el au- mento en la extensión de sus líneas en un futuro próximo ; y si los pro^^ectos actuales se llevan a cabo, como sucederá probablemente, la Compañía de Tran- vías logrará abarcar la mayor parte del tráfico co- mercial y movimiento de pasajeros en el Valle de México.
Hay centenares de otras grandes emj^resas, cuya historia es la historia del desarrollo y la prosperidad de la ciudad de México durante la administración del General Díaz; pero he seleccionado de entre to- das ellas la Compañía de Tranvías, porque es una institución que todo el mundo que ha estado en la capital de la Eepíiblica mexicana conoce, y su des- arrollo puede ser mostrado objetivamente como una indicación práctica del inmenso progreso que han tenido tanto en población como en cultura, durante los últimos años, todas las ciudades, villas y aldeas del Distrito Federal.
Lo que ha tenido y tiene lugar en la ciudad de Mé- xico es lo que tiene lugar, como es natural, en menor escala en todas las ciudades y poblaciones grandes de la República. Se comenzó á despertar este movi- miento de iDrogreso desde hace ya algunos años, cuan- do Porfirio Díaz manifestó su deseo sincero y leal de proporcionar á su país un gobierno honrado, igualdad de derechos para todos, y de mantener la paz á costa de cualquier sacrificio. Poco á poco, des- de ese día, treinta años hace, ha renacido la confian- za, y millones de dinero extranjero han sido inver- tidos en el país ; y tanto los Estados LTnidos como el Canadá y todos los países de Europa, han contribuí- do con su riqueza á reconstruir esta antigua tierra de los aztecas, que acaba de despertar de su largo sueño de centurias enteras. Los capitalistas que han tenido fe en el futuro y prosperidad de México han
EL CAPITAL Y LOS FERROCARRILES URBAJíOS. lí)3
recogido yíi la coseclia de su fe y de su trabajo. 3' esta cosecha lia sido ciertamente muy liberal. Pero el porvenir de la Kepública promete más que su pa- sado y aún más de lo que su presente ofrece. Ha sido México tan afanosamente atendido durante los líl- timos treinta años ; lia sido tan cuidadosamente con- ducido por las sendas del x)rogreso y del adelanto mo- dernos, y la han enseñado de un modo tan práctico los medios y ventajas de la paz, que su porvenir está por completo asegurado. No hay ya i)osibilidad de que retroceda en la carrera de adelanto que ha prin- cipiado y el capitalista que confía su fortuna al pro- greso de la Nación mexicana, tiene todas las proba- bilidades de obtener beneficios mucho mayores que los que han obtenido los centenares de capitalistas y propietarios actualmente florecientes, que tuvieron fe en México cuando estaba aún luchando por olvidar su inquieto y penoso pasado.
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CAPITULO LVIII.
Ferrocarriles Nacionales.
En el año de 1855 la sociedad Mosso Hermanos obtuvo una concesión para la construcción de un fe- rrocarril de la ciudad de México á Santana, del Es- do de Tamaulipas. Esta concesión fué vendida á An- tonio Escanden, habiendo sido el traspaso aprobado por el Grobierno el año siguiente, con la condición de que la vía férrea debía construirse hasta Veracruz cruzando los llanos de Apani.
El 4 de Julio de 1857, año en que se promulgó la actual Constitución de México, fué inaugurado el primer ferrocarril con el mayor entusiasmo de parte de los habitantes de la capital. Corría dicha línea de la ciudad de México á Guadalupe.
El 31 de Agosto del mismo año, el gobierno trans- firió al señor Escanden el tramo de ferrocarril en construcción entre A^eracruz y San Juan^ y el dere cho de propiedad y concesión para terminar la cons- trucción del ferrocarril entre la capital de la Kei)ú- blica y el princii^al puerto marítimo del país por la suma de $750,000, de los cuales $75,000 habían sido ya pagados en 18G1.
Entre los años de 1855 y 1867, el gobierno mexica- no concedió a la compañía del ferrocarril, por varios decretos emitidos en distintas fechas, todas las tie- rras nacionales ocupadas por la línea férrea, pro- piedad que fué confirmada por decreto emitido en el último año mencionado.
El año de 1864 se formó en Londres la Compañía del Ferrocarril Mexicano, Limitada, con un capital de 2.700,000 libras esterlinas, dividido en 1.35,000 ac- ciones de á veinte libras cada una.
En el año de 1868 el capital de la compañía esta- ba formado como sigue: En acciones ordinarias, $11.713,600; en acciones preferentes, $12.770,500; en acciones preferentes de segunda clase, $5.059,800 ; en obligaciones perpetuas, $10.000,000, haciendo un to- tal de $39543,900.
A fines del año de 1872 la construcción del Ferro-
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FERROCARRILES NACIONALES. 105
carril Mexicano estaba ya tan adelantada, que fué inaugurado oficialmente con gran pomx^a y ceremo- nia por el mismo Presidente Lerdo de Tejada en per- sona. La construcción de esta línea, según datos de Kiva Palacio, costó $40.000,000, y gran habilidad de ingeniería fué necesaria para dominar las dificulta- des consiguientes á la gran elevación de las monta- ñas por que tuvo que pasar la línea entre el puerto y la capital de la República. Hablando referente á la construcción del Ferrocarril Mexicano, dice un his- toriador de nota :
"Aunque se hicieron ocasionalmente esfuerzos pa- ra promover su abandono, la oposición fué cediendo gradualmente. Existían ya, es verdad, cierto núme- ro de líneas ferroviarias cortas y sin concesión algu- na, diseminadas por el país, especialmente en la ve- cindad de la ciudad de México; pero éstas no eran de ninguna utilidad al comercio y no eran sino esfuer- zos locales de naturaleza imperfecta en diferentes distritos que, por lo general, no pasaban de ser tran- vías de tracción animal. El triunfo final de los empre sarios del Ferrocarril Mexicano impresionó grande- mente al presidente, á los ministros y al elemento ilus- trado del público. Percibieron al fin que era una ne- cesidad para el progreso del país la construcción de grandes sistemas ferrocarrileros, de líneas extensas que pusieran las regiones distintas del interior en comunicación fácil con la capital, de otras líneas que se extendieran hacia el norte á los Estados Unidos, y conectaran con el curso del tiempo con líneas ínter oceánicas que desarrollarían los inmensos recursos del país y le proporcionarían á México los medios de llegar á los grandes mercados comerciales del mundo. A esta convicción siguió muy de cerca una política ilustrada é inteligente. Durante las administracio- nes progresistas de Lerdo de Tejada y Díaz, ha sido dada toda clase de estímulo á los promotores de em- presas ferrocarrileras; y el gobierno mexicano ha otorgado con ese fin muchas concesiones y subvencio- nes liberales."
196 DÍAZ Y MÉXICO.
Por miic]io que se diga acerca de ello, no puede exagerarse la imi^ortaiicia de la construcción del Fe- rrocarril Mexicano. En los días en que fué lanzada la idea por primera vez era verdaderamente una em- presa formidable, debido al largo de la vía, á lo acci- dentado del país que tenía que atravesar, á lo alto y precipitado de las ásperas montañas por que tenía que ascender, y al estado de experimentación en que aún estaba por esos días la construcción de ferroca- rriles. No se puede calcular el inmenso efecto que tuA^o la construcción de esta línea férrea en la poli tica futura del gobierno, pues abrió el interior del país al comercio del mundo entero ; hizo las vías de comunicación tan rápidas y tan fáciles, que vino á ser prácticamente imposible la revolución en la Ke- pública ; y boy los ferrocarriles están cambiando gra- dualmente los hábitos, costumbres 3^ manera de vi- vir de la gente de México ; pero más especialmente de las clases bajas.
El resultado natural que tuvo el éxito alcanzado por la Compañía del Ferrocarril Mexicano fué que se solicitaron más concesiones para ferrocarriles. Muchas de ellas no pasaron de proyectos ; pero otras fueron impulsadas con admirable rapidez, si toma- mos en consideración las condiciones que en esos días prevalecían en construcciones ferrocarrileras. Dees- tas empresas el Central Mexicano es un buen ejem- plo. La construcción de esta línea se comenzó el año de 1880 ; pero realmente no fué sino hasta el año si guíente que los trabajos se empezaron con formali- dad por ambos extremos de la línea, la ciudad de Mé- xico y Paso del Xorte. Se le concedió á la Compañía una subvención de $9,500 por kilómetro, y además de esta subvención el gobierno mexicano concedió a la Compañía el importar libre de derechos durante quince años todos los materiales de construcción, re- paración y o])eración del ferrocarril. El capital so- cial de la Compañía, que era de $32,000 por milla, fué dividido en acciones á la par de $100 cada una. Tan rápidamente fué impulsado el trabajo, que la
FERROCARRILES NACIONALES. 197
línea estuvo terminada el 8 de Marzo de 1884, habién- dose encontrado las dos secciones en construcción cerca de Fresnillo. Desde ese tiempo, el Ferrocarril Central Mexicano ha construido muchas líneas late- rales y ha mejorado inmensamente su vía y su mate- rial rodante, hasta llegar á ser hoy uno de los mejo- res ferrocarriles del continente americano.
En 1872 James Sullivan obtuvo privilegio para la construcción del Ferrocarril Nacional Mexicano,, lí nea de vía angosta ; pero con motivo del pánico que tuvo lugar en el país el año siguiente, no le fué po- sible cumplir con las condiciones que se le habían estipulado, por lo cual fué revocada la concesión. Sin embargo, en Septiembre del año de 1800, fué otorga- da una segunda concesión a Palmer y Sullivan, siendo, además, subvencionada la Compañía con $11,000 por milla de línea férrea, que deberían pagarse según se fueran completando ciertas distancias estipuladas en el contrato.
Palmer y Sullivan obtuAderon otras varias conce- siones, todas ellas favorecidas con subvenciones. En 1883 todas estas concesiones fueron consolidadas, concediendo el gobierno una subvención uniforme de $7,000 por kilómetro en las varias líneas que la Com- pañía se proponía construir.
Como es natural, existía gran rivalidad entre la Compañía del Central Mexicano j Ib. del Nacional Mexicano, y esta misma rivalidad cooperó al fomento de la construcción de sus respectivas vías. A esta causa debe, pues, atribuirse sin la menor duda la ra- pidez con la cual se llevó á cabo la construcción de estas dos líneas férreas.
El año de 1882 fueron abiertas al tráfico la línea entre la ciudad de México y Toluca, la fie Manzanillo á Armería y la de Laredo á Monterrey. Pero los Sres. Palmer y Sullivan se encontraron con grandes difi- cultades financieras que les impidieron continuar los trabajos y se \áeron obligados á suspenderlos cuan- do faltaban aún r)f).3 kilómetros de vía entre Saltillo y San j\íiguel de Allende.
198 DÍAZ T MÉXICO.
En 1887, después de más de tres años de interrup- ción, fué reasumido el trabajo de la parte sin con- cluir por ambas extremidades y en catorce meses se logró completar la línea entre la ciudad de México y Laredo y fué inaugurada formalmente el 15 de Oc- tubre del mismo año.
Los negocios del Ferrocarril Nacional fueron reoganizados el año de 1902, tomando la empresa el nuevo nombre de Compañía del Ferrocarril Nacional de México. Esta Compañía adquirió todas las propie- dades, derechos y concesiones de la Compañía del Fe- rrocarril Nacional Mexicano é inmediatamente pro- cedió á convertir en vía ancha la línea troncal entre la ciudad de México y Laredo y en general á mejo- rar dicha \ia y el material rodante. El servicio del ferrocarril por la nueva vía ancha fué abierto al pú- blico el 8 de Noviembre de 190'). Desde entonces otras partes del sistema han sido transformadas en de vía ancha.
El año de 1903 el gobierno mexicano compró en el mercado 100,000 acciones preferentes, 9P),439 pre- ferentes de segunda clase y 106,288 acciones ordina- rias, ó sea un total de 299,727 acciones del Ferroca- rril Nacional Mexicano, número equivalente al cua- renta y siete y cuatro por ciento del número total de acciones de la Compañía; lo cual era suficiente pa- ra ejercer control absoluto en los asuntos del Ferro- carril Nacional. Por dichos valores el gobierno se comprometió á pagar $9.000,000, oro, la mitad al con tado y la otra mitad en certificados que había adqui- rido recientemente del Ferrocarril Interoceánico por valor de 1.000,000 de libras esterlinas. Además de estos certificados que negoció el gobierno, había ad- quirido también 135,383 acciones del Interoceánico. Estas dos líneas fueron unidas y más tarde fué arre- glado el sistema del Central Mexicano, bajo térmi- nos igualmente favorables y el sistema en conjunto fué nombrado "Líneas Nacionales de México."
Por la adquisición de lo que es prácticamente el control de estas tres grandes líneas ferrocarrileras,
Catedral de Monterrey.
FERROCARRILES JíACIOJíALES. 199
se puede decir que el gobierno mexicano domina el sistema de ferrocarriles del país. Mas ahora también están bajo el control del gobierno el Ferrocarril de Veracruz al Pacifico, el Nacional de Teliuantepec y el Pan-Americano, de cuyo modo dicho Gobierno tie- ne en sus manos los asuntos de uno de los sistemas ferrocarrileros más grandes del mundo.
El Ferrocarril ''Kansas City, México y Oriente," comunmente conocido por "El Oriente,'' está siendo construido desde la ciudad de Kansas, Missouri, casi en el centro geográfico de los Estados Unidos, á tra- vés de Kansas, Oklahoma, Texas y parte norte de Mé- xico, hasta llegar al Océano Pacífico, siendo su térmi no el puerto de Topolobampo, en el Golfo de Califor- nia, que es con sólo una excepción la mejor bahía na- tural de México.
El Ferrocarril medirá 2,656 kilómetros de exten- sión total y está siendo construido en secciones, con- tando ya con 1,408 kilómetros de yíü. terminada en ambas Repblicas. El millaje en México será de 637 millas (1,019 kilómetros) de las cuales 380, ó 608 ki- lómetros, han sido completados y están en operación, incluyendo la porción del Ferrocarril de "Chihuahua y Pacífico," sobre cuya línea tiene "El Oriente" de- rechos de tráfico.
La línea está en operación al este de Chihuahua, hasta un punto más allá del río Conchos, por una dis- tancia de 145 kilómetros. En ese tramo abre una im- portante región minera, donde existen minas de pla- ta, cobre y zinc que se están trabajando actualmente. Han sido también encontrados allí yacimientos de carbón y criaderos de petróleo.
El valle del río Conchos es una fértil región agrí- cola que ha hecho accesible el mismo ferrocarril.
Al oeste de Chihuahua, la línea se extiende á más 330 kilómetros de la ciudad y cruza la vertiente continental, alcanzando su máximum de elevación. La nivelación del terraplén llega hasta el kilómetro 350, tocando una región maderera donde hay instala- dos varios aserraderos. De mayor importancia es to-
200 DÍAZ Y 3IEXIC0.
dalia el campo minero que en ese punto alcanza el ferrocarril. En la comarca se encuentran los minera- les de Batoiñlas, Urique, Chinipas, Baguirachic y muclios otros. Humboldt, el científico y explorador, la designó como "la matriz mineral de la Sierra Ma- dre." Comprende porciones de tres Estados, Chihua- hua, Sinaloa y Sonora, y es rica en plata, oro y cobre. De la costa, hacia el este, el ferrocarril se ha com- pletado y puesto en operación, en una distancia de 125 kilómetros. En este trecho existen campos mine- ros, alrededor de Choix, tales como Lluvia de Oro, quien tiene $4.000,000.00 de mineral de oro, calculado. Desde la costa, el ferrocarril de ''Kansas City, Méxi- co y Oriente," sigue el valle del río Fuerte, que es una de las más fértiles regiones de México, notable por su producción de caña de azúcar, granos y frutos. Aquí la línea cruza la extensión del fen'ocarril "Sou- thern Pacific" del sur de Guaymas hasta duadalaja- ra. Estos ferrocarriles están destinados á desempe- ñar un importante papel en el futuro desarrollo de la costa occidental, que tanto promete para México. La "Hamburg American Steamship Company," de Europa, ha entrado en un arreglo para establecer una línea de A^apores desde Topolobampo, el puerto de Oriente, á través del Pacífico, una vez que el Fe- rrocarril Kansas City esté terminado. La compañía citada cubre el tráfico de los Océanos Atlántico é In- dico. Esta alianza, con la conexión arreglada por el Oriente y Kansas City en la margen <lel Atlántico, dará un servicio continuo alrededor del mundo.
Se pondrán también vapores entre Topolobampo y los puertos de Centro y Sud-América y Australia. La apertura del Canal de Panamá contribuirá vasta mente al aumento del comercio entre esos puntos. El Oriente es de gran importancia territorial. Es, con mucho, la línea más corta entre la parte central de los Estados Fnidos y la costa del Pacífico. Pasa de la zona templada septentrional, á casi el seno de los trópicos, cubriendo así un campo que presenta la
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más amplia escala posible de productos vegetales, animales y minerales.
Entre el río liojo en Texas y la costa del Pacífi- co en México, la línea cruza en ángulo recto seis gran des líneas troncales, formando así nuevos pmitos de conexión. Xo guarda paralelo con alguna otra. Nin- guna línea transcontinental posee, en este respecto, tan grandes ventajas ú ocupa una posición tan favo- rable y estratégica para futuro desarrollo.
Es la única línea troncal transcontinental que cruza la frontera y penetra al interior de las dos Re- públicas en su curso liacia el mar. Su construcción mucho significa para estrecliar los lazos entre ambas naciones. De San Angeles, Texas, basta la frontera en Del Río, va el Oriente á costruir un desvío que lo conectará con los Ferrocarriles Nacionales de Mé- xico y suministrará una línea corta vía Eagle Pass á la ciudad de México.
El Gobierno Federal de México fia concedido sul)- sidios para la construcción del Ferrocarril de Kan- sas City, México y Oriente que montan en conjunto á $5.500,000.00, además de las subvenciojies concedi- das por los Estados de CMhualiua y Sinaloa.
Se espera que para el año de 1911, este ferroca- rril estará en explotación desde la ciudad de Kansas, á través de Cliihuabua y hasta el extremo de la divi- sión montañosa de la Sierra Madre.
La importancia de este gran camino internacional no ha sido en lo general bien apreciada, y pocos re- conocen la creciente importancia del comercio entre México y los Estados Unidos del Norte. Este ha au- mentado mil por ciento en veinticinco años y conti- núa prosperando muy rápidamente. El Oriente hará mucho para favorecer ese impulso.
El Presidente Díaz y el Gobierno nacional han manifestado gran interés en la construcción de esa lí nea, que tiene marcada importancia comercial y po-- lítlca, cruzando el muro de la Sierra y ligando dos grandes divisiones de la República, la mesa central y la rica alta planicie occidental.
202 DÍAZ T 3IEXIC0, ~
El Ferrocarril Pacífico del Sur, actualmente en construcción, unirá la importante ciudad de Guada- lajara con el puerto de Guavmas en el Pacífico.
Es una de las empresas de la casa Harriman, cu- yo nombre es tan conocido en México por las impor- tantes obras ferrocarrileras que ha llevado á cabo en el norte de la República. La línea en referencia está destinada á abrir al comercio del mundo centros agrí- colas, industriales y mineros, que i)oseen riquezas fabulosas que no habían podido ser debidamente ex- plotadas por falta de buenas comunicaciones.
La ciudad de Guadalajara, llamada por su her- mosura y opulencia, la "Perla de Oriente," es la se- gunda en importancia de la República. Jalisco, el Estado de que es capital, figura entre los más adelan- tados y ricos de la Federación.
El Ferrocarril Southern Pacific al mismo tiempo que beneficiará las ricas comarcas que atraviesa, tie ne asegurado un porvenir muy halagüño.
Ferrocarril de Veracruz al Istmo. — La creciente prosperidad del puerto de Veracruz y el gran tráfi- co que se ha desarrollado en el Istmo de Tehuantepec, han cuadruplicado en pocos años la importancia de esta empresa ferrocarrilera, que tiene actualmente en explotación 426 kilómetros de vía. La línea de Córdo- ba á Motzorongo, llamada "Ferrocarril Agrícola/' llega actualmente hasta Santa Lucrecia y forma par- te integrante de la yísl férrea que de Veracruz parte á Córdoba. Está en construcción un ramal de la es- tación llamada Rives á San Andrés Tuxtla, del cual hay ya 21 kilómetros en explotación hasta Cuatoto- lapam.
Otro ramal que está ya terminado une á BrisbJn con Sierra Colorada.
El señor Don Thomas Milán es el activo superin- tendente de este importante ferrocarril.
Esta vía ferrocarrilera atraviesa comarcas agrí colas que por la riqueza de sus tierras y la variedad de sus cultivos, figuran en primera línea en la Repú- blica.
CAPITULO IJX.
Comercio del Istmo^
Entre las grandes obras que ha llevado á cabo la administración actual, tanto en lo que concierne al comercio marítimo de la Kepiiblica como al tráfi- co internacional, figuran la construcción del Ferro- carril Nacional de Tehuantepec y sus puertos termi- nales, y las mejoras al puerto de Yeracruz. I^as pri- meras han abierto al mundo una ruta comercial en- tre los océanos Pacífico y Atlántico que rivaliza, si no supera, con la futura ruta del Canal de Panamá, y las segundas han dotado al comercio de importa- ción y exportación de la República de un i^uerto que reúne todas las condiciones de seguridad, amplitud é higiene que exige su creciente prosperidad.
Desde el año de 1533, poco tiempo después del descubrimiento del Nuevo Mundo y de la conquista del imperio azteca por las huestes españolas, escri- bía el emperador Carlos V, rey de España, al con quistador Hernán Cortés, recomendándole hacer in- vestigaciones para encontrar un paso que pudiera conectar las costas orientales y occidentales del Con- tinente americano. Cortés exploró con este objeto el caudaloso río Coatzacoalcos y la vertiente sur de la cordillera hasta el Pacífico, y si bien no conside- ró factible el paso buscado, comprendió que el futu- ro reservaba grandes posibilidades comerciales a esa región en que los océanos estaban tan próximos uno de otro, y solicitó y obtuvo de la Corona una conce- sión de terrenos donde creyó que la ruta se estable- cería. Dichos terrenos son poseídos aún por sus des- cendientes y se encuentran actualmente atravesados por la gran vía ferrocarrilera del Istmo.
En tiempos posteriores se hicieron nuevos estu- dios con el objeto de establecer comunicación inter- oceánica á través de esta región, por orden de Felipe?
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II en el sigio XYI .y de Carlos III en el siglo XVIII.^ pero las cosas no pasaron adelante de simples pro-' yectos.
El año de 1824, poco desi)nés de haber conquista- do su independencia la Eex^ública mexicana, se vol- vió á suscitar gran interés por el asunto ; i^ero tanto en esta ocasión como en 1842, en que el Presidente Santa Amia otorgó á Don José de Garay una conce- sión x^ara establecer la comunicación interoceánica, parte por agua aprovechando el río Coatzacoalcos y parte por ferrocarril, la gran empresa no pudo lle- A'arse á cabo, pues las continuas guerras intestinas y el estado de intranquilidad en que se mantenía el país, no permitían á los gobiernos i)restar la debida atención al magno proyecto.
Nuevos contratos y concesiones se hicieron des- j)ués, pero todas fracasaron con grandes pérdidas para el gobierno, hasta que en 1882 el actual progres- sista gobernante de la República, decidió que las obras se hicieran por cuenta de la Nación, para cuyo efecto se autorizó un ]n'éstamo de 2.700,000 libras es- terlinas, con el objeto de construir una vía férrea que uniera comercialmente ambos océanos, aprovechan- do las partes de vía y materiales que las anteriores empresas fracasadas habían dejado á costa de fuer- tes sacrificios monetarios de parte de la Eepiiblica. Desjuiés de varios contratiemi>os con los Alarios con- cesionarios que se fueron sucediendo en la realiza- ción de la obra, se terminó el ferrocarril ístmico el año de 1894.
Pero esta vísl férrea estaba muy lejos de llenar su misión, pues todo el riela je era de poco peso, el ba- lastre insuficiente, los puentes de madera é inseguros, y en los puertos terminales no había facilidades al- gunas para la carga y descarga de mercaderías ; todo lo cual hacía imposible que la ruta fuera utilizable para el tráfico internacional.
Durante algunos años después, procuró el Go- bierno mexicano ir mejorando las condiciones exis- tentes, á cuyo efecto, entre otras cosas, se construyó
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Sr. J. B. Boiíy. (íekknte de los SKE8. S. Pearson é Hijo.
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1111 muelle de liierro en Salina Cruz, muelle que fue destruido por el embate de las olas el año de 1895.
I*or último, y com"prendieiido el Gobierno la ne- cesidad que liabia de poner lo más pronto i^osible la ruta del Istmo en condiciones de llenar los altos fi- nes que de ella se esperaban, hizo un contrato con la casa inglesa Peai'son & Son Limitada, formando con ella la ''Compañía Explotadora del Ferrocarril Na cional de Teliiiantepec," comprometiéndose dicha ca- sa á reconstruir la vía por cuenta exclusiva del Go- bierno, hasta dejarla en estado de completa eficiencia jiara soportar el gran tráfico futuro que se espei'a- ba. Con la misma casa contrató la República la construcción de los puertos de Coatzacoalcos y Sa- lina Cruz para adaptarlos al tráfico interoceánico á través del Istmo.
Los presupuestos presentados sumaron $12.000,000 ])lata y muy luego se iniciaron las grandes obras, que hoy, ya terminadas, forman la manifestación más evidente de lo que puede el esfuerzo patriótico de un gran gobernante dedicado en promover la grandeza y ^prosperidad de su país.
El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec parte del lado del Atlántico de Coatzacoalcos, población de 4.000 habitantes situada en la margen izquierda del río del mismo nombre y cerca de su desembocadura en el Golfo de México. Atraviesa con rumbo sur las fértiles llanuras poco accidentadas que coustituven la gran A^ertiente de la cordillera del lado del Atlán- tico hasta cruzar el río Jaltepec; de aquí y siempre hacia el Sur, sigue la vía ])or terrenos más elevados y en que ya no se vé la exhiiberante vegetación tro- pical de la vertiente Norte, pero que en cambio po- see excelentes pastos muy apropiados para la cría y engorde de toda clase de ganado. En esta parte la vía llega á elevarse hasta 140 metros Sobre el ni- vel del mar. Continúa atravesando los valles de las sierras de Mozahuita, Prieto y Espinosa, llegando á elevarse en Eincón Antonio hasta 261.5 metros sobre el mismo nivel. La vegetación en esta región alta es
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bastante raquítica ; en cambio el clima es tan benig- no y sano, que es la yecinclad de este lugar la que eli- gió la Compañía para establecer los talleres del Fe- rrocarril, las oficinas generales, casas habitaciones para funcionarios y empleados, hospital, etc.
De este lugar cruza la línea la sierra de Cbivela ])ara entrar de lleno en la vertiente del Pacífico, que desciende rápidamente al precipicio, más suavemen- te después; cruza los ríos de San Gerónimo y Tebuan- tepec y llega por último á la baliía de Salina Cruz.
La vertiente del Pacífico es en extremo seca y ca- lurosa, de A egetación escasa y ríos torrenciales y por consiguiente, innavegables.
La línea atraviesa en esta región la ciudad de Tebuantepec, antigua residencia de los reyes zapo- tecas y capital de un reino indígena bastante ade- lantado y que al fin tuvo que sucumbir á los ejércitos del imperio de los Monctezumas. Tiene la ciudad 14,000 habitantes j es centro comercial de alguna importancia.
El Ferrocarril del Istmo conecta en la estación de San Jerónimo, kilómetro 262, con el Ferrocarril Pan- Americano que llega hasta Mariscal, en la fron- tera de la vecina Eepública de Guatemala; en Jui- le con la vía férrea que a a á San Juan Evangelista y en el kilómetro 127 con el Ferrocarril de Yeracruz al Pacífico.
La extensión total de la xm férrea desde Coat- zacoalcos hasta Salina Cruz, es de 304 y medio kiló- metros. Sus puentes son todos de hierro, siendo los de mayor importancia el de Chacalapa, de 291 me- tros de largo ; el de Tolosa, de 283 metros ; el de Ma- 1 atengo, el de Santa Lucrecia, y, por último, el de Tehuantepec, que tiene 264 metros de extensión. La mayor parte del rielaje de la vía, que era de un peso de 56 á 60 libras por yarda, fué cambiado por de 80 libras. El material rodante fué todo renovado, po- seyendo actualmente la Compañía suficiente número dp locomotoras poderosas de los últimos modelos y
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todos los carros de i^asajeros y carga que necesita para el importante tráfico que lleva á cabo.
Los talleres en Rincón Antonio son espaciosos y de lo más completo en su género. Están movidos por fuerza eléctrica que suministran dos generado- res de 160 caballos de fuerza cada uno. Las oficinas y casas de empleados son amj)lias y provistas de to- dos los requisitos que aconseja la higiene moderna. Grandes depósitos de petróleo se encuentran en dis- tintos puntos de la vía, pues se usa en las locomoto- ras este combustible, con preferencia al carbón, de- bido á su mayor economía y á otras ventajas que se- ría largo enumerar.
Las obras llevadas á cabo en los puertos termina- les forman el gran coronamiento de esta magTia em- presa. En el puerto de Coatzacoalcos, se construye- ron dos inmensas escolleras convergentes con extre- mos paralelos : la del Este tiene 1,400 metros de lar- go y la del Oeste 1,20."), dejando una bocana ó entra- da de 280 metros de ancho. La barra que á la entrada del río impedía la navegación fué dragada, emplean- do para ello seis ])oderosas dragas. Se construyeron ocho muelles metálicos en la margen izquierda del río, teniendo cada uno 126 metros de longitud y 22 y medio de anchura, y frente á cada uno de ellos un gran almacén también de estructura metálica, de 126 metros de largo por 32 y medio de ancho. El mue- lle de madera que se construyó i^rovisionalmente cuando se iniciaron las obras, se encuentra aún en perfecto estado y presta muy buen servicio, y tam- bién está provisto de su respectivo almacén. Los talu- des del río en toda la extensión en que están situados los muelles están protegidos por un revestimiento de piedra de un metro de espesor.
Se proA'eyó al puerto de una instalación eléctrica
capaz de desarrollar 1,836 caballos de fuerza y que
está destinada á mover las grúas y cabrestantes de
que están dotados los muelles para manejar la
* carga.
20S' BLVZ T 3IEXIC0.
Finalmente, la profundidad del río á lo largo de los muelles es de diez metros en baja mai\
A la población de Coatzacoalcos, actualmente lla- mada Puerto México, se le lia dotado de buen drena- je y agua potable en abundancia, lo que lia mejorado sus condiciones sanitarias á tal grado, que ha sido posible extirpar por completo las enfermedades epi- démicas que en tiem]>os anteriores reinaban en ei lugar.
Pero si las obras llevadas á cabo en Coatzacoal- cos son dignas de admiración, la importancia y diñ- cultad de las que se efectuaron para formar el puer- to de Salina Cruz en el punto terminal del Pacíñ- co, son aún más notables ; pues en este último punto no había puerto, había que hacerlo.
Salina Cruz no era por naturaleza más que una rada abierta expuesta á todas las intemperies del Océano é incapaz de proporcional- el menor abrigo á los barcos. Ha habido que solucionar en la forma- ción de este puerto los problemas más conijilicados de ingeniería, y ha requerido la obra, iiodemos de- cir ,todos los recursos y artificios (pie la ciencia mo- derna ha iniesto en manos del hombre para poder lleyar á cabo esta clase de trabajos.
Se construyeron dos poderosos rompe-olas que avanzan hacia el mar : el del Este con una longitud de 980 metros 40 centímetros y el del Oeste, (547 me- tros 75 centímetros. El primero llega en su extremi- dad á fondos de 17 metros, y el segundo á fondos de :!0 y 12 metros. En el antepuerto que forman estas construcciones, fué dragada una extensión de 80,000 metros cuadrados, obteniéndose una profundidad mí- nima de 18 metros en las mareas más bajas. Un muro ó malecón de 1,000 metros de largo fué construido pa- ra separar el antepuerto del puerto ó dársena, el cual tiene una superficie de 850,000 metros cuadra- dos, y está en comunicación con el puerto exterior por un canal de 30 metros de ancho por 70 de largo, que divide el malecón en dos secciones.
El malecón soporta seis almacenes de estructura
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metálica de l!2(> metros de largo por 32 de ancho y enteramente iguales á sus congéneres de Coatzacoal- cos.
En el ángulo X. O. de esta dársena está situado un dique seco de 190 por .'iO metros para reparacio- nes de barcos. Está provisto de escaleras laterales para descender al fondo y numerosos postes de ama- rre para facilitar la entrada de los buques. Dos po- derosas bombas centrífugas instaladas en la vecin- dad, sirA^en jíara vaciarlo, cuya oi:)eración se puede hacer en cuatro horas.
Otras bombas más pequeñas sirven para bombear las pequeñas filtraciones que i)udiera haber en los drenes de la base de los muros del dique ó que ])udie- ren ocurrir á través de la compuerta que cierra la entrada. Dicha compuerta la forma un "buque-com- puerta" flotante, de estructura meálica celular fo- rrado con lámina de acero y que está lastrado en el fondo con una masa de concreto que asegura su es- tabilidad. Sobre su cubierta soporta una vía férrea, sirviendo así de puente para conectar las vías exis- tentes á ambos lados del dique y facilitar los movi- mientos de los trenes.
Este hermoso puerto está además provisto de una instalación eléctrica dotada de cinco generadores tri- facios de corrientes alternas que pueden desarrollar 2,000 caballos de fuerza. Las calderas son siete y tie- nen capacidad total para producir 3,346 caballos.
Por medio de esta poderosa planta se mueven las 18 grúas eléctricas y los 34 cabrestantes que están dis- tribuidos á lo largo del malecón para tonmr la carga directamente de ésta á los barcos y viceversa. La ]^ianta, además, proporciona fuerza para las bombas del dique v alumbrado para la población de Salina C^ruz.
Los trabajos de dragado de la dársena se llevaron á cabo por medio de tres poderosas dragas, obte- niéndose una profundidad mínima de 10 metros en baja mar.
La ciudad de Salina Cruz fué enteramente re-
210 DÍAZ X MÉXICO. ,,
formada, liabiendo sido trazada bajo un i)lan ente- ramente moderno : calles anchas y rectas, manza- nas de 100 metros cuadrados, agua potal)le en abun- dancia j buen drenaje.
Por la ligera descripción que hemos hecho de los trabajos que por cuenta del Supremo Gobierno de la Kepública ha llevado á feliz término y con el más completo éxito la casa inglesa de S. Pearson & Son, Limitada, se pondrán fornuir idea miestros lec- tores de la inii)ortancia trascendental de tan colo- sal empresa. La ruta de Tehuantepec supera a la de Panamá para el comercio del mundo tanto en lo que refiere á la distancia como al costo del transporte. De Nueva York á Hong-kong hay por la vía de Te- huante])ec 1,351 millas menos que por la de Panamá; de Xueva York á Yokohama l,2r)0 millas menos; del mismo puerto de Auckland, X. Q., 881 millas menos ; á Melbourne 701; á Honolulú l,27í); á San Francisco 1,173; de LiA'erpool á Honk-Kong 4(>9 millas menos; á Auckland 503 ; á San Francisco TíOO ; de Nueva Or- leans á Hong-Kong 2,035 ; á Yokohama 1,974 ; á Auck- land 1,5G4; á Melbourne 1,445; á Honolulú 1,980 y á San Francisco 1,857 menos. Cifras son éstas que no necesitan comentarios y explican la creciente prospe- ridad del tráfico á través del Istmo de Tehuantepec; prosperidad que asume tales proporciones, que continuamente reclama nuevas obras de ensanche, las que se llevan á cabo de modo á mantener siempre la ruta con capacidad suficiente para satisfacer las exigencias del comercio mundial.
Otra de las obras monumentales llevada á cabo por la casa de S. Pearson & Son, Limitada, por cuen- ta del Gobierno mexicano, es la construcción del ])uerto de Veracruz. Antes de que estas obras fueran realizadas, el puerto en cuestión era sumamente pe- ligroso para las embfircaciones cuando soplaba el famoso viento norte, tan frecuente en esa localidad durante cierta época del año. En 1851 uno de estos nortes echó á pique trece buques en la entrada de A^eracruz, y si es verdad que éste fué un incidente
COMEllCIO DEL ISTMO. -'11
excepcional, también es cierto que casos aislados no eran poco frecuentes y qiie cuando reinaban estos nortes era únicamente ejerciendo gran vigilancia co- mo se podía lograr entrar con seguridad por las tur- bulentas aguas de la balíía.
Las obras en referencia hicieron cambiar ente- ramente de aspecto á este estado de cosas, convir- tiendo á ^"eracruz en uno de los puertos más seguros del mundo en todas las épocas del año.
La baliía de Veracruz está parcialmente circu- lada por los arrecifes de coral llamados La Caleta, cerca de la costa, y La Gallega, 600 metros mar aden- tro en la parte norte, y El Hornos, cerca de la cos- ta, y La Lavandera, 320 metros mar adentro del la- do sur. Diclios arrecifes forman una bahía de 2,000 metros de anchura y cuando soplaba el viento norte, his aguas del Golfo eran imi^elidas con gran violen- cia por el paso estrecho situado entre La Caleta y La Gallega, penetrando dentro de la bahía, no dejan do más abrigo á los barcos que estaban dentro que un i^equeño espacio á Sotavento del Castillo de San Juan de Ulúa, construido sobre parte del arrecife de La Gallega.
Estos inconvenientes se remediaron con la coiis- ti'ucción de un gran dique al Noroeste, que partiendo de la punta de La Caleta, se extiende hasta La Ga- llega, cerrando á las aguas del Océano este paso del norte, y otro rompe-olas al noreste, que se extiende desde el arrecife de La Gallega hasta la entrada del puerto. El muro del norte que une La Gallega con la isla de Ulúa, había sido construido con anterioridad.
Al Sudeste se construyó también otro rompe-olas que protege el puerto del lado Sur y que se extiende desde la punta del Hornos hasta La Lavandera, de- jando entre su extremidad y la del dique del Nores- te un canal de 260 metros de ancho que constituye la entrada del puerto. En ambas extremidades se colo- caron faros.
Las dos secciones del dique del Noreste tienen .1 ,085 metros de largo ; el dique del Norte, construido
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por Don Agustín Cerdán, 500 metros; el dique del Noreste 738 metros, y el dique del Sudeste 913 me- tros.
Formando parte del malecón de la ciudad se cons- truyó un dique interior de protección, que tiene por el lado de adentro 530 metros de largo y del lado de afuera l.*)5 metros más. La parte del puerto situada entre el diípie interior de protección y el rompe-olas del Sudeste, está destinada actualmente á las embar- caciones más pequeñas.
El malecón de la ciudad fué construido en el mar á una distancia de cuatrocientos metros de la línea de la costa en la marea baja, y por consiguiente, to- da la parte del frente donde hay actualmente tendi- das algunas líneas férreas y donde se lian construido y siguen construyendo muclios edificios, fué conquis- tada al Océano. El área de estos terrenos nuevos es de cerca de 100 hectáreas. El malecón tiene tres ki- lómetros de largo y se extiende desde el rompe-olas del Noroeste al Norte, hasta el dique interior de pro- tección al Sur. Los muelles para los barcos se cons- truyeron á ángulos rectos partiendo del malecón. De los doce que hay proyectados se han construido solamente cuatro, que llevan los números 1, 4, 5 y 8: este último es el muelle del Gobierno y tiene 180 me- tros de largo i)or 22 y medio de ancho. Los números 5, 4 y 1 corres])onden, respectivamente, á los ferroca- rriles Mexicano, Interoceánico y Alvarado. Los de- más muelles serán construidos conforme las nece- sidades del tráfico lo exijan.
El más costoso é importante de los trabajos in- teriores del puerto es ol sólido dique de albañilería, de 380 metros de largo, que se extiende perpendicu- larmente desde el malecón en dirección de la isla de San Juan de Ulúa, entre los muelles 5 y (5., Tiene 100 metros de ancho y está provisto de ocho líneas de rieleS; entre cuyos espacios deberán construirse cua- tro grandes almacenes provistos de suficiente niínie- ro de grúas que se operarán con fuerza hidráulica ó eléctrica.
EsciELAS RirAles Modkrxas.
COJIERCIO DEL ISTMO. 21 í5
Este dique tiene espacio suficiente para siete de los barcos más grandes que llegan á Veracruz.
A ambos lados de la entrada del nuielle del Go- bierno se construyeron dos espaciosos almacenes de cal y canto. También se ha construido al sur de la esquina formada por las divisiones del malecón, un desembarcadero en forma de T, á la espalda del cual se está erigiendo un edificio sólido y amplio que ser- virá de estación sanitaria y de almacén de equipajes.
El área total del puerto, gracias á los importan- tes trabajos que liemos descrito, llega á 220 hectá- reas; cuya extensión fué ciudadosamente dragada de modo á obtener una profundidad mínima de 8 y medio á 10 metros, que es suficiente para dar entrada al buque de mayor calado basta boy construido en los astilleros del mundo.
Como indispensable complemento á estas grandes mejoras, que lian requerido un gasto de $30.000,000 ]>lata, tanto el Gobierno Federal como bis autorida- des del Estado, no lian perdido tiempo ni economiza- do dinero en ])roveer á la ciudad de Veracruz con un sistema completo de drenaje moderno y con agua po- table en abundancia, habiendo así logrado convertir la localidad en una de las más sanas del Golfo, ha- ciendo desaparecer por completo las fiebres epidé- micas que antes la azolaban y dificultaban su co- mercio.
Los trabajos llevados á cabo en Veracruz, el puer- to más importante de la Kepública, constituyen un timbre de honor para la administración del General T>on Porfirio Díaz; pues son una muestra patente de sus esfuerzos por el adelanto y prosperidad de la Nación mexicana, que, gracias á él, vá asumiendo en el concierto de las naciones el alto puesto que le corresponde por su historia, su extensión y patrio- tismo de sus hijos.
CAPITULO LX.
Desarrollo de fuerza hidráulica.
La historia del progreso industrial de México du- rante la última década, no es sino la historia del des- arrollo de su fuerza hidráulica. La provisión de fuer- za, á la tercera parte del precio que antes costaba, ha hecho posible la operación de centenares de fá- bricas, grandes y pequeñas; ha triplicado la exten- sión de los trabajos mineros; ha convertido la luz eléctrica en una comodidad cuando antes era un lu jo; ha aumentado las líneas urbanas y suburbanas de tran^ias ; y en fin, ha reA olucionado por completo las condiciones industriales.
Una de las empresas que han contribuido á este desarrollo es la de Xecaxa, inmensa como es en sus resultados económicos, es quizá aún más interesante desde el punto de Adsta de la ingeniería. Es una obra colosal en que se han gastado millones de pesos en cambiar las condiciones naturales, de modo á pro- veer una continua corriente de agua capaz de produ- cir fuerza para todas las necesidades presentes. La inmensa presa de Xecaxa almacena durante la esta- ción de Ihmas 44.000,000 de metros cúbicos de agua, y las otras presas construidas en los valles parale- los, forman dos depósitos con capacidad para con- tener 45.000,000 y 15.000,000 de metros cúbicos, res- pectivamente.
Más allá de estos depósitos se están abriendo tú- neles para conducir otros ríos y aumentar la eficien- cia de la obra. Hay, además, en la meseta arriba de Xecaxa, cerca del término del Ferrocarril de Hidalgo, dos depósitos con una capacidad total de $70.000,000 de metros cúbicos.
La ])lanta que nos ocupa, cuando fué fundada pro- ducía 20,000 caballos de fuerza : hoy produce 50,000 caballos para consumo en México y El Oro. Las lí-
Don Jcsé Maim'a Velasco. (Pintok Mkxicano.)
DESARROLLO DE FLERZA HIDRÁULICA. 215
neas de transmisión de la compañía se están exten- diendo actnalmente á Paclinca, y pronto podrá pres- tarse servicio en un tei'ritorio nuevo muy extenso. Al fi]}alizar el año, la empresa estará en situación de poder desarrollar cien mil caballos de fuerza, y se es- tán trazando los trabajos que permitan aumentar es- ta fuerza á 250,000 si fuere necesario.
Las aguas de diez ríos se utilizan aquí para pro- veer de luz, calor y fuerza á los habitantes del valle de México. En la instalación de dinamos de Necaxa es transformada la energía de todas estas corrientes en miles de caballos de fuerza de energía eléctrica, que alumbra ciudades y hace trabajar fábricas á cen- tenares de kilómetros de distancia.
Desde que la Compañía Mexicana de Luz y Fuer- za inició sus trabajos en la ciudad de México, ha abaratado el costo de la fuerza, primero en un cin- cuenta i)or ciento, y luego ha seguido disminuyendo dicho costo hasta el grado que hoy proporciona fuer- za, no obstante ser México un país donde el carbón es excesivamente caro, á precios más bajos que en casi cualquiera otra ciudad del mismo tamaño en el ex- terior.
La presa principal de Necaxa es una gran estruc- tura de piedra construida con la mayor solidez. Su altura, cuando esté enteramente terminada, será de 194 pies y estará formada por 1.800,000 yardas cú- bicas de material.
La presión hidrostática que dá fuerza á las tur- binas, é impulsa á los grandes generadores en su trabajo de convertir esta agua en energía eléctrica, es obtenida por una caída de 1,400 pies, variando la fuerza de acuerdo con la altura del agua en el depó- sito. La columna llega á la planta eléctrica por me- dio de inmensa y larga tubería que atraviesa las montañas á un lado de los saltos de agua. Estos sal tos, en niimero de dos, son, ó más bien, eran, antes de que el agua fuera dirigida por otros cauces, de im- ponentes proporciones y fueron los que llamaron la atención de los ingenieros hacia estos sitios como á
216 DÍAZ T MÉXICO.
propósito para establecer ima gran planta eléctrica. El primero de ellos tenía 462 pies de altura y el se- gundo 752.
Los tubos de alimentación cjue parten de la presa son tres : dos de seis pies de diámetro y uno de siete. Eecorren una distancia de 2,300 pies antes de juntar- se por medio de un recibidor de 21 pies de largo y sie- te de diámetro. De aquí salen seis tubos de presión de treinta pulgadas de diámetro cada uno, los cua- les son conducidos i)or un túnel a la planta generado- ra, cerca de 1,400 pies abajo.
La planta eléctrica de Necaxa, donde se produce la energía, puede considerarse como de lo más moder- no que existe hoy en el mundo en su género. El edi- ficio de las máquinas es de construcción de acero y concreto, de 65 pies de altura sobre el nivel del piso, 265 pies de largo y 214 de fondo. Contiene seis gran- des generadores con un potencial de 4,000 Aoltios cada y todos ellos son de corriente trifásica. Para elevar su voltage á la línea de presión que es ahora de 60,000 voltios, se emplean cinco transformadores de fase simple de 2,000 kilowatts.
En el gran depósito de Xecaxa cae desde una altu- ra de cincuenta metros una inmensa cantidad de agua que viene del depósito de Tenango, j esta abun- dante alimentación es el i^rimer resultado del tra- bajo asiduo que ha sido llevado á cabo en el tiempo relativamente corto de un año y por los esfuerzos constantes de doce distintas cuadrillas constructo- ras. Esta agua ^dene del inmenso canal y sistema de depósitos.
El túnel de Tenango, como es llamado este últi- mo eslabón que acaba de terminarse, tiene 1,317 me- tros de largo, siendo sus dimensiones de 11 pies por IL La tubería de acero que encierra, tiene 9 metros de diámetro y está toda rodeada de concreto. Este túnel fué construido con gran rapidez, A^aliéndo- dose para ello de cuatro tiros que conducían á la su- perficie del terreno y que permitieron que diez cua- drillas trabajaran á la vez. Tiene un declive de tres
DESARROLLO DE FUERZA HIDRAULICxi. 217
metros por kilómetro, lo que produce uu espléndido salto y hace posible que se puedan derramar en el depósito de Necaxa las aguas de los depósitos supe- riores tan ligero como pueda haber posibilidad que se necesiten.
Seis meses se invirtieron en hacer las excavacio- nes y otros seis tomó la colocación de la tubería y su forrada de concreto.
Se construyó, además, á 169 metros del depósito de Necaxa, un ramal que corre desde el tiro número 4 y atraviesa el cerro donde está situada la pequeña población de Jacksonville, pol' una distancia de 342 metros. Al salir del cerro el tubo de nueve pies que contiene, se reduce á siete y deberá unirse con otro del mismo diámetro, que es de los j)rincipales alinien tadores de los tubos de presión que van á la planta generadora. Dicho ramal constituye, pues, un medio de alimentación directa obtenida del depósito de Te- nango. Varias válvulas colocadas en puntos conve- nientes permiten dirigir el agua á donde se necesite.
El depósito de Tenango es una gran extensión de agua que cubre, cuando lleno, una superficie de 3.408,000 metros cuadrados, teniendo una capacidad de cuarenta y cuatro millones de metros cúbicos, lo que es con poca diferencia una capacidad igual á la del gran depósito de Necaxa.
Para contener esta inmensa cantidad de agua se está construyendo una presa de 2,800 metros de lar- go, en que se emplearán 1.125,000 metros cxibicos de materiales. Su parte central atraviesa un espacio profundo de más de cien metros, que está construido con la mayor solidez, por el mismo estilo de las otras grandes presas de Necaxa.
Más allá de Tenango se encuentra el tercero de los depósitos inferiores,, el de ívTexapa, que está uni- do al de Tenango por un túnel de 147 metros de lar- go. Este depósito tiene una capacidad de 15.780,000 metros cúbicos y en la presa que aquí se está constru- yendo, se emplearán 430,000 metros cúbicos de mate- riales.
218 DÍAZ Y .^ÍEXICO.
El túnel de Xaltepaxtla, que se encuentra ya en uso, tiene 328 metros de largo y desagua en el gran canal á una altura de 1,384 metros, que es 24 me- tros mayor que la del derrame de la presa de Nexapa. Su rendimiento es de cuarenta metros cúbicos por segundo.
De la entrada del túnel corre un canal hacia atrás, por una distancia de 195 metros hasta llegar á las compuertas de una pequeña presa de desviación que encauza el río Xaltepuxtla. Esta presa fué con- cluida en Diciembre de 1909.
A lo largo de la ribera de este río existe un cami- no carretero esi^léndido construido por la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza, que conduce á los túne- les de Zempoala.
Más allá del lugar donde desembocan las aguas del río Zempoala y sus tributarios en el Xaltepuxtla, se extienden siete kilómetros de túneles y 345 metros de canales hasta un ])iinto donde se encuentran con el río Zempoala. Son los túneles que hemos mencio- nado, que aún están en construcción y que deberán estar terminados en Enero de 1912.
Varios otros túneles hay en proyecto, todos los cuales contribuirán notablemente á aumentar el ya inmenso caudal de aguas disponible en los grandes depósitos que existen y en los nuevos que se intentan formar. Solamente el sistema proyectado para reco- ger las aguas del distrito más allá de Zempoala, se calcula costará $4.500,000.
No debemos dejar de mencionar, por ser de gran importancia, el depósito conocido con el nombre de Laguna, que recibe las aguas de Inás allá de Beris- táin y que tiene tanta capacidad como el mismo de Xecaxa. Este depósito se puede vaciar en el de Los Reyes por medio de un túnel de 517 metros. De Los Reyes parten canales y tímeles que llevan el agua al valle de Xecaxa.
Finalmente, otro de los sistemas de canales y tú- neles en construcción es el de Coacuila, que aprove- chará las aguas del río de este nombre.
DESARROLLO DE FUERZA HIDRÁULICA. 21.)
Las líneas que vieuen desde Necaxa á la ciudad de México conduciendo la energía que mueve innu- merables molinos, factorías y maquinaria de todas clases, tanto en la capital como en El Oro y Pachuca, son en sí un modelo en su género.
Dichas líneas entran á la capital por la estación de Nonoalco, la cual era anteriormente la planta de carbón más importante que proveía á México de fuer- za eléctrica y es hoy el punto central de distribución. De Necaxa llegan cuatro circuitos y de aquí parten dos para El Oro y otros muchos para las distintas partes del Valle de México.
El sistema de tranvías está provisto con muchas líneas de alimentación, teniendo estaciones hasta en las partes más céntricas de la ciudad, lo cual hace posible (pie se puedan cortar secciones que están da- ñadas sin interferir con la operación de las demás líneas, ni menos con la distribiición general de luz y fuerza.
Una estación especial á donde llega fuerza eléc-* trica con 8,000 voltios de presión, se entiende con el alumbrado ])úblico de la ciudad. Las. calles están alumbradas por cerca de dos mil lámparas de arco de 2,000 á 1,500 bujías, lo que hace que México sea nna de las ciudades que poseen mejor alumbrado pú- ))iico en América.
Las necesidades del servicio público de la capital y del Distrito Federal son muchas, y entre ellas cita- i'emos el contrato que últimamente se ha hecho por cuatro mil killowatts para mover las grandes bombas que elevan el agua de las fuentes de Xochimilco.
El mayor servicio de fuerza que dá la Compañía fuera del Distrito Federal, es al campo minero de El Oro, en el Estado de México, situado á 120 kilóme- tros de la capital. Las compañías mineras que aquí trabajan consumen actualmente 10,000 caballos de fuerza, siendo los princi])ales consumidores : el Oro 31ining & Eaihvav Co„ la Esperanza Mining Co., la "México Mines of El Oro," y la "Dos Estrellas Mi- ning & Milling Co."
220 DÍAZ Y MÉXICO.
Para concluir, agregaremos, que la Compañía es- tá para inaugurar el servicio de fuerza y luz en Pa- chuca, capital del Estado de Hidalgo.
Este bosquejo que hemos liecho de las, grandes plantas de Necaxa y del servicio de luz y fuerza que proporciona esta Compañía, dará una idea de su im- portancia y del gran progreso que ha hecho en po- cos años, progreso que está en relación directa con el gran desarrollo que se ha efectuado en las indus- trias de toda naturaleza en el Distrito Federal y sus alrededores.
CAPITULO LXI.
El hacendado antiguo y el moderno.
Por muclios años desi^ués de la conquista de las dinastías nativas de México, el país se halló entrega- do al explorador, al minero y al comerciante. Aque- llos de escasa ambición se dedicaron al cultivo de la tierra.
Los españoles nunca parecían apreciar, que en suelo maravillosamente fértil y extenso territo- rio, México guardaba una riqueza cien veces mayor que la que podían producir sus minas. Tampoco pu- dieron percibir plenamente que la agricultura les brindaba un medio seguro para adquirir riquezas á cambio de perseverancia firme y dedicación á ella. Es cierto que los españoles adquirieron grandes frac- ciones de terreno y muy vastas liaciendas, las que trabajaron con provecho, pues el español es muy ap- to para sacar dinero de cuanto emprende, pero esa ])osesión reconocía dos razones. Era costumbre en Europa considerar la propiedad de extensas super- ficies de tierra como aristocrática. El origen de esto se descubre en el hecho de que en pasadas centurias el que era poseedor de vastas i:)orcions territoriales, contaba con muchos partidarios, y como en aquellos días de turbulencia el poder muy a menudo consti- tuía el derecho, el que disponía de un séquito de te- rratenientes y colonos vigorosos y bien armados y tenía á su servicio caballeros de espíritu batallador y de un rango inmediaío al suyo, estaba cierto de ser respetado y visto como un gran señor.
El español trajo consigo á América las ideas y prejuicios de su raza y por lo tanto fué natural que tratase de introducir en México y en sus otras pose- siones transatlánticas, las costumbres y tradiciones de su tierra natal.
Como segunda explicación respecto de la adqui-
222 DÍAZ T MÉXICO.
sición de vastas haciendas, debe citarse que en los primeros días subsecuentes á la conquista, México estaba sujeto á continuos levantamientos y peque- ños disturbios de parte del populacho nativo recien- temente sometido, y como el hacendado español te- nía á su servicio á algunos de los antiguos nobles y caudillos aztecas, estaba así en aptitud de defender- se y hacer frente á los peligros que pudiesen sobre- venii'.
Esto produjo una especie de alianza defensiva y ofensiva entre los aventureros españoles y la nobleza azteca, veriñcándose frecuentes enlaces matrimonia- les entre los representantes del antiguo orden de co- sas en México y los nuevos señores del lugar. El resul- tado de esta fusión de intereses fué la consolidación de los bienes de los hacendados a través de toda Nueva España.
Poco á poco el antiguo noble azteca y otras no- blezas aborígenes desaparecieron, bien por amalga- mación con los descendientes de los aventureros es- pañoles, que de tiempo en tiempo emigraban á Nue- va España en pos de fortuna, ó bien relegados á la masa común por las circunstancias y superior cono- cimientos y ventajas de la raza blanca. Fué entonces cuando comenzó la vida de las grandes haciendas de México.
Pero aim cuando el español trajo consigo á Mé- xico los prejuicios, costumbres é ideas de su tierra natal, todo esto, con el transcurso de unas cuantas generaciones, sufrió grandes modiñcaciones en su pa- tria adoptiva.Se vio, por ejemplo, forzado á adap- tarse á las condiciones del trabajo, sistemas de vi- da, clase de alimento, caracteres del suelo y produc- tos naturales del país. De allí surgieron nuevos há- bitos de vida, nuevas ideas de gobierno y nuevas re- laciones entre el gobernante y el gobernado en Nue- va España. El español pronto aprendió á explotar á los nativos, tanto á los de noble cuna como á los de humilde origen.
Como los ancianos nobles ó caciques y antiguos
EL HACENDADO ANTIGUO Y EL MODERNO. 223
caudillos ejercían inmensa influencia sobre las ma- sas indias inferiores, los europeos hallaron ventajo- so trabajar al unísono con la nobleza de las razas sometidas y conquistadas. Por hábiles manejos de esta clase pronto los españoles tuvieron á los indios bajo su pleno dominio. Con frecuencia un aventure- ro español se casaba con la hija de un jefe indio y usaba la influencia del padre para el logro de sus fi- nes con los nativos. El producto de esa unión, que no era ni indio ni español, lograba retener aiin la pre- ponderancia que sus antepasados en la línea mater- na habían ejercido. Pero a menudo los hijos de tales uniones resultaban ser más arbitrarios y duros pa- ra con los nativos que los españoles, porque creían poder hacerlo bajo el derecho que les daba su jerar- quía india sobre sus subditos. Así fué cómo con el tiempo, surgió en México un gran número de caci- ques, poseedores, i)r éticamente, de casi todas las tie- rras del país y á quienes estaban sujetos muchos subditos de raza nativa, precisamente como en los días de dominación azteca. Este fué el origen cierto de las grandes liaciendas de México.
A los más notables soldados de Cortés les fueron donadas vastas propiedades en México ; las familias de estos aventureros, muchas de las cuales efectua- ron alianzas con las familias nobles de los indios, pronto principiaron á considerarse ellas mismas co- mo nobles, y siempre administraban sus pertenen- cias en la misma forma autócrata en que sus antepa- sados lo hicieran en épocas feudales.
A Cortés le fué cedida como una de sus posesio- ' nes el extenso valle de Oaxaca. Tenía, además, bie- nes en la ciudad de México, Coyoacán y varios otros lugares del Valle de México y de la Nueva España. Los descendientes del conquistador aún poseen lar- gas haciendas y propiedades raíces en México, cu- yas rentas disfrutan en Europa. Una rama de esa familia se encuentra actualmente entre la nobleza de España, en tanto que otra se liga á una de las me- jores familias de Italia. Ambas derivan la mayor
224 DÍAZ T MÉXICO.
parte de sus rentas de sus posesiones en México, he- redadas de generación en generación desde los remo- tos días de la conquista y años inmediatos siguientes.
El resultado de esta curiosa mezcla de razas, cos- tumbres é instituciones, es digno de estudio, tenien- do, como tiene, Mlación con las condiciones indus- triales que hoy existen en México.
Naturalmente los aventureros españoles que vi- nieron á Nueva España durante el siglo inmediato posterior á la conquista, se vieron forzados por las circunstancias á amoldarse a la vida y á muchas de las costumbres de los nativos, modificándolas en cierto grado. Entre esos usos adoptados pueden ci- tarse los métodos para labrar la tierra, la vida ru- ral, el vestido y alimentos.
Las razas aborígenes de México no disponían de bestias de carga y por ello todo el transporte y labor requeridos para la labranza se hacía á fuerza de manos, sin a^aida de tracción animal alguna. Ese es- tado de cosas fué modificado por los españoles por la introducción del caballo, el burro, la muía y el buey. Pero aún después del transcurso de un siglo después de la conquista, la tierra proseguía siendo cultiva- da á la usanza de los mexicanos, ó sea: cavando y removiendo la tierra por medio de la azada ó pala, porque se halló expedito facilitar á los nativos su trabajo agrícola en la misma forma á que habían estado acostumbrados.
El instrumento usado por los aztecas para la- brar la tierra estaba hecho de madera, piedra ó co- bre, en forma de un segmento de círculo, de forma se- mejante á la convencional cornucopia. A esta pieza se ataba un mango de madera, por medio de una cuer- da hecha de fibras de maguey ó de tiras de piel sin curtir. Con este primitivo instrumento se abrían los surcos que habían de recibir la semilla. Los españo- les fijaron ese instrumento en el extremo de una lar- ga pértiga á la que se hallaba uncido algún animal. Eso sirvió como rudimentario arado por más de un siglo después de la conquista. La punta de la "reja''
EL HACENDADO ANTIGUO Y EL MODERNO. 225
del arado era á veces de hierro, otras de cobre y muy á menudo de madera dura. Estos arados primitivos, con ligeras variantes, pueden aún verse en uso en va- rios lugares de México.
Hasta hace apenas un cuarto de siglo ningún 13ro- greso se había hecho para mejorar estos primeros im- plementos de la agricultura usados por los aztecas y otras tril)us nativas, los cuales en su época y bajo las condiciones entonces dominantes, se adaptaban notablemente al trabajo agrícola en México. Todo aquel que se interese en un estudio posterio sobre la materia, le bastará ocurrir al Museo Nacional de la ciudad de México, donde podrá ver cierto número de estos útiles agrícolas, hechos de cobre.
Los arados introducidos i^or los españoles en Mé- xico, modelados bajo la base de los antiguos instru- mentos de labranza de los aztecas, pero construidos de manera que se adaptasen al nuevo orden de cosas, resultantes de la ayuda animal i^ara tracción ó car- ga, fueron en muchos conceptos inferiores á los usa- dos por los aztecas. A menudo una simple rama de árbol torcida, afilada en un extremo y atada á un ])uey, substituía el arado. El efecto logrado con un útil tan rudo era naturalmente malo y los terrenos de sembradura en toda la Nueva España, eran, por lo mismo, deficientes.
Los mismos rudos métodos eran usados en irri- gación. En realidad, los españoles parece nunca lo- graron hacer algo semejante en perfección á las obras de irrigación que los habitantes aborígenes efectuaron antes de la conquista. Por todas partes á través de México se encuentran ines]:)eradamente ruinas de vastos trabajos de regadío, muchos de los cuales fueron ejecutados antes de que el hombre blan- co hubiese descubierto el Nuevo Mundo. Esas obras hicieron posible á las razas habitar en las áridas re- giones de las altii)lanicies y convertirlas en florecien- tes jardines. De cuando en cuando, debe reconocerse, durante el período colonial, surgía algún intento pa-
226 DÍAZ Y MÉXICO.
ra introducir la irrigación en Nueva España. Pero esto era sólo individual y aisladamente.
La edad moderna lia cambiado la actitud de los mejores hacendados y dueños de plantíos respecto á esas deficiencias. Nos hallamos en la época en que la maquinaria de Yaj)or y gasolina hánse abierto paso transformando lugares, y haciendo cambiar, lenta pero seguramente, la rutina en los métodos de labor y explotación agrícola, seguida por el propietario de haciendas, el labrador j el ranchero. El tiempo en que el esfuerzo muscular predominó largamente en México vá pasando al olvido lentamente. Los arados de vapor substituj^en ya al buey y a la muía de los españoles, á la rústica vigueta con su apéndice de hierro ó cobre, algunas veces y otras sólo endurecida á fuego, y á la azada curva usada por los morado- res indígenas, cuyo cultivo de la tierra data de eda- des muv anteriores al arribo del hombre blanco á sus dominios para derribar sus templos y sus dioses y dar comienzo á la lenta evolución de la civilización moderna.
Ya se hace uso en México de máquinas de vapor trilladoras. Ya los modernos rastrillos y cultivado- ras han tomado el lugar de los toscos utensilios pri- mitivos que antaño efectuaban su labor á costa de grandes esfuerzos y lamentable pérdida de tiempo. Ya bombas poderosas operadas por máquinas de va por, caídas de agua ó motores eléctricos ó de gasoli- na lanzan su flujo bienhechor sobre iumensas saba- nas de tierra, reemplazando al débil esfuerzo del in- dio con su cubeta, su bomba de j)alanca, su pozo ar- tesiano á su zanja de riegue de perezoso curso.
La edad de la maquinaria ha llegado para Méxi co del mismo modo que llegó para la república nor- te-americana hace una ó dos generaciones, y ya el ha- cendado comenzó á hacer uso del mejor "distribui- dor" de semillas, patentado, de los mejores y más modernos arados y trilladoras mo\ddos por vapor. Emjiieza á realizar que en su interés está invertir
EL HACENDADO ANTIGUO Y EL MODERNO. 227
vastas simias en obras de irrigación, tal como lo han hecho ya mnchos de sus vecinos más emprendedores. La hora ha sonado en que debe disminuir costos empleando menos labor y ello podrá sólo lograrlo ha- ciendo uso de los implementos mecánicos producidos en esta época de invenciones maravillosas. Se acerca el día en que la moderna maquinaria rija la explota- ción de una hacienda, supliendo á los métodos de los antepasados y tribus civilizadas aborígenes, porque los tiempos de cacicazgo, de la ignorancia, esclavi- tud, feudalismo y opresión, han desaparecido y el México nuevo se adhiere á todo lo que es moderno en la etapa del siglo veinte.
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CAPITULO LXII.
Donde recibe México á sus huéspedes.
México no tiene realmente grandes hoteles como se pueden encontrar en las ciudades populosas de los Estados Unidos y Europa; pero no obstante, el adelanto que lia heclio durante los últimos doce años en lo que concierne al alojamiento de sus huéspedes, es bastante notable. Se lian fundado nuevos hoteles y muchos de los antiguos han sido renovados asu- miendo un aspecto de acuerdo con las exigencias de los tiempos modernos.
El hotel St. Francis, el Porter, el Germán Ameri- can, el Sauz, el Palacio, el Coliseo y el Clark's Ala- meda, son todos de fundación reciente > son mucho mejores y más modernos en todos respectos que los mejores antiguos hoteles de México de hace doce años. El turismo ha contribuido en mucho por crear en la capital necesidades de proporcionar mejor cla- se de acomodo y servicio en los hoteles. La continua corriente de forasteros que se han mantenido fluyen- do dentro de la República durante la última fleca- da, y que ha venido aumentando constantemente por su misma fuerza de impulsión, ha proporcionado clientela para mejor clase de hoteles y hosterías, clientela que no tenía México antes de ese tiempo ; y el dinero extranjero que año tras año va quedando en el país, ha originado una competencia entre los propietarios de hoteles de resultados muy A^entajo- sos para el servicio.
Hace veinte años era queja general que no se en- contraba en la capital de la República ni media do- cena de lugares de esta naturaleza donde se pudiera gozar siquiera de mediana comodidad, y los restau- rantes y las fondas eran notoriamente malos. Y lo peor del caso era que ni los dueños de hoteles y posa- das ni los de otros establecimientos de la misma ín-
Hoteles Modernos de México. 1. Palacio. 2. St. Fraucis. S. St. Louis. 4. Porters.
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CAPITULO LXll,
Donde recibe México á sus huéspedes.
México no tiene realmente grandes hoteles como se pueden encontrar en las ciudades populosas de los Estados Unidos y Europa; pero no obstante, el adelanto que lia lieclio durante los últimos doce años en lo que concierne al alojamiento de sus huéspedes, es bastante notable. Se han fundado nuevos hoteles y muchos de los antiguos han sido renovados asu- miendo un aspecto de acuerdo con las exigencias de los tiempos modernos.
El hotel St. Francis, el Porter, el Germán Ameri- can, el Sanz, el Palacio, el Coliseo y el Clark's Ala- meda, son todos de fundación reciente y son mucho mejores y más modernos en todos respectos que los mejores antiguos hoteles de México de hace doce años. El turismo ha contribuido en mucho por crear en la capital necesidades de proporcionar mejor cla- se de acomodo y servicio en los hoteles. La continua corriente de forasteros que se han mantenido fluyen- do dentro de la República durante la última déca- da, y que ha venido aumentando constantemente por su misma fuerza de impulsión, ha proporcionado clientela para mejor clase de hoteles y hosterías, clientela que no tenía México antes de ese tiempo ; y el dinero extranjero que año tras año va quedando en el país, ha originado una competencia entre los propietarios de hoteles de resultados muy ventajo- sos para el servicio.
Hace veinte años era queja general que no se en- contraba en la capital de la República ni media do- cena de lugares de esta naturaleza donde se pudiera gozar siquiera de mediana comodidad, y los restau- rantes y las fondas eran notoriamente malos. Y lo peor del caso era que ni los dueños de hoteles y posa- das ni los de otros establecimientos de la misma ín-
Hoteles Modekxos de México. 1. Palacio. 2. St. Francis. :5. St. Loiiis. 4. Porters.
; DOÍÍDE RECIBE MÉXICO A SUS HUESPEDES 229
dolé, se esforzaban aparentemente en lo más mínimo por agradar á sus clientes. En la mayor parte de los hoteles el servicio de restaurante era negocio ai)arte del de alojamiento de los huéspedes, con cuyo arreglo sucedía con frecuencia que cuando el ho- tel en sí era aceptable el restaurante era notoriamen- te malo y viceversa. Igualmente en todos los hoteles de esos tiempos, incluyendo los de la capital de la República, los baños tenían administración aparte de la administración general del establecimiento, y era cosa enteramente desconocida el servicio de cuar- tos con baños particulares. Por lo general, los hote- les eran mal atendidos y no muy limpios : lo que ha- bía de amueblado era anticuado é incómodo, y los cuartos, salones y patios tristes y desaliñados.
Pero todo esto ha sido cambiado, y este cambio por lo mejor en México, en beneficio del piiblico que viaja, es debido al espíritu de empresa de los actua- les propietarios de esta clase de establecimientos. Es cierto que los hoteles de la República, aún los de la misma capital, no tienen las pretensiones ni están tan bien amueblados y provistos con tantas comodidades y conveniencias como uno espera encontrar en los me- jores hoteles de los Estados Unidos y Europa ; pero se ha adelantado tanto en este particular durante los úl- timos diez años, que el cambio es digno de notarse ; y el buen servicio que se dá actualmente al público, es debido en gran parte á los hoteles arriba menciona- dos. Hoy el propietario de hotel no es indiferente, desaliñado y descuidado; la competencia y el pros- pecto de buena y rica clientela lo han despertado de su sueño medioeval. Ahora aún los hoteles antiguos, que no se limpiaban antes ni siquiera una vez por quincena, tienen cuartos bien alfombrados, servi- cio excelente, elevadores, apartamentos, baños par- ticulares y restaurantes con buenos "chefs" de cocina europeos ó americanos. Los nuevos hoteles á los cua- les es debido este adelanto de las hosterías y posa- das en general, también son continuamente mejora- dos ; mientras que establecimientos de igual natura-
280 DUZ Y MÉXICO.
leza más modernos y cómodos están actualmente en construcción.
Todo esto no es sino una indicación del progreso del país en general: pues lo que ha tenido lugar en la capital de la República se está lleA-ando á cabo en las otras ciudades importantes del país. México está ex])erimentando rápidamente una evolución comple- ta, siendo de la cual una de las fases de no menor im- l)ortancia, las innoA^aciones en el modo de tratar al ]>úb]ico viajero.
Una de las razones por las cuales México no po- see grandes hoteles, espaciosos y bien amueblados co- mo los que se encuentran en los países más adelanta- dos del mundo civilizado, es que aquí las costumbres son diferentes basta el grado de que no se usa que re- sidan familias en hoteles. Por lo cual, el hotel para familias no existe prácticamente en el jíaís y las po- sadas y hosterías tienen que depender casi exclusi- vamente del púl)lico viajero. Por esta razón, la vida (le hotel en México tiene pocos atractivos para la gen- te amante de casa, la cual prefiere vivir con una fa- milia particular, donde le es posible gozar de socie- dad y mayores conveniencias. Así, pues, la vida de hotel es aquí radicalmente diferente de lo que es en la mayor parte de los países de En ropa y en los Es- tados Unidos. Esto indudablemente explica la cir- cunstancia de que los hoteles en la República, hasta hace pocos años, estuvieran desprovistos de todas las comodidades que uno naturalmente espera en esta- blecimientos donde se dá servicio al público.
Pero ya se A^en manifestaciones de que las condi- ciones sociales están cambiando, hasta cierto punto, en la capital de la República, pues últimamente se nota tendencia hacia el establecimiento de casas de huéspedes y hoteles para familias al estilo más mo- derno. No cabe duda que dicha tendencia está desti- nada á pronunciarse más en un futuro próximo, pues la ciudad cada año asume más y más carácter cosmo- polita y metropolitano. El público viajero también aumenta con ra])idez y cada día es más exigente, y
Hoteles Modernos de México. 1. Restaurant Chapnltepec. 2. Hotel Geneve. 3. Hotel France (üiizaba.)
DONDE RECIBE MÉXICO A SUS HUESPEDES :¿ ¡I
nuevos hoteles aparecen para llenar estas necesida- des. Hace veinte años los linteles en México esta])au instalados en edificios antiguos que originalmente habían sido dedicados á otros usos y destinados á otros objetos. Eran incómodos, malsanos, tristes y generalmente mal servidos. Su exterior tenía un as- pecto tan poco atractivo como su interior. Pero los nuevos hoteles están cambiando rápidamente seme- jante estado de cosas. Han aprendido la utilidad de presentar en el exterior una apariencia atractiva, y esta tendencia se acentúa cada día más tanto en lo que refiere al exterior como al mejor servicio. Los graba- dos que acompañamos de algunos de los hoteles más modernos y progresistas de la capital, darán una idea del adelanto que á este respecto se ha hecho en México durante los últimos años.
CAPITULO LXIII.
Pintores Mexicanos.
Nada revela tanto la cultura de una nación ó pue- blo como su deA^oción á las bellas artes y al cultivo de las mismas. A ese respecto México ocui)a una en- Aidiable posición entre las naciones de los continen- tes americanos. Esto se debe á dos causas: al tempe- ramento de la raza y al incidente de la ocupación es- pañola. El tem])eramento fué heredado de los ante- cesores aztecas ó toltecas, quienes fueron muy aman- tes del arte, aunque ese arte fuese á menudo grotes- co y de cierta clase peculiar á la Anu'^rica en los días pre-colombinos. Sin embargo, ese arte, tal como era, mostró el temperamento del pueblo que produjo poe- tas, pintores y artísticos operadores en filigrana de oro y plata, todos indígenas, quienes ganaron la ad- miración de los españoles en el período subsecuente á la conquista.
Las razas indígenas tenían, además, su propia música nativa, á la cual consagraban una gran aten- ción. A los niños ricos se les enseñba en los templos bajo la dirección de los sacerdotes : y uno de los ra- mos de estudio al cual se prestaba jíreferente dedi- cación era el aprendizaje del "ribal" ó cánticos na- cionales, y de éstos, más especialmente, aquellos de- dicados al servicio de los dioses. Se vé por esto que entre los habitantes originales de México, ocupaban un sitio de honor al lado de la oratoria, la i3intura, la música y la poesía. Sería, por lo mismo, extraño que el pueblo mexicano no hubiese continuado siendo adicto á esas artes, que fueron un legado de sus an- tecesores tanto del Nuevo como del Aviejo jMundo, pues en ese temperamento y natural inclinación de las razas nativas de México, fué ingertada la cultu- ra de España, á su vez inñuenciada por todos los cen-
PINtOREí^ 3IEXICAÍÍ0S. 23^
tros del arte en Europa, después de la conquista es- pañola de la tierra de los Moctezumas.
Después de la caída de Tenoclititlán (lioy la ciu- dad de México), los misioneros españoles principia- ron á introducir las artes de Europa en México y los indios de las familias acomodadas demostraron gran afán por poseer la cultura del Viejo Mundo. El éxi- to que obtuvieron en sus esfuerzos es una i)rueba del cultivo y civilización alcanzados en tiempo de la caí- da del imperio azteca; pues las razas aborígenes pro- dujeron escritores, pintores y artífices de nota.
Entre los misioneros esj)añoles que llegaron á México poco desjmés de la conquista, había varios afectos al arte, y de ellos uno fué considerado pro- fesional más bien que aficionado, en el manejo del l^incel y del lápiz. El reunió en torno suyo cierto nú- mero de indios, los más de nobles familias, á quienes enseñó el uso de las i^inturas ó colores españoles, bro- chas, perspectiva y en general las reglas del arte tal como eran entonces conocidas en Europa. Estos discípulos resultaron muy aptos y pronto crearon una escuela nacional propia, cuyo estilo fué la admi- ración de sus maestros españoles. Algunos de estos artistas pronto sobrepasaron al buen sacerdote que les enseñó cuanto sabía. La mayor parte de sus tra- bajos fueron hechos para las iglesias, por cuyos ar- chivos ha llegado hasta nosotros el conocimiento de su fama, pues pocas de sus creaciones perduran to- davía.
México se ha mostrado siemi^re muy afecto al cultivo de las artes gráficas. Los niños de escuela, son, por regla general, buenos pendolistas, son hábiles para el dibujo y pintura y excelentes imitadores de las formas plásticas. Por miw cerca de cuatrocien- tos años esa devoción al arte ha dejado en México invaluables tesoros producidos por las manos de no- tables maestros, en abundancia tal. como ningún otro país en América la posee, pues Xueva España fué siempre la posesión colonial favorita de la madre patria.
334 DÍAZ T MÉXICO.
Es, por lo tanto, de interés conocer algo acerca de aquellos que lioy mantienen la reputación de su pais natal, como cuna de artistas, y la mejor forma de hacerlo es reproducir aquí algunas de las obras de arte de los mejores pintores modernos.
Hace algunos años, cuando México se encontra- ba aislado en un grado considerable del resto del mundo del arte, poseía una escuela de arte mexicano influenciada grandemente por Europa ; pero nativa hasta cierto punto. Pero ahora, aún cuando tiene tan buenos ó mejores artistas y aún cuando se intentan cosas antes no imaginadas, no cuenta, sin embargo, con escuela de arte nacional, por la siuiple razón de (pie sus artistas han estudiado en varios centros ar- tísticos de Europa, cada cual buscando su propio campo, el que marca en él su influencia. Cada uno, al retornar á ^léxico, ha seguido sus propios ideales y como no ha habido unidad de ideas entre los artistas nativos, su esfera de i^roducción es amplia y ambicio- sa, aunque carece de idea central y por consiguiente no existe la concepción nacional general necesaria l)ara la creación de una escuela propia. Pero por es- ta misma razón el arte en México es más interesante, presentando como lo hace, los varios estilos de sus numerosos y hábiles artistas.
El mejor pintor de retratos en México es Hermán Gedovius, quien i^iensa como un mexicano ó latino y pinta como un alemán. Esto se debe á que lleva san- gre alemana en sus venas, que nació y creció en Mé- xico y que ha recibido su educación artística en los mejores centros de Euroj^a. Pero Gedovius no es un imitador, pues desde su regreso á su tierra natal, ha- rá como quince años, ha desarrollado un estilo vigo- roso, imaginativo y pintoresco, notable por su atre- A^miento, que es característicamente suyo. Es el ar- tista "per se" y toda su vida se enAuelve en su traba- jo. En suma, las producciones de Gedovius han sufri- do una notable transformación durante los doce últi- mos años. Antes sus pinturas eran más cuidadosa- mente acabadas hasta revelar cierta atención y cui-
POTORES MEXICANOS. SS5
dado laborioso que tendían á alejar de ellas la percep- ción de individualidad. Pero se ha apartado de todo esto. Ahora se descubren en lo que hace los atrevidos y seguros rasgos de elaboración mental, á menudo fe- briles, para trazar sus concepciones. El dibujo de Ge dovius es bueno y su colorido natural. Su imagina- ción escrutina el sujeto que desea trasladar al lien- zo, adivina su verdadero carácter y atributos y los reproduce fiel y realísticamente. Esto es perceptible de una manera notable en su autorretrato, que se en- cuentra en la Academia de San Carlos, en la ciudad de México. La expresión del artista en una de sus actitudes soñadoras y preocupadas, está allí. En to- da la pintura no hay nada elaborado, nada genérico. El retrato parece ol3ra de uno de los antiguos maes- tros holandeses.
Indudablemente el artista más popular que Adve en ]México es Leandro Izagiiirre, quien pasó diez años en los centros de Europa como estudiante pen- sionado por el gobierno. Actualmente dedica su ma- yor atención á la pintura de retratos, pero ha tenido éxito como ])intor de paisajes, y un lienzo heroico su- yo rei)resentando la tortura de Cuauhtemoc, el últi- mo de los emperadores aztecas, por el conquistador español Cortés, ha merecido el honor de ser colocado en el muro que dá frente á la escalera principal de la Academia de San Carlos en México. Ha pintado también varios tipos populares de gran verdad rea- lística.
Entre la colección de obras traídas de Europa por el profesor Izaguirre, se encuentra un número de excelentes copias de trabajos de los grandes maes- tros, siendo una de las más notables la del famoso grupo de Velázquez, ^'Baco." Guarda también en su estudio copias de El Greco, Rivera, Rubens y Van Dyke, que muestran la fidelidad con que prosiguió sus estudios en los centros de arte de Europa.
En Rafael Ponce de León, que murió en su tierra natal, hace menos de dos años, después de haberse formado por sí mismo una reputación en París, Mé-
236 DÍAZ Y 3IEXIC0. ^
xico lia perdido su artista de gran promesa como ca- ricaturista. Poseía gran talento, insaciable ambi- ción, facilidad de concepción y ejecución y golpe de vista artístico que percibe lo liumorístico, lo paté- tico y lo gráfico de la vida que nos rodea.
La cantidad de trabajos liechos por él en los dos años que duró su permanencia en Euroi)a, ya cuan- do la mano de la muerte lo amenazaba, es prodigio- sa, y en todos, aunque carentes de ese toque final que sólo viene de la experiencia y con el transcurso del tiempo, descuellan ideas brillantes y originalidad.
El decano de los artistas mexicanos es José Ma- ría Yelasco, quien lia pertenecido á la Academia de San Carlos en México por más de medio siglo. El se- ñor Yelasco es el reverso de un impresionista, porque todo lo que pinta lo bace con la mayor minuciosidad y esmero en el detalle. Cree que todo artista debe di- señar sus impresiones vivida y claramente; pero es de opinión que esas impresiones deben ser estudia- das y reproducidas en el lienzo con gran cuidado. Considera que los detalles, usados de una manera juiciosa y conveniente dan vida y verdad á las repro- ducciones de la naturaleza. Este ha sido su evange- lio de arte durante su larga vida y muclias de sus pinturas presentan un detalle maravilloso.
Uno de los cuadros que exhiben el dominio que el Sr. Yelasco posee sobre el detalle, se titula "La Luz en el Cielo." Es una obra maestra de rico colori- do. El título es en lo general la descripción de la pintura, que es un admirable estudio de efectos at- mosféricos.
Ante un fondo obscuro, ceniciento y desigual, re- salta prominentemente un rebaño de ovejas. El za- rapillo rojo del zagalejo que las cuida presta un to- que vivido á la escena. El cielo es un estudio de rica aunque delicada coloración de tintes cromos y ama- rillos que en^^ielven todo el horizonte, debilitándose hacia arriba en leves efectos de tonos grises obscu- ros y purpúreos sobre la densa masa de sombrías nu- bes que llenan la parte superior del liezo, las que en
'Las Casas."— [l'UAUKü ue D. Félix I'aiíra.J
PINTORES MEXICANOS. 237
SÍ mismas son también una combinación de variados matices de azul cerúleo y tonos parduzcos.
Una copia de este cuadro fué hecha por el artis- ta para una de las más prominentes galerías de Eu- ropa, á instancias del director de la misma, que La- bia escuchado los elogios hechos sobre esa pintura por varios artistas que la habían visto. El señor Ve- lasco ha dedicado su vida á la pintura de paisaje y goza de la distinción de ser el mejor paisajista que México ha producido. Su reputación se ha extendido más allá de su patria y le han sido conferidos machos honores. Es poseedor de tres medallas de oro y nu- merosas de plata y bronce, obtenidas en exposicio- nes en varios centros de arte. Francia lo nombró Ca- ballero de la Legión de Honor, Austria lo decoró Caballero de la Legión de Francisco José y otros paí- ses han rendido tributo á su larga existencia de con- sagración al arte.
JJno de los mejores y más popularmente conoci- dos artistas es Félix Parra, cuyas más notables pin- turas se han reproducido muchas veces y sido ven- didas en toda la Repiiblica. Su "Galileo" muestra al famoso astrónomo enseñando el mapa de los cielos á un joven clérigo. Los caracteres están llenos de vi- da y expresión y la escena es de todo i^unto realísti- ca. La mejor de sus pinturas es un cuadro de largas proporciones, que lleva por título "Las Casas." Ee- presenta al famoso Obisi^o de Chiapas que llevó ese nombre, en el acto de amparar á los indios de sus perseguidores. Es uno de los lienzos que más cauti- van la atención en la Academia de San Carlos.
Otra pintura de la misma clase es "La Matanza de Cholula," igualmente impresiva por su elevada concepción y ejecución y que ha atraído vivamente la atención. Acerca de esa obra, hay una especie de guerrilla verbal discutiendo su corrección histórica ; pero el mejor argumento milita á favor de Parra, quien siempre ha sido un cuidadoso estn diante de cuanto atañe á su arte y á los temas que elige.
La mejor de todas las pinturas de Parra es el
238 DIÁZ X MÉXICO.
"Jardín de Flores," y es la menos conocida por estar en poder de un particular, el señor Manuel Ibarrola, y por no haber sido nunca puesta en exhibición ni antes fotografiada. La fotografía que aquí aparece fué tomada personalmente por el autor de este libro.
El artista de la escuela realística que más pro- mete es Alfredo Hamos Martínez, cuj^a inspiración está inundada de luz y color. Huye de cuanto parez- ca elaborado ó arreglado, de tal manera, que produz- ca algún efecto artificial. Aunque es aún muy joven sus pinturas lian merecido ya la distinción de expo- nerse en el Salón Nacional de París, hace varios años. Un bello ejemi:>lar de su estilo es un gi'an lien- zo titulado "Primavera," el que fué exhibido en el Salón de París el año pasado, donde atrajo podero- samente la atención por la originalidad del tema y la maestría en los efectos de luz.
En esa pintura la luz es la idea central, pues re- presenta la alegría de esa estación ; todo lo inunda y parece emanar del lienzo. En ese cuadro queda ejem- plificada la inspiración de Eamos Martínez.
Otro de los nacientes artistas de paisaje en Mé- xico es Gerardo Murillo, quien ha pintado en casi to- das las formas posibles los efectos de paisaje de su tierra natal. Por varios meses vivió en una cueva si- tuada en la línea de las nieves, en el gran volcán Po- pocatepetl, á una elevación de 12,000 pies sobre el nivel del mar, para poder desde allí estudiar las múl- tiples variantes de luz y sombra en las grandes alti- tudes. Es un trabajador infatigable y asiduo obser- vador de la naturaleza en todas sus formas. Posee suma facilidad para reproducir los efectos del color y se amolda á los caprichos de la natura. Vive aleja- do de la sociedad y del bullicio de la ciudad y nunca se siente más feliz que cuando se retira á un lugar le- jano y apartado, para recrearse á solas con las belle- zas de la creación.
Andrés Eíos sobresale en la ejecución de pinturas que contienen muchas figuras y escenas complicadas. Es un delicado estudiante de la historia y ejece todo
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PINTORES MEXICANOS. 239
cLiidado en la ejecución de los detalles de sus compo- siciones. Es de concepción original y esmerado en su labor. Tiene poco de imi^resionista. No descleña los detalles donde pueden tener cabida; pero cuida de no intercalarlos donde liarían demerecer el efecto general del cuadro. Una de sus pinturas que revela esa tendencia del artista se titula "Cumplimentando al Orador del día." Representa á un joven sacerdote recibiendo las congratulaciones de sus feligreses por la excelencia de su sermón. La escena, que se sui)one ocurrida en la época colonial, proporciona al artista oportunidad para desplegar su habilidad en la pre- sentación de las varias figuras y expresiones. El cua- dro está lleno de detalle, pero nunca interviene éste con detrimento del efecto general de la composición.
"Camino del Hospital," es otra buena pintura en que el artista halla oportunidad para mostrar su es- tudio de la figura y su amor al detalle. En el centro del lienzo se encuentra una mujer, joven aún, pero destruida por la privación y el sufrimiento. Una an- ciana, evidentemente su madre, la sostiene por un lado, y por el otro le presta apoyo una niña. A la de- recha del fondo está un viejo, sentado en una caja co- locada en una esquina del cuarto, que cubre su aba- tida frente con sus manos, revelando en toda su ac- titud intensa desesperación. A su lado está en pie una mujer, que á pesar de su evidente juventud, muestra las marcas consuntivas que imprime la mi- seria y la necesidad. En frente de ambos, en el suelo, aparecen los pocos miserables trebejos de la mujer que vá al hospital.
Juan M. Pacheco es un artista que puede llegar á producir excelentes obras. De cuando en cuando sor- prende á sus amigos con alguna excelente pintura que muestra de lo que es capaz, si estuviera en posición de consagrar todas sus energías á una labor realmen- te creadora. "Desde el Puente de Borda," uno de los mejores cuadros del señor Pacheco, es un excelente estudio de luz y sombra y maestría de color. I^a agru- pación de los edificios, la variedad de colorido y los
240 DÍAZ Y 3IEXIC0.
muclios contrastes, dan una apariencia real á toda la escena. Como pintor de retratos, el profesor Pa- checo ha tenido éxito, y muclias de sus pinturas se encuentran en las casas de las mejores familias de México, entre las que cuenta muchos clientes.
Daniel del Valle es artista decorador. Tiene gran facilidad para jc^ creación de diseños, para la expre- sión de ideas alegóricas y presentación de caractei'es históricos. Entre los edificios que ha decorado figura la bonita iglesia de Santa María la Eedonda y la de Jesús, en México, la de San José en Veracruz, y la de la Virgen del Carmen en Toluca. También ha deco- rado en la forma más elaborada, otros edificios de carácter no religioso.
Estos no son sino unos cuantos de los muchos ar- tistas que en México han alcanzado notoriedad. Hay otros casi de igual renombre; pero los límites de es- te artículo no permiten hacer referencia á su tra- bajo.
El Gobierno mexicano ha dado mucho impulso al arte y durante los últimos años ha sostenido cons- tantemente en los centros artísticos de Europa, á al- gunos de los alumnos más brillantes : y á esta protec- ción se debe, en grado considerable, la excelencia del arte mexicano moderno.
CAPITULO LXIV.
La Instrucción Pública en México.
El Distrito Federal y los territorios de la Baja California, Tepic y Quintana Eoo son las únicas par- tes de México que están directamente bajo la inspec- ción del Gobierno Federal en asuntos de instrucción pública; pues cada uno de los Estados atiende en este particular lo que á su población concierne. Pro- bablemente daría mejores resultados en que toda la nación estuviera bajo la inmediata inspección del Gobierno central, por medio del Ministerio de Ins- trucción Pública y sus de^jartamentos; pero las mu- chas dificultades para la realización de esta deseada innovación, no es pertinente el recapitularlas aquí. Mas un ligero estudio de lo que el Gobierno mexica- no ha hecho en los distritos que están directamente bajo su inspección, mostrará cuánto se podría llevar á cabo si toda la República estuviera, en lo que refie- re á este ramo, bajo la administración del Ministerio de Instrucción Pública.
El presupuesto de instrucción pública para el año fiscal que termina en Junio 30 de 1910, fué de $6.600,165 para el Distrito Federal y territorios que están bajo la dirección del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. De esta cantidad, casi la mi- tad fué destinada á la instrucción primaria en el Dis- trito Federal, — $3.166,662.75 en números exactos, — mientras que $432,442.80 ó cerca de medio millón de pesos, fueron destinados para los tres territorios, donde la población es poco numerosa; siendo la mi- tad de esa suma asignada á la Baja California.
A las escuelas normales, de gran importancia, por ser las que proveen maestros competentes llama- dos á difundir y mejorar la instrucción por toda la República, se les destinó la suma de $921,762.75, ó casi un millón de pesos.
Es muy interesante comparar estas cantidades con las que se gastaban hace diez años en instrucción primaria en el mismo Distrito y Territorios.
243 DÍAZ Y MÉXICO,
La suma total que se gastó en el año fiscal de 1889 á 1900, eu el Distrito Federal y los territorios admi- nistrados por el Gobierno Federal, fué de $923,873.80, mientras que el último año se presupuestó la canti- dad de $3.799,105.50, ó sea un aumento de 311 por ciento. El mismo aumento se nota en la cantidad des- tinada á la instrucción primaria en el Distrito Fe- deral y en cada uno de los territorios bajo el control del Gobierno Federal. Hace diez años se gastaron en esa clase de instrucción en la Baja California $66,374.70, mientras que el presente año el territorio recibe para esa misma clase de gastos $251,910.50, ó sea un aumento de 280 por ciento. Durante el año ñscal de 1899 á 1900 se invirtió en educación prima- ria en el Territorio de Tepic la suma de $62,447.35, contra $297,869.50 presupuestados en el año actual, ó sea un aumento de 375 por ciento. Las cantidades gastadas en el Distrito Federal ofrecen los mismos resultados : hace diez años la instrucción primaria costó al Gobierno en el Distrito $721,288.70, mientras que el presente año los gastos suben á $3.166,662.75, ó sea un aumento de 380 por ciento. El aumento en los gastos de instrucción i^rimaria ha sido, por consi- giiiente, de treinta por ciento, por año durante la úl- tima década. Pocos j^aíses pueden mostrar un au- mento semejante, aumento que indica claramente los esfuerzos del gobierno por difundir la instimoción primaria.
La inmensa cantidad de dinero gastada en cole- gios superiores y profesionales, incluyenc^. i escuelas normales, no está incluida en estas cifras, no obstan- te ser una cantidad casi igual. Pero grande como es la suma presupuestada para el presente año, es un poco menor que la que actualmente se gastó durante el año de 1908 á 1909, que fué de $3.576,145, ó sea un aumento de 287 por ciento en nueve años, ó casi trein- ta por ciento por año !
Cuando el General Díaz asumió por segunda vez la presidencia de la Eepública, después de haberse retirado Manuel González en 1884, el 90 por ciento de
Lie. JrsTo Sierra, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes.
lA INSTRUCCIÓN PUBLICA EN MÉXICO. 243
la población de México era analfabeta. En 1900 el analfabetismo había sido redncido á nn 80 por cien- to. Esta disminución es, en realidad, mucho mayor que lo que estos números indican : en México, la edad que señala la ley para la asistencia obligatoria á la escuela, está limitada hasta los doce años, y por con- siguiente, los niños comprendidos i)or la ley eran me- nos de un treinta por ciento de la población ; por lo que el verdadero aumento de instrucción efectiva fué al rededor de 33 j)or ciento en 16 años, ó sea, más del dos por ciento al año. De los individuos cuyos nom- bres entraron en el censo de 1900, 4.029,679, ó sea casi la mitad de la población total de la República en 1884, tenían de 15 á 24 años de edad cuando el Ge- neral Díaz comenzó su segundo período líresidencial, y por consiguiente, ya no estaban al alcance de la ins- trucción oficial. Cuando tomamos en consideración la completa ignorancia y analfabetismo del 90 por ciento de la i^oblación, y todos los elementos que han trabajado de consuno dificultando la educación de las masas poimlares, el adelanto que en instrucción pública se ha hecho en México, es digno de notarse. Bebemos recordar, además, que si bien el gobierno se ha interesado grand^nente en la educación del pueblo de toda la República, no ha tenido control más que en el Distrito Federal y los territorios, y el ade- lanto que se ha hecho en instrucción pública en los Estados, aunque ha sido alentado é instado por el Go- bierno Federal, ha estado directamente bajo el cui- dado de las autoridades de los respectivos Estados. Y como es muy natural, la mayor parte de ellos se han quedado muy atrás del gobierno central en el fo- mento que han dado á la educación i^opular. En el Distrito Federal hay actualmente menos del 20 por ciento de la población analfabeta, y entre este veinte por ciento se encuentra mucha gente que pasó los días de su infancia cuando nadie se preo- cupaba de la educación de las clases bajas. Esta gen- te constituye por lo menos un diez por ciento de la población, ó sea la mitad de los analfabetas del Dis-
244 DÍAZ Y MÉXICO.
trito Federal. El otro diez por ciento está formado en su mayor parte de gente recién llegada de los Esta- dos, y por consiguiente, no se puede culpar al gobier- no de desatender la instrucción pública por el anal- fabetismo de esta parte de la población. Las iiltimas estadísticas formadas muestran que el 50 por ciento de los analfabetas de México son mayores de d«ce años, y 15 por ciento menores ; haciendo un total de 65 por ciento de analfabetas que no están compren- didos, por su edad y las otras circunstancias apunta- das, en las provisiones de la ley de instrucción pú- blica. Si á esto agregamos otro diez por ciento de analfabetas que llegan al Distrito Federal de año en año de los Estados, donde se presta menos aten- ción á la instrucción pública, tenemos un total de 75 por ciento del 20 por ciento de analfabetas del Dis- trito, cuya existencia es debida á causas cuyo con- trol no está bajo el dominio del departamento de ins- trucción pública. Esto reduce el número total de analfabetas del Distrito Federal que han escapado al sistema de instrucción obligatoria que está en vi- gor, al 5 por ciento. Este trabajo ha sido llevado á cabo en el último cuarto de centuria y especialmente en los últimos 15 años. Pocos gobiernos hay en el mundo, que trabajando con las desventajas y luchan- do contra los numerosos y casi insuperables obstácu- los con que se ha encontrado la administración del General Díaz, hayan podido lleA^ar á cabo en el ramo de instrucción pública, ni siquiera la mitad de lo que éste ha hecho.
Y sin embargo, no es más que el principio de una labor que ya comienza á difundirse por toda la ex- tensión del país, y que está conquistando la opinión pública en todos los Estados de la Nación, de tal mo- do, que no hay actualmente un solo gobernador, que no maniñeste su profundo interés en la difusión y mejora de la instrucción pública en la entidad polí- tica bajo su administración.
Escuela Nacional Pkepauatüiua. (Forma paute de la Universidad Nacional de México.)
MiXKRos Extranjeros en México,
CAPITULO LXV.
LOS ESTADOS DE MÉXICO.
AGUASCALIENTES.
Aguascalientes es uno de los Estados más pequeños de la Unión mexicana, pero es al mismo tiempo, imo de los más ricos, dado su ta- maño, en recursos naturales. Es, solare todo. Estado minero, y lo hOi sido desde hace más de doscientos años. Aunque mucha de su riqueza; mineral ha sido explotada, hay todavía muchísima, que no espera sino- medios apropiados de commiicación y métodos modernos de laboreo y reducción para dar á luz la inmensa riqueza que aún permanece ocul- ta. Y así, puede decirse, que si bien son de gran importancia los actua- les intereses mineros del Estado, el futuro es aún más halagador.
También Aguascalientes es rico en tierras para la agricultura, y como tiene toda clase de climas, desde el de la tierra caliente de los trópicos, hasta el frío de las altiplanicies, produce una variedad gran- de de frutos, granos y verduras. Además de esto, la mayor parte de' las tierras cultivables es muy fértil ; y en lo general, no hay escasez de agua para la irrigación donde ésta se hace indispensable. Algún día, por consiguiente, y no muy lejano, Aguascalientes llegará á ser tan famoso por sus productos agrícolas como lo es hoy por su industria mi- nera.
En las alturas produce el Estado excelente maíz, chile, camote, fri- jol, habas, trigo, cebada, garbanzo, lentejas, cacahuate, uvas, moras y la mayor parte de los productos de las zonas templadas. El Estado es famoso por sus excelentes vinos, los que son enviados al resto de la República. Los vinos de Cavello son conocidos en todo el país. Magní- ficas pasas se producen, asimismo, de las uvas que se cultivan en el Es- tado.
Aguascalientes produce como veinte diferentes variedades de pe- ras, todas las cuales son propias para el mercado. Manzanas, duraznos,, melocotones, priscos, albaricoques, limones, naranjas, chirimoyas, agua- cates, sandías y melones, se dan casi sin cultivo alguno en los climas templados, lo mismo que multitud de verduras propias de esos climas. Todo lo que el Estado necesita, por consiguiente, es de más brazos v más capital para desarrollar su vasta riqueza natural, tanto minera como agrícola.
Las tierras bajas producen excelente café, caña de azúcar y otr 's frutos y productos tropicales. Almendra, algodón, corcho, pueden culti- varse en Aguascalientes, y proporcionarían industrias de lo más lucra- tivo para la inversión de capitales y la ocupación de labor inteligente.
La cría de ganado es de alguna importancia en el Estado, y esta industria está destinada á desarrollarse mucho en un futuro próximo, pues por todo Aguascalientes se encuentran magníficas tierras de pas- tos. Allí florece también el famoso mangle, y no se neecsita sino de suficiente atención para hacer de esto una industria de importancia en el Estado ; pues este árbol i)Dsee grandes cualidades para la curtiduría.
Por lo general, el clima es excelente y la mayor parte del territo- rio es habitable por la raza blanca. Esto, agregado á su infinita varie- dad de productos y su inmensa riqueza minera, promete un futuro de lo más brillante.
Aguascalientes ha prosperado mucho de pocos años á esta parte, tanto en agricultura como en industria, minería y educación, y es com- pletamente seguro que esta entidad política de la República está des- tinada, en un futuro próximo, á recibir mucha atención de parte de loí? capitalistas, iniciadores de empresas é inmigrantes de la mejor clase y más progresista.
El Estado ofrece muchas facilidades para manufacturas de varias clases, y posee ya factorías de algodón, lana y tabaco, curtidurías y mo- linos de varias clases. La fundición de los Guggenhiems en la capital, es una de las mejor equipadas de su clase en el continente americano, y no tiene superior en México.
La ciudad de Aguascalientes es el punto de distribución de todo el Estado, y sus necrocios pasan las fronteras de la entidad política, de la cual es capital. Está aumentando constantemente su importancia comer- cial, y es, relativamente, un lugar de inmensa riqueza y de gran p >r- venir.
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CAMPECHE.
En su mayor parte el Estado de Campeche se encuentra en las re- glones tórridas de México ; lo cual es debido, no sólo á que está situado dentro de los trópicos, sino también á que su territorio es todo de tie- rras bajas. Las lluvias son abundantes en todo el Estado. Como es na- tural, debido á su situación topográfica, las heladas son enteramente des- conocidas en Campeche.
Produce excelente caña de azúcar, arroz, tabaco, maíz, henequén ;y añil; y el algodón podría ser cultivado en la mayor parte de sus tierras. Abundan las frutas tropicales, y las maderas preciosas son una de las riquezas más iuvaluables de estas tierras privilegiadas. Entre dichas maderas tenemos el palo de rosa, el ébano, la caoba, el cedro, el chico zapote y multitud de maderas tintóreas : hay , además, árboles frutales de varias clases, entre los cuales hay algunos que producen ■ excelentes maderas de construcción. Entre toda esta gran variedad de maderas hay muchas variedades finísimas, que aún son desconocidas -fuera del territorio mexicano.
Debido á la circunstancia de que el clima es cálido durante todo el ano, y que se encuentran en sus tierras tropicales muchos depósi- tos grandes de agua y bosques y selvas casi impenetrables, no ha sido explotado tanto como otros Estados de la Unión situados más favora- blemente. Por lo general, su clima no es de lo mejor para gente de raza blanca ; pero para los que logran acostumbrarse á él, tiene el Estado muchísimos atractivos, tanto en lo que concierne al comercio, como á la explotación de sus recursos naturales.
Debido á su gran riqueza en bosques tropicales, tierras ricas y va- riedad de productos, que ci'ecen por donde quiera con gran exhuberan- •cia, Cíírnpeche está destinado á ser, con el tiempo, inia de las partes más ricas de la República mexicana. Su extensión es grande, su suelo es rico, y tiene poca tierra accidentada, relativamente á otros lugares; y ésta no es sino la rica red de ríos y corrientes que cruzan el país en todas direcciones.
Son tan grandes la riqueza natural é importancia del Estado, que fíltimamente no ha podido menos de atrer la atención de los capitalis- tas esta entidad del territorio nacional, y hay ahora más que probabi- lidad, de que en un futuro próximo se construya nn ferrocarril, que, pa- sando por todas las tierras planas de Campeche, conecte el Ferrocarril Nacional d^ Tehuantepec con Mérida, capital del Estado de Yucatán. Si tal ferrocarril fuera construido, abriría á la explotación un territo- rio vasto, hasta hoy prácticamente virgen, que aumentaría los produc- tos de la Nación y sus recursos naturales, que hoy se encuentran ocul- tos. Como la mayor parte de la extensión de Campeche es casi plana, la construcción de ramalea ferroviarios sería relativamente fácil y se- guiría natiiralmente á la construcción de la línea principal.
Debido á la gran extensión de costas que posee, y también á la circunstancia de que las partes comercialmente importantes del territorio í^tán cerca del mar. la gente de Campeche es conocida por su afición é la navegación, y los mejores y más atrevidos marinos de México vie- nen de sus puertos. Comercialmente, también debe su importancia en la actualidad al tráfico que lleva á cabo, principalmente en aguas del Golfo de México, en sus numerosos ríos y á lo largo de sus costas, de las cuales la principal es la hermosa "Laguna de Términos."
COAHÜILA.
El Estado de Coahuila es de topografía muy accidentada á causa de la cordillera de la Sierra Madre que atraviesa toda la extensión de su territorio; pero no obstante esto, tiene hermosos y fértiles valles, entre los cuales mencionaremos, como más conocidos, los de La Laguna, Pa- rras, San Isidro, Palomas. Álamo, Santa Rosa y San ISrarcos. El pri- mero de estns está formado por depósitos de aluvión, es muy fértil y produce huenns cosechas de trigo y algodón; cultivos que constituyen la principnl riqueza de esta parte del Estado.
El valle de Parras es afamado en México por sus vinos excelentes, los ciTiJps tienen buen mercado en toda la República.
También se cultiva en gran escala en Coahuila, maíz, caña de azú- car, t-^booo. arroz, cebada, garbanzo, camote, centeno, y papa. Produco Igualáronte, frutas de varias clases, entre las cuales citaremos las s¡-
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¿'uieutes: melocotones, duraznos, peras, higos, cerezas ó capulines, gra- nadas, limones, limas, manzanas, melones, sandías, membrilios, moras, naranjas, aceitunas, uvas y nueces de varias clases.
En los bosques de su territorio se encuentran maderas de diversas clases, tanto de construcción como de ebanistería. Las más conocidas de entre ellas son : roble, fresno, mezquite, ocote, olmo, olivo, pino, sauc-e, álamo y cedro.
Coahuila es rico en minerales y sus intereses mineros son de consi- derable importancia. Muy poco tiempo después de la conquista española, los nuevos dominadores del país comenzaron á explotar la riqueza mi- neral del Estado, pero es especialmente durante los últimos años de la C'poca actual que la industria minera ha hecho aquí grandes adelantos. Sin embargo, debido á la falta de buenos medios de transporte, muchos distritos mineros de primer orden no han podido ser desarrollados y no están sino esperando la llegada del capital, de los ferrocarriles y de buenas carreteras.
Entre los minerales que se encuentran en abundancia en el Esta- do de Coahuila, tenemos : cobre, plata, oro, plomo, hierro y mercurio. Pe- ro en la actualidad, la industria minera que más promete, es el carbón de piedra, cuya explotación ha asumido grandes proporciones en los últimos diez años ; siendo los productos de las minas que actualmente se trabajan despachados á todas partes de la República.
Saltillo, que es la capital del Estado, está situada sobre una mese- ta inclinada conocida con el nombre de "Ojo de Agua" y tiene alrede- dores bellísimos. La meseta es de suelo muy fértil y bien irrigada y el clima es sano y seco.
Entre los edificios principales de Saltillo, están: la iglesia parro- quial de Santiago, el antiguo convento de San Esteban, el portal de la Plaza de la Independencia, el Palacio del Gobierno, la hermosa Peniten- ciaría nueva (que es una de las mejores de su clase en el país), el Ate- neo Fuentes, el Teatro Acuña, el Colegio de San Juan, el Hospital Civil y las iglesias de San Francisco, San Juan, San Esteban y Guadalupe.
También tiene la ciudad de Saltillo varios hermosos parques, que son mantenidos en muy buena condición por las autoridades y que con- tribuyen mucho á la higiene y buen estado sanitario de la población.
Debido á su situación topográfica, Saltillo es un centro industrial y mercantil do importancia. Posee buen ntímero de molinos de harina y A'arias fábricas de tejidos de algodón. Aquí se manufacturan también los famosos zarapes de lana, que son conocidos y muy estimados en todo el mundo.
Durante los últimos veinte años se ha dedicado gran atención en el Estado al importante ramo de la instrucción pública, como lo mani- fiestan los numerosos establecimientos de educación cpie posee, algunos de los cuales son de construcción reciente y de excelente arquitectura. Muy especialmente se han atendido las escuelas primarias, con la mira -de educar las clases populares y elevar el nivel de cultura por todo el Estado. En la capital se encuentran varias escuelas para la enseñanza técnica y profesional.
COLIMA.
El Estado de Colima es uno de los más pequeños de la Federación, pues solamente tiene 5,887 kilómetros cuadrados de superficie, siendo su población de sesenta á setenta mil habitantes. Como muchos de los otros Estados de la República, se ha resentido de la falta de medios fáciles de comunicación y transporte ; por cuya causa, gran parte de su rique- za natural está aún sin explotar y en muchos lugares inexplorada.
Como la mayor parte de los Estados occidentales de México, Coli- ma es de naturaleza accidentada, con motivo de estar cruzado su te- rritorio por varias cadenas de montañas, y es también esta circunstan- cia la que explica la falta de buenos caminos. Pero debido á esta misma naturaleza montañosa el Estado es, en lo general, muy pintoresco; con- tiene preciosos y extensos valles y muchas de sus comarcas están pobla- das de bosques.
La vegetación es exuberante y sus tierras son tan fértiles, <iue en ellas se pueden cultivar casi todos los productos de las cos- tas cálidas y de las tierras templadas. Entre sus productos principales mencionaremos : el azúcar, arroz, maíz, café, algodón, añil, frijol, habas, tabaco, cacao, naranjas, mameyes, zapotes, tamarindo, almendras, limo-
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nes, papayas, manzanas, chirimoyas, pli'itanos, cerezas ó capulines, gra- nadas, pinas, aguacates, membrillos y limas. También es rico en maderas preciosas y de ebanistería y en muchas clases de materiales de cons- trucción.
Pero se puede decir que hasta hoy la principal riqueza de Colima ha consistido en sus minas ; sin embargo, esta industria ha sido perju- dicada tanto aquí como en todos los Estados de la costa del Pacífico de la República Mexicana por la falta de medios apropiados de transpor- te; y puede decirse que Colima apenas comprende la importancia de los tesoros que sus tierras encierran en riqueza minería, pues nunca han sido debidamente explotadas. Afortunadamente, la extensión del siste- ma ferroviario á la capital del Estado y de allí á la ciudad de Mauza nillo, que es su principal puerto, igualmente que las grandes mejoras que se llevan á cabo para facilitar el embarque y desembarque en la hermosa bahía de este último lugar, prometen impulsar con toda activi- dad el desarrollo de las riquezas naturales del Estado que durante tanto tiempo habían permanecido casi estériles.
Una de las industrias importantes de Colima, que fué iniciada hace muchos años y que en la actualidad ha adquirido grandes proporciones, es la explotación de sus extensos y numerosos depósitos de sal, que se encuentran todo á lo largo de la costa del Pacífico del Estado, desde el puerto de Manzanillo hasta la línea limítrofe entre su territorio y el del Estado de Michoacán. Este lecho de sal se extiende por el Norte hasta la laguna do Cuyutlíin, y consiste en una docena ó más de depósitos quo producen algunos años por valor de miles de pesos de sal que es expor- tada á distintos puntos del litoral del Pacífico.
Entre los minerales que se encuentran en su territorio tenemos pla- ta, cobre, plomo, azufre, hierro, zinc y varias clases de sulfatos.
Exceptuando únicamente los municipios de Manzanillo y Tecom.ln, las lluvias son muy abundantes en todos los distritos del Estado y, por consecuencia, en todos estos lugares la vegetación es exhuberante. y ex- ceptuando las partes más altas de las regiones mputaño-sas, el suelo es rico y muy fértil, y, por consiguiente, muy á propósito para la agricul- tura.
La ciudad de Colima es la capital ; está situada cerca de la línea limítrofe con el Estado de .Talisco, en imo de los valles más pintorescos y fértiles de la República. Dicho valle está cruzado por el río del mismo nombre, encontrándole á lo largo de sus riberas hermosos jardines y plantíos, donde se cultivan muchas clases de frutos tropicales y plantas de ornamentación. Posee la ciudad numerosos y bien construidos edifi- cios públicos, entre los cuales son dignos de mención el Palacio del Go- bierno, la Catedral, el Hospital Civil, el convento de San Juan de Dios, el teatro de Santa Cruz y las iglesias de Jesús, el Beaterío, Sangre de Cristo, la Salud y la Merced.
C H I A P A S .
Chiapas es uno de los Estados más ricos de la Unión mexicana, y siempre ha sido considerado como tal, desde los días de la conquista española. Efectivamente, mucho antes de ese tiempo, el territorio com- prendido hoy entre sus límites fué morada de pueblos ricos y podero- sos, que han dejado tras sí huellas evidentes de su riqueza y civiliza- ción en vastas ruinas de palacios y de ciudades ; ruinas que muestran excelente arquitectura y profundo conocimiento de la construcción y ordenación de grandes ciudades y de macizas y poderosas fortificacio- nes. Innumerables pruebas existen en las profundidades de los espesos bosques tropicales de Chiapas, de que ahí vivió y floreció un pueblo po- deroso; pueblo que cultivó las ricas tierras que ahora se encuentran cubiertas con la exhuberante é impenetrable vegetación de las tierras calientes. Millas y más millas de tierras que ahora están cubiertas de selvas, impenetrables en muchas partes, fueron desaguadas, irrigadas y cultivadas por razas que no han dejado tras sí más que la memoria de su existencia.
Chiapas es hoy tan rico como lo fué en los días en que florecieron ri- cas ciudades dentro de sus confines, y en que poderosas dinastías goberna- ron su numerosa población. Pero ahora reclama una población más nu- merosa de la que actualmente tiene, y especialmente reclama al em- presario y al capitalista, para cultivar los millones de acres de tierra
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virgen que allí hay ; tierras tan ricas como puedan haber en cualquiera ■otra parte de México.
Sin embargo, esto no quiere decir que el Estado esté, bajo ningún concepto, poco atendido ó falto de cultivo ; todo lo contrario, pues ha sido, desde los tiempos de la conquista, una de las partes de la Repú- blica que han atraído más la atención del agricultor. Solamente la fal- ta de buenas vías de comunicación, es lo que ha impedido a Chiapas el ser tan importante en su comercio como otros Estados de la Fede- rHCión.
Chiapas es Estado de extensión grande, teniendo 70,000 kilómetros cuadrados de superficie, con una población de casi medio millón de ha- bitantes. El sur del territorio está cruzado por montañas que corren de noroeste á sudeste, lo que da á sus comarcas una variedad de climas de que no gozan Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Por consiguiente, desde el punto de vista del clima, Chiapas tiene la ventaja sobre di- chos Estados y Territorios. También los aventaja en la variedad de sus productos, y, en general, en la riqueza de los mismos. Aunque la in- dustria minera ha sido poco desarrollada, es bien sabido que poseen sus tierras inmensos depósitos de metales de todas clases.
Tiene también Chiapas la ventaja sobre otros Estados de México, de estar cruzado por multitud de ríos y pequeñas corrientes, y de que las lluvias son frecuentes y regulares, que es realmente á lo que debe su exhuberaiite vegetación ; y con toda razón es tenido como una de las partes mejor irrigadas de la República.
Chiapas es capaz de producir cantidades casi ilimitadas de café, hule, azúcar, cacao y henequén, y sus tierras se prestan para el fá-cil cultivo de toda clase de frutas y demás plantas tropicales.
Se diferencia de los otros Estados que le son limítrofes, en que se ■dedica más al comercio que á la industria y á la agricultura.
Además de los productos agrícolas ya mencionados y de los frutos tropicales que puede producir en abundancia, se crían numerosas par- tidas de ganado, la mayor parte de las cuales han sido constantemen- te exportadas á Guatemala durante muchos años. Y efectivamente, tan girande es este comercio y tan íntimas son las relaciones comerciales en general, entre este Estado y la República al Este, que en muchas par- tes limítrofes, en ocasiones, no se encuentra más moneda que la de Gua- temala.
También hay en el Estado muchas tierras especialmente adapta- das al cultivo del tabaco, no habiendo sido esta industria tan explota- da como debiera ser, á causa de la dificultad en los medios de trans- porte. No obstante, el distrito de Semijovel produce tabaco que ha lo- grado formarse la reputación, por su excelencia, de ser de lo mejor entre lo muy bueno que de éste se cultiva en el Sur de México.
Entre los varios productos que se exportan á Guatemala, está el aguardiente, que se fabrica en Pichucalco, Comitán, Las Cí^sas y So- •couusco.
Los otros productos del Estado que son de importancia, y que son capaces de gran desarrollo, son : azúcar, índigo, henequén, algodón, co- cos, vainilla y muchas clases de granos y frutas tropicales. Además, es riquísimo en bosques llenos de valiosas maderas ; lo cual constituye en sí una riqueza incalculable.
Últimamente el Estado de Chiapas ha adelantado muchísimo, tanto en lo comercial como en lo industrial y la construcción del Ferrocarril Pan-Americano, que atraviesa todas sus tierras del Sur, ha hecho rena- cer á la vida toda esa parte del Estado, aumentando su comercio tanto <íon Guatemala como con los Estados de la Federación Mexicana.
CHIHUAHUA.
El Estado de Chihuahua es más grande en extensión que la mayor parte de los países de Europa ; es doce y media veces mayor que Bélgica, once veces y cuarto más grande que Holanda, nueve y cuarto mayor que Dinamarca, casi cinco veces el tamaño de Escocia, dos y media veces mayor que Inglaterra y Gales, más de cuatro veces más grande que Por- tugal y es im diez y siete por ciento mayor nue la Gran Bretaña é Irlan- da, incluyendo todas las islas adyacentes; es un treinta y tres por ciento mayor que Italia y im quince por ciento más grande en área que No- ruega y apenas es veinticirjco por ciento menor que España y treinta por <-iento menor que Francia. En esta inmensa área hay una población
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menor que la que contiene la ciudad de México, y solamente como la mitad de los habitantes del pequeño Estado de Hidalgo, que en exten- sión es menos de la sexta parte de la de Chihuahua. Tiene este vasto Estado, por consiguiente, capacidad para una población doble de la de toda la República mexicana. Tanto por esta razón como por lo poco que ha sido explotado, ofrece más atractivos al capitalista que casi cual- quier otro Estado de la federación. Es inmensa la riqueza que posee en magníficas tierras para la agricultura, bosques, minas y depósitos mi- nerales y todo lo que necesita hoy son más ferrocarriles y carreteras, mayor población y millones de pesos para promover su desarrollo. Po- see mayores facilidades para la irrigación que las que poseía Califor- nia y se pueden obtener en el Estado grandes extensiones de tierras de primer orden, á precios muy reducidos. No cabe, pues, la menor duda que gozando Chihuahua de todas estas ventajas, está destinada á atraer grandes sumas de capital extranjero en un futuro bastante cercano.
El clima es excelente en todas partes de su territorio, siendo tem- plado en el verano y frío en el invierno. No tiene, pues, ninguna de las objeciones que se ponen á los climas verdaderamente tropicales; por cu- ya razón, ofrece mayores alicientes á los inmigrantes de raza blanca que los Estados de la tierra caliente.
En la actualidad, los principales negocios del lugar son : la agricul- tura, la cría de ganado y la minería, á lo que también puede agregarse un comercio muy activo, si se toma en consideración el ntimero de ha- bitantes. En las extensas llanuras de la altiplanicie de Chihuahua se crían inmensas partidas de ganado ; sin embargo, es solamente una par- te muy pequeña de estas tierras lo que hasta hoy utiliza el hombre.
Chihuahua necesita mucho capital para la explotación de sus in- mensos recursos agrícolas, para la construcción de carreteras y ferro- carriles, para irrigación y minería y para mejoras urbanas. Hay dentro de su vasta superficie oportunidad para la inversión de muchos millo- nes de pesos, que con toda seguridad producirían al capitalista pingües utilidades. El Estado no ha sido debidamente atendido por ol negociante, ni por las grandes compañías mineras y los capitalistas en general, lo mismo que por el agricultor y el empresario ; pero son tan vírgenes las riquezas de su territorio y tantas las ventajas que ofrece, que ha co- menzado ya á atraer la atención que por tanto tiempo se le había ne- gado.
Se encuentran en su territorio grandes distritos mineros, hermosas tierras para la cría de ganado y otras apropiadas para diversos cultivos. Otra de las riquezas del Estado consiste en sus inmensos bosques, que abundan en magníficas jnaderas de gran valor comercial ; todo lo cual no ha sido hasta hoy explotado debido á la falta general de comunica- ciones y medios de transporte.
DISTRITO FEDERAL.
Situado en el Valle de México, el Distrito Federal encierra la ciuda T del mismo nombre, metrópoli de la Federación, y una de las más bellas capitales de la América Latina, rodeada de numerosas y ricas pobla- ciones que, como Mixcoac, Tacubaya, San Ángel, Tacuba, Atzcapotzal- co, Tizapam, Tlálpam, Guadalupe. Xochimilco y otras, constituyen su- burbios comparables en todo con los que circundan las grandes orbes de Europa y Norte América.
El último censo practicado el mes de Octubre de 1910, da al Distri- to Federal una población de 719,052 habitantes y á la ciudad de Mé- xico, cifras que muestran un aumento considerable so- bre las obtenidas en el censo del año de 1900 que eran de y
respectivamente para el Distrito y la Ciudad. Sólo este hecho
manifiesta el inmenso progreso que se ha llevado á cabo en esta im- portante sección de la República y muestra de modo evidente la impor- tancia y opulencia que el país va asumiendo, gracias á los esfuerzos- de la administración actual, que no economiza medio para lograr el desarrollo de la riqueza nacional en todos los ramos del adelanto mo- derno.
Hemos dicho que la ciudad de México es una de las más bellas de la América Latina y una ligera descripción de ella probará nuestro aserto.
El sabio Humboldt lla.mó á México hace m.ás de un siglo la "Ciudad
2 "O
de los Palacios,"' y si bien es cierto que en los tiempos del gran na- turalista alemán la metrópoli mexicana se enorgullecía ya con algunos suntuosos ediñcios, no podemos sino reconocer que el calificativo en aquel tiempo tenía mucho de galantería. Hoy las cosas han cambia- do y el incantable número de suntuosos ediñcios, tanto públicos como particulares, que se han construido durante los últimos treinta años, han hecho acreedor á México de la galantería del sabio; pues pocas, ciudades en Hispano-América ostentan igual lujo y esplendor y pocas disponen de los inmensos recursos de que la metrópoli de la Federa- ción mexicana dispone para el fomento de su desarrollo en la vía del adelanto moüerno; desarrollo que se está llevando á cabo á ojos vis- tos y que sin la menor duda pondrá á la ciudad en muy pocos aüoí= al nivel de las grandes metrópolis del mundo.
Hoy, sus calles asfaltadas, sus amplias aceras, sus edificios de tres,, cuatro y hasta cinco pisos, sus numerosas líneas de tranvías eléctri- cos y sus hermosos jardines y calzadas, dánle el aspecto de una ciudad enteramente moderna. Los nuevos barrios ó "colonias" que se han for- mado son verdaderas maravillas, por lo recto y bien pavimentado de sus calles, lo hermoso de sus residencias, el buen drenaje y la limpieza que las caraeteriziui.
Entre los edificios públicos que más descuellan en la metrópoli, ci- taremos la gran Catedral y el Palacio de Gobierno, edificios ambos qu3- datan de los tiempos coloniales. La primera es considerada como el templo católico de mayor mérito por su arquitectura y amplitud, cons- truida por los españoles en el Nuevo Mundo; y el segundo es un vasto edificio de piedra fina de dos pisos, que no desmerece en nada á los mejores de su índole en Hispano-América. El Palacio Municipal, situa- do al lado Sur de la Plaza de la Constitución (cuyo lado Norte lo ocupa la Catedral y el lado Oriente el Palacio del Gobierno) es un edificio antiguo de .gran mérito que últimamente ha sido del todo mo- dernizado. Él edificio de Correos y el del Ministerio de Comunicacio- nes y Obras Públicas, son obras recientes de gran mérito artístico, lo mismo que el palacio del Ministerio de Relaciones Exteriores y el de Cobián. El Palacio de Minería es un edificio colonial que no desmere- ce en nada ante las mejores construcciones modernas. La Escuela de Agricultura, la Escuela, Normal, la Nacional Preparatoria, la Nacional de Comercio y Administración; el Colegio de las Vizcaínas, el Con- servatorio Nacional de Música, la Escuela Nacional de Bellas Artes, la de Artes y Oficios, la Escuela de Medicina, la de Jurisprudencia, la Bibliotec?, Nacional, el Instituto Médico Nacional, el Castillo de Cha- pultepec y otros muchos palacios, tanto antiguos como modernos, que sería largo enumerar, son edificios nue al mismo tiemiio que hermosean 1?, ciudad, ponen de manifiesto el alto grado de cultura qrie ha lograd» alcanzar.
México está dotado de muchos y muy buenos hospitales, la mayor parte de ellos enteramente modernos y todos provistos de les elemen- tos que la higiene y los adelantos médicos de la actualidad exigen. Ci- taremos ]o3 más importantes: el Hospital de Jesús, el de San Andrés,, el de la Piedad, el de San Hipólito, el del Divino Salvador, La Cuna, la Casa de Maternidad, el Hos])ital Juárez, el de San Luis, la Casa Españolr. de Beneficencia y el Instituto Oftalmológico Valdivieso. Hay además numerosos establecimientos de beneficencia, de otra índole, co- mo el Asilo de INfeudigos, la Escuela ludu.^trial (le Huérfanos y el Na- cional Monte de Piedad. Esta última institución presta dinero sobre- objetos á un interés reducido y tiene además anexa una caja de aho- rros donde pueden las clases media y i)roletaria depositar sus econo- mías con toda seguridad y obteniendo un pequeño interés anual, ma- yor que el que abonan otros establecimientos de la misma naturaleza. El Nacional Monte de Piedad ocupa un hermoso edificio cerca de la Plaza de la Constitución y tiene adem^ás varias sucursales distribuidas en los barrios más pobres de la metrópoli.
Los edificios de la Cámara de Diputados y de los Tribunales Civiles y Militares, la Penitenciaría, el Colegio Militar, la Casa de Moneda y 1?, Escuela Correccional, son también dignos de nota.
Actualmente están en construcción el gran Teatro Nacional, de ce- mento armado, con revestimiento de mármol y el Palacio de la Asam- blea Legislativa. El primero de dichos edificios será sin duda alguna el mejor en su clase en todo el Continente Americano.
Los jardines y paseos que adornan la población y contribuyen á su
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salubridad son numerosos y dignos de notarse, por lo bien atendidos que se mantienen. Los más importantes por su extensión y hermosura son: la Alameda, la Alamedita de Santa María de la Ribera, la Ribera de San Cosme, el Paseo de la Viga y el Paseo de la Reforma; este úl- timo comparable á los mejores de las ciudades modernas de Europa y Estados Unidos.
El Bosque de Cbapultepec es un extenso parque situado en el ex- tremo occidental de la ciudad, que durante los últimos años ha sido objeto de grandes mejoras.
Una de las obras modernas de mayor importancia que se han lle- vado á cabo últimamente en la ciudad de México, es la introducción de las cristalinas aguas de Xochimilco. Dichas aguas reúnen todas las condiciones de pureza que prescribe la higiene y son suficientemente abundantes para surtir poco más de la actual población de la ciudad, ofreciendo además la gran ventaja de venir con suficiente presión pa- ra poder llegar á los pisos altos de las casas, aún en las partes más elevadas de la población.
El sistema de drenaje de la ciudad es también enteramente mo- derno.
Numerosas fábricas de cartón, tejidos, cerillos, cigarros, aguas ga- seosas, cervezas, alcoholes y otros establecimientos industriales de gran importancia, ofrecen los medios de vida á muchos miles de obre- ros. Centenares de escuelas primarias atendidas por buenos profesores y con el mayor esmero- dan gratuitamente la instrucción que la ley establece como obligación á miles de niños. Además, hay numerosos establecimientos privados de enseñanza montada con todos los adelan- tos modernos, al igual de sus congéneres de Europa y Estados Unidos.
La instrucción secundaria y superior se encuentra debidamente atendida en buenos institutos, escuelas normales y de comercio, y en la nueva Universidad, que ha sido fundada recientemente y en la cual se han fundido las escuelas profesionales que hay establecidas para las carreras de medicina, jurisprudencia, ingeniería, etc.
Otro de los ramos de enseñanza á que el Ministerio de Instruc- ción Pública dedica cuidados especiales, es el de Bellas Artes. Posee la ciudad un magnífico Conservatorio de Música y escuelas de Pintura y Dibujo que prestan inmensos servicios á la juventud artista.
Las vías de comunicación urbanas y suburbanas son casi en su to- talidad de tracción eléctrica: cruzan la ciudad en todas direcciones y la ponen en comunicación rápida con todas las poblaciones del Distri- to. La Compañía ^lexicana de Luz y Fuerza Motriz provee, por medio de sus poderosos dinamos de Xecaxa y algunas otras plantas eléctri- cas refaccionarias, la fuerza para operar esta extensa red ferroviaria. La misma Compañía provee de luz á la ciudad de México y poblacio- nes circunvecinas y da fuerza á las numerosas fábricas y talleres del Distrito.
Las ])ob]aciones suburbanas de la metrópoli forman, por decirlo así, parte de ella misma, tanto por su proximidad como por la facilidad €n las comunicaciones y la inter-dependencia que mantienen. Las prin- cipales de ellas oscilan en población entre 15 y 30,000 habitantes. Men- cionaremos á Tacubaya. la más populosa de todas; Mixcoac y San An- gal, Tacuba y Aztcapotzalco; la Villa de Guadalupe, famosa por su magnífica Basílisa donde se rinde culto á la Virgen de Guadalupe que, como patrona de México, atrae á millares de peregrinos de todas par- tes del país: Tlálpam, renombrado por sus jardines: Ixtacalco é Ixta- palapa, célebres por sus hortalizas y, por último, Xochimilco. situado á orillas del lago del mismo nombre y uno de los lugares más pinto- rescos de la América.
D U K A ^ G O .
Por la extensión do su territorio, Durango ocupa el quinto lugar en- tre los Estados de la Federación. Tiene una ñrea de 109,495 kilómetros cuadrados, y una poblach'm de cerca de 400,000 habitantes. Por lo gene- ral, su territorio es de naturaleza montañosa, más especialmente en la parto del Oste, que está cruzada por la Sierra Madre de Noreste á Sud- este ; i)ero esto no impido que se encuentren diseminados por todo el Es- tado numerosos y ricos valles de probada fertilidad.
El estar situado parcialmente dentro de los trópicos y las diferen- tes alturas de sus tierras, hacen que se encuentren en el Estado gran variedad de climas y productos de todas las zonas.
Vl.STAS DE DlKAMiU.— 1. P(;RTAL IH; I.AS PaL(j.\1AS. 2. L\ Aj.AMEDA.
Si bien la agricultura es factor importante en el Estado, su prin- <:'¡pal riqueza ha sido y es la minería. En el distrito de Inde y de Real del Oro, abundan las minas de oro, plata y cobre ; en el de Guanaceví, las de plata ; de estaño en los distritos de Metatitos y San Francisco ; en •el de Coueto se encuentran ricos depósitos de plata, lo mismo que en los de Yerbabuena, Los Fresnos y Panuco de Avino, este último conside- rado como uno de los distritos más ricos del mundo en minerales de pla- ta ; en Bacaria predominan las minas de estaño y en Gavilanes, Guarisa- niey, San Dimas. La Parrilla, Tamazula, Topia, Canelas, Mapimi, Real de las Norias, Cuencamé y Ptinuco, las de plata
Se encuentran también ¡mi)ortantes minas de hierro, siendo consi- derados los depósitos de Cerro del Mercado, como de los más grandes del mundo.
El Estado es muy rico en maderas de todas clases, tanto de cons- trucción como de ebanistería. Citaremos entre ellas el roble, cedro, pino, nogal, aral y mezquite. Sus bosques también son ricos en plantas tintó- reas y medicinales.
Producen sus tierras excelentes frutas, como manzanas, peras, me- locotones, duraznos, naranjas, limones, aceitunas, chirimoyas, melones, membrillos, higos, zapotes, moras, fresas y ciruelas ; cereales y legum- bres de todas clases, como trigo, maíz, centeno, cebada, chile, cebollas, sandías, nabos, zanahorias, coles diversas, remolachas, espárragos, etc. También sus tierras se adaptan al cultivo de la caña de azúcar y del íilgodón.
La ciudad de Durango es la capital del Iilstado. Tiene cerca de 40,000 habitantes y es centro comercial de importancia. Fai sus alrede- dores se encuentra la famosa montaña de hierro, conocida bajo el nom- bre de Cerro de jMercado, declarada por Humboldt como una de las ma- ravillas del mundo.
Entre los edificios más hermosos de la ciudad está la Catedral, no- table no tanto por su valor arquitectónico, como por sus dimensiones. La iglesia de los Remedios está construida en un cerro muy pintoresco de los alrededores; os muj' visitada por peregrinos y tiene algunos cua- <lros de valor histórico.
Las iglesias de San Francisco, San Juan de Dios, Santa Ana, la Pa- rroquia, San Miguel y San Agustín, siguen en importancia. Son también dignos de mención el Palacio del Gobierno, el Palacio Municipal, el Ins- tituo Juárez, el Instituto de Niñas, el Hospital Civil, el Hospicio de San ■Carlos, la Casa de Moneda, la Plaza de Toros y la Penitenciaría.
La ciudad está provista de numerosos y bellos jardines públicos, co- mo los de las plazas de la Constitución y de Analco, los de las Canoas, el Gobierno y la Cárcel y la hermosa y amplia Alameda.
Atención muy especial han dedicado los gobiernos del Estado al im- portante ramo de la instrucción pública, desde que los destinos de la liepública han sido regidos por la actual administración del General don Porfirio Díaz. Tanto en la capital cou'o en las otras ciudades y pueblos del Estado, abundan las escuelas primarias, dirigidas por maestros com- petentes. La instrucción secundaria y su])erior son también debidamente atendidas, contándose para ello con planteles de enseñanza de primer orden.
Los ferrocarriles que actualmente cruzan el Estado y que comuni- can entre sí y con el resto de la República á muchas tle sus poblaciones, es- tán llamados á promover el desarrollo de las inmensas riquezas que posee y que antes no habían podido ser exi)lotadas, á causa de las dificul- tades para el transporte.
Sólo la riqueza mineral del famoso Cerro de Mercado constituye en sí un venero inagotable. La cantidad de hierro que en esta montaña se encuentra, ha sido calculada por hombres de gran experiencia en el ramo como suficiente para proveer las necesidades de la industria mun- dial durante cien años.
Las tierras de Durango son muy fértiles, y los niuuerosos ríos que cruzan su territorio pueden proveer irrigación para millones de acres ; por cuya razón la agricultura está llamada á prosperar inmensamente, tanto más cuanto que en los mercados norte-americanos, que le quedan tan próximos, encontrarán sus productos fácil salida.
Con todas estas fuentes de riqueza no es aventurado predecir que el Estado de Durango está llamado á ser, en no lejano día, uno de los factores de mayor importancia de la Federación Mexicana.
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g; u a X a j l a i o .
Guanajuato tiene una extensión superficial de 29,458 kilómetros cua- drados y una población de 1.100,000 haoitantes.
Su territorio es en extremo moutañoso, sin dejar por eso de tener magnííicos y fértiles valles, circundados de altos cerros y cruzados mu- chos de ellos por ríos que aumentan su riqueza, como el Lerma, el de la Laja, el de Irapuato y el Turbio.
El clima es, por lo general, sano y agradable, siendo frío solamente en algunos lugares elevados de la Sierra Gorda y la Sierra de Guana- juato.
La riqueza mineral de Guanajuato es tradicional. Cinco son sus dis- tritos mineros de mayor importancia, á saber : Guanajuato, Sierra (lor- da, Allende, Santa Cruz y León. El primero tiene una extensión de 40 kilómetros de largo por 30 de ancho, y sus minas principales las tiene distribuidas en la Yeta Madre, y son: Santa Ana, Valentina, Rayas, Si- rena, San Bruno, Mclladito, La Lus, Joya, Mejiamora, Ovejera, Monte de San 'Nicolás, Villalpando, Santa Rosa y Durazno; todas las cuales son ricas en plata, hierro y cobre. El mineral de Allende ocupa 2,r).33 ki- lómetros cuadrados y sus vetas son de oi'o, plata, estaño, cinabrio, hie- rro, plomo. i)latino y mercurio. El mineral de Sierra (Jorda ocupa ima extensión algo menor — 1,172 kilómetros cuadrados.
Sus minas son, principalmente, de plata. El mineral de Santa Cruz cubre una superficial de 210 kilómetros cuadrados, y abunda en vetas auríferas, argentíferas y de hierro ; y el de León tiene minas de plata, oró, cobre, estaño y bismiito.
Hay, además, en varias partes del Estado, magníficas canteras que proveen de materiales de primera calidad para la construcción de edi- ficios y pavimentación de calles.
Las minas de Guanajuato han producido, desde que comenzaron á ser explotadas por los españoles el año de I.jUO hasta nuestros días, no- vecientos millones de pesos.
En el ramo vegetal, el Estado abunda en maderas propias para la construcción y en plantas y hierbas medicinales y útiles para la in- dustria, y posee tierras excelentes para el cultivo de los cereales, no fal- tando distritos de clima favorable para el cultivo de los productos de tierra caliente.
La agricultura es, pues, en Guanajuato, otra industria de gran im- portancia. Las cosechas de maíz y trigo son abundantísimas, excediendo en mucho á las necesidades de la localidad. Se produce también una gran variedad de frutas, como aguacates, chirimoyas, guayabas, naranjas, li- mas, limones, cidras, chavacanos, fresas, duraznos, granadas, higos, man- zanas, membrillos, peras, perones, tejocotes, zapotes, melones, sandías, cacahuates, etc.
La ganadería es otra de las ocupaciones favoritas de los habitantes- de este rico Estado.
La industria estfi representada por la fabricación de artículos de loza, sillas de montar, frenos, espuelas, sarapes, sombreros de palma, vino de mezcal, exquisitos dulces y cajetas y curtimiento de pieles. ILiy en el Estado más de cincuenta molinos dedicados á la elaboración de excelente harina, y numerosas fábrica.^ de tejidos de lana y algodón que emplean miles de operarios y millones de kilogramos de materia prima.
El comercio de Guanajuato es muy activo : exporta fuertes cantida- des de cereales á distintos puntos del país, lo mismo que chile seco y frutas, manteca y cerdos vivos, ganado lanar y cabrío, mantos y otros artículos de lana y algodón. Para Europa y Estados Unidos expoi-ta grandes cantidades de minerales.
La capital del Estado es Guanajuato, ciudad de 45,000 habitantes,, situada á 2.000 metros sobre el nivel del mar, y á 400 kilómetros de la metrópoli do la Federación. Posee numerosos y muy buenos edificios tanto públicos como privados, siendo dignos do mención entre los prime- ros: el hermoso Teatro Juárez, el Palacio del Gobierno, el Palacio del Congreso, la Casa de Moneda, el Colegio del Pastado, el Mercado de la Reforma, el Casino, la Casa de Correos y el fuerte de San Miguel. Entre sus templos citaremos la Iglesia Matriz cuya construcción se comenzó el año do 1071 y se terminó en 1696: la Compañía, San Diego, el San- tuario de Guadalupe, San Francisco y la Asunción. En la Iglesia Matriz existo una imagen de la Virgen regalada por Carlos V á la ciudad y quo data del siglo YIL
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Las inundaciones de que ha sido víctima la ciudad desde los tiem- pos de su fundación, han sido evitadas por las costosas obras de desagüe del valle, que han sido llevadas á cabo durante la progresista adminis- tración del Lie. Obregón González.
Fuertes sumas de dinero se dedican al fomento de la instrucción pública. Cuenta el Estado con cuatro colegios de instrucción secundaria : uno en Guanajuato, el cual tiene anexas las Escuelas Normales ; otro en Celaya, otro en León, y otro en San Miguel de Allende. La instruc- ción primaria es impartida en 433 escuelas distribuidas equitativamen- te en todas las poblaciones. Dichas escuelas están servidas por
GUEEEEEO.
Guerrero es uno de los Estados más montañosos de la República y por ello mucho ha resentido la falta de medios adecuados de transpor- te, lín los días de revoluciones y caos político que aüigleron al país an- tes del presente régimen, tenía la fama de ser vmo de los peores cen- tros de bandidaje é inquietud política de todo México. Por muchos años después de que otras porciones del país se hubieron pacificado, Gue- rrero continuó siendo el refvigio de caracteres rebeldes á la ley, á tal grado, que fué prácticamente imposib!t promover el avance y desarrollo del Estado, y, por lo mismo, sus intereses se vieron descuidados. Por igual razón. Guerrero se ha mostrado más tardo que otros muchos Es- tados de la República en unirse á la marcha del moderno progreso. Es rico en recursos naturales, muchos de los cuales permanecen aún inex- plotados, figurando entre ellos, principalmente, los vastos y casi inex- plorados distritos de riqueza minera, porque mineralmente, Guerrero es sin duda, uno de los Estados de más promesa en la federación mexicana. Contiene grandes depósitos de mineral, que rinden ensayos que en dis- tritos que no tienen sino medianas facilidades de transporte, serían con- siderados como bonanza. Pero en el pasado, aquellas minas con produc- ción de cincuenta pesos ó algo más por tonelada, quedaban sin ser ex- plotadas debido á que la conducción hasta el mercado más cercano re- sultaba tan costosa, que no retribuía el trabajarlas. Por lo tanto, el por- venir de Guerrero es especialmente brillante
La leyenda dice que los vastos tesoros de los Emperadores aztecas. durante el período inmediato precedente á la conquista, provenían de los ríos del Estado de Guerrero, y desde aquellos días, los indios han proseguido trabajando en los placeres en busca del precioso metal. Don- de se puede encontrar oro en los ríos, existen rocas matrices de donde ese oro procede y esas capas auríferas se han encontrado hacia el naci- miento del Balsas, el raudal de más renombre por su oro en los días aztecas. Algunas de esas minas, con especialidad la de "Garduño," han rendido grandes sumas de oro, plata y cobre ; pero han tenido uu éxito comercial indiferente, debido al costo, casi proliibiíivo del trans- porte. Por lo tanto, como la riqueza minera del Estado es indisputable, su futuro es notablemente brillante en cuanto concierne á la explotación de su i'iqueza mineral.
Guerrero es uno de los Estados más extensos de la Unión Mexicana, conteniendo 64,756 kilómetros cuadrados; pero con todo, su vasta área, su población no excede de medio millón de habitantes, ó sea menos de ocho personas por kilómetro cuadrado. Lo que el Estado requiere, por lo tanto, es un gran aumento en su población y capital y empresa para desarrollar sus amplios recursos minerales.
Pero la riqueza de Guerrero no estriba sólo en su grande y exten- sa zona minera, pues á través de sus fortalezas montañosas, surgen cen- tenares de ricos trechos de tierra, valles fértiles y montañas boscosas, que dan á su territorio todas las variedades climatológicas, aíin cuando la mayor parte del Etado está en la tierra caliente y templada. Sus selvas contienen gran cantidad de valiosas maderas, siendo las más importan- tes, pino, encino, nogal, cedro, caoba y chico zapote.
El Estado es capaz de producir muchas clases de frutas tropicales, incluyendo naranjas, limas, zapotes, mameyes, aguacates, mangos, cere- zas, melones, tamarindos, papayas y sandías; y fértiles valles esparci- dos acá y allá, á través de su extenso territorio, producen maíz, frijoles, arroz, trigo, cebada, lentejas y chile en abundancia; y tan favorable-
es el clima j- tan rico el suelo, que se recogeu de dos á tres cosechas por año eu las partes del Estado que cueutaii con int-jor caudal de agua.
En las laidas de las colinas y eu lus montes boscosos, la cría de ga- nado forma una de las más importantes industrias del Estado, j sus re- ses figuran entre las mejores que se producen en México.
HIDALGO.
El Estado de Hidalgo es, para su extensión, una de las más importan- tes divisiones políticas de la República, en lo que refiere á comercio, in- dustria y agricultura. También es de los más populosos ; pues con ima extensión territorial de 22,215 kilómetros cuadrados, tiene una pobla- ción de cerca de 715,000 habitantes, l'or consiguiente, solamente el Dis- trito Federal y los Estados de México, Puebla y Tlaxcala tienen una proporción mayor de población por kilómetro cuadrado ; pero eu otros respectos, ni aún éstos tienen mayor diversidad de intereses que el fa- moso Estado minero de la parte central de México.
El centro del Estado lo atraviesa una cordillera de montañas, la cual, en algunas partes, se eleva á considerable altura, siendo toda ella muy rica en minerales. Por lo general es de naturaleza montañosa, aunque la parte sur es menos así que los distritos del centro y del norte. No obstante esto, se encuentran en su territorio muchos valles hermo- sísimos y buenas extensiones de tierras planas para la agricultura, lo cual aumenta en mucho su importancia comercial.
Como esta parte del país atrajo la atención de los españoles inme- diatamente después de la conquista, á causa de su riqueza mineral, des- de muy al principio se establecieron allí muchos mineros que, ó se hi- cieron ricos en operaciones de esa índole, ó gradualmente se fueron de- dicando á otras ocupaciones. Las minas han continuado, desde los tiem- pos de la conquista, constituyendo la principal riqueza del Estado, y se puede decir que á su rededor, en cierto sentido, se han ido estableciendo las demás industrias que hoy existen.
En las partes no muy altas. Hidalgo es rico en valiosas maderas para el comercio ; entre las cuales se encuentra el roble, el fresno, el cedro, el olmo, el oyamel y varias clases de pino ; sin embargo, en la vecindad de los famosos distritos mineros que han sido explotados de.sde hace muchos años, la madera, como es natural, es con frecuencia escasa.
Además, produce el Estado como tres millones de pesos valor de cereales anualmente. Es afamado por la excelente calidad de su pulque, en cuya producción hace gran negocio, siendo las ventas anuales de im millón á millón y medio de pesos. El cultivo de la caña de azúcar y la explotación de los productos de aquí derivados, siguen en orden de im- portancia.
Pero, después de todo, Hidalgo siempre ha debido su importancia íi su industria minera. Es rico en minas de plata, oro, plomo y hierro ; y posee casi todas las clases de metales que se explotan en México, aun- <iue en grado menor que los que hemos mencionado especialmnte.
El distrito minero más rico es el de Pachuca, cuyo nombre es si- nónimo de minas de plata eu México.
Entre los otros famosos distritos y campos mineros, están los si- guientes : el de Zimapán. en la parte Norte del Estado ; el de Jalaca, que fué durante cierto tiempo uno de sus centros mineros de mayor activi- dad, pero en la actualidad casi abandonado, á causa de la falta de ca- pital y de buenos medios de transporte; el de Caneando, rico en mine- ral de hierro magnético, clasificado entre los mejores del mundo, y don- de se encuentra la famosa mina de la "Encarnación," una de las pro- piedades de explotación más activa en la Repi'iblica ; y numerosos otros, la mayor parte de los cuales son bien conocidos, por lo menos de nom- bre, del público interesado en minas en México. El decaimiento de la actividad minera el año pasado, fué debido á la baja en el precio de la plata y á la falta de dinero para las explotaciones; pero Hidalgo es demasiado rico en valiosos minerales para que una depresión en los negocios pueda ser de duración larga. La prueba de la verdad de este aserto es, que este año las explotaciones h:in comenzado á asumir sus condiciones normales en varios de los distritos mineros, y se ha inverti- do desde entonces mucho capital extranjero, habiendo informes de que hay aún más capitales listos para ser invertidos en esta industria.
Entre las minas más famosas de Hidalgo, cuyos nombres han venido
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Ix(i. D. Pediío L. rvODiíír.uEZ, GoBERXADou ui:l E^TAui) HE Hidalgo.
á ser parte de la historia del Estado, se encuentran, además de las que ya hemos mencionado, las siguientes :
El grupo de Bonanza en el distrito de Zimapán, San Martín, San Judas, los grupos de Real del Monte, San Clemente, San Francisco, in- cluyendo Progreso, Santa Gertrudis, La Blanca, San Eugenio, San Ra- fael, San Miguel Tajo y Barran.
Lo que le falta al Estado de Hidalgo para convertirse en uno de los distritos mineros más activos del Continente Americano, es la inversión de capital suficiente para explotar sus riquezas, y abrir vías de comuni- cación que conduzcan á las minas en distritos donde el costo del trans- porte milita contra la explotación ventajosa de minas que se sabe son ricas en mineral.
El Gobernador del Estado, don Pedro L. Rodríguez, funcionario que ha tenido mucha experiencia tanto en la vida publica como en nego- ciaciones da todas clases, ha inaugurado muchos adelantos materiales en el manejo de los asuntos del Estado, desde que asumió el alto puesto de jefe del Ejecutivo el año de 1897. Las rentas públicas han aumentado constantemente, y se ha dado la mayor atención á todos los ramos del servicio público, con el grato resultado de que se han llevado á cabo muchas mejoras locales, y el Estado tenía en su tesorería, al finalizar el año próximo pasado, $24,243.88.
El valor de la propiedad ha ido subiendo constantemente, y el aña actual muestra, relativamente, un aumento mayor que en años anterio- res, no solamente en los distritos mineros, sino en todas las otras par- tes del Estado en que las actividades han tomado otras direcciones.
JALISCO.
El Estado de Jalisco, que contiene 82,503 kilómetros cuadrados, es uno de los más ricos de la Unión mexicana, y también uno de los más populosos, contando cerca de millón y medio de habitantes, ó sea, aproxi- madamente, un décimo de la población total de la República. Como la parte superior del Estado corresponde á la mesa central y el resto pasa por varias graduaciones de altitud, hasta llegar al Océano Pacífico, po- see prácticamente todas las temperaturas y climas que se pueden en- contrar en México. Esto le da una gran variedad de tierras, climas y pro- ductos.
La superficie del Estado está atravesada por cuatro bien definidas cordilleras de montañas, muchas de las cuales están pobladas de árbo- les y son ricas en minerales. Por largos tramos á través del Estado se extienden hermosos y fértiles valles y extensas llanuras dedicadas á cul- tivos. Probablemente ningún Estado de la Federación mexicana produ- ce tan grande variedad de productos agrícolas como Jalisco. Entre ellos se encuentran : caña de azúcar, café, arroz, tabaco, vainilla, algodón, maíz, trigo, frijoles, chícharos,, camotes, cebada, piñones, chile, patatas, productos del maguey, palo de tinte, añil y muchas clases de nueces.
Poseyendo tal diversidad de climas, .Jalisco naturalmente produce muchas clases de maderas, la mayor parte de las cuales son de utilidad comercial. Entre ellas figiu'an : pino, encino, olmo, nogal, y muchas va- ridades de maderas nativas, poco conocidas en el comercio exterior de México ; pero que son de utilidad casi todas y muchas verdaderamente valiosas. ,
Jalisco es una de las regiones de México más propicias para la pro- ducción de frutas y donde se presta considerable atención al cultivo de casi todas las especies que crecen en la República. Entre ellas citaremos : naranjas, por las que ciertas porciones del Estado son afamadas, dáti- les, pinas, ciruelas, cerezas, limas, melones, plátanos, membrillos, du- raznos, higos, manzanas, peras, mandarinas ó naranjas de china y va- rias clases de zapotes y chirimoyas. En suma, pocos Estados de la Re- pública se aproximan á Jalisco en la cantidad de fruta producida y por la atención que se dedica á su cultura.
El Estado posee numerosos edificios públicos, muchos de los cuales se hallan en Guadalajara, la capital, que es la segunda ciudad en ran- go y tamaño, de la República. Entre esos edificios están el Palacio de Gobierno, la Penitenciaría, la residencia de la Suprema Corte de Justi- cia del Estado, el Palacio Federal, el teatro Degollado, que es uno de los mejores edificios de su clase en la República. Tiene acomodo para 3,000 personas y fué construido con un costo de cerca de medio millón
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■de pesos. El ex-Semiiiario, la Biblioteca Pública, la Catedral, el Palacio Episcopal y el Hospital, sou también ediflcios de los que justamente se enorgullece el Estado.
Guadalujara posee también excelentes escuelas, que en su mayor pai'te sou sostenidas por el Estado ; pero la ciudad cuenta, además, con muchos colegios é instituciones destinadas á la educación, la mayoría de las cuales se encuentran bajo jurisdicción de la iglesia católica. To- das las poblaciones y pueblos del Estado prestan igualmente atención considerable á la educación, dando por resultado que durante los últi- mos veinte años, la instrucción pública ha avanzado á grandes pasos en aquellas partes del Estado donde la población está suflcientemente concentrada para hacer posible y práctico el establecimiento de escuelas del Gobierno.
La capital del Estado, después de la ciudad principal de la Repú- blica, es la más hermosa en México. Sus calles están bien pavimentadas, su servicio de tranvías urbanos es excelente y sus parques están bien cuidados. Igualmente, después de la capital de la República, es la man- sión de las personas adineradas, que han levantado magníficas residen- cias privadas en las más aristocráticas calles y costosas construcciones en el centro comercial dedicadas á negocios. Guadalajara es, también, la capital más rica de un Estado en México y en ella se encuenti'a una so- ciedad de alta cultura y retinadas maneras.
Aunque Jalisco posee una población que excede á la de cualquiera otra entidad de México, debido á su extenso territorio, la proporción por kilómetro cuadrado es sólo de trece habitantes. Por lo tanto, el Es- tado es capaz de sustentar un número mucho mayor de pobladores, es- pecialmente aquellos que se dedican á la agricultura. Como contiene muy ricos terrenos, promete ser en el futuro la Meca de los inmigran- tes de la mejor ciase, que posean medios suficientes para establecerse en modesta escala.
Todo lo que se necesita es la promoción de los intereses del Estado extendiendo las vías de comunicación para facilitar el más rápido trans- porte de productos hasta los grandes mercados centrales, especialmente los de la capital de Jalisco.
Muchas partes del Estado poseen muy buenos caminos carreteros, á los que se debe atribuir, en cierto grado, el avance de la mayoría de sus intereses, los que superan á los de un gran número de los Estados de la Unión mexicana.
El actual Gobernador del Estado, señor Coronel Miguel Ahumada, que ha desempeñado el cargo por varios años, ha tomado interés en hermosear el aspecto de las avenidas de Guadalajara, y ha consagrado especial atención á los ediflcios ijúblicos, excelentes jardines y parques de la capital.
MÉXICO.
El Estado de México goza de diversos climas que varían hasta lo infinito sus productos naturales. En su seno germinan los cafetos y la caña de azúcar de la tierra caliente, las ricas gramíneas de la tem- plada y los agaves de la fría. Tiene vetas de oro y yacimientos argen- tíferos de primera calidad y bosques que dan maderas para cualquiera construcción y ministran abundante combustible para toda empresa.
El Estado es montañoso en partes; pero tiene también extensos valles, amplias praderas, hermosas planicies y un suelo fecundo.
Las principales alturas que se encuentran en ello son el Popocate- petl, el Ixtaccihuatl y el Nevado de Toluca.
En todos los diez y seis distritos del Estado las cosechas producen rendimientos fáciles y seguros; la minería y la industria encuentran campo propicio para las empresas y el comercio se desarrolla rápida- mente.
En los distritos mineros existen compañías de alta importancia que emplean fuertes capitales y gran número de braceros, y en los valles feraces todos los años se recogen abundantes cosechas. En la parte me- ridional que abarca los distritos de Tenancingo, Temascaltepec, Sulte- pec y Valle de Bravo se encuentran, no solamente minas de gran por- venir, sino también canteras de mármol, frutas tropicales de todas clases, maderas preciosas, terrenos propios para el cultivo del algodón,
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Sr. Coronel Mkíuel Ahumada, Gobernador de Jalisco.
el café, ia caña de azúcar, una infinidad de plantas medicinales y un amplísimo campo para las industrias.
L.O'S ferrocarriles que atraviesan el Estado tieden sobre el territo- rio un red que acorta las distancias, disminuye los gastos de transpor- te y hace sencillísima la comunicación entre todos los distritos y la de éstos con México. Mas de esta facilidad indispensable para las empre- sas industriales, carece casi toda la región meridional. Sin embargo, los caminos carreteros dejan poco qué desear aún en las épocas de lluvia, de manera que el tránsito por ellos es cómodo.
En los varios distritos del Estado se utilizan como fuerza motriz las aguas de los ríos y arroyos que abundan en ello, en la fábrica de hila- dos y tejidos de lana y de algodón, en molinos de harinas y para pro- üucir fuerza eléctrica.
Entre las minas más famosas del Estado ocupan primer lugar las que se encuentran en el distrito de El Oro. El crecimiento de este cam- pamento ha sido verdaderamente asombroso. Es un distrito maravillo- samente rico por sus minas y se está convirtiendo en un distrito no- table por su minería.
El éxito ha sido grande, también, en los distritos de Zacualtípán, Tlalpujahua y Sultepec, donde existen muy buenas minas.
Los principales productos del Estado son: Cebada, avena, arroz, centeno, trigo, maíz, frijol, arvejón, haba, camote, garbanzo, chile, papa, caña de azúcar, maguey, linaza, café, tabaco, aguacate, anona, calabaza, capulín, chavacano, chirimoya, ciruela, durazno, granada, guayaba, hi- go, lima, limón, mamey, mango, manzana, melón, membrillo, mora, na- ranja, papaya, nuez, plátano, pera, sandía, tejocote, tuna, zapote y zarza.
Las legumbres que abundan en el Estado son: acelga, ajo, alcacho- fa, betabel, calabacita, cebolla, chícharo, chilacayote, col, coliflor, coli- nabo, ejote, espinaca, jitomate, haba, lechuga, nabo, salsifí, rábano, to- mate, verdolaga y zanahoria.
Las maderas que se explotan en el Estado son: cedro, encino, ro- ble, nogal, tepehuate, aile, álamo, ceiba, copal, granadino, huizache, madroño, ocote, oyamel, parota, perú, sabino y sauz.
El Estado cuenta con un clima benigno que varía según los distritos. Es frío en algunos, como Toluca, Ixtlahuaca, El Oro, Lerma y Tenango; en otros, es templado, y aun en los de tierra cálida es enteramente so- portable.
MICHOACAN.
Michoacáu es uno de los Estados más montañosos de México y en <-onsecuencia, abunda en minerales ; muchas de las minas de más nota explotadas en el período transcurrido desde la conquista española has- ta el presente, se encuentran en ese Estado. Su extensión es de 59,261 kilómetros cuadrados y su población asciende á cerca 1.000,000, ó sea co- mo de 15 personas por kilómetro cuadrado. Por lo tanto, como muchas de las otras divisiones políticas de la República, es capaz de sustentar una más considerable población.
En los días anteriores á la conquista, Michoacán, la patria de los tarascos, era uno de los más populosos distritos de todo México y po- seía una civilización superior en muchos conceptos á la de los mexica- nos. De lo que era capaz de hacer en el pasado, es capaz de realizar en el presente. Por lo tanto, es uno de los Estados de los que puede es- perarse muestre en un futuro próximo un rápido avance, tanto en agri- cultura como en minería, pues posee excelentes tierras, que yacen en su mayor parte en los muchos valles que se extienden al pie de las gran- des cordilleras.
Michoacán posee, además, todas las variedades de clima y altitud, desde las peculiares de la costa hasta las propias de las diferentes al- turas de las altiplanicies. Por lo tanto, como muchos de los Estados de la República, los productos que es capaz de rendir son de variedad casi infinita. Al presente crecen en sus terrenos el algodón, maíz, arroz, café, caña de azúcar, tabaco, cebada, frijoles, vainilla, chícharos, trigo, pa- tatas, chile y una inmensa variedad de frutos y legumbres semi-tropi- cales. Su producción más importante es el maíz, cuyo valor alcanza va- rios millones de pesos cada año.
El Estado está bien irrigado y presenta extensos bosques en los que existen grandes cantidades de maderas de uso comercial, muchas
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de ellas inexplotadas en la actualidad, debido ú los ineficaces medios de comunicación.
En las faldas de los montes y colinas del Estado se crían numerosos rebaños de ganado, cuyas piezas en considerable porción se consumen en el interior mismo del Estado. Michoacán es también un importante exportador de productos para la capital de la República, donde su s;a- nado está en constante demanda.
Morelia, la capital del Estado, es una de las más antiguas y piuto- i-escas ciudades de México, y, en consecuencia, posee algunos edificios dignos de nota, de los que el más importante es la Catedral, cuya cons- trucción se principió en 1C40 ; pero que necesitó el transcurso de un siglo para su terminación.
El Palacio gubernativo es también una bella estructura antigua. Fué originalmente el Colegio Seminario, que tan importante papel des- empeñó en la educación de México por muchos años. La ciudad es rica en colegios y es considerada como uno de los más prominentes centros educativos de la República.
aiicboacán cuenta, además, con un buen número de importantes in- dustrias que han logrado notable desarrollo durante la larga historia del Estado. Pero su principal actividad reside en empresas mineras y agrícolas.
M O R E L O S .
Morelos, uno de los más pequeños Estados de la Unión mexicana, tiene una úrea de sólo 7,184 kilómetros cuadrados, con una poblacióQ de cerca de 200,000 habitantes. Por su extensión resulta más poblado que muchos de los otros Estados de México, contando como treinta per- sonas por kilómetro cuadrado, que aún así están muy esparcidos en todo el Estado,, que no posee grandes ciudades, siendo la mayor Cuer- navaca, con una población de cerca de 10,000 almas.
Morelos está surcado grandemente en toda su extensión por mon- tañas, y por lo mismo, sus medios de comunicación no son tan buenos como 'es de desearse, aunque son mejores que los que poseen otros Es- tados más montañosos de la República. Sin embargo, no obstante lo abrupto de su territorio, Morelos más bien está situado en territorio cálido que en regiones templadas. Por esta razón muchas de pus indus- trias son las peculiares á la tierra caliente. Es rico en maderas valio- sas, cuya lista incluiría prácticamente todas las variedades conocidas en los trópicos de México. En él crecen algodón, maíz, caña de azúcar, cebada, chile, frijoles, plátanos, naranjas, limas, limones, zapotes, man- gos, dátiles, lentejas, chícharos, higos, melones, arroz, piñones, maguey, cocos, melones y, en fin, casi toda clase de frutas semi-tropicales conoci- das en la parte central de México.
Cuernavaca. la capital del Estado, es uno de los más favoritos si- tios de recreo de la ciudad de México, y se vé muy visitada casi duran- te todos los meses del año. Su clima es excelente y fué un lugar pre- ferido de recreo de los emperadores aztecas, antes de que los españoles viniesen á conquistar el país. De entonces acá, nunca ha perdido su po- pularidad.
El mismo conquistador Cortés la hizo su residencia privilegiada y los virreyes y los gobernadores imitaron su ejemplo por torio el trans- curso de' los trescientos años de dominio español en Nueva Espnña.
La ciiidad se halla pintorescamente situda al pie de colinas su- cesivas, y posee numerosas antigüedades que son de interés histórico y arqueológico. Entre las que subsisten en un estado de excelente pre- servación se encuentra el Palacio de Cortés y el .Tardín de Borda.
El presente Gobernador del Estado, señor Teniente Coronel Pablo Escanden, ha iniciado xma campaña para la mejoría de la capital y el avance de los intereses del Estado, que promete ser fértil en resulta- dos. Ha trazado también un programa de instrucción púldica que co- locará á IMorelos en un lugar prominente entre los Estados de México, con respecto á su adelanto en educación.
NUEVO LEÓN.
El Estado de Nuevo León, que tiene una extensión territorial de G2,998 kilómetros cuadrados y una población de cerca de medio millón
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Teniente Cokoxki. D.)N Pablo E.scAxnóN. Gobernador dei. Estado de Morelos.
do habitantes, es, comercialmeiite, una de las entidades políticas de ma- yor importancia de la Ilepública mexicana. Parte de su territorio es accidentado, con motivo de estar cruzado por cadenas de montañas, mien- tras que otra parte está formada por extensos valles y llanuras. Tiene algunos ríüs, pero estíl prácticamente desprovisto de lagos ó lagunas ; en cambio, posee toda clase de climas que se puedan encontrar en la República, desde el clima cálido de las costas del Golfo, hasta el frío de las regiones montañosas más elevadas.
Aunque no so clasifica á Nuevo León como á imo de los Estados mi- neros más importantes de la República, sus intereses en esta industria no son de ningún modo secundarios, y en varios lugares del Estado se encuentran establecidas fundiciones pai'a el tratamiento de diversos mi- nerales. De estas fundiciones, las más importantes están en la capital, la cual ha llegado á ser del todo un centro industrial y manufacturero! Fundiciones de importancia han existido también desde hace muchos años en las poblaciones de Vallecillo, Cerralvo y Villaldama.
En muchas partes del territorio del Estado se encuentran grandes extensiones de bosques que contienen maderas excelentes de varias cla- ses, muchas do ellas de gran valor en el comercio.
Nuevo León es rico en productos agrícolas, siendo este ramo de gran importancia por la variedad y escala de sus cultivos. Mencionare- mos, como los más importantes, el algodón, maíz, trigo, frijol, habas, caña de azúcar, cebada, papa, cebolla, garbanzo, cei'eza, chile, tabaco, ixtle, calabazas, aguacates, albaricoques, duraznos, melocotones, higos, limones, naranjas, peras, plátanos, sandías, melones, nueces y gran va- riedad de legumbres.
También se dedica gran atención á la cría de ganado, grandes re- baños del cual pastan en las laderas de los montes por toda la extensión de su territorio.
Monterrey, que es la capital del Estado, es una de las ciudades más importantes de México ; importancia que ha aumentado grandemente en los últimos diez años, durante cuyo tiempo se han establecido en la ciu- dad numerosas é importantes empresas comerciales é industriales que han venido á convertirla en uno de los centros manufactureros y co- merciales más avanzados de la República. Grandes cantidades de dine- ro, tanto del país como extranjero, han sido invertidas en la ciudad y constantemente se agregan nuevos capitales á los ya empleados en sus numerosas industrias.
Posee la ciudad de Monterrey buen número de elegantes edificios públicos de lo más moderno, mereciendo entre ellos especial mención la Penitenciaría, y los Palacios del Poder Legislativo y del Ejecutivo. El teatro Juárez, que es de propiedad particular, es también uno de los edificios de más hermoso aspecto de la capital.
Pocas ciudades de México, del mismo tamaño, tienen tantos y tan hermosos parques como Monterrey. Entre los más conocidos de dichos parques citaremos los de Zaragoza, Hidalgo, Bolívar, General Zuazua, Guauhtemoc, General Garza Ayala, Independencia, Colón, Colegio Civil, Cinco de Mayo y La Llave.
Desde hace más de doce años se dedica gi-an atención al ramo de instrucción ptiblica, siendo el efecto natural de estos loables esfuerzos que pocos de los Estados de México, si alguno, pueden mostrar mejores resultados desde el punto de vista de la educación de las masas popu- lares. Naturalmente, es en la capital donde se encuentran los mejores establecimientos de instrucción ; lo cual no quiere decir que no se en- cuentren muy buenos en las demás ciudades y pueblos del Estado.
El Gobierno local también ha alentado mucho la inversión de capi- tal extranjero, por cuya razón el Estado de Nuexo León ha atraído más inversiones de capitales extranjeros que la mayor parte de los otros Estados de la República. El impulso que de este modo se ha dado á las industrias, ha sido el factor principal que ha contribuido al admirable crecimiento de Monterrey durante los íiltimos doce años, crecimiento que, según muestran todas las apariencias, está destinado á continuar con toda firmeza por muchos años ; pues esta ciudad es la población me- xicana de mayor importancia en las regiones que se extienden á lo lar- go de la línea fronteriza con los Estados Unidos del Norte.
Hay por todo Nuevo León grandes extensones de terrenos muy apro- piados para el establecimiento de inmigrantes, tanto de los Estados Unidos, como de los diversos países de Europa. Son tierras productivas, y se encuentran á una elevación sobre el nivel del mar que las hace de
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clima sano y del todo adaptado para los colonos de raza blanca. Gran atención ha comenzado ya á despertarse de parte de los capitalistas extranjeros por la inversión de capitales en Nuevo León, y todas las probabilidades están en favor de qne en un futuro próximo, llegará, á ser el Estado un lugar escogido para el desarrollo de las energías de la mejor clase de inmigrantes.
OAXACA.
La labor progresista de los últimos treinta años ha dado como natural consecuencia gran impulso á todos los ramos de la industria y agricul- tura que han coustiíuido la riqueza latente de esta privilegiada sección de la líepública. Durante ese lapso de tiempo, se han visto convertir las explotaciones minex'as, de una industria insignificante y poco producti- va que antes era, á ima de las industrias más florecientes y que más pingües beneficios reportan al Estado. La agricultura ha prosperado notablemente, gracias á la fundación de estaciones agrícolas experimen- tales que no tienen igual en toda la República. Se dedica el mayor em- peño en poner fuerza eléctrica al alcance de los ranchos y haciendas donde hay agua que elevar para utilizarla en la irrigación de las tierras labrantías, y se procura por todos los medios posibles estimular la construcción de vías férreas que faciliten la exportación de los produc- tos agrícolas y de la industria minera.
La ciudad de Oaxaca es la capital del Estado y queda á una dis- tancia de 350 millas do la capital de la República.
Esta entidad federativa os de las más conocidas del país, tanto por su gloriosa historia política, como por su admirable clima. Su extensión territorial es unas pocas millas cuadradas menos que la del Estado de Kansas, en los Estados Unidos ; tiene 306 millas de costa en el Océano Pacífico y dos puertos magníficos, siendo el más importante de ellos Salina Cruz, una de las dos estaciones terminales del famoso ferrocarril interoceánico de Tehuantepec.
La población del Estado es numerosa y densa, lo que constituye una inmensa ventaja por la abundancia de bx*azos con que se cuenta para toda clase de empresas que se desee llevar á cabo.
Los recursos naturales de Oaxaca son tan grandes y hasta hoy tan poco explotados, que hay oportunidad para la inversión de muchos mi- llones de pesos en negocios de indiscutible éxito.
De acuerdo con las diferentes altitudes de sus tierras, el Estado se divide en tres grandes zonas agrícolas : fría, templada y cálida.
Los productos principales de la zona fría son maíz y trigo, y última- mente se ha ensayado el cultivo de plantas textiles, con resultados bas- tante satisfactorios.
Las zonas templada y cálida son más ricas en diversidad de pro- ■ductos, y los métodos agrícolas implantados son muy superiores á los ■que se usan en las tierras de la zona fría ; pero adolece de la falta de ■suficientes medios de comunicación rápida, lo que hace que los intereses agrícolas no sean de la importancia que la extensión y cnlidad de las tierras reclaman. Sin embargo, mucho se está haciendo actualmente por llenar las deficiencias de transporte y métodos agrícolas, por lo que po- demos predecir, con entera confianza, que no pasarán muchos años sin que se recojan opimos frutos de los esfuerzos que en pro del adelanto ■■de la agricultura hace la presente administración.
El valle de Oaxaca, donde está situada la capital del Estado, es digno -de mención especial por ser donde ha alcanzado mayor adelanto la agri- •cultura del país. Este gran valle se extiende desde la base de la cor- dillera andina hasta im poco más abajo del distrito de Miahuatlán. y ■estii fertilizado por el río Atoyac y sus numerosas corrientes. Se culti- va el maíz en gran escala y la caña de azúcar en seginido término.
Otra de las industrias agrícolas de algima importancia es el aceite de ricino, ramo que, por lo general, es explotado por los pequeños pro- pietarios.
La bebida alcohólica conocida con el nombre de mezcal se fabrica con la planta del maguey, sin que se haga esfuerzo alguno por utilizar la fibra. La importación de maquinaria apropiada y la implantación de métodos más científicos en el beneficio do dicha planta, harían posible el aprovechamiento de la fibra y duplicarían las ganancias del indus- trial.
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Actualmente se está, construyendo un ferrocarril que pondrá en co- municación la parte Norte del Estado con la costa. La vía atraviesa bos- ques riquísimos en maderas y distritos inmejorables para el cultivo del café, algodón y otros productos, que ahora se explotan en pequeña escala relativamente. Sin embargo, el cultivo del algodón ha comenzado íi asumir alguna importancia en los últimos años, á, pesar de que tiene que ser transportado ti lomo de muía desde ios distritos de la costa á la ciudad de Oaxaca.
Cerca de la costa hay inmensos bosques de maderas de ebanistería que jamás lian sido explotados, y extensas praderas con muy buenos pastos para la ganadería ; de suerte que cuando el ferrocarril cruce estas ricas comarcas, el desarrollo que se seguirá hará época en la histo- ria agrícola é industrial del Estado.
Oaxaca tiene la distinción especial de haber sido la localidad elegi- da por el conquistador Hernán Cortés, cuando el rey de España le dio el derecho de escoger tierras en la parte de la Nueva España que más le agradara.
Más tarde, el Barón do Humboldt manifestó que consideraba este Estado como la parte más rica del virreinato ; opinión que ha sido con- firmada por todos los viajeros ilustres que han visitado esta parte del país.
La industria manufacturera no está muy adelantada ; sin embargo, hay ya establecidas tres fábricas de tejidos de algodón y son numero- sos los telares á mano, siendo muy conocidos en toda la República los sarapes que éstos trabajan. Hay, además, dos fábricas de calzado y dos de sombreros, varios molinos de harina y algunas fábricas de cigarros y cigarrillos. Hay, igualmente, dos fábricas de cerveza, que hacen muy buen negocio, fábricas de cerillos, etc. Mica, ónyx y mármol se encuen- tran en varias comarcas, pero hasta hoy poco caso se ha hecho de estas riquezas.
Existen depósitos valiosos de metales finos, y bien sabido es que Oaxaca era una de las secciones que más oro y plata producían en los tiempos coloniales. Mucho ha prosperado la industria minera en los úl- timos siete i'i ocho años, pero se puede asegurar que aún permanece vir- gen la mayor parte de la riqueza mineral de este privilegiado suelo.
Los ferrocarriles que actualmente se construyen en el Estado serán fuente de gran adelanto en la industria y el comercio, y convrtirán inmensas extensiones de tierras, hoy abandonadas, en emporios de gran riqueza, que harán de Oaxaca uno de los Estados más productores de la Unión.
PUEBLA.
El Estado de Puebla ha sido uno de los factores de mayor importan- cia en los destinos del país, tanto en los tiempos de la Colonia como en los del México modei'uo. La circunstancia de estar situado cerca de la capital de la República, ha hecho que sus habitantes se mantengan en relación íntima con los asuntos más trascendentales que han con- tribuido á la formación de la nacionalidad mexicana, y no ha sido poca la influencia que ha ejercido en el desarrollo de la vida política, co- mercial é industrial de la Repfiblica.
El valle de Puebla está situado, como el valle de México, á una altura de 7,000 á 8,000 pies sobre el nivel del mar, y de consiguiente, sus productos son similares á los que se encuentran en la vecindad de la capital, siendo la ciudad de Puebla centro de un distrito rico en agri- cultura y una de las ciudades más importantes del país, desde antes de los tiempos de la dominación española.
El Estado de Puebla está limitado al Norte y al Este por el de Ve- racruz ; al Sur, por los de Oaxaca y Guerrero, y al Oeste por los de Morolos, México, Tlaxcala é Hidalgo.
Como la mayor parte de los Estados centi'ales de la Federación, Puebla disfruta de climas diversos según la altura de sus comarcas so- bre el nivel del mar. La parte más importante de su territorio está en la zona alta y fría, que tiene la ventaja de poseer numerosas corrien- tes de agua, utilizables para el desarrollo de fuerza motriz é irrigación de sus tierras. Esta circunstancia, unida á la proximidad á centros productores de materia prima apropiada para la manufactura de diver- sos artículos, ha favorecido el desarrollo de su industria fabril.
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En algunos distritos se encuentran también depósitos minerales de gran importancia, especialmente en los de Teziutlán, Temextla y Tétela. En el primero se explotan minas de cobre, siendo la Compañía de cobre de Teziutlán la empresa más rica del lugar. lias minas de Temextla son de plata y oro, lo mismo que las de Tétela. Últimamente se han inaugu- rado trabajos, de los cuales se espera mucho, en algunas propiedades mineras, de la vecindad de Tehuacán.
La parte septentrional del Estado es muy montañosa, lo cual no impide que existan hermosos valles provistos de abundante agua. Des- de tiempo iumemorial, han sido estas comarcas grandes productoras agrícolas, y en la actualidad no desdicen en lo más mínimo de su ri- queza de antaño en este importante ramo. La abundancia de fuerza hi- dráulica y la baratura de los artículos de primera necesidad que rin- den sus cultivos, están convirtiendo á esta zona en centro manufacture- ro muy floreciente. Sus principales productos son : telas de algodón, trajes indígenas, azúcar y alcohol. La mayor parte de las sesenta y tres fábricas de tejidos de algodón que hay en el Estado están situadas en esta zona.
La extensión territorial del Estado de Puebla es de 31,016 kilóme- tros cuadrados y su población llega casi á. 2.000,000 de habitantes. Está dividido en veintitrés distritos, cada uno de los cuales está bajo la ad- ministración directa de im jefe político.
El General Don alucio P. Martínez, Gobernador del Estado, ha de- dicado y dedica especial atención al ramo de instrucción pública, y es, gracias á sus esfuerzos, que Puebla tiene más escuelas, relativamente á su población, que cualquier otro Estado de la República.
El distrito en el cual está situada la capital lleva también el nom- bre de Puebla, y como era de esperarse es el más importante del Esta- do, si bien el más pequeño en extensión, (162 kilómetros cuadrados.) Sus tierras son muy feraces y utilizables durante todo el año, debido á la buena irrigación que proporcionan las aguas del río Atoyac, que las atraviesa.
Son famosas las canteras de onyx de este distrito, por los hermosos colores y la finura de sus productos. jMultitud de objetos útiles y de fan- tasía se fabrican de este precioso material ; objetos que encuentran fá- cil mercado tanto en las ciudades de la República, como en el exterior, especialmente en los Estados Unidos.
El di.strito en referencia está atravesado por los numerosos fe- rrocarriles que convergen á la ciudad de Puebla, proporcionando fácil medio de transporte á las abundantes cosechas de sus haciendas. Las vías férreas á que aludimos, son : el Ferrocarril Interoceánico, el Me- xicano del Sur. el Mexicano, y varias líneas de tranvías que unen las principales ciudades.
El Jefe Político de este distrito es el señor Don Joaquín Pita, y es, gracias á. sus esfuerzos, que es debida gran parte de la prosperi- dad de que disfruta y el adelanto de que justamente se enorgullece esta parte del Estado. Durante su administración, se han abierto carreteras, construido puentes, realizado proyectos de irrigación, establecido nu- merosas fábricas y aumentado el rendimiento agrícola de esta impor- tante comarca.
Cooperando con el progresista Gobernador del Estado, el señor Pita ha hecho construir numerosos edificios para escuelas públicas, muchos de ellos con todas las comodidades y adelantos que aconsejan las prác- ticas modernas.
Las líneas telefónicas cruzan el distrito en todas direcciones, no habiendo actualmente lugar de importancia en toda la jefatura que no esté comunicado por teléfonos con la capital.
El distrito de Iluachinango es digno de especial mención, por ser imo de los más ricos del Estado, si bien puede considerarse como casi virgen en lo que refiere al desarrollo de sus grandes recursos natura- les. Es accidentado y montañoso y posee gran riqueza en sus caídas de agua y precipitadas corrientes. En el lugar denominado Necaxa es- tá el asiento de una de las plantas de fuerza motriz y luz eléctrii-a más grandes del Continente. Esta notable instalación provee de luz y fuerza 51 la ciudad de México, á "El Oro," Pachuca y otros lugares.
Una de las grandes fuentes de riqueza de este distrito consiste en sus magníficos bosques, donde se encuentran en abundancia maderas de construcción y de ebanistería, y plantas medicinales como zarzaparrilla,
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que sólo en sí constituyen una importante industria para la exporta- ción.
Abundan las canteras, de donde se sacan magníficos materiales de construcción. Produce fruta en abundancia, la maj^or parte de la cual es realizada en el mercado de la ciudad de Puebla.
En algunas partes bajas del distrito se cultivan con buen éxito, café y azúcar.
Dos ferrocarriles cruzan esta sección del Estado : el Ferrocarril de Hidalgo y la línea de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza.
Su extensión territorial es de 1,774 kilómetros cuadrados y su po- blación, de 70,332 habitantes.
El distrito de Tepeaca es esencialmente ganadero, poseyendo pas- turas de primera calidad. Los grandes depósitos de cal que aquí se encuentran y que hoy apenas son explotados en muy pequeña escala, constituyen una riqueza latente que no tardará en ser debidamente ex- plotada.
Después del distrito de Puebla, sigue en importancia el de Tehua- cáu, cuya capital es la ciudad del mismo nombre, y que es en población la segunda del Estado.
El cultivo de la caña de azúcar y la refinería de este artículo, cons- tituyen su principal riqueza. Se cultivan, además, cereales de todas clases.
Este distrito es famoso en toda la República por sus fuentes de aguas minerales, que gozan de propiedades medicinales bien reconocidas.
Una industria de importancia se ha formado con la exportación de estas aguas emboteliadas á todas partes de la República, habiendo casi eliminado la importación del exterior de aguas de mesa y minerales.
En Tehuacán se halla establecida, desde hace muchos años, una es- tación balnearia, visitada por gente de todo el país y muchísimos extran- jeros.
El distrito de Tétela es esencialmente minero ; el de Alatriste es notado por su agricultura, y el de Atlixco, por sus industrias.
La capital del Estado es Puebla, que fué la primer ciudad fundada por europeos en América (Septiembre 28 de 1531). Es considerada co- mo la segunda en importancia de la República, tanto por sus hermosos edificios, monumentos de arte, interés histórico y magnífico clima, como por ser la cima de la industria manufacturera en México. Su situación topográfica es muy atractiva : se extiende entre un hermoso valle limi- tado por los volcanes de Citlaltepec, Popocatepetl, Ixtaccihuatl y Ma- lintzin, cuyas cimas son de las más elevadas de la América Septen- trional.
No sólo Puebla fué la primer ciudad mexicana que estableció la industria manufacturera en el país, sino que también mantiene su su- perioridad por el número é importancia de sus fábricas de hilados y tejidos, habiendo dentro de la ciudad y sus alrededores veinticinco fá- bricas que emplean 10,000 caballos de fuerza.
La población de Puebla con sus suburbios, llega á 110,000 habi- tantes. •
Además de ser un centro industrial, la hermosa é histórica ciudad es un centro ferrocarrilero de importancia. Es el punto terminal del FeíTocarril del Sur que va á Oaxaca ; el Ferrocarril Interoceánico la conecta con la capital de la República ; el Mexicano, con la misma ca- pital y el puerto de Veracruz, y muy pronto tendrá otra vía férrea que la unirá con el Pacífico, línea que ha sido proyectada para la explota- ción de ciertas ricas regiones carboníferas por las cuales deberá pasar. Tiene, además. Puebla, ferrocarriles locales que la ponen en comunica- ción con las numerosas aldeas y fábricas de sus alrededores.
La ciudad ha sido provista en los futimos años de abundante agua potable y de im sistema completo de drenaje, trabajos ambos en que la progresista administración actual invirtió muchos mllones de pesos.
El General Muco P. Martínez ha sido Gobernador del Estado des- de el año de 1890, y es debido á su infatigable actividad y á sus gran- des dotes administrativas, que Puebla ha llegado á alcanzar el envidia- ble grado de adelanto en que hoy se encuentra. El General Martínez no ha desatendido ni uno solo de los ramos de utilidad pública, que constituyen el progreso y cultura de un pueblo, y á la par que ha protegido las industrias, la agricultura y el comercio del Estado, ha
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prestado su valioso apoyo al fomento de la iustrucción primaria y su- perior, que, gracias á sus esfuerzos, se encuentran á un nivel que honra al Estado y ú su progresista gobernante.
QUEEETABO.
El Estado de Querétaro, aunque uno de los más pequeños de la Re- ptiblica en extensión territorial, es rico en varios recursos naturales y en la fertilidad de su suelo. Produce cereales, frutas y legumbres en abundancia, y dedica gran parte de sus energías á la cría de ganado. En. lo que á agricultura refiere, sin embargo, el Estado se ocupa más en el cultivo de cereales, especialmente trigo y maíz, que en cualquier otro. También produce caña de azúcar, henequén, maguej' y tabaco.
Es rico en minerales, siendo los más importantes, oro, plata, cobre,, plomo, mercurio, antimonio y otros metales raros y valiosos. Posee mag- níficas canteras de mármol y de otros materiales para construcción ; piedras preciosas como jaspe, ónix y los famosos ópalos de Querétaro, que se encuentran en los lechos de esta última, y que son vendidos por toda la República y exportados en grandes cantidades á los mercados extranjeros.
Los mármoles y piedras de construcción de Querétaro son de her- mosa apariencia y excelente calidad : las canteras han sido explotadas desde hace muchos años, aunque de modo muy imperfecto y en una es- cala relativamente pequeña, dada su extensión é importancia. Pero aho- ra que ha entrado la República de lleno en el camino de la civilización moderna, no cabe duda algima que pronto descubrirá el capitalista esta gran fuente natural de riqueza, y comenzará á explotarla en grande es- cala, de acuerdo con su importancia. Las poblaciones principales de la República han comenzado ya á aumentar su tamaño y población y á necesitar de construcciones hermosas y modernas ; y la fabricación de edificios con armadura de acero, que se acostumbra 5^a tanto en México, y que es tan adecuada para distritos sujetos á temblores de tierra, pron- to exigirá una provisión abundante de materiales finos. Y entonces se fijará la atención en Querétaro y en sus inmensas canteras de onyx y excelentes mármoles.
A pesar de ser pequeño el Estado, se calcula su comercio en diez millones de pesos anuales, la mayor parte del cual se lleva á cabo den- tro de sus mismas fronteras y con los Estados limítrofes, á los ciiales Querétaro manda maíz, trigo, mármol, minerales, frutas y ópalos. Gran- des cantidades de piedra son también transportadas del Estado á la capital de la República.
Como es natural, siendo Querétaro gran productor de granos, apar- te de su industria minera, se encuentran diseminados por todas par- tes de su territorio, molinos de trigo y maíz, y se produce mucha hari- na, la cual, en gran parte, es enviada á los otros Estados. También hay fábricas de papel, cervecerías, destilerías y fábricas de tejidos de al- godón que ocupan un número considerable de obreros.
La ciudad de Querétaro, que es centro importante de comercio lo- cal, tiene entre cuarenta y cincuenta mil habitnates, y su población es clasificada entre las más industriosas de la República. No lejos de la ciudad se encuentran las fábricas de tejidos de algodón "Hércules," las cuales ocupan gran número de brazos, y son consideradas como las más grandes de su género en toda la República.
Mucho se ha atendido últimamente en la capital del Estado á la provisión do buena agua potable, á la pavimentación y reparación de las calles, al aseo y desinfección de las prisiones y edificios públicos y á la propagación del sistema de alumbrado eléctrico.
Las escuelas de la ciudad de Querétaro son justamente conocidas por su espíritu progresista, y los maestros educados allí son tenidos en- tre los mejores de la República. La Escuela Normal es una de las ins- tituciones mejor equipadas y más modernas de su índole en el país, y á ella pf, debido mucho del progreso que el Estado ha hecho en el ramo de instrucción durante los últimos años, pues de aquí han salido los maestros que después se han hecho cargo de las asignaturas de impor- tancia en las mejores escuelas de Querétaro.
La importancia de la ciudad de Querétaro como centro de tráfico y comercio, lo muestra el hecho de que posee tres mercados modernos. que se mantienen constantemente llenos de gente durante las horas
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Don José M. Espinosa y Cuevas,
GOBKRNADOR DKL ESTADO DE SaX LuIS PoTOHÍ.
de negocio. Entre ellos, solamente el mercado de Pedro Escobedo tiene una área de cuatro mil metros. Es de construcción de acero y el piso es todo de cemento. Sus dependencias están provistas de estantes y mos- tradores modernos, y ofrecen toda clase de facilidades al comercio, es- tando provisto, además, de los medios más modernos para efectuar su limpieza.
La planta de luz eléctrica que opera en la ciudad de Querétaro y al- gunas de las poblaciones vecinas, tanto para el alumbrado de las ca- lles como de las casas y el servicio de fuerza á motores, es de propiedad del Gobierno, y dicho servicio, no sólo es excelente, sino comparativa- mente barato.
Entre los edificios públicos dignos de mención especial, tenemos : el Palacio del Gobierno, en el cual están situados los departamentos del Ejecutivo y de la Legislatiu'a, todos los cuales son amplios y es- pléndidamente decorados, y el Palacio • del Gobierno Federal, antigua- mente convento de San Agustín. A éstos deben agregarse los numerosos edificios para escuelas, de los que muchos se han construido reciente- mente.
SAN LUIS potosí.
San Luis Potosí es uno de los E.stados mineros más importantes de la República, y ha sido conocido desde hace muchos arios como produc- tor de gran cantidad de minerales. Entre éstos podemos citar como los más importantes y que se encuentran en su territorio en mayor ó me- nor abundancia, los siguientes : hierro, i-lomo, plata, oro, magnesio, an- timonio, mercurio, cobre y azufre. En algunos distritos se encuentran también piedras preciosas ; pero éstas no son ni muy numerosas, ni de gran valor comercial. La principal de ellas es el ópalo.
En algunas partes del Estado se encuentran magníficos bosques y montañas pobladas de selvas, que contienen valiosas maderas de cons- trucción y ebanistería. Mencionaremos como las más importantes va- rias clases de pinabete y pino, olmo, roble, caoba, nogal y álamo.
En varias comarcas de su territorio se cultivan plantas textiles y otras se dedican más especialmente al trigo, maíz, frijol, habas, chile, garbanzo, papa, arroz, café, vainilla, algodón, tabaco, caña de azúcar^ cacao y camote.
También hay distritos que se dedican á la cría de ganado en gran escala ; pero esta industria es capaz de gran desarrollo, especialmento en las partes bajas de su territorio, que son muy ricas en pastos natu- rales, lo cual no sucede en las llanuras más ó menos tostadas por el sol de la vecindad de la capital del Estado.
Ya por el .año de 1500 numerosos aventureros llegaban á San Luis Potosí, actual capital de esta entidad federativa, atraídos por las ricas minas de plata de la localidad, y desde ese día los intereses mineros del Estado han continuado atrayendo capital y mineros emprendedores. No obstante lo cual, se encuentran aún inmensas extensiones de regiones mineras que no han sido explotadas á causa de que el mineral que con- tienen es de grado bajo ; pero pronto tendrán que atraer la atención del minero y el capitalista, que dispongan de suficientes elementos para poder implantar métodos modernos que permitan trabajar estas minas con provecho.
La ciudad de San Luis Potosí está muy bien construida, es muy lim- pia, y posee un buen número de hermosos edificios públicos, entre los cuales mencionaremos el Palacio Legislativo, el Palacio Municipal, el Instituto Científico, la Penitenciaría y la Escuela de Artes. También se cuentan entre los mejores edificios de la ciudad, la Catedral, el tea- tro Paz y la iglesia del Carmen.
San Luis Potosí ocupa el cuarto lugar por su tamaño y población entre las grandes ciudades de la República, y es. comercialmente, ruio de les lugares niá?. importantes del país y el centro de un comercio local muy activo, que se ha ido desarrollando durante los trescientos años ó má?, que lleva de existencia. Es también centro importante agrícola y de otras industrias, y, como es natural, debe gran parte de su prosperi- dad á sus grandes intereses mineros.
El actual Gobernador del Estado,, José María Espinosa y Cuevas, es uno de los jefes del Ejecutivo más populares que ha tenido San Luis Potosí, y durante el tiempo que lleva de gobernarlo, ha probado ser ad- ministrador de gran competencia.
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S I N A L o A .
Sinaloíi es uno de los Estados más ricos y mejor irrigados de la ver- tiente del Pacíñco do la República mexicana; pero no obstante su gran extensión y las muchas ventajas naturales que posee, est;! muy poco poblado, debido principalmente á la gran distancia á que se encuentra de los importantes centros comerciales de la Repíiblica y á la falta de medios fáciles de transporte. El último censo oficial da al Estado 258,865 habitantes, que se encuentran esparcidos en una extensión te- rritorial de 87,2ol kilómetros cuadrados. No cabe duda de que la ac- tual población es considerablemente mayor de la que muestran estas cifras, y con toda probabilidad llega ñ. trescientos mil habitantes, pues mucha gente ha sido atraída al Estado debido á la inversión de capita- les y promoción de empresas que han tenido lugar durante los últimos diez años. Cuando el Ferrocarril Kansas City, México & Oriente haya sido terminado hasta Topolobampo, magnífico puerto de la parte Norte de la costa del Pacífico del Estado, llegarán á Sinaloa gran número de capitalistas, empresarios é inmigrantes ; pues hay por todo su territo- rio inmensas extensiones de tierras (]ue se pueden conseguir á precios ínfimos. Hay también muchísimos distritos mineros prácticamente sin explorar, y que es bien sabido son muy ricos en minerales, y otros, que, aunque explorados, no han podido ser debidamente explotados coa mo- tivo de la falta de facilidades para el tx'ansporte.
La ciudad de Culiacán, capital del Estado, tiene una población de 12^000 habitantes, poco más ó menos, mientras que Rlazatlán, que posee toda clase de facilidades para poder ser un gran puerto, tiene alrededor de 20,000. Pero éstos son los únicos lugares relativamente grandes en el Estado, pues la mayor parte de los otros pueblos tienen una población menor de 5,000.
Mas si bien en Sinaloa escasean las poblaciones grandes, en cam- bio posee numerosas poblaciones pequeñas diseminadas por toda la ex- tensión de su territorio. Con el impulso que, sin la menor duda, pronto se dará á esta entidad federativa por medio de xina inmigración numero- sa y de la explotación de las riquezas de sus tierras, muchas de estas lioblaciones y villas que están situadas en los buenos distritos mineros y agrícolas, están destinadas, en un futuro cercano, á desarrollarse con- siderablemente ; pues Sinaloa se encuentra comprendida de un modo muy directo en la senda de progreso que emprende México hacia el des- arx'ollo de los Estados de la costa del Pacífico de la República.
Aunque la mayor parte del Estado se exicuentra situado al Norte del trópico de Cáncer, está tan cerca de los trópicos, que sus tierras de la costa son del todo cálidas ; pero conforme se avanza hacia el interior, las tierras son más elevadas siguiendo la vertiente de la cordillera has- ta llegar á las mayores alturas de la Sierra Madre, y como es natural, el clima se va enfriando hasta llegar á parecerse al de los Estados in- termedios del Norte de los Estados Unidos. En las regiones montañosas más altas se encuentran climas aún más fríos. Esta variedad de alturas y climas da á Sinaloa una gran variedad de productos, que no requie- ren sino ser explotados en mayor escala de lo que actualmente se hace para convertirlo en una California mexicana de la costa del Pacífico.
Además de tener sus tierras bien irrigadas, las lluvias son en Si- naloa más abundantes que en la mayor parte de los otros Estados de México que se encuentran á lo largo de la costa del Pacífico; y tambiéi: debido á lo precipitado de la vertiente de la cordillera del lado del Océano, posee gran cantidad de fuerza hidráulica, la mayor parte de la cual permanece actualmente sin empleo, pero que constituye una fuente de riqueza para el futuro.
En Sinaloa se pueden cultivar casi todos los productos que se cul- tivan en el resto de México. Sus bosques son ricos en valiosas maderas tanto de construcción como de ebanistería, y entre sus productos agrí- colas, el algodón promete llegar á ser cultivo de gran importancia. En cuanto á frutas, posee para su cultivo facilidades naturales que superan á las de California; y como es fácil de comprender por todo lo que he- mos expuesto, es xma de las entidades políticas de México que tienen en perspectiva gran desarrollo y prosperidad en un futuro no lejano.
SONORA,
Sonora es el segmido en extensión de los Estados de la Unión me-
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General Luis E. Torres.
GOHERN'ADOR UEL EsTAUO DE SoNORA.
xicaiia, siendo Ctiiluialiua el único que lo supera en tamaño. Es muy po- co poblado, pues cou uua úrea de 199,224 kilómetros cuadrados, tiene solamente como doscientos mil habitantes, ó sea una persona por kiló- metro.
La ciudad de Hermosillo, capital del Estado, tiene \ma población de 20,000 habitantes, poco más ó menos. Las otras ciudades de impor- tancia, ninguna de las cuales tiene más de diez mil habitantes, son : (iuaymas (que es el puerto de Hermosillo), Alamos, Ures, Sahuaripa, Magdalena, llorcasitas, Oposura (Moctezuma), Altar, Rayón (Nacome- ri), Arizpe y Nogales.
Sonora es muy rico en minerales, pero la industria minera ha sido en general poco desarrollada, debido á la falta de propias vías de co- municación y medios de transporte y á la distancia de los mejores dis- tritos mineros de los uaereados de mineral. También el atraso de esta industria es debido íi la circunstancia de que en años anteriores los in- dios yaquis aterrorizaban las partes del Estado más ricas en metales, lo cual hacía muy inseguro para los mineros y colonos establecerse en el territorio así amenazado, siendo esto motivo de que la localidad hubie- ra adquirido mal nombre y se encontrara materialmente retrasada en su desarrollo. Pero ya el poder de los yaquis ha sido quebrantado y las grandes riquezas del Estado, entre ellas la mineral, han venido á ser mejor conocidas, lo cual ha tenido en estos últimos años el benéfico resultado de atraer grandes sumas de capital extranjero ; habiendo ac- tualmente indicaciones de que, en los próximos años, la corriente de capitales y de inmigración, se dirigirá poderosa hacia el Estado de So- nora, que como el de Sinaloa, es capaz de proporcionar casi de todos los productos que se dan en la parte de la República situada al Norte del trópico de Cáncer.
En la actualidad, la principal riqueza de Sonora consiste, sin la menor duda, en sus minas, las cuales se cuentan entre las más ricas del país. Por todas partes del listado hay distritos que abundan en minerales y constantemente se denuncian nuevas minas, muchas de ellas de mineral de gran rendimiento. Pero los intereses mineros dependen, como se comprenderá fácilmente, para su futuro desarrollo, de la inver- sión do capital suficiente y del establecimiento de medios fáciles de trans- porte. El capital comienza ya á afluir abundante en el Estado y el in- terés que se manifiesta actualmente por sus minas, puede asegurarse, cuidará de promover su futuro desarrollo, tanto en lo que refiere á los distritos mineros actualmente en explotación, como á los distritos que aún no han podido ser exjílotados con motivo de estar en lugares tan remotos de los mercados y de los grandes centros de fundición.
Sonora es tan rico en metales preciosos, que es capaz de producir más oro, probablemente, que cualquier otro Estado de la Unión mexi- cana. Muchas de las minas de plata que antes se trabajaban han sido abandonadas debido á la disminución en el valor de estos metales. La mayor parte de estas minas son de mineral rico, por lo que es se,guro que serán trabajadas de nuevo tan luego como las condiciones sean más favorables.
TABASCO.
El Estado de Tabasco tiene una área de 26,094 kilómetros cuadra- dos y una población de cerca de 150,000 habitantes, la mayor parte do la cual está diseminada en los distritos rurales. La única ciudad que pasa de diez mil habitantes es San Juan P>autista, la capital : las de- más poblaciones del Estado no llegan en población ni á la mitad.
Por lo general las tierras de Tabasco son planas, con frecuencia ba- jas y generalmente bien dotadas de ríos y corrientes, siendo algunos de los primeros de considerable importancia. Gran parte de su territorio está cubierto de bosques y espesuras tropicales donde so encuentran maderas comerciales de varias clases, entre las cuales hay. en cantida- des considerables, caoba, ébano, cedro y chico zapote. Debido á lo ba- jas q\ie son las tierras de la costa, á lo espeso de los bosques tropicales y á ia falta general do medios de transporte, y aún de caminos de toda naturaleza en partes del Estado, éste ha atraído pocos inmigrantes y capitalistas. Con motivo de la falta de minerales, Tabasco no ha sido invadido por la gente que se ocupa en la industria minera, por cuya causa ha pasado inadvei'tida su inmensa riqueza en tierras para la agri-
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cultura. Pero cuando ésta alcance en México el nivel que merece, cuan- do los ferrocarriles hayan cruzado sus extensas llanuras y los caminos carreteros hayan abierto mercados favorables á los distritos rurales, entonces Taba seo será, sin la menor duda, reconocido como uno de los Estados más ricos y favorecidos de la República. Cierto es que no tie- ne riquezas minerales que lo ayuden ; pero, en cambio, la mayor parte de sus tierras son utilizables para la agricultura por no estar' cruzadas por cadenas de montañas ásperas, y por ser generalmente ricas en de- pósitos fertilizantes como sucede en las regiones tropicales que se han mantenido durante muchos siglos cubiertas de vegetación espesa.
El clima es muy cálido, por encontrarse el Estado dentro de los trópicos y principalmente por ser sus tierras bajas. Debido á las mis- mas causas, la vegetación es exhuberante y de crecimiento rápido, á lo que contribuye también la abundancia de lluvias, características de estos lugares durante la estación de aguas.
Entre sus productos se encuentran prácticamente todas las clases de frutas que se dan dentro de los trópicos en México á una elevación no mayor de mil pies sobre el nivel del mar. También es rico en tierras donde se producen, con gran abundancia, cereales y legumbres. Limones^ naranjas, manzanas y plátanos se dan silvestres en el Estado, y cuando se cultivan son de lo mejor en calidad que México produce.
Como Tabasco posee muchos ríos capaces de proporcionar facili- dades para el transporte, no hay la menor duda de que pronto se hará mayor uso de estas importantes vías, de lo que en la actualidad se ha- ce, para así aumentar los medios de comunicación. Hay en proyecto dos líneas férreas que atravesarían el Estado, y una de ellas será, sin la menor duda, construida en im futuro cercano. Esta circustancia, agre- gada á los planes que actualmente tiene el gobernador para la aper- tura de nuevos caminos cari-eteros y la mejora de los ya existentes, de- berá contribuir en mucho para facilitar la explotación y desarrollo de la riqueza de uno de los Estados más ricos de la Unión mexicana.
TAMAULIPAS.
Tanto en extensión territorial, como en riqueza de suelo, variedad de climas, distribución de ríos y corrientes, en íin, en toda clase de ofrendas naturales, el Estado do Tamaulipas es uno de los más ricos de México. Numerosos ríos y riachuelos cruzan las grandes extensiones de tierras comparativamente llanas de tierra caliente, que se extienden paralelas á sus 440 kilómetros de costa. De suerte que estos terrenos están perfectamente irrigados, á lo que se agrega una siempre abun- dante y oportuna caída de lluvias. Está, por consiguiente, favorecido por la naturaleza, y todo lo que se necesita para hacerlo, en lo relativo al comercio y á la agricultura, vma de las partes más importantes de la República, es capital para su desarrollo y apropiadas vías de comu- nicación.
A pesar de que Tamaulipas ha tenido muchas dificultades contra qué luchar, su comercio, tráfico é industrias se van extendiendo y au- mentando ; y lia comenzado ya á despertar general interés entre los ca- pitalistas nacionales y extranjeros, en vista de las ventajas que ofrece para la inversión de capitales ; al mismo tiempo se están fimdando nu- mei'osas colonias de inmigrantes extranjeros, de los cuales se han esta- blecido muchos durante los últimos años.
Au.nque la agricultiu'a está distribuida de xm modo irregular, y se encuentran con frecuencia grandes extensiones de tierras prácticamente sin cultivo, la variedad y cantidad de los productos que actualmente se cultivan, muestran de lo que es capaz de rendir Tamaulipas y dan una idea de su futura importancia agrícola.
Actualmente hay ya muchas plantaciones de henequén, y tanto el ciiltivo de esta fibra como el de otras similares, ha sido un completo éxito. En consecuencia, muchos agricultores han comenzado á dedicar atención preferente al cultivo de ciertas fibras que pueden ser produci- das tan fácilmente en el país.
También se produce en el Estado quizá tan gran variedad de furtas como en cualqiiiera otro de la República. Esto quiere decir mu- cho; pues México tiene facilidades naturales para poder llegar á ser uno de los países productores más grandes de frutas del jnundo. En las tierras cálidas del Estado se dan prácticamente todas las frutas
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tropicales y semi-tropicales ; mientras que en las altiplanicies y en las montañas se producen las frutas ele la zona templada. Esta industria no lia sido aún bien desarrollada ; pero por los resultados basta boy obtenidos, se vé la adaptabilidad de estas tierras para el cultivo de una inmensa variedad de frutas de importancia comercial. Mencionaremos entre éstas, las siguientes : manzanas, cerezas, ciruelas, escaramujos, duraznos, peras manzanas silvestres, limas, limones, naranjas, pinas, plátanos, melones de todas clases, bigos, albaricoques, dátiles, tamarin- dos y otras variedades menos conocidas, como aguacates, anonas, arra- yanas, cbicos zapotes, cbirimoyas, cbayotes, guayabas, mangos, mame- yes, pitabayas, tunas y zapotes. También se dan mucbas clases de nue- ces y bayas.
El Estado es rico en maderas, tanto de clases finas como corrientes ; algunas de las cuales son muy conocidas del comercio americano. Entre las maderas se encuentran el olmo, el pino, baya, roble, cedro, pinabete, caoba, ébano y mucbas otras, con nombres indígenas, en abundancia en ciertas localidades.
Los granos que actualmente se cultivan en mayor escala, son : maíz, frijol y arroz. El algodón se produce en regular escala en ciertos dis- tritos del Norte. También deben de contarse entre sus productos natu- rales, la sal, el carbón de piedra, el petróleo y la minería.
Las dos ciudades de mayor importancia de Tamaulipas son Tampi- co y Ciudad Victoria. La primera es importante punto de término de ferrocarril ; y ha sido, durante mucbos años, uno de los puertos mejor conocidos de la República. Últimamente Tampico ha mejorado mucbo sus condiciones sanitarias, gracias al mejoramiento de su sistema de drenaje y á la pavimentación de sus calles.
Por estas causas, Tampico parece estar destinado á llegar á ser una de las grandes ciudades de México ; y conforme el Estado desarro- lle sus inmensos recursos agrícolas, su comercio debe necesariamente acrecentarse en relación.
Ciudad Victoria tiene á su alrededor ricas comarcas que le son tri- butarias. La ciudad, para su tamaño, está bien provista de escuelas, es- pecialmente de las que se dedican á la instrucción primaria ; y emplea en mucbas de ellas, pero más especialmente en las de grados más su- periores, maestros graduados en las escuelas normales. Según lo mani- fiesta el informe presentado por el Gobierno el año próximo pasado, los centros importantes de educación que tiene el Estado, son : una escue- la normal para maestros, una escuela normal primaria, el Instituto del Estado y la Escuela de Derecho y Notariado. Otra escuela que dá magníficos resultados, y que el Estado ayuda con una subvención libe- ral, es el Instituto Juan José de la Garza.
TLAXCALA.
Tlaxcala, si bien el más pequeño de los Estados de México, es his- tóricamente el más famoso. En tiempos de los aztecas, la pequeña Ro])ú- blica de Tlaxcala desafió el poder de la Confederación mexicana y man- tuvo libres sus tierras y sostuvo su independencia, mientras los ejérci- tos conquistadores de los Moctezumas subyugaban todos los principa- dos independientes limítrofes. Los tlazcaltecas fueron también los pri- meros aliados indígenas de los aventureros españoles, que al mando de Cortés conquistaron el imperio de los aztecas y subyugaron la ciudad más grande de sus dominios, la antigua Tenocbtitlán. Esto pequeño, pe- ro valiente pueblo, que llevó á cabo tantas hazañas, dominó un territo- rio, cuya extensión apenas es de 4,132 kilómetros cuadrados, equivalen- te, poco más ó menos, á sesenta y cuatro kilómetros en cuadro (cuaren- ta millas) ; pero mientras que boy la población total es solamente de 170,000 habitantes, los tlaxcaltecas, en tiempo de la República indíge- na, podían poner sobre las armas cincuenta mil soldados al primer lla- mamiento ; y se ha calculado que la población de la pequeña Repúbli- ca llegaba á un millón de habitantes. Aún hoy, Tlaxcala está mucho más densamente poblado que los demás Estados de México, y efecti- vamente, la única parte de la República que tiene mayor densidad de población es el Distrito Federal, que tiene pnr lo menos 800 personas por kilómetro cuadrado. El nuevo censo mostrará, probablemente, que Tlaxcala tiene entre cuarenta y tres y cuarenta y cinco habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que el Estado de México tiene un poco menos.
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Tlaxcala, antigua capital de la República indígena del mismo nom- bre, y la actual capital del Estado, tiene entre ocho y nueve mil habi- tantes. Por consiguiente, no ha conservado sino una sombra de su pa- sada grandeza.
Los valles del Estado de Tlaxcala están situados á una altura de dos á tres mil metros sobre el nivel del mar ; por lo que sus productos son, en general, los que se dan en las altiplanicies mexicanas. Las tierras de su territorio son muy ricas para la agricultura, y esto ex- plica la circunstancia de que sea el segundo lugar en la República en densidad de población. Dicha distinción es más notable si se toma en consideración, que, exceptuando la ciudad capital, que es, relativamen- te, grande, no posee poblaciones ni siquiera de mediano tamaño.
Tlaxcala se encuentra demasiado cerca de la capital de la Repú- blica para que stis poblaciones y villas puedan desarrollar mucho en población ó importancia comercial ; pero, en cambio, disfruta de la ven- taja de tener mercados excelentes en las ciudades grandes que rodean el Estado.
VEEACBUZ.
El Estado de Veracruz es ,sin duda algima, de los más ricos é im- portantes de la República. Su territorio forma una faja larga y angos- ta, bañada en su borde septentrional por el Golfo de México. La parte situada al Norte del puerto de Veracruz, es conocida desde antaño por los habitantes del lugar con el nombre de Barlovento, y la parte situada al Sur de dicho puerto, con el de Sotavento. En la primera hay una sub- división llamada "La Huasteca Veracruzana," que comprende los can- tones de Ozuluaraa, Tantoyuca, Chicontepec, y la parte Norte del Can- tón de Tuxpan. La otra subdivisión del territorio de Barlovento lleva el nombre de "La Sierra," y está formada por los cantones de Papan- tla, ^lisautla y .Talacingo.
La parte de Sotavento, que, como hemos dicho, está situada al Sur del puerto, es también conocida con el nombre de 'La Costa." Su asom- brosa fertilidad ha hecho de esta parte del Estado una de las seccio- nes agrícolas más ricas de la República. El cultivo del tabaco, la vaini- lla y el café están muy extendidos, lo mismo que la ciñanza y engorde de ganado, gracias, esto último, á las magníficas pasturas que producen sus tierras. Se cosecha también en "La Sierra" suficiente maíz, frijol y chile para el consmno local. La cadena de montañas que separa esta sub- división del resto del Estado, posee depósitos minerales de alguna impor- tancia, y en la montaña conocida con el nombre de Cofre de Perote, hay inmensas canteras de mármol, de calidad superior.
Se calcula que en "La Sierrn" se engordan anualmente de 30 .1 40,000 cabezas de ganado vacuno, destinado al consumo de los mercados de Jalapa, Puebla y México.
La riqueza agrícola de la Huasteca Veracruzana no se puede com- parar, ni con mucho, á la de "La Sierra;" sin embargo, hay extensos prados de para dedicados á la ganadería y en las tierras á lo largo del río Panuco, se cultiva la caña de azúcar con gran éxito.
En cambio, los campos de petróleo descubiertos en la Huasteca du- rante los últimos años, dan á esta región del país una gran importancia, pues constituyen una fuente de riqueza que promete mucho para el por- venir.
Actualmente explotan esta industria tres grandes Compañías, y las grandes sumas de dinero que tienen invertido, garantiza la estabilidad y permanencia de la misma.
La parte Sur del Estado se está colonizando rápidamente, habién- dose formado en los últimos años niimerosas é importantes empresas ex- tranjeras que se dedican al cultivo de la caña de azúcar y á la crianza y engorde de ganado.
El Ferrocarril de Veracruz al Istmo cruza la parte meridional del Estado, partiendo desde el puerto de Veracruz. Está, en proyecto la cons- trucción de ima línea que i'ecorra la porte Norte del territorio en una dirección paralela á la costa, terminando al Sur en una de las estacio- nes del Ferrocarril Interoceánico, á veintisiete millas distante de Ve- rarrnz. Esta línea fé'Toa dpsnrrollai'á rápidamente los grandes elemen- tos de rinueza de la Huasteca y La Sierra, que ahora luchan con la di- licnitad de la transportación.
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Sk. Enrique Muñoz dic Akístecui,
CoiiKIíNADOR D2L EsTADO HU YuCATÁN.
Los demás feri'ocarriles que cruzan el Estado son el Mexicano, el Interoceáaico y el de Alvarado.
El Gobierno del Estado de Veracruz siempre se ha distinguido por liberal y progresista. Fué el primero en abolir el impuesto de consumos. Goza de gran crédito, pues cumple religiosamente con las obligaciones contraídas é invierte sus recursos en obras de provecho y utilidad pú- blilca.
Se han llevado ¡x cabo mejoras de notoria importancia como la pa- vimentación, drenaje y provisión de aguas potables en las ciudades de Veracruz y Córdoba. La estación federal de cuarentenas en el puerto de Veracruz ha sido calificada por personas de reconocida competencia, como de las más completas y eficientes del mundo. Citaremos entre las obras de utilidad pública que se han llevado á cabo en el Estado duran- te los últimos años, además de las mencionadas, la pavimentación de Puerto México, el Palacio de Justicia, la Cárcel y las escuelas preparato- ria y electro-técnica de Jalapa, las oficinas gubernamentales de Córdoba, y el Mercado, Palacio do Justicia y edificio de Correos de Veracruz. Cer- ca de .$7.000,000 han sido invertidos en estas obras.
El Gobierno del Estado dedica también sus esfuerzos en la construc- ción de ferrocarriles, siendo las líneas más importantes cuya constru- ción ha favorecido la línea férrea Veracruz y Pacífico, y la que parte de la estación de Ilives á San Andrés Tuxtla.
La instrucción pública tanto primaria como superior, es atendida con el mayor esujero. Sostiene el Estado cinco escuelas profesionales, ocho preparatorias y 8-12 primarias, que agregado á 12.5 escuelas pri- vadas que existen, hacen un gran total de 980 establecimientos de ins- trucción.
Muy pronto se inaugtirarán edificios nuevos para las escuelas pre- paratorias de Veracruz y Orizaba, y para una escuela superior de ni- ña.'} en Jalapa.
Las anteriores líneas demuestran las envidiables condiciones en que se encuentra el Estado. Su espléndida situación topográfica, la ri- queza de sus tierras y la industria de sus habitantes han contribuido á su actual prosperidad, á la cual también han coadyuvado en grado sumo la paz que ha reinado en la República durante la actual admi- nistración y los constantes esfuerzos del Gobernador del Estado, Don Teodoro A. Dehesa, quien se ha dedicado con notable empeño á pro- mover la riqueza y prosperidad de esta rica entidad federativa.
Las cuatro ciudades más importantes del Estado de Veracruz, son : Jalapa, residencia del Gobierno y renombrada por su bello clima ; Cór- doba, hermosa ciudad centro de producción cafetera y frutera del Es- tado ; Orizaba, ciudad industrial y que goza de un clima delicioso, y por último, Veracruz, el puerto más rico é importante de la Federación.
Y U C A T A Jí .
El Estado de Yucatán, que originalmente tenía el litoral más largo de todas las entidades políticas de México, con excepción de la Baja Ca- lifornia, es famoso por sus inmensas ruinas de antiguos pueblos é impe- rios indígenas, por la bravura de los mayas, raza aborígene que aún so- brevive y que formó dichos pueblos, y por sus grandes y ricas cosechas de henequén, fibra que constituye su principal fuente de riqueza.
El cuadro general de Yucatán, que se forma cualquier persona que sabe algo acerca de los característicos del Estado, es de una inmersa su- perficie plana de tierras áridas, donde no se puede cultivar más que henequén y plantas de fibra similares. Esto es cierto en lo que refiere á la parte noroeste del Estado, que es la más generalmente conocida y que por consiguiente, ha extendido su reputación al resto del territorio. Pe- ro hacia el Sur, los terrenos gradualmente se elevan formando cadenas de montañas, que en ciertos lugares tienen una altura de 1,000 metros sobre el nivel del mar, y en el interior el Estado posee tierras ricas que abarcan grandes extensones de territorio y que están cubiertas de espe- sos bosques, en gran contraste con la naturaleza árida del suelo en las comarcas vecinas á la capital.
Aunque el henenuén es el principal producto de esta parte de la República y el principal factor de rioueza que la ha elevado de la po- sición de uno de los más pobres á la de uno de los más ricos de_ los Es- tados de la L'nión mexicana, sin embargo, Yucatán tiene ante sí un fu-
turo en el cual muchos otros productos están destinados á figurar en gran escala como coustiíuj-entes de su i'iqueza agrícola. Es bien sabido que se encuentran en el interior grandes depósitos de carbón de piedra y se cree también que llegará á ser algún día gran productor de petró- leo, aceite que se supone forma grandes depósitos bajo la formación ca- liza de las tierras del Estado.
El clima de Yucatán es del todo cálido,, como es de esperarse por estar todo su territorio dentro de los trópicos, y principalmente por te- ner sus tierras, en general, poca elevación sobre el nivel del mar. Las lluvias son aquí menos abiuidantes que en otras partes de la costa me- xicana.
Se puede calcular que en más de las dos terceras partes del Esta- do, las tierras son ricas y grande la variedad de productos que es po- sible cultivar en ellas. La larga lista de estos productos incluye gran variedad de legumbres, granos y maderas para el comercio: estas úl- timas se encuentran en los espesos bosques que cubren grandes exten- siones del interior del país. Entre los productos que se obtienen ó culti- van actualmente en Yucatán, están la caña de azúcar, aguardiente, arroz, maíz, frijol, camote y muchos otros frutos tropicales.
Mérida, capital del Estado, tiene una población de 50,000 habitan- tes, siendo esta ciudad y Progreso, su puerto, las principales de Yuca- tán. Progreso es, comparativamente, im lugar pequeño, pero tiene gran importancia por su comercio marítimo. Mérida es centro de comercio bastante considerable, originado principalmente por sus relaciones con los plantadores de henequén y los comerciantes. Es mía hermosa ciu- dad, con calles bien pavimentadas y hermosos edificios públicos, escue- las y colegios. Gran parte de la renta del Estado se emplea en el ramo do instrucción pública, ramo al cual se dedica mucha atención, tanto en las ciudades como en las poblaciones y distritos donde la población no se encuentra demasiado diseminada en grandes áreas de territorio.
ZACATECAS.
En riqueza mineral. Zacatecas es uno de los Estados más ricos de México ; es también uno de los que tienen una forma más irregular, cir- cunstancia que, sin duda alguna, es debida parcialmente á que sus distritos mineros han sido explotados durante muchos años de un modo irregular en el Estado, el cual ha tenido su^ciente influencia para re- tener estas ricas secciones de territorio. La población es de medio mi- llón de habitantes y la extensión superficial de 64,138 kilómetros cuadra- dos, gran parte de la cual es de naturaleza montañosa. Debido á esta circunstancia, mucho del territorio es árido ; pero tiene también nume- rosos y ricos valles, que se dedican, por lo general, á la agricultura. Co- mo natural consecuencia, y debido á la altura de sus tierras sobre el nivel del mar y á la naturaleza accidentada de éstas, los ríos y corrien- tes de importancia son poco numerosos. Siendo la elevación de los va- lles del Estado entre 1,500 y 2,000 metros sobre el nivel del mar, los productos tropicales que aquí se cultivan son pocos y en pequeñas canti- dades. Los productos agrícolas que se cultivan con mejor éxito, son: trigo, maíz, frijol, haba, cebada, alfalfa, centeno, arvejas, lentejas, pa- pas, chile, maguey, camote, naranjas y caña de azúcar. También se de- dica considerable atención á la cría de varias clases de ganado, aun en distritos que son adaptables al cultivo de cereales y otros productos agrícolas. Esta tendencia es debida á lo pobre de los medios de transpor- te que existen en varias partes del país ; pues el ganado puede ser lle- vado á pie á los mercados, mientras que los productos agrícolas cuesta dinero transportarlos.
Pero es en el ramo mineral donde se encuentra la riqueza del Esta- do ; pues Zacatecas es uno de los distritos mineros más ricos del mundo, habiendo producido hasta hoy sus minas cerca de $1,000.000,000. Entre los metales que se encuentran en mayor abundancia, están : oro. plata, cobre, plomo, estaño, hierro y antimonio. Los principales distritos mi- neros son: Veta Grande, Fresnillo, Sombrerete, Chalchihuites, Nieves. San Miguel, Mazapil, Pinos, Noria de Angeles, Mezquital del Oro, Ojo Caliente y Zacatecas. Cada imo de éstos está dividido en numerosos sub-distritos, muchos de los cuales son üm bien conocidos como los dis- tritos de que forman parte.
No obstante la gran cantidad de riqueza mineral que Zacatecas ha producido, tiene aún millones de toneladas de mineral prácticamente sin to-
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Sk. Fraxci8< o de P. Zarate, Gobernador del Estado de Zacatecas.
car. La mayor parte de dicho mineral es de grado bajo, y para lograr explotarlo en escala comercial, se requiere la introduccióu de los méto- dos más modernos de minería. Zacatecas está üestiuado, por consiguien- te, en un futuro próximo, á ügurar de un moao tan prominente en los mercados mineros de México, como íiguró en el pasado.
La etimología del nombre del Lstado se deriva de la palabra azte- ca "zacatl," yerba, y signiüca "Fueblo de Zacatlán." La ciudad princi- pal y capital de esta entidad federativa es Zacatecas, que tiene una po- blación de 45,U00 habitantes, la mayor parte de los cuales se dedican á la industria minera. Está situada en un cañón estrecho á 8,100 pies so- bre el nivel del mar. Inmensos depósitos de mineral de grado bajo ro- dean la ciudad, y esta comarca no aguarda sino la introducción de mé- todos modernos de laboreo y la inversión de grandes cantidades de dine- ro, para convertirse en uno de los campos mineros más importantes del mundo.
Aún en los primeros tiempos de los españoles, Zacatecas era ya un centro importante para la manufactura de artículos de barro, no ha- biendo perdido actualmente nada de su reputación.
Como es natural, siendo un centro minero, se encuentran en el Es- tado cierto número de importantes establecimientos de reducción de me- tales, la mayor parte de los cuales, sin embargo, son de modelos y pro- cedimientos anticuados. El primer descubrimiento de plata que se hizo en Zacatecas fué el año de 1540, y dos años después se fundó la actual ciudad. Por consiguiente, su historia minera es casi contemporánea con la ocupación de México por la raza blanca. Con motivo de la gran rique- za de estas minas, la localidad pronto se alineó en rango con los distri- tos mineros más importantes de la Nueva España, posición que nunca ha llegado á perder.
Entre los edificios notables de la capital del Estado, se encuentran la famosa Catedral antigua, que fué dedicada en 1752, los palacios de la legislatura, del Gobierno y judicial, la Casa de Moneda, el Instituto Científico, el teatro Calderón y el Insituto Conciliar. Entre las iglesias dignas de mención están las siguientes : Santo Domingo, San Juan de Dios, San Francisco, San Agustín la Merced y Jesús.
En la ciudad de Zacatecas se dedica gran atención á la instrucción pública y se gastan fuertes sumas del tesoro público anualmente en la educación primaria. Las escuelas superiores están también dignamente representadas en el Estado, poseyendo la ciudad capital una escuela normal excelente para la educación de maestros competentes.
BAJA CALIFOBNIA.
La Baja California tiene la línea de costa más extensa de todos los Estados y Territorios de la Federación y solamente Chihuahua, Coahn'- la y Sonora la exceden en extensión superficial ; sin embargo, á pesar de «ste vasto territorio, apenas tiene una población de 50,000 habitantes, ó sea una persona por cada tres kilómetros, pues su área es de 151,106 kilómetros cuadrados.
La topografía del territorio es en su mayor parte muy accidentada y montañosa ; sin embargo, por lo general sus montañas no se elevaii á gran altura. Debido á lo angosto de la península, siendo su anchura, por término medio, de solamente 140 kilómetros, posee la gran exten- sión de 2,300 kilómetros de costa, donde se encuentran numerosas bahías, golfos y puertos naturales. Esta circunstancia da á la Baja California gran importancia para la pesquería. El ramo más lucrativo que aquí proporciona esta industria es el de perlas y conchas.
El Territorio también es rico en minerales que han sido muy po- co explotados, aunque algunas de las minas de la Baja California se han trabajado desde el año 1700, cuando eran explotadas por los jesuí- tas. Los metales que más abundan son : plata, oro, cobre, plomo, antimo- nio, azufre y hierro.
En los fértiles valles y tierras del litoral de la península se da bien : agave, caña de azúcar, uvas, dátiles, higos, granadas, bananas, naranjas, limones, sandías, melones, aceitunas, calabazas, calabazas dulces, maíz, frijol, chile, papas y varias clases de legumbres.
La Baja California está dividida políticamente en dos distritos, Nor- te y Sur. El primero no tiene, probablemente, más de 10,000 habitantes.
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y su capital, Ensenada, posee como la quinta parte de esa población. La parte Sur tiene como cuarenta mil habitantes y su capital, La Paz, tiene, probablemente, entre la quinta y la sexta parte de esa población. So- lamente otras dos ciudades son dignas de mención en la Baja Califoniia, ú saber : Santa Rosalía y San José.
TEPIC.
El Territorio de Tepic tiene una superficie de 29,211 kilómetros cua- drados y una población de poco menos de 200,000 habitantes. La mayor parte de su extensión es de topografía montañosa y únicamente las tie- rras á lo largo de la costa del Pacíüco son relativamente planas. El cli- ma en esta parte del territorio es bastante cálido, tanto debido á su si- tuación tropical, como á su poca altura sobre el nivel del mar; pero los distritos montañosos disfrutan de temperatura fresca y agradable.
Tepic tiene perspectivas brillantes como productor de metales ; pe- ro actualmente, con motivo de lo accidentado del terreno, y lo costoso de los medios de transporte, ha desarrollado muy poco su gran riqueza mineral. En tiempos anteriores, en que los jornales y la transportación eran más baratos, se producía en esta parte de la República, plata ea abundancia ; pero en nuestros días todo esto ha cambiado y habrá nece- sidad, para explotar las muchas minas con que cuenta el Territorio, de implantar sistemas modernos en el laborío de los minerales y comuni- caciones fáciles y cómodas para el transporte de los mismos. Mucho se está haciendo á este respecto, por lo que hay fundadas esperanzas de que en pocos años esta importante entidad de la federación .se ponga al nivel de los Estados más avanzados.
En las fértiles tierras de Tepic se pueden cultivar casi toda clase de productos agrícolas que se desarrollan en terrenos hasta una altura so- bre el nivel del mar, de 2,000 metros. Actualmente los cultivos favori- tos son el maíz, frijol, trigo y garbamzo. También se produce algo de arroz, café, algodón, tabaco, azúcar, naranjas, limones, bana- nas, cerezas, zapotes, chirimoyas, melones y otras frutas tropicales. Esta variedad de productos que rinden las ricas tierras del Territorio, da ima idea de la importancia que en él está llamada á asumir la agricul- tura en general.
La producción de la sal constituye actualmente una industria de considerable importancia en Tepic.
En las regiones montañosas se encuentran magníficas maderas ; pe- ro hasta hoy poco se han explotado los bosques á causa de la difi- cultad en el transporte. Es esta, pues, una riqueza latente llamada en un futuro próximo, á rendir considerables utilidades.
La ciudad más importante del Territorio de Tepic con cerca de 20,000 habitantes. Es una población bien construida, con sus calles bien trazadas y algunos buenos edificios públicos y privados.
La instrucción pública está muy bien atendida en esta parte de la Reptiblica, lo cual es debido principalmente á estar dicho ramo bajo la dirección directa del Departamento de Instrucción Pública Federal.
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Sk. Dox Guilleilmo dk Landa v Escanlón,
GOBERNADülí IJEL DISTRITO FkDKRAL.
Don Guillermo de Landa y Escandón,
POR PEDRO MALABEAR.
El señor Don Guillermo de Landa y Escandón es uno de lo no muy numerosos ejemplos que se dan en la vida publica de aquellos hombres (lue, relegando en segundo término las comodidades y los placeres que pueden proporcionar la fortuna, buscan en campos más vastos, y sobre todo, más fecundos para la sociedad de que forman parte, el desarrollo de sus aptitudes, de sus energías y de su voluntad de acción.
Hijo de los señores Don José María de Landa y Doña Francisca Escandón de Landa, nació Guillermo de Landa y Escandón en esta ciudad de México, el día 3 de Mayo de 1848 ; y en cuanto llegó á la edad de hacer sus primeras letras, cursólas en el Colegio de los señores Ovie- do, al que, por aquellas épocas asistían los niños de las principales fa- milias de la capital.
Concluida la instrucción primaria, los padres del joven Guillermo quisieron que su educación correspondiera á su rango y con él marcha- ron á Inglaterra, donde ingresó al Colegio Stonyhurst, para pasar des- pués á Francia y permanecer allí algunos años.
La ingerencia que más tarde, ya hombre, debía tomar el señor do Landa y Escandón en asuntos importantísimos tanto públicos como industriales y financieros de su patria, tuvo, pues, como se irá viendo por estos breves datos biográficos, terreno amplio y fructíferamente pre- parado.
En efecto, las impresiones más poderosas para el espíritu humano, las que más se gravan en él y deciden, con el transcurso de los tiempos, de la vocación, del carácter y de las fuerzas activas de un individuo, las recibió y atesoró el joven de Landa y Escandón en el medio vigoro- so y lleno de enseñanzas que ofrece el pueblo inglés, práctico y enérgico y constante en todas sus empresas, y en el medio delicadamente artístico y poderosamente intelectual de la Francia.
Nada, por tanto, de extraño es que, cuando llegado á ocupar pues- tos de tanta significación y trascendencia para la marcha de los nego- cios municipales como los que ocupó y ocupa aún ahora, tuviera nuestro biografiado que llevar al terreno de la realidad mucho de lo aprendido en sus mocedades, lo hiciera y lo haga con la calma, la seguridad y el acierto que caracterizan siempre los actos fríamente meditados, pero noble y patrióticamente inspirados.
Pero — -y este es uno de los grandes méritos del señor de Landa y Escandón — si su voluntad había sabido templarse al contacto de aque- llos hombres, en cambio sus sentimientos no habían dejado de ser un solo instante netamente mexicanos, y sin dejar de aprovechar los ejem- plos que á millares se le ofrecían para robustecerse en el estudio y en el desenvolvimiento de los negocios, conservó siempre vivo el amor á su patria ; amor que en todos sus actos y en cada momento lo veremos dar muestras tan innegables y profundas, que con razón ha llegado á ser Don Guillermo de Landa y Escandón uno de esos pocos hombres de quienes puede decirse, que no obstante caminar siempre por la senda del deber y de la rectitud, no cuenta sino con simpatías.
Triunfo á veces muy difícil de conseguir para los mandatarios que no están siempre en condiciones de satisfacer deseos ó caprichos ; pero que al señor de Landa y Escandón no costó gran trabajo alcanzar, por- que á sus dotes de gobernante aduna otra cualidad no común ; la de una bondad de corazón inagotable que le permite dulcificar como hom- bre las negativas que necesita hacer como funcionario.
Por las líneas anteriores se percibirá desde luego, que al empren-
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del* la biografía del actual Goberuador del Distrito Federal, hay que considerarle desde tres puutos de vista : como üombre privado, como iiombre de empresa y como iiombre público.
Como üumure ijrivado, ¿qué pudiéramos decir del señor Landa y Escaudóu que uu sea ya bieu conocido de todos uuestros lectores V
Uua sola írase basta para presentarle bajo ese aspecto : ha sabido hacerse respetar y estimar de los grandes, iiuerer y bendecir de los pequeños.
Para aquellos, está siempre á la altura que corresponde á su po- sición social, y son ijroverbiales el tacto y la distinción con que se hace acreedor al elogio de cuantos le tratan en el alto medio que ocupa.
Para éstos, para los humildes, sabe bajar hasta ellos, oir sus que- jas, condolerse ue sus cuitas, y lo que es más, remediarlas con mano protectora. Cualquiera que le vea en los elegantes salones, correcto siem- pre como cumplido gentleman, admiraría el cuadro que todos los días, al salir de sus oücinas del Gobierno del Distrito, proporciona la turba de desdichados que le esperan aranosamente, ciertos de que nunca se irán sin haber tenido de él, no sólo ima promesa segura de ayuda, sino al mi.smo tiempo, una dádiva oportuna y generosa.
De ahí su popularidad, de ahí el entusiasmo con que fué recibido en sus visitas á las fábricas del Distrito Federal, en las que iba perso- nalmente á ver, á sentir de cerca las necesidades de la clase obrera mexicana, para estudiar la manera de realizar su vivísimo y ardieitte anhelo de llevar á cabo su mejoramiento con la creación de una fun- dación benéüca, de la que hablaremos adelante con la extensión que se merece, y que sería suhciente, si no tuviera otras muchas ya, para cons- tituir un título de los más preciosos que hiciera acreedor al señor de Landa y Escaudóu á la gratitud pública.
Pero no alarguemos demasiado este capítulo. Como todos los hom- bres sinceramente buenos, el señor de Landa y Escaudóu no gusta de que su mano izquierda sepa lo que hace la derecha.
En esta parte no somos nosotros los que debemos escribir su bio- grafía. Lo hacen con mayor elocuencia las lágrimas de agradecimiento, las bendiciones de los menesterosos, de las viudas, de los huérfanos, que al encontrar al señor de Landa en su camino, recibieron un rayo de alegría y de consuelo en los negros desengaños y en los punzantes dolores de la vida.
El nombre del señor de Landa y Escanden, como se ha dicho ya por muchos, está íntimamente ligado con las más grandes empresas que en el orden económico han hecho del México actual uu país rico y prós- pero.
Fué uno de los que contribuyeron para llevar á cabo las grandes obras del Desagüe del Valle de México, las de los puertos de Veracruz y Salina Cruz y las del Ferrocarril de Tehuantepec, contratadas por la casa de los señores S. Pearson and Son. ; y á la techa, es representan- te de las Líneas Nacionales de México, sistema ferrocarrilero el más extenso de la República mexicana ; Director del Banco Mexicano de Comercio é Industria ; Vicepresidente de la Cía. Manufacturera de Yu- te 'Santa Gertrudis ;" Presidente del Consejo de Administración de la Negociación Minera "Las Dos Estrellas;" Consejero de la Compañía Bancaria de Obras y Bienes Raíces ; Presidente del Consejo de Admi- nistración de los Almacenes Generales de Depósito de JNIéxico y Vera- cruz, etc., etc.
El mundo mexicano de los negocios ha visto, pues, y ve también in- tervenir en él la gestión activa é inteligente de nuestro biografiado, quien á su vez obtiene de aquél, al mismo tiempo, el valimiento y la influen- cia que se agregan á la respetabilidad de su puesto oficial, para cons- tituir una de las garantías más seguras que puede ofrecer á sus gober- nados im fimcionario público.
Examinémosle ahora bajo este aspecto, en el que su personalidad va á revelarse en todo su mérito ; pero antes hagamos notar de nuevo lo que ya indicamos y que se desprende bien á las claras de lo que aca- bamos de escribir : la gran prueba de amor á su país y de adhesión á la cosa pública que da el hombre, que á pesar de la elevada posición que disfruta en el mundo de las empresas, no descuida, y antes por el con- trario, consagra lo mejor de su tiempo y la flor de sus energías y de sus aptitudes al cumplimiento de sus obligaciones oficiales.
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El pi'iiuer puesto público que desempeñó el señor Don Guillermo de Landa y Escandóu fué el de Senador por el Estado de Morelos, en dondo su familia poseía una importante finca azucarera. Más tarde represen- tó en la misma Alta Cámara al Estado de Chihuahua.
Pero pronto su gestión en algunas de las empresas que menciona- mos, le dieron á conocer é hicieron comprender que otro era el medio en el cual podía desenvolverse la actividad de nuestro biografiado, y el año de 1900 se le elegía Presidente del Ayuntamiento de México.
Ya al frente de esta Corporación vamos á verle, digámoslo así, en su verdadero elemento.
El cuidado de los intereses de la ciudad, que se le han confiado, el mejoi'amiento de los servicios públicos con ellos relacionados, la aten- ción de sus necesidades más urgentes y con esto la preocupación tenaz y noble de combatir los males que su práctica y su contacto más ínti- mo con las clases populares le han revelado en toda su desnudez y con todas sus perniciosas consecuencias, serán los objetivos culminantes á que tiendan las miradas del señor de Landa y Escanden, bien en su carácter de Presidente del Ayimtamiento. bien en el de Gobernador del Distrito Federal y Presidente del Conse.io de Gobierno.
A ellos va á dedicarse con todo empeño. Sabe que tropezará en su labor con arduas y serias dificultades ; pero éstas no le desalientan, y para vencerlas, para destruirlas por completo, lleva á su tarea toda la voluntad, todos los conocimientos, toda la valiosa influencia que ha adquirido y que irá adquiriendo en el transcurso de años, y con ellos la confianza y la simpatía que se gran.iea en todos los círculos á que tiene que hacerse extensiva su gestión oficial, ya directa, ya indirecta- mente.
Vamos, pues, á de.iar de hablar del hombre, por un momento.
La relación de hechos en que en seguida entramos es, para consi- derarle desde el punto de vista de su labor como funcionario público. la página más elocuente que lograríamos escribir para su biografía.
No entraremos, sin embargo, en proli.ios pormenores sobre todas y cada una de las obras realizadas ba.io la dirección ó por la iniciativa del señor de Landa y Escandón. Ni sería suficientemente extenso el es- pacio de que disponemos, ni haríamos otra cosa que repetir lo oue cons- ta en las memorias y en los documentos oficinles publicados y á los oue piiede ocurrirse si se desea conocer en detalle el nacimiento, la marcha y la feliz terminación de esas obras.
Por su naturalezn pueden dividirse éstas en dos grandes catego- rías: las que han tendido al me.ioramiento mnterial de la ciudnd y las encaminadas á impulsar el progreso moral de la población, y si se tie- ne en cuenta la ])oderosa influencia de aquél en éste, se comprenderá por qué el señor de Landa y Escandón ha dndo tanta importancia á las cuestiones que en una forma ó en otra se relacionan por modo íntimo con la higiene, con la salubrid.nd y á la vez con la comodidad y aún con los placeres honestos del pueblo.
Sería repetir un axioma demasiado conocido decir oue la limpieza, desde cualquier punto que se la considere, es uno de lr>s grandes facto- res para el bienestar de las agrtipaciones humanas. Allí donde se con- sigue imponer su hábito, se puede estar cierto de haher dado un gran paso en el camino de la moralidad y en la salud públicas. A apresurar este paso tendía imas de las más importantes iniciativas, oue estando al frente del Ayuntamiento de México, presentó el señor de Landa y Escandón.
Nos referimos al abastecimiento de aguas potables para la ciudad, ciivo estudio fué sometido al señor Ingeniero Don Manuel Marroquín. V del cual nació la idea de aprovechar las aguas de los ricos manantia- les de Xochimilco.
Las obras colosales y dignas de admiración de propios y extraños oue desde hace alguno.s meses han venido llevándose á cabo, y de las que todos los habitantes de la capital han podido apreciar los avances, son el resultado dp la iniciativa mencionada. La metrópoli mexicana diefrutará pi'outo de los rendimientos riquísimos de esos manantiales v entonces estaremos en ppvfeota actitud para aquilatar todo el valor de la idea y aprovecharnos de su realización.
Pero al mismo tiemno otra preocupación vino á imponerse en el es- píritu del Presidente del Avnnta miento.
I^a ejectlcínn de las obras do Saneamíeiitó, que también se llevatin
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á cabo por aquel entonces y que habían terminado en casi todo el cen- tro de la ciudad ; las obras emprendidas para la colocación de cables del' alumbrado eléctrico, en substitución de los antiguos incómodos y antiesté- ticos postes que servían para sostener los alambres transmisores de la corriente ; la instalación de las nuevas cañerías del agua ; el arreglo de muchas vías férreas de los tranvías para establecer el nuevo sistema de tracción, y finalmente, la gran cantidad de obras de particulares que rompían los pavimentos y llenaban la vía pública de escombros y de tierra, hacía indispensable que se tomaran medidas para pavimentar de nuevo y construir las banquetas.
A este fin, el señor de Lauda y Escaudón impulsó vigorosamente tan importante asunto, y durante todos sus períodos se celebraron numero- sos contratos con compañías pavimentadoras que se encargaran de dar á la capital el hermoso aspecto que ofrece en sus principales avenidas y que va alcanzando ya hasta los barrios más apartados. Como dato á este respecto consignaremos, el de que en 1900 se construyeron pavimen-^ tos de asfalto en 34,071 metros cuadrados, y en 1901, en 140,767 metros, cuadrados y una fracción.
En combinación con este cuidado de las vías públicas, puede citar- se la apertura y la alineación de la calle del Puente de San Francisco, que había de recibir después mayor impulso con la iniciativa del Go- bierno Federal, con el proyecto y la ejecución de la apertura de nuestra actual Avenida del Cinco de Mayo. Para la realización de este proyec- to, que hemos tenido la fortuna de ver ya en el terreno de los hechos, el Gobierno nombró una Comisión de la cual fué noml)rado Presidente el señor de Lauda y Escanden. Esa comisión ajustó los contratos de com- pra de fincas y las indemnizaciones necesarias, derrumbándose, como, es sabido, la mayor parte de las casas que ocupan el lugar en que se yergue ya majestuosa la construcción del nuevo Gran Teatro Nacional ; derribándose asimismo otras de las casas de las calles del Cinco de Ma- yo, y concediéndose sólo algunos plazos para la desocupación de unas de las fincas, en virtud de derechos anteriores que fué indispensable respetar.
Otros rumbos de la ciudad fueron también objeto de atención en ese sentido, y en lugares en que algunos callejones angostos ó irregu- lares eran un constante obstáculo para la facilidad del tránsito y el flo- recimiento del barrio, la piqueta demoledora abrió pronto la brecha, por donde debía entrar el progreso en esos suburbios. , .
Fuera largo entrar en la enumeración de todos los trabajos que se efectuaron por los ayuntamientos que presidió el señor de Landa y Escandón. en pro de los servicios públicos. La plantación de árboles, el establecimiento de jardines, la limpia de nuestros barrios, las disposi- ciones dictadas sobre coches, carros, festividades y diversiones, públi- cas, etc., demostraban al público metropolitano cómo y cuánto se inte- resaba por él el señor de Landa y Escandón.
Pero sí debemos, para terminar en este punto la rápida historia do los principales actos oficiales de nuestro biografiado, llamar la atención acerca de que todos esos proyectos, todas esas obras, sólo podían ponerse en práctica con dos elementos principalísimos : con dinero ó con crédito.
Ahora bien, fué también motivo de escrupuloso cuidado por par- te del señor de Landa y Escandón el manejo de los intereses de la C'or- poración confiados á su cargo; y gracias á su hábil y prudente .gestión hacendarla, sostuvo en el acto el crédito del Ayuntamiento de Méxi- co, supo aprovechar el asunto que en los ingresos municipales traía consigo el correspondiente alimento de obras y negocios en la capital, dejó saldada la cuenta que por anticipos hechos para el servicio del empréstito del 5% contratado en Londres, se debía al Banco Nacional de México, y tuvo la satisfacción de que durnnte el período que con- cluyó en 1900 quedara pagado íntegramente todo lo relativo al referido empréstito, que sin incluir gastos de sorteo ni la gratificación aconlada por los sennclos del Asente Finnnciero del Gobierno Mexicano en Lon- dres, importó la suma de ,$1.401.427.0.5.
Con el nombramiento definitivo r)pl señor Don Guillenno de Lnn da y Esr-nndón como Gobernndor del Distrito Ferl^rnl. puesto <iup tran- sitoriamente había desenirtoñndo de Octubre á Diciembre de 1000 v de Septiembre á Or-tubre de 1001. entramos en otro período de actividades é iniciativas nmclio más nmnlias de la vida de nuestro biografiado.
El 17 de Enero de 190.3. al ser elvado el' entonces Gobernador del Distrito, señor Don Ramón Corral, al puesto que ahora ocuj»a en el Ga-
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bínete del señor Presidente. General Don Porfirio Díaz, pasó á hátíersé cargo de sus nuevas funciones el señor de Landa y Escandan.
Vamos á verle ahora consagrándose sin cesar á hacer el bien para el pueblo cuyos intereses se han puesto en siis manos. l)ieu como ya lo decíamos, no solo material sino moral también.
El juego y la embriaguez son las dos plagas que pesan sobre la po- blación. El será el encargado de combatirlas, de aniquilarlas y lo lle- vará á cabo con todo tesón, con toda energía.
La suspensión del juego, uno de sus primeros actos como gobernan- te, se realizó de una manera definitiva ; y aun ahora, cuando bajo dis- tintos disfraces, esa hidra intenta levantar otra vez alguno de sus in- cansables y voraces tentáculos, deslizándose astutamente ya en som- bríos tugurios, ya en las ferias de los pueblecillos del Distrito,' encu- bierta con pretextos de diversión y nombres más ó menos inocentes, encontramos al señor de Landa y Escandón listo para el ataqué y sa- bemos pronto que el mal se ha desterrado.
Én la lucha contra el alcoholismo, la tarea ofrecía aún dificultades mu- cho mayores, la misma naturaleza del vicio, su relación con tal mlmero de intereses creados, el enraizamiento profundo de ciertas costinnbres y otras muchas circunstancias de orden económico y sociológico que no sería de la índole de este artículo analizar, hacen que la misión del Gobernador del Distrito tenga forzosamente que encerrarse en los lími- tes qiie le señalan las facultades mismas que por su puesto le corres- ponden.
Había, pues, que apli(?ar los reglamentos restrictivos ya que era imposible recurrir á medidas absolutamente prohibitivas, y modificar aquellos en forma, que ya que no se pudiera extirpar al bebedor ni im- pedir l:t ]iroducción alcohólica, se disminuyesen al menos las ocasiones y con ellas se hiciera decrecer el número de causas jiredisponentes al alza de la criminalidad, alza que, inútil nos parece recordarlo, cuenta entre sus principales factores el alcoholismo.
El señor de Landa y Escandón dictó, por consecuencia, severas dis- posiciones contra la embriaguez callejera, reglamentó nuevamente can- tinas y pulquerías! claiisúró las oue contrnveñían las leves; redujo las horas de venta de pulque y bebidas alcohólicas en determinados días; impuso condiciones que hacen más difícil la apertura de nuevos esta- blecimientos dedicados .ni expendio do tales bebidas, y en una palabra, ni omitió ni omite medio alguno oue esté en sus facultades ))ara pro- seguir la campaña que con tanta justicia le aplaudo la sociedad hon- rada.
Fué también objeto de especial atención para él la' vigilancia de' los establecimientos penales.
Gracias á medidas de orden anterior, hizo niás efectivos los pre- ceptos de los reglamentos á que están sujetos anuellos. 'Activó el des- pacho en los mismos de tal suerte, que pronto pudo la Penitenciaría de México llenar sus celdas con delincuentes que antes ocunaban lugar indebido en las cárceles del Distrito, demostrándosp con ello la necesi- dad de la ampliación de ese nuestro primer establecimiento peniten- ciario: amplilación realizada ya y cuva inauíruracióu c^mstituirá uno de los números del programa de las fiestas del Centenario de nuestra independencia.
El servicio de identificación de los criminales reincidentes, de tan- ta trascendencia en la lucha contra el delito, han recibido tamViién bajo el Gobienio del señor Landa y Escandón mi poderoso impulso; pues se reorganizó bajo bases completamente científicas el gabinete de iden- tificación de la Cárcel General y se implantó por primera vez en la Repi'iblica, y acaso en la América del Norte, el sistema de identificación dactiloscópica en la Casa de Corrección pnra menores del sexo feme- nino, cuyas pequeñas reclusas. á la vez que no necesitíin verse sujetas á las molestias del bertillonaje completo, no deben tamnneo. como ocu- rría antes, pasar por los departamentos de la prisión de adultos, con- fimdiéndose con éstos y exponiéndose á perniciosos Contactos.
Porque ésta ha sido otra de las obras meritorias realizadas por el señor Landa : buscar y ayudar de todos modos la regeneración de la in- fancia delincuente y viciosa. ' .
La creación de las dos CaSas de Corrección para menores, la de varones en Tlalpam y la de mujeres en Cóyoaeán. •. en la forma erfquff están actualmente, fué de iniciativa .suya,. y oiialtjiiíera que visite osos
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bínete del señor Presidente. General Don Porfirio Díaz, pasó á haberse cargo de sus unevas funciones el señor de Landa y Escandón.
Vamos á verle ahora consagn'indose sin cesar á hacer el bien para el pueblo cuyos intereses se han puesto en sus manos, bien como ya le decíamos, no solo material sino moral también.
El juego y la embriaguez son las dos plagas que pesan sobre lá po- blación. El será el encargado do combatirlas, de aniquilarlas y lo lle- vará á cabo con todo tesón, con toda energía.
La suspensión del juego, uno de sus primeros actos como gobernan- te, se realizó de una manera definitiva ; y aun ahora, cuando bajo dis- tintos disfraces, esa hidra intenta levantar otra vez alguno de sus in- cansables y voraces tentáculos, deslizándose astutamente ya en som- bríos tugurios, ya en las ferias de los pueblecillos del Distrito," encu- bierta con pretextos de diversión y nombres más ó menos inocentes encontramos al señor de Landa y Escandón listo para el ataqu6 y sa- bemos pronto que el mal se ha desterrado.
En la lucha contra el alcoholismo, la tarea ofrecía aún dificultades mu- cho mayores, la misma naturaleza del vicio, su relación con tal número de intereses creados, el enraizamiento profundo de ciertas costumbres y otras muchas circunstancias de orden económico y sociológico que no sería de la índole de este artículo analizar, hacen que la misión del Gobernador del Distrito tenga forzosamente que encerrarse en los lími- tes qiiG le señalan las facultades mismas que por su puesto le corres- ponden.
Había, pues, que aplicar los reglamentos i-estrictivos ya que era imposible recurrir á medidas absolutamente prohibitivas, y modificar aquellos en forma, que ya que no se pudiera extirpar al beV)edo'r ni im- pedir la producción alcohólica, se disminuyesen al menos las oca'siones y con ellas se hiciera decrecer el número de causas predisponentes al alza de la criminalidad, alza que. inútil nos parece recordarlo, cuenta entre sus principales factores el alcoholismo.
El señor de Landa y Escandón dictó, por consecuencia, severas dis- posiciones contra la embriaguez callejera, reglamentó nuevamente can- tinas y pulquerías; clausuró las nue contravenían las leves: i-edújo las horas de venta de ]nilque y bebidas alcohólicas en determinados días; impuso condiciones que hacen más difícil la apertura de nuevos esta- blecimientos dedicados hl expendio de tales bebidas, y en una palabra, ni omitió ni omite medio alguno nue esté en sus facultades para pro- seguir la campaña que con tanta justicia le aplaude la sociedad hon- rada.
Fué también objeto de especial atención para él la' vigilancia de' los establecimientos penales.
Gracias á medidas de orden anterior, hizo niás efectivos los pre- ceptos de los reglamentos á que están sujetos anuellos. 'Activó el des- pacho en los mismos de tal suerte, que pronto pudo la Penitenciaría dé México llenar sus celdas con delincuentes que antes ocunabau lugar indebido en las cárceles del Distrito, demostrándosp con ello la necesi- dad de la ampliación de ese nuestro primer establecimiento peniten- ciario; amplilación realizada ya y cuva inauguración constituirá inio de los números del programa de las fiestas del Centenario de nuestra independencia.
El servicio de identificación de los criminales reiiu-identes. de tan- ta trascendencia en la lucha contra el delito, han recibido también bajo el Gobierno del señor Landa y Escandón mi poderoso ihipulso ; pues se reorganizó bajo bases completamente científicas el gabinete de iden- tificación de la Cárcel General y se implantó por primera vez en la Reprtblica. y acaso en la América del Norte, el sistema de identificación dactiloscópica en la Casa de Corrección para menores del sexo feme- nino, cuyas pequeñas reclusas. á la vez que no necesitan verse sujetas á las molestias del bertillonaje completo, no deben tamnnco. como ocu- rría antes, pasar por los departamentos de la prisión de adultos, con- fundiéndose con éstos y exponiéndose á perniciosos contactos.
Porque ésta ha sido otra de las obras meritorias realizadas ñor el señor Landa : buscar y ayudar de todos modos la regeneración de la in- fancia delincuente y viciosa.
La creación de las dos CaSas de Corrección para menores, la de varones en Tlalpam y la de mujeres en Coyóaeáu, en la forma etí'quff están actualmente, fué de iniciativa suya,, y cualquiera que visite oso.*?
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planteles, se quedará gratamente sorprendido al ver cómo ha procurado hacerse en ellos que, gracias al trabajo, á la separación en grupos se- gún el grado de perversión ó delincuencia de los reclusos, la labor de regeneración de esos espíritus sea una esperanza con multitud de pro- babilidades de éxito.
Aquí, como en todo, el señor de Landa y Escandón da muestras de su interés por las clases desheredadas de la fortuna y de la educación.
Interés que se manifiesta aún más elocuentemente cuando pesa sobre ellas al^cuna de tantas calamidades, de la que no están por sí mis- mos en condiciones de defenderse.
;. Necesitaremos recordar su generosa intervención, no sólo como funcionario, sino también como particular, en las épocas en que los cru- dos fríos del invierno van á hacerse sentir sobre los desdichados que no cuentan con lumbre en el hogar, ni con ropas suficientes sobre su cuerpo?
¿Tendremos que citar sus correrías á través de los barrios más apartados y sucios de la capital, cuando, en las epidemias de tifo, pa- ra vigilar personalmente el cumplimiento de las medidas sanitarias ó estudiar las causas que pueden contribuir al sostenimiento de la pla- ga, no ha vacilado en acercarse á los focos de mayor peligro, dando así el mejor ejemplo que dar pudiera á sus subordinados un mandatario celoso del cumplimiento de su misión?
Cuantos allí lo vieron, alentando con su presencia á los encargados de aplicar las disposiciones sanitarias, estuvieron en condición de apre- ciar la abnegación del funcionario público, la caridad del hombre pri- vado.
Institución de notoria y altísima importancia, debida, asimismo, al señor de Landa y Escandón es el Puesto de Socorros de Policía.
Vino este servicio á responder á urgentes y grandes necesidades que en la práctica se hacían sentir desde muchos años atrás, por lo que se refiere á la curación de los heridos en la vía pública. En efecto, aun- que dotada cada Comisaría de una Sección Médica con personal compe- tente, no era posible que en esas oficinas se practicasen curaciones y operaciones que son ya de verdadero hospital. Los heridos graves lle- vados á esas Secciones Médicas, debían, pues, ser remitidos al Hospi- tal Juárez con ima curación provisoria, y como en el último estableci- miento mencionado, tampoco sería posible que hubiera constantemente médicos de guardia acompañados de los ayudantes necesarios pira ha- cer operaciones serias, pensó el señor Gobernador hacer aún más efec- tiva la atención de los heridos y accidentados, y á su noble idea resDindió la creación del Puesto de Socorros. Está éste dotado de todo el instini- mental necesario para todo género de operaciones por delicadas oue sean, tiene, además, todos los elementos que para las mismas se reqiiie- ren, y sobre todo un personal de médicos, practicantes y enfermeras que. a toda hora del día y de la noche, están listos para impartir sus auxi- lios á los lesionados graves que á dicho puesto son remitidos de las Co- misarías de Policía en un coche autoambulancia, que se adquirió para hacer rápidamente el transporte de los heridos.
Así es como se han podido realizar en el Puesto de Socorros o])e- raciones verdaderamente notables — entre ellas ima sutiu'a del corazón — y .se ha conseguido que disminuya la mortalidad de los heridos graves.
Pero antes de ocuparnos en hablar de la gestión del señor de Lan- da y Escanden en favor de la clase obrera, que sesún anunciábamos merece capítulo aparte, no dejemos de consignar, como otras de las ma- nifestaciones de su deseo de apartar al pueblo de los lugares de corrup- ción y vicio, por cuantos medios están á su alcance, aue á él se debe la organizaoióu de diversiones populares y gratuitas los días festivos en los barrios de la capital, y á él también la creación de xm parque destinado al mismo objeto y que será inaugurado el próximo mes de Sep- tiembre.
Natural es que las cualidades desplegadas por el señor de Landa y Escandón en su gobierno, le hayan granjeado las simpatías seiierales de que goza y la confianza y amistad del señor General Díaz, á l-is nne nuestro biografiado corresponde franca y sinceramente por sii adhesión y su lealtad al colaborar en la masna obra de nuestro gran Presidente.
Muestra elociiente y honrosísima de esa amistad v confianza, lo fué la comisión que se dio al señor Don Guillermo de Landa y Escan- dón cuando, Invitado México pnra hacerse representar en la coronación
de Su Majestad Eduardo VII, rey de Inglaterra, recientemeute muerto, se nombró á aquel con el carácter de Enviado Extraordinario y Minis- tro rienipoteuciario en misión especial ; y, cupo al señor de llanda y Hiscandóu, el alto honor de ser recibido en audiencia especial por ts. M. el rey Eduardo Vil, después de su coronación.
En este punto, parecenos conveniente dejar la palabra á un escri- tor extranjero, que en una importante publicación trancesa decía acer- ca de la estancia del señor de Lauda y Escaudón en Europa, lo siguiente :
"Tal elección, á los ojos de todos, no podía menos de asegurar el prestigio de la Kepública mexicana en circunstancia tan solemne. En Inglaterra hubo la misma unanimidad en telicitarse de que misión de tal importancia tuera couüada á uno de esos hombres que, por su nacimien- to su posición social y su mérito, ocupan en su país un rango eminente y se imponen eu todas partes á la estimación general.
"En Inglaterra tué el señor de Lauda y Escandón objeto de las más halagadoras atenciones.
"i' a en vísperas de regresar á su patria, el enviado de Porfirio Díaz quiso, antes de abandonar á Europa, detenerse de nuevo en París, en donde M. de ¡Selves, pretecto del Sena, le hizo tma recepción de las más cordiales y se puso á su disposición para tacilitarle el estudio de los servicios dependientes de la Preiectura. Por otra parte, M. Escudier, presidente entonces del Consejo Municipal, y sus colegas en éste, hicie- ron al primer limcionario de la ciudad de México, los honores de nues- tro Palacio del Ayimtamiento. Los periódicos de París nos relataron las manifestaciones de simpatía que se efectuaron con tal motivo y cuyo eco tué recogido en México como una nueva prueba de los lazos de amis- tad y mutua estima que ligan tan felizmente á ese país con la Francia.
"El señor de Lauda y Escandón, por su excepcional distinción y su exquisita afabilidad, representa bien al mexicano de la nueva gene- ración : intransigente en asuntos de patriotismo y admirador de las gloriosas tradiciones de lo pasado, pero espíritu abierto para todos los progresos. Conocedor de las necesidades modernas, piensa que los hom- bres de las clases altas tienen el deber de colaborar con todas sus fuer- zas en el trabajo nacional, so pena de decaer, de enagenarse la estima- ción del pueblo y de perder la parte que les toca en la dirección de los negocios públicos."
Debe satisfacernos á los mexicanos ver que uno de los nuestros da motivo para que por escritores extranjeros se hagan apreciaciones tan lisonjeras para el justo orgullo nacional ; y más aún, que los gobiernos de naciones amigas reconozcan esos méritos y condecoren á un hijo del democrático México : el señor de Lauda y Escandón es Oficial de la Orden francesa de la Legión de Honor y Comendador de la Real Orden de Francisco José, de Austria.
Llegamos ahora á la última parte de nuestro trabajo. La obra del señor Gobernador del Distrito, que vamos á narrar en algunas palabras, es y lo sabemos, una de sus hijas predilectas. Después de presentarla al público no haremos un solo elogio de ella. Como todas las obras buenas, como todas las obras grandiosamente nobles, lleva el mérito y á la vez el aplauso en sí misma.
Fuera, sin duda, amenguarlos, querer traducir en la palabra escrita sentimientos que sólo expresaría en toda su intensidad el lenguaje del alma.
El creciente desarrollo que bajo la sabia administración de nuestro actual gobierno ha tenido la industria en el Distrito Federal, debía forzosamente llamar la atención del señor de Landa y Escandón, que en su cuidado por proteger los intereses de la importante fracción te- rritorial de la República puesta á su cuidado, percibió desde luego la necesidad de acercarse á la valiente y noble clase obrera y llevar hasta ella los bienes que su posición le permitía proporcionarle.
En efecto, si es bien cierto que el mutualismo. la protección entre los obreros ha hecho rápidos avances entre nosotros, como lo demuestra claramente la existencia de numerosas sociedades fundadas con ese objeto, también lo es que cada una de dichas agrupaciones sólo abar- ca á los miembros de determinado ramo de la industria.
El señor Gobernador del Distrito quiso ampliar aún más los be- neficios de la idea mutualista. Surgió en su ánimo el proyecto de reu- nir en una misma gran familia á todos los hombres consagrados á las labores de la fábrica ó del simple taller ; de ensanchar los lazos que ha- bían de unir á la clase en general ; de borrar laa fronteras que pudie-
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i'an eucoiitrarse todavía en ellas por cuestión de diferencia de oücios, en una palabra, de buscar para toaos los tüjos del trabajo un motivo de coüesiOu puderoso que íl la vez que los hiciera fuertes euseiiáudoles á connar en su propia ayuda, les abriese uu cuuiiuo seguro y ilauo para apartarse pur si suius ele las causas Ue desmuraiizaciúu ú de miseria con que pudieran tropezar en la vida diaria.
fara ello uaua mejor que la íuudación de una vasta sociedad, que teniendo por un lado el carácter de mutualisuio indispensable, por lo que respecta ai auxilio material, persiguiera como íiu principalísimo también el adelanto moral de sus asociados.
Así iba á nacer á la vida la '".Sociedad Mutual ista y Moralizadora de Obreros del Distrito 1í ederal" y para cuantos de alguua manera pu- dimos ver el empeño tomado por el señisr de Lauda y Escandón para llevar su generosa idea al terreno de la práctica, se nos mostró nuestro biografiado coa todo su valor, con toda su alteza de miras, l'ara uu hombre de su categoría, hubiera bastado comisionar á terceras personas para recoger y organizar los elementos que se necesitaban para el ob- jeto; pero el señor de Lauda y Lscandóu quiso hacer él mismo toda la obra, convencerse por sus propias miradas de cuál era la situación real y presente de la ciase obrera ; inspirar sus sentimientos en los de sus numerosos miembros para poderlos analizar y apreciar mejor ; oír las aspiraciones de la gente laboriosa ; decirla lo que pensaba hacer por ella y constituirse él, desde el primer momento, en el lazo de unión que aproximase á los obreros unos á otros, sin distinción de sexos, ni de edades, ni de protesiones.
La narración de sus visitas á las fábricas del Distrito Federal, á las que dedicaba uno ó dos días de la semana, ha sido hecha ya por casi toda la prensa, i'or ella se vio el entusiasmo, la respetuosa y cari- ñosa cordialidad con que el distinguido funcionario era recibido en los centros de la industria mexicana, los agasajos de que se les hacía ob- jeto y el interés que puso él de su parte en estudiar las necesidades de los hombres, mujeres y niños que reunidos en torno suyo, habláudole con la conhanza y la sinceridad que en ellos despertaba su actitud, ofre- cían á los ojos de los espectadores uno de los cuadros más conmovedo- rameute democráticos que describirse pueda.
El señor de Lauda y Escaudón, en cada una de sus visitas, explicó á los obreros, — y fueron más de quince mil los que en esas excursiones le escucharon ; — explicó, decíamos, cuál era el proyecto que acariciaba en su espíritu ; les demostró, en términos claros, persuasivos, la impor- tancia del mutualismo, y sobre todo, los beneficios incalculables de que el artesano sea siempre moral, lo mismo en su vida del taller como en su existencia del hogar.
Muy lejos de su animo, como quiso insinuarse por cierta prensa en su afán de hacer oposición á todo, el mezclar la política en sus conver- saciones con los obreros, á quienes se dirigían estas.
Era preciso que alguno de los mismos artesanos, en su alocución re- cordase el nombre y los méritos del Primer Magistrado de la Repúbli- ca, para que el señor Gobernador del Distrito, al responder al orador dijera frases tan sencillas, pero tan llenas de verdad histórica y social, como la que reproducimos textualmente en seguida:
"Acaba usted de pronunciar el nombre del señor Fresidente de la República, y aprovecho esta oportunidad para hacer presente á ustedes que ese bienestar relativo de que gozan, que esa tranquilidad de sus fa- milias sostenidas por el trabajo constante y productivo, se deben única- mente al adelanto y al progreso del país, creado primero y cimentado después por el señor General Díaz, cuyo nombre debe llevar grabado en el corazón, todo buen mexicano."
Habrá quienes en tales palabras quieran encontrar huellas de pro- paganda política ; para nosotros no constituyen más que una protunda lección moral y de civismo.
Entre tanto el señor de Landa y Escaudón proseguía dando cuerpo á su proyecto dirigiéndose á personas que estuvieran en condiciones de traer su contingente á la obra cuyos fundamentos ha echado él ponien- do á su disposición la suma de cien mil pesos, tomados de su peculio propio ; .y á los dueños ó administradores de fábricas, que sin duda me- jor que nadie están en aptitud, por su trato constante con los obreros, y por consecuencia, su conocimiento de ellos y de sus necesidades, de apreciar toda la influencia que en esta clase pueden ejercer los medios que se pongan para conducirlos siempre por los senderos de la honra-
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ilez, la moralidad, la salud, el trabajo, y las ventajas, que tanto para los mismos obreros como para sus patrones, habrá de producir una ins- titución de la índole de la que nos ocupa.
Al mismo tiempo, se distribuían entre los obreros de fábricas y ta- lleres, hojas para que hicieran constar su adhesión á los fines de la so- ciedad, explicándoles claramente cuáles son éstos y los requisitos para poder disfrutar de sus ventajas. Hasta el momento en que escribimos las presentes líneas, las adhesiones se cuentan por millares y es induda- ble que una vez instalada definitivamente la sociedad, pocos serán los obreros del Distrito Federal que no se hayan afiliado á ella.
Toda la grandeza de la idea del señor de Landa y Escandón se com- prenderá mejor con sólo que demos á conocer aquí, los fundamentos de esa agrupación que empezará á funcionar en breve y que cuenta ya con sn órgano, '.El Obrero Mexicano," periódico destinado especialmente á difundir entre los trabajadores nociones de orden, de honradez y de laboriosidad.
La Sociedad Mutualista y Moralizadora de Obreros del Distrito Fe- deral extiende su esfera de acción á todas y cada una de las poblaciones del Distrito en donde hubiere fábricas, talleres ó centros de trabajo cua- lesquiera, y admite en su seno lo mismo hombres que mujeres, siempi-e que estén de acuerdo con su objeto y se comprometan á cumplir sus preceptos.
I'^uncionará bajo los auspicios de una Fundación de Beneficencia privada, formada como lo previenen las leyes vigentes del país, y con un capital que so quiere no sea menor de quinientos mil pesos. Estará regida por una Junta Directiva que se constituirá como sigue: por cada cien obros ú obreras del Distrito Federal se nombrará á un delegado que represente á dicho grupo y que deberá ser mayor de edad ; reunidos to- dos estos delegados en asamblea general, elegirán de su seno á los miembros de la .Tunta Directiva, compuesta de Presidente, Vicepresiden- te, Secretario, Prosecretarios y Vocales, encargados de las distintas co- misiones que sean indispensables para la marcha interior de los asun- tos de la corporación, conforme á los estatutos que han de normar los tral)aj<)s de la .Tunta Directiva y de la Sociedad en general.
TjOs mismos estatutos definen las relaciones entre la Junta Direc- tiva de la Sociedad y la Junta de Patronato representante de la Funda- ción de P»enefi<-encia antes mencionada.
Los objetos iirincipales de la Sociedad Mutualista y Moralizadora. son: el mutua lismo entre sus miembros, enseñándoles á desprenderse, en favor de sí mismos y de sus compañeros menesterosos, de una parte ínfima de sus jornales, representadas por cuotas de veinticinco á cin- cuenta centavos mensuales; la ayuda para que todos obtengan trabajo cuando carezcan de él : la ministración de auxilios á los mismos obi'eros en caso de enfermedad ó falta de trabajo justificadas, y á las familias de los trabajadores muertos: la creación de instituciones en que puedan ser asilados, educados é instruidos los hijos de artesanos, durante las horas de labor de éstos, y en general, la educación del obrero, poniendo todos los medios indispensables para darles centros de distracción y cul- tura y alejarlos de los de degeneración y vicio.
Los requisitos más importantes que se imponen á los obreros para formar ])arte de la benéfica asociación son. suscribir la adhesión á que nos referimos á fin de comiirol)ar <iue son obreros tí obreras de fábrica, taller ñ otro centro de trabajo del Distrito Federal: garantizar la buena conducta observada mediante certificación de los dueños ó encargados de las fábricas ó de los tallei'es respectivos, y obligarse á ser honrados y laboriosos, respetuosos de sus deberes para con la patria, para con la sociedad y para con la familia, á no faltar sin causa isleñamente razo- nable á su trabajo y á no frecuentar lugares de vicio, bajo cualesquiera foi'ma que éste pudiera presentarse.
Hen\os querido dar á conocer con algima extensión esta fundación tan benéfica como de consecuencias sociales é individuales de tan alta trascendencia, debida al señor Don Guillermo de Landa y Escandón, porque ella, además de sus actos como funcionario páblico. será, á no dudarlo, una de las más preciadas obras que le hagan a<^reedor á la es- timación, al respeto y á la simpatía de sus conciudadanos.
Ella pinta por sí sola al hombre: ella deja traslucir con elocuente l>r¡llo toda la bondad que se encierra en ese corazón, toda la percepción clara de las necesidades de sus gobernados que hay en esa inteligencia, toda In enérgica y bien dirigida constancia que constituyo esa volmitad.
2R.">
El señor do Landa y Eseandón puedo estar satisfeeho. ITn oiinipli- do 5'a cou uno de los más grandes preceptos que la naturaleza impone pa- ra la conservación y progreso suyos y de sus criaturas más queridas, los hombres : ha laborado y ha laborado bien.
Pero bien sabemos que no dará por terminada la misión que se ha impuesto. Su actividad persistirá y buscará otros campos en que hacer sentir su acción, y cuando llegue al fin de la carrera y vuelva los ojos atrás y contemple lo hecho, podrá experimentar la cíulce recom- pensa que sólo queda reservada á los seres que fueron siempre rectos^ qiie fueron siempre justos, que fueron siempre buenos.
iSC)
DIRECTORIO MERCANTIL DE MÉXICO,
POR AUGUSTE SALDIEN.
AL PUBLICO.
El siguiente Directorio contiene la mayor parte de las casas comerciales de importancia en México. Nuestro principal objeto al publicarlo es más bien dar una idea demostrativa del progreso que el país ha alcanzado du- rante el último tercio de centuria, que el presentar una lista de casas de co- mercio; sin embargo, el autor abriga la esperanza de que el Directorio pue- da ser útil en ambos sentidos.
México, Octubre 1" de 1910.
ADAM, ROBERTO, ingeniero consultor de Sir Weetman Pearson and Son. Atiende asuntos de ingeniería en ge- neral. Abrió su oficina en 1908. — 4'' calle Humboldt, México. D. F.
AGENCIA COMERCIAL Y MARÍTIMA DE BERGAJí, HEYNEN & Co.— 1" de Tacaba Núni. 6. México, I). F. — Son agentes de vapores y aduanales, co- misionistas, estivadores y contratis- tas de fletes. Además de la casa en México tiene otra en Tampico, Tam. Representan á la Hamburg Ameri- can Line y á otras compañías de vapores. Los socios gerentes son los señores Cari Heynen y Richard Eversbusch; y uno de sus represen- tantes es el señor A. L. Van Antwerp.
AGENCIA DE LAS MAQUINAS PAR- LANTES "VÍCTOR."— Avenida Juá- rez Nxini. 12. México, D. F. Expenden en la República las máquinas par- lantes de la fábrica "Víctor" Talking Machine Co., de Camden, N. J., Es- tados Unidos. El representante es el señor J. V. Schmill. Establecida la Agencia en 1902.
AGENCIA DE POLICÍA PRIVADA T DE INFORMACIONES, S. A.— Cade- na Núm. 10. México, D. F.
AGENCIA DE "LA UNIVERSAL," fá- brica de "Anti-Selenita." — 1* calle Ancha Núm. 9. México, D. F. — La fá- brica se halla en Monterrey, N. L., siendo su propietario el señor Ge- rónimo Elizondo, quien ha logrado hacer conocer su producto en el ex- tranjero. La Anti-Selenita está des- tinada á desincrustar las calderas de vapor. El agente para el Sur de la República es el señor Mauricio Gó- mez, cuj^a dirección es la dicha al principio.
AGENCIA INTERNACIONAL DE PA- TENTES.— 1" calle de Nuevo Méxi-
co Núm. 11. México, D. F.— Se esta- bleció en Junio de 1906, dedicándo- se á solicitar patentes y registros de marcas, á dar consultas relaciona- das con estos asuntos, y á todo lo que se refiere á modelos industria- les, propiedad artística, literaria é industrial. Dirige esta agencia el se- ñor Julio Grandjean.
AGüILAR, PONCIANO, Ingeniero de Minas. — Guanajuato.
ALEXANDERSON, PABLO.— Calle de Cadena Núm. 12. México, D. F. — Es
agente apoderado de las compañías de seguros "La Nacional Prusiana" y "The Liverpool and London and Globe:" establecido en 1889.
ALLEN & Cía., Sucs., S. A., agentes ge- nerales para la República, de máqui- nas de escribir, de coser, bicicletas y pianos de varias fábricas extranje- ras.—Avenida de San Francisco Núm, 1. México, D. F.
ALLIS CHALMERS COMPANY. — La
Mutua 407. México, D. F. — Esta com- pañía tiene siete plantas ó fábricas, la más importante de las cuales es la de West Allis, Wis., Estados Uni- dos. Fabrica motores de todas cla^ ses, generadores eléctricos, bombas, aserraderos, molinos de harina, ma- quinarias para minas, para fabricar cemento, para transmisión de fuer- za, etc. El representante en México de esta empresa es H. C. Holthoff.
ALONSO. VICENTE F, Propietario: de "El Tío Pepe," Avenida 16 de Sep- tiembre y callejón de Dolores. — "La Imperial," 2"^ de Santa María y 4^^ de la Colonia. — "La Maríscala," I'' de- Tacubaya y de la Maríscala. México, D. P.
"AL PUERTO DE LIVERPOOL." Al- macén de ropa de los Sres. S. Bar-- bier y Cía., Sucs. — León, Estado de- Guanajuato. — Estos almacenes fue- ron establecidos el año de 1874.
ALUMBRADO ELÉCTRICO DE GUA- NAJUATO. Establecido en 1885.— Durante 9 años la Compañía traba- jó sus dinamos con planta de vapor, pero desde el año de 1908 obtiene su fuerza eléctrica de la "Guanajuato Power & Electric Co." Provee de luz á la ciudad de Guanajuato. La insta- lación de este alumbrado eléctrico costó $900,000.— El señor F. Heinic- kel es el gerente.
ALYAREZ H>'OS. Propietarios de la Fábrica de ¡Mosaicos y Piedra Arti- ficial.— Querétaro. Calzada Juárez ^úms. 15, 1(5 3' 17. — lüsta fábrica fué establecida en 1908. AMERICAN CAIÍDBOARD C03ÍPAM, S. A., Sucesores de la Cía. Cartone- ra Mexicana. Tiene el escritorio y la fábrica en la Calle Particular de la 2" de Cuauhtemotzin. México, D. F. Como su nombre indica, su negocio consiste en artículos de cartón. Se estableció en 1887. Su presidente es el señor K. M. Van Zandt y su ge- rente, C. H. Ward.
Este señor Ward es también pro- pietario de la empresa que, con el nombre de "American Tag and Pa- per-box Company," tiene su fábrica y despacho en la Calle Particular de Nava, y fabrica etiquetas de colgar, cajas de cartón, cajas y casilleros para huevos y frutas, archivos para cartas, etc. Este último negocio se estableció en 1900. «AMERICAX PÍAAO C03IPAM," S. A. — Esquina de San Jiian de Letrán y jVuevo México. México, D. F. — Son representantes de varias casas ex- tranjeras constructoras de pianos. El presidente de esta Compañía es el Doctor Chas. M. Harrison. Se es- tablecieron en 1905, y su capital es de $100,000.
El mismo Doctor Harrison fabri- ca, desde 1897, las "Pildoras Nacio- nales" contra calenturas y otras en- fermedades, teniendo este negocio en la Avenida de San Francisco, Nú- mero 13. AMERICAX STEEL COMPANY. Re- presentante General: H. A. Souther. Edificio La 3íuíua. México, D. F. AMERICAN INDERTAKING COMPA- NY.—Esquina de la Avenida Juárez y San Dieíio. México, D. F. — Es esta una compañía americana que se encarga de inhumaciones, embalsa- mamientos, exhumaciones, etc. Es- tablecida en 1907. ANTIGUA maderería DEL CABA- LLITO.—3' Calle de ?liaa Núm. 2. México, D. F. — Ei propietario, señor Eutimio Cervantes, establecido ha- cia 1856, trafica en maderas del país y norte-americanas. ARAGÓN Y SOBRINO, Jl LIAN.— Ye- racruz, Yer. — Almacén de Ropa, Gi- ros, Comisiones y Consignaciones — Establecido desde el año 1875. ARANDA, SUCS., ENRIQUE F. 1907. Propietarios de la Tenería "La Pe- letera," en la ciudad de León, Esta- do de Guanajuato. — Son también propietarios de las haciendas lla- madas "'Lagunillas," "Cerrogordo," "Echevesti," "San Antonio" y "San
José del Carmen," cuyos productos son: maíz, trigo, cebada, frijol, al- falfa, garbanzo, habas, etc. Estas ha- ciendas tienen una extensión total de 220 caballerías. El Licenciado Don Enrique O. Aranda es Procurador de los Ferrocarriles Nacionales de Mé- xico.
ARANDA, MANUEL G., Ingeniero de Minas. Establecido en Guanajuato. — - Sopeña Núni. 11.
ARBUCKLE BROS, Compradores de Café. Gerente, A. H. Me Lean.— Ja- lapa, Yer»
ARCE, MANUEL."3^ de Guillermo Prie- to.— Distribución de Pulques en la capital.
ARENA Y CÍA,— Avenida del 16 do Septiemijre Núm. 43. México, D. F.
- — Son propietarios de la Papelería "El Lápiz del Águila." Venden pa- peles, sobres, libros en blanco, co- piadores de cartas, y tienen impren- ta, encuademación y depósito de lá- pices de la "Eagle Pencil Compa- ny" de Nueva York. Tiene quince años de establecida esta casa.
ARENZANA N. Y CÍA, S. en S. Com- pañía Mexicana de Cal Hidráulica, Ce- mento y Materiales de Construcción. Tiene la fábrica en Guedalupe Hi- dalgo, D. F., y el despacho en la ca- lle de Santa Clara, Núni. 22, Méxi- co, D. F. Su gerente es el señor Ni- colás Arenzana. Posee la compañía dos yacimientos de caliza, uno en Santa Clara de Irolo, Estado de Hi- dalgo, y otro en Guadalupe Hidalgo, D. F. Fabrica cal hidráulica, cemen- to, ladrillo hidráulico y ladrillo re- fractario. Fué fundada primero en 1891, en la I"" calle de Granada, Mé- xico, por el Ingeniero Teófanes Ca- rrasco; mas, habiéndola comprado el señor Vesin, en 1898, la trasladó á Guadalupe Hidalgo y formó una compañía anónima para desarrollar la negociación.
En 2 de Agosto de 1906 se disolvió la negociación anónima y el 20 de Septiembre del mismo año fué ena- genada la asociación á sus actuales dueños, los señores N. Arenzana y Cía., S. en C. ARMENDARIZ, P. M., agente de: Ame- rican Car and Foundry Co., Ameri- can Locomotive Co., American Foun- dries. Despacho: Edificio de la Com- pañía Bancaria. México, D. F. "ARMERÍA AMERICANA."— Avenida de San Francisco Núm. G6. México. D. F. — Agencia de las pistólos Colts; talleres de reparación y niquelado; armas, municiones, etc. Pertenece á A. Combaluzier y tiene 47 años de establecida.
Hotel Ciilk)\v.
Empresa de Teléfonos Eiicssou.
Hotel Lara. El Smtiilor,
EDIFICIOS MODERNOS. :\IEXI('0. I). F.
AlíRATIA, MA>-UEL, Ingeniero civil. — talle de Taouba >"iíiii„ 2L Méxi- co, D.. F. — Entre los trabajos em- prendidos por este ingeniero se cuenta la construcción del Merca- do de Toluca. Se estableció en Mé- xico en 1908.
ARTOLA, FEIÍ3IIX, propietario de la Carpintería Mecánica. — Calle de Pi- meiitel ííiíin. S. Puelda. — Estos talle- res fueron establecidos el año de 1906. Mantienen siempre surtido comple- to de madera arreglada para cons- trucciones.
ASOCIAtlOIV FIIVAiVCIERA INTER- NACIONAL.—Ayeiiida de la ludepeii- dencia Núiii. 8., México, D. F. — El ob- jeto de esta institución, es el de pro- mover la inversión de capitales ex- tranjeros y la inmigración en esta República y para ello, cuenta con el apoyo directo del Gobierno cen- tral y de los gobernadores de los Estados. Publica el boletín mensual que lleva su nombre; proporciona datos y facilidades de todas clases á los extranjeros que intentan inmigrar •ó invertir capitales en este país.
El cuerpo de directores de esta asociación se compone de personas muy prominentes, entre las cuales mencionaremos las que siguen:
Senador Sebastián Camacho, pre- sidente del cuerpo de directores del Banco Nacional de México y presi- dente de la Compañía Telegráfica Mexicana; Manuel Pereda, gerente del Banco Nacional; Senador Anto- nio Hernández, director del Banco Centra] ; Director General, Senador José Castellot.
Fué fundada esta institución con- forme á un contrato celebrado con el Gobierno y que apareció en el Diario Oficial de 8 de Mayo de 1905.
AUBIFFRED, V., y Cía. Cajón de Ro- pa.— Oaxaca, Oax.
B.INCO INTERNACIONAL E HIPO- TEC.VRIO DE MEXICO.-Esqwiua Ca- dena y Colegio de Niñas. México, D. F. — Gerente, Ricardo Honey.
BANCO MEXICANO DE C03IERCI0
E INDUSTRIA Calle de San Agu.s-
tín Nnni. 7. México, D. F.
BANCO MEXICANO DEL TRABAJO (sin concesión). — Calle de Ortega Niiui. 28. México, D. F. — Las opera- ciones que practica este Banco son las siguientes: Recibir depósitos con ó sin interés; hacer préstamos á los empleados, con garantía de su suel- do, ó de prenda ó firma; auxiliar á sus subscriptores en los casos de enfermedad, lesiones, accidentes ó pérdida de empleo, etc. Su gerente ■ es el señor C. C. Cornejo, su capi- tal es de $200,000 y fué fundado en 1901.
BANCO NACIONAL DE MÉXICO.— Ca- puchinas y Espíritu Santo, México, D. F. — Sucursales y Agencias en to- da la República.
Gerente: Javier M. Cancino.
BANCO ORIENTAL DE MÉXICO, S. A. — Puebla. — El capital social es de $6.000.000. Tiene Agentes y Co- rresponsales en todas las principa- les ciudades de la República y en los centros importantes del exte- rior. La emisión de billetes es de $5.300,000, de los cuales $3.543,975 están en circulación. — El Presiden- te del Consejo de Administración de esta importante institución es el Sr. D. Manuel Rivero Collada.
BAÑOS SULFUROSOS.- Avenida P. Díaz y M. Martínez, Puebla. — Estos Baños son conocidos aún fuera del Estado y son famosos por sus propie- dades medicinales.
BAÑOS "LA VICTORIA," Calle de Vic- toria, Núni„ Ó5. Méxco, D. F. — Tiene servicio nocturno hasta las nueve de la noche; estufas de aire caliente y vapor, baños de tinas y de rega- dera, y pozos artesianos de 255 me- tros de profundidad. Fueron estable- cidos en 1903. Su propietario, el se- ñor Fernando Veraza.
BARRIO.V, FRANCISCO, y Cía. Co- merciantes y Representantes de las Cervezas de Toluca. — Oaxaca„ Oax.
AUERBACH, A. F.— Avenida Cinco de Mayo Niinu 6. México, D„ F. — Es re- presentante de H. W. Johns-Manvi- lle Co., propietarios de minas de as- besto en Danville, Canadá; manufac- tureros de productos de asbesto y magnesia.
AU PETIT LOUVRE, Sastrería, Cami- sería, Sombrerería y Calzado. Props. Giovenile y Fernández. — Jalapa, Ver.
AUTO-GARAGE FRANCO-ITALIANO. Talleres mecánicos de Ubaklo Bas- sini. — 4'' calle de Revillagigedo Núni. 51. México, D. F. — ^Comercio y repa- ración de coches, automóviles de ga- solina y eléctricos, canoas automó- viles y accesorios, tales como faro- les, linternas, carburadores, corne- tas y sirenas. Establecido en 1909.
"AUTO-PALACE" de Z. Clement.— Avenida Morelos Núni. 28, México, D. F. — Comisionista é importador co- merciante en bandas de algodón y cuero, tubos de cuero, maquinarla para talleres, ejes y muelles france- ses, bicicletas, motociclos, etc. Es- tablecido en 1900.
AUTOTAXIMETROS MEXICANOS, S. A. — Avenida Juárez Núras. 89 á 91. México, D. F.— Posee 80 coches tax., marca Revault, y un capital social de $500,000. Tiene por presidente al señor Jacinto Pimentel y por geren-
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te al señor A. A. Miranda. Se esta- bleció en 1909. AVELINE. P^ A A. DELAI \>T>F.— Ca- lie de íiante >úni. 1. ^í T>. F.
— Fitos señorías son lo- an-
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li^. ui.i i.r- M»- »,.¡,- .--v '-irtijlecieron en México en 1906.
BALSA HERMA>OS, Gran F.V - " "- Tabacos y Cigarros "La Veraomr, Ver. — Casa es;^..,^^.^» desde 1864.
BAX O DE <•' cieiad ai millones . en Irapuato, ' MIch. Es Banf
billetes en circulación acuiaiineule por valor de $1.015.410. El señor J. P. Biistamante es el Oerente.
BAX'O DE íií ERKEKÍK S. Afína- la, íinerrero. — E.stablpcido en 1906. Capital social: J.íOó.tiOO. Gerente: Eduardo L. Antúnez.
BAXO DE LO>DKES Y MEXH O. — (alie de Lerdo >úin. 3. Méxiro. D. F.— Gerente. W. B. Mitchell.
BAXO DE )IO\TKK\! México». — Editirií» de I . xloo. D. V. — (.ierente, .1. ders.
BAXO DE OAXAfA. S.
social $1 000.000. — Oaxara, E»tadn de <»ax.
BANCO DE QIERETARO. Sociedad anónima con capital ' de pesos. Tiene su d< en Joan Cahallero ^ ' de la ciudad de (.' sidente actual f'*^' nistración es • ney y el Vicí-;
Nicolás del Moral. Este Banco es de emisión. La emisión actual de sus billetes es de $1.319.000. de los cua- les existen en circulación en poder del público. $1.062.835.— Tiene Su- cursal establecida en Irapuato.
BA>rO HIPOTErARIO DE (RÉDITO TEHHITOKIAL MEXIfANO.— ( alie de Tihnrcio >úm. !•». .México, D. F. — Gerente. Donato de Chaneaurouge; Sub-Gerente. J. J. Leinmens.
BAYO>>E T COMFARÍH.— Calle de Cadena \nm. 17. México, D. F. — Se
asocisron esto5 dos señores en 1901, dedicándose al desempeño de comi- siones y á la representación de ca- sas extranjeras. Su especialidad es la de los vinos y licores.
BELLO HERMANOS. Cajón de Ro- pa. Novedades, Modas. — Oaxaca, Oax.
BEMTO. C„ T CI.V. Sncs.— Teraomz,
Ycr. — Ropa. Establecida en 1S60.
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BOARDMA>. H., A • pañía Núm. 10.
la Fábrica d-
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señores H. Boardmaii y
D. Hardaker.
BOLETIX FINANCIERO Y > K DE MEXK (».— Cale de Tíhnr ' mero 25. — S«^
trata con es- tos que indií^ pietario y a
I. El presente
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burg Amerlka Llnle.— Ropa. Comi- siones y Consignaciones.
HrsTAMANTK lil I'KHTO 1». & ( I.V.
Almacenistas de .Maderas. Espinóla >úms. 7, 9 y 11. I'uelilii.— Ksta casa recibe sjis maderas exclusivamento de los renombrados aserraderos de San Josó de los .Molinos y Tenexte- pec (Perote — V'eracruz). Tiene sus depósitos y escape del V. C. I. en las calles 8* y 4* de la Inilnslria Núm. £. — Ksta negociación ínó establecida en IMU.
( AKKII.KS. M ( IMM». I' cale de IIh- carell >úm. IS. .México, I). F.— Depó- sito de .Vgnas .Minerales "La Cruz Hoja."
( A!»K>A, MAKIN Y ( lA^ Siicr.-Ave- nida Julirez >úni 14. .México, 1>. F.
— lm|M)rta niiu'blcs americanos y bi- cicletas. Kstablecido en 1S97.
(AFK KKSTAIHANT DK TIIAIM L- TEI*Kr. Prop. K. Hayonne; Gerente, Mnxtme .\vmerlc. Establecido en isy».— .México, I». F.
CAFE KFSTVIKAM' r<M.(>\. V. j^a. Carrillo v t'la. Kel'orina ) 1' de las Artes. México, I). F.
ÍA.IV l»F rHFST\MOS |'V|{\ (HMtAS IIK IKKK. V4 IO> \ F(»>IKMO DE LA A(il(l( ( I/n HA, S. A.— Esta corporiK'lc'ii» resido «mi la capital de
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sociedad eu l^ü, en virtud de la con-
te al señor A. A. Miranda. Se esta- bleció en 1909. AVELI>E„ P., & X, DELALAM)E.— Ca- lle de Gaute >úiii. 1. 3Iéxico, D. F.
— Estos señores son los representan- tes en México de las fábricas de fo- nógrafos y cinematógrafos Pathé Hermanos de París. Se establecieron en México en 1906.
BALSA HERMA^'OS, Gran Fábrica de Tabacos y Cigarros "La Prueba." Veracruz, Ver. — Casa establecida desde 1864.
BAXCO DE GrA> AJUATO, S. A.— So- ciedad anónima con capital de tres millones de pesos. Tiene sucursales en Irapuato, Guanajuato y Zamora, Mich. Es Banco de emisión, y tiene billetes en circulación actualmente por valor de $1.015,410. Ei señor J. P. Bustamante es el Gerente.
BAXCO DE GUERRERO, S. A.— Igna- la, Guerrero. — Establecido en 1906. Capital social: $.500,000. Gerente: Eduardo L. Antúnez.
BANCO DE LONDRES T MÉXICO. — Calle de Lerdo Núm. 3. México, D. F — Gerente, W. B. Mitchell.
BAXCO DE JIOMREAL (Sucursal ea México). — Edificio de La Mutua, Mé- xico, D. F. — Gerente, J. S. C. Saun- ders.
BANCO DE OAXACA, S. A.— Capital social $1.000,000.— Oaxaca, Estado de Oax.
BANCO DE QUERETARO. Sociedad anónima con capital de un millón de pesos. Tiene su domicilio social en Juau Caballero y Osio Núm. 13
de la ciudad de Querétaro. El pre- sidente actual del Consejo de Admi- nistración es el Sr. Don Ricardo Ho- ney y el Vicepresidente el Sr. Don Nicolás del Moral. Este Banco es de emisión. La emisión actual de sus billetes es de $1.319,000, de los cua- les existen en circulación en poder del público, $1.062,835.— Tiene Su- cursal establecida en Irapuato.
BANCO HIPOTECARIO DE CRÉDITO TERRITORIAL MEXICANO.— Calle de Tiburcio Núm. 18. 3íéxico, D. F. —
Gerente, Donato de Chapeaurouge; Sub-Gerente, J. J. Lemmens.
BATONNE Y COMPAROT.— Calle de Cadena Núm. 17. México, D. F. — Se
asociaron estos dos señores en 1901, dedicándose al desempeño de comi- siones y á la representación de ca- sas extranjeras. Su especialidad es la de los vinos y licores.
BELLON HERMANOS. Cajón de Ro- pa, Novedades, Modas. — Oaxaca, Oax.
BENITO, C Y cía. Sucs.- Veracruz,
Ver. — Ropa. Establecida en 1860.
BEREA O'KELLY Y CÍA. José E. O'Kelly se estableció en México, D. F., en 1893, y su firma se convirtió en la O'Kelly y Cía. en Junio de 1908. Es presidente y gerente general Jo- sé E. O'Kelly, y Guillermo S. Berea vicepresidente. Son comerciantes y comisionistas y tienen la agencia de muchas líneas de vapores del Atlán- tico, Golfo de México, etc.
BERGNER, PABLO, SUCS., GUILLER- MO BACH, S. en C— Esta casa, es- tablecida en 1894, tiene la represen- tación en la República mexicana de las fábricas de Fried Krupp, Essen y Fried. Krupp-Grusonwerk, Magde- bourg-Buckau. Además tienen la re- presentación de las grandes fábricas de Felten & Guillaume-Lahmeyer- "werke, Carlswerk, en Muelheim a. Rhein, y Dinamowerk, en Frankfurt; J. Pohlig Act. Ges., Colonia, y otras fábricas de primer orden.
Las especialidades de la casa son, además de materiales de guerra de toda clase, cualesquiera materiales para ferrocarriles, maquinaria para la minería y haciendas de beneficio, cable-vías aéreas, motores de gas pobre y de petróleo, etc.
BERNAUD, IVELZ Y CÍA Ayenida .>
de Mayo Núm. 32. México, D. F.— Re- presentantes de casas extranjeras para toda clase de maquinaria.
BERTRA3I, AMERICO, Representante de V. Fournier & Co., Chateauneuf. Copiac. — Calle Isabel la Católica Núm, 1. México, D. F.
BESSONART, MARTIN.— Agente de
Negocios y Comisionista. — León, Es- tado de Guanajuato. — Establecdo en 1893. Se ocupa en la compra y venta de toda clase de cereales y artícu- los del país. — El señor Bessonart es agente del Banco de Guanajua- to, y tiene la agencia de la máquina para extraer agua, "El Fénix."
BILTTROLFF, EMILIO, A. EN P Pro- pietarios de la Ferretería y ^Mercería Alemana en León, Guanajuato. — Ha- cen importaciones directas. Esta ca- sa fué establecida en 1882.
BOARDMAN, H.. k CÍA.— Puebla, Com- pañía Núm. 10. — Representantes de la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón "La Esmeralda," del señor Ramos Arizpe (Estado de Coahuila). Los socios de la compañía son los señores H. Boardman y Guillermo D. Hardaker.
BOLETÍN FINANCIERO Y MINERO DE 3IEXIC0.— Cale de Tiburcio Nú- mero 22. — Se publica diariamente y trata con especialidad de los asun- tos que indica su nombre. Su pro- pietario y administrador es el se-
ñor R. Amilien Lacaiid. El presente año es el duodécimo de su publica- ción, habiéndose establecido en 1898.
Tiene también á su cargo el señor Lacaud un servicio telegráfico de cotizaciones, establecido desde 1901. Este servicio consiste en transmitir á los subscriptores, diariamente y por telégrafo, las cotizaciones mer- cantiles.
Además, tiene el señor Lacaud, ffesde 1900, i;- agencia en íléxico de la British America Assurance Com- pany.
En el callejón de Santa Inés, Nú- mero 5, se halla la "Imprenta La- caud," en donde tiene talleres de imprenta, fotograbado, estereotipia y electrotipia, ocupándose en ellos unos 100 operarios. BOLI F. O. Casa amplificadora de re- tratos.— 2' Revillí'igig'edo IVúm. 24. México, Do Fo BOLSA MERCANTIL DE MÉXICO, S. A. Esta institución, cuyo capital es de $20,000, hace transacciones de valores del país y extranjeros, los que compra y vende. Cuenta 150 miembros, teniendo por presidente al señor Cipriano Rodríguez y por gerente el señor Zeferino A. (íari- bay. BOILIGA Y & SCHMIDT, SICR.— 1^ de K^uevo México Níim„ 22o México, D. F. — Tiene fábrica de lil)ros en blanco, imprenta, encuademación y talleres de grabado en acero y cobre. El ge- rente es el señor Carlos Schmidt, y el apoderado general el señor Alfre- do Hass. Se estableció hace 18 años.
BOFTET, R., & ISHERWOOD, S. eu C,
Sucesores de la Droguería Belga, S. A., Establecida en 1849. — Despacho y Almacenes: Calzada de San An- tonio Abad Niim. 4. México, D. F.
BRASCHI, VÍCTOR M., & Co., Ingenie- ros y Contratistas. Maquinaria. — Ca- lle (le Cadena ]Vüni. 2. México, D. F.
BRET, ENRIQUEo Veracniz, Ver.— Ex- portaciones.
BRITISH LMPORTERS, S. A, Maqui- naria.— Gerente: F. T. Bergér. — Ca- lle Cadena ]Vúmo 21. México, D. F.
BRF>'EL, E.n Ingeniero Arquitecto. — Irapiiato, Gto.
BRr> SWICK- BALKE" COLLENDER Co. Almacén de Mesas de billar y muebles para cantinas. — Znleta ?íú- mero 15. México, D. F.
BULCAEy, OMER. Pintura y Decora- ción. Establecido en México en 1899. Domicilio: 1' de Ciiauhtemoc ]Vúm. 4. Popotla, Do Fo
BUSIXG, GUILLERMO y Cía. Sucs.— Veracruz, Ver. — Agente de la "Ham-
burg Amerika Linie. — Ropa, Comi- siones y Consignaciones. BLSTAMANTE RUPERTO P. & CÍA.
Almacenistas de Maderas. Espinóla IVúms. 7, 9 y 11. Puebla. — Esta casa recibe sus maderas exclusivamente de los renombrados aserraderos de San José de los Molinos y Tenexte- pec (Perote — Veracruz). Tiene sus depósitos y escape del F. C. I. en las calles 3" y 4' de la Industria Núni. 2. — Esta negociación fué establecida en 1894.
CARRILES, LUCINDO, 1=' cale de Bu- careli Xúnio 18. México, D. F. — Depó- sito de Aguas Minerales "La Cruz Roja."
CADENA, MARÍN Y CÍA., Sucr.— Ave- nida Juárez Núni 14. México, D. F.
— Importa muebles americanos y bi- cicletas. Establecido en 1897.
CAFE RESTAURAN T DE CHAPUL- TEPEC. Prop. E. Bayonne; Gerente, Máxime Aymeric. Establecido en 1899.— México, D. F.
CAFE RESTAURANT COLON. Vega,
Carrillo y Cía. Reforma y 1" de las Artes. México, D. F.
CAJA DE PRESTAMOS PARA OBRAS DE IRRIGACIÓN Y F031ENT0 DE LA AGRICULTURA, S. A.— Esta corporación reside en la capital de la República mexicana y está cons- tituida por los Bancos Nacional de México, de Londres y México, Cen- tral Mexicano, y Mexicano de Comer- cio é Industria, con autorización y ayuda del Gobierno Federal. Hace préstamos con garantía, hipoteca ó prendaria; emite obligaciones ó bo- nos con ó sin la garantía del Go- bierno, pero con permiso de éste; compra y vende bonos hipotecarios; gira y endosa letras de cambio y ha- ce las demás operaciones corrientes de banco, pero sólo cuando son el resultado de los préstamos que efec- túa ó de la negociación de sus pro- pios títulos. El objeto primordial de la institución es el de facilitar fon- dos á plazos largos y con rédito mo- derado á las empresas nacionales de irrigación y á las de agricultura y ganadería. El Consejo de Adminis- tración está compuesto de un pre- sidente, que lo es el Lie. Luis Elgue- ro; dos vicepresidentes, que son Don José Sánchez Ramos y Don Fernando Pimentel y Fagoaga; doce consejeros, cuatro comisarios, y un gerente, que lo es Don Manuel de Zamacona é Inclán.
El capital social es de $10.000,000, representado por 100,000 acciones de á $100 cada una. Se constituyó la sociedad en 1908, en virtud de la con-
cesión otorgada por el Gobierno en el mismo año.
CASTILLO, JOSÉ, comisionista.— Ar- cos de San Agustín >'úui. 6. México,
D. F. — Es representante de la Cer- vecería de Toluca y de la compañía "El Águila," y tiene una sucursal en Huicliapan, Hidalgo. Se estableció en ISSO.
CHAIGXAIT), Jl'A> 31.— ó^ de Revi- llagig:edo .\úni. 63. 3Iéxico, D. F. — Se
encarga de trabajos de pintura y de- coración. Se estableció en 1904.
CERTECERIA CENTRAL. Tiene su planta en la Colonia de Santa María, á la orilla de la ciudad de México. Fabrica las cervezas de las marcas "Prima," "Bohemia," "Salvator" y "Pilsner." Trabaja con una fuerza motriz de 125 caballos. Su presiden- te y gerente general es el señor Ein- haus, y su superintendente el señor Meyer. Se estableció como sociedad anónima en 1901, pero la fábrica fué fundada en 1899, bajo la razón so- cial de Carlos Fredenhagen & Co.
CERVECERÍA CUAUHTEMOC, S. A. de 3Ioiiterrej'. — Agencia en México, 3^' Peralvillo Núm. 1.
CERTEÍ ERLV DEL LEOX.— 4^ de San Francisco del C'oecillo, León, Esta- da de Ciínanajuato. — El propietario de esta Cervecería es el señor J. Ki- lian. Fué establecida en 1897.
CERVEC ERIA MOCTEZUMA, S. A. Es- tá establecida en la ciudad de Ori- zaba. Estado de Veracruz, desde 1896. Su producción en dicho año fué de 10,000 barriles, y en 1908, de 200,000. Cuenta la fábrica con una fuerza motriz hidráulica de 1,000 ca- ballos. Sus empleados son 650, de los quales 558 son hombres y 92 muchachos, quienes trabajan á las órdenes de tres cerveceros, siendo jefe de todos el señor Otto Neumaier. El gerente general de la Cervecería es el señor F. Suberbie. Agencia en
México: Atenida Cinco de Mayo.
«CERVEC ERLV PORFIRIO DÍAZ." Se
halla en Cuernavaca, Mor., y fué es- tablecida en 1898. En 1907 la com- pró el Dr. Manuel López Estrada, quien reside en C'ordol)anes >'úm. 18. México, D. F.
CHAVEZ, F., E HIJO. Constructores de toda clase de obras en mármoles y piedra. Casa fundada en 1897. — Ve- racrnz, Ver.
CHICO, CARLOS, LlC— El señor Lie. Chico se recibió de abogado hace 33 años y ha estado siempre radicado en Guanajuato. Su dirección actual es Cantarra^tas >i'ini. 1. Es, además.
propietario de dos haciendas situa- das en jurisdicción de Silao y lla- madas "El Cuesillo" y "La Sosa."
CHRISTLIEB Y RUBKE, 2' de la Mon- íerilla >úni. 2. México, D. F. — Los
negocios empezaron en 1870 bajo la firma de Schultze y Cía. y pasaron en 1890 á la firma actual. Son re- presentantes de la Hamburg-Ame- rika Linie," de la compañía de se- guros marítimos "La Mannheim," de la compañía de seguros contra in- cendios "La Magdeburguesa," y des- empeñan comisiones de casas ex- tranjeras en general.
CIBERT J. ROrSTAX SLT. Su despa- cho en México se halla en el edifi- cio del Centro Mercantil, >'úni. 16, y
el que tiene en el Puerto de Vera- cruz, en la Avenida de llórelos >ú- niero 17. Es comisionista y agente aduanal. Se estableció en 1894.
CIFIENTES, AXTOMO. — Avenida Cliapultepec ]N'úm. 1,218. 3Iéxico, D. F. — Tiene talleres de decoración en yeso y se ocupa de ornamentación y pintura de varias clases. Se esta- bleció en 1906.
CLE3IENTE JACQUES Y CÍA. Tiene sus almacenes y escritorio en la calle de Don Juan Mannel Xíini. 6. México, D. F. — Su giro principal es el de abarrotes al por mayor, tlapa- lería y papelería; pero posee en Oa- xaca la hacienda de Intacuiñe, en Jojutla, Morelos, un molino de arroz, y en la plazuela de San Lázaro, de esta capital, fábricas de munición, de tapones de corcho y de conser- vas alimenticias. Se fundó esta casa en 1887.
COLOMA EL VALLE, S. A.— Avenida del Cinco de Mayo >i'ini, 32. México, D. F. — La Colonia del Valle, que constituye el negocio de esta com- pañía, tiene una extensión de terre- no de 4.881,000 metros cuadrados. Se formó la compañía en 1908; recien- temente se ha reorganizado con un capital de $3.000,000.
compañía A3IERICA>A MAM'FAC- TIRERA DE ÍIIEBLES.— Avenida del 16 de Septiembre ]Vúni. 6. Méxi- co, D. F. — Fábrica de toda clase de muebles para oficinas, almacenes y residencias. La factoría está en la antigua hacienda de La Teja. El se- ñor Walter B. Hull es el presidente y gerente general. Se estableció en 1893.
CIA. AM>CIADORA MEXICANA, S. A. — Avenida del Cinco de Mayo Núni, 32. México, D. F. — Se estableció en 1903. Su capital es de $100,000 y su presidente y gerente general, el se- ñor O. B. Hachenberger.
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CO-UPAÑIA BANCAEIA DE PARÍS Y iííEXICO, S. A.— lalle (k'l Ángel >ú. mero (>. 3íéx¡co, D. F. — Se constituyó esta compañía en 1903, con un ca- pital de $10.000,000, dando principio á sus operaciones en Enero de 1910. Tiene por objeto principal facilitar las ti'ansacciones comerciales entre México y Europa, especialmente con Francia, ocupándose también de los negocios corrientes de banco. Es ge- rente el señor Huberto Andragnez, y sub-gerentes, los señores Emilio Bersinger y Pablo Ritter. compañía P. M. BEXNETT, Ingenie- ros y constructores. Tienen sus ofi- cinas en la Avenida de la Indepen- dencia y calle de López, Núni. 13. Mé- xico, D, F. — Contratan y ejecutan intalaciones de luz eléctrica y de gas, tranvías, teléfonos, etc., y se es- tablecieron en 1904. Los socios son los señores P. M. Bennett y G. R. Jenkins. COxMPAÑíA líAXQUERA MEXICANA, S. A. — Calle de Tibnrcio Núni. 7. 3ré- xico, D. F.— Capital social, $300,000. Gerente, D. Joaquín López Negrete. COMPAÑÍA BANQUERA VERACRU- ZANA, S. A.— Capital social, $500,000. Establecida en 1900. Presidente, W. Bundy Colé. Gerente, F. Wittram, jr. — Veracruzi Ver. compañía cervecera de OAXA" CA, S. A., y Fábrica de Hielo. — Oaxa- ca, Oax. — Presidente y gerente, J. T. Wallace. Vocales, José Zorrilla, Al- berto Holm. compañía cervecera de TOLl- CA Y MÉXICO, S. A.— Agencia: 3^' Rinconada de San Diego Núra. 43. compañía COMERCIAL E INDUS- TRIAL, S. A.— 1' calle de López Nú- mero £', México, D, F. — Son repre- sentantes 6e una sociedad anónima fundada en París en 1907 con ca- pital de 2.500,000 francos, para el fomento y explotación de varios es- tablecimientos comerciales. Se ocu- pan, además, de ventas en comisión é importación de productos á la Re- pública mexicana. Tienen en la ciu- dad de México una droguería en la calle de Ortega, una tlapalería y fe- rretería en la 4" calle de San Juan de Letrán, un almacén de abarrotes en la Ribera de Santa María, una fábrica de pinturas y barnices en la prolongación de la calle de San Salvador el Seco, y en este mismo edificio, un taller de reproducciones en yeso. compañía COMERCIAL PAN-AME- RICANA, S. A.— Calle del Esclavo Núms. 1 y 2. México, D„ F. — Trafica principalmente en cementos, carbo- nes de pie:lra, cales y materiales de
construcción. Tiene la agencia de varias fábricas de cemento, carbón y coke de Alemania y Estados Unidos; tiene el usufructo de las minas de carbón "El Menor" situadas en el Estado de Coahuila, y posee buenos hornos de cal en Apasco, á corta distancia de la ciudad de México. Su capital es de $500.000, y fué fundiida por H. Bcrnemann desde hace diez años.
compañía de aguas gaseosas,
S. A. — 1" caOe del General Prini Nú- mero tí, México, D. F. — Se dedica 1 la fabricación de aguas gaseosas, co- mo lo indica su nombre. Su presi- dente es el señor Juan Minetti, su gerente general el señor Rudolfo Minetti. Establecióse en 1S97. Su ca- pital social es de $301,100.
compañía de LAS FABRICAS DE PAPEL DE SAN RAFAEL Y ANEXAS, S. A México, D. F.— Ge- rente, José Salvidea.
compañía de marmoles 3ÍEXI- CANOS, S, A Plaza Santos Deco- llado. México, Do F. — Joaquín Pardo y Furlong, Gerente.
COMPAÑÍA DE LAS PILDORAS NA- CIONALES.—Gerente, Dr. Chas. M. Harrison. — Calle de San Fnincisco. México, D. Fo
compañía de SEGUROS, LIMITA- DA, "ATLAS," establecida en 1S08, Su oficina principal está en Lon- dres, E. C, en Clieapside Núm. 82, siendo el director presidente Her- bert Brooks, y el gerente general, Samuel J. Pipkin. El capital paga- do de esta compañía era de 264,000 libras esterlinas, y el no llamado, de 1.930,000 en 31 de Diciembre de 1908. Abrió su sucursal en México en 1896.
compañía de SEGUROS VERACRU- ZANA, S, A. — Veracriiz, Ver. — Capi- tal social $500.000. Establecida en 1908. — Presidente, Adrián Carranza. — Gerente, Antonio G. de Presno.
compañía DE TERRENOS DE LA CALZADA DE CHAPULTEPEC, S. A.— 2' calle de 3íadrid Núm. 83. Mé- xico, D. F. — Su negocio es el que im- plica su nombre. Presidente, Eduar- do W. Orrin. Comenzó su operacio- nes en 1901. Capital social juagado, $2.000,000.
compañía ELÉCTRICA E IRRIGA- DORA EN EL ESTADO DE HED AL- GO, S. A. — Su domicilio social es: San Agustín 15. — Usan el desagüe de la ciudad de México para dar luz y fuerza á Pachuca y á dos fábri- cas de cemento cerca de Tula, Hi- dalgo. Tienen tres plantas hidro- eléctricas, y la misma agua nue las
mueve se emplea en seguida para la in-igación de terrenos. Don An- tonio Pacheco es el agente general; Don José Sánchez Ramos, el presi- dente; y uno de los comisarios es el teniente coronel Porfirio Díaz, hi- jo. Fué establecida en 1897 y su ca- pital es de $3.000,000, mitad mexica- no V mitad francés.
compañía explot.vdora de fru-
TOS TROPICALES, S. A.— Calle de Cordobanes >íiiii, 9. México, D. F. —
Su objeto es el cultivo y comercio del plátano y de otros frutos tropi- cales en el Estado de Tabasco. El Presidente es el teniente coronel Ingeniero Porfirio Díaz, hijo; vo- cales: Ing. Andrés Aldasoro, Sub- secretario de Fomento; Thoraas P. Honey, gerente del Banco Interna- cional é Hipotecario, y Lie. Manuel Septien. Establecida en 1909, con un capital social de $00,000.
C03rPA5IA FOXOGJJAFICA MEXICA- NA, S. A.— Establecida en 1908. con un capital social de $100.000. — I'' ca- lle de López Xíini. 7. México, D. F. — Presidente y gerente general, R. Cabanas.
COMPAÑÍA FRA>CO-BELGE Calle
de! Dr. Lucio >úni. 13. México, D. F. — Tiene una fábrica de colores en polvo, importa y exporta productos químicos y vende polvo francés pa- ra pintura. Establecida en 1909.
compañía FR.VNCESA Yl lcam/a- DORA. — I'' calle de Xneio México yúm. 21. 3Iéxico, D. F. — Vende pro- tectores nuevos, compra y vende pro- tectores de medio uso y hule viejo. Se estableció en 1908, y es su geren- te el señor Vignon.
compañía fra>co-mexicaxa de
BOTES automóviles. Tienen el garage cerca del Puente Nuevo de Jamaica, y sus oficinas en la calle de Til)urcio >fiiii. 18. 3íéxico, D. F.
— Venden botes de gasolina y de remo, y los alquilan para excursio- nes al lago de Xochimilco y Ojos de Agua. Se establecieron en 1909.
compañía ftndidora de bro\-
CE DECORATIVO.— Avenida More- los Xún». 94. México, D. F. — Props. Gómez Echeverría y Concha. Casa establecida en 1909.
COMPAÑÍA FINDIDORA DE FIERRO T ACERO DE 3I0>TERREY, S. A. —Capital social. $10.000,000. Com- pañía fundada en 1900. Domicilio so- cial: calle de San A^nstín >úni. 16. México, D. F. — Talleres en Monte- rrey, N. L.
compañía FUNDIDORA Y TALLE- RES MECAXK OS DE PACHUCA, S. A.— Capital social: $157,000. Esta- blecida en 1894. Gerente: A. C. Arey.
C03IPAÑIA GENERAL TRASATLÁN- TICA.— Agente general en México, Florencio Burgunder, calle de Gan- te Núni. 11. Estableció su tráfico en- tre Europa y INIéxico hacii 1870 con buques de ruedas; después los sus- tituyó por los de una h;lice, y úl- timamente por los de dos hélices, co- mo "La Navarre" y "La Cham::agne." Dentro de poco traerá el vapor "Es- pagne," de 180 metros de largo, dos hélices, fuerza de 12,000 caballos y 10,000 toneladas de capacidad.
compañía HARINERA Y MANITAC- TURERA NACIONAL, S. A.— 9" ca- lle del Ciprés Núm, 1. México, D. F. — Produce harina, salvado, pastas alimenticias, almidones, aceites de comer, chocolates, etc. Su director gerente es el señor Florencio Sán- chez. Su capital es de $1.500,000, de los cuales está pagado $1.000,000.
compañía HERRADORA.— Callejón de San Marcos Núni. 2 ó 211. México, D. F. — Hierran caballos con goma elástica, por un sistema patentado y producen forraje (también patenta- do) para los ganados. El propieta- rio es el señor Rafael Palafox, quien estableció el negocio en 1904.
C03IPAÑIA HIDROELÉCTRICA DEL RIO DE LA ALAMEDA, S. A.-Tiene su oficina en el Centro Mercantil. Mé- xico, D. F. — El objeto de esta em- presa es el de utilizar las caídas do agua del río de la Alameda ó de Chalma, para proporcionar á la ciu- dad de México y sus contornos, fuer- za y alumbrado eléctricos, para cu- yo fin se estableció en 1909 con un capital de $2.000,000, siendo su pre- sidente el señor Santiago Arechede- rra.
compañía HIDROELÉCTRICA E IRRIG.\DORA DEL CHÁPALA, S. A. — México,' D. F. — Gerente, Emilio Pinzón.
compañía HIDROELÉCTRICA QUE-
RETANA, S. A Cinco de Mayo Ni'i-
mero ó. Querétaro. — Establecida en 1903. Esta compañía explota, por de- recho de concesión, una caída de agua del río denominado San Jrian del Río, caída que produce 3.000 ca- ballos de fuerza. Las plantas eléc- tricas que allí tiene instaladas, pro- porcionan luz y fuerza por todo el Estado de Querétaro. El capital so- cial es de $1.000,000, distribuidos en 10,000 acciones de á $100 cada una. El presidente de la Compañía es el señor Francisco de Cosío, el vice- presidente el señor Adolfo Isla, y el gerente el señor Juan B. Alcocer.
compañía INDUSTRIAL DE ATLIX- CO, S. A. — Tercer Orden de San Agustín Núni. 3. México, D. F. — Se
constituyó en 1899. Su capital so- cial es de $6,000.000. Posee la ia- brica de hilados, tejidos, etc., de Metepec, en Atlixco, Estado de Pue- bla. Comenzó su trabajo en 1902, con 928 telares, los que han aumen- tado á 1,574 en la actualidad. Su gerente es el señor Don Benito Diez Salced?».
compañía industrial de oaxa.
CA, S. A.— Capital, $300,000. Pro- pietarios de las fábricas "La Opera," "La Risa," "La Sorpresa." — Oaxaca, Oax.
compañía industrial de san
ANTONIO ABAD, S. A.— Estableci- da en 1892. Capital, $3.500,000.— Ca^ lie de Síiu Agustín Níiin. 2, México, D. F.
compañía industrial manufac- turera, S. A.— Fábricas de hila- dos, tejidos, estampados y almidón. Oficinas en México: Capuchinas Nú- mero 3. México, D. F. — Presidente, Ángel M. Lerdo de Tejada. Gerente, Anselmo Alorin.
compañía industrial veracku-
ZANA, S. A. — Tiene su despacho en la calle de Ocampo Ni'uu, 3. México,
D. F., y otra en Santa Rosa, Estado de Veracruz. Se fundó en 1903 con capital de $1.200,000, siendo su ca- pital actual de $3.000,000. Posee la fábrica de tejidos de algodón de San- ta Rosa, en el Caí: ton de Orizaba. en la cual trabajan 3G,000 brocas, 1,400 telares y cuatro máquinas de estampar. Sus productos principa- les son calicós, percales, cretonas y estampados de fantasía. Su fondo de reserva es de $1.875,000.
compañía industrial de oriza- ba. So A. — Tiene su domicilio en la 4^ calle de Sau Agusíín» 3Iéxico, D.
F. — Se dedica á la industria del al- godón, hilados, tejidos y estaijipa- dos. Tiene las fábricas en Río Blan- co. San Lorenzo, Corrientes y Coco- lapan, y las instalaciones hidroeléc- tricas en Rincón Grande y Cocola- pan, en el Cantón de Orizaba, Ver. Cuenta con 6,000 obreros, 8,000 ca- ballos de fuerza motriz, 18 turbinas, 45 motores eléctricos, 10,000 husos, 4,000 telares, etc. Su capital social es de $15.000,000, y sus reservas de $7.470,000. Fué fundada en 1889.
compañía ingeniera, importa-
DORA Y CONTRATISTA, So A. Sucs. de G„ & O. Braniff & Coo Toda clase de maquinaria. — 2'' Capucliiuas Nú- mero 49, México, D. F.
compañía internacional de tiendas de campaña y tol-
DOS, S. A.— 2^ calle de Dolores Núm. 104, México, Do Fo
Esta casa fabrica los artículos que
su nombre indica, expende equipos completos para campamentos, mue- bles y baños plegadizos, costales, cu- bos, estufas, hamacas, etc. Se fundó en Abril de 1904 por el señor P. R. Hynson. Gerente: Chas. D. Hynson.
C03ÍPAÑIA INDUSTRIAL MICHOA- CANA, S. A. — Avenida San Francisco Núm. 2ÜO México, D. F. — Presidente general, Carlos Holt Smith.
El señor Smith también represen- ta la Compañía de Cemento "Would- ham," "Standard Steel Works Com- pany," and "Baldwin Locomotiva Works."
compañía italiana de CONS- TRUCCIONES, S. A.— Gante Núm 1. México, D. F. — Gerente, César Mar- bu rg.
compañía ladrillera de teo-
LOYUCAN, S. A Fué fundada en
1904 con capital de $200,000, el cual se aumentó á $500,000 en 1907. Su presidente es el señor Thomas Quirk. La fábrica de ladrillo se encuentra en Teoloyucan, Estado de México, y su oficina en el edificio Quirk, ca- lle de Gante Núm. 1 México, D. F.
compañía "LA CÁNTABRA" DE TEXCOCO, S. A.— 1' Santa Teresa Núm. 8. México, D. F. — Tiene una fá- brica de vidrio plano en Texcoco, Estado de México, cuyo capital pa- gado es de $300,000, y. que se esta- bleció en 1S70. Funcionó bajo el an- tiguo sistema hasta 1909, año en que fué reformada completamente, es- tando ahora á la altura de la épo- ca, conforme á los sistemas europeos. Su capacidad es de 1,000 metros cua- drados al día; su presidente y ge- rente es el señor Martín Velasco.
compañía LINERA de MÉXICO, S.
A., sucesora de J. Hamer <íi Co. Se dedica al hilado, tejido, tintura / blanqueo de telas, produciendo 2.000,000 al año. Su presidente es el señor Thurston Hamer y su geren- te Geoffrey H. Hamer. Se estable- ció en 1887, y su capital es de $600,000. COMPAÑÍA LITOGRAFICA Y TIPO- GRAFfCA, S. A.- -Avenida del Cinco de Mayo Núnt. 18. México, D. F.— Es- ta compañía, que tiene por presiden- te al señor Carlos M. Rassuza, y por vicepresidente al señor Atanasio Ro- cha, se estableció en 1848, y su ca- pital social es de $350,000.
compañía maderera y ferro- carrilera DE ZITACUARO, S. A.
— Reside en el Centro Mercantil, Mé- xico, Do F. — Opera en la extracción de maderas y durmientes y posee un ferrocarril de 35 kilómetros de Zitácuaro á las cercanías de Soco-
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ñusco. Su capital e5 de 5400,000, y se estableció en 1904. C0.1IPA5IA ?[AM FACTURERA DEL HORXO PARTRIDGE, S. A.— Geren- te José R. Méndez Condón. — Gaute >úni. 12. México, D. F.
compañía mercantil de vera-
I'KUZ, S. A. — Comisiones en gene- ral. Agencia Aduanal. Gerente ge- neral, C. Da Muro. Capital social, $20,000.— Yeracniz, Ver. C03IPAÑIA MER( AXTIL MEXICANA. Avenida de los Hombres Ihistres >'ún!. 134. México,' D. F. — Tiene al- macenes de madera del país é impor- tada en la 3 de Aldaina, >úni. 83. Sus gerentes generales son los se- ñores Fernando y Jacinto Pimentel y Fagoaga.
C03IPAÑIA MEXICANA DE CONS- TRICCIONES Y OBRAS DE INGE- NIERIA, S. A — Edificio del Centro Mercantil. México, D. F. — Constru- yen obras de asfalto y de concreto, túneles, edificios, sistemas de dre- naje, etc. El ingeniero en jefe es el teniente coronel Porfirio Díaz, hi- jo, y el presidente y gerente gene- ral el señor Paul S. Lietz. Se fundó la compañía en 1899.
C03IPA5IA MEXICANA DE ACERO Y PRODUCTOS QUÍMICOS, S. A.— Avenida 16 de Septiembre, Núm. 13. 3Jéxico, D. F. — Fabrica calcio, car- buro, sosa' cáustica, otros produc- tos químicos y especialmente acero de alto grado. La fábrica está cerca del Peñón. Presidente, R. C. Brown; gerente, John H. Clarke. Su capital es de $500,000.
COMPAXIA MEXICANA DE NAYE- 0A( ION, S. A. — Veracniz, Yer. — Ca- pital social, $2.250,000. Establecida en 1900. Presidente, Manuel Romano Mi- jares. Gerente general, Gonzalo Al- baunza.
compañía mexicana de PRODUC- TOS DE ACERO Y 3ÍAQUINARIA, S.
A.— Capital, $100,000. — Despacho: calle de Gante, Núm. 1. México, D. F. COmUÑIA MEXICANA DE PRO- DUCTOS DE BARRO, S. A Capital
social, $30,000 enteramente pagados. Fábrica y despacho: Calzada de Guadalupe. México, D. F. — Estable- cida en 1895. Gerente, S. F. Fuller.
compañía mexicana MANUFAC- TURERA DE MADERAS, S. A.— Ca- pital, $300,000. W. B. Mitchell, Presi- dente. Esquina de Atenas y Liman- tour. 3Iéxico, D. F.
compañía mexicana de vehícu- los ELÉCTRICOS.— t' calle de Huniltoldt, Núm. 3L México, D. F.—
Comercian en automóviles de gaso-
lina y sus accesorios. Son agentes- en esta Repi'iblica de varias marcas de automóviles. Establecidos en 1900.
compañía MOLINERA DE PUEBLA, S. A. — Tiene un capital social de $100,000. Es molino de nixtamal. El Gerente es el señor J. Luis Román. Mesones 2, Puebla,
compañía 3Í0LINERA TíIEXICANA, S. A. — Avenida Cinco de Mayo, Nú- mero 8S. México, D. F.^ — Gerente, Carlos M. Johnston.
compañía nacional fundidora
DE fierro y bronce 2' calle
de Ramón Guzmán, Núm. ó. México,
D. F. — Tiene taller mecánico y he- rrería; construye y repara máqui- nas. El jefe de esta empresa es el señor Pastor de Celis. Su capital, $20,000. Se estableció en 1909.
compañía nacional mexicana de dinamita y explosivos, s.
A. — Fundada en 1901. Capital social, $3.400,000, enteramente pagados. Di- rección general : calle de San Ag'us- tín Núm, 3(;io México, D. F. — Direc- tor general: Augusto Genin.
compañía pan-americana de
vehículos, S. a México, D. F.—
Sucesores de Samuel W. Walker. .Además del negocio de vehículos tie- ne un departamento de comisiones. El presidente es el señor Samuel W. Walker, y el gerente, Kenneth D. Walker. Se estableció en 1891.
compañía perforadora mexi- cana, S. A Calle de Cadena, 3Ié.
xico, D. F. — Establecida en 1910. con un capital social de $800,000. Presi- dente, Lie. Pedro S. de Azcué.
compañía pesquera veracru- zana y fabrica de hielo.- ar-
teaga, Sierra y Cía. — Veracniz, Ver.
compañía realizadora de pul-
QUES, S. A. — 7' de Juárez, Núm. 1. Puebla.— Fué establecida en 1906. El Consejo de Administración es el si- guiente: Presidente, Don Mariano Muñoz; 1er. Vocal, Don Rafael Ber- nal ; 2" Vocal, Don Benigno Prieto; y Secretario, Don Ricardo Martínez. — El capital social es de $450,000, distribuidos en 450 acciones de á $1,000 cada una. compañía realizadora DE PUL-
QUE, S. C, Ltda 3* calle de San
Cristóbal, Núm. 10. Orizaba, Ver. — Su presidente, Don Gonzalo E. Car- ees, vive en México en la 4" calle de las Artes Núm. 61. La Compañía ob- tiene el pulque de varias haciendas del Estado de Veracruz y lo distri- tribuye en el mismo Estado, en las ciudades de Veracruz, Orizaba, Jala- pa y Córdoba. El Gerente general es Don Fernando Alvarez y el capital social de $800,000.
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compañía sixger de maquinas
DE COSEK.— Importadora de Má- quinas de coser. Gerente, Edwin M. Ching.
C031FAXIA SOMBRERERA, S. A
Portal íle Mercaderes, Biúnu 3. Méxi- co, D„ F. — Antigua casa Zolly. Esta- blecida en 1S44. Fábrica é importa- ción de sombreros. Apoderado, Otlion A. Argus.
compañía telefomca del es- tado DE (ÍIANAJ cato.— Les se- ñores Bustamante, Bryant y P. N. Ponce lian obtenido una concesión para fundar una compañía telefóni- ca con capital social de un millón de pesos. Dicha empresa dará ser- vicio en todo el Estado de Guana- juato. Pronto se inaugurarán los trabajos de instalación.
compañía trasatlántica. — La
agencia que esta compañía tiene en la capital de México, se halla en la calle <le San Agustín, Núiii. 8, á car- go del señor José D. Bousquet. Tie- ne agencias también ea Campeche, Coatzacoalcos, Frontera y San Juan Bautista, Tabasco, Laguna, Mérida y Progreso, Tampico y Veracruz. Cuenta con unos veinticinco buques de vapor, con los cuales hace el trá- fico entre Europa y América y tam- bién con todas las demás partes del mundo. La empresa fué fundada por A. López y Cía., en Alicante, Espa- ña, en el año de 1S56, con cinco va- pores. A fines de 1861 adquirió seis iDuques más. En 1876 adquirió otros cuatro. En 1881 se transformó la empresa en la sociedad anónima nombrada "Compañía Trasatlánti- ca." En 1884 adquirió once buques más; y en 1887 compró cuatro gran- des vapores, habiendo después con- tinuado introduciendo las reformas requeridas por el servicio, hasta lle- gar al estado que hoy presenta. La Compañía tiene su dirección en Bar- celona, y su representación en Ma- drid.
CONDE, QUINTO GÓMEZ, & Hnos. Puebla. — Propietarios de las Fábri- cas de Hilados y Tejidos de Algodón "Santiago" y "Santa Elena," funda- das, la jn'imera, en Puebla el año de 1890, y la segunda, en Tlaxcala, en 1898. Son propietarios también del Molino y Hacienda "La Noria."
CONSOLIDATED BROOM MANUFAC- TURINÍJ Co., S. A.— 5' calle de Gue- rrero, Núni. 10ó„ México, D. F. — Su
capital es de $100,000, pero se inten- ta aumentarlo á razón de $100,000 en los cuatro años siguientes. Fabri- can escobas de mijo, que se cosecha en los Estados de México, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Nue-
vo León. Su fundador y gerente es el señor Arturo M. Martínez.
CONSOLIDATED IRON AND EQUIP- 3IENT CO-MPANY.— Tiene sus ofici- nas, talleres y bodegas en Peralvi- 11o, frente al Hipódromo, México, D. F. — Su negocio consiste en equipos para ferrocarriles, palas de vapor, hierro en lingotes, maquinaria de segunda mano, etc Su presidente y gerente general es el señor Harry Wright. Está establecido desde 1904. Su capital es de $500,000.
CONTRI, SILVIO, arquitecto. Es el encargado de la construcción del edi- ficio de la Secretaría de Comunica- ciones y Obras Públicas, y ha cons- truido más de 50 edificios en México. — Calle del Cinco de Mayo. México, D. F.
CORTES HERMANOS.— Fábrica de ja- bón.— Playa, Núin„ '2. Silao, Gto.
CREMER, HERO.— Calle de Jesús, Nú- mero So México, D„ F. — Representan- te de casas extranjeras y casa de comisiones.
CRISTALERÍA MODERNA.--J. Ollivier y Compañía. — ^'alle de la Palma^ Núni, 8o México, D. F„
CURTIDURÍA AUSTRO-MEXICANA. — Establecida en 1897. — ^Fábrica y despacho: Puente de San Pahlo, Ni'i- niero 5„ México, D. F. — Gerente: Gas- par Koloffon.
DA Y, R. A Calle de Zúlela, Núm. 1.
México^ D„ F. — Lleva y revisa libres y contabilidades. Se estableció en es- te negocio en 1908.
DE LA BARRA, IGNACIO L., Ingenie- ro.— 6' del General Prini, Ni'im. 109. 3Iéxico, D,, F. — Constructor de edifi- cios.
DELOÍTTE, PLENDER, GRIFE ITHS ¿c Co.i Contadores y glosadores. — ■ Edificio de La Mutua.--Esta casa, cu- y?, matriz está en Londres, tiene su- cursales en México en la dirección arriba dicha, á cargo del socio pre- sidente Vivían Harcourt, establecida en 1906.
DENNY BROS, ingenieros metalurgis- tas y consultores de minas. Residen en los números 50 y 51 del edificio Quirk, Gante Núm. 1. — Estos inge- nieras, C. A. Denny y H. S. Denny, se establecieron en México en 1908.
DESCUENTO ESPAÑOL, S. A. Méxi- co, Do F. — Este establecimiento ban- cario, que se halla en el edificio de su nombre, tenía un capital pagado de $9.000,000, un fondo de previsión de $1.500,000, y un fondo de reserva de $230,938.84, en 31 de Julio de 1909. Su director Gerente es el señor Jo- sé Rivero Collada.
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DE OCHOA, ISIDRO, y Cía.— Teraeruz, Ver. — Importadores y Exportadores. Fábrica de Clavos. Molino de Sal.
DESCIIAMPS, A., y Cía.— Veiaeniz, Ver. — Peletería, Bonetería y Confec- ciones.
DE SORIA, J. H., comisionista.- Be- tlemitas, >'úni. 210. México, D. F. —
Se dedica á comisiones en general y á operaciones de banca desde 1904.
DÍAZ HERMANOS, Veracruz, Ver.—
Comisionistas. Agentes de seguros marítimos "Manheim." DIEZ, AMBROSIO.— GiianaJTiato, 1" ca- He de Benito Juárez, letra F. — Pro- pietarios del Gran Almacén de Aba- rrotes "Negociación del Valle," que fué establecido en 1S82. Agencia de la Cervecería Moctezuma, S. A., de Orizaba.
DOBBIE, JAMES & HIJOS. -Fundición de fierro y acero. — Veracruz, Ver.
Dl>BAR, DIEGO S. Sucs.— Calle de Jesús, >úni. 15. México, D. F. — Ne- gociación en hilo de coser. Gerente apoderado, Carlos Stephan; agente para el hilo de bolita manufactura- do por la Compañía Industrial "El Salvador," S. A.
DREOHOFER, J. F., sastre.— Bajos del Hotel Iturbide, México, D. F. —
Además de la sastrería, tiene comer- cio en casimires, sombreros, zapatos, etc. Se estableció en 1SS5.
droguería de la profesa de J.
Labadie Sucrs. y Cía. — Avenida de San Francisco, IVúni. 5. México, D. F.
— La firma se estableció en 1865, co- menzando el negocio de droguería al por mayor con un capital de sólo $5,000. Ahora hace los negocios por mayor y menor. El establecimiento está dividido en departamentos, ca- da uno con sus respectivos emplea- dos y bajo la dirección de un exper- to. Tiene dos grandes almacenes y está para poner otro. Tiene un la- horatorio que ocupa nueve piezas, un departamento de papel tapiz y otro de instrumentos quirúrgicos, taller de empacar, perfumerías, ofi- cinas y otras dependencias. La casa tiene la agencia de más de cincuenta fábricas extranjeras de drogas, per- fumes, productos químicos, apara- tos fotográficos, pinturas, medicinas de patente, útiles higiénicos, eléctri- cos, ópticos y de otras clases. Los principales del establecimiento son los señores Héctor Labadie, Luis H. Labadie y A. Martel.
DUBOIS, P., F. MARCOX T A. 00- DARD, arquitectos. — Calle de Lerdo Núni. 6. 3Iéxico, D. — Entre los traba- jos que estos señores han hecho se encuentra el Círculo Francés y el
ensanchamiento del Palacio de Hie- rro. Se establecieron en 1908.
"DULCERÍA FRANCESA» de H. De- verdun, Sucs. — Puente del Espíritu Santo, Núni. 2. México, D. F. — Ade- más de la fabricación y venta de dul- ces, arregla banquetes de lujo para matrimonios, bautizos, etc., y ex- pende vinos procedentes de viñedos de su propiedad en Bordeaux, cuya marca es "Clos des Tillenls."
DI PLAN, Dr. ERNESTO.— PueWa. Co- rreo Viejo, Núm. 5. — El Dr. Duplan está establecido en Puebla desde Ma- yo de 1906, y hace tres años que desempeña el puesto de Cirujano del Hospital del Ferrocarril Interoceá- nico de Puebla.
DURAN, LUIS MONROT, y Cía., S. en
C, Ingenieros contratistas, importa- dores de maquinaria. — Edificio Quirk. México, D. F.
DI VAL, MAURICIE RAOUL, Comisio- nista, Representante de casas ex- tranjeras.— 1" Calle Ancha, Núm. 5. México, D. F.
EBRARD Y COMPAÑÍA, Sucs— Cajón de Ropa "Al Puerto de Liverpool." — Esquina San Bernardo y Callejue- la. México, D. F. — Gerente, J. B. Ebrard.
EBRIGHT, E. H. (antes The Mexican Plumbing Supply Company). — Ofici- na, en la calle de Bucareli, Núm. 53. México, D, F. — Es comerciante al por mayor en toda clase de artículos para plomeros. Establecióse en 1899.
EL ABASTECEDOR AGRÍCOLA Y 3IECANIC0. A. Raynaud, Ingenie- ro agrónomo.^ — Calle del Arco de San Agustín, Núm. 1, México, D. F. — Trata en abonos químicos, desin- crustantes de calderas, arados de va- por, cemento Portland y otros pro- ductos, y esteriliza el aire por medio de la electricidad. El negocio fué es- tal)lecido en 1909.
EL BUEN TONO, S, A.— Plaza de San Juan, Núnio 218. México, D. F. — Ca- pital social, $6.500,000. Fábrica de cigarros. Director general: Ernesto Pugibet.
ELCORO, VALENTÍN, y Cía.— Almace- nes de fierro, ferretería y maquina- ria en la calle del Aug-el Núm. 1, y en la de Cadena, Núm. 24. 3Iéxico, D.
F. — Tiene talleres de fundición, he- rrería, carrocería, carpintería y fá- brica de clavos de alambre, en la 2^ calle de Comonfort, Núm. 1; y un depósito de hierro en el Arco de San Agustín, Núm. 1. Se fundó esta casa en 1864.
«EL COLCHÓN SANITARIO."— Ave- nida del 16 de Sei)tiem))re, México,
D. F. — Es fábrica de colchones que
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llevan por marca el nombre de arri- ba, así como los de marca "Oster- moor," y frazadas, cobertores, al- mohadas, cojines, etc. Su propieta- rio, Geo. D. Wright, se estableció en 1908. «ELECTROPÜEA Co.," S, A.— Prime- ra (le Atenas, Niim. 9. México, I). F. — Se dedica á la purificación de aguas potables y líquidos, por proce- dimientos eléctricos. El presidente de esta compañía es el señor Manuel Villegas. "EL CONTROL QUÍMICO INTERNA- CIONAL DE MÉXICO."— 2' calle de Santo Domingo, Núm. 4. México, D. r. — Tiene por objeto dar al piiblico una garantía de los productos que vigila, y poner á cubierto la falsifi- cación de las mercancías extranje- ras. Su presidente es el Lie. Fran- cisco Alfaro, pero la dirección efec- tiva está á cargo de Don Joaquín Haro. El interventor oficial es el Dr. José de Morales. Se estableció en virtud de una concesión del Gobier- no mexicano, en 1903. «EL EDÉN."— Fábrica de Aguas Ga- seosas. Prop., L. Raynaud. — Oaxaca, Oax. «EL ESCRITORIO."— Calle de Zara- goza, Núm. 8. Puebla. — El señor En- rique del Moral es el propietario de este establecimiento, donde se en- cuentra papel y libros en blanco de todas clases, artículos para escue- las y de fantasía, libros, etc. Tiene anexa una imprenta. Tiene, además, las agencias Remington y Roneo. Es- ta casa fué establecida en Octubre de 1907. «EL IMPORTADOR" T «EL FÉNIX." — Esquina de San Bernardo y Mon- terilla, México, D. F. — Almacenes y fábrica de corbatas, camisas, para- guas y bonetería. Propietarios, hijos de Max Chauvet. Establecidos en 1883. EL JONUCO.— Avenida del 16 de Sep- tiembre, Núm. ()8, México, D. F. — Es un almacén de mercería, juguetes y artículos de fantasía, establecido en 1863. Tiene la representación de va- rias fábricas de fonógrafos; fabrica artefactos de madera, papel y car- tón, juguetes, muebles escolares, vi- trinas, faroles y adornos. Su propie- tario es el señor Fernando Kososky. EL PALACIO DE HIERRO, S. A. Mé- xico, D. F. — Es este un gran edificio y establecimiento mercantl funda- do en 1901, con capital de $4.000,000, siendo el capital actual de $6.000,000, y cuyo gerente es el señor Enrique Tron. Tiene departamentos de ador- nos, accesorios para vestidos, som- breros y ropa interior, alfombras.
calzado, casimires, corbatas, bone- tería, camisería, confecciones, cor- tinajes, cristalería y otros muchos artículos. Tiene un servicio foráneo establecido, por lo cual remite á todas partes de la República los pe- didos que se le hacen. EL POLO NORTE, S. A.— Capital so- cial, $225,000. Fábrica de Hielo. Des- pacho: Zuleta Núm. 1. México, D. F, Presidente, H. D. Tovey. Vicepresi- dente, G. W. Saunders.
«EL PUERTO DE VERACRUZ."— Es- quina de las calles Monlerilla y Ca- puchinas. México, D. F. — Pertenece á los señores Signoret, Honorat y Cía., y consiste en almacenes de ropa y sedería, muebles franceses é italia- nos. Tiene agregados talleres de re- paración de muebles, de confección de vestidos y sombreros de señoras, de ornamentos de iglesia, de para- guas, de camisas y de corbatas. Se estableció en 1881. «EL SOMBRERO DE PALMA.— Despa- cho y fábrica en la 2'^ Calle Nacio- nal, Núm. ó, Colonia Morelos. Méxi- co, D. F. — Es esta una fábrica de sombreros de paja, y comercio de sombreros y efectos de palma y jar- cia del país. Sus propietarios son, desde 1909, los señores Rodrigo Mon- tes de Oca, S. en C, Sucs. de Dioni- sio Montes de Oca, establecido en 1880. EL SURTIDOR.— Primitivo Pérez, S. C. — Avenida de San Francisco, Núm. 68 y 70. México, D. F. — Almacenes generales de novedades. Casa esta- blecida en 1897. EL EUSKARO, Fábrica de Harinas.— Despacho: 2^ del Factor, Núm. 18. México, D. F. — Propietario: Braulio Iriarte. E31PRESA DE TELEFONOS ERICS- SON, S. A.— Capital social, $2.000,000 (capitalistas de Suecia). La Empre- sa Ericsson ha hecho una instala- ción perfecta en el Distrito Federal y cuenta actualmente con el patro- cinio de cerca de 7,000 suscriptores en el Distrito Federal.
La gerencia y dirección de la Com- pañía Ericsson está actualmente en manos del señor Erik Ostlund, gra- duado en la Real Escuela Técnica de Stockhclm, Suecia. E3IPRESA NACIONAL DE CONS- TRUCCIONES DE FIERRO Y ACE- RO. — Tiene sus talleres en la %"^ ca-. lie de la Florida, Núm. 5, y sus ofi- cinas en el Centro Mercantil, Méxi- co, D. F. — Construyen invernaderos, kioscos, pabellones, mercados, alma- cenes, puentes, armaduras, coberti- zos, etc. Su propietario es el ingenie- ro Federico Philippe Serrano, quien
ha ediíicado varias obras importan- tes. ESCINDE Y Cía., Ingenieros y contra- tistas.^— (íaiite >'úni. 1. 3Iéxico, D. F.
ESPERÓN Y SILVA. Comerciantes y
Comisionistas. — Avenida Inílepeiideu- cía, Xúiii. SH„ Oaxaca, Oax.
FABIÍIÍA DE ACEITES DE «LAS DELICIAS," de Ángel González y Cía. — 1' callo de las Delicias, Núm. 16. 3íéxico, D. F. — Fué fundada en 1864 por Don Ángel y Don Evaristo González, dedicándose al principio á la fabricación de almidón. Ha te- nido varios cambios y es al presente una importante fábrica de aceites. Los socios actuales son los señores Lorenzo y Ángel González. Trabajan en ella más de 70 personas.
FABlíICA DE AGUAS GASEOSAS "EL VENADO." Propietarios: .J. La- tisnere y Cía. Puebla. — Establecida en 1909.
FABKICA DE FLORES Y PLANTAS ARTIFICIALES.— 2' del Cinco de Febrero. México, D. F. — Gerente: León Pierson.
FABRICA DE HIELO "LA IMPÁVI- DA."— Guauajiiato. — Al lado del Co- rreo.— El señor G. D. Gibson, Inge- niero Eléctrico, es el propietario de esta fábrica, la cual fué instalada en 1906.
FABRICA DE HILADOS Y TEJIDOS "EL CARMEN." Puebla. Costado del Señor de los Trabajos, Núms. 4 y (í.
— Establecida en 1896. Su propietario es el señor Eugenio Sibilot. Produ- ce hilazas, tonzales, trencillas para bujías, pábilo para cerillos y velas, driles y cantones.
FABRICA DE TAPONES Y ARTE- FACTOS DE CORCHO, de Francisco Lafora. Puebla. 7" de ¡a Colonia, Nú- mero ó. — Fué establecida en 1909. Tiene capacidad para hacer 50,000 tapones diariamente. El señor Lafo- ra representa á varias casas extran- jeras y de México.
FABRICA DE TEJIDOS DE SEDA de Hipólito Chambón. — 5" calle del Fresno, Núni. 192. México D. F. — Es- ta casa trabaja en seda, pelo y ca- titeo, hace seda .de torzal para bor- dados, y su especialidad es la de re- bozos de lujo. Se fundó en 1881.
FABRICA DE CALZADO Y CURTIDU- RÍA MEXICANA "EXCELSIOR."— Calle de la Ranchería y Porvenir, Núm. 1. Tacubaya, D. F. — Tiene su- cursales en Puebla, Pachuca y To- luca; propietario, C. B. Zetina. Es- tablecida en 1902.
FABRICA DE CINTAS de Don Alber- to Arellano. México, D. F. — Tiene invertidos en maquinaria moderna
$200,000 y produce cerca de 500,000 metros de cintas diversas diaria- mente.
FINK, ALFREDO.— Celaya, Estado de Guanajiiaío. — Propietario de una ferretería muy acreditada y del Mo- lino del Rosario. El señor Fink tie- ne la representación de las siguien- tes compañías: Hamburg America, Liverpool and London and Globe y Nacional Prusiana. Tiene, además, la agencia general de la Cervecería de Toluca tanto en Guanajuato como en Querétaro, y es Gerente de la Fá- brica de Hielo de Celaya. Estableci- do desde 1892.
FLECK, ALBERTO, y Cía.— 5" caHe de Balderas, Núm, 72. México, D. F. —
Son importadores y representantes generales. Su especialidad es de ma- quinaria minera. Estableciéronse en 1909. FLEISCH3IANN y Cía.— I'' calle de Huni))oldt, Núm. 41. México, D. F. — Manufactureros, introductores y dis- tribuidores de levadura comprimida, en los Estados Unidos, Canadá y la República Mexicana. La sucursal en México, á cargo de Fleischmann y Cía., se estableció en 1905.
FLEURY, JUAN D 7^ del Ciprés Núm.
1ÍÍ2. íléxico, D. F Contratista y
Constructor. Establecido en 1886.
FORTOUL, EUGENIO.— Almacén de víveres por mayor y menor. Semi- llas,.^ — San Carlos, Ver.
FRANCO HERMANOS.— I'' Estampa de Regina, Núm. 1,630. México, D. F.—
Tornería en madera.
FUNDICIÓN DE LAS DELICIAS.— Ge- rente, Thomas Philips. — 3" calle de las Delicias. México, D. F.
GALAINENA, J., y Cía. Sucs., comisio- nistas. Fábrica de puros "El Arte." — Veracniz, Ver.
garcía cano garfíñele.- Puebla.
— Propietarios de una fábrica de aguas gaseosas y de hielo, estable- cida el año de 1884.
GARRIDO ORTIZ y Cía.— Cajón de ro- pa.— Irapuaío, GtOo
GIL, ALBERTO ROBLES, Ingeniero Contratista.^2' Avenida General Prim, Núm,. 80. México, D. F.
GIL, LUIS ROBLES, Ingeniero— Ave- nida San Francisco. México, D. F.
GÓMEZ Y GUTIÉRREZ.— Vinos, lico- res y Dulcería. — Oaxaca, Oax.
G03ÍEZ, ROGELIO, y Hermano, Comi- sionistas.— Oaxaca, Oax.
"GRAN ALMACÉN DE PAPEL TA- PIZ" de Federico Velázquez. — Ave- nida Cinco de Mayo, Núm. 34. Méxi- co, D. F. — Establecido en 1878.
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El Iiiipurtador,
Baños ''La A'ictniia."'
Al Puerto de Veraeruz.
El Palacio de Hierro.
EDIFICIOS MODEPvXOS. MÉXICO, D. F.
i^RXS FABRICA DE CALZADO "EL LEO>'," del señor Agustín Briseño, sucesor de Manuel Briseño. La fá- brica está en la 2" de Nava, A'úin. 67, y los despachos en Orteg:a, 10 y 24. México, D. F. — Fué establecida en 1S70.
CÍKAN FABKICA DE CORSÉS de A. Lavillette. — Primera calle de Santo Domiugo, >!im. 7. México, D. F. — Además del negocio de corsés, es es- te un negocio de sedería, bonetería, flores y adornos, nauñecas, etc. Se estableció en 1872.
<5RAN FABRICA DE LOZA de J. Olli- vier y Cía. — Primera calle del Ni- ño Perdido, Núm. 83. México, D. F. — Esta fábrica fué traspasada en 1904 á la actual firma, la que ha intro- ducido importante maquinaria, de- partamentos nuevos y buenos mate- riales. La fábrica ocupa 5,000 me- tros cuadrados; emplea 120 caballos de fuerza motriz y trabajan en ella 350 operarios. Tiene cinco hornos grandes y trabaja diariamente seis toneladas de barro. Los artículos fabricados son finos, tanto de lujo como de bajo precio, y se expenden en la "Cristalerí?i Moderna," situa- da en la calle de la Palma, Núm. 3. México, D. F., en donde se encuen- tran, además, muchos objetos artís- ticos de porcelana, cristal de Bacca- rat y de Bohemia, bronce y otros metales.
GRAN FABRICA DE YESO CALCINA- DO "EL CABALLO."— La fábrica es- tá en Sauía Julia, D. F., y el despa- cho cerca del Tívoli del Elíseo. El yeso que fabrica es el oue se usa en la decoración de cielos rasos, etc. También fabrica el abono mineral marca "El Caballo." Pertenece á los señores Desdier. Reynaud y Cía. y se estableció en 1907.
ORAN HOTEL Y RESTIRANT ME- XICO. — Veracruz, Ver. — Prop. Ra- miro Goaz.
GRAN S03IBRERERIA FRANCESA.— 2" calle de Mercaderes, Núm. 3. Pae- i)¡a. — Establecida en 1865. Son sus propietarios los señores 1. Coutto- lenc é Hijos. Fabrica toda clase de sombreros del país y vende sombre- ros importados, especialmente de marcas americanas. Los socios de la Compañía son los señores Isidoro Couttolenc, Rafael Colín, Isidoro Couttolenc, jr., y Luis Esmenjaud.
garcía, SEBASTIAN Calzada de
Nouoalco, Niim. 481. México, D. F. —
Es propietario de la "Nueva Tenería Nacional" establecida en 1893.
GARDNER, D. B., ingeniero electricis- ta. Tiene su despacho en el callejón de Cuajomiilco, Núm. 6. México, D.
F. — Tiene planta completa para vul- canizar y reparar llantas para auto- móviles, talleres para reparación de maquinaria eléctrica; garage, y es agente de la H. H. Franklin Mfg. Co., que fabrica el automóvil Franklin. Se estableció en 1897.
GERBER, H. E., y Cía.— Calle de San Agustín, Núm. 20. México, D. F. —
Comerciantes de vinos y licores y representantes de muchas casas de Europa y de los Estados Unidos. Se establecieron en 1903.
GROTIIE íc CÁRTER, Ingenieros.— Calle de Tilmrcio, Núm. 22. México.
D. F. — Estos señores tienen la li- cencia exclusiva para fabricar y ven- der los tanques agitadores "Pachu- ca." Sor ingenieros consultores pa- ra asuntos relativos al tratamiento de los minerales por el cianuro, Se establecieron en 1906.
galería fotográfica de F. O. Po- li y Cía. — 2' calle de Revillagigedo, Núm. 24. México, D. F. — Este esta- blecimiento fotográfico al estilo mo- derno, se estableció en 1909.
garcía & ORTIZ.— Avenida de la In- dependencia, Núm. 10. México, D. F.
— Se dedican á hacer instalaciones de luz y fuerza eléctricas. Los so- cios son los señores Gabriel García R. y Jesús Ortiz G., quienes se es- tablecieron en 1906.
GASMOTOREN -- FABRIK DEÜTZ, (Compañía Anónima de los legítimos motores "Otto"). Casa sucursal en México, calle de Znleta, Núm. 15. México, D. F. — Directores: Ulrico Meyer y Daniel Johner.
GONZÁLEZ, EUSEBIO, Sociedad en Comandita.— Celaya, Estado do Gua- najnato. — Son propietarios de tres fábricas: "La Reforma," establecida en 1854, "San Fernando,' en 1880, y "La Providencia," en 1870. La prime- ra y la última son de algodón, la in- termedia es de lana.
GONZÁLEZ, RAFAEL.— 4" de las Ar- íes, Núm. 63. México, D. F. — Agencia de los automóviles Buick.
GUERRA, LAURO M., y Uno.- Tienen su despacho y almacenes en la ca- lle de Cadena, México, D. F. — Son ingenieros mecánicos, especialistas de maquinaria para refrigeración, para fabricación de hielo y para cervecerías. Se establecieron en Monterrey, N. L., donde tienen la casa matriz, hace cuatro años, y en la ciudad de México en 1009. En sus negocios de ésta piensan invertir en Enero próximo $50,000 más.
GIZMAN, MANUEL, y Cía.— Calle de Miradores, Núm. 17. Puebla.- Pro- pietarios del "Almacén de Muebles,"
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establecimiento fundado en 1907: tienen un surtido completo de mue- bles americanos, austríacos y del país; espejos, camas de latón, relo- jes de mesa, máquinas de escribir Smith y otros muchos artículos. Tie- nen la agencia de los afamados gra- fófonos Columbia y la de máquinas de escritura visible. L. C. Smitli Bros. Los socios de la Compañía son los señores Francisco Rivas, Manuel M. Guzmán y Axel Petersson.
GRIMVVOOD, A., & Co.-l" calle de San Juau de Leírán, ]Vúm. 5. México, D. F. — Tienen formada estos señores la Merchants' Commercial Company, que importa carbón y otros produc- tos y tiene sucursales en Londres y Amberes. Las casas de Londres y de Veracruz se establecieron en 1894, y la de la ciudad de México, en 1896. En 1910 esta misma firma organi- zó la Agencia Marítima de México, S. A., cuyo objeto es llevar á cabo todos los negocios del departamento marítimo de los señores A. Grim- wood y Cía. de México y Veracruz. El presidente de esta nueva compa- ñía es el señor Alfredo Grimwood y el vicepresidente, el señor Adolfo E. Hegewisch.
HACIENDA DE ATLIXCO Y ANEXAS, S. A. — Capuchinas, Núm. 7. México, D. F. — Esta compañía se estableció en 1906, con un capital de $1.000,000. Su objeto es la explotació.n de las haciendas de Atlixco y Apango, si- tuadas en el Distrito de Hidalgo, Es- tado de Guerrero, cuyo cultivo prin- cipal es el de la caña de azúcar. For- man su Consejo de Administración los señores R. Marrón, presidente, L. C. Frisbie, vicepresidente.
HARDAKER, GUILLERMO S.--Pnebla. Compañía, Xíím. 10. — Contratista é importador de toda clase de maqui- naria y refacciones, especialmente para fábricas de hilados y tejidos. Blanqueo, Tintorería y Estampe; Turbinas, Tubería, calderas y Má- quinas de vapor, edificios de hierro. Bandas de cuero. Cables de algodón, etc. El señor Hardaker representa en México á las siguientes casas constructoras de maquinaria. Ingle- sas y suizas: Dobson & Barlow, Ltd , Bolton; Mather & Platt, Ltd., Man- chester; E.-icher, Wyss & Co., Zu- rich; Edward Wood & Co., Ltd., Manchester; Hacking & Co., Ltd.. Bury y Thos. Robinson & Son, Ltd., Rockdale. Es, además, socio de la ca- sa H. Boardman &• Co., de Puebla.
HERRERA, AURELIO, y Cía., S. en C— Propietarios del Molino Irapuato, en la población del' mismo nombre del Estado de Guanajuato. Se ocupan en la compra y venta de trigos, y son
los únicos propietarios de la acredi- tada harina marca "Creciente." Es- tablecidos desde 1902.
HI\ZELMA]S']V, F.— Agencia especial de patentes. — Cinco de Mayo, >'úni. 3¿. México, D. F.
KIRSCH, ERNESTO.— Ortega Núm. 22. México, D. F. — Representante de ca- sas y fábricas extranjeras.
HIRSCHBERG, CARLOS.— 1" calle de A'uevo México, INiím. 7. México, D. F. — Es comisionista, agente general de casas extranjeras y se ocupa de im- portaciones y exportaciones, sien- do su especialidad la de los vinos y licores. Establecido en 1890.
HOLDEX-CRAW Co., vulcanizadores. 3" calle de Bncareli, Xúni. 65 Méxi- co, D. F. — Reparan llantas de auto- móviles y bicicletas por un procedi- miento de vulcanización especial. Establecidos en 1909.
HOTEL DE LA IMOX.— Guanajuato. Jardín de la Unión, Niini. 3. — El pro- pietario de este hotel, establecido en 1862, es el señor Francisco Drivet.
HOTEL DEL JARDO.— Luis Noriega Sánchez. — Calle Independencia. Mé- xico, Do F.
HOTEL DEL PASAJE.— Propietario, Francisco de Velasco. — Puebla.
HOTEL GERMAX AMERICAX.— Mé- xico, D. F. — Propietario, John Jor- gen.
HOTEL GILLOW San José el Real,
Xúni. 23. México, D. F. — Administra- dor, Francisco Lesbros.
HOTEL LASCüRAIX.— Avenida de los Hombres Ilustres, Xúm. 59. México, D. F, — Propietario: Pedro Lascu- ráin; Gerente, Víctor Cador.
HOTEL 3IEXIC0.— Propietario: Ma- riano Saiz. — Jalapa, Ver.
HOTEL MOCTEZOIA.— Cuernavaca, Estado de llórelos. — Propietario: Ramón Oliveros.
HOTEL PALACIO.— Puente Espíritu Santo y 16 de Septiembre. México, D. F. — Dueños: Ph. Bony y A. Gamard.
HOTEL T RESTAURAXT DE DILI- GEXCIAS.— Veracruz, Ver.— Propie- tario: Calvo Canteli y Cía.
HOTEL Y RESTAURAXT GUARDIO- LA. — I"" San Francisco Xúni. 13. Mé- xico, D. F. — Dueño: George King- man.
HOTEL SAX FRAXCIS.— Keeffe Her- manos, propietarios. — Avenida Juá- rez. México, D. F.
HOTEL VELASCO, y Café Restan rant y Baños "'El Paraíso." — Dulcería y Pastelería. — Calle de Benito Juárez, Xííms. G y 8. León, Estado de Gua- najuato.— El propietario de este Ho-
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tel y sus anexos es el señor Manuel Velasco. Fué establecido el Hotel el año de 1891. HOTEL CLARK'S ALAMEDA.— Pro- pietario: George Clark. — Arenida de los Hombres Ilustres. México, D. F.
HOTEL COLOíí.— San José el Real, IVúm. 21. México, D. F,
«HOTEL DE GENEYE."— 8=" calle de Liverpool. México, D. F. — Es un gran edificio construido de acero y con- creto, destinado á recibir huéspedes y pasajeros. Los propietarios son los señores L. Vogel, S. en C, y su agen- te el señor Chas. E. Guest.
HOTEL LARA.— 1'' de San Juan de Letrán, Núni. 6, México, D. F.— Es uno de los que se ha formado re- cientemente, estando ahora monta- do á la altura de la época. Pertene- ce á la señora G. C. Vda. de Lara. La reforma de este establecimiento data de 1910.
HOTEL SAINT LOl IS.— 1" calle San Agustín, Núni. 30. México, D. F. — Propietario: Juan Lozano Alcalde.
HOTEL "THE ?ÍEW PORTER'S."— Ca- lle San Juan de Letrán. México, D, F.
HOTEL «TILLE DES ROSES."— San Ángel, D. F. — Prop. Madame Jeanne Roux.
HUBARD T BOURLO>.— 4" calle de Tacuba, Jíúra. 33. México, D. F. — Comerciantes é instaladores de apa- ratos y materiales eléctricos, moto- res, bombas centrífugas, elevadores, etc. Establecidos en 1905.
HUBER, ENRIQUE, Ing— Edificio de la Compañía Bancaria. México, D. F.
— Representa la fábrica de eleva- dores de Cari Flohr, de Berlín, Ale- mania, y comercia en maquinaria para minería, agricultura é indus- tria.
IBAÑEZ T PRIETO.— Capucliinas, Nú- mero 2%. México, D. F. — Se ocupan de comisiones y giros sobre el ex- tranjero y de la compra y venta de valores. Establecidos en 1909.
INSTITUTO METODISTA MEXICA- NO. — Puebla.. Avenida del Instituto. — Fundado hace 35 años. El Institu- to Metodista sostiene dos escuelas, una para niñas y otra para niños. El presidente actual es el señor P. Flores Valderrama. El señor J. A. Manning es el Secretario.
INTERNATIONAL BANKING COR- PORATION.—Calle del Espíritu San- to, Núra. 2. México, D. F. — Gerente: Henry H. Hanson.
INTERNATIONAL TRANSFER COM- PANY. — Avenida Independencia, Nú- mero 17. México, D. F. — Su negocio
es el transporte de equipajes; el encargado de este ramo en los tre- nes de ferrocarril, tiene la repre- sentación de esta empresa. Se esta- bleció en 1890, y su Gerente gene- ral es J. H. Christen. INURRETA, TIRSO, Hijo, Comercian- te y Comisionista. — Oaxaca, Oax.
JALAPA RAILWAY AND POWER Co.
— Gerente general: H. S. Kerr. — Ja- lapa, Yei.
JORDA, ENRIQUE.— Agente de la Compañía Cervecera Toluca y Mé- xico, S. A., en los Estados de Puebla y Tlaxcala.
KOPPEL, ARTURO, '•So A.— San José Real, Núm. 1. México, D. F. — La ca- sa matriz fué fundada en Berlín, Alemania, en 1875. La casa de Mé- xico se fundó en 1906. El capital so- cial es de $13,000. Fabrican toda clase de materiales para ferrocarri- les fijos y portátiles, como locomo- toras, etc.
«LA ABEJA," S. A— Calle de Don Juan Manuel, Núm. 32. México, D. F.
— Es una fábrica de hilados y bone- tería, fundada en 1899 y cuyo capi- tal es de $500,000.
«LA CARPETA."— Almacén de papel y artículos de escritorio, imprenta, litografía, grabados y esteriotipia, fábrica de libros en blanco, encua- demación, etc. Tiene sus almacenes, escritorio, fábrica y talleres en la S'' calle de Cuauhtemotzin, Núm. 37, y su despacho al menudeo en la Ave- nida del 10 de Septiembre, Núm. 5.3. México, D. F. — El Gerente es el se- ñor Gonzalo de la Maza, y su socio comanditario el señor José G. Es- canden.
«LA CAROLINA," fábrica de hilados, tejidos y estampe; C. Noriega y Cía., S. en C. — Calle del Ángel, Núm. 5.
La fábrica se halla en la calle de Zaragoza, México, D. P. Tiene 700 telares y departamentos de blan- queo, tintorería y estampe, y traba- jan en ella unos 1,000 obreros. El departamento de estampe se esta- bleció en 1897 y el de hilados y te-, jidos en 1908. Los gerentes son los; señores Constantino Noriega, José María Quintana, etc.
«LA CIUDAD DE CARRARA."— Calle
de Guadalupe, Núm. 8. Puebla. — Es- tablecimiento de los señores Fran- cisco Gamboa y Cía., fundado en 1897. Tiene depósito de mármoles de- Italia y un Taller Artístico cuya ma- quinaria es movida por electricidad. LA CILT)AD DE LONDRES.— J. OllU vier y Cía. -Almacén de Ropa y Fá- brica de Hilados y Tejidos. — 1" Pla- teros, Núms. 7 y 8. México, D. F.
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'^fitumttrrt^Mmwftf'fVrf^
establecimiento fundado en 1907: tienen un surtido completo de mue- bles americanos, austríacos y del país; espejos, camas de latón, relo- jes de mesa, máquinas de escribir Smith y otros muchos artículos. Tie- nen la agencia de los afamados gra- fófonos Columbia y la de máquinas de escritura visible. L. C. Smith Bros. Los socios de la Compañía son los señores Francisco Rivas, Manuel M. Guzmáu y Axel Petersson.
GKIMWOOD, A., & C0.--I" calle de San Juan (le Leírán, Núm. ó. México, D. ¥. — Tienen formada estos señores la Merchants' Commercial Company, que importa carbón y otros produc- tos y tiene sucursales en Londres y Amberes. Las casas de Londres y de Veracruz se establecieron en 1894, y la de la ciudad de México, en 1896. En 1910 esta misma firma organi- zó la Agencia Marítima de México, S. A., cuyo objeto es llevar á cabo todos los negocios del departamento marítimo de los señores A. Grim- wood y Cía. de México y Veracruz. El presidente de esta nueva compa- ñía es el señor Alfredo Grimwood y el vicepresidente, el señor Adolfo E. Hegewisch.
HACIENDA DE ATLIXCO Y ANEXAS, S. A. — ('ai>ucliinas, Jíúm. 7. México, D. F. — Esta compañía se estableció en 1906, con un capital de |1.000,000. Su objeto es la explotació,n de las haciendas de Atlixco y Apango, si- tuadas en el Distrito de Hidalgo, Es- tado de Guerrero, cuyo cultivo prin- cipal es el de la caña de azúcar. For- man su Consejo de Administración los señores R. Marrón, presidente, L. C. Frisbie, vicepresidente.
HARDAKER, GUILLERMO S.--Puel)la. Compañía, ]Vúin. 10. — Contratista é importador de toda clase de maqui- naria y refacciones, especialmente para fábricas de hilados y tejidos. Blanqueo, Tintorería y Estampe; Turbinas, Tubería, calderas y Má- quinas de vapor, edificios de hierro. Bandas de cuero, Cables de algodón, etc. El señor Hardaker representa en México á las siguientes casas constructoras de maquinaria, ingle- sas y suizas: Dobson & Barlow, Ltd , Bolton; Mather & Platt, Ltd., Man- chester; E.-icher, Wyss & Co., Zu- rich; Edward Wood & Co., Ltd., Manchester; Hacking & Co., Ltd., Bury y Thos. Robinson & Son, Ltd., Rockdale. Es, además, socio de la ca- sa H. Boardman & Co., de Puebla.
HERRERA, AURELIO, y Cía,, S. en C— Propietarios del Molino Irapuato, en la población del' mismo nombre del Estado de Guanajuato. Se ocupan en la compra y venta de trigos, y son
los únicos propietarios de la acredi- tada harina marca "Creciente." Es- tablecidos desde 1902.
HIXZELMAXX, F. — Agencia especial de patentes. — Cinco de Mayo, >'úni. 3¿, México, D. F.
KIRSCH, ERNESTO.— Ortega >úm. 22. México, D. F. — Representante de ca- sas y fábricas extranjeras.
HIRSCHBERG, CARLOS.— 1^ calle de Kuevo México, IVúni, 7. México, D. F. — Es comisionista, agente general de casas extranjeras y se ocupa de im- portaciones y exportaciones, sien- do su especialidad la de los vinos y licores. Establecido en 1890.
HOLDEX-CRAW Co., vulcanizadores. S'' calle de Bucareli, INúm. 65 Méxi- co, D. F. — Reparan llantas de auto- móviles y bicicletas por un procedi- miento de vulcanización especial. Establecidos en 1909.
HOTEL DE LA UNION.— Guanajuato. Jardín de la Unión, Níim. 3. — El pro- pietario de este hotel, establecido en 1862, es el señor Francisco Drivet.
HOTEL DEL JARDÍN.— Luis Noriega Sánchez. — Calle Independencia. Mé- xico, D„ F.
HOTEL DEL PASAJE.— Propietario, Francisco de Velasco. — Puebla.
HOTEL GERMÁN AMERICAN Mé-
xicCj D. F. — Propietario, John Jor- gen.
HOTEL GILLOW San José el Real,
Núra. 23. México, D. F. — Administra- dor, Francisco Lesbros.
HOTEL LASCURAIN.— Arenida de los Hombres Ilustres, Núm. 59. México, D. F. — Propietario: Pedro Lascu- ráin; Gerente, Víctor Cador.
HOTEL MÉXICO.— Propietario: Ma- riano Saiz. — Jalapa, Ver.
HOTEL MOCTEZUMA Cuernavaca,
Estado de llórelos. — Propietario: Ramón Oliveros.
HOTEL PALACIO.— Puente Espíritu Santo y 16 de Septiembre. México, D. F. — Dueños: Ph. Bony y A. Gamard.
HOTEL T RESTAURANT DE DILI- GENCIAS.—Veracruz, Ver.— Propie- tario: Calv^o Canteli y Cía.
HOTEL Y RESTAURANT GUARDIO- LA. — I"" San Francisco Núm. 13. Mé- xico, D. F. — Dueño: George King- man.
HOTEL SAN FRANCIS.— Keeffe Her- manos, propietarios. — Avenida Juá- rez. México, D. F.
HOTEL VELASCO, y Café Restaurant y Baños "'El Paraíso." — Dulcería y Pastelería. — Calle de Benito Juárez, Núms. 6 y 8. León, Estado de Gua- najuato.— El propietario de este Ho-
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tel y sus anexos es el señor Manuel Velasco. Fué establecido el Hotel el año de 1891.
HOTEL CLARK'S ALAMEDA.--Pro-
pietario: George Clark. — Arenida de los Hombres Ilustres. México, D. F.
HOTEL COLORÍ.— San José el Real, IVúm. 21. México, D. F.
«HOTEL DE GENEVE."— 8" calle de Liverpool. México, D. F. — Es un gran ediñcio construido de acero y con- creto, destinado á recibir huéspedes y pasajeros. Los propietarios son los señores L. Vogel, S. en C, y su agen- te el señor Chas. E. Guest.
HOTEL LARA 1'^ de San Juan de
Letrán, Jíúm. 6, México, D. F. — Es uno de los que se ha formado re- cientemente, estando ahora monta- do á la altura de la época. Pertene- ce á la señora G. C. Vda. de Lara. La reforma de este establecimiento data de 1910.
HOTEL SAINT LOIIS.— 1^ calle San Agustín, Núm. 30. México, D. F.— Propietario: Juan Lozano Alcalde.
HOTEL "THE ?ÍE\V PORTER'S."— Ca- lle San Juan de Letrán. México, I). F.
HOTEL «TILLE DES ROSES."— San Ángel, D. F. — Prop. Madame Jeanne Roux.
HUBARD Y BOURLOIÍ.— 4^ calle de Tacaba, Jíúm. 33. México, D. F.— Comerciantes é instaladores de apa- ratos y materiales eléctricos, moto- res, bombas centrífugas, elevadores, etc. Establecidos en 1905.
HÜBER, ENRIQUE, Ing.— Edificio de la Compañía Bancaria. México, D. F.
— Representa la fábrica de eleva- dores de Cari Flohr, de Berlín, Ale- mania, y comercia en maquinaria para minería, agricultura é indus- tria.
IBAjÑEZ T PRIETO Capuchinas, Nú- mero 2H. México, D. F. — Se ocupan de comisiones y giros sobre el ex- tranjero y de la compra y venta de valores. Establecidos en 1909.
INSTITUTO METODISTA MEXICA- NO. — Puebla.. Avenida del Instituto. — Fundado hace 35 años. El Institu- to Metodista sostiene dos escuelas, una para niñas y otra para niños. El presidente actual es el señor P. Plores Valderrama. El señor J. A. Manning es el Secretario.
INTERNATIONAL BANKING COR- PORATION.—Calle del Espíritu San- to, Núm. 2. México, D. F. — Gerente: Henry H. Hanson.
INTERNATIONAL TRANSFER COM- PANT. — Avenida Independencia, Nú- mero 17. México, D. F. — Su negocio
es el transporte de equipajes; el encargado de este ramo en los tre- nes de feri'ocarril, tiene la repre- sentación de esta empresa. Se esta- bleció en 1890, y su Gerente gene- ral es J. H. Christen.
INURRETA, TIRSO, Hijo, Comercian- te y Comisionista. — Oaxaca, Oax.
JALAPA RAILWAY AND POIVER Co. — Gerente general: H. S. Kerr. — Ja- lapa, Ver„
JORDA, ENRIQUE.— Agente de la Compañía Cervecera Toluca y Mé- xico, S. A., en los Estados de Puebla y Tlaxcala.
KOPPEL, ARTURO, A S. A.— San José Real, Núm. 1. México, D. F. — La ca- sa matriz fué fundada en Berlín, Alemania, en 1875. La casa de Mé- xico se fundó en 1906. El capital so- cial es de $13,000. Fabrican toda clase de materiales para ferrocarri- les fijos y portátiles, como locomo- toras, etc.
«LA ABEJA," S. A— Calle de Don Juan Manuel, Núm. 32. México, D. F.
— Es una fábrica de hilados y bone- tería, fundada en 1899 y cuyo capi- tal es de $500,000.
«LA CARPETA."— Almacén de papel y artículos de escritorio, imprenta, litografía, grabados y esteriotipia, fábrica de libros en blanco, encua- demación, etc. Tiene sus almacenes, escritorio, fábrica y talleres en la 3^^ calle de Cuauhtemotzin, Núm. 37, y su despacho al menudeo en la Ave- nida del 16 de Septiembre, Núm. 53. México, D. F. — El Gerente es el se- ñor Gonzalo de la Maza, y su socio comanditario el señor José G. Es- candón.
«LA CAROLINA," fábrica de hilados, tejidos y estampe; C. Noriega y Cía., S. en C. — Calle del Ángel, Núm. 5.
La fábrica se halla en la calle de Zaragoza, México, D. F. Tiene 700 telares y departamentos de blan- queo, tintorería y estampe, y traba- jan en ella unos 1,000 obreros. El departamento de estampe se esta- bleció en 1897 y el de hilados y te-, jidos en 1908. Los gerentes son los: señores Constantino Noriega, José María Quintana, etc.
«LA CIUDAD DE CARRARA."— Calle
de Guadalupe, Núm. 8. Puebla. — Es- tablecimiento de los señores Fran- cisco Gamboa y Cía., fundado en 1897. Tiene depósito de mármoles de Italia y un Taller Artístico cuya ma- quinaria es movida por electricidad. LA CIUDAD DE LONDRES.— J. Olli- vier y Cía.- -Almacén de Ropa y Fá- brica de Hilados y Tejidos. — 1" Pla- teros, Núms. 7 y 8. México, D. F.
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LA CIUDAD DE MÉXICO Jalapa,
Ver.— Almacén de Ropa y Noveda- des.— Ollivier Hnos. y Cía. Estable- cida en 18t)9.
LA CIUDAD DE LO>DIÍES Pacliu-
ca. — Almacén de Novedades, Sastre- ría, Mueblería. Establecida en 1898. Prop. F. Imbert y Compañía.
«LA compañía ALU3ÍIM0 Y COR- CHO COKOXA.''— Su despacho está en la calle de Saiita Teresa, >'úiii. 2. México, D. F., y su fábrica en el Pe- ñón, D. F. Es sucursal de "The Crown and Seal Co." de Baltimore, Estados Unidos. Comenzó sus nego- cios en 1905. Su producto es el de los tapones de corcho "Corona." El señor H. K. Dickson es el Gerente general.
LA C03IPAÑIA BRUXSWICK-BALKE. COLLE>DER.— Mesas de Billar con barandas de patente "Monavch''. — Zuleía, :Xi'im. 15 México, D. F.— La sucursal en México fué fundada en 1898 por el señor Julius Ballíe. Ge- rente: Ricardo Watty.
■"LA CO>FEDEIiACIOX DEL CANA- DA,'' sociedad de seguros sobre la vida. — Tiene su casa matriz en To- ronto, Canaúá. La sucursal en Mé- xico está en la calle del Espíritu Santo, Núrn. 5, á cargo del Gerente general, señor F. W. Green. La Com- pañía emite toda clase de pólizas. El presidente de la corporación es W. H. Beatty. En cuanto á capital, el sobrante en efectivo de todo pa- sivo era de $1.091,529 en 31 de Di ciembre de ]908.
*'LA ENSEÑANZA OBJETIVA,' Casa importadora. — San Martín, Níim. 1. Puelíla. — Este establecimiento, fun- dado en 1SS8, gira bajo la razón so- cial de Agustín Romero. Tiene sur- tido completo de artículos de libre- ría y papelería.
«LA ES?tIERALDA,"— Hauser, Zivy & Co. México, D. F. — Casa fundada en 1864. La casa mtriz está en París v la fábrica principal en Suiza. Es la joyería más grande de le República; y comercia en todo lo que se rela- ciona con el ramo.
XA ESTRELLA, S. A.— Fábrica de Cer- veza y Hielo. — Jalapa, Ver. — Esta- .Tslecida desde el año 1898. Presiden- te y Gerente: Emilio Leycegui; Vi- cepresidente: Roberto Graf.
«LA FAVOIÍÍT.V," S. A.— Gran Desti- lería Central. — Celaya, Estado de Guana.ínato. — Produce alcoholes y aguardientes en grande escala, pas- ta alimenticia para ganado, aceite vegetal y át:ido carbónico líquido. La producción de ácido carbónico de esta fábrica es suficiente para lle- nar el consumo de este artículo en
toda la República, haciendo inne- cesaria ya su importación de Euro- pa. "La Favorta" trabaja con ma- quinaria de lo más moderno, pues toda su planta fué renovada recien- temente. Su capital social es de $3.000,000. Fué establecida en 1901. El pre3ide:.ite es el señor Luciano Veyau ; el Gerente, el señor Augus- to Veyan, y el Sub-gerente y Teso- rero, el señor Adolfo Ajanes, jr.
"LAS FABRICAS UNIVERSALES," de A. Reynaud y Cía. Se hallan en la esquina de la 2' del Cinco de Febre- ro j 4" de Capuchinas. México, D. F. — Son grandes almacenes de nove- dades, que se establecieron en esta capital en 1S87.
"LA FRANCIA."— Bonetería, Camise- ría y novedades. — Ar. 16 de Septiem- bre, Núni, 78. México, D. F. — Prop. Juan Carredano.
LAGARRA, PEDRO, y Cía.— Puebla.— Propietarios de la Fábrica de Hi- lados "La Mexicana." Esta fábrica permaneció cerrada durante año y medio, y fué reabierta por la ac- tual Compañía el 1" de Enero de 1910.
"LA GERMANIA," Compañía de segu- ros sobre la vida, incorporada en 1860 bajo las leyes del Estado de Nueva York. La sucursal en la Re- pública mexicana está á cargo del señor C. H. Florián, director gene- ral, con residencia en la 1" de Pla- teros, Nítni. 2. México, D. F. — El ca- pital líquido de esta Compañía era de $5.815,065.71 en primero de Ene- ro de 1909.
"LA GRAN BARATA." Kuri Primos Sucs. — Mercería, Joyería, Sedería y Perfumería. — 2'^ Flamencos, Núni. 15. México, D. F. — Gerentes props. Ale- jandro Kuri, Antonio Letayf.
«LA GRAN UNION," fábrica de alco- holes y licores situada en la Calza- da de la Vig'a y la Calzada de Gue- rrero, Depósito y oficinas generales en la esquina de las calles Arcos y Bajos de San Agustín, México, D. F. — Propietario: León S. Kuhn. Esta- blecida en 1894.
El mismo señor Kuhn posee la fá- brica de Milita, sita en la Calzada de Ciuerrero, establecida por él, bajo concesión especial del Gobierno en 1906.
LA IMPERIAL, S. A.— Cía. Manufac- turera de Dulces y Chocolates. — Re- yi!la8Íg:edo v Ayuíítamlento, Méxi- co, D. F.
"LA INDUSTRIA NACIONAL."— 4^ del Fresno, Núm. 113. México, D. F. — Fábrica de velas y cera. Propieta- rios: Melchor Camacho y Hno. Es- tablecidos en 1895, siendo la prime-
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ra factoría moderna de velas que hu- bo ea México. LA INDISTEIA VERACRUZANA, S.
A Capital social, $50,000.
Director: Luciano Leycegui. — Ye- racruz, Ver.
«LA LATIDO- AMERICAN A" (Mutua- lista), compañía de seguros sobre la vida. — Oficinas, Cadena, IVúin. 21. México, D. V. — Su reserva de garan- tía ó capital suscrito es de $1.000,000.
LAVANDERLl MODERNA La Auro- ra."— 7' calle del Dr. Lavista, Núm. 188-90. México, D. F.— Su propieta- rio es el señor Mauro Cándano, esta- blecido en 1904. La maquinaria de esta lavandería es moderna, impor- tada de los Estados Unidos, y todos los operarios son mexicanos.
LANGENSCHEIDT, ENRIQUE.— GüA- iiajuato. — Banquero, Explotador de Minas y Hacendado. Establecido des- de 1872. Las haciendas del señor Langenscheidt se encuentran en el Estado de Zacatecas. Dicho señor es también Vice-Cónsul de Alema- nia en Guanajuato.
LA MINA DE SANTA GERTRUDIS, S. A., Paelmca, se organizó en 1877, después del cual tiempo ha produci- do unos millones de pesos de metal. En el 24 de Enero del corriente año una compañía inglesa compró esta negociación en $9.000,000.
LA NACIONAL.— Gerente, Manuel Gar- cía.— Callejón de los Reyes, Núm. 4. México, Do F. — Fábrica de Ropa He- cha, instalada con todos los adelan- tos modernos.
L.V. NACIONAL. — Cía. de seguros so- bre la vida. S. A. — México, D. F.
*'LA PALMA,'' de Manuel Palomar y Cía. — Ferrciería, Mercería, Mueble- ría, Cristalería y Armería.— Plaza Principal, Núni. 1; Portal Aldama Niini. 1. León, Estado de Guanajua- to.— Establecidos en 1895. Tienen un surtido completo en máquinas de agricultura, muebles, etc.
*'LA PRIMAVERA." Gran Almacén de Ropa y novedades de Paulino Ri- chaud & Cía. — PuebL'í. I'' calle de -Mercaderes y Portal Hidalí?o. — Ha- cen ventas por mayor y menor. Ca- sa establecida en 1880.
LARIN y Cía., Fábrica de Chocolates y Dulces.^ — V de Mina, Núm. 56. Mé- xico, D, F, — Establecióse en 1898, fabricando dulces y bombones al es- tilo europeo, los que expende en es- ta ciudad y exporta á los Estados.
LAS DOS AMEEICAS, S. A.— Fábrica de Hielo. Capital social, $400,000. — Despacho: Zuleía, Núm. 1. Méxi- co, D, F. — Presidente: G. N. Saun- ders. Gerente: Pedro Bong.
"LA SUIZA," Gran Sedería, de C. Deuchler y Cía. — Avenida de San Francisco, Núm, 55. México, D. F. —
Almacén de mercancías de todas cla- ses, especialmente novedades para señoras. Establecida en 18S2.
lavandería anglo-mexicana.—
2^ calle de Nuevo México, Núms. 53 y 55. México, D. F. — El propietario de este establecimiento es el se- ñor W. H. Sheppard, quien estable- ció en 1898 la lavandería á mano, te- niéndola ahora equipada con ma- quinaria moderna de vapor.
lavandería higiénica, S. a— 1'
Mosqueta, Núm. 15. México, D. F. —
Capital social, $300,000.
Presidente: José H. Christen.
"LA MEXICANA," compañía anóni- ma nacional de seguros sobre la vi- da.— San Francisco. — México, D. F. Cuenta 22 años de existencia. Su presidente es el Ingeniero Sebastián Camacho, y su Director general el señor Emilio Berea. Su capital so- cial era de $200,000 y su fondo de reserva de $3.111,348.59 en 31 de Diciembre de 1908.
LA MICHOACANA, S. A.— Maderería. 7' de Altaniirano, Núm. 134. Méxi- co, D. F. — Este negocio fué estable- cido en 1893 con aserraderos en los bosques de Michoiacán, pero ha cam- biado de dueños y de razón social varias veces hasta tomar la que en- cabeza estas líneas en 1909. Su Ge- rente es ahora el señor G. H. He- wett.
"LA MONSEJiRAT."- 8^ de ReyÜlagí- gedo, Núm. 94. México, D. F. — Es ésta una fái)rica de tejidos de punto. Expende hilazas mercerizadas, hilo bolita "Sol y Luna," hilo crochet y de otras clases. Son sus propietarios los señores B. Oliver, S. en C.
"LA MUTUA" de Nueva York.— Edifi- cio de La Mutua, Avenida Cinco de Mayo. México, D. F. — Compañía de seguros sobre la vida; Director ge- neral: H. E. Bourchier.
"LA PALETA;" de José M. Urquidi.— Calleión del Espíritu Santo, Núm. 14. México, D. F. — Comercio de ar- tículos de dibujo y pinturas. Esta- blecido en 1882.
LA PERFECCIONADA, S. A— México, D. F. — Fábrica de Bonetería é Hi- lados, establecida en 1900 con un ca- pital de $1.000,000.
"LA PERL V,"— Esquina de San Fran- cisco y Callejón de Santa Clara. Mé- xico, D. F.- Esta es una gran joye- ría y relojería establecida en 1879, y perteneciente á los señores Diener Hnos.
"LA PRIMAVERA."— Grandes Alma- cenes de Ropa y Novedades de I*.
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Thome y Cía., Sucesores. — Esquina Condesa y Oratorio. León, Estado de Gnanajnato. — Estos almacenes fue- ron establecidos en ISSl. Los actua- les socios de la compañía son los señores Sebastián Donnadieu, Jean Silve y Aimé Donnadieu.
«LA PROBIDAD."— Fábrica de Algo- dón, (hilados y tejidos).) Fundada en 1860. Especialidad. Driles Jala- peños de hilo torzal. B. Manuel, Su- cesores. Apoderado: Rafael Nevé. —
. . Jalapa, Ver,
«LAS FABÍÍir AS DE FRANCIA."—
Cajón de Ropa. — Portal Aldania, Nú- mero 34, León, Estado de Guana jna-
to. — Estos grandes almacenes son propiedad de los señores Pons y Cía. Fueron establecidos en 1884. Los actuales socios son los señores Emi- le James y José Pons.
"LA SIRENA."— Tlapalería y Ferrete- ría de M. Pezaña, Sucr. — Calle del . Refugio, Njíni. 15. México, D. F. —
Tiene surtido de artículos de los ramos mencionados, barnices de Va- lentín, de Nobles y Hoare y Mur- phy, herramientas y materiales pa- ra la fabricación de flores artificia- les. Establecida en 1820.
«LA SORPRESA."— Almacenes de Do- renberg Peiersen & Co. — Puebla. — • Tienen un surtido completo de ar- tículos de Ferretería, Mercería, Mue- blería, Cristalería, Joyería, Perfu- mería, Maquinaria, etc. Venden tam- bién carruajes y papel tapiz. Casa establecida en 1SÜ7. Los socios son los señores Pablo Petersen, José Do- renberg y Julio Siegle
«LA TABACALERA MEXICANA, S. A —México, D. F.— Se fundó en 1899, bajo la razón social de Basagoiti, Zaldo y Cía. En 1907 se convirtió en sociedad anónima con capital de $2.000.000.
«LA TOLTECA," Compañía de Cemen- to Portland, S. A. — Capital invertido, $500,000. — Oficina principal, Gante Núni. 14.
México, D. F. — ^Vicepresidente y Ge- rente general: "W. E. Burk.
LA ÜNION DE LAS COLONIAS.— Al- macén de Abarrotes. Ventas por ma- yor y menor. — Santa María y Alza-
..te, México, D. F. — Gerente: A. Cam- po 11 o.
«LA UNION LICORERA" de Antonio Barcelo. — Calle de Jiménez, Número 1,633 .México, D. F.— Es esta una fá- brica de licores y comercio de acei- tes franceses y españoles, embote- llados y en botes. Expende también Jerez quinado y mezcal Sotol. Se •estableció en 1900. La razón social fué anteriormente Molina Alonzo y
Bercelo; después Alonzo y Barcelo y hoy A^ ionio Bn ícele.
"L'CNION," compañía francesa de se- guros contra incendio. — Calle de Ca- puchinas, \úni. 7. México, D. F. — Su residencia en París es en la Plaza de Vendóme, 9. El apoderado en Mé- xico es el señor Marcel Deffés. Fué fundada en 1828. y se estableció en México en JS98.
«LA VICTORIA, S. A., fábrica de teji- dos de lana. — Calzada de la Viga, es- quina con la de la Resurrección, Mé- xico, D. F. — Esta compañía sucedió en 1909, á la de Ibáñez y Prieto, S. en C, la que desde 1903, era suce- sora de Antonio Basagoiti, quien ha- bía establecido el negocio en 1894. Fi ]ires;idf.nte de la actual compa- ñía es l)cu Antonio Basagoiti, y el Director Gerente, Don Adolfo Prieto.
LA VILCANIZADORA DAVIS.— Aye- nida Juárez, Núni. 66. México, D. F. — Negocio de Goma elástica vulca- nizada, rescargue de acumuladores eléctricos. Expende llantas "Dia- mond." El propietario es Jack M. Davis, quien se estableció en 1907.
"LE LOüVRE," gran camisería y per- fumería de Bacha y Cía., Suos. — Avenida del 16 de Septiembre, Núm» 67. México, D. F. — Tienen la fábri- ca de perfumes en Puente de Carre- tones 10^/^ y además de ésta y la fá- brica de camisas, tienen almacén de sedería y otros artículos extranje- ros. Los propietarios son los seño- res Selim Abraham y Negib Bacha.
LE LOÍIVRE.— Puebla.— Bonetería y Lencería. Especialidad en artículos de iglesia. Establecido en 1900.
LESSANCE A., Sucs.— Calle del Niño Perdido, Núm. 5% y callejón de Pa- jaritos Núm. 8 Vi! y 9. México, D. F. — El negocio consiste en la curtiduría y expendio de bandas de cuero para maquinaria, guarniciones y charo- les para carrocerías. La propietaria es de la señora Adela M. Vda. de Sanders. Establecióse en 1858.
librería EDITORIAL de la Vda. de C. Bouret. — Avenida del Cinco de Mayo, Núm. 5. México, D. F. — Esta casa edita libros de texto, adaptados á las escuelas mexicanas. Tiene un departamento de materiales escola- res, y una extensa biblioteca de obras españolas y francesas de cien- cias, literatura, artes y oficios, etc. La casa tiene también almacenes en París. Sus gerentes son los señores Raoul Mille y Elle Esnault. Fué fun- dada en 1820.
LIONS HERMANOS y Cía.— Importa- dores y exportadores. Son los pro- pietarios del Almacén de Ropa y No- vedades La Ciudad de México, 1* de
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Mercaderes, Núnis. 2 y 4, Puebla; y
de la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón El León, ubicada en Atlixco, del mismo Estado de Pue- bla.— Establecidos desde 1862. Los socios actuales de la Compañía son los señores Eugene Lions, Jules Lions, Adrien Reynaud, Casimir Phi- lip, Luis Moutte y Jean Lions.
LISTER l\ V. & Cía., contratistas.— Tienen su oficina principal en ia calle de Don Juan Manuel, Hiíim. 20. México, D. F. — Construyen pavimen- tos de asfalto y de otros materiales, obras de abastecimiento de aguas, etc. Se establecieron en 1905.
LLOYD C. H.— Arenida del Cinco de Mayo, Núm. 1. México, D, F. — Es único agente de D. L. Flack & Son, de Londres, y de la American Creo- sote Works, Inc." de Nueva Orleans. La. Comenzó sus negocios aquí en 1906, importando carbón, coke, an- tracita y otros muchos productos in- gleses.
LOCKHART ALFREDO.— Calle de las Cruces, ííúni. 6. Puebla. — Gerente y Apoderado de la importante casa P. Reddaway y Cía., Ltda., Pendleton, Manchester, Inglaterra. Dicha casa es la única que fabrica las afamadas bandas "Pelo de Camello" y artícu- los diversos como tubos de algodón, cañamazo y cauchu. El señor Lock- hart está establecido en Puebla des- de el año de 1907.
LOEB HERMANOS.— Esquina de la Avenida San Francisco y Callejón de la Alcaicería. México, D. F. — Son importadores y comerciantes por mayor y menor, en cristalería, loza, porcelana, lámparas, cuchillería fina y efectos plateados. Tienen oficina en París. Estableciéronse en Méxi- co en 1889, 'Siendo los socios Max Loeb y Jacobo Lceb.
LOIZAGÍA HER?JA]VOS.— 6^ Calle de Guerrero, Jíúni. 122. México, D. F. — Casa fundada en 1906. — Fábrica general de Punto "La Europea."
LÓMELO, AUSE> CIO.— Calle Benito Juárez, letra A. Guanajuato. — Esta- blecido desde 1890. Su negociación lleva el nombre de El Ancla de Oro. Se ocupa el señor Lomelín en toda clase de comisiones y consignacio- nes. Es agente en Guanajuato de la Cervecería Cuauhtemoc, S. A., y sub- agente de la Compañía de Seguros contra Incendio "The Liverpool and London and Globe."
LOXDOX ASSITRAXCE.— Agentes apo- derados, P. y J. Jacques, S. en C. — Calle de Don Juan Manuel. México, D. F.
LONDOX GüARA\TEE AND ACCI- DENT COMPANY, Ltd.— La casa
matriz está en Londres, y la Agencia en México se halla en la calle de Gante, Nm. 11, siendo el agente ge- neral el señor L. H. Miller. El capi- tal pagado de esta Compañía en 1907 era de 75,000 libras esterlinas.
LOüSTAN D. & Cía.— 2'' calle de Píate- ros, Núm. 10. México, D. F. — Son co- misionistas. Se encargan de despa- chos aduanales en Veracruz y Méxi- co. Tienen lanchas para descargar y embarcar, remolcadores y embarca- ciones cubiertas para cabotaje. Los propietarios son los señores Denis Loustan (fundador en 1879), Alexis Loustan y Joseph Brausset.
"LOS INDUSTRIALES," S. A. Ta- lleres en la Prolongación de San Salvador el Seco. México, D. F. — Manufactura hierro y acero. Presi- dente, Ing. Sebastián Camacho. Se estableció en 1887. Capital, $152,000.
LUNA RAMOS é Hijo— Puebla. 1* de Mercaderes, Núm. 9. — Propietarios de la Sedería La Elegante, fundada en 1869. Este establecimiento vende máquinas de coser, tablear y enca- rrujar; adornos, botones, blondas, encajes, guantes, corbatas, medias, perfumes, ñores artificiales y mul- titud de artículos de fantasía.
LUNDBERG G.— Venta de productos de Suecia, establecida en 1907. — Cin- co de Mayo, Núm. 82. México, D. F.
Me LAREN T HERNÁNDEZ.— Nego- cios administrativos y judiciales. — Esquina San Francisco y Callejón de Betlemitas, Núm. 217. México, D. F.
MACNABB JAS. F. & Co.,— Calle de Tiburcio, Núm. 18. México, D. F. —
Anteriormente eran Ford & Mac- nabb. El señor Ford se estableció en México en 1898; el señor Macnabb se asoció al señor Ford en 1905. Son contadores y glosadores, también es el señor Macnabb agente general de la "Palatine Insurance Company, Ltd.," Compañía de Seguros contra Incendio.
maderería "LA PROVEEDORA," de
Silviano M. Saldaña. — 3" calle de Mina, Núm, 59. México, D. F. — Co- mercia en maderas del país y norte- americanas, y tiene talleres de tor- nería y de hacer molduras. Estable- cida en 1899.
MAQUIVAR y Compañía. — Pachuca. — Almacén de Fierro, Ferretería, Mer- cería y abarrotes. Establecida en 1867.
MARMOLERÍA ITALIANA.— Talleres de escultura y arquitectura de Aqui- les y Ardella. — Los talleres están en la segunda de la Pila Seca, Núm. 6; el despacho en la Avenida Indepen- dencia, Núm. 40. México, D. F.
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IffAETEL J. ALFREDO Sombrerería
El Conejo. — 6'' Bolívar. — :\Ianiifactu- ra de pelo y fábrica de sombreros. — Piaznela San Salvador el Tcrde, hú- mero 14. ííéxico, D. F.
MAKTIXEZ Y :,IADRAZO, Sucs. Co- misionistas.— Calle de Guauajiiato, ^úni. 2L — León, Estado de Gnaiia- jnato. — Venden artículos de la in- dustria de León. Casa establecida en 1885.
MARURE E. & Cía.— Veracraz, Ver.
— Comerciantes y Comisionistas. Fá- brica de aguardiente en San Fran- cisco de las Peñas, Ver. MARX LUCIANO — Representante y agente apoderado de S. Larcher Pére et Fils Jeune. Bordeaux. — Calle Isabel la Católica. >'úm. 1. México, D. F.
MEXDEZ J. J., representante y crga- nzador de compañías mineras. — Ca- lle de Gante, Núni. 12. México, D. F. — Es presidente de las compañías mineras "El Dorado," S. A.; "Cam- pechana, Triunvirato y Anexas," S. A., y "La Rambla," S. A.; gerente de la compañía minera exploradora de León. Gto., S. A. Establecido en 1905.
MERCAMIL BA>'KI>G Co.— Esquina 1" San Francisco y Betlemitas. Mé- xico, D. F. — Presidente: Geo. J. Me
Carty.
MERCERÍA Y FERRETERÍA de Ra- món Bouchez. — Jalapa, Ver. — ^Casa fundada en 1835.
MEXICAX CONSTRÜCTION AND Elí- GINEERIXG Company, Ltd.--Geren- te: W. H. Schaefer. — Centro .^ercan- tih México, D. F.
MEXICAX ELECTRICAL SüPPLY Co., S. A. — Avenida de la Independencia, 'Súm. 2. México, D, F. — -Agentes de varias fábricas extranjeras y comer- ciantes en materiales eléctricos, alambre de cobre y lámparas injan- descentes. El Gerente general es el señor J. A. Pierce.
La Compañía Mexicana de Lám- paras Incandescentes, S. A., reside en Nonoalco, México, D. F. Su capi- tal social es de $160,000, y se esta- bleció en 1904. Produce 2,500 lám- paras por día y las exporta al Cana- dá y á otros países.
MEXICAX GENERAL ELECTRIC Company. — San Juan de Leírán, Nú- mero 3. México, D. F. — Maquinaria Eléctrica. Director Gerente: D. Ma- zenet.
MEXICAN NATION VL PHONOGRAPH Co.— 4" Tacuba Núni. 33. ?Jéxico, D. F. — Fonógrafos, cinematógrafos, ba- terías eléctricas, folladores automá- ticos. Gerente: Georges ^I. Nisbett.
MEXICAN TITLE-3Í0RTGAGE Co., S. A. — Callejón del Espíritu Santo. Mé- xico, I), F. — Gerente: Malcolm C. Little.
?íIEXICO CITY BANKING COMPANY,"
S. A. — Avenida de San Francisco, Núni. 14. México, D, F. — Tiene un capital y reserva de $1.000,000. Su presidente es el señor Juan L Beck y su gerente el señor F. J. Dun- kerley.
MÉXICO EQOPMENT Co., S. A.,— Ma- quinaria y accesorios eléctricos y para minas. — Avenida Independen- cia, Núni, 31. ?Iéxico, D. F. — Estable- cida en 1904. Presidente: H. E. Al- bright. Vicepresidente: Ch. Me. C. Anderson. Secretario y Tesorero: Will N. Parscms.
MICHEL CHRISTIAN y Cía., Ingenie- ros de máquinas y contratistas. — ■ Zuleta, Núni. 1. México, D. F.
MIER VDA. DE & Co — Puelila.- Ha- cendados é Industriales. Poseen la hacienda de los Molinos, en Perote, Veracruz; la fábrica de hilados y tejidos "La Claudica" fundada en 1899, la cual tiene su despacho en la calle de San Martín, Núni. 3; y un aserradero para madera de pino y oyamel, duela y viguería. La señora Claudina F. Vda. de Mier es socio capitalista y el señor Ignacio Me- néndez, socio industrial.
MILLIKEN BROS., New York.— La su- cursal de esta casa en México se ha- lla en esta ciudad, en el edificio de La Mutua. Fabrican lingotes, lámi- nas, barras, acero y hierro estruc- tural y ornamental. Establecidos en México en 1898. Gerente: S. Fortín, Ingeniero Contratista.
MOLINO DE CILINDROS "LA PRO- VIDENCIA."- Núñez, Náni. 4. Pue- l)la. — Es molino de harina; fué es- tablecido en 1896 y tiene capacidad para 200 barriles diarios. Propieta- rio: Emilio Tiffaine.
MOLINO DEL FÉNIX.— Querétaro.—
Este molino produce harina de tri- go de superior calidad. Fué estable- cido en 1902. La agencia en México está en la calle de la Acequia ó Za- ragoza, Núni. 23 bis. El propietario es el señor Pablo Lozada. — AJameda Hidalgo, costado Norte. — Querétaro.
MOLINO DE "SAN MANUEL."- Pue- bla.— Propietario : Fermín Besnier. — ó"" Palafox y Mendoza, Núnj. 18.
MONASTERIO J, O., Ingeniero conce- sionario del sistema Hennebique. — • Cemento armado. — Edificio Bancario. México, D, F,
MOREAU P. L., Agente de patentes.— Ex-Seminario, Núm. 1. México, D. F.
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JÍOSLER, BOWEN & COOK, Sucr. (George \V. Cook), — 2'' San Fran- cisco, j\úiu. 6. Jíéxico, D. F. — Cris- talería, Material escolar, alfombras y cortinas, papel tapiz, papelería, muebles, cajas fuertes, contadores de dinero y máquinas de escribir.
MÜLLER CARLOS.— Avenida Juárez, jVíim. 88. México, D. F. — Apoderado de casas extranjeras: La Sociedad de los Automóviles "Peugeot" de Pa- rís; bicicletas y motocicletas "Al- cyón;" coclies -repartidores "Roval," y representante de muchos fabri- cantes de drogas y substancias ali- menticias.
MUNDET L. é Hijos, Sucs.— 8^' calle del Sabino. — Importadores y fabri- cantes de tapones y útiles para em- botellar. Propietario: Arturo Mun- det. Establecido en España en 1865 y en México en 1902.
MULLER .HERMANOS.— Esquina de las calles del Dr. Casimiro Licéaga y del Dr, Carniona y Valle. México, D. F. — Tienen talleres de imprenta, litografía, encuademación, raya- dos, estereotipia y fotograbado. Es- tableciéronse en 1900.
MüNGüIA ENRIQUE.— Calle de Ver- gara, ]Vúm. 6. México, D. F. — Tiene un repertorio de música, pianos, au- to-pianos, harmonios é instrumen- tos para bandas. Se estableció en 1899, y tiene sucursales en Guadala- jara, San Luis Potosí y Zacatecas.
MÜRIEL Y ARMID A.— Avenida Juá- rez, Núiu. 34. México, D. F. — Son agentes para la venta de artículos para oficinas, tales conio máquinas de escribir, plumas fuentes ,máqui- nas de calcular, y otros, con cuyo ne- gocio se establecieron en 1908.
Tienen, también, un servicio de órdenes y pedidos por correo, esta- blecido en 1909.
NEW ENGLAND AND MÉXICO.— Puente del Espíritu Santo, Ni'ini. 8 y 9. 3íéxico, D. F. — Comerciantes y confeccionadores de trajes para hom- bres y niños, uniformes, libreas, ca- potes, etc. Tienen nueve sucursales en América y Europa, estando la casa matriz en Bruselas. Se esta- bleció en 1902. El Gerente es el se- ñor Armand Bugnot.
NATIONAL METAL C03IPANY.— 1" calle de Santa Teresa, Núni. 2. Mé- xico, D. F. — Compradores de mine- rales y metales. Presidente: C. B. Lewis; vicepresidente, H. P. Lewis. Comenzó esta compañía sus opera- ciones en 1900. Su capital, $1.000,000. Los mismos señores Lewis tienen formadas las compañías siguientes: "Colonia Calzada Vallejo, S. A." que se dedica á la venta de terrenos.
fundada en 1907, con capital de $10,000, y cuyo presidente es C. B. Lewis.
La "Compañía de Terrenos de Pe- ralvillo," S. A., con capital de $10,000, fundada en 1909, que tam- bién se ocupa de la venta de terre- nos, y cuyo presidente es H. P. Le- wis.
La "Compañía Industrial de Pa- tentes," S. A., con capital de $40,000, fundada en 1909, cuyo presidente es también H. P. Lewis.
NATIONAL PAPER AND TYPE COM- PANY. — l'-^ de Nuevo México, Núni. 122. México, D. F. — Casa establecida en 1900. Gerente: J. H. Jacobs.
NEEL W. R., Ingeniero y Contratista. — 5" Córdoba, Núni. 102. México, D. F.
NEGOCIACIÓN MANUFACTURERA del Hierro de Zimapán. — Gerente: Ricardo Honey.
Depósito: T de las Delicias, Núni. 55. México, D, F.
NEGOCIACIÓN MINERA «CRUZ Y ANEXAS," de los señores Lewis y Lujan, ingenieros. — Avenida de San Francisco, Núni. 52. México, D. F. — El mercurio es el metal que se ex- trae de la mina.
NEGOCIACIÓN MINERA DE SAN RA- FAEL Y ANEXAS Pacliuca.— Ge- rente general: E. Girault.
OAXACA S3IELTER CORPORATION.
— Oficina principal: Boston, Mass., U. S. A.— Capital social, $1.500,000, oro.
OBREGON CLAUDIO.— Guana.Uiaío. 2^ calle de Alonso, Núni. 22. — Importa- dor y Comisionista. Casa establecida en 1869. Los ramos en que se ocupa son: mueblería en general, cristale- ría, mercería fina, vinos y licores fi- nos.
Las haciendas del Trejo y de la Ga- rrida pertenecen á los Sres.. Claudio Obregón é Hijos. Dichas haciendas producen principalmente trigo y maíz, fuera de otros productos se- cundarios.
ÓPTICOS DE KING.— Avenida de San Francisco, Núm. 47. México, D. F. — Representan á la Julius King Opti- cal Company. que tienen casas esta- blecidas en Chicago, Nueva York y París. Comercian en anteojos y len- tes por mayor y menor. Los repre- sentantes en esta ciudad son W. A. Neff y Cía. Estableciéronse en 1892.
PACHIANO C. y Cía.— Vinos y licores,
PADILLA HERMANOS.— Agricultores. Fabricantes y Comisionistas. — Plaza Principal, Portal Aldania, Núms. 37, 88 y 39» León, Estado de Guaiiajuato.
— Establecidos en 1885. Son propie-
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tarios de la Fábrica de lana, hilados y tejidos El Progreso, y de las ha- ciendas, San Miguel del Sauz y San- ta Rita, que producen maíz, trigo, garbanzo y frijol. PA?<.MEXICA> REALTY & SECURI- TIES' Company. — Avonida Juárez, Núm. 8. México, D. F. — Se ocupa de negocios mineros, bienes raíces y efectos públicos y de comercio de todas clases, con 42 agencias esta- blecidas en los Estados Unidos é In- glaterra. Presidente: Dr. Peter Ols- son Seffer.
compañía coloia roma sur, s.
A.— 2' calle de Madrid, >úni. 33.—
Negocio en tierras de la expresada colonia. Presidente: Eduardo W. Orrin. Comenzó sus operaciones el 8 de Enero de 1906. Capital social pa- gado, $900,000.
«pasamanería FRA^CESAo"— Ta- lleres y despacho, en la 2'' Ribera de San Cosme, >'úiii. 21, México, D. F. —
El Consejo de Administración de es- ta Compañía está compuesto de los señores F. Pimentel y Fagoaga, Luis Barroso, y otros, y su gerente es el señor H. Cassereau. Fué establecida en 1904, y su capital social es de $225,000.
PATERSOX, (líriLLERMO, Sucs.— 4" de Xuevo íléxlco, >'úni. 86. México, I). F. — Son plomeros especialistas en obras sanitarias, establecidos en 1905. Además de la casa matriz tie- nen una sucursal en la Ayeuida de la Indcijeiideiicia, >'úni. 21. La so- ciedad se compone de los señores Guillermo y Jas. A. Paterson, hi- jos del fundador. Su capital es de $120,000. Importan y venden artícu- los sanitarios; fabrican tubería de plomo y artefactos del ramo.
PELLOTIER, HERMANOS.— Portal de Mercaderes, >'úiii. i. México, D. F. — Sombrerería Sombrero Colorado. Fá- brica ¿e sombreros en la Plazuela de Iñ Concepción.
PENXSYLVAMA STEEL COMPA>Y, de Steelton, Pennsylvania, y The Maryland Steel Company, de Spa- rrows Point, Md. — La sucursal de estas Compañías norte-americanas se halla en el edificio de La Mutua, Mé- xico, D. F. — El agente para las ven- tas aquí es F. H. Tackaberry, quien lo es también para otras Compañías nirate-americanas, habiendo abier- to su oficina en 1906.
PÉREZ. (ARLOS, Sucr.— Edificio Cen- tro Mercantil, México, D. F. — Es re- presentante de casas extranjeras; se encarga de la instalación de talle- res mecánicos y maquinaria eléc- trica; de construcciones importan-
tes como fábricas completas, insta- laciones eléctricas para poblaciones, drenaje, etc. Establecido en 1906. PÉREZ, JIAX.— Calle del Costado de San Pedro, IVúm. 6. Puebla. — Propie- tario de la Hacienda San Miguel Xoxtla, ubicada en los distritos de Cholula y Zaragoza, de los Estados de Puebla y Tlaxcala; y del Ingenio de Tétela, situado en jurisdicción del Distrito de Matamoros, del Estado de Puebla. Este último tiene refinería de azúcar. La Hacienda produce maíz, trigo, frijol, etc. Hay también en sus terrenos unas canteras de na- turaleza especial, muy á propósito para material de construcción. Es- tas canteras son de piedra muy fina, que se puede trabajar como el már- mol.
PERROUX, M., y Cía., S. en C— Alma- cenistas por mayor. Importadores y exportadores. Representantes, Cham- pagne Veuve Cliquot, vinos, licores, conservas, etc. — Veracruz, Ver.
PINTO, L, & H., LIMITED.— Veracruz, Ver. — Plantaciones, Almacén y Fá- bricas de Tabacos "El Destino," "La Nacional," "La Unión." Establecida en 1890. Gerente: Alberto Rendón.
"PLOMERÍA DE LAS DELICIAS," su- cesión de Francisco Lari. — 2" de las Delicias, Núni, 1. México, D. F.
PONZANELLL A., escultor.— Calle de Zulcta, Núm. 8, México, D .F. — En- tre sus obras se cuenta un busto del Presidente Díaz. Se estableció en 1904.
PORRAZ, Al'íirSTE.- Avenida Inde- pendencia, Núm, 18. México, D. F. — Es agente para la República Mexi- cana de varias casas de Inglaterra y Francia, productoras de artículos fotográficos, como placas, papeles, películos, productos químicos, acce- sorios v aparatos. Establecióse en 1908.
PRICE, IVATERHOrSE, y Co.— Char- tered accountants. — Avenida San Francisco y Betlemitas. México, D. F.
QíESAD.i, (ANDIDO.— 2^ calle del Salto del Agua„ Núni. 8. México, D. F. — Talleres de grabado en acero y cobre, litografía, imprenta y encua- demación. Se estableció en 1909.
(jriNTANA, HERMANOS.— México, D. F. — Sus negocios son: la armería, fundada en 1875; la fábrica de car- tuchos para riflles y pistolas, funda- da en 1884: y la fábrica de mosaicos, establecid?, en 1892.
RAL, Y LORENZO, comisionistas.— Tienen almacenes en Puente Que- brado, \ún». (?. y despacho en Tibur- cio, Núm. 14 México, D. F. — Esta ca-
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sa, fundada en 1907 "se dedica á ]f compra de arroz y café, cultivando y cosechando ta-mbién este último. Tienen depósito de aguarrás y de colofonia; compran y venden semi- llas y poseen en España una fábri- ca de papel para cigarrillos. Los so- cios son los señores Juan Ral y Agustín y Juan Lorenzo, siendo es- te último señor el apoderado gene- ral.
KEYNAUD, FERDOAND.— Hotel y
Restaurant (antiguo Español). Mer- caderes y costado de San Pedro. Puebla. RETES, RAMÍREZ, .JUVENTINO.—
Propietario de tres Haciendas en el Estado: la de San Nicolás, la de Tax- tillán, y la de Temextla, en las cua- les se produce maíz, trigo, cebada, frijol y centeno. También en todas ellas hay siembras de maguey y pro- ducen pulque. Otro artículo que se explota es la raíz para hacer cepi- llos.
REBOLLEDO, MIGUEL, Ingeniero- Reside en Cordobanes, IViini. 2. Mé- xico, D. F. — Su especialidad es la del cemento armado, sistema patenta- do de Hennebique, y es agente gene- ral del sistema patentado de cimen- tación por compresión mecánica del suelo llamado "Compressol." Se es- tableció en 1905.
RASST, LEÓN.— Santa Catarina, Núni. 16. Puebla. — Industrial y hacendado. Propietario de la Fábrica de Hila- dos y Tejidos de Punto "La Prusia," situada en la Plazuela de Antunia- no, ííúni. 3. Puebla, y establecida el año de 1901. El señor Rasst es pro- pietario también de la Hacienda "Concepción Capulac" y anexas, si- tuadas en el Distrito de Tecali, del mismo Estado.
REMIÍíGTO?í TYPEWRITER COMPA- NT. — Esquina del Cinco de Mayo y 2" del Teatro Nacional. México, D. F.
— Agencia de las máquinas de escri- bir Remington. Gerente, John R. Stanford. Abrióse en 1905.
RESTAURANT DEL JARDÍN ^Pro- pietario, Pascual Tarditi. — Bajos del Hotel Jardín y calle de San Juan de Letrán. México, D. F.
RESTAURANT GIACOPELLO Por-
tal Hidalgo, Núms. 5 y 6, Puebla. —
El señor Francisco Giacopello es el propietario de este Restaurant, el cual tiene diez y ocho años de esta- blecido. Tiene salones especiales pa- ra banquetes hasta de cien cubier- tos. Esta casa garantiza la legitimi- dad de todos sus vinos y licores, por ser importados directamente de las mejores casas de Europa.
REYES, ÁNGEL M.— Propietario de: Las Canteras "Piedra de Chiluca de Joco," Pensión de Gómez Farías.
. . México, D. F.
REYNOSO, JOSÉ J., Ingeniero de Mi- nas.— Cinco de Mayo, Núm. 32. Mé- xico, D. F.
RODRÍGUEZ, Y MOLINA, S. en C— Veracruz, Ver. — Comisiones y Repre- sentaciones.
ROLLA, A., S. en C. — 2' de Mesones, Núm. 22. México, D. F. — La casa se fundó en 1S86, bajo la razón social de "Sucesores de Rolla y Genteri." Los socios actuales son los señores Fernando Tormento y Agustín Ro- lla, y el apoderado, el señor Flavio Rolla. Comercian en abarrotes ita- lianos, vinos, papel de fumar, con- servas, etc., y tienen un depósito de mármoles de Carrara. Desempeñan, también, toda clase de comisiones.
ROMÁN, RIVERA NIETO.— Fábrica de todas clases de vehículos. — Irapuato, Gto.
ÍÍOMAY, R., y Cía., S. en C— Puebla. Aduana Vieja, Núm. m. — Propieta- rios de la Fábrica de Hilados y Teji- dos "El Alto." La fábrica está en la misma ciudad de Puebla y los teji- dos que manufactura son de lana. Fué establecida en 1860.
ROSENZWEIG Y DÍAZ, DOCTOR, F. — Tiene un sanatorio en la Plaza de la República, Núm. 8. México, D. F. en el cual atiende principalmente á personas que necesitan de que se les haga alguna operación quirúrgica.
rubín, jóse DÍAZ, Sucs.— Puebla.— Establecidos en 1843. Son propieta- rios del Ingenio y Reñnería de Azú- car "Atencingo." La Refinería se es- tableció en 1902.
rubín, ángel. DÍAZ. — Puebla. — Apartado, Núm. 49. — Propietario de la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón "El Carmen," fundada en 1898, y de la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón "La Concepción," fundad?, en 1907.
RUBÍN, JOSÉ DÍAZ, Sucs.— Puebla.— Apartado, Niím. 57. — Propietarios de la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón "Covadonga," fundada en 1898, y de la Fábrica de Blanqueo y Estampe "Covadonga." fundada en 1910. Ambas fábricas son movidas por electricidad.
RUEDA, B., & Co., Agentes aduanales. — Veracruz, Ver.
RüGARCIA, JOSÉ.— Propietario de la Fábrica de Hilados y Tejidos de Al- godón "Sto. Domingo." — Puebla. Es- tanque de los Pescaditos.--El Sr. Ru- garcía posee también una fábrica de almidón y la Hacienda de San Die-
go. Esta última ubicada en el Distri- to de Tecale, del Estado de Puebla.
RLMEBE, FER>AXDO.— Puente Que- brado, JVúni. 30. México, D. F.— Re- presentante de la casa de Jules Be- llot y Cía., y otras casas francesas j españolas de vinos y licores, aguas minerales Vichy, etc.
EUMSEY, L. M., Mfg. Co., manufactu- reros de bombas, tubos de gas, lámi- na de plomo, artículos sanitarios y para plomeros, piezas para máqui- nas de vapor y ferrocarriles, etc. La fábrica se halla en San Luis, Mo., y la agencia en la ciudad de México, en la 4' cille de Huml)0ldí, >úai. 26, siendo gerente el señor J. Sánchez V.
SALAEICH, AMOMO.— 3" Rosas Mo- reno, yúnu 10. México, D. F. — Deco- rador en yeso y pintura.
salchichería alemana I)E cíe- RARDO MEE>'E\.— La fábrica está en la 5" Aiessida de la Paz, >iini. 3,929, y los despachos en Coliseo Vie- jo, Núni. 29, y en la primera de San- to Doniin^ro, >'ún¡. 7o México, D. F.— Se fundó hace como veinte años. El negocio comenzó con $1,000 y al pre- sente gira con $300,000. Es también casa empacadora y envía sus pi-o- ductos á todas partes de la Repúbli- ca. Tiene maquinaria moderna y se- senta empleados del país.
Tiene también el "Café Restauran "El Royal" de la Avenida San Fran- cisco, que es uno de los más impor- tantes de la capital.
SANATORIO TETERIXARIO DE LOS DOCTORES C. V. BACHLER Y F. M. OTT.— Calzada de San Esteban, ífúm. 10. México, D. F. — Además del Sanatorio, tienen estos señores una clínica en la 1' de Bncareli, >'úm. 22. Hierran caballos, los reciben á pen- sión, hacen de ellos reconocimientos periciales y bacteriológicos; venden específicos veterinarios; preparan medicinas y hacen curaciones de animales.
SAXBORX, HERMANOS, Sucs.— Are- nida San Francisco, Núni. 12. Méxi- co, D. F, — Droguería. Capital,
—$250,000. Casa establecida en 1903.
SAX ILDEFONSO Fábrica de Teji- dos de Lana, S. A. — Calle de Don Jnan Manuel, Niim. 10. México, D. F.
—Capital social, $1.500,000. Presi- dente, Enrique Tron. Viceprresiden- te, Ernesto Pugibet. SAN LORENZO, MINERAL IVATER COMPANY, S. A.— El negocio de esta Compañía consiste en la explotación de las aguas minerales de Tehuacán, Puebla. — Tiene sus sucursales en León, Torreón, Duraniro y México,
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D. F., siendo su dirección en esta ciudad, 1^ de (Guerrero, Núni. 20. —
Leo Fleischmann y Cía. comenzaron su negocio en aguas gaseosas en Du- rango, con un capital de $28,000. En 1904, compraron el negocio de las aguas minerales de San Lorenzo, por $75,000. En 1906 formaron una so- ciedad anónima con el nombre que encabeza estas líneas, con un capi- tal de $600,000.
"SANTA GERTRUDIS." — Compañía
. . Limitada Manufacturera de Yute. —
Doii Juan Manuel, Núm. 22, México,
D, F. — D. N. Marrón, sub-gerente.
SAUTO, ASTIZ, y Cía.— Esquina de las calles de Tacuba y Santo Domingo. México, D, F. — Se dedican al nego- cio de abarrotes del país y extran- jeros. Tienen la fábrica de puros y cigarros "El Negrito." Explotan mi- nas de plata y oro, así como de pe- tróleo, etc. La casa fué establecida en 1853; pero ha cambiado varias veces de dueños y de razón social, hasta parar en la que ahora tiene, que data de 1902.
SAUNDERS, G. W.— Zuleta, Nxini. 1. México, D. F. — Comerciante, Comi- sionista y Representante de Casas extranjeras.
SCHLATTMAN, H. F., fotógrafo.— Es- píritu Santo, Núm. 1. México, D. F. — Hace fotografías desde miniatura hasta tamaño natural. Se estableció en 1891.
SCHONDl BE & NEUGEBAUER.— Ter- cer Orden de San Agustín. México, I). F. — Importadores de maquinaria.
SCHWOB, EDMUNDO. — Comisiones, representante de casas extranjeras. — Alfaro, Núm. 3. México, D. F.
sedería y corsetería FRANCE- SA, de Emilio Manuel y Cía.— Méxi- co, D. F. — Los propietarios son Emi- lio Manuel, Francisco y Víctor del mismo apellido, y Fabián Casauban. Establecida en 1879.
SMITH, Ao C. — Joyería y Relojería por mayor y menor. Inspector general de relojes de los ferrocarriles de la Re- pública.— Avenida del Cinco de 3Ia- yo, Núnio 19o México, D, F.
SOCIEDAD AFINADORA DE META- LES, S. A. — Tiene su despacho en la calle de Capuchinas, Núm. 10„ Mé- xico, D, F.— Su capital es de 2.000,000 de francos y es la sucesora de The Natonal Metal Company. Se estable- ció en 1908. Su presidente es el se- ñor D. Eichthal, y su presidente, el señor Pablo Macedo.
SOCIEDAD DE CRÉDITO HIPOTE- CARIO HOLANDESA - MEXICANA, S. A. — Calle de Jesús, Núm. l.>. Mé- xico, D. F. — Su objeto es hacer prés-
(íka.ndks Al.m.\(i;m:8 de México. Las FÁiuncAS ünivehsalics. La Cudaü di-: Lünhües.
tamos con garantía hijiotecaria so- bre bienes raíces de la República mexicana. Fué fundada en Amster- dam, en 1909, siendo su director el señor J. C. P. Krayenhoff van de Leur. La sucursal en México tiene dos directores, que firman marico- munadamente, y son los señores Pa- blo Kosidowski y Dr. Jur. H. Ph. de Kanter, hijo.
SOCIETE FLXAXCIEKE POIK L'I>- BISTRIE XV MEXIQUE.— Socie- dad fundada en 190, con objeto de fomentar y desarrollar la industria en México. Capital social, $.5.000.000, enteramente pagados — Calle <le San Agustís!, Kúni. 3(>1. México, D. F. — Director del despacho, Augusto Ge- nin.
SOITHERX PACIFIC Co.— Atlantic Steamship Lines Sunset route. Agente general: W. E. Barnes. — Cíjj- 00 de Mayo^ 6-1). México, 1). F.
SPITALIEK, ADRIÁN, propietario del Cajón de Ropa La Reforma del Co- mercio.— Oaxaoa, Oax.
STRÜCK, GUSTAVO, y Cía., Sucs.— Calle de San Agrnstín, Xúnio 10, Mé- xico, D, F. — Son banqueros y co- merciantes en sedería y ropa; tienen la representación de varios bancos principales de los Estados Unidos y Europa. Establecidos en 1818. Tienei sucursales en Veracruz y en Ham- burgo.
SUCESORES de Bernardo Selineider.
— Propietarios de la Gran Sombre- rería Alemana, en la ciudad de León, Estado de Gnanajuato. — Este esta- blecimiento fabrica sombreros y co- las finas. Su fábrica está movida por gas pobre. Fué establecida en 187S. El señor Gilberto Arteaga es el ge- rente.
SUCURSAL del Banco de San Lui^ Potosí, en Celaya, Estado de Gua- najuato. — Esta sucursal fué estable- cida en 1899. El señor Arturo Díaz es el gerente.
SUMXER, JOHX M., & Co Manclies-
ter, Inglaterra. — Ingenieros y ex- portadores de toda clase de maqui- naria. El señor E. Osear Ehlinger es el gerente de todos los negocios de esta importante casa en México. Se ocupa en todo lo concerniente en maquinaria para fábricas de telas de algodón y lana. La casa princi- pal fué establecida en Manchester, el año de 1846, y la sucursal en Pue- bla, en 1876. Las oficinas en la ciu- dad de México fueron abiertas en 1892, (S" Orden de San Agustín, Nú- mero 4),
TALLER DE CONSTRUCCIONES ME- TÁLICAS "FÉNIX," de Carlos Min-
ne, S. en C— 8' calle del Sabino, Nú- mero 3. ^léxico, Do F. — Hacen cons- trucciones de hierro estructural, edi- ficios, puentes, techos, etc. Estable- cióse en 1904.
TALLER DE JOYERÍA, de Jorge Na- uinck. — Avenida de San Francisco». Núm. 57. México, D. F. — Fabrica ob- jetos de oro y plata; compra y ven- de estos metales. Establecido en 1906.
TALLERES GRÁFICOS, de Eduardo Agnirre. — Gnauajuato. Calle Benito Juárez, >'únis„ 18 y 22. — Establecidos, en 1890. Se ocupan en trabajos de fotograbado, imprenta y libros en blanco.
TALLERES MECÁNICOS, de Navarro y González. — 6' calle de Nuevo Mé- xico, Núm. 113. México, D» F. — Fa- brican bombas de riego, construyen, reparan é instalan maquinaria, fa- brican quemadores de petróleo cru- do para calderas, etc. Se establecie- ron en 1907.
TENCONI, C.-Gran Fábrica de Bombo- nes.— 7'' de Nuevo México. México, D.. F. — Tiene varios expendios: uno en la xl venida de San Francisco; dos en la Avenida del 16 de Sei)tieml>re, y^ otro en la 7" de Nuevo México. Se es- tableció en 1884.
tenería de IRAPUATO, S, a.— Ira- puato, Gto.
TESTAMENTARIA DE R. P. Furlong^ Puebla. — Propietarios de una impor- tante fábrica de hilados y tejidos de- algodón y blanqueo de lienzos, esta- blecida poco antes del año de 1856, en Puebla.
THE AMERICAN FINANCE Co., S. A. — Gante, Núm, L México, D. F. — Pre- sidente: G. W. Johnson.
«THE AZTECo-'— Calle de Gante, Núm. 8u México, D,. F. — ^^Comercio de libros, artículos de escritorio, ópalos, za- rapes y curiosidades. Se estableció en 1890, y su propietario es el señor Otto Roubicek.
THE BUTTERS PATENT VACUU3I FILTER COMPANY, Inc.— Calle de Gante, Núm, 1, México, D. F. — Tiene también oficinas en San Francisco, Cal., por medio de las cuales se ha- cen •directamente lo-s negocios. Es- tos consisten en cianuración. inge- niería, instalación de filtres al va- cío, molinos de minerales y plantas- de filtros y de cianuración. Se eita- blecieron en México en 1907.
THE CANADIAN BANK OF COM.MER- CE. — Sir Edmund Walker president in Toronto. Gerente en México. .T. P. Bell. Capital of Bank, $10.000.000 oro. — San Francisco y San José el Real. México, D. F.
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THE DWIGHT FÜRNESS Co.— Gnana-
jnato.--Comerciante3, Compradores y Beneficiadores de Minerales. Estable- cidos en 1889. Su capital social es de $250,000. Tienen sucursales en Etza- tlán, Ameca, Magdalena, Sayula y Guadalajara, (calle de San Francis- co, Núm. 137), todas poblaciones del Estado de Jalisco. — La Compañía tiene, además, oficinas establecidas en Chicago, 111., 46th. St. & Winches- ter Av., en Guanajuato y en San Luis de la Paz. — El presidente y vi- cepresidente, son, respectivamente, los señores Dwight Furness y E. B. Leigh; el gerente general, el señor S. C. Rodgers. Los señores Thos C. Young y E. T. Walker son, respecti- vamente, tesorero y secretario.
"'THE EQUITABLE LIFE ASSURA?»- CE SOCIETT," de los Estados Uni- dos, tienen sucursal en México en la Avenida del Cinco de Mayo y Ver- gara, á cargo del secretario, señor William Puryear Massie. El activo
de esta Compañía era de
$486.109,637.98, y su capital líquido de $85.272,319.30 en el año de 1909. Su presidente es el señor Paul Mor- ton. La organización se completó en 1859, y se estableció la sucursal en México hace como cuarenta años.
THE FINANCE COMPA> Y OF MEXI- CO.— Calle de Zuleta, Aúm. 1. Méxi- co, D, F. — Tiene dos fábricas de hie- lo. El presidente de esta Compañía es T. R. Crum-p. Comenzó sus ope- raciones en 1909, y su capital es de $300,000.
THE GENERAL SUPPLY C03IPANT, S. A.— Calle del Ángel, líúm. 2. Mé- xico, D. F. — Tienen en venta maqui- naria y ferretería, especialmente ma- quinaria de aire comprimido y de transmisión. Se establecieron en 1907. Su presidente es el señor W. J. Wilson, y su capital social es de $100,000.
THE GüANAJl ATO POWER AND ELECTRIC COMPANY (Compañía de Fuerza y Electricidad de Guana- juato).— Fué establecida en 1902, y comenzó á operarse en 1903, habien- do sido inaugurada su planta el 26 de Octubre del mismo año por el Presidente de la Repííblica, Gene- ral Porfirio Díaz. Produce 21,000 ca- ballos de fuerza. El capital original de la Compañía fué de $1.200,000 oro y desde entonces ha sido aumentado á $1.800,000. Bajo la misma adminis- tración están otras dos compañías: la Michoacana Power Co. (Compañía -de Fuerza de Michoacán), con un capital de $1.600,000 oro, y la Cen- tral México Light & Power Co. (Compañía Central Mexicana de Luz y Fuerza), con un capital de
$850,000 oro. — Las tres Compañías
reunidas tienen un capital de
$5.250,000 oro. El presidente y direc- tor de las Compañías es el señor Norman Rowe; el presidente, el se- ñor Henry Hiñe; el vicepresidente y tesorero, el señor Leonar E. Curtís, y los gerentes generales, los seño- res Curtís y Hiñe.
THE GUANAJUATO REDUCTION AND MINES Co, (Compañía Minera y Reductora de Guanajuato). — Orgo-
nizada en 1904. El capital social consiste en $3.000,000 oro, en bonos preferentes del 6%, y $7.500,000 oro, en acciones ordinarias. Posee la Compañía dos millas de la Veta Ma- dre, incluyendo la Valenciana, la Ca- to, la Millado y la Rayes. Posee aún territorio más extenso en el sistema de "La Luz," cuatro millas al Sur de La Luz. El presidente es el señor Chas. L. Kurtz, residente en Colum- bus, Ohio.
THE HILL AND PIERCE COMPANY, S. A. tiene oficinas en Boston, Mass.; en los Angeles, Cal., y en México, D. F., en La Mutua, Núnis. 520 y 522.— Negocia en bonos, acciones y otros efectos de comercio, colocándolos en los Estados Unidos, y especialmen- te en emisiones de bonos mexicanos. Los principales de esta Compañía son George A. Hill y George R. Pier- ce.
THE MAINE & NEBRASKA MINING COMPANY.— Calle de Gante, Núni. 1. México, D. F. — Tienen minas en Bal- sas, Guerrero, cuyo superintendente general es James Prim. El presiden- te es B. F. Young, y el gerente ge- neral A. E. Sedwick. El capital so- cial es de $8.000,000.
El mismo señor A. E. Sedwick es presidente de "The American Engi- neering and Construction Company, S. A.," cuyo negocio es, como indica su nombre, el de construcciones, in- geniería y contratos. Establecida en 1908.
THE MEXICAN GOLD AND SILYER RECOVE R Y COMPANY Ltd.— Agen- cia Minera. — Calle de San Francis- co. México, Do F. — Gerente general, Ernesto Du Bois.
THE MEXICAN MINING JOURNAL.— Establecido en 1895. — Imprenta. Ge- rente: Charles Me. C. Anderson. — Callejón de López. México, D. F.
THE MEXICAN PRODUCTS Co., S. A. — 8" de Mina, Núm. 1,254. México, D. F. — Cueros, pieles, hule. Casa esta- blecida en 1906, con un capital so- cial de $600,000. Presidente: H. B. Willis.
THE MÉXICO MINE AND SMELTER SUPPLY Co.— Fabricantes de ma-
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quinaria. — Arenida Juárez (edificio México Mine). México, D. F.
THE MOORE FILTER COMPA>T.—
Arenida Cinco de Maj o, ííúiu. 32. Mé- xico, D. F.— Gerente: W. E. Clark.
THE NATIONAL STEAM LODRY COMPAQ Y.— Plaza de Mixcalco, Nú- mero 113. México, D. F. — Es ésta una lavandería al vapor, establecida en 1908, perteneciente al señor Buch, y cuyo gerente es A. Zugasti.
THE NATIONAL IRON & STEEL WORKS, S. A.— La oficina y los ta- lleres están en la Calzada de los Gallos. México, D. F. — Tienen fundi- ciones de hierro y de latón; manu- facturan y reparan maquinaria de todas clases; construyen calderas, y estructuras de hierro. Se establecie- ron en 1S99. Su presidente y geren- te son, respectivamente, los señores Thos. J. Ryder y W. B. Johnstone.
THE OLIVER TTPEWRITER.— Su
agencia general en México se halla en esta ciudad, Avenida del 16 de Septiembre, Núm 18, á cargo de Wil- liam A. Parker. Se estableció esta agencia en 1900.
THE PATTON COMPANY, S. A San
Jnan de Letráu, Núm. 19. México, D,
F. — Son comerciantes, comisionistas y agentes de las casas manufacture- ras, Fisher & Co., de Hudderfield, Inglaterra; J. H. Buckingham, cíe Londres, etc. El presidente es el se- ñor P. J. Patton. Establecida en 1905.
THE PULLMAN COMPANY.— Prolon- gación del Cinco de Mayo, Núm. P. México, D. F. — Superintendente, A. V. Burr.
THE ROCHESTER PHOTO STOCK HOüSE, S. A.— Avenida del IG de Septiembre, Núm. 5. México, D. F. —
Son importadores y comerciantes de artículos é instrumentos de fotogra- fía, fotograbado y ópticos. Se orga- nizaron en 1904. Su presidente es el señor C. C. Harris, y su gerente, el señor M. H. Crown; su capital pa- gado es de $50,000.
«THE REAL ESTÁTE COMPANY OF MÉXICO."— Calle de Gante, Núm. 10. México, D. F. — Su negocio es el de propiedades raíces; compra y vende grandes extensiones de terrenos tro- picales y semi-tropicales, cubiertos de bosques ó de pasturas, tierras para colonización y lotes en la ciu- dad de México. Se estableció en 1895, y su capital es de $100,000.
THE SIMPSON COMPANY, sastres in- gleses— Calle de San Juan de Le- trán, Núm. 6. México, D. F. — Tiene
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establecido su negocio de sastrería desde 1894.
THE TAMPICO NEWS COMPANY
México, D. F. — Fué establecida en Tainpico en 1902 por A. Z. Ratner, con un capital de $500, siendo su ne- gocio el de hacer pedidos por correo. Actualmente es una Compañía Anó- nima con capital pagado de $300,000.
THE TECHNICAL AND CLERICAL EMPLOYMENT AGENCY. — Reside en la calle de Zuleta, Núm. 1. Mé- xico, D. F., y se ocupa de proporcio- nar dependientes y empleados técni- cos á quienes los solicitan, así como de dar empleos de esta clase á los que desean ocuparse en ellos. Diri- ge esta oficina de empleos el señor G. R. M. Campbell, habiendo comen- zado el negocio en 1910.
THE YERACRUZ STEYEDORING Co.,
S. A.— Capital social, $200,000.— Ye- racruz, Yer. — Presidente: José E. O'Kelly. Director: Gmo. Berea.
TORIELLO, HERMANOS. — Canteras "Pedregal de Tlálpam." Represen- tantes para la República mexicana de "Flor de Tabasco," Partagás y Compañía. — Calle de Don Juan Ma- nuel, Núm. 23. México, D. F.
TOüSSAINT. CARLOS Y.— Portal de Iturbide, Núm. 3. Puebla. — Propie- tario de la Agencia Anunciadora que gira bajo su nombre; establecida desde 1880. Esta Agencia edita el Directorio Toussaint, de Puebla y de Guadalsjara, igualmente que el de todo México. Este último está desti- nado á los Estados Unidos y Euro- pa. Se ocupa la casa en toda ciase de comisiones, cobranzas é informa- ciones y tiene agencia especial de pe- riódicos del país y extranjeros.
TRASLOHEROS SOTO. JFAN.— Pro- pietario de la Tienda La Andaluza. — 2^ de Mercaderes. Núm. 2. Puebla. —
Esta casa importa novedades y ar- tículos de fantasía. Tiene un surtido completo en artículos de lujo para caballeros. Anexa á los almacenes hay una fábrica movida por vapor, para camisas y ropa interior de ca- ballero.
FHINK. GrTT,LERMO.— Calle de San Agustín, Núm. 8. México, D. F. —
Compra y vende acciones de bancos. Industrias y minas. Establecido en 1895.
UNION CINEMATOGRÁFICA, S. A.—
\ Capital social. $350.000. — A^eiida do San Francisco, Núm. 37. México. D.
F. — Presidente: M. Talapis. Gerente:
E. Moulinier. Casa establecida en 1908. rJíITED SHOE MACHOERT COMPA-
M' OF MÉXICO 3=^ <le Bucareli,
?ÍHm. 57. México, D. F. — La casa ma- triz está en Boston; y su negocio es de maquinaria y artículos de zíipa- tería. Se estableció en 1908. Su ge- rente en México es H. P. Chapman.
*<rMTED STATES A>D MEXICAN TRUST COMPA]VY," tiene sus ofici- nas de México en la Ayenida del Cin- 00 de Mayo, Xiini. 6, y sus negocios se extienden á varias de las grandes ciudades de Europa y de los Estados Unidos. Tiene la agencia del Ferro- carril "Kansas City, México & Orien- te," y representa á varias casas ma- nufactureras para la venta de sus ar- tículos en la República mexicana. Exporta productos mexicanos.
Su presidente es el señor A. E. Stilwell; el vicepresidente y gerente en la ciudad de México, el señor S. W. Rider, y su junta directiva para la República la componen los seño- res Don Guillermo de Landa y Es- candón, Lie. Manuel Calero, John B. Body y S. W. Rider. Su capital es de $1.000,000, oro americano.
El Ferrocarril "Kansas City, Mé- xico & Oriente" está en construcción desde la ciudad de Kansas City hasta la costa del Océano Pacífico, pasando por Oklahoma, Texas y la parte Nor- te de México, y terminando en el puerto de Topolobampo.
O'TED STATES SHOE MANUFACTÜ- RINGí Co., S. A. — Fábrica y despacho, Colonia del Xiievo Rastro, México, D. F. — Establecida en 1906, con un capital social de $2.5,000. El capital social actual es de $300,000.
Presidente, Geo. J. Me. Carthy. Vi- cepresidente, J. H. Weiter. Gerente general, R. H. Robertson.
OITED STATES STEEL PRODUCTS EXPORT COMPARA.— La casa de este nombre reside en Nueva York, y su sucursal en México se halla en es- ta Ciudad en el edificio de La Mutua, á cargo del representante general, se- ñor H. A. Souther. Son agentes ex- clusivos de exportación de las corpo- raciones del acero de los Estados Unidos.
«UNITED STATES GLASS COMPA- NY," de Pittsburg, Penn., Estados Unidos. — Esta Compañía posee diez fábricas en los Estados de Ohio, Pennsylvania, é Indiana, en las cua- les fabrica cristalería de mesa y cris- tal labrado de todas clases. Su repre- sentante general para la República mexicana es el señor Ramón Lome- lin, quien tiene sus oficinas en la
Avenida de San Francisco, Xúm. 55,
establecidas en 1902.
VALDES, HERMANOS. — Veracruz, Ver. — Importadores de sombreros. Casa establecida desde 1857.
VALEZZI, A., Sucrs. — 5" Avenida de Balderas, Núnis. 1838-40-50-52-56. 3íéxico, D. F. — Tienen allí grades al- macenes de mercaderías sanitarias importadas ó fabricadas en sus pro- pios talleres. El almacén de venta lo tienen en la 2' calle de la Indepen- dencia. >'úni. 3. Entre los efectos que expenden se hallan tubos, láminas, tinas, comunes, mingitorios, conexio- nes y artículos para plomeros. Se encargan de instalaciones sanitarias, por contrato, de obras de herrería, y de la compostura de máquinas. La casa fué fundada en 1868 por el se- ñor Antonio Valezzi, cuyos hijos son los actuales propietarios.
VANDENPEERE> BOOM, TH.- Avenida de la Independencia, Xúm. 51. Méxi- co, D. F. — Comerciante en artículos para construcciones, rieles, locomo- toras, maquinarias, construcciones metálilcas, etc. Representante de va- rias casas europeas. Establecido en 1892.
VELASCO, LUIS G. MARROX Repre- sentante de "La Davis Coal & Coke Co." Representante de la Compañía Alijadora de Veracruz, S. A. Despa- chos aduanales y consignaciones. — Avenida San Francisco, Xúm. 10. Mé- xico, D. F.
VEYAX, JEAX, y Cía., S. en C— Esqui- na de las calles del Ángel y Capuchi- nas, 3Iéxico, D. F. — Tienen los gran- des almacenes de ropa La Francia Marítima, la fábrica de Santa Tere- sa, de hilados y tejidos de lana, pon- chos, casimires y cobertores; y la fábrica La Magdalena, de hilados y tejidos de algodón, blanqueo y es- tampado, donde hacen calicós, per- cales, cretonas y pañuelos. Estos ne- gocios se establecieron en 1890, bajo la firma Meyran, Hnos., en la calle de la Monterilla, Núni» 1 ; pero ha ha- bido varios traspasos, hasta parar en la actual firma y residencia.
VIAÑA, Y garcía.— Tienen sus ofici- nas en los Arcos de San Agustín, Xúni. 15. México, D. F. — Desempeñan comisiones y representaciones y son agentes generales de la Compañía Embotelladora de Topo Chico, S. A., de Monterrey, N. L., desde 1909.
Esta última Compañía se fundó hace 15 años, en Monterrey, siendo sus jefes, los señores Hellion y Cha- pellier. Se convirtió después en so- ciedad anónima, y su gerente es el señor E. Hellion.
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VIAr, PABLO, representante para los anuncios fotográficos de la Nueva Sociedad Fotográfica de Berlín. — 5^ calle de Tacuba. México, D. F. — Es- tablecido en 1908.
TILLAIN, EUGENIO. — Callejóu de Santa Clara, IViini. 6. México, D. F.^
Representante de la Hospital Supply Conipaay, de Nueva York. Es comer- ciante en libros de medicina, instru- mentos quirúrgicos, aparatos de es- terilización y desinfección, muebles asépticos, etc. Se estableció en 1905.
TOLPI, AGÜSTO C, escultor, ador- nista y contratista. — Tiene su taller en la 3" de Nhcto México, Núnu 76.
y su despacho en la esquina de la misma calle con la de Kevillagigedo, México, D. F. — Hace toda clase de construcciones en mármol, piedra y mampostería. Estableció su negocio en 1892.
IVAGNER, A., Y LEVIEX, Sucs.- Tie- nen el Gran Kepertorio en la 2' calle de Sau Francisco, Núiu. 11 y la fábri- ca y almacenes de pianos en la calle de Znleta, Niinis. 13 j 14. México, D. F., con sucursales en Guadal ajara, Puebla, etc.
>VALZ, W. G., COMPANY, Sucs., S. A. — EsQuiíia de las calles de Gante y San Francisco. México, D. F. — Tiene una fábrica y expendio de curiosi- dades mexicanas, tales como artícu- los de cuero grabado á mano, pin- tado y quemado, todo hecho por ai"- tesanos del país. Tiene capital de $50,000, y su gerente es T. G. Wes- ton.
WATSON, PHILLIPS & Co., Sucs., S, en C. — Calle de I)on Juan Manuel, Jíúm. 10. México, D. F. — Importado- res, exportadores y comerciantes; agentes de varias compañías de segu- ros. La firma actual es sucesora de la Watson, Phillips & Co., cuyo sistema de negocios siguen desde 1876. Los socios en esta negociación son, al presente, los hijos del señor Charles O. Phillips.
IVESTINGHOISE, COMPANY.— Méxi-
co, D. F. — Tiene esta Compañía nor- te-americana un establecimienio de demostración de los frenos de ferro- carril de su nombre, donde el señor Luis Godard ha estado dando confe- rencias en inglés y español por seis años, con el fin de instruir á los em- pleados de ferrocarriles en el mane- jo de los frenos Westinghouse, para cuyo objeto tienen un equipo comple- to, que muestra el funcionamiento de todas las partes de dicho freno, tal
como se efectúa en los trenes en marcha. El señor David M. Lev,'is es el inspector de la Compañía Westing- house en el territorio que se halla al Sur del Río Grande. La entrada para oír y presenciar dichas confe- rencias es gratis. WKITE & NEWCOMB, Ingenieros con- tratistas. Establecidos en 1908. — Ave- nida Cinco de Mayo, Núni. 32. Mé- xico, I). F.
WILL & BAOIER. S. A, "La Moder- na."— 7' Ribera de San Cosme, Núm. 111. México, D. F — Fabricantes de velas de todas clases. Establecidos en 1898. Capital, $50,000.
WIGGO, RALPH M.— Tiene su oficina en la Avenida Cinco de Mayo, Núm. 6. México, D. F.— Su negocio es el de carros y otros artículos para vías férreas, equipos de talleres mecáni- cos, etc. Se estableció en 190tí, ha- biendo venido á México para instalar y dirigir el taller de "The Mexican Car and Foundry Company."
WILLIAMS, ARTHÜR.— Calle de Don Juan Manuel, IViun. 16. México, D. F.
— Representante de la Meerlees Wat- son Co., Ltd., de Glasgow, fabrican- tes de maquinaria de azúcar; y de John Fowler &. Co., Ltd., de Leeds. Inglaterra, fabricantes de arados de vapor. WOLFFHEÍM, GUILLERMO.— Calle do Don Juan Manuel, Núni. 8. México, D. F. — Representante de varias ca- sas manufactureras y comerciales de París, Londres, Berlín y Viena, esta- blecido en 1902.
WOODROW Wni. B., Co., S. A.— Presi- dente, Wm. B. Woodroy. — Asegura- dores y Ajustadores. — Calle de Ver- gara, Núni. 4. México, D. F.
ZALDO, HERMANOS, y Cía., S. en C. — Ropa, Fábricas de Hilados y Teji- dos en Jalapa y Coatepec.
Casa establecida en 1858. — Vera- cruz, Ver.
ZAVALA, HNOS., y Cía.— Tienen la ca- sa matriz en San Luis Potosí, y su- cursal en la ciudad de México, en la calle de San Agustín, Núns. 16. — Tienen, en el Estado de San Luis Po- tosí, la fábrica de lana de Sau Feli- pe, que cuenta de 25 á 30 años de existencia, y la factoría de confec- ción La Cruz, establecida en 1900.
zapatería del ELEFANTE.— San José el Real, Nú ni. 7. México, D. F. — Es uno de los más importantes al- macenes de zapatería de la capital.
ZORRILLA, FEDERICO, Industrial.-^- Oaxaca, Oax.
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